Subido por Franyer Vargas

Principios del Estado de Derecho

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República Bolivariana de Venezuela
Universidad Nacional Experimental Marítima del Caribe
Vicerrectorado Académico
Dirección de General Académica
Coordinación de Estudios Mediados por las TICL
Unidad Curricular Proyecto Nacional y Nueva ciudadanía
ESTADO DEMOCRATICO Y SOCIAL DE DERECHO Y DE JUSTICIA
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, en el
articulo 2 consagra que ”Venezuela se constituye en un Estado
democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como
valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida,
la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la
responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos
humanos, la ética y el pluralismo político”. Esta constitución democrática
compromete su existencia axiológica en el privilegio que le asigna a los
derechos humanos como derechos fundamentales caracterizados por la
universalidad de sus titulares.
Las funciones esenciales del Estado Social coinciden el Estado de Derecho, los
pactos, tratados y convenios suscritos por Venezuela. Su finalidad radica en
crear, conservar y comprometerse a materializar esos derechos para satisfacer
las demandas y necesidades de sus habitantes para lograr el bienestar
general. Por ello, la justicia, la educación, la salud, la seguridad social, el
propender a un desarrollo integral de la sociedad y del individuo, el
establecimiento y la protección de los derechos humanos, siendo funciones
indelegables del Estado. Aquellas que pueden acometer con mayor eficacia y
eficiencia en la medida en que podríamos decir que son inherentes a la
persona humana, es decir funciones que cuadran al estado en virtud de los
fines y medios que estén a su alcance, asi como la mejor preparación de sus
actores gubernamentales para ejecutar las tareas que la Constitución y las
leyes de la República le emanan. Por lo tanto, el Estado venezolano en tiempos
de la modernidad, estimula a sus conciudadanos a fomentar el espíritu de
solidaridad, responsabilidad y ponderación en sus acciones ante otros
organismos que no se inscriben en la función social. En este sentido, el
cumplimiento de su función debe avocarse a orientar y apuntalar a la sociedad
hacia la protección de los derechos humanos. No basta establecer bases
teóricas y leyes para el entendimiento de estos derechos, sino que debe ir más
allá, hasta llegar a la función de educar, proteger, asistir y colaborar con
aquellos ciudadanos y ciudadanas a quienes les han sido conculcados sus
derechos humanos.
La justicia social comprende el conjunto de decisiones, normas y principios
considerados razonables de acuerdo al tipo de organización de la sociedad en
general, o en su caso, de acuerdo a un colectivo social determinado.
Comprende por tanto el tipo de objetivos colectivos que deben ser perseguidos,
defendidos y sostenidos y el tipo de relaciones sociales consideradas
admisibles o deseables, de tal manera que describan un estándar de justicia
legítimo. Un estándar de justicia sería aquello que se considera más razonable
para una situación dada. Razonable significa que determinada acción es
defendible ante los demás con independencia de sus intereses u opiniones
personales, esto es, desde una perspectiva imparcial; así, para justificar algo
hay que dar razones convincentes que los demás puedan compartir y
comprender.
Es también un término utilizado para referirse a las condiciones necesarias
para que se desarrolle una sociedad relativamente igualitaria en términos
económicos. Comprende el conjunto de decisiones, normas y principios
considerados razonables para garantizar condiciones de trabajo y de
vida decentes para toda la población. Alejandro Korn sostiene que la justicia
social es un ideal que solo puede definirse a partir del hecho concreto de la
injusticia social. Algunos de los temas que interesan a la justicia social y a las
políticas socio-económicas son la igualdad social, la igualdad de
oportunidades, el estado del bienestar, la cuestión de la pobreza, la distribución
de la renta, los derechos laborales, etc.
PRINCIPIOS QUE RIGEN EL ESTADO DE DERECHO.
1.- El principio de sujeción.- La nota que caracteriza al Estado de Derecho es
esta: el poder está sometido a normas jurídicas preestablecidas. En este tipo
de organización política, las personas obedecen a los principios y a las leyes,
antes que a los funcionarios. En ese sistema, el poder político solo puede
expresarse a través de actos sometidos a las leyes. Los gobernantes son
esclavos de las leyes, para evitar que los ciudadanos se transformen en
esclavos de los poderosos, de los arbitrarios y de los dictadores. Regis Debray
dijo alguna vez que en el Estado de Derecho, “la Constitución está por
encima de los jefes”.
Por lo mismo, ninguna función está exenta de cumplir la Constitución y la Ley.
Cualquier afectación a este principio o la superposición de los actos del poder
por sobre las normas, nos indican que el Estado de Derecho ya no rige, porque
en tal sistema los gobernantes son simples ejecutores de las normas, y porque
incluso la reforma de ellas está sometida a procedimientos legales
preestablecidos, sin que tal reforma quede librada a la voluntad de quien
ejerce el poder.
2.- El principio de limitación.- Como consecuencia de lo anterior, en el
Estado de Derecho se ejerce sin excepción alguna un poder limitado,
circunscrito por las leyes. No hay poderes absolutos o totales, ese concepto es
contrario al sistema. El principio de sujeción al que aludí antes, deriva
precisamente en el de limitación. Las potestades públicas son
fundamentalmente regladas y muy excepcionalmente discrecionales. Incluso la
discrecionalidad -esto es, la posibilidad de que el Gobierno elija entre varias
alternativas en un momento determinado-, opera exclusivamente entre las
posibilidades que le marca la Ley. No hay, por tanto, discrecionalidad absoluta
o abierta, ni en el orden gubernativo ni en el ejercicio de la administración
pública.
Esto tiene una razón histórica: el Estado de Derecho fue una respuesta a la
arbitrariedad del poder, a regímenes que atentaron contra las libertades y que,
en nombre del monarca, de la revolución, del pueblo o de la ideología
sacrificaron la dignidad de los seres humanos.
3.- El principio de legalidad.- En el Estado de Derecho es precepto básico
aquel según el cual en el Gobierno y en la administración pública solo se puede
hacer aquello que está expresamente mandado por la Constitución o la ley.
Hay aquí lo que también podría llamarse el “principio de atribución de
potestades”, esto significa que los gobernantes y los funcionarios no tienen, en
realidad, ‘derechos’, en el sentido civil del término, porque esos derechos
inmanentes solo corresponden a las personas naturales, a los seres humanos
en virtud de su dignidad. Los mandatarios y, por cierto, los diputados comunes
o constituyentes, tienen apenas ‘facultades’ derivadas de una norma legal que
les atribuye o asigna tal poder. Esto explica el hecho de que el Presidente
de la República o del Congreso, cuando adoptan una decisión o expiden una
norma legal o reglamentaria, siempre aluden al fundamento en el cual se
basan; en eso consisten los llamados ‘considerandos’ y la fundamentación de
las leyes, por ejemplo. No cabe por tanto que se acuda a conceptos teóricos, a
doctrinas o a ideologías para fundamentar los actos de poder. Lo mismo ocurre
con las sentencias judiciales, que deben fundarse en las leyes, en los
contratos, convenios o tratados, y nunca en el puro arbitrio del juez o tribunal,
tanto es así que si se viola la Ley en la sentencia, cabe la aplicación de la
casación y la anulación del fallo por ilegalidad.
4.- El principio de motivación.- El Estado de Derecho impide absolutamente
la arbitrariedad, más aún, la sanciona, de allí que los poderes públicos cuando
expiden cualquier acto, llámese ley, reglamento, acto administrativo o
sentencia, están obligados a ‘motivar’ la decisión en normas preestablecidas, lo
que es una consecuencia del principio de legalidad, propio del derecho público.
La falta de motivación resta eficacia a los actos del poder, les quita legalidad y
legitimidad.
5.- El principio de responsabilidad.- Todos los principios anteriores se
articulan y se concretan en la responsabilidad política y administrativa del
Estado y de los funcionarios y magistrados de toda índole, quienes deben
asumir y reparar las consecuencias de sus actos cuando se adoptan
violando la Constitución o la Ley o afectando a los derechos de los
ciudadanos.
6.- La seguridad jurídica.- La seguridad jurídica es el elemento inspirador
del Estado de Derecho, quizá es su razón de ser. Supone, primero, que los
ciudadanos sepan que los actos, derechos y delitos estén previstos de
antemano y, por otro lado, se asegura un mínimo de estabilidad en las reglas
de juego admitidas por la sociedad, y así se protegen los derechos de los
individuos. La seguridad jurídica es el hilo conductor de los demás principios
del Estado de Derecho.
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