La formación ética del
farmacéutico es clave para el
bienestar de pacientes y
sociedad.
La importancia de la ética en la educación
farmacéutica
Responsabilidades éticas del farmacéutico: El farmacéutico tiene la
obligación principal de procurar el bienestar del paciente, garantizando
tratamientos seguros y eficaces, facilitando el cumplimiento terapéutico,
proporcionando información veraz y respetando la autonomía, dignidad y
confidencialidad del paciente. Además, debe colaborar con otros profesionales
de la salud actuando con honestidad, manteniéndose actualizado y respetando
la competencia de sus colegas.
Roles y responsabilidades internacionales: La Federación Farmacéutica
Internacional reconoce principios básicos y responsabilidades del farmacéutico,
que incluyen la dispensación responsable y el consejo a profesionales y
pacientes para un uso racional de los medicamentos.
Dilemas éticos y debates actuales: Los temas críticos incluyen la clonación
humana, manipulación genética, investigación con células de origen incierto,
venta de medicamentos sin receta, falsificación, ética en la calidad del
medicamento, pacientes terminales y eutanasia. Es fundamental disponer de
códigos de ética actualizados para orientar la práctica profesional ante estos
dilemas.
Importancia de la bioética en la formación: La bioética es clave para
fortalecer la reflexión ética vinculada al ejercicio profesional y la dimensión
biopsicosocial del paciente. La educación en bioética debe promover la discusión
de dilemas morales, contextualizando al profesional en la realidad social, y
evitando la fragmentación del conocimiento. Respetar las diferencias y promover
un diálogo ético son principios esenciales.
Formación en ética y moral en la educación: La ética va más allá del
conocimiento, siendo una actitud y competencia del ser humano. La formación
en ética busca que estudiantes y profesionales actúen con responsabilidad y
moralidad, adoptando comportamientos ejemplares en su tarea clínica y social.
Legislación, regulación y aspectos legales: La legislación y regulaciones
deben adaptarse para favorecer el bienestar del paciente, incluso modificando
normas si ello beneficia a los usuarios. El farmacéutico debe respetar las
disposiciones legales y actuar con independencia y objetividad, asegurando la
confidencialidad y respetando la objeción de conciencia.
Evolución del rol del farmacéutico: El rol ha pasado del suministro pasivo de
medicamentos a uno más activo, central en el trabajo multidisciplinario, con
responsabilidades en farmacoterapia, investigación, asesoramiento y promoción
de la salud. La educación en salud y la investigación son ámbitos fundamentales
para su ejercicio ético y responsable.
Competencias y formación continua: La formación del farmacéutico debe
incluir competencias éticas, humanistas y técnicas, preparándolo para enfrentar
los nuevos desafíos tecnológicos, legales y sociales. La educación continua es
esencial para mantener sus habilidades actualizadas y éticas a lo largo de toda
su carrera.
Rol social y política del farmacéutico: El farmacéutico tiene un papel en la
promoción de la salud pública, acceso equitativo a medicamentos y uso racional,
en línea con políticas públicas y principios internacionales, como los establecidos
por la OMS, que definen competencias fundamentales para su desempeño en
los sistemas de salud