Arnedo Montes Bembibte Triviiio Neuropsicología del Desarrollo, - .- opsicología del Desa EDITORIAL M ~ C A - - Buenos Aires Bogoti - Caracas Madrid - Mtiam - Porto Alegre wwwmetb-mrn Las editores han hecha todos las esfuerzas para localizar a los poseedores del capyñght del material fuente utilizado. Si inadverüdamente hubieran omitido alguno, con gusto harán los arreglos necesarios en la primera o p o ~ dad que se les presente para tal fin. Gracias por comprar el original. Ecte libro es producto del esfuerzo de profesionales como usted, o de sus profesores, si usted es echidiante. Tenga en menta que fotocopiarlo es una falta de rrcpecto hacia ellos y un mbo de sus derechas intelectuales. Las ciencias de la salud están en permanente cambio. Amedida que las nuevas investigacionesy la experiencia clúUca amplían nuestro conocimiento, se requieren modificacionesmlac modalidades terapéuticas y en los tratamientos famacológicos. Los autores de esta obra han veniicado toda la información con fuentes confiables para asegurarse de que ésta sea completa y acorde con los estándares aceptados en el momento de la publicación. Sin embargo, en vista de la posibilidad de un error humano o de cambios en las ciencias de la salud, ni los autores, ni la editorial o cualquier oha Dersona im~licadaen la ore~araciónde este trabajo, garantizan que la totalidad de la información " aquícontenida sea exacta o completa y no se responcabilizan por enores u omisiones o por los resultados obtenidos del uso de esta iniormación. Se aconseja a los lectores coníirmarla con otras fuentes. Por ejemplo, y en -particular, se recomienda a los lectores revisar el prospecto de cada fármaco que planean administrar para cerciorarse de que la idamiación contenida eneste libro sea correcta y . que . no se hayan . producido cambios en las dosis sugeridas o en las contraindicacionespara su administración. Esta recomendación cobra especial importancia con relación a fármacos nuevos o de uso infrecuente. . . . A EDITORIAL MFDICA Visite nuestra página web: httpJ/~..medirapaname~cana.com ARGENTINA Marcelo T. de Alvear 2.145 (C 1122 AAG) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, A r g e e ~ a Tel.: (54-11)4821-2066 / Fax: 154-11)4821-1214 COLOMBIA Camra 7a A W 69-19 Bogotá DC- Colombia. Tel.: (57-1) 235-4068 / Fax: (57-1) 345-0019 e-mail: infamp@medicapanamerican~i.com.co ESPANA Sauceda, 10.5." planta - 28050 Madrid, Espana Tel.: (3491) 131-78-00 / F a : (34-91) 457-09-19 e-mail: inf~medicapanameri~ana~es ~Éxrco Av. Miguel de Cervantes y Saavedra, n." 233, piso 8, oficina801 Col. Granada, Delegación Miguel Hiddgo - CP 115 Ciudad de México, México Tel.: (52-55) , , 5262-947015203-0176 1 Fan: (52-55)26242827 e-mail: [email protected] VENEZUELA Edificio Polar, Tome Oeste, Piso 6, Of 6-C Plaza Venezuela, Urbanización Los Caobos, Parroquia El Recreo, Municipio Libertador -Caracas Depto Capital Venezuela Tel.: (58-212)793-2857/6906/5985/1666 Fax: (58-212)793-5885 e-mail: [email protected] ISBN: 978-849110-117-8 (Versión impresa). ISBN: 978-849110-118-5 (Versión electrónica). Todos los derechos reservados. Ecte libm o cualquiera de sus partes no podrán ser reproducidos ni archivados en sistemas recuperables, ni transmitidos m ninguna forma o por ningún medio, ya sean mecánicos, electrónicos, fotocopiadoras, grabaciones o cualquier otro, sin el permiso previa de Editorial Médica Panamericana, S. A. nustración de portada: 0 Andrey Kuzmin/Fotolia. 02018, EDiTONAL MÉDICA PANAMERICANA, S. A Sauceda, 10,5" planta - 28050 Madrid, España Depósito Legal: M-13907-2017 Impreso en Espaiia ap uvned p ua X ~ o i e u ns e ua sauopwap seytp ap sauopsiad -rornau ap s e ~ p ~saqi ~senpempem~ d a se[ a ua o m y u % sauo!3einw y m o ~ o r anb d sauopwaip w p u ? ~ mu ? ~ x m 2 g u mns m o u m o p n a u v d F i s a osowau -omau q ap s o l u a ~ o u m eei%aiu! anb iruydps~pwn sa puej. e$4olm!sdornau sns ap ~$3 el !las anb u?!sra~ w n u eisa r e q q n somarieq anb 'solla sopoi ap u?!snl! el ~!i!msum somr?!smb -e103ueq anb sapuo!sa~o~d sor ap roqel el ua epei!sodap ezuegum a[ oueqxn n n e a g X o p ~ a m b zai?d z ~ salaSup.e!rey\T <orxaDlap wnS!zpq m 3 -oren se ser e soma3aperSv .peprs~anmnerpip ap e!So~o3!sd ua oper3 ourqm ~ a eiri3eu2!se p e1 ap opmaium X erni2niisa e1 ua - a a ?yw ; S o ~ o ~ ~ r d o *.(QxN~) na~ e!~mis!a e u9!3e3np3 ap p u o p v ~ ered ppadsa 'ep!Jnpar u?!sm aiuasard e1 e re%[ opep eq anb ofeqwi u n .uap so1 anb sapuo!sajoid so1 X se!lrmj sns 'olIorresap ap eap! el souqqa~uo3L o ~ z anbojua q ~ ~ a pro2p la re z ~ n ~ a d s r aeisa d u03 54 o[eqeii ap ejSo-[opoiawns so .pqaxari oyep pp yan3as se1ap ze3p o . s a p seura~qorde rnwua- opoi?m la m q d e na 'p!3osysdo!q anb dqsdomau -qreproqe ua c s o ~ p w a daiuaqeuopury s m a - s ap o r q m p l!qa>um ua mrauord uoianj .sopqdn sns ap sorre~ua ymcagai as 'Xqsi 'orisaeur ns X y n rod~ orqy aisa ap saropeuiproo~sol uesd~ordanb -ruadsrad ap o i a q u I&W p apsap orpaq un uam %p~.p.reJtaurn el ua anb q m m y p q s ~ ~ pu Xe u?wdrnsap el ua 'sahu~mu!s y n sopoi?m ua mseq e n n o .sovtasqe ope!swap soida>uor,e ~I!A p e p p r y ~ n p a uaramb r ou sm!iugm $01'o!renuo~ la roa - s a p a p ap aanbrrns u03 'mpmir[ ~ a p q o so~pwgdxa p solapom repuuoj e p e p p y m 3 ~ s eun a wG!s 'esamd snsap u ~ ~ ua m sorpaq y so1wap!sum» sm!yp s r n p u a p $01%m? rnd .xxO@S la ua w a d c q ' u ~ u pu?wda~um l~ el e aiuag %xo121s la a u e m p 'soiio anua ' A O ~ E S I o~ a r p ~ r 'ay~pq a ~ arra!d 'lmreq3 rod s e p a p r S O ~ ! 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El abordaje de un niño con una ne~ro~atologia desde la neur~psicolo~ia infantil permitirá entender qué puede estar ocuniendo en su cerebro, correlacionar las posibles anomaüas cerebrales con las dificuhdes cognitivas, emocionales o comportamentales que presente, seleccionar las pruebas que mejor puedan detectarlas, buscar las capacidades preservadas para potenciadas y, a partir del perfil funcional obtenido, elaborar un plan de intervención que habilite, en la medida de lo posible, las funciones deficitarias; todo ello con una mirada que valora no sólo el dato cuantitativo, sino también el análisis cualitativo, que ve los avances del nino en relación con su grupo normativo y con su propia evolución. Éste no es un libro dedicado a la discapacidad, sino a la esúmdadón y a la habilitación de las potencialidades que muchos de esms niños pueden adquirir. Los diferentes casos son abordados siempre desde una perspectiva multidisciplinar, en un diálogo permanente entre los profesionales implicados en la asistencia a estos niños, un enfoque necesario para aue, deseraciadamente. no siemore se lleva a cabo. Además su atención integral u del neuropsicólogo y del psicólogo clinico, escriben profesionales de la logopedia, neuropediatría, pediatría, trabajo social, terapia ocupacionaly fisioterapia. Como parte integrante y fundamental del proceso evolutivo del nino, incluimos también la voz de las familias y el trabajo de los maestros en la escuela. .~ Neuropsicologiá áelDesamllo está dividido en ocho bloques. En el bloque 1se hace una introducción a esta disciplina y se define el concepto de la misma, así como sus áreas de aplicación. Se incluye un capitulo que describe el desarrollo normotípico del cerebro con las diferentes etapas madurativas, ya que éste sigue siendo -por ahora- la única referencia disponible para comprender los cambios que aparecen en nifios con alteraciones en el neurodesarrollo, aunque la maduración cerebral de un niño con este tipo de trastorno no sigue fielmente dicho patrón normotipico. A la vez, si alguna idea se repite en todos los capidos, sea cual fuere el contenido, es la necesidad de detección e intervención tempranas pata trabajar la adaptación del niño a un medio con el que va a tener que interaccionar. Más que una rehabilitación, sería una habilitación. Se trata de habilitar, de instaurar funciones que los demás niños adquieren con ranta facilidad que sorprende el gran esfuerzo que se precisa cuando hay que implementarlas porque no han aparecido o lo han hecho de manera deficitaria. Y, aún con gran esfuerm,estas funciones probablemente no tendrán la especificidad ni la frescura de aquellas que se adquirieron de manera espontáuea. Pero en caso de no hacerlo, o de hacerlo demasiado tarde, se observa un aislamiento mayor con respecto al grupn y sufrimiento en los que son conscientes de sus diferencias. La falsa creencia de que el tiempo por si solo produce mejoría se plasma con demasiada frecuencia en una frase que debería desterrarse para siempre del ideario de cualquier profesional dedicado a la clínica infantil: «Déjalo que crezca y verás cómo mejoran. Muy raras veces el tiempo es un aliado de un niño con un trastorno del neurodesarrollo. El bloque 11se dedica a la neuropatologia más frecuentemente abordada por los neuropsicólo~os: - los trastornos del neurodesarrollo y el d A o cerebral adquirido, asi como a los factores de riesgo. Además, dentro de esros úitimos se abordan los factores biológicos de alto riesgo, con dos capítulos centrados en premamidad y cardiopatías congénitas. Aunque no son trastornos neurológícos, ambos pueden causar alteraciones en el sistema neMoso y repercutir sobre el desemp&o cognitivo y funcional del niño. La atención médica especializada ha consegúido sacar adelante a niños grandes premamms o con complicaciones cardiorrespiratotias que antes no conseguían sobrmiwi la mortaidad se ha reducido, pero a costa del incremento del número de secuelas motoras, sensoriales, cogninvas y funcionales. Los trastornos del neurodemoUo vienen descritos en los siguientes cinco bloques, dgunos con marcadores biológicos identificativos, otros con diagnósum funcional. Pero todos, no obstante, presentando una gran Mnabilidad en sus manifestaciones dínicas. El bloque 111aborda las alteraciones cerebrales mpranas más frecuentes, en ocasiones de origen congénito y en otras causadas por factores perinatales. Niños con malformaciones e s m i d e s como la agenesia del cuerpo calloso, parálisis cerebral inhtil, así como una alteración que acompana a menudo a los trastornos del neurodesarrouo y que tiene enndad como para wnstituir por sí misma una categoría dnpóstica separada, la epilepsia El bloque IV incluye los trastornos genéticos que afectan a los autosomas, como oa la neurofibromatosis, los sínáromes de Down, de Wiams y de Anslman, los gonosomas, como el síndrome del cromosoma X frágil. A conúnuación, en los bloques V, Vi y W, se describen los trastornos del neurodesarrouo que se definen más por sus características funúonales que por su etiología, aún poco conocida, como los trastornos del lenguaje, los del espectro autista y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. I II Por último, el daño cerebral adquirido es el tema central del bloque VIII. Como ejemplo de las repercusiones que suelen originar en la población infantil se describen. en sendos caoítulos. los casos de niños con un traumatismo craneoencefáiicoy con un rumor cerebeloso, respectivamente. Cada capítuio se articula en una serie de apartados. El texto principal lo con.tituye el caso d h c o tratado; los niíios, sus familias y los profesionales que los atienden son sus protagonistas. En el relato se mn intercalando recuadros de texto y tablas que revisan cuestiones relacionadas con dicho caso, a partir de los modelos teóricos y la investigación más relevante y actual sobre el tema La bibliografía en cada capítulo recoge una selección de artículos y libros especiaüzados en los contenidos abordados. Para evitarlarepetición, las citas relacionadas w n los tests, escalas y pmebas que se describen en cada uno se han incluido en m a bibliografía general, al final del libro. Por úlamo, al término de cada capícuinsertauna serie de actividades autoformati~sque pretenden consolidar los ntenidos previos, familiarizando al lector con pruebas de evaiuación y termpropia de la especialidad, o a través de tareas más Iúdicas, de cinefómm o rofónim, que requieren un análisis de películas o relatos novelados que tienen mo protagonistas a nitíos con trastornos del neurodesarrouo. No hay duda de que la atención al niño ha avanzado en las últimas décadas la mayoría de los países desarroUados, lo cual probablemente ha facilitado e hoy en día la detección de signos de alarma sea también más precoz. Sin bargo, como contrapanida, existe una gran cantidad de nitíos que en este o~nciiiupiiLden rsrar sobrt-<liagnosricado~): lo qiie e., peor, ~ohrcnicdi~adoc, bid0 2 i 1 . i ~ I i ~ vcii.iidroi cliiii~or.coino VI IrUiortio Dor d;ticir Jc d l t l i ~ i Ó 1 1 hiperactividad, que se han sobredimensionado. No todos los nitíos que ueven mucho en &e, que no prestan atención o que les cuesta aprender en dicho trastorno. También puede ser un niho desmotivado o con dificul- PREFACIO cides de aprendizaje. Sólo una exhaustiva eduación neuropsicológica puede disonar los distintos pediles y prescribir el mejor rtatamiento en cada caso. Además de la clínica, otro pilar importante del libm es la investigación. Los estudios en el &ea han sido decisivos para conocer la etiología de mucbos de esros trastornos y sus cmcterisricas clínicas y para diseñar nuevos uatamienros c o n d u d e s , farmacológicos y genéticos. Pero aún p e d a mucho por hacer en esce campo. Y no podemos olvidar, en un texto como el presente, hacer mención especial a la necesidad de investigar sobre las denominadas «enfermedades -I). Muchos de los sindromes descritos en el libro pertenecen a este grupo, como los de Williams, Angelman, neurofibromatosis, etc. Por el hecho de tener una baja incidencia dentro de la población (en Europa 1:2.000 habitantes) no son menos importantes. Si se suman todas ellas, pueden llegar a 6.000 o 7.000 enfermedades, que afectan a más de 3 millones de espa601es, 27 millones de europeos y 25 millones de norteamericanos, según la Federación Española de EnfermedadesRaras. Estar afectado por una de ellas supone un r e m o medio en el diagnóstico de 5 &os y un peregrinaje de la familia en busca de intervenciones eficaces que, en muchos casos, no existen. La inversión en el desarrouo de nuevos tratamientos farmacalógicos o genéticos y su comercialización no resultan rentables por el reducido número de población a la que van dítigdas. De hecbo, es revelador que el calificativo que se da a esta población sea el de < < h u é h >y , .huérfanosu son también los medicamentos destinados a su traramiento. Es por ello que se necesitan políticas que promuevan e impulsen con fondos públicas la investición en este ámbito. Luria decía que, quizá, para seguir la perspectiva romántica de la ciencia habría que recurrir a retratos de seres humanos inimaginables, dotados de cualidades excepcionales. Tal v a no todos los protagonistas de este libro poseen cualidades excepcionales, pero sí nos parecen excepcionales sus capacidades de adaptación. Que éstas puedan surgir y manifestarse en todas sus potencialidades es labor de los profesionales que, desde el ámbito clínico o educativo, esramos involuwados en su desarrollo. Esperamos que a través de estas páginas hayamos sabido plasmar su realidad, con toda la riqueza y variedad de sus detalles, pero desde el rigor científico; abordándola desde diferentes miradas, pero sin perder la globalidad del ser humano presente detrás de cada relato. Sólo así nos podríamos aproximar a la «perspectiva romántica» del maestro, Alemder Luna, desde la que nos habiamos propuesto escribir este libro. Los coordinadores I I índice de capítulos Bloque 1. Introducción a la Neuropsicología del Desarrollo 1 Ne~ro~sicología infantil. Definición, objetivos y aplicaciones A. Montes Lozano y M. Amedo Montoro 2 Desarrollo ontogenético del sistema n e ~ o s central o 3 13 M. Triviño Masquen y J. Bembibre Serrano Bloque 11. Factores etiológicos y de riesgo en la Neuropsicología del Desarroao 3 4 Etiología y clínica del datío cerebral temprano A. Montes Lozano, J. Bembibre Serrano, M. Triviño Mosquera y M. Arnedo Montoro 27 Prernamridad 41 Dmrasradarpnsaspor n m M. D. Roldán Tapia y J. Bembibre Serrano 5 Cardiopatía congénita MI corazón me d$mlta aprendzr 1. Galtier Hernández, A. Nieto Barco y J. Barroso Ribal 53 Bloque 111. Alteraciones cerebrales tempranas 6 Parálisis cerebral infantil Abp m h que un nartorno momr R. Carrillo de Albornoz Morales y R Cubillo Cobo 7 Agenesia del cuerpo calloso 71 89 LLzmado al otro hemirferio A. Montes Lozano, J. Romero Sáncha y M. Piña Reynés 8 Epilepsia infantil Supeperando e-1 e~tigma S . Roldán Aparicio y L. M. Arrabal Fernández Bloque IV. Trastornos genéticos 9 Síndrome de Down Tres son mula& 1. Candel Gil y C. S á a Zea 103 10 Síndrome del cromosoma X frágil O cómo vivir a 1.000 revolucionerpor minuto 1. Navarro Gutiérrez 11 Síndrome de Williams Yo quiero tmer un millón &amigos R Campos García, P. Marúna Castiiia y M. SotiUo Méndez 12 Sindrome de Angelman Viintiún afior con un ángel m casa 1. Sancho Frías, A. Ramos García y C. Sáa Zea 13 Neurofibromatosis de tipo 1 Cuando el cuerpo y Lzrpalabrar no pueden reguár a la mmte M . M . Hurtado Lara, C. Camacho Heruánda y M. Ptieto Cuéllar Bloque V. Trastornos del lenguaje 14 Emergencia tardía del lenguaje Mi nifio no habla.. . iya hablará? E. Mendoza Iara 15 Trastorno fonológico-sintáctico del lenguaje El ncinpiciton A. Montes Lozano, R López Gutiérrez y N. Fernández Montes 16 Trastorno pragmático del lenguaje Larpalabras vienen sin manual& inrmrccioner A. B. Viiiegas Pérez e 1. Navarro Gutiérra Bloque VI. Trastornos del espectro autista 17 Trastornos del espectro autista Una visión actual J . Martas Pérez y M. Á. Burgos Pulido 18 Autismo El s i h r i o y la opacidad R. Carrillo de Albornoz Morales y J. Marros Péra 19 Síndrome de Asperger Suqemo en recreo A. Montes L a m a y J. Bembibre Serrano Bloque W. Trastornos de la atención 20 Neurobiología y ne~ropsicolo~ía del trastorno por dkficit de atención con hiperactividad Elpequeho terremoto A. Miranda Casas, C. Colomer Diago y B. Roselló Mirmda 21 Farmacología del trastorno por déficit de atención con hiperactividad Una ayuda que al2 d...iYmuchn' D. Martin Fernández-Mayoralas, A. L. Fernández-Perrone. M. S. Lópa Arribas y A. Fernández Jaén loque Vm. Daíío cerebral adquirido 2 Traumatismo craneoencefálico Mi hija ya no es la qw era R. Calomé Roura, A. L ó p a Sala, C Bok Lluch y A. Sans Fitó 23 Tumor cerebral infantil 291 305 Un i n m o en el cercho R. López Guúérrez, R Car~illode Albornoz Mo&, J. Romero Sánchez y M. Triviño Mosquera Bibliografía general 325 329 , . _: _, ' .. Introducción a La Neuropsicología del Desarrollo Capítulo 1 Neuropsicología infantil. Definición. objetivos y aplicaciones Capítulo 2 Desarrollo ontogenético del sistema nervioso central Neuropsicología infantil. Definición, objetivos y aplicaciones A. Montes Lozano y M. Arnedo Montoro Al finalizar el capitulo el alumno será capaz de: M Conocer los objetivos y las áreas de aplicación de la neuropsicología infantil. Seguir la evolución histórica que ha tenido esta disciplina, desde sus orígenes, d e naturaleza más organicista. hasta convertirse en una ciencia biopsicosocial. Diferenciar la neuropsicología infantil y la del adulto en función del individuo de estudio, el tipo de lesión cerebral, su etiologla, y los procedimientos de evaluación y rehabilitación. Familiarizarse con el proceso de evaluación y tratamiento que se realiza a ninos con alteraciones del neurodesarrollo. Para resoiver el problema de los mecanismos inrimos de la menre humana, e incluso de su naturaleza, se debe salir hiera del organismo y hall- la fwnte de estor procesos en sus formas sociales de exisrencia. A. R. Luria. Mirando hacia en&, pág. 30 La neuropsicología infantil estudia las relaciones entre el cerebro y la conducta y las repercusiones cognitivas, emocionales y comportamentales que origina el daño cerebral temprano, dentro del contexto dinámico de un sistema nervioso en desarrollo (Anderson et al., 2001). La emergencia de cualquier función cerebral depende de la maduración de circuitos neuroanatómicos especializados que inician su desarroUo en etapas prenatales y pasan por diferentes períodos críticos hasta completarse, lo que con frecuencia sucederá tras el nacimiento. Aunque rodada se desconoce con exactitud el período crítico de cada proceso, se sabe, por ejemplo, que las áreas sensoriales y motoras se desarrollan antes quc 1% implicadas en el lenguaje o en la memoria; que en los primeros 5 anos se requiere estimulación lin- güística para que madure con normalidad el circuito del lenguaje, y que las funciones ejecutivas son unas de las últimas en completarse, porque dependen de la región prefrontal, una zona cortical que inicia su evolución en la infancia pero no la concluye hasta pasada la adolescencia (Diamond, 2013). Durante los períodos críticos, las estructuras cerebrales son especialmente sensibles a cualquier agente endógeno o exógeno que interfiera en su evolución, que puede llegar a modificar el patrón normal de desarrollo y provocar un retraso en la aparición de una función, un deterioro en su expresión o incluso su total desaparición. La neuropsicología infantil se dedica especialmente al estudio de la población de ninos con alteraciones del desarrollo. Trastornos del espectro autista, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), malformaciones congénitas, anomalías genéricas, dificultades de aprendizaje verbal y no verbal son, entre otros, temas centrales de esta disciplina. El abordaje neuropsi~ulúgi~o e11 estas p~blacioncsse realiza con un doble objetivo: la investigación y la clínica. Desde la investigación, la neuropsicología infantil es- INTRODUCCI~N A LA NELJROPSICOWGÍADEL DESARROLLO tudia las repercusiones funcionales que tiene un cerebro con anomalías en su desarrollo. Los resul; tados de estos estudios complementan a los que se obtienen en niños sanos y resultan esenciales para entender la relación cerebro-cognición/emoción/ comportamiento. Además, estos datos tendrán una repercusión directa en el ámbito clínico, al conseguir mejorar la evaluación y la intervención de estos niños. A su vez, las observaciones dínicas deben ser una fuente continua de nuevas preguntas v nuevos retos oara la investiparión. Es una disciplina en auge, que está despurando muchísimo interés en profesiones afines, como los maestros, logopedas, terapeutas ocupacionales, etc. Este interés creciente se debe, entre ouas razones, al incremento en la supervivencia de la población infantil que nace con alteraciones en el desarrollo. Los avances de la medicina han conseguido que incluso niños con urdiopatías, parálisis cerebral infantil grave o prcmaruros extremos Ueguen a sobrevivir. También se ha logrado mejorar la calidad asistencia1 a niños con lesión cerebral traumática o extirpar quirúrgicamente tumores de difícil acceso. El coste es el aumento en el número de secuelas motoras, cognitivas y emocionales que necesitan ser atendidas. Una segunda razón del auge de la neuropsicología infantil puede encontrarse en los índices de fracaso escolar, en los que el diagnóstico neuropsicológico posibilita cada vez más encauzar el currículo personalizado del alumno, llevando a cabo estrategias de intervención para las dificultades de aprendizaje. 0 UN POCO DE HISTORIA Los orígenes de la neuropsicología infantil como disciplina datan de la década de 1980. Antes, la investigación y la clínica en niños con alteraciones en el desarrollo se encuadraban dentro de las teorías, modelos y metodología de la neutopsicología en población adulta. Y al igual que en la neuropsicología del adulto, sus inicios, a finales del siglo XIX, estuvieron vinculados a los trastornos del lenguaje secundarios a lesiones cerebrales adquiridas, que se centraban en el análisis de u s o único o en muestras pequeñas. La aproximación a los trastornos de la lectura es el antecedente más importante de los comienzos de esta especialidad. Así, por ejemplo, Dejerine, en los primeros anos de la década de 1890, desvinculó los trastornos de la lectoescritura de una baja inteligencia o de alteraciones en los sistemas sensoriales, relacionándolos, a partir de anáíisisport mortem, con la afec- ración de zonas del hemisferio izquierdo, como la circunvolución angular. En 1896, Morgan, un médico inglés, comunicó el caso de un adolescente de 14 años que presentaba problemas de lectoescritura similares a los derectados tras lesiones adquiridas, pero en este caso sin dano cerebral aparente. Su descripción se convirtió en el primer caso de lo que hoy se conoce como dislexia del desarrollo. En décadas posteriores se incrementó el número de investigaciones que se interesaron oor la relación entre dislexia v, Loreferencia manual zurda, o los beneficios del entrenamiento sobre las habilidades de lectura en individuos que presenraban dificultades en su adquisición (Aaron, 1989). A partir de 1900 se generó un interés creciente por el estudio de las dificultades del aprendizaje, encuadradas por aquella época dentro del término disjimción cerebral mínima, ya que se detectaban en niños con una inteligencia normal. Dislexia, d i s g d a , discalculia y otros se fueron desglosando . como trastornos específicos, aunque en la actuav ertadistico de los traslidad el Manualdiamóitico 0 4 tornos mentales, de la American PkycbiatricAssociation (APA, 2013). en su quinta edición (DSM-5), vuelve a englobarlos dentro del término mtornos del aprendiaje. En la historia de la neuropsicología infantil, igual que en la del adulto, merecen un lugar especial Lev Vigotsky y su discípulo, Alexander Luria. Ambos coincidieron en el Instituto de Psicología de Moscú en la década de 1920. Para Luria, Vigotsky fue un ~geniorque se adelantó a su tiempo al creer que el desarrollo del niño no se podía explicar abordando sólo el «crecimiento de los procesos fisiológicos naturales»: había que contar también con la tremenda influencia de la experiencia social. Y una de las experiencias sodales más relevantes para el niño es la escuela. Otra importante aportación de ambos a la neuropsicologia infintil fue la convicción de la necesidad de reflejar en la evaluación de los ninos con discapacidad no solo sus déficits, sino también sus habilidades; es lo que hoy conocemos comope$l neíiropicológico. Para tal fin, disefiaron pruebas que realizaban tanto una estimación cuantitativa como una valoración cualitativa del niíio. Aunque siempre abogaron por la necesidad de llevar a cabo estudios experimentales en pacientes con lesión cerebral, destacaron en la misma medida el valor de lo cualitativo para entender la naturaleza del déficit. un valor muv enfatizado oor la escuela neuropsicológica europea que, desgraciadamente, con frecuencia se subestima en favor de la cuantificación. riores, han diseñado procedimientos experimentales para explorarlos y han formulado modelos teóricos para explicarlos. Conocer los principios del aprendizaje, por ejemplo, ha sido íundamental para entender las leyes por las que se rige el comportamiento humano, asi como para diseñar técnicas de tratamiento que modulen y modifiquen las alteraciones de la conducta, tan frecuentes en niríos con trastornos del neurodesarrollo. Pasar de conceptoalizar la memoria como un proceso unitario a disociar sus distintos componentes (epiddica, semántica, de trabajo, de procedimientos, etc.) ha resultado crucial para comprender la organización cerebral de acuerdo con subsistsmas especializados que pueden verse afectados de manera diferencial tras una lesión cerebral. Especialmente significativo ha sido entender el complejo entramado de las funciones ejecutivas en el proceso de adaptación del individuo a su entorno y en la interacción con otros individuos del grupo, lo que hoy se conoce como neurociencia social. Así, las habilidades sociales surgen gtadualmente a lo largo del desarrollo del individuo y resultan imprescindibles pata su integración en la comunidad. Las investigaciones con neuroimagen dentro de la neurociencia social han puesto de manifiesto la existencia de una intrincada red de conexiones entre diferentes estructuras cerebrales que median el comportamiento social, entre las que se encuentran regiones del lóbulo temporal, la circunvolución cingular, la amígdala, la ínsula y el lóbulo prefrontal, en particular la región orbitaria. Unas tendrán un desarrollo temprano, mientras que otras maduran más lentamente a lo largo de la ontogénesis. Por ejemplo, el reconocimiento de caras, relacionado con la maduración de las circunvoluciones fusiforme y temporal superior, es un proceso de aparición temprana, mientras que las funciones de regulación emocional requieren un tiempo más prolongado y no completan su desarrollo hasta que se han configurado las áreas prefrontales y el cíngulo, de las que dependen (Beauchamp y Anderson, 2010). Todas estas estructuras aparecen alteradas en niños con trastornos del espectro autista y otros trastornos del neurodesarrollo. Desde los 2 días de vida, el neonato muestra una preferencia por el movimiento biológico frente a cualquier otro tipo de mnvimiento, una actividad que ya aparcce mermada en niños con rrastornos del espectro autista (Simion et al., 2008). En esos primeros días de vida también se observa una atención especial dirigida a regiones faciales específicas (frente, ojos, etc.). La especialización cerebral para caras es bastante evidente a partir de los 3 meses y a lo largo de toda la vida. Los niños con trastornos del espectro autista presentan dificultades para mantener la atención sobre el rostro desde los 6 meses de vida, que se prolongan durante todo el desarrollo. Si a los problemas para mantener el contacto ocular y analizar las características de las caras de sus interlocutores se les suman los déficits en comunicación, que son requisitos básicos para percibir y compartir señales sociales, es fácil entender que no aparezcan funciones sociales de orden superior como las que configuran la teoría de la mente. Estos rasgos son típicos no sólo de la población afectada; también los muestran algunos padres y hermanos de niños con trastornos del espectro autista, lo que se conoce como fenotipo autista ampliado. Sin embargo, los datos actuales muestran que los circuitos cerebrales que median el compottamiento social no están lesionados en ninos autistas; únicamente poseen conexiones diferentes (McPartland y Pelphrey, 2012) que originan un procesamiento menos eficiente de la información social. Estudios recientes indican que la detección precoz de estas dificultades y la intervención temprana pueden mejorar las habilidades sociales, induciendo actividad compensatoria y reorganización en estos circuitos. Probablemente nunca alcanzarán una actividad similar a la que tienen en un niño con desarrollo normal, pero quizá posibiliten una mejor adaptación del individuo al grupo. Estas investigaciones en los trastornos del espectro autista han suscitado también la idea de si se está considerando como trastorno una manera diferente de procesar el mundo. Los niños con alteraciones en el desarrollo tienen sistemas nerviosos con una configuración distinta al patrón normal, lo que da lugar a una percepción estimular diferente, con intereses, motivaciones y formas de aprender tambikn diversas. El prohlema es que con frecuencia esas características peculiares los aislan del grupo. Y a d o s , como a la mayoría de los niños sanos, el rechazo del grupo puede comportarles pérdida de aucoestima y sufrimiento; un tipo de sufrimiento que, como ha demostrado la neurocienúa social, está mediado por las niisrnas estructuras que ks que procesan el dolor físico (Bernhardt y Sínger, . 2012). De ahí que se requiera una intervención precoz en cuanto se detecten estas dificultades. vestigación en autismo ha sido decisiva orar el tratamiento en esta población, revolucionado también el abordaje de teraciones durante el desarrollo. A partir écada de 1960 se consideró que el origen tismo podía no estar en un trastorno emoubyacente, como postulaban las teorías alíticas anteriores, sino en d&cultades prender del mismo modo a como lo hacen os neurotípicos. Se empezaron a diseñar conductuaies especííicos en mntextos y acuvidades Iúdicas, iuiciándose una osofía basada en trabajar sobre las poades de los nifios con alteraciones del olio, favorecer sus aprendizajes y reaüzarel entorno M a r , escolar y comunitario nde se van a desenvolver. La indusión socobró así especial relevancia. Las condiciosocioeconómicas de la familia, los estilos de a y los patrones de comunicación e iuten que mantienen entre sus miembros son es importantes que predicen la adaptación El contexto modula también el desarrollo al, sobre todo en los períodos críucos. En , Harlow ya demostró en monos Los efectos [adores de la privación afectiva. En los seres os, el enanismo psicosocial, u n trastorno CUYO que produce retraso del crecitnienes una buena muestra de este efecto; y en posio, son ejemplos las consecuencias beneficiosas la estimulación táctil en el desarrollo de los . definitiva, para comprender a los nifios astornos del desarrollo hay que conocer ornalía que presenta su sistema nervioso urouencia), los procesos que resultarán afecos (psicologíalneurociencia cognitiva) y las rcusiones que se percibirán sobre el comporento particular del individuo y en relación n sus interacciones sociales (neurociencia somedida que se ha incrementado el conocito sobre el desarrollo del sistema nervioso, com~leiidadde su red de conexiones. la emeria de los períodos críticos que imprimen rente temporalidad en la maduración de sus ructuras, la importancia de la estllnulación biental en su "ganización final, y los mos de plasticidad tras una lesión cerebral, se visto oue la investigallón v la clínica neuroosiógira sobre un cerebro en desarrollo confieren a neuropsicología .. infantil suficiente entidad mo par.[ wr ;onsidcrada una disciplina separadc la ncuri>psicologíadel adulto. A , ., DIFERENCIASENTRE NEUROPSlCOLOGiA INFANTIL Y NEUROPSICOLOG~ADEL ADULTO Aunque en sus oúgeues se abordamn desde los mismos modelos y con la misma metodologia, actualmente, como ya se ha seúalado, no sería acerrado considerar la neumpsicología del ni50 como una copia en minianira de ia nenrnpsicologia del adulta. Los fnndamentos de ambas disciplinas son diferentes: k neur~~sicología en adultos trabaja con cerebros ya configurados, mientras que la neuropsicología infautil estudia un cerebro en desamoilo, con d i o s dinámicos en su organización anatómica y fuucional. El sujeto de estudio de una y otra especialidad determina, pues, las diferencia entre ambas disciplúias en cuauto a la etiologia del daho cerebral, las secuelas y su detección, el pronóstico y la evolución, y el abordaje de ia evaluación y la rehabilitación de los déficits. Etiología del daño cerebral La mayoría de las lesiones en un cerebro adulto se producen como consecuencia de una lesión ce- rebral adquirida, mientras que en el uiño son más frecuenteslas alteraciones congénitas. Los niños también pueden presentar da50 cerebral adquirido, pero incluso en estos casos el impacto que originasobre un cerebro inmaduro y en pleno desarroiio es diferente (Rapiu y Segalowia, 2002). Generalmente, k lesión cerebral adquiida en el adulto ocasiona dafios más focales; los déficits que se observan pueden mrrelacionarse con afectación de esuucmas concretas y con patrones de lateralización hemisfénca. Estas mismas suposiciones en míos resultan mucho más arriesgadas, porque el cerebro en estas etapas madurativas todavía no tiene la configuración 6 d que conocemos y porque, además, en el ni60 no hay tanta especialización; las regiones de la corteza cerebral, por ejemplo, están profuamente iuterconectadas entre sí, con lo que una lesión temprana puede provocar síntomas más difusos y, en general, mayores secuelas funciouaies que en un adulto. Detección del daño cerebral con pruebas de neuroimagen El &o cerebral adquirido, a causa dc turno- res, traumatismos craneoencefáliws o accidentci c~relin~v~scukres. produce lesioiies Ii>des o difusas sobre el tejido cerehral quc a riicriud~~ ~ T R O D U C C I Ó NA LA NEUROPSlWLOGiA DEL DESARROLLO se detectan en la TC o la RM. Sin embargo, los cambios cerebrales que originan los trastornos del neurodesarrollo no suelen aparecer en las pruebas de neuroimagen que se incluyen en los protocolos hospitalarios estandarizados. Y a veces no es porq u e - existan. ~ ~ ~ Los análisis pormenorizados de las imáeeoes cerebrales o la introducción de oruebas u más específicas (como la tractografia, la RM funcional, etc.) que se emplean en investigación han mostrado anomalías cerebrales en esros trastornos de las que no se había informado previamente, como, por ejemplo, pequeñas displasias y ectopias en la dislexia, esclerosis del hipocampo en epilepsias resistentes a los fármacos, o alteraciones en la conectividad cerebral en el antismo. Asimismo, los resultados compatibles con la normalidad que con frecuencia aparecen en los protocolos rutinarios de exploración de ninos con alteraciones del neurodesarrouo no se correlacionan con las observaciones clínicas. Y en estos casos es prioritario atender a los síntomas que el nino presenta, evaluarlos e intervenir en ellos. Orientación diagnóstica El diagnóstico suele ser difícil de precisar cuando el nino es muy pequeno, por lo que se aconseja cautela y seguir durante un tiempo prolongado q u e puede ser de d o s la evolución antes de emitirlo. Por ejemplo, no es fácil establecer con exactitud si un nifio de 2 anos con alteraciones del lenguaje y dificultades en el contacto social manifiesta un trastorno del lenguaje o uno del espectro autisra. Y con respecto a la evaluación, generalmente los teso consideran como alterado un dato que se aleja 2 desviaciones típicas en relación a la media del resultado esperado. Contando con que factores como la atención y la motivzción del niño hayan sido los adecuados, puede resultar erróneo afirmar que este resulta do es deiuiitivo y va a seguir altenda con el tiempo. Esto obedece a la peculiar evolución que puede seguir un cerebro con alteraciones en su configuración. A veces, la dishuición permanece estable, pero como noren otras ocasionei se modifica, y. aparece . mal en sus componentes básicos y como delicitaria en las tareas de mayor complejidad. Por ejemplo, un nino Loeaueiío ouede manifestar dificultades con el cálculo de sumas y resras simples, y cuando crece y Uega a operar con cantidades, sus problemas ~ u e d e n relacionarse con el cálculo menral o con operaciones aritméticas más complejas. Por eso, a la pregunta de cuándo hay que abandonar el seguimiento evolutivo de un niño con alteraciones en el neurodesarroUo, quizá la respuesta sea «nunca*. 1 Evolucióny pronóstico: mayor plasticidad pero mayor vulnerabilidad En adultos, el conocimiento de la funcionalidad ~remórbidaes una variable que contribuye a la predicción de la evolución de los déficits que se detenan. Esa función, que ha quedado afectada tras la lesión, podía estar perfectamente instaurada antes. En la clínica diaria es frecuente ver, por ejemplo, que personas con nivel sociocultural alto tienen un mejor pronóstico tras un accidente cerebrovascular oue las de nivel más baio. En un nifio con alteraciones en el desarrollo ese pronóstico resulta más dificil de realizar, ya que, además, no se cuenta con un nivel premórbido (Portellano, 2007). Relacionado con el pronóstico tras una lesión del sistema newiosa central, es conveniente analizar la doble cara de la moneda phn'cidad cerebraUuulnerabildad. Aunque ya en el apartado de historia se ha mencionado que Luria y Vigotsky hablaban de plasticidad parcial en la infancia, a partir de 1940, con los trabajos de Margaret Kennard, resurgió con fuerza la idea de la plasticidad completa, de acuerdo con lo que se denominó «principio de Kennardn. Esta investigadora estudiaba las efectos de las lesiones cerebrales tempranas en macacos y sus hallazgos indicaban que, cuando se lesionaba la corteza motora, la recuperación era en todos los casos mejor cuanto más joven fuera el mono. De estos resultados se derivó la idea de que cualquier daño cerebral temprano apenas originaba secuelas. Aunque ya Hebb, en 1949, demostró la falacia de tal proposición, y a pesar de la cada vez mayor evidencia en contra, se ha seguido manteniendo durante mucho tiempo en los textos sobre neurología y neuropsicología infantil y, lo que es peor, continúa gozando de gran aceptación entre los profesionales que rrabajan con estos ninos. Pero la realidad es bien diferente. Si bien es cierto que el cerebro del nino es mucho más plástico que el de un adulto -suele tener mayor capacidad de reorganización p en consecuencia, mayor recuperación funcional-, también se sabe que las repercusiones de una lesión cerebral temprana son más graves y globdes porque afectan a un organismo en pleno proceso de aprendizaje y de adquisición de habilidades, es decir, cuanto más precoz sea una lesión, mayor vuherabilidad existe (v. cap. 2). Una primera cuestión que modula el concepro de plasticidad infantil es el tiempo de evolucibn desde que reprodujo el dalario. Por muy amplio que sea este período en el adulto, siempre es más corto ología &til. en un niño, que habrá de convivir con sus déficits probablemente durante toda su vida. En segundo lugar, y más importante, está el hecho de que en el niño la edad de la lesión y k de k aparición de los síntomas no tienen por qué coincidir. Por ejemplo, un niño con 2 dias de vida que sufre una hemorragia cerebral en las áreas del lenguaje puede no manifestar los primeros síntomas hasta los 14 meses, cuando el entorno demanda que comience a emitir sus primeras palabras con un carácter referencial. Esto es todavía más evidente cuando se trata de lesiones en regiones prefrondes, que siguen un prolongado desarrollo a lo krgo de todo el cido iiifantil y la adolescencia. Una lesión en el primer año de edad puede originar apenas síntomas, pero a medida que el niño crece, crecen con él sus dificultades en las funciones y los procesos vinculados con estas mnas cerebrales. Cuando wmience la etapa escolar, por ejemplo, y el medio le exija un incremento en la atención, mayor control de impulsos o habilidades de socialización, puede que dicha lesión temprana lo incapacite para ofrecer ese tipo de respuestas. En definitiva, una lesión cerebral temprana puede interferir en el desarrollo evolutivo y originar déficits que aparecerán años después de que se produzca dicha lesión. Muchos de los trastornos en el desarrollo tienen, además, un fuerte omponrnte genético, lo que hace que, desde sus inicios, el cerebro se configure de manera diferente, y una función se ejecute también de manera diferente (v. cap. 3). Por ejemplo, el reconocimiento de caras es un proceso generalmente más lateralizado en el hemisferio derecho en niíios sanos. Numerosas investigaúones han mostrado que los niños con síndrome de Williams tienen una ejecución similar a la de sus controles emparejados por la edad en las que la evalúan. Sin embargo, cuando se anaiiza pormenorizadamente dicho proceso, se observa que su cerebro no muestra asimetría para las caras ni un nivel de procesamiento tan especializado como el de sus iguales sanos -las mismas regiones se activan ante coches, perros, etc.- (Dagmara et al., 2008). Otro ejemplo típico es el de los niños con dificultadesde lectura, que activan, como mecanismo de compensación, zonas cerebrales que normalmente no participan en el proceso lector. Estos ejemplos indican que, con frecuencia, las alteraciones en el desarrollo del sistema nervioso configuran un patrón anatómiw y funcional diferente. De ahí que resulte arriesgado establecer un pronóstico que equipare las pautas de desarrollo de un niño con alteraciones a las del desarrollo de un niño normal, si bien tanto las pruebas de Definición, objetivos y aplicaciones evaluación como los profesionales que trabajan con esta población tienden a hacerlo cuando extraen conclusiones, al no contar con otro modelo de comparación. Es recomendable, no obstante, mucha precaución en este senado, porque la temporalidad en la adquisición de hitos evolutivos en un cerebro con alteraciones en el neurodesarrollo puede ser totalmente diferente de la que sigue un cerebro sano, a veces w n saltos evolutivos insospechados, y a veces con períodos en los que no se detecta ni el más mínimo avance. Evaluación e inte~ención:necesidad de una orientación más Iúdica Como se ha indicado, una gran mayoría de los ninos con alteraciones en el ueurodesarrollo nunca lomará la ooortunidad de exoerimenrar la normali&d en esas'funciones deterikdas. De ahí que con frecuencia no tengan tampoco conuencia de déficit, por lo que resulta imprescindible asegurar su wlaboración en el proceso de evaluación e intervención, haciéndolo lo más lúdico, auactivo y estimulante posible. Al carecer, en la mayoría de las ocasiones, de motivzción intrínseca por mejorar, somos nosotros los encargados de promover ese avance. EL DíA A DíA DEL NEUROPSIC~LOGO CLíNICO INFANTIL Evaluación neuropsicológica Aunque el proceso de waluación sigue fases similares en niños y adultos, difiere en su orientación, el contexto en el que debe realizarse, los datos que hay que recabar y los insuumenros de medida. La halidad de dicha evaludón es comprobar las consecuencias que tiene el hincionamiento alterado del sistema neMoso en la cognición, la emoción y la conducta, con el propósito de plantear métodos adecuados de intervención. Para lograrlo, la evaluación neuropsicológica en el nüio debe entenderse como un proceso con varias fases. La primera es la aproximación al problema analizando el motivo de consulta, que en ocasiones no tiene por qué coincidir con la el de los pasituación real. Sirva como eiemplo , dres que acuden al especialista porque su hijo no habla, y el cuadro acaba siendo mucho más grave, al detectarse problemas comunicativos y relacion& aue llevan a un diaenóstico de mutismo. El u proceso continúa con la entrmista, en la que se recoge información de antecedentes familiares, A I INTRODUCCI~N Al A NEUROPSICOLOGÍA DEL DZSARR datos prenatales, perinatales y posnatales, grado de autonomía en las actividades básicas de la vida diaria, rendimiento académico, relaciones sociales, etc. A esta primera entrevista suelen acudir los padres y el niño, si es muy pequeño; si tiene más de 4 años y, dependiendo del caso, puede ser recomendable que asistan los padres solos para que se expresen más libremente, sobre todo si el hijo tiene conciencia de sus déficits o presenta problemas de conducta. Con niños de aproximadamente 12 años o más resulta interesante recabar su propia opinión sobre las dificultades que han originado la consulta. Posteriormente comenzará la aiaIüaciÓn delmenor, seleccionando los tests que se van a emplear y complementándolos, si es necesario, con tareas no estandarizadas. Tras la entrevista, el neuropsidlogo obtiene una idea general sobre las funciones o procesos que debe valorar y los instrumentos con que hacerlo. No se mara de explorar por explorar, extenuando al niño con un número inagotable de pruebas, sino de seleccionar aquellas que midan mejor los procesos afectados. Atendiendo al nivel de colaboración, con niiios más pequeños siempre es necesario comenzar con actividades atractivas y fáciles, para aumentar su motivación. La evaluación tiene que ser muy flexible, y podrá abandonarse en ocasiones una pueba sin concluirla porque el niño esté cansado o desmotivado, y han de emplearse materiales adaptados y atrayentes para la población infantil. En la evaluación se tenderá a incluir una valoración cognitiva global, w n escalas que proporcionen un índice general de inteligencia, y después se construirá un protocolo con pruebas especificas seleccionadaspara explorar procesos concretos. En niños muy pequeños o con bajo nivel de funcionamiento se prefiere la administración de escalas de desarrollo que facilitan una idea de los hitos evolutivos que el menor ha alcanzado y de los que le falta adquirir. Estas escalas y otros tests, sobre todo para menores de 6 años, no son pruebas neuropsicológicas en el sentido estricto, pero eso no significa que no puedan ser interpretadas desde una perspectiva neuropsicológica. El siguiente paso seria la corrección e hterpretación de los datos obtenidos, teniendo en cuenta las peculiaridades de la evolución del daño cerebral en la infancia, ya mencionadas. El proceso culmina con la devolución de la información. El informe que se redacte para los profesionales que lo demanden v la información oue se facilite a los deben estar basados en un perfil neuropsi cológico del niño, que incluya tanto llar funciones afectadas como las que se mantienen preservadas. Desde nueztra perspectiva clínica, la evaluación neur~psicoló~ica infantil debe ser de natur a l a cuantitativa y cualitativa, como apuntaban los pioneros de la neuropsicología Luria y Vigotsky. La estandarización de las pruebas y los datos psicométriros es muy importante porque permite objetiva los déficits, comparar las puntuaciones con las que obtiene la población normal o formar grupos para investigación y analizarlos estadísticamente. Pero tan importante como obtener el dato cuantitativo será analizar los pasos que el niño sigue para realizar la prueba, el tipo de errores que comete, cómo intenta solucionarlos, las causas que lo llevan a fracasar en su ejecución, etc. No se trata de saber si realiza o no una determinada prueba, sino de cómo es su desempeño. Así, los tests no deben administrarse como meros instrumentos para obtener puntuaciones y compararlas con una norma, sino que han de servir para realizar una evaluación orientada al proceso. Son diversas las situaciones o factores que pueden influir en los resultados de una exploración neuropsicológica y que, por lo tanto, deben tenerse en cuenta. El grado de motivación, el esrrés, los problemas atencionales o el déficit en el lenguaje comprensivo pueden contaminar los resultados de una prueba, aunque lo que se esté midiendo sea otro proceso diferente a los mencionados. Es importante, también, que las pruebas estén adaptadas a la edad del niño en proceso de evaluación. Las palabras que se incluyen en un test de memoria, por ejemplo, los pasos que se le exigen para completar una consmcción o el número de pisas que componen un rompecabezas tienen que adecuarse a las particularidades de esa etapa evolutiva Por último, cabe mencionar que el neuropsicólogo infantil debe integrar los resultados de las pruebas en el contexto de una evaluación más amplia que tenga especial cuenta de los aspectos ecológicos. No hay que ceñirse sólo a los datos obtenidos en una situación que no deja de ser ligeramente artificial. De ahí que la información que faditan Los padres sobre el contexto familiar y los maesuos sobre el ambiente escolar sean imprescindibles en una valoración ajustada, por lo que es frecuente el uso de cuestionarios destinados a ellos. Muchas veces hay que ir más allá, explorando esas variables moduladoras que son el entorno familiar y escolar y que condicionan en gran medida el desarrollo infmtil. Sirvan de ejemplo las familias bilingües, cn las quc cn ocasiones los hijos muestran un retraso en la adquisición del lenguaje, o el g a d o en que se implican mi+ padres a la hora de implantar en el hogar sistema alternativo de comunicación. En el to ese entorno también es importante, pero el niño determina su wolución y condiciona técnicas que se emplearán en su tratamiento. ervención neuropsicológica ando se habla de intervención con niíos no sea tan adecuado emplear el término ilitación neuropsicológiw~.ya que muchos rocesos o funciones aue se van a abordar no se perdido, sino que nunca llegamn a generase, s se trata de trastornos congénitos. En estos cada más conveniente hablar de habilittnón. n la intervención terapéutica siempre se parde la línea de base obtenida durante la walua'ón, y los objeuvos, la metodología y los mate.ales deben ser individualizados y adaptados a las particularidades de cada caso. Dicha intervención isueie wnsistir en un tratamiento directo con el niño, junto a información, pautas y asesoramiento a los padres y a otros profesionales que trabajan con él. En algunos casos es suficiente efectuar un seguimiento y ofrecer unas recomendaciones a las p m e del entorno del menor personas que foSabemos que un programa de tratamiento ne~ropsicoló~ico personalizado resulta esencial para conseguir la reducción de los déficits funcionales, aumentando de esta forma las posibilidades de integración de estos niños en la comunidad y mejorando, como objetivo principal, su calidad de vida. A pesar de ello, resuita tremendamente complicado valorar la eficacia de estos tratamientos por la vanedad sintomatológica y la distinta naturaleza de los trastornos a los que se dirigen, y también por las variables que se evalúan para establecer dicha eficacia: cociente intelectual, calificación académica, autonomía en las actividades básicas de la vida d i a etcétera. Al leer diferentes m a n d e s o artículos sobre neuropsicología infantil se observan distintos modelos y protocolos de tratamiento que pueden divergir mucho entre sí. Sin embargo, se han encontrado algunas características que se asocian con resultados mejores y que, por consiguiente, será importante tener en cuenta (Mnñoz y Tirapu, 2001). Estas son: 1 Partir de modelos teóricos de referencia Adoptar una perspectiva múltiple e interdisuphar. Establecer un orden de prioridades. Comenzar la intervención de forma temprana. infantil. D&dón, objetivos y aplicvciones Basar el uatamiento en las habilidades y capacidades conservadas. Considerar las &les emocionales. Tener en cuenta los aspectos Familiares, sociales, c u i d e s y económicos. Nosotros afiadiríamos la de que dichas intervenciones se sirvan de los principios de modificación de conducta para mejorar su eficacia. A lo largo de esta obra con frecuencia se hará referencia al moldeamiento, al encadenamiento hacia auás o al refuerzo positivo para instaurar o incremenrar conductas, y a la extinción o coste de respuesta para reducirlas o eliminarlas. Además, otros procedimientos o técnicas especificas como el entrenamiento en autoinstrucciones o el sistema de comunicación por intercambio de imágenes se basan en estos principios. Para conseguir una buena recuperación funcional, estos programas de tratamiento emplean esvategis que a& sobre los déficits y sobre las potencialidades. Las actuaciones dirigidas a los aspectos deficitarios o alterados se conocen como e s t r a t e resnnrmriar (aunque en el caso de los niños, como se ha comentado previamente, puede ser más adecuado denominarlas estrategias habilitadoras), y las focahadas en los puntos fuertes se conocen como esmfegimcompenr~torim.Como ejemplo de las primeras estarian las típicas c h llas de grafomomcidad para mejorar la graHa de un nino que presenta problemas de escritura, y como ejemplo de las segundas incluiríamos todos los apoyos visuales que se emplean en niños con trastomos del espectro autista w n el íin de suplir sus dificultades con el material verbal y abstracto, ayudándose de lo visual y concreto. La neurociencia cognitiva ha creado, durante los últimos d o s , programas de entrenamiento cognitivo que permiten objetiva mejoras en pmcesos concretos como la atención, la memoria de uabajo, la inhibición, etc., y su transferencia a la inteligencia fluida (Jaeggi et al., 2011). La neuropsiwlogía úínica se sirve en ocasiones de ellos para trabajar con niríos que uenen aigún tipo de daíio o disfunción cerebral. El diseño de dichos programas induye actividades focahadas que generalmente son de dificultad creciente. No se trata de una sobreestimulación desorganizada, sino de uaa estimulación sistematizada y, como ya se ha mencionado, adaptada a las características individuales del niño. No obsrante, este tipo de actuación debe ser lo más ecológica posible y complementarse con otras que tengan en cuenta variables emocionales y sociales. 11 ~ X O D U C C AI LANEUBOPSIGOLOGÚ ~N DEL DESARROLLO RESUMEN 1 .: ~ u e r p a c k . ~ h 0 ~ 4 c i ~ i eInI W t ~t 5t ~b,~~~r - ~ ~ % . ~ - . -. ..~.G k ~ r i ~ZBn i ~? ~15i -~ nGrq~si~ois& del ~-~ . ~ ;i%!ittot$34&3 ~ ~ ~ deiesmriia,lelti~q2& le. ~ . cuenta 10s factok.gmdr>nales,,familia- . ~. ~ 1 I ~ . ~ ~ l d ~ t i @ o s a w j o E a rcalid,g&dsvid.adel=ta menor. -~ ~ ~ ~ ~ Diamond A &enidve hincuons. 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Y si los cambios rales en talla o peso pueden resultar asommás aun lo son los que aparecen en las as motoras (desde los primeros pasos a la ra), en las capacidades lingiiísticas (desde el o al relato de un cuento), en los aprendizajes micos, o M la intención de compartir o de tar un nuevo juego. estudio de la diversidad y creatividad del rtamiento humano unplica la necesidad de dizar en el conocimiento de los procesos de ón del sistema nervioso cennal en genecerebro en partidar, a i que se vincukn isiciones comportamentales. Así, la maon cerebral se presenta como el proceso más ejo, por su dinamismo, y prolongado, por erse hasta la vida adulta. Pero, a la vez, y a pesa^ de las numerosas iduencias a las que se verá sometido el mdividuo a lo largo de un período tan extenso (v. cap. 3), internas (en especial las preprogramadas genéricamente) y externas (desde la mera nutrición, los efectos de farmacos o virus, hasta las expuiencias proporcionadas por el entomo famlLiar, escoiat, histórico e induso chático), se observa una secuencia ordenada y un elevado grado de consistencia en dicho desarrollo entre individuos, tanto a nivel cerebral como conduuual. Las relaciones entre cerebro y comportamiento se han examinado fundamentalmente de tres maneras (Kolb y Fantie, 2009): 1. Observando el desarrollo estructural del sistema nervioso y u)melacionándolo con la aparición de conductas específicas, puesto que ambos siguen procesos ordenados y compartidos dentro de la misma especie. 2. Explotando las conducta y haciendo inferencias acerca de la maduración neural. 3. Relacionando las alteraciones cerebrales con los trastornos del desarrollo 1 INTRODUCCIÓN A LA NEuRoPSICOLOG~ DEL DESARROLLO Así, a lo largo del capítulo se expondrán, en primer lugar, los principios organizativos que subyacen a los cambios estructurales del cerebro y, en segundo lugar, los implicados en los cambios hincionales en los primeros d o s del cido vital, que posibilitarán una comprensión más ajustada de los modelos que, desde la neurociencia, tratan de explicar el desarrollo de los procesos neuropsicológicos así como de sus alteraciones. Las relaciones entre alteraciones en el neurodesarrollo y los trastornos asociados se expondrán en el capítulo 3. LOS PASOS PREVlOS AL DESARROLLO CEREBRAL Compartimos, desde el punto de vista filogenético, unos mecanismos madurativos que se prolongan a lo largo del ciclo vital. A la vez, desde una perspectiva ontogenética, y ya en la fecundación, seguiremos un camino evolutivo que nos llevará a crecer como individuos con unos caracteres o rasgos particulares (peso, estatura, capacidad intelectual o competencia social). En psicología del desarrollo, el intento de explicar las diferencias individuales ha dado lucar a una controversia histórica denominada «genes frente a ambiente», «naturaleza frente a crianzas, *maduración frente a aprendizajes o <inature verrw nurmren. Son numerosos los autores que argumentan que tal controversia ha quedado obsoleta (p. ej., Esposito et al., 201 1). En 2003 se hizo pública la primera versión considerada completa del genoma humano, con unos 20.000-25.000 genes estimados. Esta secuenciación permitirá estudiar la variación genérica interindividual, es decir, las diferencias fenotípicas entre los individuos, lo que en el ámbito neurop~icoló~ico supondrá conocer la susceptibilidad de cada uno a desarrollar diversos síntomas y enfermedades o su respuesta a distintos fármacos. Sin embargo, ningún individuo madura sigue su preprogramación genética- sin interactuar con entnrnos variados. De ahí que sea necesario hablar del genoma como una estructura dinámica (para un glosario de algunos conceptos relevantes en genérica, v. Tabla 2-1). Así, aunque los genes contienen información primordial para el desarrollo del organismo, son moléculas inertes que no pueden participar de forma directa en los mewnismos biológicos: su información es extraída y traducida en proteínas que entran en procesos compl~josdonde interacthan con otros productos geoéticos, así como con el ambiente intracelular y extracelular. El ácido u - desoxirribonucleico (ADN) que los integra, a su vez, se compone de cuatro nucleóridos que se presentan emparejados, de ahí su nombre de pares de bases (adenosina-timina, citosina-guanina), que actuarían como una especie de alfabeto que codifica información. Cuando la célula necesita sintetizar una determinada proteína, las enzimas .leen» el gen y hacen una copia de la información. Este proceso se denomina transcripción, y la copia, ácido ribonudeico (ARN) mensajero; mientras, la conversión del ARN mensajero trmscrito en una proteína se designa como trarlación. Una vez que el gen ha sido transrriro, se dice que ha sido expresado. La expresión de un gen resulta en el fenotipo. Sin embargo, cada gen ~ u e d eexpresarse de numerosas maneras: como diferentes versiones de una proteína e induso como diversas proteínas. Además, éstas pueden modificar su forma después de su traslación, y habitualmente interactúan con otras en redes complejas, como se ba indicado. De esta manera, hay un largo camino desde la información codificsda en el ADN del individuo hasta su fenotipo conducrual, con un amplio abanico de intermediarios, incluido el ambiente. Por lo tanto, los genes serán probabilísticos, no deterministas; codifican proteínas, no conductas (Esposito et al., 201 1). En relación con esta idea se encuentra el concepto de epigéneiir, heredado del campo de la biología, que habla del papel de la experiencia en la explicación del desarrollo fenotípico. Se refiere a las modificaciones del genoma que alteran la nprcsión de un gen sin afectar a las secuencias de pares de bases a partir, por ejemplo, de mecanismos como la adición o sustracción de moléculas (por lo general de un grupo metilo: así, ocurrirá o bien una metilación -principal mecanismo epigenético que regula el desarrollo del sistema nerjioso central-, o bien hipometilación o dimetilación, respectivamente a la hélice de ADN). Estas modificaciones epigenéticas alteran la probabilidad de que un gen sea transcrito (se considera la transcripción como el mecanismo genérico que mejor muestra la interacción entre gen y ambiente, puesto que su activación se encuentra alramente regulada por señales ambientales) y llegan incluso a silenciarlo completamente; se pondrían en marcha ante estímulos del entorno que van desde la dieta o las toxinas al estrés. Es necesario tener en cuenta que la actividad mediadora de la epigénesis en la interacción entre gen y ambiente va más allá del desarrollo prenatal o de la primera infancia y abai-ca todo el cido vital, de manera que algunas consecuencias a largo plazo 1Tabla 2-1. Algunos conce~tosrelevantes en genética Macromolécula degrancomplejidad queforma partede todas las células y q u e contiene la informacióngenetica para el deurrdlo y Ibiicionamiento de lo, seres 1 "WOS MolOculanfundamen%al para laerpres+5ngénica. yquetian%fierela información del AON durantela s W i s de protehar cada uno de los genes (qnoprocedente del padtey otro de la madre) situados enelmismo lugar-de los cromosoma%queformanel par 1 - Moléculade~~fique lleva la infamación del ADNsobre lasecuencia de aminoácidos de la proteína del nBclw-hastael ribosoma, luoarenel sue se sintetizan las otdeinas 1 delacélula I Cualquier cramosoma que no s e a ~ u a lE.n los sereshumanos/del par 1 al par22 Célula resultante de la unión de un gameto masculino yuno femenino 1 en la fertilizaci6no concepción 1 Conjunto de instrucciones por lasque la información contenida en los qenes 1 se traduce en protehas 1 Cada unitdg las 46 eStNdumS en forma de bastón compuestas por genes 1 y organbdas pw pares 1 Concepto biolúgicq;quealqdea la iúluencia del ambiente en la expresión de los rasgos que caracterizan a un ser vivo a partir de la información contentda Cada una de las célu\as xexuales,femenina (óvulo)y masculina (espermatozoidel, queal unrrse dará luoar aun nuevo individuodela eioeúe I Unidad f~ncionalbasica de la hprrncia -- - - ---- Dotación genetica de un organismo que contiene tanto las cararterisricar expresaaas como lar no expresadas Cmmosomas sexuales. En los srres humanos. e. par 23 (XX para las muicrcs. XY para los hombres) Mecansmode división pmpiode iosgametos que origina células genéticamente distintas, base de la reproducaón sexual y de la variabilidad genética Prqsesode división-queda lugar a dos células genéticamente idénticas del crecimiento, de la repareción de los teiidos a la célula ~adre~fundamento y @ la repmducción asexual 7 Mitosis lb 1 de experiencias tempranas estarían representando dichas inñuencias epigenéucas. Así, procesos de metilación d d ADN, que se han observado estables e incluso hereditarios, serían el sustrato ideal de cambios celulares prolongados que Uwarían a modificaciones del individuo en el ambiente posnatal, a su v a inducidos por la enrperiencia (p. ej., en la relación w n el cuidador). Si bien la mayoría de los hallazgos en esta dirección proceden de modelos animales, en los seres humanos la búsqueda de datos sobre programación fetal epigrriL.u~apor cambius ambicride5 ha permitido encontrar que los bebés de ambos sexos de madres con elevados niveles de depresión y an- siedad durante el t e r m tnmesue de gestación ven incrementada k metilación del promotor -región de ADN que controla k iniciación de la transcripción- del gen receptor de glucowrticoides Nr3ci en la sangre del wrdón umbilical. E1 Nr3cl se vincula con los niveles de cortisol, hormona fundamental en la respuesta al esués, en el metabolismo y en el sistema inmunitario. También se ha detectado meulación elevada de ADN global en leucocitas en bebés nacidos por cesárea en wmparación con los nacidos en o m o s v ku a l e s v. de nueva. en muestras de Nr3cl hipocámpicas en varones víctimas de suicidio con historia de maltrato en la infancia, Si bien no está claro que la meelanón INTRODUCCIÓN A LA NEUROPSICOLOG~ADEL DESARROLLO del ADN se correlacione de manera exacta con la metilación en el sistema nervioso central (SNC), todo indica que ya desde el desarrollo prenatal el epigenoma de un individuo es sensible a las experiencias de la madre y al ambiente intrauterino y extrauterino (Roth y Swean, 201 1). Por lo tanto, y en concreto, el proceso de desarrollo cerebral es complejo en su dinamismo, puesto que se produce en un contexto que es sumamente organizado y estructurado a nivel genérico, pero con un entorno que cambia de manera constante. Como consecuencia, tanto la expresión de los genes como la recepción de la información ambiental son necesarias para el desarrouo adecuado del cerebro, y la perturbación de cualquiera de ellas puede alterar dicho desarrollo, en ocasinnes de Forma dramática (Stiles y Jernigan, 2010). DESARROLLO ESTRUCTURAL. CONSTRUIR U N A PEQUENA GALAXIA El cerebro adulto contiene tantas neuronas como estrellas tiene la Vía Láctea. La génesis de esta sensacional cantidad de células y de las cnnexiones entre ellas se produce a un ritmo vertiginoso antes del nacimiento. Sin embargo, una de las características del desarrollo neural en el ser humano es que los procesos de conectividad entre neurona y el refinamiento de los circuitos continúa tras el nacimiento (principalmente durante los primeros anos de vida, aunque algunos sistemas siguen perfeccionándose hasta la adolescencia y la primera juventud). Esto nos permite, al nacer, tomar contacto con el entorno en unas excelentes condiciones de ~lasticidadcerebral, requiriendo menos sistemas conductuales predeterminados y generándolos, en cambio, en continua adaptación a los contextos en los que <viremos. El desarrollo del sistema nervioso comienza, por lo tanto, en la etapa embrionaria a partir de la primitiva capa ectodérmica, de la que surgirán las células epidérmicas (como la piel, el pelo o las uñas) y las nerviosas. Estas primeras células, precursoras de las futuras células nerviosas, dan lugar al tubo neural durante la 3*semana de la gestación en la parte dorsal del embrión. La parte rostral del tubo formará el cerebro, mientras que la parte caudal generará la médula espinal. En concreto, desde la 4 s a la 8a semana de gestación, la parte rostral de este nibo neural se expandirá y dará lugar a tres vesículas cerebrales: el rombenct$alo, que generará el bulbo raquídeo, la protuberancia y el cerebelo; el meiencéfalo, que dará lugar a la estructura del mismo nombre, y elprosencéfalo, que será el precursor de las estructuras del dienc8alo y del telencéfilo. A partir de la 9" semana de gestación, ya en la etapa fetal, la morfología del cerebro irá cambiando de forma evidente, y pasará de ser una estructura lisencefálica (lisa, sin arrugas) a mostrar paulatinamente un patrón de circunvoluciones y surcos. Primero se observará la cisura longitudinal separando ambos hemisferios cerebrales, para aparecer posteriormente el resto de cisuras (silviana, cingular, parietooccipital o calcarina, entre otras) (Stiles y Jernigan, 2010) (Fig. 2-11, Protuberancia 1 Cerebelo 1 Metm6falo 4 sernanas 6 semanas 7 semanas 5 meses 9 meses Figura 2-1. Desarrollo del cerebro desde la etapa embrionaria hasta el nacimiento. Se puede observar cómo las tres vesiculas primarias (prozencéfalo,mesencéfaloy rombencéfalo)van generando las distintas subdivisiones del cerebro. Estos cambios evidentes que o ~ ~ en~la eanan a del cerebro durante el desarrollo embrionafetal reflejan los fascinantes cambios que se en a nivel celular. En concreto, se pueden ciar cuatro fases: neurogénesis y migrauón; ciación y m a d u r ó n de las conexiones; ización, y poda sinápuca y muerte neuronal. neurogénesü comienza con la formación del bo neural y parece finalizar aproximadamena mitad del período de gestación, ocupando lncipalmence la fase embrionaria (primeras 8 as), mientras que la migración se excende.én durante la fase fetal. Los neuroblasucirán neuronas y los ghoblastos, por su , generarán células gliales. La mayor prolifen de neuronas se produc~ráen la zona ventrien el interior) del tubo n e d , desde donde zarán a desplazarse, siguiendo un patrón , hacia la wna externa del tubo. La migraempieza con laaparición de las primeras neu,las cuales son guiadas y «trepan»por glías hasta su lugar de destino, recorriendo, en es, largas distancias (Fig. 2-21, A medida que las neuronas van legando a la parte más externa del tobo, van formando las seis capas de la futura corteza cerebral con un patrón nde adentro hacia fuera>»:las primeras neuronas en llegar darán lugar a las capas más profundas, mienuas que las Últimas irán a ks capas más superficiales. Durante la etapa fetal (apanir de la 9asemana), como se ha descrito previamente, las estructuras mebrales siguen creciendo en tama3o y comienza la d i f . r n ~ c i ó ny m a ú u r d n de las nenronas. Así, las neuronas se van diversi6mdo y cambiando de forma -según el lugar donde van a permanm-, produciendo, para ello, neumtransmisores y factores neurouóficos: las neuronas piramidales, por ejemplo, predominan en la cortwa motora, mientras que las granulares son típicas de las regiones sensoriales. Asimismo, a medida que se produce la migrauón a través de las g h radiales, empiezan a crecer los axones mediante un proceso de *afinidad quimicau entre el t d a i axónico y la neurona «objetivo". Los axones se dirigen a mnas subarticdes, a ouas áreas corhcales, o atraviffan la línea media formando las wmisuras interhemisféricas. Recientes estudios de tractografia cerebral con la técnica de ima~enioor tensor de difusión (d-gWon temor kgiing, DTI) (Lzbelet al., 2012), muestran que el fascículo longitudinal inferior, el fórnix y el cuerpo caiioso son los tractos de fibras que tienen el desarrollo más temprano, durante el primer trimestre de gestación, quizá debido a que se encuentran relacionados, respectivamente, con la emergencia de procesos básicos como el procesamicnto Wud, la memoria y la comunicación interhemisferica, que es cmcial para el desarrollo sensoriomotor. A continuación, hacia el tercer mes de gestación, se desarrolla la comisura anterior, que conecta los lóbulos frontales, seewda del uacto comcoespinal. Finalmente, comienzan a surgir las anexiones frontotemporales y frontoparietales, tales como el úngulo, el fascículo uncinado o el fascículo longitudinal superior. Estos uactos, así como el cuerpo d o s o , maduran de forma más lenta, maduración que continúa tras el nacimiento hasta la adolescencia y la juventud (Lcbel et al., 2012; Semnid-Clikeman y Teeter, 2009). Posteriormente, una vez en SU lugar de desuno, las neurona comienzan a establecer conexiones con aquellas que las rodean, para lo cual se produce el crecimiento del árbol dendrítiw. Esta maduración se inicia antes del nacimiento, pero sigue prodn~éndoseen etapas posnatales, lo que la h~to@neris' Como '' ha indicado y "gún la hipótesis de Oppenheh (1989L la neurona «objetivo» genera factores neurotrófiws que guían el 0 ,. Cuerpos celulares de las gliac radiales Figura 2-2. Representación grafica del proceso de migracion neuronal. En un corte transversal del tubo neural (arriba) se muestra cómo las c6lulas gliales se establecen de forma radial desde la zona ventricular hasta la superficie pial [abajo. izquierda), que dará lugar a la corteza cerebral,y sobre ellas ascienden las neumnas mcgratorias tabalo. derecha). INTRODWCCI~N A LA NEUROPSICOLOGÍA DEL DESARROLLO crecimiento de los axones, los cuales compiten por dichos recursos neuroquúnicns. Por lo tanto, las neurotróficos y sobrevivir. Asimismo, la formación por mecanismos Xexpecde sinapsis se ve ¡&da tanres» y «dependientes»de la experiencia. Las primeros hacen referencia a que el desarrollo de las sinapsis necesita de la presencia de rienv experiencias sensorides que son estimulaciones comunes a todos los miembros de la especie (p. ej., luz, color o movimiento), mientras que los segundos aluden a la generación de sinapsis dependiendo de las experiencias únicas para cada individuo (p. ej., visión de rasgos facides orientales o exposición a la fonética germánica). Más adelante se relacionarán estos procesos con la plasticidad temprana de nuesuo cerebro. Puesto que el bebé nace con más neurona y sinapsis de las que va a necesitar, los procesos de poda sináptica o apoptosis y de muerte neuronal permiten perfeccionar y refinar aquellas conexiones que son funcionales, mientras que las que no lo sean van a ser desactivadas o eliminadas. Existe una primera poda en la que las sinapsis se reducen en un 50 % a los 2 anos de edad, seguida de oua en la adolescencia y una tercera en la senectud (Kolb y Fantie, 2009). Una mayor densidad sináptica implica peores habilidades cognitivas, ya que la poda parece estar relacionada con el perfeccionamiento de los circuiros, elinlinando células con una Función puntual únicamente durante el desarrollo (Yeo y Gautier, 20041, corrigiendo errores en migración o diferenciación neuronal y, sobre todo, refinando la selección de las conexiones funcionalmente más efectivas (descartando las sinapsis redundantes y los axones colaterales). El proceso de poda sináptica obedece también a una secuencia temporal diferente para cada estructura, siendo las regiones prefrontales de las últimas eri concluirlo. Durante la infancia y la adolescencia, se produce un incremento de la sustancia blanca como consecuencia de la mielinización, mientras que la sustancia gris tiende a decrecer debido a esros procesos de poda sináptica y muerte neuronal. En relación con la sustancia gris, diferentes estudios muestran un descenso en el volumen de los ganglios de la base, el rálamo y el cerebelo; por el conttatio, la amígdala y el hipocampo siguen aumentando su taniaño con la edad. Asimismo, las esrrucmras relacionadas con la capacidad de menralización y cognición social (p. ej., la corteza prcfrontal iiirdial) tienen un máximo desarrollo en la adolescencia, y decrecen posteriormente en la edad adulta (Blakemore, 2012). En cuanto a la sustancia b h c a , estudios con resonancia magnética (RM) funcional informan de que las redes cerebrales durante la infancia se caracterizan por conexiones funcionales entre regiones próximas desde el p u t o de vista anatómico, mientras que conforme se producen estos procesos de maduración y refinamiento, estas redes comienzan a organizarse de una manera más distribuida, integrando regiones más distales con múltiples interconexiones (Vogel et al., 2010). PLASTICIDAD. UN CEREBRO MOLDEABLE PARA U N MUNDO CAMBIANTE El desarrollo cerebral viene preprogramado exquisita y detalladamente en la serie de pasos descritos en el apartado anterior. Sin embargo, aunque esta programación siga dicha secuencia y no pueda producirse en otro orden, pensar que los procesos implicados son inflexibles es un error que a menudo cometen quienes desconocen la verdadera narnraleza plástica del sistema nervioso. Como se ha mencionado previamente, este desarrollo se ve moldeado oor la información entrante finpui) desde las primeras semanas de gestación, influyendo en diversos procesos moleculares -la expresión genéticay celulares, no sólo en relación . con la maduración de las neuronas, sino también resnecro a la mielinización v el refinamiento de las sinapsis en la etapa posnatal. No cabe la menor duda de que el cerebro, durante su desarrollo, es tremendamente dinámico. Pero, de igual forma, pensar que es completamente flexible es otro error que cometen los defensores de la plasticidad total del sistema nervioso. Es decir, la plasticidad cerebral se rige por unas limitaciones estructurales y funcionales que, además, varían a través de períodos críticos. Esto cobra sentido cuando se entiende que la naturaleza no puede dejar al capricho del entorno el desarrollo de ningún sistema que pretenda ser competitivo para sobrevivir. Es importanre, además, diferenciar e n m la plasticidad asociada al propio desarrollo cerebral y la asociada a los procesos de aprendizaje, ya que a menudo se confunden. La primera hace referencia a mecanismos «expecIantes de la experiencia* (experience-qxpectant), relacionados con el desarroUo de las funciones innatas, propias de la especie y necesarias para la superviviencia (p. ej., el sistema motor, el lenguaje, la memoria, la percepuón, las funciones ejecurivas o la cognición social). Estas funciones se adquieren sin esfuerzo por parte del dividuo, simplemente por estar expuesro d enrno, presentando períodos sensibles o dticas su consecución. El segundo tipo de plasticidad referencia a mecanismos (dependientesde la eriencim (q&e-dep&d, rekcionados n el aprendizaje de nueva habidades, espede cada individuo (como trepar a un árbol, tocar un insmunento, h n a r conoun os académicos, leer o escribir). Estas habiies requieren esfuem y entrenamiento por parte sujeto y pueden adquirirse a lo krgo de toda la ..aunque con mayor difidtad en la edad addj a (Artigas-Pallarés, 2011: Cal& 2010). nivamente, los individuos acumukn expecia e información a lo largo de toda la vida: aprendizajes que se producen sobre los sisas cogniuvos y emocionales principales -es , las funciones «expectantes de la experien,los d e s sí se encuentm afectados por la sencia de período1 serrribler o miticos. El inicio s períodos se produce m d o comienza de intensa 1%estimulación relevante para los cultos. El tipo de estímulo que será relevante para cada circuito potencial está r re determinado genéticamente (de ahí la especificidad existente a pesar de la plasticidad). Durame cada período a í tico de desarrollo se generan y se consolidan las sinapsis, eliminándose aquellas que no son funcionales (Fi.2-23), Dicho período finaüzará cuando la estimulación recibida no genere más cambios moledares o celulares (Knudsen,2004). En concreto, las funciones sensoriomotoras tienen un p d o d o crítica durante los primems 2 &os de vida, y el lenguaje entre el 10y el 50 &o, mientras que las funciones ejecutivas se desarrollan críticamente entte los 5 y los 8 &os de edad. Además, se ha observado que la aumcia de estimniación relevanre inaementa el tiempo de duración del período crítico, pero si finaímente el circuito no es moldeado por el entorno, dicha función quedará mermada (p. ej., ausencia de lenguaje tanto en los ninos ferales encontrados en la pubertad coma en personas sordas que reciben implantes codeares transcurridos los primeros aíos de vida), e incluso el circuito podrá ser reutilizado parcialmente para o- funciones que compartan carac- ra 2-3. Plasticidad y períodos críticos. A) En el periodo embrionario, el cerebro produce más neuronas de las que necesitar, por lo que se eliminará el exceso. 6) A medida que las neuronas maduran, van creciendo sus axones, los s establecen conexiones con multitud de neuronas aobjetboa. Se prescindiri de aquellas que no consigan realizar rocesd CJAntes del nacimiento. pero, sobre todo después, el inicio de la estimulación intensa y, por consiguiente, imulaciónel~ctricarelevante para determinadasconedones las fortalecerá,mientras el resto se atrofiaráy se elimie n el proceso de poda sináptica. DI Finalmente, las conexionesfuncionalesquehayan permanecido se desarrollarán. rán y se cubrirán de mielina. I N T R ~ D U C C ~ ÓANLA ~ z T R O P S I C O L O GDEL ~ A DESARROLLO terísticas estructurales y funcionales (p. ej., uso de la corteza auditiva para funciones somatosensonales en niiios sordos). Asimismo, la exposición a un entorno enriquecido induce un incremento del número de neuronas, de células gliales, la longitud de las dendritas, la densidad de las espinas dendríticas y el tamaiio de las sinapsis, lo cual se verá reflejado en un procesamiento cerebral más efectivo y adaptado al entorno. Coma consecuencia de la existencia de períodos críticos durante la maduración de los circuitos cerebrales y el desarrollo de las funciones cognitivas, emocionales y comportamentales. el daño cerebral temprano puede producir consecuencias, a veces devastadoras. Son conocidos los estudios de Margaret Kennard durante la década de 1930 con macacos, a partir de los que concluyó que las secuelas tras la lesión en la corteza motora de monos lactantes eran menores que en los monos adultos. Esto dio lugar al que se conoció como cprincipio de Kennard~,que afirmaba que las lesiones producidas durante la lactancia no causaban apenas secuelas cognitivas. A pesar de que en 1949 Donald Hebb publicó un trabajo , aue mostraba las graves secuelas a largo plazo sufridas en niños con lesión temprana en el lóbulo prefrontal, no fue hasta prácticamente la década de 1990 cuando empezó a observarse de manera sistemática que <<mástemprano no siempre significa mejor y, a veces, es peor» (Kolb y Whishaw, 2006). Fueron cruciales los estudios de Bryan Kolb a finales de la década de 1980 que pusieron de manifiesto que el pronóstico tras el dafio cerebral temprano dependía de la función implicada, de la magnitud y de la localización de la lesión, pero, sobre todo, del momento prcciso o la edad en la que se producía. En sus investigaciones sobre lesiones de la corteza cerebral de ratas en distintos momentos evolutivos (desde los 18 días de gestación hasta la pubertad), encontró que la variable que mejor predecía las secuelas sensoriomotom y neuro-psicológicas era la etapa del neurodcsarrollo que quedaba afectada por la lesión. Los resultados globales de sus investigaciones mostraron que: . Cuando la lesión cerebral se produce durante la neurogénesis (hasta el nacimiento en la rata; hasta el 50 mes de embarazo en el ser humano), se observa cierta recuperación posterior de la función afectada, aunque a costa de un peor rendimiento general. Es decir, una lesión en estas etapas no dará lugar nunca a una disfunción Focal. Así, la lesión durante la génesis neuronal parece estimular una sobreproducción de nuevas neuranas, si bien el volumen total es menor y la reorganización de todas las hnciones entre un menor número de neuronas («obtener más con menos») conlleva un descenso del cociente intelectual. Cuanto más temprana y extensa sea la lesión en esta etapa, mayor será la discapacidad intelectual. Si se afecta el proceso de migración neuronal y de diferenciación celular (la semana de vida en la rata; desde el 50 mes de gestación hasta el 1"mes posnatal en el ser humano), el efecto es devastador y mucho más grave del que podría esperarse en etapas posteriores. Durante esta fase, cualquier agresión genera un mal posicionamiento de las neuronas, lo cual dará como consecuencia su ausencia en lugares donde deberían estar, con la consecuente reducción de conexiones necesarias; la acumulación extra de células en lugares de la corteza donde no sólo no van a ser funcionales, sino que van a entorpecer el funcionamiento normal de las que han migrado de forma adecuada, o la génesis posterior de sinapsis no funcionales y de procesos neuroquímicos ineficaces o alterados. Esto tendrá graves consecuencias en la mielogénesis y en los posteriores procesos de poda y muerte neuronal, puesto que tales conexiones anómalas suoeran dicho nroceso de ooda, afectando el normal funcionamiento de los circuitos durante toda la vida del individuo. En algunos casos, los problemas en la migración serán evidentes (como en la agenesia del cuerpo calloso), pero en otros sólo serán observables con técnicas de tractografla (como la ausencia del fascículo arqueado en el síndrome de Angelman o las anomalías en el fascículo longitudinal superior en el autismo). Finalmente, la capacidad de recuperación será superior en la etapa de mayor crecimiento dendritico y establecimiento de sinapsis (2%semana de vida en la rata; del 20 al 8 O mes de vida en el ser humano). En esta etapa, la cantidad, la lncalización, la diferenciación y la conectividad de la. neuronas se encuentra definida, por lo que una lesión no interrumpirá la ya prácticamente conduida organización cerebral y, de hecho, esta organización cerebral será la responsable de recuperar y compensar el daño a tnvés de nuevas conexiones que serán funcionales. Sin embargo, dicha recuperación no se produce sin ningún coste, puesto que siempre comportará una merma de aquellos sistemas neurales que estén «prestando ayuda.. Así, en niños que han sufrido lesiones en el hemisferio izquierdo entre - lo y el 50 año de nda, se observa una reorgación de las funciones Iinguísticas con una eraaón que se asemeja a la normalidad. a función lingüística queda deficitaria en pectos sintácticos complejos y, además, parte las hinciones del lenguaje se trasladan al herio derecho, con la consecuente merma de didades visuoespaciales. este período crítico de máxima plasusináptica, que como se ha mencionado eviamente es variable según - la función wgiva que nos ocupe, las lesiones dejan secueequivalentes a las observadas en los adultos. ESARROLLO FUNCIONAL. VIR APRENDIENDO desarrollo estrucrurd del cerebro se encuenemediablementerelacionado con el desarronitivo, emocional y conductual. Según lo o hasta el momento, debe partirse de la e que este desarrollo estructural y, en consea, el funcional siguen un patrón organizado etnute al ser humano sobrevivir y adaptarse adecuada al entorno en el que nace. En do, primero maduran estmctural y funnte las áreas más antiguas desde el punto ta filogenético, después las estructuras senmotoras, de aprendizaje y emocionales, las de las áreas de asociación parierales destacar que, a la v a , este parrón de desacerebral estmcttuai y funcional se produce de relativamente ordenada a través de sus tres ral-medial, dorsal-ventral y rosual-caudal et al., 2004) (Fig. 2-4).En relación w n el Cmedzal, pnmero maduran las esmctum media (sistema límbiw), relacionadas nes emocionales y de a p r e n h j e (hot m que son fundamentales para la supemide la especie, mientras que las estructuras terales, relacionadas con funciones wgnitivas es (coldf;mctionr), se desarrollan más tare. Si imaginamos un antepasado de nuestra escuchando entre la maleza unos nigidos, fundamental para su supervivencia que el miele ~roduceese sonido lo lleve a iniciar la ta de huir antes de razonar si puede tratarse un león. Asimismo, será fundamental que nzca un aprendizaje eficaz, en pocos ensapaia potcncmr dicha supervivencia. En rekcon el qe uentraddorral, maduran en primer las estructuras ventrales relacionadas w n el r 1 Plano harizantal Plana sagital Plano caronal 1 Figura 2-4. Planos y ejes cerebrales: el plano horizontal y su eje lateral-medial;el plano sagital y su eje rostral-cau- dal, y el plana corona1y su eje dorsal-ventral. procesamiento percepuvo y semántico de los estímulos, el «<qué8(whatpmcerring), y postenormente las esmcniras dorsales asadadas w n el p r o c a miento de los estímulos dirigidos a una acción: el .cómo, y el «dónde>(how and whp>rprocern'n&9. Si regresamos al ejemplo anterior, será ¡&mente primordial para nuesuo antepasado que idenufique ese sonido como un mgido -con todo el contenido semántico y emocional que wdm-, anm de saber de dónde procede exactamente o cómo es dicho estímulo. Por último, y en relación con el q e uzdzl-mmd, en primer lugar maduran las esmicruras caudales, posteriores, en las que se realua un procesamiento concreto sobre los estímulos (cortezas sensodes y motoras), mientras que las estrucwms rastrales maduran más tardíamente, que es donde se va a realizar u n procesamiento abstracto e integradar para regular la conducta y k wgnición, pIanE5cand0, inhibiendo respuesras prepotentes y resolviendo De nuevo, en nuestro ejemplo es fundamenral, para que el individuo sobreviva, que reaccione de forma rápida ante una situación de ~eligrobasándose en la mformación concreta que tiene en ese momento. Posteriormente podrá considerar la posibilidad de evitar determinados caminos, camuflarse o, incluso, diseíiar una trampa o u n arma para cazar al depredador. Conocer el mundo El desarrollo sensoriomotor es el más precoz y fundamental para tomar contacto con el entorno y permitir la maduración de otros sistemas cogninvos de mayor complejidad. Las capas más profundas de la corteza (las capas eferentes) son las INTRODUCCI~N A LA N!~UROPSICOI*>GLIDEL D!3ARROLLO que inician los procesos de mielinización, por lo que las conductas motoras van guiando la capacidad perceptiva en una dinámica en la que actos motrices y percepciones se ret~oalimentan.Así, no es inusual observar que los bebés lanzan los objetos, los chupan, los golpean, etc., y obtienen de esta manera experiencias táctiles, visuales, gustativas o auditivas de estos objetos que se encuentran en su entorno y a los que tienen acceso directo (Semrud-Clikeman y Teeter, 2009). El papel del cerebelo en esta etapa es primordial, generando patrones predictivos de conductas en función de la información sensoriomotora (v. Recuadro 232, en el cap. 23). Esras primeras experiencias se caracterizan por ser dependientes del medio, es decir, los estimulos guían las respuestas del bebé y éstas se producen de forma no deliberada, desde los reflejos hasta las respuestas condicionadas: el bebé no tiene capacidad para inbibirlas. Sin embargo y .de forma temprana, comienza a desarrollar las primeras funciones ejecutivas que permiten el control voluntario sobre la conducta, es decir, la memoria de trabajo y la inhibición de respuestas automáticas. Estas dos funciones han sido disociadas experimentalmente en adultos, pero su evolución está condicionada por la interrelación entre ellas. Así, el hecho de que el bebé pueda mantener en la memoria su objetivo o mera, le va a permitir saber lo que debe inhibir. Del mismo modo, la inhibición de los distractores ambientales (atención selectiva) e internos (inhibición cognitiva) va a ser crucial para mantener el objetivo en la memoria de trabajo. El resultado de esta relación mutua permitirá finalmente que el niño empiece a conseguir ia autorvegulaczón o autocontrol, facilitando que interaccione de forma más apropiada con el entorno y accediendo a un mayor conocimiento sobre el mundo (Diamond, 20 13). El conocimiento del entorno da lugar a que se genere un almacén semántica acerca de los objetos y la relación entre ellos. Son los iniciales sistemas de memoria declarativa, que van incrementando su capacidad de forma lineal durante los primeros meses de vida. Estudios con R . h n cional muestran la maduración del hipocampo y estructuras temporales mediales durante la infancia temprana. Esto permite la provisión masiva de información semántica sobre el mundo. Sin embargo, el almacenamiento de los trazos episódicns y de las memorias detalladas depende de circuitos prefrontales que maduran principalmente durante la ~ u b e r t a dy la adolescencia, permitiendo el paso de estas huellas e~isódicasal almacén a largo (Ofen et al., 2007). Esto se relaciona con la ~amnesiainfantil» característica de la primera infancia: los primeros recuerdos episódicos que tenemos de nuestra infancia comienzan a los 3-4 años de edad, y siguen siendo esporádicos y sin continuidad hasta casi la pubertad. lnteractuar con el mundo A medida que el bebé va adquiriendo mayor conocimiento sobre el mundo, comenzará a desarrollar la capacidad de asignar nombre a las cosas: será el inicio del lenguaje. Alrededor del 1" atío de vida aparece la primera al abra referencial aunque, incluso antes del nacimiento, elplanum tmporak -una estrncmra relacionada con ks funciones receptivas del lenguaje- es mayor en el hemisferio que va a especializarseen el lenguaje, el izquierdo. De hecho, los bebés entre 1 y 4 meses de edad son capaces de discriminar sonidos del habla entre otros sonidos no lingüísucos, lo que muestra una temprana lateralización del hemisferio izquierdo para el lenguaje. Por otro lado, la misma zona del hemisferio derecho parece estar relacionada con una mejor capacidad de discriminar la música entre otros sonidos no lingüísticos (V.Recuadco 7-2,en el cap. 7). En relación con el lenguaje expresivo, a los 3 meses de edad, el crecimiento dendrítico es mayor en la región opercular derecha que en la izquierda. Durante estos meses iniciales de vida, los patrones de comunicación son principalmente afectivos, basados en la prosodia de las verbalizaciones de los progenitores y probablemente relacionados con una mayor implicación de estructuras hemisféricas derechas. Así, existe una activación bihemisférica superior en estos primeros años, y destaca posteriormente la activación en el hemisferio izquierdo (Friederici et al., 201 1). Hacia el 60 mes de vida se ~ r o d u c eun incremento significativo de la arborización dendrítica en el opérculo frontal izquierdo, relacionado con la programación motora del lenguaje, que supera a la del hemisferio derecho. A partir de ese momento y durante los primeros 5 años, las regiones perisilvianas anteriores se desarrollarán de forma desigual en ambos hemisferios, siendo el sistema dendrítico más complejo en el hemisferio izquierdo. De hecho, sobre los 6 años de edad, el área de Broca izquierda alcanza el desarrollo adulto. A medida que los circuitos lingüísticos del hemisferio izquierdo crecen y se perfeccionan, las habilidades de los niños para Sin embargo, interacoiar con el entorno requiere más habilidades que ks exdusivamente hgüísticas. Es necesario tener conocimiento de la ex& os y comprender que mantienen cias diferentes. Esta cognición la capacidad de imitación, la tica del lenguaje y la teoría de la mente. A que la litetanua denúfica muestra de forabilidades y los circuitos que cortezas Unguiadas antaior exhiben cierta intersubjetimeses de edad se activarían regiones ante rostros w n diferente orientade la mirada (Johnson et al., 2005). Durante bebé muestra claramente e no sólo con el mundo de los otros, y ya w n tar una consecuencia s tienen una men- (controlar el mundo La maduración de las habilidades de interacción con el mundo se encuentra directamente relacionada con el desarrollo de las funciones cognitivas superiores más complejas, lasfllncionesyemtivar, que van a permitir planificar, programar y resolver dificultades de forma deaiva: el niño comienza a controlar lo que sucede en su entorno. Existen nes momentos de crecimiento intenso de las conexiones desde Las cortezas pacietales, temporales y occipitales hacia el lóbulo frontal. El primero sucede entre los años 1 y 5 de vida; el segundo intervalo de crecimiento se produce entre los 5 y los 10 anos, y el & m o momento entre los 10 y los 14 años. Después de los 14 años, los lóbulos frontales siguen desarrollándose con una rasd continua hasta aproximadamente los 3 0 4 0 aiios. Sin embargo, un funcionamiento frantal ópumo requiere no sólo la génesis de conexiones, sino también el refinamiento de &as. Por lo tanto, la poda, la maduración y la mielinización de las fibras frontosubcomcales se correlacionan con la adquisición de las funciones ejecuuvas. Como se ha mencionado previamente, desde el nacimiento &te un funcionamiento frontal rudimentario, con ciertas habilidades de regulación para generar wmportamientos en respuesta a contingencias ambientales, as! como para inhibir conductas teflejas. Es a parrir del aíto y medio cuando esta capmidad de inhzbición alcanza una mayor esabilidad. Con estas edades los niños ya consiguen mpedk el desencadenamiento de ciertas conductas, y logran resistir la distracción y no responder impdsivamente. A los 8 meses surge la memora de trabajo, con la adquisición de la permanencia del objeto. El desarrollo de la inhibición y la memoria de trabajo posibilita la aparición de la capacidad de rmitacrón sobre los 9-10 meses. La autormg-uh~óncomenzará en romo a los 2 años, coincidiendo con la emergencia del lenguaje. A partir de estas edades, el niño empieza a organizar sus acciones de acuerdo con las instrucciones verbales del adulto y, drededor de los 4 años, podrá hacerlo mediante autoinstrucciones (Bausela, 2010). S i n embargo, el período de mayor desarrollo de las funciones ejecutivas se produce entre los 5 y los 8 aíios de edad, cuando los niños adquieren una capacidad superior de inhibir respuestas motoras, atienden a los estímulos relevantes ignorando los distractores, responden de forma adecuada a conflictos cognitivos y regulan su conducta mediante auminstrucciones. Sobre los 10 d o s realizan de forma correcta tareas que requieren flexibilidad cognitiva, y madura su capacidad de memoria de trabajo. Sin embargo, no se logra una ejecución adulta en pianiGcacián, fluidez verbal y secuenciación motora hasta aproximadamente los 15 años. El desarrollo de las funciones ejenitivas continúa hasta la juventud, con mayor eficiencia en la capacidad de memoria de trabajo, la planificación y las habilidades de resolución de problemas (Romine y Reynolds, 2005; SemrudClikeman y Teeter, 2009). INTRODUCCIÓN A LA NEUROPSlCOLOGfA DEL DESARROLLO cenen el nivel celular. En concreto, sedescriben cuatro fases: ne~rogenesisy migración: diferen viddd acl comportamiento hwrndr,o imp.ica la clacion y mad~raciánde Ids conexiones: m e81 neccsiaaa oe prof~ndizarenel conocimientode ni~ac:óli,y poda s.n;lptica y muerte ne~ronal. os procesos de maaururión de sisieiiia new;osocetilralenucneral. vaelrerebrorn ~ari'cular. m Fxiste una diferenca crucial entre la plasticidad asociada al propio desarrollo cerebral y la asoEl desarrollo cerebral se caracteriza por ser un ciada a los procesos de aprendizaje. La primera proceso ordenado -sigue una secuencia estahace referencia a mecanismos «expectantes de blecida- y circunscrito reducido a ciertos l í m i la experiencia» (experience-expecranti, V ~ ~ C U tes temporales-, por lo que cualquier alteración lados a períodos críticos y relacionados con el en él va a producir consecuencias de diversa desarrollo de las funciones innatas. La segunda índole. hace referencia a mecanismos «dependientes m El concepto de epigénesis considera el papel de la cixprriencia>,(erprrjencp d~pe~idenrl. rrlade id experenc a en~laexplicacón del desarrocionados con el aprendizajedenuevas habil:daIlo fenotipico iinreracciOn entre qen - .y ambielides mediante entrenamiento, y se produce a lo te). Se refiere las modificaciones que alteran largo de toda la vida. la probabilidad de que un gen sea transcrito y lleguen incluso a silenciarlo completamente, y e La variable que mejor predice las secuelas sensoriomotorasy neuropsicológicasesla etapa del se pondrían en marcha ante estímulos del enneurodesarrollo en la que se produce el daño torno. cerebral, siendo la alteración de lasfasesde neuLoscambiosquesuceden en laanatomía del cerogénesis y migración las que generan las conrebro durante el desarrollo embrionario y fetal secuencias más gravesen el desarrollo posterior. reflejan los fascinantes cambios que se produ- e El estudio de la complejidad, variedad y creati- I a Artigas-Pakrés J. Tmrornos del neumdesaresarollo. Concepra básicos. En: Ahgas-Palla& J, Narbona J, eds. Trastornos del neumdesmiio. B d o n a : Viguera, 2011; p. 3-15. Bausck E. F u n d n eje& y desarmllo ui la etapa preescolar. Bol Pediarr 2010;50:272-6. Blakemore S]. Imaging brain dwelopmenc the adolacenr brain. 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Arnedo Montoro OBJETIVOS DE APRENDIZAJE - 4 finalizarel capítulo el alumno será w p z d e : Coneter los piincipales factoresgenéticosy ambientales que alteran el desairollo del sistema nerRevisar las malformacionesestructurates mas frecuentesque pueden aparecer duranteel desarrollo. L Refle%~onar sobre las dificultades que existen para clasificarlos trastornos del neurodesarrollo dentro de categorías identificativas, compaondo los cambios históricos en la nosologia durante la edad pediátrica y la adolpcencia a partir de los avances que se han producido en la inves2igación INTRODUCCI~N Como se ha visto en el capítulo 2, el desarrocerebro representa uno de los procesos más lejos y fascinantes de la naturaleza. El patrón nfiguración de las distintas estructuras cerela temporalidad con que van emergiendo ando están guiados por un diálogo perentre la genética y el ambiente. En estas pas prenatales, el sistema neMoso va a expenentar más cambios de los que realizará después lo largo de toda la vida, para lo que requiere medio metabólicamente estable, dada la espevulnerabilidad a cualquier agente endógeno geno que pueda interferir con su desarrollo. s repercusiones y el pronóstico de una lesión ebral temprana van a depender del agente usante de la alteración, pero, sobre todo, del omento en el que acontece, por la presencia de s denominados penódos &ros (v. cap. 2). Las uucturas que en csc momento estén complewndo su maduración m a ser las más susceptibles al daño y, en consecuencia, las hinciones que de ellas dependan, las más afectadas. Las anomalías en la configuración del sistema nervioso originan los denominados trastornos del neurodesarrollo, que constituyen la afección m& común en la infancia. También en niños se puede producir un daíio cerebral adquirido debido a traumausmos uaneoencefálicos, tumores, accidentes cerebrovasculares, infecciones, etc., aunque será menos freniente que en el adulto. Un problema inicial que se plantea en neumpsiwiogía infantil es la propia defimuón del término fr~~or7~0. En d i d a d , se trata de una rraduaión literal del térmmo inglés dirorder. Y no parece que sean acepciones equiparables, pero, como reconoce el propio Manual diagn0'1ticoy estadktico de ies hatontos mentaks (DSM) de la Amencan Psycharnc Asrrocration (APA), no se ha encontrado otra mejor (AFugasPaUarés, 2011). El significado más frecuente es el de desviación del patrón de desarrollo que el sisrema nervioso presenta en la mayoría de la población, y se entiende como discapacidad o dishcionaüdad; en definitiva, m i siempre como una desventaja evolutiva con respecto al desarrollo de los ninos neurotípicos. De hecho, es habitual que la frontera entre m o m o y normalidad sea una línea tan fina y difusa que los especialistas se pueden ubicar en distintos lados de dicha frontera a la hora de emitir un diagnóstico ante el mismo niño, por ejemplo, al definir el límite entre ser inquieto e impulsivo y presentar un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), o el límite entre tener una personalidad rígida y poco hábil socialmente y presentar un trastorno del espectro autista de muy alto funcionamiento. A menudo, el problema reside no sólo en discriminar entre normalidad y alteración, sino a la hora de establecer un diagnóstico diferencial entre distintos trastornos que en ocasiones parecen llegar a solaparse, como puede ocurrir con los trastornos del lenguaje y los del espectro autista. De hecho, lo habitual en estos casos es que los padres cuenten con distintos juicios diagnósticos de diferentes especialistas. Aunque la comorbilidad entre trastornos es más la norma que la excepción, can el objetivo de lograr una mejor comunicación entre los profesionales han aparecido distintas clasificaciones de las alteraciones del desarrollo que intentan wmpar los síndromes en función de algunos de los rasgos que los identifican. Tales dasificaciones de los trastornos del neurodesarrollo atienden bien a la etiología del daño cerebral temprano, bien al perfil de los síntomas que los caracterizan. Las primeras dasificaciones que surgieron seguían un modelo más organicista y médico, y agrupaban los distintos trastornos en relación con las causas que originan el daíio cerebral temprano (genéticaslambientales) y la fase evolutiva en la que suelen aparecer (prenatal, perinatai o posnatal). El hecho de incidir en la naturaleza orgánica de su etiología -se conozca todavía o no- ha llevado a descartar categorías poco precisas como la de düfirnczóncerebral minima ante, por ejemplo, discapacidades intelectuales leves o límites, o explicaciones psicodinámicas, como la de la madre nevera en el autismo. Sin embargo, en las distintas categorías que establecen este tipo de clasificaciones apenas se alude a los déficits cognirivos o emncionales ni al desempeño funcional de estos niños. Además, también es difícil precisar el momento evolutivo en el que aparece un trastorno; de hecho, la neuroimagen ha ido calificando como prenatales cuadros que se de origen perinatal, como algunos tipos de parálisis cerebral infantil. Por último, y no menos importante, estos trastornos del neurodesarrollo no tienen, la mayoría de las veces, un marcador biológico o un factor etiológico claramente identificable; en general se les atribuye un origen multifactorial. u - Como clasificación alternativa, en 1952 surgió el DSM-1, una variante americana de la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de origen europeo. A pesar de ser una herramienta muy utilizada por los profesionales, tampoco estuvo exenta de críticas. No aludía a la etiología de los distintos trastornos y se basaba en una metodología meramente descriptiva de síntomas, por lo que resultaba más útil oara el diagnóstico sindrómico u que para abordar el tratamiento. Además, las categorías dedicadas a población infantil no estaban tan bien establecidas como las del adulto, ante la referida dificultad a la hora de delimitar los trastornos (máxime en niños menores de 6 aríos), al tiempo que se apreciaba una mayor comorbilidad. Quizá, como señalan &tigas-Pallarés et al. (2013), el modelo categórico de clasificar los trastornos del neurodesarrollo asume unas demarcaciones entre trastornos que no tienen correlato en la namrdeza y, por ello, se requiere un cambio radical en el modelo. ~ í ~ se considera Aunque la n e u r o ~ s i c o l oinfantil una disciplina de desarrollo reciente, dispone ya de un cuerpo de datos clínicos y de investigación coma para intentar incluir en cada categoría diagnóstica algo de su etiología, datos de neuroimagen y un perfil neuropsicológiu, más elaborado, con funciones preservadas y alteradas. Cuanto más se incida en las característica funcionales de cada trastorno, más eficar será el proceso de diagnóstico diferencial y, lo que es más importante, más información se facilitará nara el tratamiento. La inclusión de este tipo de perfiles serviría, por ejemplo, para dar a conocer trastornos que con frecuencia pasan inadverridos, como el de aprendizaje no verbal (TANV), comprender las diferencias en competencias que pueden presentarse entre casos con el mismo síndrome, como el de Asperger o el de Williams, o entender la necesidad de evaluar habilidades conservadas en la discapacidad intelecmal. Quizás así también se contribuiría a evitar, en la medida de lo posible, la generalización de algunos diagnósticos que, como el de TDAH, a veces están sobredimensionados. En un solo capítulo resulta imposible abordar todalavariedad y complejidad de la neuropatología infantil. Na pretendemos realizar una descripción exhaustiva de todos y cada uno de los sindromes, sino seleccionar aquellos que el neuropsicólogo infantil va a atender con más frecuencia. Muchos de ellos se abordan en profundidad a lo largo del libro, por lo que aquí sólo se refereociarán y se remitirá al lector al capítulo correspondiente. - los ojos), fisura ~alpebralcorta, nariz c h a Y~labio snpenor delgado. Este síndrome está considerado la primera causa prevenible de defectos congénitos es genéticos y ambientales y disca~audadintelecmal. go prenatal Igualmente, el consumo &tabaco durante el embarazo se ha asociado con hipoxia en el feto, adesarrollo del sistema neMoso sigue una mento del riesgo de aborto y dificultades cognitiencia de crecimiento relativamente estable; la vas y comportamentales diversas, encontrándose oraüdad de los cambios en los procesos bioel TDAH entre las más desuicis. s está genéticamente Las alteraDurante el embarazo también debe evitarse la de dicho programa genético y la presencia exposición a otros agentes tmncor y rad~aczones. tores ambientales teratógenos -agentes capaEntre los agentes neuotóxicos se encuenuan vae interferir en la o~~anogénesis y dar lugar a rios compuestos de la industria química, como el ctos congénito* pueden originar anomalías plomo, el mercurio, plaguicidas organoclorados o la configuración de la estrucnira y la bioquidioxmas, entre otros, que se acumulan en el agua a cerebral. Ya se ha comentado en el capítulo y los alimentos, atraviesan fácilmente la placenta a existencia de períodos críticos prenatales en y se concenuan en el embrión, o pasan a través ue se produce una mayor dnerabilidad ante de la leche materna hasta el organismo del bebé. teratógenos. Idenrificarlos es de v i d irnporEstudios expenmenwles realizados en anunales ia para prevenir los trastornos del neurodesao. Entre los factores más estudiados para a- o m v z m con tejidos humanos en desarrollo demuesuan que la presencia de estos contaminantes car Ias alteraciones en el desarrollo embrionario ambientales interfiere, por ejemplo, en el proceso fetal esrán: edad de la gestante, h e n t a c i ó n (p. de Formación de sinapsis o en la acción de los neu., déficit de ácido fólico), enfermedades materrotransmisores, como la acetilcolma, además de (diabetes, hipotitoidismo, fenilcetonuia, etc.), inducir mutaciones genéricas. Esmdios longitudicciones (rubéola, toxoplasmosis, síndrome de nales llevados a cabo con ninos de países expuestos unodeficiencia adquuida, etc.), consumo de a estos agentes desde la gestación han mostrado un alcohol, tabaco u otras drogas, y exposición a otros incremento en los trastornos del neurodesarrollo, tóxicos y a radiaciones. En este grupo de factores como mayor riesco de presentar TDAH, dificulambientales se incluven también los factores de tades de aprendizaje y aastornos psicopatológicos riesgo social. (Grandjean y landrigan, 2014). Cualquier sustancia psiwactira puede originar Otro factor de riesgo muy estudiado es la Ikrgraves déficits en el feto, y entre las más habituales, numnón. Una dieta d&utaia o inadecuada de por la alta frecuencia de consumo en la poblauón, la madre durante el embarm o del bebé una v a está la sngcrra de ahohol durante el embarazo. Se nacido ~ u e d e ncausar malformaciones cerebrales, ha asociado con secuelas en el nino que van desal verse afectados los procesos de prohferación, de el TDAH hasta la discapacidad intelectual, y migración, sinaptogénesis y la formación de mese acompda con relativa frecuencia de retraso del crecimiento fetal, miaocefalia, de~~rendnnienw lina. Rekúonado con la dieta se conoce el efecto que puede causar el déficit de ácido fólico (un tipo prematuro de laplacentay abortos.La constricción devitamina del complejo B) durante la gestación, en los vasos placentarios que produce el alcohol ya que es indispensable, por ejemplo, para el creorigina una reducción en el aporte de nutrientes cimienw de la placenta y del embrión. Entre sus y oxígeno al feto, y ~ u e d eLlegar a provocar lesioconsecuencias más estudiadas están los defectos en nes vasculares por hipoxia. El cuadro más grave es el que se conoce como rindrome alcohólzco fm6, el cierre del tubo neural, el riesgo de parto premam o , el de desprendimiento prematura de placenque se caracteriza por síntomas de hiperactividad ta, e induso de algunas cromosomopatías como el (Koditnwakku, 2009) y disca~ac~dad melectual síndrome de Down (Cavalli et al., 2003). variable, trastornos de conducta y microcefalia, teratógenos especialmente agreOtros agentes provocados principalmente por alteraciones en los sivos son los virus, bacterias y parásitos que provoprocesos de proliferación y migración neumnal. can inficciones en el cerebro. Una de esras infeccioEstructuras tan importantes como el cerebelo, el nes parasitarias que atraviesa la barrera placentaria bipocampo y el lóbulo frontal resultan gravemeny ocasiona alteraciones cerebrales en el Feto es la te afectadas. Además. muestran un fenotiuo físico t o x o p h o s ~Se . transmte a través de la ingesta de con presencia de retraso ponderoestatual, hipertealimentos contaminados o por contacto con heces 10nsm0 (aumento del espacio de separación entre FACTORES QUE ALTERAN EL DESARROLLO DEL CEREBRO de animales domésticos contagiados. En adultos es asintomática, pero si el contagio es prenatal puede provocar complicaciones neurológicas como hidrocefalia, epilepsia, discapacidad intelectual y, en ocasiones, parálisis cerebral infantil. Pero, con diferencia, los parásitos que mayor riesgo representan para la salud mundial son los protozoarios del género Plasmodium, tnnsmisores del paludismo o malaria. El contagio se produce a través de la picadura de mosquitos infectados del género Anophelps. Cada d o , más de 30 millones de mujeres se quedan embarazadas en regiones de África y Asia endémicas para el paludismo. Las complicaciones del e m b m se multiplican (anemia, hipoglucemia, neumonías) hasta ocasionar un 20-40 % de mortalidad en la gestante infectada. Las consecuencias sobre el feto son inmediatas, con aumento del riesgo de aborto y de parto prematuro, anemia, baio , oeso al nacimiento v , mavor , wlnerabilidad a complicaciones perinatales y posnatales. Enrre las causar ui~icar,el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) sigue siendo la más grave en la población mundial, si bien se ha reducid0 el riesgo en los países occidentales. El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) puede transmitirse al feto a través de la placenta en etapas prenatales, pero, sobre todo, durante el parto y la lactancia. El riesgo de abortos y partos prematuros se incrementa significativamente. La rubéola también se ha relacionado con distintas alteraciones en la población infantil. Dependiendo de la semana de contagio, puede provocar anomalias sensoriales (ceguera o sordera), discapacidad intelecmal, parálisis cerebral infantil o problemas de conducta. La introducción de la vacuna preventiva en niñas ha logrado reducir siguificarivamente el número de afectadas. Las enfirmedades materuar son otro o u p.o de factores de riesgo de anomalías en el neurodesarro110. Hipertensión arterial, diabetes, hipotiroidismo o enfermedades renales son afeccione; que pueden estar presentes antes del embarazo o manifestarse en la etapa gestacional. Tanto la enfermedad en sí como los fármacos que se administren para su control pueden tener consecuencias graves en el feto. En relación también con la madre, otra condición de riesgo en el embarazo es la incompatibilidad Rh. El Rh es una proteína presente en los glóbulos rojos de la sangre en el 85 % de la población. La incompatibilidad se produce en aquellos casos en que la madre es Rh- y $ hijo Rh*. Diirante rl parto, cuando con frecuencia se produce el contacto sanguíneo entre los dos organismos, el sistema inmunitxio de la madre crea anticuerpos ante la entrada de proteínas Rh' procedentes del feto, que no reconoce. Los anticuerpos tardan en formarse, por lo que el problema no se planteará hasta un segundo embarazo. Será entonces cuando los anticuerpos de la madre pasen al torrente circulatorio del feto hasta destruir los glóbulos rojos que encuentren, lo que le provocará estados graves de anemia, ictericia, paro cardíaco, da60 cerebral e incluso la muerte. Un simple análisis de sangre permite detectar la ausencia de Rh materna y poner en marcha mecanismos de prevención (inyección de inmunoglobulinas) que impidan que la sangre de la madre se sensibilice ante la presencia de estas proteínas. Enrre los factores ambientales destacan las condiciones dP riesgo soczul. Desempenarán un papel tan importante en el desarrollo infantil a lo largo de todo el ciclo evolutivo que merecen que se les dedique un apartado específico. Factores de riesgo social Es de sobra conocido que la privación ambiental puede ejercer efectos devastadores sobre el neurodesarrollo y sus correlatos físicos y comportamentales. Será necesario tener en cuenta, sin embargo, las dificultades para establecer el peso, por separado, de las repercusiones de los factores de riesgo biológico antes mencionados, sobre todo los relacionados con la salud de la madre o la nutrición en los primeros meses, y el de los denominados sociales: nivel socioeconómico materno, condiciones de salubridad de la vivienda o el barrio, red de apoyo familiar y comunitaria, etc., que, a su vez, contribuirán al estrés parental y a los cuidados que se dediquen al bebé. Se afiade la complejidad a la hora de diferenciar el poder explicativo entre las propias variables sociales: así, un nino institucionalizado será muy posiblemente hijo de una madre con escasos ingresos y bajo nivel de estudios, habrá recibido escasa estimulación ambiental, y quizá habrá sido maltratado, abusado o abandonado, o incluso ingresado en diversos centros de acogida. De hecho, en esta línea, la definición de maltrato infantil incluye la negligencia y el abuso físico, emocional y sexual. Se considera que lapobrea relativa -vinculada a los ingresos medios de los hogares de una determinada zona; por ejemplo, entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)situada por debaio d d 50 % de los ingresos medios de cada pais- es el principal teratógeno y un potente predictor del desarrollo adolescente, más ajustado que la pobreza absoluta. Etiologhy dini- del daño m e b d temprano 60s pobres vivirán una situación de privación ntaria (p. ej., los citados défiuts en micronutes como yodo, hierro o cinc, y en maactes, como hidratos de cabono, p r o t e h ,en gran medida ame la imposibilidad de al tara los bebés), sanitaria (p. ej., el a-o table, con el consiguiente riesgo de diarrea, las prinupales causas de deshidratación y hasta los 2 d o s de edad, o a las vacunas), idados parentales (p. ej., baja sensibilidad y mindad, con menor estimulaúón lingüística arte de madres w n elwados niveles de es& ión, maltratadas, adolescentes, etc.) y de idades académicas (p. ej., ausencia de una cion formal en zonas en conflicto atmado tico, en campos de rehgiados, emigración, que se convertirá en un factor de riesgo para guiente generación (con embarazos a edades empranas, desempleo o bajos salarios como s no cualificados, peor salud fisica y mental), que se perpetúa el ciclo de la pobreza. ' bien hasta el momento se dispone de numedatos que rewgen alterauones a nivel &iotor, cognitivo (menores puntuaciones en el nte intelectual [Cu y déficits especialmente nción, la memoria de trabajo, el lenguaje nciones ejecutivas), socioafectivo (apegos ros y atípicos, baja autor~e~ulación, síntcpresivos y de estrés postranmáuco, elevada sividad u hostilidad) y de rendimiento escolar e todo, en tareas de lectura y ariunéucas), se ce poco acerca de sus mecanismos etiopatocos. El uso de modelos animales ha vinculado situaciones de privación a cambios cerebrales turales y funcionalee en la morfologia neu, glial y sináptica, la arbonzaúón dendrítica y sidad de las sinapsis, el número de astrocitos, lmización y la vascularización; el volumen y osor de la corteza, la tasa de neurogénesis hipica; la disponibilidad y el metabolismo de s neurotrófiws y de neurotransmisión, o la esión génica (Lipina y Posner, 2012). e la misma manera, el malrrato infantil como resor de elevada gavedad producirá camsiológicos, neuroquhicos y hormonales que asociarse a alteraciones a largo plazo en uuctura y el funcionamiento cerebrales. Los s más consistentes indican la afectación de fiontolúnbiws, incluidas áreas de la corefrontal medial y orbital, la circunvolución ar anterior, el hipocampo y la amígdala, que elacionaría con las dificultades en el procesato emocionaly el reconocimiento de expresiofaciales o de las contingencias ambiendes de r castigo-rewmpensa, así como con la aparición de wmportamientos agresivos. La mayor wlnerabilidad de estos circuitos se ha explicado por la elevada densidad de receptores de glncocorticoidesy de proyecciones dopaminérgicas, con un importante papel en el manejo del estrés. Más recientes son los datos acerca de los déficiu en zonas prefrontales dorsolaterales e inferiores y sus conexiones estriatales, cerebelosas y parietotemporales, vinculadas a los problemas observados en la atención, la memoria de trabajo o la inhibición de respuestas (para una revisión, v. Hart y Rubia, 2012). Es significativo que el d d o cerebral adquirido de upo traumático más frecuente en lactante sea el denominado síndrome del nzno uzrandeado, vinculado al maltrato; tiende a presentarse en bebés con dificultad para ser calmados, con llanto mcontcolado y que son sacudidos bruscamente para que se callen. El daño cerebral derivaría de factores mecániws de aceleración-desaceleración de la cabeza al ser sujetado únicamente por el tórax. Las manifestaciones pueden incluir lesión en el tronco encefálico, hemorragias subdurales y snbaracnoideas y lesiones axonales difusas; se postula también la posible etiología hipóxica, con edema y aumento de la presión inmcraneal (Duhaime et al., 1987). Una de las principales líneas de investigación en este ámbito de los factores de riesgo social y vinculada a las situaciones anteriores de pobreza y violencia ha sido la centrada en las poblaciones de menores inrntuzzonal&s, con graves niveles de privación social y estimular. Gran parte del mnocimiento que hoy se tiene detiva de los trabajos longitudmalesvinculados al Englirh and Romdnian Adoptee S d y (ERA) y al Bucharert &rb Interuennon R.oyct (BEIP), que permiueron a la vez estudiar los efectos protectores que suponía para el neurodesarrollo la adopción o la acogida con «padres profesionalesa y establecer períodos semibles para una mejor e f e c t ~ d a dde didias medidas. Junto a un menor desarrollo üsiw (p. ej., perímetro cefáiico) y motor, se ha observado en estas poblaciones, seguidas en ocasiones hasta 12 anos, un CI total y verbal inferior, mayor enlentecimiento, problemas en la atención, la memoria visual y de trabajo espacial, en la inhibición de respuesta y en la mayoría de los componentes del lenguaje, alteraciones en el procesamiento emocional y de caras, comportamientos casi autísticos, con evitauón de la mirada, dicultades para establecer amistades junto a sowbilidad indiscriminada, escasa empa tía o d&cits en ceoría de la mente, apegos atípicos o tmtornos mentales. Estos déficits se han vinnilado a patrones de inmadurez en el electroencefa- T 11 l l lograma (incremento de ondas theta y decremento de las ondas alfa y beta); en la resonancia magnética (RM), a un menor volumen de sustancia blanca y gris o a un aumento del volumen de la amígdala asociado al tiempo de estancia en tales insrituciones, y a alteraciones en la conectividad funcional del lóbulo frontal con otras áreas corricales y subcorticales en tensor de difusión (DTI) (Sheridan et al., 2010). Los datos de los estudios de revisión y metaanáiisis, por otra parte, son optimistas cuando exponen los resultados de la recuperación de estos niños al ser acogidos o adoptados, a l c a n a d o en muchos casos a sus compaiieros no institucionalizados en la mayoría de los ámbitos, lo que permite indicar que, si se producen de manera temprana, antes de los 24 meses, estas medidas son un factor de protección del neurodesarrollo (JufFet et al., 2011). Los mecanismos epigenéticos que tratan de explicar el impacto que estas situaciones de graves privaciones, abuso y abandono en etapas tempranas de la vida tendrían sobre el niño en cuanto a presentar alteraciones en el neurodesarrollo o recuperarse de ellas, suponen un campo de e s d o de gran actualidad. Las variaciones en la secuencia de ADN de los genes o polimorfismos pueden interactuar con estos factores ambientales, lo que permite predecir la aparición de problemas neuroconducmales; así, por ejemplo, en este ámbito se investiga el polimorfismo del gen transportador de la serotonina (el 5-HTTLPR), que modera la expresión de la ansiedad y la depresión o la percepción de la amenaza y la reactividad de la amígdala; se ha encontrado que niños portadores del alelo corto de este polimorfismo que fueron adoptados después de los 6 meses presentaban mayores problemas emocionales que los adoptados antes de ese tiempo con el mismo genotipo o que los controles nunca institucionalizados (Sheridan et al., 2010). Los factores de riesgo biológico y social pueden incidir en la codguración anatómica y funcional del sistema nervioso prácticamente desde el inicio de la gestación y provocar, por ejemplo, malformaciones en el desarrollo de esuucturas cerebrales que, con frecuencia, cambian el patrón de conectividad. finaüzar el primer mes de gestación se puede observar un mal cierre del mbo n e d que origina una anencefBlia(si se produce en el sector anterior del tubo cefálico), incompatible con la vida, o qim 61jGIaabierta u oculta si se ocasiona en la zona postenor del tubo neural. En k espina bifida oculta, los h u e m de la columna no se cierran, pero la médula y las meninges permanecen en su lugar, cubierras por la piel. Es la forma m& leve y raramente cursa con síntomas. La forma más grave de espina bifida es el rniel~menin~ocele, que se produce por falta de fusión de las porciones dorsales de las vértebras lumbosacras, por lo que sobresalen las meninges de la médula espina1 y los nervios raquídeos, formando un saco. Esta exteriorización puede dar lugar a complicaciones por infecciones, como meningitis. Es causa de parálisis motora por debajo de la apertura, pérdida del control de esñnteres y síntomas neuropsicológicos variables y dependientes, sobre todo, de las malformaciones asociadas. Una de las más frecuentes es la hidrocefalia Uiménez-León et al., 2013). La hidrocefalia consiste en una dilatación del sistema ventricdar por acumulación excesiva de líquido ~efaiorra~uídeo debido a un desequilibrio entre su producción y absorción (hidrocefalia comunicante) o por la intermpción en su circulación debida a obstmcción en los ventrículos o en los espacios subaracnoideos (hidrocefalia no comunicante) @ig.3-1). A menudo es el resultado de un estrechamiento del acueducto de Silvio (hidrocefalia no comunicante; suponen el 70 % de las Malformacionescerebrales Se pueden presentar anomalías en todas las etapas y en cualquier proceso del desarrollo: n e m génesis, proliferación, migración, mielinización o selección de sinapsis. Se asocian a una amplia variedad de teratógenos, como los descritos. Ya antes de .. Flgura3-1. Hidrocefalia no comunicantedetipoadquirido un de z de edad,debido a la presencia de un tumor infratentariai. pfñlia crin amria (A) y paquigiria (6) FACTORES El'IOL6WCOS Y DE RIESGO m LA NEUROPSICOLOG~A DEL DFSA~OLLO Figura 3-3. Displasia cortical localizada en hemisferio izqiiierdo (flechas)en una niña de5 añoscon crisis epilépticas do a una zona cerebral diferente a su empkramiento natural) (Fig. 3 4 , las displasias están en la base de muchas dificultades de aprendizaje, como la disIexia (Humphreys et al., 1990) y los uastornos del espectro autista Wegiel eral., 2010), y su presencia en la esquizofrenia ha conttibuido a que se empiece a considerar más como un uasmrnos del neurodesarro110 que como un proceso neurodegeneratiiw (Fatemi y Folsom, 2009). Una de ks dformaciones más becuentes del sistema nervioso, que puede presentarse aislada o en asociación con otras anomalías cerebrales, es la agenesia del ampo caiioso. El cuerpo calloso es la principal comisura del cerebro, y su desarroUo se observa entre la y la 20a semana de gestación. En la agenesia, las fibras implicadas en su formación migran ipsilateralmente en vez de c m al otro hemisferio. La etiología, alteraciones asociadas y. el perfil neuropsicológico - se pueden consultarde manera más pormenorizada en el capírulo 7. En &os es difícil precisar los síntomas específicos de rada anomalía concreta porque no siempre se presentan aislados; lo más frecuente es que aparezcan en grupos. Esto ocurre, por ejemplo, en la agenesia del cuerpo calloso y también en la malformmión dPArnold-Chiari, que consiste en u n desplazamiento descendente de las esuucturas de la fosa posterior que afecta, entre otras, a la vermis y a las amsgdalascerebelosas, el bulbo raquídeo, la protuberancia y el N ventriculo, con hidrocefalia asociada. Existen vanos tipos en función de la gravedad. En gener& los niños pueden presentar dolor de cabeza, vómitos, dificultades para tragar, babeo excesivo, pérdida de equilibrio y déficits en la audición y la visión, entre otros. La cim& es el único tratamiento eficaz para paliar el deterioro. En cuanto al pera neuropsicológico, se han descrito casos de retraso generalizado del desarrollo, con alteraciones motoras y marcha inestable, dficdtades en la coordinación bimanual y la manipulación fina, irritabilidad y llanto frecuente, rabietas y escasa interacción con el entorno. A Figura 3-4. Ectopia cartical, E LA NEUROPATOLOGíA INFANTIL os grandes dasiíicaciones en las que se enla mayoría de los trastornos que aborda son los uastomos del uropsicología &ti1 desarrollo y el da50 cerebral adquirido. tornos del neurodesarrollo icionalmente, las dasilicauones de los trasos del neurodesarroilo han separado las causas as y ambientales en dos grandes categorías. n la actualidad se sabe que genérica y amte mantienen un diálogo constante a lo largo do el cido evolutivo, tanto en la configuración del patrón de desarrollo del sistema nervioen Ias alteraciones que pueden presentarse. en aquellos trastornos que tienen una causa uca bien identificada, el ambiente puede inen la variabilidad de k expresión genética. emás de la inñuencia del entorno en la exn fenotipica, la relación enm genética y trasos del neurodesarrollo es sumamente compleor varias razones: 1. La variabilidad en los rasgos o caracteres puede tener una misma mutación genética en 2. La heterogeneidad genética en referencia mo un mismo trastorno puede ser explicado distintas vaiantes genéticas. . La modulación de numerosos rasgos (p. ej., esos cognitivos como la atención) viene dada arios genes (polzgenmdd). La iduencia inada de muchos genes y el efecto del entoreterminan que, para los rasgos cuantitativos, son la mayoría de los que hacen referencia a terísticas psicológicas, sea mucho más difícil ocer el genotipo que para los rasgos cualitaS (p. ej., el grupo sanguíneo) (higa-Pallarés, das estas condiciones genéticas explican, en ,la alw wmorbilidad de este upo de trastory el amplio fenotipo cognitivo y conductual En los rasgos cualitativos existe una relación cta entre la acción del gen y la presencia o del rasgo (herencia mendeliana). Los tipos erencia mendeliana que pueden darse son: aumzca domziuznte (cl alelo altcrado es dominante el n o d , por lo que sólo basta una copia adre o madre para que se exprese k enferme dad; p. ej., en la corea de H u n ~ g t o n y) auwsámica zcaiva (los afectados son producto de padres portadores del gen, pero que no presentan la enfermedad; & p. ej.,. en la fenilcetonutia). Cuando los trastomos se d e r e n alos aomosomas s d e s , se habla de hermna bg& a l mmosomaXdmninantc y recenva.Tambi&n pueden darse casos en los que la mutación aparece por primera v a en una f a m i i lo que se conoce como mutanón ex novo. Como se ha mencionado a lo largo de todo el capítuio, las dasiíicaciones que se r& de los nñstornos del neurodesarrollo por categorías requieren más investigación para caracterizar mejor el síndrome de acuerdo con su etiología, las alteraciones cerebrales que ha idenaficado la neurnimagen y la afectación wgnitiva, emocional y funaonal que origina En la actualidad tienden a configurarse tres gmpos: genéticos, de etiología ambiental y aquellos que se d&en por sus repercusiones funcionaies. Trastornos genéticos Constituyen un grupo heterogéneo de síndromes que presentan en su etiología un fuerte componente h d t a r i o . Como se ha indicado, la amplia diversidad que muestran en el fenotipo se debe a las variante genéticas que pueden originar el mismo síndrome y a la lnteracción de los genes con los factores ambientales. La idenaficación de la mutación concreta de k que se trata ha resultado imprescindible para dis& un marcador que permita una detección precoz. Las gametopatúü son las agresiones más precoces que puede sufrir el desarrollo embrionario. Como su nombre indica, afectan a los gametos, ya sea con alteraciones de los genes (genopatia) 0 de los cromosomas (cromoromopa&~. Estas últimas, a su v a , pueden ser gonosómicar (con alteraciones en los cromosomas sexuales) o autmómrcar (en los resuntes croiriosom~),bien niimeriuc, bien ccr r ~ a u r d eEl ~ .c~udroclínia~o f'ciiotivo orii!iiiado a por una alteración cromosómca está determinado por los genes especificas presentes en la región en deseqdibno; no obstante, también inAuyen otros factores genéticosy ambientales. Suelen cursar con rasgos dismórficos y discapacidad intelecmal, y a menudo se acompaftan de alteraciones en varios órganos y sistemas (p. ej., candiopatías).Ante anomalías cromosómius, el número de abortos espontáneos es elevado. En la mciosis de las células germinales debe reducirse a la mitad la cantidad de cromosomas para que, tras la unión de las &das masculina FACTORES ETIOLOGICOS Y DE m w EN LA NEUROPSICOLOG~A DEL D F S A R R O ~ I l1 y femenina, permanezca constante el número de cromosomas típico. Si una pareja de cromosomas no se separa, una de las células hijas tendrá un cromosoma de menos, lo que se conoce como monosomía (raramente viables en cualquier especie vegetal o animal), o uno de más, w n la trisomía dentro de las anomalas numéricas (Tabla 3-1). Entre las trisomias autosómicas más frecuentes están la del cromosoma 21 o síndrome de Down (V cap. 91, y k del cromosoma 18 o síndrome de Edwards, que afecta generalmente a niñas, con una esperanza de vida corta, y se asocia a discapacidad intelectual, nucrocefalra, hipertonía, malformaciones cardiovasculares y criptorquidia. Otra trisomía, en este caso gonosómica, es el sín- Síhdrome dePrader-Wlli \deleciÓndel brazo largo del cromomina 15 paterno) Slndrome de Angelman Ldeleción del brmo largo del cmmasma 15 materno) Síndrome de DiGeorge (del~ióndelbraw largo del aomosoma22) Duplicacioneí Sindrome del cromosoma X irágil [duplicación parcial del brazo iwgodel cromosoma X) Cl.rooente bite1ectUal:SNCarterna nerviaro central drome de Künefelrer, que ocurre sólo en varones y afecta al cromosoma sexual (un cromosoma X extra: sus m d e s t a u o n e s clínicas son variables, pero suelen cursar con discapacidad intelectud leve y dificultades más notables en lenguaje, memoria auditiva, problemas de comportamiento y algunos casos de ataxia, además de presentar hip~~onadismo. En cnanto a ks alteraciones en la esuuctura de los cromosomas, puede hablarse de deknón (pérdida de una porción del cromosoma, como en el síndrome de W i l h s [v. cap. 111, o de un cromosoma completo, como en el síndrome de Turner: XO); duphcaczón (segmento o secuencia de genes que se replica), que no suele tener una m d e s - m; baja delas orejas),crecfrntentoposnatal lento, hipofonia, discapaadad lntdectual Rasgos dimóIficos(frente estrecha y ojos enrorma de almendra).tiipogen~~~~moIhIpogonadismo, talla baja, apetlfo insaciableque suele provocar sbesidad, bipbtonik discapacidad intelectual y labilidad emonanal Veare capitulo l a Facies dismórñca (párpadoscaidos, orqas pequehas, paladar hendido), hipoparahroidismo.deW~scardiacos, perdida audjtiva, problemas de alimentac6n. Discapacidad intelectual variable, trastornos mentates Véase capitulo 10 n fenotipica observable; i n v d n (cambio de ión de una porción del cromosoma); bar(intercambio de segmentos entre uomono bomólogos, como en algunas *tes drome de Down), que es la más importanre su expresión chica, y el cromosoma m un& 'da del material en ambos amemos, con fuellos formando un círculo). ien conocemos bastante acerca de los meos a través de los cuales se producen las las cromosómicas, no ocurre 10 mismo con ogía, ya que se sabe poco de los factom cos y ambientales que las originan.Quizá la más se ha estudiado es ia edad avanzada de madre (sin que quede &o tampoco cuál es o que sigue la alteración cromosómica), más enfermedades autoinmunes, el proiento del ácido f ó h , radiaciones, drogas y logía cromosómica anormal (traslocación) en dificnlta~el apareamiento meiótico y La afectar a UD único . cap. 10).Las consecuencias son muy graves, ue suelen ser proteína que están implicadas activación de otros genes o en la degradación tras proteínas, con lo que su ausencia provoca reacción en cascada de alreraciones metabóue interfieren con el normal desarrollo del a da0ar. por ejemplo, la erebral o el cerebelo, y las conexiones que sobre estos síndromes ha perrencia que no siguen las leyes mendelianas, la xmpmnkz gmética, por la que se expresan era diferencial genes paternos o maternos, omúl uniparental, por la que ambos cromode un par d e r i w de un mismo progenitor. bas condicioiies se oroducen, por eiemolo, en síndrome de Angelrnan (v. cap. 12). r b r n o s de etiología ambiental b En este grupo se encuadrarían todos los trasnos del neurodesarrouo que se han mencionado terionnente derivados del consumo de dmgas (p. ej., síndrome alcohólico fetal), malnutrición (anemia del recién nacido y del lactante), enfeimedades maternas. neurotóxicos (enfermedad de Minamata), infecciones víricas, bacterianas o pa- F I rasirarias (sida, nibéoola, paludismo, etc.) y factores de riesgo social. La mayoría de ellos se asocian a prematuridad, malformaciones estructurales en el sistema nervioso y a l t d o n e s fundondes. Aunque se dasifiqnen como de etiología ambiental, la investigación ha demostrado diferencias entre los individuos en la vulnerabilidad genética a los efectos de cualquier agente terarógeno ambiental. I Trastornos que se definen por sus repercusionesfuncionales Al connario que en las anteriores dasificaciones, este grupo no se organiza según la etiología, sino de acuerdo con su perfil funcional. En la mayoría de los trastornos del neurodesarrollo se han identificado causas genéricas y ambientales que pueden contribuir a la explicauón del cuadro que presentan estos ninos, pero todavía no se sabe cómo interaccionan para originarlo. Por lo tanto, tampoco cuentan con un marcador biológico que las identifique. Todos, además, tienen en común las siguientes ammerísucas: presentar rasgos que aparecen en la población normal, aunque pueden exhibu una expresión diferente o variar en intensidad; la modulación significativa por parte del entorno de la expresión de los síntomas, y compartir un alto grado de comorbilidad entre ellos. Dentro de este grupo se induyen los trastornos del espectro aurista (v. caps. 17 a 19), el TDAH (v. caps. 20 y 21), los trastornos especficos del lenguaje (v. caps. 14 a 16) y los uastornos del aprendizaje. Estas dos úlumas categorías se asociaban tradicionalmentea alteraciones en procesos concretos corno el lengua~e,la lectoescrinua o el cálculo, pero hoy se sabe que no son espeÚ6cas de un solo proceso yque presentan un perfil neuropsicoiógico de múlnples funuones afectadas. Algunos autores suelen induir un cuarto grupo de trastornos inespeúficos como discapacidad intelectual. En este capítulo, sin embargo, no se va a tratar este grupo como una categoria diferente. Tanw la disca~acidadintelecmal como la epilepsia son síntomas comunes a las tres categorías presentadas, y pueden tener tanto etiología genéricas como ambientales. cerebral adquirido Trasrevisar las alteraciones del SNC de carácter prenatal, este apartado se centrará en las agresiones que pueden producirse en el momento del nacimiento (oerinatales) o más. tudíamente (posnatales) en forma de problemas wsculares, traumatir.L I 37 FACTORES ETIOLÓGICOS Y DE RlEFGO EN LA NEURC mos, infecciones, tumores, trastornos metabólicos, epilepsia, etcétera. A pesar de los grandes avances en la tecnología de la monitorización fetal, la asfixia perinatal permanece como una condición relevante de mortalidad y morbilidad infantil. Ocasiona alteraciones a muchos niveles: cardíacos, renales, metabólicos, ex., pero la consecuencia más devastadora es la encpfaalopatík hipórico-Uquhica, que se considera la causa más frecuente de lesión neurológica en la infancia y se define como el síndrome que presenta el niíio, secundario a hipoxia o isquemia debido a la disminución del oxígeno y el flujo sanguíneo en el cerebro. Sus secuelas más frecuentes son la parálisis cerebral infantil, la discapacidad intelectual, alteraciones sensoriales, trastornos del aprendizaje y epilepsia, entre otras. b expresión clínica es variable, desde cuadros leves hasta graves, en los que el factor más determinante es el tiempo de hipoxia o asfixia. Dentro del sistema nervioso, la extensión de la lesión depende de la distribución de la vascularización cerebral. Cuando la hipoxia es grave, el flujo se dirige preferentemente al tronco encefálico en detrimento de la corteza y, dentro de ésta, la corteza parietal parasagital es la más susceptible. Eti el cerebro en desarrollo la matriz germinal es especialmente vulnerable a estas lesiones hipóxicoisquémicas. Otro tipo de lesión que en ocasiones acompha a la anterior y que contribuye a la presencia de síntomas neuropsicológicos es la hemomgia cerebrd mucho más frecuente en grandes prematuros. Las principales hemorragias en el recién nacido son las que se sitúan en la zona ventricular (periventricular e intraventricular), concretamente en la matriz germinal, también en el espacio subaracnnideo y la zona subdural. Las hemorragias ventricnlares producen necrosis en la sustancia blanca que rodea esta zona, lo que se conoce como leucomahcia periuentricuhr, que se asocia a parálisis cerebral infantil de tipo espástica (v. cap. 6) y a otros déficits cognitivos (p. ej., en atención, velocidad de procesamiento, etc.), comportamentales y sensoriales. En los ninos prematuros con leucomalacia perivenuicular se ha descrito un perfil neuropsicológico similar al TANV, cn el que priman las dificultades en habilidades de integración perceptiva y motota, con relativa preservación del lenguaje formal, pero afectación pragmática (Crespo-Eguílaz y Narbona, 2009). Además de la prematuridad (v. cap. 41,son factores de riesgo para las hemorragias ccrelirales las cardiopatías congénitas (v. cap. 4), la anemia fetal, las alteraciones de la coagulación y la cirugía. Otra circunstancia que puede alterar el desarrollo neuropsicológico es la presencia de infecrionei, como ya se mencionó previamente. Estas pueden producirse en el periodo prenatal, pero también tras el nacimiento, como ocurre con los cuadros de meningitis, especialmente en la bacteriana, que consiste en un proceso inflamatorio agudo del SNC por microorganismos que afectan a las leptomeninges (piamadre y aracnoides). Aparece sobre todo en la infancia y se asocia a discapacidad cognitiva, ataxia, déficits sensoriales y otras complicaciones, como hidrocefalia o epilepsia. Existen vacunas para prevenirla y se trata con antibióticos potentes. infecciosa, en general Otro cuadro de etiologia vírica, que en ocasiones acompha a la anterior, es la encefalitis. También ha disminuido su incidencia por la vacunación, y se relaciona con síntomas morotes, cognitivos y sensoriales, así como con signos neurológicos focales. Del mismo modo, el contagio por VIH a edades tempranas se ha asociado con secuelas como retraso psicomotor y otras alteraciones neurológicas, como hidrocefalia y epilepsia. El grado de inmunndepresión será decisivo a k hora de explicar dichas secuelas. Los rraumatismoi craneoence$íliros también son causa de déficits neuropsicológicos en niños (V.cap. 22). Los más precoces son los obstétricos, sufridos durante el parto, y pueden causar secuelas como consecuencia del efecto mecánico del traumatismo o por la aparición de hemorragias cerebrales. Son más habituales cuando existe una desproporción cefalopelviana en las presentaciones de nalgas, en partos prolongados y en situaciones en las que se emplean fórceps o ventosas. Otra importante causa de da60 cerebral adquirido en el niño la constituyen los rumorei terebrales (v. cap. 23). Éstos son la segunda causa de mortalidad infantil después de los accidentes. En muchos casos se asocian a síndromes hereditarios, como la neurofibromatosis 1 y 11 (v. cap. 13), la esderosis tuberosa o el síndrome de Von HippelLindau. Las manifestaciones clínicas dependerán, entre otras variables, de la localización del tumor y su grado de exrensión. Los tumores provocati síntomas por su efecto masa, el aumento consecuente de la presión intracraneal, al provocar en ocasiones hidrocefalia obstructiva, y el edema que lo rodea; wmbién se ha observado daño asociado al tratamiento antineoplásico, tanto en tadioterapia -hasta el punto de que se han modificado los protocolos de actuación en la edad pediátrica siempre que las características del tumor lo permitan- como en quimioterapia en general, con dis- BS, Gesdiwind DH. Ad-cw in aukm genmis: Harr H, Rubia K Neuoimirnpi.g ofdiild abuse: a critica1 review. Fronr Hum Neurosa 2012;6:1-24. Humphrey3 P. K a b WE, Galaburda AM. Dwdopmenrd dysleUa in women: neuopadiological f i n d i in rhree patiuits. hN m l 1990;28:727-38. CS. Malformaciones del a m a nervioso cuid:carda- Bosi A, Bassi D. Dom's syndmme Lance 2003; mí dmhol spe15:21834. &ordecs. Dw Disab'il Res RN 200% Shetidñn M, Dniry S, McL+ K Almas A Early instimtiodlation: neurobiological mnseqmces and genaic rnodiiiers. 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Vincular las diferentes edades sestacionales de nacimiento con los hallazaos neuroanatómicos v neurofuncionales observados en los niños prematuros y contextualizarlos déntro del patrón de désarrollo normativo del sistema nervioso central. Según las cifras del Instituto Nacionai de Estadística (2012), en España la tasa de incidencia de niríos que nacen antes de la s e m a n a 37 de gestación se ha incrementado en los últimos años hasta situarse en torno ai 8 %. A lava, y ai igual que sucede en el resto de los países desarrollados, la supervivencia de estos niños aumenta debido a los avances en los cuidados obstétricos y neonatales, especialmente ' en aquellos casos que se sitúan en el límite de la viabilidad. Y si bien el número de condiciones graves que son fácilmente detectables desde la primera infancia, como parálisis cerebrai, epilepsia, sordeira, ceguera o discapacidad intelecnial, se mantiene ' relativamente estable o con tendencia a disminuir 1 (Aarnoudse-Moens et al., 2009), problemas sutiles :como bajo rendimiento académico, alteraciones wnducmales y déficits en procesos cognitivos superiores o en funciones ejecutivas que aparecerán a edades más tardías (p. ej., al inicio del ingreso en la escuela primaria) se han comenzado a percibir ielevados (Baron y Rey-Casserly, 2010; Marret et 'al., 2013). Por otra parte, dicha alteraciones no se limitan a las etapas iniciales del desarrollo del d o , sino que pueden acompañarlo a lo largo de todo el u d o vital, hasta la adolescencia y la adult a , e incluso empeorar a medida que crecen y las demandas cognitivas se incremenan con tareas académicas progresivamente más complejas, para ks que requieren apoyo escolar (Aylward, 2005; Marret et al., 2013). Numerosos son yalos estudios poblacionales (p. ej., EPICure 1995 y 2 en Reino Unido, EPIPAGE 1de 1997 y 2 de 201 1 en Francia, POPS de 1983 en Holanda, o MOSAIC en regiones de diversos países europeos) que han tratado de caracterizar el desarrollo neurops~coló~ico de los ninos premaniros en relación con el momento del nacimiento y la disrupción de sus procesos de crecimiento intrauterino-normativo s..^ induso intentan establecer si los déficits detectados son sólo ~roductode la^ daños cerebrales observados con más h u e n c i a (p. ej., los asociados a la leucomalacia periventrid a r o a las hemorragias intraventriculares), o si adcmás se añadirían procesos vinculados a una preprogtamación de cnrucogénesis internunpida o previamente defiüraia. FACTORES mL6GICOS Y DE RIESGO EN LA NEUROPSIC~LOG~A DEL DESABRoila bs necesario indicar, sin embargo, que en la liLa historia de Juanjo, con sus 32 semanas de teratura cienrífica sobre este tema destaca la diveredad gestacional y sus 1.690 g de peso al nacer, nos sidad de criterios para establecer una dasificación permitirá rwisar algunas de las características más wnsensuada de los diferentes niveles de premanuihabituales en el neurodesarrollo de esta población cuyo número M en aumento, en esta ocasión sin dad. Desde la Sociedad Espanola de Neonatología se indica que es prematura aquel recién nacido que graves alteraciones sensoriomotoras. no llega a completar la sunana 37 de gestación o edad gestacional,y que, aunque se utilicen como sin ó m o s , desdesu punto de vista es más c o m o el PLANTEAMIENTO GENERAL DEL CASO. concepto «pretérmino»,por no implicar unadoraA 32 SEMANAS DEVELOCIDAD uón de la madua del neonato. Indican as~mismo Anamnesis que la mayor morbimortalidad afectaría a los bebés «muy preténnino», nacidos antes de la semana 32, Era la mañana del 16 de agosto de 2002 y, auny sobre todo a los «pretérminosextremos», con una que todavía se encontraba a 8 semanas de su fecha edad gestauonal inferior a 28 semanas. Por otra parde parto, Paula comenzó a sentir lo que interprete, y ante la dificultad de objetivar la edad gestaciw tó como contracciones, que cada v a se repetían nai, se ha considerado el peso al nacer como el pacon más frecuencia Esperó a su marido y acudió rámeuo de referencia para clasificar a los neonatos al hospital. A las 15:30 de ese mismo día nació como de «bajopeso» (inferior a 2.500 g),«muybajo Juanjo, su primer hijo, con un peso de 1.690 g, peso* (inferior a 1.500 g)y «ewemadobajo peso» una edad gestacionai de 32 semanas y una pun(inferiora 1.000 g) (Tabk41).Dela combinación tuación en el test de Apgar inicial de 6 y, a los 5 de ambos datos surgirá el concepto, también muy minutos, de 8. relevante desde el punto de vista del neurodesarroNingún profesional del equipo médico supo Uo, de «niño pequeño para la edad gestado&,, determinar las causas de aquel nacimiento premaque induiria las variables peso y uVa en dos o más turo, e indicaron que quizá fue una leve hipertendesviaciones estándar por debajo de la población de sión en la madre o cualquier ouo factor que les referencia. Este término, definido como estático, no había pasado inadvemdo. debe confundirse con el de «crecimientoinmutenLas siguientes semanas de la vida posnatal no retardado,,, que supone un fenómeno de natude Juaqo esnivieron salpicadas del conjunto de raleza dinámica. al imolicar una disminución en la complicaciones típicas en un nacido pretérmino: velocidad de crecimiento del feto, con indepaidenproblemas en la termorregulación, ineficiente cia de que su peso al nacer esté o no por debajo de lo adaptación respiratoria pulmonar y una hemotranormativo (Paisán et al., 2008; Rellan et al., 2008). gia venuicular de grado iiI que se resolvió en los - Clasificación Pero al nacer Extremado bajo peso 1 Edad gestadonal / Wacimiento posmadum < 1.O00 g z 43 semanas Naomiento a térmlnc 37-42 semanas Baja edad gestacional c 37 semanas Nacimiento pretérmlno tardío 34-36semanas Muy pretermino o muy baja edad gestacional < 32 semanas Pretérmlnoextremo o extrtirnddd bdja edad gestacional < 28 semdnds 1 Microprernaturo Adaptada de Barony ReyGrerlfi 2010 126 semanas 4 días en que estuvo ingresado en la unidad de &dados intensivos pediátncos. Durante su paso por el hospital, permaneció la mayor parte del tiempo en lo que se conoce como «nido*: una sala repleta de incubadoras, donde los nwnatos, aiimentados por sus madres y por los profesionales de enfermería (como en el caso de Juanjo, que recibió aiimenración mixta), van ganando peso. A los 2 meses y 8 días del nacimiento, Juanjo abandonó la incubadora. Pesaba en ese momento 2.560 g y tenia una edad corregida de 14 días. Los siguientes meses trascurrieron entre ingresos hospitalarios, sobre todo por bronquioliús y otras complicaciones pulmonares, d n por la que no acudiá tempranamente a la guardería Y ya, en torno al año de su edad cronológica, el pedraua detectó un revaso en el neurodesarmllo, que empezó a vi& estrechamente. En el mes en que Juanjo cumplía 2 &os, cuando GnaLnente pudo asistir a la guardería, apenas hablaba y presentaba un reuaio motor moderado. Fue derivado al centro de atención infantil temprana de su zona. Los profesionales anotaron que su producción verbal e n deficitaria e ininteligible en muchos casos, con un Iéxim bastante reducido para su edad (se calculaba una media de 10-12 palabras: mamá, agua, pelota, libro, zapato), y que no consuda &es de dos pdkbm en las que hubiese una forma verbal. Mostraba una conducta espontánea pobre, w n escasa inicia& y una baja capacidad para persistir en cualquier aaividad iniciada El cociente de desarrollo en aquel momento en las Esalas Bayley de desatollo & d era de 70, y se le dkgnosuw retraso psiwmotor y lingüístico. Se programó estimukción del lenguaje y de la autonomía personal. Prematuridady desarrollo cerebral Se ha indicado que quizá la característica más relevante del premamo sea la inmadurez del sistema newioso cenual (SNC), que afecta a unas esuuctums con escasa capacidad de adaptación posnatal por tener una cronología madurativa relativamente fija (Recuadro 41). En un nivel macroscópico, cuando alcanza las 40 semanas, el cerebro de un gran prematuro muestra una menor complejidad en los surcos y circunvoluciones. así como un menor volumen Recuadro 4-1. Posibles alteraciones en el desarrollo físico del bebé prematuro La mayor parte de los niíios calificados de pre- + matLro5 nacen trds la presentación de un pan0 pretérmino csponráneo o amniorrexis prematura (> 50 %). Algunos factores maternos que se han consideradoasociados a dicha presentación prematura del bebé serían los partos pretérmino previos, una situación socioeconómica desfavorable, el tabaquismo, la gestación múltiple y diferentes complicaciones médicas (siendo el mayor porcentaje el correspondiente a la hipertensión y la desnutrición intrauterina, seguidas por el polihidramnios). El tipo de parto más adecuado en los nacimientos Drematuros es una cuestión todavía no resuelta. pero el uso de a cesdrea dlcdnzd un mdximo (6070 9b) a las 28 semanas. v derc.cnde a medida que avanza ia edad gestahonal a tasas del 30 % en los pretérminos que superan las 34 semanas. Los trastornos prevalentes del neonato pretérmino son los derivados del binomio inmadurez-hipoxia, que se produce obviamente por el acortamiento de la gestación y la ineficacia de la adaptación respiratoriaposnatal tras la supresión de la oxigenación trasplacentaria. Este perfil de inmadurez característico en el prematuro esta determinado por las diferentes condiciones dc los organos y aparatos fisiológicos. Por e~emplo, + la función pulmoirar se ve comprometida por diversos factores,entre los que se encuentran Id correspondiente nmadurez neurológicd cenrrai y la debilidad de la musculatura respiratoria, asociada a un pulmón ion escaso desarrolloalveolar, déficit de síntesis de surfadante y aumento del grosor de la membrana alveoiocapilar. Las afecciones respiratoriasson la primera causa de morbimortaiidad deestos bebés. A nivel oftalmolóaico se encuentra de forma característica la retinopatia del prematuro. que se vincula a la detención de la vascularización de la retina que produce el nacimiento pretérmino y el posterior crecimiento desordenado de los neovasos. También en el sistema cardiovascular se observan secuelas del parto prematuro: la hipotensión arteria1 precoz es más frecuente cuanto menor es el peso al nacer y parece estar relacionada con la incapacidad del sistema nervioso autónomo para mantener un tono vascular adecuado o con otros factorescomo la hipovolemia, la sepsis o la propia disfunción cardíaca-se observan asimismo complicaciones gastrointestinales (motilidad pobre). inmunitarias (inmunidad específica), metabólicas (termorregulación deficientey acidosis metabólica), hematológicas y endocrinas (hipotiroidismo). - 1 1 que el cerebro de un niño nacido a término. Este menor volumen refleja una reducción en el rarnaño de estructuras subcorricales como los ganglios basales, el cuerpo calloso, la amígdala y el hipocampo, y en zonas de la corteza, como las regiones motoras y la corteza parierooccipiral. La prematuridad altera la preprogramación de la corricogénesis y el desarrollo de los circuitos corricosubcorricales en la corteza, el tálamo y los ganglios basales (Marret et al., 2013). La inmadurez del SNC asociada a un nacimiento prematuro puede observarse también a nivel microscópico en una estructura anarómica cerebral caracterizada par la escasa migración neurona1 (que se produce entre los 3 y los 5 meses de gestación) y una pobre mielinización de la sustancia blanca (a partir del 60 mes de gestación). A estas posibles anomalías en la génesis y en la configuración de las células del sistema nervioso hay que sumar lesiones adicionales que se producen por la inmadurez de la barrera hemaroencefálica para controlar la entrada de toxinas al cerebro y la ausencia de protectores endógenos reguladores del desa~rollo(neurotrofinas y oligotrofinas), que ayudarían a preservar las neurona y los oligodendrocitos de la muerte celular (A~lward,2005). La susceptibilidad a la hipoxia o a los cambios de osmolaridad y tensionales hace que sea frecuente la aparición de hemorragias intraventriculares y de infartos hemorrágicos cerebrales. Otra de las secuelas más características del nacimiento prematuro es la leucomalacia periventricular, que representa el d a í o hipóxico de la sustancia blanca y cuya incidencia es del 1-3 % en los nifios pretérmino de muy bajo peso. Se atribuye a los cambios en el flujo sanguíneo en torno a los ventrículos laterales, una zona frágil por su elevada vascularización y propensa a las lesiones isquémicas, en especial antes de la semana 32 (Aylward, 2005). Al ser la leucomalacia uno de los primeros hallazgos en el cerebro del prematuro, se consideraba causante de los déficits neurológicos y neuropsicológicos caracrerísricos de estos niños. Sin embargo, no todos los prematuros presentan signos de leucomalacia periventricular; es más, la mayor parte de esta población no muestra signos focales de daíio cerebral, y los déficits neurológicos son a veces tan sutiles que pasan desapercibidos, lo que ha ocasionado que hasta recientemente no se hayan considerado como relevantes las secuelas de la prematuridad. En la actualidad, las técnicas de neuroimagen han mos- trado signos de venrriculomegalia y anomalías en la sustancia blanca, como adelgazamiento del cuerpo calloso y mielinización demorada, que se consideran marcadores perinatales de riesgo en el neurodesarrollo e, incluso, mejores predictores del funcionamiento futuro del niño que la edad gesracional (Woodward er al., 2012). Cuando Juanjo tenía 6 años y 4 meses de edad, el pediatra lo remirió para su incorporación a una investigación que llevábamos a cabo en la población prematura nacida entre los años 2001 y 2006 en los hospitales públicos de las provincias de Almería y Granada, a fin de determinar el perfil cognirivo en la primera etapa de escolarización de Los niños grandes prematuros nacidos sin complicaciones neurosensoriales y motoras graves al nacer. Es necesario, pues, rener en cuenta que los resultados que se detallan (Tabla 4-2) derivan de una metodología diferente de aproximación a los déficits de la que se utiliza en el abordaje clínico: no hay una demanda explícita de los padres para dicha exploración, aunque sus hijos estén siendo atendidos, como es el caso de Juanjo, por síntomas relacionados con el objeto de estudio; se debe administrar la misma batería de pruebas a todos los integrantes de la muestra, lo que elimina la posibilidad de indagar, en un enfoque basado en prorocolos, en los subprocesos que pudieran dar cuenta de algunas de las alteraciones detectadas en un individuo concreto o de discrepancias entre datos de un misma proceso; y finalmente, la exploración no se encaminaba hacia el establecimiento de objetivos de intervención, aunque se llevaba a cabo una sesión con los padres para comentar el rendimiento de los niños y plantear recomendaciones terapéuticas, pero de carácter general. En definitiva, la investigación se orientó a la ejecución del grupo seleccionado y no a las del individuo. En el momento de waluar a Juanjo, nos encontramos ron un nifio menudo y pequeño para su edad cronológica. Sus padres reconocían protegerlo en exceso, condición frecuente en esta población por sus problemas de salud, si bien lo describían adaptado a su colegio y a sus compañeros. Cursaba primero de educación primaria y recibía apoyo dentro de dase en las asignaturas de Lengua y Matemáticas, por problema5 que bu iiiadre achacaba a su tendencia a despistarse con facilidad, a una pobre memoria y a dificultades para btert Digittis-inveMr(WISC-IV) btertL&ras y números (W15CW) btertDrdende palabra (K-ABC? btest Memoria espacial O<-ABC) btestMovimiento de manos (K-ABC) a complejade Rey. Abstracto verbal esarse. A nivel motor no se registró ninguna 'a por parte de la familia, ni en la o b s e d ó n ~ ~ cognitivo ~ ~ ~ + El pronóstico acerca del desarrollo neuropsicológico de los recién nacidos prematuros es muy variable, aunque se ha observado que existe una clara relación entre prematuridad. bajo rendimiento cognitivo y académico o alteraciones emocionales y conductuales que pueden prolongarse más allá de la infancia (p.ej.,Aylward.2005; Bhutta etal.,MO2:Larroque etal.,2011;Marretet al., 2013; Samara et al., 2008). El 1025 % d e los grandes prematuros presentan alteraciones estadísticamente significativas en la capacidad cognitiva general en comparación con el 2.3 % de la población normativa. Dichas alteraciones se muestran en estrecha relación con la edad gestacional, observándose diferencias que oscilan entre 7 y 24 puntos en el cociente intelectual (CI)a medida queaquélla disminuye.Talesdéficits presentes hasta en el 40,6 % en los extremadamente prematuros en estudios poblacionales, se ndn cdl/fic~do de inespccificos osutiles, si bien se ha calc~ladouna probahi iddd 56 veces mayor de que alcancen niveles moderados o graves.en relación con los compañeros de clase nacidos a termino, así como un riesgo superior de manifestar trastornos del lenguajey dificultades escolares en general (Larroqueetal, 2011). Es necesario tener en cuenta que, mientrasque las disfunciones neurosensoriales y motoras más graves suelen detectarse durante la primera Infancia, la relación entre alta prevalencia -en el 50-70 % de los niños nacidos con muy bajo peso al nacer- y baja gravedad, que aparece también en el caso de las funciones y procesos específicos, hace aue éstos emoiecen a ser más evidentes a medida que el niño crece y el medio se hace más demandante. En el metaanálisis de Aarnoudse-Moens et al. (2009). en grandes prematuros o de muy bajo peso al nacer se pone de manifiesto la existencia de diferencias significativas con respecto a los nacidos a término en atención, fluidez verbal, memoria de trabajo y flexibilidad cognitiva; en el rendimiento académico en matemáticas, lectura y ortograiía, y, dentro del ámbito comportarnental, en intemalización de los oroblemas. Las rnatemáticas. la lectura y la indi'ación por parte de los padres de problemasemocionalesen sus hijos mostraron correlaciones fuertes y positivas con el peso medio al nacer y la edad gestacional media. Estos déficits, además, evolucionan peor en los niños que en las niñas, lo que se atribuye a una mayor incidencia de problemas neonatales y de discapacidad en los varones (Samara et al., 2008). 4 En la línea de lo indicado sobre la elevada presencia de alteraciones sensoriomotoras, Incluida la + I + parálisis cerebral infantil (v. cap. 6) entre los prematuros, los estudios neuropsicológicos se han centrado clásicamente en la evaluación de las funciones visoomotoras y visuoespacioles, y se ha observado que tienen repercusionesimportantes no sólo en la percepción visual y la integración vC suomotora, sino también en la coordinación oculomanual. La mayoría de los grandes prematuros, los nacidos con bajo yextremadamente bajo peso manifiestan algún tipo de problema vlsuomotor, incluso cuando sus puntuaciones en el CI se encuentran dentro de un rango normal, problemas que además se relacionan con otros déficits neuropsicológicos en atención o memoria de trabajo visuoespacial (Vicarl et al., 2004). Asimismo, un amplio cuerpo de estudio ha observado que los niños prematuros muestran alteraciones otencionoles) ejecutivas que incluyen déficits en la mayoría de los procesos específicos. De esta manera; se ha dercctado -n menor rcnd:mienro frente d os ninos nacidos a tPimino ? t i tareas de atención selectiva o sostenida, en inhibición o en las habilidades de alternancia (shifting), en general con ejecuciones directamente proporcionales a la edad gestacional (Van de Weijer-Bergsma et al., 2008). t Relacionado con estos resultados, un hallazgo de gran robustez en el estudio de las alteraciones neuropsicológicasvinculadas con la prernaturidad es la asociación entreesta condición y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Ya en el clásico metaanálisis de Bhutta v cols. (2002) se recogeque estos niños muestranun riesao - 2.6 . veces suoerior de lleaara manifestarlo en la edad escolar q"e los nacidós a término. mientras que Aylward (2005). por su parte, afirma que. mas allá dedicha cifra, se han estimado riesgos hasta 6 veces superiores, con datos que pueden alcanzar del 16 %al 47 %de prevalencia de estos síntomas en la infancia y la adolescencia. Se ha postulado que las alteraciones atencionales, metacognitivas y de autorregulación podrían explicar la elevada frecuencia de este trastorno incluso en los prematuros moderados. Estas alteraciones se han asociado a la interrupción de la maduración fetal, entre las semanas 32 y 37 de gestación, con mecanismos que van desde la organización de las capas corticales o el intercambio de hormonas maternas tiroideas (Aylward, 2005) a las lesiones en la material blanca neonatales, en especial las parenquimatosas y la dilatación ventricular (Johnson, 2007). Los autores insisten así en una etiología fundamentalmente biológica frente a la de corte social. + + Continúa 1 Recuadm4-2. Neumpsimlaglay prematuridad (cont.) e su rendimiento disminuía por debajo de la rma cuando la tarea exigía integración y sínteelo con los estímulos presentados. Es o tener en cuenta que la mayoría de 1 s que integran esta escala de procesamientáneo tienen un importante componente d. Sin embargo, también en la farea de voca,habidmente utilizada como cociente o intelectual, se objetivó una ejecución por o de lo esperado para su edad relación con los pmcesos espeúiiws, destan los resultados obtenidos en el ámbito de las !&&a ' atencronuks. Juanjo mostró un rendinto deficitario en la mayoría de los procesos ados en esta área, desde la concentración la atención dividida En la misma Enea, su ión en las tareas de memoria dz trabaje, ttanrbal como visual, se mostró alterada. Esras diíidtadm poárían estar mediadas por el e n h tecimiento objetivado en el procesamiento de la informaúi>n. Asimismo, y en relación w n los hallazgos más consistentes expuestos en la literatura en cnanro a &os premaniros, destacaba el bajo rendimiento de Juanjo en lar pruebas que induyen el mango informnn'ón vimal sea en tareas de integración perceptiva, de organización espacial, o enlas capacidades consnictivas o de razonamiento con este material. De esta forma, por ejemplo, en k farea de wpia y en la de recuerdo inmediato y democompleja de rado del Test de wpia de una &gura Rey, presentó un marcado d&Ut enla ordenación y solapamiento de los elementos, lo que dio lugar a una reproducción y a una recuperación poco exacta y pobre (Pig. 41). Estos datos se correlacionan con los resultados obtenidos en la mayoría gura 4-1. Ejecución de Juanjo en elTest de copia de una figura compleja de Rey.A) Copia. 6) Recuerdo inmediato. I 47 de las ~ruebasque se incluyen en la escala no verbal de la Bateria de evaluación de Kaufman para niños (K-ABC), como los subtests Triángulos, Matrices análogas, Memoria espacial o Series de fotografías, todas ellas con una puntuación escalar inferior a su grupo normativo. En el&ncionamiento ejecutivo se objetivaron problemas para resolver la mayoría de las tareas que exploran este ámbito. Como se ha indicado, se observaron en atención dividida, en memoria de trabajo y en razonamiento con material visual, pero no con material verbal, que parecia conservado, y en la prueba de secuenciación tema oral. En el caso de las ~ r u e b a sde fluencia, su rendimiento también era deficitario, lo que estaría, a su vez, mediado por el enlentecimiento en el acceso al léxico, si se tiene en cuenta que su ejecución en la ~ r u e b aque lo evalúa también se hallaba alterada. Desarrollocomportamental, emocional y social Aunque en el caso de Juanjo ni sus padres ni sus maestros, en sendas entrevistas, informaron de problemas comportamentales relevantes (si bien, como se ha indicado, se observó en la evaluación una reducida capacidad para mantener la atención no acompañada de hipetactividad), la literatura sobte ~rematuridadcada vez llena más páginas con los síntomas emocionales y las dificultades de integración social de esta población. Diversos estudios señalan que estos niños mostrarian una mayor probabilidad de manifestar síntomas internalizantes, externalizantes y totales cuando se comparan con niños de su medio nacidos a tétmino, sobte todo en la edad escolar. Son problemas que, de forma paralela a los hallazgos en el ámbito cognitivo, también guardan una relación directamente proporcional con el grado de inmadurez o el índice ponderal, y la mayor incidencia se da en los extremadamente prematuros (con menos de 28 semanas) o de extremado bajo peso (con menos de 1.000 g) (Recuadro 4-2). Creciendo: idemasiado rápido?, idemasiado lento? En los últimos años, algunos estudios se han centrado en la evolución a largo lazo de esta población, ~oniéndosede manifiesto que, en la edad escolar, los niños muy prematuros o cuii iiiuy bajo peso muestran un riesgo importante de presentar un espectro variable de dificultades para el apren- dizaje y de alteraciones de conducta que se asocian con una desadaptación académica, social y personal que iria más allá de la etapa infantil, cuando se los compara con niños nacidos a término. Así, por ejemplo, tras 19 años de seguimiento de la muestra multicéncrica dentro del proyecto holandés POPS (Poject on premancre and rmall f i r gerracional age infanu), los autores observaron un elwado riesgo de problemas neuropsicológicos en la adultez: un 12,6 % de alteraciones nentosensoriales y cognitivas, con una proporción dos veces superior de presentar un menor nivel educativo y rres veces más de no continuar los estudios ni tener un empleo en relación con la población genetal de su edad (Hille et al., 2007). Por lo tanto, la exploración para la detección precoz de posibles déficits y la inclusión del niño con estos factores de riesgo en programas de estimulación temprana, en edades en las que todavia no se ha producido la escolarización, podrian ser beneficiosas para minimizar el impacto de dichos factores. Por otro lado, si bien como indican Baron y Rey-Casserly (2010) en su revisión de los últimos 40 años, el camino en la atención médica, escolar y clínica a esta oblación ha sido muy ~ r o d u c tivo, la principal medida para reducir la morbimortalidad seria la propia prevención de los nacimientos prematuros, a lo que se han de sumar las continuas mejoras en los cuidados prenatales y neonatales. Estas mejoras deberán incluir la identificación y el manejo de los problemas cerebrovasculares que incrementan los riesgos de isquemia y el consecuente daño en las células precursoras de los oligodendrocitos. Asimismo, insisten en que es crucial la intervención temprana posnatal que minimice el estrés parentd inicial y que promocione un ambiente familiar estimulante, ante la mayor gravedad de las dificultades encontradas en los niños con discapacidad leve y moderada y en situación de riesgo social que no pueden acceder a este tipo de intervención. Recw gen también que las estrategias de rehabilitacióa cognitiva que inciden en las alteraciones asoci* das a las anormalidades en la sustancia blanca, similares a las adoptadas por ejemplo para paliar los efectos de las quimioterapias en niños com cáncer, se presentan prometedoras para remedi los problemas atencionales y cognitivos en ge ral, y de la misma forma las que promueven capacidades autorreguladoras y preservan la in @dad de las habilidades ncuropsicológicas em gentes, así como el seguimiento familiar, esco y social. etiniura, incluso los premamos moderardíos presentaríanun riesgo más elevado eoor funcionamiento neuropsicológico. edad supone, pues, un factor de vulpara el oeurodesmllo, ya qne se ere e n un proceso de orgaoización cerebral a. Todo apunta a que, probablemente, el iento premamro en sí mismo, junto wn tímulos a los que el cerebro está expuesto ya en el ambiente extrautcrino, afecte e n mayor o menor grado al desarrollo cerebral normai, el cual a su vez dependerá de los procesos de maduración intrauterinos, la propia edad gestacionai, la causa de la premamridad, las complicaciones tra.s el nacimiento (episodios de hipoxia, hipotensión, infecciones, etc.) y las posibles lesiones cerebrales o m ~ i d a s durante los primeros días de vida. 1 de autorregulación'deposibleaparkióntardía. e=Alteradonesen el desarrollo.Cer&ral: ~dl~espizrdcbs~ra =;edad; junto.adéficiti : atenuonales. en memoria de.trabajo,vizuoperceptivos~yvisuoconstructulos;:en!eote- :i- -: -Enel.planomaa&cópico:reduaióndeluo .- . lumen en áreas sot%ortiorti<ales.(gangliosba. :. sales,suerpo calloso; amíqdala.e hipocam-7- parietoocripi~lj junto a ventriculomegalia; . alteración&la preprograma'ciónde b cor- . . - b DAD 4-1. Familiarizarse con los datos icos . . - Amniorrexis. - Hemorragia intraventriculary sus cuatro grados de intensidad. s familias suelen acudir al neuropsicólogo con ACTIVIOAD4-2. Repasar la neuroanatomía infantil las medicaciones prescritas. etc. la neuro~sicoloaíainfantil d e ~ e m i l i a r i z a r s e con estos términos. E - Eiercicio l . B U S . ~ L,Y Pdefina los sio~ientester os: Distocia. Edad corregida. C Res~itaimpos~bleacercarsea. est-diooela nedroosic(~loaiainfanti sin conocer la estructJra anatómica y el funcionamiento del cerebro. En los dis tlntos capitulos se ofrecen actividades or:cntadas a identificar v localizdr en 16minas v en ne~roimaaen las estructuras ceretirdles más importantes implicadas en los circuitos neuroanatómicos que median los diversos procesos en desarrollo. i/ FACT~RE~ ETIOLÓGICOS Y DE RIESGO EN LA NELROI J Ejercicio 2. Elija dos ejemplos de neuroimagen en los que puedan observarse las lesiones asociadas a los grados ili y IV de la hemorragia intraventricular en un recién nacido. ACTIVIOAD 4-3. Aprender a evaluar en neuropsicología infantil. Principales pruebas Alo largodelos próximoscapítulosseintroducirán breves descripciones de las pruebas relacionadas con ia exploración que se realiza en cada caso clínico para familiarizar al lector con aquellas más importantes que se emplean en evaluación neuropsicológica infantil. Los textos de referencia para este tipo de actividades son: Baron IS. Neuropsychologicai evaluation of rhe child. New York: Oxford University Press, 2004. Específica para la edad infantil. Lezak MD, Howieson DB, Bigler E,Tranel D. Neuropsychoiogicalassessment, Sa ed. New York: Oxford University Press, 2012. Para aquellas pruebas que incluyen la edad infantil en normas y baremos. Escala Bayley de desarrollo infantil-lll (Bayley, 2005) Las escalas de desarrollo son instrumentos de medición del progreso evolutivo en las etapas más tempranas y sirven para evaluar el nivel madurativo de un niño en distintas áreas. A pesar de no ser pruebas neuropsicológicas, pueden interpretarse como tales, ya que en muchas de ellas se exploran precursores de los procesos que irán madurando posteriormente. Las Escalas Bayley de desarrollo infantil son ampliamente conocidas dentro de esta modalidad, y la tercera edición amplia el periodo de adminlstración de O a 42 meses, con el objetivo de detectar la consecución normativa de los principales hitos madurativosy de desarrollo infantil. En la actualidad se compone de pruebas administradas al niño, en un contexto de interacción y juego, que se organizan en tres grandes áreas o dominios: cognitivo, lingüistico y motor; incluyen, además, a través de cuestionarios que cumplimentan los cuidadores, la evaluación del comportamiento adaptativo y una nueva subescala socialemocional. Su flexibilidad permite al evaluador aplicar uno o varios dominios por separado. Subescala cognitiva. Se centra en cómo el niño piensa, reacciona y aprende sobre el mundo que le rodea, a través de procesos como la exploración y manipulación, la preferencia visual, la memoria, la formación de conceptos, etc. Así, por ejemplo, se administran tareas para medir el interés y la búsqueda ante estímulos novedosos, la atención a objetos familiares. el juego simbólico, actividades de resolución de problemas como construcción con bloques o rompecabezas, el emparejamiento de colores o contar. Lenguaje. Esta subescala se compone de dos partes: - Comunicaciónreceptiva:evalúa la comprensión del lenguaje no verbal y verbal. Algunos ítems son:reconocimientodesonidos,objetos y gente del entorno; desde identificación de imágenes y de objetos a identificación de acciones en 1áminas;seguimiento de órdenes sencillas y complejas; ejecución de rutinas sociales como saludar o jugar al corro, e ítems sobre el grado de conocimiento de la gramática básica, como el uso de pronombres o preposiciones. - Comunicación expresiva: tiene como objetivo ver en qué grado el niño interactúa correctamente usando sonidos, gestos o palabras. Se evalúan las formas de expresión no verbales, como la sonrisa, el balbuceo o los gestos, la atención conjunta y, posteriormente, la denominación de objetos, imágenes y acciones o el desarrollo morfosintáctico,como la utilización de plurales o del tiempo verbal adecuado. Motor. Esta subescala también consta de dos partes: - Motor grueso: se centra en el movimiento, el control y la coordinación de grandes segmentos corporales. Se explora desde el control cefálico, la sedestación con apoyo y sin él, el arrastre, soportar el propio peso, levantarse o caminar sin ayuda, hasta la habilidad para subir escaleras, correr, mantener el equilibrio o golpear una pelota. - Motor fino: se centra en el uso eficaz de manos y dedos. Se incluyen items como llevarse una mano a la boca y alcanzarlasir objetos, realizar tareas con bloques, dibujar líneas sencillas, encajar en ranuras O usar tijeras para cortar papel. Social-emocional. Mide el desarrollo a través -del interés oor el entorno, el uso de exDresiones faciales y gestos para comunicarsey resolver problemas, y de ideas para manifestar sentimientos, deseos o intenciones, así como para vincular Iógicamente tales emociones y las ideas. Comportamientoadaptativo. Evalúa la habilidad del nitio para adaptarse a las demandas de la vida diaria en sus diversos contextos. Deperidiendo de la edad, se exploran algunas de las siguientes áreas: en comunicación, el lenguaje control, el seguimiento de órdenes y la n de opciones; en ocio, el juego y el sento de reglas; en uso de la comunidad, el en actividades fuera del hogar; en la vida asa, ayudar a los adultos con las rutinas ccnas y el cuidado de las posesiones personan salud y seguridad, el conocimiento de las s de salud básicas (llevar chaqueta cuando hace frío) y la evitación de daños fisicos estufa caliente), y en autocuidado, comer, ir y bañarse deforma autónoma. uación más alta que se puede obtener en escala es de 20, y la mínima de 1, siendo el o de 8 a 12 puntos el que se considera nor.Para obtenerla se realizan análisis que inciu- E:' de las puntuaciones escalares y uno de las estas, y una comparación de diferencias entre rsas subescalas (dentro de la cual se indica iferencia es significativa y, de ser asi, se señala base en la muestra de estandarizaciónl. Esta detectar oJntos fuerbiles en el desarrollo del niño, lo que ayuda ificación individual'mda de la intervención ica y suseguimiento.Si bienesta últirnaverestá baremada en Espaiia. en estas edades ue se observa una mayor homogeneidaden isicionesevolutivas. seaún se indica en la li< sería posible utilizar la versión original. ~ ~~ icio 3. Compare la Escala Bayley de desafantil-lll y la Escala de desarrollo psicomotor primera infancia de Brunet-Lezine (v. cap. 7). ice un breve informe acerca de las ventajas e r wry low birrh weighr di- tal outcomer of infanrr bom y prererm b i d outcome: a rive research.Nempsydiol m oretem: a meta-andvsis. IAMA inconvenientes que supone la aplicación de cada una de ellas en función de las áreas que exploran, las pruebas y materiales que utilizan, las edades de administración, el tiempo que requieren, etcétera. Acnviono 4-4. Neuropsicologia infantil en los medios de comunicación La neuropsicologíainfantil es una de las disciplinas neurocientíficas que más progreso ha experimentado durante las últimas décadas, y de la que se esperan grandes avances en los próximos años. Por ello es importante actualizar continuamente los conocimientos y el desarrollo tecnológico que seestá produciendoen la investigaciónsobreelcerebro y en el estudio de los procesos superiores. Esta actividad está orientada a recoger los avances que difunden los medios de comunicación y a analizarlos dentro del contexto de los temas y contenidos que se describen en los distintos capítulos. Documentales Los siguientes enlaces a doc~mentalesemitidos Dor Radiotrlevisión Esoanola IRTVE) noi oermiten ionocer diversos aspe;tos del desarrollo de los niños prematuros y extremadamente prematuros. 500 g de vida: httpJ/www.rtve.es/alacarta/vi- NaOmientos prematuros: http://www.rtve.es/ alacarta/videoslpara-todos-la-2lpara-todos2-nacimientos-prematuros/l270791/ Milagro médico. Bebés premoruros: httpJlwww. rtve.es/alacarta/videos/comando-actualidad1 comando-actualidad-mllagro-medico-bebesprematuros/1679416/ Budimayer S, Jobansson S, Johansson A, Hdunun CM, Sparen P, Cnarringius S. Can assodation bemeen preterm birrh and aiirism been mplained by marernd or neonatal marbidiry?Pediatri~2009:124;e817-25. HiUc ET, Weisglas-KupenisN, Vah Goudoever JB, Jacobusse GW, Ens-Dokkwn MH, m d . Funcrional outcomes and participation in young adulrhoad for very p m m and very low b i d weighr infanrr: tbe Dutdi Pmject on Preremi and S m d for Gesrationd Age I n h m ar 19 years of age. 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' 8 , I 8 E Al finalizar el capítulo el alumno será capazde: Familiarizarse con el concepto de cardiopatía congénita. sus características principales y los subtipos más frecuentes. Conocer las complicaciones neurológicas que se asocian con este tipo de alteraciones. 11 m Identificarel perfil neuropsicológicoasociado a las cardiopatias congénitas. indicar los principios generales de intervención neuropsicológica con estos pacientes. Las cardiopatías congénitas se definen como alquier anomalía de la estructura o la función sistema cardiocirculatorio presente en el recién ido, aun cuando se descubran mucho después momento del nacimiento. Se encuentran ene los defectos congénitos más comunes y son causa importante de mortalidad infantil. Su dencia es de 0.6-0,8 % en los nacidos vivos bb et al., 2009); los estudios realizados en erntorio esp&ol indican que las cifras oscientre 5 y 16 por cada 1.000 recién nacidos os (Arias-López et al., 2008). Las variaciones ctadas entre dichos estudios se explican, entre s factores, por diferencias en los recursos de óstico o en los criterios de inclusión. Existe un gran número de cardiopatías congénitas para las que se han propuesto diferentes clasificaciones p aunque los grupos se solapan, uno de los criterios más empleados es el que las divide en cianóticas (coloración azdada de la piel) y no Cianóticas. También existen anomalías cardíacas que pueden formar parte de síndromes genéticos, a m o en el caso del síndrome de Down. Entre las más frecuentes cabe destacar la comunicación intervenuicular, que representa en torno al 30 % de todos los casos, la comunicación interauricular (9,s %) o la temalogia de Fallot (5,s %) (Tabla 5-1). El caso que nos ocupa corresponde a una atresia tricúspide, que se incluye dentro del grupo de ks cianóticas, situándose entre las menos frecuentes (1,3 %) y más complejas, ya que u n alto porcentaje de los recién nacidos con esta afección también padecerá otras wmplicaciones cardíacas (Friedman y Silverman, 2004). Los importantes avances en el tratamiento quirúrgico de las cardiopatías congénitas llevados a cabo durante las últimas décadas han supuestoun aumento significativo en la supe~venciaa largo plazo de los recién nacidos con este tipo de afecciones. Con el progresivo incremento en la esperanza devida, se ha producido un interés creciente por las implicaciones que este grupo de trastornos puede tener en el normal desarrollo de niños y adolescentes. Dado que la afectación neurológica es una de las complicacionesmás frecuentes, en los últimos aíios un númcro considerable dc invcstigaciones se ha centrado en esmdiar el impacto de las cardio~aúascongénitas en el neurodesacrollo, 1 ~bla5-1. Principales cardlopatlasconghnitas [data basados en 2.310 nacidos vivos) Cardiopatiar congénitas Tetralogia de Failot Breve definición Cuatro anomalias del corazón que dan lugar a una mezcla de la sangre arteria1 y venasa Porcentaje 5.8 Transposición de grandesarterias La aorta y la arteria puimonar (los principales vasos que llevan sangre lejos del corazón)están intercambiadas 4.2 Tronco arteria1 2,2 Un solo vaso sanguíneo sale desde losventriculos derecho e - izquierdo, en lugar de los dosvasos normales (aorta y arteria pulmonar) Atresia tricúsoide La válvula tricúsoide está ausente o no se ha desarrollado nornia rnrnrc, Fsredefrrroobrtruyrel fl.]ude,de 1.3 aa.rlru.adrrccna d venlr ~ , l o a ~ r c ~ t i ocararon, del por lo q1.r prrwntd corni.i.icdcion nierd-ricuid, 5oli frecuentes otras complicacionescardiaras, como la comunicación interventricular No cianóticas Comunicación interventricular Orificio en la pared que repara el ventriculo izquierdo 30.5 v el rlererhn Comunicación interauricular Hasta que el bebé nace, existe una conexión que comunica ambas auriculas del corazón. Esta afección supone que dicha conexión no se cierra trasel nacimiento 9.8 Estenosis pulmonar Estrechamiento de la válvula cardiaca quesepara el ventriculo derecho de la arteria pulmonar 6.9 Coartación de la aorta Estrechamiento de la aorta, principal arteria que sale del corazón 6.8 Estenosis aórtica Estrechamiento de la válvula cardíaca que separa el ventriculo 6,l y han aportado datos que permiten minimizar el daño cerebral y sus efectos (Recuadro 5-1). Las cardiopatías congénitas se relacionan a menudo con alteraciones en el neurodesarrollo, siendo el funcionamiento psicomotor uno de los dominios más consistentemente alterado. También se han descrito déficits en comprensión verbal y en tareas de tipo perceptivo, entre otros. El caso que presentamos a continuación nos permitirá profundizar en las alteraciones neuropsicológicas asociadas a estas patologías. DESCRIPCIÓN GENERAL DEL CASO. TRES CIRUGíAS MAYORES PARA UN PEQUEQO CORAZÓN Anamnesis El periodo de gestación de David transcurre w n normalidad, sin incidencias destacahles. El parto se produce en el Hospital Universitario Nuestra Seño- ra de Candelaria (HUNSC) de Tenerife, de manera natural y sin problemas. Dura en torno a 12 horas, lo que es habitual en una primípara. Transcurridas unas horas desde el nacimiento, se informa a los padres de que el niño ha sido rrasladado a la unidad de medicina inrensiva porque presenta una cardiopatía congénita. La cardiopatía de David es una atresia tricúspide, que se asocia w n hipoplasia del ventriculo derecho y comunicación interauricular y, a menudo, con otras complicaciones cardíacas, como la comunicación interventricular. En estos casos, el ventriculo izquierdo debe impulsar tanto la sangre no oxigenada que procede de la aurícula derecha corno la oxigenada que viene de las venas pulmonates. Ambos tipos de sangre se mezclan en la aurícula izquierda y el c o r d n expulsa una sangre insuficientemente oxigenada (Fig. 5-1). Apenas 24 horas después del parto, David es trasladado en helicóprern al Hospital Universitario Materno Infantil de Canarias (HUMIC) de Gran Canaria, y es ingresado en la unidad médico-qui- Cardiopatíacongénita II 1I I pacto en el desarrollo cerebral del recién nacido. Tradicionalmente, los esfuerzos de investigación se han centrado en factores relacionados con la ciruqía correctiva.. a la que . debe someterse la m a yoría de los niños con este tipo de alteraciones. En la ciruqía cardiaca, la técnica de bypass car dop~lmoriarsupldntd temporalmcnte d f ~ n con dci corazon .y los .DJ mones, .y .pucaen prooLcirsc cambios en el nivel de perfusión cerebral, con la consecuente lesión neurológica. Sin embargo, cada vezson más losestudiosque han detedado alteraciones cerebrales previas a la intervención en un porcentaje significativo de niños con cardiopatias congénitas. 4 La exploración neurológica de recién nacidos y ninos menores de 2 anos antes de la cirugía pone de manifiesto problemas como agitación, irritabilidad, letargo o anormalidades en el tono muscular. entre otros. Por su parte, los estudios de neJroimagen prequ riirg ros han encontra do altcr~cioncsccrcbrdlrr anaromicas Y f ~ n o c naleí en un purcenid e í gn hcat.vo de lus n nos con cardi<iriat as conqrniias Los rcsLlraoos con resonancia magnética y espectroscopia mues- - / y elevados niveles de lactato (asociado a alteraciones cerebrales como la isquemia o la hipoxia, entre otras) en más de la mitad de los individuos (Mahle et al., 2002). 4 Recientemente, Limperopoulos et al. (2010) estudiaron el volumen y el metabolismo cerebral en un grLpo de 55 fefor con caroiopdt ds conqeniras Cn comparar ón con los conrioles. . durante el tercer trimestre de gestación presentaron progresivamente un menor volumen cerebral y una disminución de la proporción N-acetilaspartatolcolina (NAAICho) en relación con la edad gestacional. Estos resultados aportan evidencias de alteración en el desarrollo axonal y en la actividad metabólica durante la vida intrauterina. 4 En la actualidad existe un relativo acuerdo en cuanto a que la hipoxia crónica, la acidosis metabóiica [que pone de manifiesto un aporte dericirdrio or. oxigeno a las cc L as1 o Id nduccLa 02 o e r f ~ í i o n cer?bral. como ronsecLrnria ur id inertah ioao ncmudindm ca. ron farrore, q ~ e oJeuen r o n l r l b ~r a la e\ion cefebral en este tipo de afecciones. Aorta Arteria -pulmonar ' derecha 1 1 f izquierda Venas pulmonares izquierdas Válvula mitra1 1 Figura 5-1. Representacióndel corazón. can sus cavidades y válvuias. y de las principales venas y arterias que distribuyen la sangre. FACTORES ETIOLOGICOS Y DE WSGO EN u NEUROPSICOLOGÍA nírgica de cardiología ~ediátricay cardiopadas congénitas, ~1 objetivo es p l d c a r la p-era de las intervenciones a las que tendrá que someterse en los próximos años. Al mes y medio del nacimiento es operado, bajo anestesia general, por toracotomía derecha, y se le realiza una fístula subclaviopulmonar (shunt de Blalock-Taussig) (Tabla 5-2). Tras la intervención es trasladado a la unidad de medicina intensiva, donde evoluciona favorablemente y con buena función cardíaca. Permanece una semana en la planta de neonatos, y 15 días después es dado de alta. En este momento puede regresar aTenerife y, por primera vez, ir a casa con sus padres. Cuando David cuenta ya con 17 meses de edad, ingresa nuevamente en el HUMIC para someterDos se a la segunda cirugía cardíaca días después es intervenido por toracotom'a lateral derecha, y se le practica una conexión de vena cava superior a arteria pulmonar derecha (cirugía de Glenn) (Tabla 5-2). La cirugía resulta u n éxito y, dado que muestra una evolución favorable, se procede al alta y puede volver nuevamente a m a . Dwante los meses y &S posteriores, la familia lucha por normalizar sus vidas, aunque sus padres tienen presente que su hijo deberá someterse a una última cirugía cardiovascular dentro de algún tiempo. David inicia la escolariración con 3 años, momento en el que son evidentes las dificultades en el lenguaje comprensivo y expresivo, en psicomotricidad y en habilidades sodoafectivas, por lo que desde la etapa de educación infantil es incluido en un programa individual con la maestra de apoyo. Su tutora, en este primer período de escokrización, lo describe de k siguiente forma: ES un nino con unas característics parriculares. cuando llegó con 3 aOos no hablaba, su morricidad DU. DESARROUO gruesa no araba adquirida, le costaba permanecer sentado, sus juegos eran repecirivos... Cuando puede, a caminar por la parnadas.. Le enanca la música y riene mucha memoria para las canciones.. . Necesita de una arención individuahada p,la rdizaci,jn de las David acude a una logopeda desde los 3 años. Presenta una cnmpetencia lingüística reducida, tanto morfosintáctica como semántica. El habla espontánea es limitada, y se observan déficits para utilizar correctamente diferentes formas verbales, pronombres o sustantivos. Es capaz de comprender órdenes de estructura simple, aunque muestra muchas dificudtades cuando se trata de órdenes con mayor nivel de complejidad. Antes de cumplir los 6 años, David debe volver a trasladarse a Gran Canana para someterse a la úItima de las tres operaciones programadas desde su nacimiento. En el momento del ingreso presenta un cuadro dínico de cianosis progresiva e insuficiencia cardíaca Como en ocasiones anteriores, la intervención se realiza bajo anestesia general, accediendo por esternotomía media con bypass cardiopulmonar parcial. Se practica una conexión de vena cava inferior a arteria pulmonar derecha (cirugía de Fontan) (Tabla 5-2). La operación es un éxito y el paciente es llevado a la unidad de medicina intensiva, donde evoluciona favorablemente y sin complicaciones. En el ecocardiograma de control se observa una buena función cardíaca del ventriculo izquierdo, por lo que es dado de alta. Durante los años posteriores David acude a las consultas periódicas de pediatría y cardiologia, sin más complicaciones médicas destacables que las propias de un nino de su edad. Sin embargo, a los "OS de edad, mienvas se encontraba en casa viendo la televisión, sus padres advierten que tiene Fases de la cirugía Breve definición Shunr de Blalock-Taussig Una rama de la arteria subclavia es conectada directamente a la arteria pulmonar, que se encarga de transportar la sangre a los pulmones para ser oxigenada. Procedimiento suirúrqico . - paliativa para disminuir la cianosis, aumentando el flujo sanguineo hacia los pulmones; de carácter temporal, mientras el recién nacido espera la cirugía definitiva Cirugia de Glenn Sección-anastomosisde la vena cava superior (transporta la sangre no oxigenada de la mitad superior del cuerpo a la auricula derecha) a la rama derecha de ia arteria pulmonar. Permite que una parte de la sangre no tenga que pasar por el ventriculo derecho del corazón para ser oxigenada Cirugia de Fontan Conecta la vena cava inferior (transporta la sangre no oxigenada de ia mitad inferior d-1 riiernai con la rama izouierda de la arteria oulmanar Último Daso de la ciruaia I cct j iiii, iñ:a e514 ,,ter e n c on a sangre no 2. grnuu¿ i ..dc p253r U 1 1 ~ ,iiiert2 1 vc 7 C<P. nlone' ni-." m r irii;romos ~ 5 entre a: i6'ri.i; z . 1 . ~ y las arterias pulmonares !' . / l mirada perdida Al aarsase a é l para p q m t a d e iP le ocurre perciben rigidez en las d d a d e s posteriom&te m&entos r6niudónicos i las exuemidades suneriores. La ambulancia lo vlada ai HUNSC y hospitalizado en la p h de pediatría con diagnóstico de epilepsia focal cundariamente generalizada Durante el ingreso :rmanme consciente, oriendo y sin signos neua lógicos focales. El electmencefalogramamuestra i trazado de base narmal, con asimeuia interheisfénca y frecuencias y amplitudes dismiomdas i el lado izquierdo. También es sometido a un nidio de resonancia magnkrica (RM)cerebral, en que se a&erten peque- &ex difusas de alta fial en T2 y FLALR, que se localizao en la susncia blanca de ambos hemisf&os, con cierto pre,minio perivenmcular (Fig.5-2). Permanece en ~servacióndurante dos días, en los que muestra iena evolución. Se decide darle el alta, con una iuta de tratamiento farmacológico antiepiléptico la recomendación de que acuda a revisión en la multa de neurología inhtil. progresivamente más tranquilo, obseiva lo que ocurre a su alrededor y, aunque le cuesta mucho, permaoece sentado. Muestra problemas de lenguaje, con m habla espontánea escasa y aparentes dificultades para comprender algunas preguntas. Con el objeavo de darle tiempo para que se sienta más cómodo, se solicita información a sus padres acerca del historial clínico del niño y el motivo de la consulet Ellos relatan con detenllniento que su hijo padece una cardiopatía congénita, identificada al nacer y por la que ha sido intervenido quinkgieamente en varias ocasiones, la Última cuando tenía unos 5,5 aiíos. También describen &cuitades a nivel motor y lingüístico: ntrevista inicial Se soliuta mformación en cuanto al estado de otros dominios cognitivos, como la amción y capacidad de aprendizaje, así como respecto a la capacidad para la autorregulación del comportamiento, k competencia socioafectiva, habilidades sociales y autonomía. Describen dificultades en la mayoría de las áreas: David acude por primera v a a nuestra condta cuando tiene 9,5 a6os de edad y cursa 30 de iucación primaria. S i e un programa de adap ción curtidar con frecuentessesiones de apoyo ~utroy fuera del aula ordinaria. Es un ni60 alee, despierto y anrvo, que inicialmente se muesa inquieto y algo inseguro dentro de k consulta. :gún van pasando los mioutos parece s e n h ComenzUacaminaralos 18mesesya&dehoy cononGa presentando problemas de u>o&ción ..Se nora -do practica alguna actividad deporwa o a la hora de ponme la ropa... Tamb~énpresentó reuaso en el lenguqe dijo sus primeras pdabras cuando tenía 3 a6os S610 deúa <Dava, umamax, %casa»... Desde muy pequeña lo hemos Uwado a scsioner de logopedia ym-& acudiendo en la aauaüdad Ha mejorado mucho, aunque todavía le cuesra expresam . L .. Tiene muchos problemas para concenaane cuando hace las tareas... Se distrae con cualquier sonido o cuando pasa alguien a su lado.. La mayoría de las ve- . gura 5-2. Reionancia magnética d e David. Las flechas indican las lesiones en la sustancia blanca periventricular. cci cenemos que sentarnos con él para que termine de hacer sus fichas de actividades... Desde hace 2 aíios coma rnerilfenidaco por los problema arcncionales.. . Creemos que eso le ayuda a cancencrarse un poco más. Asimismo, nos informan de que, desde que sufrió la crisis epiléptica hace un &o, está en trataA pesar de que no ha miento con lcv~tirace~am. vuelto a tener ninguna otra crisis desde entonces, sus padres se muestran desanimados al describir lo sucedido. Después de todo lo que pasaron durante los primeros 5 anos de vida de su hijo, no esperaban tener que enfrentarse a otro problema de salud de este tipo. Dado que no describen otras complicaciones relevantes, retomamos el relato de las dificultades cognitivas y comportamentales de David: Aveccs tenemos la sensación de que le cuesra recordar las cosas.. . Trabajamos las lecciones del colegio en casa, pero cuando pasan los dias parece que le cucira rercner algunas asas.. . Es un niña de idear fijas; cuando se le mece algo en la cabeza puede ser muy inskrcnte.. . Normalmente no se enfada; algunas veces si puede ser demasiado cariñoso, apccidmenre con nosotros ... Le cucsta relacionarse con OCIOS niños de su edad.. . Parece que no sabe bien cómo iniciar el contacto ... Yo creo que se siente mejor cuando está con adulcos, parece que está más cámoda, ya que están pcndienres de él ... Le ocurre lo mismo m n los nitías más pequeños, con los que si suele jugar más. En lo que respecta al grado de autonomía funcional, aíirman que todavía precisa cierta supervisión en el aseo personal, en especial para ducharse o cepillarse los dientes. Se viste solo correctamente, aunque con las dificultades descritas ante los problemas de motricidad. No suele mostrar demasiada iniciativa a la hora de proponer juegos o diferentes actividades Iúdicas. PERFIL NEUROPSICOLÓGICO DE DAVID Para esta primera evaluación se disefió un protocolo con el objetivo de valorar de forma exhaustiva diferentes dominios cognitivos, incluidos la atención, la capacidad de aprendizaje y las funciones ejecutivas; se incluyeron también aquellas áreas en las que, en los niiíos con este tipo de cardiopatía, cabe esperar un rendimiento inferior a su grupo de referencia, como las medidas de inteligencia general y las pruebas de comprensión verbal, entre otros procesos (Recuadro 5-2). Los resultados obtenidos en la prueba de inteligencia y en los restantes tests ne~ropsicoló~icos se resumen en la tabla 5-3. Así, los daros relativos a la capacidad intelectual general indicaron un cociente intelectual (CI) total bajo, sin que se apreciaran discrepancia significativa entre los restantes índices de la prueba: comprensión verbal, razonamiento perceptivo, memoria de trabajo y velocidad de procesamiento. En cuanto a los diferentes dominios cognitivos, David presentó dificultades para focalizar la atención, cuyo mantenimiento estaba considerablemente alterado. Se objetivó enlentecimiento en la uelocidad deproceiamiento, tanto en su componente motor como en el cognitiva. De esta manera, los déficits atencionales y de velocidad de procesamiento obligaron a realizar la valoración en diferentes días, con frecuentes descansos en cada una de las sesiones. También presentó alteraciones en la capacidad o amplitud de la memoria de trabajo (pan directo) y en el uso o manipulación de la información (pan inverso). Respecto a la memoria verbal, el recuerdo inmediato tras la primera presentación de una lista de palabras estuvo dentro de la normalidad. Sin embargo, la curva de aprendizaje se encontró alterada, ya que tras los cinco ensayos el beneficio de la repetición de la información fue escaso, con una clara tendencia a recordar siempre los mismos elementos. En el recuerdo espontáneo a corto y a largo plazo no llegó al rendimiento esperable para su edad. Cuando se le suministraron claves semánricas para facilitat el recuerdo tampoco mejoró significativamente y cometió, además, varias intrusiones. Finalmente, en la prueba de reconocimiento, aunque identificó la mayoría de las palabras, la ejecución se encontró contaminada por un sesgo de respuesta positivo, con la observación de un número elevado de falsos positivos. Las&ncionrrpremotords se encontraron ligeramente alteradas, según la ejecución obtenida en la prueba de alternancias motoras. En lo referente a las&ncionei ejecutiuar, presentó un rendimiento deficitario en la fluidez verbal ante consigna semántica, siendo incapaz de dar ninguna respuesta correcta en la prueba de fluidez verbal ante consigna fonética. También se encontraron problemas en el seguimiento y la alternancia de series, tanto en orden directo como inverso. Se objetivaron dificultades en la capacidad de razonamiento abstracto verbal y no verbal, la formación de conceptos y el razonamiento aritmético. En cuanto a la capacidad de autorregulación de la conducta, se valoró a partir de los datos obtenidos en las entrevistas (con padres y profesores) y de la observación durante la propia evaluación. Se apreciaron alteraciones en el control inhibito- W o p a t i a congénita m l Recuadro 5-2. Neuropsicologia de las cardiopatias congénitas Eiisten numerosos trabajos que se han centrado en esrudiar las alteraciones neuropsicolóqicas . asociadas a las cardiopatias cong6nitas. que en la mayor parte de los osos se han basado en la utilización de escalas de desarrollo o pruebas de inkeligencia general. En gran parte de las investigaciones, el rendimiento se encontró dentro de la media en los nidices de desamllo cognitivo, mientras que la ejeaiclón fue deficitaria en aquellos que median el grado de desarrollo psicomotor (Snookes etaL. 2510). r Otros trabajos han valorado el rendimiento en la edad escolai. Los resultados obtenidos con la Escala de mteiigencla de Wechsler para niños IWISC) muestran aue la ca~acidadinteledual suele situarse dentro del rango de normalidad 1100 1 15). aunque obtienen mcnorer punruacio nes en diferentes índices. Así. en muestras de ninos con transposickn & grandes arterias se han encontrado puntuacionesmás bajasen el cocien Ir inteledual (CI) total, en el CI manipulativo y en el indice de organ'mción perceptiva, en comparacdn con la media de su qrupode edad. Spijkerb e r e l d.(1W8) evaluaron a ninoscon diferentes tipos de cardropatíacoronana Y encontraron punraciones inferiores, en comparación con su grupo normativo. en rl CI verbal y en el indice de comprensión verbal. Ademas, el wbgrupo de menor edad (7-1 1 años) mostcó un peor rendimiento en el CI maninulataváv en el índue de oraanirauón percept va. mientras que cl grupo de mayor edad 112.16 anos) sóloobiuvo ountuacionesmás baias Algunas investigaciones han aportafio datos adicionales con el empleo de otros instrumentos y diseños exbettmmtaies. v han encontrado dé5cits endiferentes dominios cognitivos. Se han descrito alteraciones en las funciorres atendonales, así como en la velociddd de procesamiento y planficación motora. valoradas mediante la realización de tareas de escritura y dibujo (Van der Riiken et al., 2011). Utilizando elTest de copia de una figura compleja de Rey, los niños con este tipo de alteraciones muestran una ejecución deficitaria en los ensayos de recuero0 inmediato y a largo pld~>(VanderRijkenet al.,2010).Mediante la bateria deevdluación neuropsicol6qicainfantil hEPSY se valoró a un grupo de ninos con cardio- ,con una clara tendencia a responder de forma pdsiva y comportamiento hiperacuvo, rigidez ntai, baja toleranua a l a frustración, dificdpara l a toma de decisiones, persweraciones y ducta de utilización. + b í a s ccfngénitas e n edad escápd$e':efiWt r a r m en comparación m n Qmemc ~ ~ ; défic-Wen atención, m@S@~a$@Sqpl;e%dB+qf lenguaje. incluidos el pw@amientO:f8inolqSr<o; la d e n o m i n a c ~ : ~ i ~ ~ c ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ i ó . n ! d ~ i n i nes (Miatton et a1.,2W7).. Alg,unos au@s& S! fi&i :wfrado.en estudiar aquellascardi.opatiau~~~pn'~~ue~por~ueI'e~ va&cO&reii&d ~, ' ~ ~ @ ~ ~ . l & ' & ~ t ~ d d t B h $ p un mayor riesgo de presentar alterationes del neurodesarrollo. Éste es el caso de las cardiopa tias deventriculo único;como el síndrome del corazón izquierdo hipoplásico (SCIH), una afección poco frecuente en la que el lado izquierdo del corazón no se desarrolla completamente. También entra dentro de este gwpo la atresia tricúspide, que se asocia con atrofia del ventriculo derecho del c o r d ~ n entre , otras complicaciones cardiacas. Forbess et al. (2002) valoraron a un grupo de niños de 5 añosque habian sido intervenidospor diferentes tipos de cardiopatía congénita. Utilizandsla & m b , d ~ e i W i @ ~ c i dé~:.Uecbsleilpana a preescolar y primaria $V&Q .junto , con otras pruebas neumpsicoicig~ms,encontraron q w el grupo de ventrículo úníco. en comparauón con el resto de cardiopatias, presentó puntuaciones signific&ivamente m65 bajas en el índice general y manipulativo de la WPPSI, aslcomo'endiferentes medidas de mmqda, a p r e n d i e y habilidqdes visuomotoiils.Traba~osposteríores encomraron resultados similares al valorar, mediante la misma prueba de inteligencia, una muestra que indNia el SCIH'y otro tipo dt afecciones de vehtrícuto único. Ademásde las diferencias en capa«dad inteleúual se han observado alteraciones en la motricidad fina y gruesa m un elevado porcentaje de los ninos. Otrosautotes valormon a un gíupo de 128 pacientes con edades -mprendidas entre los 5 y los 17 años que habían sido sometidos a cirwaía . de F~nTan(Tabb 5-2). Exploraron la capdcidad intelectual empleando Id escala de inteligencia de Wechsler apropiada en función de la edad del individuo y hallaron un rendimiento inferior a l a media pobbcional tanto en el CI total como en los indices verbal y manipiilativo. Ademds, el 8 % de la muestra mostró una baja capacidad intelectual general. con una pmtuación inferior a 70 (Wernovsky et al.. 2000). . , . En l o referente a las finnones lingUUtzca, presentó un habla espontánea reducida, wndicionada p o r l o limitado de s u vocabulario. La mayor parte del tiempo l a producción se restringia a frases cortas de esmctura relativamente sunple, 1 FunciDnvalorada 1 lndsces de la exala/instrumento ' empleado omprensión verbal Semántica lanimales) Seguimiento y alternancia de secuencias Funciones lingüísticas Orden inverso Alternancia Semejanzas (WISC-IV) Conceptos (WISC-IVI Matrices (WISC-IV) Cribadode lenguaje Test deToken Alterado Alterado Dificultad Alterado Alterado Dificultad Alterado Vocabulario (WISC-"" Alterado PROLEC - Normal Normal Dificultad Alterado Dificultad Dificultad Ligera alteración Alterado Ligera alteración Normal Ti Ti 7 T 1 Normal Copia de dibujos simples :uisuoperceptivas 1: leve mejoria:Ti:alonlala normalidad; CI: cotiente intelectual:PR0LEC:Teltde evaluaci6n de los pmceror 1emres;TAVECI:TertdeaprendiVeverbal Erpaiia-Complutenre infantil:WISC-IVErcalade inteligencia de W ~ h r l e para r niiior-IV. ción en las funciones atencionales y de memoria acompañada en ocasiones de alguna estereotipia de trabajo. (P. ej., «si, sí ...>< o *no, no...» fuera del contexComo resumen podemos concluir que David to de una pregunta). Era capaz de comprender presentó un rendimiento alterado en funciones correctamente órdenes simples y de complejidad atencionales, velocidad de procesamiento, meintermedia; sin embargo, estaba alterada la commoria de trabajo, memoria dedarativa verbal, prensión cuando se trataba de órdenes de mayor funciones premotoras, funciones ejecutivas y complejidad o cuando las oraciones eran más exlingüísticas. En lo que respecta a la memoria tensas. La repetición de al abras y frases se endeclarativa, estaba alterada la capacidad de adcontraba dentro de la normalidad, aunque mostró quiaiciúii de nueva información p en menor dificultades ante frases de 7-8 elerneriius. T~LILO el magnitud, su consolidación a largo plazo. En lo déficit de comprensión como las leves dificultades referente a las funciones ejecutivas, se encontrade repetición estaban condicionados por la altera- démico. Dado que son necesarios para la asimilación de n w o s conceptos, pautas o estrategias, su riuno de maduración podia condicionar el éxito de la intervención en su wnjunto. Para la elaboración de las actividades desmadas a estimular lasfunnoner atencionales, nos basamos en el modelo clínico de Sohlberg y Mateer (2001), en ei que se d a j a n diferentes tipos de atención: sostenida, alternante y selectin Algunos ejemplos de estos ejercicios son: golpear la mesa cadava que escucha un númem determinado (sostenida); tachar todos los números pares en la primera mitad de la hoja y todos los números impares en la segunda mitad (alternante), o bien marcar varios estímulos a la v a , cada tipo de una forma diferente, así rodear el número cinco con un círculo rojo y el número siete con un cuadrado azul (alternante); tachar en una hoja todas las veces que aparaca una determinada palabra mientras se oyen otros sonidos distractores, como una &m, el mnbre del teléfono o el sonido de una impresora (selectiva). En cuanto a lasfuncionesmnérica, la capacidad REHABILITACI~N NEUROPSICOL~G~CA de aprendizaje se estimuló mediante el entrenamiento en estrategias mnemotécn~cas.Este tipo Y SEGUIMIENTO de pautas ha demostrado ser especialmente Útil, Diseño de la intervención ya que proporciona mayor sentido al material que neuropsicológicade David se va a recordar y favorece la organización de la información de una forma más sistemática. AlguDespués de explicar y comentar con la familia nos ejemplos de los ejercicios trabajados son los los resultados obtenidos en la waluación neurosiguientes: psicológica inicial, se recomendó iniciar un programa de intervención individualizado y adaptaSe presenta una lista de palabras y la tarea condo a las necesidades de David. Además, se ofreció siste en agrupar semánticamente todos los deasesoramiento tanto a los padres como al resto de mentes (p. ej., animales, instrumentos, etc.), los profesionales que ya estaban trabajando con el estableciendo diferentes categorías que favoreznino, en este caso el logopeda y los maestros. Los can un mejor aprendizaje y recuerdo posterior. ~adresse mostraron muy motivados ante la posiAnte diferentes tarjetas que representan objebilidad de potenciar la recuperación de su hijo y tos, se le pide que genere una imagen mental aceptaron la propuesta de intervención. En una en la que aparezcan todas ellas. Se anima a que consulta posterior se acordaron los objetivos de genere una imagen absurda o divertida, ya que trabajo en los meses siguientes: a) estimulación de aumenta la probabilidad de que la recuerde las hinciones cognitivas alteradas; b) consecución con mayor fadlidad. de objeuvos académicos; c) manejo y regulación i Se propone una serie de palabras o fotografías de roblem mas de conducta, y d) meiora de la autode diferentes objetos. El ejercicio consiste en nomía funcional. inventar una historia que incluya todos los eleSe disenó un programa de ejercicios y actividamentos que se han de memo&. des destinado a la estimulación de las diferentes funciones cognitivas que se habían visto alteradas El entrenamiento en las estrategias mnemotécen David; ante la variedad de éstas, fue necesario nicas se combinó con el método de recuperación establecer En este sentido, se consiespaciada, que implica el recuerdo inmediato de la deró como objeuvo inicial potenciar los procesos información presentada, seguido de ensayos posatcncionalcs y la capacidadde a~rcndizaje.Ambos teriores cada vez más datados en el tiempo. Se dominios repercuten significativamente en las acelaboró un rexistro con los diferentes intervalos tividades de la vida diaria. incluido el ámbito acadéficits en la mayoría de los componentes rados, incluida la capacidad para r e d a r si mismo el comportamiento. En las funes linmiísticas. se confirmaron problemas " to de producción como de comprensión. No tacaban alteraciones de tipo visuoperceptivo suoconstructivo en tareas simples, pero se tivaron en tareas más complejas (Test de 'a de figura compleja de Rey y los subtests operceptivos de la Escala de inteligencia de hsler para ninos-N [WISC-IVI). Fmalmenlos resultados de la ~ r u e b ade inteligencia geindicaron una baja capacidad intelectual o tanto, el perfd neur~~sicológico objeriera indicativo de dako cerebral dtjko, con opredomznzo de afictanónfiontaly temporal. resultados obtenidos en la evaluación fuecompatibles con la información disponible a actualidad relativa a las alteraciones neuroológicas oresentes en cardiooaúas congénitas mplejas como la de David. C " . - temporales de los ensayos de recuerdo espaciado (2 minutos, 5 minutos, 10 minutos, etc.), y hasta que un intervalo de tiempo no era superado con éxito no se pasaba al siguiente. Se consideraba que un ensayo de recuerdo era superado con éxito cuando David era capaz de recordar correctamente más del 80 % de la información. Otro de los dominios cognirivos prioritarios era el kngzuje. Como David ya Uevabavarios anos trabajando con una logopeda, se planificaron sesiones de coordinación. Además, desde el comienzo de la intervención se pautaron sesiones periódicas con los padres, y se incluyó entre los objetivos el asesoramiento acerca de las dificultades que presentaba su hijo, con la aportación de información adecuada que favoreciera una correcta interpretación de los déficits y los permitiera aprender las mejores formas de actuar para ayudarle. En lo referente a Los objetivos académicos, David mostraba dificulrades en el ámbito escolar que con frecnencia tampoco eran correcramente interpretadas ni diagnosticadas. Este tipo de situaciones son relativamente frecuentes en los oifios con daño cerebral. Nuestra tarea se centró en transmitir información acerca de la relación entre la cardiopatía congénita y el dafio cerebral, aportar datos útiles sobre los déficits que presentaba y favorecer la puesta en marcha de estrategias que permitieran mejorar la situación dentro del aula. Los nifios con dano cerebral presentan a menudo problemas de conducta y un bajo nivel de autonomia para diferentes actividades cotidianas. Como se objetivó en la evaluación inicial, el caso que nos ocupa no era una excepción en este sentido. David mostraba dificultad para ducharse o asearse solo, o para el cumplimiento de algunas normas y demandas (p. ej., recoger su cuarto, hacer las tareas del colegio). Además, con relativa frecuencia se producían conductas inadecuadas, como gritos y gestos bruscos. Este tipo de manifestaciones puede tener diferentes explicaciones, como problemas en la autorregulación del comportamiento, afectación de las funciones ejecutivas y déficits en áreas cognitivas como la atención y la memoria, además de las pautas de crianza que con frecuencia llevan a la sobreprotección. La intervención sobre los problemas de atención y tnemoria se abordó de la forma que helnos descrito anteriormente. Para la intervención especifica e n la esfera comportamental se pusieron en marcha técnicas destinadas a implantar conductas inexistentes o incrementar aquellas poco desarrolladas, como el modelado o el encadenamiento. Asimismo, se utilizaron esrraregias para incrementar la frecuencia de otras conductas ya existentes mediante refuerzo positivo y técnicas para eliminar respuestas no deseadas, como el procedimiento de extinción. En esta línea, uno de los objetivos planteados consistía en que David cumpliera con las tareas escolares y fuera capaz de realizarlas con relativa autonomía. Para poder alcanzar esta meta, la actividad se descompuso en tres fases que se denominaron de la siguiente forma: «permanecer sentado*, «aprovechar el tiempo* y «hacer la tarea solo*. Como su nombre indica, en una primera fase el objetivo era que permaneciera sentado en su mesa de estudio, cada vez durante más riempo. En esta etapa no era relevante el grado de aprovechamiento del tiempo ni el nivel de autonomía en el cumplimiento de la tarea, ya que se le permitía que preguntara las dudas en cualquier momento. Para conseguir este objetivo, se elaboró un registro de conducta en el que se indicaba cada cuánto tiempo los padres debían supervisar si David estaba sentado intentando hacer la tarea (inicialmente se plantearon 5 minutos), reforzándolo cuando cumplía con lo que se le pedía. En la medida en que se consiguió ampliar dicho intervalo temporal (p. ej., 5 minutos, 10 minutos, 15 minutos, etc.) se pasó a la siguiente fase, cuyo objetivo era incrementar el nivel de aprovechamiento de este tiempo de estudio, sin considerar, por el momento, el grado de autonomía con que realizaba sus tareas (se abordaría en la fase 3). Para ello, se aumentó progresivamente la cantidad de ejercicios que David debía cumplimentar por unidad de tiempo. Por ejemplo, inicialmente se le permitían 20 minutos para completar una ficha, y se aumentaba progresivamente el número de ejercicios dentro de cada intervalo temporal. Una vez consolidadas las dos primeras fases, el siguienre objetivo consistió en potenciar un mayor grado de autonomía en el cumplimiento de ks tareas escolares. Paraello, se siguió el mismo procedimiento que en las fases anteriores. Inicialmente David podría preguntar dudas a sus padres o pedir su colaboración en la resolución de los ejercicios, pero se limitaron los momentos en que podía hacerlo. Progresivamente, estos momentos se fueron reduciendo, reforzando que sólo realizara las consultas al final del período de estudio. También se planteó como objetivo fomcntar la autonomía de David en tareas básicas como el aseo ~ersonalo el vestido. En la medida en que Cardiopatía congénita objetivos se fueron alcanzando, se propurogresivamente nuevas actividades más tales, como ayudar a poner la mesa o n otras tareas domésticas. Cuando era o, algunas de estas actividades se slmuen las sesiones con David. En otras ocase explicaba a los padres la mejor forma a se explicaba el papel fundamental empeñan las funciones ejecutivas en la aua del niño (p. ej., iniciar y mantener una lanificación y organización de actividaortando pautas específicas para favorecer ecto a los hábitos de aseo personal, David ba dificultad para ducharse solo correce; con frecuencia se saltaba pasos (p. ej., el jabón en la esponja, enjabonarse la carrar el grifo, etc.) e invertía u n tiempo .Por ello, nos planteamos como objetivo ir que esta rutina se consolidara de forma a. Los problemas en esta tarea podrían se por un déficit para su planificación y ciación mental, o bien por errores durante ción de dicho plan de acción. Se trababos aspectos de forma diferenciada. El e entrenó en la consulta, identificando les dificultades y practicando también la iación mental de otras actividades rela(p. ej., cepillarse los dientes). Por otro explicó a la farmlia la forma en que una d compleja de estas características se desne en una secuencia de pasos que debe ser da de un modo determinado para que la desarrollada correctamente. Además, se ó la forma de entrenar y reforzar proente los diferentes pasos hasta conseguir actividad en su conjunto se ejecutara de atendiendo a la conversación. Continúan siendo evidentes los problemas de lenguaje y el peso de la conversación sigue recayendo en el adulto. Sin embargo, ~ u e d eresponder con frases de mayor longimd y estructuras más complejas. Preguntamos a sus padres si mejorías en los diferentes dominios cognitivos. Aunque mantiene muchas de las dificultades, describen avances en la intención comunicativa, confirmadas por la nitora del centro: Hace pregmras, inrermándose por conocer m a s nuo para rerolver dudas daUonas con temas que no comprende.. Enalguna ocasión es élquien iniciala comunicación sin que nadie le diga nada, diciendo cosas como «buenos dias, ;cómo estás?>, ahasa mañana. o «ya hemos terminadon. . h a n que no sólo ha mejorado la producción verbal, sino que también entiende mucho mejor lo que se le &ce. Reconocen que todavía se beneficia en gran medida del contexro para entender órdenes más complejas, aunque perciben mejorías en comparación con la evaluación anterior. Describen progresos en la capacidad de concentración y aprendizaje de nuevos contenidos. Ahora puede permanecer centrado en sus tareas y completarlas con relativa autonomía. Retiene mejor la información, m t o a nivel académico como en las situaciones de la vida diaria. de las Es más independiente para la r&ción actividades cotidianas, incluido el aseo personal (se ducha solo) o las pequeñas responsabilidades que se van introduciendo en su día a día (recoger su niarto, ayudar a poner la mesa, etc.). También parece mostrar algo más de iniciativa, y llega a ~r en el coche de expresar referencias papá», *;puedo jugar con Bruno?»).Indican que todavía le cuesta controlar su comportamiento, con momentos de desinhibición e irritabilidad. Consideran que son menos frecuentes que antes, pero afirman que aún queda trabajo por hacer en ción neuropsicológica este sentido. En la tabla 5-3 se resumen los resultados obtenidos en los diferentes instrumentos emasado un d o y es el momento de volpleados en la evaluación neuropsicológica de orar a David para determinar el nivel de seguimiento. En lo que respecta a ks&nciones os alcanzado hasta la fecha, redefinir oborientar las líneas de intervención h-atcnczonalrs, se objeuvaron mejorías en la capacidad de focalización con un rendimiento próximo to cumplirá 11 años. En este momento a la normalidad. Continuaba presentando défide primaria y mantiene su adaptación cits en el mantenimiento de la concentración, ar. Desde el primer instante se aprecian aunque en menor magnitud que en la valoración cias en su comportamiento que sugieren antcrior. En la veloczrlad de proceramiento tamus eii la caya~idadde autorrrgulauón. Ya 1iii.n si: apreciaron progresos, si birii niievamrnrr tratan inquieto ni hipetactivo, y es casin dcan/ar Id normalidad. Por el conir:trio, no manecer sentado durante más tiempo, FACTORES E T I O ~ G I C O SY DE RIESGO EN LA NEUROPSICOWGÍA DEL DFSARROLLO se obtuvieron avances significativos en la memoria de nabajo. En cuanto a la memoria verbal, destacaba p o sitivamente la mejoría en la curva de aprendizaje, con un claro beneficio de la repetición de la información a lo larzo de los diferentes ensayos. No se objetivó pérdida significativa de información tras distintos intervalos de demora, mejorando con las claves categoriales y el reconocimiento. Se observó una disminución significativa en el número de intrusiones y la desaparición del sesgo de repuesta positivo. Dicho rendimiento indicaba una aceptable capacidad de organización y consolidación de la información. En su conjunto, el rendimiento en memoria verbal se situó dentro de la normalidad para su grupo de edad. Se objetivaron de nuevo dificultades en las funcionespremotorar, valoradas mediante la prueba de alternancias motoras. La ejecución había mejorado ligeramenre, aunque sin alcanzar la normalidad, y estaba condicionada por cierta grado de impulsividad. En lo que respecta a las funcioner ejecutiuas, se observaron mejorías significativas en la fluidez verbal ante consirna - semáncica, así como en el seguimiento y alternancia de series en orden directo e inverso. La ejecución en estas nruebas se situó dentro de la normalidad. Además, mostró un progreso leve en la fluidez verbal ante consigna fonética y el razonamiento abstracto no verbal, aunque sin alcanzar el nivel esperable para su edad. El rendimiento en k capacidad de razoiiamiento abstracto verbal, formación de conceptos y razonamiento aritmético se encontró alterado, sin cambios significativos en comparación con la evaluación anterior. Mejoró en el control inhibitorio, apreciándose una disminución de la conducta hiperactiva, las respuestas impuisivas y las perseveraciones. En lo referente a Iasj%ncioner lingüisticai, progresó en la producción verbal, ya que era capaz de elaborar frases de hasta 5 elementos con diferente - 1 m Juicio clínico: atresia tricúspide (cardiopatía I cianótica que conlleva otras complicaciones cardíacas asociadas). - Hallazgos en la exploración neuropsicológica: déficits en atención. velocidad de procesamiento, memoria (curva de aprendizaje plana y problemas en recuperación), lenguaje (escasa producción y dificultades estructura, así como en la intención comunicativa, pues expresaba con más frecuencia deseos, preferencias o intereses. Comprendía correctamente órdenes de mayar complejidad o fragmenradas, aunque el rendimiento todavía no se situó en lo esnerabie nara su erupo de edad. Adicionalmente " se valoró el estado de los procesos lectores, y se encontraron dentro de la normalidad la capaciL comprensión lectora de estructuras gramaticales complejas y textos resultó deficiente. Como ocurrió en la evaluación anterior, el rendimiento en las pruebas de comprensión (oral y escrita) estuvo condicionado por el déficit atencional y de memoria de trabajo. Finalmente, no se detectaron diferencias significativas en la capacidad intelectualgeneral, dado que el CI total seguía siendo bajo. En cambio, se advirtió un progreso en más de 10 puntos en el índice de velocidad de procesamiento, lo que reforzaba algunos resultados descritos anteriormente. Podemos concluir que, tras un ano de intervención, destacan las mejorías en la capacidad de aprendizaje y memoria declarativa, que llegan a alcanzar un rendimiento dentro de la normalidad, según lo que cabría esperar para su grupo de edad. También se observó una ejecución dentro de la normalidad en la focalización de la atención y algunos componentes de las funciones ejecutivas. Se apreciaron progresos en el mantenimiento de la concentración, la velocidad de procesamiento, otras funciones ejecutivas y el lenguaje (producción y comprensión), pero sin lograr el rendimiento esperable para su grupo normativo. El perfil neuropsicológico mostró una evolución favorable, aunque continuaba siendo indicativo de dafio cerebral difuso, con cierto predominio de afectación frontal y temporal. en la comprensión de órdenes complejas) y funciones ejecutivas (alteraciones en memoria de trabajo, fluidezverbal, inhibición y autorregulación). - Hallazgos en neuroimagen (RM):pequeñas áreas difusasde alta señal enT2 y FLAlRen la sustancia blanca de ambos hemisferios, con cierto predominio periventricular. t IVIDAD 5-1. Familiarizarse con los datos ACTIWOAD 5-3. Aprender a evaluar édicos en neuropsicología infantil. Principales pruebas Como se ha descrito a lo largo del capítulo, las congénitas se encuentran entre los comunes presentes en el momento jercicio 1. Busque información acerca de las plicaciones de salud que cabría esperaren Dauando alcance la edad adulta. El estudio de RM cerebral de David muestra lenes en la sustancia blanca de ambos hemisferios Ejercicio 2. Con la ayuda de un atlas de neuroatomía, identifique las zonas donde se observan lesiones en la RM. Para la realización de este ercicio se recomienda: MollerTB, Reif E. Atlosde bolsillodecortesonatómicos. Tomo 1: cabezo y cuello. Madrid: Editorial Médica Panamericana. 2007. Ejercicio 3. Explique en que ronsiste la técnca e espectroscop'a por RM. q.é informacion aporta qué utilidad tiene en el campo de la neuropsicogia infanti Describa los principa es metabolitos ' n interes clii>'cuI J ~ Oid iieurup~iculuqid.cuiiiur (NAA), la colia (~ho),la creatina : Escala de inteligencia de Wechsler para nihos-V (WISC-V) (Wechs1er,2015) Es un instrumento clinico de administración individual. Evalúa las capacidades cognitivas de la población de 6 a 16 anos y 11 meses, mediante la aplicación de varios tests que suministran información del funcionamiento intelectual. Esta última actualización supone mejoras importantes en comparación con versiones anteriores de la escala, ya que se han incorporado subpruebas e índices secundarios que permiten ajustar el diagnóstico a situaciones clínicas específicas. Además de una evaluación amplia de la aptitud intelectual general, permite evaluar cinco dominios cognitivos especificas que afectan tanto al rendimiento escolar como a otras áreas relacionadas. Las diez pruebas principales se usan en distintas combinaciones para obtener el CI total, las puntuaciones de los indices primarios y tres de las cinco puntuaciones de los índices secundarios. Los indices primariosson:comprensión verba1,visoespaciai. razonamiento fluido, memoria de trabajo y velocidad de procesamiento. Los índices secundarios son: razonamionro cuanritdtivo, memoria de traoajo a~ditiva,no verbal, capac:dadqeneral vcompctencia roqn tiva. En cuantoa suéstruct;ra, la ~ l ~ ~ - V e s t á i n t e g r a aa por 15 subrests. que incluyen 3 pruebas nuevas cuii respecto a la vcrsión anterior: Puoles vis~ales. ~alanzasy Span de Dibujos. A continuación sedescriben brevemente los subtests. Semejanzas. Es una tarea de pensamiento abstracto; el niño debe encontrar la similitud entre dos objetos o conceptos (p. ej., rueda-pelota o sonrisa-llanto). Vocabulario. En esta prueba debe definir pala bras (p. ej., reloj o fábula). Comprensión. Prueba de razonamiento y comprensión de situaciones sociales (p. ej., ipor qué -~ la policía lleva uniforme?). Información. El niño ha de resoonder a oreguntas que reflejan su conocimiento académico y sobre el mundo general (p. ej., jcuáles son las estaciones del ario?). Cubos. Es una prueba de construcción de modelos tridimensionales en la que se evalúan las praxias visuoconstructivas. Puzles visuales. Es una prueba diseñada para medir la capacidad de analizar y sintetizar información. En un tiempo límite, el niño debe seleccionar las tres piezas que permiten reconstruir el puzle presentado visualmente. Matrices. Mide el razonamiento lógico y consiste en elegir, entrevarias opciones, la que completa una matriz. Balanzas. Mide razonamiento cuantitativo y la inducción. Se presentan dos balanzas, a una de ellas le falta un peso y en un tiempo limite, el niño debe seleccionar la pesa que falta para equilibrarlos dos platillos de la balanza. Díqitos. ESuna orueba tradicional de memoria de trabajo, en la queel niñodebe repetir una s e rie de numero8 e" orden directo e inverso. Letrasv números. Consiste en repetir una serie de letras y números que se presentan mezclados, pero diciendo en primer lugar los números en orden creciente y, a continuación, las letras en orden alfabético. Aritmética. Setratadeunatareadecálculo mental en la que se evalúa la caoacidad de manipular la infoimación y la realización de operaciones aritméticas. Spandedibujos. Setratadeunatareadememoria de trabajovisual.El niiioobsewa unosdibujosen el cLaoerno de ertimulos durante un t;empo limire. ~ e- q dcbc u SP eccionar los dib~ios . que . ha v.stu oc entre las opciones de una página de respuestas(en orden secuencia1 si es posible). Claves. Mide la velocidad de procesamiento y la atención visual; consiste en la copia de una serie de símbolos asociados a los números del 1 al 9. Búsqueda de símbolos. También relacionada con la velocidad y la atención visual;el niño debe indicar si en un grupo de iconos se encuentra o no uno de los dos propuestos como muestra. Cancelación. Es una prueba de cancelación, en la que nuevamente se evalúan la velocidad ~ - ~ y los procesos de atención visual sostenida y selectiva. J Ejercicio 4. En el caso de David, las funciones atencionaies se valoraron mediante el Test de la A y algunos de los subtests de la WISC-IV. El Test de atención d2 es un instrumento que permite valorar la atención selectiva, aunque . .por su compleiidad . . no se incluyó en esta valoración. Describa brevemente elTest de atención d2 vcomente la información adicional que aportaría en comparación con los instrumentos que se administraron a David. Test de aprendizaje verbal España-Complutense infantil (TAVECI) (Benedet et al., 2001) El Test de aprendizaje verbal España-Complutense (TAVEC) es la adaptación en castellano del Colifornio Verbal Leorning Test, uno de los instrumentos más utilizado para la valoración del aprendizaje y la memoria verbal. Esta tarea, diseñada originalmente para adultos, cuenta con una versión posterior para población infantil (TAVECI, de 3 a 16 arios). Consta de tres listas de palabras: una lista de aprendizaje (lista A), una de interferencia (lista B) y una de reconocimiento. Las listas A y 6 están formadas por 15 palabras cada una, pertenecientes a tres cateqorías semánticas diferentes. El roced dimiento de administración implica la lectura de la lista A hasta un máximo de 5 veces.. v, se solicita la evocación inmediata en cada uno de los ensayos (sólo se interrumpe la lectura si repite las 15 palabras en dos ensavos consecutivos). Lueao se lee la lista B y se pide que la repita. Inmediatamente después se solicita el recuerdo de la lista A, primero por evocación espontánea y luego con la ayuda de claves semánticas. A los 20 minutos, se solicita de nuevo el recuerdo, por evocación espontánea y con la avuda de claves. de la lista A. Finalmente. se adminisira la prueba de reconocimiento, en la que se hade identificar las 15 palabrasde la lista Aentre las 44 que forman la tercera lista. J Ejercicio 5. Describa as simi i t ~ o e sy afrrenc as que egisten rntre el TAVECI Y el Tssi de aorrndizaje auditivo-verbal de Rey, otro instrumenko para valorar la memoria verbal. ACTIVIDAD5-4. Neuropsicología infantil en los medios de comunicación El 14 de febrero se celebra el Día Internacional de las Cardiopatias Congénitas. Los diferentes medios de comunicación, las instituciones y las organizaciones no gubernamentales (ONGI se es- rgo, este tipo de alteraciones todavía no resuficiente atención, y la información acerca trastornos neuropsicológicos asociados es Menudos Corazones). Valore si proporcionan información suficiente acerca de los trastornos del neurodesarrollo asociados con las cardiopatias congénitas. J Ejercicio 7. Busque en internet o en hemerotecas información relacionada con los artículos publicados en prensa, eventos organizados, etc., en las últimas celebraciones del Día Internacional de las Cardiopatías Congénitas en su ciudad o comunidad autónoma. podanpedro E 6nt- outcomeaftercon- heart surgery. Circulauon %eryE, Y'kgerhaets G. in sdiool-aged children tal hearr disease.J Pediam Gunn JK, Eldridge BJ, Don& SM, Hum RW, & et al. 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Familiarizarse con la terminología médtca y yfoterápica parainterpretar los informes emitidos por proTesionales de las díversas disciplinas. Saber las características diferendales de la evaluacian con este tipo de trastornos y conocer las pruebasespecíficas, El término parálUi cerebral fue acuñado por primera vez en 1888 por William Osler. Desde entonces y durante más de cien &os, diversos autores como Wdiam Lide y los miembros del Lide Club, Sigmund Freud o Winthroo Phelps, entre otros, elaboraron a r e n t e s propuestas para definir y clasificar la parálisis cerebral infantil de manera más precisa. Algunas de esas d a c i o n e s se han mantenido durante décadas, pero en fechas recientes se ha logrado un amplio consenso para su conceptualización. En 2005, desde el Tder Internacional para la Definición y Clasificación de la Parálisis Cerebral, reunido el aíio anterior en Estados Unidos, se propuso lasiguiente definición: la parálisis cerebnl describe uo p p o de umornos del desarrollo de la posy del movimiento, causantes de limitación dela actividad, queson mibuidos a alteraciones no p r o p i l a s que ocuiiie~onen el cerebro fd o hhd en desarmiio. Las alteraciones motora de la p d i s i s cerebral se acompaíian a menudo de alterdones sensoriales, cognirivas, delacomunicación,de kpercepción yio de la conduce, yio aaimrnos epilépums. Este término uparaguas,,, por lo tanto, engloba una amplia heterogeneidad, según el tipo y la gravedad de la afectación motora (Tabla6-l), su origen, la localización y extensión de la lesión y el funcionamiento cognkivo, social y emocional En este sentido, la parálisis cerebral infantil puede, teóricamente, presentarse como un trastorno motor puro, pero en la práctica se observan déficits neuropsiwlógiws asociados que varían, al igual que los sintomas motores, en grado y extensión, pudiendo ir desde leves a graves y de espeúfiws a generalizados. Como ya se ha wmentado en el capítulo 2, la relación cerebro-conducta en un nüio es cuantitativa y cuaiitativamente disrinta a la de un adulto. A diferencia de las lesiones ~roducidasen personas adultas, en el nüio nos encontramos con un cerebro en desarmuo, w n gran cantidad de funciones todavía sin adquirir, lo que dad lugar a alteraciones neuropsicológicas bastante más difusas y complejas de especificar. En la balaoza de la gavedad y el pronóstico harán contrapeso, cntrc otros, la mayor plaxicidad cerebral en la infancia, la localización y extensión de la lesión, y el momento del desarrouo cerebral en ALTERACIONESCEFS.BUAI.ES Iw TEKPRANAS bla 6-1. Clasificadonesde la parálisis cerebral infantil Según la Iocalizaaón de la lwón y la formade maniiestaciónd d trastorno motor Parálisis cerebral espásüca: lesión en la corteza motora o enei hazpiramidal. Destaca un aumento del tono muscular de mayor o menor intensidad, can disminución del movimiento voluntario. Aparece un predominio de grupos musculares flexores o extensoresque dan lugar a acortamientosy deformidades Parálisis cerebral discinética: lesión en las ganglio8 basales o en el haz emapimmidal. Se presentan movimientos involuntariosy cambios bru~osdeltono Paráli~scerebraiatáxica:lesiónen,elcerebelo.Secaraaeriza por hipotonía,incoordinación yafectacióndel equilibrio Parálisis cerebral mixta: se manifiestan síntomasde varias modalidades, sin el predominio claro de ninguna . Según la extensión de la akctación (darificaclóntopográfica) Unilateral Monoplejia: afectación de una sola extremidad (muy paco hecuente) Hemiplejia:afectación de la extremidad superior e inferior de un hemicuev Bilateral Diplejia: mayor afectación de las extremidades inferioresque de las superiores Tetraparesia: afectación de las cuatro extremidades Triparesia: afectación de las extremidades inferioresy una sola extremidad superior . . Según la gravedad de la afectación Clasificaciónfuncional (nivel motor, manual, del lenguajey la funcionaiidad) Grado O: normal Grado I:anomalías ligeras con posibilidad de corrección volun~ria.No se altera la función Grado II: anomaliasevidentes que no impiden la función Grado III: función limitada (lentitud,cansancioy necesidad de ayudas) Grado iV:función imposible(nohay marcha.no hay función manual o lenguaje) Sirtema de clarificación de la función motora gruesa (GMFCS) Nivel 1: marchasin restricciones Nivel 11:marcha sin ayudas pero con limitacionesespaciales Nivel III: marcha con soportes u ortesis Nivel IV: movilidad independiente bastante limitada Nivel V: totalmente dependiente para el desplazamiento GMFCS:grm mafoifuncfion ci~~~rncoaon wm. el que ésta se produce. Es por esto que, en la mayoría de los casos, a medida que el niño avance en edad y maduración se podrán habilitar funciones que estaban ausentes inicialmente, mejorar funciones que estaban alteradas y, a l a v a , aparecerán dificultades que permanecían enmascaradas. Será entonces cuando sea posible definir con mayor exactitud un perfil de funcionamiento neuropsicológico. En cuanto a su etiología, en las primeras descripciones de la parálisis cerebral infantil se proponían dos causas predominantes: la asfixia neonatal y el traumatismo intraparto. Los nacimientos prolongados y lo dificultoso del parto natural influían en esta consideración. Era, por lo tanto, de esperar que los avances en obsterriúa y la mejora de las técnicas y herramientas médicas produjeran una reducción significativa de los casos. Pero las investigaciones muestran que esta prevalencia no ha disminuido desde 1960 hasta la actualidad: el descenso de la muerte n e o n a d sobre todo en par- 72 I tos premamos conlleva, incluso, un incremento de la incidencia de la parálisis cerebral infantil, que es de 1-211.000 nacimientos. De hecho, los acontecimientos sucedidos en torno al momento del p m o explican un porcentaje pequeño de los casos de lesión cerebral, y en más del 70 % de la casuística no hay evidencia de hipoxia peinatal. Actualmente se consideran otros factores de riesgo, entre los que destacan la premaruridad, el embarazo múltiple, el bajo peso para la edad gestacional, las infecciones intrauterinas, la fiebre materna y la tromboiilia (Fenell y Dikel, 2001). La parálisis cerebral infantil es un cuadro dínico cuyo diagnóstico requiere la presencia de alteraciones del desarrollo de la postura y el movimiento, por lo que las afecciones que únicamente conlleven un reurso motor no se incluyen en esta categoría. El diagnóstico suele ser muy precoz, en los casos más graves incluso con pows meses de vida, pero no existe un acuerdo completo acerca del momento adecuado para establecerlo. En , gestación, a i acudir a un cona01~ t i n a r i odetecen prneneuroimagen en edad tempsaqa se mI- taronaltera~onqenel registro cudiotocogr&co. lo que provocó la &uón de una cesárea de con el tiempo y en Última instancia no se án, tampoco, de un diagnóstico de parálisis urgencia Enue los juicios diagnósticos tras el naal infantil (como ~ o d t í m a en el de la cimiento desacaban el crecimiento inmutetino fa de las hemorragias inmvenmcnlares de retardado (iknadm 6-l), en este caso asociado a r este motivo, en numerosos estudios desnutrición por flujo invertido en la arteria ume uerto consenso en emplear como IC bilicai, y la hemorragia inuavenuicnlar de grado rior para el diagnóstico los 2 aóos. 1 ( R e d 6-2). En la pmeba de Apgar obmas lesiones cerebrales no deben ser progrevo una puntuación de 7 al minuto y de 9 a los por lo que hay que diferenciarlas bien de 5 minutos, debido a apneas del prematuro, por medades degenerativas que tienen una malo que precisó reanimación de tipo 111. Permaneación similar en los primeros momenms, ció ingresada en la unidad de cuidados intensivos uedan ser algunos tipos de enoefalopatías durante un mes en incubadora, y fue trasladada enerativas (p. ej., leucodistrofia o enposteriormente a cnidados medios ante su buena mitocondnal grave). Habitualmente, evolución, donde continuó 3 semanas más. D e s ' cerebral infantil suele asociarse con de el s e ~ c i ode neumpediatria que atendía a la a periventricular por hemorragia inmenor se estableció el diagnóstico de hemiparesia entricdar o perivenuicular, y en menos casos derecha leve. micropoligiria o porencefalia. Sin embargo, Fue derivada al CAIT por la psicóloga de la lesión sea permanente no implica la invaunidad de seguimiento y estimulación precoz de su hospital de referencia, en donde recibía tratadad de sus consecuencias. Como ya se ha onado, la plasticidad de un cerebro en demiento fisioterápico ambulatorio desde el moo, la capacidad de aprendizaje y la adecuamento del alta hospitalaria, con algo menos de mdación pueden compensar, en mayor o 2 meses de vida. Además de los aspectos médicos, r medida, la lesión originaria y favorecer un los padres estaban preocupados por el desarrollo io en sus manifestaciones. Así pues, la lesión motor y lingui'stico. Al indagar sobre los anteceermanente, pero sus manifestaciones pueden dentes familiares, informaron de una prima de la a lo largo del tiempo a todos los niveles. rama materna diagnosticada de trastorno motor mo se ha indicado, al trastorno motor cacerebral. teristico de la paráüsis cerebral infand suelen En la exploración inicial se observó que Pada, ciarse otros trastornos sensoriales, cognitivos, a sus 17 meses, aún no deambulaba, ni siquiera épticos, etc. De su aparición e intensidad degateaba. Había conseguido el sostén cefálico en derán, en gran medida, la evolución y el protorno a los 8 meses y la sedestación sin apoyo a los ostico de cada niño. Dada tan amplia variedad 13 meses de edad aproximadamente. No emitía afectaciones posibles, a la hora de plantearnos ninguna pakbra, sólo balbuceaba sonidos va&capimlo surgieron muchas dudas sobre qué licos y sfiabas redobladas no referenciales. La faelegir. Optamos por presentar el de Paula, ya milia también informaba de grandes dificultades \que representa con bastante exactitud uno de los en la alimentación, debido a hipersensibilidad tipos más frecuentes de alteración del desarrollo orofacial y un d e j o de arcada muy exacerbado debida a paráüsis cerebral infantil, tanto a nivel que provocaba que Paula rechazara los alimentos semisólidos y sólidos. motor como neuropsicológico. Dadas ks complicaciones de salud y las frecuentes visitas hospitalarias para sus revisiones PLANTEAMIENTO GENERAL DEL CASO. periódicas (neuropediatría, otorrinolaringología, RÁPIDA PARA NACER PERO NOTANTO psicología y fisioterapia), Paula no había asistido PARA GATEAR aún a la guardería. Es frecuente que los pediatras desaconsejen el ingreso en la escuela infantil en esPaula contaba apenas con 17 meses de edad tas circunstancias, ya que así se previenen nuwas mando la vimos por primera v a . Acudió al Cenenfermedades. A esto se une la falta en los centro de Atención Infantil Temprana (CAIT) San tms infantiles de medios apropiados para atender Ratael acampanada de sus padres y con una mona niños con roblem mas motores Y de salud frá~il, taíia de informes médicos. El embarazo cursó sin lo que Iiaw quc cs posponga su i~iwrporacióneii cllos. Así, cri 1 0 9 primeroiaiios de vida, cs linbicual complicaciones basta que, en la semana 31 de S caso$ las alteraciones da& 1 1 Recuadro 6-1. Neumblologia y neuropslcología asociadasa prernaturidad y crecimiento lntrauierino retardado El crecimiento intrauterino retardado hace refe rencia al crecimientofetal por debajo de lo esperado. Es un concepto dinámico que implica que el feto ha suirido una disminuciónen la velocidad de crecimiento, tenga bajo peso o no al nacer, aunque en la mayoría de los casos presentan un pesoenel nacimientopordebajodelpercentil10 según las curvas pobbcionaies (criterio establecido por el Nat~onallnstimte of Child Hmlth and Hurnan Development). No debe confundirse con el bajo peso para la edad gestadonal, que es un oncepto estático basado en el peso y la talla en I momento del nacimiento y que, por lo tanto, eferencia a aquellos nirios cuyo peso o talla rior o igual a 2 desviaciones estándar de la ia de su población de referencia. Así, un niño crecimiento intrauterino retardado puede r o no un bajo peso, y un nirio con bajo peso no tiene por qué haber sufrido un crecimiento retardado, aunque en muchos casos ambas condiciones van de la mano. El crecimiento intrauterino retardado puede ser simétrico o asimétrico. En el primer caso, se a k tan de forma equivalente el peso, la longitud y la circunferencia craneal, y suele producirsepor trastornos geneticos, infecciones víricas congénitas, errores del metabolismo y exposición intrauterina a fármacos. En el segundo caso, sin embargo, el crecimiento fetal es normal hasta que la tasa de crecimiento excede la provisión de nutrientes. asociarse con una mala nutrición o a una alpsia, hipertensión materna o diabetes En casos, el feto comienza con una menor gaia de peso, y pasa posteriormentea un menor iento de la longitud. Sólo si la restri erminará afectándose también el la pmgtinwión de -S &os por los d i v e ~ o s semiciossaaitarios, m muchos cssosren combinación con terapias privadas quc, da& cl diagnóxtit o tan tempranoDsuelen i n i k e pmnta (generalmentf: a uavh de asociaciones). de peso normal de la misma edad [Ch 1972). En cuanto a los aspectos neuropsicoló la mayoría de los estudios revisados se e un cociente intelectual (CI) inferior en nirios c crecimiento intrautenno retardado en conipd ción a niños normales. Sin embarqo. . esta rencia nunca superó una desviación estánd estos estudios se detectó que a mayor del crecimiento intrauterino retardad CI. Asimismo, se observan alteracione nunciadas en el lenguajey en la autor (hiperactividad y ansiedad), así como peor r dimiento escolar y dificultades en la adquisic de aprendizajes escolares básicos (Mulas, 199 Estudios más pormenorizados muestran los guientes hallazgos (Viggedal et al, 2004): - Menor verbal con respecto a la pobl normal, con mayores dificultades en ~rensiónv un vocabulario inferior. Frecu presencia.de anomia, parafasias s e m á n t i c a dificultades en la resoludón de absurdos ve baies, semejanzas y diferencias, comprensi de situaciones y alteración en el juicio de c salidad. - Menor velocidad de procesamientoy empl de mayor tiempo en tareas de exploración mal. Inatención. - En tareas visuoperceptivas muestran cap cidades de orqanización perceptiva más p bres, con may& número de roGcio m en pruebas de memoria de trabajo La mapría de los f i m a f e n a d o s de pdsis cerebral i m h t i i presmran ano~maii,dades n a o cmdioiÓ@cas, y iuia minoria (en wmo d 27 %) n o m u e s m haaaagos pat01ógios en ks pruebas de naimimap (Recnadro 6-31.En la resonan- 1 8 ' m Recuadro 6-2. Parálisis cerebral infantil tras hemorragia intraventricular La parálisiscerebral InfarrSIese1 iesukadodeuna aiteraaón cerebral debida a d t ~ r s a scausas wenatales, peinatalesy posnatales. Entre ésbas-destaca la presencia de lesroner hip5ximisquemicas. hemorragia intraveWcutar y peñpenáicular. defectos tempranas en la migración neuronai, malformaciones cerebrovaxulaies, infecciones'muterinas e infeccionesddsistemanervioso~tml. La asfooa en el momento del parto da cuenta de un 1614 % de los casos, y son los factores congénitos los más frecuentes (apmximadamente el 50 5).Debido al incremento de la supervivencia de los bebés prematuros -incluso con menos de 30 semanas de gestación? actualmente la mrtad de los casos de parálisis cerebral infantil se dan en nacimientos pretérmino (Bottcher, 20101, por lo que una de las causas más habituales es la k m o rragia intraveniricular (Fenelly Dikel, 2001). La hemorragia intmventncular es la variedad más común de hemorragia intmcraneal en el recién nacido y es característfa de la prematuridad. Se origina habitualmente en la matriz germinal, que es una zona situaQaen los ventrículos laterales cerca de la cabeza del núcleo caudado Pig. 6-11.La matriz germinal está formada por cPluias que serán precursoras de las neuronas durante bs semanas 1620 de ge?@ción,;y dan bgar principalmente a los astrocitos. y oligond&Wirocitac durante4 tercer trlrhestre del embarazo. Es unarma muyvulnerable+yaq u w á inme-a en canales vasculaies inmaduros, de pawdes muyñnas, sin apenascaLas muxu(ares. La altcra&Ón respiratoria y ia subida de la presion aRerial que se produce con kewencia en los niños prematurospar&& ser algunos de los factoresque provocm el sangrado en la matriz germinal. Cuando esto suaede, la sangre se &tiendes ~OSvent~ículog¡&ter&~,w n tendencia a acumularse en las astasdccipitaleíy en l a fosa posterior. Además, en el 15 % de los casos la sangrellegaa la sustancia blanca ppefnnwkular, cia magnética realizada a Paula a los 14 meses, aunque n o se hallaron grandes alteraciones estmcturdes, se observó un discreto aumento de los espacios subaracnoideos, sobre todo frontales adyacentes a la línea media, asociados a leve atrofia cerebral. También se apreciaron pequeñas lesiones en l a sustancia blanca periventricular, algo más evidentes en el lado derecho y en l a región de l a escotadura caudotalámica, en probable relación con una antigua hemorragia de l a matriz germinal. En las astas occipides de los ventrículos laterales se detectaron pequeños cambios por bien porque se extravasa desde los ventriculo bien por la suma de un infarto hemorrágicoen c Dar6nauima(Govenechea. 19991. - , ia hemorragia intraventrsular puede clasificarse en cuatro aruws - . íundamentales (Coulon. 19811: - Grado 1: el sangrado está locakado e" la m i triz aerminal. sin hemorraqia - intraventricular O con una mtnima hemomgia. Generalmente evolucionanbien. Grado Il:el sangradoes intraventriculary OCLpa en el 1050%del ventriculo. Existe un 25 % de riesgo de hidrocefalia y un 69 %de probabilidad de presentar parálisis cerebral infantil. - Grado 111: el sangrado intraventricular es mayor del 50 % y el ventriculo está distendido. Existe un 78 %de riesgo de hidrocefalia y un 92 % de probabilidad de presentar parálisis cerebral infantil. - Grado N:se asocia además hemorragia intraparenquimatosa. Hay un 100 % de riesgo de hidrocefaliay el 100 %de los casos presentan parálisis cerebral infantil. La hemorragia intraventricular destruye la matriz germinal y altera la sustancia blanca periventricular. Este hecho tiene repercusiones graves, dado aue en el momento de la lesión Ihabitualm@e'e&?r~~~~~é$pe,de~~rnba~r~~o~dismin W3dé manera d r ~ i c a ~ l ~ ~ ~ m e r o ~ radiallelias les con io que merma la estructura glial sobre la que miamn ~seomanlzanlasneumnas,asícomo él de o¡igodendro;itos, células responsables del proceso de mielinización.Por tanto, el qrosor cor tical de estos niños es menor, y quedan afectadas también las fibras de sustancia blanca subwrticales y las conw'ones tíontbbaralesy taldmícas (Folkerth 2011). El hecho de q w la hemqrragia intraventricular sea unilateral o biiareral, su grado, a$ conw.el momento de la gestac@nen que re produzca, perán cmciaies para establecer la gravedad de sus consecuencias en los aspectos motoresy cagfiiüvos. - + - 1 1 antiguos coágulos, asociados tal v a al hecho de que la hemorragia alcanzara el sistema ventricdar (Ei6-2). EVALUACIÓN INICIAL Recogida d e i n f o r m a c i ó n y evaluación del desarrollo Comenzamos entrevistando a los padres y observando a Pada en situaciones espontáneas de juego e interacción. Encontramos a una niña es- Ik zhmmm&&sy eLknpjc, auny&iiahíamwssa k e h w ~ s e c u n d a - my &mas p a w d e dí;iaconjmra, Figura &l. Cortecorona1devnceebmde32mnasde gestaaón, en el qiie se observa un sangmdaen lamatii germina1 del ventrkulo lateml derecho. Elsang& de+ plaza la matriz hacia el interlordel ventriculo y lo wlapsa. casamente conectada con el entorno y con baja exploracjón del ambienre y de los objetos. Presentaba poco mterés por los juguetes propios de la edad, y los padres reíaraban que en casa no los usaba. Cambiaba umtinuamenie de foco atenciond, pasando de una anindad a otra sin casi detenerse en ninguna de ellas. El juego era muy pobre, con tendencia desrmniva y poco fundond bacía pow uso de ambas y %ran rmry nihimentarias. Había +&ido pmtoimperati~s~ pero no se det e d a n m u e s a a s de u a n b dechdva básica. Ea &ón can d l-je expresivo, sus S S i o nes no eran r & d e s , como bien babían infado los p a b se limitaban d balbuceo y a la ~ r ~ d u c c i ódendabas redobladas w n escasa variedad de sonidos. Sí empleaba giros para llamar la arenuón de lospadres niando estaban ausentes. En cuanto a ia esfera receptiva, también era inmadura, incapaz de discriminar objetos fadiares por su nombre o de seguir instnicciones senciUas. Aun así,mniprendia k prohibición, pero no siemprela acataba. En el p h s ~ c i o e m o c d ,había establecido un apego insegum ambivalente con los padres. Se detectó cierta sobreproteaión por parte de &tos -muy habitual en nuios con salud delicada y h e n t e s b o s p i d ~ c i o nlo ~ que , hacía que la nuia e m p b ultiducfas desadaptativas para manipular su entomo, que la con~extían,en cierto modo, en una apequka h a n en casa. A& la Figura 6-2. lmdgenes de la resonancia magnetita de Paula. A) Se observa el aumento de los espacias subaracnoideos a nivel fronial, asícoma las lesiones periventriculares y en las astas occipitaies asociadas a la hemorragia de la matriz germinal.E) En las secuencias en difusión seobserva con claridad la afectaciónde la escotadura caudotaiámicaderecha. Parálisis cerebrd idbtil logia, de las alteraciones cerebrales asociadas a los sintomas que la caracterizan y del período embrionarioen el que puede haberse producido la lesión cerebral. En Cuanto a la etioloqía. los descubrimientos de cambiando la idea tradiciolial qde arribuia la mayorid de as causas de la pamlisis cerebral infantd a problemas en el parto. Actualmente se sabe que del 9 al 17 % se deben d rnaiformacionesestr~cturaierdelcerebro(com- plejas displas as corticales, no oprosencefalia. polimicrogirias, etc.). Gran parte de estas anomalías, que pasan inadvertidas en los protocolos rutinarios de neuroimagen, se deben a fallos en la migración neurona1 (Horrldge et al.. 201 11. Con respecto a las alteraciones cerebrales observadas. las más frecuentes han sido las anormal¡dades en la sustancia blanca y gris, la ventricudescribía a Paula como muy testaruda e e, con rabietas frecuentes ante la frusrras deseos. Los iguales no eran todavía de terés: se encontraba en una etapa madurativa la entrevista familiar y la observación de en juego libre y conducta espontánea, nos teamos la administración de pruebas objetivar 1 finde determinar con mayor exactitud su rollo evolutivo. Cuando se trata de afectas motoras hay que tener en cuenta algLIru>s ctos diferenciales en la valoración. Al realizar vidades manipulativas es conveniente llevar a o un control postural previo, situando al niño una posición adecuada que le permita liberar extremidades superiores y conseguir la mayor dad de movimiento posible. Hay que minimiel estrés, puesto que conlleva un aumento del muscular y, por lo tanto, un empeoramiento ejecución. Así pues, conviene disponer de o suficiente, sin presionar ni apremiar al ue la familia esté presente, ya que suecionar sensación de seguridad y mayor dad. También es importante conocer el o en que habitualmente se comunica el niño, e en estos casos suele ser peculiar, dada la uesto que se mostró poco colaboradora m primera cita, se optó por administrar el Intan0 de desarrollo Battelle para su evaluación, grandes prematuros. Se considera indicativa de lesión hipóxico-isquémicay afecta, sobre todo, a lostractosdefibrasque rodean losventrículos laterales. he han comunicadotambién déficits en la confiquración del cuero0 calloso v en los Drocesor de rnieliniración. ~éspectoa 1; sustancia gris, las estructuras 4ue mis afectadas son . aoarecen . los ganglios de la base, el diencéfalo, especialmente el tálamo, v el cerebelo. Junto con estas alteraciones tambjén se han encontrado signos de hidrocefalia. Por el tipo de fallos detectados en la migración neuronal, y la todavia escasa efectividad de la respuesta de las células gliales a la lesión ocasionada, se sospecha que la mayor parte de las alteraciones cerebrales comunicadas se producen durante el primer período de la gestación (Korzeniewski etal.,2008). ya que no sólo se obtienen datos a través de la aplicación de pruebas en situaciones esrructuradas (en las que Paula participó escasamente, por lo que los resultados no se consideran del todo fiables), sino que se complementa w n información recabada de la entrevista a padres y maestros y la observación del menor en su entorno habitual.Por otra parte, este inventario está indicado para la valoración del desarrollo global en niños con mmusvalía y proporciona pautas específicas en los casos de discapacidad motora que pueden ser valiosas para las personas que no estén familiarizadas con ésta. Los resultados de la prueba administrada uidicaron un desarrollo madurativo de la menor que se situaba en torno a los 7-8 meses de edad, es decir, se observaba un desfase con respeto a la edad cronológica de unos 10 meses, aproximadamente. El desarrollo en aquel momento era homogéneo, con un p e d similar en todas lar áreas (Tabla 6-2). Valoración desde la fisioterapia: aspectos motores básicos El fisioterapeuta se centra en observar y registtar ks alteraciones motoras del n i h con parálisis cerebral iidaxil de manera organizada, de forma que pueda tener una idea clara de la afectación en este ámbito tanto a nivel cuantitativo, es decir, ibla 62. Resultados del Inventario dedesarrolloüaíielba ia d a d cmnológica de 17 mesas «qué cosas hacen, como cualitativo, o sea, «cómo las hace». Empezamos valorando los &os osteotmdinosor, respuestas de contracción de los músculos esuiados ante un estiramiento rápido. Tanto su ausenda como la respuesta exagerada (hipetreflexia) se consideran patológicas. En Paula se observó una ligera hiperreflexía en el cuádriceps y elevada en el tríceps de la pierna derecha (Fig. 6-3). Otros reJeqor que deben evaluarse son los arcaicos oprimarios (Recuadro 6-4), respuestas presentes los primeros meses de vida que tienden a desaparecer. Son consideradosla base de la mouicidad voluntaria por muchos autores. Su ausencia o su permanencia en el tiempo son signos de alerta de daño cerebral. Alos 17meses Paula no conservaba los reflejos primarios evaluados. A continuación exploramos las reacciones neuromohicer, que nos aymdan a valorar la capacidad del niño para adaptar su posición en el espacio, usando la información sensorial, por medio de los cambios posturales impuestos por el terapeuta. 1 Mediante diferentes maniobras (suspensión dorsal, ventral, lateral y vertical; apoyo sobre una nalga; enderaamiento de decúbito supino a sedestación, etc.), se evalúan la aparición y la calidad de las reacciones de enderezamiento, equilibrio y apoyo. En el caso de Paula, las reacciones del eje eran adecuadas y simétricas, y sólo aparecían debilitadas ias reacciones de enderezamiento lateral y anterior en la extremidad derecha. Conrinuamns con el desuwoIl0 posnrral, en d que exploramos la movilidad espontánea tumbada boca arriba y, cuando es posible, sentada y en bipedestación. Recogemos cómo es cada postura y la posibilidad de pasar de forma autónoma de una a otra (encadenamientos motores). La menor mostraba una actitud simétrica en decúbito supino. Se detectaba buena movilidad de las extremidades, con alternancia en su movimiento. Podía llevar las manos a la línea media e incluso las u u b a hacia el lado contrario. Se observaba u n patrón manipulativo aceptable con la mano derecha, aunque de peor calidad y precisión que Figura 6-3. Principalesgrupos musculares afectados en la parálisis cerebral infantil. El recién nacido presenta una serie de reflejos insentedesdeel nacimiento y desaparece en torno al @ mes, conforme a~arecela capacidad volunnatos wntroladosfundamentalmente por áreas subcorticales. &tos son automáticos y deiencadenados taria de coger y soltarobjetos. por diversos esthulos. Como ya se ha mencionado, 4 ReWo de marcha automática. Movimientos la falta de uno de estos reflejos. asi como su persisalternos dc flexión y extensión de las extremidaalla del momento esperado para su desdes inferiores. Se activan al contacto con una sdaparición. se consideran indicativas de trastorno del perficie sólida. Está presente en el momento de sistema nervioso, por Ip que es importante conocer nacer y desaparece sobre los 3 meses, los diferentes reflejos y los momentos aproximados Reflejotonicoce~calodeMagnus. Cuandoel de aparición y extinción. Los más relevantes se desbebé está tendidosobre la espalda, la rotación lacriben a confinuación. teral de la cabeza provoca la extensión del brazo Reflejo de succión. Se pone en marcha cuando y de la pierna del lado hacia el que mira el bebé, con flexión de las extremidades del lado contraun objeto entra en contaao con los labios del recién nacido. Apareceen la etapa prenatal (entorno rio. Está presente en el momento del nacimiento alos 7-8 me%s&gestación)y disminuyenotabley desaparece entre los 4 y los 6 meses. mente en torno a los 6 meses, coincidiendo con Reflejo plantar o de Babinski. La estirnulación la introducción de la cuchara en la alimentación. de la superficie plantar provoca la extensión y seReflejo de Moro o del abraza Se abren y cieparación de los dedos del pie, como si fuese un rran los brazos como respuesta a un movimiento abanico. Debe estar presente desde el nacimienbrusco de la cabeza y el cuello hacia atrás. Suele to y va desapareciendo a medida que se aproxiestar presentedesde el nacimiento y desaparece ma la marcha autónoma, en torno a los 9 o los sobre el mes de vida. 10 meses. Reflejo pupilar. Al aproximar al ojo una fuente Reflejo de los puntos cardinales o de búsquede iluminaaón, se produce la contracción de la da. Al estimularcon un objeto lazona peribucal, pupila. No desaparece. el nirio tenderá a girar la cabeza hacia la fuente 4 Reflejodeprensiónoagarre. Al ejercer presión de estimulación. Desaparece alrededor de los 3 en la palma de la mano, ésta se cierra. Está premeses. 1 1 1 * de la otra mano. Los encadenamientos motores taban enleotecidos. Era capaz de voltear hacia bos lados, usándolo como único mecanismo desplazamiento autónomo, puesto que no gaba todavía y tampoco reptaba. No consegnía tase sola si partía de la posición tumbada, para precisaba apoyo. Sentada, se mantenía con inclinación sobre el lado derecho. Podíapode pie empleando un apoyo. oseguimos con la valoración del tono mwlar, y recogemos la aparición de hiperronía, hitonía o tono fluctuante. Uno de los signos que presentan con más frecuencia en los trastors neuromotores y que sugieren la posibilidad una lesión cerebral es la presencia del reflemiotático. El reflejo miotático es la respuesnormal de wntracción de un músculo ante estiramiento rápido, pero en los nifios con áiisis cerebral este reflejo suele estar alterado: sminuido (en niños hipotónicos) o aumenta(en niiíos con espasticidad). Como ejemplo, a explorarlo en los músculos gastrocnemios, tircmos de una situación de relaiauón y aparece una contracción brusca o en forma de temblor del músculo que estiramos. Un reflejo miotático muy exacerbado se asocia con una mayor espasticidad y, por lo tanto, una mayor diicultad funcional. En el caso de Pada era un reflejo patológico en forma de temblor, pero cedía rápidamente. Esto nos indica que aparecerá en la marcha, como una tendencia a poner el pie «de puntillas», que será más evidente al correr pero que le permitirá un buen apoyo de todo el pie en bipedesración. Figura 6-4. Valoración del reflejo miotático. I ALTERACIONES CEREBRALES ITh4PRANA.S Muy relacionadas con las alteraciones del tono están las limitaciones en los recorridos arn'cukzres. Suelen producirse por el aumento del tono mantenido en el tiempo y empeorar con el crecimiento del nino con espasticidad, siendo responsables de gran parte de la discapacidad motora. Paula manifestaba ligeras limitaciones en los isquiotibiales internos y el gastrocnemio de la pierna derecha. En los usos en que sea necesario, se recogen las posibles afecciones estructurales, tanto congénitas como las que se hayan podido producir por acción de la actividad muscular anormal. Es muy importante el control de la evolución de esras deformidades, por las graves consecuencias funcionales y en la calidad de vida que pueden tener. En la parálisis cerebral infantil es frecuente la aparición de escoliosis, luxaciones de cadera y deformidades en manos y pies, entre otras, que precisan en muchos casos el uso de ortesis para corregirlas o evitar que evolucionen negativamente. Si el caso lo demanda, anotaremos las ayudas técnicas que el menor usa o requiere de forma habitual. Pueden ser necesarias ayudas al desplazamiento (sillas de ruedas, andadores, muletas, gateadores) o a la función posrural (corsés, férulas, bipedestadores). Todas las personas que atendemos al niño con parálisis cerebral infantil debemos conocer el manejo básico de estas ayudas, para que no sean un obstáculo en el trabajo de cualquiera de los profesionales implicados. Paula no presentaba ningún tipo de deformidad, por lo que no las precisaba, aunque el pie derecho debía ser vigilado, dada su tendencia a la flexión. Finalmente, recogemos los resultados de las escalas de clasificación y exploración utilizadas en este ámbito. Según nuestra valoración, y coincidiendo con el diagnóstico emitido desde neuropediatría, a los 17 meses Paula presentaba una hemiparesia de grado 11en la función motora y de grado 1 en la funcidn manual según la Clasificación funcional deTardieu, y de nivel 11en el Gross Motor Functlon Chification Syrtem. Como se ha comenrado, los niños con rrastornos motores cerebrales suelen iniciar la atención terapéutica de forma temprana, con pocos meses de edad, de la mano de fisioterapeurasy terapeutas ocupacionales, para dar respuesta inmediara a las alteraciones mororas y dejando riempo a la propia maduración del menor para que muestre las posibles dificultades neutopsicológicas asociadas (Recuadro 6-51. Así, Paula regresó a nuestm manos a petición de la terapeuta ocupacional cuando le faltaban apenas 4 meses para cumplir los 3 d o s . Ya había iniciado su asistencia a la guardería e incluso se habían previsto las necesidades especificas de apoyo que iba a precisar en el segundo cido de educación infantil, recogidas en un dictamen de escolarización realizado por el equipo de orientación educativa de su zona. En él se proponía para la menor la asistencia a un aula ordinaria con apoyos a riempo parcial, ranro de pedagogía terapéutica como de audición y lenguaje. La adquisición de hitos del desarrollo había sido muy tardía: gareó a los 19 meses, inició marcha asistida a los 24 meses, y consiguió la bipedesración sin apoyo a los 25 meses y la marcha liberada a los 29 meses. Los primeros bisílabos referenciales llegaron a los 24 meses. En la reevaluación nos encontramos, como alteraciones principales, graves problemas en el desarrollo del lenguaje, notablemente más acenruados en el área expresiva, y frecuentes problemas conducniales derivados de su dificultad comunicativa, con una nula tolerancia a la demora y a la frusrración, así como una marcada inflexibilidad cognitiva. En especial llamaba la atención la dilatada latencia de respuesta que mostraba cuando se le hacia un requerimiento o se le formulaba una pregunta. En cuanto se le organizaba mínimamente la actividad y se le proponian tareas concretas con objetivos específicos, la atención era sorprendentemente adecuada, en contraposición con la desorganización que mostraba su conducta el resto del tiempo. Presentaba unas estrategias de solución de problemas ineficaces, con empleo del «ensayo-error))en detrimento de estrategias más analíticas, y perseveraba en soluciones infructiferas. El juego era poco elaborado, tanto a nivel funcional como imaginativo. Los intereses eran limitados, aunque aceptaba tareas diferentes, y permanecía brevemente en aquellas que no eran sus favoritas, exigiendo finalizarlas en seguida. Todo esto lo acompañaba de un amplio catálogo de autoesrimulaciones que iban desde correr de un lado a otro o dar vueltas sobre sí misma aleteando con las manos, hasta movimientos conrinuos de la lengua con la boca cerrada, que hacían creer que saboreaba un caramelo, o de arrancarse el pelo, lo cual le la co~ii~ulsióii había generado alopecias en diversas zonas del cuero cabelludo. . ~ . . . , e!l!mj e1 e osndoid as m s a p un ap u(>1~n2asuo~ -zriuas as sopeaimld so~nacqoso1 '!y .mi>!q~~ ap e l ~auodsod enaIIuo3 anb y d o r d peipvy!p e1 'opel s a i u a n q saiueuapmuasap uera anb eX ' r q u r e j o i o n o ~ o .Xda p n i qur opauaiqo ou!s 'a~a!nb as anb - u a p u o ! ~ m y @ mqeisap ei2npuo3 ap uq!x1n2a1 o l ~ a n barapradr ~ e2y!u2!s o u reradsa anb lapuai ap =uralqo~dsns X ' e y u q ap onoriesap lap soi2ad -ua 'opel un i o d :sapelTnny!p sop uE!un as m b ~ -~1? Turap so[ ua rn!lajiaiu! a saiuei!~ednu! Xnur .ora& ap pzyzmdn~q ie!~duie opesa3au e13 m~ a!en%ual [a ua ueq-enrasqo as anb sipyap so? .ampuo3 el ap uo!~epiáar~orne ap p ~ p c d m el ua X a(edua1 la ua i!p!2u! o!~ei!lo!~d o~ap!sum as reralo1 A reradsa e rapuardv ~(le!iosuasoiewoso on!l!pne 'lens!~)o!iew!id on!ida>iad olua!uiesa> o ~ ap d sewalqoid e so!iepunJas uos sauo!se>o ua anbune 'saíez!puaide solsa u03 sopeuoj2elai soi!n3i!3 e uelDa4e anb sauo!sal e sope!>oseie=a ualans 'saiuan3aij uos ua!quielro1n2lg2la A einl -!13saol>al el ua lepadsa ua 'io!oJsa a[o.puaid~ lap soulolsol~Lo!lowaui ap souia!qoid sol .(OLO? 'iaq3Uog) sopeilsqe soida>uo3 ap u?!suaiduio~ el ua peqn>y!p A on!i!pne s!s!l?ue aiqod 'leqian zap!nw e s e m uejias so%!i>sapsi!>y?p sol '13 le epa)e A ioAeui sa uo!sa( el ap uo!suaixa el op uen3 saluasaid uysa so;i!l?nóu!! sl!>y?p sol anb a m e d anbune 'so!lop!peiiuoJ uos so!pnlsa sol ap sopeilnsai so1 'aknóual la u02 u o ! q a i u3 '(OLOZ 'laq3nog) sezaqe3adwoi sol A soqn3 ap e( owo3 sealel ap uopn>a. el ua ueniasqo as sen!)>niisuo3 zape1 -InJy!p se] anb seijua!w 'sew!%doou pep!l!q!s!n + l ua 'soialqo sol ap uo!>e>q!luap! el ua sewalq -0ld u03 sepeuo!Jelai ielsa ualans Sen!lda~iad sapeiln>y!p se1 .osolle> odian2 lap io!ia?sod u(>!6ai el ap oiua!wezeólape un uaiaua6 anb o SaleJaiel soln3!iluan sol ap salel!dp~oseise se1 ap uo!xle(!p uexnpoid anb'eJ!zdo uo!x!pei el uelawoidwo3anb sauo!sal ua'ouis!w!se !salei!d -!JJO A saleia!ied solnqol sol ua e3uelq e!3ueisns el ap iio!xnpai ebn aiqixa oPLvn2 opol aiqos ~ e l n ) i . i u a n ~ ~e!3elewii~na1 ~a JP VI> -uasaid el e sopej3ose soNimlisuoJonqn LSOA!~ -da>iadons!n si!>y?p sol saunuio3 uos u?!quiel 'saiuenal -al o2od sauo!xn)!s alue sepeuo!>iodoIdsap seisandsai u03 'enbuale uopelnóai ap eilej solio aiiua 'saluelnw!isa ap uo!JeJls!u!uipe el aiue epeniasqo 'soiuawe3 -!paw sopeu!wialap e e>![opeJed esandsau 'evnpuo3 ap .ase14 o eap! ews!ui eun i!iadai o oluajw -esuad ows!w un e selrann iep . e ei3ua~uai . , .saleni!qeq sew se1 seui!lln seisa opua!s2saleq -dan o salenpnpuo2 ueas eA 'sauo!~eianasiad 're>!iewolne o salualodaid seisandsai lauaiap eied peqn3 -y!p A sajuenalaii! solnw!lsa o uo!3ewio~u! Japualesap eled pelln>y!p owo3 opnuaui e sew eiisanw as anb 'uo!~!q!qu! el ua l p y ? a .ep!uaisos A en!palas uopuale el ua sopesnx seui 'saleuo!>uale SOUiOlSeJl :(o~oz"lela!Ilasou) salua!nfi!s sol ue2elsaD s$pq?p sopa aiiu3 'oqw?lei ewais!s lap A aseq el ap so!l6ueó ua sauoisal ua o w o !se ~ '(!euiw~a6 z!iiew el ap e!Keiiowaq el ap ose3 la sa OW03) io!Jawe e3uelq epuelsns el ua saleln2!1luan!iad sauo!sal seii saunwo3 uos soA!Inr>a!a sauopunj so! uaLsa!ouo!>uaJo sl!>y?p ?sv 'sen!i!u603 sauopunj seiurlsip e euaie anb uoiJeuiioiui el ao oiieiixao .. . . , ,., sauo!sal se1 anb a m e d 'I!~u.~u!leiqaia, s!s!lyed el a i n p o ~ danb leiqaia2 uopeialle el ap oluaw -ow la A uo!suaixa el 'uopez!le3o[ el 'e!6o!o!la el ua pep!aua6oialaq el ap lesad e 'aiied ello iod + - ( L o o z ' I ~ >A~Ilauuaj) !~ on!i!uóo~ ojua!weuo!,unj lap uopew!lsaqns eun e ienall uapand anb'seloiow Ase!ioleln3!iie sapep!l!qeq se! ap aiueiiodw! uopel3ale eun iaqeu . . aians . IPp!.uei.deiixJ o d ! ~ ap , i i u ~ ~ Ic.q.,la> u. r s!l~.eo el u3 ~ r n i ~ a ~2 aeiolow i ~ i uoi3el3a,e - r.1. >.lb¿ u o p e l & ~ oi ~ & e u eun ieilsow u a x i e d e!.ld!p ap sose3 sol 'pep!leuilou el ap soilaweied sol ap oiluap (13) lenpalalu! aiua!>o> un u03 epeu -o!Jelai as e>!s?dsa e!saied!waq el anb seilua!w 'lenpalalu! uo!>euaje ioAew eun u02 epose as e>!is?dsa e!saiede&!i el anb a>a~ed'06~eqwa u!s 'od!~qnsepe3 ap oiiuap 'osnpu! 'a 1!iue4u! (eJqaia3 s!s!lged ap sodil sol aiiua aiuawen!l e3u!u6!s ueiien sauolxisaiiueui se1 'oniiiuóo> ~ ~ I ~ R A c I o N T S CEREBRALES TtMPRANAS cotidianas de la nifia, que promovían el aumento de esta tolerancia de manera progresiva. Como Paula no entendía todavía el concepro de espera, se pautó la consigna «espera»empleada de manera consistente y acompaíada del gesto narurai, y en las sesiones se introdujeron actividades Iúdicas de su interés en las que tenía que aguardar su turno. Se llevó a cabo un abordaje específico de tolprancia a laj-zstración. Se realizó durante las sesiones, exponiendo a la menor a pequeñas negativas y redirigiendo su interés tras producirse éstas, y también a través de un programa de modificación de conducta realizado con los padres. Dicho programa promovió inicialmente el establecimiento de contingencias adecuadas y consistentes en la casa, el uso de normas y límites daros, y el crabajn con la familia en situaciones concretas en las que la menor reaccionaba o se comportaba de manera disruptiva o disfuncional. Para ello se llevó a cabo un análisis funcional de las conductas más problemáticas y se llegó a diferentes acuerdos con los padres sobre cuáles iban a ser las consecuencias asociadas, cambiando las habituales por otras más eficaces. Por ejemplo, vivían de forma muy negativa la visita a los abuelos, ya que, cuando se despedían, Paula ponía en marcha todo un repertorio de conductas desadaptativas que tomaban la forma de una gran rabieta, despropordonada tanto en intensidad como en duración. En este caso, y en general para la eliminación de conductas disruptivas dirigidas a obtener un beneficio (de tipo caprichoso), se propuso la extinción, aíadiendo, si la duración de la rabiera era excesiva, la redirección, es decir, ignorar la conducta y, si no paraba tras un período razonable de tiempo, orientar a la menor hacia otro foco de interés que le permiuera «desengancharse»del anterior. Comprender mejor para expresar más Aunque, como ya se ha señalado, el lenguaje receptivo se encontraba menos alterado, se hacía necesario mejorar el seguimiento de órdenes y aumentar el vocabularin comnrensivo. Para ello se promovió la ampliación de léxico a través de imázenes en diferentes formatos (fotografías, materiales digitales, objetos reales en miniatura como los de las casas de munecas, etc.). Hay que tener en cuenta que es importante incrementar el inventario tanto de sustantivos como de verbos. Las nuevas tecnologías despertaban su interés y, por lo tanto, su mayor participación en la tarea. Le encantaba el ordenador y que se le permitiera tocar las tedas, por lo que una presentación sencilla de imágenes o dibujos favorecía el trabajo por campos sernánricos (comidas, animales, transportes, acciones, etc.). Al mismo tiempo, desde el comienzo del tratamiento, se entrenó en el seguimiento de órdenes. Se empew formulando insrrucciones cotidianas sencillas adaptadas al contexto natural de juego, de tipo sihtate, a pardar, dame, se acabó, etc. Inicialmente estas órdenes se acornpaíiaron de gestos referenciales que ayudaban a la niña en su comprensión y seguimiento, gestos que se fueron retirando poco a poco hasta desaparecer. En pocas sesiones Paula entendía y acataba la mayoría de las consignas, por lo que fuimos complicando las instrucciones, de manera qur se solicitaban dos acciones (p. ej., coge el rompecabezas y siéntate), o se le demandaban varios objetos (p. ej., trae la pelota y el coche), hasta llegar a incluir conceptos espaciales (p. ej., dame el coche que está debajo de la mesa). A este nivel la menor evolucionaba rápidamente, ya que la capacidad de memoria estaba preservada y sólo fue preciso trabajar la comprensión verbal audiriva. iOh! Si no es capaz de articular la «o» Con casi 3 aíios, su habla apenas estaba desarrollada. Tenía un inventario de fonemas muy limitado, por lo que la mayoría del lenguaje que empleaba era vocálico. Se detectó una gran dificultad amiculatoria que se observaba también al imitar praxias bucofonatorias. Además, susritoía el sonido vocálico lo/, independientemente del fonema que lo acompañase y la posición que ocupara dentro de la palabra, por una emisión gutural. No unía todavía palabras y empleaba un repertorio expresivo de no más de 15 vocablos. Presentaba además sialorrea continua. Para favorecer la evolución de la expresión verbal se consideró importante el trabajo de las prmias, con la finalidad de tonificar los músculos orofaciales, para reducir el babeo, mejorar la movilidad voluntaria de dichos músculos y hacer consciente a la nina de los iiiovimientos de su propia lengua. Aprovechando el gusto de Paula por la crema de chocolate, manchábamos el perímetro de su boca ron pequeñas cantidades en lugares diferentes, y le pedíamos que empleara la lengua para limpiarlo y comerse la crema. Iniciamos la masificación de la vocal «o».Hacíamos con ella juegos en los que se caían cosas, mostrábamos sorpresa o tristeza, todo aquello que se nos ocurriera y ante lo que pudiéramos exclamar de manera funcional «;oh!». Aqui la evolución fue considerablemente más lenta. Tardó 4 meses en P d b i s cerebral &til capaz de amcular esta vocal, pero a partir de momento su lenguaje evolucionó de maneniginosa Trabajamos la unión & palabra a s de peticiones (de tipo udame + objetoa o ero + objetos), en denominación (sobre todo adjetivo) y en descripciones sen& de de acciones (sujeto + verbo). Para esto e ser útil asociar cada palabra con una aa56n ej., golpes en la mesa propinados cada una mano diferente) o apoyar visualmens vocablos (p. ej., dos úrculos en la mesa o es representativas de cada palabra). Una quirida la yuxtaposición de dos palabras, el casi vino solo. Poco a poco lo fue generala su lenguaje espontáneo y fue ampliando itud de sus enunciados sin necesidad de inenir de manera específica sobre ello. Induso odujo palabras funcionales (artículos, nexos, de forma n a d , par simple mposiuón al urso cotidiano en los diferenres contextos en unos meses de intervención, cuando el .e estaba más desarrollado, c o m e d amosersionapmnominales. Los pronombres pers son términos móviles, es decir, cambian nción de la perspecriva que se toma como encia. En ninos con problemas comprensivos Frccurncc que, a la Iiora dc cmplcarlos, mur.,Eii Pdiih i>cr,isúaiinl dreración priva leve que volvió a hacerse evidente en este ento, puesto que en el funcionamiento couo no se detectaba Para ayudar a la menor a derlo, desde la propia perspectiva, y a que a un uso correcto, se emplearon juegos de S:el terapeuta tenía que hablar al ni60 pondose en su lugar, y en cada turno preguntás quién había de llwar a cabo la acción. En sesiones la nina corrigió su conducta verbal. E ... repetía Conforme su lenguaje expresivo se &e volendo más mteligible y completo, empezaron a arecer frecuentes perspveracmner uerbaks. Así, día a realizar la mrsma pregunta a todas las sonas con las que interamaba, e mduso a la isma persona varias veces. Estas preguntas las etía varias veces al día y dutanre varios días o as, y mostraba dificultades para inhibii su uiacíón. Últimamente preguntaba una y otra <¿cómose llama tu m d x , «¿cómose llama apá?w y «¿tienespiscina?»a todo aquel con el e se encontraba. Las perseveraciones son freentes en los niños con parálisis cerebral infantil. Se asocian a dificultades en el funcionamiento ejecutivo, concretamente a una marcada dificultad de inhibición, que se observa también en ouos aspectos del funnonamienw del menor (como la re&ción de una acción siempre ante una misma situación). La falta de autocontrol y la presencia de conductas perseverativas y pensamientos obsesivos durante la primera hfmcia y la adolescencia se ha relacionado con el fallo en el desarrollo de los circuitos frootoesttiades (Marsh et al., 2009). Cuando hablamos de perseveraciones verbales, el trabaio encaminado a su eliminación se realiza mediante diversas estrategias empleadas conjuntamente y en todos los contextos del d o : Si el contexto en el que surge es adecuado, respondemos una sola vez a la pregunta o &rmación, ignorando el resto de repeuciones. Siguiendo con el ejemplo mencionado, un dh llegó una niña nuera al grupo en el que uabajábamos y, al hilo de las presentaciones, Paula formuló sus preguntas. Se permitió a la nuia n w a contestar y cuando, en sucesivos momentos, Pada tepería la pregunta, se di5traía a la otra niña para que no respondiese. Cuando la emisión no esté bien inserta en el contexto inreractiva de ese momenw se ignora y se redirige al menor hacia el tema que nos ocupe. En este caso, al formular Paula sus cuestiones ya resueltas previamente hacia nosotros, no le devolviamos la información esperaday en cambio le lanzábamos una pregunta respecto al tema que estábamos matando en el grnpo (que en ese momento tenía que ver con la proxllnidad de la Navidad y las peticiones a los Reyes Magos). Si no era la primera vez que formula el enunciado en cuestión (ya lo dijo en un encuentro anterior recienre), se confronta al niño con lo inadecuado de la conducta, puesto que ya sabe la respuesta. Como bien dijimos a Paula: «eso ya lo sabes, me lo preguntaste ayer*. Encajar las piezas Las habilidades visuoperceptivas estaban muy inmaduras, y precisaba ayuda para resolver tareas sencillas. La terapeuta ocupacional informaba de problemas graves en la coordinación bimanual y dinámica de las manos, junto a marcadas dificultades de la planificación motora. Así pues, paralelamente se trabajó de manera específica la viruopezepnón y la manipulaciún. A edades tan tempranas el abordaje de estos aspectos suele I gnipo normativo (Tabla 6-3). De esta manera se objetiva que: ser más atractivo para los nifios y se lleva a cabo mediante el juego con encajables, rompecabezas sencillos, copia de trazos, copia de construcciones, tareas de enhebrado, etc. En esre caso conseguíamos, además, otros objetivos como mejorar las habilidades de juego y la ampliación de intereses o mantener un clima lúdico y de diversión durante la intervención, pues trabajar el lenguaje cuando hay dificultades puede resultar muy pesado para el menor, disminuyendo así su motivación. Funcionamientoneuropsicológico actual En la actualidad Paula tiene 4 anos y 4 meses. La evolución que ha mostrado en todo este tiempo de intervención ha sido muy notable. Aunque en las Escalas McCarthy de aptimdes y psicomotricidad para ninos obtiene un nivel general cognitivo adecuado, si analizamos las puntuaciones en cada subprueba y ouas pruebas complementarias administradas observamos un desarrollo cognitivo disarmónico, con habilidades que se encuentran más allá de lo esperable para su edad, mientras que otras están por debajo de su Persiste cierro enlentecimiento cognitivo que se refleja en tiempos de respuesta incrementados y en una velocidad de procesamiento baja. Sus capacidades mnésicas, tanto para el recuerdo inmediato de información auditivo-verbal corno de memoria episódica a largo plazo, están por encima de lo esperado para su edad. A modo de ejemplo, Paula es capaz de recordar los nombres de todas las alumnas de prácticas que han pasado por nuestro centro desde que ella inició la intervención neurapsicolágica. Esta capacidad, sin embargo, se encuentra por debajo de lo esperado en niños de su misma edad cuando la información presentada es de tipo visual (tanto imágenes como secuencias de E -O.~ D ~ O ) . Las destrezas visuoperceptivas son adecuadas a la edad, mostrando dificultades en habilidades visuoconstructivas. Hay que mencionas que durante la intervención llevada a cabo, las primeras han sido estimuladas en mayor medida que las segundas. lbla 6-3. Evalusción nwropricológicn de Paula a la edad de 4 anos y 4 meses Función evaluada Prueba utillzaaa Proceros i ~eruirado Normal CI perceptivo-manipuiativo Velocidad de procesamiento ( Atetencibn Visuomotor Subtest Búsoueda de símbolos (WPPSI-iiI) / Auditiva 11 t e alterado Subescala Memoria numérica. Orden directo (MSCAI Gbescila Cuento (MSCA) Normal-alto Normal Auditiva Subescala Memoria numérica. Orden inverso Visual Subescala Memoria verbal i y II (MSCAI Subescala Memoria pictórica (MSCAI Subescala Secuencia de golpea (MSCAI Normal Bajo Bajo Lenguaje Caudal léxico Denominación Subtest Dibujos IWPPSI-IIII Subtest Nombres (WPPSI-III) Normal-alto Normal Praxiar Visuoconstructivas Subescala Copia de dibujos (MSCAI Subescala Cubos (MSCAI Subescala Rompecabezas (MSCA) Normal Bajo Normal Funciones ejecutivas Razonamiento abstracto Fluidez Subtest Adivinanzas (WPPSI-IIII Subescala Fluencia verbal (MSCAI Normal Normal Juiciosocial Subtest Comprensión (WPPSI-IIII Normal Memoria de trabajo 1 (MSCAl MCSA: Escalar McCarthy de aptitudes y pricomotricidad para niiios; WPSSI-111: ~ ~ c ade i ainteligencia de werhrler para pmercolar y prirnaria~iil. 11 1 Presenta un caudal léxico por encima de lo esperado para la edad. La capacidad verbal está dentro de la normalidad, mostrando un lenguaje inteligíble en la mayoría de las ocasiones, con errores leves de articulación y con la pragmática preservada. Hay dificultades en el manejo de la infonnación numérica, fundamentalmenterelacionada con el cálculo. No ha adquirido todavía el concepto de cantidad y presenta dificultades en el atención durante la realización de las prueadecuada, aunque precisó de pequenos de descanso para múiimizar el efecto de tiga en los resultados. Las ocasionales disciones durante la ejecución se debieron a las ades de inhibición más que a un déficit Grandes dificultades de inhibición de conductas prepotentes. Persisten las persweraciones verbales, aunque han disminuido notablemente en frecuencia. Presenta también algunas conductas compulsiw que hacen que «desconecten de aquello que sucede a su alrededor y se centre sólo en satisfacer el impulso. Por ejemplo, puede abstraerse durante un juego por la necesidad de tocar el pelo de otro niño o mirar las señales que la ropa deja en su piel. Hasta que no realiza la conducta, no wntmúa jugando. Rigidez cognitiva. Paula muestra dificultades en tareas en las que se realizan cambios de cri- En el colegio se encuentra perfectamente integrada en el aula, en la que es capaz de seguir el ritmo y el desarrollo curricular propio de su edad. Con el grupo de iguales se relaciona de manera saosfactoria, aunque recientemente ha manifestado miedo a la hora de salir al recreo, puesto que en vatias ocasiones ha sufrido caídas durante los juegos motores propios del patio, derivadas del equilibrio precario que presenta secundario a su lesión. Desde nuestro servicio también orientamos a las familias con el fin de que puedan acceder a la mayor cantidad de r e m o s posibles. Así, acudieron al centro base de valoración de la minnsvaiía. Otorgaron a la menor una discapacidad del 5 1 %, que incluye tanto aspectos motores como cognitivos. Este trámite permite a los padres sohcitar ayudas a los organismos pertinentes, como puede ser la Ley de la Dependencia a través del Ministerio de Igualdad y Bienestar Social, o ks becas de educación especial que ofrece la Consejería de Educación. La famiíia de Paula inició, hace ya cerca de 4 d o s . una carrera de fondo en la oue van a la cabeza (por desgracia no siempre es así cuando se trata de una parálisis cerebral), pero que todavía no ha terminado. La atención temprana recibida, la coordinación interinstimcionaly el trabajo llevado a cabo por los padres han permitido que así sea. Juicio clínico: parálls~scerebral infantil debida l. a hernorraqia - intraventricuiarde orado Hallazgos en la neuroimagen: discreto au- mento de los esnatios subaracnoideos: lesiones en la wdoncia blanca p&ntricu- lar; pequeíios cambios debidos a antiguos coáqulos en las astas occipitales de los ven. trículos laterales. Neurbwzlcoloaía de la ~ar61isiscerebral infantil;~.'las lesiones dlfus.~~. e"---.= k?_ii_de . ~. .-. . ~ ..,. . . nivel motor grueso persiste la tendencia ora en el pie derecho, que aparece especiale en la marcha en la que, sobre todo con el ento de la velocidad, la hipertonía distal da o resultado una asunetría apreciable en el o. Esto no impide la marcha e incluso le perte la carrera, ambas totalmente funcionales, on apariencia alterada. s déficim neuropsicológicos más importane persisten en la actualidad se centran en ción ejecutiva. En esteámbito observamos I I terio. Así, por ejemplo, ponemos en la mesa fichas con diferentes formas (barco, pato, llave, etc.) y colores, y se le pide que guarde en una caja todas las piezas atendiendo al criterio de color (p. ej., todas las piezas rojas). Cuando ha reaüzado la tarea correctamente durante varios ensayos, se modifica el criterio de selección, solicitando que guarde todas las piezas de una determinada forma (p. ej., todos los barcos). Paula tiende en ese momento a seleccionar un primer barco, uas el cual regresa al criterio de color. Después de varios ensayos consigue adaptarse al criterio nuwo. 1 . : - . ~ ~- ;-~.~ ~ ~ ~~~~ -~ .~ .~. . ~ ~~ ~ 11 11 I Acnvio~o6-1. Familiarizarse con la terminología médica y fisioterápica / Ejercicio 1. Busque y defina los siguientes términos: - Tipos de reanimación en neonatología: reanimación de tipo IiI. - Sedestación, bipedestación, decúbito prono, decúbito supino y suspensión dorsal, ventral, lateral y vertical. ban. Contiene 18 tests independientes quevaloran aspectos cognitivos y psicomotorcs, con los que se obtienen índices en cinco escalas: Verbal. Perceotivo-manipulativa, Numérica, Memoria y ~otricidad. Las tres primeras dan lugar a una sexta escala General cognítiva. Escala verbal. Los tests qye la integran son Memoria pictórica,Vocabulario, Memoria verbal, 1 Fluencia verbal y Opuestos. Explora capacidadde 1 denominación, expresión oral, memoria a corto plazo, Ruidezy razonamiento. *" Escala perceptivo-manipulativa. Está formada por Constmcción con cubos, Rompecabezas, Secuencia de golpeo, Orientación derecha-izquierda, Copia de dibujos, Dibujo de un niño y Formación de conceptos. Evalúa la memoria de trabajo y las habilidades visuoperceptivas y visuoconstructivas. Escala numérica. Compuesta por los tests de Cálculo, Memoria numérica y Recuento y distribucíónValora la habilidad del niño para manejar números, el razonamiento lógico y su comprensión de términos cuantitativos. Escala de memoria. Formada por los tests de Memoría pictórica, Secuencia de golpeo, Memoria verbal y Memoria numérica. Evalúa la memoria de trabajo y la memoria a corto plazo, tanto en la modalidadauditiva como visual. Escala de motricidad. Comprende los tests de Coordinación -. .- -. . de oiernas. Coordinación de brazos, Acción imitativa, coiia de dibujos y Dibujo de un niño, se explora la aptitud motora, la coordinación de grandes movimientos y la motricidad fina. - A ~ D A6-2. D Repasar la neuroanatomia infantil / Ejercicio 2. Localice en una lámina de neuroanatomia los siguientes haces de fibras periventricuiares que suelen verse afectados tras hemorragia de la matriz germina1 y describa brevemente su función: - Cápsula interna. - Cápsula externa. - Radiaciónóptica. ACTMDAO 6-3. Aprender a evaluar en neuropsicología infantil. Principales pruebas Escalas McCarthy de aptitudes y psicomotricidad para ninos (MSCA) (McCarthy, 2006) Estas escalas fueron diseñadas para evaluar el desarrollo de niños más pequeños (desde 2.5 hasta 8,5 anos) en un intento por cubrir edades que la mayoría de pruebas de inteligencia no contempla- 1I lbdi& cerebral infantil Evaluación del ámbito motor Es importante, como neuropsicólogos, conocer las escalas que se usan con mayor frecuencia tanto para ia evaluación como para la clasificación de los aspectos motores si se va a trabajar con niños con parálisis cerebral infantil. Aquí se describen las más habituales. Test de clasificación Gross Motor Function Classification System (GMFCS, de Palisano et al., 1997). Es el sistema más aceptado actualmente para clasificar la qravedad motora en la parálisis cerebral infande manera quees habitual encontrarla en los informcr orocedentcs del médico rehabilitador o del fisioterapeuta. Establece5 niveles de afectación, de menor a mayor, referidos a movilidad general.Validado de O a 18 años. ManuolAbility ClassificationSystem (MACS, de E :asson et ai.,~2006).clasifica a los niños con paralisis cerebral seaún usen sus manos para manipular objetos enlas actividades diarias. Distingue 5 niveles, de menor a mayor afectación. Se utiliza delos4a los 18 años. Tesf de valoración AlbertalnfantMotorScole(AIMS, de Piper etal., 1992).Valora la motricidad gruesa con 52 ítems. Bomdier L. Children ~ i t spactic h cerebral phy,diúr cognitive hcrioning and social parricipation: a r w i m Child Neurop&ol2010:16:209-28. Chase HP, Wdch NN, Dabiae CS. Vann NS, BurrerEdd LJ. Alrerarions in h m a n brain bi~chemimyfollowii~ inuaumine growrh ietardation. Pediauiw 1972;501:403-9. Coulon RA. Outcome of inmvenrriniluhemorrhagw in rhc neonate based CT scan or post morrem grading. Concepm Pediar Neurosurg 1981;2:168-73. Fennd EB, Dikel TN. 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Consta de tres escalas y cada una de ellas explora tres dominios: autocuidado, movilidad y función social. En niños desde los 6 meses a los 7 años, no es especifico de parálisis cerebral infantil. School Functbn k e s s m e n t (SFA, de Coster et al., 1998). Identifica dificultades y limitaciones en la escuela y en la realización de tareas académicas. Valora tres áreas de la actividad escolar: participación, necesidad de ayuaa y realización. Para edades comprendidas entre los 5 y los 11 años. J Ejercicio 3. Clasificar el funcionamiento motor de Paula según el GMFCS (disponible en internet) con los datos de dos momentos evolutivos: la evaluación inicial, a los 17 meses, y el funcionamiento actual, a los 4 años y 4 meses, proporcionados en el capítulo. K o m i m l a SJ, B&e& G, DeLano MC, Potchen MJ, Pan& N. A systematic rwiew of neumimaging for cerebral p&. J Child Neurol2008;23:216-27. M d R, Maia TV, Pererson BS. Funniond dismbances wirhin fmnmaiatal úrcuia auoss muluple childhood psych~parologier.Am J P+any 2009; 166:6&1-74. Mulas F. E~oluciónncuropsicolágigica a krgo plazo en k edad escalar de los recién nacidos can peso d nacimiento inferior a 1000 gramos. Tesis doctoral. F a d a d de Medicina Umi-msidad de Válencia, 1993. Rosenbergk 'Ihe KIGR n d a m . Semin Perinaml2008;32: 219-24. Rosselli M, Matute E Ardila A. Neuropsicolo&n del desarroUQ infand. M&-: Manud Moderno, 2010. Tneodore R, Thompson J, Waldie K, Becrofi D, Robinson E. Wdd C, a al. Detcmiinanrs afqpiave abiliryat 7 years: a ionginidiinelcase-control smdy of diildrcn bom smd-forgenati~ualage ar r m . Eur J Pcdiao 2OOYi168:1217-24. Viggcdál G, Lundalv E, CarLson G, Kjellmer 1. Neuropsychological follow-up inm yaungadulthaod ofrcrm infanm bom s m d for gesrational age. Med Sci Monit, 2004:lO: CR8-16. Agenesia del cuerpo c Llamando al otro hemisferio A. Montes Lozano. J. Romero Sánchez y M. Piña Reynés Profundizar en la importancia del cuerpo calloso como estructura conectiva entre los dos hernisConocer en qué consiste la agenesia del cuerpo calloso y cuáles son sus factores etiológicos ycomplicaciones asociadas más comunes. Identificarlos principales sintomasde la agenesia del cuerpo calloso. Aproximarse a las principales estrategias y técnicas de intervención empleadas para trabajar con niños que presentan agenesia del cuerpo calloso. complejidad del cerebro depende en gran que es una malformación cerebral relativamente común y su prevalencia en la población general se estima en 3-7 por cada 1.000 nacimientos. Puede ea media para constituir la principal comisura erhemisférica. El fallo de estas fibras en c m línea media ocasiona su agenesia. La agenesia del cuerpo calloso es uno de los tornos estructurales del sistema nervioso cen(SNC) que con mayor frecuencia se encuenn unaconsultadeneuropsicologíainfantil, ya factores vasculares. La genética de la agenesia del cuerpo calloso en los seres humanos es variable y refleja la complejidad subyacente al desarrollo de esta estructura. Algunas investigaciones i d can que la agenesia total se asoaa en el 10 % de los casos a anomalías cromosórnicas; en el 15 % a sindromes genéticos (p. ej., síndrome de Ander- INTRODUCCIÓN I 89 ¤ 1 Recuadro 7-1. Neuroanatornia del cuerpo calloso y su agenesia Desde el punto de vista estructural, el cuerpo callosodibujaunarcocóncavoy,graciasalaimagen por tensor de difusión (diifusion tensor imaging, DTI), se sabe que en él se definen siete áreas con un significado anatómico-funcional diferente: 1) su extremo anterior, el pico o rostrum, que se corresponde con el área orbitofrontal y la corteza premotora inferior: 2) la rodilla, que conecta con el resto del lóbulo prefrontal; 3) el cuerpo rostral, queestablece conexionesentre lazona premoto ra y suplementaria; 4) el cuerpo medial anterior, formado por fibras de asociación de las áreas motoras:. SI. el cueroo medial oosterior. aue . reci be fibras del temporal kuperior y parietal; 6) el istmo, formado por fibras de asociación del lóbulo temporal superior, y 7) el esplenio o rodete,formado porfibrasde la corteza temporal inferior y de los lóbulos occipitales (Fig. 7-1). El cuerPO calloso se desarrolla .~rincipalmente entre las . 12 y las 18 semanas de gestación; comienza en la parte central (en el primordio del hipocampo) y progresa de forma bidireccional, aunque con un patrón predominantemente anteroposterior, IÓ~~IO I mann), y en el 75 % n o tiene una causa identificada (Tabla 7-1). El cuerpo calloso ha despertado interés en los neurocientíficos durante décadas. Quizá los p r i meros antecedentes sean los estudios con pacientes comisurotomizados (Sperry et al., 19691, en los que se seccionaba quirúrgicamente el cuerp o calloso con el fin de aliviarlos de epilepsias + es decir, desde el rostrum y la rodilla hasta el esplenio. A pesar de que en el momento del nacimiento están presentes casi todas lasfibras, se ha evidenciado que su mielinización continúa en la niñez e incluso permanece en etapas de desarrollo más avanzadas (Keshavan et al.. 2002). La agenesia del cuerpo calloso induce secuelas anatómicas específicas. Estudios recientes han encontrado que estos pacientes presentan una rnicroestructura anormal, como puede ser la ausencia de formación del surco del cíngulo o la circunvolución del cingulo invertida, lo que suoiere aue las anormalidades en los tractos de sustancia blanca intrahemisférica pueden ser un factor importante en las manifestaciones clinicas de esta alteración (Nakata et al., 2009).Asimismo, es frecuente la dilatación del sistema ventricular, sobre todo de las astas occipitales (colpocefalia), de los fascículos lonqitudinales de .v la oresencia . Probst, consistentes en aquellas fibras que, en luqar de cruzar al otro hemisferio, se proyectan . . hacia atrás y se acumulan junto a los ventrículos laterales ipsilaterales. - . - refractarias. H o y es sabido que los síntomas de estos individuos difieren mucho de los hallados en las agenesias congénitas, en las que apenas aparecen signos de desconexión hemisférica, probablemente porque en estas últimas se ponen en marcha mecanismos compensatorios de reorganización neurona1 y l a información puede ser transferida por otras vías de conexión, en espe- bla 7-1. Sindromer que suelen presentar agenesia del cuerpo calloso Sindrome acrocalloso Macrocefalia, cuello corto, polidactilia. discaparidad intelectual Síndrome de Andermann Neuropatia motora y sensorial, hipotonía, heterotopiasneuronales,discapacidadintelectual Síndrome de Apert Deformaciones craneofaciales, sindactilia, baja estatura Sindrome de Aicardi Espasmos infantiles, discapacidad intelectual grave Hipotermia, epilepsia, hiperhidrosis Síndrome de Shapiro Sindrome de Donnai-Barrow Hernia diafragmática,sordera, miopia, discapacidad intelectual variable Síndrome de Dandy-Walker Agenesia del vermis cerebeloso, hidrocefalia, discaparidad intelectual Malformación de Arnold-Chiari Descenso de amígdalas rerebelosas, asociado a menudo a mielomeningocele Síndrome de Neu-Laxova Micracefalia. retrognatia, lisencefalia, discapacldad intelectual Sindrome de Rubinstein-Taybi Microcefalia, estatura corta, pulgares en paleta,discapacidad intelectual 1) ~ i i i ~ rfronion,i,dl 'a Drmorfoioij CI fdi ,i n pcrfelor smo. ba\r ~i,jca anciid, l i . . o l ~o€ nariz b haa eir.., PO dac11 a .nrrl,q~nr3 preservdud . - Agenesia del cuerpo d o s o m --- -- - -- Recuadro 7 2 . Cuerpo callosoy lateralizaci6n hemlrférica 4 La lateralmción de funciones wnniite m e cada hemisferio procese un tipo es&íiico d e i n f o m ción sin ser afectado por la interferencia wnWak teral. Porejemploel hemisferioizquierdoestámás especializado en aspectosfonnales del lenguaje y el hemisferio derecho en habilidades espaciales, musicales y atencionales La e s p e c i a l i ó n hemisferica es un fenómeno gradual, no absoluto, es decir, un hemisferjo predomina sobre el otro en el control de una detemínada íunaón. Dichas asimetríasfuncionalerse relacionan diredamente con otras de carácter anatómica Entre las asimetriar anaromicas con un conelato funcional mas documentado destaca la región del planurn temporale, una wna triangular situada en el interior de id cisura deSilviov,.posterior a la circunvolución de Heschl, que presenta un volumen significativamente mayor en el hemisferio que se va a especiaizar en lenguaje, generalmente el iquierdo (Fig. 7-21, Aunque el hemisferio derecho también participa en aspectos prosódicos y pragmáticos del enaualc. . . tiene mayor eswcialización en tuncio nes visuacs y espaciales. La asimetría del planum ren~porrile y de las areas que rodean a la cisura de Silvioseobserva y en la etapa fetal. y puedellegar a inverlirsetmslesiónen el hemisferioizquierdoen etapas tempranas del dewrroi,~.El hemisferio derrcho podría asumir en estos caros la especializa cion en el fenguaje, a veces con coste para el de%rrolioae sus propia' funciones (Kinsbourne, 1985). La es~ecialización hemisferica Duede reauerir la cooperación entre hemisferio; para producir uha remuexta adaotada a una tarea com~leia , o con vaiedad de e;timJlos. ya que ias tareas m& simples pueden ser procesadas por Jn solo he- II . misferio. Los estudios con resonancia magnética funcional refuerzan esta idea y han mostrado una mayor actividad bilateral en tareas complejas frente a tareas simples (Welcome y Chiarellq 2008). Sin embargo, todavía se sabe poco sobre cómo regula el cuerpo calloso la transferencia y comuntcación entre los hemisferios, ya que hay trabajoscon resultadoscontradictonos.De hecho, existe un gran debate scbresi estasconexionesinterhemisféricasdel cuerpo calloso tienen un componente excitatorio (integran información entre los hemisferios>o inhibitorio (frenando al otro hemisferio para rnaximirar la especializarionl.Pare cen coexistir ambos tipos de conexiones, aunque predomina la excitatoria. Sirvan como ejemplo de esta controversia los estudios ex~erimentalescon tareas de escucha dicótica, una pnieba muy utilizada para estudiar la especialáación hemisft;rica en la que se presentan simultaneamente dos estk mulosaudltivosdistintos,unoencadaoido.Cuaw dolosest:mulos implican palabras.se havistoque el oido derecho tiene mayor rendimiento, u ~ e s t o que dichos estímulos son p m c ~ a d o sfinalmente por el hemisferio contialateral, en este caso e. izquierdo, especializado en el lenguaje. Desde el modelo inhibitorio, podría explicarse por un b l o que0 del cuerpo callao sobre la scnal del hemisferio derecho. reduciendo ruido y permitiendo un mejor rendimiento del hemisferio izquierdo. Por otro Iddo, algunos estudios encuentran en tareas de escucha dictitica una correlación neoativa entre el tamañodel cuerpo calloso y la 1ate;alidad de laíunción. lo cual refuerza el modelo excitatorio. ya que. a menor tamaño, aumentaria dicha iaterdlidad (Yazgan e l al.. 1995). 1 cial a través de l a comisura anterior. Sin embargo, estos niños distan mucho de ser asintomáticos y, a pesar de l a heterogeneidad del cuadro que pueden presentar, son diversas las secuelas neuropsiwlógicas que deben tenerse en cuenta (Recuadro 7-3). tómicas con sus proyecciones: el pico o rostriirn (1). la iila (2). el cuerpo rostral (3). el cuerpo media1 anterior ,el cuerpo medial posterior (5). el istmo (6) y el esple- Para este capitulo hemos elegido el caso de Alejandro, que presenta u n a agenesia del cuerpo calloso completa, y manifiesta de forma muy clara algunos de los síntomas descritos en relación con este trastorno. O t r o m o t i v o de l a elección h a sido l o temprano de l a intervención que se estableció con él y con su familia, que muestra l a eficacia de un rraianiiciiio precoL para lavorrcer l a génesis de nuwas conexiones en un cerebro e n desarrollo. Línea de corte Figura 7-2. Corte axial en el que se observa la asimetría interhemisférica de las regiones internas de la cisum de Siivio. El planum temporale muestra un tamaha significativamente mayor en el hemisferio izquierdo, mientras que la corteza auditiva primaria sude ser más exiensa en el hemisferio derecho. PLANTEAMIENTO GENERAL DEL CASO Alejandro llegó a nuestro centro a los 10 meses de vida, acompaiíado por su madre. Lo primero que nos llamó la atención fue su considerable es trabismo convergente y una facies un tanto peculiar, marcada por la implantación baja de las orejas, leve macrocefalia e hipotonía generalizada. Algunas de estas características físicas se han descrito en investigaciones sobre la agenesia del cuerpo calloso (Moes et al., 2009). D m t e la entrevista, la madre describió la historia previa del menor. Relató que no existían antecedentes familiares de discapacidad, que era su primer hijo y que no fue consciente de su embaraza hasta el segundo mes, momento en e1 que, además, aparecieron sangrados. Después todo transcurrió con normalidad, hasta que en la semana 32 de gestación recibió el diagnóstico de agenesia del cuerpo calloso. Estos momentos estuvieron marcados por los procesos psicológicos y emocionales que suelen acontecer cuando unos padres reciben el diagnóstico de una posible discapacidad en su hijo, el micio de un período de adaptación a la nuwa sinianón que puede durar desde meses hasta años. Alejandro nació por cedrea a las 40 semanas de gestación, pesó 3.620 g y midió 52 cm. En los primeros meses de vida mostró ya u n ligero retraso psiwmotor, que se fue haciendo más manifiesto al inicio del segundo año. El sostén ceMico se prodnjo con 4 meses y la sedestación w n 8 meses. Además, presentó desde muy pequeño problemas con la succión del biberón. En este primer año también se dieron otras condiciones destacables: fue intervenido de este- nosis uretra1 y se le prescribió una férula de abducción de caderas por ser éstas inmaduras w n el consecuente riesgo de luxación. A los 6 meses de vida se le realid una resonancia magnéuca (RM), en la que se observó agenesia del cuerpo calloso completa, así como una dilatación del 111 ventrículo y de las astas occipitales de los ventrículos laterales (colpocefalia), y la presencia de los fasc í d o s l~n~itudinales de Probst junto a las astas frontales de los ventrículos (Pig.7-3). EVALUAC16N. EL PRIMER EXAMEN Dada su corta edad, para la evaluación nos servimos de la Escala de desarrollo psiwmotor de la primera infancia de Brunet-Láine revisada, de una valoración motora basada en la propuesta de Amiel-Tison y Gosselin (2006),y de la observación de su conducta en situaciones de juego. Constatamos que en aquel momento, can 10 meses de edad, el menor presentaba un buen nivel de wnnuón con el entorno, mostrándose todo lo colaborador que puede ser un niño de esa edad, y que comenzaba a emerger la rntersu6jehehuidad seculldaria. Respondía a su nombre y participaba activamente en juegos de interacción como el wcucú-tras*. Su madre nos contó que Alejandro era capaz de anticipar situaciones a partir de daves contextuales, como alegrarse cuando escuchaba el sonido de las llaves al abrir la puerta, cuando llegaba su padre. Respondía a órdenes básicas apoyadas en gestos, como al pedirle que nos diera algo que tenía en sus manos, y reaccionaba a algunas palabras familiares. Con esa edad, todavía tendía a explorar los objetos con Agenesia dd cuerpo calloso Recuadro 7-3. Aspectos neuropsicológicos de la agenesia del cuerpo calloso Como es.& erperar, la falta de conectividaden- .. tre diferentesestructuras delserelxo..pued&? terar el correcto desarrollo de algunas funciones cognitivas. Los ertudios newopsicologicosy Ips que emplean técnicas de neuroimagen funcional investigan la conelaciónenhcbs déf~citscogni:. tivos, emocionales y comportamentalks de esta población con las alteraciones que presentan en la anaromia del cuerpocalloso. Debido al amplio rango de factures genéticos y ambientales invoiucrados e n la agenesia del cuerpa calloso. los sintomas son muy hetero- ' 1 * hasta otros muy graves, que ocasionan grandes disc.jpacidades. En este continuo de aravedad - . tienemucho que decir el tipo de agenesia, total o parcia.. y.el hecho deque existan otras anomalías cerebrales asociadas. Numerosos estudios han mostrado que la presencia de polimicmgiria, paquigiria y heterotopias se relaciona con retrasos en el desarrollo más graves (Shevell, 2002). PM otro ado, las comparaciones entre agenesias del cuerpo calloso parciales o totales desvelan datos más contradictorios. con algunos autores que afiri~ianque las agenesias totales se asocian a cuadros más graves (Goodyear et al.. 2001). y otros que defienden que las más graves son las parciales, ya que en ellas se activarían en menor medida los mecanismos de compensación intraheinisféricos e interhemisfericoc, como la reorganhción de vias subcorticales o la ampliación de las ohas dos arandes comisuras cerebrales: la comisura anteriGyla delhipocampo. Por l o tanto. es sumamente dificil esfablecer un perfil cognitivo dSoc.ad0 a la agenesia del cuerlas a~enesias del po callow En linear acnerales. cuerpo calloso primarias suelen tener un impacto leve sobre la capacidad cognitiva general y, aunque el cociente intelectual (Ct) pueda ser menor de lo esperado, se encuentra dentro de los parámetros de la normalidad. Los síntomas más veces descritos tienen que ver con alteraciones l a boca, y l e gustaba úrados al suelo para experimentar el ruido que hacían. Cuando se valora a un ni60 tan pequeno, se hace complicado disociar l o motor de l o cognitivo, ya que van de l a mano. En su caso fue algo más fául establecer dicha disociación porque l o más llamativo, en este p r m e r momento, era un desawolio motor muy rnmadzrro, tanto en l o referente a l a motricidad más grosera como a l a fina. Su tono muscular era tan bajo que a duras penas en el razonamiento abstracto.. la resoluc:ón de problemas, la generaliación, la fluidez verbal. las dilüultades de aprendizaje. los problemas socioemo4onales. el retraso en el desarroilo motor y el funcionamiento sensorial (Brown et al, 2005: Moes etal, 2009; Paul et al, 2007). También las habilidades verbales han sido muy estudiadas, obse~ándoseun aceptable desanoIlode lacapacidad de denominaci6n. del lenguaje receptivo y de la lectura global. Sin embargo, se han encontrado dificultades en el proceumiento fonol6gico. la comprensión de la sinmis más compleja y pubres habilidddes pragmáticas (dificultades con el lenguaje más inferencia1 y en el uso del contexto para extraer el significado). Es sabido que los aspectos formales del lenguaje se encuentran mas lateralizados en regiones del hemisferio izquierdo, mientras que el derecho se encarga en mayor medida de la prosooia y la pragmáhca. El cuerpo calloso es la vía principal para que esta información se coordine, sobre todo la sintaxis y la prosodia; si esto no ocurre correctamente es fácil que aparezcan dificuirades. Igualmente. re han descrito competencias sociales deficientes, pobre juicio social, inrnadurm afectiva y falta de comunicación de emociones. Estos oroblemas relacionados con la oraamática del lenguaje y wn las interacciones sociales son muy shnilares a los encontrados en pacientes con trastornos del espectroautista De necho, en muchasocasiones secumolen los criterios deese . - - &lteracion& estructurales del cuerpo callosa se han relacionado, además de con adtisrno, con otros didqnósticos como el de trastorno oor déficit de atención con hiperactividad LTDAH), el de esquizofrenia y el de trastorno bipolar (Van der Knaap yVan derHam, 20111. Todos estos hallazgos ponen daramente en entredicho estudias preliminarer que describen a los individuos con agenesia del cuerpo calloro como asintomáticm. 1 podíavencer l a fuerza de gravedad. A este tono se le unía una manifiesta hiperlaxitud articular, condiciones que normalmente se dan juntas. L a prescripción de l a férula de abducción de caderas, que prácncamente debía uciüza~las 24 horas, n o favorecía en el n i n o l a vivencia del m o v m i e n t o y la integración de las extremidades inferiores en su esquema corporal, que era casi nuk; n o soportaba el peso sobre ellascuando era colocado de pie, ni las usaba en los cambios de posición , ~ T B A C I O N E SCEREBRALES TEMPRANAS Figura 7-3. Resonancia magnética de Alejandro cuando tenía 6 meses deedad. Las flechas indican ausencia del cuerpo calloso tanto en el corteaxial (A) como en el sagita1(5). En el corteaxial re observan,asimirmo,la col~ocefaliav lasfasciculos de Probst. En ambos cortes esevidente la dilatación del III ventriculo (línea media) o para empujarse cuando se le facilitaba el volteo o el arrastre. Al ponerlo boca amba permanecía así, totalmente desplegado (como un libro abierto), y boca abajo se cansaba muy pronto de mantener su peso sobre los brazos extendidos. Sentado, su espalda se curvaba debido al bajo tono muscular, con la aparición de una notable cifosis. Todo ello hacía que Alejandro no fuera capaz de realizar cambios de posición adecuadamente. Estas dificultades psicomotoras suelen ser uno de los signos más ternpranos que se dan en la agenesia del cuerpo calloso. Es lógico pensar que un nino con tales dificultades para el desplazamiento no va a tener las mismas ouomnidades de ex~lorarel entorno que otros ninos de su misma edad. En cuanto al uso que Alejandro hacía de sus manos, tampoco era el esperado para su edad, y contrastaba con sus capacidades de lenguaje u otras habilidades cognitivas que sí eran más adecuadas en ese momento. Al igual que ocurría con las extremidades inferiores, las superiores no estaban bien integradas en su esquema corporal. De este modo, Waban aspectos tan básicos como la aparición de las reacciones de defensa o el llevarse objetos de una mano a otra. En el ámbito sensorial, Alejandro presentaba algunas peculiaridades como, por ejemplo, una marcada hipersensibilidad a los esninulos táctikr, uesn'buhre~y auditivos, condición que suele ser bastante freiuente en niños con agenesia del cuerDO calloso (Moes et al...20091. ~,Así., rechazaba tocar determinados tipos de juguetes, sobre todo de pe. luche, o cualquier wsa que le manchara o mojara las manos. Todos los desplazamientos de su cabeza - ~~~ Agenesia del cuerpo calloso e la verticalidad le provocaban temor, con rehusaba moverse de la posición de sentao que tampoco ayudaba su estrabismo). Los os elevados le provocaban una reacaón de o exagerado. Todo esto dificultaba sobremasus actividades wtidianas, como los cambios al, el lavado de la cara o la alúnentación. último tenía muy preocupada a su madre ya la inapetencia del pequeño, se sumaba el o de éste al uso del biberón, que abandonó pronto y, después, a la ingesta de cualquier nto que no fuera totaimente batido y de temtura templada. Los vómitos eran frecuentes. s datos cuantitativos de la evaluación retleen uerta forma, lo descrito. Alejandro prea un cociente de desarrollo de 75, siendo cocientes por áreas los siguientes: posmal, 73; rdinación, 67; lenguaje, 101, y social, 73. ~NTERVENCI~N b n c e r el miedo al movimienio esta evaluación se propuso un plan ine intervención, en el que inicialmente se la estimulación de las disfrutar del movinto. Para ello, se intentó trabajar tomando al de manera firme, proporcionándole el tera- o sobre la pelota de reeecer las reacciones de enderezamiento, apoyo uilibrio. Era importante proporcionar a Alero sensaciones propiocepuvas a base de prees mantenidas, golpeteos y vibraciones sobre corporales, con objeto u esquema corporal Este S, rotación y torsión de tronco como el juego del tic-tac (movimientos oscilatorios de rotación como si fuera un reloj). Los njuegos de regazo» fueron otra herramienta de trabajo. La interacción que se establece entre el nino y el terapeuta mediante el contacto, el ritmo y el sonido (canciones), genera un dima de confianza que favorece que vaya tomando conciencia del movimiento y del esquema motor que debe seguir para conseguir un objetivo. En cada acuvidad debía planificu cómo y dónde colocar sus manos, su tronco y sus piernas, y cómo colocar el peso de su cuerpo en un lado para poder liberar el braza del lado contrario y así dmm el juguete que se le estaba ofreciendo. En la esfera más específicamente percephuomanzpukziva se estimuló que el menor fuera capaz de cnizar la línea media e integrara el uso coordinado de sus brazos (p. ej., pasando abjetos de una mano a otra), y se Ueraron a cabo tareas de precisión en las que tunera que usar la plnza h a , como juegos de meter y sacar pinchos de un tablero perforado o monedas en una hucha. En el caso de Alejandro, la dificultad para realizar estas tareas no sólo se debía a una pobre coordinación oculomanual, sino también a su hipotonía. Un punto importante del tratamiento cuando tenía alrededor de 1 año fue mejorar la atención visual w n un programa de estimulación en el que introducíamos ejercicios de fijación y de seguimiento visual, como explotar pompas de jabón o seguir la luz de una linterna en una habitación a oscuras. Así, se fue haciendo cadavez más efectiva su wordinación ojo-mano y fue introduciéndose mejor en juegos manipulativos como a p h o ensartar. En cuanto al área táctil, la dificultad se abordó desde diferentes frentes. Por un lado, se aportaba estimulación propioceptiva que ayudaba a modular en el ni60 la ansiedad que le provocaba la exposición a los estímulos hápticos, con juegos como rodar como una croqueta sobre colchonetas blandas o taparse bajo wjines grandes y pesados. Por otro lado, se realizó una desensibilizaciónprogresiva, t a t o de la zona orofacial como del resto del cuerpo, ya que el rechazo a la manipulación de determinadas texturas estaba presente no sólo en la alunenración w n sólidos, sino también cuando jugaba, ya que evitaba peluches, plastilinas o pinturas. Para la zona oral, primero se masajeaba la cara por fuera y se pasaban sobre ella diversos mataides, como guantes de crin, gasas o esponjas; después estimulábamos la cavidad oral por dentro, con nuestros dedos, cepillos de dientes, mordedores, etc., siempre de manera muy gradual, sin forzar al pequeño. Para desensibilizar las manos, los pies y el resto del cuerpo usamos el cepillado y frotado con diferentes texturas, desde suaves a más rugosas. Ofrecíamos a Alejandro que explorara dentro de cajas en las que habíamos introducido arroz, lentejas o serrín y pintábamos siemore oor con diferentes sustancias (emoezanda , L L las menos desagradables para el niño). Simultáneamente, se ofrecieron pautas a la familia para continuar con este trabajo, ya en un ambiente más natural, como el domicilio, y aprovechando las horas de la comida. un ítem concreto (p. ej., ante una plantilla con 20 dibujos del ratón Mickey, taparía con plastilina sólo aquellos en los que Mickey tuviese una gorra) o ampliando el número de ensayos para mejorar su persistencia en las actividades. Sus habilidader mnésicar eran buenas y esto se reflejaba, como era de esperar, en su potencial de aprendizaje, que para conceptos curriculares era bastante acorde con su edad. Con menos de 3 años dominaba los colores, las formas geométricas y algunos conceptos espaciales sencillos. Su memoria visual era francamente buena y reconocía muchos logotipos, como las marcas de coches Alcanzar objetivos o los de algún hipermercado. Fueron pasando los meses y la evolución era En este período, cuando Alejandro contaba bastante positiva, ya que poco a poco Alejandro con 32 meses, se produjo el hito evolutivo que iba alcanzando hitos madurativos, algunos procon tanta ansia todos esperábamos: empezó a anpios de su edad y otros con cierto desfase, como dar solo. Su marcha era peculiar, inestable y con todos los relacionados con los aspectos motores. una base de sustentación muy ampliada, por lo Sus prerrequisitos para el aprendizaje fueron meque los movimientos aparecían en bloque y poco jorando, entre ellos la imitación, en la que fue pafluidos. Para mantenerse en bipedestación, blosando de la procedimental con el uso de objetos a queaba las rodillas y las caderas en hiperextensión, una imitación gcstual más simbólica. y cargaba gran parte del peso en la parte interna En cuanto al lenguaje, Alejandro comenzó a de los pies (algo que intentó solventarse con el uso repetir palabras aisladas a los 17 meses, y lo hacía de plantillas). Aun así, la consecución de este hito, dándoles funcionalidad. El período de explosión sumado a que en la escuela iba alcanzando los obIéxica, que en los ninos suele darse a los 18 meses, jetivos esperados, generó en los padres un enorme en é l se retrasó hasta los 22 meses. Pero a pesar de oprimismo: lo . peor ya . había pasado; sólo faltaba, ello, no tuvo problemas para adquirir vocabulasegún sus palabras, «que sea menos cabezota, que rio nuevo. La articulación de su leomiaie era ~ o c o coma sólidos y que controle esfínteresi~. precisa, como es habitual a edades tempranas de desarrollo, aunque sus dificultades fonológicas perLas exigencias crecen de los 4 a los 6 años sistieron algo más de lo normal por la hipotonía en los músculos que intervienen en la pronunciación Con el paso del tiempo las demandas del en(habla poco articulada). Utilizaba el lenguaje para torno fueron creciendo, lo que provocó que los demandar, para informar y para expresar algunos síntomas variaran gradualmente. estados. Su comprensión verbal también fue siContaba ya Alejandro con 4,5 aíios y comenzaguiendo un patrón normalizado: de la comprenmos a detectar una conducta xocial muy infantil y, sión de palabras pasó a la de insmcciones sencillas, en general, una ligera inmadurez en el razonamiena la de órdenes que implicasen dos proposiciones y, to social, condición que ha sido descrita en algunas por último, a la compresión de discursos. investigaciones sobre esta alteración (Badaruddin Se observaba en Alejandro un ligero enlenteet al., 2007). Para poder actuar de forma eeficimiento en el proceramiento de la información y ciente>>en el mundo, el niño necesita desarrollar en la emisión de respuestas. Sus capacidzder ateny servirse de recursos cognitivos que le permitan cionaler iban madurando y podían considerarse procesar adecuadamente los datos del medio que aceptables, siempre y cuando las actividades fuele rodea y tomar decisiones que se ajusten a sus sen más esrructuradas. En entornos menos diriginecesidades y voluntad. Muchos de estos datos no dos, como la guardería, su maestra informaba de son físicos ni materiales, y van mucho más allá de que se dispersaba con cierta frecuencia. En las selo concreto; son psicológicos y abstractos, tienen siones, ya con el nenropsicólogo, se fue haciendo que ver con nuestra mente, con lo que piensan los más complejo el material que podía trabajar desdemás, con interpretar sus intenciones, etc. Estos de el punto de vista atencional, aumentando por síntomas, aunque leves, fueron estableciéndose ejemplo el número de estímulos distractotes en con el tiempo. La madre nos contaba que otros tareas de rastreo visual, donde tenía que encontrar niños se reían de cómo andaba y que él se reía con u 1 u , Agenesia del merpo E ~ ~ ~ O S O iniciar y mantener conversaciones, dar go, detectar dobles intenciones, etc. las es grupales solían tener siempre la misma esm-a: a) cada uno contaba lo más importante que le había asado durante k semana, lo que daba pie a los ouos a hacer preguntas o comentanos relacionados; b) se trabajaba una habilidad o temática wncreta, por ejemplo la mentira, en k que se analizaba con qué objetivo miente la gente (evitar un castigo, recibir un m p l i d o o sunplemente por hmmear) y se presentaban varias situaciones en las que tenía que reconocer la mentira y el propósito con el que se había empleado; c) se hacían algunas actividades de psicomouicidad relacional, y dJ uno de los tres nifios presentes en la sesión debía ninventm un juego y explicársdo al resto para que todos jugásemos (reforzando así la capacidad generativa que, como después veremos, fue un punto c e n d de la intervención). En lo académico, comenzó a adquirir conceptos cada vez más complejos, como los temporales (ayer, hoy.. .), aun con ligeras dificultades. Su buena disposición a i aprendizaje de nuevos conocimientos hacía que en el colegio se fuese manejando bastante bien. En las meas de papel y lápiz se evidenciaban sus ~ ~ I t d ~ p r & c(grafomoar uicidad inmadura) (Fig. 7 4 ) ypenepnuar, como las relaaonadas con la discriminación de asimetría simples izquierdadere& (Fig. 7-5). Esra condición se intentó paliar con la realización de un programa de desarrollo de lapercepciónvisual, donde se hizo hincapié en k capacidad de detectar la posición de dos o más objetos en relación con el propio nifio y unos respecto de los otros (Eig. 7-6). En el ámbito motor, las características que seguían destacando eran la hi~otoníay una coordinación dinámica algo obre. En esta etapa y tras nuestra recomendación, comenzó a realizar actividades de natación e hipoterapia con el objetivo de ir aumentando su tono muscular. Se trabajaban asimismo aspectos wmo el equilibrio, la coordinación dinámica o el fortalecimiento de B E~ecuciónde Alejandro del dibujo de una casa U!) y de un niiio (B1 a la edad de 4,5 anos. Se observa un trazo duro, dificultadespfáxicas,asicorno tendencia a ocupar únicamente el lado derecho del papel ra 7-4. Figura 7-5. Lámina dediscriminacióndeasimetriasderecha-izquierda y arriba-abajo. grupos musculares concretos, para conseguir una marcha cada vez más fluida y coordinada; para ello se le animaba a usar los columpios del par- que, subir y bajar escaleras y bordillos, y practicar juegos como lanzar y recoger pelotas, encesrarlas en un cubo o una canasta, jugar al bádminton (usando un globo en vez de una pelota), etcétera. En las sesiones individuales de psicomotricidad, la terapeuta ocupacional ofrecía a Alejandro la sala de terapia con una variedad de equipo suspendido, juegos más sedentarios, tareas manipulativas, etc., que é l conocía muy bien, para que eligiera la actividad que quería realizar. Si no le proporcionaban expresamente dos o tres actividades para que decidiera entre ellas, el niño siempre optaba por el mismo juego, por lo general muy poco elaborado y de carácter sensoriomotor (p. ej., balancearse en un columpio mientras gritaba y se reía), lo que indicaba dificultades de ideación («¿quéquiero hacer?n). Cuando se le complicaba un poco la actividad, por ejemplo, al colocar el columpio a una altura que él no podía alcanzar, le faltaban recursos para resolver la situación (buscar algo en lo que subirse para acceder así al columpio), indicativo de dificultades para generar soluciones a problemas. Ya se evidenciaban algunos d+iü ejecuhvor que can el paso del tiempo se harían más patentes. Con 4,5 años, Alejandra todavía no había alcanzado muchos de los hitos en cuanto a autonomia se refiere. Ayudaba en tareas de vestido y desvestido de prendas sencillas, pero carecía de nnnnn Figura 7-6. Lámina de igualación a la muestra, en la que el niño debe seleccionar los estímulos que son idénticos a la smuertra~que se encuentra a la izquierda de cada fila. Con este tipo de ejercicios se trabajaban aspectos atencionales y perceptivos básicos kgenesiahe\ cuerpo callosa habilidades suiidentes para completar esta ta. Por ejemplo, no sabía abrir muchos tipos de ches ni botones, y tampoco poseía la coordión y habilidad suíicientespara ponerse o quie una camiseta él solo. Participaba en tareas icas de aseo, como lavarsela cara y las manos o arse la nariz, y ayudaba durante el baño a enonarse y aclararse. Pero el lavado de dientes no eficiente (dada la reticencia a la estimdación Sta área) y no lograba connolar esfinteres. con poco menos de 5 d o s cuando aicuizó e objetivo, y que anteriormente indicaba que ría orinar, pero siempre lo advertía cuando ya haciendo. mentación continuaba siendo el caballo la de Alejandro y su familia. Pasaba lartemporadas sin querer ingerir prácticamente ún alimento y, por supuesto, nada que no batido. Esto no propiciaba su autonomía uso de los cubiertos, pues, con tal de que comiera, le daban de comer si era preciso. En los períodos en que Alejandro tenía más apetito, lo animaban a que se alimentara él solo. Poco a poco iba adquiriendo habilidades como La succión con c d t a Algunos de los síntomas relatados se muesuan daramente en la valoración oeuropsicológica que se Uevó a cabo a Alejandro a los 4,5 d o s (%la 7-21. ¡Cuánto trabajo tengo ahora! Al entrar en el colegio, con 6 d o s , algunas de sus dificultades se han hecho más patentes. Lasfuncioner qec11n'uasviven un pico de madurez entre los 4 y los 6 años, y cuando un niño ingresa en educación primaria tiene que poseer ya ciertas capacidades autorreguladoras y ateucionales para seguir el riuno de una dase durante varias horas. En estos entornos, Alejandro muestra dis- ons ancla percep iva Percepción de la posic~ónen el espacio Relaciones espaciales ,Memoria Informaaón cuitumi Subtest Infwmación (WPPSi-111) Verbal Retención auditiva inmediata Subprueba Memoria verbal (RIAS) Aprendizaje verbal Subprueba Memoria verbal (LuriaInicial) Visual Retención visual Subprueba Memoria no verbal (RIAS) Lenguaje Formación de cwiceptos verbales SubtestVocabulario (WPPSI-111) Vacabulario receptivo Subtest Dibujos (WPPSI-IIII Praxkr Visuoperceptwas Test de copia de una figura compleja de Rey para niños Subtest Cubos (wPPSl-ii~) Funciones Razonamiento abstracto SubpruebasAdivinanzas y Analogias ejecutivas verbales IRIAS) Fluencia ~ubescaia'~luencia verbal (MSCAI Habilidad para utilizar informaci6n práctica E Normal-bajo NormaCbajo Normal I Normal Normal 1 1 Normal Normal Normal Alterado Normal Normal 1 Normal-baja Alterado EMA-DDA: Exalar Magallaoes de detecri6n de déficit de atenilb" y otros problemasen el desanallb: MCSA: Escalas MrCarthy de aptitudes Y Piicamatricidad para nihos; RIA* Ervla de inteligencia de Reynolds; WPSSMII. Exala he Inteligencia de Werh~le?para preescolar y pdrnadaail. tracciones frecuentes, aunque no parecen estar afectándole en la adquisición de aprendizajes, sobre todo de los más concretos. No se observa en él una importante impulsividad cognitiva, aunque en ocasiones sobrevalora sus capacidades al enfrentarse a una tarea, sin poner en marcha los recursos cognitivos necesarios ni monitorizar adecuadamente su ejecución. En nuestras sesiomes, antes de dar comienzo a cualquier actividad buscamos siempre que atienda a los estímulos presentados, en ocasiones incluso los nombramos, y se modela la planificación de lo que debe hacer y cómo hacerlo. Una vez iniciada la aitividad incitamos al repaso para ver si está siguiendo adecuadamente la consigna. Por ejemplo, si se le presentaba un rompecabezas de 8 piezas, primero observamos todas las piezas, dando la vuelta a las que estén del revés; luego repasamos la meta (encajarlas todas e igualar el resultado al modelo del dibujo); comenzamos por una esquina y vamos continuando por el marco, buscando los colores y formas que conectan. Todas estas estrategias pretenden pasar, en el futuro, de la guía externa a la autoguía mediante las autoinstrucciones. A nivel ejecutivo, se hace más llamativa su escasa capacidad generativa, lo que se refleja en s u habilidad para la resolución de problemas, como se ha mencionado anteriormente. Dicha condición, junto con las habilidades mentalistas, es un punto central de la intervención en estos momentos. Por ejemplo, se le exponen situaciones problemáticas lo más adaptadas a su edad y ecológicas posibles, en las que tiene que plantear varias soluciones a modo de lluvia de ideas y luego evaluarlas considerando pros y contras. Igualmente, se realizan muchas actividades de fluidez, como emitir nombres de alguna categoría en un tiempo determinado, o un juego en el que representamos de manera gráfica un cuento que él va completando (p. ej., «Erase una vez un.. ., que cogió su.. . y se fue a comprar 5 cosas que necesitaba:. ..»). En clase comienzan a trabajarse aprendizajes cada vez más abstractos y complejos, como la lectoescritura y el cálculo. Su magnífica memoria visual ha facilitado que adquiriera la lectura con un método global que se está haciendo más analítico. Así, conociendo ya todas las letras del alfabeto, comenzamos con el reconocimiento de palabras aisladas, por ejemplo «pato»,que asociamos a su , imagen; después pasamos a dividir en sílabas «pa»«ton, y luego en fonemas lpl-la/-ltl-lo/. En lo relativo a la escritura, sus dificultades práxicas siguen marcando esta área. Por un lado, muestra importantes déficits para interiorizar el trazado de las letras y necesita al principio ayuda física para reproducirlas y después una guíavisual, compensando también sus pobres habilidades visuoconstrucrivas con sus preservadas habilidades Iingüísticas, de maneta que verhaliza lo que tiene que ir copiando en forma de autoinstrucciones. Por otra parte, el bajo tono muscular dificultatanto la adecuada prensión del lápiz como la fuerza ejercida en el trazo, a lo que se suman sus problemas de coordinación bimanual (evidentes en algo, en apariencia tan sencillo, como sostener la hoja de papel con una mano mientras se escribe con la otra). Su preferencia manual y podal es zurda, pero los movimientos de la extremidad superior se muestran aún muy inmaduros, sin apenas presencia de disociación entre los diferentes segmentos (hombro, brazo, muheca, mano y dedos). Con todas estas dificultades, la escritura en cursiva aparece como un enorme reto. Para resumir, y haciendo referencia al título de rste epígrafe, cabe decir que la intervención con Alejanho en los próximos anos va a continuar centrada en varias áreas de desarrollo, y serán muchos los procesos y las habilidades que debamos seguir trabajando: por un kdo, todo lo relacionado con la cognición social y sus habilidades de interacción; por otro lado, su madura ejecutiva en lo que se refiere a habilidades generativas, de planificación, mnnitorización y control de interferencia; igualmente en lo referente a habilidades práwcas y psicomotoras; y, por último, sus habilidades de autonomía, que están ciertamente relacionadas con todo lo anterior y que siguen siendo algo deficitarias para u n niño que tiene casi 7 años. A simple vista, podemos decir que Alejandro habla relativamente bien, comprende lo que se le dice, domina conceptos curriculares, etc., pero presenta otros déficits que uenen un impacto en su vida cotidiana y que se irán haciendo más evidentes a medida que los aprendizajes se compliquen. Todo ella confirma la idea de que la agenesia del cuerpo calloso no suele ser asintomática, aunque en ocasiones pueda parecer10 y, por lo tanto, es necesario llevar a cabo una intervención integral que mejore la calidad de vida de estos niríos. Agenesia del cuerpo & RESUMEN -. agenesia del cuerpo calloso^;.^ . - E&ífi~05, como el iindrome de&rdi:oel ,, en la exploración: retraso ps& -+~w~;p&$&~.-~~~~~~-~~~=O : . .= motor. alteraciones en el procesamiéntn % ~ f a i & n i a l t r j r ~ a l &..i %. .o m o O i mala -sensorial. enlentecimiento counitivo.~bb- ~ f - 6 ó -6r.CiiiM~il.4a n hot6'orosencefalia.- ' - 7-1. Familiarizarsecon los datos Ejercicio l. Busque y defina los siguientes térHiperlaxítudarticular. Ejercicio 2. En una lámina de neuroanatomía una visión sagita1 del cerebro, localice dónde sitúan otras comisuras cerebrales, como la comianterior, la inteertálámica, el fórnix, etc., fibras ociación que, al igual que el cuerpo calloso, ctan ambos hemisferios. cala de desanollo psicomotor de la primera 'a Brunet-Lézine revisada 1 ~ 0de los instrumentos empleados mas temente en niños menores de 30 meses. el nivel madurativo en las cuatro áreas que explora: control postural (P), coordinación oculomotora (C), lenguaje/comunicación (L) y sociabilidad/autonomía (S). Permite obtener una edad de desarrollo y un coclente de desarrollo parcial (para cada área) y global. Un desfase entre la edad real y la edad de desarrollo no tiene el mismo peso en función de la edad cronológica del niño, de ahí la necesidad de calcular el cociente de desarrollo, Así, por ejemplo, un retraso de 2 meses a los 9 meses tiene mucho más peso que a los28 meses. La exploración dura unos 25-50 minutos; se comienza por administrar los ítems de la franja de la edad de desarrollo estimada por el profesional, y se continúa hacia edades inferiores (buscando el suelo de la prueba) y posteriormente hacia edades superiores (techo). Cada item se puntúa en términos de éxito o fracaso. En el caso de bebés prematuros se corrige la edad cronológica, y los cocientes de desarrollo se calculan sobre esta edad corregida. A continuación se ejemplifica un item de cada área: - Control postural: se mantiene brevemente sentado sin sostén (7 meses). - Coordinación ocuiomotora: construye una torre de tres cubos (17 meses). - Lenguaje/comunicación: usa emisiones vocales, gestos o grita para atraer la atención (7 meses). - 50ciabilidad/autonomia: se presta activamente a ser vestido por el adulto, por ejemplo, ofrece su mano o su pie (12 meses). FROSTIG.Test de desarrollo de la percepción visual (Frostig, 2003) Fue diseñado con el propósito de valorar los retrasos en la madurez perceptiva de niíioscon dificultades del aprendizaje. Se administra a la población de 3 a 7 años y el tiempo de aplicación se sitúa en torno a los 40 minutos. Explora los siguientes cinco aspectos de la percepción visual que son relativamente Independientes: Constancia de forma. Detectar figuras a pesar de que puedan variar su tamaño o su posición. Percepción de posiciones en el espacio. Discriminar si varias figuras son iguales o diferentes según la orientación que presenten en el espacio (p. ej., se muestran dibujos de cinco sillas iguales: cuatro orientadas a la derecha y una a la izquierda, y el niño tiene que identificar cuál es la diferente). Relaciones espaciales. Reproducción de patrones visuales. Coordinación visuomotora. Dibujar con precisión de acuerdo con unos llmitesvisuales. Discriminación figura-fondo. Identificar formas concretas en un fondo complejo. J Ejercicio 3. Realice una propuesta de 5 actividades que permitan valorar la coordinación oculomanual en un niño de 24 meses. Amiel-Tiron C, Goiselin J. Derarralio neuiol6gico de O a 6 años: mapas y evaluación. Madrid: Narcea, 2006. Badamddin DH, Andrcws GL, Bolre S, Schilrnoeller KJ, Schihoeller G, Paul LK, er d. Social and behavioral problems of diildren wich agenesis of che corpus callosum. Child Psychiarry Hum Dw 2007;38:287-302. Brown WS. Paul LK..Svminmon M. 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Funnional significanceofindividud variations ofcallosal arca. Neuropsydiologia 1995;33:769-79. Superando el estigma S. Roldán Aparicio y L. M. Arrabal Fernández 1 Al finalizarel capítulo el alumno será capaz de: N Conocer la definición de epilepsia y algunos de los síndromesepilépticos más relevantes de laedad infantil. N Descubrir los cambios históricos que se han producido en la concepción de la epilepsia y que han condicionadoel tratamiento que se ha dado a las personas que la padecen. Estudiar las principales clasificaciones clínicas actuales de los tipos de epilepsia. Identificar las repercusiones psicosociales asociadas a estos síndromes. La epilepsia representa uno de los trastornos más comúnmente observados en la práctica dinica cotidiana en el campo de la neurología, y muy especialmente en el de la neuropediatria Los prinsitúan su prevaiencia cipales datos epidemi~ló~icos general en el 0,4-0,8 %, lo que supone una incidencia de 20-70/100.000/aÍ10, y esta cifra se eleva hasta el 2-10 % en la población infantil. La evolución natural de la epilepsia en la infancia está determinada por el tipo de síndrome epiléptico (Kwan y Sander, 2004). El 20-30 % remitirá de manera espontánea, otro 20-30 % lo hará con tratamiento, y el 3040 %serán epilepsias refractarias. ANTECEDENTES HISTÓRICOS Para comprender el entorno social y familiar del enfermo epiléptico es interesante conocer los prc~tdrnreshistóricos que han determuiado la percepción de la epilepsia que la sociedad tiene en la actuaiidad La epilepsia ha estado presente en todas las sociedades desde la antigüedad más remota, como lo constata textos en la antigua Babilonia (Código de Hammurabi, de 1760 a.c.), Egipto (papiros de 1580 a.c.), la medicina hindú (10s Vedas, desde del segundo milenio a.c.) o la hebrea en sus orígenes (la Torá, en torno al siglo VII a.c.). Y si bien en Grecia y Roma se denominó la epilepsia como morbo sam («enfermedad saga&>), ya en el siglo IV a.c., Hipócrates fue el primero en considerar que tenía su origen en el cerebro y no en posesiones de deidades o castigos divinos. En su matado «Sobrela enfermedad sagrada, afirmaba: [...] en c m t a a k enfermedad que Uamamos sagrada, he aqui lo que a: no me parece ni más sagrada ni más divina que las otras: tiene la misma naniraleza que el resta de las otras enfermedades, y por origen las mismas causas que cadauna de elas. Los hombres le han atribuido una causa dipar ignorancia y a causa del asombro que les inspira, p u s no se parece en nada a las enfermedadesordinarias (citado en Ch&-Albea, 1999). Durante la Edad Media, las teorías nahualistas de los médicos griegos perdieron influencia para dar paso a las viejas creencias demoníacas (San Isidoro de Sevilla popularizó en el siglo m1 el término lunaticur), Y si en el Renacimiento se acentuaron y radicalizaron las actitudes medievales en torno a este tema, a partir del Siglo de las Luces (XVIII) se inició el declive de tales hipótesis demoníacas y se utilizaron términos todavía presentes en nuestros días, como «telele* o xtembelequen. En el siglo m,algunos autores mantenían, desde una óptica moralista, la hipótesis de algunas prácticas de *degeneración moral*, como el onanismo, en el origen de la epilepsia, una concepción que ha perdurado hasta el siglo xx y acarreado terribles consecuencias, ya que condujo a rratamientos supuestamente antiepilépticos como la castración, la ooforecromia y la clitoridectomia. En resumen, como Kale (1997) refería acerca de la evolución histórica de la epilepsia: «ha sido descrita como 4.000 años de ignorancia, superstición y estigma, seguidos por otros 100 años de conocimiento, superstición y estigma*. D E F ~ N ~ C ~ O NY ECONCEPTOS S BASICOS ACTUALIZADOS EN EPILEPSIA En el año 2010, la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE) estableció y actualizó los principales conceptos en epilepsia infantil (Berg et al., 20 10). Así, se habla de crisis epikptica para referirse a la «ocurrencia transitoria de signos y10 sintomas derivados de una actividad anormal excesiva o síncrona de la actividad neuronalx, mientras que el concepto de epilepsia constituye una eotidad que se define como un «trastorno cerebral caracterizado par una predisposición duradera a generar crisis epiléptica y por las consecuencias neurobiológicas, cognitivas, psicológicas y sociales de esta condición*. Una única crisis puede ser suficiente para establecer el diagnóstico con un electroencefalograma (EEG) acorde, frente al clásico criterio ya superado de que se precisaban 2 crisis o más. Un concepto diferente, más amplio que el de crisis epiléptica y el de epilepsia, al incluir información acerca del niecanismo, la causa o el pronóstico, es el de síndrome epiléptico, que se entendería como el «grupo de signos y síntomas que configuran un trastorno epiléptico único». Dentro de los síndroms epilépticos se distinguen dos grandes grupos en general, que en~loban,a su vez, diferentes entidades concretas, pero que tienen en común el curso clínico: la encefalopa- tia epiléptica o «cuadro epiléprico en el que las crisis contribuyen a un deterioro progresivo de las h c i o n e s cerebrales*, y el rindrome epiléptico benigno o «síndrome epiléptico caracterizado por crisis fácilmente tratables que requieren o no medicación y pueden remitir espontáneamente con el paso del tiempo». Uno de los conceptos clásicos que más ha vatiado en la actualidad, como consecuencia de los avances en los tratamientos farinacológicos y quirúrgicos, es el de epilepsia refractaria, definido ahora como la «persistencia de crisis epilépricas diagnosticadas con certeza, que afectan a la calidad de vida, tras haber tomado dos fármacos en monoterapia y una asociación de dos fármacos de primera línea, apropiados al ripo de crisis y síndrome epiléptico, a las dosis terapéuticas máximas toleradas, con cumplimiento adecuado, durante un periodo de 2 años, que puede ser acortado en períodos de gravedad» (Gómez-Alonso y BellasLamas, 201 1). CLASlFlCACldN DE LAS CRISIS EPILEPTICAS Existen diferentes clasificaciones para las crisis epilépticas dependiendo del punto de vista desde el que se abordela cuestión (en función de su etiología, dc los mecanismos fisiopatológicos, según la semiología, etc.). La actual clasificación de la ILhE (Berg et al., 2010) resulta extremadamente compleja y poco práctica en la asistencia clínica diaria, además de encontrarse todavía en fase de discusión y no ser aceptada por todos los autores (Gómez-Alonso y Bellas-Lamas, 201 1). En la tabla 8-1 se presenta la clasificación más empleada en la práctica habitual (Engel et al., 2001), por ser la de mayor utilidad desde un punto de vista puramente clínico y semiológico. La primera condición que hay que abordar para definir una crisis epiléptica se refiere a la afectación de La conciencia durante su transcurso. En función de este aspecto se diferencian dos tipos de crisis: C~i~i~parcialer oficales, en las que la conciencia no se pierde total y absolutamente desde el inicio de la crisis, y que a su vez se dividen en parczaler rimoler (conciencia totalmente conservada), parciales complejas (conciencia afectada) y parcialcr rrcundariamente gene?-alimda (crisisparcial que posteriorment~se generaliza). les lantesporcialer) síntomas sensoriales elementales íntomassensorialesexperienciales ignos rnotoresrlónicoselementales risis motoras tónico-asimétricas automatismostípicos del ióbuia temporal automatismoshipercinéticos mioclonias focales negativas crisis motoras inhibitorias Generalizadas Tónicoilónicas Ciónicas Ausencias típicas Ausencias atípicas Ausencias miociónicas Tónicas Espasmos epilépticos Mioclónicas Mioclonlas Qaiuebrales (can o sin ausencias) . . Mioclónico-atónicas Mioclonías neqativas Atónitas Crisis reflejasen los sindromesepilépticosgeneralizados CrisisgeneralizBdas,con pérdida total y absolu-tade la conciencia o de la conexión del medio esde el inicio de la crisis. segunda característica que define a una crisis tica es lasemiologíaclínica durante el episodio e et al., 2001), pudiendo asociarse en una a crisis más de una manifestación. Las prllimanifestaciones clínicas que se describen motora: contracciones muscukres repetidas e si son amplias y en salvas se llaman clonúu, y son muy breves, miocloníar); con hipertonía (y ominan entonces &tónica), o con pérditono muscular y caída brusca al suelo (iriris nzcar); 4) semitiva: alterallona de la percepción cualquieta de los cinco sentidos o síntomas au'cos; c) priquica: miedo, depresión, alegría, uones, ilusiones o experiencias de tipo dqhamak-m; d) automztümor: actividad motora iunmia consistente en movimientos repetitiy estereotipados sin objeto (masticación, deuón, golpeteo, abrochado de botones, emisión onido, etc.), y e) aura: sensación subjetiva que erimenta el paciente antes de una crisis. r lo tanto, las crisis se d e h e n y clasifican ando ambas características clínicas: a) crisis iales simples o complejas (con o sin generaliecundaria), de semiología motora o sensio psíquica, con o sin aura y con o sin automay 6) crisis generalizadas (exclusivamente iología motora): crisis tónico-clónica genea, tónica o mioclónica. Un tipo peculiar de eneralizada es la ausencia, en la que no sue ningún fenómeno, ni motor ni de alteración tono, y el paciente permanece desconectado del medio sin más síntomas, para inmediatamente desoués. al ceder la crisis. continuar con la actividad que estaba realizando, sin el período poscrítiw habitual (somnolencia, confusión) propio de los otros tipos de crisis. L . En la definición de un síndrome epiléptico, el tipo de crisis epiléptica constituye un factor más, de manera que para caractenzarlo se necesitan también datos complementarios de la evolución del cuadro y de otras manifestaciones clínicas. Enmarcar a un paciente en u n determinado sindrome epiléptico aporta mayor información en cuanto al pronóstico y al tratamiento. Como $a se ha méndonado, si bien en 2010 la ILAE estableció una nuwa dasificación, es todavía muy criticada y no cuenta con una aceptación generalizada porque difidta el manejo dínico (GómezAlonso y Bellas-Lamas, 201 1). La tabla 8-2 muestra la clasilicación más u h d a en el trabajo clínico diario debido a las dificultades referidas con la acnial; esta clasificación resulta mucho más práctica y cuenta con el consenso de todos los profesionales. El principal factor que caracteriza el dmgnóstiw de un determinado síndrome epiléptico en neuropediatría es la edad del niño. Asociados a las diferentes etapas de maduración cerebral, se observan síndromes espeúficos y característicos de cada edad que sólo se dan en esos períodos de la vida del niño y no en oms. Por m n e s didácticas se expondrán algunos de los más representativos, remitiendo al lector a textos específicos para los demás. & & Tabla 8-2. Clasificación de los sindiomes epilipticos según la ILAETaskForceon Classification and Teminolo! ~ ~ 1 Focaies de la infancia CE benigna infantil (no familiar) E6 con puntas centrotemporales EB occipital de cornienm temprano (Panayiotopoulosl E6 occipital de comienzo tardío IGastaut) Focalesfamiliares AD CE neonatales familiares benignas CE benignas familiares infantiles Epilepsia nocturna del lóbulo frontal AD Eoileosia del lóbulo temooral familiar , Epilepsiafocal familiar confocosvariables ~ ~ . 1 . . . Focales familiares Eoileosia limbica iprobabicmente rintomátcorj 1 tpilepcia oel idbulo temporal mediai ec,erosis"el hipocampo Epilepsia del 1"bulo temporal por elioiogiar erpccihcas Otros tipor uelinidos por iocalizac un y etiolaga Epilepsias neocorticales Síndrome de Rasmussen Síndromehemiconvulsión-hemiplejia Otros tipos definidos por localización y etlologia CF nor~iale< rnlnrantcsdeb infancia úeneraiilddos idiophtiror 1 Epi1eps.a mioclon ' ca benigna de la nfancid Epilepsla con CE m oc.ono-arráricds Epilepsia con ausencia del niíio Epilepsia con ausencias mioclónicas Epilepsia generalizada idiopatica con fenotipos variables Epilepsia con ausencia juvenil Epilepsia mioclónica juvenil Epilepsia con CE tónico-clónicas generaliadassólo Epilepsia generalizadas con CE febriles plus , ' Reflejos Epilepsia ldiopática fotosensibie del lóbulo occipital Otras epilepsias visuosensibies Epilepsia primaria de la lectura Epilepsia . . de sobresalto Encefalopatíasepiiéptica5 lanomalíasepileptiformes que contribuyen a la disiunción Progresiva) Encefalopatía mioclónica temprana Síndrome de Otahara Sindmmede West Síndrome de Dravet Estatus mioclónica en encefaiopatia no progresiva Síndrome de Lennox-Gastaut Sindrornede Landau-Kleffner Eoileusia . . de unta-onda continua del sueño lento Mioclónicasprogresivos Ceroidolipofuscinosis Enfermedad de Lafora Enfermedad de Unverricht-Lundborg Distrofia neuroaxonai Enceialomiopatíamitocondrial con fibras rojas rasgadas Atrofia dentatorrubropalidalui~iana Otras CE que no requieren necesariamente diagnóstico de epilepsia CE neonatales benignas CE febriles CE reflejas CE por privación de alcohol CE químicamente inducida por drogas u otros CE postraumática inmediata y temprana CE única o racimo aislado de CE CE esporádicamente repetidas (oligocpilepsial TornadodeBI~meefai,2m. AD:autos6mica dorninante;CE:cririr epi1éptica;EB:epilepria benigna. - .~ s epilépticos del período Las convulsiones en el recién nacido di6eren r en varios aspectos, prindificuitad para cataiogar s neonarales en relación la expresividad c h i c a limitada del cerebro duro, siendo escasas las correlacionesclínica- con descarga de punta-onda lenta generalizada, y discapacidad intelectual. El 20 % delos casos previamente presenta un síndrome de West. La edad de inicio se si& entre los 2 y los 8 años de vida (con un máxnno entre los 3 y los 5 años). Las crisis pueden ser de varios tipos, si bien las tónicas son las más frecuentes (hasta un 92 %). Aunque aparecen en vigilia, lo que caracteriza al síndrome de Lennox-Gastaut es que suceden durante el sueiio. Cursan con afectación neuropsicológica (cog~tivay condumal) y se caracterizan por su refractaciedad y por su etiología (aunque algunos casos se consideran idiopáticos o criptogénicos, al no hallarse una musa concreta). drome de West Esta entidad, descrita por West en su propio de 4 meses, se conforma por la siguiente tríaespasmos infantiles, hipsarritmia y deterioro El sindrome de West tiende a presentarse antes los 12 meses de edad, con un máximo en torno 6 meses y son raros los m o s que se inician ués de los 24 meses. Una característica peculiar te síndrome es que, cuando aparecen las crisis épticas, con frecuencia hay una detención o reón en el desarrollo psicomotor. El nino puede er la sonrisa social, el interés por el entorno cluso hitos evoluriws ya alcanzados. Las criepilépticas típicas son los espasmos infantiles. nsisten en contracciones tónicas (sostenidas) de abaa, el tronco y ks extremidades, bilaterales, general simétricas, bmscas, de aproximadamen1 segundo de duración. Pueden producir una n o extensión del mnco y las exmemidades, combinación de ambos. Así, recuerdan un «abrazo». Ocurren en salvas de ta más de 100 elementos, varias veces al día, a aDareCeI oredominantemente al eaar o al conciliar el sueño. n el electroencefalograma (EEG), el patrón terístico es la hipsarriunia. Una hipsarrittípica se define, en vigilia, por una mezcla uica y aleatoria de ondas lentas de alto e y puntas de amplitud y localización ome en todas las áreas corticdes, sin sincronía e ambos hemisferios ni riuno basal discere (Roldán, Bembibre, Ramos y Cimadevilla, índrome de Lennox-Gastaut Se caracteriza por la tríada: ausencias atípicas, 'sis tónicas y crisis atónicas; patrón en el EEG Síndromes epilépticos del niño mayor y el adolescente (Ruiz-Falcóet al., 2008) Epilepsia con ausencia Se trata de unz epilepsia que cursa con ansenciar (antiguamente denonunadada petrt mal) y que comienza entre los 3 y los 12 años de vida. Si se inicia entre los 3 y los 9 años se denomina epilepsia con ausencias infantiles, y si aparece a partir de los 9-10 años, epilepsia con ausencias juveniles. En el 40 % de los casos se asocian crisis tónico-dónim generalizadas, usualmente entre los 10 y los 15 años de edad. Se observa un registro EEG característico y definitorio: paroxismos generalizados de punta-onda a 3 Hz. Las uisis se desencadenan de forma característica con la hiperventilación. Habitualmente la respuesta al tratamiento es muy buena, aunque de forma infrecuente aparecen casos refractarios. Epilepsia parcial benigna con paroxismos rolándicos o centrotemporales Representa el síndrome epiléptico benigno infantil por excelencia. Las crisis se inician en- los 3 y los 13 años. Aunque pueden aparecer diferentes tipos de crisis parciales con o sin generaüzación secundaria, la crisis típica y característica se da d m t e el sueño (primeras o íútimas fases de éste) y es una crisis parcial sunple con semiología hemifaual: clonías, desviación de la boca y parestesias, manifestaciones orofa3ngokríngeas y anartria (el mño quiere expresarse pero no lo consigue e intenta comunicarse con gestos, aunque puede emitir sonidos guturales). Habitualmente son muy breves (menos de 2 minutos) y en la mayoría de las ocasiones muy poco frecuentes o de crisis única. El diagnóstico lo ofrece la localiza- I ción de la descarga EEG en el área cenmtempotal o rolándica. El pronóstico suele ser excelente, y dada la benignidad y k escasa recurrencia, no está indicado instaurar tratamiento en el inicio. Sindromes epilépticos con punta-onda continua durante el sueño Los síndromes epilépticos con punta-onda continua durante el sueno (POCS) están d&nidos por el EEG en el s u d o de punta-onda generalizada a 1,5-2 Hz de forma continuada (Eig. 8-1). Clásicamente, el criterio diagnóstico es que la punta-onda ocupe al menos el 80 % del total del sueno no REM (hoy en día discutido). En vigilia los enfermos pueden presentar un EEG normal o alteraciones foc&, a veces iguales que en la epilepsia parcial benigna con paroxismos roIándicos. Aproximadamente el 40 % manifiesta anomalías neurológicas, tratándose entonces de sintomáticas, y el resto muestran normalidad neurológica antes de la aparición de la POCS. Se presentan con crisis de cualquier semiología (excepto tónicas) o sin uisis. Otra de las características de estos síndromes son los síntomas neuropsicológicos. de los qiir son <lir<<:i:lrricrirc rccponsahlcc lxs I'OCS: rraiuriios dc ~oiidiicia.ditiiiiliadcs de aprendizaje y de lenguaje, síntomas compatibles w n trastornos del espectro autista, trastornos por déficit de atención con y sin hipetadvidad, etc. Las crisis suelen ser refractarias al tratamiento. Es preciso, además, que remitan las POCS, para lo que se precisa la administración de corticosteroides durante vanos meses. Finalmente, en u n período variable entre 2 y 7 anos del inicio, se logra el control de las crisis y de las POCS, aunque las secuelas neuropsiwlógicas pueden ser ya permanentes. Existen tres síndromes de POCS: el síndrome de Tassinari, la epilepsia &ia adquirida (síndrome de Landau-Kleher) y la epilepsia parcial benigna aúpica de Aicardi. M COMORBlLlDAD CON OTROS TRASTORNOS En los niños con epilepsia se aprecia una mayor incidencia de discapacidad intelectual, trastornos del lenguaje, dificultades de aprendizaje y problemas de integración social. Todavía hay controversia acerca de si las crisis epilépticas en si mismas pueden producir el grado de deterioro mental que se observa, o si debe tenerse en cuenta la etiología, la medicación, los factores psicosociales y el tipo de síndrome epiléptico. Existe un leve aumento de la mortalidad en relación con la enfermedad subyacente, y riesgo de ahogamiento y de muerte súbita. Son mucbos los trastornos orgánicos de la edad pediátrica en los que la epilepsia es uno de los principales síntomas y que, independientemente del trastorno en sí, supone uno de los condicionantes más relevantes de la gravedad y del pronóstico del proceso (Parra e Iriatte, 2007). Fiura El. Puntbonda continua durante el sueno (POCS) lento. (Cortesía del Dr. A. Galdón). a valoración diagnóstica en la epilepsia se basa ecialmente en una minuciosa historia dínica, onstituye la base del diagnóstico. Será la hisde&& La que aporte las daves fundamenno sólo para diagnosticar la crisis, slno para adra el tipo de síndrome epiléptico y plantear quema tera~éutiw,así como el di-óstiw di- 1 diagnóstico de epilepsia se basa fundamennte en la historia clínica, y son de especial las cuestiones orientadas a describir os que suceden durante la crisis de la era mas detallada y precisa posible, así como olución: si hay afectación de la conciencia 1uiicio hastael final, la secuencia de aparila semiología dínica y su progresión (tono ar, fenómenos motores y sensitivos, autoos, etc.), la presencia de aura, mordedura gua o pérdida del control de esfinteres, así o la finalización del episodio y la recuperae gran interés resultan también las circunscias en que aparecen las crisis (sueño o uigilia) posibles factores desencadenantes, ya que nformación, además de ser muy útil en denados síndromes epilépticos,es fundamental diferencial w n otros trastornos stiws no epilépticos (p. ej., en los síncopes portante, igualnenre, la información que coge acerca de antecedentes personales (pardesarrollo psicomotor, enfermedades sistémietc.) y familiares (enfermedades neurológicas, special la epilepsia, etc.), que proporcionan s fundamentales acerca de posibles etinlogías. b l o r a c i ó n física exploración física debe ser general y comAdemás de recoger los hallazgos habituales, acer constar la presencia de rasgos dismórfi'scromías. La exploración neurológica será tizada, completa y minuciosa. ebas complementarias gcncral no son nece;rarios estudios al&s en la epilepsia infanU1; se solicitan cuando de investigar acerca de procesos específi- cos relacionados con la eaologia de las crisis o de epilepsias sintomáticas, esro es, secundarias a una afectación principal (cmmosomopaúas, enfermedades metabólicas, etc.). El EEG debe realizarse en todo paciente w n una crisis no provocada, aunque hay que recordar que el diagnóstiw de crisis epiléptica es clínico y un EEG normal no lo descarta. De la misma manera, un EEG patológico no supone necesariamente un diagnóstico de epilepsia. el 10-15 % de la población presenta alteraciones inespeúficas en el registro, y el 1 % muestra anomalías eplleptiformes sin crisis. Si el EEG de vigilia es normal pero se mantiene la sospecha de crisis epilépticas que pueda conformar un síndrome epiléptico, debe r e a h e un EEG en privación de sueño y durante el sueño, ya que esws dos circunsrancias son las principales activadoras de descargas epilépticas, con lo que aumenta la probabilidad de encontrar alteraciones. Pucde ser precisa una momtorizauón video-EEG de más de 24 horas (imprescindible en la evaluación prequuúrgica de k epilepsia). El EEG es la principal prneba para la clasificación de los síndromes epilépticos, así como para establecer el diagnóstiw diferencial de crisis epilépticas frente a ottos trastornos. Entte las pruebas de neuroimagen, la resonancia magnética (RM) es la de elección en la epilepsia. La RM funWonal tiene su indicación principalmente en el ámbito de la cirugía de la epilepsia (Koepp y Woemann, 2005). Por su parte, la tornografía por emisión de positrones PET) y k tornografía wmputarmda por emisión de fotón único (SPECT), que se basan en la captación de determinados ligandos radiactivos por las zonas epileptógenas, no son pmebas rutinarias, aunque se precisan ante determinadas epilepsias refractarias y en estudios prequirúrgicos de la epilepsia. Tratamiento agudo Ante una crisis epiléptica se recomienda poner al paciente de lado, en posición de seguridad para evitar la aspiración y posibles lesiones. No hay que fonar la apertura de la vía aérea (boca) ni mtroducir objetos en ella (dedos, palos, pañuelos, etc.), ya que el riesgo de aspiración y lesión es mayor que cualquier posible -y más que dudoso- beneficio. Si la crisis es generalizada y no cede espontáneamente, se pucde administrar una canulera de diazepam renal o una instilación de midazolam en la mucosa bucal. I D TE RACIONES CEREBRALES TEMPRANAS Tratamiento crónico con fármacos antiepildpticos La decisión de iniciar o no tratamiento con fármacos antiepilépticos debe ser individualizada para cada paciente y consensuada con la familia, estimando los riesgos y beneficios (Panayiotopulos, 2007). Los principales factores que se deben considerar a la hora de decidir instaurar un tratamiento con anriepilépticos son: seguridad del diagnóstico, tipo de síndrome epiléptico, riesgo de recurrencia de lac crisis y sus consecuencias, eficacia del fármaco y sus efectos secundanos, y la opinión de los padres. Como norma general, no suele iniciarse tratamiento en una primera crisis epiléptica idio~áticao ~robablementesintomática hasta el segundo episodio y, en determinados síndromes pediátricos (epilepsia benigna de la infancia), se recomienda como norma no tratar. El objetivo del tratamiento es conseguir el control absoluto de las crisis sin provocar efectos secundarios. En algunos síndromes epilépticos catastróficos o especialmente refractarios este ob- Fármaco jetivo no es, desafortunadamente, una expectativa real. En cualquier caso, el fin último irrenunciable es lograr la máxima calidad de vida del paciente. En una primera aproximación, siempre se intenta la monoterapia para facilitar el ajuste de la dosis, observar la eficacia y minimizar los efectos secundarios, aunque con relativd frecuencia es necesario recurrir a distintas combinaciones de fármacos, en especial en aquellos sindromes epilépticos refractarios en los que concurren diferentes tipos de crisis (Roldán et al., 2009). Remitimos al lector a las reseñas bibliográficas de este apartado para que acceda a información más amplia acerca de los fármacos antiepilépticos disponibles en el mercado, indicaciones en tipos de crisis concretas y sindromes epilépticos y efectos secundarios (Roldán et al., 2009) (Tablas 8-3 a 8-6). Otros tratamientos no farmacológicos Existen otros tratamientos no farmacológicos útiles en determinadas circunstancias, como los siguientes: Efectos secundarios Acido valproico Digestivos, anorexia, aumento de peso, temblor, amenorrea, sedación, alopecia. hepatotoxicidad, pancreatitis. hematológicas Carbamazepina Vértigo, somnolencia,diplopia, hepáticos, hernatolágicos,digestivos,astenia. exantema 1 1 Segunda generadón X piramato F , x x x x x x . X I X 1 Tipo de crisis epiléptica 1 X Opdón preferente X 1 Opción alternativa X 1 1 E~ileDsiarefractaria Levetiraceiam,topiramato, era cetogénica: dieta con un 80 % de grasas, % de proteínas y 5 % de hidratos de carbom. Induce la formación de cuerpos cetónicos son semejantes estructuralmente al ácido pan~nobutítico(GABA), uno de los principaneurotransnusores implicados en el control la epiieptogúiesis. Ea espe&imente útil y ta necesaria en algunos errores congénitos d metabolismo. Estimulador del nervio vago: actúa sobre drcuitos necesarios para fa sincronización de las crisis. Está indicado en epilepsias refractarlas no candidatas a cimgía. .. Bistuí gamma: adminüfiao'ón foca1 de radiación ioni7ant.z (radiocinigia).Está indicado ai harnartomas hiporalámico~o malformaciones va&. Cirugía de la epilepsia: sólo en algunos casos de epilepsias refractarias a otros tratamientos 1 11' bla 8-6. Tratamiento recomendado en los síndromesepilépticos más frecuentes Epilepsia rolándica benigna T' Carbamazepina, ácido valproico, 1amot"gina. oxcarbazepina FAEf6macor antiepiiépücos. Hábitos de vida Los niños y adolescentes epilépticos deben Ilevar una vida absolutamente normal para su edad, lo que incluiría evitar la ingesta de alcohol y la privación de sueño, y sólo en aquellos sínáromes epilépticos que cursen con fotosensibilidad, habrá que ser cautos con los videojuegos. Pueden practicar cualquier tipo de depone, aunque en el caso de la natación se recomienda la supervisión estrecha. REPERCUSIONES SOCIALES En el ámbito de la epilepsia infantil existe un campo en mudas ocasiones poco considerado desde la neuropediatría, aunque no por ello menos relevante, como es el de los aspectos sociales, familiares, educativos, laborales, etc.; en definitiva, los relativos a la interacción del paciente y su familia con la sociedad. Para el niño con epilepsia y los que le rodean, la gavedad de la enfermedad tiene implicaciones más allá del fenómeno de las conwlsiones. La experiencia psicológica y social de la epilepsia supone menor independencia, restricciones en actividades frecuentes, hospitalizaciones, estigma y aislamiento social, así que estaríamos ante un súidror~ircoi1 el potencial de limitar el desarrollo y afectar de manera negativa la calidad de vida del nino y su familia. La epilepsia repercute en la dinármca familiar. La manera en que la experiencia es vivida en el hogar se refleja directamente en el desarrollo del autoconcepto del niño. Cuando el ambiente familiar está marcado por arcesivo temor, preocupación, vergüenza o inseguedad, el nifio integra en su vida un sentimiento de incapacidad. Hay que brindarles a ambos las herramientas para enfrentar, aceptar y participar en el control del problema. Todos estos desajustes se multiplican y dramatizan en el caso de epilepsias de difícil manejo, y más todavía cuando el niño tiene una disca~acidadaíiadida física, psíquica o sensorial, o algún trastorno de conducta. Además del abordaje de la epilepsia dentro de la familia, ésta también se enfrenta al estigma social que acompaíia a la enfermedad. Los problemas se manifiestan especialmente en el ámbito de la educación y en las relaciones personales. El ambiente escolar puede suponer en sí mismo un factor esresante que hay que manejar con el objetivo de que el niño experimente un menor impacto. La escuela es el elemento fundamental para la formación, el aprendizaje, la educación y la integración social. El niño epiléptico debe seguir la misma escolarización que le corresponda a un niño no epiléptico acorde a su capacidad. La epilepsia cn sí misma no condiciona el modelo de escolarización. Los niños epilépticos que además tienen trastornos neuropsicológicos (déficits cog- Iépticos como -d' os por espíritus o hechizados. En China y Estados Unidas, en la década de 1990 un 20 % de los ennwistados no daría empleo a estos pacientes y no que& estar emparentados con ellos. En Estados Unidos, hasta 1980 se les prohibía el mauhonio y hasta 1970 no se legaíizó la enmda deks personas epilépticas a murantes, teatros y centros de ocio. En India y China hoy día la epilepsia es causa de anulación de matrimonio. En el momento en que es diagnosticada una enfemedad como la epilepsia, aparece una serie de reacciones y fenómenos que preceden a la aceptación y al aprendizaje de vivir con ella El propósito es dar una visión positiva del entorno penonal y social que vive el niño epiléptico y su ación o en educación especial, que venerminados por estos factores asociados, 04 de la epilepsia es un as nsiderar. Desde que fue conedad S@> ha tenido famiüa. Ld rpilcpsia en Id infancia constituye una enti- ' dad hetkogénea y compleja. Enqloba diferen- 1 la actualidad se dispone de numerosos firmao s antiepilépticos que se deben seleccionar y . - - ~ ~ - -~ ~ 'f-amjlia:~&dbone,~demás, d.e:Otrasi~t&&V+t&apéuti@$ no.farm@p!d~$&$@j+ ~ne.3 q~irúrgias, W- i.L3&Iepsia sianfantil repercup íne$$&lgrosR te ,@&rela vida y am&$@'.$el nmpr asf como &e la dloámicaamliiarirJíCh;ri*r; pe'ursión estafa determinada W @ eltiw& neuroimagen (estructural o funcional)y estusíndrome epiléptico y por el manejo que del dios genéticos o metabólicos en función de la proceso h a ~ a nlos diferentes ~rofcsionales ~~-~ , .- ~. ,... . ;mplic&o< i~ adecuado soaocitijib $el=: iñdíuF @Pilep~@ evitará impactos fieg$Ips:*i@t$t5;j; valodeandamento, heredados de.~~~Ptor:er~&ff~ jnefi'ioi. En neosy 6stigmabntes h,acia estas:@rha@&$s .~-~~ : ~ ~~~ cabal L, Rol& S, Ruiz A. Epilepsia. En: Ruiz Emremerak ed. Pediarría en Cienciar de la Salud. 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Indicar el perfil neuropsicológicomás relevante de esta alteración cromosómica. U Reconocer los prrncipales componentes de la intervención terapéutica en el ámbito de la atención temprana, las habilidades académicas en la escuela y la integración social y laboral. I INTRODUCCI~N n 1866, Jobn Langdon Down, un médico , desuibió de forma sistemática un ripo de pacidad intelectual integrado por nidiotas génitos» con las macterísticas físicas que se ían establecido como propias de la raza monAdemás de enumerar los rasgos ficiales móniws d r a ancha, ojos oblicuos, lenesa, nariz pequeíia-, Down recogió otros del cuadro, como la capudad de imia voz gniesa y confusa, o las dificultades coordinación. En un principio se pensó que atas adictiones o enfermedades de los padres e todo, la tuberculosis), alteraciones endos o problemas ginecológicos podían onginar e síndrome en su descendencia, al provocar una de madura evolutiva. El término umongolisB para describir esta alteración se extendió a 10 o del siglo xx, hasta que en la década de 1960, mcidiendo con la identificación de su base getica por el grupo de Lejeune (Recnadro 9-l), consideró que era madecuado y se propusieron ernativas más apropiadas: trisomía 21 o síndroe de Down (Madnez Pérez, 201 1). . El síndrome de Down es la cromosomopatia más frecuente de la especie humana y, probable mence, uno de los tipos de discapaudad intelectual más estudiados, debido, en gran parte, a su homogeneidad etiológica Sin embargo, su presentación clínica es compleja y heterogénea. Son pocos los rasgos que se manüiesan, en mayor o menor grado, en todos los individuos que lo padecen: la dismorfología facial, el cerebro más pequ&o e hipocelular, la histopatología de la enfermedad de Alzheimer a partir de la cuarta década de la vida, la disíimción cognitiva y la hipotonía muscular. En cualquier caso, es conveniente insistir en que k frecuencia y la Intensidad con la que aparecen la mayoría de los rasgos fenotípicos es variable y que ninguno de los rasgos parognomómcos es exclusivo (Rasore Quartino, 201 1). Por otro lado, mmo consenien& de la alteración crornosómica, se producen anormalidades esnuctudes y funcionales en el sistema nervioso central, que dan Como resultado diversos tipos y grados de disíimuón cognitiva (Rec& 9-2). Desdc suprimcra descripción, se ha asociado el sín &me de Down con una h p a c i d a d intelectnai considerada de moderada a grave. Pem, como ocu- I Recuadro 9-1. Genética del síndrome de Down los déficits neuropsicológicos documentados El síndrome de Down es una alteración caracterien estos casos. Por regla general, el perfil neuzada por un exceso de material cromosómico en ropsicológico asociado al mosaicismo suele ser el par 21, can tres variantes conocidas: trisomia mejor que el de los afectados por trisomia o 21 primaria, trisomía por translocación y trisomía translocación. por mosaico (Fig.9-1). El 21 fue el segundo cromosoma humano seLa trisomia es la alteración más frecuente, ya que cuenciado en el Proyecto Genoma en el año aparece en el 90-95 %de las personas con el sín2000. Su relevancia no está tanto en el número drome. El cariotioo , muestra una conia de más en de genes que contiene (entre 200 y 300). menos el par de crornosomas 21. En 1990, ~etersenet al. aue e1 22 d e l mismo tamaño-, sino en las fundemostraron oue sólo la trioiicación de la banda ciones que median. Entre los genes ya identlfica21q22 del cromosoma es suficiente para que se dos están los relacionados con la morfología de manifieste el síndrome. los dedos y la cara, la laxitud de las articulacio4 En la translacación, el cariatipo presenta sólo nes. con el sistema inmunoiógico, con la síntesis 4 6 cromosomas, pero en uno de los miembros de de fl-amiloide (una proteína implicada en la enun par de cromosomas, por ejemplo del 14 o del fermedad de Alzheimer) o con el desarrollo y la 15. se detecta un brazo más larqo; al analizarlo configuración del sistema nervioso. se comprueba que es material genético del croSin embarqo. está por demostrar si las anomamosoma 21 v,de hecho. la persona puede exhibir lías que ;S observan en el síndrome de Down característicás similares a las de la t'risomia. se deben exclusivamente a la alteración total o En el mosaidsmo puede ocurrir una de las dos parcial del cromosoma 21, o si hay más informaopciones siguientes: - Que el cigoto haya recibido 46 cromosomas, ción genética implicada, sobre todo a la luzde un estudio publicado recientemente en una pareja pero que, tras un error en la primera división de gemelos monocigóticos en la quesólo uno de celular, los cromosomas del par 21 no se haellos tenía trisomía 21 y presentaba. por lo tanto, yan separada bien, por lo que una célula recisíndrome de Down (Letourneau et al., 2014). Es birá 45 (no será viable) y otra 47. Ésta dará luun caso rarísimo. ya que el error se produjo, no q a i u una inea ce ~ l o LrO O l n cromosoma 21 desde la conformación del cigoto, sino después uemar CI r c r ~ l t ~ u < > Tscraqdeel ina nd v ~ILO de la aemelación.. , v únicamente en uno de los oodrá tener en su oraanismo unas células con gemelas. Los investigadores han comprobado 46 cromosomas y otras con 47. aue en el embrión con síndrome de Down la ac- ' Oue el ciaoto hava recibido 47 cromosomas tividad de los genes está alterada en todos los desde su inicio (p.ej., de un progenitor portacromosomas y no sólo en el 21, algo que ya se dor de translocación), y en sucesivas divisiohabía observado en los modelos animales que se nes algunas células hayan perdido el cromotienen del síndrome. soma 21 extra y otras no. Generalmente, el sindrome es detectado duranLa variabilidad en cuanto a los síntomas que te el embarazo mediante pruebas de cribado puede originar el mosaicismo es mayor, dado realizadas en el primer trimestre de gestación. que el fenotipo dependerá de cuántos y cuáles Si las pruebas indican un riesgo alto de afectasean los órganos afectados por la presencia de ción, existen antecedentes genéticos o la edad células trisómicas: habrá nihas sin los rasgosfade la madre sobrepasa los 35 años, seconfirma el ciales tipicos del síndrome, quienes presenten diagnóstico a través de amniocentesis, muestra cardiopatías y quienes no. En el cerebro pasade vellosidades coriónicas o muestra de sangre rá algo similar, de ahi la diversidad encontrada umbilícal percutánea. en cuanto a las capacidades intelectuales y a + + I I 1 - + + 1 ~ ~ ~ < 2 2 + rre en otros casos de alteraciones en el desarrollo, el cociente intelectual (CI) n o puede ser ni el único ni el más fiable de los indiwdores sobre l a capacidad de aprendizaje del individuo. Un detallado perfil neuropsicológico tiene que informar de las capacidades alteradas, pero también de las preservadas, porque de estas última dependerá en gmn medida la intervención. El abordaje del síndrome de D o w n constituye, además, un ejemplo de l o que un trabajo interdisciplinar puede conseguir con una actuación precoz. Por una pase, los avances en medicina han conseguido tratar los problemas de salud de esta población (cardiopatías, malformaciones digestivas, alteraciones endocrinas, etc.) e incrementar las expectativas de vida y, por otro lado, los equipos de atención temprana, a través de programas específicos centrados en las dificultades cognitivas y emocionales que estos ninos presentan, i Síodmme de Down 2 1 4 3 5 11 sr 11 15 11 tt II 11 U) ii ti u 14 S fI II J Ira 19 20 21 ;I 16 I17P u ir 18 ir n f X Y A a 9-1. Mapa decromosomasdedos personas con síndrome de Down, en el queseobserva una trisornía 21 prima) y una translocación en el cromosoma 14 (8). nen en su integración académica y social ue son muy pequeños. La acción cnnjunta os estos profesionales ha logrado en la ad una calidad de vida en estas personas que no bía conocido en la historia del síndrome. travks de la descripción de tres casos con disedades, los de María, &varo y Carmen, vas a analizar las características más significativas alteracióri woriiosbmic~Iiacieiido especial é en los aspectos neuropsicológicos. Cono perder de vista que, pese a la homogenei- dad etiológica y a la presencia de rasgos comunes, las personas con síndrome de Down son muy diferentes entre sí, y esta variabilidad se pone de manifiesto en muchas faceta, también en lo referente al desarrollo neuropsicológico. Además, analizaremos algunos de los mtamientos para mejorar sus capacidades y prepararlas adecuadamente para la integración social y laboral, contando siempre con la colabora~ibridc la íandia. El Iiecho de abordar protagonistas de diversas edades -15 meses, 13 y 29 &S, respectivamente-, nos permitirá cono- I -. -. . Recuadro 9-2. Neuropsicologíay hallazgos neumanatómicosen el síndrome de Down + Los primeros estudios que comunicaron anomalías estructurales en el cerebro de personas con síndrome de Down procedían de análisis post rnortern. En sus descripciones se constataba la reducción en el volumen de regiones como el cerebelo, el tronco cerebral, la corteza temporal, el hinocamoo , v la corteza frontal. entre otras IFernander-Alcarazy Carvajal-Molina, 2014).También establecieron. a una edad temorana.. hallazuos neuropatológicos similares a los descritos en la enfermedad de Alzheimer, como ovillos neurfibrilares, placas seniles y respuestas cerebrales inflamatorias. Dichas alteraciones aumentan con la edad, por lo que, a medida que envejecen, se incrementa el riesuo de presentar demencia. Su prevalencia se estima desde un 15 %a los45 aíios de edad hasta aproximadamente el 75 %después oe .os 65 años (Copp~ser al., 2006) Sin embargo. el uiaqnósr <o de demericia pueue ser proolriri2 tico en .,te debido fundamentalmente - - ~ colectivo -~ -~~ a dos factores: por una parte, la gran variabilidad intraindividual en el funcionamiento cognitivo y, por otra, la dificultad para identificar signos precoces de deterioro en personas que exhiben un d é ficit intelectual previo. ya que no son adecuadas las pruebas neuropsicológicasque se utilizan para la población general con frecuente efecto suelo=. Todo ello dificulta no sólo el diagnóstico correcto, sino también el posible beneficio de una detección e intervención Drecor En épocas más recientes, la neuroimagen estructural ha mostrado también las referidas diferencias volurnétricas. La inconsistencia entre investigaciones en relación con el tamaño de . ~ I . ~ - I I 1 I+ cer mejor cómo funcionan en varias etapas de sus vidas y cómo podemos intervenir de una manera más eficaz en cada una de ellas. EL CASO DE MARIA. DESARROLLO DE LOS NINOS CON SiNDROME DE DOWN EN SUS PRIMEROS ANOS El pelo no es negra, como en los aurénticos mongo ler, sino de un color pardusco, lacio y escao. La cara es plana y ancha, y desprovista del prominencias. Las mejillas son redondeadas..v, se extienden hacia los lados. Los ajos se sitúan ohlicuamenre, y los canros internos están más disranres entre rí de lo que es normal. La hendidura pñlpehral es muy estrecha l...]. Los labios son grandes y gruesos, con fisuras rransversales. La lengua es larga y gruesa, y es muy áspera. La nariz es pequeña. John L. H. Down (1866) algunas de estas estructuras se explica sobre todo por la dificultad en disociar las anomalías cerebrales propias del sindrome de los cambios degenerativos debidos al envejecimiento acelerado que sufre el cerebro en esta población. Dlchas diferencias volumétricas detectadas se han emnezadoa correlacionarcon las alteraciones en el perñl neuropsicológico caracteristico de estos niños. Así.. .Dor eiemolo. , . la reducción en el tamaño del cerebelo se asocia a déficits motores y en el lenguaje; la mayor preservación de estructuras parietales y occipitales con el mejor desempeño en funciones visuoespaciales; las anomalías en el hipocampo con los problemas en la memoria episódica, que se aqravan con la edad, y la reducción en la corteza frontal y la circunvolución cinqulada con alteraciones en la atención y las l~ncionesqrcLriva5 (Carducc er dl. 201 31. En el n vrl micro\<opico se ousrrvsn dpficits en la arborización de las dendritas ven la estructura 1 laminar de la corteza, reducción de sinapsiz y retraso en la mielinización.Todas estas alteraciones repercutirán en la intrincada red de conexiones entre distintas zonas cerebrales. Un dato interesante que han aportado las primeras investigaciones con resonancia magnética funcional es que los ninos con sindrome de Down presentan un patrón de actividad cerebral diferente incluso en tareas en las que tienen un desem~eñosimilar al de su qrupo . . de edad (Jacola et al., 201 1). un resultado que refuerza la hipótesis de que las alteraciones en el desarrollo ~ u e den configurar un cerebro diferente no sólo en la estructura, sino también en su funcionamiento. 1 1 1 Evaluación temprana María es una n i ñ a de 15 meses con síndrome de Down. Presenta una cardiopatía congénita, de l a que ha sido intervenida con éxito. Sigue un programa deatención temprana desde los 15 días de vida, con sesiones de estimulación y fisioterapia. La unidad familiar está formada por los padres, Maria, y s u hermano de 2 años y medio, sano. La madre es l a cuidadora principal, aunque, durante su ausencia por trabajo, ejerce estas funciones laabuela materna. El entorno familiar está estructurado y es estimulante y favorecedor del desarrollo. Fue valorada a los 15 meses con las Escalas de desarrollo de Bayley-11 y con la Escala de Uzgiris y H u n t para explorar CI drsarro~lode l a inteligencia infantil. Los resultados de la evaluación se recogen en l a tabla 9-1. Tabla 9-1. Evaluadón da Mada a los 15 meses I María está bien conectada con su medio físico ocial. Tiene unas conductas de fijación y seguito visual apropiadas. Muestra un buen conocular y una adecuada atención conjunta embargo, la persistencia en distintos juegos y idades es baja, observándose dificultades para ener la atención. Reacuona apropiadamente do le dicen un <<no» rotundo ante una conucta inadecuada. En el nivel expresivo, es capaz e imitar algunos sonidos familiares, dice algunas abas, pero no emite palabras con sentido refeial. Su patrón de comunicación es eminenente unperativo: cuando quiere algo, mira el y grita con genio, reclamándolo. En cuanto al desarrollo motor, la niña muestra una bipotonía muscular discreta, con frecuente protnisión lingual. Se mantiene sentada sm apoyo con buen equilibrio, adoptando ella sola esta posición Tiene adqwridos algunos cambios posmales, pasando de la posición sentada a la pronación y a la inversa, así como a la posición de rodillas, en la que se manriene c m un apoyo delantero. No es capaz de pasar a la bipedestación. Se desplaza reptando, apoyándose en las manos. Puede permanecer en posición de cuatro apoyos (manos y rodülas), pero se deja caer a prono enseguida A nivel manipulativo, coge los objetos a su alcance con buena coordinación, a pesar de que su pinza digitd no es completa. Manipula de manera adecuada los objetos y materiales de juego, dejándolos caer al suelo con control visual, explorándolos y haciendo un uso funcional con algunos de ellos (se lleva el peine al pelo, el zapato al pie, la cuchwa a la boca). Se entretiene sacando objetos y metiéndolos en un recipiente. También asocia el lápiz y el papel garabateando débilmente Es capaz de accionar algunos objetos mecánicos sendos. En lo referente al desarrollo socíocomunicxrivo, las reacciones emocionales de Maria son adecuadas. Está bien integrada en la dinámica familiar, participando en juegos y anividades con sus padres y hermano. En cuanto a las habilidades adaptativas, le dan de comer la papilla con la cuchara, se lleva a la boca sóltdos blandos (pan, galletas, bizcocho) y los mordisquea. Bebe líquidos con ayuda en un vaso y en un botellín con tapón. Su patrón de sueno es normahado. En consecuencia, podemos decir que María tiene, a sus 15 meses, un retraso leve en su desarrollo, w n wias conductas muy adaptadas a los requenmientos del medio. Pero ya a su edad podemos entrever algunos rasgos caraaeristiws en los nifios con síndrome de D m : su competencia en actividades perceptivo-manipulativas es mejor que en actividades auditivo-verbalea le cuesta mantener la atención en juegos y actividades, y su estilo luteractivo es ligenmente pasivo. Sus défiuts más acusados se centran en los patrones comunicativos, en el lenguaje urpresivo y en la adquisicíón de habilidades de mornudad gruesa. Este pe& neuropsicológiw se asemeja bastante al fenotipo conducnial del síndrome de Down en &os pequenos al que se refieren algunos autores (Fidler, 2005), y que induyepuntos@es en algunos aspectos del procesamiento visnoespacial y las funciones sociales ypuntor débikr en el procesamiento verbal y en cienas adquisicionesmotoras (Reaiadro 9-3). ¿Quéhicimos con María? María seguía un programa de atención temprana desde sus primeros dias de vida. A raíz de Recuadro 9-3.El desarrollo temprano de los niRos con síndrome de Down I Los niños con síndrome de Down muestran, en relación con aquellos con un desarrollo típico o con otros tipos de discapacidad intelectual, un fenotipa distintivo compuesto por un patrón característico de déficits v fortalezas íFidier. 20051: en el desarrollo psicomoror. La mayoria de los hitos motores básicos se adauieren en el mismo orden, pero en edades posteriores. cuando se comDaran con la oblación general. El desarrollo de la motricidad estará influido por características propias del sindrome como la hipotonía muscular, la laxitud de lisamentos, la reducción de la fuerza v el tamaño de las extremidades superiores e inferiores, que son más cortas. Es frecuente, entonces, la torpeza motora gruesa y fina. la lentitud en las realizaciones motoras. la deficiente coordinación oculomanual y dinámica, y las dificultades de equilibrio. Estos retrasos en el desarrollo motor y en el control postura1 limitan las experiencias motrices y la exploración del entorno (Candel, 2005). - Déficit en los sistemas de atencióny alerta. Su conducta suele ser dispersa. mostrando poco interés por los estímulos ambientales. Son proclives a centrarse en los aspectos menos relevantes de la situación y olvidan los más significativos. Es frecuente la tendencia a la distracción y la elevada sensibilidad a la interferencia. - Alteración evidente en la adquisición y el desarrollo del lenouaie. - , Las dificultades de comunicación son ya evidentes en la faseprelingüistico, desde los primeros meses de vida. El lenguaje oral es fruto de las interacciones socioafedivas que el niño establece con su entorno; si éstas se encuentran alteradas, influiran de manera neqativa en la posterior adquisición del lenguaje. No sólo existe un retraso en la aparición de la sonrisa y el contacto ocular, sino que no se utiliza ninguno de ellos como medio para iniciar y mantener una comunicación. Aunque parece que las primeras vocalizaciones se manifiestan de forma similar a las de los niños normales, se van empobreciendo con el tiempo y las palabras aparecen muy tardiamente (Alonso Hernández, 2010). Una vez que el niíio ha adquirido el lenguaje, su capacidad expresiva es inferior a su capacidad comprensiva. Saben lo que quieren decir, pero les cuesta trabajo expresarlo y fracasan al tratar de transmitir sus ideas o sentimientos. Tienen dificultades articuiatorias, io quc provoca dislaiias de va- - l 1 I rios fonemas. como lb/, /c-k-ql, Idl. /rr/, /g/ y /j/. Con respecto al ritmo, suelen hablar atropelladamente, a borbotones, con pocas o casi ninguna pausas. El volumen también puede estar alterado por exceso o por defecto, provocado fundamentalmente por las pérdidas auditivas, y la voz suele ser ronca, grave. áspera, carente de timbre. A nivel morfológico presentan dificultades para formar familias de palabras, con aumentativos-diminutivos, sinaular-olural, masculino-femenino, asícomo - . con lasconcordancias entre género y número. Las frases suelen serteleqráficas, con estructuras sintácticas simples. Si nos centramos en el contenido, su vocabulario suele ser reducido o limitado a nombres y objetos del entorno cercano; presentan bastante dificultad para evocar palabras, así como para estructurar su vocabulario en diferentescampossemánticos. Además tienen dificultades con palabras que denotan tiempo (ayer, hoy, mañana, días de la semanal, lo que repercute en la capacidad para describir o narrar sucesos en orden cronológico. Pragmáticamente se caracterizan por tener menor intención comunicativa, y no suelen respetar las normas conversacionales: guardar turnos, mantener la distancia adecuada. etc. (Alonso Hernández, 2010). Loteraliraciónanormal. Múltiples estudios refieren en estos pacientes un mayar porcentaje de casos con dominancia manual mixta e izquierda que en la población general o con otros trastornos del desarrollo, por lo que aigunos autores han planteado que podría ser la base de los problemas lingüísticos que caracterizan este sindrome. - Mayor dificultad para procesar la información aoditivoverbalque la visuoespacial. La capacidad de proces~mientovisuoespacial seconsidera incluso una fortaleza de su perfil cognitivo. Algunos autores sugieren la existencia de un perfil visuoespaciai desigual entre los distintos dominios explorados, siendo el desempeña en algunas habilidades acorde con el nivel cognitivogeneral, y en otras por debajo de lo esperado. Alteraciones mnésicas. Su memoria a corto plazo, en especial para material auditivoverbai, es muy limitada. Suelen fracasar en la consolidación del conocimiento recientemente adquirido, siendo el proceso de aprendizaje más lento que en la población con desarrollo normal. Son capaces de retener poca información y necesitan más tiempo para cootinúo 1 hficerlo* por lo que la brevedad del mensaje y la repetición es fundamental para que la información se consolide. En contraposición, la memoria a largo plazo estaría menos afectal para da, aunque muestran e s p ~ i admícultad recordar información almacenada de manera consoente (memoria explícita o declarativa). 51n embargo, lamemoria implíii o de actos motores suele esar intacta y ser similar a la que presentan los nitios con desarrollo mormal. Además, muestran tiempos de reacción m% prolongados en comparac~óncon nitios de la misma edad cronolágica o mental, debido a que procenn la información deforma más lenta Tambien tienen dificultad para la adquisición de nuevas habilidades, lo cual influiránegativamente en el proceso de apren- aluación efectuada a los 15 meses, se objetin claros déficits, por lo que la intemención, entada a minimizar sus efectos o a compensar os déficits, trató de mejorar en adelante los oblemas más notables y específicos de María. En primer lugar, nos centramos en potenciar tono muscular para reforzar los desplazamienS, lo que le posibilitaría descubrir y manipular medio Físico e intervenir sobre él. Asi pues, dos los objetivos del área motora a corto-medio fueron el gateo y la bipedestación, para Ileás adelante a la marcha con ayuda. Aunque el retraso cognitivo no era tan relevanen ese momento, se planeó el entrenamiento sus bab~lidadessensoriomotoras. Para ello, nos opusimos, entre otras cosas, mejorar sus capacies de control visual y sus estrategias de aten, estimulando unas adecuadas conductas de encia visual. Asimismo, la adquisición de una na discriminación perceptivovisual ayudaría a iña a aumentar su atención y a complementar rmación que recibe por la vía auditiva, lo neficiaría sus procesos verbales. También se an eó potenciar las habilidades de manipulación de motricidad h a , y aumentar sus intereses y competencias en la exploración manual, con n de descubrir las características de los objetos u entorno. Además, se propuso como objetivo orecer sus recursos en la solución de probleas, procurando eludir las conductas de evitación de escape. Recurrimos a los apoyos visuales utizando fotos, imágenes y dibujos en las taras, así - Déficit ejecutivo. Las capacidades oe planifi- + cación, abstracción de reglas. generalización, inhibirih y memoria de trabajo tambicn se encuentran alteradas. Igualmente se observa persistencia de conducta, bajo nivel de espontaneidad y reístencia a los cambios, y les cuestamdrtmbajoadaptarse a las Stuaciones nuevas. Son ~ m d i i as un uso creciente de conductas de evitación e impulrivas cuando se cnhentan a retos nuevos o a aprendizajes por encima de su nivel (Candel, 2005). as dificultades para el razonamiento matemático y el wlculo también son frecuentes. La literatura científica actual ha intentado descrbir cómo evoluciona este perfil cognitivo en los niños con síndrome de Down, sin haber obtenido datos clariñcadores, por lo que se necesita m& investigación al respecto. 1 1 como dispositivos muy atractivos, como el mbvil, las tabletas o el ordenador, para ayudar a María en estos aprendizajes. Un úitimo objetivo básico era la mejora de sus habilidades de comunicación, por lo que se estimuló Ia adquisición del esquema protodeclarativo y de patrones gesniales para compensar sus limitauones expresivas. Aunque el programa de atención temprana dirigido a María, a su familia y a su entorno contemplaba sesiones en el centro de desarrollo infantil y atención temprana, se implantaba fundamentalmente en el hogar. Para d o , orienmnos a los padres para que aprovecharan los momentos y rutinas diarios (el vestido, el baño, el cambio de pañales, la comida, el paseo, las salidas, los juegos, etc.) con el fin de promover aprendizajes significativos por medio de acriwidades lüncionales, favoreciendo la maduración y las habilidades de interacción de María en el medio que le resulta familiar (Candel, 2005). EL CASO DE ÁLVARO. LOS ETERNOS NlkOS YA VAN AL COLEGIO &varo ya tiene 13 años y 7 meses. Como antecedentes personales de interés, consta que fue operado a los 6 meses para corregir u n defecto cardíaco y que sufre una miopía Iwe, pero no usa gafas. Está en el colcgio desde los 4 años, repitió 40 de primcuia y cursa acmalmente 60, pero ni en su familia ni en el centro escolar tienen muy claro si debe permanecer en educación primaria o pasar el curso próximo a educación secundaria. Sus padres están muy pendientes de él y colaboran activamente con los maestros, al igual que sus dos hermanos mayores, que también le ayudan mucbo en casa. El entorno familiar favorece las capacidades del chico, aunque reconocen que está demasiado protegido. En el colegio tiene apoyo pedagógico y tratamiento de logopedia por parte de sendos especialistas. De acuerdo con las características del alumno, se han adecuado los objetivos y 10s contenidos del currículum y se han modificado las estrategias metodológicas, realizando adaptaciones curriculares significativas para favorecer sus aprendizajes básicos. Alvaro recibe tratamiento adicional de logopedia y refuerzo escolar en una asociación. Se valoraron sus capacidades intelectivas con la Escala de inteligencia de Wecbsler para niños-IV (WISC-IV); sin embargo, los resultados obtenidos no permitieron un diagnóstico discriminativo de sus ejecuciones, ya que las puntuaciones directas alcanzadas se situaron por debajo de la puntuación escalar mínima que pueda ser convertida en una puntuación compuesta descriptora de su desarrollo. Por eUo se administró el Test breve de inteligencia de Kaufman (K-BIT), en el que el rendimiento de k r o (un CI de 45 puntos) en el área psicométrica de la inteligencia confirma una discapacidad psíquica moderada: su ejecución se corresponde a la esperada para un niño de 5 años y 11 meses. Su actitud durante la administración de la prueba se caracterizó por una limitada atención y dificultades para permanecer en la tarea hasta su finalización, con claros signos de cansancio (Tabla 9-2). Su nivel de competencia curricular se sitúa entre el final del 20 ciclo de la etapa de educación infantil y el inicio de l o de educación primaria. El lenguaje expresivo es espontáneo y funcional. Su habla es inteligible si está contextualizada, aunque los errores fonológicos son muy frecuentes: susti- Subtert Puntuación directa tuye, omite y distorsiona. La estructura sintáctica es la palabra-frase, aunque también verbaliza frases simples en el contexto adecuado. Es capaz de narrar acontecimientos muy recientes y expresa sentimientos y necesidades. En el lenguaje receptivo, comprende órdenes sencillas y bastantes oraciones compuestas, también responde a preguntas concretas del tipo: *¿cómo te llamas?»,«¿quécomes?»o «¿quédía es hoy?». En cuanto a los aprendizajes académicos, lee su nombre, el de sus compañeros y el de algunos rincones y útiles de trabajo de la clase. Conoce los números hasta 10, ordena elementos de una serie numérica hasta 20, reconoce los que no pertenecen a una serie, los relaciona siguiendo un criterio dado y realiza el recuento de objetos con dificultad. Está iniciándose en las nociones de la suma y la resta. Presenta enlentecimiento en el procesamiento de la información, si bien comprende las tareas cnando se le suministran instrucciones compiementarias; pero durante las clases se distrae con facilidad y trabaja de Forma ocasional; ante cualquier dificultad, abandona la actividad; su ritmo de trabajo es lento, aunque efectivo. Utiliza material adaptado y especifico, que acepta sin prob1:mas. En el ámbito socioemocional, Alvaro respeta las normas de la clase y del centro. Muestra afecto hacia compafieros y maestros, y es sociable y comunicativo con los iruales, que lo aceDtan bien. Colabora y participa en actividades de grupo, en las que le Eusta - Uamar la atención y destacar. Sin embargo, no tiene verdaderos amigos y tiende a estar solo o con niños más pequeños que él, con 10s que se muestra afable. Sus aficiones son la música, el ordenador y jugar con su perra en el campo. A nivel adaptativo, tiene adquirido el control de esfinteres, los hábitos de vestido, comida y aseo, y no presenta alteraciones del sueño. Las dificultades de &aro se han hecho más evidentes a medida que avanzaban los cursas y aumentaba la exigencia de los contenidos curriu Puntuación típica t intervalo de confianza 195 W . 1 Puntuación centil Categoría descriptiva Vocabulario Vocabulario expresiva Definiciones 28 28 0 45t13 < 0.1 Muy bajo Matrices 17 63i13 1 Muy bajo Sumade las puntuarionestípicasde lossubtests 108 1 Síndrome de Down l dares. Sin embargo, su promoción a la etapa de educación secundaria obligatoia (ESO) se considera adecuada, y permanecerá unas horas en u n aula abierta en la que recibirá apoyos personales (maestros espeualistas en pedagogía terapéutica y audición y lenguaje), y otras en el aula de lo de ESO para realizar actividades de contenidos más sendos con sus compderos. I Avanzar con mis dificultades Los problemas de aprendizaje y de memoria que empiezan a surgir al &al de la infancia se hacen más evidentes a medida que el nino con drome de Down crece. Así, los datos aporrados or Nadel (2006) muestran que las dificultades cíficas aparecen en los dominios mnésicos trolados por áreas hipocámpicas y prefronta. Dichas estructuras están implicadas en lameoria episódica, y la corteza prefrontal, además, a memoria de trabajo. Ambos aspectos esraafectados en este síndrome, si bien esta alteran parece limitarse sobre todo a la información bal, siendo menores los déficits en los ámbitos uoespaciales (Tabla 9-3). El lenguaje es un área especialmente deficitarra en los & d o s por esta enfermedad Parece que en ellos la senien& del desarrollo es muy similar a la de los niiios no afectados, aunque la velWdad o el ntmo no son constantes. El progreso más rápido se produciría entre los 4 y los 7 años, habiendo también períodos de creamiento muy lento. Las principales dificultades estriban, esencialmente, en los componentes fonétiw-fonológico y morfosmtáctico, al e- limitados los elementos de memoria verbal. Otros aspectos, como el vocabulario y la pragmánca, no están tan afectados e mduso m d e s t a n una constante evolución. Se ha observado que, incluso pasados los 20 d o s , tienen un acepable uso íüncional del lenguaje, es deur, que el desarrollo linguístico no se interrumpe a los 1415 años, sino que la lo@md media de producción verbal continúa aumentando hasta los 3040 dos: aunque este lenguaje aparece muy m i n g i d o respecto a la morfología gramatical, sigue teniendo un notable valor funcional. En cualquier caso, la enorme variabilidad interindividual aconseja ser muy cautelosos a la hora de establecer generalizaciones. También se hacen más evidentes las dificultades de atención y, en consecuencia, los individuos ár preservada lavisualque laverbal éficitsen b mernoiia detrabajo depresióncomocomorbilidad éficitsen la secuenciauónespaciotempoml I F afectos son proclives a presentar una conducta dispersa. Suelen mostrar incapacidad para adaptar con rapidez los estados mentales a las constantes exigencias del ambiente, y también una escasa habituación ante las sucesivas presentaciones de un estímulo. Las respuestas tienden a ser lentas, es decir, su tiempo de reacción es elevado, sobre todo si se emplea la modalidad auditiva. Además, la novedad de la tarea y su complejidad incrementan el tiempo de reacción. Parece que esta lentitud se explicaría, sobre todo, por los problemas en el procesamiento de la información y en la toma de decisiones (conducta estratégica). Persisten y se agudizan las dificultades de generalización. Se han descrito, además, problemas para la formación de conceptos y para el pensamiento abstracto (p. ej., analogías). - También se han subrayado repetidamente sus déficits aritméticos, incluso en aquellos con aceptables niveles de desarrollo. Apoyos y refuerzos en el colegio En nuestro país, la modalidad preferente para la escolarización de los niños con necesidades educativas especiales, entre ellos los niños con síndrome de Down, es la ordinaria, con los apoyos necesarios. En los casos, poco frecuentes, en que sus necesidades educativas sean importantes por la gravedad de su discapacidad y no puedan ser atendidas en centros ordinarios, las ninos se escolarizarán en aulas abiertas o en centros específicos de educación especial. Como ya hemos visto, Avaro tiene unas necesidades educativas que requieren un apoyo dentro y fuera del colegio. Es conveniente seguir trabajando en el ámbito cognitivo para evitar un mayor deterioro: memoria visual y auditiva, capacidad de razonamiento, funciones ejecutivas, habilidad de resolución de problemas, etc. Sin embargo, hemos de ser conscientes de que un aspecto muy importante de nuestra intervención es lafuncionalidad: las tareas propuestas deben ser significativas para ellos, e incidir en sus competencias adaptativas, y así tendrán un sentido porque les servirán para adquirir habilidadesprácticas para la vida diaria (Schalock, 2010). A este respecto, son muy eficaces los abordajes que destacan los puntos fuertes de los niños ron síndrome de Down, concretamente las habilidades para el procesamiento de la información visual. Una estrategia, muy desarrollada en los últimos años es la aplicación de programas de lenguaje-lectura. basados en la hipótesis de que el dominio del lenguaje escrito es más fácil para ellos que el del lenguaje oral. Como tienden a adquirir más fácilmente los lenguajes visuales, pueden usarse para fomentar su lenguaje oral y el aprendizaje de la lectura, además de favorecer otras habilidades cognitivas. El progrma que proponemos tiene las siguientes características metodológicas (Navarro y Candel, 1992): Es un método de lenguaje-lectura, es decir, no se propone como único objetivo la enseñanza de habilidades lectoras. sino aue., mediante estrategias adaptadas a los déficits de los niños con síndrome de Down, se pretende desatrollar sus competencias lingüísticas y, más adelante, abordar la enseiíanza de la lectura propiamente dicha. Se conjuga lo analítico y lo sintético. Es flexible, pues se adapta a la realidad particular de cada niño. Desarrolla una estimulación multisensorial, trabajando más las aferencias visuales. Se concede mucha importancia a la funcionalidad de los aprendizajes, para que tengan una repercusión inmediata en la vida diaria del niño. Se propugna un método de aprendizaje sin error, en el que se asegure que el nifio realiza siempre la tarea correctamente, aunque para ello precise ayuda física de cualquier tipo. Se diferencian cinco fases: 1, discriminación visual; 2, estadio perceptivo o de motivación; 3, lectura asociativa; 4, lectura analítica, y 5, generalización de la lectura. Los únicos requisitos previos son: un mínimo lenguaje expresivo; comprensión de órdenes verbales sencillas; mantenimiento de la atención, aunque sea en breves intervalos; que el niño muestre cierto hábito de trabajo, y que tenga habilidad para emparejar y discriminar objetos. . ~ ~~ W EL CASO DE CARMEN. LA NINA SE HA HECHO ADULTA Carmen tiene 29 años y es toda una mujer. Quién lo iba a decir. Parece que fue ayer cuando empezó a dar sus primeros pasos, casi a los 2 años, con sus coletas, siempre sonriendo, con esa carita rellena tan expresiva. Cuando terminó la educación primaria, a los 13 afios, pasó a un instituto. Carmen no tenia un buen potencial cognitivo -u CI era entonces de 49- y su rendimiento académico era muy bajo; sin embargo, era una niña Síndrome de Down n buenas habilidades de adaptación, activa, y se municaba bien con sus compañeros. En el instio la atención educativa no resultó la adecuada, lo que los padres, cansados y decepcionados, ron Uevarla a un centro de educadón espeel curso siguiente. Eran conscientes de que no la opc@n más rewmendable, pero no sabían ' hacer para ayudar mejor a su hija Carmen o en ese centro dos cucos; aprendió mudias idades nuevas, pero echaba de menos a sus afieros del instituto. Lo que empezaba a ar a los padres de Carmen, a medida que a años, era el hecho de que la veían más en sus reacciones, con mayores dificultades ara razonar y para expresarse. Además, tenía peodos de retraimiento y aislamiento social, y desentirse muy triste. Se ha sdalado una relación entre el síndrome e Down, el envejecimiento prematuro y la enferdad de Alzheimer. Así, las personas w n síndrode Down de más de 35 años presentan signos uropatológicos cerebrales que son propios de cha enfermedad, con un declive cognitivo taméu similar al de la población que la manifiesta tez, 2010), aunque no todas desarrollan los mas dinicos que acompañan o definen la ncia. En la actualidad, la hipótesis más acepsugiere que la aparición de placas amiloides síndrome de Down se debe a la presencia en cromosoma 21 del gen que codifica la proteína ecursora !3-andoide (el APP). A los 16 años, los padres contactaron con una ociación, y un año después Carmen abandonó colegio de educación especial para iniciar una eva andadura. Los profesionales de dicha asoióu le enseñaron habilidades para afrontar los s futuros: el trabajo, la inregración social, la tonomía y la independencia. Todo ello sin ollos aspectos académicos y la adquisición de etencias en diversos ámbitos: entrenamiento gnitivo, lenguaje, lectnra y habilidades sociales. rograma de formación integral comprendía Cuando ya tenía 25 años, le hicieron un contrato para trabajar en la detería de un centro comercial. En un principio se encargaba de recoger las mesas y de la limpiaa del local. Era muy perfeccionista, hacía bien las tareas rutinarias y no presentaba problemas de adaptación. Después de unos meses, empezó a servir alos dientes. A veces olvidaba los encargos que le hadan, pero eso se solucionó pronto, facilitándole una libretita donde apuntaba las palabras clave que la ayudaban a recordarlos. Este procedimiento también fue Útd para que pudieran planificar sus tareas. El empleo con apoyo es u n modelo de inserción laboral que ofrece a la persona con discapacidad un sistema estructurado de supervisión para que encuentre, aprenda y mantenga un trabajo real en una empresa ordinaria del mercado laboral. Pese a su discapacidad intelectual, Carmen tenía sus inquietudes y sentía deseos de llevar una vida independiente, aun con sus limitaciones y las reticencias de sus padres. El mo& de m& indpnáiente es la consecuencia de las acciones desarrolladas por las personas con discapacidad que, w n su lucha por hacer valer sus derechos, perfilaron un nuevo paradigma que se enfrentaba abierta y conmndentemente a las concepciones de la época y al paradigma de rehabilitación que orientaba la prestación de los senricios.Así, mientras el referido paradigma de rehabilitación trata la discapacidad como un problema de la persona, que requiere de «cuidadosa durante toda su vida, infravalora sus capacidades para desarrollar una vida plena y activa, y decide sobre sus necesidades y los procedimientos más elementales que la afectan -al tiempo que b i t a el ejercicio de sus derechos fundamentales, como la parucipación y la libertad-, el paradigma de vida independiente posibilita a las personas con discapacidad que quieran salir del sistema tradiuonal de «rehabilitaciónr, recuperar su libertad y convertirse en protagonistas de sus propios destinos individuales (Illán, 2004). A los 19 anos Carmen empaá a trabajar en el vivero de la asociación. Mientras tanto, contibacon su proceso de formación. Los padres la yaban en casa reforzando conductas para que joma su autonomía. Sus capacidades seguían ndo bajas, pero resolvía los problemas que se le an presentando, con ayuda en la mayoría de las ocasiones. Se la notaba torpe en sus movimientos: a los 20 años conieid a scguir un progrmid de actividad física para witar la gananda excesiva de peso y para mejorar su coordinación motora. Las personas can síndrome de Down y oaas discapacidades somos capaces de redizarnos; esa sí, ceniéndose en cuenta cierras dificultades, pero dándoles consejos en ciertos puntos muy elementales, para que así todo funcione mejor. Una de las grandes cosas que descubrí desde mi independencia, &e cuando niue que espabilar a k hora de hacer la comida, la cena, el desayuno. El morim por el c d digo esto es parque mi madre jamás me dejó que hiciera nada para aprender a cocinar,siempre se quejaba de que no sabia hacerlo. Aveces denm de mi me preguntaba: cómo puede decirme esro, si no me ense& a hacerlo? ¡Qué fácil es decirlo Y no alicármelo!x. Otra de ks casas con las que también nive que enfrentarme fue a la hora de adminisuarme, en saber comprar aquellas cosas más necerarias para r& todo loque correspon& a las comidas,cenas. etc., etc. Al principia me costó un poco, ya que no estaba muy acosnunbrada a ello, pero con el paso del tiempo fuiaprendiendo a hacerlo mejor También durante todo este tiempo üanscurrido, al ir tantas veces al mismo sitio, y cuando van conociéndote es mucho más fácil, puedo redizar una compraporable. Pienso que el m r o mutua del &a a dia con los demás es impamnre, incluso nos puede ayudar a que nos aconsejen con ciertos produms que necesitemos, si es que cenemos pegas t...]. La vida realmente merece ser vivida, aunque a veces nos dé algún rwolcón que ouo. Y amevernos a dar la cara y seguir hacia delante, porque realmente ES un don que rambién nos pertenece. Garda-Siwlia (1999) Mientras redactábamos estas páginas, se publicó la noticia de que Ángela Bachiller, una valliso- l II Juicio dínico: síndrome de Down. Es la cromosomopatía más frecuente de la especie humana y, probablemente, el tipo de discapacidad intelectual más estudiado. Como consecuencla de la alteración cromosómica, se producen anormalidades estructurales y funcionales en el sistema nervioso central, que dan como resultado diversos tipos y grados de disíunción cognitiva. La mayoría de las personas con síndrome de Down tiene una dacapacidad intelectual de leve a moderada. - Hallazgos neuropatológicos: como alteraciones macroscópicas aparecen microcefaIia y retraso en el crecimiento del cerebro; reducción en el volumen de los lóbulos frontalesven el tamaño del troncocerebral, el hipocampo y el cerebelo. Por su parte. las anomalia, rnicrosc0~icarsc reidciondn con: a) disminución de determinados tipos de neuronas situadas en la corteza cerebral, y 6) alteración en la estructura y número reducido de espinas dendríticas. Perfil neuropsicológico: dificultades características Dara Diocesar la información auditiva:funcionan mejor en tareas que inclu- . . letana de 30 años con síndrome de Down, se había convertido en la primera wnceida de Espaíia wn esta enfermedad. Es una imagen muy elocuente de l o que significan l a normalización y l a integración. Sus padres declararon a los medios de comunicación que el «cóctel. para llegar hasta este momento había consistido e n «mucho amor, mucha disciplina, mucho trabajo y una vida normalizada en todo*. Ángela, de quien su profesora destacó s u perfeccionismo, su vitalidad, su alegría y su actividad, estaba muy emocionada en el acto de toma de posesión de s u nuevo cargo, y sólo pudo esbozar unas pocas piabras: «Gracias por todo, por baberme dado la wnfianza». Y eso es l o que necesitan las personas con síndrome de Down, cuyas características pueden parecer limitantes: confianza en sus habilidades para poder desarrollar s u potencial, sea éste mucho o poco, e n una sociedad que debe ser consciente de sus obligaciones para wn estas personas. yen las modalidades visual-motor y visualvocal; problemas de atención y tendencia a la conducta impulsiva. Los retrasos en el desarrollo motor y en el control postura1 limitan la exploración de su entorno. Los niños con sindrome de Down tienen déficits decomunicación ya desde los primeros meses de vida. Los problemas de imitación vocal y de expresión verbal agudizan las dificultades de lenguaje en los anos siguientes. La intervención se adapta a las caracteristicas de los niños en cada etapa de su vida. Conviene recurrir a los apoyos visuales y a las actividades funcionales para mejorar la adquisición de habilidades. La inclusión en un contexto escolar normai;zado favorece los aprendizajes y las competencias que ies permitiran alcan;ar un adecuado grado de autonomia e independencia personal y social. La colaboración con la familia es indispensable; desde el principio, un objetivo fundamental en el trabajo con los padres es conseguir unos niveles de adaptaciónque ayuden a su hijoen la integración social. 1 11 II ' ACTIVIDAD 9-1.Repasar la neuroanatomía infantil / Ejercicio l. Identifique los circuitos cerebrales relacionadoscon los procesos de atención v de memoria. y trate de buicar su relación cons1 ; alteraciones descritas en el síndrome de Down. AnlvlDAo 9-2.Aprender a evaluar en neuropsicologia infantil. Principales pruebas Para revisar brevemente las peculiaridades de las escalas ordinales, tal vez sea oportuno señalar algunas de sus diferencias en relación con las escalas mas tradicionales. Mientras aue estas establecen un nivel basal y un techo, las brdinales proporcionan solamente una ejecución techo. Si los tests tradicionales utilizan normas y materiales estandarizados, las escalas ordinales son mucho más flexibles a este respecto: el papel del examinador no es evaluar las respuestas producidas por un individuo ante tal situación estandarizada, s/n0 que consiste, más bien, en elicitar la ejecución óptima en cada dominio del desarrollo, recurriendo a un variado conjunto de procedimientos y materiales de exploración. Finalmente, los tests tradicionales suelen proporcionar una edad o un cociente de desarrollo, y las escalas ordinales permiten calcular una edad de desarrollo estimada o un nivel del estadio sensoriomotor piagetiano. Escala para evaluar el desarrollo de la inteligencia infantil (Uzgiris y Hunt, 1975) Es la prueba más conocida de las escalas ordinales basadas en las referidas teorías del desarrollo de Piaget. Menos utilizada que los tests con normas de referencia, como las Escalas Bayley de desarrollo infantil. tiene algunas características peculiares: al valora la conducta del niño en una serie de situaciones provocadoras, en un contexto no directivo, sin limitación de tiempo, buscando su mejor respuesta; b j ofrece una excelente y amplia posibilidad de diseñar intervencionesfuncionales,vcj está poco contaminada por íterns motores. Permite evaluar el desarrollo sensoriomotor de los niños de 1 a 24 meses. Consta de 7 subescalas: Seguimiento visual y permanencia del objeto. Se refiere al desarrollo del concepto de objetos con existencia independiente. Desarrollo de medios para alcanzar fines. Incluye acciones iniciadas por el nirio para alcanzar un resultado determinado. ' Imitación vocal. Conductas vocales, aparentemente imitativas, pero también adaptativas. Imitación gestual. Esta subescala está relacionada con respuestas de imitación que requieren una acción corporal. Causalidad operacional. La conducta anticipatoria es la acción más temprana en esta escala. También se incluyen conductas sistemáticas (incluso reacciones circulares), dirigidas al establecimiento de las relaciones antecedenteconsecuente. Relaciones espaciales. Pone en juego la creciente ca~acidaddel niño ara a~reciarel esoacio tridimensional. Desarrollo de esquemas de acción. Trata de evaluar el papel cambiante de los juguetes en el mundo del niño. J Ejercicio 2. En la bibliografía del documento busque más información sobre el perfil neuropsicológico de las personas con sindrome de Down, y establezca algunas comparacionescon las personas no discapacitadas. J Ejercicio 3. Realice una evaluación a una person; con síndrome de Down, utilizando pruebas neuroosicolóaicas v instrumento oue valore , alaún < su conducta adaptativa. Haga un análisis cualitativo, indicando las posibles relaciones de las puntuaciones y las habilidades prácticas del individuo, teniendo en cuenta su edad. - ACTIVIDAD9-3.Neuropsicologia infantil en el cine y la literatura Una forma amena de completar el aprendizaje en neuropsicologia es a través del análisis de los casos clinicos uue han sido ~rotaaonistasde la literatura y el cine. A lo largo de los diversos capítulos se revisarán algunos de los libros y las películas más relevantes que se han aproximado a las temáticas propias de la neuropsicologíainfantil. Para leer Paloma Garcia-Sicilia, una mujer con síndrome de Down, ha escrito En el nombre del sindrome de Down (Murcia: AyNOR, 1999). Comente los 1 capitulos que más le han interesado. intentando analizar las aportaciones más interesantes, a su juicio. También ilustran las vivencias de niños y padres con este síndrome los cómics: Lang Agulló N, Garcia Llorca, R. Downtown. Madrid: Dibbuks.2012. ' Bautista López, JA. Cornic21: viñetassobree1s;ndrome de Down. Bautista López, 2012 (disponible además en libro electrónico). Cinefórum De las siguientes películas, protagonizadas por personas con sindrome de Down,vea al menos una: Alonso Hemández N. Síndrome de Dmvn: desarrollo del lenguaje, d u a c i ó n e incwención. Rwise h r a mgifal 2010;3:915-21. Candel 1. Sindmme de Da-. En: MiUá MG, Mulas R &. Atención remprana. Desarroiio infantil, diagn6stico, -Inos e inrwención. Valencia: Pmmalibro, 2005: p. 683-708. C a r d u c ~F, Onorati I: Condoluú C, Di Guinam G, Quarato PP, et al. 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La Coruia: Xamalú Filmes y El Paso PC, 2004. Pastor A, Naharro A, directores. Yo, también. Madrid: Alicia Produce y Promico Imagen, 2009. Sarmiento C. director. Viene una chica. León: Impromptu 51 2011. Van Dormael J. director. El octavo dia [Le huiti6rne jourl. Francia-Bélgica-Gran Bretaña: Européenne Production, Homemade Films, TFl Films Production, Working Title, D.A. Films, 1996. Describa las caracteristicas más relevantes de los protagonistas y trate de realizar un perñl psicológico. Jacacok LM, Byars AW, Chalhonre-Evaos M, Sdimithorst YI, Hidrey F, er al. Funhonal magnetic resonante imaging af uignitive processing in pung adula wirh Down spi drome. Am J Inrdect2011;116:344-59. Leromrau A, Sanroni FA, Bonilla X,Saiiani MR, Ganrála D, a al. Do& of genome-wide gene eapression dFrcguktion in Dom's syndrome. Naaire 2014;508:345-50. Lott IT, Dienren M. Cognitive d&Ua and assackted neuraiogical mmplicarions in individuals wicb Down's syndrome. Lancer Neurol2010;9:623-33. 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Navarro Gutiérrez i l finalizarel capitulo el alumno será capaz de: i Indicar los principales rasgosfenotípicosdel síndrome del cromosoma Xfrágil. 1Describir el períil neurapsicológico de los niños afectados por el síndrome. 1Identificarlos principales objetivos de intervención en un caso típico. 1 Diseñar alguna de las actividades para la reeducación de los déficits cognitivos y comportamentales habituales en el síndrome del cromosoma Xfrágil. p INTRODUCCI~N El síndrome del cromosoma X frágil es la prinUpal causa de discapacidad intelectual de origen hereditario. Afecta sobre todo a varones, w n una prevalencia de 1:2.633 recién nacidos vivos en Espana (Fernández-Carvajal et al., 2009). La mayor incidencia en los vatones (1:4.000 frente a 1:6.000 mujeres) se debe a que su ongen se asocia a una mutación del cromosomaX En las mujeres, la presencia de un segundo cromosoma X normal puede compensar los efectos del primero; así, la mujer es más portadora que afectada Y puesto que los varones sólo cuentan con un cromosoma X, la expresión del déficit en ellos será congruente con el cuadro clínico completo del síndrome Desde el pasado siglo sabemos que la alteración selocaliza en el gen FMRI IfragrkXmentalretar&hon l) (Reniadm 10-1). En la población general este gen está formado por una secuencia de unas 5-60 repeticiones del triplete citosina-guaninaguanina (CGG). Las individuos afecmdos por el síndrome presentan una mutanón compha del gen debido a un número de repeticiones por encima de 200. Esto produce una meulación del FMRI que provoca su inactivación. Aunque todavía se desconoce la función de la proteína que wdifica, se sabe que es imprescindible para la maduración y selección de las slnapsis y para la expresión de otros genes. Existe un estado intermedio en la alreración de este gen: lapmutdción. En estos casos, la secuencia CGG se expande entre 60 y 200 repeticiones. A pesar de ello, el FMRI logra w d & m la proteína FMRP w n éxito. Por lo t m o , si bien serían portadores de la mutación, estos individuos no expresarán los défiuts asociados al síndrome, o expresarán algunos síntomas de formaleve. Pero su descendencia podrá padecer la enfermedad, ya que la transmisión del cromosoma X fr@ sigue un fenómeno conocido en genética wmo rxpannón de repetrnones úi tnnucIPÓmhr, que incremenra la penetrancia y expresividad del trastorno de generación en generación. Aunque la mujer sólo pottara la premutación, la repetición del triplete tiende a expandirse en su descendencia (esto no sucede, por causas que se desconocen, cuando el portador es el padre). La madre transmitirá el gen alterado a la mitad TRASTORNOS GENÉTICOS de su descendencia (hijos e hijas), mientras que el padre l o transmitirá en estado de premutación y únicamente a sus hijas (Fig. 10-1). Esta situación ~ u e d manifestarse e en l a de premutación edad adulta de manera diferente según el sexo: en forma de falla ovárico prematuro en la mujer y de síndrome de temblorlataxia en el hombre. Debido a la identificación precisa del gen, es posible detectar l a presencia del síndrome a partir de un análisis del ADN del individuo. C o n los resultados se estima l a alteración en el FMRI y s i se trata de un estado de premutación o mutación completa. El diagnóstico suele establecerse alrededor de los 3 años de edad. La expresión de l a mutación genérica para el sindrome del cromosoma X frágil debe describirse a través de sus dos vertientes, esto es, el fenotipo físico y el conductual. El primero es más difícil de detectar, si es que se presenta, en las nifias y en los varones de corta edad (Tabla 10-1). El presente capitulo se centrará en recoger las particularidades que caracterizan e l fenotipo conducrual del síndrome (véase un resumen en l a Tabla 10-2). Varios grupos de investigación sostienen que la maduración cognitiva en los casos de trastornos del neurodesarrollo n o responde a un retraso generdizado, sino que puede dibujarse un perfil más o menos especifico en función de cada trastorno (Cornish et al., 2013). Artigas-Pdlarés y Bruo-Gasca (2004) defienden que en el perfil neuropsicológico del niño con este síndrome se distinguen comportamientos compartidos con nifios que padecen dis- 1 Recuadro 10.1. Aspectos históricos del síndrome del cromosoma X frágil + En la primera mitad del siglo xx, Martin y Bell I I I (1943) realizaron la descripción oriqinal del sindrome tras observar durante 17 años a dos generaciones de la misma familia con, al menos, 11 miembros varones afectados de discapacidad intelectual (Fig. 10-2). Apuntaron ya a su origen hereditario y a la vinculación con los cromosomas sexuales. Es más, situaron la base neurofisiológica en una alteración localizada en la porción prefrontal de los hemisferios cerebrales y expusieron una sintomatología que otros autores más adelante dibujarían con mayor precisión. Especificaban que la disfunción cognitlva no tenía carácter progresivo y que se debía a un «defecto en al idenel desarrollo».Como~ r i n c i ~característica tificaron una discapacidad intelectual de mayor oravedad en los 11 ~acientes(estimando. m e &ante los tests de la ;;poca, unaedad mental de entre 2 y 4años)y una menor afectación en otros dos familiares, ambos mujeres. Dos hermanos del qrupo - . más afectado habían recibido diaqnósticos de trastornos psicóticos y a uno lo cataloqaban como desconectado de su entorno social, y constantes movimientos estereotipados: además. anotaron que experimentó un empeoramiento durante la adolescincia. si tenemos en cuenta que Leo Kanner dio a conocer su artículo Autistic disturbances of affective contact el mismo año de la publicación que nos ocupa, podemos pensar que, de manera fortuita, Martin y Bell estaban describiendo un caso de sindrome del cromosoma X frágil afectado por autismo. Por lo tanto, establecieron desde el principio, y sin saberlo, una relación de comorbllidad entre el sindrome y los trastornos del espectro autista. Retrataron al rcsto de los individuos como afectuosos y sociables en mayor o menor medida, + aunque hablaban de dos familiares no afectados odelqrupomenosafectadocomoretraídos,siendo latikidez, como veremos, uno de los rasgos más típicos. Detectaron en los pacientes una importante alteración lingüística, al menos a nivel expresivo, tanto fonológica como morfosintáctica y semántica: «ninguno puede formular una oración». Al preguntar a uno de ellos cuál era su profesión (acarrear carbón), sólo pudo responder <rnegrou.con lo que mostraba cierta preservación de la capacidad de comprensión verbal auditiva y de las habilidades pragmáticas, pues empleó sus limitados recursos lingüísticos para hacerse entender. No identificaron, sin embargo, rasgos físicos ~eculiaresni alteración en el desarrollo motor, aunque señalaron que varios adquirieron la marcha autónoma de manera tardía (con más de 20 meses). Fue Lubs, en 1969, el primero en llevar a cabo un análisis cromosómico para concretar la asociación del síndrome con lo que denominó un ~marcadornlocalizado en una sección del brazo larqo . del cromosoma X. Encontró dicha asociación tras estudiar a una familia con 4 miembros afectados a lo largo de 3 generaciones consecutivas. Durante ia década d e 1980. se llevaron a cabo múltiples estudios que ayudaron a la descripción del sindrome con una mayor precisión, tanto genétira como fenotípica. Ya Verker, en 1991, vinculó el síndrome a una disminución de la proteína FMRP (fragileXmentalretardation prorein) debido a una alteración en el gen encargado de su codificación: el FMRl (fragiieXmenrai retardation gene), lo que provoca niveles inferiores o ausentes de dicha proteina, que originan un desarrollo dendritico anómalo (FerrandoLucas et al., 2003). 1 Síndrome del ErnmosomaX Wgil Madre afectada X frágil Hija afectada XXfrágil XX xy tiijo afectado X frágil Y XX Xy Padre afectado X frágil Y Hilas portadoras XX frág~l XY Dioujo esqucmát~coae Id I I C ~ C d~.l ( ,iiidiume ~ ~ I ~ del rroinoroma X frjgil. Cuando la nerencia ~5 marerna 1 elcroino5oma Xalectaao se podra rransmirir a la mitad de los hijns. rantovaroner como mJIeres.S;nembargo.CJan er paterna (8).la Irdnrmisi6rI s r praaurird "n'camenre a ,as hijas. que pueaen rei partaaorar. acidad intelectual y con ninos con trastorno por a t de atención con hiperadvidad (TDAH). obstante, a dicho perfil habría que atíadir rascomportamentales genuinos del síndrome del mosomax frágil que muesuan un nuío tímido, rgonwso, apegado a los adultos, con problemas pqnunciación o habla, perswerante en ciertos os, con miedo a animales, situaciones o lugares, preocupado por el orden o la limpieza. Sin llegar a hablar de espectro, la expresión del me responde a una amplia diversidad, pues ye desde la dicapacidad intelectual grave asgos autísticos hasta lo que Artigas-Pallarés do en llamar síndrome del cromosomaXfidgzl ncionamzenm ekuado (2001). De ahí k necede una evaluactón exhaustiva para establecer a base sobre la que intervenir. F El grupo de mujeres afectadas presenta mayor variabilidad en su desempebo wgnirivo. Sólo el 25 % de las nuias con mutación completa del gen FMRI obtiene un wuente inrelectual (CI) derior a 70; así, la enpresión del síndrome suele ser más Iwe o incluso no aparecer. Sin embargo, tanto en estos caos como en los individuos con premutación del gen son frecuentes las dificultades de aprendizaje, aun con un CI dentro de la normalidad (Hageman, 2009). Martin y Bell describiemn una familia con varios hombres afectados y dos mujeres con evidentes problemas en la realización de tareas matemática simples, peco capaces de llevar a cabo tareas wtidianas dentro del hogar o en un rrabajo sencillo. Una de eUa (hermana, pruna y sobrina de varones afectados), si bien autónoma en numerosas a h i d a d e s de k vida diaria rgura 1 0 2 Figura original del ertudiodc:Martin y Bell en 1943. Se puedeobservarel detallado seguimlentoquereal1 ron de todos los miembros de la familia. 1 Neurológicos 1 cenvulsiones sdel sueiio ibia 10-2. Fenaipo conductual del síndrome J cromosomaXfrágil & t e ~ m l k ¿ a b l (suele e oscilar de levt leradal Dficulk?desencálculo y antm6tica Défcjts en m70mmientoabmam Rasgosautisücos - Evitaoóndeiwntacto ocular ytáctil - Hipersensibilidad estimular - Movimientos estermtipados - Aleteo de manos - Modedura demanos - Excava timidez - h t e d a d social Lenguaje - Refrasodel lenguqe - Munsmo - Ecolalia Atención - Défiat de atención Comportamiento - Hipemcüvidad - impulsividad - Rigidezmental, con aparición de trastornos obsesivos - Rabietas - Ansiedad y depresión .. . Hipotonía Torpeza Estrabismo Ermres refractivos Ortopédicos Pies pianos Laxitud articular Escoliosis Luxaciones articulares Cutáneos Piel fina y suave Línea palmar deSydney Cardiocirculatorios Prolapso mitml Dilatación aórtica Dilatación de la arteria pulmonar Hiwrtensión i Endocrinos Macnwrquidra pospuberal Obesidad extrema similar a ia del síndrome dePmder-Wllt Aceleración del oeso , v la talla Pubertad precoz Menopausia precoz . . Adaptado deilammhlenter y6anzalezIgleriar (19991 miento se inició cuando tenía 21 meses. Relacionaremos su relato con la descsipción seminal de Marún y BeU (1943). . Renales Reflu~ovesicouretral Del crec~m~ento 1 Crecimrento nreoubeml . , acelerado Leve disminución de la talla .a". 12 o~~,ia,inn117 -. - --- --- .- DESCRIPCIÓN GENERAL DEL CASO. UN NINOT~MIDOEN BUSCA DE DIVERSIÓN Ignacio era, ante todo, u n niño Feliz que se enfrentaba a su entorno buscando divertirse. A pesar de su inquietud, desde el principio fue posible val o r a su prometedor potencial de aprendizaje; preveíamos que unos años más tarde podría ser muy diferente al chico que evaluábamos. Para facilitar la exposición agruparemos las peculiatidades del caso en torno a tres rasgos nucleares: el perfil cognitivo: funcionamiento ejecutivo inmaduro; el desarrollo comunicativo: alteración lingüística, y el c o m p o m i e n t o relacional: ansiedad social. A su llegada, Ignacio presentaba un r e m o generaikdo del desarrollo, aunque a medida que crecía, se o b m ó que el cuadro inicial se iba definiendo a partu de la afectación específica de diferentes funciones cognitivas típicamente asociadas con los lóbulos frontales. Con objeto de facilitar la exposición del caso, nos adheriremos al modelo de Miyake et al. (2000) para conceptualizar las i Aspecto fisico Macmcefalia Frente amplia Cara alargada Paladar ojival Mentón y orejas prominentes Piel fina v suave L... ' . -1 Aidptaio dz An ga5-Pa lar@<12011). rerraiido li.ra%et s . (2W31, I , iian80r F.rnrrr yliomlez glr<a< 1%9l (incluso en la crianza de sus hermanos pequeños), no logró adquirir estos aprendizajes aritméticos básicos a pesar de que asistió a una escuela especial para nitíos con discapacidad (Recuadro 10-1). Para caracterizar el Fenotipo conductual del síndrome, así como para mostrar los aspectos esenciales de la intervención temprana, se narrará el caso de Ignacio, un niño de 5 años cuyo trata- Y Síndmme del fmmosoma X Mgii 1 Recuadro 10-2. Modelo factorial de funcionamiento ejecutivo La definición especifica de las tunciones ejecuti- vas aUn espera un consenso: no se dispone tampoco de Lna teoria coniprehensiva que cuente con el beneplácito general de lacomunidad cientifica.El grupo dc Miyake propone, en su modelo factorla, tres funciones ejccurivas separadas, pero no compietamente independientes: flexibilidab mental (shifting between task or mental SetS), capacidad de actualización (monitoring and updatrng af workíng memory representationsj e inhibición (inh~bitionofdominanfororewtentres. . ponres). para formularlo se basaron en los resultados obrenidos tras analizar la ejecución por parte de 137 individuos en diferentes pruebas, como el Test de clasificación de tarieras de Wisconsin (WCST) y la Torre de Hanoi. concluyeron que sc observaba relación entre las tres funciones,pem qJe cada una de ellas poseá una entidad propia. Segun este qrupo, lo flexibilidadmental (shrhinq) . . permite pasar de un esquema mental a otro; así, podemos desengancharnos de una actividad para afrontar la siguiente. Un ejemplo de alteración a este nivel sería la repetición perseverante de una respuesta a pesar de que se demostram que ya no es apropiada (p. ej., intentar acomodar ' la pieza de un enca~ableen el lugar equivocado una y otra vez,sin poneren marcha siquiera una estrategia de ensayo y error). .Y La actualización (updating) se relaciona directamente con el concepto de memoria de trabajo. E iones ejecutivas (Recuadro 10-2). Aspectos o el desarrollo motor o las habilidades visuostructivas evolucionaron con tendencia a la d, si bien se mantuvieron siempre por lo esperado según su grupo normativo. enguaje y ciertas funciones frontales progrean con lentitud en relación con dicho grupo. e desarrollo heterogéneo dejó vislumbrar que estaba configurando un neuropsicológico A lo largo de los últimos anos, en la literatura ntüica, el síndrome del cromosoma X frágil se asociado con retraso o trastorno del lenguaje on déficits atenciondes. Sin embargo, algunos tores apuntan a un fallo ejecutivo como origen gran parte del fenotipo wnductud (Cornish al., 2001; Cornish et al., 2013). Ya Martin y , en su primera descripción del síndrome, ieron atribuir las peculiaridades cogniuvas na alteración cerebral frontal. Los hallazgos euroanatómicos y funcionales que mayor resdo han recibido hasta ahora sitúan la base de tsta capacidad nos permite mOnltOrlZar y procesar informaciónnueva relevante para la tarea, así como rcvisar la ya existente para sustituir los datos viejos e inservibles con información rccientc. Asi pues. no se trataría. de un mero almacenamiento de datos relevantes, sino de la manipulación activa de información (p. ej., buscar patabras en un diccionario puede suponer un trabajo arduo: es necesario revisar la secuencia de letras que compone la palabra y compararla con los términos oue van aoareciendo en el diccionario). La inhibición (inhibllionjsupone la habilidad de contener deliberadamente respuestas automiticas. dominantes o Dreootentes cuando es nece. . sario (p. e)., en un contexto poco estructurado, agredir a la persona con quien se comparte el juego, a pesar de que esta conducta ya se hubiera oroducido en los minutos vrevios y hubiera sido reprendido por ella). La tarea protótipica referida ainhibiuón es ei test de Stroop. Miyake considera, por otra parte, que los términos funciones ejecutivasy funciones frontales no son intercambiables, ya que no todos los individuos con lesión frontal tlenen afectación en su funcionamiento ejecutivo, ni todos los pacientes con alteración ejecutiva han sufrido wna agresión frontal, al observarse también tras disfunción de circuitos frontobasales o afectación del cerebelo. las dificultades características del síndrome en anomalías frontobasales, directamente implicadas en el funcionamiento ejecutivo. En estos individuos se ha encontrado, bilateralmente, un núcleo caudado de mayor tamaiío que en dos grupos de control: uno con desarrollo neurotípico y el otro igualado en el CI. También se han observado anomalías metabóhcas asociadas a esta área, y se han identi6cado alteraciones en las conexiones frontoestriatales vinculadas con la memoria de trabajo, la atención y la capacidad de inhibición (Bruno et al., 2013). El grupo de Peng (2014) ha informado incluso de la relación entre el tamaiío del núcleo caudado, el despliegue de conductas desadaptatiw y el funcionamiento cognitivo general (correlaciones positiva y negativa, respectivamente). Además de alteraciones en los ganglios basales y en sus conexiones con el lóbulo frontal, se han descrito anomalías en el cerebelo, que sugieren que la ausencia de la proteína afecta al desarrollo del sistema nervioso desde etapas muy tempranas. I Anamnesis Ignacio era el segundo de tres hermanos. Sus hermanas seguían un patrón de desarrollo neurotípico. Claudia, la mayor, era extremadamente tímida, al igual que su hermano, si bien a los 8 años tenía su propio grupo de amigas y estaba integrada en el entorno escolar. Clara, la hermana pequeña, era muy extravertida, de manera que, con 3 años, ya lideraba el grupo de compañeros de la escuela. En ningún momento se detectó que las niñas presentaran dificultades de aprendizaje; de hecho, Martin y Be1 relatan varios casos de individuos afectados con hermanos que han logrado becas de estudio por sus buenos resultados académicos. Los padres, ambos con estudios superioresy un alto nivel cultural, diferían también en sus rasgos de introversióniextravetsión, si bien contaban con una capacidad de relación social normal. A pesar de tratarse de un síndrome hereditario, no recordaban ningún caso de discapacidad en la familia, a diferencia de la descrita por Martin y Bell, cuyo árbol genealógico contaba con varios miembros con alteración cognitiva a lo largo de distintas generaciones. Los hábitos de alimentación y sueno nunca supusieron una traba en el desarrollo de Ignacio. Colaboraba en las actividades básicas de la vida diaria como cualquier ni60 de su edad. La familia mantenía pautas de crianza apropiada. con los tres hermanos. Desde el inicio, sorprendió la naturalidad con que consideraban las peculiaridades del pequeño; esto favoreció la adquisición de autonomía en las tareas cotidianas. Cuando pasó al segundo cid0 de educación infantil, los padres escogieron un centro ordinario con amplia tradición en educación inclnsiva de niños con discapacidad. En este colegio fue desde el principio un niño más, si bien sus dificultades eran abordadas por un equipo especializado de maestros de audición y lenguaje y de pedagogía terapéutica. Sin duda, se encontró mejor atendido que los individuos estudiados por Martin y Bell, algunos de los cuales fueron institucionalizados desde la infancia. Evaluación del caso Ignacio acudió al Centro de Atención Infantil Temprana (CAIT) del Hospital Universitario San Rafael de Granada a la edad de 21 meses, acompafiado por sus padres. Todavía no había recibido un diagnóstico médico, que obtuvo cuando tenía ya 2 anos. Los padres se preocupaban por el retraso en la adquisición de la marcha y porque con casi 2 años no emitía palabra alguna, ni siquiera para llamarlos a ellos o a sus hermanas. En edades tempranas, la expresión de los rasgos faciales y corporales típicos no suele ser tan evidente, por lo que apenas reconocimos signos del fenotipo físico propio del síndrome del cromosoma X frágil. Era posible identificar una frente y orejas ~rominenres,y una cara alargada con paladar ojival. Era llamativa la hipotonía generalizada, así como la hiperlaxitud de sus articulaciones metacarpofalángicas. En el ámbito motor, acababa de adquirir la marcha autónoma (los padres indicaran que Ignacio empaó a gatear a los 12 meses), pero mantenía una base de sustentación ampliada. Su nivel de actividad motora era muy alto. La exploración reveló un cuadro de hipotonía generalizada que, a nivel oral, le llevaba a mantener la boca abierta, la que provocaba el frecuente derrame de saliva. Además, presentaba una capacidad de coordinación oculomanual inmadura para su edad. Desde nuestro centro, el interés se focalizó en el fenotipo conductual. En el plano social y comportamental, comprobamos, al llegar a la consulta por vez primera, que Ignacio presentaba una rabieta con conductas autolesivas leves que cesó cuando la madre lo tomó en brazos. Lloraba ante la separación de su madre y ante cualquier situación mínimamente no deseada, demostrando una muy baja tolerancia a la frustración. No quiso colaborar con la terapeuta p aunque la miraba, esquivaba el contacto ocular conforme ella se acercaba. Actuaba del mismo modo cuando sus padres trataban de establecer contacto ocular con él. Su relación con el entorno era inmadura. Exploraba el contexto novedoso de forma superficial, cambiando continuamente de foco de interés, y lanzaba los objetos que encontraba; su madre deda: «es lo que más le gustan. Carecía de ciertas habilidades requeridas para la comunicación; no respondía ante actividades de imitación gestual ni verbal. Pese a que se le había entrenado en el senalado, no ponía en marcha ningún tipo de conducta protoimperativa de manera espontánea; en su lugar, conducía al adulto hacia el objeto deseado, usándolo de forma instrumental. El llanto y estas conductas instrumentales eran sus únicos medios de expresión. En las primeras sesiones se observó que realizaba conductas protodeclarativas dz forma ocasional (P. ej., enskar un juguete nuevo a la madre) e iniciaba miradas conjuntas. Comprendía a un nivel un Siodmme del cromosoma X frágil superior de lo quepadía expresar; respondía mbre y ante laprohibición, pero no seguía a otra orden sencilla, a no ser que fuera ada de un apoyo gestoal evidente (p. ej., la mano mientras solicitábamos que nos suya o golpear la silla al pedirle que tomaento). No realizaba ninguna emisión verbal @ble; su balbuceo era toda& indiferenciaasí se mantuvo, al menos, hasta los 2 años dio. Incluso el entrenamiento iniciai para la tición del fonema la1 resultó diücultoso; due las primeras sesiones abría la boca, pero no el gesto con ninguna verbalización. valuación inicial se antojó compleja, pues el tencional de Ignacio cambiaba continuamenominado por los elementos del entorno. Esto se mantuviera en una mea el tiempara permitir la valoración. El proceso a todavía más debido a k emisión de estas impulsivas, a pesar incluso de conocer la ción correcta. Di& tendencia llevaba a Ignacio moronar una construcción o a lanzar las piezas sirnaciones de frustración y ante que ideraba por encima de sus posibilidades. sta primera valoración, realizada a los 22 mee completó con la Escala de desarrollo pside la primera infancia Brunet-Láine , que confirmó un retraso generalizado esarrollo bastante homogéneo, aunque con cid afectación de las áreas lingüística y social uando Ignacio creció, fue posible adminisuna prueba más precisa, la E s d a de inteliia de Wecbsler para preescolar y primaria-III PSI-III), aunque de manera incompleta en omponentes verbales. Los resultados obtenidos en-los subtests manipulativos indicaban un retraso leve en esta área, si bien los déficits atenuonales que manifestaba interferían con el desempeno en este tipo de pruebas (Tabla 104). I El paso de una nitina a otra desestructuraba completamente el mundo de Ignacio: cambiarle el paíial, por ejemplo, suponía todo un reto; hacerle salir de la consulta para irse con su madre (cuya llegada había recibido con evidentes muestras de alegda) le hacía esconderse bajo una mesa. Iniciaba una rabieta en situaciones que no éramos capaces de anticipar. Con poswioridad, comprobamos que esta respuesta se bien ante cambios bien ante situaciones cuya carga esumuiatoria suponía una agresión para él. A este respecto, es prewso advem que estímulos como la visita a un espacio nuevo le Uevaban a senurse abrumado debido a la dificultad de asumir el exceso de mformación estimular; por este motivo, recibió con el paso del tiempo el apoyo periódico de una terapeuta ocupacional especialista en terapia de integración sensorial. Finalmente, observamos conductas estmtipadas sobre todo ante situaciones que le provocaban una elevada excitación: aleteaba con ambas manos o bien se mordía una de d a s mientras aleteaba con la otra (p. ej., cuando un juego le gustaba especialmente). Si en esa situación se encontraba cercano a otra persona, su mera presencia seMa como estímulo desencadenante de una agresión leve (manotazo, tirón del pelo o mordisco). Esta agresión se consideró fruto de la irnpulsividad; no suponía una expresión de rechazo. Ignacio tomaba un va.sn de zumo de naranja todas las mahanas por las propiedades antioxidantes del cítrico comentadas en unas jornadas acerca del síndrome del cromosoma X frágil a las que la familia asistió. Era el «matamientofarmacológico» más potente que seguía este ni60 ( R e c d o 10-3). Por su pme, en el CAIT nos centtamos, como se indicó anteriormente, en la habilitación de los ámbitos de desarrollo cogoitivo y lingüístico, así como en aspectos relacionales y comportamentales. Perfil cognitivo. A todo gas I nrea postura1 1 15 meses y medio 1 Área de coordinación 15 mesesy medio Área del lenguaje 13 meses Cocientede desarrollo global 68 Ignacio rese en taba un retraso madurativo generalizado que, evolutivamente, dio paso a un funcionamiento peculiar en el que se apreciaba un fallo ejecutivo. Manifestaba un cuadro general de impulsividad, inatención e hiperactividad explicable por un déficit frontal. La afectación abarcaba tanto la capacidad de flexibilidad mental como el proceso de actualización de información y el de 1 137 1 I hbla 104. Resultados en la Escala de inteligsnda de Wechrlerparii preermlar y primaria-lll (WPPSI-III) Ilos 4 aAos v 9 mises daedad 1 Función evaluada Cociente intelectual (CI) 1 Procesos 1 verbal mani~ulativo CI / Subtest 1 Funciones ejecutivas Vocabularioexpresivo Vocabulario receptiva Razonamiento Abstracto verbal Abstracto visual inhibición de respuestas prepotentes (Recuadro 10-2). Esto suponía un inconveniente tanto a nivel académico como social. Ya se ha comentado en el punto anterior que un aspecto Uamativo durante la evaluación fue su capacidad atencional, extremadamente lábil. Ignacio no podía dirigir de manera voluntaria su foco atencional; todos los elementos del entorno captaban su interés y no conseguía inhibir su reacción ante ellos. Cambiaba de tarea continuamente y, de manera especial, cuando suponía el más mínimo reto. Esto influía de manera negativa en la adquisición de los aprendizajes propios de su edad. Tratamos de aumentar el tiempo que debía mantenerse en cada actividad forzando su duración sólo un poco más de lo que él admitía, intentando siempre evitar que la tarea finalizara mediada por la queja, para que la participación no se asociara con un evento aversivo. Fue habituándose y entrenando su capacidad para persistir a pesar, incluso, del fracaso (p. ej., continuaba haciendo una torre aunque un cubo cayera). La atención de Ignacio evolucionó favorablemente, pero se mantuvo por debajo de lo esperado según su grupo normativo y según otras áreas de desarrollo del propio nino. A medida que fue creciendo se fue haciendo más evidente su escasa capacidad de inhibición, con un comportamiento plagado de respuestas impulsivas. Un esúmulo determinado (p. ej., uii interruptor de la luz) desencadenaba una respuesta (encender) aunque él no buscara realmente el resultado, o a pesar de saber que rendría una consecuenci;i negativa. Otro ejemplo con consecuencias sociales era que tiraba del pelo a sus compañeras aunque se le reprendiera de manera Resultado 1 No obtenido ti Lenguaje 1 Nombres Dibujos Información Cubos Rompecabezas Adivinanzas Matrices Conceptos :1 No obtenido Alterado Inferior a la media Alterado I 1 1 / Alterado Normal Alterado Alterado Normal inmediata o, incluso, recibiera una bofetada por parte de la otra niña. Destacaba el alto nivel de actiuiúud motora que mantenía de manera continua y que, a los 2 años de edad, ya lo diferenciaba de sus pares. Sin embargo no se emitió un diagnóstico deTDAH en el momento de la evaluación debido a su corta edad y a que desconocíamos el desempeño que tendría conforme tuviera lugar su maduración cerebral. La observación durante la ejecución de tareas naturales y semiestructuradas hacía sospechar de un fallo en la memoria de trabajo. Era capaz de realizar secuencias de tres colores sin dificultad (p. ej., azul, rojo y amarillo), pero si, accidenralmente, cometía un fallo (p. . ej., . azul, rojo . y . azul). no podía detectarlo; es más, si la terapeuta le indicaba dicho fallo, solía volver a cometer otro error al corregirlo (p. ej., azul, rojo y rojo). Las habiliddes uuuoeqacialei y uisuoconrtnrctivar parecían niuy afectadas al inicio del tratamiento, mediadas en gran parte por su impulsividad e hiperactividad, pues la manipulación que hacía del objeto con 2 años y medio era muy rudimentaria; únicamente se enfrentaba a los juguetes con el fin de golpear o lanzar, no podía detenerse a realizar una acción más elaborada (p. e¡., construcción, rompecab-, dibujo). pocoa poco se fue interesando por actividades básicas del tipo encajables o construcciones sencillas (p. ej., torre de cubos), pero ante la más mínima frustración (p. ej., la pieza no se ajustaba en el lugar que él esperaba o una de las piezas de la torre se caía), lanzaba todas las partes por los aires y, a partir de ese momento, se hacía imposible volver a la tarea; parecía más interesado en revolver o arrojar las piezas que en construir algo con ellas. Fue preciso modelar estas Síndrome del oommniaX &&ü O Recuadro 10-3. Tratamientofarrnacológlco en elsindromedel cromosoma Xfrágil . En la actualidad no se &,pone dc dn tratamiento S forhecuencia. El metilfenrdatoen sus dit; especilico que se haya demostrddo eficaz para masdepresentaciónse ha demostrad--..da la compensar de manera qlobal los rasaos deficihora de pabi el conjunto funcional afectado en tarior del sindrome del cromosoma X fragil. El el irastomopor déficit de atención con hiperacconsejo genético es la unica medida preventiva. Mdad ITDAH). Su mecanismo de acción no ha Y pareceque. ya en la primera mitad del siglo %, sido completamente descrito, pero su empleo se empleaba de forma efectiva, dado que Mares€Ajustificado por la eficacia que ha demostratin y Bell mencionan el conmovedor caso de la do en numemsos estudios. Se cree que bloquea madre de uno de los afectados que pidió (y fue) en la la recmtación denoradrenalinavdooamina , esterilizada para evitar tener un segundo hijo con neurona presinaptica, con lo que logra aumentar el síndrome. la concentración de estos neurotmnsmisores en Al referirnos al tratamiento farmacológico, se el espacioextraneuronal. Esta acción qlicaría su cuenta con un amplio rango de medicamentos s neoefecto para&íjico, pues activaría g ~ p o de que pueden emplearse en el síndrome, mientras ronas hipoactivos responsables de las funciones que los fármacos antioxidantes e inhibidores de cognltivascom~rometidas en eiTDAH. la metilación se encuentran en fase de ensayo. Por su parte, la prescripción de inhibidores seEl uso de antioxidantes persigue mermar el enlectivos de la recaptación de serotonina (p. ej., vejecimiento celular d e d t o en enfermedades fluoxetina) se lleva a cabo con objeto de abordar metabólicas; en este síndrome se sospecha que el tratamiento de la ansiedad. Se ha observado una respuesta endocrina inadecuada ante situaque en pacientes con síndrome del cromosoma ciones de estrés provocaría el envejecimiento ceX frágil disminuye la aparición de respuestas lular de manera precoz (De Diego-Otero, 2001). ansiosas manifestadas como heteroagresiones, La línea de hvestigación dedicada al empleo mutismo selecfivo y estereotipias motoras. Las de inhibidores de la metilación busca revertir condurtas desaddphtivas relarionadds con inesestt. proceso responsable de los bajos niveles de tabilidad emocional se han intentado controlar 4 protcind FMRt! Por SJ parte. los haodios aue estravéc de neurolépttcos. La risperidond ha sido e, tudran el efecto de los antagonistas del mGluRS anripsicót~coinas usado, ya que ha demostrado (receptor metabotrópico del glutamato) han ser seguro y efectivo. En caso de que aparezcan mostrado efectos poco potentes por el momentrastornos del sueñose recomienda la adminir ta pero suponen una nueva vía esperanzadora tración de meiatonina. IHag~rman.2009). t También se ha observado que los niños con YnEl tratamiento del sindrome delcromosoma Xfrádrome del cromosoma X fráoil se encuentran en gil es. por lo tdnto y por ahora, de caraaer sintomayor riesgo de padecer crisis epilépticas que mdtico (Anigas-Pallarés.2001: Hagerman, 20091. la población neurotipica, por lo que cI uso de La bibliograh'asugierequclosrasgoscompatibles antiepilepticos estará justikddo eo aquellos en c m el déficir de atención y la hipenctividad polos que se haya objetivado actividad paroxistica drian exp.icarse por un fracaso en la moduiacion tipicamente epileptica. Debido d la complejidad de la corteza prefrontai y parietai ante tarea5 que de los sintomas, el niño puede oenefic;arse de un demandan más recursos de memoria de trabajo. tratamiento farmacológico combinado e indiwLos síntomas relacionados con dicho déficit son dualizado, teniendo siempre en cuenta la posible susceptibles de mejora gracias al tratamiento interacción al prescribir varios medicamentos. con metilfenidato o atomoxetina, por lo que su(Para un análisis más detallado de los fármacas ponen el grupo de fármacos prescritos con más mencionados en este apartado, v. caps. 8 y 21.l - . actividades constructivas de pruicipio a fin para ensefiarle a relacionarse con los objetos y alcanzar un fin más elaborado. Hubo que tomarlo de las manos para hacer una torre de cubos y reforzar la tarea dejando que los lanzase al terminar. N o fue fácil Ueva a cabo la técnica del moldeamiento en estas siniadones, porque l e resultaba tremendamente desagradable que le sujetaran las manos; l o hicimos de manera cuidadosa y tratando de respetar su espacio y tiempo en todo momento. Poco a 1 1 poco, encontró este tipo de actividades manipulativas divertidas y empezó a realizarlas en imitación o de manera espontánea (p. ej., coser una cuerda en una tablilla de madera, seguir trazos sendos). Logró manejar los objetos con un objetivo determinado, con l o que su rendimiento manipulativo mejoró hasta casi alcanzar a su grupo de iguales. N o o b m c e , n los 5 anos, ya escolarizado en el 3= curso de educación inhtil, mostraba nna gran dificultad en las actidades de preemitura. La adquisición de las competencias académica básicas propias de la etapa de educación infantil fue lenta y trabajosa. Aprendió a clasificar y denominar formas, colores y tamaños después de un entrenamiento específico y continuado, tratando siempre de cambiar los materiales para favorecer la motivación hacia la tarea. A los 4 años, Ignacio empezó a numerar elementos y, algo más tarde, los contaba de maneta apropiada (entre 1 y 5). Desarrollo lingüístico. Aunque me sea difícil hablar, tú me entiendes Como ya anticiparon Martin y Bell, las capacidades lingüísticas en el nirío con síndrome del cromosoma X frágil se encontraban especialmente afectadas con respecto al resto de áreas del desarrollo. Veremos a continuación que las diferentes dimensiones del lenguaje siguieron un patrón madurativo heterogéneo, alejado del modelo neurotípico: las dimensiones formales del lenguaje se vieron más afectadas que la semántica o la pragmática. Esta heterogeneidad se manifestaba en una discordancia entre los niveles receptivo y productivo: la capacidad de comprensión verbal auditiva fue desde el principio muy superior a la expresiva, lo que facilitó la conexión con el entorno y, así, su integración social. No obstante, dicha comprensión era al inicio muy dependiente de claves gestuales y contextuales, por lo que fue necesario enseñarle el vocabulario básico inicial de manera explícita, junto con la respuesta a órdenes sencillas. Una vez adquiridos estos aprendizajes, alrededor de los 2 años y medio, mejoró notablemente por sí sola, lo que hace sospechar que realmente habíamos entrenado la atención auditiva y esto había provocado tan oportuna consecuencia. A los 5 años de edad, la comprensión de mensajes elaborados todavía era ligeramente deficitaria. La intervención sobre el área comunicativa comenzó con el entrenamiento en un modelo de demanda apropiado mediante el senahda. Para ello se utilizaba un estímulo deseado (p. ej., coche, golosina) y se moldeaba la respuesta completa. El apoyo fue retirado de manera progresiva mediante encadenamiento hacia atrás. Finalmente se eliminó el apoyo, comenzó a senalar de manera espontánea y generalizó la conducta a diferentes contextos. Como se observó en la evaluación, la mitación verbal básica se antojaba tremendamente complicada para el niño, quien, en ese momento, daba pocas muestras de intención comunicativa oral. Por eso no quisimos poner toda la responsabilidad comnnicativa sobre la referida imitación verbal, aunque se siguió entrenando de manera especifica. El señalado había supuesto un avance importante, pero a pesar de ser una conducta más elaborada que el llanto, seguía siendo un método rudimentario. La superioridad de sus habilidades pragmáticas (v. más adelante), wmada a la extrema dificultad para la expresión verbal, nos Ilevó a introducir el uso de dos sistemas aumentativos de la comunicación. Puesto que era capaz de realizar imitaciones básicas, le enseñamos un sistema basado en signos que eran verbalizados por el adulto siguiendo las recomendaciones de Benson Schaeffcr con objeto de estimular la intención comunicativa general y, finalmente, la verbal. El primero de los signos fue <más»y consistía en acariciar la mejilla con la mano homolateral. Esta técnica logró desmurizar a Ignacio. Una vez adquiridos los primeros signos (más, y;i mrá, dame, gominola), comenzó a acompañarlos por sus primeras verbalizaciones, to<lavíapoco precisas. Comprobada la lentitud con la que se desarrollaba esta capacidad de expresión verbal y el aumento del repertorio de signos, decidimos enseñarle un rirtema b d o en interrambio de imágenes básico, siempre acompañado por la emisión verbal correspondiente. Al principio empleamos fotografias, pero pronto aumentamos el nivel de abstracción con dibujos representativos. Aunque la capacidad expresiva verbal del progresó, seguimos acudiendo al apoyo gráfico para favorecer el desarrollo lingüístico y la comunicación de ideas que todavía no conseguía transmitir de manera oral ni gestual. A continuación veremos el trabajo específico que se llevó a cabo para el entrenamiento de las diferentes dimensiones del lenguaje. Fonología La articulación del habla fue poco precisa desde su inicio; ni siquiera conseguía repetir las vocales de manera aislada. La intervención a este nivel se inició mediante juegos de imitación verbal básica, pero avanzaba de manera muy lenta. A los 2 años y medio todavía instruíamos la imitación de nnomatopeyas sencillas, vocales y estructuras monosilábicas compuestas por una consonante y una vocal (p. ej., Ipi!, /mal, lto!). Esta reeducación siempre se llevó a cabo por medio de un sinfín de actividades Iúdicas y reforzadores positivos enca~ minados a enmascarar el tedioso entrenamiento (p. ej., saltos, juegos en colchoneta). La madre m Síodmme del a o m o m a X ü á @ estar presente en las sesiones y, en ocasiones, de cumplú los 5 años. Su abordaje supuso una ~ p a b aen ellas de forma activa para ilustrar a abstracción de dificil acceso ante la que el nifio la y favorecer que lo ejercitaran en un esse mostraba desconcertado. Este aprendizaje se naniral, alejado del planteamiento clínico. vio entorpecido, además, por el déficit atenuonal a vez que comen& a hablar, se evidenció ya comentado. Así, observamos que el h c o rea habilidad en concienciafonológica y en fendo a vocablos concretos se amplió de manera alización de transiciones fonemática; sólo casi espontánea, mienuas que el aprendizaje de mitir dabas reduplicadas como '<mamá>, conceptos básicos requirió intervención direcá>). Mediante entrenamiento, se amplió la ta y continua Esta dicotomía puede revelar, de tura a vocal + consonante + vocal 0. manera temprana, una dificultad para el manejo ficultad para combinar fonemas consonánde idormación abstracta EL niño no e n capaz s en una misma palabra Uevó a que e1 proceso de procesar al mismo tiempo los diferentes ítems imp~ificaciónfonológica más resistente fuera que se le presentaban, por lo que no podía exmisión de la consonante inicial; así, pedir una traer las peculiaridades o reglas que los asemejan o se conveda en l'otoi. La conciencia fonoo diferencian (p. ej., colores, formas). El terapeuta ca fue mejorando con el trabajo específico y deberá estar alerta y no deiarse enzañar por un el desarrollo de ciertas funciones cognitivas, vocabulario aceptable, que puede e&&u una o la atencional. A la dificultad en conciencia alteración en la formación de conceptos. ológica se unió una propensión a la taquilalia gruente con la tendencia impulsiva general de Morfosintaxis omponamiento. Ambos aspectos combinados güístico y cognitivo) daban como resultado La formación y wmbinación de palabras, aunel habla de Ignacio tuviera un nivel todavía que rardía y a menudo errónea, no supuso una bajo de inteligibilidad a los 5 años de edad. verdadera traba en el proceso wmunicaúvo. Al principio se comunicaba mediante bolofrases. Con ejercicios especificas, iniciados a p m r de sus intereses, pronto aprendió a combinar palabras El uorabulanU receptivo y, en mayor medida, para demandar. Estas primeras combinaciones teexpresivo se encontraban en el límite inferior nían, por lo tanto, intención imperativa: aclame» otro de lo esperado según el grupo de iguales o *más* + objeto deseado. Conforme adquirió el edad, como se objetivó en el índice de Lenempleo de verbos, fue preciso ensefiarle a com'e General de la WPPSI-111 y en el Test de vobinarlos con el sujeto (p. ej., «Pocoyó salta.) y lario en imágenes Peabody-111 (Tablas 10-4 más adelante, con el complemento directo (p. ej., 0-5). NO obstante, no supuso un problema «Pocoyó come manzana*). Una v a instmido de tante puesto que, una v a iniciada la coforma específica en la combinación de palabras, cación expresiva verbal, su Iéxiw referente comenzó a usar oraciones sencdas de manera esustantivos aumentó de manera espontánea sin pontánea; es más, llegó a extraer las normas gratemención directa, mientras que fue preciso maticales básicas, lo cual se certificó al sobrerreguar a cabo un entrenamiento específico para el larizar las formas verbales (p. ej.. rompidolroro). de los verbos. Cuando adquirió el vocabulario Al cumplir los 4 &s. k longitud habitual erniente a acciones básicas, el referido a otros de sus enunciados alcanzó las tres palabras y, en os se amplió, de nuevo, de manera natural. contadas ocasiones, cuatro. Teniendo en cuenta la Sin embargo, la adquisición de conceptos b h i c o ~ baja inteligibilidad de su habla, la longitud media a m o los colores y las formas fue un reto dificil de del enunciado no podía continuar creuendo, ya superar y sólo lo Logró por completo poco antes que entorpecería más la comprensión del mensaje por parte del intedocutor, dada la grave afectación ibla 10-5. Resultados en elTest de vocabulario de la capacidad articulatoria. I imágenes Peabody-lllIPPVT-IIIIa los 4.5años Pragmática Edadequivalente 3 años y 8 meses L a superioridad de Ignacio en esta dimensión lingüística facilitó la comunicación expresiva, lo que favoreció la interacción Familiar y el establecimiento de un apego adecuado. La valoración de la pragmática en el caso que nos ocupa puede llevar a error, pues la timidez extrema de Ignacio puede simular un fallo pragmático. Sin embargo, a pesar de sus escasas habilidades lingüística, era capaz de emplear sus instrumentos comunicativos con un amplio abanico de objetivos: solicitar o rechazar algo, compartir un foco de interés, llamar la atención, saludar, ~. iugar al equívoco para provocar la risa en el interlocutor o., simolemente. conversar de manera rudimenuL ria. Demostró de forma continuada que intervenía sobre las personas de su entorno haciendo uso de sus habilidades comunicativas. La proiodia que empleaba Ignacio era variada, aunque peculiar. Pronto aprendió a modular la entonación para expresar matices emocionales (enfadoldesacuerdo, conformidad, miedo, asco). Sin embargo, su entonación habitual siempre tendía a ser ascendente, lo que daba una sensación continua de euforia, aunque sus emociones parecían moverse de manera drástica hacia los extremos (no opuestos): euforia, ansiedad. Su capacidad nar/atiua se veía enormemente dificultada por las carencias lingüísticas formales (fonología y morfosintaxis). Compartía focos de interés con la terapeuta e informaba acerca de algún evento que considerara interesante (p. ej., Cecilia ha «mordía»). Sin embargo, no lograba narrar varios sucesos encadenados. El entrenamiento se realiw con diversas actividades, como relatar un episodio de dibujos animados apoyado por el adulto o la plasmación en un dibujo (por parte de la terapeuta) de los hechos que habían tenido lugar a lo largo de una mañana para que los contara. La introducción a la lectoescritura se llevó a cabo de manera temprana (a los 5 años de edad) debido a la precocidad con que actualmente se inicia este aprendizaje en el currículo académico. Ignacio empezó a encadenar la lectura de dos vocales con 5 anos; todavía no escribía más que letras sueltas copiadas y tenía dificultad para finalizar las tareas de preescritura. Comportamiento social.Te voy a explicar por qué no soy autista La literatura científica muestra que existe un gran interés en el establecimiento de un vínculo entre el síndrome del cromosoma X frágil y el autismo, ya que el 15-30 % de los niños con este síndrome cumplen criterios para el diagnóstico comórbido. Como mostraremos a continuación, en el caso de Ignacio la relación entre este sindrome y el autismo no tenía lugar. Comprobaremos que no cumplía los criterios nucleares para ese diagnóstico, aunque manifestara conductas que con frecuencia obsemamos en niños con uastornos del espectro autista. Para defender esta posición partiremos de la criada de Wing, por ser la ordenación más reconocida acerca de las particularidades en dichos trastornos del espectro autista (v. cap. 18). Aln largo de la intervención identificamos bascantes conductas comoatibles con un fallo cualitativo en la interacción rocial. Al inicio del tratamiento, cuando el pequeño tenía 2 años, apenas establecía contacto ocular, ni siquiera con sus familiares; es más, esquivaba dicho contacto a pesar de que el adulto lo intentara provocar de manera explícita. Esta conducta podía ser considerada como rasgo autístico: sin embargo, comprobamos que la ponía en marcha como reacción de timidez, algo poco frecuente en niños con trastornos del espectro autista de igual nivel de desarrollo. El contacto ocular directo mínimamente sostenido suponía para él algo cercano a una agresión; se sentía tremendamente observado, bajo un escrutinio insoportable. Esta reacción constituía un precursor del desarrollo de habilidades mentalisras. Por otra parte, Ignacio no ignoraba, sino que evitaba de forma activa la relación con adultos o iguales extraños para él; en ningún momento se mostró impasible ante la presencia de una tercera persona. Al inicio de las sesiones grupales buscaba a la terapeuta o se alejaba a un rincón para esquivar la inreracción con los compañeros, y Ilemba. en ocasiones. a una reacción de llanto. Una vez que los conoció, la respuesta fue totalmente diferente: realizábamos juegos con normas sencillas (p. ej., pollito inglés) que el pequeño seguía, imitando a sus compañeros sin necesidad de la mediación de un adulto. A pesar de las pobres habilidades cognitivas y comunicativas, en contextos familiares disfrutaba del juego con sus hermanas, adultos e iguales, a quienes solicitaba de manera explícita para iniciarlos o para provocar en eiios alguna reacción (frecuentemente. la risa). El problema residía en que difícilmente podía participar en actividades cuyas reglas no comprendía. Además, contaba con pobres habilidades para comenzar la interacción. Llamaba la atención de otro nino de forma rudimentaria; aveces, mediante un empujón o tirándole del pelo. La reeducación a este respecto apenas tuvo éxito; con 5 años, seguía acercándose a sus amigos de forma inmadura. A pesar de ello, en la celebración de su 50 cumpleaños acudieron compañeros del colegio y, según el relato de la madre y las fotograFías que mostró a la 0 , 1 terapeuta, el pequáio se encontraba ampliamente integrado w n sus ¡&es, disfrutando de la fiesta como un buen anfitrión. Continuamen~ebuscaba la inreracllón social y era consciente de la reacción que podía causar en el otro En el contexto clínico se observaba que repetía conductas que, en el pasado o en otro contexto, habían suscitado la risa en el adulto. Así, por ejemplo, decía bye-bye a la terapeuta y quedaba expectante, aguantando la risa a la espera de una reacción, seguramente la risa expresada por sus padres en esa situación. Dentro de este ámbito socioemocional, y en relación con lo expuesto, el aspecto que se mostró más resistente a la intervención externa fue la ansiedad social. A pesar de haber sido escolarizado desde edades tempranas (primer ciclo de educación iufantii) y de recibir entrenamiento espe&w, Ignacio mostraba un patrón de fuetre ansiedad ante la iuteracción con i&es o adultos desconocidos. También respondía de este modo al encontrar a adultos conocidos en un entorno no esperado, como se observó cuando encontró a su terapeuta ocupacional en la consulta a la que solía asistir con la psicóloga. Desplegaba una respuesta similar cuando se sentía obsemdo, induso por su madre, mientras jugaba con la cerapata; su actitud era más colaboradora y su desempeño más acertado cuando trabajaba a solas con una person a Este hecho mostró que el pequeño se sentía inquieto ante la presenua de un espectador, lo que ya se ha comentado como indicador precoz ,de habilidades mentalistas, y esta precocidad no ,concuerda, en principio, con un diagnóstico de tcastnrno del espectro autista con un nivel de funcionamiento similar al de Ignacio. También mostraba peculiaridades que podían atribuirse a una alteración cualitativa de la comunicacrón. Desarrolló el lenguaje verbal de manera =día; induso fue preciso enseñxle a sseíialar para demandar lo que quería, algo frecuente en los individuos con trastornos del espectro autista. Sin embargo, cuando contó con unas mínimas habi- Juicio clinico: síndrome del cromosoma X frágil. - Hallazgos en la exploración: perfilcognitivo congruente con un funcionamiento ejecutivo inmaduro, desarrollo comunicativocon alteración lingüística y preservación de ha- Súidmme del uomosoma X Mgü lidades comunicatim y lingüísticas, las puso en marcha de manera habimai y generalizada a dXerente5 contertas. Se refería a si mismo en tercera persona cuando sus fgdes ya dominaban el uso del <yo»,pero esta panicukridad era acorde w n su nivel de desamo110 lingüisnco. Además, tardó en exhibir juegos con contenido simbólico, pem esto se explicaba por el perfil cognitivo expuesto con anterioridad. Se d o n a b a con los objetos mediante un patrón de juego desmictivo porque no era capaz de mantenerse en la tarea el tiempo d c i e n t e para explorarlos, con una reIadón que s Conforme se limitaba a ~ 1 0 y golpearlos. adiibió juegos más maduró de manera elaborados y con alto contenido simbólico. Observamos conductas que concordaban con patrones de comporvlmentos reppntlvor, aunque sus intereses fueron siemprevanados. En situaciones de excitación, como se ha indicado, aleteaba o se mordía la mano invariablemente, si bien didios compotramientos nunca consatuyeron una forma de antoestimulación. Tampoco se adhirió a rutinas de manera rigida o inflexible. Hasta los 4 d o s , los cambios (iduso los esperados, como entrar o salir de la consulta1 desencadenaban conductas de rabieta o autoprotección (p. ej., esconderse bajo una mesa o de& de una estantería). Esta respuesta de inüexibilidad debe atribuirse a que tales cambios (p. ej., de escenario) suponían una sobrecarga estimulatoria ante la que se encontraba abrumado debido un déficit en el procesamiento de la información, lo que puede asemejarse a la conducta que encontramos en niños con trartornos del espectro autista. Las respuestas de ansiedad social expuestas completan, junto con el dificit ejecutivo y la aíectación lingüística, el perfil de Ignacio y el que se encuentra a menudo en los individuos con síndrome del cromosoma X frágil. ia investigación futura descifrará de manera más precisa las claves del desmoiio cerebral que justifican este funcionamiento general, con lo que facilitarán la intervención global en el síndrome. bilidades pragmáticas; muestras de ansiedad social. m El síndrome se debe a la mutaoón del gen FMRl y al consigutente déficit en la síntesis de la proteína FMR.? Los hallazqos neuroanatómicos apuntan a la presencia-de un núcleo ( $ ; _ _ . G _ _ . . ~- - - ~ ~~~ ~ - =~ . ~.~ ~ ~= ~ ~ ;;:~ ~ ~ ~~ - - Area cognitiva: estimulación generalizada :L~*~~~n~F~-@eni;e~&~&&rPe~e:~iso@re con especial atención al desarrollo de las ~ ~~ ~ =.~. ~-tade~szjj~nne,~ .~:~;~.~~~ ~ . '> -- ~ ~ ~~~~ ~~ ~ ~ ~ ~ ~-~~ ~ funciones ejecutivas, como la capacidad ~ ~ ~ ~ ~ ~ i - ~ i B e i i ~ h h ~ ~ ~ w qn&md6n p ~~. t L ~ d g fde I :autocontrol a ~ e n y la dirección voluntaria del :.f: - ~ 1~:~ : .=-::.2 .~~ .. ~ ~ ...~. - . .@*pra-&*~~ > ~ ~~~ ~~ ~ :~-.L~ ~ . . ~ - A ~ ~ + ~ ~ ~ ~~m%.@@@@nto.Ztfiis~ j @ i & i a : : .,- ~ k - - ~ ~ & & @ ~ o f + ~ & ~a; h--:..~ . ~-~. . .. =: ~~ ~ foco atencional. - Ácea sociatparticipa«ón en qctividades gru-~ i-p&e$(ra&fadf&@ir*,.~~fln")fi.i~&@:,: - ~ ~ ~ ACTV ID IAD ~~ ~ ~ ~ 10-1. Repasar la neuroanatomía infantil El aumento de tamaño del núcleo caudado y cierta anomalía en las conexionesfrontoestriatales suponen el hallazgo neuroanatómico más específico del síndrome del cromosoma X frágil. J Ejercicio 1. Localice en una lámina de neuroanatomía los núcleos de la base y, concretamente, el núcleo caudado, implicado en la clínica del síndrome del cromosoma Xfrágil. ACTMMD10-2. Aprender a evaluar en neuropsicología infantil. Principales pruebas Escala de inteligencia de Wechsler para preescolar y primaria-lV (WPPSI-IV) IWechsler, 2012) Es un instrumento de aplicación individual que evalúa el funúonamiento cognitiwo general en niños desde los 2 años y 6 meses hasta los 7 años y 7 meses. Este rango de edad se divide en dos etapas (de 2 años y 6 meses a 3 años y 11 meses, y de 4 años a 7 años y 7 meses), en cada una de las cuales se aplica una bateria de p ~ e b a sdiferente. En la l a etapa ofrece los siguientes índices: Comprensión verbal, Visoespacial y Memoria de trabajo. En la 2" etapa se añaden los índices de Razonamiento fluido y Velocidad de procesamiento.Además, ambas proporcionan un Ci total e indiues secundarios [Adquisición devocabulario, Noverbaly Capacidadgeneral).Aconhnriación sedescriben brevemente los SuoteStS incluidos en cada indice compuesto dc las distintas etapas: Iaetapa(de2 años y 6 meses a 3 años y 17 meses) Comprensión verbal: - Dibujos: mide el vocabulario receptivo, en láminas con 4 dibujos cada una; el niño tiene ~p ~~ -~ .~ . - = ~ ~ =~ ~ ~ ~ que señalar la palabra que nombra el examinador. - Información: el nrño debe responder a pre guntas que reflejan su conocimiento sobre el mundo general y el académico (p. ej., ¿con qué se corta el papel?). Visoespacial: - Cubos: prueba de construcción mediante piezas de modelos tridimensionales, en la que se evalúan la praxias visuoconstructivas. - Rompecabezas: prueba que mide la organización visuoespaciai, en la que se pide al niño que complete un modelo a partir de unas piezas. Memorla de trabajo: - Reconocimiento:el niño observa una página de estímulos con uno o más dibujos durante un tiempo límite. Luego debe seleccionar los dibujos que ha visto de entre lasopciones de una página de respuestas. - Locolizoc,ón: el niño observa una o más tarjetas de animales colocadas sobre un plano durante un tiempo limite. Después debe colocar cada tarjeta en el lugar en el que estaba. Comprensión verbal: - Información. - Semejanzas: mide el razonamiento verbal y consiste en que el niño cierre un enunciado donde se diga la caracter'stca común entre dos elementos (p. ej.. guitarra y tambor son dos...). - Vocabuiario:en esta prueba el niño debe definir palabras (D. ei., castillo). - ~ombrensión(opcionall: es una prueba de razonamiento de situaciones sociales (p. ej., ¿por qué llevamos zapatos?). I I I Shdmme del mmosoma X hágü Visoespacial: - Cubos. - Rompecabcas. Razonamiento fluido: - Matrices: mide el razonamiento perceptivo y consiste en elegir, entre varias opciones, la figura que completa una matriz. - Conceptos: es un test de semeianzas visuales en el que el niña debe elegir Los objetos que comparten alciuna característica entre varios Memoria de trabajo: - Reconocimiento. - Localización. 1 , Velocidad de procesamiento: - Búsqueda de animales: es una adaptación de la búsqueda de símbolos de la versión anterior. El niño tiene que encontrar un animal (que vienecomo modelo)en una fila con cinco animales distintos. ' - Canceloción: el nino tiene que encontrar prendas de vestir en una lámina con estímulos de distintas categorías. - Clave de figuras: el nitio tiene que emparejar animales con formas básicas. Test de vocabulario en imágenes de Peabody-lll (Dunn et al., 2006) Es una de las pruebas más empleadas en la actualidad para evaluar el léxico receptivo y como cribado del funcionamiento intelectual general. Consiste en la presentación de láminas en las que aparecen 4 dibujos, teniendo el niño que indicar Arrigas-Pdarés J. Sindmme X frágil. En: Artigas-Pall& J. NarbonaJ, e&. Trastornos del neumdesarrollo. Barcelona: Vi-& 2011: p. 99-120. Artigas-Palla& J. Tratamiento médico del síndrome X frágil. F h Neuiol2001;33:4i-50. Artigas-Palkrés 1, Brun-Gas- C. ;Se puede amibuir el fenotipo c o n d u d del síndrome X fr@I d alrementa y al mrorno por déficit de atenci6nihiperacrividad>Rw Neurol2004;38:7-11. Bruno JL, Sheliy EW, Quintin E, Ronami M, Pamaik S, Spielman D, et d. Aberanr basa1 gangUa metabolisrn in fragile X syndmme: a magietic resonante speccroscopy snidy. J Neurodw DUotd 2013;5:20. Cotñwh K,Calc V, Longhi E, GrniloffSmith & Scerlf G. Mapping developrnend r~ecrones of arrcnrion aod cuál de ellos representa mejor el significado de una palabra proporcionada por el examinador. Su rango de aplicación abarca desde los 2 años y 6 meses hasta los 90 años. Existen distintos criterios de comienm y terminación en función de la edad, de manera que, de las 192 láminas, se administran únicamente los elementos adecuados al nivel aptitudinal del examinado. Suele comoletarse entre 15-20 minutos, y las puntuaciones dkectas se convierten en puntuaciones típicas, percentilesy edad equivalente. / Ejercicio 2. A lo largo de los capítulos se describen distintos tests de aotitudes aue orooorcionan un Ci general e índices verbales y no verbaleso manipulativos. Compare las subpruebas que componen las escala manipulativa de la escala WPPSI-III y la perceptivo-manipulativa de las Escalas McCarthy de aptitudes y psicomotricidad para niños [v. cap. 6)y razone cuál es m i s adecuada para evaluar el CI no verbal. . . . Acnviono 10-3. Neuropsicología infantil en los medios de comunicación Documental Sánchez-Maroto M, directora. iguoles pero diferentes. Línea 900. Madrid: RTVE, 2000. (disponible en: httpj/educacionespecial-sindromexfragil.blogspot.com.es/2012/02ligualespero-diferentes-hoy-os-dejamos.html). Analice los síntomas de Ignacio expuestos a lo largo del capítulo e intente identificarlosen los protagonistas del documental. Cornish K,MunirF, WiidingJ. PerH nmpsicol@co yconducnial de los déficir dc arenci6n en el síndrome X frápii. Rev Neurol 20O1;33(Supl 1):SZ429. De Diego-OreroY. Modelos taapéuticos aopmhcnrales enel sindrome X fragil. Rw Neuml2001;33:70-6. Fernanda-Canajai 1, Walidiiewia P. Tassone E Scrcming for eap& alleles of &e FMRl gme in blood $pon from newborn males in a spanishpopulatlnn. J Mol Di* 2009; 11:324-9. Ferrando-Lucas m,BanlsGÓmer E López-étez G. Aspecros cognitivor y del lenguaje ui niOos con sindmmeXfrá$. Rw Neurol2003;3G(Supl 1):S13742. Hagerman RJ. Advances in rhe trearmenr of f&le X syndrome. Pediatcia 2009:123:378-90. Yo quiero tener un millón de amigos R. Campos Garúa. P. Martfnez Castilla y M. Sotillo Méndez OBJETIVOS DE APRENDIZAJE I 1 I I _I Al finalizar el capitulo el lector será capaz de: Describir las características del funcionamiento neuropslcológico de las personas con síndromede Williams. Conoceralgunas herramientas de evaluación del funcionamiento psicológico aplicables a este síndrome. Analizar los elementos para el diseño de una intervención neuropsicológica con personas afectadas por este síndrome. David tiene 4 d o s . Le gustan mucho los cuentos, sobre todo los de animales. Observa las Iá&as con atención y pide a sus padres que se los lean. También disfruta jugando con las aplicaciones de sus teléfonos móviles y de la tableta gráfica. Va muy contento al wlegio y a las actividades extraeswlares; todo el mundo que lo conoce coincide en describirlo a m o muy cariíioso, y su madre dice de él que «es un cautivador nato, un encanto de nüio*. A David le diagnosticaron síndrome de Williams a los 21 meses, un trastorno del neuodesarrollo de origen genético que implica una evolución dife~entea la esperada en numerosas áreas del funcionamiento neuropsicológiw. El síndrome tiene una prevalencia estimada de 1 por cada 7.500 a 20.000 nacimientos. Fue definido por John Williams en 1961y Alois Beuren en 1962 sobre la base de cuatro signos clínicos: rasgos facialcs patognomóiucus, esrenosis aórtica supraval&, alteraciones en el crecimiento y discapacidad intelectual: <Lapresencia de estenosis aórtica supravalvukr en pacientes con retraso menral que presentan las características faciales peculiares que aquí se d e d a n , podcía constituir un síndrome que no se ha descrito previamenten (Williams et al., 1961). A estas manifestaciones se asocian diferentes alteraciones sistémicas: cardiovasculares, metabólicas (hipercalcemia), oculares (estrahismo, miopía), musculoesqueléticas, digestivas y renales, entre otras. Las características fenotípicas del síndrome en distintos momentos del desar10110 se encuentran recogidas en la tabla 11-1. La selección del caso de David nos permite incidir en la importancia de un diagnóstico precoz, junto a k enorme infiuenúa que ejerce la organización lo más temprana posible de unos apoyos adecuados. Asimismo, posibilita adoptar una perspectiva evolutiva en la explicación del funcionamiento ne~ro~sicológico de las personas w n síndrome de Williams, de forma que se asume explíciramenteque el nivel de dicho funcionamiento en un nifio peque60 con un trastorno del neurodesarrollo no tiene por qué coincidir w n lo esperable en otros momentos de éste. Cuando se presenten los datos del perfil neuropsicoiógico ge- abla 11-1. Caractarbtlcas fenotiuicas del slndmme d e Williams / Caracteristicas 1 1 Cualquieredad / Edadadulta Rasgos craneofaciales" Exceso del tejido periorbital Estrabismo Estrechamiento bitemporal Raiz nasal baja Malar plano Filtro largo Mejillas protruyentes Mandibuia pequeña Frente ancha iris estrellado Punta de la nariz bulbosa Boca ancha Labios protruyentes Oclusión dental deficitaria Pabellones auditivos prominentes Ciielln larao Asimetria facial Pelo cano prematuro Envejecimiento prematuro de la piel Alteraciones cardiovasruiarer Estenosis pulmonar periférira Estenosissupravalvular aórtira Estenosis supravalvular aórtica Hipoplasia aórtica Otras estenosis arteriales Hipertensión Hernia inguinal Hernia urnbilical Laxitud articular Prolapso rectal Hombros descendidos Cifosis-lordosis Retracciones articulares Colon diverticulada Vejiga diverticulada Retraso en el desarrolio Personalidad especifica Perñi cagnitivo especifico Trastorno por déficit de atención Discapacidad intelectual o dificultadesde aorendizaie Ansiedad Depresión Colon irritable Parto oostérmino Tamaño pequeño para la edad gestacional Hipercalcemia Dificultad para tragar Otitis media crónica Hiperralciuria Nefracalcinosis Estrenimiento Voz ronca Marcha rígida Alteraciones neuracomportamentales 1 Infancia Otros problemas médicos / Hioerreflexia de las extremidades inferiores Dolor abdominai crónico 1 1 Adaptado de Mervir et al. (1999). L O Srasgos faciales pueden comenrara ser reconocibler a las 4 meses y ron evidentes a los 18 rnerer IMorrir e t al. 1988). neral de las personas c o n síndrome d e W i l l i a m s se considerará que se refieren a l desempeño habitual e n l a edad adulta, o se recogerá e l período d e edad a l que hacen referencia. PLANTEAMIENTO GENERAL DEL CASO. UN CAUTIVADOR NATO Antecedentes: diagnóstico y primeros momentos del desarrollo D a v i d nació e n octubre d e 2007. Es el p r i m e r h i j o d e padres n o consanguíneos, que refieren que e l embarazo n o c o m p o r t ó complicaciones. N a c i ó e n l a semana 40+4 d e gestación, pesó 3.290 g, m i d i ó 49 c m y presentó una estenosis supravalwlar p u l m o n a r leve al nacimiento. La madre relata que los primeros indicios d e que e l desarrollo d e D a v i d n o i b a b i e n surgieron cuando e l bebé tenía 3 meses y constató que n o mostraba sonrisa social. C o m u n i c ó estos signos e n las revisiones médicas, pero n o Fueron tenidos en --- riienra. --.-- C- u a n d o D a v i d tenía 6 meses f u e deriYadoalservicio d e genética d e su hospital, ante la sospecha de un síndrome d e N o o n a n que se descartó. ~~~~ Las caras son redondas, las frentes anchas. los ojos separados, lasmejJlas &hadas Y caídas, las bocas y aveces wn los labios haciendo un mohín. Las barbillas, sin embargo, srán marcadac. A l p o s rienen las orejas prominentes y malodusián denral. Si bien esrá claro que hay diferenciasentre los rostros, las caiacrerisricas anrenores en mavor se combinan D a n dar a , o menor erado " lua pacicii~rrap~ririiUas~iiilar no dd todo dhnida, pero evidenre para sus padres y para un observador casual. Williams et al. (1961) ~ El de Williams se debe a la d ó n submicroscópica hemicigótica de l a región 701 1-23 et d.. 1993). En e l análisis de i a ~, - (Ewart , muestrade se empleó la de amp ficación dependiente d e ligamiento d e múltiples sondas (MLPA, rnultiplex ligation-probe amplifica- rri Shdreme deWfiiams tion), en la que se detectó una pérdida de dosis génica en todas las sondas localhdas en la región crítica del síndrome, c o n h a d a por un análisis de hibridación fluorescente in situ @uorescent in sítu bybndization, FISH), específico para dicha región crítica. Los resultados indicaron una hemicigosidad para los marcadores estudiados de la región 7q11-23 y, por lo tanto se confirmó la existencia de la deleción más común (1,5 Mb) causante del síndrome. Con excepción de la estenosis pulmonar y una hernia inguinal que fue intervenida, David no presenta otras alteraciones biomédicas, aunque muesua los rasgos faciales característicos del síndrome. 1 Habilidadesvisuoperceptivas y visuoconstructivas Evaluacióndel caso I I vis et al., 2000). Sin embargo, esto no significa necesariamente que estas habilidades cognitivas aparezcan disociadas. De hecho, por el contrario, sus problemas para la cognición espacial se d e j a n lingüísucamente, por ejemplo, en las limitaciones en el uso de términos espaciales. Asimismo, los resultados en tareas que evalúan capacidades visuoconstructivasy capaudades lingüísucas obuenen, en ocasiones, correlaciones altas entre eilas. En la base de esta relación pueden encnntrarse las di6cultades de las personas con síndrome de Williams en la memoria de trabajo y en las habilidades analíticas. Aunque con retraso rnend, recibían educación limirada en esnielas especiales y prwenraban un a r a dimiento S U ~ C ~ M X mmo para haber adquirido hábitos sociales n o d e s . Sus cocientes inrelecruales (Senf o r d - B k ) eran de 72, 67.42 y 67, respectivamente. Williams er al. (1961) Funcionamiento cognitivo general David fue evaluado mediante k Escala de desarrollo psicomotor de la primera infancia BrunetLézine cuando tenía 2 años y 11 meses. El cocient e de desarrollo obtenido fue de 78 puntos, lo que correspondía a una edad de 1 año y 9 meses. Posteriormente, cuando contaba 4 años, se aplicaron la Batería de evaluación de Kaumian para niños (K-ABC) y el Cuestionario de madurez neuropsicológica infantil (CUMANIN) (Tabla 11-2). En relación con la K-ABC, la edad mental global correspondiente al rendimiento de David a los 4 años y 2 meses fue equivalente a 3 años y 5 meses. Las personas con síndrome de Williams presentan una discapacidad intelecmal que suele mantenerse enue un rango de 50 a 70 puntos de cociente intelecnial (CI). Las puntuaciones giobales del CI, sin embargo, mascaran diferencias en habilidades cognitivas específicas, como se verá más adelante. Por otra parte, los resultados de David en el CUMANIN indicaron un mejor índice de desarrollo verbal que no verbd. Esta discrepancia entre el funcionamiento verbal y no verbal se corresponde con el perfil cognitivo habitualmente desuitn para el síndrome de Wiiliams, en el que una de las características principales sería un marcado desfase entre habilidades lingüística y visuoconstmctivas, a favor de las primeras (Mer- En la entrevista, la madre refiere que, aunque advierte diferencias entre el rendimiento de David y el de los ninos de su edad en actividades que implican la construcción visuoespacial, su ejecución ha mejorado y ahora es capaz de abordar rompecabezas sencillos (indica que induso en una ocasión completó uno de siete piezas). También refiere que las habilidades de dibujo de David han aumentado en el úkimo año. En la figura 11-1 se recoge un dibujo que realirá a la edad de 4 años, en el que hay representadas figuras humanas. David no parece mostrar graves dificultades cuando debe i n t e p r infamación visual local para alcanzar una configuración global. Por ejemplo, en el subtest Cierre gestáltico de la K-ABC se evalúa la habilidad del niño para nombrar o describir un dibujo que no está completo. Reconoce 8 de los 25 elementos presentados y obtiene una puntuación que se corresponde aproximadamente con los 4 años y 6 meses de edad (ligeramente superior a su edad cronológica). De igual manera, el test Ventana mágica de la misma batería mide la capacidad para identifim y nombrar un objeto cuyo dibujo es expuesto a través de una estrecha abertura, de modo que el dibujo sólo es visible en un punto y no en su t o d d a d . En esta tarea identifica correctamente 8 de un total de 15 estímulos presentados, y su rendimiento se coiresponde con una edad de desarrollo de 4 años. Los resultados de David en algunas pruebas que implican la puesta en práctica de habilidades vinropmcqn'var y de consmscción uimoerpacio~ sugieren dificultades importantes en estas áreas. El1 la escala de Visuopercepción del CUMANIN, que walúa la capacidad para reproducir dibujos geornétricos de complejidad creciente (líneas rectas, c m , úrcdo, cuadrado, triángulo, etc.), no 1 Tabla 11-2. Rendimiento da David en las distintas baterías da evaluación utilizadas Adivinanzas 2; 9 Total en conocimientos 3; 3 Edad mental global 3; 5 Nivel de funcionamiento CUMANlN Psicomouicidad Bajo Lenguaje a~t~culatorio Lenguaje expresivo Normal Bajo Bajo Lenguaje comprensivo fstructuraciónespacial Muy bajo Muy bajo Muy bajo Visuopercepción Memoria icónica Ritmo Bajo Atención Normal-bajo índicede desarrollo verbal 1 INN~Ide funcionamiento PLON Contenido Bajo Léxico Identificacionde colores Normal Relaciones espaciales Bajo Opuestas Normal Normal Necesidades básicas I 1 Usa Necesita mejorar Puntuacióntotal de contenido Expresiónespontánea Lamina Expresian espontánea Rompecabezas I Normal Muy bajo índicede desarrollo no verbal Puntuacióntotal en uso 1 Normal Normal Normal reas de reconocimiento de rostros, diversos estndios, tantu de medidas c o n d u d e s como P ~ O fisiológicas, muestran que no es posible maritener la disociación entre un módulo de procesamiento de caras presemdo frente a uno de procesamiento visuoespacial alterado, sino que ambos hsbrían seguido una trayectoria aúpica de desarrollo, de forma que mmpanirían un d&t d a r en el procesamiento de la configuración. El hecho de que el procesamiento de caras pueda realizarse mediante un análisis por rasgos permite que paraca (en un nivel mmportaaend) nornd en adolescentes y adultos. Esta compensaú6n, que no sería posible en el procesamiento visuoespacid, sería la responsable de las diferencias entre la ejecución de las personas con síndrome de WiIliams en ambos dominios (Karmiloff-Smith y Thomas, 2004). Atención y memoria copiar correctamente ninguna de las figu- A David le cuesta mantener la atención durante períodos relativamente largos de tiempo. En la entrevista su madre indica, no obstante, que ha mejorado en este aspecto, de forma que ahora puede centrarse en una película entera en el Une, y también permanece más focaüzado durante el desarrollo de algunos juegos. El CUMANIN induye una escala de Atención en la que se solicita al niño que idenllfique y tache 20 figuras geométricas iguales que el modelo (niadrado), que se presentan entre un t o d de 100 figuras de las que 80 son distraeores. David no fue capaz de identificar ninguna figura igual al modelo. Elfuncionamientoatencmnalde6citario de David. como el de orros &os con síndrome de Wiliiams (también en otras alteraciones del neurodesarroiio), tiene importantes implicaciooes para su vida cotidiana y, sobre todo, para sus apreobjes ncolares. Estas alteraciones, observadas desde edades muy tempranas en este síndrome y que se mantienen en la edad adulta, se han relacionado con dificultades en el desengacbe atencional y no parecen explicarse por el bajo rendimiento intelectual general, los dé6cits en la memona de trabajo o en el propio foco atencional (Lense et al., 2011). Desde el punto de vista neuropsicológico, estas alteracionesse han vinculado con disfunciones cerebelosas, así como con una morfometría peculiar del cuerpo caUoso, que es más corto y más ancho. El test de Movimiento de manos de la K-ABC mide la habilidad del nióo para repetir correcta- 1 1 mente la secuencia realizada por el evaluador con diferentes posiciones de la mano. David es capaz de imitar los tres componentes aislados (p. ej., palma, puño y canto), pero sólo repite secuencias de dos mnvimienros, can lo que obtiene una puntuación que se corresponde con la estimada para niños de 3 aíios y 6 meses. En esta misma escala, el test de Repetición de números cenrrado en la iteración de series de números pronunciados por el evaluador alcanza únicamente las de dos elementos. Este nivel se corresponde con la ejecnción en niños de 2 años y 9 meses. En la escala de Memoria icónica del CUMANIN, David no es capaz de recordar ninguno de los 10 dibujos presenrados. Su rendimiento en esta tarea es muy bajo y se corresponde con el perceotií 1 en relación con su grnpo normativo. En general, se considera que la memoria verbal o fonológica a corro plazo es uno de los aspectos de mejor funcionamiento del perfil cognitivo del síndrome de Williams, mientras que presentarían un déficit específico en memoria visuoespacial a corto plazo, así comn en memoria a largo plazo verbal y espacial, en este último caso relacionado con problemas funcionales en el hipocampo (Meyer-Lindenberg et al., 2005). Lenguaje y comunicación La madre refiere que David comenzó a seríalar a los 18-20 meses con valor declarativo e imperarivo. Esta conducta coincidió con las primeras palabras referenciales en su vocabulario expresivo («agua»,«mamán).A los 2 d o s producía 5 bisílabos y entendía órdenes sencillas. Con el objetivo de waluar su competencia lingüística se le aplicó, también a los 4 años, la Prueba de lenguaje oral de Navarra (PLON). El rendimiento global en ella se situó en la franja que indica cierta discrepancia con respecto a su grnpo de referencia (según las indicaciones de la prueba: «necesita mejorar»). En un análisis por escalas, sus puntuaciones se enconrraron por debajo de la media en las de Forma v Contenido. mientras aue obtuvo una puntuación normal en la de Uso. En relación con el componentefonológico, David ha adquirido los fonemas correspondientes a su edad, con una pronunciación correcta, comn se observa en la prueba de Fonología de la PLON o en la escala de Lenguaje articularorio del CUMANIN. En cuanto al componente rnurju~inráczir.~, David presenta dificultades en la repetición de fra. ses, aunque recuerda algunos elementos (prueba de Repetición de frases de la PLON y escala de Lenguaje expresivo del CUMANIN). En la prueba de Expresión verbal espontánea de la PLON produce frases sencillas (de cuauo elementos como máximo) que se refieren a una lámina que se le ha mostrado, en las que no se aprecian errores gramaticales (p. ej., «Está llorando», «Subir la escalera), aunque sí sustituciones Iéxicas («Están jugando al 'pul'n). Acerca de su nivel de vocabulario, en la prueba de Léxico de la PLON es capaz de designar todos los estímulos, pero sólo denomina correctamente 3 de los 6 dibujos (en los demás comete errores léxicos, como decir .banana» por «pera» o «teléfono» por «planchan). En la tarea de Vocabulario expresivo de la K-ABC también es capaz de reconocer y nombrar objetos conocidos presentados en una forografía, con un rendimiento correspondiente a los 3 años y medio. En esta tarea comete de nuevo algunos errores de sustitución Iéxica, como decir «silla»por «banco»o «gafas»por .prismáticos~. En la tarea de Colores de la PLON, identifica todos los que se le presentan (rojo, verde, amarillo y a d j . Tiene&; dificultades para resolver la tarea de Relaciones espaciales: comprende los conceptos de encima y debajo, pero & delante, al lado o detrás. En cuanto a este resultado, la tarea de Estructuración espacial del CUMANIN también implica que el niño sea capaz de cumplir determinadas órdenes de orientación espacial, ejecutadas mediante una respuesta psicomotora y grafomotora. David no puede seguir ninguna de estas órdenes y su rendimiento se sitúa en el ~ercenril3. El lenauaie - , referido a términos espaciales constituye un lugar de confluencia eotre las habilidades visuoespaciales y li~~üísticas, tradicionalmente descritas como disociadas en el síndrome de Williams. como se ha indicado con anterioridad. En relación con la compresión oral, David es capaz de encontrar términos opuestos (grandepequeño, calieote-frío, día-noche) y también de dar respuesta a necesidades básicas como el sueno («a dormir») o la sed (~renemosque beber aguan). En la escala de Lenguaje comprensivo del CUMANIN, es capaz de contestar a dos preguntas de las nueve que se le plantean acerca de una historia que ha escuchado previamente, rendimiento que se corresponde con el percentil25 en relación con el grupo de niños de su edad. En cuanto a la pragrrriítica, David demuestra ser capaz de nombrar y describir los elementos de la lámina del PLON, aunque todavía no puede larse de narración (no relaciona los acontecientos del relato siguiendo una secuenua temral). Durante una tarea de constmcción de un mpecabezas muestra conductas de autorregulaLa madre no considera a David muy hablador comparación con los ninos de su edad. Refiere e rara vez narra espontáneamente situaciones Le han sucedido en el colegio, por ejemplo. es capaz de mantener un mismo tema de wnsación mucho tiempo, y en ocasiones repite ias veces una información que ya ha contado. cuesta seguir una estmctura argumentatira y enar las ideas que quiere transmitir, de manera e tiende a desistir de explicarlo o, si el adulto le e a iniciar otro tema, lo continúa aunque no eso lo que inicialmente quería contar. ene además dificultades para respetar el N, no siempre mira a los ojos de la persona con 'enestá hablando o, según cuenta la madre, su onación es a menudo exagerada. También sea que David no tiene conciencia de sus dkficits a hora de expresarse, y sólo se esfuerza en volver epetir lo que ha dicho si quiere conseguir algo Como referíamos, las habilidades linguísticas e las personas con síndrome de Williams tendrían un mejor funcionamiento que las no linucas, a pesar de que se observa relación entre arrollo cognitivo y lingüístico. Se describe una nnponante heterogeneidad entre los distintos componentes del lenguaje, con unas relativamente buenas capacidades fonológicas, un desarrollo atípico del léxico y déficits importantes en la morColologia y la sintaxis, además de alteraciones en la pragmática, lgadas a sus dificultades mentalistas (para una revisión, v. Stojanovik, 2012). ) Funcionamientosocioemocional A David le gusta relacionarse con ouos ninos y también con adultos. Su madre refiere que ha mejorado mucho en eljuego con sus iguales, ya que el curso pasado sólo realizaba juego en paralelo. Le encanta conocer gente y se fija mucho en los rostros, de manera que puede identificar a personas que hace uempo que no ve, a la vez que no suele manifestar vergüenza o recelo ante desconocidos. Sefiala que no tiene dificultades para hacer amigos, pero sí para mantenerlos. Se refiere a sus sentimientos, sobre todo si está triste o asustado, y no suele equivocarse cuando etiqueta una emoción propia. También es capaz de darse cuenta de que los demás están tristes y a veces anticipa que su madre puede enfadarse. Ante dicha emoción de tristeza ajena pregunta, pero no manifiesta conductas de consuelo. No finge emociones ni trata de ocultar lo que siente. La madre refiere que David tiene dificultades para ponerse en el lugar de otra persona; para entender, por ejemplo, que puedan gustarle cosas distintas de las que le gustan a él (así, mando ofrece algo para comer insiste en que el otro se lo coma, aunque le haya aplicado que en ese momento no lo ¶uiere). No es capaz de guardar un secreto y no comprende bien las bromas, y por lo tanto no le gustan mucho (pero sí repite bromas sencillas). Tampoco entiende expresiones de sentido figurado (~ronía,sarcasmo), aunque juega a las adivinanzas. Con el objetivo de waluar la capacidad de rawnamiento r~cioemonomldeDavid se eml>leamn tareas de emparejamiento de expresiones faciales, de comprensión de emociones y de ambución de creencia. La tarea de clasi6cxión de expresiones faciales evalúa la capacidad de los 1150s para emparejar expresiones en rostros que manifiestan la misma emoción (Campos, 2009), De un total de 32 tríos de fotografías presentados, David respondió correctamente a 17; por lo tanto, su rendimiento se considera bajo (la probabilidad de responder al azar es del 50 %). En cuanto a la tarea de atribución de emouones a situaciones, explota la habilidad para wmprender la relación entre un acontecimiento y la emoción que provoca en u n personaje -en este caso cuatro emociones básicas: alegría, tristeza, enfado y miedo- (Campos, 2009). David identificó correctamente los dibujos de las cuatro emociones básicas, pero tuvo dificultades para emparejarlas con los contextos apropiados. Con el objetivo de evaluar la comprensión de David del estado mental de falsa creencia de pnnicr orden, uálizamos la tarea clásica de «Sallyy Arme». En ella se presenta una situación en la que un personaje cambia la lo&ción de un objeto cuando el otro personaje ha salido y se pregunta al niño por lo que puede pensar en cuanto a la posición del objeto ese segundo personaje que no ha percibido el cambio. David no es capaz de resolverla y responde que ese segundo personaje irá a buscar el objeto allí donde se encuentra realmente. La habilidad mentalista que se ha de poner en juego para solucionar esta tarea implica tener en cuentalo que las personas saben y piensan sobre la situación, sin dejarse llevar por su conocimiento acmd de ella En el recuadto 11-1 se describen las características del funcionamiento social y la comprensión de estados mentales en personas con síndrome de Williams. Desarrollo psicomotor y autonomía D a v i d presentó retraso en l a consecución de varios hitos del dcxavollo motor e hipotonia desde los primeros meses. Logró la marcha autónoma a los 2 1 meses, pero n o tepró ni gateó. A los 2 anos, en una revisión fisioterapéutica, se detectaron dificultades en l a motricidad fina y gruesa y en el tono postural, así como u n insuficiente control antigravitarorio; l a hiporonía axial comporta inestabilidad oroximal., v , las reacciones de endereza, miento, equilibrio y apoyo son m u y inmaduras. I También p o r el insuficiente control gravitarorio, D a v i d se mueve en patrones rotales de flexión a extensión, sin rotación ni disociación. Posteriormente, a los 2 años y 11 meses, desde la consulta de neurología, se informa de la normalidad en pares craneales, fuerza, reflejos osteorendinosos y ausencia de temblor, con un tono muscular levemente disminuido. Mientras, en l a evaluación actual, a los 4 años y 2 meses, en la Escala de psicomotricidad del CUMANIN, D a v i d obtiene una puntuación que se corresponde con el percenril 15 en relación con el grupo de referencia. Es capaz de mantenerse unos segundos sobre la pierna dominante (menos de cinco), de tocarse l a nariz con el dedo (con l a mano uauierdai. ~ ,. de referir la secuencia de estimulación de varios dedos de la + La manifestaciónde un gran interés por lo social 4 El procesamiento socioemocional está particuconstituye un rasgo invariablemente asociado al uerlil neuroosicolóuico de las personas con sindrome de hlliams.Sin embargo, este rasgo se constituve en siqno de atipicidad: se presentan a veces como ndémasiado» sociables, lo que suele traducirse en un desaiuste relaciona1 moivado por un exceso de familiaridad ante desconocidos. A s i se describen qeneralmente como empáticas y muy atentasa los sentimientos de los demás, pero, en ocasiones, parecen pasar por alto ciertas claves relevantes para comprender el mecanismo de las interacciones con otros 4 Su rendimiento es el esperado por su edad de desarrollo en distintas tareas que evalúan el procesamiento de emociones básicas, pero revela más dificultades para detectar emociones complejas. La marca fundamental de la posesión de una teoria de mente representacional es la habilidad de atribuir creencias falsas. Aunque no han sido muchos los trabajos que se han ocupado de la competencia de atribución de creencias en el sindrome de Williams. se han descrito resultados discrepantes que, en ocasiones, permiten establecer un funcionamiento mentalista dentro de la normalidad, en otros casos se detecta el es~erable para su nivel dedesarrollo cngnitivo y, en otros, se sualere un déficit incluso en relación con su nivel de desarrollo general. Algunas variables que podrian explicar estas discrepancias quardarían relacton cori el tlpooe tared, emp rao.ra la d fereric,a enrre rl eoao cronolnqica y. Id eadd oe oe,arrol o .. de os paril<.panresde ior traoajos, o rl mooo dr prequntar por e ertaoo rtienrdt de creencid ,p,ii~ . . una revisión, v. Campos y Sotillo. 201 2). - larmente relacionado con el funcionamiento de la amígdala v de los circuitos amiqdalocorticales. Se ha señalado la correspondencia entre el desempetio social de las personas con este con lesiones en ~ í n d r o m eel' ~de los dicha estructura. En cuanto a las características estructurales, los resultados sobre el tamaño de l a amíridaia en el sindrome de Williams resultan contradictorios: algunos estudios refieren un tamaíio habitual en relación con el volumen cerebral global. mientras que otros describen que el volumen de la amígdala y, específicamente, el de la región posterior de su núcleo lateral serian significativamente inferiores, de forma que una reducción en estas conexiones podria conllevar que las experiencias sensoriales no adquiriesen la valencia emocional apropiada (p. ej., la emoción de peligro vinculada a la aproximación de personas desconocidas). En cuanto a sus caracteristicas funcionales, las alteraciones se relacionan con una mayor reactividad de la amígdala a estímulos sociales positivos y una respuesta atenuada ante estímulos sociales neaativor. iunto con la referida tendencia incrementada de aproximación a desconocidos. Los adultos con sindrome de Williams muestran, además, unfuncionamiento cerebral atípico ante rostros y escenas potencialmente peligrosos. Con respecto a otras de las explicaciones de la hipersociabilidad en o t e smdroine, <eha propi.esro qiie a tncdpac udd pdr-1 ntilotr a lnformaclon sticld. sailelite pooria errar relaconaoa r o n ~ l l da r ~ r ~ r ' cn on or I<joulo\ 'ronraer 'para L n d revisión. i rlaar y Reiss. 2012). - . - muestra dificultades para i n t w las pistas dadas y emplearlas para identificar el objeto. Su ejecución se cortesponde w n el nivel a l d o por ninos de 2 años y 9 meses. También en la K-ABC, el test de C m y lugares evalúa conocimientos a l m m a d o s en la memoLa madre refiere que David ha mejorado muria a largo plazo, como los nombres de personas o en habilidades de autonomía para la vida dia.Es capaz de abrochar botones grandes y de su- famosas, personajes ficticios o sitios conocidos. David es capaz de teconocer objetos de uso Wy bajar cremderas (aunque no las engancha). puede desvestir solo (salvo algnnas ~rendas), mún, personajes de cuentos (como Capenicita nerse y quitarse el abrigo sin ayuda y también Roja) o de dibgos animados (wmo el pato Dobabero, así como zapatos y zapatillas sencillas nald), pero no identifica personajes célebres, sin cordones. Todavía necesita bastante superhistóxicos o famosos, ni lugares significativos (p. ej., la Torre Eiel). Se objetiva un rendimiento ión en el aseo (p. ej., lavarse los &entes o ks anos). El comportamiento adaptaSvo de niños comparable d de niños de 3 años. Cabe decir que y adolescentescon síndrome de Wiiams se ha relos ítems presentados no son de completa actualivelado deficitario en varios estudios. Se describe dad, por tratarse de u n test disenado hace algunos una adquisición de estas hahiidades por debajo años, por lo que es frecuente que los niños de la de lo espetado para la edad cronológica así como edad de David tampoco los reconozcan. u n uso inadecuado de los objetos en el ámbito esLa escala de Riuno del CUMANIN demanda colar, domtstico y de auwcuidado, y también por la reproducción de 7 $enes tímicas de dificultad debajo de lo que cabría esperar según su nivel de creciente, mediante presentación auditiva David desarrollo o por su rendimiento académico. no fue capaz de ejecutar ninguna, y obmvo un percentil igual a 15; es posible que el rendimiento en esta tarea se vea dificultado por sus Limitacionesen Conocimientos académicos la memoria de trabajo. Las persona con síndrome y habilidades musicales de Wdiams muestran un gran interés y afinidad Las escalas de evaluación aplicadas a David por la música, pero sus habidades musicales se tambien induyen taras que permiten explorar los encuenuan en un nivel similar o incluso Merior conocimientos adquiridos a p m i ~de conceptos al espetado por su edad mental o su nivel coguitransmitidos en el colegio y de los adultos de su avo (Martina-Chilla et al., 201 1). Este interés hacia los estúnulos anditivos se ha relacionado con El test de Aritmética de la K-ABC mide la hala hiperamia. Además, se han hallado evidencias bilidad del niño para identificar números, contar, de una organización neuroanatómica y fun«onal realizar operaciones ariunética y demostrar que diferente en relación con la modalidad auditiva. comprende ciertos conceptos matemdtzcos. DaAsí, se ha observado un patrón de activcxión más vid reconoce gráhmente algunos números (al global, variable y difuso ante dichos &dos aumenos el 1, el 2 y el 3) y es capaz de contar wditivos que el hallado m pusonas con desardo rrectamente hasta 5; también reconoce las figutipico, de manera que en las personas w n síndroras geoméuicas de círculo, cuadrado, rectángulo, me de Williams se activan no sólo disuntas áreas rombo y estrella, pero muestra dificulrades para temporales, sino también de la corteza visual y asociar el número a la cantidad, y para comprenouas regiones de la amígdala, el cerebelo y el aonder los conceptos de mayor, menor o igud cuanw del encéfalo (Thornton-Wels et al., 2010). do se refieren a cantidades. Su nivel de ejecución en esta tatea se corresponde con lo esperado para nifios de 3 años y 9 meses. Las habilidades de M INTERVENCI~N.UNAMIGO procesamiento numérico son deficitdas en este ES PARA SIEMPRE síndrome, con problemas importantes en la comprensión de la cardinalidad (Ansari et al., 2007). David está escolarizado en segundo curso del El test de Adivinanzas de la misma escala excido de educación infantil en un colegio conlora la capacidad para deducir el nombre de un certado bilingüe español-inglés, en la modalidad concepto uerbaL concreto o abstracto a partir de educativa ordinaiia w n apoyos. Prwiamente, algunas de sus características. David responde desde los 10 meses hasta los 3 aíios y 9 meses, wrrecramente a dos adivinanzas; en las demás acudió a una escuela infantil privada. Su currículo con los pies juntos, de ponerse con los brazos en c m y de tocar con ulgar los dededos de la mano. Muestra ultades para andar en equilibrio y para andar , de TRASTORNOS GENÉTICOS actual presenta adaptaciones muy significativas y sus objetivos son los del primer curso de didio ciclo. Tiene apoyo de un profesional de pedagogía terapéutica 4 horas a la semana. Además de los establecidos en la escuela, David ha participado en programas especializados para personas con síndrome de Williams. Así, ha asistido a algunos de los ofrecidos desde la Unidad de Apoyo Psicológico al Síndrome de Wiliiams (UAPSW), un servicio del Centro de Psicología Aplicada de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid cuyo objetivo es brindar asesoramiento psicológico a los afectados, a sus familias y a los profesionales que trabajan con ellos. La UAPSW lleva funcionando desde julio de 2009 (con anterioridad, desde el año 1999, algunos de estos servicios se ofrecían a través de la Asociación Síndrome de Williams de España). Los padres de David acudieron al servicio de acogida a familiares de la UAPSW cuando recibieron el diagnóstico. Posteriormente, David participó en los programas que se enmarcan dentro de los servicios de intervención con las personas con este síndrome y de asesoramiento a sus familiares acerca de las dificultades de funcionamiento psicológico y de las estrategias para afrontarlas. Estos programas fueron dirigidos por tres psicólogas e implicaban una fase presencial con el niño (4 sesiones de 1 hora de duración, con una periodicidad quincenal) y un trabajo con las familias con el fin de generalizar a otros contextos las estrategias trabajadas en la consulta (como se señala en Campos et al., 2007). Para cada uno de ellos se proponían objetivos específicos y se retomaban objetivos comunes (p. ej., relacionados con la comunicación o la relación con los iguales). Uno de los programas en que se incluyó a David fue el de intervención en relacioner iocialer con iguale^. So objetivo general era conseguir que los ninos mejorasen su capacidad de interactuar con otros menores, mediante la puesta en práctica de estrategias eficaces. Los objetivos específicos que se abordaron con David-ylos otros tres niños con los que acudía- fueron los de ser capaz de presentarse, iniciar el juego con los iguales, expresar los deseos propios, comprender y respetar los deseos distintos a los propios, entender algunas emociones ajenas y expresar adecuadamente las suyas, compartir materiales, respetar el turno y realizar peticiones de forma correcta. Asimismo, se presentaron a las familias las actividades realizadas acompaíiadas de unas pautas para su indusión en el ámbito familiar, a fin de favorecer la mejor generalización de los aprendizajes iniciados en los talleres. Mientras, en el programa de juego con iguales, el obietivo general era que los niños llevaran a rabo estrategias lúdicas en situaciones variadas de juego funcional, de reglas y simbólico, siempre en-un contexto en el que además se favoreciera su desarrollo social y comunicativo. Algunos de los objetivos específicos que se ti-abajaron fueron: aprender a iniciar el .iuego con otros ninos, expresar los deseos propios con respecto al juego, comprender deseos descentrados del juego, participar en juegos de reglas, intervenir en escenarios de juega simbólico y mostrar iniciativa en la realización de sus secuencias, ampliar el vocabulario relacionado con la actividad Iúdica, compartir materiales y, de nuevo, respetar el turno y realizar peticiones adecuadas. Algunos de estos objetivos coinciden con los propuestos en el programa anterior, ya que los participantes eran los mismos, y se trataba de dar continuidad y afianzar las competencias previamente elaboradas. En el mismo curso, David acudió a un programa centrado en habilidader de autonomía, cuyo objetivo principal fue fomentarlas en actividades relacionadas con el aseo, el vestido, la comida y la realización de tareas sencillas en el hogar. Los objetivos específicos que se plantearon guardaban relación con mejorar la motricidad fina para el vestido (abrochar y desabrochar, poner y quitar zapatos o zapatillas), el conocimiento y manejo de utensilios en el aseo (p. ej., el peine y el cepillo de dientes), actividades de ayuda y de cuidado de los enseres en el hogar (poner la mesa, recoger los juguetes), o destrezas relacionadas con la alimenración (manejo de cubiertos, pelar frutas, pautas adecuadas para la bebida). Por úlrimo, David participó en el programa de intervención para el desarrollo de la atención, cuyo objetivo era el de mejorar las habilidades atencionales y de concentración en la tarea, así como poner en marcha estrategias adecuadas de organización, planificación y autorregulación que permitieran perseverar en las actividades y un adecuada maneja de la frustración. Algunas de las áreas que se trabajaron fueron las relacionadas con el aumento de la amplitud atencional sobre material visual y verbal, la focalización en la tarea demandada, la persistencia en su realización, el respeto de los turnos, el fortalecimiento de habilidades atencionales como base para actividades de memoria, y las de organización y control de las demandas. Como se ha indicado, todas las intervenciones senaladas que David recibió tenían una periodicidad quincenal y pretendían apoyar los programas Síndrome de Wilihms les a los que acudía a diario. Además de los a; otras intervenciones, como la de natación pectos concretos de su desarrollo, como la de gopedia o la de musicoterapia. Creemos imprescindible destacar la imponancia de la coordinación entre todos los agentes de los programas en que paniupen las personas con síndrome de Williams de cara a comparur objetivos y a potenciarse entre ellos. Asimismo, secundamos la idea de una necesaria d u a u ó n continua y seguimiento de los programas, para determinar aquelloí qiic dehen f"i&ar ili2 otro\ a~pccios dehcn ser ol>j~.to de uii.i intsrvcnción cs,riiiriii~dn o de implementauún ante demandas nuevas. En este sentido habrá procesos cuya relevancia hará que sean ob~etode intervención (ajustada a la edad cronológica y a la capacidad intelectual) prácticamente a lo largo de toda la vida. En estos casos, para la mejora del funcionamiento en procesos cruciales y habitualmente afectados en personas con síndrome de Williams, entendemos que se deben poner en m m h a intervenciones intensivas (no esporádicas), multifuncionales (de manera que la misma intervención pueda servir a los objeuvos de varios procesos), bien coordinadas (no hay que obviar que es el mismo cerebro en desarrollo el que está procesando el conjunto de la intervención) y siempre aprovechando las fortalezas, motivauones (como «querertener un millón de amigos»)e intereses individuales acordes con la edad. En este sentido entendemos que, cuando sea posible, es más conveniente un número peque60 de programas que, potenciando los aspectos fuertes del desarrollo de la persona, busquen conjuntamente mejorar las áreas deficitarias. En ocasiones, una multiplicidad de programas con una periodicidad muy dilatada en el tiempo pueden llevar a acciones más puntuales (y, por lo tanto, menos efectivas), además de un ingente trabajo de coordinauón entre los tratamientos (que a menudo se ven obligadas a asumir las familias). También consideramos fundamental, como s d a lan otros profesionales y padres, que los niños con síndrome de W k , como todos, dispongan de tiempo para jugar, para esUu en sociedad, para el para poder vinr, acorde con ocio y, en d&iua, su edad, de una forma normalizada. El desarrollo actual de David es ciertamente prototípico de un ni60 con síndrome de Wiüiams a su edad. La esumulaúón que recibe está contrihuveiido a mejorar su ~iincion=mienropsicolbgiLO, ayudiii<loloa poviiciar ;ilgiin3, 'le siis Ti>ri:,lczas y a minimizar los efectos de aquellos aspectos en que presenta mayor alteración. Sus necesidades de apoyo, como las de cualquier persona, irán cambiando, y a estos cambios deben adaptarse los programas que se pongan en marcha con el objetivo &al de mejorar su calidad de vida. ~. . Juicio clínic~-dridromede Williams.: estados mwtales, qse indican dificultades-. - Hallazgo& pniebas complemmentarias: cog~itivasy.lingüisüi,con un mejor fun' -kemicigosidad para marcadores -de la mdonamientaen el'ása verbal que en la no^ verbal (de:g&rdorqn el perfil cognitivo:: ;gión 7ql1-23,que confirma la deleci6nm8s . . ,común [l&iMbJ;~B~~@@:d$I:s~fldc~.me de d e s e t o parael.%índromedeWi1liams)~:: .~ . =~., y,tilliam$, T~~... .~ ~ * : ~:~~ r . Inknrem~ió~.nwmpsicul6gica. Se desakkeun:.-. ~ = . ~ ~ ~ - Hallazgos enla expl'oT%86nneuropsicol&gi- conjuote de progmmas de intervención. des-;! ea: se recogen los resultados de David en un 3é los-demás amplioespectro (estirnulaáón~ . . .,a.mplioconjunto de pruebas d e evaluatrián temprana) a Id~centradosen ámbitos C Q ~ : : ~ ~ .~ . -:.&ugnitiva y lingüística y en tareas de evalua: 3% (Isgopedia, musicoterapia),con el,n!&&ivp cognia~o-y.soQag~=-~ : ? :Gon~deimp.e$enc~a~ de .~.&o.~rensiiinde d e ap~yargl~deorrollo ~ .e ; ~ , ~ ~ ~ ~ ~ ~~ ~~~~ ~ ~ ~ ~ ~~ ,. >...::.~~-~. ~ ~ ~.~. .~ .. . --.-.a:, . ..~ ~:~ : ~ - . . ~ p L A - ~ ~ ~ ~ ~ - ~ - ~ ~~~. . .~ . = .z..-.:. ~ ~ ~ ~ .. ~~ ACTIVIOAO 11-1. Familiarizarse con los términos referidos a sindromes con un origen genético J Ejercicio l. Busque y defina los siguientes términos: - Deleción. - Hemicigosidad. - Prueba MPLA. - Prueba FISH. ACTIVIDAD11-2. Repasar la neuroanatomia infantil J Ejercicio 2. En este capítulo hemos revisado la forma en que el procesamiento socioemocional está particularmente relacionado con el funcionamiento de la amígdala. Identifique esta área en la siguiente aplicación: http://www.zygotebody. coml, que permite consultar de forma interactiva las principales estructuras anatómicas del cuerpo humano. ACTIVIDAD11-3. Aprender a evaluar en neuropsicología infantil. Principales pruebas Cuestionario de madurez neuropricológica infantil (CUMANIN) (Portellano et al., 20001 Aplicable de los 3 a los 6 años de edad, permite determinar el grado de madurez neuropsicológica. así como la posible presencia de signos de disfunción cerebral. El instrumento consta de unas escalas principales (Psicomotricidad, Lenguaje articulatorio, Lenguaje comprensivo, Lenguaje expresivo, Ec'r~crurdron f,p,ir 21. V ~uoperc?pr.onMemoria conic,i v Riir~iol (Atencion.Fluiaez . ,i orr~sa~x.liares verbal, Lectura, Escritura y ~atera'lidad).Su tiempo de administración se estima aproximadamente entre 30 y 50 minutos. Se obtienen unas puntuaciones centiles en las escalas y sus agrupaciones, proporcionado además un índice de desarrollo. Para el rango siguiente de edad, entre los 7 y los 11 años, los autores han diseñado el Cuestionario de madurez neuropsicológica escolar (CUMANES) (Portellanoet al., 2012). A continuación se describen brevemente las distintas escalas. Psicomotricidad: está formado por 11 ítems dc tareas como caminar «a la pata cojan o saltar con lo5 pies juntos. Lenguaje articulatorio: repetición de 15 palabras de dificultad creciente. Lenguaje expresivo: repetición de 4 frases de dificultad creciente. Lenguaje comprensivo: tras escuchar una historia, el niño debe responder a 9 pleguntas sobre su contenido Estructuración espacial: actividades psicomotoras y grafomotoras de orientación en el espacio. ~isuopercepción:reproducción de 15 dibujos aeométricos de compleiidad creciente. Memoria icónica: s i presentan 10 dibujos de objetos sencillos que el niño tiene que memorizar. Ritmo: reproducción de 7 series rítmicas de complejidad creciente. Fluidez verbal: se demanda al niño que construya frases a partir de una o dos palabras estímulo. Atención: cancelación de 20 figuras iguales a un modelo dado de entre 100. Lectura: se aplica a partir de los 5 años de edad y consta de la lectura de 10 palabras y de 2frases. Dictado: también aplicable a partir de los 5 años de edad y consiste en el dictado de 10 palabras y de 2 frases. Lateralidad: valora la preferencia manual, ocular y podal. J Ejercicio 3. Elabore un breve informe de la evaluación cognitiva de David a partir de los resultados obtenidos en las distintas pruebas descritas en el capítulo. A~TIUIDAO 11-4.Planificar la intervención en neuropsicología infantil La relevancia del diseño de un proqrama indi. . vidualizado de tratamiento para niños con alteraciones en el neurodesarrollo incluye tener en cuenta que el objetivo final de lograr una mejor calidad de vida pasa por habilitary compensar sus caoacidades en un contexto motivador v. a menudo, lúdico. J Ejercicio4. Esboce los principalesobjetivos de un programa de intervención centrado en las habilidades de relación social para niños de 4-6 años con síndrome de Williams. F VIDAD 11-5. Neuropsicologia infantil la literaturay el cine ara leer A partir del conocimiento actual sobre el perfil europsicológico de las personas con síndrome de lilliams, realice una crítica argumentada del libro: Moure G. El síndrome deMozart. Madrid: Ediciones SM, 2003. ~BLIOGRAF~A D, Do& C, KarmiloffSmichk Typical and arypical dwelopment o€ visual estimallon abilities. Corta 2007; 43:75848. mpos R Construyendo mentes: desarroUo de lammprensión de estados mentales en d o 5 con síndrome de Wtlliims y en desarrollo ripico. Tesis doctoral. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid, 2009. ampos R. Garúa Nogales MA, Sorillo M. Programa de inteivención en habilidades de comprensión social &igido a personas con síndrome de V I En: . Garcia Sándin JN, eds. Dilidmdes del desarmllo: waluacián e intervención.Madrid: Pirámide, 2007; p. 47-58. mpos R Sarilla M. Menrd s u t e undenunding and sodd intcraction. En: Eararnn EK, Karmiloff-Smith A, cds. Neurodwelopmenal dirorders across the lifespan. New York: oxfoni UniversiryPrcsi,2012; p. 279-95. uarr AK, Morris CA, Ensing GJ, LokerJ, Moox C, Lepwr M, er d. Human vasdar disorder. mpravalwlar aortic stenosis, mapa ro chmmasome 7. 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Biology and knowledge rwisited: From os& . ur adolrr<cnr.and .>diiltrwirh Wiliiarns wn&.,rnr. \(irvi< i'rrccpiicin 201 1.29.79.91 Mrrvi, C. Murri, (1, Bcrtnnd J. Rul>inwnFR V'illimr ryndmme: Endings fmm an integrad pmgram of mearch. En: Tager-Flusberg H, ed. Neurodwelopmend disorders mnuibution ro a new framovork h m &e cognitive neurosUences. Cambtidge: MIT Fress, 1999; p. 65-110. Mervis C, Robinson BF, BdJ, Morris CA,Klein-Tasmao BP, h u o n g SC. The Ticagnitive profile. Brain Cogn 2000;44:604-28. Meyer-Lindenberg A, Hariri AR, Munol KE, Meniis CB, Matcay VS, Morris CA. m al. Neural correlares of generically &normal so& cognition in W i i a m s syndrome. Nar Neumsci 2005;8:99l-3. Morfi CA. Demsw SA. Leonard CO. Dilw C. Blackhurn BL ~aniralhistoGof*& phFi& diaoniristiw. J Pacdiac 1988;113:318-26. StojanouikV. Laterlanguage. h Eum EK KarmiloBSmith A, eds. Neurodwelopmend disorders actos &e üiespm. NewYork: O;doniUniversiryPress, 2012; p. 205-21. Thornron-WeUr TA, Cannkmci CI, Anderjon AW, Kim Kim, Eapco M, Gore, JC, et al. Audirory a-don: acrintion of visual coma by music and sound in Wüiiams syndrcmc.AmJ Inrellecr D w Disabil2010;115:172-89. W h a JCP, B-u-Boycs BG, L-m. Suprauawlaraortic stenosis. Circularion 1961;24:1311-8. +ame .~ l. Sancho Frías. A. Ramos García y C. Sáez Zea OBJETIVOS DE APRENDIZAJE I Al finalizar el capítulo el alumno será capaz de: Conocer la genética del síndrome de Angelman y sus repercusiones en el fenotipo. Identificar el perfil neuropsicológico del sindrome de Angelman con las capacidades preservadas y alteradas. Revisar los tratamientos que existen en el momento actual para intervenir sobre los síntomas neurológicos y neuropsicológicos del síndrome de Angelman. Reflexionar sobre las repercusiones que tiene en la familia el que uno de sus miembros presente síndrome de Angelman u otra discapacidad similar. Descubrir el papel de lasasociaciones en el asesoramiento y la adaptación de las familias afectadas, asícomo en la divulgación y el impulso de la investigación. 1 M INTRODUCCIÓN II 0 La historia de k mediesrá llena de relaros intela reranter acercadel deruibrimienm de saga del de ~~~~l~~ uno de Fue por mera &dad que hace casi 30 años, alrededor de 1964, m ninos minusválidas fueron admitidos en diferentes momentos en mi cenuo infantil en In&erm P m f a b a n sintomatoloda diversa Y. aunque a primera vista, pardan sufrir afecciones diferentes, tenia la sensación de que una causa común parasu EI dwmhticn frie nunmenrp-- dinicoooroue. de -~~ ~-~ r ' .a que las técnicis de invesrigación son hoy en día más r&nadas, no hiicapaz de robar cienrificamenteque los tres tedan la misma &-pacidad. Si embargo, esmdo de de vacallonaen Itaia vi un cuadro ~ecciode Verona llamado Rindtm difdmiufficon drregno son"uite IRm de muchacho con manonrtal, La del m u a 0 y d hedio de que mispacienrm movimientos espasm&diu>sme dieron k idea de eswibir iui aiúculo sobie los mes ninos con d título de Puppct ChiUen [Ni~o,ManOnmI. ~ ~ Éste es un fragmento de lo aue el ~ediatra inglés H a q Angelman menta a un compakro acerca de la primera descripción del síndrome que llevará su nombre. En él relató las características dínicas comunes de tres niños: discapacidad intelectual grave, ausencia del habla, ataxia, temblor, hioooiementación. eoile~siacon un ~ a t r ó ncaracterisúco en el electroencefalogram/(~~~) y un aspecto fisico similar, caracterizado por prognatia, o i o ~hundidos, boca grande con lengua promi"ente y microcefalia ion occipucio plano. Pero el rasgo patognomónico era de tipo conductd: su semblante feliz y persistente sonrisa, repentina, inexplicable y, en ocasiones, incluso inapropiada. Durante décadas se intentó, sin éxito, establecer una prueba diagnóstica positiva común para los casos desaitos con esta afeccibn. No se consiguió hasta 1987,gracias al desarrollo de nuevos métodos de análisis genético. Fue entonces cuando se pudo definir el mecanismo implicado en la apadción de ~ ~ ~ Angelman, 1991 (tomado de Williams er al., 2009) L L " . & A este síndrome: alteraciones en una región del brazo largo del cromosoma 15 (Recuadro 12-1). El término «síndrome de marioneta feliz» se utilizó para referirse a esta alteración neuroge- nética hasta 1982, año en que Williams y Frías sugirieron sustituirlo por el de «síndrome de Angelmann n o sólo para honrar a su descubridor, sino también para evitar posibles connotaciones + Ld mayorld U? nLesIros genes se expresan derde I1 I I c ~ dos r aleios el mdterno y el paterno Sin enibargo,algunos lo hacen exclusiva o predominantemente en uno de ellos. Los genes que no se expresan se dice que están marcados o simpronr ~ u u s Iimpri»rrd,, , y el froiimeno qde SJpOnQId exprecion d ferente oe a gunoc genes en fiinc on del sexo del progenitorse denomina impronta genómica o marcado genómico (genomic imprintingl. Hay varias regiones en el genoma humano en las que se han identificado genes con esta impronta genómica; entre ellas se encuentra el brazo largo del cromosoma 15, la región comprendida entre q11-q13. Anomalías concretas en esta región se han asociado con dos síndromei, el de Prader-Williy el de Angelman. La diferencia entre ambos estriba en el origen materno o paterno del material genético alterado o ausente, que da lugar a rasgos clínicos (fenotipos) distintos. En el caso del síndrome de Angelman estas anomalías se producen por la falta de activación o la ausencia del alelo de un qen de expresión materna, el gen UBE3A (proteiná ubiqultin-ligasa E ~ A )estan , do el alelo paterno de ese gen silenciado (paternalmente improntado) ( ~ a b et b al., 201 l ) . ~ olo r tanto, este síndrome es un claro ejemplo de herencia epigenética, es decir, de cómo determinados fenómenos pueden no afectar a la secuencia de ADh de or gerirj, pero S: a su expresión. E l \innrome o r Ange man re vinrJ a a oiferenrcs alteraciones genéticas que implican al cromosoma 15ql1-q13: - Deleci6n(pérdida de una parte del cromosoma, que se %rompe»y se separa del material genéticol en el cromosoma materno 15all-a13 que contiene el gen UBE3A activo. El gen del otro alelo, de oriqen .paterno, no puede suplir su función, porqueestá inactivadi, y se produce la repercusión fenotípica. Esta anomalía es la más frecuente, responsable del sindrome de Anqelman en el 70-75 %de los casos. - ~ i s o m i ouniparental: ambas copias de un cromosoma determinado, o de un segmento cromosómico, proceden de un solo progenitor, en este caso el paterno. Por lo tanto, el individuo tiene las dos copias del gen paterno inactivadas y ninguna copia materna activa. La disomía unioarental oaterna es resoonsable de un p e q u k o porcentaje de los casos con síndrome de Angelman: el 2-3 %. Miilacionrs . l ~ igen (IBE3A por .d ao r o f i de grupos nietilos a los res duo< oe c rosind <Ir los dinucleótidos formados por citosina y guanina. Los grupos metilo pueden hacer a los qenes inaccesibles v. ~ o ello. r transcrio- 1 C I U I ~ ~rnr.nie inart vos. O r ~ r r e en aprox madamenreel2 5 >< oe os casos o ~rinosticauos de síndrome de Angelman. - Mutaciones en un centro de improntación o marcado (imprhting centerJ, lugar donde se activan los genes maternos: provoca que. a pesar de que el individuo ha heredado sus dos cromosomas 15, uno del padre y otro de la madre. se haya borrado la impronta para el de origen materno. Se denominan mutaciones de impronta y ron la causa de alrededor del 25 % de los casos de sindrome de Angelman. Aunque todos estos mecanismos dan lugar al síndrome de Angelman, la gravedad del cuadro (expresión fenotípica) varía en función de la anomalía oenética Que lo Drovoca. En aeneral. algunos s.inos como la discapacidad intelectual. la alteración del habla v ' . la e~ileosia. . , . tienden a ser menos graves cuando se han producido por disomia uniparental o por defecto de impronta que cuando derivan de una delerión o de una mutación del qen UBE3A. Además. los rasgos faciales rJe en ser menos proni nen res y rl drrdrru lo niuror dlqo mar fapdo. DO, lo Que es habitual que se diagnostiquen más tardiamente. Una posible explicación podría ser que los parientes con una deleción o una mutación portan una copia intacta (aunque prácticamente no funcional) del gen UBE3A, y aquellos con disomía uniparental o defecto de impronta portan dos copias intactas (aunque prácticamente no funcionales). por lo que existiría una posibilidad residual de expresión del alelo indemne (Dan, 2012). Por otra parte, es también muy importante conocer por cuál de los posibles mecanismos se ha producido el síndrome de Angelman, ya que el riesgo de transmitirlo a futuros hijos varía. En el caso de las deleciones y de la disomía uniparental, la probabilidad es inferior al 1 %,mientras que en los casos de mutación de impronta o mutaciones en el UBE3A asciende hasta el 50 96.Es preciso, pues, realizar un cariotipo en todos los casos (Arias Pastor et al., 2006). - + I 1 1 + tativas, prejuicios o estigmatizaciones hacia ersonas afectadas. En ocasiones se los conomo «ángeles»por el nombre del síndrome elman» podría traducirse por «persona an*), pero también por su apariencia juvenil , junto con la conducta estereotipada de que suelen adoptar d caminar. síndrome de Angelman es una enfermedad enética poco frecuente. Su prevalencia se en 1 de cada 12.000-20.000 individuos, a día de hoy no se conoce con exactitud la porción de individuos que lo padecen debido, otros factores, a que suele tener un diag(enue los 3 y los 7 afios) y, sobre conocimiento del síndrome por parte os profesionales, que lo confunden con sis cerebral, autismo o síndrome de Rett, tre otros trastornos del neurodesarrollo. Su diagnóstico es fundamentalmente clínico, marcador más importante es su fenotipo conctual, entendido como el patrón característico alteraciones motoras, cognitivas, lingüísticas ociales. En 1995, tres décadas después de la imera descripción sindrómica, se establecieron ediante consenso los criterios para su diagnósco (Williams et al., 1995). Entrelos más mportes están: a) historia de desarrollo prenatal y nacimiento normal, con ausencia de defectos ngénitos importantes y perímetro cefálirn drnn o de los límites establecidos; b) entre los 6 y los 12 meses de edad, retraso en el desarrollo, aunque no progresivo, sin pérdida de habilidades; C) normalidad en los estudios de laboratorio (períilhematológicu, metabólico, erc.), y 4 ausencia de alteraciones relevantes en las pmebas de neuroimagen, aunque, en ocasiones, pueden revelar leve mofia cotrical o desrnielinización. La confirmación del diagnóstico requiere la identiiicación de sintomarologia clínica, esnidio mediante EEG y análisis cromosómiws y moleculares. Estos datos son útiles como criterios dc inclusión, pero las excepcionesnoexduyen el diagnóstico. Precisamente el caso que presentarno<pertenece a ese gnpo etiquetado corno «de causa desconocida»,si bien cumplía todos l~ criterios chicos para ser diagnosncada como síndrome de Angeiman. LA LLEGADA DE ANA Y LAS PRIMERAS SOSPECHAS Ana es muy guapa y le gustan las muesuas de cari- no. Es aficionada a la música (cuanta más electrónica y potenre, mejor). Montar en m d i e y en autobús, tomar d sol, explorar las viviendas de los amigos hasta encontrar su 1favorito: La cocina También di&ra haciendo mido can objetos, jugando con d agua, etc. Toda esto es nomal en ella. Ver a los de& hacer deporte, más que practicarlo, le arranca siempre una sonrisa. Tiene 22 años y está diagnosrirada de síndro- me de Angelman. Er nuema hija. (Inma y Antonio) El nacimiento de un hijo con síndrome de Angelman rompe todas las expectativas, y su prebencia altera la vida familiar, al no ser el ni60 que se esperaba y quedar invalidadas muchas estructuras en relación con los umodelosv de paternidad y maternidad. Hay que tener en cuenta que el síndrome de Angelman conlleva una discapacidad i n t e l e c d con necesidades de apoyo generalizado. El grado de dependencia es alto y, por lo ranto, el grupo familiar se enfrenta a una sitnauóu de cuidados de intensa y larga dwdción. Desde que observamos en h que *algo no iba bien» ha habido, para nosotros, un proceso de cambios, luchas y adaptacionesen todos los ámbitos, que ha necmtado para su abordaje decisión, fuerzas y altas dosis de realismo y optimismo. Son reflexiones de una experiencia, la nuestra, que compartirá semejanzas pero incluirá diferencias con respecto a l a de otros hogares. Cada «familia A n g e h » presentará unas que y dependen, en primer lugar, de las cara~fetí~ti~as de k gravedad del cuadro de la persona con síndrome dehgelman, de las desmezas personales, la relauón de pareja, la historia familiar, el contexto cuimai y el social, los recursos y apoyos ewnómicos, educativos, formativos, e a , y esta wmbinación de factores condicionan partinilarmente cada situación y crea enormes desigualdades (nosotros nos sentimos unos privilegiados). Podnan denominarse las ermables intangiblesv de nuestra realidad. Incluso con las referidas diferencias y particularidades de cada familia y de cada nino wn este síndrome, hay características y vivencias wmunes que compartimos y nos hacen pertenecer a un grupo minoritaio, pero con unas señas de idenudad. Nuestro relato, como decíamos, partiendo de la experiencm particular de compartir la vida con Ana, espera reflejar la dimensión colectiva de estas <familias Angelmann. Son retaws de momentos de nuestra historia de vida que los profesionales han de conocer. Ana es hija única y su Uegada a nuestra familia fue deseada. La etapa del embarazo fue normal; el nacimiento se realiW por vacnoemracción a k s 42 semanas de gestación. Con una prueba de Apgar 919, pesó 3.250 g y tuvo un perímetro craneal de 33 cm. Sólo cabe destacar que, sig- nificativamente, casi no iloró al nacer. Era una nifia preciosa, rubia, de ojos azules, y un bebé muy bueno, que apenas Uoraba y no protestaba Uo, y ei diagnósricopuedellegar tardí casi nunca Eramos Los padres más felices del penodo de espera es wmplqo y deswnce mundo, nos sentíamos totalmente afortunados. cuando no yatrogénico, para los pmpios Sin embargo, la ausencia de llanto o el llanto de w n síndrome de A n"e e h : Ana tuvo baja intensidad, que ha sido y es una constante ingresos hospitalarios, crisis epilépticas sin wnen su vida, nos fue llamando la atención y comolar, cambios de medicación, pruebas a veces menzó a preocuparnos. Ana, además, presentaba dolorosas, consultas w n diversos profesionales, otros síntomas que nos hicieron sospechar de que dmgnósticos erróneos y un largo etcérera. Todo algo no iba bien, wmo un umbral de dolor muy esto unido a la angustia y el miedo que nosotros alto, falta de interés hacia los objetos y juguetes, oodímos transmitirle por nuestra incertidumbre. dificultad en conectar la mirada con la del adulApartir de los 15 meses de edad tomamos conto, balbuceos escasos, risas d e s c o n t e x t u ~ a es ciencia de que el desarrollo cognitivo, psicomotor bipotonía en el tronco. A los 9 meses apareció el cuadro epilépticoCO y social de nuestra hija era muy difmnte al de las expeciatim que cualquier madre o padre tiene y aunque no se diagnosticó hasta los 13 meses. Éste quiere para sus hijos. Y no sabíamos si ese « r e m o sería el primer gran signo de alarma y preonipsiwmoton) iba a estar presente a lo largo de su pación sobre lo que le ocurría a Ana. Se trataba vida. El diagnóstico dehitivo Uegó a los 3 aiios de crisis parciales complejas, cuya frecuencia auy medio de edad. Se descartó una mutación en el mentó progresivamente hasta Uegar a 30 crisis a i gen UBWA y otras anomalías relacionadas w n la mes. Con el cuadro dieron comienza las hospitagenética del síndrome, y se diagnosticó un síndtolizaciones, las pruebas diagnósticas y la polimedime de Angelman de etiología desconocida. cación, que wnsiguió 4 control farmacológico a los 27 meses de edad. Tras este control, inició la bipedestdón a los 32 meses. La zona cero: el final y el comienzo Es importante para nosotros destacar y reUsamos la metáfora de la u n a m,que tomaflexionar sobre cómo recibimos los padres la primos prestada de Gmía de la Cniz y &m (2003, mera noticia y el diagnóstico de nuestros hqos por parte de los profesionales. Porque es un hecho para desuibu dos cuestiones dave en este período tan impactante que nos deja una huella indeleble. de la vida Familiar:el duelo y el punto de partida Todos recordamos «como si fuera ayer,, los prode una nueva y diferente vida familiar y personal. La sociedad que hemos creado necesita, para cesos de quién y cómo se nos comunicó, los mofuncionar, un prorotipo de ciudadano sano, inmentos y lugares de la noticia, los contenidos, las teligente, ajustado a un canon de belleza, joven y circunstanciasque la rodeaban, y los sentimientos consumista. Las personas w n síndrome de Angelenwntrados. Por una parte, recibir dicha noticia man no encajan bien en este modelo social. Nosoproporciona cierta tranquilidad y respiro, ya que tros, los padres, formamos parte de esta sociedad, después del período de mcertidumbre en el que y cuando esperábamos a nuestro hijo nadie nos se van detectando los diversos signos de alarma, preparó para la ilegada de u n ni60 diferente. El algwen por fin nos escucha y comprobamos que dolor se produce al ver que las expectatim que teniamos razón, que algo pasaba en el desarrollo corno pareja teníamos puestas en nuestra hija no evolutivo de nuestra hija. Pero si el profesional se correspondían con la redidad. El proceso de ofrece la noticia como un acontecimiento negauduelo es sirmlar al de cualquier pérdida: hemos vo o trágica, transmite a la familia más angustias, perdido a la hija ideal y hay que aprender a acepmiedos y dolor. De ahí que incidamos en la necetar a nuestra hija tal y cmno a. sidad de preparar y formar a los profesionales saA partir de este momento, y con la toma de nitarios para mejorar el proceso de comunicación conciencia de qae las mnas no van a ser como las del diagnóstico a las familias. habiamos d e s e d jiaa mup distintas, hay que buscar solucionecg la nuera situación con La peregrinación y el diagnóstico Co~riose ha mencionado, las enfermedades con baja incidencia, denominadas también enfermedades rara, como el síndrome de Angelman, disbutams con 1 LOS PRIMEROS AÑOS DE UNA NlnA QUE NO PUEDE LLORAR l~istoria de desarrollo temprano , Con 4 &os de edad, nuestra hija sigue siendo una niím rubia preciosa, como el primer día. Es independiente; se enfada mucho mando alguien intenta jugar con ella. No muesm interés por nosotros, no nos busca ni siquiera para satisfacer sus necesidades básicas. Le gusta pasar el tiempo corriendo de un lado a otro, mientras mantiene una posición incorrecta del tronco (inclinado hacia delante). No acondiciona la postura a la velocidad, lo que hace que tropiece con todos los obstáculos que encuentra a su paso. Pierde el equilibrio con frecuencia, pero al caer no coloca las manos para protegerse y amortiguar el golpe. Y a pesar de los golpes y accidentes, no Ilota. No quiere sentarse, y cuando se cansa se tumba en el suelo. No tiene conciencia del peligro: le auaen las superficies elevadas, así que cuando está cerca de unas escaleras corre hacia ellas y se precipita hacia abajo; le encanta meter los dedos en las ranuras de los radiadores, de las puergs, en cualquier pequefio agujero que ve (incluso en la boca de un adulto cercano, en el desperfecto de una madera, de un azulejo...). Le apasiona comer, no tiene preferencias, 1Iega a ingerir sustancias no comestibles de sabores desagradables. Lleva panal, no le molesta estar mojada y no pide controlar sus esfínteres ni ir al inodoro. No presenta contacto ni seguimiento visual. El mundo de las imágenes no significa nada para ella; tampoco son importantes los objetos, con los que no establece relación alguna. Conseguimos que nos dedique una sonrisa cuando hacemos ddos muy fuertes, cuando golpeamos una lata con un objeto metálico. Los problemas del sueíio están presentes en Ana desde el primer atío de vida: duerme 2 o 3 horas y luego se queda despierta el resto de la noche. Por las matíanas se encuentra cansada y eso hace que se alteren los períodos de vigilia y suefio. Este cansancio no favarece en nada los procesos de aprendizaje. Tiene un pequefio repertorio de autoestimulaciones y estereotipias: balancearse, golpearse los dientes, hacer apneas, etcétera. En una relación más detallada del desarrollo por áreas funcionalcs, sc observa que Ana presenta un perfil neuropsicológico típico del síndrome de Angelman (Recuadro 12-2). Desarrollo motor Antes de los 32 meses, edad en la que consiguió la bi~edestación,Ana sólo gateaba y rodaba por el suelo para desplazarse, pero ya en su gateo mostró indicios y signos de hiperanividad y falta de atención. Para ella, el medio es un mundo en movímiento y obtiene su pkcer fundamenta1 en los desplazamientos: carreras, subir y bajar escaleras, saltitos. Pero a su v a se da una paradoja: con el patrón hiperactivo de deambulación continua aparece una dificultad mayor de control motor. No sabe andar, transita por los espacios wrriendo y con el centro de gravedad muy adelantado, lo que provoca que vaya «atropell&ndosen. Como se ha mencionado, no percibe el peligro, ni tiene en cuenta los distintos niveles en el suelo a fin de acondicionar su movimiento postural, de veloudad o de coordinación. Sus capacidades en motricidad fina son menores que en la gruesa. La prensión es breve y desinteresada, y la pinza digital es muy poco selectiva. A los 15 meses inició un programa de atención temprana. N trabajo de psicomotricidad, fisioterapia y terapia ocupacional se amplía y complementa con terapias alternativas, como hidroterapia e hidrocinesiterapia desde los 4 aíios; entre todos consiguen un avance significativo en su desarrollo motor. Desarrollo cognitivo Ana se muestra interesada por la música, pero su interacción con el mundo circundante indnye una actitud exploratoria muy dkbil hacia los objetos y escasas acciones propositivas de explorauón, incluidas las sensoriomotoras. Poco a poco aumenta la estabilidad de las representaciones de lo que no está presate. Atiende a estímulos auditivos y le atraen los objetos luminosos y metálicos. Desarrollo emocional y social Habinialmente Ana muestra una expresión plácida y positiva. Va incrementando de forma paulatina la propositividad global de su conducta. Aparecen miradas significativas en contextos de relación, aunque es frecuente la retirada del contacto ocular o el empleo de una pauta caracreristia de mirada lateral. Poco a porn mani6esta iniciativas de interacción y desarrollo de la función comunicativa de pe& y buscar consuelo. m m m + Algunas de las caracterlctiasdel síndromeseenmentm pwamtese~~el-lMI% de b a f e c b k - Dbm.Wintektuodd e m o d e d a - 7miomo en el mavimimto a equillbh a menudo con marcha Mx-m y temblor de las mtremidades: se o b m un retraso ej Inlcio be la 4 e s t a d h y de la marcha, que se adquim, fmenWmnteI a parair de los 3-4 anos de dad y suele sw I-bb Muchos, adepwentan mwlrnfenbs es@sthi~ y temblor en&& que m p m a n en sltyadcimdeeM5. Múdt l i n g t i ~sin , exwsí6n verbal. De be&lloran rnen~s,disminwyen~ivamwite el M l b y Iw susunas, nosuelen h-r \ ~ o c a ni b gestos natumles,En m u y p ccas osos y de fomtardrg llegan a pradrrcir algunas palabms, m o aunqmsuekmusadas de modo Infrecuente,lndisaim-mdo y sJn stgnNcsd0 drnbdka A la 2-3años de edad es data la atehda de lenwje expreslmLas m i d a & cpmpm-my de comun~g@s#u/sansypriwsaiasdettpo m m 1 Recuadro 12-2. Perfil neumpsicolbgicodel slndrorne de Angelman m sfnhom cubre una amplia + wnductassin que ninghWlminom par& ailarWde=iWomn prski6hSude Miame de inquietud, dlsbmWn tit W M a e hIpmcMóIad para definirlo, y tiende a acompañatse de mwlmlentos &emdpados, EMO el típico aleta h monas do@an& la psiuta da un ángd mlas atas pbiertaEcuanhrsminan n M d t de atmd6n: elewada dirbaccm aunquesonc a p a r e s d e k b la a t e m en algunas cimrnstanda r n o t l e a Biisqueda da IWaccIh &al: disfrhn de ks rdaciwies CM tos otros. Suelen acem3e a los dem& con g d ~ ~ l a ~ h nes anitnqdas y wnavidad exubera* Iduso sin la capacidad para cwnunicaw d. verbalmente, I n t e W a n con los iguales y 1~ adultw sefia@tdo o tomandol~&l bmm para m d ~ u r f o hacia ~ sus i m y acavlrfades fwiaritar A -, pellizcai: agarrar, rnmord-abfetwry golpear pueden repmenaar w r t a m i e n t o s dIiJgle ~ ~ e ~ ipueden v o : ertbendwdrde~~ simple$ dw a o restablecerd l & a interen el contexto de su nifina, sin que se I a p ~arnMoswciaZes, nunta la cawiprenslón de m e s complejas Otros signos habiales, en más del 80 ñde los a que no tengan un MYente presem se akhdas, s4n ia r n h x e b 1 i a y la presencia de mantiene la daicukaden sWiaiar con d deda crisis epiMptia mn caracterktico.htds alM I rnndu¿h& en forma de: sis suelen p r o d u d ~antes de las 3 afios de edad, A Rjsk. es el p r i w si@'w p a t q m w h r c d asociadas normalmente a -03 WrÍIa y p u e del mniporbmhto del síndrcrme de Anden rnan*fmme de difere* tipos tienden a gelman. Suele apaenñe el I* ser refractariasy diFiciIes de tratar. mes de vkfk M& tarde tienden a A pesar de la gravedad del fenotipo del sfndmyd emerger W ~ Otipos S de comportamiento me de Angelman, la resonancia magneíca suele s u p w s t a m fdiq desde simpies mueser arwdim. Sin ernbrgo, mdiante estudios & as hasta, &S pa-cas, wm@ow tractografla &m1 re han evldmdaáo aletaa mrra~das, Puede ser jnmotiva& ante dones en tractos de frbras acata que sugie&fmulmnoacord&oirijraso~aren un emr tempmo en las mecanismos de -5, la felicidadaparentees guía axonaldurante el nwrdewmlto. Erta a k b k En fugq y ES la imtabilidad(tloros,chllli&s o ración m genediia& observándme un menor mkbs g m ( e s ) el msgo -depem& valumen m fasdcu~oscuma d tonghdinal hkdad pswalente.l.m nmos con mayw di%+ iuor, el talAmico anteñor, el arqueado, el chigulo, psddad &e&uai, con ~ w n v u k el mrticwsphal o el cuerpo dloso m r i et sivm g~auesy sltuaclón famibar Ínembfe al, 2012). Especf~wente,destam na sb0 una p u m m menm p-s a wh#r reducción, ainolnduso b ausencia del fasdculo arqueadode fwma M e a l lo cual w relacbna, eapiriencia defellad;id. enm &os deficits,ron la a-& de lenguaje a Hjp-d, &d& y com(WIBona& 20111. mimos reladodos: este a q x c h dd - m& - + Autonomía y actMdades de la vida diaria Ana ha ¿jsmir~uidoel babeo de forma muy sigdcativa, pero desde los primeroc años apaatermcipias como k h i p t i k i 6 1 1y la b p e = n h i & n m~iram* qm hoy día s w siendo muy hmenfesI de ahí que en ocasiones se cüzgnosrique el s í n b m e de An+ como síndrome de Rert. O m U p i a s , m p la mi& lateral y e1 giro de cibeza, st han reduci- .Se obseman progresos paulatinos en el control esfínteres y en capacidades como llevarse una chara a la boca o colaborar en el veddo. Estos rogresos son todavía muy lentos. La mejora del sueño sólo se produce con el tamtento fannacológico con melatonina A edida que mejora el sueño, aumenta su tasa de tividad. No tiene problemas de ingesta de dintos, y muestra pequeños avances en destrezas masticación y de k absorción de líquidos. Como condusión, podemos decir que, en esta primera etapa de su vida, los objetos nno están ahí*,de forma que el mundo que percibe es esencialmente un espacio en el que ejercer sus nuevas habilidades de movilidad, un mundo sonoro y un mundo afectivo, pero no un mundo manipdable. 1Orientacionese intervenciónterapéutica El síndrome dehgelman, como muchos otros trastornos geneticos en k anualidad, no tiene cura, pero se dispone de tratamientos paliativos que pueden mejorar la &dad de vida de la persona y del entorno familiar (Recuadro 12-3). El trabajo con Ana ha sido llevado por un equipo interprofesional de los campos de la neurología, la psicología, la pedagogía y la educación especial, la fisioterapia, la audición y el len-ie - , .y las terapias complementarias. Siempre es importante que exista coordinación entre los distintos pmfesionales quc rrdbxjm con Aiia y no.;oiros, Ii,s padrcs. L o s obicrivos de iii~crvcri~ión desde la itcrición temprana están dirigidos, sobre todo, al trabajo en psicomotricidad y logopedia, así como al control farmacológico de las crisis epilépticas. Algunas de las orientaciones y objetivos marcados en esros primeros años de vida de Ana son los siguientes: Afianzar esquemas del período sensoriomotor: de relación causa-efecto, de medios-fines (que permitan generar conductas intencionales dirigidas a un h). Para ello se realiza trabajo en una mesa con tableros multiactividad. Incrementar sus capacidades de anticipación s ej., mediante lapercepciónde w n ~ g e n d a (p. re enseño la esponja y vamos al bdo). Tambih se emplean sistemas visuales de presentación de actividades en los distintos contextos en los que se desenvuelve y que hacen la función de agenda de rutinas. Se inician con pocos objetos y diferentes para cada actividad placentera: comida, salir a la d e y colegio. Continuar y reforzar estructuras de imitacióncontrairnitación. Iniciar a Ana en tolerar k demora, por ejemplo, pautando los momentos de correr iibremente y alternarlos con otros en que debe permanecer sentada. Aumentar la atención conjunta con juegos circulares de interacción; estimular en estos úItimos pautas de anticipación y, progresivamente, de petición. Seguir aumentando su repertorio de juegos. Continuar con un programa sistemático de respuesta a órdenes sencillas. Mejorar la conducta de prensión y la pinza; potenciar la actividad manipulativa dirigida y un uso h u o n a l de objetos. Incluir actividades que impliquen trabajo de psicomouicidady competenciasmotoras,como natación, aspectos posturales al caminar, el equilibrio o agadiarse y levantarse sola. Etapa escolar Desde los 6 meses Ana asistió a la escuela infantil, en la que permaneció durante 5 cursos. Este período supuso una mejoría en su relación con otros nüios y el aumento de la iniciativa de interacción. A la v a , recibía dos sesiones semanales de atención temprana en el centro, más una sesión semanal en un gabinete. La toma de decisión de escolarizar a Ana en un centro ordinaio o en un centm especüico fue complicada. Creemos en la escuela indusiva, pero la realidad de los recursos en la escuela ordinaria y las necesidades de Ana nos llevaron a tomar la decisión de hacerlo en un centro especifico, donde cuenta con una maestra de educación especial, en un ada con un ratio de 5 niños, y profesionales en servicios complementarios como psimotricidad, fisioterapia, psicología, especialidad en audición y lenguaje y trabajadora social. Este equipo profesional es imposible de enwntrar en los centros educativos ordinarios. El trabajo realizado a lo largo de todos estos d o s nos ratifica en que tomamos la mejor decisión para ella. Ana es feliz yendo al colegio, le encanta tomar el autobús escolar y asistir a la escuela. El p r o p i n a individual de trabajo llevado a cabo en este tiempo por los diferentes profesionales, coordinados a su v a por las orientaciones del psicólogo de referenua, ha reforzado y mejorado sus capacidades. Desde el primer momento se marcaron, entre otros objetivos, disminuir la hipermotricidad en Ana y aumentar y mejorar la a t k ú ó n y la comunicauón; y para despertar su interés por el entorno, estimular las capacidades 1 Recuadro 12-3. Abordaje del síndrome d e Angelrnan 4 No existe cura para ?*e sindrome. pero hay tra- I taniirnros que permiten paliar, en cierta medida. algunos de sds sintornar. abriendo las necesidader individuales de lar perronas afeciadds. 4 Entre los síntomas más incapacitantes se encuentra la epilepsia Para el control de las crisis convulsivas se suelen utilizar medicamentos de prescripción común como ácido valproico, clonazepam, carbamazepina y lamotrigina. Recientemente tambrén se ha observado una buena resouesta de las convulsionesal tratamiento con levetlrdcctam y con coriicosteroide~,que pueden melorar además las mioclonías. el patrón de sue no e incluso modificar el EEG tipico del sindrome. Otras rerapias no farmacoiógicas. de tipo dieretico, rambien muestran alta eficacia y tolerdbilidad para e aoordaie de la e[t:lepsia en el sindrome. La dieta cetogénica es de uso extendido en estos pacientes (Bird et al, 2011) (v.cap. 8). Los problemas crónicos de sueño, con cidos anormales de sueno viqiha y una necesidad disminuida de dormir, son muy frecuentes en este síndrome y pueden interferir gravemente en la calidad devida de toda la familia. En algunos casos se benefician de r~atamientosconductuales especficos y de la administración de melatonina. Para paliar las alteraciones motoras suele administrarse tanto tratamiento farmacológico con levodopa como fisioterapia. La espasticidady los consecuentes acortamientos muscuiares también se manejan con la administración de toxina 1+ + necesarias para l a exploración de los objetos y la relación con las personas que la rodean. PUBERTADY DESARROLLO SEXUAL Todas las personas cambiamos cuando crecemos, y las personas con síndrome de Angelman n o son una excepción (Clayton-Smith, 2002). L a menstruación en Ana se inicia a los 1 2 ahos; es regular, pero con signos de molestia y tensión prernensrrual. Aparece la masturbación, al princip i o de manera muy compulsiva: siempre y a todas horas. C o n el tiempo intentamos enseñarle que puede hacerlo de manera privada y en momentos determinados, pero todavía n o l o hemos conseguido, aunque l a impulsividad de la primera etapa h a disminuido ~i~nificativamenre. C o n el cambio hormonal reaparecen las crisis epilépticas y se l e prescribe de nuevo medicación, botulínica y la prescripción de ortesls. La escoIiosis se presenta raramente en la infancia, pero es uno de los problemas más importantes en la edad adulta, y requiere no sólo %ioterapia sino también abordajes ortopédicos e incluso cirugía. Las opciones terapéuticas más recomendadas para el control de los comportamientos disruptivos o desajustados son las terapias de modificación de conducta, que deben utilizar como reforzadores aquellas actividades que resulten muv atractivas [tara este tino de ~Bcientes,como la intemcción social, la htdroterapia o la musicoterapia. La administración de metllfenidato para el tratamiento de la hiperactividad y la falta de atención tambiénes habitual. Arimismaestablecer un entornoestable en el hogar podría reduur el riesgo de conductas aberrantes, autlstas o autolesivas. Por último, hay que hacer hincapié en la importancia de un entrenamiento en sistemas alternativos de comunlcaciiin, dada la ausencia de lensuaie oral. 4 ~odosescosprocedimientos ofrecen una oportunidad para mejorar el bienestar y la calidad de vida de las personas afectadas por el sindrome de Anqelman y sus familias, aunque tienen una eficacia limitada, sin que un gran porcentaje de los afectados logre desarrollar las míntmas habilidades de autonomía uersonal. La escasez de opciones terapéuticas más efectivas incide en la necesidad de aprende?más acerca de la [tatoaenia de este síndrome. 1 + 1 1 1 11 1 aunque n o es eficaz. Se tardó más de un a60 en volver a controlar farmacológicamenre las crisis, que siguen presentándose de manera ocasional. Todo esto empeora los ritmos de vigilia y sueño, como en los primeros ahos de vida. Ana va disminuyendo poco a poco su hiperactividad y cada día es más sedentaria Al principio pensamos que se debía a l a epilepsia, pero coincide con l o comunicado p o r los estudios en personas adultas con síndrome de Angelman: ahora el problema es que n o quiere hacer ningún ejercicio, con las consecuencias habituales para la sdud, como obesidad, retención de líquidos, etc. (Clayton-Smith, 2002). Además, observamos algunos cambios físicos: se acentúa l a lordosis y, cuando camina, l o hace de puntillas. Se intensiíica el trabajo en fisioterapia y paralelamente se inicia un tratamiento con toxina botuiínica, de escasa eficacia Al final, h a tenido que ser intervenida q u i ~ g i c a m e n t ee n dos ocasiones (a los 1G y a los 1 años) para alargarle los tendones deAquiles, en caso con resultados positivos. Las intervenciones quirílrgicai y los tratamiens a medio y largo lazo suponen nuevas situaes estresantes, porque alteran la rutina y la Iliación f a m ~ h En . estos momentos se neitan apoyos externos que faciliten la vida en el y garanucen el cuidado a las personas con de ocio inclusivo, aunque en este ámbiro y para eses personas queda mucho camino por recorrer. Intentamos que mantengan una vida en comunidad lo mas normalizada ~osible,y cuidamos los vínculos y contactos con f d m y amigos. FAMILIAY DISCAPACIDAD Acontecimientos relevantes en la «familia Angelmanm EDAD ADULTA El crecimiento físico y la salud de Ana son, en neral, buenos. Es corpulenta, y su talla y su peso encuentran en rangos normales. Hay que vigilas contraauras muscuíares, por su h i p o t o ~ a , escaso movimiento y las posiciones rígidas de extremidades. El trabajo de fisioterapia sigue ndo importante. También asiste a natación terapéutica una vez a la semana. Poco a poco va aumentando la movilidad y la actividad física a través de paseos, aunque no tienen nada que ver con la etapa infantil. Esto ayuda al control del sobrepeso, ya que la comida sigue siendo una fuente de placer muy importante para ella. Ana ha iniciado u n ciclo más regulado de sueño y vigilia, las crisis epilépucas están más controladas, y ha progresado mncho en la autonomía de las actividades básicas de la vida diaria: avances en la comida, colaboración en el vestido y el aseo, y el control de esfinteres. Pero sigue necesitando apoyos generalizados para las necesidades de su día a día. Su comunicación aumentatlva va mejorando, aunque utiliza muy pocos signos y no emite ninguna palabra con significado, pero recurre a gestos globales y demanda al adulto para que la awmpañe, indicándole lo que necesita: agua, abrir una puerta, comer, salir a pasear, etc. Las fotografías y los objetos nos sirven para annci~arlesituaciones, pero ella no los emplea pata pedir una acción. Las dificultades de comunicación pueden hacer que, a veces, se muestre muy irritable y autoagresiva, como respuesta a la frustración de no poder manifestar s& deseos y necesidades. Tras finalizar la etaoa escolar. asiste a una unidad de estancia diurna para personas con discapacidad intelecmal y necesidades de apoyo generalizado. Le encanta coger el autobús y mardiar a su centro, donde sigue recibiendo terapia orientada a rrahajar la autonomía También es importante destacar sus relaciones sociales. Desde el centro se favorecen acuvidades En todos los hogares en los que hay un niño con alterauones en el desarrollo, la familia sufre una serie de cambios que afectan tanto asus patrones de interacción como a la adaptación del hogar en el que conviven para evitar accidentes. Los que mayor impacto producen en el entorno famüiar serían: a) las renuncias a proyectos personales y laborales, junto con la falta de ocio y descanso, al tener que esta continuamente supemisando el comportamiento de la persona con discapacidad, siendo, además, conscientes de que será una tarea para toda la vida; b) el peso de una vida rutinaria, tan necesaria en estos niños, como agobiante para los demás miembros de la familia; c) las dudas constantes acerca de si lo estamos haciendo bien, porque a veces se nos convierte en especialistassin una formación adecuada; 4 la sensación de no ser suíicientemente escuchados en el proceso terapéutico de nuestros hijos, y e) la constante lucha por buscar recursos educativos, sanitarios y sociales, que nunca son bastantes ni llegan a uempo. Afrontar las dificultades y los retos desde el ámbito familiar Desde nuestro punto de vista, no creemos que existan formulas mágicas que den respuestas y solución a lo que nosotros ~lamamos«acontecimientos relevantes en la vida familiar con una hija con síndrome de Angelmann, pero queremos compartir aquello que nos ha ayudado a afrontado. Destacamos la aceptación de nuestra hija y la valoración de sus logros, la relevancia de la labor de los profesionales implicados y las ventajas pata las familias de participar en los movimientos asociativos. Aceptar a la persona como es y compartir, disfrutar y valorar sus logros: orgullosos de Ana Nosotros estamos muy orgullosos de ser los ~ a d r e de s Ana. Eso no significaque nos guste que Ana esté afectada por su síndrome. Todos prefe- ruiamos que nuestros hijos no lo sufrieran, pero podemos y debemos acepm con fortaleza nuestra situación y luchar por sus derechos. Creemos en sus capaudades y no sólo miramos sus limitaciones. Valoramos sus logros, que suponen para eUa mucho esfuerzo. Con los apoyos adecuados, Ana y nosotros mejoramos. Buscar apoyo y colaboración profesional Aquí nos gustaría destacar la importancia de los profesionales en la vida de hs M a s y las personas w n síndrome de Angelman. Podríamos desarrollar un capítulo sobre este tema; las a p e riencias significauvas w n eUos marcan nuestra existencia- desde la sospecha, pasando por la primera noticia, hasta la peregrinación, y todas las etapas evolutivas de la persona con síndrome de Angelman. La necesidad de uansmitir la información, acompañar, orientar, intervenir, interesarse, compartir. Los profesionales deben tener en cuenta las necesidades de cada la familia, su calidad de vida y la relevancia de enfocar la intervención desde las fortalezas. En nuestro caso, hemos sido unos pridegiados porque en el camino encontramos magníficos profesionales: neuropediatras, psicólogos, educadores, logopedas... que nos han ayudado y han conseguido que Ana evolucione de forma positiva, discreta pero dara, consiguiendo pequenos objetivos en su desarroilo en las diferentes áreas, wmo el wntrol de la epilepsia, la mejora del sueíio, la de la atención, la de la psiwmotricidad, etcétera. Movimiento asociativo. Asociación Síndrome de Angelman La asociación nos ha ayudado mucho. Nos ayudamos de fonna intrínseca porque nos reconocemos unos en ouos, porque sabemos que nos entendemos, comparamos esfuenos, sacdiuos y u n sinfín de emociones, wn nuestras &en& y particularidades. También nos ayudamos de Forma extrínseca contribuyendo a que el síndrome se conozca más y mejor, se inwstigue, se difunda, se generen recunos, se reivindiquen actuaciones, etc. De hecho, cada familia en su pequeíio úrculo lo hace. Es tarea de todos, por eso creemos que el asociacionismo debe llevar como complemento un compromiso de participación activa de cada uno de nosovos en k medida y forma que podamos y queramos hacerlo. A todos nos v i n d a un fin común La Asociación Síndrome de Angelman es una entidad sin ánimo de lucro que se constituyó en vulgación del síndrome de Angelman, y d) mejorar la caiidad de vida de las personas con este síndrome y su integración en la commdad. Es importante destacar que en los últimos d o s la investigación acerca del síndrome de Angelman ha dado un salto cualitativo y ha genemdo expectativas en las familias. Desde el movimiento asociativo se colabora y participa activamente en estos estudios. En Estados Unidos se ha puesto en marcha un ensayo chico con minocidina, un fármaco de la familia de las tetracidinas, que podría reactivar determinadas conexiones neuronales en niúos con síndrome de Angehan de 4 a 14 años. En enero de 2014 se realizó otro ensayo l en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid, w n afectados de entre 6 y 30 anos. También se están efectuando trabajos de manipulación genética en modelos animales,con resultados prometedores. Buscar tiempos de ocio, espacios propios para hijos, padres y cuidadores A veces « r e s p h >uno mismo genera sentimiento de culpa; creemos que si pensamos en nosotros, desatendemos a nuesm hija. Pero se hace indispensable para cualquier cuidador reponer fuerzas y energías; reír y descansar es muy sdudable. Eso significa que en ocasiones tenemos que luchar w n 1aAdministraciónpara reivindicar programas de ocio y tiempo libre saludables para todos; los denominados «programasrespiro». Dedicamos mucho tiempo a wnocer el síndrome de Angelman: terapias y tratamientos, recursos, etc. Pero hemos constatado, en nuestra experiencia, que sacar tiempo para lo personal y lo familiar, al margen del síndrome o en paralelo, nos fortalece y enriquece. EL FUTURO Nos estamos haciendo mayores, nos cansamos más, pero también hemos desarrollado más estrategias. Sohre todo nos preocupa el día que falremos y ya no podamos cuidar de Ana y su bienestar. Esta preocupación está presente en chas familias que tienen un hijo con discaidad intelectual. La pregunta que nos aaguses: ¿quién atenderá a nuestros hijos cuando sotros no alcancemos a hacerlo! Pero estamos ubriendo que quizás esa no sea la cuestión damental, sino {qué podemos hacer ahora para ofrecerles una vida buena, que posibilite proyectos que garanticen s u felicidad presente y futura? H a y que empezar a planificar su futuro, y así podremos responder s i n angustias a la primera prcyliia. ToJu 1 s person.L\, dc 1'oriii.i cotisciciiic o i n consciente, establecemos un plan de vida. Ana no I m Juic~oclinico:síndromedeAngelman. El síndrome de Angelman es una enfermedad II neurogenética que se encuadra dentro de las denominadas enfermedades raras por su baja incidencia, y que suele confundirse con cuadros de autismo o con d síndrome de Reü. El perfil neuropsicológico se caracteriza por dircapandad intelectual v trastomos motores graves: ausencia de lenguaje expresivo o con un numero muy limitado de palabras con escaso contenido funcional; son frecuentes los déficits de atención, el comportamiento hiperactivo y las risas y carcajadas no ajustadas al contexto (signo patognomriniw), así romo escasa autonomía en lasactividades de la vida diaria. Como en cualquier hogar que incluya entre sus miembros a una persona con discapaci- ACTIVIDAD12-1. Familiarizarse con los trastornos genéticos puede hacerlo y hemos de ser nosomos quienes lo proyectemos por ella. Desde los movimientos asociativos y desde los colectivos profesionales debemos, conjuntamente, impulsar que las personas wn síndrome de Angelman estén integradas en la comunidad, por s u desarrollo personal y social desde una perspectivabasada e n los derechos. Quisiéramos concluir con una frase de nuestra asociación: «Quizá tengamos que invertir tiempo y energía en conse& - aquello que creemos que es mcjur pAn riucirro, hijos, pero cl csfucrro riicrc~cc 13 i>Cnil.A~rei~d'r:is i vivir LCIII ~ l l o s t>nrouele serj imposible vivir sin ellos*. dad, la presencta de un niño con este cuadro provoca una seriede cambiosen la famiha que requieren un exigente proceso deadaptación a l modode vida que demanda la situacióh: - Los profesionales tendrán un papel funciamental a la hora de facilitar esta adaptación, desde la forma en que transmiten el diaanóstico hasta la calidad de la información que proporcionan a lo largo de todo el proceso terdpeutico y la implicación de la familia en él. - Ser2 de gran ayuda la partícipación en asociaciones. en las que se favorecen el asesoramiento y el intercambio de opinmnes entre familias de afectados, ademas de promoverse la divulgación y la investigación sobre el síndrome. cas del síndrome y que lo diferencian de otros trastornos genéticos que también cursan con discapacidad intelectualgrave, como el síndrome de Rett. J Ejercicio 1. Como se indica en el recuadro 121, los sindromes de Prader-Willi y de Angelman son dos ejemplos típicos de impronta genómica, en este caso por alteraciones en la región cromosómica 15q11-13. Elabore una tabla con las principales diferencias y semejanzas de rasgos clínicos entre ambos síndromes. J Ejercicio 2. Se ha indicado en el texto que algunos profesionales tienen dificultades para diagnosticar el síndrome de Angelman a edades tempranas. Anote las características clínicas que son prototípi- AC~IVIDAD 12-2. Aprender a evaluar en neuropsicología infantil. Principales pruebas BATTELLE. Inventario de desarrollo (Newborg et al., 1996) Permite evaluar las habilidades fundamentales del desarrollo en niños con edades comprendidas entre el nacimientoy los 8 años. Se aplica de forma individual con una duración media que ronda los 30 minutos. Está integrado por un total de341 items agrupados en 5 áreas: Personal/social, Adaptativa, Motora, Comunicación y cognitiva; también incluye una prueba de cribado formada por 96 ítems seleccionados del total. Se comienza administrando el nivel de cada área correspondiente a la edad del niño v, se ~ cada ítem con O si no lo ha reali, untúa zado nunca, con 1 punto si lo logra a veces y con 2 puntos si lo realiza siempre. Si no consigue 2 puntos en dos ítems consecutivos, se aplicarán todos los elementos de ese nivel y luego se retrocederá a un nivel inferior, hasta llegar al umbral en el que el niño tenga adquiridos todos los ítems. Posteriormentese sigue hasta encontrar el techo, por encima del cual todas las puntuacionesserán de O. A continuación se enumeran las subáreas que forman cada una de las 5 áreas principales: Área personallsocial: interacción con el adulto; expresión de sentimientoslafecto; autoconcepto; interacción con los compañeros; colaboración; rol social. Área adaptativa: atención; comida; vestido; responsabilidad personal; aseo. Área motora: control muscular; coordinación corporal; locomoción; motricidad fina; motricidad perceptiva. Área de comunicación: recepción; expresión. Área cognitiva: discriminación perceptiva; memoria; razonamiento y habilidades escolares; desarrollo concewtual. Escala de calidad de vida familiar (Verdugo et al., 2009) Es una adaptación de la Family Qualiryof Life Survey diseñada en 2003 en el Beach Center on Disability (Parket al., 2003). Se basa en una definición de la calidad devida familiar según 5 dimensiones: interacción familiar, papel de los padres, bienestar emocional, bienestar íísico y material, y apoyos para la persona con discapacidad.Se estruaura en tres secciones: Información sociodemográfica: recoge datos familiares generales, como el número de miembros, la situación socioeconómica y el tipo de discapacidad de la persona afectada. entre otros. Información sobre apoyos: indaga en los recursos que necesita y recibe tanto la familia como la persona con discapacidad. Información sobre calidad de vida familiar: se administra a uno o varios miembros de la familia un cuestionario, que consta de 25 items que evalúan (con una escala de 1 a 5) los niveles de relevancia y satisfacción tomando como referencia las cinco dimensiones del modelo de calidad de vida familiar antes indicadas: a) interacción familiar (p. ej., «MI familia resuelve los problemas unida,,); b) papel de los padres (p. ej., «Los miembros de mi familia ayudan al familiar con discapacidad a ser independientes); c) bienestar emocional (p. ej., «Los miembros de mi familia tienen amigos u otras personas que les brindan su apoyo*); d) bienestar físico y material (p. ej., «Mi familia puede hacerse cargo de nuestros gastos»), y e) apoyos (p. ej., cEl miembro de la familia con discapacidad cuenta con apoyo para progresar en la escuela o el trabajo»). Una de las características más interesantes de la escala es que proporciona una herramienta para la intervención con la familia de la persona con discapacidad. Así, una vez se ha cumplimentado, se elabora un mapa de planificación familiar, donde se identifican los puntos fuertes y débiles de la calidad de vida familiar y se obtiene la base sobre la que establecer las prioridades de acción. J Ejercicio 3. A lo largo del libro se describen algunas de las principales baterías de desarrollo (p. ej., Escala de desarrollo infantil Bayley, Escala de desarrollo de Brunet-Lézine,etc.). Elija una y, en relación con la escala BATíELLE, realice un breve informe acerca de las ventajas y los inconvenientes que supone la aplicación de cada una de ellas en función de las áreas que exploran, las pruebas y materiales que utilizan, las edades de administración, el tiempo que requieren, etcétera. J Ejercicio 4. La Escala de calidad de vida familiares una herramienta muy útil para el abordajede las dificultades en el contexto familiar de la persona con discapacidad. Acceda a la escala (http://sid. usal.es/idocs/F8/FDO26164/herramientas~6.pdf) y proponga tres líneas de intervención para un caso en el que la familia tiene como punto fuerte la dimensión de interacción familiar y como punto débil la dimensión de bienestar emocional. ACTIVIDAD12-3. Hablar con lasfamilias J Ejercicio 5. Elabore un breve folleto explicativo para padres de nirios con sindrome de Angelman acerca de las características principalesdel cuadro y de los recursos disponibles para las familias, redactado deforma clara y con una terminologia asequible, a partir de la información que se ofrece en la página web de la Asociación Sindrome de Angelman (http://www.angelman-asa.org) y del documento: Ponce, A. Diferentes. Guía ilustrada sobre la diversidady la discapacidad. Barcelona: Fundación Adecco y OHL. 2011. Disponible en http://www. fundacionadecco.es/SalaPrensa/PublicacionesEstudioCasos.aspx?Estld=163http. Urresti, G, director. Un dios que ya no ampara. Madrid: lmval Producciones, 201 1. Disponi- ble en httpJ/fibabc.abces/videos/dios-ampara-1909.html. PasmanA, Melega M, directores. CasaAngelman. Argentina: Pasman Producciones, 2011. Disponible en http://andrespasman.com.ar/webf? p=25. Mabb AM, Judson M C Z+ M], Phidpor BD.Angelman syndmme Insighrs into guiomic imprintingand neumdewlopmmd phenop/pcs.Tmds Neumsi 2011;34:293- e las Personas con Disyacidad Ilo (FEAPS), ed. Shdrames y e la ciencia y desde las asociacioEAPS 2006:8:191-223. CA, k c e n SU, S h e r S,Aniic trial of pro-mechyi.ü~ndietary man syidromc. Am J Med Genct e de Angelman: historia de esta la i&cia a la edad adulta En: m, Tiwwi VN, Jeong JW, W h o n BJ,Behen MX Chugani Swidaram SK Relationship baween aberrant brain mnnectivi~and dini& kain Angelmm p d r o m e A new merhod using uacr based sparial retido' of DTi color-mded oientation map. Neuroimage 2012;59:349- 55. WiIlim CA, AngeLmao H, Clqmn-Smich J, DmsmU DJ. Hendrickson JE, KnoU JH, er al. Angelman syndmme Convnsus for diagnosric crk~ia. Am J Med Gene 1995; 56237-38. man syndrome,7'ed. Aurora:Angelman Spdmme Foundation. 2009. SR, Behen ME, er d . Abnormd kngwgc parhway Ui ihildrm wirb Angdman syndrome. P&tric 201 1:44:350-56. Ncumlogy Cuando el cuerpo y las palabras no pueden seguir a la mente M. M. Hurtado Lara. C. Carnacho Hernández y M. Prieto Cuéllar OBJETIVOS DE APRENDIWE r mI [ Al finalizar el capítulo el alumno será capazde: Conocer los sintornas caracteristicos de la neurofibromatosis de tipo I y sus implicaciones en las dificultadesde aprendizaje especificas. - B Identificar los principales déficits neuropsicológicos asociados a esta enfermedad y su relevancia funcional a lo largo de la infancia. B Diseñar las áreas de intewenclón específicasde la neurofibromatosisde tipo I y algunas de las téc- I La oeurofibromatosis de tipo 1, o enfermedad de von Reckliughausen, en homenaje al patólogo alemán que en 1882 dio nombre a los neurofibromas característicos, es una altemción genética que sigue un patrón de herencia autosómico dominante vinculada al cromosoma 17 (la neurofibromatosis de tipo 11 lo estaría al cromosoma 22), que a¡,-cia 2 I persona h u d .1.1100 ~ aproximadaiiicnic (13.000 rn tíl>aíi:i).1 3 mitad de lor af,:c:tados la heredan de alguno de sus padres, mientras 1 que en la otra mitad es producto de una mutación espontánea. Su curso es crónico. Dos signos ayudan al diagnóstico: a) seis o más manchas de wlor café con leche en la piel, que aparecen habitualmente durante el primer dio de vida y casi siempre antes de los 5 dios de edad, o bien ouas formas de pigmentación, como pecas en axilas o ingles, y b) neurofibromas dérmicos: nódulos pequeiíos en la piel, como una masa o protuberancia, que puedcn variar cn tamaíio, color y forma; se manifiestan usualmente durante la pubertad y tienden a iucrementarse en I1 número durante el resto de la vida. Otros signos relevantes de la enfermedad son los nódulos de Lisch (pequeím masas en el iris), la baja estatura y cierto grado de macrocefaüa. Nuestro aspecto físiw es uno de los rasgos más destacados a la h o n de relacionarnos con los otros, más induso durante fa infancia y la adolescencia. Así, los signos corporales característicos, desde la baja estatura y la escoliosis a los neurofibromas plcxilórirics, pucdcn coricribiiir 31 iilmiiicrito socid del afccrado. Miidins de k), rnfcrrnis iciiderán a restringir sus contactos interpersonales y realizar cambios en su estilo de vida para intentar ocultar dichos neurofibromas y manchas. Se ha escogido el caso de Helena porque consideramos que sus síntomas son altamente representativos de la neurofibromatosis de tipo 1 pediáuica, ya que muestra todas las manifestaciones físicas y la mayoría de las alteraciones neuropsicológicas descmtas en esta enfermedad. Además, contamos con una exploración longitudinal, tanto con técnicas dc ncuroimagcn como con pruebas neuro-psicológicas, desde los primeros dios hasta la adolescencia. Por otro lado, el caso retleja cómo una intervención de inicio temprano y mantenida en el tiempo permite que estos nitíos desarrollen al máximo su potencial y puedan Uwar una vida lo más satisfacroria posible. PLANTEAMIENTO GENERAL DEL CASO Helena ya nació con la sospecha de presentar neurofibromatosis de tipo 1, pues su padre la padecía y, aunque se accedió a la inseminación artificial como medio de control para evitar la transmisión de la enfermedad, en el camino se cruzó Helena, una nitía que sus padres descnben como aceptada y querida desde el primer momento. Nació a término, con u n peso y una talla dwados para su edad gestacionai. Destacaba un p e r a ti1 craneal de 90, que se consideró un primer signo de la enfumedad, a lo que se sumó la aparición, semanas más tarde, de las típicas manchas de color café con leche, que iüeron incrernentando en número paulatinamente, junto con la apaIición de pecas axilares e inguiales (Fig. 13-1). Ante esras sospechas, fue derivada por su pediatra al s e ~ c i ode neuropediatría alrededor de los 2 &os de edad. Ya en esa fecha presentaba dificultades en el mantenimiento del equilibrio, con laneurofibromatosisde tipo 1 y presentes en Helena. alereos, y necesitaba en muchos momentos un apoyo para evitar caer hacia los lados. Asimismo, empaaba a observarse un retraso en el lenguaje expresivo que Helena suplía con un exceso de sonrisas y expresiones de afecto. En ese momento se solicitó una serie de pruebas médicas, y entre los resultados obtenidos dest a a r o n los de la resonancia magnética cerebral, que mostraba una lesión hamartomatosa (Recuadm 13-1)en la porción laterobulbar derecha, con Recientes estudios han descrito un patrón de de- + El riesgo de malignización de este tipo de lesio.. sarrollo nes es bajo, en torno al 2-10 96, si bien en estos cerebral anómalo en pacientes con neucasos pueden producirse neoplasias en el sisterofibromatosis de tipo 1, que incluye un mayor 1 ma nervioso. Dentro deesta categoría, las descritamatio de estructuras subcorticales como el tálamo, el núcleo caudado o el cuerpo calloso. As¡tas con mayorkcuencia son los gllomas del nervio óptico y de tronco cerebral, los astrocitomas mismo, estos pacientes suelen presentar un nivel más bajo de girificación en los lóbulos frontales y los ependimomas de la médula. De ellos, el de mayor incidencia es el glioma del nervio óptico, y temporales, la insula, la corteza cingwlada y las que llega a suponer el 15 % d e los tumores que regiones parietal y occipital (Violanteetal., 2013). aparecen en los niños con neurofibromatosisde 4 Por otra parte, una de las complicacionesmás temidds de la neurofibromatosis d? tipo 1 es la apa t ~ p o1 (más habitual en mujeres, con una ratio rición de pmliferaciones de células que crecen de 2:l). En casi la rniiad de los casos se presenta d e manera desorganizada, llamadas hamartomas. manera asintomática, y en los demás aparecen Aunque en su morfología un hamartoma es pasíntomas como pérdida de visi6n. dolor, protmrecidoa un tumor benigno" se considera unamalsrón del globo ocular y, en ocasiones, pubertad formación. No se disemina mrno las neoplasias, precoz. v sólo en raras ocasiones da luqar - asíntomas w r 4 Finalmente. en la neurofibromatois de tioo 1 tambirn se han descr;ro varias les;ones cerebro compresión de las estructuras adyacentes. Lds lesiones hamartornatosas pueoen darse casi en vasculares, como estenosis, aneurismas. seudoaneurismas fistulas o enfermedao de moya-moya cualquier parte del cuerpo y pasan inadvertidas (includa dentro de las enfermedades rards. pre~uandoafectan a órgano, internos. En ocasiones dispone a los pacientes a presentar irrus por esse local'zan en el cerebro.Por orden de hecucncia $uelci,curl~entrarsren los ganglios del* base, el tenmis de algunas 3rtrrias importantes, en particerebelo, el tronco y los hemisferios cerebrales. cularde la carátida interna). I Neumfibmmatosisde tip 1 L .mpliación de la cisterna del ángulo pontoweBeloso homolaterai, así como otras más difusas .en la sustancia blanca de los hemisferios cerebeiosos y bilateralmente en los núcleos pálidos y en d pulvinar talámico. También se obsemaba una protrusión inferior de las amígdalas cerebelosas compatible con malformación de Arnold-Chiari de tipo 1y una discreta dismorfia ventrinilar, con aumento de tamaño p~incipalmenteauriculoocupitai (calpocefalia) de predominio derecho, sin signos de hidrocefalia (Fig. 13-2). Además, los padres de Helena en la primera visita médica se mostraban muy preocupados por la evolución y las posibles repernisiones cognitivas y emocionales de la enfermedad. Comentaran que, tanto durante el juego como en reposo, exhibía gritos y autolesiones en la- 7n-r reuopreauicukr y fronroorbitaria derecha, ,emitían de forma - espontánea pasados 20 o 30 minutos, y que induso se producían durante el sueño. Por todo ello, una v a confirmado el diagnóstico, se decidieron a consultar con una neuropsicóloga, a iin de orientar la intervención precoz del casoo-( 13-2). EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA LONGITUDINAL Hay que destacar que las pruebas estandarizadas de evaluación, como la Escala de inteligencia de Wechsler para preescolar y primaria-III"(WPPSI-111) o el Inventario de desarrollo Battelle, en niños tan pequeños son útiles para detectar déficits madurativos globales, pero no tanto para valorar la afectación de áreas especihcas que podrían estar contaminando los resultados generales. Mayor re- l i a a He I zona later* Figura 13-2. Hallazgos de la resonancia rnac !apreciar el ha bulbar derecha junta a la ampliackjn de la Q julo PO ,tosasdifusas 5 (A),las lesion8 en ambos hemisferios cerebelosos (6)y en ambas núcleos pálidos y pulvinares (C),la colpocefalla (Oy la malformaciónde Arnold-Chiaride tipa I (D). Recuadro 13-2. Perfil neuropsicológico de los niños con neurofibromatosis de tipo I En relación con el funcionamiento neLropsicológico asociado a la ncurofibromato%isde tipo l. se ha indicado aue las principales funciones y procesos alterados serian las siguientes: + Percepción visuoespacialy coordinación visuomo- + toro. en general, muestran un rendimiento más pobreen tareasde percepciónvisuoespaciai.Presentan una cjecucion deficitaria en pruebas que requieren habilidades de motricidadtarito gruesa como fina, que se refleja, por qemplo, en el trazo de la exritura, que resulta menos legible y orqgnimda. Así, se ha estimado que manifiestan problemas de escritura un 53 %de los niños con neurofibromatosis de C i p o l frente al 6 % de los grupos normativoslHyman et al, 200á; Lehtonen et al, 2013; Schrimsheretal., 2003). Atenoón: los estddios revelan déficits en tareas que 'mplican atención sostenida o cambio del foco atencional. También se indica que, a panir de las respuestas a cuestionarios de padres y profesores, entre un tercio y la mitad de los niños presentan niveles de atención más defiutarios qLe sus compañeros, y llegan incluso a ser diag nosticados en algunos casos de trastorno por deficit de atención con hiperactividad. En este punto conviene ser cautos, ya que para establecer un aiagnóstico de erre tipo no es suficiente con aplicar un cuestionario, sino que se necesita uiia evaluaci6n mas extensa que incluya observaciones adicionales. entrevistas clinicas y medidas nedropsicológicas. Lenguaje se han observado retrasos en el desarrollo en el 68 % de los nihos estudiados. Los problemas anicuiatorios del habla y las dificultades en el lengbaje expresivo y receptivo tambien están presentes en cifras cerca c al 40 %. Más importante por su r e p e r c u s i ó h la inclusión social del niño es la observación de anomalías en el discurso, con alteraciones de la voz y difi- lwancia poseen las exploraciones centradas en l a observación en el ámbito natural del niño (cómo juega, cómo interacdona con los adultos e iguales, cómo manipula objetos, etc.). A medida que avanza l a edad, las pruebas e s t a n d a r i d aportarán una informauón más fiable de l a evolución del desarrollo global de Helena. Teniendo esto e n cuenta, presentamos los resultados ordenados por áreas (Tabla 13-1). En general, resultan de interés las diferencias encontradas entre las distintas capacidades waluailis. Se oblctivan déficits en l a memoria de trabajo, e l razonamiento perceptivo y la velocidad de procesamiento, en comparación + + 1 cultades para regular el ritmo del lenguaje, para acentuar sdecuadamente las oraciones segqn la intención comunicativa, los timbresrnásnasales, y ciertas variaciones singulares en la entonación (Lehtonen et al., 20131, lo que a veces es motivo de rechazo entre sus iguales, De hecho, el 44 % de estos niios requieren un apoyu logopédlco en algún momento de su desarrollo. Funcionamiento ejecutivo: se recogen problemas en el control inh:bitorio, con un peor rendimiento en tareas detipoStroop (Lehtonenetal., 2013):en la memoria de trabajo, puesto que cometen mas errores que los controles. ya sea con material verbal o visual (Ferner et al. 1996;Ullrich et al. 2010). y en las habilidades de planificación, con una ejecución empobrecida en tareas como la Torre de Londres (Hyman et al.. 2005; Roy et dl.. 2010). Habilidades academuas: relacionado con los dt;ficits en los distintos procesos cognitivos. el rendimiento se ve afectado en tareas consid~adas fundamentales en el ámbitoescolar, como el calculo mental o la expresióndel lenguaje (oraloescrito) cudndo la respuesta requerida es de mayor. elaboración. Estas dificultadesde aprendizaje no son atribuible8a un cociente intelectual bajo. Así, se ha informado de que aproximadamente el 24. 45 % de los niños con neurofibromarosis oc tipo I necesitan clases de apoyo y quimiento por el psicólogo escolar debido a estas dificultades (Mouridsen y Sorensen. 19953. Conducta inferpersonal: los problemas de integración social parecen ser en muchas ocasiones consecuencia de la poca habilidad que estos niños muestran en la percepción social. Su bdjo rendimiento en tareas que implican entender aspectos de la comunicación no verbal, como los gestos o la expresión facial. se ha relacionado con comportamientos poco apropiados con sus iguales. Por ello se beneficiatan deapoyos en este ámbito. con su ejecución en todo l o referente a l a comprensión verbal. M u e s m también cierta precipitación al responder (que mejora cuando se le exige r d e u i ó n antes de dar l a respuesta). Y, sobre todo, sus dificultades se incrementan cuando l a tarea es por sus alteraciones en l a de tipo manipula&, coordinación h a . Motricidad En la primera infancia, aunque presentaba un control motor aceptable, se apreciaba cierta torpeza en l a motricidad gruesa, con dificultad para 1 BATTELLknormal-bajo BATTELLE: normal BATiELLE:alterado BATiELLE: alterado Gruesa 1 BATTELLEalterado 1 - < WISC-R: normal WiSC-R: normal WISC-R: normal-bajo - ... . Subtest Semejanzas WISC-R: bajo 1 Subtest Cubos WISC-R: normal- RFi: normal Test de Stroop de palabras y colorer: normalbajo Subtest Semejanzas WISC-R: normal 1 Subtest Cubos WISC-R: normal-baja Problemas de artlculaci6n Aprorodia SubtertVocabularioWISC-R: normal Test de retención visual de Benton: Test de copla de una figura compleja de Rey (recuerdo) normal-bajo normal-alto TAVECI: normal-bajo Curva de aprendizale: normal Recuerda libre a corto plazo: normal-bajo Recuerda con claves corto plazo: norma-bajo Recuerda libre a largo plazo: normal-bajo Recuerdo libre con claves a largo plazo: normal-bajo Peneveracioner:alterado intrurioner: alterado Reconocimiento: normal CEG: normal-alto Subtest ComprensiónWISC-R: normal - WISC-R: normal I 6ATiELLE:alterado - - Dificultad en la coordinación manual Torpeza psicomotora - BATTELLE: normalBATiELLE: normal Vifietar «en la mentex: normal en situaciones I 1 alI0 - / socia er i m p er BATTE..C n.entir n o r x < a i i ? o a r ~ i r rr (€5. Zomprerr onoe.íti.c~.iar grama! c. ~5 i(-BT res arcieac n:e g:nc aae i<..vnoii; F-Oh Pi-eoa oe enq.i,r oio h a ~ a i i oiií irg stinfmn og ro no.< oo. 1A1Ec:Ten icapcenirar ,tic$ E,piroCl>rip dan: A \C-R E s r i a dc ntr qenc a a ? 'ecnier urra ii i i , i c , i d o d -. - - - ... .- -. Sorializarión Autonamla WISC-R: normal WiSC-R: normal - .. -. Subtest Clave de números WISC-R: Subtest Clave de números WISC-R: normal-bajo alterado 1 Subtest DiaitarWISC-R:alterado 1 Subtest Diaitos WISC-R: normal-baio 1 1 normalbbajo subtertsemejanlasmsC-R:alterado- Subtest Matrices K-BIT: normal Fina - Psieomotricidad - 1 Subtest Cubos WISC-R: alterado BATiELLE: normal Subtest VocabularioWISC-R: narmal RFI: normal-baio BATTELLE: normal - Inhibición dela interferencia Abstracción - - PLON: alterado Forma - BATTELLE: normal BATTELLE: normal Expresivo - . Subtest Clave de númerosWISC-R: alterado Subtest Dialtos WISC-Ralterado . WISC-R:normal-bajo WISC-R: normal-bajo WISC-R:alterado Funcloner ejecutivas - 1 I - 1 BATiELLE alterado 1 BATTELLE alterado Receptivo Praxia viruoconstrurtiva Lenguaje Aprendizaje y recuerdo verbal Retención Trabaja verbal Velocidad de procesamiento Total Manipulativo Cociente Intelectual Verbal 1lndice de desarrollo 11 4 1 1 realizar ejercicios como saltar con los pies juntos o alternándolos y, en general, en las actividades que requerían mayor equilibrio. En cuanto a la motricidad fina, Helena tenía problemas para realizar movimientos que requerían mayor precisión (p. ej., ensartar cuentas, recortar con tijeras, etc.), y estos movimientos eran más lentos de lo habitual. Actos cotidianos como manejar los cubiertos, abrocharse botones o vestirse sola se veían afectados también por estas dificultades motoras. Al inicio de la escolarización no mostraba especial dificultad en la grafomotricidad a la hora de copiar figuras, pero sí cuando los estímulos eran letras, pues requerían mayor precisión. Posteriormente la caligrafía, aunque legible, era distorsionada y lenta, si bien iba mejorando durante la etapa escolar. En la actualidad, su caligrafia muestra signos de macrografía y falta de organización espacial del folio. Ámbito cognitivo En relación con la capacidad intelectual global y según el Test breve de inteligencia de Kaufman (K-BIT), Helena presenta un cociente intelectual (CI) medio, si bien la puntuación de la Escala de inteligencia de Wechsler para niños visada (WISC-R) seria media-baja cuando comienza la edad escolar. Posteriormente su CI evoluciona hacia la normalidad. Los estudios realizados revelan que la discapacidad intelectual no es una manifestación típica de la neurofibromatosis de tipo 1. Se observa que los niños afectados presentan un CI dentro de los límites de la normalidad, si bien algo más bajo que los de sus compatíeros sanos, con una media en torno a 90 (Lehtonen et al., 2013; Hyman et al., 2006). Sólo en el 6-7 % de ellos se aprecia un CI por debajo de 70. Se objetiva habitualmente una ejecución dispar al comparar el área verbal y no verbal, con un mejor rendimiento en la verbal (Mouridsen y Snrensen, 1995). En cuanto a los procesos especificas, y en la primera infancia, la discriminación perceptiva, la memoria, el razonamiento y el desarrollo conceptual se encontraban dentro de su rango normativo de edad. Sin embargo, Helena ya presentaba problemas para mantener la atención cuando estaba en grupo si la tarea no era altamente motivante. Esta tendencia a la distracción era muy llamativa (durante la ejecución de distintas actividades empezaba a conversar sobre otros temas, curioseaba objetos que tenía alrededor, etc.). La atención se encontraba por debajo de los valores normales en todas sus manifestaciones (sostenida, selectiva, control inhibitorio y capacidad de concentración). Con respecto a las capacidades mnésicas, presentaba y todavía presenta un rendimiento bajo en memoria de trabajo y en memoria verbal y visual cuando no puede contexmalim el material, con intrusiones y perseveraciones que no llegan a afectar tanto a su aprendizaje cuando el material es verbal, pero sí cuando es visual. Sin embargo, ante materiales contextualizados (textos con significado, cuentos, temas escolares) su aprendizaje y recuerdo se encuentra dentro de la normalidad. Muchas de esas incrusiones y perseveraciones pueden explicarse por su tendencia a responder rápido, sin permitirse tiempo para monitorim k s palabras que ya lleva dichas para no repetirlas. El reconocimiento en ambos casos es mejor que el recuerdo libre. Ha Progresado en velocidad de procesamiento. No muestra un enlentecimiento general, sino sólo en tareas que requieren coordinación visuomanual, por sus dificultades en motricidad fina. La percepción es normal en todos los procesos explorados. Pueden aparecer problemas aislados en la coordinación oculomanual. Siempre ha exhibido dificultades con el cálculo mental, pero planifica bien los problemas aritméticos ajustados a su edad, razona el planreamiento y responde adecuadamente a las operaciones que debe realizar. Sus déficits aparecen cuando tiene que realizar cálculo mental, por sus problemas atencionales y de memoria de trabajo. En el área lingüística, Helena presentó un retraso en la adquisición del lenguaje expresivo que ha llevado incluso a sospechar algún déficit auditivo, que fue descartado posteriormente. Como ejemplo, al año de vida sólo mostraba sonidos guturales, no emitía ninguna sílaba; a los 2 años y medio pronunciaba palabras monosilábicas y algunas bisilábicas, y n o comenzó a generar construcciones de dos o más palabras hasta que se inició la intervención logopédica. Con la rehabilitación se logró una mayor normalización en morfosintais, si bien seguía exhibiendo múltiples dislalias y problemas articulatorios que hacían su lenguaje ininteligible, dificultades que se mantuvieron incluso durante la etapa escolar. Posteriormente se fueron superando muchas de las dislalias mencionadas, aunque persistían los problemas articulatorios, que complicaban la comprensión del lenguaje oral, caracterizado por un habla farfulleante y nasalizada, con déficits de entonación y fluidez. Se observaban, además, déficits ala hora de elaborar definiciones, categorizar y dar explicaciones. En la actualidad, presenta un léxico y una sintaxis adecuados, pero persisten algunos problemas articuiatorios v nrosódiws aue dificultan la inteligibilidad del ~ c n ~ s o . El lenguaje receptivo siempre se ha visto da, ramente afectado por el déficit atencional y mné/ sico, y no es capaz de seguir órdenes queimpliquen más de dos acciones a los 2 d o s o de recordar los detalles de una historia a los 7 d o s , sin que esas dhculrades se pudieran explicar exdusivamente por los déficits en comprensión del lenguaje. Aparecen además problemas de conciencia fonológica. En la actualidad, Helena sólo presenta d&cultades de comprensión lingüística cuando el mensaje es figurado o posee un alto gado de abstracción. Por otra parte, su comprensión lectora es mejor que la mecánica oral de su lecnira. 1 Area social y autonomía Durante la primera infancia no presentaba &cuitades de interacción con los adultos, y era capaz de expresar sentimientos de forma ademada. No tenía problemas para desenvolverse en situaciones sociales, y discriminaba ~erfectamente cuándo una conducta era aceptable y cuándo no. Iniciaba contactos con los otros, era capaz de esperar su turno y no se mostraba especialmente tímida, si bien se observaba escasa iniciativa en estos contextos, adecuándose más a los deseos de los compafieros que a los suyos propios. Posteriormente, durante la etapa escolar comenzaron a hacerse más evidentes las dificultades si bien Hede integración con el grupo . . . de iguales; . I r n ~;ra U I I A n i i l d acvptida. no )L la rcq~~criil para 1- iciivid.d;r ciiw irnoli<nbnnIilhilhladcs moro.. ras y lingllísticas, para las que era menos diestra. Se defendía mejor ante agresiones de carácter físico que de carácter verbal, y se observaban muchos problemas para asumú sus tareas y cuidar de sus pertenencias. Rara vez admitía la responsabilidad de sus errores. Presentaba déficits en todas las tareas que requerían organizar y ~lanificarel tiempo y los acontecimientos. Además, la capacidad de juicio social que implica la utilización de uúormación práctica y de las experienuas pasadas se encontraba por debajo de la de su edad cronológica. A medida que se acercó a la adolescencia, empezó a comprender mejor situaciones sociales tanto simples como complejas: engaños, dobles sentidos, ironías... En la actualidad posee una buena capacidad para ponerse en el lugar del otro y captar sudezas en las interacciones socides. Pero su comportamiento red es más i u h t i i que el razonamiento que utiliza, y carece de algunas habilidades s o d e s propias de esta etapa (interrumpe conversaciones, dta de un tema a otro). Entendemos que las dificultades de socialización que actualmente mantiene Helena y su tendencia al aislamiento son el resultado de la influencia de algunos de los déficits mencionados (apariencia física, dificultades arnculatorias en el Lenguaje oral y aprosodia, que producen una comutucación verbal menos ágil, torpeza motora que no le ha permitido parucipar en juegos físicos, etc.), así como de unas motivaciones e intereses algo pueriles. Suele evitar situaciones codictivas y de recham.Estos aspectos jusriúcarian que sus relaciones actuales se establezcan principalmente con otros niños con diferentes trastornos o con adultos, hasta el punto de que, en ocasiones, las maestras de apoyo la requieren para prestar ayuda a compañeros con dificultades de aprendizaje, actividad por la que muestra mucho interés. Primera etapa: conseguiré decirte lo que quiero para merendar Tras la primera waluación, se priorizó la intervención en el lenguaje. A los 2 &os y medio Helena comenzó a reubir dos sesiones semanales de logopedia en las que trabajaba sus dislalias, realizaba praxias para tonificar la musculatura orofacid, denominaba objetos mediante lotos fonéticos para aumentar su vocabulario (Monfo~ty Juárez, 2008) y mejoraba sus estructuras gramaticales con diversas actividades como las secuencias temporales. Poco a poco, h e apresando de forma cada vez más dara todo aquello que quería y sentía. Por otro lado, dadas las dificultades en la motricidad gruesa (apecialmentepara mantener el equilibrb), se mdicó a los padres la realización de una serie de ejercicios espeúficos: subir y bajar escaleras; realizar un recorrido, sm salirse, sobre líneas d a s en el piso, e imitar los movimientos de diferentes animales (saltar como un canguro, correr como un perro, caminar como un cangrejo, etc.). Segunda etapa: ahora lo haré mirándote a los ojos A los 6 años y medio su acusado déficit de atención junto con algunos síntomas de hiperacuvidad empezaron a interferir con fuerza en la intervención terapéutica (p. ej., se levantaba de la silla a la menor oportunidad), por lo que se indu- 11 yeron, de forma diaria, ejercicios especificas que trabajaban la atención sostenida y la inhibición de estimulos distractores, como los rompecabezas, las secuencias temporales, y diversos juegos del tipo «¿Dóndeestá Wally?». Helena no conseguía mantener el contacto visual más de unos pocos segundos, por lo que llevamos a cabo la siguiente actividad: mirarnos fijamente a los ojos, advirtiéndole de que perdería quien desviara la mirada en primer lugar. Al principio es aconsejable ir contando en voz alta los segundos que pasan para mantener centrada la atención hasta que se logra realizar en silencio. Posteriormente introdujimos distractores, como chasquear los dedos o dar palmadas a izquierda o derecha, hasta conseguir que mantuviera la mirada a pesar de ellos. Tercera etapa: soy capaz de aprender lo que me explicas pero me gusta más todo lo que hay a tu alrededor El déficit de atención le impedía seguir las explicaciones de los profesores en clase, no porque no atendiera, sino precisamente porque quería atender a todo; cualquier estímulo le provocaba mayor interés que lo que el profesor escribía en la pizarra. Es cierto que todos nos hemos evadido alguna vez en clase mientras nos explicaban cómo los Reyes Católicos expulsaban a Boabdil; la diferencia es que, mientras que la mayoría somos capaces de volver a atender tras unos minutos de evasión, Helena no lo era, pues presentaba lo que llamamos atención düpersa; no podía ni sabía cómo reconducir su atención. Al llegar a casa todo «le sonaban; sin embargo, no lograba dar sentido a lo aprendido, por lo que se disenó un entrenamiento en habilidades cognitivas que incluía las siguientes técnicas: Grafomotricidad Los problemas grafomotrices hacían prácricamente ilegible la escritura de Helena, por lo que aplicamos un programa para mejorar el trazo, la prensión de los dedos y la caligrafía en general (Portellano y Quiros, 2004). Una de las actividades más efectivas consistió en ponerle un modelo, pues era capaz de reproducirlo de manera casi exacta desde el inicio del entrenamiento. Atención La atención dispersa de Helena era el principal problema a la hora de enfrentarse a cualquier nue- vo aprendizaje, ya que tardaba pocos segundos en interrumpido con cualquier distracción. En este caso utilizamos las «autoinstrucciones»,de manera que le enseñamos a dividir las tareas en varias instrucciones (o as os) que debia decir en voz alta antes de llevarlas a cabo (p. ej., en una suma, el primer paso seria «tengo que comen- por la columna de la derecha; el segundo, «ahora debo seguir por la columna que hay a la izquierda», y así sucesivamente). Además, siempre que iniciara una actividad, verbalizaría: «no debo dejar las cosas a medias» o «voy a hacer esta actividad de un tirón.; de este modo, por un lado se daba ánimos y adoptaba una actitud positiva y, por otro, le servía para poner sus mecanismos de atención «en alerta» y no distraerse. Cuando las tareas aumentaron en complejidad, las intrusiones (cambios de tema, comentarios espontáneos en mitad de una actividad) aparecían de nuevo en escena, por lo que optamos por anotar los temas que le preocup b a n y le aseguramos que podría comentarlos en los últimos 5 minutos de cada sesión. No sólo se redujeron las intrusiones, sino que aumentó considerablemente el tiempo de concentración; es posible que el hecho de realizar las anotaciones Supusiera atender las necesidades emocionales que se manifestaban en la relación terapéutica, y ello permitió optimizar los resultados. La atención sostenida se trabajó en ambas modalidades sensoriales, verbal-auditiva y visual. En la modalidad auditiva, leíamos un texto que Helena debía escuchar atentamente y, siempre que pronunciábamos una palabra determinada (p. ej., imása), tenia que dar una palmada. Al principio, la palabra aparecía con más frecuencia, y paulatinamente la frecuencia disminuía para obligar a mantener la atención durante intervalos más largos. Otra de las actividades consistió en leer un texto deteniéndonos en cada punto (o en una coma si la frase era demasiado larga) y pidiendo a Helena a continuación que lo repitiera con la mayor exactitud posible; poco a poco lo fue generalizando a la escuela y a las conversaciones que mantenía con otras personas, de manera que mejoró mucho tanto su atención auditiva como la comprensión del lenguaje oral. En la modalidad de atención vüual, puesto que cometía múltiples errores de sustitución, adición, inversión y omisión de grafemas, al escribir y al leer, aplicamos un programa muy sencillo para aumentar la atención visual sostenida y selectiva (Álvara y Gonzáiez, 2008). Otra actividad miiy efectiva dirigida a mejorar la exactitud lectora consistía en aplicar la sobrecorrección; por ejem- NeomfibmmPtogs de tipo 1 plo, volver a leer la frase completa en la que había cometido el error. No se debe interrumpir al niño en mitad de una frase cuando se eqllvoca, sino esperar a que llegue al siguiente punto para advertirle, ya que al interrumpirlos suelen ponerse más nerviosos y, además, se acostumbran a que seamos nosotros quienes estemos atentos a los errores mientras ellos bajan la guardia. Memoria Aplicamos un programa de estrategias metacognitivas para el aprendizaje que incluía reglas mnemotécnicas, acrósucos, categorización y técnicas basadas en la asociación de conceptos (Valiés, 2000a). Sin duda, la técnica con que obtuvimos mejores resultados fue la de asociación ideovisual (como se mencionó anteriormente, su memoria visual era especialmente buena), que consiste en crear una imagen para cada palabra de la oración o texto que se ha de memorizar; al principio es aconsejableutiliza una imagen fisica, es decir, un dibujo, fotografía o mcluso un objeto, hasta que el mecanismo se automatiza y podemos crear las imágenes en la propia imaginación, lo cual disminuye mucho el tiempo empleado. Una vez aprendido este mecanismo, se asocian directamente grupos de palabras (ya no palabras aisladas) y a conunuación oraciones no muy extensas, y así se va aumentando hasta llegar - incluso a mear una sola imagen que represente un párrafo entero. También enseñamos a Helena a e m e r las ideas más relevantes de los textos y a realizar mapas conceptuales, lo cual mejoró su problema para organizar la información y dar un sentido global a lo que estaba aprendiendo. destreza comenzó a imaginarlo). Una vez leído y analizado, tenía que anotar los datos en una tabla y poner al lado qué signiscaba cada uno de ellos (p. ej.. tres manzanas, las manzanas que tiene Alberto; dos manzanas, las manzanas que se come Alberto). Además hicimos hincapié en que aprendiera el significado de las operaciones (sumar significa añadir, juntar; restar significa quitar, perder; multiplicar es sumar números iguales, y dividir signitica partir, repartk, hacer grupos). Control inhibitorio Era muy h a b i d que Helena contestara de forma equivocada a una pregunta y justo unos segundos después diera la respuesta correcta. Para disminuir la impulsividad, propusimos u n juego en el que le hacíamos preguntas sendas (;qué has comido hoy'; ¿qué ropa llevabas puesta esta maíiana?) y ella debía contar hasta cinco antes de contestar (primero en voz alta, luego interiormente). Otro juego en la misma lfnea consisre en eniregar al niño una pizarra y un rotulador; a continuación, se leen palabras y, por cada una que escuche, tiene que dibujar una cruz o un círculo, dependiendo de la instrucción que hayamos dado (p. ej., que dibuje un círculo si la palabra contiene la letra *a» y una c m en caso contrario). Las instrucciones pueden aumentar en complejidad tanto como queramos (inviruendo la insuucción, intmduciendo rotuladores de varios colores, etc.). Estas actividades, así como cualquiera de las denominadas tareas de tipo Stroop o go-no go son muy adecuadas para aumentar el pensamiento reBauvo y minimizar la impulsividad Razonamiento abstracto Cuarta etapa: este círculo es cuadrado, y punto Helena no mostraba dificultades en aprender procesos mecánicos como los de las operaciones matemáticas. Sin embargo, la resolución de problemas aritméticos fue el caballo de batalla desde sus primeros años académicos, de manera que, por un lado, limamos a cabo un programa que desarrollara el razonamiento abstracto (Vdés, 2000b) y, por otro, le enseñamos una serie de pasos para abordar dichos problemas matemátlcos: en primer lugar, teda que leer con atención el enunciado completo para hacerse una idea general; a continuación, debía hacer una segunda lectura, dctcnikndose esta v a cada dos o Lrrs palabras para pensar en lo que decía y dibujarlo (al principio lo dibujaba y cuando adquirió mayor En este apartado nos gustaría hacer referencia a varias característicasdel funcionamiento ejecutivo que pueden aparecer en las personas con neurofibromatosis de tipo 1: la in9exibilidad cognitiva, la perseveración conductual y la baja tolerancia a la frustración. Puede parecer un aspecto poco relevante en relación con otros síntomas, pero se convirtió en un problema cuando empezó a interferir en cualquier aprendizaje que Helena realizaba, hasta el punto de que al explicarle un ejercicio con el que discrepaba y buscarlo en el libro, respondía: *Me empeño en que es como yo digo porque me enfurece no I l m r la razón*. Es muy importante en estos casos introducir técnicas de autorregulación emocional que incluyan aspectos como el manejo de las emociones negativas (rabia, tristeza), el descentramiento de la propia perspectiva y el desarroiio de la empatía y la autoestima, así como el entrenamiento en habilidades sociales y asertividad. Quinta etapa: yo también quiero wguasapm Como ya hemos mencionado, Helena tiende a establecer relaciones sólo con adultos u otros niños con dificultades que acuden al mismo instituto, no conserva amistades de cursos anteriores y en la actualidad únicamente tiene un amigo fuera del ámbito escolar. En un intento de amoliar su círculo social, a los 12 d o s , sus padres la inscnbieron en dos grupos distintos que se reúnen semanalmente y organizan excursiones y convivencias. En general, las experiencias han sido buenas (Helena cuenta que se relaciona y lo pasa bien). Sin embargo, también aquí sufrió varias simaciones de rechazo por parte de sus compderos y, unavez más, no llegaron a fraguarse relaciones de amistad íntima en ninguna ocasión. Si revisamos ks pmebas de evaluación, podemos observar que Helena ha tenido problemas de socialización prácticamente desde el principio de su escolarización, a oesar de ser una niña educada. carinosa y no especialmente introveruda. Como se ha comentado, sus diiicultades en el lenguaje y la torpeza motora parew'm ser las principales claves del oroblema e hicieron oue Helena utilizara cada vez más la evitación y el escape como estrategias de afrontamiento. Nos gustaría apuntar que desde muy pequeña ha sido consciente de las dificultades que tenía y ha demostrado una gran madurez en este aspecto, pues acepta la siniación tal como es; sin embargo, en ocasiones se rebela y enfurece porque no puede jugar al fútbol como le gustaría, Hallazgos neuropsicologicos: inteligencia dentro de ,os ~arámetrosde ia normalidad: principales déficits en atención, memoria de trabajo, velocidad de procesamiento, psicomotrlcidad fina y gruesa, y disartria Datos d e neuroimagen: en las primeras RM. desde los 2 años, lesiones hamartomatosas de unos 0,5 cm locaiizadas en los ganglios basales [globo pálido) y en el cerebelo, otras m6s ~eoueñasen reoiones como la porque m compderos se ríen de ella por «hablar raro» y, en definitiva, porque su cerebro no le permite ser como los demás. Helena no entiende tanpoco que a sus 14 años tenga que ir acompaíiada al instituto, a comprar golosinas o al cine, y su mayor deseo es tener un teléfono móvil y una cuenta en dgum n.d snci31, c<)ino12 ~ ~ ~ a v odc r i x1xj 11iii:al CIC TU edad. I'cro i IcIi 11 l. ci>ii 14 .iiios. c.rii,a los px,os de peatones sin mirar a ambos lados, se detiene en cada escaparate o ante cualquier perro que encuentra a su paso y, en ocasiones, no recuerda qué debía comprar al llegar a la tienda. A lo largo de estos d o s se han programado diferentes actividades para fomentar su autonomía, comenzando por hábitos básicos de casa como doblar la ropa, lavarse el pelo o manejar los cubiertos (tareas que le resultaban muy complicadas por la torpeza motora). Una de las últimas actividades realizadas ha sido salir a comprar distintos productos en los comercios cercanos a su casa. Cada día, justo antes de salir, realiza sus ejercicios para mantener el equilibrio y el control postural (tiende a caminar encomada y con los pies rotados hacia el exterior, y en ocasiones pierde el equilibrio al girarlos a la posición normal); además ensaya mediante roleplaying cómo debe realizar la compra (dar los buenos días mirando a los ojos del dependiente, hablar alto y claro, pedir la cuenta y el cambio, etc.). Por último, en el portal de casa, como estrategia para activar la atención, Helena debe decir en voz alta oué cosas debe recordar (mantener la postura, mirar a ambos lados al cruzar los pasos de peatones y no detenerse hasta Uegar a la tienda). Al principio lo hizo acompañada durante todo el recorrido y después manteniendo cierta distancia; continuará practicando basta que, algún día, pueda ir al cine sola, como la mayoría de las niñas de su edad. núcleos dentados y las zonas ad a. IV ventriculo, y ligera oilatación de i ventriculos laterales. A partir de los 6 regresión parcial de las lesiones hama matnsas, en principio en la unión bu medular, y posteriormente en la susta blanca de los hemisferios cerebelosos. A 10 años resultaba dificil identificar las les nes hamartomatssas, continuando con proceso de regresión de este tipo de le nes. aunaue se detectó un enarosamie Neu~ofibromaf~sls de tipo 1 118 ACTIVIDAD13-1. Familiarizarse con los datos médicos J Ejercicio l. Busque y defina los siguientes términos: - Hamartoma. - Giioma. - Neurofibroma plexiforme. - Enfermedad de moya-moya. ACTIVIDAD13-2. Repasar la neuroanatomía infantil J Ejercicio 2. Localice una imagen en la que pueda observarse un bajo nivel de girificación en algunas de las áreas que se han detectado como afectadas en la neurofibromatosis de tipo l. ACTIVIDAD13-3.Aprender a evaluar en neuropsicología infantil. Principales pruebas Batería de diagnóstico neuropsicológico infantil (Luria-DNI) (Manga y Ramos, 1991) Basada en el procedimiento de Luria para el diagnóstico neuropsicológico en adultos, esta batería permite evaluar a niños de entre 7 y 10 años. El motivo de centrarse en estas edades es asegurar la existencia de una organización cerebral diferenciada de los patrones adultos, evitando la excesiva inmadurez de la etapa preescolar, para la que los autores han disehado la Batería Luria Inicial.. aolica, ble en nihos de 4 a 6 años (Ramos y Manga, 2006). Consta de 195 ítems agrupados en 19 subtests. incluidos, a su vez, en 9 pruebas: Motricidad. Integrada por dos subtests, el primero evalúa las funciones motoras de las manos. la noción del esquema corporal, la orientacion derecha-izquierda y la organización secuencia1 de losactos motores. El segundo incluye la explo- ración de praxias orales, siguiendo las órdenes del examinador y la regulación verbal del acto motor. Audición. Se compone de un solo subtest que evalúa percepción y reproducción de estructuras ritmicas. Tacto y cinestesia. El primer subtest explora las funciones de localización y discriminación táctil, así como la dirección del movimiento. mientras que el segundo valora las sensaciones musculares y articulares y la estereognosia o dificultad para reconocer objetos al tacto. Visuoespacial. Dividida en dos subtests, evalúa la percepción visual, la orientación espacial y operaciones intelectuales en el espacio. Habla receptiva. En esta prueba se incluyen los subtests de audición fonémica (diferenciación de los sonidos del habla), comprensión de palabras y frases simples, y comprensión de e r tructurai lógico-gramaticales. Habla expresiva. Los subtests que la componen evalúan, por un lado, la articulación de los sonidos del habla y el habla repetitiva y, por otro, la denominación y el habla narrativa. Escritura y lectura. La exploración se inicia con el análisis de los procesos fonológicos, para pasar a los subtests de escritura y lectura. Destreza aritmética. El primer subtest que la compone es la comprensión de la estructura numérica, y el segundo la de las operacionesaritméticas. Procesos mnésicos. Se evalúa en primer lugar la memoria inmediata (proceso de aprendizaje, retención y evocación), para pasar a explorar la utilización de relaciones lógicas para memorizar (memorización lógica). J Ejercicio 3. Siguiendo la tabla 13-1,y a partir de los datos que se observan en las evaluaciones administradas a Helena a los 7 y a los 10 años de edad, indique cuáles podrían ser sus resultados en las pruebas y los subtests de Luria-DNI. l I I l J A~IVIDAD 13-4. Planificar la intervención en neuropsicología infantil J Ejercicio 4. A partir de los déficits comentados en el texto. elabore un oroorama de intervención , * para dos momentos evolutivos (2.6. 12 o 14 años) que incluya al menos: - 5 ejercicios para mejorar la motricidad gruesa. - 5 ejercicios centrados en la motricidad fina. - 5 ejercicios que permitan mejorar la musculatura orofacial. . ACTIVIDAD13-5. Neuropsicologia infantil en los medios de comunicación Videofórum ~~~~ ÁIvarez L, Gonlálrz P. Fijate y concéncrare más. Madrid: CEPE, 2008. Ferner RE. Hughes M, Weirnan J. Inrellectual impairmenr in neurofibiomacoris 1. J Neurol Sú 1996:138:125-33. HySL, ShoicsA, North KN ?he naniie 2nd frequenvj of ognirive deficirs in diildren wirh neurofibrornatosis we 1. Neurology 2005;65:1037-44. Hyrnan SL, Shorer A, Norrh KN. Learning dirabilicia in children widi neurofibromatosis rype 1: subcypa, cogtiirive profile, and arrenrion-deficit-hperaccivi'y disorder Dev Med Child Neurol2006;48:973-7. Lehronen A, Howie E, Trump D, Huson S. Behavior in diildren with ncurofibromatosis rvne execurive , 1: coenition. " funcrinn. ~ttrntion. ernorinn. and social comoetence. Dcv ~~~~~~, ~~~~~~~~~~~~, Med Child N~uiol2013;55:111-25. Monforr M, Juárez A. Loro fonérico. Marerial de reeducación logopédica. Madrid: CEPE, 2008. Mouridsen SE, Sarrnsen SA. Psychological arpeca of von Reckiinxhausen neurofibrornatosis (NFI). J Med Gener . ~~~ ~ El documental «Las neurofibromatosis», elaborado por la Asociación Catalana de las Neurofibromatosis, permite conocer diversos aspectos de este cuadro. Disponible en: http://www.acnefi.org/nf/mm.asp?ld=l. Porrellano JA, Quims JM. Rehabilitación de la disgrafia. Madrid: CEPE, 2004. Roy A, Roulin JL, Charbonnier V, Allain P, Farotti L. Barbbaror S , er al. Exerurive dysfuncrion in diildren with neurafibro- - . . . sparial performance deficirs in diildren widi neurofibromarosis rype-l. Am J Med Genet A 2003;120/1326-30. Ullcich NJ, Ayr L, Le&r E, h n s MB, Rqv-CarserlyC. Pilot .. . Vallés A. 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Mendoza Lara Alfinaüzar el capapitulo~eialumno será capaz de: B Conocerlas caracteristícas Imgüístícar;de las hablantes tardíos y los criterios de identificacMn. .B Establecer las conexiones entre la emergencia tardía del lenguaje y el trastorno especifico del lenguaje. Profundizar en el desarrollo lingüisticoy comunicativode los hablantes tardios. B Identificar los indicadores de riesgo del trastorno especifico del lenguaje en los hablantes tardios. B Reflextonar sobre la conveniencia de iniciar la intervención linguistica desde que se identifican los indicadores de riesgo o bien deesperar su evolución. El término «emergencia tardía del lenguale* se utiliza para referirse a la condición de los niños que a los 2 años presentan un retraso de vocabulario en ausencia de un trastorno subyacente reconocido, como déficits sensoriales, neurológicos o cognitivos, o trastornos del espectro autista. En la actualidad, estos niños se denominan uhablantes tardíosn. En rorno al 13-15 % de los niños presentan retraso en el inicio del habla a dicha edad. A pesar de la exclusión de défiuts subyacentes, la población con emergencia tardía del lenguaje es altamente heterogénea. Algunos niños presentan sólo retraso expresivo, mienrras que en otros se observa, además, retraso en el lenguaje receptivo. Estos problemas lingüisticos conllevan unos modelos diferentes de interacuón familiar y ambiental, relacionados en muchos casos con las pautas de crianza, lo que incrementa la heterogeneidad de esta población. Por otro lado, se ha comprobado que muchos nicíos que empiezan a hablar tarde llegan a alcanzar a sus iguales a pesar del inicio tardío, sin que éste se asocie con ninguna otra dificultad en su desarrollo. El término utilizado para referirse a estos niños es el de Lzte bloorncrs, que no tiene una correspondencia exacta con un término español, traducirse por «desarrollo lento aunque del lenguaje». Extrayendo resultados de distintas investigaciones, se puede concluir que en torno a una tercera parte de los niños hablantes tardíos continúa teniendo problemas; otra tercera parte hace algunos avances, y la tercera parte restante se sitúa en el rango normal de desarrollo del lenguaje. En definitiva, entre los niños cuyo lenguaje emerge de forma tardía es ~osiblediferenciar dos grupos. El primero estaría formado por aquellos con desarrollo lento del lenguaje (Lzte bloomerr), que alcanzan una relativa normalidad lingüística en un período de tiempo más o menos corto. El segundo grupo estaría formado por los hablantes T R A S ~ R NDEL O SLENGUAJE tardios, en los que el retraso en la adquisición del lenguaje continuará en el tiempo y, con alta probabilidad, persistirá. En este grupo se encontraría la mayoría de los niríos con un trastorno específico del lenguaje, si bien puede haber niños en este grupo en los que el inicio del lenguaje no haya sido tardío. Se hace necesario encontrar algunos signos de alerta a edades tempranas que permitan determinar con la mayor probabilidad posible la persistencia del retraso en el desarrollo del lenguaje, criterio principal para el diagnóstico de un trastorno especifico del lenguaje. Estos signos serán especialmente importantes en relación con su prevención. EMERGENCIATARD~ADEL LENGUAJE Y TRASTORNO ESPEC~FICO DEL LENGUAJE La emergencia tardia del lenguaje se considera una parte integral del fenotipo del trastorno especifico del lenguaje, que está generando un importante cuerpo de investigación en los últimos . años. El trastorno específico del lenguaje se puede definir como un trastorno de adquisición del lenguaje, una vez descartadas posibles etiologias que podrían explicarlo, como bajo cociente intelectual (CI), pérdida auditiva, daño cerebral, déficits motores, factores ambientales o alteraciones del desarrollo emocional. Afecta en torno al 3-5 % de la población escolar y se considera uno de los trastornos del neurodesarrollo que más interfiere en el funcionamiento académico, personal y social, debido a la carencia de herramientas lingüísticas que permitan una adecuada comunicación interpersonal. Una de las características centrales del trastorno especifico del lenguaje es su persistencia, por lo que en su diagnóstico se deben excluir los late bloomers, ya que en estos casos el problema lingüístico no es permanente. Sin embargo, según resultados de diversas investigaciones, el 88 % de los niños con trastorno especifico del lenguaje han sido hablantes tardios, razón por la cual la emergencia tardia del lenguaje se convierte en uno de los indicadores más potentes para su identificación. Para ejemplificar10 con datos, podemos pensar que en una población de 1.000 niños se espera que en torno a 100 sean hablantes tardíos y 30 presenten trastorno especifico d d lenguaje grave. De estos 30 niños, el 88 %, esto es, 26 casos, son hablantes tardios, y sólo 4 presen- - tarán un desarrollo inicial del lenguaje dentro de rangos normales, razón suficiente para estudiar esta emergencia tardía del lenguaje y para identificar los marcadores que con mayor probabilidad indiquen que un niño desarrollará un trastorno persistente del lenguaje. El trastorno especifico del lenguaje es un problema altamente heterogéneo: las diferentes habilidades lingüisticas pueden verse afectadas en mayor o menor p d o . Y dado que cuando se hace una evaluación en profundidad es muy difícil encontrar la normalidad en una medida linRüistica, para definir un subgrupo lo más homogéneo posible del trastorno especifico del lenguaje no siempre serán suficientes las pruebas estandarizadas, y se requerirá un análisis comparativo intrasuieto entre las habilidades lingüísticas más desarrolladas y las claramente deficitarias. En algunos casos la afectación de la comprensión del lenguaje puede ser relativamente leve, mientras que en otros puede ser mayor, dar lugar a un trastorno profundo del lenguaje y tener repercusiones altamente negativas. No obstante, en la actualidad está muy cuestionada la existencia del trastorno específico del lenguaje sólo expresivo. La 5 a edición del Manual diagnóstico y t ~ t a d í ~ nde~ los o trastornos mentales, DSM-5 (APA, 2013), lo considera como trastorno del lenguaje dentro del apartado de trastornos de la comunicación, incluidos, a su v a , en los trastornos del neurodesarrollo. La clasificación de referencia del trastorno específico del lenguaje es la formulada por Rapin y AUen en 1983, que precisaron con mayor detalle en 1988. Diferenciaron seis subtipos agrupados en tres categorías: 1, trastornos expresivos (dispraxia verbal y trastorno de programación fonológica); 2, trastornos expresivo-receptivas (trastorno fonológico-sintáctico y agnosia auditivo-verbal), y 3, tratornor dp procesamiento de orden superior (trastorno léxico-sintáctico y trastorno semánticopragmático). En la actualidad se considera que la primera categoría (trastornos expresivos) no se corresponde con la definición del término trastorno especifico del lenguaje. La dispraxia verbal tiene un claro origen neuromotor y el trastorno de programación fonológica entra en la categoría diagnóstica de trastorno fonológico o de trastorno de los sonidos del habla. Son alteraciones que afectan principalmente a la emisión del habla y en especial a la inteligibilidad del mensaje, más que al contenido lingiiísrirn. Tal vez el snbgrupo en el que se engloba el mayor número de niños con trastorno específico del sea el tiastorno fonológico-sintáctico, ta principalmente a los aspectos f o ~ m y gramaticales del lenguaje. Algunos autores dd han referido a éI como m o m o rspecíko gramaticaL De forma característica, el o actual de trastorno espeú6co del lenguapresivo alude a este subgmpo, en el que la cipd alteración se encuentra en el lenguaje esivo, aunque en ningún caso se pueden deslos problemas de lenguaje receptivo. Como oce Leonard (2009), el trastorno especifico nguaje expresivo no constituye una categoría nóstica precisa (v. cap. 15). Por otro kdo, la sia auditivo-verbal es un problema muy raro infancia, y los casos descritos se asocian a os neurológicos reconoudos, como sucede torno de Landau-Kleffner. Por último, se encuentran los trastornos que autoras catalogaron como de procesamiento orden superior. El trastorno léxico-sintáctico 'ste alta gravedad, puesto que a los problemas ente formales y gramacicales se unen los feridos al léxico: dificultades de denominación, de fluidez, de comprensión y de categorizauón de palabras, que comurometen de forma muy importante el rendimiento académico y la comunicación interpersonal. En la actualidad, este subgrupo se c&responde con el trastorno específico del lenguaje expresivo y receptivo. Al estar comprometida la comprensión, se considera, iosistimas, una alteración grave que conlleva un pronóstico negativo. En esta amplia categoría se induye también el trastorno semántico-pragmático, que el DSM-5 (APA, 2013) reformula como trastorno de comunzcanón social (pragmática). Su integración dentro del trastorno específico del lenguaje ha sido muy debatida, puesto que no está clara su diferenciación de los trastornos del espectro autista, aunque muy bien puede conceptualizarse como un puente entre los trastornos formales del lenguaje o trastornos específicos del lenguaje y los que dectan principalmente al aspecto comunicativo-pragmático, como sucede en los trastornos del espectro autista (v. cap. 16). En definitiva, dada la secuenua significativade emergencia tardía del lenguaje y trastorno específico del lenguaje, en este capítulo vamos a profundizar en la problemática de los hablantes tardíos, intentando esclarecer algunos de los aspectos relativos a sus caracrerísucas, a su desarrollo y a los principales marcadores de riesgo que hagan pensar que nos encontramos ante un posible caso de trastorno específico del lenguaje. HABLANTES TARD~OS: DIFICULTADESDE UNA DEFINICIÓN Dos criterios se han utilizado para considerar que un niño a los 2 d o s es un hablante tardío. El primero, que corresponde estrictamente a la emergencia tardía del lenguaje, sólo alude al retraso del vocabulario expresivo, manteniéndose intacta la compmsión. Otro criterio de dehnición induye el retraso del lenguaje expresivo y también del comprensivo. La adopción de una definición n otra puede explicar las incoosistencias entre los estudios publicados. Igualmente, para la identificación de los niños hablantes tardíos se han utilizado instrumentosde medida diferentes, lo que ha dado lugar a importantes incoherencias entre los datos publicados. Rescorla (1989) diseíió el Lanpage Dmelopment Suniy (LDS), un inventario de vocabulario para detectar recrasos de lenguaje a los 2 anos. Ha sido muy utilizado el Madrthur Communicatrve DevelopmentInvcntory (CDI), del que tenemos adaptación espaílola: Inventacio de desarrollo comunicativo MacArrhur. Ambos instrumentos establecen umbrales clínicos diferentes. Reswrla recomienda utilizar una p u n ~ a c i ó nde vocabulario en el LDS igual o inferior al percentil 15 para idenuficar a niños con retraso del lenguaje de entre 18 y 23 meses de edad. Por su parte, el CDI proporciona normas para niños de entre 9 y 30 meses, con valores percendes diferentes para cada mes. En esta medida se considera que el umbral dínico se sitúa en el 10 %. Es, por lo ranw, un instrumento de medida más preciso cuando se utiliza con niños menores de 30 meses y permite su aplicación en hispanohablantes. Por otro lado, la consideración de las destrezas de comprensión plantea un problema relevante. La comprensión desempefia un papel central en el desarrollo lingüístico de los nifios y está estrechamente vinculada con las habilidades cogoitivas. Es también importante sefialat que las medidas de comprensión del lenguaje son tremendamente cambiantes en los niíios muy pequeños y que sxisten pocos instrumentos con buenas propiedades psicomérricas disefiadas para evaluarla. En la revisión sistemática de Desmarais et al. (2008) sólo se encontraron cinco publicaciones en las que se consideraban explícitamente estas medidas de comprensión. En todos estos trabajos los nifios hablantes tardíos obtuvieron punnia~ionessignificativamente inferiores a las de sus controles en dicho ámbito. En general, se puede afirmar que un número importante de niños con emergencia tardía del lenguaje expresivo también 1INDICADORES DE RIESGO presentan problemas de comprensión. IgualmenDE LA EMERGENCIA TARDíA te hay que considerar que los niños identificados DEL LENGUAJE como «comprendedores tardíosn permanecen retrasados con respecto a los que sólo presentan En los últimos años se han identificado pre retraso en la producción, tanto en vocabulario dictores del desarrollo posterior del lenguaje y L como en longitud media del enunciado (LME). presencia de trastornos específicos en niños cuy< En un estudio a gran escala en el que se adminislenguaje emerge de forma tardía. Entre esto: tró el CDI, los nifios se clasificaron como compredicrores se encuentran el nivel de uocabrrlak~ prendedores tardíos o como productores tardíos. expzsivo, el número de consonantesproduidar, e; Los del primer gmpo manifestaron un menor nivelde vocabulario zcpptivo, la inteligencia no ver avance, tanto en vocabulario expresivo como rebol y el uro de gesm. Otras seíiales de alerta a l z ceptivo. En otros estadios retrospectivos de nique los clínicos deben o t o r m un valor ~ronóstico ños diagnosticados con trastorno espeúfico del relativo son el retruro en la comprensióny expresión lenguaje se ha comprobado que el 1,5 % había del lenpuje, junto con el antecehte familiar <ir tenido un desarrollo lingüístico inicial normal, el watoriosde bnguaje o de lecmra. 3,7 % habían sido productores tardíos y el 8,6 % A pesar de las dificultades metodológicas y del habia mostrado un retraso inicial en la compreupeligro que entrafía en sí misma la predicción, los sión del lenguaje. indicadores de riesgo en hablantes tardíos que, En la actualidad suelen admitirse los criterios hasta el momenro, han recibido mayor apoyo propuestos por Rescorla (1989) para considerar empírico son los siguientes: antecedentesfamiliaque un nirío es hablante tardío si a los 2 d o s : ms de trartomos de lenguaje o de dekrtu 7 r e m o a) emite menos de 50 palabras significativas; obrignifcativo del knguaje receptivo. Otros factores, viamente, estas palabras no tienen el mismo sigcomo uso de gestos, modelos familiares de intenificado ni extensión que para los adultos, ni su racción y, posiblemente, el CI no verbal, pueden emisión se corresponde con la forma adulta, o incrementar el valor predictivo, aunque de forma b) no produce combinaciones de dos palabras, aislada carecen de este valor. No hay que olvidar el aunque esas combinaciones aún no se puedan curso del desarrdo del vocabulario en la segunda considerar oracionespor la carencia de estructura mitad del segundo d o . La ausencia de a p b ~ i d n y de conectores granaticales. léxica o de la aceleración del crecimiento léxico que se produce en nUios normotípicos duranre ese período puede ser otra vatiable que inuemente el 1DESARROLLO LINGÜíSTICO poder de predicción de un posible trastorno esY COMUNICATIVO DE LOS HABLANTES pecífico del lenguaje. No obstante, siempre va a existu un relativo margen de error en el diagnóstico, por lo que se hace necesario el seguimiento Son escasas las publicaciones que abordan el y la revisión periódica de los niños en los que el desarrollo lingüístico de los hablantes tardíos, tanlenguaje emerge de forma tardía. to en términos absolutos como en comparación con los niños en los que el lenguaje se desarrolla de forma típica. Este factor, junto con el reducido EVOLUCION: ~LATEBLOOMERS número de participantes en los diversos estudios, O TRASTORNO DEL LENGUAJE? hace que los resultados no siempre sean coincidentes, por lo que se debe extremar la cautela en A corto plazo, los niños en los que el lenguasu interpretación. je emerge de forma tardía suelen presentar una Desmarais et al. (2008) han llevado a cabo evolución Favorable, sobre todo en el desarrollo una excelente revisión de las caracterkricas de léxico; no obstante, se ha observado que pueden esta población. Estos autores abordan las habilimostrar un rendimiento inferior en medidas sindades lingüísticas de los niños hablantes tardíos tácticas; por ejemplo, utilizan menos oraciones (adquisición del léxico, intención comunicativa, adverbiales, adjetivales y relativas que sus comgestos comunicativos, y destrezas fonéticas y fopafíeros en medidas de narrativa ?cantidad de nológicas) y la influencia de distintas variables información aportada, LME, cohesión y número personales, sociales y famiiiares, que se resumen de palabras diferentes). En general, existe un conen la tabla 141. senso bastante amplio sobre el hecho de que, si Emergencia tardía del lenguaje 'Habilidades lingülsticas 11 II Adquisición del léxico El ritmo de adquisición de palabras es continuo, con ausencia del fenómeno deexplosiánIéxim. que se suele produOr en torno a los 18 meses y se caraderiza por unaaceleración de la cantidad de palabras que el niño aprende Intención comunicativa El niño utiliza menosados comunicativos que sus iguales con desarrollo tiplco Uso de gestos comunicativos Cuando existen dificultades en el lenguaje receptivo, se observa un uso reducido de gestos comunicativos Destrezas fonéticas yfunoi@~as Desarrollo del juego simbólico El niño es menos hablador aue sus iouales. disoone de un inventario fono,óg,co m6s reducido. yla estru;tura s'i1ab;r;i de r ~ palabrar r e, mis simple y se carñrrer'm por una preponacranc a de sildbas ab ellas . Se han encontrado algunas d~ferencias sobre todo en lo referente a las juegos desimulación 1 Desarrollo 1 El niño está menos motivado ara socializarsee interactuarron otras niñas 1 [ Variables individuales l de riaoilidader soc.dies y CO~U~~CJ~IVRI Cono~rra ~ l 1 ~ ~ ~ ~ 1 '1 ~ la que conlleva una menor necoioad de ñdqu:rir Icnquo]e. inr.riso cuando id, oportunidadessean las misma, a ,as de sris tgLa.r< Sin embargo. parece prematuro idecitihcñr una direcckin o r reiac:ón :ai.ral entre desarrollo del lenguaje y habilidades sociales Se absrrva ~ n elevada a prevdiencid or conductas nrqarius - 7 exrernali7anie,. como Iiorai, ttrar o golpear, probablementereldrionada, con la frustración de no poder comÜnicarse~decuadamente Variables familiares ysociales Antecedente familiarde retraso del lenguaje El antecedente deproblemasfamiliaresde lenguaje es tres veces mayor en estos niños queen aquellosen los que el lenguaje se desarrolla con normalidad Estimulación del lenguaje Los padres de niños con retraso de vocabulario utilizan unos enundados excesivamente largos. lo que puede reducir la eficacia de la estimulación. Asimismo, responden con menos frecuencia a las iniciativas comunicativas de sus hijos, lo que supondría un papel negativo en el desarrollo del lenguaje de éstos Estrés parental El nivel de estrés parentales muy superior en las padres de hijoscon retraso de vocabulario entre los 18 y los 30 meses Niveleducativo de la madre Un bajo nivel educativo de la madre se relaciona directamentecon el grado de estirnulación aue brinda a sus hiioz bien muchos ninos con inicio tardío del lenguaje pueden superar su retraso lingüístico inicial, una parte de ellos continuará manifestando dificultades sintácticas importantes. Se ha comprobado que niños de 8 anos con historia de retraso del lenguaje puntúan de forma significativamente inferior que sus controles en una serie de medidas sintácticas, p o r l o que se puede decir que los n i ños en edad escolar con retraso p r w i o del lenguaje están en riesgo de fracaso cuando las demandas académicas se incrementan. N o obsrante, hay que tener en cuenta que n o todas las habilidades liiigüísticas de los nihos inicialmente diagnosticados como hahlantes tardíos se desarrollan por igual durante l a edad escolar. Los avances pueden ser diferentes en vocabulario, LME y distintos indicadores morfológicos. L a información disponible sobre resultados a largo plazo en esta población presenta algunas limitaciones como l a esusa base de evidencia, los problemas de las medidas utilizadas, el pequeño tamaño de l a muestra en l a mayoría de los esmdios, y el escaso control de las influencias sociales y parentales. A pesar de estas limitaciones, los niños wn trastorno específico del lenguaje, hayan sido o n o hablantes mdíos, presentan dificultades e n todas las dimensiones lingüísticas, en especial en morfología y sintaxis y, dependiendo del tipo y de l a gravedad del trastorno, dificultades Iéxicas. Estos problemas afectan de forma general a la ex- l presión, aunque también, en mayor o menor grado, a la comprensión. Se han detectado, también, dfficirs pragmáticas, si bien no está úam si: a) los presentan exclusivamente los ninos con trastorno semhtico-pragmático o de comunicación social y 6) las difidtades pragmáticas son una consecuencia de las carencias de recursos IingUisticas que obstaculizan o impiden una intcmmunicación adecuada. ¿SEDEBE INTERVENIR SOBRE EL LENGUAJE DE INICIO TARD~O? En la actualidad exisre consenso en que los niños hablantes tardíos n d t m al& tipo de intervención. La postw más wnsmdora ha sido la de «esperar y ver» la evolución del lenguaje, apoyada con revisiones periódicas cada 3-6 meses, con inicio del mtamiento si no se aprecia mejoría significariva Esta postura se ha querido justifica¡ en que muchos de estos niños se e n c o n m r h en el grupo de kzte bioomers y podrían alcanza^ un desarrollo adecuado de su lenguaje en poco tiempo sin necesidad de inremnción, con el consigniente ahorro de reumas y esfuerzo, sin incrementar la ansiedad de los ~adresy evitando la esSgmatización del niño. Frente a esta postura, existe otra que propugna la intenenaón de diversos tipos, administrada por logopedas o por los propios padres. Parece dam que no se puede determinar con precisión los niños con inicio tardío del lenguaje que continua& manifestando retraso, debido a la variabilidad normal del desarrollo a estas edades. No obstante, la mayoría de los niños con trastorno específico del lenguaje en la edad escolar han sido hablantes tardíos y se dispone de evidencias de que los que presentan retraso comprensivo están en mayor riesgo que los que sólo tienen problemas expresivos. Además, se han demosttado los efectos positivos a corto pkw de la intervención de estos niños en tama6o y uso del vocabulario expresivo, en la LME, en la socialización y en la reducción del estr& parenral. Los niños hablantes tardíos con historia familiar de trastornos del lenguaje, retraso en la comprensión y producción del vocabulario, y un uso reducido de alguna forma de wmunicación simbólica o protosimbólica, como gestos comunicativos, se encuentran en situación de riesgo. La presencia de estos indicadores, junto con otros, como ambiente empobrecido, retraqo en el juego simbólico o presencia de otitis media recurrente, aconsejan un plan de inteweoción temprana. gxiones que han abordado los efectos del tr miento lingüísrico de niños de 2 y 3 años, a de que cada v a se incide más en la interne temprana. Las principales técnicas de tratamiento que se han aplicado a estas edades han sido la estimulación focalizada, el modelado y repetición de palabras aisladas y el tratamiento logopédico individual tradicional. Los resultados de las investigaciones sobre la efectividad de cada una no son concordanta, tal vez por razones de cipo merodv lógico. En algunos estudios los tratamientos los administran los padres, en otros los eduadores, y en otros los logopedas. En general, la esrimulación facalizada admúiisnada por los padres consigue unos efectos dinicos entre medianos y grandes. Esta adminisuación par e d atiende a las nnesidades de los niños en ambientes naturales, por lo que maximiza sus opominidades de wmunicaci6n y de participación. Los estudios que han utilizado la técnica de modelado de palabxas se han llevado a Cabo en contextos de juego, presentando a los m6os una palabra de forma repetida sin exigirles respuesta, aunque, en general, se animad niño a que la emita. LOStrabajos revisados por Cable y Domsch (2011) han t e ~ d o una duración de 10-12 semanas y han pretendido u n aprendizaje de 3 a 14 palabras. En algunas de esras invesúgaciones se u& el modelado )unto con estimulyión &calizada, por lo que si se combinan de forma sistemática ambas técnicas se puede conseguir una mejoría en vocabukno y en medidas más glob& de Iengnaje. Los resultados la técnica de repede los d a j o s que han +do tición de palabm son k t e modesms, por lo suficiente evidenque, de momento, se -can cia sobre su efectividad A pesar de quc M se +nr de medidas precisas para evalw la e b i d d a d del tratamiento 1 temprano en los hablantes tardíos, los datos apuntan hacia ganancias discretas en algunos aspectos y más importantes en oms. Problemas éticos y Em-cia d a del lenguaje metodológicos &cuitan la investigación en este campo. Tal v a técnicas de intervención de mayor duración esdarecaíanmejor esta situación. - RESUMEN o La emergencia tardía del lenguaje reviste espe 2 años e&@ menos de 50 p a l a b i y no pw; cial interés para la prevención y el diagnóstko duce combihacionesde 5 palabras. del trastorno espedfico del lenguaje, ya que un importante nilmero de nilios con este trastorno tem-~ díos más relevantes esara el diasnóstico empiezan a hablar más tarde que sus iguales prano del trastorno especifico del lenguale secon desarrollo típico, es decir, son hablantestar rian:oJ la existencia deantecedentes familiares díos, si bien tamblén hay nlíros cuyo lenguaje, a de trastornos de lenquaie o de lectura, y b) el . pesar de aparecer tardiamente, evoluciona con retraso significativodel lenguaje receptivo. a lo normalidad. Nos referimos a este segundo gruque se añade: r] la ausencia del fenómeno ae pode n'ños CMO late bloomers. explosión Iéxica que se suele presentar entre Ld definición de hablantes tardios planrea dislos 18 y los24 meses. en muchas ocasiones sólo sc con- • La consideración de que un niño es hablante . .creoancias: ,. tardío favorece la indicación de una interven-, . . 5i&fa .~ el retraso del lenguaje expresivo, y en ción temprana con el fin de prevenir'eltrastnrq. : - ~ Bpas - ~ se tienetambién en cuenta el retraso de del lenguaje. En general, se no especifico del lenguaje o de aminorar sur..: .: .t?: bmpFensión .~ ,,.. ~:.--;.-rn@q$@~$~un n@ g e s , ~ b & ~ t e : ddbs$:a f $5- - dtQn"r:uq~iasneg~tiga~.: ~.~~ ~~~. . ~~. .~ -~ ~. .~ -,, .~~-~~-~ .~ -. ~-~ . I1 11 ~ 1 ~ i!': ~ ~ ~ ' ~ ~~ ~ : ~ ~ ~ ~~ ~ ~~~ ~ ~ ~~ ~ ~ ~~ ~ ~ ~~ ~ ~ ~ ~ BIBLIOGRAF~A Cable Al Domsdi C. Systematic review of the literanire on thc ueaunenr of &&en with la= hguage emergente. IntJ Lang Comm Dis 2011;46:138-54. 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Reconocer las características clínicas del trastorno fonológico-sintáctico. Relac~onarlas hipótesis explicativas del trastorno con los síntomas presentes. Comprender los principios generales que debe incluir un programa de intervención en trastornos mixtos del lenguaje. El lenguaje oral es el código por excelencia de la comunicación humana; es el que nos permite transmitir ideas, pensamientos y emociones, junto a otras importantes funciones como hacer de motor del pensamiento, regular nuestra conducta o acceder a la información. Todo esto lo convier1 te en un proceso superior de gran complejidad y relevancia, que siempre ha despertado el interés de los neurocientiFicos. De hecho, el origen de la neuropsicología actual se establece en los trabajos de los primeros afasiólogos Broca y Wernicke, quienes, a través de autopsias, estudiaron el cerebro de pacientes que habían sufrido lo que se denominaron trastornos afásicos, idenuficando así una pme importante del susrrato neurobiológico del lenguaje (Recuadro 15-1). Las aproximaciones iniciales al lenguaje en niños también se basaron en estudios de caso único w n lesión cerebral. Con el paso de los años, creció el interés por aquellos otros que presentaban dificultades en la adquisición del lenguaje pero no manifestaban orno menoscabo que pudiese explicadas, como una discapacidad intelectual, una lesión neurológica o una sordera. Estos estudios tuvieron su auge en las décadas de 1970 y 1980, cuando se establecieron categorías diagnósticas de trastornos del lenguaje que aún hoy continúan vigentes, como la das&cación de Rapin y AUen (1987) (v. cap. 14). Este trayecto histórico estuvo acompañado de una wolución terminológica: desde audiomuda, afasia wolutiva, afaria congénita, disfasia del desarrollo, retraso del lenguaje hasta el término más aceptado hoy en día, que es el de trastorno específico del lenguaje (TEL). Dentro de la clasificación mencionada, el trastorno fonológico-sintáctico es posiblemente el más frecuente, y podrirnos afirmar incluso que es el trastorno del lenguaje por excelencia, ya que en él se ven afectadas las funciones formales de esta habilidad. Este subtipo deTEL se caracteriza por dificultades fonológicas y morfosintácticas, con alteración tanto de la esfera expresiva como de la receptiva Los nifios con este trastorno suelen presentar un lenguaje espontáneo con errores de pronunciación y múltiples agramatismos. Los problemas de comprensión son menores que los de producción, y conforme pasan los años quedan limitados a las estructuras gramaticales más I TRASTORNOS DEL LENGUAJE 4 Los conocimientos que hoy tenemos sobre la re- I1 I dentro de las palabras y de las palabras en frases, lación cerebro-lenguajese han ido construyendo esto es, de la ordenación temporal de los eiea lo largo de muchos anos. Pero han sido las últimentos lingüísticos (morfosintaxis). mas décadas, ron la introducción de las técnicas 4 El sistema perisilviano posterior es el que conde neuroimagen funcional, las que han arrojado tiene los registros auditivos de los fonemas y de más luz sobre modelos neuroblológicos antelas secuencias fonémicas que confiquran las Da. riores que, aunque muy valiosos, han resultado labras, y donde se inicia la secuencia de eventos ser ligeramente reduccionistas. En la actualidad, que conduce a la comprensión. b t a se producirá se considera Que el lenquaie cuando se activen los conceotos asackdoc -~~ - -. ron . . no está sustentado sólo por uno;pocos centros cerebrales, y se ha los registros de una palabra dada. Dependerá de superado esa visión localizacionista. De hecho, ya numerosas zonas corticales y de diferentes moes por todos conocido. por ejemplo, que una ledalidades y jerarquías, que se distribuyen en las sión restringida al área de Broca no ocasiona una cortezas ~arietai.temporal vfrontal. . . afasia de Broca, sino que da lugar a un síndrome Ambos sistemas están comunicados por una con defectos leves de articulación en el que se compleja red de conexiones que unen la corteza reduce la habilidad para encontrar palabras y se temporal, parietal y frontal bidireccionalmente evidencia una ligera dificultad para entender es(como el fascículo araueado). tructuras gramaticales más complejas. 4 La corteza temporal izquierda, fuera de las áreas El lenguaje sería el resultado de la actividad sinclásicas del lenquaie, . . actúa como lntermediacronizada oe amplac redes neiironales. ronsriria rntrr rl \¡\rema conccptca y t.1 iingu\tico. rdidds por dversas regiones Corticdles y suucorCstdr d :III~ icadd e11 el dc<?so a noinurec de licdle5 y por ndmerosa, v~dsqJe inrerconccran personas. oojetos. an males. e!<. Los pa<ientes ePt¿s regones de forma reciprocd. Ciisicdment? con esioncs en esras zonas tieiien Dreservddos se describen tres circuitos o regiones de la corlos conceptos, pero presentan dificultades para teza asociativa del hemisferio izquierdo: el cirevocar las formas Iéxicas correspondientes. Se c ~ t persiivano o anreror drea de Broca. curtcza cons:oerd, pces. cn sistema mediador en .a recLldreral adyaccnre larcas 6 , 8. 9. 10 y 46! inculd y perarión lexica (Damasio el al. 1996.. El almacrri sustancia blanca colindante), el circuito perisiilexicai se encuentra distribuido por todo el cereviano posterior (área de Wernlcke y numerosas bro; las palabras o morfemas funcionales tienen regiones corticales distribuidas sobre todo por mayor representaciónen el hemisferio izquierdo, la corteza temporoparietal) y los fascículos que mientras que nombres y verbos se almacenan interconectan ambos circuitos. Pero se sabe que casi por igual en ambos hemisferios. otras muchas zonas de la corteza participan en 4 El hemisferio derecho también desempeña un el lenguaje, como la corteza frontal medial, que papel importante en lo que se refiere al lenguaestá implicada en la iniciación y el mantenimienje y contribuye a los automatismos verbales, los to del habla. Asimismo, existe una interrelación aspectos pragmáticos del lenguaje y la prosodia. funcional con estructuras subcorticales, específi- 4 Existe una asimetría anatómica que subyace a camente los ganglios basales y el tálamo. Cualla diferenciación funcional hemisférica: el plano quier actividad, por simple que sea, requiere la temporal (en la superficie interna superior del activación de múltiples neurona8 que forman lóbulo temporal; v. cap. 7);además, el ooérculo parte de una misma red, aunque estén muy alefrontal contiene más corteza en el jadas espacialmente. hemisferio izquierdo, y la cisura silviana Darece El sistema perisilviano anterior es el responsable ser más larga también en ese hemisferio. de la conjunción o ensamblaje de los fonemas complejas o descontextualizadas. En l a 5" edición del Manualdiagzórticoy estadistico de h trastorna mmtaks (DSM-5, APA, 20131, el TEL se ubica en l a categoría de trastorno del lenguaje, formando parte de los trastornos de l a comunicación. En esta versión se han agrupado las categorías trastorno expresivo y trastorno mixto expreiivoreceptivo en una única que tiene u n carácter dimensional, exponiéndose tres niveles de gravedad. ~ ~ ~ 1 1 Aún h o y las causas del trastorno son poco conocidas, aunque desde hace décadas se sabS que tiene u n origen neurobiológiw con un fuerte componente hereditario, como muestran los estudios en gemelos monocigóticos y dicigóticos. Igualmente, estudios como los realizados con la familia KE han ayudado a cnwntrar algunos gcncs ligados en cierta medida al lenguaje, como el FOXP2, ubicado en el cromosoma 7. En esta familia se diagnosticaron trastornos del lenguaje durante tres generaciones en vanos de sus miembms, y todos ellos wmpartían una misma muraáón en dicho gen Sin embargo, la investigación en este campo recomienda ser cautos en la interpretaaón de los datos, y el gen F O E 2 ya no se considera el «gen del lenguaje», sino un gen relacionado con habilidades articulatorias y con efectos moduladores sobre otros genes que afectan a habilidades wpitivas (Watkuis et al., 2002). Es muy probable que, como ocurre en otros trastornos del neurodesarrollo, detrás delTEL haya una participación de múltiples genes (herencia poIigénica) que afectarían al desarrollo del sistema nervioso central y darían cuenta de las manifestauoues clínicas del trastorno. Así, se han observado distinras anormalidades cerebrales sudes, como reducción de la asimetría hemisférica en regiones perisilvianas (Herbertet al., 2005), menor especialización hemisférica funcional para el lenguaje (De Guibert et al., 2011) o anomaüas en el electroencefalograma, probablemente vindadas a defectos en la migración ueuronal, como las heterotopías. Las corrientes explicativas del TEL siguen en la actualidad dos grandes líneas. Una de ellas, basada en la teoría innatista de Chamsky, considera que el TEL es consecuencia de un déficit en el conocimiento que toda persona tiene de las reglas que regulan su lengua, es decir, una limitación en la gramática generativa. La otra línea se basa en investigaciones desde una perspectiva neuropsicológica que tratan de estudiar k existencia de algunas limitaciones cognitivas en el TEL como ks que se describen en el recuadro 15-2. Las diferencias terminológicas y la heterogeneidad del trastorno dificultan la tarea de seleccionar u n caso especifico como nprototipo~de déficit fonológico-sintáctico. Hemos elegido a Hugo porque en é l se ven afectadas las dos vertientes, la comprensiva y la expresiva, y puede mostrar, de forma general, las limitaciones a ks que se enfrenta un nifio con este trastorno. Con la variabilidad de síntomas luiguisticos y no lingnísticos descritos en la literarura científica para este subtipo deTEL, es explicable que en el caso expuesto se vislumbren pefiectamente algunos de ellos, pero no otros. PLANTEAMIENTO GENERAL DEL CASO. MEJOR DfMELO CON GESTOS Anamnesis La detección de las difidtades de Hugo, como ocurre en ocasiones, la realizó nuestro equipo sin que ni siquiera existiera un motivo de consulta, dado que el nino acompaeaba a su hermano mayor que asistía a lugopedia en el centro de atención infantil temprana (CAIT) del Hospitai de San Rafael de Granada. Fue en b sala de espera de aquellas visitas donde se manifestaba en Hugo cierto nivel de desconexión y un desarrollo, a simple vista, algo inmaduro, sobre todo en lo concerniente a cuestiones verbales. Tras indicar a los padres la necesidad de una valoración en profundidad, redactamos una nota dirigida al pediatra para que derivase el caso al M. La evaluación se re& pasadas G semanas, cuando Hugo tenía 22 meses de edad. Esta primera sesión de acogida fue atípica, ya que conocíamos el caso previamente y se había establecido una relación de confianza con la madre. En la anamnesis se recogieron todos los datos relativos a antecedentes, desarrollo del nino durante los primeros meses, factores de riesgo, etc. Cabe destacar el antecedentefamiliar del hermano mayor con un trastorno expresivo del lenguaje y algunas referencias a retrasos en e! lenguaje en Mnos miembros de la rama paterna, a !os que los progenitores restaron importancia, pues parecían haber tenido un desarrollo posterior normalizado. Como antecedenter personafa, se indicó que el embarazo había sido normal y el parto nahlral a termino. Al nacer Hugo pesó 3.500 g, midió 49 cm y presentó una puntuación en la prueba de Apgar de 9-10. Su desarrollo durante el primer af~ode vida he, según los padres, totaimente normal; se aliment6 con lactancia materna durantelos 6primeros meses, adquirió la sedestación con 8 meses y anduvo con 13 meses. Se escolarizó a los 18 meses en la escuela infantilY a los 20 meses se detectaron los rimer ros signos de problemas en el desarrollo del lenguaie, .. . pues mostraba difiaili;~<l p d n seguir consignu y no Iial>íanemcrgiilo aún su? priinrrnr p~labr;ir. Evaluación inicial de Hugo Una vez finalizada la enmevista pasamos a explorar al menor en presen& de su madre. La valoración constó de pruebas estandarizadas, muestm del lenguaje espontáneo y actividades semiestructuradas creadas para evaluar ditativamente algunas conductas. En la tabla 15-1se indican las principales habilidades requeridas y el repenorio de capacidades lin@'sticas que es conveniente waluar en niiíos con sospecha de dificultades del lenguaje. No hay disponible, y menos para estas edades, una prueba estandarizada que englobe la diversidad de características que presenta este trastorno 1 Recuedm 15-2. Hipótesis cognltivas del trastorno específico del lenguaje fonol6alco-sintdctico 1 I I I I I I I I En las últimas décadas. las neurociencias han contribuido con aportaciones muy valiosas al estudiode los trastornos específicos del lensuaie - . (TEL), buscando clarificar los mecanismos de las funciones coqnitivas en estos niños y sus correlatos neuroló~icos.En esta línea, se han realizado numerosos estudios que siguen la orientación bottorn-up, en la que se asume que las funciones cognitivas superiores, como el lenguaje, se ven afectadas y dependen de otras funciones más básicas y psicológicamente menos complejas, como pueden ser la memoria o la atención (Mendoza, 2001). Existen varias líneas de investigación que a distintos déficits nucleares aue . apuntan . explicarían los síntomas que se observan en esta ~oblacion.Las más aceptadas son las siauientes: DPfirrr deprocrr<i,n,znioperrepfpii/o Lnd oc a< habi iu'iilt., o r r c i d i i ~ s oara a adquisiciun ocl lenguaje es la capacidad de procesar y clasificar los estímulos auditivos (fonemas) que acontecen en decenas de milisegundos. El equipo de Paula Tallal lleva arios estudiando las dificultades que los niños conTEL presentan en el procesamiento de las señales auditivas que tienen segmentos cortos y se suceden rápidamente. El lenquaie . . cumple estas dos condiciones: los fonemas que componen las palabras son cortos y cambian a qran velocidad. Trabajos con habla modificada acústicamente han mostrado que enlenteciendo el ritmo y alargando la pausa entre sonidos facilitamos su percepción. Si trasladarnos esto al lenguaje espontáneo, vemos que los principales problemas en los niños con TEL se producen con la discriminación de consonantes, no tanto con las vocales (que son más largas) y, sobre todo, con las que se suceden muy rápidamente, como las oclusivas o las sílabas trabadas. La neuroimaqen funcional ha permitido observar la participación de los dos hemisferios ante el procesamiento desecuencias de sonidos lentificados, y la superioridad del hemisferio izquierdo para procesar secuencias rápidas. Esta dominancia funcionai del hemisferio izquierdo aparece desde edades muy tempranas, y filogenéticamente puede considerarse un signo precursor de su - I tan heterogéneo. Por ello, con niños tan pequenos se suelen emplear escalas globales de desarrollo, y en nuestro caso administramos l a Escala de desarrollo psicomotor Brunet-Lézine revisada. Durante toda l a sesión Hugo mostró una aceptable interiubjetiviúad recunúaria, y en l a mayoría 1 1 esoecialización para el lenquaie. - . De hecho. se está estudiandi cómo patrones atípicos de activación cerebral pueden estar en la base de las dificultades q"e presentan los TEL (De Guibert et al., 2011). - Déficitenmemoria de trabajo. Essabido que la memoria de trabaio desempeña un papel . . importante en el apoyo de un amplio rango de actividades cognitivas, entre las que se halla el lenguaje (Gathercole y Baddeley, 1993). Un ejemplo es que, para comprender con éxito un mensaje oral, debemos procesar y almacenar esa información durante un intervalo de tiemoo. Se ha oostulado aue los niños con TEL problemas en el almacén fonolóaico de la memoria de trabaio. lo cual 11d relar 0n300 con la retenc o,? fle d formd fonoloalca de las oalaordr v con difirtilrdocs en la comprensión verbal o en la adquisición de nuevo vocabulario, principalmente ara términos con poca relevancia ierceptiva ipreposiciones,conjunciones). La gran mayoría de estos estudios se basa principalmente en tareas de repetición de seudoealabras (Girbau y ~chwar¿, 2007) que, al carecer de significado, eliminan por completo los requisitos de comprensión. por lo que son consideradas una medida pura de memoria de trabaio fonológica. - Enlentecimiento generalizado. Algunas investigaciones han encontrado que los nirios con TEL son más lentos en las tareas cognitivas, tanto verbales como no verbales. El paradigma más estudiado ha sido la medición de los tiempos de reacciónen pruebas de evocación de palabras, comprobándose que IosTEL presentan mayores latencias de respuesta. En los últimos años, siguiendo este abordaje neuroosicolóaico del trastorno. también se han estudiado otras funciones cognitivas que se presentarían alteradas en los niños conTEL y que no serían tan directamente verbales. Entre éstas se pueden mencionar déficits de atención (McArthur y Bishop, 2004). en función ejecutiva (Hoffman v Gillam, 2004). problemas de aprendizaie procédimental o dificultades de coirdinación motora. 1 1 > l de los juegos propuestos mantuvo una adecuada atención y acción conjunta. En este sentido, p o r ejemplo, compartió con el evaluador l a sorpresa al ver explorar un globo, o miraba a su madre cuando hacia correctamente una actividad, buscando su complicidad. La observación de estas conduc- Trastorno fonol6gico-sintácti- del lenguaje Conductas lingüinicas - Categorias/reiacionessemántica5 Repertorio Ié*ico~sustanti~~, adjetivos<verbos. pronombres v adverbios Fundones comunicativas - Imperatwa - Declarativa - Emotiva -Demanda de infurmación Habilidades conuersacionaler. - Inicio!mantenirnienZo de la converqacidn .. . -Capacidad descriptiva - Respuestaadaptada - MteraclonesO ecoidia -Uso defacilbadore8~enuales tas ayudan a menudo a establecer un diagnóstico diferencial con los trastornos del espectro autísta, si bien es cierto que en esa primera sesión d contacto ocular fue algo escaso, y en actividades menos dirigidas podía darse ocasionaimente al aislamiento. Iguahnente, existía en Hugo intención comunicatiua señalaba para demandar objetos que estaban fuera de su alcance (protoimperativos) o para mostrarle a su madre algo (protodeclarativos), y se servía de gestos de contacto, como dar un bote transparente con un coche denuo para que se lo abriesen. Había por aquel entonces ausencia casi total de lenguaje qrerivo; únicamente emitía tres palabras (/papá!, lmamál, /no/). El resto eran emisiones vocálius que empleaba con carácter wmunicativo (p. ej., atraer la atención del otro) y una jerga poco fluida y pobre desde el punto de vista fonológico. No compensaba estas limitaciones verbales con gestoi simbólicos, como ocurre con otro tipo de niños, como los sordos. En cuanto al lenguaje comprmsiuo, lo más sorprendente fue ver que Hugo apenas respondía a órdenes verbales sencillas como «dame la pelota), o «siéntate*si no se apoyaban en gestos naturales muy daros. Al demandarle un objeto familiar entre vatios era incapaz de discriminarlo, por lo que dedujimos desde ese primer momento que su vocabulario comprensivo era muy limitado. Esraba preservada la comprensión de la prosodia, e interpretaba algunos mensajes por la entonación que empleábamos. Con frecuencia en niños w n dicultades comprensivas graves, como en este caso, su «desconexión~suele achacarse a problemas atencionales, lo que puede llevar a error a la hora de programar la intervención. Imaginemos que cualquiera de nosotros viaja al extranjero y se enfrenta a un idioma que maneja de forma muy precaria; midentemente sería inevitable tender a la dispersión en las interacciones. Los síntomas eran similares a los que presentan los ninos con agnosia auditiva verbal, al ser midente que no existía un déficit auditivo grave. De ahí la importancia de tener en cuenta la evolución de los trastornos en el desarrollo del lenguaje, ya que son dinámicos y pueden ir modificando su presentación, solapándose los distintos subtipos descritos o incluso pasando con el úempo de uno de euos a otro. Hugo realizaba imitacione~sencillas, como peinarse con un peine, dar de comer a una muóeca o reproducir m s con un lápiz. Pmicipaba en juegos perceptivo-manipulativos simples, como apilar o realizar encajables de formas. También se introducía ya en juegos simbólicos muy básicos. En el plano motor observamos un desarrollo bastante adecuado, aunque llamaba la atención la hipotonía generalizada que presentaba. A los 22 meses era capaz de subir escaleras sin alternar los pies; de correr, aunque de forma inestable, y de dar una patada a una pelota. Todo esto rwelaba que su inteligencia no verbal se encontraba bastante más preservada que la verbal, cumpliéndose por lo tanto el criterio de dis.rqnr~:iz qu2 i r ~ ~ l qi t~w ., ~p r . cluc ~ un ni"<>p e d i ,rr ilhgnoíiii.idi> .lL. TFI., ion ncccr~riii,21 i i i i . . IIO~ 6 111c\c.\ <1cJitlr<.r~c:i,aCIIIIL. 1.1 crl.~dIIICIII.IIY 1.1 edad de su lenguaje receptivo. Igualmente, cumplía el criterio de exclusión, ya . que las dificultades lingüisticas de Hugo no pudieron ser puestas en relación con un déficit sensorial, un trastorno motor, una lesión nenrológica, una discapacidad intelectual o una privación ambiental. Por regla general, con niños tan pequeños, como en este caso, es preferible ser cautos en cuanto al diagnóstico y no establecerlo en las primeras sesiones de waluación, sino posponerlo un tiempo prudencial, que permita advertir su respuesta al tratamiento. En resumen. el nerfil de desarrollo de Hupn era bastante heterogéneo ya que, mientras en lo referente al lenwaie - , el desfase fue considerable, en el resto de áreas presentaba u n patrón de desempeno más cercano a la media. Y así se reflejaba en las puntuaciones obtenidas en la escala administrada, en la que obtuvo un cociente de desarrollo de 75, siendo los cocientes por áreas los siguientes: postural, 85; coordinación, 85; lenguaje, 57, y social, 85 (Fig. 15-1). A . C 0 L S Global Figura 15-1. Puntuaciones en cociente de desarrollo de Hugo en la Escala de desarrollo psicomotor Brunet-Lérine revisada. CD: cociente de desarrollo: P: oostural: C: caordinación; L: lenguaje;S: social, De lo funcional a lo formal Está más que constatado que presentar un trastorno del lenguaje puede tener consecuencias negativas en el aprendizaje, en las relaciones sociales y en aspectos emocionales (Sr. Clair et al., 2011), de ahí laimportancia de la detección e intervención temprana en este ámbito. Dada la referida heterogeneidad de estos trastornos, resulta complicado mencionar un conjunto unificado de pautas de intenrención, ya que dependerá de las áreas lingüísticas que se vean alteradas. Aun así, se postulan una serie de principios de alcance general y que debemos tener presentes para programar el tratamiento. Estos principios son: a) comenzar por un lenguaje funcional; 6) secuencia1 adecuadamente los objetivos; c) apoyarse en imágenes y otros referentes; d) servirnos de modelos ecolóaicos que faciliten la generalización, y e) emplear estrategias basadas en el aandamiajer, en el que las ayudas se irán retirando. Tras observar que algunos de los requisitos comunicativos de Hugo, como la atención conjunta o la imitación, estaban relativamente preservados, el primer objetivo fue mejorar su comprensión verbal, lo que conllevaría paralelamente una mejor comprensión del entorno y del modo de interactuar con éste, por ejemplo disminuyendo las conductas disruptivas. Para tal fin, aparte del trabajo directo con Hugo, pautamos con sus familiares cómo facilitar la consecución de este objetivo, principalmente en lo que concernía a la adaptación del lenguaje cuando se dirigieran a él, o al hecho de apoyar el leneuaie - , en otras claves, como gestos, la prosodia o la expresión facial. Este trabajo conjunto con la familia puede determinar la evolución de un caso pues, en múltiples ousiones, la intervención únicamente centrada en las sesiones y la falta de implicación familiar llevan a que las dificultades del niño se mantengan en el tiempo, incluso siendo de carácter más leve. En las sesiones, c o m e n m o s trabajando un vocabulario funcional que tuviera un verdadero impacto en las destrezas comunicativas del niño (Mendoza, 2001), wmo los nombres de las personas de su entorno, alimentos básicos, juegos de su interés y algunos verbos de alta frecuencia. Nos servimos para ello de fichas, objetos reales, etc. Con Hugo acompaiíábamos el lenguaje de la acción (habla paralela), sin dar oportunidad a los errores; por ejemplo si hacía saltar un león, verbalizábamos /oh, el león saltal, o si le pedíamos guardar un objeto, modelábamos e incluso L . Trastorno fonol@iw-sintáctiw del lenguaje 1 moldeábamos su conducta para que relacionase la acción con la demanda verbal (Recuadro 15-3). Este tipo de intervención está a caballo entre los tratamientos de corte más wnductista (métodos formales) y los más interaccionistas (métodos naturales). Así, a menudo aprovechábamos sus iniuativas comunicativas y sus puntos de interér para estimular el lenguaje, pero incorporando técnicas de modificación de conducta como el desvaneumiento. A la par, empleábamos actividades un poco más estmcturadar como 1% de discriminación, en las que se colocan dos fichas u objetos y se le demanda uno de ellos. En un principio, como se ha indicado, comenzábamos trabajando con aprendizaje sin error, pero una v a que fue aumentando el vocabulario complicábamos la actividad w n un mayor número de objetos, entre 3 y 4, sin proporcionarle ayudas. Como apenas emitía palabras de forma espontánea, tuvimos que estimular el lenguaje expresivo. No se ignoraban ouas esuategias de comunicación como los gestos, ya que primaba en este momento la función sobre la forma. El objetivo era ampliar su repertorio expresivo para redirigir esta comu- I I 1 En Gineas generales, las estrategias empleadasen el tratamiento de los trastornos del lenuuaie - . consisten en aumentar la hecuencia con que dererminados obietivos linq"isticos se presentan al niño, ofreciendole un acceso inmediato al modelo correcto. A se describen las mas frecuentes. nicación hacia el lenguaje oral. Se comenzó con la imitación de onomatopeyas de animales, que suelen ser un centro de interés de los &os a esta edad. Así, empaó a repetir el liüül del caballo o el /muuu/ de la vaca. De ahí, pasamos a al abras con sílabas redobladas como Ipapál, /pipí/, /tarta/, e a . Poco a poco fuimos hacia la combinación de sílabas diferentes. Cualquier emisión funcional o acercamiento a una palabra era reforzada y reformulada correctamente; es decir, si Hugo decía /te/ para pedir un coche, nosotros repetíamos correnamente la emisión: /coche/, haciendo especial hincapié en la sílaba omitida. Un poco más de vocabulario y a por las primeras frases Fue panndo el tiempo, y cuando llevaba 6 meses en tratamiento Hugo ya tenia un vocabulario expresivo de unas 30 palabras. Las construcciones eran aún holofrásticas y la comprensión había mejorado bastante, ya que era capaz de seguir instrucciones sencillas con un referente inmediato en espacio y tiempo. En este punto, 1 da (Aguado, 19991.Por ejemplo, el adulto dice: nfiiare. . . se ha rolo la cadena Y a mi también se me ha roto el ca cenn; jtú tienes algo roroh. - Autoconversacion: el adulto conversa consigo mismo mientras realiza una actividad (p. ej., oesroy reparando un bocadillon). Es una estrat&ia muvútil amoliarelvbcabulh 1 ~-d.-.. ~, oara r~ - Habla poralela: se comenta lo que esta haciendo el nino en ese preciso instante. Con respecto a la anterior, presenta la ventaja de que tenemos la certeza de que el nitio está atendien00 a ese estimulo al que hacemos referencia. 4 Reforrnulación. El adulto repite un enunciado incorrecto emitido por el niñocorrigiéndolo desde el punto de vista fonológico, morfosintáctico o léxico. Por ejemplo, el niM dice: "swna teléfono~,y el adulta usuena el teléfono*; el ni60 dice: «comeperm hueso*,y el adulto:rsi, el perro come un hueso*. 4 Expansión. Eiadulroefechiauna repeticiónampliada de un enunciado emitido por el niñoen la que se incorporan términos léxicos mas complejos desde el punto de vista gramatical. Debemos intentar que los modelos sólo sean ligeramente más complejos de los que es capaz de emitir el nino. Por elemplo: el niíiu dice: %mamacome*, y el adulto: s i , mamá come melón*. 1 ~ ~ ~~ 4 Imiiación eliritada. Repetición literal inducida de una palabra o hase. Es una de las estrategias mas empleadas en la intervención, a pesar de ser bbncode algunas criticas porser un pmceditniento muy directivo. Se recomienda sobre todo para trabajar aspectosfonológicosy morfosintacticos. 4 Modelado. Pmceso de aprendizaje observacio naien que el modelosirve de estimulo para gene. lar conductas ndevasenel observador. Essimilar a la imitación. perono se demanda al niiío que repita el estimulo verbal. Por ejemplo, al ver un avión podemos ver~alizardel avión vuela por el cielo>. Dentro del modelado existen algunas variantes - Estlmulación focalizada: exposición continuada y repetitiva de un estimulo o grupo de estimulos. con un modelo correcto para aumentar el número de exposiciones del niíio a la palabra o frase.Tiene su fundamento en la alta frecuencia con que se presenta la forma lingüist~ayen la ausencia deambiguedad de los contextosen los que esa forma es emplea I había alcanzado un mayor nivel comunicativo, por lo que presentaba una mayor predisposición a la intnacción. Cuando tuvo un repertorio expresivo más amplio, aproximadamente de unas 50 palabras, comenzamos a trabajar la unión de dos elementos, en la mayoría de las ocasiones con un esquema sujeto + verbo, empleándose también otras como sujeto + adverbio (p. ej., Imamá aquí/) o verbo + objeto (p. ej., /dame pan/). Sirva de muestra para este objetivo una tarea con apoyos visuales en la que se le presentaba una imagen (p. ej., un oso pintando) que se dividía debajo en sus elementos sintácticos constituyentes de forma separada; imagen de un oso + pictograma «pintar», y nos servíamos de ritmos, dando un golpe en la mesa, al nombrar cada palabra. De ahí, pasamos a frases de tres elementos, introduciendo complementos a las estructuras ya dominadas (Fig. 15-2). Una vez que Hugo incrementó su lenguaje espontáneo, se fue trabajando la precisión articulatoria. Con esto no pretendemos exponer que en la intervención se parcelen las dimensiones del lenguaje (fonología, morfosintaxis, semántica y pragmática); no se debe caer en perspectivas reduccionistas e ignorar que el lenguaje es un sistema global, y en las actividades de ensefianza-aprendizaje tenemos que integrar la forma, el contenido y el uso. Además, las disuntas dimensiones se influyen entre sí, condicionando las estrategias de tratamiento; así, por ejemplo, las habilidades pragmáticas son mayores cuanto más amplio es el léxico, o los errores articulatorios son más frecuentes cuando aumenta la complejidad sintáctica de las emisiones. En evaluaciones posteriores se identificaban en Hugo errores articulatorios, de los cuales unos obedecían a patrones más inmaduros de pronunciación, mientras que otros eran menos frecuentes, desviándose del desarrollo normal. Algunos de sus errores fonológicos se pueden resumir en los siguientes: Sustituciones de fonemas (p. ej., Idubiendol por «durmiendo*). Asimilaciones consonánticas: tendencia a igualar un segmento de la palabra a otro (p. ej., Inunaí por «luna»). Metátesis: inversión de los fonemas que constituyen la (p. ej., Icinpicitol por eprincipiton). Omisión de la sílaba inicial átoria en palabras de 3 sílabas o más (p. ej., la1101 por «caballo»). Reducción de grupos consonánticos: omisión de una de las consonantes que forman la sílaba trabada (p. ej., Ibujaí por ~brujaa). Reducción dz grupos vocálicos (p. ej., lepazol por «espacio»). Omisión de wnsonantes finales en skbas inversas ej., labol por «árbol»). En la intervención que se realiza con este subtipo de TEL es importante saber dQndese presentan las difidtades articulatorias. Estas no se dan Figura 15-2. Ejemplos de una tarea con apoyosvisuales para entrenar la unión dedos (Al ytres elementos (61. Tiastorno fonol6gicMin~cndel lengoa.e tanto en la adquisición fonética, sino a nivel fonológico, y están mucho más presentes en las frases y en el lenguaje espontáneo que en las palabras aisladas. En este caso, Hugo no presentabadiíicultades a nivel fonénco: ya tenia adquirido prácticamente todo el repertorio de fonemas del espaóol excepto el Id; por lo tanto, los objenvos estaban orientados a mejorar la conciencia fonológica y el proceso de recuperación y secuenciación de fonemas dentro deun contexto lingüístico más amplio como la frase. Para los aspectos fonológicos se emplearon también estrategias compensatorias como el uso de gestemas (Fig. 15-3) pata los fonemas que tendía a omitlr o sustituir. Éstos consisten en gestos de apoyo a los fonemas, recutriéndose a un movimiento que permite un acceso más directo al modo y al punto de articulación. Estos facilitadores son indispensables en la intervención fonológica, ya que la información visual permanece durante más tiempo. Una v a que el niño va adquuiendo la correcta articulación del fonema se desvanece el apoyo, basta que la realiza de forma espontánea y sin errores. Asimismo, y debido a su limitada memoria de trabajo verbal, se empleó otro apoyo compensatono. Como ya hemos menuonado, Hugo tendía y simplificar la estructura de la palabra; a redasí, en palabras de tres o más sílabas, soíía o m ú r la inicial. Este apoyo consistía en colocar debajo de una imagen (p. ej., una pelota) tres círculos, uno para cada sílaba, que tenía que ir golpeando a la vez que nombraba (p. ej., Ipe-lo-tal). Es frecuente comenzar trabajando la estructura global de las palabras, para adquirir conciencia del número de sílabas, y de ahí se avanza hacia lo más específico: los fonemas. Vamos al cole Además de la intervención familiar hay que del d o , abarcar todos los contextos s&cativos especialmente el colegio. Debe ser casi obligada la coordinación con los miembros del centro ednca- Figura 15-3. Gestemas utilirador para trabajar los aspectosfonológicos con Hugo T~asroRN0~ DEL LENGUAJE tivo para transmitir y compartir la información, así como los objetivos de intervención. Para su ingreso en la escuela realizamos un informe ptevio al equipo de orientación educativa del centro donde, tras evaluar a Hugo, dictaminaron que la modalidad de escolarización sería de tipo B: ordinaria con apoyos en períodos variables. En l o de educación infantil, con 3 años y medio, Hugo comenzó a tener mayor fluidez verbal; empleaba frases de unos cuatro elementos, aunque con frecuenres agramatismos del tipo alteración del orden de los elementos en la oración (p. ej., iabaw da niña/ para referirse a que una niña daba un abrazo a un osito de peluche) y omisión o errores en el uso de palabras «función*, como artículos o preposiciones (p. ej., /keo bana con picinal en lugar de «me quiero banar en la piscina). Estos términos, que son muy gramaticales y no tienen un significado concreto ni hacen referencia a nada tangible, suelen ser muy difíciles de adquirir por los niños con TEL. En cuanto a esto último, sirva de ejemplo para trabajar la preposición «con., una tarea de cierre gramatical, para la que colocábamos varios objetos en la mesa que se emplean para realizar acciones (la plancha para planchar, el lápiz para pintar.. .) y pedíamos a Hugo que cogiese el objeto que cerraba el enunciado, haciendo nosotros hincapié en el uso de ,,con* (p. ej., /me peino CON el 1). Otras dificultades gramaticales que se han descrito a menudo en este trastorno son: errores de concordancia (más en género que en número), problemas con la flexión verbal o confusión con posesivos, demostrativos y pronombres personales (Mendoza, 2001). Para estos y otros errores morfosintácticos, nos semíamos igiialmente de la reformulación de sus enunciados. Entre los problemas de los niños con TEL y en relación con la morfología Uexiva, la adquisición de las inflexiones verbales es uno de los aspectos más complejos, y son muchos los autores que han realizado investigaciones en este sentido. Hugo abusaba de formas verbales simples como el presente de indicativo o el infinitivo, y cometía numerosos errores en el uso de los demás tiempos verbales. Como medida para soslayar esto, decidimos emplear un calendario mensual donde se dibujaba algo que representase una actividad importante de cada día. Los dibujos podían hacer referencia al futuro o al pasado más inmediato, pero dependiendo del momento en el que preguntásemos por ellos, el menor tenia que expresarse en pretérito perfecto simple, compuesto o futuro (p. ej., fui-he ido-icé al cumplea5os de Jorge). Este apoyo visual servía igualmente para trabajar vocabulario relacionado con la temporalidad (ayer, antes de ayer, mañana.. .), términos «móviles»que dependen del contexto conversacional y que suelen ser complicados para los ninos con TEL. Los meses de intervención transcurrian y siis receptivos iban disminuyendo, pues el vocabulario comprensivo aumentaba ronsiderablemenre. Aun así, se hacían evidentes sus dificultades con estructuras más complejas, como en la comprensión de las partículas interrogativas. Esta característica es muy frecuente en niños con TEL mixtos (Van der Lely et al., 201 1). Cuando se Le hacía una pregunta que empezase por «quién», «qué»,*cuál», «con quiénn o «cómo», no idenrificaba qué información era la que realmente se le estaba demandando y podía responder «zumo» a la pregunta «¿quiénbebe?».Para evitar estos errores es frecuente empezar introduciendo en la pregunta todos los elementos salvo el que queremos solicitar, por ejemplo: «¿quiénbebe zumo de naranja!». Además, incorporamos unos pictogramas que asociábamos con cada partida, como en el caso de «quién»,que era una persona con un signo de interrogación encima de la cabeza. Estos apoyos sólo se emplearon en los inicios del abordaje en este ámbito. Llegados a este punto de la intervención, dehemos prestar especial atención a la pragmática. Sólo en teoría, los ninos con TEL de tipo fonológicosintáctico no parecen tener especial dificultad en el uso del lenguaje pero, cuando se trabaja con ellos, se observa que su déficit de base, tanto comprensivo como expresivo, provoca la incapacidad de adaptación y panicipación en conversaciones. No sólo es lenguaje Como se ha descrito en la introducción, sufrir dificultades lingüísticasicomunicativas puede ocasionar una serie de problemas secundarios como rabieras, baja cantidad y calidad de interacciones sociales, o problemas emocionales y de autoestima. Sin embargo, no queremos transmitir la idea de que éstos sean inherentes al trastorno, sino que a menudo están causados o mediados por múltiples factores, como la forma en que se interactúa con ellos. En este sentido, el caso de Hugo no es una excepción: desde pequeño, cuando carecía de lenguaje expresivo, tendía a comunicarse mediante las rabieras o CI llanto, y eran frecuentes las agresiones leves a su hermano mayor. Estas situaciones son difíciles de manejar por parte de la familia, ' Tmtorno f~noló~ico-sintácti~~ del leng4e rir un valor comunicativo propio. Pasan a nción propiuó que éstos no se prolongaran mpo, y conforme comenzó a comunicarse un círculo vicioso: las difidtades linguísprovocan una reducción de interacdones y, ez, esto implica menos oportunidades para roiiar la competencia comunicativa (Agua999). Es frecuente ver cómo estos niños se 'an mejor con adultos, ya que para nosotros fácil interpretar sus intenciones y tenemos capacidad para adaptar nuestro lenguago siempre se mostró más *suelto» y más vo con personas del entorno cercano, y se ciertamente ansioso cuando se enfrentaba ciones comunicativas más ambiguas o con as poco conocidas. De hecho, incluimos a ano mayor en algunas sesiones para que se sintiera más seguro y poder estimular su lenguaje de forma mucho más ecológica. Progreso adecuadamente: iya cuento cosas! Con 5 d o s Hugo seguía alcanzando hitos: ya era capaz de mantener conversaciones y narrar acontecimientospasados; su comprensión era más que aceptable, pero su lenguaje no era aún comparable al de los n u i o s de su edad. Seguían prede formas sentes procesos como la ~~ularización irregulares (p. ej., lponelol por «ponlo»),errores de pronunciación más habituales con palabras de menor frecuencia, y problemas para comprender estructuras gramaticales de mayor complejidad, como las oraciones pasivas rwersibles (p. ej., «EL maestro fue besado por la niña,). Como su comprensión había mejorado tanto, las actividades de intervención se fueron haciendo más complejas e introdujimos tareas como las de juicio de gramaticalidad. En éstas se presenta una frase que hace referencia a una ilustración, y el niño tiene que decir si es o no correcta desde el punto de vista Ni que decir tiene que todas estas actividades se realizaban de forma 1údica y a menudo se asociaban refueízos dentro de sistemas de puntos. Otra forma de trabajar aspectos comprensivos de orden superior wnsistía en emplear actividades mediadas por órdenes complejas, compnesm por varias secuencias en las que el niño tenia que ejecutar un mandato; por ejemplo, ante la presencia de distintos muñecos y objetos, se proponían órdenes como «el mwíeco corre y después, como está muy cansado, duerme al lado de la bicicletas. En este tipo de actividades es muy interesante que se intercambien los roles, de forma que el niíio sea primero el que recibe la orden y después el que la da. Esto facilita su motivación y permite trabajar aspectos expresivos y receptivos en una misma tarea. Hemos mencionado que ya narraba hechos que le habían ocurrido o cuentos previamente escuchados. Estas habilidades discursivas suponen la puesta en marcha de una gran cantidad de procesos lingüísticos, wgnitivos y sociales, y han sido muy estudiadas en el TEL, dado que se aprecian problemas tanto en la expresión como en la comprensión de discursos. Dentro de los requisitos necesarios para el desarrollo narrativo de un niño hay que tener en cuenta su capacidad para conocer el entorno, idendicar la información relevante que quiere trasmitir, y utilizar las daves lingliísticas adecuadas para hacerlo con éxito. Vaias investigaciones se han centrado en describir las características narrativas de los niños con este trastorno, y con frecuencia se ha observado que se expresan a través de frases corras o relatos breves con múltiples errores gramaticales, que los relatos suelen tener un contemdo descriptivo y una menor coherencia discursiva, y que en ellos hacen poca referencia a estados mentales (Wetherell et al., 2007). En el caso de Hugo, aparte de los errores morfosintácticos, era frecuente k ausencia de elementos deíctiws en sus narraciones, de manera que cuando contaba un cuento poda emplear el mismo sujeto varias veces seedas, sin introducir una deíxis personal (p. ej., rErase una vez un nuio que tenía hambre y el niño iba a comprar y el niño no tenía dinero.. .>). En general, lo elementos de cohesión eran pobres y la longitud media de sus enunciados, escasa. En lo que se refiere a la comprensión del discurso, su iimitada memoria de trabajo impedía mantener la información el tiempo necesario para relacionada , TRASTORNOS DEL LENGUAJE con distintas partes del mensaje y llegar así a una comprensión eficaz. Seguimos evaluando A los 5 años se realizó una valoración neuropsicológica más amplia con el fin de explorar la madurez de los distintos procesos y continuar con la programación de las estrategias de intervención a partir de las nuevas demandas escolares y sociales que se presentaban. Los resultados aparecen integrados en la tabla 15-2. En lo referenre a otros aspectos cognitivos, el pequeño se mostraba bastante reflexivo en las actividades, sin manifestar impulsividad cognitiva en la ejecución, condición que se ha descrito en algunos casos de TEL, en los que en ocasiones aparece comorbilidad con el trastorno por déficit de arención con hiperactividad. Sus habilidades atencionales, rznto en lo referente a la selectividad como al sosrenimiento, eran aceprahles, aunque mejor para material manipularivo o visual que para tareas verbales. La memoria de trabajo era algo limitada, aunque no presenraba problemas para recuperar la información aprendida. Sus habilidades visuoconsuuctivas eran particularmente buenas, por ejemplo, al reproducir consrrucciones con cubos. Mostraba, por el contrario, ligeras dificultades en la realización de praxias ideomotoras, como cuando se le demandaba imitar gestos sin significado o arbitrarios. iA primaria! Próxima estación: lectoescritura El paso a la etapa de educación primaria representaba para Hugo un gran reto: el aprendizaje de la lectoescrirura y el manejo de sirnaciones comunicativas mucho más complicadas. Esre cambio decido supone un aumento en las exigencias y en la autonomía de los alumnos: las órdenes orales son más complejas en contenido (mayor número de elementos que es necesario recordar) y en forma (gramaticalmente),y están dirigidas de manera global al grupo; por lo tanto, seguir el ritmo de trabajo puede ser realmente difícil. Partiendo de que la conciencia fonológica, la memoria de trabajo y una buena comprensión verbal son algunos de los requisitos para el apren- 1 dizaje eficaz de la lectoescritura, no es de extrañar Pruebas utilizadas Registra Fonológico Inducido 'Exsmrnofonológico-sintáaicndel lenpaje ugo se encontrase en cierta desventaja Es que depende del correcto funcionamiento &as otras áreas: lenguaje, atención, meetc., por lo que parte de la intervención &ida a mejorar dichos requisitos antes de tarse a este complejo aprendizaje. Hay una a trayectoria en el estudio reiacionai entre L y la dislexia, y no se ~ u e d edudar de su ón causal. El déficit que define elTEL, desde unto de vista fonológico, es una pobre cona fonológica, posiblemente causada por una tad en la discriminación de sonidos brwes suceden rápidamente; pues bien, este msficit es el responsable principal del trastorno ndizaje de la lectoescri~a(Tallal, 1999). en el úiumo curso de educación infantil se ía trabajado, a travbs del método analítico, el onocimiento de todas las leuas e incluso la lecde algunas palabras. Hugo memorizó rápinte la mayoría de las letras, y no tenía granroblemas para reconocerlas y denominarlas. n educación primaria cuando se complicó quisición de competencias básicas. Con leve ultad, comenzó a leer al abras y a realizar la versión prafema-fonema de forma fluida. En sentido la evolución fue favorable, y este enmiento ayudó a una mejor estructwación enguaje y a seguir mcidiendo en la conciencia ca. Se ~ o d r í aconsiderar que había que la fludez, pero en general el desarrollo o sí, la comprensión del lenguaje exrito era un reflejo de sus déficits en el lenguaje oral. Iba adquiriendo la capacidad de entender frases: pero no pasaba lo mismo con los textos breves. Estos im~licanun nivel superior, ya que presentan una esuucma jerárquica con ideas más complejas y abstractas, unidas a través de mecanismos de cohesión. El aprendizaje de la escritura supuso aún una mayor dificukad para Hugo. La principal limitación la enconmábamos en la conversión de la forma oral a la escrita: los defectos en la arricuk ó n , como los ocurridos con sílabas Inversas o con sinfones, aparecían como los errores escritos más frecuentes. En ocasiones tenía problemas para segmentar ks palabras dentro de una frase. Precisaba más tiempo de procesamiento para una palabra, por lo que en frases o dictados era incapaz de seguir el ritmo de sus compaiíeros. En la actualidad, en 3- curso, como medida individual de atención a la diversidad, se ha realizado una adaptación cutricular no significativa, en la cual se incluye u n programa espeúfico de lectoesuitura Además, se ha introducido en un programa de refuerzo de las áreas instrumentaies (lengua, conocimiento del medio, resolución de problemas) para rrabajar los contenidos de estas materias de gran cargalingúística. La intervención escolar la lloran a cabo entre el tutor, la maestm especialista en audición y lenguaje y la maestra de pedagogía t e r a p é u h de apoyo a la integración (PTAI). Hugo va siendo cada vez más consuente de que su nivel de aprendizaje es un poco más bajo que el de sus compaiíeros, y esto parece estar mermando ligeramente su autoestima. A pesar de todo, podemos decir que el avance ha sido muy favorable, pues está bastante adaptado al ámbito escolar y se va relacionando mejor con sus iguales, aunque queda mucho camino por recorrer. Próximamarte vendrá la pubertad y la adolescenua, etapas de la vida en las que las relaciones humanas se hacen más complejas y es necesario poseer una buena competencia comunicativa para prevenir algunos de los síntomas descritos en los adolescentes con TEL, como son la ansiedad y otros problemas emocionales derivados del autoconcepto negativa. - ción actual deeste trastorno, en las quq$bi- 1 II O el más común de los subtipos de TEL y sus síntomas grincí~alesson. discurso paco Ruido con una sintaxis rudrmentaria. y alteraciones en la pronunciación ton frecuentes omisiones, sustituciones o distorstones; la comprensión este también mermada, pero siempre en menor medida oue la oroduccion. Las teorías c&nitkas del TEL son una a e las - -... .. ...cor~jentes-@S-impo~tarttes ...-- - .- - .. . eo l a inue-9,, , . , . . 7 : , . .; .. - . p6tesis más aceptadas son el déficit en procesamiento perceptivo y en memoria detrabajo. Todo ello hace dudar de si realmenteestamos ante un trastorno «específico» del tenguaje y, por consiguiente, cabe replanteaea G I&s clasificaoones etiológicas deberán seguir reconociendo al lenguaje como una entdad disociable de otros procesos cognitivosTodos encontrados los factores etia10~icos . . . . . . -_ t o m . & . ~ ; d e . o , ~ar,b@ ~~io~ L-5;. .... ..... . .- . ~~ 1 1 I ACTI~IOAD 15-1. FamiliarizarseWntémiinoS Iíngiiírticos J Ejercido 1. Busque y defina los siguientes terminos: - Holofrase. - Loaotomas. - Deixis. - Conciencia fonológica. - Sinfbnes. . ~ O A 15-2. D Repasar la nwroanatornía infantil J Ejerricio 1. Localice en una lámina de neuroanatomía las regiones cerebrales que se incluyen d e m del circuito perisilviano anterior encargado de la expresión del lenguaje. ACTIVIDAD15-3. Aprendera evaluar en neuropsicología infantil. Principales pruebas Se describen a continuación algunas de las pruebas mas utilizadas para la exploracion del lew auaie v aue orooorcionan una valiosa información del nivel comprensivoy expresivo del niño. - ,,. . . de wmprensíonde e*ructuras (CEO(Mendoza, tarballo y Fresneda,ZOW) Erre instrumentoevalúa la comprensión gramatical en niños de 4 a 11 años. Consta de 24 bloques organizados según el grado de complejidad de las oraciones. Se subdivide en owciones predicaüvas sujeto-verbo-objeto reveribjesy no reversibles, atributivas, predicativas negativas, predicati- (m vas pronominalizadas, predicativas SVO con 5 plural, cwrdinadas disyuntivas y adversativas dicativas SVCC de lugar, relativas del ti OVEOS, comparativas absolutas. coord venativas, con objeto pronominal'iado género-número), y OVS con objeto esci administrmia se muestra una lámina con 4 im ne5 muy similares y el sujeto señala la que cree se identifica con el ítem emitido por el examina por lo que no es necesaria ninguna respuesta bal. Por ejemplo, el examinador dice:el niño mira a la niíia está comiendo=, p m estoger e otras alternativas («la niña que mira al niño está miendo», ala niña mira al nitio que está comlen y el niño mira a la nifia, pero no está comiendo Batería de lenguaje objetivay cnterial [BLOO (Puyueio, Renom, Solanasywiig 2002) Se trata de una exploración exhaustiva divi según las diferentes áreas del lenguaje gía, sintaxis, semántica y pragmática (a de la fonología). Está indicada para niño 5 y 14 años. Pretende definir las conductas ing ticas alteradas cualitativa y cuantitativamente. los diferentes ciiadcrnos de evaluación se pres tan imaaenes ante las cuales el examinador h preguntas esperando la respuesta verbal corre y se valora la parte comprensiva y expresiva. ejemplo, en el cuaderno de morfología, en la p de <pluralen>un ítem ser¡a:aqui hay un Iápiz,a hay dos. Idpices~. - .. pshlingcbstkas llinois de (ITPA) (KikMcCafthyy Kirk, 2bo41 Este material evalúa Las habilidades psicoli güísticas de niíros de entre 3 y 10 años. El objeti Expresión verbal (fluidez verbal). Se rnuestra una Iámina en la que aparecen unos dibujos y se pide al niño que enumere más imágenes de las mismas características (durante 1 minuto aproximadamente). Por ejemplo: %ojosy mano>. Integración gramatical. Se dice una frase apoyada en una imagen (p. ej., =aquíhay una cama$ y después se enuncia una frase incompleta que el niño debe cerrar al señalar la otra parte de la Iámina (p. ej., a q u í hay dos ... camasu). Expresión motora. Se presenta al niño una Iámina y se denomina el objeto,después pedimos al niño que demuestre su uso (p. ej., se muestra un «peine» y debe realizar los movimientosde la acción de peinarse). Integración auditiva. Se realiza mediante la lectura de una serie de palabras incompletas que el niño debe repetir ya completadas, por ejemplo: ubici-tau- bicicleta. de la prueba es identificar los fallos o dificultades en el proceso de comunicación. Además, da la información de las habilidades o capacidades que están preservadas, para utilizarlas posteriormente en el proceso de intervención. El test se divide en varias áreas: Comprensión auditiva. Se presenta una Iámina con 6 imágenes y se narra una historia. Posteriormente se formulan una serie de preguntas y el niño debe responder señalando la imagen a la que corresponda la pregunta. Si responde verbalmente la respuesta también se considera válida. Comprensión visual. Se muestra al niño una lámina en la que aparece un objeto (p. ej., un iápiz) y después se presenta otra donde aparecen varios. El niño debe señalar el que ha visto en la primera Iámina (con la particularidadde que no son exactamente iguales). Memoria secuencial visuomotora. Se presenta una Iámina, durante unossegundos,en la que aparece un dibujo (p. ej., dos líneas paralelas) y el niño debe reproducirlo. Asociación auditiva. Se leen una serie de oraciones sin terminar y el niño debe completarlas (p. ej., ame siento en una silla; duermo en... la coman). Memoria secuencial auditiva. Se leen una serie de dígitos que debe repetir el niño, en el mismo orden, tras escucharlos. Asociación visual. Se muestra una Iámina en la que aparece una imagen (p. ej., un hueso) y después se presenta una segunda en la que aparecen otras imágenes. El niño debe señalar cuál se relaciona con la primera (en estecaso, «el perro*). Integraciónvisual. Se presentan 4láminas con dibujos en los que hay escondidos animales u objetos. Cada Iámina tiene un estímulo que debe buscar y cuenta con 20 segundos para encontrar la mayor cantidad que pueda. Hugo, identifique los principales errores fonológicos y morfosintácticos (basándose en los descritos en el capítulol. tanto en la esfera expresiva comoen la receptiva. Examinador (E): Hugo, ¿tútienes novia? Hugo (H):lSí, se llama Sivia y tene cinco año/ E: ¿Yqué cosas haces con ella? ti: [Jugando en el rekeo con ella1 E:Y, ja quéjuegas? ti:. /al pilla-pilla, el escondite, a l pilla-pilla/ E:Y ¿nojuegas al fútbol con ella? H: INo,es quea Sivia no e guta juga afúbol,sólo e gusta jugan con las chicas1 E:Y a ti, ¿tegusta el fútbol? H:/Sí,a mí me gusta al fúbol, se juega, le gusta a Jorge, a Juan Antonio y a Claudio y yastal E: Y te voy a preguntar una cosa, ¿viste un partdo que echaron ayer en la tele? H:lPueeso lo habían echadoen la tre y ayerlovi porque papá lo había echao en el tres/ Aguado G. Tmrorno específico del lenguaje. Retraso de lenp a j e y disfcia. Málaga: Aljibe, 1999. Damasio H, GrabowskiTJ,Tranel D, Hichwa R Damasio A. A neural basis for lmical reuiwal. 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Villegas Pérez e l. Navarro Gutiérrez Conocer el desarrollo de las habilidader pragmáticas en la edad infantil para detectar posibles aiIndicar los piincipales síntomas que caracterizan al trastorno pragmático. Describir el cuadro neuropsicológico tipico observado en el trastorno pragmática Realizar un diagnóstico drferencral con respecto a otros trastornos afines. Establecer los principales objetivos de intervenciónen un caso d e trastorno pragmático del lenguajey abordar su reeducación. INTRODUCCI~N rpretar las daves de su interlocutor en esta por lo que, como afirman Monfort et al 4),ofrecen una visión incomplera. Así pues, mero conocimiento de las reglas gramaticales de idioma y el de los significadosde las palabras son suficientes para interpretar el mensaje de Si pretendemos abordar el estudio de la pragtica hemos de considerar una definición gloque tenga en cuenta dos dimensiones commentatias: la formal y La funcional. Así, por niveles. Ante esta persistente Mta de consenso en la deíiniuón, surgen diferentes formas de agrupar a los niíios con afectación pragmática. La dashcación del wastorno especifico del lenguaje (EL)que más se ha seguido ha sido k que Rapin y M e n elaboramn en la década de 1980. En ella mencionaban el déficit semántiw-pragmáuco, uniendo así dos dimensiones del lenguaje: la referida al vocabulario y los conceptos, y la tcCrrida al iwu furiuonal de ks habilidades lingtiísticas (v. cap. 14). Conti- TRASIORNOS DEL L E N G W i rI S Precisamente ante la falta de consenso en su I I + 1 Reeuadm 16-1. Desarrollo pragmático en el n i i i o definición, la pragmática es el componente del ienauaie - , cuvo , estudio se ha iniciado más tardíamente.Ta1vezporeiloy porlodificil queresultasu evaluación, hav pocos trabaios acerca de su desarroilo en ~aedaknfantil.~u~orescomo ~ o n f o retl dl. (2004) nan dvudado a comprender la evolución de las competencias pragmáticasen el niño y, así, identificar habilidades ~relinquisticasque deben aparecer como indicadbrec timpranorde un desarrollo praqmáticoapropiado (Tabb 162). El dialogo tiene sus raices en habilidades protoconuersoclonales como la toma de turnos, el contacto ocular y la atención conjunta. La aparición de estas habilidades pragmáticastempranas se ve favorecida por la actitud del adulto, cuando tiende a sobreinterpretar la conducta del bebé atribuvéndole una intencionalidad aue Inicialmente no existe. De este modo, los progenitores interactúan con sus bebés como si se tratase de partiapantes activos en conversaciones, interpretando cualquier sonido o movimiento como turnos de un diálogo entre ambos, durante los juegos cara a cara, la alimentación o el cuidado. Así, a los 8-9 meses de edad, el nitio se convierte en todo un experto en la toma de turnos durante las actividades Iúdicas con el adulto. Cuando inicia sus primeras palabras, va es capaz de mantener esta situación durante más tiempoy. alrededor de los 24 meses, comenzará a unir dos palabras para referirse a la otra persona por su nombre.También a esta edad empieza a pedir información, aún de forma rudimentaria. A los 4ahos esta práctica se domina en la conversación con losiguales. El desempeno en la comun,<orionrelerenriol "iddura conforme el nifio daqu ere la capacidaa de lenguaje en los que distingue dos tipos con alteraciones en ei área de l a pragmática: un subgrupo «puro», de natural- cognitiva y lingüística, y otro que añade al anterior las alteraciones mentalistas y sociales, denominado trastorno pragmático xplusn (Monfort et al., 2004). Tal vez esta propuesta sea l a que más se ajusta a l a visión global de la pragmática mencionada e n el párrafo anterior. La propia entidad del TEL semántico-pragmático (TEL-SP) h a sido cuestionada por numerosos autores. Bishop y N o r b u r y (2002) proponen l a etiqueta de trastorno pragmático dd lenguaje, defendiendo que los ninos diagnosticados con T E L S P n o presentan, necesariamente, alteraciones semánticas, y así l o comprobamos en nuestra práctica diaria. Es más, l a mayor par- + tener en cuenta la información que conoce su interlocutor. A los 3 años es todavía inmaduro v. con frecuencia. falla a la hora de adaptar su mensaje al oyente. Ya a los 4 años, es capaz de adecuarlo. si bien de manera tosca (D. el., imitard el habla materna cuando se dirijaa un bebé). A~ruximadamentea los 10 anos, podrá aclarar la información de su mensaje de manera que pueda ser comprendida por el receptor; mientras que, un par de años más tarde, esperará pequeñas señales por parte del oyente, como leves asentimi~ntosde cabeza o expresiones faciales indicat vas de que el mensaje ha s.do entendido. Esta habilidad evolucionará al tiempo que lo hagan sus capacidades linguístiicas;así, a más alto nivel cultural en un adulto, mayor capacidad para adaptar su registro en función de su interlocutor. Estrechamente relacionada se encuentra la habilidad de adaptacrón alentorno social. Los nihos de 3 años ya introducen cambios en susexpresiones según la familiaridad que exista con el interlocutor, por lo que emplean fórmulas propias del lenguaje social como egraclara y xpor favom. La variedad de expresiones utilizadas a este respecto a lo larao de la vida dependerá de la estimulación recibida desde el contexto interpersonai inmediato (familia v escuela). Por su parte, el empleo de térmmos mentolistas relacionados con los sentimientos y pensamientos del otro (p. ej., saber, creer, imaginar, gustar] aparece deforma temprana en el lenguaje infantil, pero su dominio se enriquecerá con la edad. La ausencia de elementos mentalistaso la inflexibrlidad de su uso son predictores tempranos de algún tipo de alteración. te de l a bibliografía consultada define el TE centrándose en el uso deficitario o anómal hace e l n i ñ o de sus habilidades IingiXsticas. do a esto, hemos decidido seguir l a nome de Bishop e identificar nuestro caso con nósuco de trartomo pragm'nco Mlengrra é que sería equivalente al uasmrno de comu social propuesto en el DSM-5 (APA, 20 consideramos que dicha etiqueta carneriza a y a otros muchos de un modo más a c t o . N o o ;ante, puesto que ei diagnóstico mdicional es el TELSP, nos referiremos a l a literatura cien ' existente con res~ectoa este último (Tabla16-1). U n a nueva controversia surge a l a hora de cuadrar e l diagnóstico dentro del remolino q componen los trastornos de l a wmunicació 11 1 4 1 Trastorno pragmático del lenguaje Tabla 16.1. CaraWMicas del nlho con trnrtotno rspeclficodd IinguaJe$em6ntico-pragm(itlc0 Meiin dihrrntoc autores Lenguajeexpresiva'fluido r Uso de epvesiqnes automatiradas, aprendidasde memoria Lenguaje poco comunicativo Diñcultad para codaicar el signficado relevante en situaciones conve~acionales Problemas importatiter para participar en discursos comunicativos Comprensióncorrecta defrases cortas y palabrasgi.sipda2 , . ., Trastorno.dela comprensión del discurso conexo, . .. @puestas to@lmente'irreIe@ntesa las pregunta^, ,, . Presencia de lenguaje ecalálicay repetitivo . Bishop y Rosenbloom (1987) Retraso en el desarrollo del lenguaje Respuestas inconsistentesa los sonidos Inicio del lenguaje con ecolalias yjerga Destrezas lingüísticas expresivas superiores a las receptivas Marcada diferencia entre la ca~acidadde com~renderel ienauaieen situaciones < , estruct~radasy la ~rlpacoao para comprenuer a canverracion natural Fascinación por algunui ,on dos del hab d lrepet,r canciones o poemas1 Parafasiasfonológicas Dificultad de acceso al léxico i En algunos casos, formuiacióncontinua de preguntas, aunque no se manifieste interés por la respuesta Dificultades para producir y comprender el significada de indicadores como la expresión facial o el tono de voz Expresiones fluidas y gramaticalmente complejas, pero con algunos problemas con la sintaxis y la fonologia que pueden perdurar hasta la edad escolar Dificultades mayores cuando se habla de situaciones que noderivan del contexto ffsico , Comprens on literal del lenguaje Fa ta de dtenclon en edades tempranas Dercripc óo por los mapstror como Intnor que noobedecen rus oroener Juego imaginativo poco desarrollado; interés por mecanismos Problemas de compresión lectora, aunque la descodificaciónpuede adquirirse incluso de manera temprana Posibles dificultades en psicornotricidadgruesa Adams y Bishop (19891 8 . Monfortet al. (2004) .. . . Afectación a nivel comorensivo v , exoresivo Prrrervacion (a ercdsa afectaron. de los aspecto5 fono ogfro y r'ntáctico Alterac án f ~ n anal: c pdrdfrlsas scmdnIicd5 ,ncnheirncas dc o:scui$o,trastorno básico de los ajustes pragmáticos Cuadro similar al cocktuilparrysyndrome descrito par Bishap y Rosembloom. ~~~~~~~ Habla poco funcional Uso equívoco de las palabrasfuncióny de los términos mentalistas . ,, Pobreza de registros: dificultad para ajustarse al contexto, al estatus del interlqitzfw Y a lar normas sociales Pro" emar para rrqprtar lar regias converracionale< Dihcultadpdra *reparamen fnalentend u05 o fracasa5 Alteraciones de la prosodia ~ ,. , ... Respuestas inadecuadasa las preguntas Conductas perseverantesy rituales no fun&pl&~ Alteraciones de la expresión no verbal Juegoalterado Déficits en las relaciones con igualesy adulta% y Problemas del comportamiento Hiperseiectividadalimentaria . , . .. .- . . AdaptadodeBuira-Elavarrete et al. (2W11. Mendoui 120011y MonforIet al. 120041. ~ . . 1 TRASTORNOSDEL LENGUAJE lbla 16-2. D~sarrollotemprano de las habilidades pregmdtlcasy mentalistas meses Antes de los 12 meses Desde los 18 meses .. .. .. - Establecemntictooculardemanerafuncional Muestra sonrisa social Da muestras de atenclónconjunta Realrza conductas protoimperat!vas Re3peta los turnos enjuegoscompartidos Domina los gesta protoimpetativos Realiza canductas~ratorleclaratí~s de manera habttual . ... .. .. . .. Usarus habilidadesrudimentariasparapodir,llamarlaatencidn,preguntar,expresa~ básicas y estados interno5,jugarysaludar Detecta,de manera rud~mentaria,intencional~&d en la conducta del interlocutor Expresa rechap de manera funcional Usa el lenguaje soda1básito a demandadeladulto Desde los 24 mes= En ocauones, habla de manera descontextualizada Se refierea si mismo usando q o n &preca intenrionalidad: yo quiero>,yo voy aa Solicita y aporta a~laracrones en la conversación Utiliza el lenguaje para imputar emociones queno son verídicas a simisma/otra ni~íoImuñeco como lueuo de ficción . .: .. ,. ~ 4anus Rdeja emocbnes de forma más precisa,clara y compleja Algunosniños pueden resolver tareas de falsa creencia de primer orden Reconoce intencionalidad en el otro de forma más precrsa (p ej., detecta un error cometido voluntariao involuntar~amente] Pide aclaracionesgenerales (a<iqu&W Usa el lenguaje socialdeforma habitual Rerprta los turnos durante la conwrwcibn Pide aclaraciones :nforrnativasde manera más preciu y sistrmáticd Distmgue entre mentira y errDr Es capazde adaptarsu registro al a ter locutor; por ejemplo, a un bebé ~ p p .. .. .. . t-5 años Identificamentiras, ironíasybromas El 80 %de los niños mantiene el hilo conversadonal Comprendeel concepto de mentim de manera prensa - meneen cuenta el conocimlcnto del interloruror o? rndnera mas acendda R~suelvetareas de fdlsacreenrid d? segundo orden Entiende las mentiras spiadosai Por un lado, encontramos autores como Rapin y AUen, quienes defienden que es en el uso del lenguaje donde se observan la mayoría de las dificultades, y por ello clasifican el trastorno dentro de los TEL. Mantienen que existen ciertas diferencias con respecto a los trastornos del espectro autista, como la ~reservaciónde la función simbólica, la baja frecuencia de estereotipias y la presencia evidente de interés social que, además, aumenta conforme crece el niño. Por otra parte, otros autores encuadran el trastorno entre los del espectro autista debido a que los nifios de este grupo suclcn contar con pobres habilidades dc cognición social. De este modo, el nino con problemas pragmáticos apenas tendrá en cuenta el conocimiento del ~nterlocutordurante una conversación, presentará una alteración de la comprensión verbal, tomará los enunciados de forma lireral y mostrará déficits a la hora de realizar inferencia (Adams, 2001). Nos topamos también con los defensores del TELSP como una entidad propia, es decir, aquellos que no lo consideran dentro de los TEL ni de los trastornos del espectro autista, ya que encuentran múiuples diferencias con ambos gmpos (Mendoza, 2001). Gibson er al. (2013) concluyeron que, tras realizar un estudio examinando la capaudad de interacción con iguales, los intereses restringidoslrepetirivos y las habilidades linguisúcas, los individuos de los grupos de TPL, TEL y trastornos del espec- I Tnstomo pmpá* tro autista diferían significativamente entre sí en la capacidad de inreracción con iguales, aunque la mayor distancia se encontraba entre el grupo TEL, que era el que presentaba menor grado de afectación, y el resto. En el análisis de patrones de intereses restringidoslrepetitivos,no encontraron diferencias entre los grupos TEL y TPL, pero sí con respecto al grupo de trastornos del espectro autista. Finalmente, obtuvieron resultados similares al tener en cuenta la influencia de las habilidades lingüísricas sobre la capacidad de relación. Bishop y Norbury (2002) defienden la clasificación del trastorno fuera del espectro autista, pero a caballo enue éstos y los TEL, pues comparte rasgos sintomáticos con ambas categorías diagnósticas (Gibson et al., 2013). Entre las distintas hipótesis explicativas de estos errores pragmáticos, cobra especial relevancia la que trata de explicarlo como un'déficit en el funcionamiento ejecutivo. El fallo pragmático vendría originado por una incapacidad para mantener y manipular la información compleja implicada en la interacción social, así como para actuar en función de ella. Al hablar de esta información nos referimos a la mirada, la actitud postural, la expresión facial, la prosodia... No defendemos una relación lineal entre alteración ejecutiva y afectación pragmática, pues no pensamos que todas las personas con una disfunción frontal presentan errores en el uso del lenguaje. Sin embargo, sugerimos que el TPL es consecuencia de un fallo ejecutivo. Esta afirmación no supone una novedad en la literatura, ya que se desprende de una de las teorías más respaldadas actualmente para la explicación de los trastornos del espectro autista: la hipótesis de la disfunción ejecutiva (v. cap. 17). Concretamente, en la investigación acerca del TEL se ha estudiado cómo el fallo en el funcionamiento de la memoria de trabajo dificulta la comprensión de mensajes largos o elaborados (el proceso de actualización o upbting) (v. cap. 15). La disfunción ejecutiva a este nivel justificaría, incluso, los problemas para adquirir conceptos complejos que son aprendidos por la combinación de conceptos básicos o por el procesamiento de información abstracta. Se explicaía así la alteración a nivel semántico que tradicionalmente se ha asociado al TPL. Hemos seleccionado el caso de Rachid para ilustrar nuestro planteamiento del TPL a pesar de no tratarse de un caso prototípico, pues la redidad chica demuestra que este trastorno supone un reto en su diagnóstico y abordaje, por la cercanía del lengoaje que mantiene con otros cuadros, así como por la heterogeneidad de su presentación. PLANTEAMIENTO GENERAL DEL CASO. RACHID, EL NINO QUE N O SABíA Q U t HACER CON SUS PALABRAS Cuando llegó a nuestro centro de atención infantil temprana (CAIT), Rachid había cumphdo los 4 años y mostraba una moderada alterac5ón de la comunicación que interfería tanto en sus relaciones personales como en sus actividades cotidianas. Rachid nació en el seno de una familia inmigrante, procedente de un país de k i c a occidental. Era el pequeño de dos hermanos; la mayor, Fatou, era una nuía alegre y extravertida. Sus padres trabajaban en el sector wmercial y se habían establecido en España hacía 17 años. El niño fue derivado a nuestro centro tardíamente, con 4 años y 10 meses. Esta demora suponia la pérdida de un uempo precioso, pues el menor se encantraba en mitad de un período cdriw para el desarroiio del lenguaje en todas sus dimensiones. La madre, después de años de trabajar de cara al pública en España, mosrraba unas capacidades de comprensión y expresión del español adeaiadas, aunque mantenía un fuerte acento extranjero. Además, era agradable en el trato y entendía sin problemas los matices expresivos empleados por la terapeuta. En ningún momento llegamos a con* cer al padre, por lo que no fue posible valorar sn dominio del castellano. Sabíamos que el niúo e taba expuesto a varios idiomas en el entorno familiar, ya que los progenitores se wmuni& enue sí en su lengua materna, pero aürmarm duigirse a sus hijos siempre en castellano. La alteración de Rachid no se debía al origen - exuanjero de su famdia; su hermana mayor cantaha, a los 7 &os, w n unas habilidades lingüistim e interpmonales totalmente apropiadas. Ahora bien, enel cantacto que mantuvimos con ella ( a s i d a varias sesiones idencificaen las que participó de manera amos los referidos rasgos e l e d o s de-versión y cierta tendencia a la impuisMdaá. Eaou seguía el currículo escolar sin incidencias drstadles. Rachid asistió d m t e el p k e r cido educzkvo a una escuela infantil que no contaba con ningún apoyo para los niños m uecgidada específicas. Justo antes del inicio del tmmniento había sido escolarizado en un colegio que, por íiu, disponía a t o de maesm espeualista en audición y len guaje como de maestra especialista en pedagogia terapéutica. Evaluación La dificultad en la evaluación de la habilidad pragmática tiene, al menos, dos orígenes daros: por un lado, la ya mencionada inexactitud en la definición del concepto de pragmática, que obstaculiza la estandarización de pruebas o protocolos y, por otro, su naturaleza ecológica, esto es, la necesidad del entorno natural para la puesta en marcha del mecanismo pragmático. Entrevista con la madre Rachid llegó al centro acompañado por su madre tras ser derivado por el pediatra, quien sospechó un retraso del lenguaje. Esta indicó que había adquirido los principales hitos motores de manera ligeramente tardía, pero la emisión de sus primeras palabras se demoró mucho más, pues tuvo lugar a los 3 años de edad. En la línea de Monfort (2001), la mayoría de los niños con TEL-SP presentan un proceso de adquisición del habla retrasado o dificultoso, con cierta afectación de las dimensiones formales del lenguaje. La madre había detectado en su hijo problemas de comprensión y expresión verbal, además de dificultades para seguir el ritmo del aula. No obstante, comentó que la comprensión había mejorado hasta su normalización, mientras que la expresión verbal seguía siendo tan poco precisa que incluso ella no le entendía en muchas ocasiones. Además, refirió que su hijo cambiaba el tema de conversación con demasiada frecuencia. Destacó, a nivel comportamental, frecuentes rabietas ante situaciones de frustración comunicativa o de sus . propios . deseos. Definió a su hijo como inquieto y con peleas constantes con su hermana. No identificaba neculiaridad aleuna en la " relación con los otros niños de su edad. Desarrollo lingüístico Rachid mostraba en la comprensión de mensaies elaborados. Resoondía tanto asu nombre como a preguntas sencillas: ¿qué er?, de es&?, pero no podía hacerlo ante cuestiones que requerían una contestación con un mayor nivel de procesamiento, como: $ara quérirue?Tenía gran dificultad para la comprensión de información sin un referente inmediato; se apoyaba en el contexto para entender el meusaie. En tareas de elección múltiple, sólo era capaz de completarlas tras la denominación del objeto o una definición sencilla (p. ej., orden que genera un respuesta correcta: «Dame una cosa que se comen; orden con respuesta errónea: «Dame un animal que tenga pelo»). Ante un mensaje largo, se guiaba por las úItimas palabras que lo componían. Sin embargo, era capaz de repetir enunciados de al menos 6 palabras (incluidas palabras función), por lo que la dificultad no se encontraba en la capacidad de memoria verbal inmediata. Este problema para el procesamiento de la información hizo sospechar de un fallo en la memoria de trabajo. Habitualmente, su expresión verbal alcanzaba el objetivo comunicativo, pero de manera poco elaborada. Así, lograba la ayuda del adulto sin solicitarla, simplemente escenificando su incapacidad para u n fin (p. ej., ante un bote fuertemente cerrado, simulaba intentar abrirlo con gran esfuerzo). Sus emisiones eran fluidas aunque, debido a que mantenía un desarrollo lingüístico aún inmaduro, en situaciones naturales mostraba una jerga incomprensible, plagada de palabras reales. La articulación del habla no era precisa, pero el mensaje era inteligible. El aspecto articulatorio no se estableció como objetivo de intervención prioritario, si bien se dieron pautas a la familia para entrenarlo de manera indirecta. El vocabulario de Rachid era escaso, aunque dentro de los límites esperados. Esto quedó reflejado en los resultados en las subpruebas del índice Lenguaje general de la Escala de inteligencia de Wechsler para preescolar y primaria-111 (WPPSI-III), en la que obtuvo una puntuación baja, pero dentro de la normalidad (LG = 88). Conforme abandonó la emisión de jerga ininteligible, se pudo valorar el plano mo&intáctico y comprobar que usaba palabras función, aunque cometía errores de manera eventual. Empleaba el gerundio y varios tiempos verbales: presente, pretérito perfecto simple y pretérito perfecto compuesto. Si bien conjugaba los verbos en las diferentes personas, solía utilizar la tercera del singular tanto cuando se refería al «tú>, como cuando hablaba de sí mismo usando «yo» (p. ej., «yo quiere el coche*). Era frecuente que se refiriera a sí mismo mediante su propio nombre, en cuyo caso concordaba el uso verbal de la tercera persona (p. ej., .Rachid come gusaniton). Tendía a construir oraciones demasiado sencillas. Aunque de manera tardía, parecía haber aprendido las reglas gramaticales básicas (p. ej., estructura sujeto +verbo +complemento directo), pero tenia dificultad para aplicar las menos evidentes (p. ej., concordancia sujeto-verbo). Por lo tanto, parecía que Rachid no era capaz de extraer de forma precisa toda la información relevante para organizar la oración. Aun así, los aspectos formales del len- guaje de Rachid, a pesar de contener errores, eran muy superiores al uso que era capaz de hacer de ellos. En la pragmática, se observó una alteración tanto en la funcionalidad como en el dominio de las reglas sociales del lenguaje. Manejaba sus habilidades Linguisticas con diferentes objetivos: hacer peticiones, expresar rechazo y compartir información con el adulto. Su prosodia era anómala, pero no plana: parecía estar siempre sorprendido. Llevaba la iniciativa a la hora de realizar preguntas de manera efectiva, pero usaba siempre la murnación de sorpresa mencionada. Había aprendido las expresiones propias del lenguaje soual y ks empleaba de forma espontánea, aunque inconsistente. No sabía llamar la atenuón de la terapeuta ni verbai ni gestualmente, aunque la necesitacl. Al entregarle un juguete fuertemente encerrado en un bote daba muestras de enfado y miraba ala terapeuta, pero no sabía pedir ayuda, ni siquiera con un gesto o entregando el objeto. Era capaz de describir una imagen o un evento concreto (p. ej., «el niño lloran), pero no narraba los antecedentes o consecuentes a tal evento (p. ej., uel nióo llora porque se ha caido»).En ocasiones, comería errores a la hora de nombrar o Imitar emociones básicas mediante la expresión facial. En el ambiente n a d respondía a esta información de manera apropiada, incluso al enfrentarse a emociones secundanas, como la vergüenza. Con frecuencia empleaba oraciones que no encajaban en el contexco; aplicaba de manera mecánica una fórmula adquirida en una situación parecida, demostrar- do un aprendizaje memoríscico del lenguaje. Así, por ejemplo, decía «meestá molestando» (expresión que usaba su hermana cuando él la fastidiaba) ante aaividades que no le gustaban; ésta era la única estrategia verbal que usaba para evitar una tarea que no era de su agrado. En nuas ncaiiones, retiraba la atención o cambiaba de tema. Al inicio del tratamiento empleaba el susurro con frecuencia, a veces antes de dirigirse a la terapeuta, por lo que daba la sensación de entrenar la respuesta de manera prwia a la emisión definitiva Necesitaba repecll. oralmente el enunciado; parecía que su limitada capacidad de memoria de trabajo no le permitía mantener la mfotmuóu activa para revisarla. Perfil neuropsicológico El desempeóo cognitivo se valoró mediante la WPPSI-111 (Tabla 16-3).No fue posible concluir la parte verbal por las dificultades en la comprensión de las actividades. Concretamente, el subtest de Información evidenció estas carencias a nivel comprensivo. Su rendimiento caía en picado conforme los enunciados se hacían más complejos. Aunque las pruebas manipulativas deben ser independientes de la habilidad lingüística, en realidad se ven inAuidas por el componente verbal de las instmcciones. Sólo la ejecución en la resolución de rompecabezas se encontraba dentro de la normalidad. Racbid obtuvo un CI manipulativo correspondiente a una inteligencia límite (CIM 751, y este resultado se interpretó como dentro - de lo esperado para su grupo normativo debido a la referida contaminación iineüística de las Drue" bas. En tareas visuoespaciales y visuoconstructivas su desempeño era bajo, pero aceptable. Imitaba construcciones tridimensionales con piezas y representaba la figura completa de un niño en un dibujo. Ante fallos en actividades manipulativas (p. ej., rompecabezas), iniciaba una estrategia de ensayo y error. Rachid se encontraba conectado con su entorno social, pero no podíamos decir que al nivel de sus iguales, pues la alteración comprensiva mediaba en este aspecto de manera dramática. La complejidad lingüística suponía para el pequeño una traba relacional. No entendía gran parte de los mensajes que había a su alrededor, así que éstos no captaban su atención, la cual quedaba enganchada más fácilmente por el material visual. De este modo, practicaba un *entrenamiento diario en inatenciónn ante material auditivo verbal. Había aprendido los conceptos propios de su edad (p. ej., forma, color, etc.) y, con mediación del adulto, adquirió conceptos abstractos seniiIlos, como «diferente».Indnso reconocía y wpiaba los números. Sin embargo, su capacidad para los aprendizajes complejos (p. ej., concepto de cantidad, secuencias, etc.) se veía comprometida debido a un fallo ejecutivo. Le llevó mucho tiempo pasar de seguir secuencias de dos colores a tres: tendía al patrón de dos colores continuamente, lo que supone cierra inflexibilidad cognitiva. Además, se mostraba muy perseverante; por ejemplo, al inicio de al menos 5 sesiones, señalaba un dibujo de «Dora, la exploradora» colgado de la pared y pintado en un tono demasiado oscuro y decía: «Dora está pintada de marrón»; o cuando quería algún juguete concreto, insistía una y otra vez a pesar de que se le negara; esto lo apartaba de la actividad principal de forma habitual. Presentaba una incapacidad para controlar la dirección voluntaria de su foco atencional, proceso dependiente del funcionamiento ejecutivo. Concretamente se observaban déficits en la capacidad de memoria de trabajo con problemas para la actualización de la información (uphhngj, así como en la flexibilidad mental con dificultades para desengancharse de un estímulo (rhtfnnd y pata inhibir una respuesta prepotente, como obviar un estímulo no relevante (inhibition) (Miyake et al., 2000; v. cap 10). Como conclusión, el cuadro clínico que identificamos en Rachid corresponde a un TPL, pera resulta simplista aludir a esta especificidad. Sus dificultades estarían relacionadas con un déficit ejecutivo: fracaso para procesar un gran volumen de información que debe ser relacionada entre si y con información previa para ser entendida y para responder de manera apropiada a las demandas del entorno. Diagnóstico diferencial Las diferentes categorías diagnósticas relacionadas con este fallo pragmático (p. ej., TPL, TEL-SI: trastornos del espectro autista de alto funcionamiento, síndrome de Asperger, trastorno del aprendizaje no verbal) han entablado en la literatura especializada de las últimas décadas un baile en el que se combinan, desaparecen y dejan lugar a otras nuevas. Si a esto sumamos que dos nihos con patrones de desempeño pragmático semejantes evolucionarán de manera muy diferente, el proceso diagnóstico se complica aún más. Comentada la situación actual, hemos decidido incluir algunas consideraciones acerca de las cuestiones diagnósticas que nos planteamos al encatar el caso de Rachid. Trastorno del espectro autista Como se ha indicado, la conexión con el entorno social que mantenía Rachid no se equiparaba a la de sus compafieros. Sin embargo, el patrón del déficit se mostraba diferente al típico en un trastorno del espectro autista. El menor había aprendido a comunicarse de manera no verbal por si solo. Adquirió el sehalado y la mirada conjunta de forma autónoma, sin entrenamiento externo. Habitualmente establecía contacto ocular de manera funcional, pero su tendencia a distraerse le llevaba a perderlo. También se inició en el habla de manera espontánea, aunque fuera tardíamente. La alteración pragmática comenzó a evidenciarse conforme su mundo social se fue haciendo más complejo y el volumen de información que había de procesar se volvió ingobernable. A pesar de la alreración comprensiva, continuamente realizaba declaraciones para compartir información con el adulto; es más, buscaba la atención de la terapeuta cuando ésta simulaba estar poco interesada o distraída. Desde el inicio, daba daras muestras de satisfacción ante el refuerzo social Que,además, provocaba. Si bien su entendimiento del mundo social era deficitario, presenraba indudables habilidades mentalistas. Se sentía observado ante la presencia de otra persona. Era tímido, especialmente, ante adultos desconocidos. Cuando había una alumna en prácticas observando, la miraba de reojo y Trastorna pragmático del lenguaje l dudaba antes de emitir una respuesta. Era capaz, además, de atribuir estados mentales al otro, y sólo ocasionalmente cometía fallos a la hora de identificar una emoción básica en la expresión facial ajena. Pese a que al inicio del tratamiento prestaba menos interés del esperado hacia sus iguales, ésre aumentó conforme se entrenaron sus habilidades ciales. Es más, se evidenció que disfrutaba de la ación con los compañeros. Sin embargo, a este ecto, el pronóstico era desfavorable, pues a r de estas edades el juego se complica y depene un mayor número de reglas que han de ser cadas verbalmente. La afectación de Rachid ve1 receptivo hacía pensar que fracasaría en la prensión de las reglas, por lo que la mteracn con los otros se vería inffuida negativamente. I teligencia límite y discapacidad suma de una alteración pragmática y un 'ecutivo podría Uevar al lector a considerar uadro general dentro de la discapacidad inectual. Sin embargo, en este último grupo es ente encontrar diagnósticos que cursan con es pragmáticas apropiadas o casi preser' ocurre en el síndrome de Down, cuya telectual general, en la mayoría de los S, se encuentra afectada en un grado moderain embargo, uene en las habilidades sociales e sus puntos fuertes (v. cap. 9). El desatrola pragmática en los nifios con síndrome es similar al de niños igualados en edad ,si bien es cierto que se observan ciertas dides en aspectos pragmáticos formales como o del discurso conversacionaly la habilidad a (Mendoza y Garzón, 2012). otra parte, el desarrouo motor de Rachid lugar sin incidencias destacables y manejaba terid manipulatiw sólo un poco por debajo esperado según su grupo normativo. Como ha mencionado, su desempeño en pruebas darizadas le hizo obtener un CI manipulatierpretable como de inteligencia limite explipor la dificultad que le suponía la comprenerbal de las normas. ación secundaria a un trastorno ífico del lenguaje mixto babilidades fonológicas, morfosintácricas y cas eran muy superiores a las pragmáticas. , las áreas mencionadas, aunque no se en- contraban totalmente presemdas, evolucionaron de manera satisfactoria sin apenas intervención externa. Este desfase nos llevó a establecer como diagnóstico principai el uastorno . pmgmático. Sin . . embargo, no debemos olvidar que, con frecuencia. los ninos afectados oor TEL mixto. bien sea fonoló~icesintácticobien léxico-sintáctico. presentan en mayor o menor medida u n desempeño pragmático anómalo. INTERVENCIÓN. DESCARGAR EL MANUAL DEL USUARIO Objetivos y abordaje terapéutico de las dificultades de Rachid La evaluación inicial Uwó a que el tratamiento @ a ~ aen torno a los siguientes aspectos: entrenamiento cognitivo; comprensión verbal auditiva; pragmática, tanto en relación con las habilidades lingüísticas pragmáticas como en el uso funcional del lenguaje; y pautas para la familia. El entrenamiento cognitivo se focdiw en el funcionamiento ejecutivo. Racbid mostró dificultades para el aprendizaje de reglas como las secuencias de colores y la ordenación de series temporales que narraban una historia breve. No lograba abstraer la información relevante para solucionar la tarea, en parte por una disfunción en su memoria de trabajo y en el proceso de a m a lizauón. Una vez aprendida la norma, tampoco sabia aplicarla de forma flexible, y era incapaz de detectar y corregir errores. Al principio de cada sesión, dibujábamos las actividades que íbamos a realizar a modo de agenda de anticipación, ualiviandon la memoria de trabajo y reforzando así la secuenciación temporal de los acontecimientos. En relación con la capacidad de abstracción, le ensefiamos a extraer normas sencillas a parti~ de la observación y la corrección explícita de los errores. Fue preciso apoyarnos en material representativo (figuras, fotografías o dibujos) para que realizara dasilicaciones categoriales básicas (p. ej., instrumentos musicales frente a medios de transporte). Una v a adquirido este aprendizaje, pudimos iniciar la formación de conceptos abstractos como «diferente».Sorprendió la rapidez con que se benefició del uso de apoyos gráficos o manipulativos para entender las normas abstractas que no había aprendido de manera espontánea ni con el mero apoyo verbal. Finalmente, logró aplicar reglas sencillas y autocorregirse, lo que nos indicó una mejora en el aprovechamiento de la memoria de trabajo. La iniciación en el concepto de cantidad se Ilevó a cabo mediante el uso de material manipulativo (p. ej., números de gomaespuma y coches o golosinas). A los 6 años sólo fue capaz de aprender a contar un máximo de 5 elementos, a pesar de que había automatizado la secuencia numérica (al menos, hasta el número 20) y reconocía los números del 1 al 10. La variedad de material no fue suficiente para aumentar la baja motivación hacia esta tarea. En cuanto a su memoria de trabajo, usamos actividades que obligaban a Rachid a tener en cuenta el mensaje completo, pues tendía a considerar especialmente las últimas palabras que había escuchado. Comenzamos a estructurar las emisiones posicionando la información clave al inicio, manteniendo un orden gramatical aceptado en español. Otra actividad que perseguía el mismo objetivo consistía en solicitar ítems con características concretas que los diferenciaban del resto (p. ej., ¿dónde está el mufieco con camisa amarilla y pantalón azul?). Este aspecto mejoró ampliamente, pero sin llegar a alcmzar lo esperado según su edad cronológica; Rachid no podía comprender un cuento completo si no iba acompañado de apoyo gráfico o gestual. Las emisiones más largas colapsaban su capacidad de memoria de trabajo. Como se ha comentado, el menor tenía dificultades para controlar voluntariamente la dirección del foco atencional. Con el paso del tiempo, logramos que se mantuviera en la tarea casi al nivel de sus iguales. No obstante, cuando se basaba en material verbal, era preciso guiarlo hacia la actividad constantemente. Esto se sumaba al hecho de que trabajar la habilidad de comprensión verbal auditiva supone una ardua tarea. Recurrimos a diversas técnicas valiéndonos siempre de apoyos gráficos. Entrenamos la respuesta a preguntas de tipo «q» del siguiente modo: la terapeuta formulaba una pregunta a Rachid, y era la misma terapeuta quien contestaba. A continuación, volvía a realizar la pregunta e iniciaba la respuesta, pero no la cerraba, dejando al niño completar la contestación. Este apoyo se retiraba de forma gradnd. Una vez que dominaba la respuesta a un tipo de pregunta, ésta se mezclaba con otros tipos también dominadas, y así, la actividad suponía finalmente un entrenamiento en atención auditiva verbal. La comprensión verbal mejoró de manera notable pero, como ya anticipaba Bishop (19891, siem~remantuvo dificultades a este nivel en situaciones menos estmcturadas. La reeducación pragmática se inició afianzando el establecimiento de contacto ocular. Igualmente h e preciso enseñarle a captar la atención del adnlto, llamándolo por su nombre o tocando su brazo. También se entrenó la utilización del lenguaje con fines novedosos, como pedir ayuda: tras pocos ensayos, empleaba las peticiones «ayúdame»,«quita» o .no puedo» y las generalizaba a otros entornos. Además, intentamos fragmentar la información relevante a nivel pragmático para practicarla de manera segmentada y facilitar su cnmprensión. Materiales gráficos acompañados del modelo real sirvieron para afianzar la denominación e imitación de expresiones faciales. Una vez dominado este aspecto, se amplió la actividad incluyendo las variaciones prosódicas que deberían emplear los protagonistas de las situaciones presentadas. Dadas sus dificultades con el uso de los pronombres personales, parte del tratamiento se destinó a este objetivo. El uso del <yo))se trabajó en sesiones compartidas con otros riiños, inicialmente en respuesta a una pregunta: «¿Quién quiere un caramelo?*. La narración se entrenó mediante varias técnicas. En primer lugar, se emplearon tarjetas que representaban un cuento para que Rachid las ordenara y relatara los sucesos. Al principio sólo describía cada dibujo. Apoyándonos en el modelado, aprendió a usar nexos que historiaban la secuenda. No obstmte, esta habilidad no se generalizó del rodo al habla espontánea. Se recomendó a la madre que narrara los eventos cotidianos con un lenguaje sencillo: «Mamá coge la ropa sucia y la mete en la lavadora. Después, echa el detergente y le da al bocón.» La repetición de estas situaciones favorecía que Rachid pudiera unirse al relato. Además, pedimos a la familia que revisara fotografias recientes que sirvieran de apoyo gráfico para rememorar acontecimientos que pudiesen ser narrados con la ayuda de su hermana y su madre. El protagonismo de la reeducación pragmática lo tuvo sin duda el trabajo en sesiones grupales. I n i c i h e n t e , se estimuló el empleo del lenguaje social básico propio de esta edad: saludo inicial, despedida, preguntas habituales (p. ej., jcómo te ' llamar?,jcud~itoraño1 tiener?). Resultó complicado hacer entender a Rachid que, en ocasiones, era él ' quien debía hacer la pregunta; cuando lo instábamos a preguntar a otro niño, tendía a responder él mismo a la cuestión (p. ej., el terapeuta a Rachid decía: pregúntale a este nido cómo se llama. Y Rachid contestaba: Me llamo Rachid,. Una v a adquirido el patrón de manera correcta, lo ponía en marcha con mediación del adulto. Aprendió a escuchar la información relevante y a esperar su turno para no hablar mientras lo ii Tta~mrnopragmática del lenguaje bacía un compañero, no obstante, era preciso reconducirlo a la tarea, pues tendía a distraerse. Disfrutaba en los juegos de rol acerca de una actividad ficticia, como Vamosalnrmpkafios& Paco. en I la que Radiid asumía su papel de invitado a una fiesta de principio a fin. Con este juego, entrenábamos las conductas adaptadas ante situaciones sociales concretas (p. ej., comprar en una tienda, unirnos al juego de otros niños). Nuestro protagonista no mostró dificultad en la representación de la ficción en ningún momento. Como era de esperar, actuaba del mismo modo ante actividades de juego simbólico como «la casa de muhecasn, aunque apenas narraba la situación que él mismo proponía con los muñecos (p. ej., el momento de dar de comer al bebé). A los 6 años, los niños i n t e ~ e n e nya en juegos con normas complejas expuestas mediante instrucciones verbales. Rachid no era capaz de entender mensajes tan elaborados; su dificultad en comprensión verbal a u d i t i ~le llevaba a preferir actividades sencillas e individuales. En el gmpo, participábamos en juegos propios del patio de recreo para favorecer que se involucran en ellos cuando estuviera en el entorno n a m d (p. ej., canciones representadas, «pajarito inglés*, «juego de las sillasn). Radiid se implicaba en ellas pero, al cabo de un tiempo, siempre encontraba algo que llamaba su atención más que la actividad de juego. También tratábamos de hacer pequeñas namuones de acontecimientosreales que le habían sucedido a cada participante. Con objeto de entrenar las habilidades convenacionales, la terapeuta guiaba la situación de modo que los niños presentaran diversas cuestiones al narrador. Así, un niño comenta que por la mañana se ha caído en el colegio; la terapeuta insta a los compañeros a hacede preguntas significativas al respecto, como: j t e has hecho áafio?,jte ha dolrdo?, jhar Ilorado?, jguién te ha curado?,jtenías sangre? Gran parte de la actividad grupal se dedicó a trabajar competencias mentalistas. Por ejemplo, cada nuío debía decir lo que le pstaba y lo que no; esto quedaba representado en una pizarra. Después, tenían que identificar lo que gustaba o no gustaba al resto de los compañeros, y esperar la confirmación o corrección de cada nuío. Radiid aprendió rápidamente el funcionamiento de esta tarea y la resolvía sin dificultad. Las sesiones grupales, por su propia naturaleza semiestructurada, daban lugar a numerosas situaciones cómicas o dramáticas que facilitaban el entrenamiento en habilidades pragmáticas. Así, durante una de las úitimas tuvo lugar un hecho que, a pesar de su temática escatológica,no hemos querido dejar pasar debido al modo en que representalos aprendizajes pragmáticos adquiridos: durante una actividad en el suelo, la terapeuta detectó un olor procedente, sin duda, del descuido de nuestro protagonista. Al apuntar a Rachid como responsable, éste negó ser el agente y aguantó (con algún fallo) una respuesta de risa para evitar que su mentira fuera detectada. Anre la insistencia de la terapeuta, él acusó al compañero señalándolo y diciendo ha sido él. Este ejemplo evidencia cómo la conciencia social del niño le permitía saber que su acción no sería bien vista por los compañeros. Es más, detectó el carácter cómico de la situación (él mismo tuvo que reprimir una respuesta de risa). Además, contaba con suficiente capacidad mentaiista para adivinar que si los demás niños lo veían reír, sabrían que era realmente el responsable. Por último, hizo un uso ademado del lenguaje con objeto de salir airoso de la situación al culpar al compañero más cercano para evadir su responsabilidad. Finalmente, la reeducación de las rabietas que aparecían en el entorno familiar se UevÓ a cabo instruyendo a la madre en la técnica de extinción de conductas no deseadas, pues en el ámbito clínico y en el escolar nunca expresó su disconformidad de modo desadaptativo. Pronóstico La evolución que experimentó Rachid desde el punto de vista relaciond fue valorada como positiva y, aunque sus habilidades pragmáticas no le permitían comprender y responder alas demandas del entorno al nivel de sus pares, se desenvolvía de manera aceptable. Además, hemos de esperar cierta meiora esoontánea debido a Quelas áreas cerebrales responsables del funcionamiento ejecutivo (y, por consiguiente, del desempeOo pragmático) son de maduración tardía en e1 desarrollo neurotípico. Igualmente optimista se muestra Bisbop tras comprobar que el desarrollo general adulto es más favorable para el gmpo con TPL que pata el grupo con trastornos del esperno autista de alto funcionamiento (Gibson et al., 2013). No obstante, existe una cuestión de enorme peso que juega en su contra: la complejidad del mundo social y de los matices pragmáticos de la comunicación aumentará para él drásticamente durante los años venideros. No podemos anticipar si las habilidades pragmáticas de Rachid ~erán suficientes para salvar el increíble obstáculo que le espera. TRASIWRNOSDEL LENGUAJE ACTIVIDADES ACTIWOAD 16-1. Aprender a evaluar en neuropsicologíainfantil. Principales pruebas Como ya mencionamos en el capítulo, para que una evaluación del desempeño pragmático sea completa debe realizarse en un entorno natural, teniendo en cuenta las vertientes recepiiva y expresiva del lenguaje. En español existen varias pruebas que incluyen un apartado de valorac~ón de la pragmática. PLON-R. Prueba de lenguaje oral de Navarra revisada (Aguinaga, Armentia, Fraile, Olangua y Uriz, 2086) Se administra a niiios de 3 a 6 años, y el apartado USO de esta prueba hace referencia a la funcionalidad del lenguaje oral. Recoge los datos a partir de una primera tarea de expresión espontánea ante una lámina (puntuación:2, si describe onarra; 1. si denomina; 0, si no denomina), y una segunda tarea de expresión espontánea durante una actividad manipulativa (un rompecabezas en el que se trata de sacar todas las orezas exceoto una. aue se deja parcialmentea la vista). Tienen un tiempo establecido de 1 a 3 minutos. Se tiene en cuenta si el niño solicita información, si pide atención o si autorregula su acción tarea (puntuación: 1, si se observa una durante IU o más respuestas; 0,si no se observa ninguna respuesta). Batería del lenguaje objetiva y criterial (BWC) (Puyuelo, Renom, Solanas yWiig, 2002). Módulo de pragmática Diseñada para edades de entre 5 y 14años. contiene un módulo dividido en 13 apartados de 10 ítems cada uno que explota la pragmática, basándoseen cinco escenas diferentes de la vida diaria (1, la clase; 2, el recreo; 3, el zoológico; 4, la consulta del veterinario, y 5, el restaurante de comida rápida). Cada apartado o bloque evalúa y puntúa una habilidad pragmática diferente (1, saludos y despedidas; 2, reclamar la atención; 3, ruego. concesión, negar permiso; 4, demanda de información especifica; 5, demandas de confirmación o negación; 6, quién, qué, de qué, cuál, cuyos, con qué; 7, dónde, cuándo; 8.de quién, para quién,a quién; 9, por qué, cómo; 10, hacer comentarios, mostrar aprobacióny desaprobación; 11, requerimientos directos de acción; 12, reqyerimientos indirectos de acción, y 13, protestas).Cada uno de los items se puntúa como 1, acierto; 0, error, o N, nula. Posteriormente se calcula la puntuaciónglobal del módulo. Children's CommunicationOlecklid-2 (CCC-2) (Bishop, 2003) Se administra entre los 4 y los 16 años de edad. El cuestionario incluye 70 items que se clasifican en 10 asoectos: habla: inteliaibilidad v fluidez: sintaxis; semántica; coherencia; introducción inadecuada; lenguaje estereotipado; uso del contexto conversa1 cional; comunicación no verbal; relaciones sociales. e intereses. Está disenado para ser cumplimentado por los padres o cualquier persona que haya estado en contacto habitual con el niño durante, al menos, los últimos 3 meses. Este inventario se puntúa siguiendo una escala de tipo Likert de O a 3, teniendo en cuenta la frecuencia de la conducta valorada. Permite extraer dos puntuaciones compuestas: problemas de interacción social (SIDC: índice de pragmática [E+F+G+Hl menos índice de lenguaje estructural [A+B+C+D]) para identificar a niños con dificultades pragmáticasy sociales desproporcionadas en relaciun con su discapacioad en el lenyua;e esrruct~ral.v aeneral comunicativa (CGC: indice de pragmática Í&F+G+H] más índice de lenguaje estructural [A+B+C+DI), que ayuda a detectar a aquellos con problemassignificativos del lenguaje. 1 J Ejercicio 1. A partir del caso expuesto y los co- . . . ' nocimientos teoricos re sentad os, señale las áreas del CCC-2 que identificarían los puntos fuertes y débiles de Rachid. I1 Acrivion~16-2. Planificar la intervención en neuropsicología infantil I Los niños con alteraciones linguísticas a nivel comprensivo se benefician de los apoyos gráficos Adams C. Clinical &gagnostic and i n t e m t i o n s n i d i s of diiidren with semanúc-piagmaric language disorder. Inr J h g CornrnDi 2001;36:289-305. Bishop D. Aurism, Asperger's syndrorne and sunanric-pqmatic disorder: Where are &e boundarics? Br J Disord Commun 1989;24:107-21. Bishop DVM, Norbury CE Exploring the boiderlands of autistic disorder and specific languagc impaimenr: a snidy usingsendadised diagnosric inarmments.J Wiild Psydiol Pqchiauy 2002;43:917-29. Buim-Navame JJ, Adtián-Toma JA, González-Sánchez M. Maricadow neurocognitivos en el crasrorno espcafico del Icnguaje. Rw Neuml2007;44:326-33. Gibson J, Adarns C, Lockton E, G r e n J. S a ú a i wmmunication disoder ouaide autism?A diagágnorric dajsification para entender los mensajes. Consulte los recursos libres existentes en internet como los faciliados por la web Disfasia en Zaragoza (httpJ/www.disfasiaenzaragoza.comfl. J Ejercicio 2. Elabore un depósito de imágenes que pueda ser utilizado para reeducar la expresión emocional verbal. ACTIVIDAD 16-3. Para saber más Para ampliar información acerca del trastorno pragmdticodr lenguajecontamos con cl coinp eto texto en casrellano. citado en la hiblioqrafia. de ~ o n f o ret t al. (2004), quienes realizan uná exhaustiva revisión del trastorno desde el punto de vista logopédico. Por su parte, Monjas incluye un extenso número de objetivos para reeducar las capacidades en su libro: .praqmáticas Monjas MI. Programa de ensehonra de habilidades de interocción social (PEHIS). Madrid: CEPE, 2009. J Ejercicio 3. Diseñe una actividad grupa1 para cuatro niños, teniendo en cuenta las necesidades de Rachid en el plano pragmático. approach to ddinearing pragmaric language impsirment, high funcrioning autisrn and speúfic knguage unpaúment. J Chiid Psydioi Psychiauy 2013i54:1186-97. Mendaa E. Tranoino wpeafico del lenguaje (TEL). Madrid: pragmáticos? Rw ~L1cnaFonoaudiologia 2012.11:3756. Miyake A, Friedman N, Emerson MJ, W i a ü AH, Howerter A. 'Ihe uniuniry and diverriryof executive functions and thcir wnuibutions <o ~ o m ~ufrantal l u lobe» &: alatent vanable analysis. Cogn Psydiol2000:41:49-100. Monforr M. NiOos con déhcir sunántico-pragmático. R w Logop Fon Audiol2001;XXE188-94. Monfort M, Juára Sánchn A, Moniorr Juárea 1. Ninos con trastornos pragmáticos del lenguajey de la comunicación. Madrid: Enrha, 2004. Btoaue VI Trastornos del espectro autista Capítulo 17 Trastornos del espectro autista Una vrs~ónactual Capítulo 18 Autismo El srlencio y la opaodad Capítulo 19 Síndrome de Asperger Suspenso en recreo Una visión actual J. Marios Pérez y M. Á Burgos Pulido 1 OBJETIVOS DE APRENDIZAJE Al finalizar el capítulo el alumno será capasde: & m Conocer las teorías que en este momento intentan explicar las diferentes características de estos trastornos y su perñl neuropsícológico. que permitirá una lecturaadecuada de los capítulos del apartado. INTRODUCCI~N Una vez wmentk que tener shdmme de Asperger yla sensación de que nunca logaria wngeniar wn personas que no fueran de mi familia me p r e o ~ p a k La . gente me daba miedo. Aún me lo da bastanre... B., 23 d o s (Marros et al.,2012) y Judith Gould. Esta nueva concepción dimensional da cuenta de un conjunto de alteraciones que pueden variar enormemente de un individuo a otro. Así, en un exuemo del espectro podemos encontrarnos a personas en las que el cuadro de autismo se acompaíia de discapacidad intelectual Se han tenido en cuenta, esencialmente, dos 1. El diagnóstico del TEA tiene una inequi- típico o con otros trastornos mentales que no son del espectro autista, lo que permite su identificación y reconocimiento como etiqueta diagnóstica. En cambio, no ocurre lo mismo cuando la comparación se realiza dentro de los subgrupos que integran los trastornos generalizados del desarrollo que seguían los criterios descritos en el DSMN-TR (APA, 2002). 2. La categoría única de TEA permite describir variables individuales a partir de la inclusión de especificaciones clínicas (p. ej., gravedad, babilidad verbal, etc.), así como de alminas características asociadas (alteracionesgenéticas, epilepsia, discapacidad intelectual, etc.). También considera otros factores, como la etnia, el sexo o la cdtura. Todo ello posibilita elaborar un perfil bastante personalizado de la forma en que se presenta el trastorno en cada afectado. La nueva propuesta del DSM-5 para los TEA cuenta con detractores y no está siendo asumida de manera clara y homogénea por distintos sectores implicados o afectados, ni por algunos investigadores de prestigio en el campo del autismo. Una de las críticas considera mucbo más restrictivos los criterios, lo que puede determinar que algunas personas y familias tengan mayores dificultades para conseguir los apoyos necesarios en recursos sociales y económicos (en la medida en que puede que no alcancen dichos criterios exigidos para recibir el diagnóstico). Otras críticas lanzan sus dardos en relación con la posible arbitrariedad de los cambios que se producen en las distintas versiones de la clasificación de los trastornos mentales que Ueva a cabo la APA. Por otro lado, está el propio colectivo de personas con síndrome de Asperger (y las asociaciones y servicios que se han ido creando a lo largo de estos anos) que han levantado la voz en defensa de su oronia idiosincrasia. w m o ocurre con el movimiento que se ha venido a denominar «neurodiversidad» o movimiento en favor de los derechos de las personas con autismo. Desde estos colectivos se defiende la concepción del autismo como una variación del genoma humano que da lugar a un perfil neuropsicológico diferente, pero no por ello necesariamente deficitario 1 1 MARCO TEÓRICO DE LOS TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA Cuando se habla del oerfil de funcionamiento neuropsicológico de las personas con TEA es necesario remitirse al conjunto de teorías explicati- vas de las que disponemos en la actualidad. Dado el carácter introductorio de este capítulo, se hará de manera sintética. En Espaíia existen ya muchas publicaciones en las que es posible adentrarse en las características centrales del autismo para comprender las dificultades que subyacen a las funciones mentales que posibilitan el aprendizaje y la incorporación de habilidades complejas de interacción, comunicación y simbolización, y que son esperahles en un desarrollo ontogenéticn normal. En las personas con TEA está documentada una d$cultadpara mentalizar. El grupo de BaronCohen está detrás de esta posición (Baron-Cohen eral., 1985; Wheelwright, 2005). Con este término se hace referencia a la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de imaginarse lo que piensa y lo que siente y de comprender de manera intuitiva estados mentales como las creencias y los deseos. Las dificultades en esta habilidad, que evolutivamente se va construyendo en el desarrollo normal, pueden explicar muchas de las alteraciones sociales y de comunicación que presentan las personas con TEA. Hay que decir, no obstante, que la competencia de mentalización mostrará distintos niveles de gravedad y ello remite de nuevo al concepto de espectro autista. En un extremo de ese continuo, en los casos de mayor afectzción, aquellos en los que el autismo se asocia con grave discapacidad intelectual, es muy probable que los fallos en mentalización sean permanentes e incluso que ni siquiera emerjan muchos de los hitos evolutivos previos a esa capacidad. En el otro extremo, los casos de alto nivel de funcionamiento o con síndrome de Asperger, en los que esas carencias vinculadas al trastorno se pueden suplir con el aprendizaje y las experiencias guiadas, el mendismo será lento, poco eficiente o eficaz y carente del dinamismo que exigen las interacciones cotidianas. Las dificultades en mentalización pudieran tener, en el marco neuropsicológico que se está recogiendo, poco poder explicativo para dar cuenta de los comportamientos no sociales en los TEA. Por ello, recientemente, Baron-Cohen (2010) ha propuesto la teoría de la empahh-sutematimcidn, que incide tanto en las procesos deficitarios como en las habilidades excepcionales, proponiendo que junto a las dificultades en empatía (mentalización) existe un proceso diferente que está intacto o que incluso es superior. A este proceso lo ha denominado sistematización. Droceso aue nos permite analizar las variables de un sistema, construir uno de cualquier tipo y entender las reglas que gobiernan su funcionamiento. Desde esta . mo un patrón desigual de inteligencia (buenas mpetencias en algunas habilidades y rendimienpobre en otras) también se han explicado desde se entiende un estilo de procesamiento de formación y, más wncretamente, la tenden- centra se explica teniendo en cuenta los tres aspectos siguientes: en primer lugar, se plantea que más que un déficit en el procesamiento global lo que existe es un procesamiento local superior; en segundo lugar, se wnsidera la coherencia central débil como un estilo wgnitivo, y en tercer lugar, una débil coherencia central no trata de explicar todos los aspectos de los TEA, sino que más bien se postula como una parte de la cognición que se observa en ellos. Otra posición teórica y una explicación wgnitiva ampliamente aceptada wnsidera al autismo y los TEA como una dufinczón ~ e m t i v a(Russel, 2000). Se establece una similitud entre las manifestaciones clínicas que presentan los TEA y las exhibidas por las personas que han sufiido una lesión en el lóbulo frontal. En el caso del autismo se trataría de una alteración en el desarrollo y la maduración de estas regiones frontales. Desde esta posición se explicaría la mayor parte de, por no decu todos, los síntomas protorípicni que Fe observan en los TEA, como el deseo de invarianza ambiental, la dificultad con el cambio de aten- ción, la rigidez y la tendencia a la perseveración, la pobraa en la iniciación de nuevas acciones, las conductas repetitiw y estereotipadas y la ausencia en el control de impulsos. Se han documentado fallos o un rendimiento pobre en muchas de las habilidades que se considera que forman parte del funcionamiento ejecutivo (p. ej., planificación, memoria de &ajo, monitorización de la acción, m.).No obstante, en el momento acd conviene tener en cuenta que existen algunos problemas que debe resolver esta teoría: en primer lugar, la falta de wnsenso acerca de qué aspectos de las funciones ejecutivas están alterados en el autismo; en segundo lugar, los fallos de función ejecutiva también se encuentran en otros trastornos, lo que limita el potencial explicativo de esta teoría y, en tercer lugar, dichos déficits en función ejecutiva no se dan de manera universal en autismo, en cuanto que algunas personas (autismo de alto nivel de funcionamiento y síndrome de Asperger) resuelven de maneta similar a sus controles determinadas tareas concretas en este ámbito. Por último, se ha propuesto la hipótesis de dé$clt mrütple, opuesta a la concepción teórica de continuolespectro, y que se fundamentada sobre la existencia de subgrupos dentro de él (Pellicano et al., 2006). Así, el autismo sería un complejo de trastornos copitivos con alteraciones en mentalización, coherencia c e n d y función ejecutiva. Ahora bien, se postula que las personas con TEA pueden verse afectadas de manera diferente en estos tres dominios, que también se consideran independientes. Este enfoque tendría implicaciones importantes en ámbitos tan r e l a t e s wmo el diagnóstico (p. ej., individualizado y apropiado a la heterogeneidad categorial existente en los TEA), el tratamiento (p. ej., un abordaje a la carta) y la necesidad de establecer subgrupos y subclasificacionesde los TEA, lo que debilitarla el estatus del autismo como un espectro de trastornos. DIVERSIDADY CONTINUIDAD EN EL ESPECTRO AUTlSTA En los capítulos siguientes nos adentraremos en la casuística concreta de los TEA. Con la descripción de Felipe, en primer lugar, se ha elegido intencionadamenteel caso de un niM que se sitúa en la zona intermedia del espectro y que, wmo sugieren los autorey, se cnmponde de manera más fiel w n las caracteristicas descritasinicialmente por Kanner (1943). Felipenos mostrarálos síntomas h a b i d e s I de la mayoría de los casos en su presentación wmo I TEA. De su mano nos permitirá wnocer insmmentos de cribado o detección temprana, así wmo el proceso de valoración en las áreas del desarrollo que se alteran cualitativamente en el auúsmo y el uso, en el proceso diagnóstico, de un instrumento wmo la Autiihn Diagno~cObseruation Schedule (ADOS). La intervención que se ha llevado a cabo w n é l da cuenta de los objetivos que raracteizan d matamiento de los ninos pequeíios y los programas que se han implementado hasta llegar a su situación actual. Con César se nos sitúa en el mundo de los autistas de alto nivel de funcionamiento: los niaos con síndrome de Asperger. El capítulo se inicia li dando cuenta de la breve trayectoria de vida que ha tenido este síndrome en los manuales de diagnósuco y describiendo las características que definen los trastornos que se sitúan en la patte del espectro sin discapacidad intdecmd y, normalmente, con mejor evolución y pronóstico. Como en el caso anterior, tendremos oponunidad de conocer otros instrumenros de evaluación, como la Entrevista para el diagnóstico del autismo, edición revisada (ADI-R) y el peculiar, por momentos sorprendente, funcionamento de César en las distinta áreas del desarrollo que se evalúan. El tratamiento y la intervención que se ha llwado a cabo también se detallan con objetivos y programas que son más propios de este tipo de casos. autismo se acompatia de discapacidad inteLa actual propuesta de definición de los traslectual, marcado retraso o incluso ausencia de tornos del espectro aubsta ( E A ) engloba lenguaje, y otras que presentan un alto potenuellos trastornos del neumdesarrollo que uyen, además de aiieraciones en la comucial cognitivoy lenguaje acorde con la edad. ción y la interacción social, la presencia de e Diferentes aproximaciones teóricas pretenden ones de comportamiento, intereses y actiexplicar las características de este trastorno, des restringidos,asicomo otras manifestadestacando las que proponen un déficit en esclinicasaue ~uedenvariar enormemen-entalización. un deseauilibrio entre las habite de un individuo a otro. Dentro de los TEA, por lo tanto, es posibl Il 1' l l l I ~ n w smiz. , B~1ou-6henS. Auti9m y siodtomc de Xspergcr Mddd: &ama+ ZOLO. BarenGkm S, IpsiieA, Ftth U. Doas die auaghc W h m a&my ofd &@non 1985;21;37&. Fnrh U.Auusme: %u una +icaciÓn dd enigm- 3 ed Madrid:AIm 2013. He&R W mgnitive d&at oi qmuw wle?Tm& Csgg Sa 1999,@$1&22 of &CCLVC -m. Nerwua Eawm L. .&&jc Chiid 19&'3:217-50. Mums J. A*& R,Ghh PrelteS,UorcmrM. El sin- PJlieam E, Mrybery M. DUtkio K, M+ A Mddpk ~ognitiwm&ili>tiel& in LhiIdm ?vi& an audw specaum W e r rwrala central mhmmee and rtr iekrionskip m &e sf mmd and arenibe mnuol. Dr. ~ & ~ ~ a t h 2~06:i~,n-98. oi Rusel J. W audpmo toma m o m o & k fun& qmupdi dit ton al a r a p & ~ ~ ~ 1 20 c00a. o ~ Wh&n&t -cm, S. skummzmy e x l w t y a i IOs uastomas <t. aufista. En;káxtosJ, G9ld=Bd, U o m t e M? NiwC &.&cm ~crarmüarenauúsmo:e~IÜairoe hoy, M.Imsevo-AWA, 2bb5. El silencio y la opacidad R. Carrillo de Albornoz Morales y J. Martos Pérez Al nnaiizarel capitulo el alumno será capaz de: Conocer cómo es la aparición y presentación del autismo. Detectar los principales indicadores d e riesgo y d e alerta temprana. 1 Identificar y describir la característica tríada d e alteraciones q u e configuran la peculiarforma d e ser y funcionar d e las personas con autismo. Explicar d e manera fundamentada los objetivos esenciales d e la intervención y el tratamiento en niños pequeños con autismo. * m INTRODUCCIÓN características que identificó como comunes a los casos que pasaron por s u consulta. Había una marcada limitación de la actividad esEn este espacio d e tiempo, el autismo h a vepontánea. Deambulaba sonriendo, haciendo movinido librando (Y ganando) batallas en una guerra mientos estereatipados con los dedos, C I ~ ~ ~ ~ ~enO I O S el aire. Movía ia cabeza de un lado a orro, susurrando O que le permitiera erigirse como una entidad clítararada la misma melodía de tres nota. Giraba con nicanente bien definida y diferenciada El arma gran placer cu'quier cosa que pudiese girarse. * i b a fundamental con la que ha contado ha sido y sigue cosas al suelo, deleitándose con los sonidos que hacían. Agrupaba mentas, palos o bloques en grupos de diferentes series de colores. Cadava que terminaba una de esras actividades, griraba y saltaha arriba y abajo. Más allá de esto na mosmó iniciativa. reauiriendo órdenes :riniliitlra t.!<. ski iiirdrr, par^ cudquirr iipu d. r.-.ihiieinii raieoaoaurisra.incapacioaopara estdb ecer relac~anescan lar persona5 \¡dad qu: nii fiicr.,n .o< i i i i . r ~ r .lim>ri<l<,i ~ ' n lo, L I ~ I . , ciiin.. .ibruri.>. Deseo obsesivo de invarianzd arnbientdl r Memoria excelente E l c m rk Donaid Leo Kanner (1943) Buen ~otencialcorinitivo ~ s p e i t fisico o normal yfisonomía inteligente Hipersensibilidad a los estimulos Han transcurrido ya siete décadas desde que Retraso y alteracion en la adquisicion y el uso Kanner (1943) publicara su articulo semind: Perdel habla y el lenguaje. Mutlsrno o lenguaje turbaciones autü*tr del contacto afemuo, donde, sin intencióncomunicativa real por primera vez, se caracterizaba nosológicamenLlrnltaclones en la variedad de la actividad r~ PI trastorno autisfa (micidmente denominado espontánea Aparición de los primeros sintmas nautismo infantd precoz»). E n la tabla 18-1 están recogidas, de manera sintética, las principales II TIUSTO~OS DEL ESPECTRO AUTLSTA I siendo la investigación, tanto en el plano neuropsicológico como en el neurobiológico. De hecho, y dadas las alteraciones o desviaciones cualitativas que suhyacen al trastorno, todavía sigue siendo uno de los campos más fértiles y productivos que existen para la investigación en neurodesarrollo. No obstante, conviene dejar constancia del poderoso efecto que también han ejercido, sobre todo momentos, los movimientos asoen los ciativo~y la creación de colectivos de padres en distintos lugares del mundo. Una de las rimer ras batallas v. un gran obstácu. lo con el que tuvo que enfrentarse la comprensión y el abordaje del autismo (y desafortunadamente aún se observan momentos de resistencia incluso en lugares de nuestro país) ha sido el grave error en la consideración etiológica del trastorno que se desprenda de las concepciones psicodinámicas, predominantes en las dos primeras décadas y hasta comienzos de la de 1970. Las hipótesis psiwgénicas, que ponían el acento de una u otra manera en la culpabilidad de los padres, no sólo hicieron mncho daño a los propios padres, sino que impidieron seriamente el desarrollo de la investigación y de los procedimientos de educación e intervención efectivos. Afortunadamente. el trabajo científico de autores ya clásicos como Rutter et al. (1984) contribuyó a establecer los criterios esenciales para el diamóstico v sentar las bases para las definiciones que w n posterioridad se han plarmado en los manuales de clasificación de trastornos (Manual diagnóitico y estadhtico de los tratomor mmtaler [DSM], de la American Prychiammc Auociation [APA]) y enfermedades (Chificación Internacional de Enfmedzdpx [CIE], de la Organización Mundial de la Salud [OMS]). Un avance muy significativo lo constituyó considerar el autismo como un trastorno del desarrollo, en el que se producen alteraciones o desviaciones cualitativas en ámbitos de funcionamiento que definen de forma muy característica al ser humano. Ello propició que, a partir de la 3a edición (DSM-111) y, en especial, de la versión revisada (DSM-111-R), el autismo y otros trastornos similares de presentación temprana, en los que se afectan el surgimiento y la adquisición de las funciones psicológicas, que en el desarrollo neurotípico se gestan en los primeros años de vida, tuvieran entidad propia y se desligaran con clara rotundidad de la psiwsis y los trastornos psicóticos. Los trabajos de Lorna Wing et al. (i. e., Wing y Gould, 1979) estableciendo la conjunción de déficits en dominios como las competencias sociales y de relación, la comunicación y el lenguaje, y la ac- tividad simbólica e imaginativa, que se ha venido a denominar «la tríada de alteraciones», sentaron las bases para el concepto de «espectro autistan y la nueva y acmd concepción dimensional -que no categorial- del autismo. Se construye así la idea de un continuo de trastornos en los que un factor determinante como la gravedad puede dar cuenta de la heterogeneidad en la presentación sindrómica, con casos que van, en uno de los extremos, desde una gran afectación, en los que suele ser muy hahitual que el trastorno autista se asocie w n una importante discapacidad i n t e l e c d a, en el extremo opuesto de las dimensiones que se manejan, otros casos sorprendentes, con muy buenas wmpetencias en algunos ámbitos de funcionamiento, con inteligencia conservada o por encima de la media, un adecuado desarrollo del lenguaje y presencia incluso de habilidades especiales. Son ejemplos de lo que se denomina autismo de alto funcionamiento síndrome de Asperger (v. cap. 19). En este caoítulo hemos elegido intencionadamente la historia de Felipe, que se sitúa, aproximadamente, en la zona intermedia del espectro y que suele corresponderse de manera más fiel w n las características descritas por Kanner. Felipe nos va a permitir descubrir la sorprendente similitud que existe en la presentación del trastorno autista en la mayor parte de los casos, así como wnocer algunos de los instrumentos que se usan en su diagnóstico y valoración. Además, en el plano del tratamiento, Felipe también nos ayudará a entender cómo se construyen los primeros objetivos focalizados en el funcionamiento nenropsicológico que seria esperable en un desarrollo típico, por ejemplo, el uso de la mirada y la atención, los mecanismos de acción y atención conjunta y el acceso a los primeros símbolos. o - PLANTEAMIENTO GENERAL DEL CASO. UNA HISTORIA QUE SE REPITE UNA Y OTRA VEZ El "¡no parece muy inceligenre, jugando con los jugueres en la cama, y muestra adecuada curiosidad por los instrumentos utilizadas en el mamen. Parece basranre autosuficiente en su juego. Es difícil decir con cerreza si oye, pero parece que si lo hace. Obedece órdenes como usiéncaten o «túmbate,,,indusa cuando no ve a la persona que habla. No presta atención a la conversación que se entabla a su alrededor y, aunque hace ruidos, no emite palabras recanocibles. E l c m de Richard. L o Kanner (1943) Felipe tenía 2 años la primera v a que acudió a consulta. Era el segundo hijo (en ese momento su hermana tenia 9 años) de una pareja sin antecedentes personaes o familiares de auusmo. El embarazo y el parto fueron normales. La adquisición de hitos motores también se reaíii dentro de los parámetros esperables en el desarrollo normal, induso un poco precoces, porque comenzó a andar a partir de los nueve meses y medio. En este punto es conveniente señalar que es bastante infrecuente o inusual que se observe en el autismo un retraso en la adquisición de hitos motores que pudiera ser significat~vo.De hecho, su ausencia es uno de los elementos que caracterizan el fenómeno que se ha dado en denominar «disarmoníaevolutivau, que es prototípico del trastorno, es decir: mientm algunas áreas del desarrollo están intactas o relativamente intactas, en ouas se observa un retraso, alteración o desviación significativa. Aunque los padres describen un desarrollo general en apariencia normal hasta aproximadamente los 2 años de edad, de manera retrospectiva hforman de que detectaron un escaso inretés en los juegos típicos que se hacen con bebés. Asimismo, no observaron la aparic~ónde la conducta de señalar que, de manera natllcal, suele emerger desde el año en adelante o induso 1 o 2 meses antes, ni de manifestaciones comunicativas con finalidad de enseñar, mostrar o compartir con el otro, que también son muy evidentes en el desarrollo normal, a partir del primer año (y que generalmente suelen evidenciarse a través de la conduma de seiialar). Otro aspecto que refirieron es que no se produjo la evolución esperable desde los primeros balbuceos (que induso eran pocos) hasta las primeras palabras y el lenguaje. Es el pediatra de la sociedad médica a la que pertenece la familia el que alerta un poco antes de los 2 años, sobre posibles difcultades en el desarrollo. Obsem escaso o prácticamente nulo contacto ocular, presencia de lo que se ha denominado sordera paruhjica aparente -el niño parece sordo, aunque realmente no lo es, al no responder al nombre o a las órdenes que se le dan, pero sí lo hace a otros estímulos andiuvos (p. ej., la telwisión, con algunos programas de dibujos animados)-, ausencia de lenguaje, así como de interés en la relación con ouos niños, y conductas de aislamiento. A Felipe ya se le habían practicado algunas exploraciones médicas complementarias en ese momento: un electroencefalograma y pruebas auditivas como una audiometría y potenciales evocados auditivos, en las que obtuvo resultados dentro de la normalidad. Asimismo, los padres informaron de que recientemente se les había su- gerido que contaaaran con la unidad de atención temprana. La historia que cuenran los padres de Felipe se repite una y otra vez, con pocas variaciones, en la manifestación de las dificultades que disparan la alarma sobre un posible trastorno del neurodesarrollo asimilable a un trastorno de espectro autwa (TEA) (Martos et al., 2008). En realidad, estamos ante una presentación bastante prototipica, en la que induso pueden encontrarse diferencias con otros trastornos próximos también de inicio temprano. Es importante, pues, retener las señales de alerta al objeto de que se produzca una derivación lo más precoz posible hacia servicios especializados en el diagnósrico de los TEA. A los 12 meses de edad ya &te un conjunto de estas seIíaies que son muy relevantes: pobre contacto ocular, disminución de la mirada a la cara de los otros falta de respuesta al nombre, ausencia de la conducta de seíialar, de rnosttar cosas y de compartir intereses, así como escaso hterés en la relación interpersonal. PROCESO DE VALORACIÓN. ALTERACI~NCUALITATIVA EN ÁREAS DE FUNCIONAMIENTO CARACTER~STICAMENTEHUMANAS Mientras se realizaba la entrevista a los padres, previa a la valoración propiamente dicha, Felipe permaneció entretenido con lápices y bolígrafos que estaban a su alcance, uno o más en cada mano, centrado en una actividad reiterativa de aproximarlos entre sí para que se tocatan las puntas o las superficies. En ningún momento de la entrevista estableció contacto ocular con ninguno de los adultos presentes. Tampoco manifestó conductas comunicativas que implicaran mosuar o enseñar algo a los adultos ni compartir algo con ellos. Esta misma actitud es la que manNvo en la fase de valoración, mienuas no se le dirigiese activamente o se le proporcionase una tarea esuuaurada y directiva; es decir, permanecía «a su aire», indiferente a las personas y e n h c a d o en la actividad repetitiva de coger objetos que emparejaba, colocaba juntos o hacía que se tocasen por las superficies. En ocasiones realizaba esta actividad alternándola con la conducta de mirar una de sus manos mientras flexionaba el dedo índice. Sólo tenía en cuenta a las personas cuando las necesitaba para algo, siempre y cuando no pudiese conseguir lo que deseara por sí mismo; así pues, hacía un uso instrumental de los otros, como si fueran herramientas que le posibilitaban acceder a aquello que quería, pero sin siquiera mirarlas. El contacto ocular espontáneo era prácticamente inexistente; se detectaba, aunque con baja frecuencia y de forma esporádica, ante algún juego interactivo de carácter circular que, aun siendo de su agrado, no demandaba continuar ni siquiera de manera instrumental. Tampoco se observó seguimiento de la mirada, mirar dónde setíala el otro y, por lo tanto, se consideró ausente la habilidad de atención conjunta como respuesta en su repertorio; asimismo, en ningún momento mosuó conductas que implicaran establecimiento de habilidad de atención conjunta como iniciativa, es decir, cualquier intento por su parte de atraer la atención de un adulto hacia un objeto que ninguno de los dos está tocando y que no es con el propósito de pedir algo. Cuando se le ofrecía, de maneta dirigida, alguna actividad manipulativa, se implicaba brevemente y de forma elemental con acciones básicas, como encajar figuras geométricas, tareas sencillas de ensartados o construcción de torres. La competencia en estas actividades, no obstante, se correspondía con lo esperable para su edad. Felipe presentaba una evidente alteración cualitativa en la interacción rocial. En lo que respecta al desarrollo de la comunicación y el lenguaje, Felipe mostraba una clara alteración cualitativa, con ausencia de lenguaje expresivo y presencia ocasional o muy esporádica de algún sonido o balbuceo de carácter repetitivo y sin funcionalidad. La comunicación se restringía a la realización de actos insuumentales con personas con una función exclusiva de petición, es decir, con carácter imperativo (con precisión habría que decir «protoimperativos», puesto que no había lenguaje expresivo). Se constató, además, la ausencia de la conducta de setíalar. Cuando se le proporcionaba ayuda, podía observarse una relativa facilidad para modelarla físicamente, tocando el objeto que deseaba, pero no lo hacía de forma espontánea. No se detectó comunicación con la finalidad de mostm, enseñar o compartir con el otro, es decir, comunicación con función declarativa («protodedarativa». porque, como se ha comentado, no existía lenguaje expresivo). La comprensión del lenguaje también estaba alterada, restringida a un reducido número de órdenes sencillas y, en gran parte, contextualizadas o ligadas a las rutinas en las que realizaban dichas órdenes; aun así,rnzntpnia cirrta inronii~r~ncia en la respuesta a esas órdenes sencillas, al igual que ocurría con la respuesta al nombre. De manera similar, manifestaba una marcada dificultad en la comprensión y comunicación no verbal, mientras que no se observó el uso de gestos para compensar la ausencia de lenguaje. También se constató una clara alteración en la actividad simbólica e imaginativa, sin que ésta existiera propiamente como tal. Incluso el uso funcional de objetos y juguetes estaba limitado y restringido. Más bien presentaba la tendencia a realizar actividades reperitivas con ellos, como las que se han mencionado, junto con la ptesencia ocasional de manierismos de manos y dedos. En la valoración realizada también se observó una conducta de bruxismo frecuente. Como instrumento diagnóstico se utilizó el módulo 1 de la Escala de observación para el diagnóstico del auúsmo (ADOS). Este instrumento recoge un protocolo estandarizado de observación, basado en los criterios del DSM y la CIE, que evalúa las dificultades sociales y comunicativas que son características del autismo, y puede usarse desde los 2 anos hasta la vida adulta. En la tabla 18-2 se recogen las puntuaciones obtenidas por Felipe en el algoritmo diagnóstico del módulo 1 de la ADOS. (En la tabla 18-3 se enumeran otros instrumentos de cribado y evaluación de áreas relevantes para la detección y el diagnóstico de los TEA.) ¡Bienvenido, Felipe! Tenía poco más de 2 años cuando iniciamos la intervención. Felipe entró con su madre en el aula, observador aunque cauto. El primer paso en cualquier intervención es el establecimiento de una relación de confutnur entre niño y terapeuta, así que, con ese objetivo central en mente, le ofrecimos un gusanito de azúcar y funcionó (rara vez falla). A partir de ahí, Felipe se despegó de las faldas de su madre y empezó a participar. Hasta ese momento había explorado la clase con la mirada y nos había esaltadon; no éramos de su interés. En las primeras sesiones se debe conseguir la adaptación del nitío y que acuda contento a las citas, que entienda que en aquel contexto la figura de referencia es la persona que lleva a cabo la intervención, y establecer las pautas de funcionamiento y las normas de la relación terapéutica. Esto hará que sepa en todo momento qué está permitido y qué no; le dará la capacidad de anticipar a qué viene y le ayudará a interactuar con quien dirige las sesiones, sabiendo que en ese Tabb 18-2. Puntuac1on.s obtenldaa por k l l p s . n e I algoritmodel módulo 1d.a l para el dlagnbrtlcodml autismo (ADOS) Exala d.ob~wati6n ".ihtad0 visual inusual 81 2 83 2 ~ ac0mpaR:idum r la interacciotj 65 T ?5fnl R9 2 - 1 Tabla 18-3. Algunos lnrtrumentosdedctacdbn delos trastornos del espectro autista CherxiistlntAuDrm ni Toddlerr (CnATI. 8-enos indicadores en famlol paralcloíae;~egosimbólico y atcncion ronjdnta A td erprrific daa y pobre renr;bi ioao. Se ap ica a o= l. 18 mewr Mod8írd-C~eckiirr forAut8rrn in Toddleir IM-CHAI').Mantiene lo5 itcrn, oel CHAl y atiadc 14 items. Mqora la scnr oi idad. Se ap icd entre los 18 y os 30 me,?, 8 Quantitative-Checkiist ForAutism in Toddlerr (Q-CHAT). Aún no se han publicado propiedades psicométricas. Se aplica entre 105 16 y los 30 meses , PervasiveDeveloprnent~iDi10rder15creeni~gT=tPho>yCareScreener (PDDST-11). Está diseñado para ser usado en tres niveles dedetección. lndicer aceptables de sensibilidad y menores en especikidad en el nivel 3. Se aplica entre los 9y los 24 meses m (ornm~nirorion andSymbolicReli<ivia~r Scok, De~~elupn~erit<il~rofil~s (CSBS-DP Mwhor \tern,'ond$fereiv\as 51gnlficnrvar con contruler no,mdle, y ninos con d Tic" IJdei com..nicativa%, nqu ,tirar y r ~iibolirasAltos valore5 Am~srnObservatronScaleforlnfants(AOSI) Esta ideado para una detección muy temprana.Valor aceptable de sens~bilidady alto de especificidad.Se aplica entre los6 y los 18 meses , Screenrng Tool forAurism in Two YeorDid (STAT]. ftems adecuados para 2 años, pero no para periodosposteriores. Nivelesaceptables de sensibilidad y especificidad. Se aplica entre los 24 y los 35 meses , ñohyonrilnlnnt qcreenfor Childrenwitli oviicrn lrorts (B.SCLIT.. Di,eiwoo par4 idenrifirñr aut:srna y otros problemas aruciador. Contieiie ti?\ panes. hivelcr ir~ptaoleroe \en\ o idao b erpecificiddd. Se ap.;ca entre los 17 y los 37 meses > l su instrucción resulta una buena guía para seguir: a) tocar señalando; 6) seiíalar a distancia; c) señalar a distancia para escoger, y d) señalar y usar la mirada. De la mano de estas primeras conductas comunicativas se inicia la intervención en acción y atención conjunta, tan afectadas en este tipo de trastornos. Con Felipe fue sencillo descubrir jneManos a la obra. Llamar a Felipe gos circulares de interacción de su interés que nos permitieran trabajar este objetivo, pero no siemCuando se trabaja con nióos en edades rempre es así. A la hora de elegir actividades, tenepranas y con un TEA no pueden perderse de vista mos que encontrar juegos muy reforzanres para algunos principios de la intervención terapéutica el niño, con la finalidad de que desee varias repeque, con ellos, cobran especial relevancia: partir de ticiones e incluso que pueda llegar a demandarlos sus intereses, formular objetivos funcionales (para de alguna manera. En este sentido, nos valdremos ese niño concreto o para su familia), reforzar los de conocer el estilo perceptiva o el perfil sensorial intentos comunicativos, elegir contextos lo más del menor. Felipe era un buscador de sensaciones naturales posibles, establecer rutinas y ambientes táctiles y cinestésicas, por lo que sabíamos que estructurados y ~redecibles,apoyar visualmente acertaríamos con juegos de cosquillas, volteretas, la información, adecuar nuestro lenguaje al nivel carreras, erc. Ideamos varios tipos de cosquillas: comprensivo del menor y formar a la familia en el sus favoritas eran las rhormiguitasn. Las demanpapel de coterapeuras. daba situando nuestras manos en sus rodillas. Las Partiendo de estos fundamentos, el primer obhormiguitas hacían un alto en el camino hacia jetivo siempre va a ser «conectar al niño con su el cuello, y no proseguían hasta que él establecía entorno». Vamos a trabajar en el establecimiento contacto ocular. A través de este tipo de juegos se de medios de omunicación, desde las manifestapromueve, además de acciones conjuntas básicas, ciones más rudimentarias hasta las más elaboradas una asociación interesante entre la interacción y específicas que sea ~osible.Como ya se ha indicon el otro y el disfrute, con lo que aumenta la cado, Felipe «utilizaba» a sus padres como meras Frecuencia de elección por parte del niño de jueherramientas para conseguir aquello que deseaba gos compartidos con el adulto frente a juegos más (los llevaba de la mano, sin mirarlos, dirigiendo su solitarios. Los juegos de turnos sencillos serían brazo como si de una pinza se tratase para que couna buena herramienta para continuar con la ingieran y le entregasen los objetos que ansiaba). Las tervención en este aspecto, como construcciones conductas instrumentales de demanda o petición de torres, en las que cada vez uno pone una pieza, están en la base de esas manifestaciones iniciales, o un juego de pescar, en el que nos vamos pasando siendo las más primitivas dentro del desarrollo de la cana para atrapar un pez. la comunicación en los seres humanos. Con Felipe Habiéndose incrementado de manera notable se fueron construyendo poco a poco estas conducla intención comunicativa de Felipe, se trata ahora un obieto tas: se le enseñó la habilidad de entreear " de convertirlo en un comunicador cada v a más para conseguir un fin (P. ej., la caja de las galletas eficaz. Tras unos meses de intervención, aún no para que se la abrieran, y poder así coger una). había desarrollado lenguaje expresivo; simplemenUna vez establecida esta primera manifestación de te empleaba la queja para rechazar o para mostrar expresión de un deseo, el siguiente paso fue la endisconformidad, y todas sus emisiones tenían fiseñanza de un gesto, una conducta más elaborada nalidad autoestimulatoria o eran una conducta con finalidad de petición que resultara daramente repetitiva sin sentido comunicativo. Por este mocomprensible por cualquier persona, un gesto de tivo se decidió introducir un sistema alternativol tipo protoimperativo. Señalar es el primer gesto aumentativo de comunicación (SAAC) que le proverdadero que tiene extraordinaria imporrancia porcionara una forma más específica y exitosa de en comunicación, por sus características de ser satisfacer sus deseos. intencional, intersubjetivo y simbólico. Esta conEn el momento de elegir un SAAC debemos ducta innata, habitualmente ausente en niños con tener en cuenta factores como el nivel intelectual TEA, requiere entonces una enseñanza explícita. l y, por lo tanto, el nivel de representaMediante el uso de las técnicas de moldrami~nro d ~ niño ción que es capaz de comprender; la posibilidad y encadenamiento hacia atrás, la secuencia de pade trasladar el sistema elegido a todos los ámbitos sos que proponen Newson y Christie (1998) para marco se le comprende; todo esto le proporcionará confianza y, por lo tanto, tranquilidad. Nunca se debe escatimar tiempo en el establecimiento de esta relación, ya que será la base sobre la que construir todo el abordaje y explotar al máximo el potencial del menor. (familia y escuela fundamentalmente),y si -os a pensar en un sistema gestuai habrá que considerar la destreza motora del menor y su capacidad de imitación. En d a u v a , este sistema deberá ser individualizado y adaptado a las características del núio y su familia En algunos casos es posible combinar diferentes sistemas en función de los contextos; por ejemplo, gesmal para necesidades básicas (como agua), y de imágenes para objetos favoritos. El finúltimo es, siempre, dotar al menor de las herramientas que le sean más útiies y funcionales. Con Felipe se optó por el sistema de comunicación por intercambio de imágenes o P a r e Exchange Communication Syrrn (PECS), de Frost y Bondy, 2002). Se trata de ensehr al a entregar u n símbolo (en este caso una ima, que puede ir desde una fotografía real hasta pictograma o una palabra escrita) para obtener 110 que quiere. Es impresionante ver cómo, e instaura un pequeño panel de comuniel niño puede expresar sus principdes denuye su irritabilidad y, por lo tanto, las ietas, con lo que meiora enormemente el dMa Un espejo en el que mirar el desarrollo Los datos de los estudios sobre la imitación en d o s pequeños con TEA indican un evidente retraso en esta habilidad y establecen una clara relación entre la competenna social y lingüística de los niños y tales capacidades de imitación. Por otro lado, como es bien sabido, la imitación es uno de los motores del aprendizaje, con especial relevancia en la primera infancia Uno de los objetivos principales de intervención a edades tempranas será, por lo tanto, pmmover la adquisición de la capacidad imitativa o mejorarla en aquellos casos en que BÍisten mdimentos de ésta. Empezaremas por juegos de imitación procedimental, que suelen ser más sencillos y atractivos para el nifio, para continuar posteriormente con el trabajo de imitación g e s t d y, en úitima instanua, verbal. A Felipe le gustaban mucho los animales; en especial le llamaban la atención sus onomatopeyas, así que empezamos por ahí.Fuimos asociando gestos que se uuliian de forma habimal en la internención, adaptados a la capacidad motora del menor, a los sonidos que tanto le gustaban. Inicialmente moldeamos el gesto con nuestras propias manos (cogiendo las del niño y haciendo el gesto por él) y poco a poca los fue imitando. También cuando ttabajamos la imitación es deseable, aunque no siempre posible, la búsqueda de la funcionalidad, es decir, que aquello que imita pueda serle útil posteriormente en SU desempefio cotidiano. ... No entiendo por qué, pero de repente jotra rabieta! niño con acontecimientos agradables, promoviendo su mterés comuntcati- Algo que parece tan elemental como querer conocer el antecedente que subyace a una rabieta, puede ser muy complicado en los niños con TEA. Para modiicar la conducta hay que entender los dis~ntossusuatos y desarrollos cognitivos que la respaldan. En este punto es relevante indicar que la mvestigación neumpsicológica ha proporcionado ayudas muy valiosas. Como ya se ha mencionado en el capitulo k o d u c t o ~ i o las , personas con TEA muestran un déficit importante en el funcionamiento ejecurivo. Esto se expresa a través de graves dificultades en numerosos aspectos: resolución de problemas, regdadón emocional, adaptación a situaciones imprevistas y novedosas, anticipación, inhibición de conductas predominantes, etc. Cuando estamos hablando de conducta cobran especial relevancia, por ser un frecuente detonante de explosiones emocionales, las dificultades de ann'cipaczón. La anticipación se relaciona con muchos otros procesos que son muy relevantes en el desarrollo, como por ejemplo, la intencionalidad en la comunicación, el establecimiento de esquemas, el progreso de la memoria dedarativa y, en general, la provisión y previsión hacia el futuro. Conforme fue avanzando en edad y en comprensión del mundo que lo rodeaba, Felipe mostraba frecuentes conductas desadaptadas, tanto en casa como durante la sesiones de intervención. Era el momento de introducir una agendavisual diaria que le permitiera anticipar los sucesos mis importantes del día y las actividades durante la terapia. A la hora de instaurar una agenda es conveniente, como con muchos otros aprendizajes, que sea el terapeuta quien la inicie y ensene al nino su hincionainiento antes de trasladarla a otros contextos. en esoecial a la casa. Con ello se ~r pretende, Fundamentalmente, evitar errores frecuentes en los padres que alargarían el proceso de adquisición, por no hablar de lo complicado que es desaprender aquello que se ha aprendido de manera incorrecta. Las agendas, al igual que los SAAC, han de ser totalmente individualizadas y adaptadas al menor (nivel intelectual, nivel de representación, conciencia de temporalidad, etc.). No hay que olvidar que, aunque la evolución del niño sea notable y parezca comprender mucho mejor, las dificultades de anticipación siguen en la base del trastorno y este recurso, la agenda, será conveniente mantenerlo largo tiempo, si no toda su vida, aunque vaya modificándose en formato y contenido. Aprender a jugar y a disfrutar de los juguetes Felipe, como tantos niños con trastorno autista, presentaba un juego escasamente funcional, con tendencia repetitiva y limitado a objetos muy concretos, y no mostraba interés por la mayoría de los juguetes infantiles. Las dificultades en el juego y la actividad simbólica se han relacionado también con la disfunción ejecutiva, en concreto con los déficits en procesos de planificación, de inhibición y de control de impulsos. La inflexihilidad cognitiva que subyace a estas dificultades se vincula muy directamente con los problemas que se observan en la capacidad generativa, y da lugar a alteraciones en las habilidades para concebir objetivos y metas adecuadas y para crear nuevas conductas. Por otro lado, el juego es uno de los indicadores más evidentes del desarrollo de un nino, siendo clave en la maduración motora, cognitiva, lingüística, afectiva y social. Así, se hace necesario trabajar específicamenre las dificultades en esta área. De nuevo echaremos mano de las técnicas de modificación de conducta, condicionando el empleo de aquello que le gusta (ya sea un objeto o un tipo dr juego) al uso previo de lo que queremos introducir (un juguete nuevo o un juego funcional con un juguete que ya utiliza). FUNCIONAMIENTO ACTUAL. VATIENE 7 ANOS Desde hace un año, Felipe está escolarizado en un aula específica para alumnos con TEA. Sus competencias sociales, aunque todavía muy deficientes, han mejorado. El contacto ocular espontáneo es más frecuente, en especial en situaciones de interacción. Busca con mayor asiduidad relacionarse con las figuras de referencia habituales, aunque no tanto con otras personas menos familiares. Sigue optando por el juego en paralelo, pero acepta la iniciativa de los iguales para compartido con él, siempre y cuando sea un juego de su interés. Aunque ha adquirido un lenguaje oral funcional, se encuentra limitado exclusivamente a situaciones de demanda. Es capaz de producir frases sencillas de tres elementos, de forma telegrjfica, pero muestra tendencia a emplear la holofrase con fines imperativos. Su habla es de inteligibilidad media, pues si bien ha adquirido un inventario amplio de fonemas, presenta frecuentes omisiones silábicas intermedias y ciertos sonidos algo distorsionados. Al igual que la pragmática, la comprensión del lenguaje aparece aún muy afectada. Sigue instrucciones cotidianas en los diferentes contextos, pero con grandes dificultades para entender las ptegunras. Su léxico se cine casi únicamente a aqueilas palabras que son útiles, funcionales para él, o que forman parte de su día a día. Recientemente se le ha administrado elTest de vocabulario en imágenes de Pmbody, en el que se ha objetivxdo una pobre ejecución, con resultados en vocabulario receptivo equivalentes a una edad de unos 3 dios. Sus intereses, aunque todavía bastante restringidos, se han visto ampliados de forma notzble. En general, es un nino colaborador en todos los contextos, lo que está facilitando enormemente su evolución. Eri el colegio informan de que, si bien realiza las tareas de manera mis eficiente cuando cuenta con supervisión, es capaz de llevar a cabo el trabajo diario de forma autónoma. Está adqui- riendo l a lectoescritura, aunque de manera global, gracias a las buenas habilidades mnésicas que presenta. Muestra un nivcl elevado de actividad, atenuón lábil e impulsividad. Presenta multitud de autoestimulaciones, l a mayoría de ellas verbales, y algunos manierismos motores. Después de casi 5 anos trabajando con Felipe, nos invade una enorme satisfacción+al observar su evolución y los logros actuales. Estos son el e Juico c :nico: rrasrorno a~tista. I I 1 I Hailazrios - en la exoioración: destaca ,na disarmonia evolutiva. Desarrollo general aparentemente normal hasta aproximadamente los 18 meses de edad. cuando los padresdescriben un aparóm.Pobrecontacto ocular, ausencia de respuesta al nombre, de la conducta de señalar v de cond~ctas protodeclarativas. inflexibilidad cognitiva y escaso interés en la interacción social. -- Pruebas médicas com~lementarias: eiectroencefalogramii y pruebas auditivas (audiometría y potencialeswocadosauditivos) con resultados dentro de la normalidad. Intervención neumpsicolági~a en atención temprana: - ACTIVIDAD18-1. Función ejecutiva y autismo A lo largo del capitulo introductorio a los TEA, así como en el presente, se ha tratado el fallo en la función ejecutiva como una de las teorías que da cuenta de algunos de los signos observados en estos trastornos, si bien no permite explicarlos todos. Actualmente se tiende a la simplificación a la hora de definir qué procesos comprende la llamada función ejecutiva y, así, algunos autores como Miyake et al. (2000) proponen modelos factoriales que aglutinan estos procesos y subprocesos en tres grandes factores: actualización, inhibición y alternancia. Definen estos componentes como: Actualización. Implica la monitorización, la manipulación y la actualización de información en iinea en la memoria de trabajo. producto n o sólo de l a posibilidad que tuvo en este caso de recibir una atención temprana, sino también de la gran colaboración y participación de l a familia, implicada en todo momento, capaz de aplicar cada una de las pautas que se proporuonaron y, wn el uempo, convertirse sus miembros en hábiles corerapeuras, con estrategias eficaces en l a estimulación y el control conductual de su hijo. Con el nino: instaurar los prerrequis:tos de la comunicación v de la interacción social. potenciar el contacto ocular y las conductas comunicativas iniciales de demanda íinstrumentales v, oestuales): oromover la acción y la atención mnjunta,'así como la imitación y el juego funcional. - Con la familia: osicoeducación (sobre las caracteristicas del trastorno y el manejo de contingencias) y apoyo para instaurar un sistema altcrnativo/aumentativo de la comunicación y agendas diarias en el hogar. - En la escuela: psrcoeducación con maestras y otros p~ofesionalesimplicadasi ertructuración del ambiente y empleo de-apoyos visuales. 1 1 1 Inhibición. Capacidad para impedir de forma deliberada o controlada la producción de respuestas predominantes automáticas. Alternancia. Ca~acidadde cambiar de manera flexible entre distintas operaciones mentales o esquemas. J Ejercicio l. Asocie cada conducta que aparece en la tabla 18-4 con el componente ejecutivo que crea que está alterado. ACTIVIDAD18-2. Aprender a evaluar en neuropsicologia infantil. Principales pruebas Dadas las frecuentes dificultades en lenguaje, tanto expresivo como comprensivo, que presentan -- bla 1E4. Conductasobnrvadar en IosTEA y procesosejecutivosalterados que lar explicarían Conducta Actualización Inhibición Alternancia Esterotipiar motorasy verbales Incapacidadpara la aceptación de cambios Dificultadpara solucionar un problema nuevo Focalizaciónen detalles en detrimento de la globalidad Risa inmotivada Juego repetitivolusorepetitivode un objeto Dificultadpara generar nuevos comportamientos Dificultades de anticipación Insistenciaen la invarianza ambiental algunas personas con TEA, resulta muy complejo administrar pruebas de inteligencia general debidoa la ausencia detareas libres de carga lingüística (y menos aún adaptadas a la población espaiiola). Sin embargo, la situación para la evaluación de los rasgos del espectro autista no es así. Existen numerosas pruebas que permiten establecer un perfil de funcionamiento en estos aspectos, entre ellas las siguientes (v. también tabla 16-31. Escala de observación para el diagnóstico del autismo, 2= edición (AutisrnDiagnostic ObservationalSchedule,2nd edition IADOS 21), de Lord, Rutter, DiLavore, Risi, Gotham y Bishop (2015) Es una evaluación estandarizada y semiestructurada de la comunicación, la interacción social, el juego o el uso imaginativo de los materiales, v las conductas restrictivas , v reuetitivas diriaida a niños, adolescentes y adultos de los que se sospeche que presenten n ; TEA. Se compone de cinco módulos oroanizados a uartir de la edad v del nivel de lenguáje expresivo de la persona qué se va a evaluar. El módulo T está dirigido a niños pequenos quetienen entre 12 y 30 meses de edad y que no usan de manera consistente un lenguaje de frases; el módulo 1 para nitios mayores de 30 meses y que no usan de manera consistente un lenguaje de frases; el 2 se utiliza a cualquier edad cuandoexiste habla con frases pero noes fluida; el 3 es Dara niños con fluidez verbal y adolescentes jóvenes (menoresde lGaños), mientrasqueel módulo 4 es para adultos y adolescentes de 16 años en adelante con lenguaje fluido. La prueba ofrece . aigoritmos diagnósticos para las áreas de interacción social, comunicación y comportamientos estereotipados e intereses restringidos (que puede ser distinto en cada módulo), así como para la suma de ambas áreas. y establece puntos de corte paraTEA y para autismo. Inventario de espectro autista (IDEA), de Riviere (2004) Desarrollado a partir de la tríada de Wing, permite establecer, con su administración, la gravedad de los rasgos autistas presentes, y es útil también para formular objetivos iniciales de intervención generales y específicos para cada niño. J Eiercicio 2. Cumplimente el inventario IDEA (disponible en la red) con los datos de la evaluación de Felipe que se han proporcionado en el capítulo. ACTIVIDAD18-3. Neuropsicología infantil en el cine y en la literatura Para completar el aprendizaje acerca de IosTEA, una vez más, recomendamosel análisis de casosclinicos que han sido protagonistas en la literatura y en el cine o la televisión. En este caso proponemos las obras detalladas a continuación. Para leer (o ver) Gallardo M. María y yo. Bilbao: Astiberri, 2007. También en formato documental para RTVE dis- ponibie en: http://www.rtve.es/alacarta/videos/ el-documental/documental-maria-yo/2060907/ Gallardo M. v Gallardo M. Maria curnole20años. Bilbao: Astiberri, 2015. Cinefórum DocumentalEllaberintoaimitadeR1VE,disponible en: htt~'JI~~~~rtve.eslalamfta/videos/d~~umentos-tv/documentos-tv-laberinto-autista/l59818~ cantnhutionsto complea u f m n d lobci, rasks A krent M- Frosr L. Bondy A. lhnie P i c m Exdiange Comrnunicarion Systern uaining manual 2~ed. Pyramid Educarional Con- sulranm. 2002. Kanner L. Aucktic dirturbances of demive contan. Nervous C h i i 1943;2:217-50. Marm J, Ayuda R Freire S, Conzáln A, Llorente, M. Los n.rir>\ pqueiiur ron riirirno \i,lucioiic. pia;i.<a, pira prnhlciiirs ciiridiriius. .Va&icl <:I'PE 21iU8. \liyAc h Indina. N. Fiiirrroii ( , Ii'mki A. Ilowcnc, 4. The unity and diverdty of eaecucive funcrions and dieir riable analpis. Cogn PsyEhol2000;41:49-100. Newson E, Chriscie P 'ihe ppsychobiology of pointing. En: Linhot G, Shatrock P. eds. P~ychobiolog~ ofaurism. uirrenr research and pmcrice. Sunderlmd: Aurkm Research Unit, Uniwsiry ofSuoderland, 1998. Ruaer M. Diagndsrico y definición. En: Rurrer M, Sdiapler E, eds. hrirmo. Madrid: Alhambra, 1984. WigL, Godd J. Swere impairmenii of $ M a l inreactionand assaciaied abnomaüties in children: epidemialogy and da~ificarion.J Auism Dw Disord 1979;9:11-29. A Montes Lozano y J. Bernbibre Serrano OBJETIVOS DE APRENDIZAJE II m Al finalizarel capítulo el alumno sera' capaz de: Indicar los sintomas característicosdel síndrome de Asperger en los d~ferentesámbitos decomportamiento dentro del espectro autista. Describir los principales déíicits neuropsicplógicosobservados en el síndromede 4sperger. Identificar los circuitos cerebrales asoc.ados al denominado cerebro social»,que darán cuenta de las d:ficultades de las personas con sindrome de Asperger en la interacción y en la comunica~ión con los otros 1 m Establecer los orincioaler comoonentes de una intervención tera~éuticaenel ámbito de las habili- El sindrome de Asperger ha tenido una vida cona en alguno de los manuales diagnósticos que habitualmente se utilizan para el abordaje terapéutico de los pacientes (P. ej., en la 5a versión 1 del Manuldtagnósnco y ertadbtico de los hatornos menkaler [DSM-51 de la Amerzcan Psychiamc Arsocutton [APA], 2013). Ya en 1981, Lorna Wing se hizo ew de las dudas acerca de la validez teórica y clínica de dicha entidad nosológica, al describir el conjunto de síntomas a los que dio el nombre del psiquiatra austríaco Hans Asperger basándose en la semejanza entre los casos por él expuestos y los evaluados por ella misma, dudas que aún wntinúan (Macintosh y Dissanayake, 2004) (Recuadro 19-1). Clásicamente, el síndrome de Asperger se ha considerado un trastorno generalizado del desarrollo que se caracterizarla por una aiterdciúii cualitativa de k interacción social, así wmo por patrones de comportamientos, intereses y activt- dades restringidos, repetitivos y estereotipados, en ausencia de un retraso clínicamente significativo del lenguaje, intelectivo o de las habilidades de autoayuda, las conductas adaptativas y la curiosidad propia de la edad, como se describe en el DSM-N-TR (APA, 2002). En la actualidad, este síndrome ha adquirido difusión en libros (¿quién puede olvidar a Christopher John Francis Boone en El curioso inndente del perro a medianoche, y cómo no reconocer la labor de Temple Grandin a la hora de darnos a conocer la mente de estos niños en primera persona?) y series de televisión (Boston @al, %e Big Bang Iheory) o películas (Mary and Max), y reivindicado en pegaunas, llaveros o uzas ( A n o a una persona w n el síndrome de Asperger*, <TeníaAsperger antes de que fuera coob, «Viendo el mundo desde un ángulo diferente») que pueden wmprarse por internet. Asimismo, al revisar la biografía de algunos perscii~jijesrelrvautes de la historia ( N m o n , Einstein, entre otros) se ha postulado que, tal vez, pudieran haber sufrido este síndrome. + + + La historia es sobradamente conocida: mientras Leo Kanner en Estados Unidos publicaba en 1943 sus observaciones sobre un grupo de niños con estereotipias y problemas de comunicación y relación social, Hans Asperger, en alemán y en Austria. apenas con un año de diferencia divulgaba su trabajo con un grupo semejante de niños pero que presentaban un mejor funcionamiento lingüistico e intelectivo. En su articulo de 1981. Lorna Wing comparaba los datos clinicos recogidos por Asperger con sus propias observaciones relativas a un conjunto de niños autistas. Indicaba que en ambos grupos de individuos se detectaban alteraciones en la comunicación verbal y no verbal, junto a problemas en la interacción social, conductas estereotipadas y resistencia al cambio, así como cierta habilidad o interés especialmente desarrollado. aunque algunos podían presentar dificultades en tareas aritméticas, en la escritura o en la lectura. Destacaba asimismo la elevada frecuencia de alteraciones en la coordinación motora. Dicha caracterización ha sido adoptada en los manuales diagnósticos al uso, ya que se incorpora como entidad nosológica en la 4- edición del Manuol áiagnóstico y estadistiro de los trastornos mentoles de la APA [DSM-IV) y en la loa edición de la Clasificación lnternocional de Enfermedades (CIE-10) de la Organización Mundial de la Salud, aunque no sin resistencia. Por ejemplo, se califica de «trastorno de validez nosológica dudosa» en la CIE-lO(1992). De hecho, ya Wing apreciaba las dificultades para una delimitación del sindrome de Asperger al establecer como criterio diferenciador frente al autismo la ausencia de un retraso clínicamente significativo en el lenguaje, en el desarrollo cognitivo o en las habilidades de autoayuda, el com- Mientras esta popularidad ha supuesto una atención mayor sobre las dificultades especificas de los ninos y adolescentes autistas en general, l a literatura científica incide en la importancia de l a delimitación conceptual del sindrome de Asperger en especial frente al aucismo de alto h n cionamiento, aún s i n criterios consensuados, el trastorno semántica-pragmático (v. cap. 16) o el de aprendizaje n o verbal, asi como frente a otras alteraciones con las que presenta una elevada comorbilidad, como el trastorno p o r déficit de atención con hiperactividad (v. cap. 201, el negarivista desafiante e incluso los problemas afecuvos. De esta manera, delimitar si se está ante dos cuadros + + portamiento adaptativo o la curiosidad del individuo ante el ambiente que lo rodea. Tomando como ejemplo el caso concreto del desarrollo lingüístico, su retraso tampoco se requiere de forma obligatoria para el diagnóstico de autismo. Hasta tal punto parece extenderse la confusión en relación con los criterios nosológicos del sindrome de Asperger, que una autora de tanto prestigio en este campo como Uta Frith (20041 indica que las evidencias encontradas hasta el momento (comportamentales,neurofisiológicas. etc.) sugerirían que se trataría de unavariantedel autismo en individuos de alto funcionamiento y no ante un trastorno diferente y que, incluso, algunos de los casos descritos por el propio Asperger hoy no podrian diagnosticarse como síndrome de Asperger siguiendo los criterios del DSM. Así, la propuesta que en este momento ofrece el DSM-5 (APA, 20131 es una categoría global denominada drastornos del espectro autistau con dos criterios principales centrados en los déficits persistentes en la comunicacióny la interacciónsocial junto con las conductas repetitivas y los intereses estereotipados. sin introducir los retrasos en el lenguaje por no representar una caracteristicadefinitoria única y universal de los trastornos de este espectro. Se trataría de incrementar de esta manera la validezyfiabilidad deestacategoria diagnóstica y su capacidad de representar las diversas manifestaciones clínicas individuales.junto con sus variaciones evolutivas, situacionales o de gravedad. Y si bien el DSM-5 continúa sin proponer hipótesis etiológicas, tampoco los datos ofrecidos por los análisis post mortem, la neurolmagen o los protocolos neuropsicológicos proporcionan en la actualidad un perfil claro y especifico de los procesos cerebrales implicados que caractericen al sindrome de Asperger frente al autismo. cualitativa y etiológicamente diversos, el sindrom e de Asperger y el autismo, permitiría incidir en las necesidades especificas de cada uno a la hora de establecer un diagnóstico precoz, diseñar una intervención eficaz e incluso incorporar medidas preventivas o ajustar el pronóstico. S i n embargo, si las diferencias son cuantitativas, aquellos nifios y adolescentes con sindrome de Asperger podrian verse beneficiados del abundante cuerpo de conocimientos relativos al autismo (Macinrosh y Dissanayake, 2004). L a literatura neuropsicológica y n r u r u ~ i e i i ~ i f i cen a gencral ofrece datos en esta misma linea: l a dificultad para establecer un perúl de déficits del síndrome de Asperger tanto da- Síndrome de Asperger procesos psicológicos básicos y superiodbury-Smith y Volkmar, 2009). rnos de inicio en la infancia. Alavez, se preincidir en la relevancia de una intervenuón sidades observadas a través de una evaluación PLANTEAMIENTO GENERAL DEL CASO. A LEER A LOS 3 A ~ ~ O S YSE Es fácil recordar nítidamente el primer día en ,que César acudió al Centro de Atención Infantil Temprana del Hospital Universitario San Rafael de Granada. Tenía 3 años y 2 meses y venía derivado por su pediatra por presentar «dificultades en la relauón y en la comunicación». Al entrar en la consulta no intercambió una mirada con nosotros; ni siquiera lo hizo con su madre, buscando la seguridad que se suele observar en cualquier niño de su edad cuando se enfrenta a una situación desconocida. Simplemente se h g i ó de manera resuelta a un calendario mientras verbalizaba: «es 4 de marzo, estamos en el mes 3»,y se dedicó a pasar las páginas como si adivinar el siguiente mes le produjese un gran placer. Nuestra sorpresa Fue en aumento cuando se hizo patente que aquel pequeño era capaz de Ieer los meses del almanaque y otros letreros de la consulta. Desde ese primer instante dejó claro su enorme interés por todo lo que tuviera que ver con secuenuas ordinales. Centrándonos en la anamnesis, como recv miendala G d a de bu~mpráctiicaparaeldiagnórtico de lo5 h'tomos del eqemo auhsta (Día-Cuervo et al., 20051, se llevó a cabo una waluación que comprendía tanto una historia chica detallada como pruebas neuropsicológicas estandarizadas que permitieran establecer el perfil específico de las necesidades personales, educativas y sociales del nifio, a las que se sumaron observaciones en situaciones de juego librc y dirigido. A la sesión de acogida César asistió junto a su madre y una tía materna, qwenes proporcionaron la información relevante acerca de su desarrollo psicowolutivo, así wmo los antecedentes íamiiiares. En este Último aspecto el único dato signiíicativo era la enfermedad renal crónica que sufría la madre. En relación con el desarrollo previo del niño relataron que el embarazo estuvo muy controlado, ya que la madre padeció diabetes gestacional y que el parto fue inducido a término por exceso de líquido amniótiw. La lactancia fue muta basta los 6 meses. Referían también que César había sido un bebé unormalr: inició la marcha con 12 meses, para ser independiente a los 13 meses; las primeras palabras las presentó en torno a los 12 meses, y combinaba vanas alos 18 meses; controló esfínteres con 36 meses. Igualmente indicaron que ks señales iniciales de alarma aparecieron alrededor de los 15 meses. Su tía materna, y cuidadora principal durante la actividad laboral de la madre, relataba wmo mayor motivo de preocupación que el menor apenas respondía a su nombre ni obedecía órdenes. Con posterioridad observaron que casi no se relacionaba con los iguales y, en general, lo describían como un niño enormemente independiente. En ningún momento sospecharon que pudiera sufrir una deficiencia auditiva, porque exhibía, por ejemplo, buenas aptitudes musicales e iba adquiriendo los hitos lingüísticos a la edad esperada. Además, les llamaba mucho la atención el hecho de que a edad temprana ya reconociera letras o logoupos, dentro de lo que consideraban como una admirable memoria visual global. Podía deducirse, pues, de este relato que César presentaba un desavollo düamónico: mienuas a nivel intelectivo se presumía un potencial de aprendizaje superior al de un niño de su edad, mostraba, sin embargo, un deterioro importante de la cognición social. Para profundizar en gn>s aspectos se induyó en la evaiuauón la Enpara el di+nóstico del autismo, edición rwisadaADI-R ('Eabla 19-1). Se especifican a conthuacián, signiendo los uiterios requetidos para el diagnóstim, los datos más relevantes en las &as e x p l ~ ~ i ¿QUÉ DiRíA EL DOCTOR ASPERGER ACERCA DE LO QUE M E PASA? EVALUACI~NINICIAL Interacción social En la evaluación inicial pudo establecerse que, si bien César apenas se interesaba por la inreracción con el otro y únicamente participaba en jue- I I 247 TRASTORNOS DEL EjPE<3TRO AZííISUL Ir- - Tabla 19-1. Competenciasde C i u r según la nWsUdiagnóstica 1 Alteracionescuali@tivasde la intemción social recíproca 1 1 Aiteracionescuali*iti~sde comunicación 1 fa Patrones de conduda restringidos, repetitivos y estereotipados Alteracionesen el desarrollo wdehtes a los 35 meses 1U26 8/26 1 1 19 14 3/12 6 1/5 3 1 I 'Larmntuarianei m= elevadas ind~rarianuna rnayoralteracion AD1.R Entwutapawl disgnbflicodelaufisrnoreviradavlutBmDlogn< gos solitarios, como escribir nombres en un folio, no cabía interpretar t&s conductas como timid a o ansiedad so&, puesto que no presentaba problemas para acercarse a desconocidos y llegaba induso a mostrarse desinhibido en la interacción con los adultos. Se valoró asimismo una limitada reciproudad emocional: era capaz de reír cuando otros iloraban, a pesar de reconocer y denominar el estado de ánimo que presenciaba. Comunicación Comenzó a hablar en corno al aho de edad. Cono& numerosas palabras yaen ese momento [...l. Su desarrolla v a t i c d era bueno, aunque se refirió a sí mismo en tercera persona hasta los 4 o 5 años. Nunca había sido muy comunicarivo. I d u s o de adulto sólo dabainformaciónsi se le preguntaba, y aun así contestaba de la manera más brwe posible. Sus expresiones facides y sus gestos eran limitados, y su voz monótona SobreKN Wing (1981) En cuanto a la comunicación no verbal, César apenas mantenía contacto ocular con su interlocutor, no respetaba los espacios interpersonales, hablaba a escms centímetros del otro, y durante las interacciones realizaba frecuentes manierismos o adoptaba posuuas corporales poco correctas, como contorsionarse mientras se le hablaba. Además, su expresión facial y su roso odia eran a menudo incongmentes con el contenido de la conversación. En lo que se refiere a la comunicación verbal, y en concreto a sus arpectosformaks, el lenguaje era correcto, con excepción de algunos errores modosintácticos habituales desde un enfoque evolutivo, como la sobregeneralizacibn de reglas (p. ej., Iestoi inagusto/ por <<nocstoy a guston). La pronunciación aparecía, en ocasiones, exageradamente correcta para un nifio de su edad y de origen andaluz (como una amculación marcada de la 1st en posición inversa). Su vocabulario era adecuado desde el punto de vista cuantitativo, si bien mostraba un alto interés por palabras de bala frecuencia, como ealternatiw, nnocturnou o «significadon,que convertían su habla en pedante. A la vez, presentaba &cultades progresivas ante los mayores niveles de absmcción conceptual y empleaba este tipo de vocablos fuera de contexto. Realizaba en aquel momento inversiones pronominaes (p. ej., hablaba de sí mismo en tercera persona) y mostraba algunas eco& inmediatas y demoradas, que fueron disminuyendo. Los arp~cttscompremrvos del lenguaje oral podían considerarse adecuados, aunque con ligeras dificultades para responder a frases interrogativas que comenzaran con pronombres del tipo quién, cómo, etc. Por otra parte, si bien en aquel momento inicial esta comprensión de los contenidos se cenia a lo Iiteral del dscurso y, por lo tanto, a lo que se espera de un nino de esta edad, conforme pasaron los meses y &os fue desajustándose con respecto a su gmpo normativo a la hora de entender el lenguaje con mayor carga inferencial, como metáforas, fórmulas indirectas, juegos de palabras, chistes o ironías. Esta faita de claidad para percibir significados múltiples, junto con la baja capaudad para entender claves no verbales y sus dificultades para identificar intenciones en los demás, le ilwaban a realizar interpretaciones literales de los mensajes (p. ej., en una ocasión, mientras montaba un rompecabezas, el terapeuta le animó a que intentara colocar una de las piezas diciéndole: «prueba»,e inmediatamente se llevó la pieza a la boca como si le estuvieran demandando que la degustase). En esta misma línea, las principales dificultades de César se observaban en los mpecfos ~ramdticos. Su conocimiento y aplicación del conjunto de re- .- que gobiernan el uso del lenguaje en un contexm social era deficiente. Lo empleaba con una / función eminentemente imperativa y de negación, haciendo escaso uso de la función declarativa. Así. sus mensajes iban destinados a modificar el muudo Eísico y no tanto el mundo m e n d de los otros. Sus familiares comentaban que nunca les narraba de manera espontánea hechos o actividades cotidianas, y mosuaba un limitado deseo de compartir información y experiencias con los otros. Como se ha dicho, uhiizaba la tercera persona del singular en lugar de la segunda incluso con el interlorutor delante, como si hablase para si pero en voz alta: «María se va a enfadar conmigo si hago.. .», aunque María era la persona que estaba interacmando con él. En aquel momento inicial, sus habilidades wnversacionales estaban muy por debajo de lo esperable en un nino de su edad: no existía coherencia en su diálogo, realizaba respuestas taneenciales, cambiaba radicalmente de temática v no se adaptaba al oyente ni aJ conocimiento que éste disponía con respecto al tema de conversación. Por ejemplo, podía relatar un episodio de una serie de dibujos animados sin introducir elementos contemales (que eran dibujos animados, el t í d o de la serie o el nombre de los personajes, cuándo y dónde los había visto) y sin tener presente que no se había compartido con él esa vivencia. Intereses, rutinas y conducta Otro niño autisra estaba obsesionado con los venenos. Demostraba unos conocimientos inusitados en esta área y poseía una numerosa colección de venenos, dgunos preparados por él. Este niño llegó a n u e m consulta porque había conseguido mbar una imporm t e cantidad de cianuro del aula de química de su escuela. Hans Asperger (1944), citado en Atmod (2009) En el contacto con César destacaba un interés absorbente por letras y números. En concreto, era muy llamanva la presenua de una h t p m k desde los 2 anos y 10 meses, con una moderada comprensión de lo leído. Un ejemplo sugerente de este interés obsesivo ocuiria al presentarle fichas con un mensaje emocional llamativo, como un niño con una herida, en las que su atención era capnirada en mayor medida por el número de la ficha que por el wntenido semántica (Recuadro 19-2). Espontáneamente no participaba apenas en juegos simbólicos y, cuando lo hacía, era ante demanda Moitrah tinas destrezas bastante limitadas en este sentido. Sus juegos favoritos, además de cualquiera que tuviese que ver con las letras, como deletrear palabras, eran los rompecabezas y pintar. Tenía centros de interés algo llamativos para su edad, por ejemplo, le gustaba enormemente lo relacionado con la señalización de tráico. Estos centros fueron haciéndose más complejos: historia de las civilizaciones,sistema solar, etc. Mostraba siempre un gran afán de conocimiento. Tanto la familia como en la escuela nos informaban de que no disfrutaba de juegos en equipo donde tuviese que cooperar o competir y, como nos relataba su maestra, rendía a permanecer en actividades y juegos que interesaban poco a sus iguales. Esta condición era sin duda un obstáculo en la integración del menor en su contexto escolar. En lo que se refiere a su comportamiento, se puede decir que la rabieta y el llanto eran, dentro de su repertorio, las conductas más empleadas para actuar sobre su entorno, tanto para conseguir un objetivo material como para finalizar una actividad que no era de su agrado. La famiüa, por aquel entonces, reconocía que el menor estaba acosnunbrado a recibir todo lo que demandaba y las contingencias utilizadas no eran del todo adecuadas (Recuadro19-3). A nivel ejecutivo se observaba inüexibilidad cognitiva y comportamental. Se mostraba intolerante ante algunos cambios en las nitinas. Así, por ejemplo, tenía que cruzar las calles siempre por los pasos de cebra, y si la calle no tenía se negaba a hacerlo, porque así había aprendido esa regla, o lloraba desconsoladamentesi el calendario estaba en un mes distinto al que correspondía. Motricidad En el área psicomotora, César era un nuío con una pobre coordinación áinámica. Su carrera era poco estética (con aleteos); se movía en bloque, disociando escasamente k cintura pélvica y la escapular. Tenía dificultades con ejercicios como saltar con los pies juntos o caminar sobre una línea recta y, en general, con actividades que requer i l i i i irl:ivor gr.i<lo<leequilibrio, <:om<i perriiarieccr <Icvic whr' un2 r c , l ~ r>icrri.i. Su morricirldd fin^ estaba sólo ligeramente por debajo de lo esperable para su edad, característica que se evidenciaba en actividades como enhebrar o en su caligrafía, ya que los trazos eran poco precisos, a pesar de gustarle tanto el ámbito de las letras. Autonomía En lo que se refiere a la autonomía en las actividades básicas de k vida diaria, César no presenra- I -] ¤ Recuadro 19-2. Teorías neurocognitivas y síndrome de Asperger 4 La literatura científica sigue tratando de estableautismo o sólo en la mavoría de los individuos cer un perfil de alteraciones neuropsicológicas diagnosticados?En la actualidad, los datos apunasociadas al autismo. así como la correlación con tarían a una pluralidad de factores como responel sustrato anatómico. metabóiiro v funcional sables del autismo. que pueda dar cuenta de estos déficits. 4 De esta manera, y a tenor de los resultados, se 4 En cuanto a las alteraciones anatómicas. se ha han propuesto diversas teorías neurocognitivas observado un mayor volumen de la sustancia para explicar el síndrome de Asperger (v. cap. qrts y la blanca. sobre todo frontal, así como un 171. Las que cuentan con mayor respaldo serían menor volumen en la amígdala, el hipocampo, la del déficit en la adquisición de una teoría de caudado ve1 cerebelo. Un metaanálisis la mente o déficit en la mentalización. la de la deYu et al. (2011) sobre las investigaciones ron disfunción ejecutiva y la de la coherencia central resonancia magnética en cerebros de personas débil (Hill v Frith. 2004:Townsend v Westerfield. con autismo y con sindrome de Asperger para 2010): ~arbn-Cohen(2010) ariadé una cuarta apreciar similitudes y diferencias entre ellos, teoria aue . .pretende abarcar la qlobalidad de concluye que en ambos trastornos se detecta los síntomas y las evidencias empíricas hasta el un volumen mayor de sustancia gris en regiones momento, denominada teoría de la eempatíaventraies del ióbulo temporal izquierdo, pero sistematizaciónu, que hace referencia a la diverquedifieren en la distribución de lasalteraciones gencia entre dos dimensiones de estilo cognihalladas, ya que en el caso del autismo se obsertivo: la empática, deficitaria en el sindrome de va una distribución hemisférica más bilateralizaAsperqer. y la de sistematización (entendida da. Unos aíios antes, el mismo grupo había cocomola búsqueda de las reglas que rigen los municado una distribución también diferente de sistemas de cualquier tipo -mecánicos, numérilas anomalías en la sustancia blanca. En el caso cos, motores, de colección, etc.-, para predecir de los déficits funcionales se ha detectado hiposu funcionamiento) en la media o por encima de metabolismo en las zonas asociadas al «cerebro la media en este sindrome. Esta teoría abarcasocialn: corteza medial y orbitofrontal y corteza ría la propuesta del autor de la concepción del cinqulada. circunvolución frontal inferior v temcerebro masculino extremo, a partir de las dife. poral superior, unión temporoparietai, circunrencias de género en estas dimensiones: las muvolución fusiforme y amígdala (Baron-Cohen, jeres puntuarían mejor en tareas que miden la 2010) (Recuadro 19-3). empatia, mientras que los hombres lo harían en 4 Sin embarqo,el conocimientoacerca de las bases las que implican sistematizar, siendo esta ventaes limitado, los datos son inconja extrema en las personas con sindrome de Assrstentes, cuando no abiertamente contradictoperger. Baron-Cohen recoge una quinta teoría: la magnoceluiar, focaiizada en una disfunción y '15 h poieiis rrpicalivus cuiecen de e,pecificioad. rinquiar,ddd y i.n versa tdan. En orrar visual. en concreto de las vías maqnoceluiares . palabras: al jemergería el autismo a partir de un que procesan el movimiento. único factor etioiógico o hay diversos factores 4 Sin embarqo, hasta el momento cada una de esimplicados?; bJ jes ese factor (o factores) únicatas teorias se centra en aspectos específicos del mente explicativo para el autismo o da cuenta trastorno, sin que una sola ~ u e d a dar cuenta de de las alteraciones observadas en otros trastorla giobalidad los sintom~sobservados. De henos del neurodesarroiio?, y cJ jestá presente ese cho, es muv . .probable que las diversas teorías no factor (o factores) en todos los individuos con sean incompatibles entre sí. 1 1 1 - I dé ba grandes problemas, salvo con l a alimentación. Se adaptaba con dificultad a nuevos alimentos, y se negaba a comer en numerosas ocasiones p o r l a aversión a ciertas texturas, como las gelatinosas. Esta hipersensibilidad frente a alguna clase de estímulos sensoriales se daba también en l a modalidad táctil, por ejemplo, al manipular plastilina. Por l o demás, colaboraba adecuadamente en el vestido y el desvestido, quitándose incluso prendas pequerías. 1 1 I Desarrollo n e u r o p s i c o l ó g i c o g l o b a l En resumen, se pudo observar que en el perfil neuropsicológico destacaban, como ya se ha i n dicado, numerosas destrezas, como las habilidades mnésicas (verbales y visuales) o el caudal de vocabulario, pero tambicn otros déficits relevantes, en especial los relativos a s u funcionamiento ejecutivo y a la cognición social, en concreto, dificultades para generar distintas soluciones ante + En contraste con otros trastornos del espectro - I I I I I * 1 autista. los individuos que padecen síndrome a menudo oueden desear interacde Asoerqer . tuar socialmente o tener amigos y una pareja. Sin embargo. las dificultades a la hora de relacionarse con los otros son evidentes. ¿Es una forma extrema de eqocentrismo coqnitivo. no deliberado. que da lugar a una ausencia de c o n ;Se trata de una falta de empatía, de sintonía emocional hacía los demás; un déficit básico en el reconocimiento de emociones, en especial las más complejas, las sociales. o una dificultad para integrar los aspectos cognitivos y afectivos de los estados mentales?(Frith, 2004). Las dificultades en la interacción social y en la comunicación observadas en los trastornos del espectro autista se han postulado secundarias a anormalidades en las estructuras límbicas o en sus conexiones. El denominado «cerebro socialn incluiría zonas frontales y temporales y sus conexiones: en el orimer caso. la corteza cinqulada y la orbitofrontal contribuirán al desarrolló de la autoconcienciav de la ca~acidadde entender las de los otros; en el segundo, la a m i g dala, la lnsula v el hiuocamoo tendrán un imoortante papel e" la memoria ~ m o c i ~ n a l , ~incluue ye el procesamiento afectivo de claves visuales o la percepción de caras (Pugliese et al., 2009). Los patrones anormales de crecimiento neuron ~enl per~odoscritiro, de dcwrro lo ruqeririan L I ~ r0rnpron11so de a nreqr . daa de 14 matciia blanca en estos sistemas cerebrales asociados a la cognición social (zonas corticales prefrontales ventromediales y cinguladas anteriores, encrucijada temporoparietal, surco temporal superior, áreas adyacentes a la amígdala, tractos temporooccipitales, rodilla del cuerpo calloso!, con lo que se produciría un proceso de crecimiento excesivo seguido de un enlentecimiento en la maduración oosterior. Este oroceso se relacionaría con una Lnectividad defectuosa de la sustancia blanca v. una .drdida acelerada de teiido cerebral con el envejecimiento (Townsend i ~ e s t e r f i e l d , 2010). En el caso concreto de la amígdala. se ha observado que los monos con lesiones en esta estructura se han mostrado aislados socialmente o desinhibidos (dependiendo de la especie!, pero básicamente con conductas inapropiadas, mientras que los seres humanos con dano bilateral presentan dificultades para el reconocimiento de las expresiones emocionales, sean éstas faciales o verbales (prosódicas), y en especial si son emo- ciones negativas y de carácter social más que básicas.También se han encontrado en lesionados bilateralesdificultades uara establecer iuicios socialesengeneral.pore~empiolosquei~plicaban detectar enfotoqrafíasel contactoocular directo o la dirección déla mirada, o en tareas de razonamientoverbal que incluían enqaños o trampas en interacciones sociales. En la actualidad se han incrementado los datos a favor del papel de la amígdala en las dificultades de procesamiento de la información social y emocional en el autismo y en el síndrome de Asperger. Así, en los estudios post morrem en individuos diagnosticados como autistas se ha observado una disminución de la densidad y un tamaño menor de las células de esta estructura. La neuroimagen estructural ha revelado anormalidades en el tamaño o en el volumen amigdalino, si bien en este caso se ha constatado tanto un incremento como un decremento y no especifico de la amígdala, sino aplicable también al hioocamoo.. e incluso no se ha hallado relación entre el volumen y los parámetros conductuales asociados al autisma (Dziobek et al., 2006). Esoecialmente fructífera oarece la relación entre la amígdala y la teoría de la mente. De hecho, la neuroimaqen funcional ha orooorcionado datos . . a favor de una menor activación de la amígdala ante tareas tradicionalmente asociadas a la teorta de la menrs o clc mental 7 2 r on .I~IIL)LI un ae r<rauos inenrdlr, epistz!ii<u~,dc c~racler general acerca de conocimientos, creencias, etc.), atribución de intenciones (p. ej., si un acto ha sido intencionado o accidental) y atribución de estados mentales emocionales o afectivos (deseo, miedo, enfado), bien con material verbal en forma de historias, bien como material visual (fotografías). Más allá de la amigdala y su papel en la cognición social v de nuevo en relación con las anormalidadesin la sustancia blanca en la etiopatogenia del síndrome de Asoeroer. se ha oodido observar mediante tractografía én individ;os diagnosticados de este síndrome diferencias respecto a controles sanos en las proyecciones hacia el lóbulo temporal anterior v la corteza orbitofrontal en ambos hemisferios, especialmente marcadas en las fibras del cíngulo derecho, con un menor rnetabolismo de éstas. La corteza cingulada, como se ha comentado, forma parte de la red que participa en los procesos que median la empatia, el comportamiento social a la percepción del dolor (Pugliese et al.. 2009) IFig. 79-11. - . 1 1 1 1 1 l ....... ...... Control ....... izquierda Derecho 1 Hemisferio 1 Figura 19-1. Tractografia en la que se comparan los principales hallazgos en individuas con síndrome de Asperger e individuos de control. Los asteriscos indican que las diferencias entre ambos grupos son estadísticamentesignificativas. Adaptado de Pugliese et al. (2009). un mismo problema, inflexibilidad, falta de inhibición de respuestas predominantes, pero irrelevantes para la demanda, y baja ejecución en tareas que requerían atención sostenida o vigilancia, con gran tendencia a k distracción, si bien, en este último caso, mediada por la motivación ante el contenido de la tarea (Tabla 19-2 y Recuadro 194). ¿Quésignifica guiñar un ojo? Trabajar la cognición social Tras finalizar la evaluación, la hipótesis &agnóstica era un síndrome de Asperger, a la espera del seguimiento de la evolución del caso. El pnmer paso, entonces, h e explicar a los familiares qué le ocurría a César y en qué consistía el irastorno que sospechábamos que presentaba. Los padres y familiares de nifios con síndrome de Asperger, al igual que ocurre con cualquier otro tipo de discapacidad, se enfrentan a una serie de retos y situaciones para los cuales tienen escasa o ninguna formación. Por esta món, necesitan una información ajustada a sus capacidades, asesoramiento y apoyo. Todo ello favorece el proceso de aceptación y adaptación a la nueva airiiación, lo que consideramos de v i d importancia para el óptimo desarrollo del menor. Desde este momento, se propuso un plan de intervención que se asentó sobre tres ejes: el menor, la familia y el entorno. En relación con el primero de los ejes y conforme pasaban las sesiones de intervención, íbamos conociendo más cómo era César, a qué atendía, cómo pensaba, qué lo motivaba, etc. Poco a poco se confirmó nuestra hipótesis diagnóstica. Eran innumerables las anécdotas que daban cuenta de sus excelentes capacidades de memoria, principalmente de tipo visual, wmo aquel día en que le administramos un test de elección múltiple, el Test de comprensión de estructuras gramaticales (CEG), que no se pudo concluir hasta 2 semanas después. Al mostrarle una de las últimas 1áminas, la 72, César comentó «es igual que la 16n. La sorpresa fue mayúscula al comprobar que la lámina 16, que había visto en la primera sesión, efectivamente contenía las mismas imágenes. Su atención, una vez más, había sido captada por estímulos nada siznilicativos socialmente, mosuándose como unode los aspectos fundamentaes que se debían trabajar en la intervención. Así pues, elprimer objetivo que nos propusimos fue mejorar algunos de los requisitos de la comunicación y de la interacción social, como la atención conjunta y el contacto ocuiar. Fueron frecuentes los juegos en los que rl terapeuta y el nino tenían un foco de interés común, y la ejeación dependía de esta capacidad de compartir I u r - Tabla 19-2. Evaluación neuropsicológlca de César ( Síndrome de Asperger 1 ubesrala Memoria de números Retención auditiva inmediata Retención visual inmediata Material estructurado Subtest Dibu'os WPPSI-111 Abstractovisual Superior a la media MCSA:GcaIar McCarth~deaptituder y pricomotricidad para nina$WPSSI-lil: Escalade inteligenciadewerhrler parapreereeolary primada-lll. la atención en una actividad. Una muestra era la tarea en la que colocábamos 5 o G fichas de personas que realizaban acciones: nosotros imitábamos alguna de las fotos y él tenía que adivinar cuál estábamos representando; posteriormente se intercambiaban los roles. Al emplear actividades Iúdicas vimos como, poco a poco, iba «introduciéndose» en entornos sociales y disfrutaba en ellos. De ese aislamiento inicial había pasado a ser cada vez más activo en las intetacciones, aunque la forma de relacionarse mantenía características peculiares. Destacaba en este sentido una mirada siempre fija y rígida, de ahí que el contacto visual se promoviera sistemáticamente antes de satisfacer su petición en actividades u objetos que le interesaban mucho. En la misma línea, en las sesiones se realizó una lista de reglas sociales para el aula, apoyada en pictogramas, que incluía la consigna «Debo mirar a los ojos de quien me está Iiablando».Se añadieron otns relativas a su comportamiento, como «Debo estar sentado mientras realizamos Las actividades». TRASMBNOSDEL ESPECTRO AUlTSA 1 Recuadro 19-4, Perfil neurop$icológico del slndrome de Asperger 1 4 Hasra el momento no ha sido posible estable- + En la línea de un bajo rendimiento en tareas ma- I l + cer un cuadro homog6neo acerca de los déficlts neuropsicolóqicos propios del sindrome de Asperger: los datos, al igual que sucede con los hallazgos en la neuroimagen, son inconsistentes y hasta contradictorios. De la misma manera, el uso de baterías y protocolos neumpsicológicos tamooco ha conseauido delimitar un uerfil aue permita diferenciareste sindrome de otros tipos de trastornos del esoeciro autista. en Darticular del autimo de alto funcionamiento. En el conocido trabajo de Miller y Ozonoff (2OW) desde el ámbito neuropsicológiw, seobservaron diferencias significativas en el cociente lntelectual ICI) y en habilidades visuoespaciales a favor del síndrome de Asverqer, nero en el momento en que se eliminaron istadísticamente las diferencias atribuidas al CI, desaparecieron las detectadas en habilidades uisuoespaciales. No se objetivaron diferencias en las funciones ejecutivas, pero se mantenía un ligem déficit psiwmotor en el grupo con síndrome dehpergerjunto con una mayor discrepancíaentre el CI verbal y el manipulativo, a favor del primero. De esta forma, consideran que setían el nivel cognitivo global y las habitidades verbales generales superiores los que podrian diferenciar este síndrome de los restantes cuadros del espectro autista. Respecto al desarrollo de la cognición social, se pusieron en marcha numerosas actividades mentdistas que tenían que ver con la interpretación de intenciones y emociones ajenas. Comenzamos idenrificando las expresiones faciales y comprendiendo la relación entre situación y emoción. Así, por ejemplo, jugábamos a lo que habíamos denominado «;A quién le pasa?». En este juego se presentaban cinco caras con las emociones básicas (contento, triste, enfadado, sorprendido y asustado), se le mostraba una escena y tenía que decir a cuál de las caras le había sucedido. Si acertaba, 61 narraba situaciones en las que se sentía así. La reciprocidad emocional también se abordó comparando sus emociones con las ajenas, haciéndole consciente de cómo se sienten los otros ante diversas circunstancias. Aun así, siempre que era posible, se intentaba incluir la identificación y la comprensión de las emociones en situaciones reales, centrando su atención en sus componentes psicofisiológicos en el momento en que le estaban ocurriendo, pues son frecuentes en el sindrome de Asperger las dificultades no sólo + nipulativas, se han encontrado datos de déficits motores finos, hasta el punto de que dichos hallazgos serían indicativos deque el desarrollo psicomotor pudiera considerarse una caracteristica critica en el diaanosiico diferencial del sindrome * frente a los demás trastornos del espectro autista IBade-White et al.. 20091. También se ha hablado mucho de las alteraciones disejecutlvas en el autismo, al comparar los síntomas de los trastornos del espectro con los manifestados por los individuos con lesión frontal. Pero tampoco en este campo los datos son homwéneos. Si se han observado en individuos con siidrome de Asperger dificultadespara inhibir respucstas dutomiticas quc parcccn relacionadas w n las estereotipias, la restricción de lntereses o la ~nflexibilidadconductual que suelen mostraren la vidacotidiana. asicomodificultades en el inicio y el control de la acción. Estos déficits estarian mediddos por alteracinnes en los circuitos frontobasalcs y frontoectriados, sm olviddr el papel del cerebelo -tantoen aspectos del control m q n i t ~ ocomo en las conductas estereotipadas intereses restringidos- o las alteraciones en ios sistemas dopaminérgicos, serotoninérgicos y opioides en sus relaciones con los ganglios basales (Solomon et al, 2008). 1 1 1 1 1 1 1 para comprender las emociones ajenas, sino también las propias. Para estos objetivos mentalistas nos semimos de material de elaboración propia y otros ya publicados, como En La mente (Monfort y Monfort, 2001) o Emeñar a los niríos auhrtar a compren& a lor demás:guíapráctzcapam educadores (Howlin et al., 2000, siempre con apoyo visud. Partimos también de juegos de perspectivas, donde el terapeuta y el niño describíamos objetos desde distintas posiciones espaciales con el fin de crear conciencia de que cada uno percibe de forma distinta un mismo objeto dependiendo de su punto de vista. De la percepción se pasó a las creencias, y realizamos ejercicios del tipo «;qué crees que hay en esta caja cerrada?»,a lo que cada uno daba una respuesta y la representaba visualmente mediante bocadillos. Se abordaron conceptos sociales como «ayudar»o «disculparse»y se asociaban a los contextos en los que debían emplearse. Presendbamos frecuentes situariones mediante juego de roles, y se evaluaba la idoneidad de la conducta en esa situación. También se hacía hincapié en el uso terpretación de verbos mentalistas, como entender, creer o recordar. las situaciones sociales que le prwocaban ión se emplearon historias sociales 1998), que son cuentos cortos que se apopictogramas, se narran en primera persona an a mqorar la conducta en contextos ingenerar dificultades de historias sociales traducen la dea a k interacción social en e y comprensible que propora las personas con síndrome rger. Constan de cuatro tipos de frases: a) :detallamos la situación objeto de pro, b) directivas: orientamos sus actos, &eno que tiene que hacer; c) perspectivas: le anticiasar y cómo pueden sentirse trol: suelen ir al final y be el propio nino con el 6n de identificar tiles que le permitan recordar información incluida en una historia social y delimitar su propia respuesta (v. un ejemplo en laFig. 19-2). A la vez, se fue implementando un programa de habzlzdaés soczaler y de seguimiento de normas básicas de comportamiento en sesiones grupales. Sirviéndonos de los principios de aprendizaje 1 (moldeado, modelado, reforzamiento, etc.), se le fue dotando de competencias, desde cómo iniciar una interacción hasta cómo dar un cumplido. En estrecha relación con los contenidos sociales mencionados, se dedicó gran esfuerzo a mejorar sus hab~lzhdesspra~ma'ticas. El mero hecho de trabajar aspectos sociocogmtivoscomo interpretar intenciones ajenas ya tiene una repercusión en el uso social del lenguaje. Aun así, centramos gran parte de la intervención en trabajar las funciones comunicativas. Ante la queja de la famiüa de la incapacidad de César narrar e informar sobre hechos cotidianos, se decidió crear una agenda de rutinas en la que, mediante dibujos y rexto en los ias personas L jugamos para divertirnos dL. CNando jugarnos, todos queremos ganar Ea $1 juego, algunas veces se gana y otras se pierde. Figura 19-2. Historia social.Tema: el Juego. 1 que él participaba directamente, se anticipaban las actividades más llamativas del día para que luego las relatase a personas que no habían estado presentes. De esta manera, el menor comenzó a describir a sus padres lo que había comdo en el colegio o, a nosotros, en qué columpios se había subido en el parque. A pesar de ello, la narración se centraba con frecuencia en los d e d e s y raramente en los aspectos importantes o claves, por lo que mediante preguntas era necesaio moldear la descripción. En relación con lo anterior, las habilidades conversacionales se trabajaron mediante el uso de contingencias, el moldeado o el modelado, para evitar los cambios bmscos de tema o las preguntas fuera de contexto y reiterativas que presentaba. En este sentido, realizábamos actividades en las que César tenía que detectar errores pmpáticos, como cambios radides de temática, en un diálogo entre dos personas. En las sesiones grupales (3-4 ninos) se generaban situaciones conversacionala y se le entrenaba para demandar información reievante en torno a un tema, como preguntar a los compañeros qué habían hecho durante algún período concreto e identificable: el recreo de la mdana, la feria o el día de Reyes. Para esta finalidad rambikn se acudía a juegos habituales, como el ;Qui& er quién?, las adivinanzas o materiales como Pragma y Szntax: un roporte gráfico para la comunicación ..fmcial (Monfort y Juárez, 2002). La idoneidad de los temas de conversación y de su comportamiento en los distintos contextos se trabajó mediante nguiones sociales» (p. ej., qué pasos dar en u n cumpleaños al que había sido invitado) y mediante «círculos de prhcidad», que consisten en círculos concéntricos que representan desde las personas más familiares a las menos, y se ha de elegir ante quiénes es conveniente hablar de un tema y ante quiénes no (Fig. 19-3). Con el paso de los meses la conducta de César fue volviéndose más dificil, ya que desarrolló una forma de relación con los demás marcada por el negativismo. Todo en él era oposicionista: si le decías que ibas a darle la pelota verde, él te decía que quería la azul; si le decías que estabas contento, él te decía que triste; si le leías un cuento que comenzaba con el clásico Érase una v a , é l interrumpía diuendo: &ase una vez, no; éranse dos v m . También se dieron algunos episodios de conductas dismptivas, como pegar a a@n compañero. Con el fin de extinguir este tipo de wmporramientos se empleó un programa de modificación de conducta. El m e s o de esta intervención se di- l TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA - Partes del cuerpo Fiaura 19-3. Círculos de orivacidad: aoovo visual Dara rigió a sus padres, con un entrenamiento cenrrado en contingencias para el manejo eficaz de este tipo de episodios. Es de destacar que César se había mostrado siempre muy poco sensible al castigo, lo que había supuesto un obstáculo para su familia a la hora de establecer las normas de conducra. Se incidió con ellos en el uso de la extinción y en el refonamiento de conductas alternativas que fuesen más adaptativas. En la escuela somos más Uno de los punros que cobra enorme importancia en el tratamiento del síndrome de Asperger es la integración escolar, por ser la escuela un entorno social complejo en el que es necesario enrender bien las relaciones humanas y las reglas explíciras e implíciras que las rigen. Una inadaptación en este contexto puede desencadenar en el niño problemas emocionales y de autoestima. Diversas investigaciones registran un aumento significativo de la ~revalenciade episodios depresivos y de trastornos de ansiedad en personas con síndrome de Asperger, en especial a partir de la adolescencia. Para lograr un tratamiento integral, nos dirigimos al colegio en el que César estaba escolarizado y tratamos de aunar esfuerzos con los profesionales implicados con el fin de seguir unos objetivos y metodología de trabajo similares. Desde el principio, las referentes del menor en el centro educativo (maestra y psicóloga) se mostraron muy motivadas a colaborar v> receotivas ante las recomendaciones. L pues, según ellas, era d primer niño con «estas características» que habían tenido. En el aula pudimos observar lo aislado que se encontraba: parecían dos clases paralelas con normas distintas, una para el resto de los 19 compañeros y otra para él. Cuando se visita a estos niños en entornos grupales, en los que se dan gran cantidad de interacciones sociales simultáneas, se confirma que se desenvuelven peor, ante la demanda de procesar numerosos estímulos al mismo tiempo. Además, el resto de iguales ~ercibíancomo rara o extraña la manera de actuar de César, sus estereotipias o algunas rabieta sin motivo aparente, lo que provocaba que tuviesen una imagen negativa del menor y, por lo tanto, no lo buscasen con la misma frecuencia que al resto. Lo primero que hicimos fue intentar que se inrerpretaran las acrimdes del niño de manera ajustada a sus dificultades y que evitaran tratarlas como problemas de conducta sin más (*es caprichoso», «es muy inquieto>,,«no tiene límites marcados»),ya que esro podía tener efectos negativos en la rdación maestra-alumno. Otras recomendaciones al centro escolar fueron las siguientes (para una completa guía de esrrategias de intervención en el aula, v. Martos et al., 2012): Utilizar herramientas que facilitaran la comprensión del entorno. Se crearon apoyos visuales para indicar las normas básicas de convivencia en clase. También nos servimos de un plan visud y escrito para prepararlo frente a las novedades ambientales o a las alteraciones de la rutina, como asambleas, excursiones o modificaciones del horario. Su inflexibilidad cognitiva y su alta sensibilidad a los cambios podían propiciar que apareciesen, en estas situaciones, conductas disruptivas y un alto nivel de estrés. Fomentar su participación en grupo, reforzando positivamente a las compañeros para que lo estimulasen a colaborar e intervenir, creando los llamados «círculos de amigos». Disminuir los tiempos de contacto no estructurado con los compañeros: las acrividades formales con cierto de organización hacían que su funcionamienro fuese más ajustado. Evirar que empleasen con él un lenguaje w n conceptos abstractos y generalistas. Por ejemplo, trarar de no preguntarle «¿por qué te has portado mal?»,y en su lugar decir: «No me gusta que me pegues cuando va a acabar la sesión; si no quieres que termine y estás enfadado dime "me gustaría seguir más tiempo, por favor"». Generar un enfoque positivo: alabar sus logros y no centrarse únicamente en sus déficirs o dificulrades. Crecer juntos Durante estos años hemos observado que César va comprendiendo mejor el mundo que lo rodea y que su integración en él rr m i s sólida. Ahora, a la edad de 6 años, puede ser más consciente de que las personas perciben, entienden, Sindmme de Asperger n o sienten de manera distinta a la suya, y de s o los llevará a comportarve en una detemidirección. Va aprendiendo que una persona e decir una cosa y pensar otra distinta, como re en la ironía, aunque es necesario valorar bién las características del contexto en el que tipo de contenidos aparecen. Resuelve tareas falsa creencia de primer orden y comprende ceptos mentalistas como parecer, convennar, etc. Aun así, las dobles intenciones, dudas sociales más ambiguas o las daves sutiles, como que le guiñen un ojo buso su complicidad ante una mentira, le siguen 'endo en una gran confusión y desconcierto. Lo anterior, a la vez, ha idluido favorablemenen sus habilidades pragmáticas, en el sentido e ser capaz de tomar el punto de vista del otro tarse a b información que su interlocutor eja, sin darlo todo por sabido. Tiene mejores lidades para iniciar y mantener una conversa, aunque sigue mostrando escaso interés por vivencias o experiencias ajenas, por lo que los diálogos son aún algo unilaterales. Participa más y mejor en juegos gupales típir a s de patio, como el apilla-pilla o el fútbol, a pesar de que desde el punto de vista motor es poco habilidoso, y se adapta a las reglas, tolerando la derrota. Sin embargo, se mantiene poco integrado ,socialmente, no dispone de amigos estables, y sus II a JuKio clinico: sindrome de Asperger. a l intercambios suelen ser fugaces y muy condicionados por la actividad en la que se contexnializan. Por o u a parte, demanda mucha información y tiene un gran afán de conocimiento, sobre todo en lo relacionado con sus intereses que, en la actualidad, se centran en la historia de las civilizaciones. Cuando domina algún tema suele disminuir su motivación y tiende a cambiar de materia, por lo que se hace complicado que permanezca atento a algunas explicaciones en clase, pues son aprendizajes que él ya ha adquirido. Su forma de organizar el entorno sigue siendo rituales, corno subir arbitraria e insiste en r& los primeros dos pisos de su bloque andando y los siguientes hasta el 40 en ascensor. Las d i e t a s , sin embargo, van disminuyendo ligeramente y es capaz de emplear comportamientos más funcionales para influir sobre su entorno. Aun así, su escasa tolerancia a la frustración facilita la aparición de conductas disniptivas, que se acompdan a menudo de reacciones emocionales exageradas (P. ej., llora porque no le ensehamos la pestda «Todos los programas» de nuestro ordenador). Dada su edad, César aún no es consciente de sus déficits y no observamos por sus verbahciones que se perciba como diferente a los demás. Esta condición probablemente sea uno de los puntos dave de la intervención futura. al cerebro socialn; importancia de la relación Hallazqos en la exploración: desarrollo dientre la arniqdala y la teoría oe la mente. sarm&icn con capacidades mgnitivas Las teorias ne~roco~nrtivas actuales sobre el dentro de la normalidad o por encima de sindmme de Asperger se centran en aspectos especñicos del trastorno que no permiten exésta (habilidades rnnésiras o caudal léxico) plicar laglobatidad de los síntomas observados, y cognición social y habilidades lingüísticas deforma que pueden ser compatiblesentre sí. pragmáticas deficitarias; escasa interacctón con los otros y recrprocidad emocional, inte- a Intervención neuropsicológica en atención temprana: reses estereotípados, inflexihlidadcognitiva - Con el niño: parür de requisitosde la comuy baja tolerancia a la frustración. nicación y de la interacción social (p. ej.. la a En la actualidad, los datos ofrecidos por los análisisponrnortem, la neuroimageno los proatención conjunta o el contacto ocular) y potenciar el desarrollo de la cognicián sotocolos neuropsicológicos no han conseguido cial a travds de amvidades menialistas reproporcionar un perfil claro y específicode los lativas a la interpretauón de intenciones y procesos cerebrales implicados que ramcteriemociones ajenas. cen al sindrome de Asperger frente al autismo. - Con la familla: ps~oeducan'ón bobre las Datos de neuroimagen:~)morfológicos: mayor caracierísticasdel trastorne y el manejo de volumen de sustancia gris y blanca. en ewecial continqencias). fronral. Y menor volumen oe la amicidala. el hi. - En Id rscueld: psicotulucdci6n con maestras pocampo. el c a ~ d a d oy el caebelo. y bt fur1c.oy compañeros; estructuración del ambiente. nales: hipometabolismo en las áreas asociadas 1 1 I ACTIVIDAD19-1. Repasar la neuroanatomía infantil Test infantil del sindrome de Asperger (ChildhoodAsperger Syndrome Test de Scott, Baron-Cohen, Bolton y Brayne, 20021 J Ejercicio 1. Localice en una lámina de neuroanatomia el denominado «cerebro social», cuyas alteraciones se asocian con las dificultades en las interacciones y en la comunicación observada en el sindrome de Asperger en sus dos principales áreas: - Áreasfronta1es:cortezaclngulada y orbitofrontal. - Áreas temporales mediales: amígdala, ínsula e hipocampo. Consta de 37 ítems que evalúan áreas generales de socialización, comunicación, juego, intereses y patrones de conducta repetitiva, si bien serán sólo 31 preguntas las que contribuyan a la puntuación total del niño, con una valoración de O o 1. Una puntuación total superior a 15 sería indicativa de que el menor probablemente presente un cuadro clínico dentro del espectro autista, lo que justificaría una evaluación más orofunda. ACTIVIDAD19-2. Aprender a evaluar en neuropsicologia infantil. Principales pruebas Las escalas y cuestionarios tienen un valor clínico Importante, pues permiten una exploración preliminar de un coniunto variado de comportamientos, sobre todo ;ociales y comunicativos. Sin embarao, - tienen imwortantes limitaciones con respecto a las propiedades psicométrlcas de validez o fiabilidad que impiden queel diagnóstico se asiente sólo en ellos. Se describen a continuación las más usadas para explorar el sindrome de Asperger. Escala australiana del sindrome de Asperger (Australian Scole for Asperger's Syndrome [ASAS], de Garnett y Atwood, 1998) Es probablemente la más utilizada en España. Consiste en un listado de24 ítems, con una escala de 7 puntos para cada uno de ellos. Evalúa las siguientes dimensiones: las habilidades sociales y emocionales, la comunicación, las habilidades cognitivas, los Intereses específicos, las habilidades motoras y otras característicasespecíficas del individuo. ICAST Escala Gilliam para evaluar el trastorno de Asperger (Gilliom Asperger Disorder Scale [GADSI, de Gilliam, 2002) Se compone de 32 ítems que describen conductas específicas, observables y medibles. Se divide en 4 subescalas: interacció; social, patrones restrinaidosdecom~ortamiento. . ,werfil coqnitivov habilidades pragmáticas. Se emplea para individuos desde los 3 hasta los 22 años. < J Ejercicio 2. Elija una de las cuatro escalas presentadas previamente (la versión española puede encontrarse en Martos et al., 2012) y trate de completarla con los datos sobre César que se han proporcionado a lo largo del capítulo. Realice un breve comentario sobre los resultados obtenidos acerca de las áreas más deficitarias de cara a una intervención clínica. 19-3. Neuropsicología infantil ACTIVIDAD en el cine y la literatura Para leer Cuestionario de detección del espectro autista (Aufism Spectrum Screening Questionnarie IASSQI, de Ehlers, Gillberg y Wing, 19991 Consiste en un listado de 27 afirmaciones sobre los comportamientos del niño y está diseñado como prueba de cribado para individuos con un nivel intelectivo alto y una alteración social en el espectro autista. Los ítems se puntúan 0,l o 2. Una puntuación superior a 19 indicaría una alta probabilidad de presentar un trastorno del espectro autista, con lo que se recomendaría proceder a una evaluación más completa. ' Grandin, T. Pensar con imágenes. M i vida con el aurismo. Barcelona: ALBA, 2008. Haddon, M. El curioso incidente del perro a medianoche. Barcelona: Salamandra. 2006. p. 69108. Cinefórum * Elliot A, director. Mary ondhlax. Fitzroy VlC (Australia): Melodrama Pictures, 2009. Johar K,director.MinombreesKhan. India: Dharma Productions, 2010. T Guia del síndmme de Asperger. Barcelona: PaidOs, Obnur JE, Randall PP. Neuopsycologipervasivc dmlopmenral and auurm specE n : Repol& CR, F l e t c h e r - J w E eds. d,Ncal cMd n e ~ o W d i o l o ~New . York: üsmo y sindrome de Asperger. Madrid: MUnor-Yum JA, Fuenta-Biggi 1, 6nd- dala thmry of aurisms revisired: Linking sauaure ro b+ havioz Neuropqrhologia 2006;44:1891-9. Fárh U. Emanuel Mine lecme: confurions and mntrovcrsies abour Asperger s/ndrome. J Chiid Psydiol P+auy 2004;45:672-86. Gray C. Social smnes and comic stnp conwrsacions widi rtudenis wirh Asperger syndmme and higl-funcrioniqg autkm. En: Sdiopler E, Mesibov GB, Kunce LJ, eds. Asperger syndrorne or high-hinctianing a u e m ? New York Plenum Pms, 1998. W E, E A U. Un&isanding aubm: insighis from mind and brain. En: Feth U, Hill E, eds. Autism: mind and brain. OxFord:Oaford Universiiy Pms, 2004;p. 1-19. Howlin P, Baron-Cohen S. Hadwin T. Enseñar a los ninos aurktas a compren& a los demás. Guía práctica para educadores. 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Still expuso 43 casos dínicos con «déficit en el control moral,, que presentaban graves problemas en la atención sostenida y en la autorregulación de la conducta. Por ejemplo, entre las descripciones encontramos la siguiente referencia a un chico de 6 anos: A lo largo de la historia, diversos autores han scrito a nifios con u n parrón de síntomas simis a los que actualmente caracterizan el trasno por déficit de atención con hiperact~vidad DAH). Se trata desde referencias de corte lite, como la de Shakespeare en su obra Enrique 1.. .] que era incapaz de mantener la atención más de un corto periodo de tiempo, induso en el juego y, donde hablaba de una «enfermedad de la como era de esperar, el fallo arencional era apreciable btenciónn, o las famosas historias ilustradas que el sobre todo en la escuda, d o n d o que el nióo esta!médico alemán Heinrich Hoffmann creó para su ba renasado en dgunv maraias, a pesar de que en las bijo de 3 anos (El inquzeto Phil, Johnny el derpüconversaciones corrientes pareda m inteligente y btid o ) , hasta literatura científica sobre problemas llante como cualquier otro niúo (p. 1166). de atención, como el artículo de Melchior Adam Weikard, quien en 1775 detalló síntomas de disS d I ya describió en esa época rasgos que caracmibilidad, baja persistencia, acciones impulsivas terizan acniamente al TDAH: mayor incidencia e inarención, o el capítulo escrito por Sir Alexanen varones, presencia de una alta comorbilidad der Crichton en 1798 dedicado a «la atención y con la conducta antisocial y la depresión, existensus enfermedades*, donde recoge un estado mencia de una predisposición familiar, con un posible tal similar al del TDAH con presencia de inatenorigen hereditario. Por otro lado, su denominación (Barkley y Peters, 2012). ción del cuadro, <déficiten el control moral>,ha Sin embargo, para muchos la primera aportaevolucionado, con el acuío de diversos nombres ción científica que describe sistemáticamente las a lo largo del tiempo según el enfoque dominante características del trastorno fue realizada por el en cada período; así, por ejemplo, desde la mpediatra Sir George F. Still, en 1902, en la revista dición médica, como *lesión cerebral mínima» o I edisfunción cerebral mínima», pasando por los planteamientos conducruales de areacción hipercinética de la infancia», y los rognitivos de «trastorno por déficit de atención.. Sin embargo, ha sido durante los últimos anos cuando más notoriedad ha adquirido el TDAH, hasta el punto de que, en la actualidad, es uno de los trastornos más diagnosticados en la infancia y la adolescencia, con tasas de prevalencia del 6-7 % (Willcurt, 2012). Se identifica por la presencia de un parrón persistente de falta de atención, actividad motora excesiva e impulsividad que inrerfieren en el funcionamiento o en el desarrollo, como se define en la 5%edición del Manual diapórtico y estadirtico de los trartornoi mentak, DSM-5 de la American Pychiatric Rsociation (APA, 2013) (Recuadro 20-1). La referida notoriedad que rodea al TDAH en el siglo xxr se acompaña de numerosas controversias debido, sobre todo, a que el aumento exponencial del número de personas diagnosticadas ha transmitido ideas equivocadas. De hecho, en 10s medios de comunicación de masas se atribuye el trastorno a un gran número de personalidades, como 'ihomas A. Edison, Leonardo Da Vinci o Albert Einsrein. Sin embargo, no se trata de niños simplemente difíciles, maleducados o con falta de voluntad, sino que tanro la práctica clínica como la lireratura científica muestran consistenremente que se trara de uii rrastorno con un fuerte romponente genérico, que se acompaña de la afecta- ción de una serie de estructuras y circuitos cerebrales (Recuadro 20-2). El caso que se expone a continuación pretende poner de manifiesto la complejidad sinromarológica y la necesidad de intervención terapéutica precoz en este rrasrorno, ante las re~ercusionesque los síntomas tendrán en los diversos contextos de desarrollo y, en mucbas ocasiones, más allá de la infancia. DESCRIPCIÓN GENERAL DEL CASO. ¡SOCORRO, NECESITO AYUDA, N O PUEDO CONTROLARA M I HIJO! La primera vez que acudió a la consulta, Nacho tenía 7 zuíos y 2 meses y cursaba l o de primaria. Llepó iunro con su madre, aconseiada por el cenu , , tro escolar, ya que no conseguía prestar atención suficiente en la escuela y molestaba y distraía a sus compañeros. También en casa, los padres y otros familiares venían observando desde hacía riemoo que era un niño con dificultades para prestar atención y que presentaba signos muy notables de inquietud motora. La madre solicitó una evaluación neuropsicológica para estudiar la posible existencia de un trastorno. La sospecha diagnóstica de TDAH se hizo patente nada más entrar por la puerta de la consulta. Cuando apareció Nacbo, un niño simpático, exrravertido y alegre, enseguida se presentó, diciendo su nombre y apellidos, y comenzó a inspeccioA 7 Recuadro 20-1. Criterios diagnósticos y trastorno por déficit d e atención con hiperactividad 4 El trastorno Dor déficit de atención con hiper- del neurodesarrollo. Los criterios clínicos para el actividad (TDAHI aparece por primera ver en diagnóstico no han cambiado con respecto a los los sistemas de clasificación psiquiátrica en la del DSM-IV-TR, aunque se han introducido algu. . edición del Manual diagnóstico y estadistico nas variaciones en relación con la versión anterior: los síntomas deben estar presentes antes de de los trastornos mentales (DSM-11) (APA, 1968). en la que se denominó «reacción hipercinética los 12 años (independientemente de que causaen la infancia y la adolescencia». Se ponía, por ran alteraciones o no a esas edades); el término «subtipos»ha sido sustituido por el de <<presenconsiguiente, el énfasis en el exceso de actividad taciones~,reflejando el paso que, con frecuencia, motora y en la atenuación de los sintomas en la suele producirse de un subtipo a otro a lo largo adolescencia. 4 En el DSM-III (APA, 1980).con el auge de las codel ciclo evolutivo; el autismo deja de ser un crilo aue ambos trastornos rrientes cognitivistas, se recoge la importancia terio de exclusión.. Dor , pueden diagnosticarse juntos, y adquiere impordel sesgo atencional, por lo que pasa a denotancia el diaanóstico en la etapa adulta. minarse rtrastorno oor déficit de atención».. aue . podía manifestarse con hiperactividad o sin ella. 4 A la hora de realizar el diagnóstico debe especificarse el t i ~ ode ~resentacióndel trastorno: En su versión revisada IDSM-III-R: APA, 1987)adcombinada inatento o quiere la denominación actual de «trastornopor p re dominante mente hi~eractivolimpulsivo,así déficit de atención con hiperactividad~. como el nivel de intensidad: media, moderada y La última versión de este manual, el DSM-5 (APA, grave. 2013). incluye el TDAH dentro de los trastornos I La mayoría de los autores considera que la heterogene odd caractpristira del trdsiorno por d ~ c ide t atencióncon niperactiviaad (TDAH) suqierc Lna multiplicidad devías etiopatogénicasque implican complejas interacciones genes/ambiente que abocan al resultado final. Por lo tanto, la visión dominante se fundamata en un modelo transaccional con contribuciones genéticas, neurobiológicasy psicosociaies. + conducta motora: la corteza wefrontal y parietal. el cerebelo, lo, gdngiios oasaler (núcleora.ldddo y putamen), las estructxds iimbicas y e, cíngriio anter,oi. entre otras (hart et al., 201 3). Concretaniente. ei tdrndño de estds áreas puede ser inds pequeño en niños con TDAH en comparación con sujetos sin este trastorno; estas áreas también presentan un patrón de actividad reducido o anómalo de los neurotransmisores dopamina y Factores aenéticos. Los estudios de mellizos noradrenalina. y de adopción indican que la heredabilidad del 4 Factorespsicosociales. Variabiesprenataies(estilo de vida de la madre durante el embarazo, trastorno se encuentra en un 70-80 %. Seuún - el como consumo de alcohol o de tabaco), perinapor Gizer et al. (2009). los siauientes qenes han demostrado estar asociatales (bajopeso al nacer, complicacionesdurante dós de manera significativaal TDAH: DATl (gen el parto) y posnatales (ambientes de pobreza, transportador de la dopamina),DRD4 (gen recep malnutrición o exclusión social) también desemtor D, de la dopamina], DRD5 (gen receptor 0, peñan un papel importante en el TDAH. Su influencia pareceadquirir relevancia sobretodo en de la dopamina), SMT(gen transportador de la la persistencia de los síntomas en el tiempo. Der dopamina), HTRlB (gen receptor de serotonina) y SNAP-25 (gen de la proteína 25 que interviene taca el papel importante que ejerce la familia, ya en la regulación y estabilización de las sinapsis). queseencuentran mayor estrés parental y estilos de disciplina disfuncionales,siendo más imposiFacíores neumbiológicos. Las investiqaciones actuales indican : 1 presencia de anomalías tivos, controladores y críticos que en las familias estructurales y funcionales en el cerebro de los sin este trastorno [Miranda et al., 2007). niños con TDAH. Las técnicas de neuroimagen 4 En resumen, aun aceptando que existe una prehan mostrado queestán afectadas regiones ceredisposición biológica clara en elTDAH, su evolubrales relacionadas con las funciones ejecutivas, ción no puede comprenderse sin considerar los las emocionesy la coordinación y el control de la factores y experiencias en el entorno. nar la sala. En los minutos en que introducíamos los datos en el ordenador había toqneteado todos los objetos de la consulta, los pocos juguetes que había a la vista estaban por el suelo, los lápices cambiados de sitio, el pisapapeles encima de la silla.. . Parecía, como lo describía su madre, un terremoto.En la entrevista inicial, ésta comentó que durante los primeros años de vida había sido un bebé con un temperamento «difícil>>: llorón, irritable ante cualquier estímulo, con problemas para calmarse y con demandas conmuas de atención hacia los padres. Un aspecto que destacó en particular fueron las pautas irregulares en el sueño; desde bien pequeño se levantaba varias veces, encendía y apagaba luces y despertaba a toda la familia. En relación con los hitos del desarrollo, el inicio de la marcha, la adquisición del lenguaje y el control de esfinteres se produjeron con normalidad, aunque Nacho siempre había sido «movido»y un poco «patoson. Comea andar a los 14 meses, y la madre comentó que se caía con facilidad porque era muy atolondrado e iba «corriendo»a todos lados. Cuando acudían al parque, mostraba 1 un movimiento excesivo en comparación con los otros ninos de su misma edad. iba de un columpio a otro sin ser capaz de permanecer en ninguno de ellos y disfrutar del juego. Recuerda que temía llwarlo con eiia al supermercado porque, aun subido en el carrito, cogía los productos de las estanterías y gritaba para llamar la atención cuando no se compraba lo que él quería. Asistió a la euardería a~roximadamentea los 3 años, en la que las maestras se quejaban repetidamente de que se trataba de un niño más inquieto que el resto de sus compañeros: trepaba por todas partes, le costaba seguir las consignas y mostraba gran dificultad para adquirir los hábitos básicos de autonomía apropiados para su nivel evolutivo. En relación con el contexto familiar, los padres comentaron que en casa existían fuertes tensiones entre eiios y que, a raíz de esto, Nacho había comenzado a mostrar un comportamiento desafiante. La madre presentaba antecedentes de problemas emocionales. Informó de que su vida era muy estresante y manifestó que era incapaz de manejar el comportamiento de su hijo, srpre- En casa, le costaba centtars despacio y reflexionando; no su atención ante actividades mo repetitim. Un tema que irritaba a su madre era que no PO& dedi res durante más de 5 minutos, pe d a jugando con la videoconsola También insistia en aue debía reDeur varias veces oara qui las llevase; cabo, o simplemente para Uamar su atención, po reda que no la escuchaba. Duknte la sesión, obsemamos di6cul para el esfuerzo mental sostenido, tiea atenciod. Se distraía Edciimente con :1 externos, mitabaalrededor y tocaba los obj más cercanos a él. En lo relativo a la hiperactividadlimp dad, u n comentario recurrente de la madre «corre por todas partes, parece que no se nunca>>.Nacho era un niño muy ~unwidon EVALUACI~NDEL CASO. UN CEREBRO madre percibía que, en comparación w n CON FALLOS EJECUTIVOS ninos, a su hijo le costaba esm sentado in durante un corto de tiempo. Ante la sospecha de TDAH, se procedió a reaapreciaban dificultades para el seguim lizar una evaluación exhaustiva que incluía una normas (mantenerse en la siUa y entrevista ciínica, cuestionarios dirigidos a recoger demás). Cometía errores en las are indicadores wnductuales de inatención, hiperacla excesiva rapidez con que pretendía termin tividad/impulsividad y síntomas wmórbidos en Interrumpía a la maestra y a los wmpafieros, el conrexto eswlar y familiar, tests neuropsicocía preguntas en momentos inoportunos, respon lógicos estandarizados y, por supuesto, la propia día de forma precipitada a las cuestiones que se le observación dínica. olanteaban. hablaba excesivamente, se levantaba iin permiso y deambulaba sin rumbo por el aula Síntomas básicos de inatención, por cualquier motivo (p. ej., s a w punta al Iápiz). hiperactividade impulsividad Otro aspecto que preocupaba a la madre y a la maestra de Nacho hacía referencia a sus probleLos síntomas nucleares delTDAH, es decir, Mta mas soiiales. A pesar de que e n considerado un de atención, hipe&vidad e impulSrvidad, se evaluaron mediante entrevista clínica y ~ g t i o n d o s nino sociable al que le mistaba la compañía, no era aceptado en general por sus iguales porque no sobre los criterios diagnósticos del DSM-N-TR. respetaba las reglas del juego, no toleraba perder En cuanto a la inatención, la principal queja e intentaba imponer sus propias normas y gustos. provenía de la maestra, a la que preocupaba muDe hecho, no solían invitarlo a las fiestas de cumcho el comportamiento caótico de Nacho. En dapleaños y era elegido en los últimos lugares cuanse, el n z o se disvaia a menudo con juguetes que do se formabm equipos de juego o de trabajo. En Uevaba de su casa, tiraba el lápiz y otros objetos al resumen: perturbaba seriamente la dinámica del suelo, hada ruidos con la boca y canturreaba freaula y necesitaba más ayuda y muchas más inscuentemente, no prestaba atención a las explicatrucciones o recordatorios para comporrarse cociones, no terminaba las tareas que se le encomenrrmmente que el resto de los alumnos. daban y comeda muchos errores por desniido; En La consulta se observaron dificultades para incluso alguna vez había dejado en blanco el folio mantenerse sentado en la silla, de manera que en reverso de un examen. Era muy desorganizado y cuanto finalizaba una tarea se levanraba y se ponia poco cuidadoso con su material escolar, que solía a jugar con los juguetes sin pedir permiso. Nacho perder con frecuencia. En consecuencia, necesitainterrumpió al examinador en diversas ocasiones, ba mucha recomendaciones y advertencias para e incluso canturreó e hiza midiros inapropiados lograr objetivos quelos ninos de su edad dominadurante la ejecución de las pruebas. ban sin esfueno. sando fuertes sentimientos de inelicacia personal y frustración. Un dato relevante de la historia familiar era la similitud que encontraba la madre entre ciertas conductas del ni60 y las del padre, a pesar de que éste nunca hubiese sido diagnosticado de TDAH. De hecho, en este rtastorno los gmes desempeñan un papel importante y no es raro que se S o r m e de casos en los que algún familiar del niño con TDAH presenta los mismos síntomas. En comparación con SUS compakeros que no sufrenTDAH, los estudiantes con este trastorno son de 2 a 8 veces más propensos a tener, a l menos, un hermano o un padre conTDAH, aunque es posible que los síntomas nunca se hayan identi6cado o diagnosticado formalmente (para unarevisión. v. Faraone y Mi&, 2010). A 1 1 Neumbiología y neumpsicologíadel La falta de conrrol de impulsos quedaba re0ejada en situaciones cotidianas como la que aconteció unos días antes de la evaluación. Mientras jugaba con sus amigos vio un gato en un árbol y, sin pensarlo dos veces, decidió escalar hasta la rama más alta, sin saber cómo bajar cuando estuvo arriba. Nacho recuerda esta hazaña orgulloso día que conoció a los bomberos,,. Ante como <<el este tipo de conductas, la madre transmitía la preocupación de que debía ser vigilado cada minuto, ya que de lo contmio podría hacer algo que realmente lo hiriese o Le provocase un da60 más grave. Finalmente la madre se quejaba de la falta de autonomía de Nacho. La impresión que transmitía recordaba la descripción sobre Joey que se recoEe - en el libro de Tomas Brown (2006). Debido a sus problemas de atención y de hiperactividad, se encandilaba fácilmente y cambiaba de una actividad a otra con rapidez, por lo que en ocasiones tardaba en ejecutar cualquier tipo de tarea, induidas, por ejemplo, las rutinas diarias de vestirse y comer: Mi hijo de 8 años, Joq: nunca está cansado y siempre procesa por quedarse levantado. Y aunque esté realmente cansado, es muy difiül que deje lo que m á haciendo, se ponga el pijama y se vaya a la cama Grita y e m d a con las más pequeíios. Por l a mañana se lem m muy bien, pero es inueiblemente lento para vesune y esar listo para ir al colegio. Le prepara la ropa y le pido que se vista mientras me visto ya y visto a los das pequeíios, para poder irnos. Pem si no me quedo constantemente con éi, repitiéndole paso a paso la mrina cotidiana, nunca llegadamos a tiempo a tomar su autobús. ¡Su hermano de 5 es más independiente! (Brown, 2006). Además, para obtener información de carácter normativo, se plantearon a los padres y a la maestra los criterios del DSM-IV-TR que se recogen en los cuestionaios de falta de atención e hiperactividadlimpulsividad de las Escalas de Connersd. Los datos obtenidos coincidieron con los recabados en la entrevista y con la observación Clínica. En el contato escolar, la maestra de Nacbo indicó como positivos 8 ítems de la escala de falta de atencdn y 8 de la escala de hperactividadimpulsividad. En el contexto familiar, la madre señaló G ítems positivos de falta de atención y 7 de hiperactividad-impulsividad. Evaluación de las habilidadescognitivas Muchos de los síntomas del TDAH responden a una alteración en las funciones ejecutivas regu- ladas por el lóbulo frontal (Recuadro 20-3). Por esta razón, en nuestra valoración incluimos pruee s r a n b d a s que permibas ne~ro~sicológicas ten evaluar estas funciones (Tabla 20-1). El funcionamiento i n t e l e d dobal de Nacbo, waluado mediante la Escala de inteligencia de Wecbsler para niños-N (WISGIV), se encontraba dentro de la normalidad. a oesar de haber obtenido puntuaciones en el límite bajo en los subtests Claves y Aritmética, una tendencia que suele ser frecuente en ninos con &arltades atenciondes. Estos problemas se m a d a d de~ for~ ma más acusada en la atención sxteuida,es decir, en su capacidad para mantener la mmentraaón en una tarea hasta finalizarla w n &m, 10 clral implicaba que Nacho presentaba dikdtadds en la realización de actiwdades monótonas, qetitivas y de cierta duración. Otra de las funciones que se en~ommba9pecialmente afectada era la inhibición de laqudsta, con un bajo rendimiento en ks a6uro p& admimstradas, en especial debido akspunaiaaones en comisiones en laTarea dearenoénsoate8ida en la infancia (CSAT), en el subtestJ&biaón de la NEPSY-11 y en el Test de empa+mhto de figuras conocidas 20 (MFF-20). Los irsubdos del MFF-20 ofrecieron dos indicadmes bbles en sentido negativo: el elevado h e n i de errores (significativamente por e m h a dd promedio de errores de su grupo de r$enari) y la velocidad excesivamente alta a la hoa de rezponder, para su edad. En resumen, puede-que Nachn tenía un estilo impulsivo, yaqwaeqandía con demasiada rapidez y s i n &un aoáüsis minucioso de la tarea, lo que le U & a m e t e r numerosos errores. En el funcionamiento de la mem&a de uabajo, definida como la capacidad $e almaoenamiento temporal de la infomtaci& mipntras se están ejecutando otras tareas -o mostró ligeras alteraciones. Poronapaue m r d ó las tres series de ítems que esíg.la T ción de dos palabras en el orden -y uoa de las series de tres palabras, connn&enw que se encontraba dentro de Lx de la normalidad respecto a su edad aww* Sin embargo, experimentó d i f i a i l & m e t ~ e r d o inverso de números y en la m @ de nabajo visuoespacial. Igualmente, la p l d c a c i ó n y k B80biüdad cogniriva se encontraron algo e f k d a s , cnn punniarionev por debajo de lo esperado para la edad en el Test de copia de una figura w q l e j a de Rey, en la Torre de Londres y, s o b todo, ~ en el número . 1 Recuadro 20-3. Modelos etiopatog4nicos del trastorno por déficit de atenclón con hipemctividad I I l Los modelos teóricos explicativos del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) han ido evolucionando a lo largo del tiempo. Durante las décadas de 1950 y 1960 predominaba la apruv macion ronadcrua que se ceiiiraua rri los rrer 5.nroma5 pr marfus y o f r e ~ a rlna V I S ~ Oregmentdda ~ del trastorno. En las últimas décadas, la mayoría de los modelos propuestos se agrupan en torno a dos grandes hipótesis sobre los mecanismos neurocognitivos implicados: la cognitiva y la motivacional. Modelos teóricos basados en la hipótesis cognitiva. Barkley (2002) centró s u modelo en los procesos de inhibición, es decir, en la capacidad del individuo para detener la primera respuesta que puso en marcha ante la aparición de un estimulo. proteger su pensamiento de distracciones externas o internas y elaborar una nueva respuesta más adecuada que sustituyera a aquella predominante. Indicaba que los fallos en este primer acto autorregulatorio -inhibición conductual- inciden deforma negativa en cuatro funcioiit~sne~rtiprirologras. lar c ~ a l c irn f l ~ idr n d 5 d vez el1 el slSIellid iliotur q ~ culirro e a el comportamiento: la memoria de trabajo, la autorregulación de la motivación y de las emociones, la internalización del lenguaje y la restructuración (procesos de análisis y síntesis). Willcutt et al. (2005) realizaron un metaanáliSS i que incluyó 83 estudios centrados en distintos dominios de las funciones ejecutivas en sujetos con TDAH. como la Stop-Signo1Tosk, los Laberintos de Porteus, la Torre de Hanoi y el Test de clasificación de tarjetas de Wisconsin. Los resultados mostraron que los lndividuos con TDAH tenían un rendimiento significativamente menor que los controles en todas las pruebas utilizadas. Las diferencias fueron moderadas en magnitud (dde Cohen entre 0.49 y 0,69). y se encontraron tanto en muestras clínicas como en población general. Además. dichas diferencias siguieron siendo estadisticamente significativas después de controlar variables como la edad, la inteligencia general. el sexo y las afecciones comórbidas. El déficit en inhibición de la respuesta se describió en el 80 % de los estudios. seguido por alteraciones en la planificación, de las que se informó en el 59 %de los estudios. Sin embargo, si la disfunción ejecutiva se identifica con el hecho de obtener puntuaciones bajas en tests de funcionamiento ejecutivo, muchos individuos con TDAH no muestran una alteración significativa. Barkley 1 + (2002) y Brown (2006) argumentan al respectoque la disfunción ejecutiva es la esencia del TDAH, aunque no pueda medirse adecuadamente con los tests neuro~sicoló~icos tradiciona es, y \ ~ zren g q ~ 1'r evd Idclon debe real~zarce~ o n q i t ~ nalmente d nicdianre i.na amplia variedad de tareas. - Apoyando este modelo explicativo, estudios de neuroimagen señalan que los pacientes con TDAH presentan alteraciones anatómicas y funcionales en estructuras del circuito estriado-tálamo-cortical implicadas tanto en el control ejecutivo inhibitorio como en otras funciones ejecutivas superiores (Castellanos y Acosta. 2004). ~ o d e l o teóricos s basados en la hipótesis motivacional. Seqún estos ~ianteamientos.el mecanismo etioló~icoen el TDAH estaría reiacionado con la alteración de los procesos asociados al refuerzo de la conducta adaptativa, que se traduciría en hipersensibilidad frente al refuerzo inmrli atoc n'poscnsioilidadanrce rrf..erzo lardio Ac:. 5e ha observduo c i ~ los c nlnos rori TOAH tienen dificultad para trabajar adecuadamente durante periodos prolongados de tiempo y para esperar recompensas o estimulos motivadores, con independencia de su capacidad de inhibición o de su rendimiento en funcionamiento ejecutivo. En cuanto al sustrato neurobiológico de los déficits motivacionales en el TDAH, la evidencia es escasa. aunque prometedora. Scheres et al. (2007) estudiaron el sistema motivacional en pacientes con TDAH mediante resonancia macinética funcional. Compararon la actividad neural en el núcleo estriado en adolescentes con TDAH y sin él durante una tarea de anticipación de la recompensa (que se ha comprobado en investiqaciones previas que . .produce incrementos fiables en la actividad del estriadoventral en adolescentes sanos). Los resultados mostraron una activación en el estriado ventral reducida en los adolescentes ron TDAH durante la anticipación de la recompensa, en relación con los controles sinTDAH. Aun más, la activación ventral en el estriado se correlacionaba negativamente con los síntomas de hiperactividad-impulsividad. Modelo dual. Considera que los síntomas del TDAH son la expresión clínica final de procesos diferentes (Sonuga-Barke, 2003). Así, los sintomas de inatención se relacionarían con anomalías en el control cognitivo (originadas por una disfunción de la corteza prefrontal dorsolateral, la corteza cingulada anterior dorsal y las regiocontinúa 1 1 N-bioloday neumpsicolo~add delasmnio p o r déñcit de atención con hipenctMdad Recuadro 20-3. Modelos etiopatogénicos del trastorno por déficit de atención --- L: c..:.-> c.---, nes anteriores del estriado), mientras que los síntomas de hiperactividad-impulsividad se vincularían a anomalías en los procesos motivacionales y emocionales (asociadas a la afectación de la corteza prefrontal medial y orbitai y de las reqiones ventrales del estriado). Estos Drocesos se-encontrarían mediados por alterac/ones en circuitos neumfuncionales independientes: el circuito ejecutivo, modulado por terminaciones dopaminérgicas mesocorticales y niqroestriatal&, y el circuito de regulación emocional (o motivacional) del comportamiento, modulado por terminaciones dopaminérgicas mesolimbi- de errores perseverativos en el Tesr de clasificación de tarjetas de Wiswnsin. A partir de los resultados obtenidos en esta prueba, es posible concluir que Nacho manifestaba un estilo cognitivo caracterizado por una escasa flexibilidad cognitiva. En resumen, los resultados sugerían que Nacho, a pesar de tener un nivel intelectivo normal, presentiba déficits relevantes en algunos procesos cognitivos. Especialmente marcada fue l a baja ejecución en tareas que requerían atención sostenida e inhibición de respuesta, confirmando un estilo cognitivu iuarento e impulsivo. + cas. En síntesis, se considera la presencia de dos o más vías independientes entre síen la génesis del trastorno, cada una asociada a mecanismos fisiopatológicos específicos. Finalmente, otra explicación etioiógica delTDAH hace referencia a un modelo en el que se iiicorporan tres vias neurofuncionales: a) el circuito frontoestriado, asociado a funciones ejecutivas superiores; bj el circuito frontocerebelar, relacionado con la percepción y estimación del tiempo, y d el circuito frontoestriadoamigdalar, vinculado a la regulación de las emociones y de la motivación (Nlgg y Cassey, 2005). E x p l o r a c i ó n de los p r o b l e m a s a s o c i a d o s Ante los datos aportados p o r l a madre y l a maesua, se recogió información sobre la posible presencia de problemas asociados en ambos contextos. Así, cumplimentarrin los cuestionarios del Sistema de evaluación de l a conducta de niños y adolescentes (BASC). Los resultados se muestran en l a tabla 20-2. Tanto l a madre como l a tutora coincidieron en señalar alreraciones clínicamente significativas en biperactividad y en atención. Nacho también ala 20-1. Evaluación neuiop?iicológicade Nacho. Dominio cognitivo Cunuoneya~iaaa l 1 1 PrUeDa u t ~ l ~ a a a Cociente intelectual (CO e índices (1) i comprensión verbal WISC-IV I ramnamlento perceptivo 1 memoria de trabajo ivelocidad de procesamiento CI total Normal Normai-alto Atención Vigilancia Dividida Sostenida Subtest Digitos directos (WISC-IVI Subtest Aritmética (WISC-IV) CARAS.Test de percepción de diferencias CSAT-Omisiones Normal Normal-bajo lnferior lnferior SubtestDígitos inversos (WISC-IV) Normal-bajo CSAT-Comisiones Subtest Inhibición(NEPSY-11) MFF-20 lnferior lnferior inferior Torre de Londres Normal-bajo Memoria de trabajo 1 Verbal de respuesta Control de la interferencia Flexibilidad cognitiva y planificación Flenibilidsdcognitiva Planificación 1 1 Tabla 20.2. Evaluación nnimpsicológica de Macho. Doniinm afectivo y conductual Dimensionesglobales y escalas clínicasdel BASC Exteriorizar problemas Agresividad Hiperactividad Problemas de conducta Interiorizar problemas Ansiedad Depresión Somatización Problemas escolares Problemas de atención Problemas de aorendiraie Versión para los padres Versión para el tutor Clínicamente significativo E" riesgo Clinicamente significativo En riesgo Riesgo bajo En riesgo Riesgo bajo Riesgo muy bajo En riesgo Riesgo alto Medio En riesgo Medio Clinicarnentesignificativo Medio Riesgo muy bajo Riesgo bajo Riesgo muy bajo Riesgo muy bajo En riesgo - J BASCSinema dervalmciondelamnducta deniñory adolescentes Rangodepuntuacloner iiesgomuybafinesgo bajo, medio, en ~eiergo.clh~ernederigniñcafiva presentaba problemas e x t e r n h t e s , relacionados en oarticular con conductas socidmente desviadas y perturbadoras en la casa y en la escuela. Por el contrario, las puntuaciones en las escalas clínicas de problemas internalizantes fueron muy bajas, lo que indicó ausencia de trastornos de ansiedad, depresión o somatización. Finalmente, la maestra no reseñó indicadotes que hicieran sospechar la ~resenciade dificultades es~ecíficasde aprendizaj'e, a pesar de que la dimensión global de problemas escolares estaba en riesgo. - Dadas las circunstancias, se recomendó hacer un seguimiento por si fuera necesario profundizar en un futuro próximo en la evaluación de dichas dificultades de aprendizaje, wmo la dislexia o la discalculia. INTERVENCION. LA REFLEXIÓN COMO PROTAGONISTA PRINCIPAL La evaluación realizada reveló que Nacho cumplía los criterios establecidos según el DSM-TVTR para el establecimiento de un diagnóstico de TDAH con una presentación combinada. Los síntomas estaban presentes antes de los 12 años y causaban un deterioro clínicamente significativo en diversas áreas del funcionamiento. Se aíiadia que el niño experimentabadéficits en distintos aspectos del ámbito ejeativo valorados a través de una batería amplia de tests estandarizados. Basándonos en la información obtenida nos planteamos desarrollar una intervención multicontexnializada y multicomponente. Su éxito reside, por una pane, cn su carácter ecológiw, dado que cuenta w n la participación a& de padres y maestros para llevarla a cabo en los contextos na- d e s y, por otra pme, en proponer diversos procedimientos oara la modificación del ambiente Y el aprendizaje de competencias alternativas (Miranda et al., 1999). En definitiva, se trata de producir cambios en los entornos significativosdel niño, el colegio y el hom, y e m e h l e nuevas conductas quesustituyan las desadaptadas mediante programas oue desarrollen ks habilidades s o d e s . el " autocontrol y la solución de problemas. La intervención que se implementó induyó mes programas desarrollados directamenre w n ' el niño, la familia y el entorno escolar. Antes de 1 comprensible para d o s varios aspectos esencial6 para suscitar su motivación e incentivar el compromiso de llevar a Nacbo a las sesiones de tra miento. Por un lado, se wmentaron los objeti generales de cada uno de los referidos program y, por otro, se expusieron los procedimientos técnicas para la consecución de estos obje (Tabk 20-3). También se comentó w n los padres la posi dad de que se administrara medicación a Nac Ellos decidieron dejar en suspenso esta opción tratamiento, a la espera de los resultados que obtuvieran con la intervención psicosoual. Intervención con el niño: somos un gran equipo El programa que se plani6có persipuió b mente dos objetivos que se consideran la p angular en el abordaje del TDAH.El primero templaba la necesidad de desarrollar habilida autoconuol. Dichas habilidades re tendían Niño de aut(xwitm1para mejorar la la impulsividad conductual y en solución de problemas 2.Técnica de la tortuga Padres Maestros 1. Proporcloriar conocimientos sobre el trastorno para propiciar 1. Proporcionar arePoramIent0 al problema desu hijo en relación con el trasiorno para modficar lasatrtbuuones y expectativas respecto conductual para aumentar su competencia y percepción como padres eficaces respuesta a las necesidades específicas de apoyo educativo del alumno para manejar .Tiempo muy espechl rarsu rendimiento en las tareas escolares, prestando geención y realizándolas con cuidado para comerer menos errores y, paralelamente, potenciar el manejo de las emociones que, con la impkividad, se desbordan. Para ello se utilizó u n abanico de diferentes materiales y técnicas, que se enmarcan en el enfoque cognitivo-condumaly han demosuado ser eficaces en la intervención clínica y educativa en ninos conTDAH (Miranda, 2010). Conaeramente, se aplicó una versión redncida del programa Penrar m voz alta, de Camp y Bash (1981), para modelar y practicar la téuiica de autoinstrucciones y de solución de problemas. La mitad de las sesiones se dedican a la ensehanza de resolución de problemas cognitivos (rompecabezas, laberintos, buscar diferencias, etc.) y el resto ala de problemas interpersonales (identificar emociones, reconocimiento de la causalidad fisica y emocional, etc.). Aplicando las autoinsaucciones I se entrena alniño para que uulice el lenguaje como herramienta de dirección del comportamiento. Asimismo, se reaüzó un entrenamiento en la técnica de la tortuga para ayudar a canalizar de manera adeulilda la expresión de las emociones, parando antes de actuar, pensando soluciones al problema, seleccionando las más apropiadas y valorando sus consecuencias. El entrenamiento induyó niauo fases. En la primera fase (sesiones 1y 2) se enseña al niño a responder a la palabra dave xtortugan cerrando los ojos, pegando los brazos al cuerpo, metiendo la cabeza entre los hombms y replegándose como una tortuga en su caparazón; en la segunda fase (sesiones 3 y 4) el nino apren- 1.Técnicasde mDdificación de conducia:alabanza y extinción 2,Adaptacionesdel currículo 3. Sistema de economia de fichas de a relajarse mientras se mantiene en esta posición; en la tercera (sesión 5), el niño generaliza la utilización de la postura de <tortuga. a otras situaciones y contextos, y la última (sesión 6) se dedica a la ensefianzade esuategias de solución de problemas interpersonales. A lo largo de todo el proceso se refuerza laaplicación de la técnica en la vida diaria para facilitar la generalización. El segundo objetivo de la intervención iba dirigido a desarrollar la competencia social de Nacho para mejorar sus relaciones interpersonales y el trato con sus compañeros. Se trataba de incrementar las conductas prosociales y disminuir las desadaptadas. El material de trabajo incluyó pautas y contenidos del Programa de enseñanza de habilidades de interacción social (PEHIS) elaborado por Monjas (2004). en el que se u ú l i como técnicas el modelado, el juego de roles, las instrucciones verbales, el refuerzo, la reuoalimentación y las autoinsrrucciones. Nos centramos en el entrenamiento de las siguientes habilidades: Básicas de interacción &al: saludar, sonreír, presentaciones, favores, cortesía y amabilidad. Para hacer amigos: iniciaciones sociales, reforzar a los otros, unirse al juego cnn otros, coop e m y companir. Conversauonales: habilidades de recepción, como atención y refuerzo al htedocutor, empatía, observar la comunicación no verbal y solicitar información. Denao de las habilidades de emisión: expresar opiniones y deseos, dar información sobre uno mismo y adicional so- bre un tema y responder a preguntas. También nos centramos en aspectos de comunicación no verbal (mirada y contacto visual, modulación del tono de voz, consistencia entre la comunicación no verbal y el mensaje verbal) y en otros aspectos, como elegir el momento y lugar adecuados para conversar, y los turnos y temas de conversación. Relacionadas con los sentin~ientos,emociones y opiniones: expresar emociones y recibirlas; defender opiniones y respetarlas. La primera sesión con Nacho se dedicó a establecer un buen clima terapéutico. Comenzamos por interesarnos por aspectos personales, haciendo preguntas sobre su familia (número de hermanos, profesión de sus padres, gustos como juegos, programas y dibujos favoritos, amigos, etc.) para entablar diálogo con el niño e ir conociéndolo. Posteriormente indagamos acerca de sus preocupaciones y conflictos en clase y en casa. Se aprovechó ese momento para ofrecerle ayuda y solicitar su colaboración para mejorar su día a día en el colegio, en casa, y con sus amigos, su maestra, sus padres y sus hermanos. Se utilizó su afición por el fútbol para establecer un simil entre los papeles que desempeñan un entrenador de hitbol y un futbolista y los que íbamos a desempeñar el terapeuta y el niño. Esta comparación permitió explicade en qué utilizaríamos el tiempo cuando acudiera a vernos y propiciar así su implicación en las sesiones de intervención: Terapeuta: Mira Nacho, yo soy como un enuenador de fútbol y tú romo un futbolista. ¿De qué equipo eres tú?,¿qué equipo te gusta? Nacho: El Valencia y me gusta X (jugador del Valencia). T: jPerfecto! Pues entonces imagínate que yo soy el entrenador del Valencia y tú eres X. Yo, como entrenador del Valencia, tengo que ayudar a los futbolisras de ese equipo a jugar cada vez mejor al fútbol, ;no crees? N: Si, claro.. . porque tienen que meter muchos goles y ganar el partido. T: Cierto. Les enseño a jugar mejor para meter goles, pero también a respetar a los jugadores del equipo contrario y a cumplir las normas del juego. Y tú como futbolista, ¿qué tienes que hacer? N: Hacer caso al entrenador, escuchar y entrenar pala aprender a jugar bien al futbol, meter muchos goles y respetar a los otros jugadores. No hay que poner la zancadilla.. . No hay que te- ner siempre el balón y hay que contar con los companeros.. . T: Pues aquí vamos a ser coiiio el entrenador de fútbol y el futbolista. Yo te voy a ayudar, pero tú tienes que colaborar para que te vayan mejor las rosas en el colegio y en casa y puedas conseguir unas metas. Te preguntarás: ¿qué metas? ¿Se re ocurren algunas? Las metas podrían ser estar más atenro en clase, estar callado durante las explicaciones de la maestra, levantar la mano para hablar, dejar trabajar alos companeros en las actividades de dase, respetar y tratar correctamente a los compañeros (no gritarles, . no interrumpirlos, no insultarlos, no responder con rabia). ¿Qué te parece? Yo creo que tú y yo ahora formamos un equipo. Entonces, ¿los dos formamos un equipo?... Yo te ayudaré y tú conseguirás mejorar en estas cosas. Tras la sesión inicial donde se expuso claramente a Nadio lo qiie se le iba a ensefiar y para qué se le ensenaba, en la siguiente se inició la aplicación del programa Peniar en voz alta, con una duración de 16 sesiones. En paralelo, se le ensefió la técnica de la tortuga, durante 6 sesiones. Comenzó la primera sesión con el juego del gato copión, que consistía en que Nachn dijera e hiciera lo mismo que el terapeuta: «Si yo seiíalo con el dedo, tú tienes que senalar con el dedo; si yo doy una palmada, tú tienes que dar una palmadan, intentar focalizar la atención del nkío en dos características del modelado cngnitivo: el habla y las acciones. Después se le propuso jugar a seguir instrucciones: «Te voy a pedir que hagas algunas cosas: ponte de pie, da una vuelta a la mesa, dibuja un cuadrado en el folio. ¡Estupendo Nachn! El próximo día haremos unas tareas especiales ¡Eres un excelente gato copión!,,. Se terminó la sesión dejándole colorear un dibujo y después se le pidió que contara una historia acerca del dibujo. En la siguiente sesión se hizo una presentación del procedimiento de pensar en voz alta como una forma de ayudarnos a realizar mejor nuestras tareas. El terapeuta hizo un modelado de las cuatro autoinstrucciones con una actividad sencilla (colorear una figura geométrica), pidiéndole que siguiera y repitiera lo que él decia: Definición del problema: «;Qué es lo que tengo que hacer?Tengo que pintar este cuadradon. Generación del plan: «¿Cómolo tengo que hacer?, ¿cuál es mi plan? Voy a empezar a pintarlo por los bordes con mucho cuidado y después seguiré pintando por el centro.. II Neurobiología y neor~~iwlogía del u Autoobservación: iijEstoy utilizando mi plan? Sí, efectivamente, estoy . pintando primero los bordes.. Autoevaluación: «¿Cómolo he hecho? He seguido mi plan, aunque aquí me he descuidado y he ido demasiado deprisa pintando y me he salido. La próxima vez tengo que ir más des- asesorarla sobre el diagnóstico de su alumno. Para ello, se utilizó como guía el programa de formación para maestros de d o s con TDAH elaborado por Miranda et al. (1797). Se le suministraron conocimientos generales sobre este trastorno: concepto y causas, problemas asociados que habituaimente ex~erimentanestos ninos, y los tratamientos que en general pueden llevarse a cabo. Además, se le informó de diversas lecturas sobre el Posteriormente se Introdujeron los dibujos del tema para consulrar o profundizar en contenidos le que le semh de ayusobre los que tuviera un mayor interés en relación con k s dificultades de su alumno. En segundo lugar, la hicimos partícipe del pro,«icnálesmi problema?>> grama de intervención que se iba a desarrollar con para solucionarlo?»,se hacen Nacho. Para lograr la generalización, cuando se [abajar; la tercera, «¿estoyhaestimara que el niho estaba preparado para uolizar ?r, cuando estamos llevando a cabo ks técnicas en dase, se la llamaría por telffono para que animara a Nacho a aplicarlas, reforzándolo positivamente. Asimismo, se acordó colocar a la vista de Nacho (p. ej., en el corcho del aula) los dibujos del oso A r m o con sus preguntas, y un dibujo de una tortuga para ayudarlo a recordar su uso en dase. En tercer lugar, se le transmitieron las principales técnicas de manejo c o n d u d y se le proDesarroUa~la capacidad para identificar emoporcionó un hxsierpara documentarse sobre qué, ciones. Se utilw el juego del detective. Se le cuándo y cómo aplicarlas en la rutina diaria de solicitó que investigara y detectara las pistas clase. Tras su lenura, se mantuvo una entrevista visuales y auditivas que pueden servirnos para en la que nos trasladó sus dudas y acordamos la darnos cuenta de cómo se sienten los demás. implementación en el aula de las actuaciones que se describen a continuación. El material consistió en láminas de caras que I muestran diferentes emociones, y el terapeuta S iba orientando con sus comentarios a Nacho Sistema de ewnomk de fichas. Incluiría para que nombrara cada una de ellas. como criterios para la obtención de fichas las Reconocer la causalidad fisica y emocional. Se normas básicas de comportamiento y las tasas de jugó con Nacho e «¿Porqué?, porque.. .u para rendimiento en las actividades. Se escogieron dos aprender a identificarlas. Se presentaron tarjeperiodos concretos para su aplicación: en la asigas con dibujos de personas que mostraban dis- natura de Lengua y en la de Matemáticas. Al final del día, los puntos se los llevaba a casa para intertintos sentimientosy se le pidió que encontrara y dijera sus posibles antecedentes. cambiarlos por uno de los refuerzos materiales o Entrenamiento en resolución de problemas privilegios de k lista previamente elaborada con interpersonales. Nos centramos en aspectos el nino, en la que cada premio tenía un valor en como generar alternativas de solución, antipuntos, o para auundarlos en el banco de puntos cipar las consecuencias de las diferentes altery obtener posteriormente uno de más valor. Refuerzo positivo. Se acordó que la maestra nativas y valorarlas en términos de justicia, utiluara la alabanza y el contacto físico de fonna I seguridad y sentimientos que producen en uno mismo y en otras personas sistemática para el incremento de comportamientos prosouales y para contribuir a mejorar su estatus social en el aula. Las conductas objeto de rvenclón con la maestra: refueno positivo podían ser, entre o-, ayudar a la educación ordenar un armario de clase. comoanir el material Con la maestra de Nacho se establecieron va con un compañero, pedir las cosas con educación empleando la fórmulade cortesía =porfavor»,traE 5contactos y reuniones a lo largo del curso que tar el mobiliario escolar con cuidado, etcétera. l B & I TRASTORNOS DE LA ATENCIÓN Extinción. Cuando Nacho hiciera algún ruidito en dase o cuando pusiera malas caras. Aislamiento o tiempo fuera. Se indicó para cuando incumpliera las reglas básicas de convivencia o aparecieran reacciones violentas. El niño, inmediatamente después, pasaría unos minutos en un rincón o en un sitio aburrido. Se aplicaría tras una advertencia (p. ej.: «Nacho, si continúas molestando a tu compaíiero irás al rincón de pensar»). Si se negaba a acatarlo, se recomendó aumentar un minuto extra por cada uno que el niño se retrasase, o retirarle un privilegio. Para evitar rechazos, tras salir del aislamiento, debía intentar reforzar a Nacho por la primera conducta positiva que realizase. Otras estrategias. Se acordó la aplicación de algunas técnicas para favorecer la atención y el seguimiento de las explicaciones en clase. En la presentación de las explicaciones: Promover la participación activa de Nacho, como asignarle un papel de ayudante en la iostrucción. Plantearle preguntas frecuentes durante las explicaciones de los temas a las que pudiera responder con éxito y dar remoalimentación inmediata a sus respuestas. Utilizar tizas de diferentes wlores para destacar los conceptos más importantes. Mantener contacto ocular frecuente durante las explicaciones, así como utilizar daves y señales no verbales para facilitarle el seguimiento. Evitar comentarios globales sobre la falta de atención, como %tienesuna actitud muy pasiva» o restás en las nubes». Reforzar socialmente el mantenimiento de la concentración en las tareas, evitando dedicarle atención, aunque fuera negativa, por el abandono del trabajo. En el planteamiento de las actividades: Simplificar las instrucciones, utilizando un lenguaje sencillo y claro. Después de la explicación colectiva, se pediría a Nacho que repitiera. Destacar los aspectos más importantes de la tarea que debía realizar mediante el uso del color rojo o subrayando una palabra dave. Segmentar las tareas en fases, alabarle cada vez que hubiera conseguido alcanzar el objetivo marcado y pedirle que continuara con la fase siguiente. Motivarlo para que autorregulara su atención, usando las autoinstrucciones en las actividades que resultaran apropiadas. Intervencióncon los padres: juntos podemos conseguirlo Al igual que con la maestra, con los padres comenzó la intervención proporcionándoles conocimientos generales sobre el TDAH; se les recomendaron lecturas y se les prestaron algunos vídeos para que se documentaran sobre el problema de su hijo. Los padres referían que se sentían con escasas competencias para la crianza de Nacho. Percibían que habían entrado en una dinámica familiar inadecuada e insoportable. Había fuertes tensiones y estaban continuamente riñendo y gritando al hijo por su mal comportamiento. La relación pateroofilial se había deteriorado y se cnlpabilizahan por no saber controlar al niño. Para modificar esta situación, además de incidir en los aspectos psicoeducauvos citados que les permitían profundizar sobre las causas del TDAH y empezar a atribuir el comportamiento de Nacho a causas neurobiológicas. se trabajaron con ellos técnicas para mejorar las interacciooes en el contexto familiar. En concreto, se les mostró la necesidad de cesar las continuas reprimendas y así mejorar la relación con su hijo, para lo que debían atender positivamente a su buen comportamiento. Para eUo, practicarían durante 2 semanas «El tiempo muy especial*.También nos propusimos enseñarles a dar órdenes eficaces, siguiendo las directrices del programa de Barkley (2002): No formular la orden como una pregunta o un favor, sino de forma directa y con autoridad. Evitar decir: «;recogemos los juguetes?», «;quieres lavarte las manos para comer?».Este estilo es menos efectivo que una afirmadán, como sería: «recoge ahora los juguetes», «lávate las manos; ya vamos a comer». Es innecesario y contraproducente gritar, pero hay que ser firmes y directos. No dar varias órdenes a la vez, sino una sola instrucción específica en cada ocasión. Para que Nacho haga una tarea complicada hay que desglosarla en pasos pequeños e indicar uno detris de otro. Mantener el contacto visual con su hijo. En caso contrario, se le mantiene la cara quieta con suavidad para wmprobar que escucha y presta atención. N-biología y neuropsialogíadel t Reducir los estimulos disrractores: sería un error intentar mandarle hacer algo mientras está puesta la televisión, la música o la videoconsola. Pedir al niño que repita la orden. Debido a la escasa capacidad atencional, la repetición de la consigna - -puede aumentar la probabilidad de que la siga. Confeccionar fichas de tareas: hacer una lista de los tres o cinco pasos necesarios para realizar correctamente la actividad, que induya frases brwes y dibujos demosrrarivos de los pasos que debe seguir. Fijar plazos de tiempo para completar la tarea encomendada. Por ejemplo, no decir: «En algún momento del día tendrás que guardar los juguetes»; es preferible esperar a la hora en que debe hacerlo y decir: <Eshora de que guardes los juguetes». Una vez que los padres habían aprendido cómo formular las órdenes de forma eficaz, se les explicó la posibilidad de emplear la técnica de aislamiento para afrontar las conductas de desobediencia de Nacho, detener el cordicto y darle k opormnidad de tranquilizarse. Además, pata ensefiar aí niño a no interrumpir cuando los padres tuvieran que reaiizar una actividad determinada (p. ej., una llamada telefónica), se les recomendó que dieran a Nacho una consigna directa y doble: por una parte decirle qué debe hacer mientras están ocupados y, por otra, avisarle específicamente de que no moleste (p. ej.: «Mamá tiene que hacer una llamada, quiero que te quedes en la habitación y veas un rato la teievisióu. No ~ n g a as inrerrumpirme.u). Finalmente, se propuso a los p d m la pues ta en marcha de un sistema de con fichas. Se les explicaron los pasos que habían de seguir para confeccionarlo y cómo p p n é n e l o a Nacho. Además, se les guió para induirks conductas por las que debían recompeosado. Dado que en dase también se había elaboodo este sisema de economía de fichas, se d a l a mislista de privilegios. Después de usar el sistema de puims b r e 2 semanas sólo pata premiar, se dediiicmpaar a u ~ l como o método de disciplina, hmdaciendo el coste de respuesta. A pami. de ese nmmencu, tendrían que explicar a Nacho que dse le diera una consigna o se le mandara mporea, si no escuchaba o no obedecía perdería fichas o puntos para canjear, ten& que contar hacn dapués se procedería a restar del bawo de pmx la cantidad que habría recibido en a s o < i e h sep i d o la orden o haber &do la tarea.Si el -bajo no estuviera en la lista, habria quc* una sanción L ~ I . lucra prol>or~icinal a la-&bd dc la hlra. Sc Ics inhrmó de quc <Itbiantrnnaulado para no aplicar el coste de respuesta dsmsixb a menudo y evitar así que la economíadefidrs perdiera eficacia por la merma de m o a las dificultades pata recibir pranias o pxla posible pérdida total de los punms. RESUMEN Juicio clínico.trastorno por déficit oe arencion con hiperactividad. - Hallazgos en la exploración: síntomas de inatención, excesivo movimiento y falta de control de impulsos, que interfieren tanto en el ámbito escolar como en el ámbito familiar; escasa autonomía. Déficits en distintos aspectos del funcionamiento ejecutivo, especialmente la inhibición y la memoria de trabajo, con un funcionamiento intelectual dentro de la norma. Presencia de afecciones comórbidas: conductas desafiantes y perturbadoras y problemas académicos. En la actualidad, se considera que existe una multiplicidad de vías etiopatogénicas en el TDAH que implican compleja5 interacciones geneslambiente. La visión dominante se fun- I de diferentes vias neurofuncionaies: o) el circuito frontoestriado, asociado a funciones ejecutivas superiores; b) el circuito frontocerebelar, relacionado con la percepción y estimación del tiempo, y CJ el circuito frontoestriadoamigdalar vinculado con la requlación de las emociones y de la motivación. Intervención multicontextualizada y multicomponente: ACTIVIDAD20-1. Reoasar la neuroanatomia infantil J Eiercicio 1. Localice en una lámina de neuroanatomía: Las estructuras principales del cerebro afectadas en niños con TDAH: corteza urefrontal. cíngulo anterior, ganglios basales y kerebelo. - Las vías principales del sistema dopaminérgico (cómo se originan en el área tegmental ventral, se extienden por toda la corteza prefrontal y entran en los centros límbicos para liberar la dopamina). - Las vias principales del sistema noradrenérgico (cómo se originan en el locus coeruleus, se extienden ampliamente por el cerebro y descienden por la médula espinal). Acriviono 20-2. Aprender a evaluar en neuropsicologia infantil. Principales pruebas Los cuestionarios de exploración del TDAH facilitan el cribado o detección. evalúan la intensidad del trastorno y ayudan a interpretar la respuesta al tratamiento. Sin embargo, por sí mismos no son suficientes para realizar un diagnóstico de TDAH; es necesario intearar los resultados junto con una adecuada entrevista clínica con 16s padres, los maestrosvel ~ r o o i niño. o Acontinuación se describen las escalas específicas deTDAH más utilizadas. ~ ~~~~ ~ ~~~~ , . . - Con el niño: habilidades de autocontrol y competencia social a través del entrenamiento autoinstruccional y en solución de problemas y de la técnica de la tortuga. - Con la familia: psicoeducación(sobre las características del trastorno y entrenamiento en técnicas de rnodificaci&n de conducta). - En la escuela: psicoeducacióncon la maestra y adaptaciones curriculares. 1 este trastorno.. aiustándose a los subtipos deTDAH propuestos en el manual. Dispone de una versión para maestros y otra para padres, los cuales deben centrarse en la frecuencia de la conducta del niño utilizando una escala de tipo Likert (O: nunca o rara v e r 1: algunas veces; 2: con frecuencia; 3: con mucha frecuencia o constante), teniendo en cuenta los últimos 6 meses. Así, consta de 9 ítems que evalúan los criterios de inatención (p. ej., no presta atención a las cosas o comete errores por descuido; no parece escuchar lo que se le está diciendo), 6 ítems para los criterios de hiperactividad (p. ej., se levanta en clase o en otras situaciones cuando no debe. actúa como si estuviera activado por un motor/«no se le gastan las pilas») y 3 ítems para los criterios de impulsividad (p. ej., tiene dificultad para esperar su turno en actividades de grupo, interrumpe a la gente o se mete en conversacioneso juegos). > CuestionarioTDAH (Amador, Forns, Guardia y Pero, 20051 Evalúa los sintomas en niños de 4 a 12 años. Está formado Dor 18 items (aue se corres~onden con los criterios DSM-IV) q u i se puntúan'en una escala de 4 puntos, con 2 subescalas, una de desatención y otra de hiperactividad y una puntuación total. Cuenta con dos versiones, una para padres y otra para maestros, y con baremos de población española. ADHD Rating Scale-IV (DuPaul, Power, Anastopoulos y Reid, 1998) Evaluación del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (EDAHI (Farré y Narbona, 20131 Es una de las más utilizadas en el ámbito clínico, probablemente porque sus 18 items coinciden plenamente con los 18 criterios A que el DSM-IVTR (APA, 2002) establece para el diagnóstico de Es una escala de valoración de síntomas para niños de 6 a 12 años con una única versión para maestros. Consta de 20 ítems que se puntúan en una escala de tipo Likert de 4 grados. Cuenta con * "Senderos. Es un3 adaptación del conocido Test xuenta con diversas escalas, diseñadas para su icación a partir de los 5 años hasta la edad aduilos 18 arios en adelante). Concretamente, las Exalas Magallanes de Ldenticacibn de Dfficit de Atención e" niños (ESMIDA-N). que se aplican de 5 a 9 anos, son cumplimentadas por padres y maestros y eirán formadas por cuatro subescalas: hiperactividad-hipercinesia, déficit de atención sostenida a tareas matrices, deficit de atención sostenida a tareas cognitivas, y dffitit de eficacia atencional y lentitud motriz y cognitiva. Las escalas ofrecen tres posibles respuestas: casi nunca. con bastante frecuencia o casi siempre. Cuentan con baremos para población española. Escalas de Conners-3 (Connen, 2008) Valoran la sintomatologia en diferentes entornos [casa, escuela y autoinforme) y los problemas y trastornosque se asocian comúnmente alTJAH. Se aplica en edades de entre6 y 18 anos. Ld versión breve para padres está traducida al castellano pero nocuenta con baremos en oblación española. Sus 43 ítems se agrupan en las siguientes subescalas: inatewión, hiperactividad/impulsividad, problemas de aprendizaje, funcionamiento ejecutivo, agresividady relaciones con los compañeros. Evaluación neuro~sicolóqicade las funciones ejecutivas en niíiis (ENFEN)(Portellano, Martinez-Arias y Zumárraga, 2009) Permite valorar el desarrollo de las funciones ejecutivas en niños de 6 a 12 años. Está compuesta por cuatro pruebas que son adaptaciones de tests que tradicionalmente se han empleado para valorar distintos componentes de este ámbito en neuropsimlogia con adultos, y que se describen a continuacián. Fluidez. Basada en las tareas de evocación controlada, como la Controlled Oral Word Associatron KOWAI, subescala de la lowa Screening BatteryfarMentalDeciine, consta de dos partes: - Fluidezfonolágica El evaluado tiene que decir, en 1 minuto, todas las palabras que pueda que empiecen por la tetra m n . - Flurdez semántica. Durante 1 minuto ha de nombrar todos los animales que conozca. del nazo íTraflMalong Test) y sirve tambibn para medirla atencion alternante. Con5ta dedos partes: - Senderogris. El ninotiene que unir 20circulos que contienen números, de forma deoeciente. desde el 20 hasta el 1. y los números se encuentran dispersos por la hojd. Se cronometra cuánto tarda en eiecutarln. - Sendems en color. En esta parte se presentan 42dmlos: 21 decolor rosa y 21 de color amarillo. El sujeto debe comenzar por el circulo rosa aue tiene un 1 inscrito e ir uniendo número; en orden creciente, pero ditwnando el color (1 rosa. 2 amarillo. 3 rosa.4amariilo. etc). TambiPn se cronowctra el tiempo empleado. Anillas. Basado en la Torre de Hanoi, sobre un tablero con 3 ejes se presenta, en el primero de ellos, unas anillas de distintos colores y se proporciona una imagen de cómo deben quedar colocadas las an~ltasen el tercer eje al final del ejercicio. Las normas son que sólo se pueden mover las anillas de una en una. y no es posible guardarlas en la mano o apoyarlas en la mesa. Se mide el tiempo de ejecución y el número de movimientos. Consta de 14 ensayos. lnterferenda. Es una adaptación del m o S d o Test de S d p de colores y palabras. Se presentan varias columnas en las quc aparecen nombres de colorcs (roio, verde. amarillo, azul) ~intadoscon estas cuatrotintas,pero sm que coincidanel nombre del colorescfitocon la tinta utilizada para ex&¡¡lo. El niño tiene que decir el color de la tinta en d que está impresa la palabra, independientemente del nombre que lea, esto es, inhibiendo la ledura de la palabra. No tiene limite de tiempo, pero se cmnometray secontabilizanlosenores. J Ejercicio 2. Elija una de las escalas nombradas para-la valoracióndel TDAH o, si no están disponibles. los criterios del DSM-IV-TRv tratedrcomole= taria con los datos que aparecen a lolarqodel texto sobre Nacho. Compare los resultad&&tenidos con los que se recogen en el apartado de -0nariosa. Realice un b r e v e c o m e n t a r i o a ~ i l e q u é aspectos específicos comenzaría a trabajarde&m a una intetvención rehabilitadora. ACT V D IAD 20-3. NeuropsicologíaInfaníil en el cine y la literatura Dado queeiiüAH es un trastorno hetemgéneo, en el que muchas veces los síntomas pueden fundirse con conductas de desobediencia, mala educación, problemas específicos de memoria, etc., es difícil encontrar ejemplos claros en la liite- ratura y en el cine que reflejen el comportamiento de estos niños de manera realista. Sin embargo, se incluyen algunos personajes que podrían reflejar síntomas similares a los delTDAH. Babieca, que describen casos similares a los de niños con TDAH combinado e inatento, respectivamente. García Pérez EM. Rubén, el Niño Hiperactivo. Bilbao: COHS Consultores, 1997. Para leer Hoffmann, Heinrich. Pedro Melenas: historias muy divertidas y estampas aún más graciosas. Palma de Mallorca: José J. de Olañeta, 1987. Este libro incluve dos historias: The Story of Fidqety Philip o ~a'hktoriade Felipe el 8errinchudo +e Story ofJohnny Head on AN O La historia de Juan Amador JA, Forns M, Guirdia J, Peró M. Urilidad diagnóstica de atención para disdel CuestionarioTDAH y del criminar enrre niños ion rrajrorno por déficir de aceniión con hipencrividad, trastornos del aprendizaje y controles. Anu Psicol2005; 36:211-24. American Psydiiarric Association. Diagnosric and statistical manual of mental disorders, 2' ed. Washington, DC: APA, 1968. American Psychiauic Associarion. Diagnosric and sratistical manual of menral disordee, 3" ed. Washington, DC: APA, 1980. 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Fat-macología dé1 por déficit de atención conhipe Una ayuda que alivia... ;Y mucho! D. Martín Fernández-Mayoralas. A. L. Fernández-Perrone. M. C. López Arribas y A. Fernández Jaén Al finalizar el capítulo el, será capaz d e Reconocer la 'mportancia del hatamiento multimodal del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), que incluye medidaspsicosociales, pedagógicas y farmacológiws. Entender la elevada eficacia del tratamiento farmacológico en esie trastorno constatabteénT~iiteratura científica. U Evitar la mitificación del abordaje farmacológico y comprobar que puede ser de gran ayuZrdkn muchos pacientes quesufren debidoa lossíntomas delTDAH. Conocer los fármacos prescritos con mayor frecuencia, sus mecanismos de acción, e f e c i o s q darlos, tolerancia, efectividad y diferenciasexistentesentreformulaciones,asícomo revisar a* aspectos de la farrnacogenómica. El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se concepnializa desde hace más de un siglo. La primera descripción «oficialn la realizó SUU a comienzos del siglo m, pem aún hay descripciones informales previas, como se ha recogido en el capítulo 20. Se nata de la alteración del neurodesarrollo más frecuente en la población infantil. Con el fin de evitar su sobreestimación es importante realizar un buen diagnóstico, diferenciándolo de otras alteraciones. Es un trastorno heterogéneo en cuanto a sus manifestaciones dinicas y sus causas, y su tríada sintomática característica el déficit de atenuón, la hiperactividad y la impulsividad (Martín Fernández-Mayoralasy Fernández-Jaén, 2010). En la misma línea, el tratamiento del TDAH debe ser multimodal y abarcar, entre otros aspectos, medidas psicosociales, pedagógicas y farma- wlógicas. En un primer paso han de expicarse las característicasdel trastorno a los padres y aimenor si tiene edad suticiente, realizar una ademada psicoeducación parental mediante el enuemm?mto en la gestión de la conducta de sus hijos, d e eer metas a corto y medio plazo y poner en marcha las terapias individuales (habitualmentebasadas en las técnicas de modificación de anducta) si son necesarias. A nivel eswlar, en m& casos, la consideración de ciertas medidas puede d e j a r se en una mejora adaptauva inmediatat pmpordonar válvulas de escape, siendo más permisivo con algunos movimientos (limpiar la pizarra o hacer recados, entre otros), sentar &te al &O, supervisar estrechamente las.( m b ~todo los exámenes escntos) y los wmponamientos mediante agendas (que revisarán con @dad también los padres), faciütar más tiempo para terminar deberes y ejercicios, e t c La uaüzaaón de técnicas de entrenamiento a los padres y rnaesnos, así como los programas de tratamiento centrados en habilidades sociales y psicoeducación parental, asociados al abordaje farmacológico, pueden ayudar al niño o adolescente a mejorar su autocontrol y a reflexionar ante su propia conducta y las consecuencias que se derivan de ella, a disminuir su impulsividad y aumentar su capacidad de atención (Antshel y Barkley, 2008). No obstante, la intervención farmacológica es fundamental para el control de los síntomas principales del TDAH (Fernández-Jaén et al., 2009). El tratamiento farmacológico se hizo realidad debido a la alta calidad de la investigación de mediados de la década de 1970 y a la elevada efectividad de los psicoestimulantes (o sólo esrimulantes, esto es, fármacos que aumentan los niveles de actividad cognitiva y refuerzan la vigilia, el estado de alerta y la atención) mostrada en los resultados de los trabajos científicos. Puede ser una ayuda de gran importancia, como vemos en el siguiente caso. PLANTEAMIENTOGENERAL DEL CASO. UN BUEN DIAGNÓSTICO ORIENTA UN BUEN TRATAMIENTO Julia es una niha de 8 años que acude a la consulta de pediatría con su madre por fiebre. Después de establecer el diagnóstico de infección de vías respiratorias superiores e indicar el tratamiento, en el momento de la despedida, la madre comenta al pediatra su preocupación por el mal rendimiento escolar de Julia, en especial en las asignaturas de Matemáticas y Lengua. El pediatra la envía al especialista y le entrega unas escalas, entre otras, unavaloración de los síntomas del TDAH (la ADHD Rating Scale-No ADHDRS-IV) y una de funcionamiento diario (la Escala de clasificación del impedimento funcional de Weiss-informe de los padres [WFIRS-PI) para que las rellenen en casa y en el colegio. También les recomienda que se le administre un test de inteligencia general (en este caso, la Escala de inteligencia de Wechsler para niños-IV WSC-IVI), uno de lectura (la Batería de evaluación de los procesos lectores revisada [PROLEC-Rl) y dos de atención (la Tarea de atención sostenida en la infancia [CSAT]) y el Continuotu Pe>fonnanceTmkII [CPT-111). Cuando acuden a la cita, el resultado de la aoamnesis señala ausencia de trastornos del compoitainieiito. No existen datos de interi-s cn los Julia presenta síntomas leves de ansiedad y una baja autoestima derivada de sus malos resultados pese al esfuerzo realizado para hacer los deberes y las tareas. No se observan problemas de impulsividad ni hiperactividad. La relación con otros niños y con adultos es normal. El informe psicopedagógico señala que Julia tiene una inteligencia normal-alta: un cociente intelectual (CI) total de 122 (índice de comprensión verbal de 126, de razonamiento perceptivo de 124, de memoria de trabajo de 102 y de velocidad de procesamiento de 107 según la WISC-IV). Por su parte, las pruebas de atención muestran una capacidad atencional baja, y el PROLEC-R, una dificultad significativa en la lectura formal (en especial en la lectura de seudopalabras y en velocidad) y leve en la comprensión de textos. Debido a estas dificultades lectoras ya han contratado a un maestro de apoyo que la ayuda varias horas a la semana. En relación con los cuestionarios administrados a los informadores del ámbito familiar y académico, obtiene puntuaciones muy bajas en atención (no en hiperactividad ni en impulsividad), una disfunción escolar importante junto a baja autoestima según los padres deJuiia. El informe concluye con recomendaciones para la escuela y la familia (fragmentar las tareas, sentar a la niña cerca del maestro, ausencia de estímulos distractores cuando estudia, erc.). Tras analizar todos los datos, se realiza el diagnóstico de TDAH de presentación inatenta según el Manual diagnóstico y ertadbtico de los tlmtornos mentales, F edición (DSM-5; APA, 2013). En casos como el presente, la ausencia de problemas de comportamiento derivados de la inexistencia de elevada hiperactividad e impulsividad puede retrasar el diagnóstico. Tras este diagnóstico, Julia comienza tratamiento farmacológico con metilfenidato en dosis ascendente de hasta 1,l mg/kgldía. En general, se observa un incremento de las capacidades atencionales. Los padres confirman el aumento de la concentracióo durante la realización de las tareas en el hozar. " Además, los maestros describen que la niña permanece más atenta en dase y es capaz de apuntar los deberes en la agenda. De hecho, la carga de trabajo que lleva a casa es sustancialmente menor. Después de 6 meses de tratamiento ha mejorado en todas las asignaturas, aunque continúa suspendiendo Lengua y le cuesta resolver las tareas matemáticas. El bajo rendimiento en esas áreas se produce no sólo por el déficit de atención, sino tambiCn por las dificultades de aprendizaje asociadas (en este caso, problemas en la lectura), que son problemas específicos que se deben detec- Fumacolo& del trastorno por déñcit de atención con hiperbidzd tar y abordar con un enfoque psicopedagógico en el ámbito escolar y, si fuera necesario, extraescolar. Tras un año de tratamiento y de apoyo, la niiía comienza a mejorar de manera notable sus notas en la asignatura de Lengua pero, sobre todo, mejora su autoestima y los padres perciben a una niiía más alegre y feliz. m TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO. UNA AYUDA QUíMICA PARA ALIVIAR LOS S~NTOMAS El tratamiento del TDAH debe ser prescrito por un médico experimentado en el diagnóstico y el tratamiento de este trastorno y sus afecciones comórbidas. Previamente se debe realizar una exploración física que incluya la medición de la presión arteria], la frecuencia cardíaca, el peso y la talla. Es obligado buscar antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular o muerte súbita y antecedentes personales de síncope relacionado con ejercicio, u otros síntomas cardiovasdares. La posibilidad de que se presenten problemas en este ámbito con los fármacos para el TDAH es excepcional. La reaiización de un seguimiento y monitorización bimestral o trimestral de la mejoría y de los posibles efectos adversos es esencial al inicio del tratamiento, que se mantendrá mientras la efectividad clínica suponga un beneficio significativo para el paciente (Grupo de trabaio de la Guía de oráctica clínica sobre el trastorno por déficit de atención con hiperactividad en ninos y adolescentes, 2010). El metilfenidato y la atomoxetina son los fármacos que se recomiendan en la actualidad para abordar este trastorno, según la Guúr depráctica clinica sobre el TDAH en nznor y adokrcenter del Ministerio de Sanidad espafiol de 2010, por su eficacia y seguridad en las dosis recomendadas. Aíin no se ha aclatado completamente el papel de los ácidos graos poliinsanirados (omega 3 y 6)en el tratamiento del TDAH, pero la investigación sobre éstos y sus posibles wmbinaciones es prometedora. Desde hace pocos meses se dispone en la farmacia espaiíola de un nuevo producto para pacientes refractarios, el dimesilato de lisdexanfetamina, que se comentará brevemente. Metilfenidato h spsicoertimdantef constituyenei tratmiento más usado y eficaz para abordar los síntomas del TDAH (comprobado en más de 200 ensayos controlados), combinado con medidas psicopedagógicas (Biederman y Speocer, 2008; FernándezJaén y Martín Fernánda-Mayoralas, 2010; Kaplan y Newcorn, 201 1). Dentro de esta categoría se encuentran, para su uso clínico, el metilfenidato, el dextrometilfenidato,la dextroanfetamina, las sales mixtas de anfetamina (una combinación de dextroanfetamina y anfetamina), el dimesilato de lisdexanfetamina y otros estimulantes (la cafeína no es u n tratamiento adecuado en ningún caso). Hasta 2014, el metilfenidato era el único psicoestimulante disponible autorizado para su uso en el tratamiento del TDAH en España. Sin embargo, se ha aprobado recientemente el dimesilato de lisdexanfetamina, que actúa bloqueando la recaptación presináptica de la dopamina y, en menor medida, de la noradrenalina (Kaplan y Newcorn, 2011). El estudio de los tratamientos multimodales mostró que los estimulantes presentaban mayor eficacia que otras medidas terapéuticas durante los primeros 14 meses de intervención controlada. Los resultados eran aun mejores cuando se combinaba el tratamiento c o n d u d y el farmacológico, en especial en casos de TDAH con comorbilidades asociadas. Cientos de trabajos y varios metaanálisis exponen daramente la efectividad del metilfenidato en todas las escalas de exploración utilizadas. Otras investigaciones parecen exhibir mejorías no sólo en los síntomas centrales del trastorno, sino también en la memoria de trabajo y en las pruebas de atención en estos pacientes (Martín Fernánda-Mayoralas y Fernández-Jaén, 2010). Su uso está claramente indicado en ninos mayores de 6 años y adolescentes con síntomas de TDAH. En general, el 80 % de los pacientes responden favorablemente (Kaplan y Newcorn, 201 1). En cuanto a los efectos secundarios, los más frecuentes son la pérdida de apetito y el insomnio de conciliación. Otros serían el dolor de cabeza o abdominal y la agitación (en especial cuando cesa la acción del fármaco, sobre todo con formulaciones de liberación rápida), junto a los más preocupantes y excepcionales, por su bajísima frecuencia, como las alteraciones graves del estado de ánimo o síntomas de tipo psidtico. Debe observarse cierta precaución en los pacientes con tics, pues en una minoría pueden recrudecerse o aparecer por primera vez. Existen dudas sobre si el metilfenidato puede dar lugar a un ligero retraso del crecimiento, lo que parece producirse sólo con dosis altas (superiores a 2 mglkgldía), mientras que utilizando las recomendadas sería escasanenre significativo. No obstante, wnviene monitorizar el peso, la presión atterial y la frecuencia cardíaca del paciente en el primer mes tras la instauración del u a t d e n t o , l n e g ~cada 3 meses, y la &cada 6 meses (Kaplan y Newcom, 201 1). Respecto a la S-idad catdiovascular>no existe evidencia de que el uso de fármacos para el TDAH esté asociado con un incremento en el riesgo de episodios cardiovasculares serias ni en d o s ni en adultos jóvenes (Coopeí a al., 201l), y no es necesario realiar de forma sistemática un electrocardiograma cuando se va a iniciar tratamiento con metilfenidam o atomoxetina Fig. 21-1). El meüfenidato puede empeorar el mstorno de ansíedad grave cuando está asociado al TDAH, aunque la mejoda en la calidad de vida suele relacionarse con una disminución norable de los síntomas anímicos y ansiosos. Es necesario realizar estudios rigurosos quevaloren los cambios emocionales y los sintomas de ansiedad en pacientes con TDAH de cara al futuro (Fernáuda-Jaén y Marrin Fernández-Mayodas. 20101. En la tabla 21-1 se comparan los efecros adversos del metilfuiidaro con los de la atomoxetina. En España disponemos de cuatro presentaciones de mdenidato @&la21-2). Es conveniente empem la administración w n dosis bajas y después realizar una escalada progresiw en función del efecto y de la aparición o ausencia de efecros secundarios adversos. Aunque las dosis suelen fluctua~entre 0,8 y 1,2 mglkgldía, algunos niños precisarán dosis superiores. La remisión sintomárica (que va más allá de la mera mejoría larga duración, ya que lapo diarias conlleva problemas como rabia 21-2. Caracterátlcas de l i s dihrentn formuladonssdemetilhnidato 1 l del efecto con una dosis única por la mañana, y es recomendable utilizarlas desde la instauración del tratamiento (Biederman y Spencer, 2008; Martin Femández-Mayoralas y Fernánda-Jaén, 2010). El metilfenidato denominado OROS", del término en ing16s omotic-rehe orralsystem (mph-O), constituye la formulación de metilfenidato w n mayor duración (aproximadamente 12 horas) de todos los disponibles en España, debido a su sistema de liberauón controlada por vía bomba osmótica. Así, este dispositivo utiliza el gradiente osrnótico entre el medio gastrointestinal y su interior como mecanismo de liberación del prinupio d v o . Una vez administrado, el núdeo osmótico, al e m r en contacto con los fluidos acuosos, absorbe agua a una veloudad que está deternunada por la permeabilidad de la membrana frente 1 al fluido biológico y por la presión osmótica del núcleo, por lo que lo libera de una forma relativamente constante. Ya se ha comercializado en nuestro país una formulación «genérica*, con sistema de liberación por ósmosis, bioequivalente al mph-O según su ficha témica. Un trabajo desarrollado por nuestro equipo mostró que el mph-O mejora los síntomas principales del trastorno de forma Gonstanre a lo largo de toda la jornada en los pacientes conTDAH tras recibirlo al inicio de la maíiana (Fernández-JaLn et al., 2009). Es posible ajustar las dosis añadiendo otras de mealfenidato de liberación inmediata o intermedia En p e r a l , si hay unarespuesta p d a l al medfenidato, se puede aumentar la do49 h ~ w ala máxima indicada o tolerada. Si no hay respuesta con dosis altas (p. ej., superiores a 1,5-1,8 mg/kg/&a), l se debe considerar el fármaco alternarivo que no se haya usado con este niño o adolescente y, sobre todo, reevaluar detenidamente el diagnóstico y las afecciones comórbidas antes de realizar cambios; problemas como la baja autoestima, la ansiedad o la presencia de un trastorno negativista desafiante o disocial oueden influir daramente en la resouesta al tratamiento (Martin Fernández-Mayoralas y Fernández-Jaén, 20 10). El metilfenidato, usado correctamente, no produce dependencia ni un aumento en el riesgo de abuso de sustancias. Los períodos de descanso del fármaco no están recomendados, salvo como excepción en individuos concretos para minimizar determinados efectos secundxios o con el fin de realizar una prueba de retirada, que siempre deberá comprender en alguna fase los primeros meses del período escolar. Estas retiradas de corta duración permitirán evaluar periódicamente la eficacia del tratamiento y, por lo tanto, la necesidad o no de seguir con él (Fernández-Jaén y Martín Fernández-Mayoralas, 2010). Atomoxetina Este fármaco no estimulante actúa inhibiendo la recaptación presináptica de la noradrenalina. Presenta una eficacia consistente frente al placeho. Las tasas de respuesta y remisión sintomática parecen ser ligeramente inferiores a las del metilfenidaro (Martín Fernández-Mayoralas y Fernández-Jaén, 2010), pero hasta el 40 % de los pacienres que no responden adecuadamente a un fármaco, responden a l otro. A diferencia del aquél, el efecto no es inmediato, y comienza a ser ohjetivable a partir de la 3a-4a semanas, pero no llega a ser pleno hasta 2-3 meses después de la introducción del producto. La dosis recomendada inidal es de 0,5 mglkgldía, y luego de 1-1,2 mgl kgldía, aunque pauras de ascenso más lentas se acompañan de una mejor tolerancia. Los efectos adversos más frecuentes son la pérdida de apetito, las molestias gastrointestinales y la somnolencia o cansancio, en cuyo caso puede emplearse por la noche con una efectividad menor pero aceptable. Consigue aminorar los síntomas de ansiedad y posee un efecto protector sobre los tics, por lo que se rrara de un fármaco interesante como primera opción en pacientes con TDAH con trastorno de ansiedad o e n caso de tics comórbidos, como en el trastorno de Gilles de la Toiirerre. ~~-~~~~~ La monirorización, que incluye el apartado de seguridad cardiovascular, debe ser similar a la del metilfenidato, si bien no se recomienda el control sistemático de la función hepática. Mientras las interacdones del metilfenidaro con otros fármacos son raras (la más importante se da con los inhibidores de la monoaminooxidasa), este tratamiento puede interaccionar con ésros y con anridepresivos (p. ej., fluoxetina y paroxerina) y neurolépticos (aripiprazol) de uso frecuente, entre orros, al merabolizarse a través del citocromo CYP2D6 (Fernández-Jaén y Martín FernándezMayoralas, 2010). Sus efectos adversos se exponen en la tabla21-1. Dimesilato de lisdexanfetamina Es el primer profármaco estimulante de larga duración para el tratamiento del TDAH (cápsulas duras de 30, 50 y 70 mg). El profármaco es un compuesto inactivo que, tras experimentar una reacción enzimárica en el glóbulo rojo, se convierte en una molécula farmacológicamenre activa. Puede tragarse entero o bien abrirse la cápsula y disolver todo el contenido en un vaso de agua. Al igual que el metilfenidato, bloquea la recaptación de noradrenalina y sobre todo de dopamina en la neurona presináptica; sin embargo, también aumenta la liberación de la dopamina en la hendidura sináptica, efecto que no es propio de aquél. El dimesilato de lisdexanfetamina ha demostrado su eficacia y su seguridad a lo largo del día con una única dosis por la maríana, con mejoría de los síntomas de inatención e hiperactividad en pacientes con TDAH (Steer et al., 2012). Esri indicado en niños a partir de 6 años, cuando la respuesta al tratamiento previo con metilfenidato se considere clínicamente inadecuada; en éstos ha mostrado una eficacia superior al 75 %. Parece tener un efecto superior a los demás rraramientos y, por su formulación y diseno, es muy estable y no permire su abuso o mal uso. La evaluación previa al tratamiento, el seguimiento y los efectos secundarios son semeianres a los del metilfenidaro de larga duración, aunque suele producir mayor pérdida de apetito y quizá más insomnio de conciliación, en función de la dosis utilizada. OTROS ASPECTOS IMPORTANTES DEL ABORDAJE FARMACOLÓGICO Edad, comorbilidad y tratamiento farmacológico ~ Uno de los grandes retos en el tratamiento del TDAH ha sido el de la franja etaria en la que instaurar el tratamiento. De hecho, la guía de Fumamlogla del trastorno por déñcit de atención con hipenctividad práctica dínica de Estados Unidos, avalada por la American Acadany of Pediatrics (Wolraich et al., 2011), ha realizado algunos cambios: mientras que con anterioridad el abordaje farmacológico se iniciaba a partir de los 6 años de edad, en este momento se recomienda que con los niños de 4 y 5 años se ha de inrenenir a través de terapias psicoeducativas para padres (y si es posible maestros) de eficacia contrastada como primera elección (Zwi et al., 2011); éstos se meditarán con metilfenidato si estas intervenciones no producen una mejora significativa y la repercusión del TDAH sobre el funcionamiento del nifio es al menos moderada, considerando esta repercusión importante cuando las puntuaciones en las diferentes escalas sean muy altas o si existe una afectación social o afectiva muy relevante desde el punto de vista cualitativo. Más aun, en áreas poblacionales donde las estrategias de tratamiento condnctnal basadas en la evidencia no se encuentren disponibles, el médico puede comenzar el tratamiento con metilfenidato si supone que el dafio de un inicio tardío sobrepasa los riesgos. El resto de los pacientes (entre los 6 y los 18 años de edad) deben recibir tratamiento farmacológico aprobado para el TDAH, preferiblemente acompaiíado de intervención conductual. En adolescentes se recomienda contar con su consentimiento y opinión en todo momento, y no sólo con el de los padres. En todos los casos, la evidencia de la eficacia del tratamiento farmacológico es contundente. El metilfenidato y la atomoxetina podrían emplearse en nitíos con otros trastornos del neurodesarrollo, como la discapacidad intelecmal, los trastornos del lenguaje o los trastornos del espectro autista (TEA), si existen síntomas de TDAH de intensidad superior a la esperable en relación con el diagnóstico principal (Fernánda-Jaén et al., 2013). El reciente DSM-5 (APA, 2013) ha eliminado la incompatibilidad entre el diagnóstico deTEA y el de TDAH; no obstante, los efectos secundarios de ambos fármacos son frecuentes en pacientes con TEA o con trastornos del lenguaje que muestran dificultades en la comprensión de éste: puede empeorar el aislamiento social, el comportamiento y, sobre todo, producir cuadros de irritabilidad importantes, por lo que sólo un médico con experiencia debe tratar y supervisar a estos pacientes. La combinación de metilfenidato con neurolépticos en dosis bajas (la risperidona y el aripiprwnl son los m& usados), aun siendo dudosa su indicación desde el punto de vista de la «ficha técnican y la escasa literatura específica, puede mejorar los efectos secundarios mencionados. Este uso combinado también está documentado en pacientes con trastornos de conducta o trastorno bipolar asociados. Asimismo, se ha prescrito la donidina y la guanfacina (agonistas a,-adrenérgicos) junto con el metilfenidato en individuos hipervigilantes, con dificultades para dormir y problemas de conducta. Son necesarios más estudios al respecto sobre este tipo de combinaciones. El medfenidado puede usarse con precaución en pacientes con TDAH y epilepsia controlada (Marún Fernández-Mayoralas et al., 2011). Farmacogenómica La farmacogenómica estudia las bases moleculares y genéticas de las enfermedades para desarrollar nuevas vías de tratamiento. Actualmente, los esfuerzos de esta disciplina se centran en el estudio de polimorfismos en la secuencia de ácido desoxirribonudeico (ADN),en especial los relacionados con los receptores de las catecolaminas como la dopamina o la noradrenalina, patrones de expresión del ácido ribonudeico mensajero (ARNm), entre otros, y el efecto de todos estos elementos en la respuesta a los fármacos. Los estudios neurobiológicos del TDAH han mostrado que diferentes genes tienen un papel moderado y complejo en su etiología. Es posible que determinados polimor6smos puedan explicar la presencia de trastornos comótbidos, la persistencia del TDAH en la edad adulta o la respuesta diferencial a los diversos tratamientos farmacológiros. A pesar de estos avances, uno de los mayores problemas que se encuentran hasta la fecha es la inconsistencia en los hallazgos obtenidos en los diferentes estudios, en parte debido a cues tiones metodológicas. El resultado final debería posibilitar realizar mejores diagnósticos, anticipar pronósticos y, en consecuencia, elegir las medidas terapéuticas más adecuadas para cada paciente, en función de su arquitectura genómica De ahí que sea imperativo mejoras la investigación, con trabajos que abarquen otros fármacos distintos al metilfenidato, con muestras más amplias y disefios rigurosos con el fin de que la farmacogenómica pueda ser incluida de forma sistemática en el mmrjo drl paciente conTDAH. - o Juiu'o cliníco: trastorno Dor déficit de atención con hiperactividadde presentacióninatenta. - Hallazgos en la exploración: problemas atencionales en una niña muy inteligente, aunque con habilidades verbales y perceotivar muv ,Dor encima de las eiecutivas y procesuales: no presenta un cuadro marcadode hiperactividadni impulsividad añadido. ni trastorno neaativista desafiante: muestra elevada repe&sión escolar y autoestima muy baja.% detecta un trastorno de la lectura comórbido. - Abordaje terapéutico: tratamiento con . fi -- inciuida la calidad de vida de la niña; a b o a esencial en los Dacienres conTDAHmodera= o grave, ya sean los estimulantes ( m e t i l f e ~ j d s to o lisdexanfetamina) o a atomoxe~!a:E@= efectos secundarios. cuando aoareceW-3leñ~~. ser bien tolerados; son fárkcos 1 medios de comunicación que deben<qi T '-.=g@g4 ",'a@ . I: .-----e-, 1 1 ACTIVIDADES ACTMDAD 21-1. Repasar la neuroanatomía infantil J Ejercicio 1. Localice en una lámina de neuroanatomía las estructuras implicadas en el TDAH a través de la regulación de la dopamina: ganglios basales, corteza dorsolateral prefrontal. corteza orbitofrontal y cíngulo. A c m n ~ 21-2. ~ o Aprender a evaluar en neuropsicología infantil. Principales pruebas Evaluación de la atención a través de pruebas de ejecución continua Los tests de ejecución continua como el Continuous Performance Task-ll (CPT-II) de Conners (2000) y el denominado AULA de Climent, Banterla e lriarte (201 1) son pruebas que siguen el paradigma go/no-qo. . Son las más ampliamente empleadas para la evaluación de la atención -y, en menor medida. la im~ulsividad-de los oacientes con TDAH. La mayor parte están informa&adas. En el CPT-II el paciente debe atender a una pantalla sobre la que se muestran estimulos diferentes a una rápida velocidad. ddante un tiempo variable (8-23 minutos) y responder cuando un determinado estimulo o una secuencia de estímulos aparecen. Éstos pueden ser visuales (letras, números, dibujos, ctc.) o auditivos. Los datos derivados de esta prueba son varios, pero los tres más constantes en este tipo de tareas son: al omisionea núme- ro o porcentaje de errores al no haber indicado el estimulo que había que señalar; b) comisiones: número o porcentaje de errores al haber indicado un estimulo que no había que señalar, c) y tiempo de reacción: señala la latencia de las respuestas en milisegundos. El AULA es untest similar, pero con mejorvalidez ecológica,ya que se presenta en un entornovirtual que simula una clase escolar. Mientras el niño realiza el test, se le aparecen una serie de distractores visuales y auditivos similares a los que pueden encontrarse en un aula real. Por ello, se enfrenta a la tarea en unas condiciones muy semejantes a las que afronta en su vida cotidiana. Se administra en 20 minutos v valora: atención sostenida, div~dida auditiva y v/sual, impulsividad, actividad motora excesiva. tendencia a la distracción v velocidad de procesamiento. Por su parte, el Test de atención sostenida en la infancia (CSAT), de Servera y Llabrés (2004). de tipo go/no-go, es más sensible y menos especifico que los dos anteriores. Evaluación de la calidad de vida Escala de clasificaúón delimpedimento lundonalde WeissINFIRS), de Weiss, Wosdell,v~omben0004) Las escalas de calidad devida de múltiples items relacionadas con la salud deben complementar a los inventarias clásicos de síntomas, de cara a una comprensión más profunda del deteriorolbienestar asociado con el TDAH y del efecto que su Ejercicio 2. Indique brevemente al menos cin- A n d e l KM, Bar!dnl R P s y c h d interventions in mentioa dcfrcirhyperacriviry diwrdn. ChildAdolecPryduav Clin No& Am 2008;17:421-37. Bidaman J, Spmm Pqdaoph~rmacologicali n r m rianr. Child Adolac Psydiiatr Cün North Am 2008;17: 439-58. Cooper WO, Habel U Sox CM,Chaa KA, Arbogaasr PG, Checdiam TC, et d. ADHD drugs and d o u s caaüovaí d a r -a in children and young aduls. N En$ J Med 2011:365:1896-904. Icrnindn Jaen .A Manín I + r n ~ r i . b M ~ y u 1). n l ~!dedicarncliins rslinidu>ri< en cl mrati.karo del in,rornu por dgfiiir & ~reiiciiirlihi~crx~iii~hd. JAUO?.010;1761:69- v. -. /L. Femández-JaéaA, M& Femánda-Mayo& D, CdtjaP& B, Muíioz-Jaxe60 N. E f i d sostcoida dd metilfenidato de liberacidn osmótica e5fudio en 266 casos. Rev NeurolZOO9:48: 339.45. v p m m s in patiene wich p e m i ~ edwdopmenral de sord.3~: a pmspective, opa-labcl sm&. J I n Dmrd 2013:17:497-505. Gnipu k rrahja dc la <;uúJe p d ~ r hdinica :alire rl u;\rornu por drlicir <Ir. mnci<incon hipcractiwhdcn nino< ,v adolrs<i.iiro. Giiia dc prdccka dírliu robrr el rraiturnn pode trabajo de la Guía de práctica clínica sobre el trastorno por déficit de atención con hiperactividad en niños y adolescentes, 2010), recoja al menos por défiticit de aceoti6n mn hiperamvi&d (TDAH) en nióos ~ i d o l a c m mPlao . de W a d pua el Sistema Nati04 de Salad del Minisrerio de Canidad. Polirica Social e Igpldah Aghcia d'lifomació, A d u d ó i Quaürac (ALQs) & Gral-, Barcelona, M'in&vIio de Ciaciz Mmh EemándeMayo&D, Jemdndez-JaúrR T-omo por d&wr de arenci6dhiperacWukd Asea Pedmm Esp 2010;68:167-72. Manin Fcmándrr-Mapralas D, Femáodn-Jaén A, Caicoj-a AG, m o r - J m ñ o N, A r m y o - G o d a R Clinical m ponre m methylphc"idare ui 6 patitnt wich self-mduced photosuiririve epikpsy J ClúldN-l2011;26.77&2 SC . Fmelidi 1, S u d o CA,Iobnsan M, Shaw M. L i s far amxioa&tit W12;26:69i-705. h&crivic/ disorder: CNS && Wolraidi M, B m n L,Btawn RT, D d a d G,EarIs M. 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B Conocer las actuaciones del neuropsicólogo en las diferentes etapas de la rehabilitación ante la evolución de las secuelas asociadas a un traumatismo cfaneoencefálico. Analizar losefectosde la intervención neuropsicológica en tresámbitos: personal,familiary escolar. 1 El traumatismo craneoencefálico (TCE) es la cansa más frecuente de daño cerebral adquirido la infancia. En España, la incidencia anual esamada es de 235 casos por cada 100.000 habitantes, de los cuales aproximadamente el 50 % se producen en menores de 15 anos. Uno de cada 1 0 niños padecerá un TCE a lo largo de la etapa infantil, si bien del total, el 79 % se califican como leves, el 12 %, moderados, y el 9 %, graves (Manrique, 2010). La incidencia de hospitalizaciones por TCE causados por caídas es especialmente elevada entre los ninos de 0-4 años y entre las personas de más de 64 años, mientras que la mayor incidencia de traumatismos por accidentes de tráfico se observa en el grupo de 15-19 anos. Actuaimente, gracias a la mejora en las condiciones sanitarias y asistenciales, se ha conseguido reducir la mortalidad asociada en un 15-20 %. No obstante, hay numerosas evidencias de que las secuelas wgniuvas, conductuales y emocionales pueden pasar inadvertidas en los prmcros momentos. Desde el punto de vista estructural cerebral, el TCE grave en la edad pediátrica puede producir con frecuencia lo que se denomina lesión axonal difusa. Esta lesión se ha vinculado con 1% características evolutivas de la cabaa del nifio: mayor tamaño respecto al cuerpo que en el adulto, telauva debilidad de la musculatura cervical y falta de rnielinuación en el cerebro. Se asocia con las fuerzas de aceleración y desaceleración que dan lugar al traumatismo y conlleva múltiples lesiones pequeñas que pueden seguirse de desconexiones por cizaliamiento de los axones, en especial en estructuras de la línea media, como la sustancia blanca parasagital, el cuerpo calloso, los ganghos basales y el mesencéfalo (Sans et al., 2009; Tasker, 2006). Es importante conocer que, en etapas miuales, las exploraciones de neuroimagen pueden ser poco demostrauvas. En didias pmebas se detecta que la les~ónaxonal difusa evoluciona hacia la atrofia cerebral corticosubcoaical (Tasker, 2006). Ante un daño cerebral adquirido se observa una gran variabilidad de déficits. Los niños tienen mayor ~lasticidadcerebral pero, a la wz, mayor wlnerabilidad, que sería la responsable de que en muchos casos la recuperación sea menor (Giza y Prins, 2006). Así pues, la expresión del daño cerebral adquirido infannl depende de dos procesos opuestos que forman parte de un mismo conti- D d 0 CEREBRAL ADQUIRIDO nuo: la plasticidad y la vulnerabilidad cerebrales tempranas. La phticidad cerebral se define como la capacidad del sistema nervioso para modelar su estructura y función con arreglo a la experiencia, lo que dará lugar a los procesos de aprendizaje. Es mayor cuando el sistema nervioso central está poco especializado y el establecimiento de sinapsis y conaiones dendríticas no ha finalizado. Al producirse un daío, la plasticidad va a permitir transferir o reorganizar funciones desde un tejido dañado a otro sano. Este postulado, denominado «principio de Kennardn, defiende la idea de que el cerebro inmaduro es menos susceptible al impacto del daío cerebral adquirido. Esta autora expuso que las lesiones de la corteza motora en monos lactantes presentaban una mejor recuperación funcional que las mismas lesiones en un mono adulto, lo que sugería una reorganización en el hemisferio contralateral. Pero en la actualidad este principio debe ser matizado. El término vulnerabilidad temprana se refiere a la especial sensibilidad del cerebro inmaduro a un daío cerebral adquirido. En la década de 1940, Donald Hebb ya argumentaba que las teorías de la plasticidad ignoraban la posibilidad de que la lesión cerebral pudiera tener consecuencias diversas en diferentes momentos del desarrollo. Un daño cerebral temprano, en especial si es difuso, puede ser más perjudicial que uno tardío, debido a que el desarrollo de las funciones y los procesos depende sobre todo de la integridad de determinadas estructuras cerebrales. Por lo tanto, si una región cerebral se lesiona en un período crítico del desarrollo (v. cap. 2), es ~ o s i b l eque las habilidades que dependen de esa región se alteren de manera irreversible (Luciana, 2003). Resulta difícil predecir cuál va a ser el pronóstico funcional de los niños que han sufrido un TCE, pues la variabilidad es mayor que en el adulto. La evolución del daño cerebral infantil dependerá de la interacción de un conjunto de factores, como son la etiologia, la gavedad y La edad en el momento de la lesión, así como factores ambientales y personales (Recuadro 22-1). Existe mucha bibliografía sobre las repercusiones ne~ro~sicológicas del da60 cerebral adquirido en la edad pediátrica. En el caso de los TCE, las funciones cognitivas más susceptibles de verse afectadas son la capacidad intelectual general, la memoria, la atención y las funciones ejecutivas (Anderson et al., 2012; Crowe et al., 2013). Estos procesos son esenciales para la adquisición de nuevos conocimientos. Por ello, el rendimiento escolar va a verse afectado y, en ocasiones, puede empeorar con el paso de los anos y asociarse al fracaso académico. La elección de nuestro caso pretende ilustrar las secuelas neuropsicológicas a largo plazo cuando se produce un TCE en edad precoz, así como + Ante un daño cerebral adquirido, los niños y j ó venes presentan unas características neuropsicológicas diferentes de las del adulto. En general, la mortalidad es baia , v ,el estado vecietatlvo menos frecuente. No obstante, los niños son particularmente vulnerables a la ~ersistenciade los déficits cognitivos,y el pronóstico es difícil de establecer. De acuerdo con el modelo de Dennis (1989).es necesario considerar el período evolutivo de una determinada función cognitiva en el momento de la lesión. Dennis propuso tresetapassucesivas para cada una de ellas: Cniergent? Id Iiao Iidad no e , AL!? fbncional - tn desarro lo rsia a d q ~ i dd ue forma p3rc al, pero no es completamente funcional. Establecida: es totalmente funcional. Una lesión durante la primera infancia, período en el que las funciones y los procesos cognitivos son emergentes, probablemente tendrá unas consecuencias devastadoras en la evolución futura de todos ellos. - I + 1 I+ + + Cuando el daño cerebral adquirido se produce en el momento en que las habilidades se están desarrollando, puede influir en la velocidad, el dominio v las estrateclias utilizadas de esas funciones cognitivas, de modo que su maduración se vería enlentecida. la funcionalidad alcanzada no sea óptima y se necesite utilizar estrategias compensatorias. Un daño que incida sobre habilidades ya estobleOdor generalmente se asocia a una mejor recuperación. Así ~ u e slas . consecuencias de un daño cerebral ddq~lrldovepenaen de a nteraccion entre a 118dd~rrz crreora IA 1ndlura~e7aoc a f..nclon (simple o compleja) y el nivel de desarrollo de la habilidad. A diferencia de los adultos, los problemas pueden aparecer incluso años después de haber sufrido el daño, cuando las demandas académicas y sociales son mayores. Por lo tanto, es importante efectuar un seguimiento de estos niños a largo plazo. . 1 la importancia de la rehabilitación cognitiva temprana con los tres principales protagonistas: el niño, la familia y la escuela, 8 PLANTEAMIENTO GENERAL DEL CASO. U N SEGUNDO CON AnOS DESECUELAS Maria es una niña de 7 años que en el Úitimo fin de semana de mayo sufrió un TCE grave (Recuadro 22-2) tras ser atropellada mientras iba en bicicleta. Estaba halizando Z0 curso de educación primaria, y era muy querida y apreciada por todos sus compañeros. En el lugar del accidente presentó una puntnauón de 5-6 en la Escala de coma de Glasgow Se objetivó anisowria, con mayor tamaño de la pupila derecha y movimientos de descorticación. Se procedió a la intubación en el lugar del accidente y fue trasladada a l hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Fase aguda Al llegar al hospital ingresó en la unidad de cuidados intensivos (UCI), donde se controló la presión intracraneai durante 3 días, con el objetivo de evitar la hipertensión. E1 primer día se efectuó una tomografía computarizada (TC) craneal en la que se observó contenido hemático en las astas occipides de los ventrícdos laterales y una posible concusión hemática en el tronco encefálico. Pasados unos días, se realizó una resonancia magnética (RM) cerebral que puso de manifiesto múltiples lesiones parenquimatosas supratenroriales e infratentoriales compatibles con focos I l I de contusión. Se identi6caron lesiones que afectaban a h convexidad cortical frontal bilateral (de predominio en el lado izquierdo), el lóbulo frontal basal ~zquierdo,los lóbulos temporales profundos, los núcleos caudado y lenticnlar dei lado izquierdo, el mesencéfalo anterior derecho y el hemisferio cerebeloso derecho. También se observó afectación del cuerpo calloso. Esta distribución de las lesiones es típica de la presencia de lesión axonal difusa. Estuvo ingresada en la UCI durante 3 semanas. Cuando despertó del coma y una vez estable desde ei punto de vista chico, se la trasladó a planta. Ya en planta, María aún no había recuperado totalmente la conciencia y presentaba episodios de desorientación, agitación, mquietnd y agresividad. Se puso en marcha una primera aproximación de apoyo a la familia, dirigida a: Ayudar al equilibrio psicológico y emocional de los padres y los hermanos. Facilitar estrategias para controlar los comportamientos extraÍtos de Mada. Se explicó que tales comportamientos en esta etapa eran producto de la propia lesión en el cerebro. Se les enseñó a reaccionar ante eslas wnductas para no reforzarlas. Proporcionar orientación durante la recuperación para afrontar las limitaciones funcionales y cognitivars de la niña. Se dio informauón por escrito sobre posibles síntomas que pudieran aparecer y las medidas que se recomendaban para su manejo. Con ello se pretendía reducir la ansiedad y el nivel de estrés. El traiimatisrno craneoenrefjiico (TCE) sc clasifica del nivel de conciencia.foralidadesneurológicas rn lew. ievv compleio. Y arave. El insrru o evidencid de lesión cerebraI en la tornoamfid . . nioderddo . mento m68 universalmente aceptado para clas6 cornputarizada (TC) o la re,ondncia magnética carlos es la Escala de coma de Glasqow, dcsarrolladd (RM). Por neuroc:rujanos. Se usa en la fdie inicial a fin de b TCE leve-complejo: 13-15 punlw en la Escala de efectudr un seguimiento objetivo del dano y asi decoma de (ilasgow con evidencia de lesión cerciectdr rnejoria o ernpcom,nientoa partr de tres pabnl en laTC o la RM. r4metrOs: Id8 respuestas ocular, verbal y motrir En la b TCE moderado: 9.12 puntos en la Escala de version para lactante8 y ninos menores de 5 año, se coma de Glasgow tras cl dano, con alteración de han adaptado los items relativos a las respueeds vcrla conciencia, evidencia de lesión cerebral en la bales. Existen ohos indicadores adicionalesquejunto TC o Id RM o focalidadesneurolugicdr con la Escala de coma dcGIarqow dyudan a determi- b K E grave: 3-8 puntos en la Escala ae comd de Glasgow en el momento del trdurnatismo y evinar la intensidad del traurnat;srno (Silk et al.. 2013): TCE leve: 13-15 puntos p n la Escala de coma de delicid de lesinn cerebral en la TC o la RM o focaGlasgow en el momenro del dano. Yn alterdcion lidades neurológicas. " 1 I DANOCEREBRAL ADQZnRmO Empezó a ser atendida por el servicio de rehabilitación del hospital, con sesiones de fisioterapia, logopedia y terapia ocupacional. Al cabo de un mes del atropello, María empezó a seguir órdenes sencillas (como «cierra los ojos», «aprieta las manos»), si bien no articulaba palabras y sólo emitía sonidos guturales. Cuando llevaba en el hospital 6 semanas comenzó a emitir hisílabos y palabras sueltas. De manera paulatina mejoraba el lenguaje, muy repetitivo al principio, y reinició la marcha con ayuda. Tras unos 2 meses, aproximadamente, reromó la deambulación autónoma. El lenguaje continuaba siendo muy poco fluido, pero contestaba de forma correcta con monosíiabos a las preguntas que se le realizaban. En este momento, el equipo de neuropsicología acudió para completar una segunda valoración. María no iniciaba un diálogo espontáneamente, estaba desorientada en tiempo y espacio y presentaba amnesia postraumática (período de tiemoo aue va desde el momento en que se produce el TCE hasta que el paciente recupera la capacidad de almacenar y evocar nueva información) de unas 6 semanas de duración. Con posterioridad empaó a recordar nuevas informaciones día a día. Reconocía a todos los miembros de su entorno más cercano. En este momento de la intervención se recomendó a la familia: A Procurar un dima de familiaridad en la habitación del hospital para ayudarla a orientarse (p. ej., colgar fotos, llevarle objetos o muñecos que fueran significativos para María). Mantener un ambiente tranquilo. Evitar la sobreestimulación que pudiera provenir de conversaciones, televisión, etcétera. Dirigirse a María de uno en uno, en especial al hacerle pregunras o simplemente al conversar con ella. Utilizar instrucciones simples y cortas. Fase subaguda y crónica Pasados 3 meses se le dio el alta hospitalaria. María continuó acudiendo diariamente al hospital para seguir con los tratamientos de logopedia, fisioterapia y terapia ocupacional. Se llevó a cabo una nueva evaluación neuropsicológica que comprendía ahora una historia clínica detallada y la valoración cognitiva breve para obtener un rastreo rápido de las diferentes Ginciones wgnitivas. Como es sabido, las secuelas de un TCE en el nino se comportan de modo dinámico, y gran parte de la recuperación espontánea ocurre dnrante el primer ano después de la lesión. Sin embargo, siguen produciéndose cambios pequeños pero significativos entre los 2 y los 5 años siguientes. Así, durante los primeros meses, aun habiendo iniciado la rehabilitación de manera prewz, no se aconseia utilizar baterías neuropsicoló~icas amplias, ya que los resultados en este período son muy cambiantes. Apartir del aiLo de haber sufrido el traumatismo, cuando las funciones cognitivas están más estabilizadas. es conveniente llevar a cabo una exploración neuropsicológica exhaustiva, que incluya tanto pruebas estandarizadas como cuestionarios de funcionamiento personal y social. Además de las pruebas formales, se recomienda añadu una valoración ecológica, que se realiza en el entorno natural del niño a través de instrumentos administrados a la familia y a los maestros. En la historia clínica deben recogerse datos sobre el funcionamiento premórbido (desarrollo psicomotor, cognitivo, emocional y social, rendimiento académico, etc.), antecedentes personales y familiares de interés, así como la situación actual, centrada en los cambios observados por la familia tras el traumatismo, en los ámbitos mencionados. María había sido una niña con un desarrollo premórbido normal, sin ningún antecedente relevante. Su rendimiento académico (como se ha indicado, en el momento del traumatismo estaba a punto de finalizar 20 curso de educación primaria), su conducta y sus relaciones sociales eran completamente ajustadas para su edad. En esta primera valoración neuropsicológica breve se observó una afectación global de las funciones cognitivas, con mayor wmpromiso de las . funciones lingüísticas tanto expresivas como comorensivas. además de una alteración de la memoiia inmediata verbal y de las funciones ejecutivas (Tabla 22-1). Después de comunicar el resultado a la familia se diseñó el tratamiento de rehabilitación neutopsicológica adaptado a las características de Matía (Recuadro 22-3). La rehabilitación se planteó en tres escenarios: individual, familiar y escolar. En un primer momento se le dio mayor peso a la intervención individual. En una fase inicial se realizaban sesiones cortas, y en ellas se empezó a trabajar la memoria y el lenguaje, así como las funciones ejecutivas y atencionales, siempre utilizando material significativa para ella y lo más «ecológico» posible para conseguir la generalización a su vida cotidiana. &j 22-1. Evaluación muropricoláelca a los 3 mas^ d.l traumaiibmo uaneoancefPlic0 Memoria. Antes de empaarlai sesiones, María hacía un recordatorio de l o que había hecho durante la semana (día a día) y se le pedía que contara la experiencia más alegre. También se le pedía que evocara l o que habia wmrdo el día anterior y l a ropa que se habia puesto. Parte del entrenamiento de estas fnnúones se r e a b b a mediante ejercicios de lápiz y papel y también con ordenador (Recuadro22-4). La precocidad en la puesta en marchade un programa de rehabilitación mgora el pmnmtico en los niños con daño cerebraladquirido. BaGndose en los purtios4uertes (áreas preservadas) y en los &des (dreas defiotarias). se disefiara una intervención .especAca para cada n i h . AdwMs de prestaratención a la rehabllitadón de lasfunciones.cognithias y a los aspeaos emocionales, psicorocMles y conductde%es importante Incluir el abordaje de lashahüidades academicas. ya que estas pueden quedar muy.afectadas después de un traumatismo cranw~fnceiálico. Junto.al trabajo,individual con el niño; en cualqqier programa de mha)3ilitación es importante proporcionar una información detalladad las íamllias.(Bragaetal.,2005). Los%res abordajes que se incluyenen larehabilitaóówcognitiva son: - Re~raurac16fl:cond$tr en.el entrenamiento de la función cognitiva afectada, trabajando Lenguaje. En ocasiones se grababa su voz para que posteriormente comentara con la nenropsicólogasu N T ~ de expresión y comunicación no verbal. Mediante esta estrategia se pretendía e n d a r l e a organizar y senicnciar la información. Paca ampliar su vocabulario y recuperar el léxiw p e a m e n t e adquirido era útil la técnica de diagramas de palabras (p. ej., a p a d de una palabra se hace una lista de todas las relacionadas) y la téc- DA60 CEREBRAL ADQUIRIDO I nica de visualización para mejorar habilidades narrativas (p. ej., «Recuerda cuando el sábado fuiste al supermercado: jcon quién fuiste?, jcómo era el supermercado?, ;qué compraste?^^). Funciones ejecutivas. Se la entrenó en el uso de autoinstrucciones y de una agenda diaria. Para las autoinstrurciones, se idearon unas f i c h plastificadas con 5 pasos que seguir, mediante iconos, para automatizar los hábitos que se pretendían instaurar. También se trabajó la planificación de las actividades cotidianas y la organización de sus enseres personales. Una de las secuelas más llamativas de María fue la apatía y la poca iniciativa que presentaba en el comienzo dde sus actividades. Por este motivo, se estructuraron las sesiones de manera que se comenzaba por aquellas que requerían niveles de alerta elevados y alta velocidad de procesamiento. Como a ella le gustaba mucho jugar a las cartas, a través de un juego de atención selectiva y rapidez oculomanual (tapar la carta con igual número que la propia, de las 8 que había encima de la mesa), se conseguía mantener a María mucho más centrada en la tarea y participativa durante el resto de la sesión. escritura y aritmética). Es un aspecto importante que se debe considerar al disefiar la rehabilitación, puesto que tenderán a quedar compromeridas tras unTCE infantil y en la adolescencia. La mecánica lectora y las habilidades de deletreo están ya consolidadas en primaria, por lo que son menos vulnerables en nitíos que han sufrido el traumatismo a partir de los 8 afios. En nifios de 8-12 ahos es frecuente encontrar dificultades en comprensión lectora y en cálculo mental debido a que dependen de funciones cognitivas (memoria, atención y funciones ejecutivas) que todavía están en proceso de desarrollo. Nifios mayores, que ya han superado los déficits iniciales de los aprendizajes básicos, pueden encontrarse con problemas en conceptualización o pensamiento abstracto. Un primer paso fue empezar a introducir contenidos previamente trabajados en la escuela. Al inicio se utilizaron los materiales de 20 de primaria que ya había superado sin dificultad antes del traumatismo (suma, resta, dictados, lecturas simples). En una segunda etapa se priorizó la asignatura de Lengua y se pidió a la familia que la acompahara a una biblioteca para que escogiera un Libro para incidir en vocabulario, comprensión lectora y expresión oral. En cuanto a la intervención en el ámbito familiar, es imprescindible su participación activa en el proceso de rehabilitación. De esta manera, en todo momento se mantuvo informados a los padres sobre la evolución neuropsicológica de su hija. También fue importante la implicación de sus hermanos. El abordaje con la familia se diseñó en tres niveles de actuación: 4 La memoria es una de las funciones cognitivas l l 1 + 4 Por otra parte, las funciones ejecutivas no sólo más susceptibles de resultar afectada tras un están relacionadas con procesos estrictamente cognitivos, sino también ron aspectos conductraumatismo craneoencefálico (TCE).Las alteratuales y emocionales. Cuando un niño ha sufrido ciones suelen persistir y son la principal queja un TCE pueden aparecer signos de irritabilidad, subjetiva que manifiestan los niños tras un traumatismo grave. Las dificultades más comunes impulsividad, conductas agresivas, desinhibición se centran principalmente en la capacidad de o, por el contrario, apatía. Estos cambios conaprendizaje o en la adquisición de nueva inforductuales y emocionales entorpecerán de forma mación. sianificativa la adaotación social v la autonomía Las funcionesejecutivas también son muy v u l n ~ de los pacientes. No debe olvidarse, además, que dichos síntomas oueden evidenciarse anos desrables ante un daño cerebral adquirido. Su desa rrollo sigue un curso lento y ~lgunos pués de haberse Padecido elTCE. estudios muestran aue estas habilidades em- 4 En la adolescenciavel inicio de laedad adulta. los piezan a emerger en la infancia, concretamente procesos ejecutivos están totalmente desarrolladurante el primer año de vida, y continúan desados y, a la vez, son por completo funcionales.Asi rrollándose y perfeccionándoseen la edad adulta pues, unTCE graveen niños pequeños puede imtemprana. Este desarrollo se produce en paralelo pedirles desarrollar de modo satisfactoriolasfuncon los cambios neurofisiológicos que se obsei ciones cognitivas más complejas y comprometer van durante la maduración de la corteza prefron en edades futuras el control de su conducta y el tal (Goldman-Rakic, 1987). rendimiento académico y laboral. - 1 1 1 - Pautas y recomendaciones para poder generalizar a la vida diaria lo que se trabajaba en las sesiones de rehabilitación y completarlo. Se pactaba introducir progresivamente rutinas cotidianas, como escoger la ropa, ordenar su dormitorio, ir a comprar el pan, hacer la cama, ocuparse de su higiene personal, etc. También era muy importante continuar incidiendo en las funciones verbales fuera del entorno hospidarin. Principalmente se les solicitó que no se adelantaran a lo que María les contaba, que nivieran paciencia para escucharla y le permitieran el tiempo necesario para responder, ya que le costaba procesar de manera rápida la información. Entrenamiento en técnicas c o n d ~ l e para s el manejo de comportamientos desadaptativos. La introducción de un programa de modificación de conduco. nos permite instaurar o incrementar comportamientos deseables y adaptados al entoriio p por otra parte, disminuir, restringir o eliminar conductas dismpuvas. María presenraba dificultades para manejar sus frustraciones, con frecuentes explosiones emociodes propias de la dishinción ejecutiva que presentaba. Se enseñó a la familia a ofrecer alternativas de respuesta ante una situación de frustración en la que se mostraba poco flexible, junto a la utilización de refuems positivos y negativos y la aplicación correcta de la extinción ante tales conductas de deswntroll Trabajar ias expectdtivar de lospadres acerca de los resultados de laintervención y el pronóstico de las secuelas. Es frecuente que en un primer momento la familia esté más pendiente de los aspectos fisicos que de los neuropsicológicos, menos evidentes. Igual que suele haber una buena recuperación física, los padres esperan que las dicultades cognitivas, emocionales y cornpomentales también tengan una wohinón rápida y positiva y se llegue a alcanza d nivel premórbido. Aceptar que los cambios uropsicológicos pueden ser más o menos rmanentes es difícil de asimh. cuanto al entorno escolar, el proceso de debe realizarse lo antes posible y e nunierosas intervenciones de la rehabilicontexto (New Zealand Guidelines que María viera de n w o a sus ami, se realizó una visita al centro escolar rmó a los maestros de su estado, reunión a la que también asistieron los profesionales del equipo de asesoramiento psicopedagógico. Es muy importante la coordina~iónenrre los maestros, la familia y el equipo que merviene en el proceso de recuperación del ni50 con TCE. Los puntos más imponantes que se comentason en este contexto fueron los siguientes: Seleccionar a una persona dentro de la escuela que coordinase todas las actuaciones relacionadas con María y que se encargara de hacer llegar la información a los educadores. Cuida la in~egraciónsocial. Cuando se rcincorporó a su grupo, se la animó para que eiia misma explicara lo que había pasado, previa preparación y ensayo con el terapeuta. Estudiat el currículo escolar y estimar la necesidad de realizar las adaptaciones correspondientes. reducir el volumen de deberes para hacer en casa, ofrecerle apoyo individualizado, disminuir el contenido del material que había de esnidiir, etc. En el ciso de María, pudo seguir en el ciclo de educación primaria w n una adaptación curricular no significativa centrada en la metodología. En secundariase realizó una adaptación curricular significativa y consiguió el graduado escolar, al haberse valorado su eshiem y dedicación. Un año después del traumatismo craneoencefálico Pasado un año se realizó una explotación neuropsicológica más wmplera. En este momento María finalizaba 30 de educación primaria, aunque no seguía el ritmo de la clase y su familia observaba una evolución muy lenta. Dicha euploración mostró un rendimiento cognitivo global en la Franja límite, aiteraciones de las funciones ejecutivas, dificultad en la recuperación de la informaKión almacenada y anomia (Tabla 22-2). Con estos resultados, en la intervención se priorizó trabajar más específicamente las hinciones ejecutivas: Organización del tiempo y del espacio y planificauón de las rutinas: consulrar los horarios del colegio, distribuir ks tareas para realizar en casa (siempre con un reloj delante para contmlar mejor el tiempo), preparar la mochila del día siguienteteniendo en cuenra las actividades previstas, Uwar los deberes, tener el escrrtono y la carpeta ordenados, etc. A pesar de su conduma apática, María mantenía una buena pre- D&o CEREBRAL ADQUlRlW bbla 22-1. Evaiuacidn neuropslcológl~a los 12 meses del traumatismo craneoencefilico disposición y no fueron necesarios registros de conducta. Técnicas de esnidio: si bien dedicaba tiempo a preparar los contenidos, no rendía adecuadamente en los exámenes debido a las &cultades observadas en la q1oraciÓn neumpsicológica (anomia, problemas en la evocazión de la información y disfunción ejenitiya). Le costaba dilucidar qué era lo importante de un texto, hacer una síntesis, y luego exponerla con sus palabras. Por &o, le era más fácil memorizar los contenidos, a pesar de sus déficits mnésicos, que entenderlos. Cuando se identificó este esrilo de aprendizaje se empezó a uabajar el subrayado, ;elacion& conceptos nuevos con los adquiridos, y relatarlo todo con sus palabras. Este enfoane soouso un cambio cnaütarivo en su metodología de esnidio. Además, sele ensefió a generalizar esuategias que anteriormente había aprendido en el ámbito educativo (p. ej., aplicar las autoinsuuccionespara Uwar a rabo una operación aritmética). . . En algunas sesiones todavía era necesario inuoducir una tarea inicial de activaciónpara revertir el estado apático con el que Uegaba. Se continuó la coordinación con la escuela parapladicar todas las adaptacionesmetodológicas necesarias pata el nuso, que incluyeron pautas para mejorar: Atención: evitar realizar más de una actividad simultáneamente; proponer actividades cortas; fraccionar Las rareas, permitiendo descansos frecuentes; procurar un entorno esuuctucado para evitar las disnaellones; dar más tiempo para terminar Las tarea^. Memoria y aprendizaje: simpliJicar y reducir la información que debía memorizar; relacionar la información con datos conocidos y si@cativos para e& proporcionar insuncciones escritas: utilizar ayudas externas (agenda, calendarios, erc.). Funciones ejecutivas: establecer nitinas esniradas. buscar solnciones altemariw; simplificar las tareas y estimar el tiempo para poder terminarlas; utilizar horarios para organizarlas. Paralelamente se le ofreció ayuda individuaüzada en el colegio. Al principio no acudía a las asignaturas de Prereuiología y de Educación FíSt capara incluirla en un programa de refnem edo- o de las materias instnunentales de Lengua y emáucas, pero posteriormente se d o r ó que bién había que introducir estas acüvidades en currícdo porque le gustaban y favor& La cialización. Por este motivo, se decidió hacer reerzo individual de algunas asignaturas en el moento en que sus compañeros lar seguían dentro 1 aula. Por otra time, tenía una sesión semanal de logopedia y o& de rehabilitación cognitiva. i María pudo completar la educación primaria con adaptaciones curriculates no signúicatiw. Al comienzo de cada curso escolar se rwisaban los objetivos, contenidosy métodos y se modificaban en función de la3 necesidades de cada momento. Para ello, se programaba una reunión con la persona de referencia en la escuela y la neuropsicóloga. El cambio de la educación primaria a la secundaria exigió una planificación y una coordinaúón muy cuidadosas entre los maestros y profesores. Para Iograr que la transición de una etapa a otra fuera lo más favorable posible, se efectuó el traspaso de todas las estrategias que la habían ayudado en años anteriores. [ Transcurridos 6 años Seis años despds de la lesión seguían consiguiéndose logros, principalmente a medida que María, su familia y la escuela descubrían nuevas maneras de compensar sus dificultades. La rehabilitación neuropsicológica semanal se mantuvo durante aproximadamente un año y medio. Posteriormente se espació a una sesión cada 15 dias, y en los Últimos años se propuso una al mes. Con esta periodicidad se lograba efectuar un seguimiento de María para continuar orientándola haua el insumto. Por otro lado, la adolescencia ofreda nuevas preocupaciones, por lo que se establecieron visitas de control con la familia. Sr r d i 7 Ó una nuevx explordcibii ncuropsiu>iógiw niic:ntras ciirsalia 3" dc [:SO (Tabla 22-3). Su rendimiento académico era muy bajo, a pesar de que se habían reducido el número de asignamas, trabajaba de forma regulat. y recibía mucha ayuda. El aumento del nivel de exigencia hada cada v a más difícil que María pudiera seguir el ritmo de sus compañeros aun con el tratamiento neuropsicológiw de los años previos. Según la familia, le costaba retener información o comprender los textos; se distraía, no woseguía organizarse siempre dejaba para el úitimo momento las tareas escolaces ni encontrar alternativas ante un problema y necesitaba supervisión. Si bien se expresaba mejor, su vocabulai~ocontinuaba siendo pobre y persistían ks dificultades en la denominación. La familia también refería déficits en la comprensión de dobles sentidos o en tareas lingüísticas que requerían un alto nivel de abstracción. A nivel wnducnial, se mostraba apática y le costaba tomar decisiones. Cuando se bloqueaba, en lugar de intentar algo nuevo, simplemente se sentabay no hacía nada, o perseveraba en la misma acción a pesar de que no funcionara. Era tímida e insegura y tenía dificultades para relacionarse, lo que la familia refería wmo un cambio importante de su personalidad tras el TCE. Se llevó a cabo una RM de control y se constató un adelpamiento del cuerpo calloso secundario a la lesión axonal difusa (Hg. 22-1). En la Figura 22-1. Lesión axonal o:h.sa. Resonancia magnética (RMI cerebral en la seciienriai2,que inwrtra un aLrnentode renal en la union coriicosubcoltical y lor gangiios basales, y adelgaldmiento del cuerpo alo oso, que es especialmente vulnsra~leanre cualq~ierdano ceiebrdl.Las lesiones y reducciones ladelgdzam;entodebida a la pérdida neumnal difusa en ambos hemisfe~orldeerta área cerebralsonficilrnenteidentificablesmediante oimagen por tenhar de difusión. DAÑO CEREBRiU ADQUIRIDO bl. 22-3. Evaluación neuropsimlóaica a los 6 anos del traumatismo uaneoencefálim runclon evaluada Procesos Inteligencia general [índices II] y cociente intelectual ICIII I comprensión verbal WISC- IV I razonamiento perceptivo I memoria de trabaja I velocidad de procesamiento CI total I rapacidad general Memoria Auditiva Visual Lenguaje Resultado Prueba utilizada 1 Muy bajo (= 61) Normal [=lOO) Medio-bajo (= 82) Leve alteración (= 82) No calculable' No ralrulabled TAVECI Inmediata Normal-bajo Aprendizaje Alterado Corto plaza Alterado Largo plazo Alterado Reconocimiento Normal-bajo Testdeco~iadeunafiquracomoleiadeRev. Normal-baio , ~ecuerdoinmediato . 1 Comprensión devocabulario 1 Test de vocabulario en imáaenes Peabodv 1 Leve alteración 1 Denominación Test de vocabulario de ~os<on Alterado Viruoconstrucción Test decopia de una figura compleja deRey. Normal Copia Atención Focalizada Sostenida Subtest Dígitas directos (WISC-IV) Test deToulause-Pieron Alterado Alterado Función ejecutiva Memoria de trabaja Alterada Resolución de problemas Fluencia verbal Subtest Dígitos inversos (WISC-N) Subtest Letras y números (WISC-IV) Torre de Londres FAS Alterado Alterado Lectura mecánica Comprensión lectora Ortografía PROLEC-SE PROLEC-SE PROESC Normal Alterada Alterado Habilidades académicas Comportamiento Introversión Apatía Dificultad en relación social "NOes posiblecalcular el Ci total ni el indicede capacidad general, dado que hay mas de 23 puntar de diferencia entre lar índices de comprenrió" verbal y razonamiento perceptivo. CBCL: InMntario del comportamiento para niños de 618 años, versión para padres; FAS: prueba de fluidez verbai Monológica y semántica); PROESC: Evaluación de ioi procesar de escritura: PROLEC-SE: Evaluación de los procesos lecforer en secundaria;WISC~iKEscala de inteligencia de Wechrier para niñas-lv. CBCU6-18anos (administradoa padres) exploración neuropsicológica, en la Escala de inteligencia de Wechsler para nifios-IV (WISC-IV) se observó una mejora en el índice de razonamiento perceptivo respecto a la úItima evaluación. Las dificulrades en funciones ejecutivas, memoria verbd y denominación se mantenían sin cambios. En las habilidades académicas, los déficits se centraban en la comprensión lectora y la ortografía, como la familia relataba. Los cuestionarios de conducta revelaron síntomas ansiosos y depresivos. Una vez finalizada la ESO y animada por su familia, inició un curso de formación profesional de grado medio que abandonó por iniciativa propia. María consideraba que no podía seguir las clases y que el nivel de exigencia era superior a sus capacidades. Empezó a trabajar en el negocio familiar (un quiosco de prensa). Se estableció un programa diario o rutina en el que se incluían tareas o acciones que ella tuviera la obligación de completar: encargarse de barrer, recuento de revistas para devolver, etc. Al principio se le exigían tareas sencillas y después, al sentirse más segura, actividades más se introduieron ~ropresivamente " complejas (p. ej., dar cambio a los clientes y hacer el pedido de las revistas necesarias semanalmente). Se buscaron aquellas situaciones que aumentaran las posibilidades de éxito y se evitaron otras que pudieran llevarla a la frustración. Desde un principio, la familia le especificó los límires y las normas, y éstas se coiocaron por escrito en un lugar destacado para que tanto ella como sus padres y hermanos pudieran consultarlas en todo A momento. Este procedimiento fue especialmente úul para recordar las normas referentes a k s conductas sociales: saludar, mirar a los ojos, preguntar si podía ayudar en algo, dar una bolsa, despedirse. Según la familia, esta actividad la ayudó a relacionarse con gente que no formaba parte de su núcleo familiar. Se mostraba menos tímida y más segura, pero seguía sin tener un grupo de amigos. Como los resultados de la exploración neuropsicológica objetivaron dificultades atencionales y ejecutivas muy significativas, que la famlha wrroboró, se decidió efectuar un ensayo farmacológico con metilfenidato Este fármaco, utilizado fundamentalmente para tratar el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (v. cap. 211, ha mostrado eficacia en un porcentaje importante de pacientes con alteraciones atencionales y ejecutivas secundarias a unTCE grave. La respuesta fue muy positiva y la familia destacó un aumento de la iniciativa y la motivación para el trabajo, así como mayor capacidad de resolución de problemas y adaptación a situaciones nuevas para ella. Mejoró también su capacidad atencional, por ejemplo en actividades de cálculo mental (i. e., dwolvu cambio). Las relaciones sociales de María seguían siendo un problema, ya que, como se ha señalado, I . pbésde un traumatismo ~ r a ~ e n c e f á l i c o . - ' . ~ a l l a z ~ ocns la exploración: a) inicial: afec- no disponía de un grupo de amigos. Junto con la familia se valoró realizar un entrenamiento en habilidades sociales. Se iniciaron en formato individual para pasar después a grupa1 con adolescentes que también habían sufrido un TCE. Se realizaron 15 sesiones y los objetivos del tratamiento estuvieron dirigidos a mejorar las habilidades conversacionales, pragmáticas, la comunicación no verbal y la asenividad. Paralekmente se llevó a cabo un entrenamiento en resolución de problemas. María consiguió reducir significatimente el nivel de ansiedad ante situauones sociales y aumentó el nivel de conciencia de sus dificultades. Sus familiares refirieron una discreta mejoría en la capacidad para expresar sus opiniones personales y emociones. Es importante realizar el seguimiento a largo plazo de los ninos que han sufrido un daiio cerebral adquirido en la mfaancia. En cada etapa evolutiva se enfrentarán con unas dificultades concretas que deberán ser valoradas y mtadas. En las primeras etapas de la infancia y la adolescencia es necesario tener en cuenta la repercusión a nivel escolar, social y emocional. No menos importante es la integración laboral en la edad adulta, dado que en muchos casos puede ser deficitaria,incluso en aquellos que de niños han mantenido un ritmo eswlar aceptable (Sans et al., 2009). efectuar un séguimientodeestos"ihos a largo plazo, dado que el pronójtico esdificil de es-. 1 mayor de lar funóones i~nsúísticii.tanto a EI traumatismocmneoencefáljcoinfantil grave expresivas como comprensivas; alteración se asocia con frecuencia a lesión axond difusa de la memoria inmediata verbal y de las por challamiento de axones en estructuras de (6 años despues del traumatismo): dificulcuerpo caUoso, gan'glios bdsale. y meseqcéfalo; suele evoluclonar hacia la atrofia cerebml.' tades.ejecutivasy atencionales muy signifi&vas: también en la memoria verbal y en corticosubcortical. la denominación; persi&ianla falta de habi- a La rehabilitación neurop;icológica debe m 19 lidades sociales y la presencia de sintomas mis precoz posible y ecológica e incluir, ?demas del trabajo individual con el niño, una inansiosos y depresivos. a Las consecuencios de u n daño rerebrdl adformacion detallada a las familiar - Las habilidades acad~micas(IecNra, esaiquirido dependen ,dela interacrión entre la madurez cerebral la naturalezade la función tura y aritmética) pueden quedar compro(simpk o qmpkja) y su nivel dedesarrollo. metidas después de vn traumatismo craA difereiicia.de los adultos. los problemas ncoencefálico; de ahi la importancia de su . . . pueden a p o i o i n c l u s o años después de la abordaje en l~s~prpgramas de intcwenfión .lesión, cudndo las demandas académicas y soneuropsicológica. I D ~CEREBRAL o ADQUWDO ACTIVIDAD22-1. Familiarizarse con los datos médicos J Ejercicio 1. Busque y defina los siguientes tér. minos: - Anisocoria. - Descorticación. - Escala de coma de Glasgow. - Presión intracraneal. ACTIVIDAD22-2. Repasar la neuroanatomia infantil J Ejercicio 2. Localice en una lámina de neuroanatomía las lesiones descritas en la RM de María. En segundo lugar, busque una imagen donde se vea clara una atrofia cerebral corticosubcorticai secundaria a un traumatismo craneoencefálico. ACTIVIDAD22-3. Aprender a evaluar en neuropsicologia infantil. Principales pruebas Evaluación conductual de la función eiecutiva-2 (Behovior Rating lnvenfory of ExecufiveFuncfion-2. BRIEF-21, de Gioia, Isquith, Guy y Kenworthy (2015) En ocasiones, las situaciones experimentales que se encuentran en el origen de algunas pruebas neuropsicológicas son tan artificiales que los resultados obtenidos tienen muy poco valor a la hora de predecir el nivel de funcionamiento real del individuo. Por ello, la tendencia más actual de la evaluación neuropsicológica es a desarrollar nuevos instrumentos que exploren conductas y actividades similares a las caracteristicasy demandas de los distintos ambientes o contextos en los que se desempeña habitualmente la vida de los pacientes. En neuropsicología, la validez ecológica hace referencia a la relación entre el rendimiento en un test que trata de explorar una determinada función o proceso y la capacidad de funcionar y desarrollar tal función o proceso evaluado en el mundo real. Un ejemp¡o de este tipo de pruebas ecológicas seria el cuestionario BRIEF-2. diseñado oara valorar las funciones eiecutivas en el hogar . y . en la escuela, a partir oe scnoos ;nventarios adm nistraoos a pav doccntes IBR EF 2 Escurlai. ores IBRIFF-2 Familia:. , respectivamente, en edades comprendidas entre los 5 y los 18 años. De formato breve, se cumpli- mentan en 10-15 minutos (en papel y lápiz u online) y consisten en indicar el grado de frecuencia en que aparecen una serie de conductas con baremos diferenciados por sexo, rango de edad e informador. Cada cuestionario contiene 63 ítems. En ellos se exploran nueve áreas de la función ejecutiva: Inhibición. Habilidad para controlar impulsos, regular el comportamiento y frenar una conducta en el momentoapropiado. Flexibilidad. Capacidad para hacer transiciones y tolerar cambios, flexibilidad para resolver problemas y pasar el foco de atención de un tema a otro cuando se requiera. Control emocional. Refleja la influencia de las funciones ejecutivas en la expresión, regulación y modulación de las emociones. Iniciativa. Habilidad para iniciar una tarea o actividad sin ser incitado a ello o para generar ideas, respuestas o estrategias de resolución de problemas de modo independiente. Memoria de trabajo. Capacidad para mantener temporalmente información en la mente, con el fin de completar una tarea, registrar y almacenar información o generar objetivos. Planificación y organización. implica la habilidad oara ordenar e identificar las ideas orinci~ales 0'10s conceptos clave en tareas de aprendizaje o cuando se trata de comunicar información, ya sea por vía oral o escrita. Incluye plantearse un objetivo y determinar la mejor via para aicanzarlo, con frecuencia a través de una serie de pasos adecuadamente secuenciados así como anticiparse a situaciones futuras. Organización de materiales. Habilidad para disponer las cosas del entorno; incluye mantener el orden en los elementos de trabajo, estudio o juego con la certeza de que estén efectivamente disponibles para realizar la actividad. Supervisión de la tarea. Hábito de revisar el propio rendimiento durante la realización de una tarea o inmediatamente después con el objeto de cerciorarse de que la meta propuesta se ha alcanzado apropiadamente. Supervisión de si mismo. Conciencia acerca de losefectos que la conducta provoca en los demás. Los resultados se aaruoan en tres índices prin- . cipales: de requlación conductual, de reguláción emociona y de r e g ~ a c i o nrognirlva. además dc "n Inoice aioba. o? funcion e~eculivd;>? .?Nddrn tres escalas de validez (Infrecuencia, Inconsistencia y Negatividad). F También está disponible la versión infantil. para nios de 2 a 5 años -BRIEFP de Gioia, Espy e isquith (201 6)- con 5 escalas clínicas: Inhibición, Flexibilidad, Control emocional, Memoria de trabajo y Planifigcióny organizauón queseagnipan en tres índices:de autocontrol inhibitorio, flexibilidad y metacognición emerqente, resumiéndoseasimismo en el indiceqlw . balde función ejecutiva. En este caso se incluyen dos escalas de validez (Negatividade Inconsistencia). I 1 Test de atención d2 (Brickenkamp y Zillrner, 2002) CARAS-R. Test de percepción de diferencias, revisado (~hurstone yyela, 2012) Mide aptitudes perce