Subido por CATALINA ALEJANDRA GALVEZ

La Letra de Cambio: Origen, Evolución y Contrato de Cambio

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LA LETRA DE CAMBIO
El título de crédito por excelencia.
Toda la teoría general de los títulos de crédito se ha estructurado, en mayor o menor medida, en función
de analizar este instrumento.
Origen es muy antiguo, remontándose a la Edad Media, y alcanzó una enorme importancia práctica, al
punto que llegó a ser considerada “la moneda de los comerciantes”. Hoy en día, la letra ha perdido esa
importancia práctica, siendo desplazada en buena medida por el pagaré. Sin embargo, el legislador regula
detalladamente a la letra de cambio y sus efectos, constituyendo esa normativa el régimen supletorio para
la mayoría de los demás títulos de crédito, no sólo por analogía sino muchas veces por remisión expresa
del legislador, como en materia de pagarés.
La letra de cambio, históricamente surgió como el instrumento a través del cual se ejecutaba un contrato,
a saber, el contrato de cambio. Sin embargo, con el tiempo la letra de cambio fue utilizada por los
comerciantes para cumplir otros roles, experimentando con ello una larga evolución que también se ha
traducido en modificaciones en cuanto a la normativa aplicable a ella.
EL CONTRATO DE CAMBIO
LC Surgió como el instrumento a través del cual se ejecutaba el contrato de cambio.
1.- Definición de contrato de cambio: art. 620 Ccom, según el cual, el contrato de cambio es una
convención por la cual una de las partes se obliga, mediante un valor prometido o entregado, a
pagar o hacer pagar a la otra parte o a su cesionario legal cierta cantidad de dinero en un lugar
distinto de aquel en que se celebra la convención.
2. Las partes del contrato de cambio.
A. Librador: Es aquel que contrae la obligación de pagar o hacer pagar una cantidad de dinero al
tomador o a su cesionario legal.
B. Tomador o beneficiario: Es la parte que tiene derecho a exigir el pago al librador o a la persona
a quien éste haya encomendado hacer el pago.
La definición destaca que el pago se hará al tomador “o a su cesionario legal”, es decir, la propia definición
se pone en el caso que el tomador puede ceder su crédito.
Por otro lado, la definición dice que el librador se obliga a pagar o “hacer pagar” al tomador una suma de
dinero. Es decir, en la ejecución del contrato puede intervenir una tercera persona, distinta del librador y
que será la que por una orden o instrucción del librador hará el pago al tomador. El sujeto que, en
definitiva, está llamado a efectuar el pago al tomador toma el nombre jurídico de librado. Librado puede
ser el propio librador (cuando él mismo hace el pago al tomador), pero puede ser un tercero distinto del
librador, y eso tiene lugar cuando el librador hace que otro pague. Es decir, si el librado es el mismo
librador, tendremos que el librado será también parte del contrato de cambio, pero puede que el librado
sea un tercero, que no va a ser parte del contrato de cambio.
3.- Precio del contrato de cambio.
De la definición resulta que el librador se obliga a pagar o hacer pagar una suma de dinero al tomador o a
su cesionario, a cambio de un valor prometido o de un valor entregado. Es decir, el librador va a pagar o
hacer pagar precisamente porque ha recibido una suma de dinero o un valor del tomador o lo recibirá en
el futuro. Sin perjuicio de ello, el librador tendrá derecho a cobrar normalmente una comisión al tomador.
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4.- Objeto del contrato de cambio.
Es la cantidad de dinero que el librador se obliga a pagar o hacer pagar al tomador o a su cesionario legal.
5.- Distancia loci, elemento esencial del contrato.
La distancia loci implica que el pago que debe efectuar el librado, debe ejecutarse en un lugar distinto a
aquel en que se celebró el contrato de cambio. Si el pago debe efectuarse en la misma plaza en que se
celebró el contrato, no hay distancia loci y, en consecuencia, no hay contrato de cambio.
6.- Caracteres jurídicos del contrato de cambio.
 Es un contrato consensual, el art. 621 así lo señala.
 Es un contrato bilateral, ambas partes se obligan recíprocamente.
 Es un contrato oneroso.
 Es un contrato conmutativo
7.- Función económica del contrato de cambio.
La finalidad del contrato de cambio es superar la dificultad o riesgo que implica trasladarse de un
lugar a otro para realizar un negocio, portando físicamente el dinero. Este riesgo era especialmente elevado
en la época en que surgió el contrato (la Edad Media), pues los comerciantes estaban expuestos a actos de
pillaje, sobre todo cuando se desplazaban por las rutas que conectaban los distintos centros de comercio.
Hoy en día esta dificultad también existe, pero el desarrollo de los medios tecnológicos ha
entregado nuevas herramientas para superarlo.
SURGIMIENTO Y EVOLUCION DE LA LETRA DE CAMBIO
1.-
La letra y el contrato de cambio
La letra de cambio surgió como un instrumento para ejecutar el contrato de cambio. En efecto, era
necesario concebir alguna manera de facilitar que el librador, ubicado en una ciudad determinada, pudiere
dar una orden al librado, ubicado en otra ciudad, para que pagare la cantidad de dinero al tomador. A la
vez, era necesario que el tomador contare con algo que le permitiera acreditar que él era la persona
facultada para exigir ese pago.
En ese contexto aparece la letra de cambio. Al momento de celebrar el contrato de cambio, el
librador extendía y firmaba un documento (la letra de cambio), en el que ordena al librado pagar al tomador
una determinada cantidad de dinero. El librador entregaba la letra de cambio al tomador y éste, al llegar
al lugar de destino, la presentaba al librado (que podía ser la misma persona que el librador, por ejemplo,
una sucursal de sus oficinas o una persona distinta). Exhibida la letra al librado, si éste aceptaba la orden
que le ha dado el librador y que consta en la letra, procedía a pagar la suma de dinero en ella indicada al
tomador. Si el librado no aceptaba la orden de pago, el tomador podía reclamar al librador.
Digamos que la letra fue durante mucho tiempo el principal medio de ejecución del contrato de
cambio, pero no es el único. Existen otros, como el giro postal o telegráfico.
Desarrollo y evolución de la letra de cambio
La letra de cambio fue originalmente concebida para ejecutar el contrato de cambio, pero poco a
poco los comerciantes comenzaron a utilizarla para otros fines, al punto que llegó a ser considerada como
“la moneda de los comerciantes”.
2.-
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Esto supuso una larga evolución, dentro de la cual podemos identificar diversos pasos o etapas,
que van desvinculando a la letra del contrato de cambio:
a) Que la letra se pudiere transferir por endoso y que el endoso purgare las excepciones
personales que el deudor hubiere tenido con anteriores portadores de la letra. También su
carácter abstracto.
Esto permitió que la letra fuere utilizada como medio de pago de obligaciones, reemplazando
al dinero. Por ejemplo, si el tomador, que es el beneficiario de la letra desea adquirir
determinadas mercaderías, para pagar el precio de ellas podía endosar la letra de cambio al
vendedor. Luego, ese vendedor, nuevo portador de la letra, quedaba facultado para exigir el
pago de ella al librado.
b) La eliminación de la distancia loci.
Hemos visto que la distancia loci es un elemento del contrato de cambio. Si no hay distancia
loci, no hay tal contrato. Sin embargo, los comerciantes comenzaron a utilizar letras de
cambio dando órdenes de pago a personas ubicadas en la misma plaza, precisamente para
facilitar el pago de obligaciones dinerarias, como las derivadas de una compraventa.
c) Que el librador pudiere ser al mismo tiempo beneficiario de la letra.
En el marco del contrato de cambio esto es imposible, pues librador y beneficiario son partes
distintas del contrato.
Sin embargo, también para facilitar el cumplimiento de obligaciones mercantiles, los
comerciantes comenzaron a utilizar letras de cambio en que la orden de pago era dada por el
librador al librado, quien aceptando en el acto la letra, la restituía al librador que asumía a la
vez la calidad de beneficiario.
LA LETRA DE CAMBIO EN NUESTRO DERECHO
Bajo el texto original del Código de Comercio, la letra de cambio estaba regulada a propósito del
contrato de cambio en el Título X del Libro II, artículos 623 a 781. Así el artículo 632 Ccom, definía la
letra de cambio como un mandato escrito revestido de las formas prescritas por la ley, por la cual el
librador ordena al librado pagar una cantidad de dinero a la persona designada o a su orden.
Esta definición suponía la trilogía librador – librado – beneficiario, en la cual librador y
beneficiario no podían coincidir. Por otro lado, al decir la ley que la letra era un mandato hacía suponer
que la letra era un instrumento causado, que exigía un contrato anterior entre librador y librado, el cual
tenía relevancia para su eficacia.
Posteriormente, se introdujeron modificaciones al Ccom tendientes a desvincular la letra del
contrato de cambio. Sin embargo, dicha desvinculación sólo recibió consagración definitiva con la ley
18.092 sobre letra de cambio y pagaré de 1982, que derogó los arts, 623 a 781 bis del Ccom, dejando
vigente sólo lo relativo al contrato de cambio.
Así, la letra de cambió quedó regulada por una nueva normativa, contenida en la Ley 18.092, que
la desvinculó del contrato de cambio, en términos tales que ahora la letra se puede utilizar para ejecutar el
contrato de cambio, pero no sólo bajo ese esquema. Asimismo, la ley 18.092 derogó la definición de letra
de cambio que contenía el Ccom y, siguiendo el modelo de la Ley Uniforme de Ginebra sobre letras de
cambio y pagaré del año 1938, optó por no definir a la letra de cambio, sino que prefirió describir e indicar
las menciones que este documento debe contener (artículo 1 de la Ley 18.092).
DEFINICION DE LETRA DE CAMBIO
Actualmente no existe en nuestro Derecho una definición legal de letra de cambio. Por su parte, la antigua
definición del derogado artículo 632 del Ccom es incompleta e inexacta, por lo que no podemos recurrir
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a ella ni siquiera para efectos académicos.
La doctrina ha elaborado la siguiente definición:
“La letra de cambio es un título de crédito, que contiene la orden no sujeta a condición de pagar una
suma determinada o determinable de dinero, en la época prefijada o a la vista, y que obliga a cumplirla
al librador, al aceptante, a los endosantes y a quienes garanticen su pago, a favor del beneficiario
designado en el documento o al portador legítimo del mismo.”
Características de la letra de cambio, que se infieren de la definición referida:
a) La letra de cambio es un título de crédito.
b) La letra de cambio contiene una orden no sujeta a condición de pagar una cantidad de dinero.
Esta orden va dirigida al librado, quien resultará obligado en la medida que acepte.
Sin perjuicio de ello, luego veremos que en la letra de cambio también intervienen otras personas
que pueden resultar obligadas al pago.
De esta misma característica se desprende que el contenido de la letra de cambio, es la obligación
de pagar una suma de dinero (no es entregar mercaderías, ni conferir derechos societarios).
Por eso se dice que la letra de cambio es un título dinerario, un efecto de comercio (al ser
normalmente pagadera a corto plazo).
c) Es pagadera en la época fijada o a la vista: Esto se refiere al vencimiento de la letra, es decir, el
momento en que ella debe ser pagada, cuestión que regula el artículo 48 Ley 18.092 y que
oportunamente veremos.
SUJETOS INTERVINIENTES EN LA LETRA DE CAMBIO.
En la letra de cambio pueden intervenir diversos sujetos, a saber:
A. Librador o girador: Es la persona que crea la letra, que la emite, la gira, la libra. Se le reconoce
porque debe estampar su firma en el anverso del documento. El librador siempre debe intervenir y
lo hace mediante su firma, si falta su firma el documento no vale como letra de cambio.
B. Librado o girado: Es la persona a quien se comete la orden de pagar la cantidad girada. También
se dice que es la persona “a cuyo cargo” se gira la letra (art. 3 Ley 18.092).
¿Si falta la firma del librado, el documento valdrá como letra de cambio?
Sí. La firma del librado puesta en el documento implica su aceptación, acto en virtud el librado
adquiere responsabilidad cambiaria. Si falta la firma del librado, no se afecta la validez de la letra,
lo que ocurre es que el librado no contrae responsabilidad cambiaria y será obligado al pago el
librador, en cuanto tal.
C. Tomador o beneficiario: Este sujeto no interviene mediante su firma. Sin embargo,
no puede
faltar su indicación, pues él es el sujeto que estará facultado para cobrar la letra de cambio. Al
respecto, precisemos que no existen las letras de cambio al portador. La letra de cambio puede ser
a la orden o nominativa.
Se le llama “tomador” sólo por una raíz histórica, pues correspondía al sujeto que era parte del
contrato de cambio.
Actualmente, el librador puede ser a la vez beneficiario, pero no en una letra girada para ejecutar
un contrato de cambio, sino que para otras funciones. El art. 3 de la ley 18.092 reconoce esta
posibilidad cuando nos dice que la letra puede ser girada “a la orden del propio librador”.
Por cierto, el beneficiario o tomador no podría ser a la vez el librado, porque no pueden coincidir
las calidades de acreedor y de deudor en una misma persona.
D. El aceptante: vale lo dicho respecto del librado, con la diferencia que el aceptante es aquel librado
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que admite o acepta pagar la cantidad girada, y lo hará estampando su firma en el documento.
E. El endosante: Es la persona que transfiere la letra de cambio mediante endoso, pero también lo es
el que la constituye en prenda (mediante endoso en garantía) y el que la comete o entrega en cobro
(mediante un endoso en cobranza). Si pensamos en un endoso traslaticio de dominio, el primer
endosante de la letra será el tomador o beneficiario, ya que es el sujeto facultado para cobrar la
letra y será su tenedor legítimo. Sin embargo, en vez de cobrar la letra, el tomador puede endosarla.
Luego podrá haber futuros endosos.
F. El avalista: Es la persona que avala la letra de cambio. También podemos decir que es la persona
que mediante su firma puesta en el documento, en una hoja de prolongación o incluso en un
documento separado, garantiza el pago de la letra. El acto jurídico mediante el cual se avala la letra
se denomina “aval”, el sujeto que realiza este acto es el “avalista”.
G. El portador o tenedor: Es el sujeto que detenta la letra. Puede ser un tenedor legítimo o ilegítimo,
según la letra haya llegado a sus manos por vía legal destinada al efecto, si está de buena o mala
fe.
En rigor, no hay que confundir al tenedor con el poseedor del documento. El tomador será
normalmente el tenedor de la letra, en este caso tenedor y poseedor coinciden, por cuanto el
tomador tiene la letra con ánimo de señor o dueño, no la tiene por otra persona. Lo mismo
acontecerá respecto del último endosatario en dominio. Pero si pensamos en un endoso en garantía
o en un endoso en comisión de cobranza, el endosatario no tiene la letra con ánimo de señor o
dueño, sino que la tiene en lugar y a nombre de otro. Ese otro, que es el endosante en garantía o en
comisión de cobranza, no será el tenedor pero sí será el poseedor.
PRINCIPIOS CAMBIARIOS CONSAGRADOS EN LA LEY 18.092 SOBRE LETRA DE
CAMBIO Y PAGARÉ.
Siguiendo al profesor Álvaro Puelma, en la Ley 18.092 es posible identificar los siguientes
principios, que son aplicables no sólo a la letra de cambio, sino también al pagaré:
1. Los actos cambiarios son unilaterales. El giro, la aceptación, el endoso y el aval, para su
perfeccionamiento, sólo requieren la voluntad del obligado manifestada en la forma establecida en la
ley, que generalmente consiste en la sola firma del sujeto que ejecuta este acto.
 Respecto del giro, apreciamos este principio en el Art. 1 número 7, que establece como una
mención esencial de la letra la firma del librador.
 Respecto de la aceptación, es pertinente el art. 33.
 Respecto del endoso, el art. 17.
 Respecto del aval, el art. 46.
Así, los actos cambiarios son declaraciones unilaterales de voluntad con efectos jurídicos.
2. Los actos cambiarios son independientes entre sí. Esto deriva del carácter unilateral ya referido, y
además se encuentra consagrado en el art. 7 de la ley, que consagra el principio de independencia de
las firmas. Según esta norma “la incapacidad de alguno de los signatarios de una letra de cambio, el
hecho de que en ésta aparezcan firmas falsas o de personas imaginarias, o la circunstancia de que, por
cualquier motivo, el título no obligue a alguno de los signatarios o a las personas que aparezcan como
tales, no invalidan las obligaciones que derivan del título para las demás personas que lo suscriben.”
Así, puede que respecto de algunas personas la letra no sea eficaz, pero para las otras personas que
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válidamente han firmado, el documento sí es eficaz.
3. La letra de cambio y el pagaré son títulos abstractos. No tiene incidencia en la eficacia del
instrumento la relación causal que motivó su emisión o la ejecución de un acto cambiario.
Ello se infiere de la eliminación por parte de la ley 18.092 de las obligaciones que el Código de
Comercio establecía entre librador y librado y que suponían una relación jurídica previa (el contrato de
cambio) que era el antecedente del acto cambiario. Así, el Código establecía obligaciones para el
librador, como la de proveer fondos al librado, y acciones de reembolso a favor del librado aceptante
en contra del librador, todas las cuales estaban en consonancia con la existencia previa del contrato de
cambio. Hoy en día esas obligaciones no las contempla la Ley 18.092.
Asimismo, el carácter abstracto de la letra de cambio se encuentra consagrado en el art. 12 de la Ley
18.092, que destaca la no interferencia recíproca entre los actos cambiarios y las relaciones jurídicas
que dieron origen o motivaron la realización de esos actos cambiarios. Tanto es así que el art. 12
establece que la ejecución de un acto cambiario ni siquiera produce novación, salvo pacto expreso.
En este mismo sentido la ley 18.092 derogó los artículos 123 y 124 del Código de Comercio, que
establecían complicadas normas sobre novación cuando se daban en pago instrumentos negociables.
Con todo, dejemos constancia que la independencia entre la letra de cambio y el negocio causal no es
absoluta, por cuanto la ley agrega que el pago de la letra de cambio extingue la obligación causal hasta
la concurrencia de lo pagado. El legislador no estimó conveniente desvincular totalmente la letra del
negocio causal, por cuanto ello podría llevar al absurdo de tener que pagar dos veces, por ejemplo pagar
el precio de una compraventa y además tener que pagar la letra de cambio que fue aceptada para facilitar
el pago de esa misma obligación. Así, pagando la letra se extingue también la obligación de pagar el
precio de la compraventa.
4. Principio de la inoponibilidad de excepciones. Este principio lo consagra el art. 28 de la ley 18.092.
Según este artículo, el obligado al pago de la letra sólo podrán oponer al acreedor excepciones reales,
las que emanan del título mismo y también las personales suyas contra el acreedor, pero no excepciones
personales que el obligado al pago haya podido tener respecto de anteriores portadores de la letra.
ROLES QUE PUEDE CUMPLIR LA LETRA DE CAMBIO EN EL ESTADO ACTUAL DE
NUESTRA LEGISLACIÓN.
Actualmente, la letra de cambio puede cumplir diversos roles:
1. Ejecutar el contrato de cambio. En este caso, librador y beneficiario serán personas distintas.
Librador y librado podrán ser la misma persona, y deberá haber distancia loci.
En la actualidad, este contrato ha dejado de tener la importancia práctica que tenía. Hoy en día es
posible desplazarse por diferentes lugares del mundo haciendo pagos con otros medios, como tarjetas
de crédito. Asimismo, se puede ejecutar el contrato de cambio inclusive sin letra de cambio,
recurriendo al giro postal, el servicio que actualmente ofrecen compañías como Western Union o Chile
Express, etc.
2. Como un instrumento de pago. En la práctica, hoy en día la regla general es que la letra de cambio
sea girada, aceptada o endosada para pagar una obligación preexistente de carácter dinerario, como
puede ser un precio de compraventa.
En cuanto a la eficacia de la letra de cambio como instrumento de pago, es necesario esclarecer acaso
el sólo hecho del giro, aceptación o endoso de una letra, produce la extinción de la obligación
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preexistente. Al respecto cabe distinguir dos formas en que se puede girar una letra de cambio: Pro
solvendo (para pagar una obligación); y Pro soluto, (en pago de una obligación).
La regla general es la establecida en el art. 12 de la ley. 18.092 que ya referimos. Por el mero hecho
de girar, aceptar o endosar una letra para pagar una obligación preexistente no se extingue dicha
obligación, no produce novación. Sólo se produce la extinción cuando la letra es pagada. Es decir, por
regla general, las letras se giran, aceptan o endosan “pro solvendo”, es decir, para pagar. En otras
palabras, el sólo hecho de que el comprador librado acepte una letra no extingue su obligación de
pagar el precio de compraventa, lo que extingue la obligación de pagar el precio de la compraventa es
el pago de la letra.
Sin embargo, es posible girar, aceptar o endosar la letra pro soluto, caso en el cual el giro, aceptación
o endoso de la letra extinguirán de inmediato la obligación causal por la vía de la novación. En tal
caso, la obligación incorporada en la letra reemplaza a la obligación emanada del acto causal que la
motivó (por ejemplo, la de pagar el precio de una compraventa). Para que esto ocurra es necesaria una
estipulación expresa (que se gira, acepta o paga la letra "con ánimo de novar").
3. Como instrumento de crédito. Mediante el giro, aceptación o endoso de una letra es posible otorgar
o recibir un crédito de una suma de dinero. En tales casos, lo más lógico es que la letra se gire a plazo
(es decir, no resulta útil aquí una letra girada a la vista, que es pagadera a su presentación, de
inmediato). Se debe pagar en su momento, con los intereses y reajustes que corresponda.
En un esquema sencillo, el crédito puede ser otorgado por el librador, quien será a la vez beneficiario.
El que recibe el crédito será el librado, que al aceptar la letra se obliga al pago.
Como instrumento de crédito la letra de cambio es el instrumento que por excelencia es objeto de la
operación de descuento. En virtud de esta operación, el beneficiario de la letra concurre ante el
descontante, que normalmente será un banco, y le endosa la letra en su favor. A cambio de ello, el
banco no le paga una suma equivalente al total de la letra, sino una cantidad menor, un porcentaje
menor que corresponde a lo que se conoce como "tasa de descuento". Así, si la letra era por 1.000.000,
el banco paga a este beneficiario, por ejemplo, $ 980.000, pero se los paga de inmediato. El
beneficiario no tiene que esperar el vencimiento de la letra, que puede ser, por ejemplo, en tres meses
más. Lo que el banco gana en esto es que al vencimiento de la letra va a poder cobrar al obligado al
pago de ella, que será el librado aceptante, el total, es decir $1.000.000. El banco conserva la diferencia
entre lo que pagó y lo que cobra.
Finalmente, cabe señalar que como instrumento de crédito, la letra de cambio ha sido desplazada en
buena medida por el pagaré, lo cual se explica por el hecho que el pagaré, según veremos, permite
vencimientos sucesivos, es decir, la cantidad adeudada se puede fraccionar en varias cuotas. Por el
contrario, la letra sólo puede tener un vencimiento único, por el total de la obligación, no se puede
fraccionar en cuotas. Como los créditos normalmente se dividen en cuotas, resultan más cómodos los
pagares. Si queremos utilizar letras para el caso de un crédito dividido en cuotas, se deberá firmar una
letra por cada cuota.
4. Como medio de garantizar obligaciones obligando a un tercero. Por ejemplo, en el caso en que un
crédito es otorgado por Andrés (mutuante) en favor de Beatriz (mutuaria), Beatriz será quien gire la
letra (es decir, será libradora) en favor de Andrés (que será beneficiario). El librado será una tercera
persona, por ejemplo, Carlos, quien al aceptar la letra, estará garantizando el pago de la obligación que
Beatriz tiene para con Andrea en virtud del contrato de mutuo.
EL GIRO DE LA LETRA DE CAMBIO. MENCIONES
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Generalidades.
La letra de cambio es un documento formal, puesto que su giro o emisión debe sujetarse a una serie
de formalidades prescritas por la ley.
La letra de cambio es concebida por la ley como un documento; sin embargo, el legislador no
establece la sustancia y demás condiciones de calidad o aspecto externo del soporte de este documento,
por lo cual podrá constar en soporte de papel, plástico u otro dispositivo apto (incluso un soporte
electrónico).
Lo que sí establece claramente la ley son las menciones que debe contener este documento, para
que podamos concluir que estamos frente a una letra de cambio.
Alguna de estas menciones son obligatorias o esenciales. Ellas no pueden faltar y si faltan, el
documento no vale como letra de cambio. En este sentido, si la letra de cambio fuere un contrato - aunque
manifiestamente no lo es -, diríamos que estas menciones obligatorias sería sus elementos esenciales, sin
los cuales éste no produciría efecto alguno o degeneraría en algo distinto.
Además de estas menciones obligatorias, encontramos otras menciones naturales, que los firmantes
pueden introducir en la letra, pero si no lo hacen, la ley suple su silencio, estableciendo un efecto
específico.
Finalmente, también podemos concebir menciones meramente facultativas o accidentales, que son
aquellas que los firmantes pueden introducir en la letra y que tienen efecto jurídico, pero si ellas no se
introducen, la ley no suple el silencio.
Desde el punto de vista de su literalidad, la letra de cambio es un documento completo, su
literalidad es rigurosa.
Análisis de las menciones de la letra de cambio:
Estas menciones están establecidas en el artículo 1º de la Ley 18.092 y son las siguientes:
1.-
La indicación de ser letra de cambio, escrita en el mismo idioma empleado en el título. Artículo
1º Nº 1.
De acuerdo al artículo 1º Nº 1, es imprescindible indicar que el documento se trata de una letra de
cambio.
Esta mención es esencial, no puede ser suplida por otra frase equivalente.
A la luz de este precepto, la letra puede ser emitida en cualquier idioma, y la ley exige que la
indicación de ser letra de cambio sea puesta en el mismo idioma que fue empleado en el título.
2.-
Lugar y fecha de su emisión. Artículo 1º Nº 2 Ley 18.092.
El lugar de la emisión es importante por el principio Lex Locus Regit Actum (artículo 17 del Código
Civil y 263 del Código Bustamante).
La fecha de su emisión es importante, por las siguientes razones:
Para determinar la capacidad del girador de la letra (esto deberá apreciarse al momento de su
emisión).
Para determinar la época de vencimiento de la letra, es decir, el momento en que la letra debe
ser pagada.
Según veremos, de acuerdo al artículo 48 de la Ley, la letra puede tener cuatro formas de
vencimiento (a la vista, a un plazo desde la vista, a un plazo desde la fecha de giro o a un día
fijo y determinado). Cuando la letra vence a un plazo desde la fecha de giro, obvio es decir que
será imprescindible saber cual es la fecha de giro para determinar el vencimiento.
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La fecha de emisión es una mención esencial, porque la ley no suple el silencio. Ello sin perjuicio
de lo que diremos a propósito del artículo 11 de la ley, que establece la posibilidad de completar una
letra a posteriori.
La indicación del lugar de emisión no es esencial, es una mención de la naturaleza, puesto que
si ella falta, la ley suple su omisión indicando que la letra se entiende girada en el domicilio del
librador.
3.-
La orden no sujeta a condición de pagar una cantidad determinada o determinable de dinero.
Artículo 1º Nº 3 Ley 18.092.
Es decir, la letra de cambio es un título de crédito de dinero, su contenido es pagar una suma de
dinero (es un efecto de comercio).
La orden a que alude la ley la emite el librador en contra del librado. Esta orden no puede estar sujeta
a condición, es decir, debe ser pura y simple, lo que le da seriedad al documento (según veremos
ello concuerda con uno de los requisitos de la aceptación, a saber, que ella también debe ser pura y
simple, art. 42 Ley).
La cantidad de dinero puede ser determinada al momento mismo del giro o determinable, lo que
implicará aludir a un índice o forma de corrección monetaria, que permitirá determinar
oportunamente el contenido de la obligación, mediante simples operaciones aritméticas (ejemplo,
expresar la cantidad en UF).
La ley no establece acaso la suma de dinero debe ser indicada en palabras o en números, por lo
mismo, será suficiente recurrir a cualquiera de los dos sistemas. Lo que sí establece la ley en su
artículo 6º es que si se recurrió a ambas forma de indicar la cantidad (es decir, palabras y números)
y existe una disconformidad entre ambas formas, prima la cantidad indicada en palabras.
Esta mención del Nº 3 es esencial.
4.-
El nombre y apellido de la persona a que debe hacerse el pago o a cuyo orden debe efectuarse.
Artículo 1º Nº 4 Ley 18.092.
Este numeral exige la individualización del beneficiario de la letra.
Esta es una mención esencial, no puede faltar porque no existen letras de cambio al portador (la letra
puede ser nominativa o a la orden, según se infiere del mismo Nº 4 y deja en claro el artículo 18 de
la ley).
La letra nominativa, es aquella que sin contener la cláusula a la orden, contiene la cláusula de no
endosabilidad; la letra a la orden es aquella que contiene la cláusula a la orden, o bien, la que sin
contener esta cláusula, no contiene cláusula de no endosabilidad, por lo tanto, es transferible
mediante el endoso.
Finalmente, precisemos que actualmente, el beneficiario de la letra puede ser el mismo librador, lo
que queda claro al tenor del artículo 3º de la Ley 18.092, según el cual “la letra de cambio también
puede girarse a la orden o a cargo del propio librador”.
5.-
El nombre, apellido y domicilio del librado. Artículo 1º Nº 5 Ley 18.092.
La ley exige que se individualice con precisión a quien está llamado a ser el principal obligado del
pago de la letra. Esta es una mención esencial.
La ley concibe la posibilidad de que una letra tenga varios librados, en cuyo caso, habrá que indicar
un domicilio común para todos ellos. Respecto de la pluralidad de librados, es también pertinente
el artículo 4º de la Ley.
Finalmente, recordemos que el librado puede coincidir con la persona del librador, lo cual está
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reconocido en el artículo 3º de la Ley 18.092 cuando dice “letra de cambio también puede girarse a
la orden o a cargo del propio librador”.
6.-
El lugar y época del pago. Artículo 1 N° 6 Ley 18.092.
El lugar del pago es importante pues determina donde debe ser presentada la letra para requerir su
pago.
A su vez, determina qué funcionario será competente para protestar la letra en caso de falta de pago
(debe hacerlo un notario competente y lo es el del lugar donde debía pagarse, Art. 68 Ley 18.092).
Sin embargo, el lugar del pago no es una mención esencial, pues la ley suple su omisión: Debe
efectuarse en el domicilio del librado señalado en el documento (art. 1 N° 6).
Finalmente, en cuanto al lugar del pago son pertinentes los Arts.: 5, 43 y 53.
En cuanto a la época del pago: Siempre la letra de cambio tiene una época de pago. Sin embargo,
ella no es obligatoria o esencial como mención, pues si no se ha indicado la ley establece que la letra
es pagadera a la vista. (art, 1 N°6 Ley).
En lo que se refiere a la época del pago, en virtud de lo establecido en el artículo 48 de la Ley, la
letra de cambio puede, girarse de cuatro maneras, las que determinarán su vencimiento (época en
que la letra debe ser pagada).
Así, la letra puede ser girada (y tener vencimiento):
1) A la Vista: En tal caso, ella es pagadera a su presentación (art. 49). Se dice que en estos casos la
letra "nace vencida."
2) A un plazo desde la vista: (Ejemplo: 30 días desde la vista). En este caso el plazo se cuenta desde
la fecha de la aceptación que hace el librado.
Ahora bien:
a) Si el librado no aceptare la letra: El plazo comienza a correr desde la fecha del protesto de la
letra por falta de aceptación.
b) Si el librado acepta, pero no fecha su aceptación: El plazo empieza a correr desde la fecha del
protesto de la letra por falta de fecha de aceptación. (Ver artículo 50 de la Ley).
3) A un plazo desde la fecha de giro: (también referida como “a un plazo desde su fecha”): Ejemplo,
30 días desde su giro. En este caso es claro, el plazo se cuenta desde la fecha de giro.
4) A un día fijo y determinado: Por ejemplo, se establece que la letra vence o es pagadera el 15 de
julio de 2006.
Importante: El art. 48 de la Ley agrega que no vale la letra de cambio girada a otros vencimientos o
con vencimientos sucesivos. En consecuencia, letra de cambio debe tener un vencimiento único por el
total de la obligación.
Según veremos, los vencimientos sucesivos sí se permiten en el pagaré.
7.- La firma del librador. Artículo 1 N° 7, Ley 18.092.
El giro o emisión de la letra es un acto jurídico unilateral, por el cual el librador crea la letra. La firma
del librador es la forma o manera de materializar su voluntad de crear la letra.
La firma del librador es esencial (sin ella el documento no vale como letra de cambio).
Cabe destacar que la ley no exige indicar el nombre o domicilio del librador, pero nada impide hacerlo
(y probablemente sea conveniente que se haga). Pero en todo caso, basta su sola firma.
El art. 1 N° 7 de la Ley agrega que el librador podrá estampar su firma por otros procedimientos
distintos a los manuscritos. Ver también art. 9: impresión digital.
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Sanción por la falta de menciones esenciales u obligatorias.
De acuerdo con el artículo 2 Ley, el documento en que no se cumpla con las exigencias del artículo
1°, no valdrá como letra de cambio.
Esta sanción se refiere a la falta de menciones esenciales, no así a las menciones suplidas por la ley
y a las facultativas o accidentales.
Ahora bien, al decir la ley que el documento “no vale como letra de cambio”, significa que no vale como
tal, pero no excluye que el documento pueda ser eficaz y producir otros efectos, aunque no en cuanto letra
de cambio. Al respecto, autores como Baeza (pág. 1135) estiman que estaríamos en presencia de un
supuesto de conversión del acto nulo (degenera en otro distinto que sí produce efectos jurídicos). Así, por
ejemplo el documento podrá tener mérito probatorio, en cuanto instrumento privado.
Enunciación de las menciones de la letra de cambio con posterioridad a su giro. (Letra en Blanco).
No obstante que el legislador regula detalladamente las menciones de la letra, la ley contempla la
posibilidad que en el acto del giro no se indiquen todas las menciones, permitiéndose que ellas sean
completadas con posterioridad.
Así, el Art. 11 de la Ley establece que si falta una mención esencial (no accidental), el tenedor
legítimo puede incorporarlas antes del cobro del documento, pero para ello debe sujetarse a las
instrucciones que haya recibido de los obligados al pago.
Esta posibilidad que entrega la Ley 18.092 es criticada por la doctrina, pues se dice que con ello el
legislador se estaría apartando del sistema adoptado en la Ley 18.092 en el sentido de que la letra de
cambio es un documento literal, riguroso y abstracto.
Si el tenedor llena la letra en contravención a las instrucciones recibidas, el obligado se
excepcionará del pago, probando estas circunstancias.
Sin embargo, esta exoneración no puede hacerse valer respecto de un tercero de buena fe. Dado
que la buena fe se presume, el obligado al pago deberá probar la mala fe del tercero, si quiere
excepcionarse del pago.
El precepto agrega que lo anterior no obsta a las acciones penales que fueren procedentes. Aquí
podemos pensar en el delito de abuso de firma en blanco, falsificación, etc.
Menciones facultativas de la letra de cambio (también llamadas accidentales).
Ellas pueden no estar, pero si están producen efectos jurídicos. A ellas se refiere el art. 13 de la Ley.
1.- La comuna dentro de la cual esté ubicado el lugar del pago. (Se puede justificar en grandes
aglomeraciones urbanas como Santiago.)
2.- Cláusula de reajustes: A ella se refiere también el art. 14 de la Ley, según el cual, primero aplicaremos
el sistema señalado en la letra, a falta de ello debemos atender al sistema de reajustabilidad aplicable
a las operaciones de crédito de dinero (Ley 18.010). En todo caso, no puede estipularse un sistema
contrario a la ley. Cabe señalar que, en rigor, la Ley 18.010 no establece un sistema supletorio de
reajustabilidad, razón por la cual, es preferible indicarlo en la letra.
3.- Cláusula de intereses: Se refiere a los intereses convencionales o por el uso (distinto a los intereses
penales).
4.- Cláusula devuelta sin gastos” o “sin obligación de protesto”: No obstante que el legislador parece
aludir a dos cláusulas distintas, en verdad se trata de expresiones sinónimas, son una misma cláusula.
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De acuerdo a los artículos 74 y 79 de la Ley, esta cláusula libera al portador de la carga de protestar la
letra (sea por falta de aceptación o por falta de pago) para evitar la caducidad de las acciones
cambiarias contra librador, endosantes y los avalistas de ambos, según veremos.
Finalmente, destaquemos que si esta cláusula es estampada por el librador produce efectos respecto
de todos los firmantes de la letra. Si es estampada por algún otro obligado, sólo producen efecto
respecto de el que la estampó (Art. 74).
5.- Otras menciones que no alteren la esencia de la letra: Por ejemplo, la cláusula que exime al librador
de su responsabilidad por la falta de aceptación de la letra (art. 10). Otra sería la cláusula no endosable.
Modificaciones de enunciaciones de la letra de cambio en circulación.
A esto se refieren los artículos 15 y 16 de la Ley, contemplando dos situaciones. La adulteración de la
Letra y la Alteración.
a) La adulteración: es una modificación del documento hecha contra la voluntad de los emisores o
suscriptores, con fines maliciosos. A ella se refiere el art. 15 de la Ley.
No obstante que la adulteración puede constituir un delito, la ley 18.092 no se ha referido a las
consecuencias penales que pueden derivar del acto, sino que se ha limitado indicar sus
consecuencias desde el punto de vista cambiario. El efecto es que los signatarios anteriores a la
modificación se obligan conforme al texto original y los posteriores a ella de acuerdo al nuevo
texto. La carga de la prueba de la adulteración y el momento en que ella ocurrió le corresponde al
deudor que la alega.
b) La alteración: Es una modificación lícita del tenor literal de la letra de cambio. No obstante que
la letra de cambio, como todo título de crédito se caracteriza por su literalidad, el legislador
autoriza, bajo ciertas circunstancias la alteración de su texto.
Así, según el art. 16, cualquiera de los obligados puede consentir, bajo su nueva firma, en la
alteración del texto de la letra, quedando obligado en los nuevos términos que se indiquen. Esta
alteración sólo afecta al obligado que la consintió expresamente bajo su firma. Los demás quedan
obligados en los términos originales.
Representación en materia de letra de cambio.
El art.8 de la ley se refiere al supuesto de representación y más precisamente al caso de agencia
oficiosa (es decir, que una persona actúe por otra sin estar facultada).
Si una persona firma una letra de cambio como representante de otra, teniendo facultades
suficientes para hacerlo, el efecto es que el obligado será el representado y el representante no adquiere
responsabilidad cambiaria.
Pero, si el supuesto representante carece de facultades o las excede, se obliga personalmente al
pago de la letra. Si paga, tendrá los mismos derechos que habría tenido el pretendido representado.
Principio de la independencia de las firmas.
La letra de cambio puede ser firmada por distintos sujetos. El librador, aceptante, endosante y
avalista. El art. 7 de la Ley contempla un principio según el cual la validez de la letra de cambio, en su
totalidad, no se ve afectada por los vicios que involucren a una o más firmas.
Manifestaciones de este principio son las normas sobre alteración de la letra de cambio y la
situación de incapacidad de uno de los firmantes.
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Responsabilidad del girador o librador de la letra.
El librador o girador de una letra de cambio, por el sólo hecho de ser tal, garantiza al portador de
la letra la aceptación y el pago del documento. Así lo establece el art. 10 de la Ley.
Esta norma faculta al librador para eximirse de la garantía de aceptación, pero nunca puede
eximirse de la garantía de pago.
Veamos ambas garantías:
1) Garantía de aceptación: El librador garantiza al beneficiario de la letra que la letra va a ser aceptada
por el librado. Si presentada la letra para la aceptación el librado no la acepta, el librador queda obligado
a pagar la letra inmediatamente que ella sea protestada por falta de aceptación (es decir, incluso antes
de su vencimiento).
Así resulta del artículo 67 de la ley, en concordancia con el artículo 81 N°1 de la misma.
2) Garantía de pago: Aceptada que sea la letra, el principal obligado al pago es el aceptante. Sin embargo,
el librador mantiene una responsabilidad subsidiaria, pues si el aceptante no paga la letra, el librador queda
obligado al pago de la misma, protestada que ella sea por falta de pago (art. 79 Ley).
Ya veremos que esta responsabilidad también afecta a los endosantes, al aceptante, y es solidaria.
¿ Es posible que el librador se exima de estas garantías?:
El librador no puede eximirse de la garantía de pago, pero si de la de aceptación.
Si se libera de la garantía de aceptación el efecto que se produce es que, protestada la letra por falta de
aceptación, el beneficiario no puede exigir al librador el pago de la letra de inmediato, sino que debe
esperar la fecha de vencimiento de la letra (lo cual es perfectamente lícito).
Obligaciones del librador respecto del librado en virtud de la letra de cambio:
Antiguamente, cuando se concebía a la letra como instrumento de ejecución del contrato de
cambio, el librador tenía una serie de obligaciones para con el librado, derivadas de la propia letra.
Así, por ejemplo, el librador estaba obligado a informar al librado del giro de la letra. A su vez, el
librador estaba obligado a proveer al librado de fondos y, si no lo hacía, el librado tenía una acción de
reembolso en contra del librador para recuperar lo que hubiere pagado al beneficiario en virtud de la letra.
Hoy en día, la Ley 18.092 no establece ninguna obligación del librador para con el librado. Es más
el artículo 82 de la ley establece claramente que entre ambos no existe acción de reembolso.
Al respecto, digamos que lo anterior no significa que, fuera de la relación cambiaria, pueda existir
una relación jurídica extra cambiaria entre librador y librado, que ponga al librado en la necesidad de
aceptar y pagar la letra al beneficiario u obligar al librador a reembolsar al librado lo que éste pago al
beneficiario de la letra. Sin embargo, tales relaciones jurídicas extra cambiarias quedan fuera del ámbito
de la letra y fuera de la Ley 18.092, por lo mismo, no inciden ni restan efectos a la letra de cambio.
LA CIRCULACIÓN DE LA LETRA DE CAMBIO. EL ENDOSO
Generalidades
Cuando hablamos de la circulación de la letra de cambio nos referimos a los requisitos necesarios
para que ella pueda ser transferida.
Dado que la letra de cambio es un instrumento normalmente a la orden, su transferencia o cesión
se realiza mediante el endoso. En efecto, aunque la letra no lleve expresamente la cláusula a la orden la
ley igualmente la considera como un documento a la orden y, por lo tanto, transferible por endoso. Si se
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desea que la letra no sea a la orden, será necesario insertar una cláusula de no endosabilidad, con lo cual
la letra será nominativa (artículo 18 de la Ley 18.092) y sólo podrá transferirse cumpliendo los requisitos
propios de la cesión de créditos nominativos.
El endoso está regulado en el Párrafo 2° de la Ley 18.092, artículos 17 al 32. Estas normas son
de gran importancia pues no sólo se aplican a la letra de cambio sino también al pagaré (artículo
107).
Además, en virtud de lo establecido en el artículo 1° de la Ley 18.552, que Regula
Tratamiento de Títulos de Crédito, las normas de la Ley 18.092 relativas al endoso son aplicables
respecto de todo otro título de crédito de dinero emitido con cláusula a la orden.
Análisis de las normas del Párrafo 2° de la Ley 18.092.
I.- Definición legal del endoso.
El articulo 17 define el endoso como "el escrito por el cual el tenedor legítimo transfiere el dominio
de la letra, la entrega en cobro o la constituye en prenda"
II.- Características del endoso.
El endoso es un acto jurídico que reúne una serie de características.
1. Es un acto unilateral, lo cual es una característica propia de los actos cambiarios.
2. Es un acto accesorio, pues accede a un titulo de crédito a la orden.
3. Es un acto solemne, porque está sujeto a las formalidades que la ley establece. En este sentido, el
propio artículo 17 ya nos dice que el endoso es un acto escrito.
4. Es un acto puro y simple, es decir no puede estar sujeto a condición.
Al respecto, el artículo 19 establece que “El endoso debe ser puro y simple. Toda condición a la
que se subordine el mismo se reputa no escrita.”
En este sentido, si se trata de un endoso translaticio de dominio, no podrá condicionarse su efecto,
cual es transferir el dominio al endosatario.
Sin embargo, cabe precisar que la ley permite que algunos efectos secundarios del endoso sean
alterados o condicionados de alguna manera por el endosante.
Así, por ejemplo, conforme al artículo 25 de la ley, en virtud del endoso en dominio el
endosante garantiza la aceptación y el pago de la letra, con lo cual se dice que el endoso es
“vinculante”. No obstante, la ley permite que el endosante se exima de estas garantías (tanto
de la garantía de aceptación como de la garantía de pago). En tales casos el endoso no será
vinculante para el endosante. Así, este efecto secundario del endoso, relativo a la responsabilidad
que impone al endosante, sí puede alterarse o condicionarse. Esta cláusula en la práctica se traduce
en agregar al endoso expresiones tales como "sin responsabilidad cambiaria", con lo cual se
entiende que el sujeto no garantiza la aceptación ni el pago de la letra.
Otra alteración o condicionamiento que puede introducir el endosante al efectuar el endoso
es prohibir un nuevo endoso, lo que hará agregando la cláusula "no endosable". El efecto de esta
estipulación no es impedir que la letra siga circulando, o sea, la letra puede seguir circulando (ser
endosada posteriormente), pero el endosante que prohibió un nuevo endoso queda liberado de
responsabilidad cambiaria frente a los endosatarios posteriores del documento. Es decir, sólo
responderá ante su endosatario directo.
Al respecto, ver el inciso segundo del artículo 25.
5. El endoso debe ser total, es decir, por todo el importe de la letra. En efecto, el artículo 19 establece
que “el endoso parcial no produce efecto alguno”.
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Así, por ejemplo, si la letra cambio ha sido girada por $1.000.000.- no es posible endosar $ 500.000
a Juan y $500.000 a Pedro.
6. El endoso es vinculante, Artículo 25. Esta es una característica propia del endoso en dominio. El
endosante garantiza la aceptación y pago de la letra, y queda solidariamente obligado a responder
si el librado no acepta o el aceptante no paga. Para perseguir esta responsabilidad normalmente
será necesario protestar la letra, salvo que ésta lleve la cláusula de "devuelta sin gastos".
III.- ¿Quienes pueden intervenir en el endoso?
Sabemos que el endoso es un acto unilateral, por lo tanto sólo requiere la manifestación de voluntad
del endosante para producir sus efectos. El endosatario no interviene en el acto, en rigor, se beneficia del
mismo pero no interviene en él.
En todo caso, es importante determinar quien puede endosar la letra y a quien se le puede endosar.
¿Quién puede endosar la letra?
Si la letra no ha circulado, será el beneficiario original indicado en el documento. Si la letra ha
circulado será el último endosatario.
¿En favor de quién se puede endosar la letra?
Al respecto es pertinente el artículo 20 de la Ley, el endoso se puede realizar en favor de un tercero,
del librado o aceptante, del librador o de cualquier otro obligado. Dichas personas pueden volver a endosar
la letra".
Lo normal es que la letra se endose a un tercero, pero la ley dice que se le puede endosar al librador,
al librado, al aceptante o a cualquier otro obligado (como sería un endosante anterior o un avalista), es
decir, a cualquier persona.
Ahora bien, las consecuencias que se deriven del endoso variarán dependiendo de la persona del
endosatario, y pueden llegar a ser bastante complejas. En verdad, el tema se centra en determinar acaso la
obligación cambiaria subsiste o se extingue y, en caso de que subsista, contra quien tiene acción cambiaria
el endosatario. La respuesta supone tener en cuenta un fenómeno que estudiaremos en detalle más
adelante, a saber, la existencia de acciones cambiarias de reembolso. Es decir, cuando quien paga la letra
de cambio no es el verdadero obligado, sino un garante cambiario (ejemplo, un endosante o un avalista)
la ley le confiere acción cambiaria de reembolso en contra de otros obligados al pago. Ver artículo 82 de
la Ley.
a) Si la letra es endosada a un tercero extraño: Estamos en el supuesto normal y más frecuente. El
endosatario tendría acción cambiaria (o sea, podrá cobrar la letra) en contra el aceptante (supuesto
que lo haya), y contra los garantes cambiarios (librador, endosantes y avalistas).
b) Si la letra es endosada al aceptante: La conclusión será que se extingue la obligación, al operar
el modo de extinguir confusión. En efecto las calidades de acreedor y deudor se reúnen en una sola
persona. No olvidemos que el aceptante es el principal obligado al pago de la letra.
c) Si la letra es endosada a favor del Librado, que no ha aceptado la letra: En rigor el simple
librado no es deudor cambiario, razón por la cual se estima que, si la letra es endosada en su favor
tendrá acción cambiaria en contra de los endosantes anteriores y del librador.
d) Si la letra es endosada al Librador: Al respecto se han presentado discusiones. Algunos
sostienen que este librador endosatario tendría acción cambiaria en contra de los endosantes
anteriores. Sin embargo, otros discuten esta posibilidad, pues legalmente los endosantes que pagan
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la letra de cambio gozan de acción de reembolso en contra del librador, con lo cual operaría una
compensación cambiaria.
Cabe preguntarse acaso este librador endosatario podría cobrar la letra al aceptante. En general se
concluye que ello no es posible, pues la ley establece que entre librador y aceptante no hay acción
cambiaria. Como contrapartida, podría sostenerse que en estos casos este librador no actuaría en
cuanto “librador”, sino en cuanto “endosatario”. Con todo, es discutible acaso es válido pretender
este “desdoblamiento de calidades”.
e) Si la letra es endosada a un avalista: Se estima que el avalista endosatario tendrá acción
cambiaria en contra de la persona a quien ha avalado y en contra de todos aquellos en contra de
los cuales su avalado tendría acción cambiaria de reembolso.
f) Si la letra se endosa a un endosante anterior: En estos casos, el fenómeno que se produce es
que los en endosantes intermedios quedan liberados de responsabilidad.
Ello se comprende si pensamos que el tenedor actual de la letra, cuando quiere cobrarla, en
principio se dirige contra el librado. Si éste no acepta o habiendo aceptado no paga, el tenedor de
la letra deberá protestar la letra para perseguir la responsabilidad de los garantes, que son el
librador, los endosantes anteriores y los avalistas. Con todo, en el ejemplo que estamos estudiando,
en que el tenedor de la letra es un endosante anterior, sucede que no podrá cobrar la letra a los
endosantes intermedios, pues este señor es a la vez endosante anterior de estos sujetos, y es del
caso que ellos gozan de una acción de reembolso en contra de aquél.
IV.- Clases de endoso.
El endoso puede clasificarse atendiendo a sus requisitos formales y a sus efectos.
Según sus requisitos formales el endoso puede ser regular, irregular y en blanco.
Atendiendo a sus efectos, el endoso puede ser translaticio de dominio, en prenda y en comisión
de cobranza.
A.- Clasificación del endoso atendiendo a sus requisitos formales:
1.- Endoso regular.
De acuerdo al artículo 22 inciso primero, el endoso regular es aquel que, además de la firma del endosante,
contiene la siguientes menciones:
a) El lugarde su otorgamiento
b) La fecha de su otorgamiento
c) El nombre del endosatario y
d) La calidad o tipo de endoso.
Ejemplo: "Endoso en dominio a favor de José Núñez, en Valparaíso a 25 de junio de 2008. Firma del
endosante"
2.- Endoso irregular.
Es aquel que contiene, además de la firma del endosante, el nombre del endosatario, y alguna de las otras
menciones del endoso regular, pero no todas, pues en tal caso sería un endoso regular.
Así, puede faltar:
- El lugar de otorgamiento: En este caso la ley suple la omisión, entendiendo que el endoso fue
otorgado en el domicilio del endosante.
- La fecha del otorgamiento: En este caso la ley entiende que ha sido efectuado antes del
vencimiento.
- La calidad del endoso: En este caso, el endoso será traslaticio de dominio.
Todo ello según los artículos 22 inciso segundo y el artículo 21.
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3.- Endoso en blanco.
Es aquel que contiene la firma del endosante, y puede tener alguna de las menciones del endoso regular
salvo el nombre del endosatario. Si tiene el nombre del endosatario ya deja de ser en blanco y pasará a
ser, al menos, endoso irregular.
Conforme al artículo 23 la sola firma del endosante constituye endoso en blanco, es decir, el tenedor
legitimo de la letra puede endosarla simplemente firmándola al dorso, sin indicar ninguna otra mención.
En tal caso, será un endoso translaticio de dominio.
El artículo 19 agrega que el endoso al portador vale como endoso en blanco.
Efectos del endoso en blanco.
Conforme al artículo 24 de la Ley, el endoso en blanco autoriza al tenedor para llenarlo, anteponiendo a
la firma del endosante su propio nombre o de un tercero, y para transferir la letra, sin llenar el endoso,
por la sola entrega del documento. Autoriza, asimismo, al tenedor, para endosarla en comisión de
cobranza o en prenda.
En consecuencia, el tenedor legítimo del documento puede:
1. Cobrar derechamente la letra de cambio al deudor.
2. Regularizar el endoso en blanco, anteponiendo a la firma del endosante su propio nombre, para
que quede claro que él es el endosatario.
3. Transferir la letra de cambio a un tercero, endosándola, o sea, firmando la letra al dorso, a
continuación del endoso anterior.
4. Transferir la letra a un tercero, sin firmarla, anteponiendo a la firma del endosante el nombre de
ese tercero.
5. Transferir la letra a un tercero sin endosarla y sin anteponer ningún nombre al último endoso
existente, mediante la simple entrega del documento a ese tercero.
En los dos últimos casos, no obstante que el sujeto ha transferido la letra, no contrae responsabilidad
cambiaria. En efecto, nunca la ha firmado como endosante. Por ello, según algunos, cuando la letra ha
sido endosada en blanco, en el hecho pasa a ser un documento al portador.
En cambio, cuando el endosatario de una letra endosada en blanco transfiere la letra mediante un endoso,
sí contrae responsabilidad cambiaria, pues pasa a ser un nuevo endosante.
Finalmente este sujeto también podrá endosar la letra en prenda o en comisión de cobranza.
Lugar en que debe estamparse el endoso.
Según el artículo 17 inciso segundo, el endoso debe estamparse al dorso de la letra misma o al dorso de
una hoja de prolongación adherida a ella.
Sin embargo, hay un fallo de la Excma. Corte Suprema de 1990 que resolvió que era válido un endoso
puesto en el anverso de la hoja de prolongación, toda vez que esta hoja está destinada a contener ese tipo
de menciones. Este fallo es criticado por la doctrina, especialmente Ricardo Sandoval, por cuanto el texto
del artículo 17 es claro en establecer que el endoso debe estamparse al dorso (sea de la letra o de la hoja
de prolongación).
B-. Clases de endoso según sus efectos.
1.- Endoso translaticio de dominio.
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Es el acto escrito puesto al dorso del documento o al dorso de una hoja de prolongación adherida a él, por
medio del cual el tenedor legítimo transfiere el dominio del documento.
¿Cómo sabemos que estamos en presencia de un endoso translaticio de dominio?
De acuerdo al artículo 21, el endoso que no exprese otra calidad es translaticio de dominio. Por tanto, lo
identificamos como tal cuando el endoso contenga la mención de ser translaticio de dominio, y también
cuando el endoso nada diga respecto de su calidad.
Efectos del endoso translaticio de dominio.
a) Transfiere el dominio de la letra.
b) Es vinculante, es decir, constituye al endosante en garante solidario de la aceptación y pago de la
letra.
c) Origina la inoponibilidad de excepciones personales (purga las excepciones).
Análisis de estos efectos.
a) Transfiere el domino de la letra. El endoso constituye la ley de circulación de la letra de cambio, es
decir, por su intermedio se transfiere el dominio del documento.
El endoso en dominio produce sus efectos respecto del endosante, del endosatario, del aceptante y
de los otros deudores cambiarios, así como respecto de terceros sin que sea necesario contar con la
anuencia de ellos ni tampoco notificarlos.
Por otro lado, el endosatario pasa a ser titular de un derecho nuevo, adquiere el derecho a titulo
originario, sin verse afectado por los vicios derivados de relaciones personales que el endosante pudo tener
con el deudor cambiario. Esto es una manifestación de la característica de la autonomía de los títulos de
crédito.
Asimismo, el endoso translaticio de dominio es la base de la legitimación cambiaria en los títulos de
crédito a la orden. En este sentido, si la letra de cambio no ha circulado el legitimado activo para cobrar
la letra será el beneficiario indicado en el documento. Pero si la letra ha circulado, el legitimado activo
será el último endosatario.
Por cierto, para liberarse de la obligación el deudor cambiario tiene que pagar al legitimado activo.
Precisando lo anterior, el artículo 26 de la ley 18.092 nos permite desprender los requisitos
para ejercer la legitimación activa en materia de letra de cambio, lo cual se aplica en general a los
otros títulos a la orden. Conforme a esta norma:
El tenedor de una letra de cambio se considera portador legítimo si justifica su derecho por una
serie no interrumpida de endosos, aunque el último esté en blanco.
Para este efecto, los endosos tachados o borrados se tienen por no escritos. Cuando a un endoso
en blanco sigue otro endoso, se reputa que el firmante de éste ha adquirido la letra por el endoso en
blanco.
De lo anterior, resulta que para legitimarse activamente, el tenedor de la letra debe:
- Detentar el documento, (lo cual es aplicación de la característica de la necesariedad, propia de los
títulos de crédito).
- Debe presentarlo al deudor, exhibirselo.
- Acreditar una serie no interrumpida de endosos (ello supuesto que la letra ha circulado).
- Identificarse frente al deudor.
En otros términos, el artículo 26 considera portador legítimo y legitimado activo, facultado para cobrar
la letra, al tenedor que justifica su derecho por una serie no interrumpida de endosos. Para este efecto la
ley atiende a una legitimación meramente formal.
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En estricta concordancia con lo anterior está el artículo 31 de la ley 18.082, según el cual el pagador
de una letra no está obligado a cerciorarse de la autenticidad de los endosos; ni tiene facultad para exigir
que ésta se le compruebe; pero debe verificar la identidad de la persona que la presente al cobro y la
continuidad de los endosos, so pena de quedar responsable si paga a portador ilegítimo del documento.
En consecuencia, el deudor requerido de pago deberá realizar un examen formal del documento
que se le presenta a cobro, atendiendo a los distintos tipos de endoso que este documento pueda tener.
Si producto de este examen formal la persona que se lo presenta al cobro no resulta ser el legítimo tenedor
de la letra, no estará obligado a pagarla. Por el contrario, si del mismo análisis formal resulta que el sujeto
si es tenedor legítimo, entonces deberá pagarle.
Esta legitimidad formal se ve refrendada por el artículo 27 de la ley, que dice que “el portador
legítimo de una letra no puede ser privado de ella salvo que se pruebe que la adquirió de mala fe o que no
pudo menos de conocer su origen irregular.” Sabemos que la buena fe se presume, en consecuencia quien
alegue lo contrario deberá probar la mala fe.
Reiteramos que la legitimación en esta materia está basada en circunstancias de carácter formal. Se dice
que en materia de títulos de crédito la apariencia es elevada al rango de esencia misma, lo cual se explica
por el propósito buscado por el legislador con este tipo de documentos, a saber, que sean instrumentos
idóneos para reemplazar a los valores o los bienes a fin de hacer las negociaciones ágiles.
b) Es vinculante, transforma al endosante en garante de la aceptación y pago de la letra.
Así lo establece el artículo 25 de la Ley. Según el cual “el endoso traslaticio de dominio garantiza la
aceptación y pago de la letra y el o los endosantes serán solidariamente responsables de los efectos de la
falta de aceptación o pago, salvo estipulación en contrario estampada en el dorso del mismo.”
El endosante puede prohibir un nuevo endoso y, en tal caso, no responde ante los endosatarios
posteriores de la letra.”
Para perseguir la responsabilidad de los endosantes será necesario cumplir un trámite previo, cual
es el protesto de la letra. Ello, salvo que la letra tenga la cláusula “devuelta sin gastos” o sin obligación de
protesto” o se dé lugar a la quiebra del librado o aceptante antes del vencimiento. Todo ello según el
artículo 79 de la ley.
Al respecto, de acuerdo al artículo 402 de la Ley 20.720, toda referencia a la quiebra debe
entenderse hecha al procedimiento concursal de liquidación.
c) Genera la inoponibilidad de excepciones.
Bajo la sola vigencia del Código de Comercio, el legislador no establecía expresamente esta
inoponibilidad. Sin embargo, por aplicación de la teoría general de los títulos de crédito y, especialmente
por el carácter autónomo de estos títulos, la doctrina y la jurisprudencia entendieron que el endoso en
dominio purgaba las excepciones.
Actualmente, la ley 18.092 consagra expresamente este efecto en el artículo 28, según el cual "la
persona demandada en virtud de una letra de cambio no puede oponer al demandante excepciones
fundadas en relaciones personales con anteriores portadores de la letra".
En otros términos, el tenedor legítimo del documento puede demandar el pago al aceptante, al
librador, a los endosantes, a un avalista. Ellos no pueden oponer al acreedor excepciones personales
derivadas de relaciones que el deudor tenia con anteriores portadores de la letra, como un endosante
anterior.
Ahora bien: ¿Qué puede hacer la persona demandada?
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Desde luego, puede pagar. Pero si estima que ello no corresponde, puede oponer las siguientes excepciones
al acreedor:
1) Oponer las excepciones reales: Es decir, aquellas que emanan del título mismo, como puede ser el que
la obligación no es todavía exigible, que la acción cambiaria está prescrita, alegar que su firma ha sido
falsificada (no podría alegar que fue falsificada la firma de otra persona, por el principio de independencia
de las firmas establecido en el Art. 7).
2) Oponer excepciones personales que él tenga respecto del actual tenedor de la letra: Conforme al artículo
28, el deudor no puede oponer excepciones basadas en relaciones personales que él tenia con portadores
anteriores, pero sí puede oponer las excepciones personales que tenga con el portador actual que le está
cobrando.
Estas excepciones personales podrán estar fundadas en una relación cambiaria o extra cambiaria.
Se incluyen también dentro de estas excepciones que puede oponer el deudor las excepciones que
emanen de la relación extracambiaria que dio origen a la emisión de la letra o a la ejecución del acto
cambiario específico en virtud del cual el sujeto demandado aparece como responsable del pago de la
letra, en la medida que el beneficiario que cobra la letra y el deudor cambiario demandado sean parte en
esa misma relación extracambiaria. (Un fallo de la CA de Santiago de 1990 recoge esta idea.)
Endoso de la letra vencida o protestada por falta de pago.
Es pertinente el artículo 32 de la ley, según el cual este endoso. "...no tiene más valor ni produce
otro efecto que el de una cesión ordinaria...".
O sea, si se endosa una letra vencida o protestada por falta de pago, este endoso no produce los
efectos normales del endoso y sólo opera como una cesión ordinaria de créditos, con lo cual nos referimos
a una cesión de créditos nominativos. Por lo tanto, para que sea oponible al deudor será necesario
notificarle la cesión o que éste la acepte. El traspaso de excepciones y las garantías de que responde el
cedente se van a regir por las normas de los créditos nominativos.
Estos mismos efectos tienen lugar cuando estamos en presencia de la cesión de una letra
nominativa, para lo cual tendrá que existir una cláusula de no endosabilidad. Si la letra es nominativa, es
un titulo nominativo y no se transfiere por el endoso.
2.- Endoso en comisión de cobranza.
Es aquel en virtud del cual el tenedor legítimo del documento lo comete o encomienda en cobro a
un tercero. No es otra cosa que un mandato para el cobro dado por el endosante al endosatario.
¿Como reconocemos este endoso?
Conforme al artículo 21 lo vamos a reconocer cuando lleve las expresiones: “valor en cobro, en
cobranza u otra equivalente.”
Sobre el particular es pertinente el artículo 29 de la ley, según el cual este endoso. "... Faculta al
portador para ejercitar todos los derechos derivados de la letra de cambio...".
En consecuencia, el endosatario en cobranza podrá requerir la aceptación, cobrar la letra y, en su
caso, podrá requerir los protestos que correspondan.
Lo que el endosatario en cobro no puede hacer es endosar la letra en dominio ni tampoco en
garantía. Si este endosatario llegare a endosar la letra, ese endoso sólo producirá el efecto de un endoso
en cobranza. Este endoso en cobranza será, en el fondo, una delegación de mandato.
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El endosatario en cobranza puede cobrar la letra y ejercer todos los derechos, pero obviamente lo
hace por cuenta del endosante, quien le endosó al letra, lo hace por cuenta de su mandante. Cuando perciba
el producto de la letra, deberá rendirle cuenta al endosante y entregarle el producto, probablemente
descontando un porcentaje a título de comisión o retribución por el ejercicio del mandato.
En cuanto a las facultades que tiene el endosatario para llevar a cabo su gestión, es pertinente el
artículo 29 inciso segundo, que le otorga amplias facultades, incluso judiciales, tanto ordinarias como
extraordinarias
Por último, el inciso final del artículo 29 establece que una letra que no es endosable, o sea,
nominativa, se puede endosar en comisión de cobranza. Es decir, no es posible efectuar a su respecto un
endoso translaticio de dominio, pero sí se puede cometer en comisión de cobranza.
3.- Endoso en garantía.
El endoso en garantía, en prenda, o pignoraticio lo reconocemos, según el artículo, 21 porque lleva
las expresiones "valor en prenda", "valor en garantía", u otra equivalente. Todas ellas reflejan el propósito
de constituir el título en garantía de una obligación extracambiaria.
El que endosa en garantía es el dueño de la letra, su tenedor legitimo, y para garantizar una
obligación extracambiaria endosa la letra en favor de su acreedor. Este acreedor extracambiario, que pasa
a ser endosatario de la letra, no será dueño de ella, y tampoco será su poseedor, porque la tiene
reconociendo dominio ajeno.
¿Qué derechos otorga el endoso en garantía al endosatario?.
De acuerdo al artículo 30, al igual que el endoso en cobranza, faculta al endosatario para ejercer
todos los derechos derivados de la letra, es decir, cobrarla, percibir el importe, protestarla. Pero la gran
diferencia con el endoso en cobranza es el destino de los fondos que se obtengan producto del pago. El
endosatario en cobranza debe rendirle cuenta al endosante y entregarle el producido. En cambio el
endosatario en garantía puede aplicar directamente el producto de la letra a la satisfacción de su crédito,
sin perjuicio que igualmente deberá rendirle cuenta al endosante.
Cabe destacar que el artículo 30 dispone que el endosante, a menos que se establezca lo contrario,
no responde de la aceptación o pago de la letra, lo cual es una clara diferencia con el endoso en dominio,
en que el endosante si asume estas garantías. Por lo tanto, si el endosatario en garantía cobra la letra al
deudor cambiario, y éste no le paga, el endosatario en garantía no tiene acción cambiaria en contra del
endosante en garantía. Para que el endosante en garantía tenga esta responsabilidad cambiaria habrá que
estipularlo expresamente.
Lo dicho es sin perjuicio de que este sujeto, endosatario en garantía, pueda accionar en contra de
su endosante fundado en una relación extracambiaria que ha motivado el endoso en garantía.
El mismo artículo 30 de la ley establece que mientras el endosatario en garantía tenga la letra en
su poder debe practicar todas las diligencias necesarias para conservar los derechos emanados de ella,
tendrá que requerir los protestos en forma oportuna, etc.
Por último, no obstante que el endosatario en garantía no es el dueño de la letra, pues lo sigue
siendo el endosante, se aplica en su favor el principio de inoponibilidad de excepciones establecido en el
artículo 28 de la ley. Es decir, el deudor cambiario no le puede oponer excepciones personales derivadas
de relaciones que este deudor tenía con el endosante en garantía. El artículo 30 inciso final establece
expresamente que "la disposición del artículo 28 es aplicable al endoso en garantía".
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LA ACEPTACION DE LA LETRA DE CAMBIO
A.-
B.-
CONCEPTO.
La aceptación es la declaración de voluntad que formula el librado consistente en la firma que
estampa en la letra de cambio, mediante la cual admite pagar la cantidad girada.
NORMATIVA APLICABLE.
La aceptación está regulada en el Párrafo 3 de la Ley 18.092, artículos 33 y siguientes.
C.-
NATURALEZA JURÍDICA DE LA ACEPTACIÓN.
Antiguamente, cuando la letra era regulada conjuntamente con el contrato de cambio, se entendía
que la aceptación era el consentimiento que prestaba el librado, el que suponía una relación causal
previa (mandato) entre librador y librado y que obligaba al primero a proveer de fondos al segundo
para pagar al beneficiario.
Bajo la normativa actual, se entiende que la aceptación es una mera declaración unilateral de
voluntad por la cual el librado se constituye en deudor cambiario (más aún, pasa a ser el principal
obligado al pago de la letra).
D.-
PRESENTACION DE LA LETRA PARA LA ACEPTACIÓN.
En la práctica, lo normal es que la letra sea aceptada por el librado tan pronto ella es girada. Así
las cosas, el beneficiario usualmente tendrá en su poder la letra ya aceptada por el librado.
Sin embargo, nada obsta a que lo anterior no ocurra y, por lo tanto, es perfectamente posible que
el librador gire la letra y la entregue al beneficiario sin que el librado haya aceptado. En tal evento,
para que el beneficiario pueda perseguir el cumplimiento de la letra por parte del librado será
imprescindible que éste, en primer término, acepte la orden de pago que en ella se contiene, pues
sabemos que de no mediar esta aceptación, el librado no contrae responsabilidad cambiaria.
El Párrafo 3 de la Ley 18.092 incluye una serie de normas que se refieren precisamente al caso del
beneficiario que tiene en su poder una letra no aceptada. En estos casos, el beneficiario debe
presentar la letra al librado para que la acepte. Para ello deben observarse las siguientes reglas
¿Quién puede presentar la letra a la aceptación?:
Conforme al art. 34 el propietario de la letra puede presentarla a la aceptación por sí o por
mandatario especial, aún cuando no la haya endosado a favor de éste. Agrega que incluso la mera
tenencia de la letra hace presumir el mandato y confiere la facultad necesaria para presentarla a la
aceptación o en su defecto requerir el protesto.
Oportunidad para presentar la letra y requerir la aceptación del librado:
De acuerdo al Art. 35, hay que distinguir la manera en que ha sido girada la letra desde el punto
de vista de su vencimiento (conforme al Art. 48):
a) Si la letra ha sido girada a un día fijo y determinado o a un plazo desde la fecha de giro: La
letra debe ser presentada a la aceptación dentro del plazo de su vencimiento (Si la letra vence
el 30 de julio de 2007, sólo puede ser presentada a la aceptación hasta ese día). Art. 35 inc. 1°.
b) Si la letra ha sido girada a un plazo desde la vista: La ley establece que en este tipo de letras la
aceptación debe prestarse dentro del plazo de un año contado desde la fecha de giro. De lo
contrario la letra quedará sin valor (caducará). Para evitar esta caducidad de la letra, el
beneficiario deberá requerir que la letra sea protestada por falta de aceptación (o por falta de
fecha de aceptación), para lo cual deberá cumplir con las formalidades establecidas en los
artículos 59 y siguientes.
De lo anterior se desprende que el beneficiario deberá presentar la letra a la aceptación dentro
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del plazo de un año contado desde la fecha de giro.
Recordemos que en las letras giradas a un plazo desde la vista el vencimiento se cuenta desde
la fecha de la aceptación. Si el librado no acepta, el plazo se cuenta desde la fecha del protesto
por falta de aceptación. En el evento que el librado haya aceptado pero no haya fechado su
aceptación, habrá que protestar la letra por falta de fecha de aceptación y desde la fecha de éste
protesto se comenzará a computar el plazo para saber cuando vence la letra (es decir, cuando
es exigible su pago).
El legislador no desea que se mantenga indefinidamente en la incertidumbre el momento en
que se producirá el vencimiento de la letra. Por lo tanto, establece un límite de un año para que
el beneficiario requiera la aceptación. Si la letra no es aceptada dentro de ese plazo caduca, a
menos que haya sido oportunamente protestada por falta de aceptación o por falta de fecha de
aceptación (en el evento que lo que haya faltado sea la fecha).
c) Si la letra tiene vencimiento a la vista: La ley 18.092 no establece expresamente un plazo para
requerir su aceptación. Ello se explica por cuanto en este tipo de letras (a la vista), la aceptación
se confunde con el pago. En efecto, dado que ella es exigible a su presentación, en cuanto el
librado acepta la letra ya debe pagarla.
En virtud de lo anterior, y por aplicación del artículo 49 de la Ley 18.092, se concluye que una
letra a la vista deberá ser presentada para su pago-aceptación dentro del plazo de un año
contado desde la fecha del giro, pues si ello no se hace la letra queda sin valor (caduca), a
menos que se proteste por falta de pago (o por falta de aceptación, según artículo 67).
Lo dicho en cuanto a la oportunidad para presentar la letra a aceptación es sin perjuicio de que, en
virtud de una cláusula especial de la letra, ésta deba ser presentada a su aceptación en un momento
determinado (distinto a los mencionados anteriormente). Los artículos 74 y 36 de la Ley 18.092
reconocen efecto a esta estipulación.
Necesidad de fechar la aceptación (Art. 36)
No siempre es necesario fechar la aceptación.
Sólo se exige cuando se trate de una letra girada a un plazo desde la vista o cuando la letra debe
ser presentada a la aceptación dentro de un plazo determinado en virtud de alguna cláusula especial.
Lugar en que debe presentarse la letra a la aceptación (Art. 37)
i)
En el lugar que indique la letra.
ii)
A falta de tal indicación, en el domicilio del librado.
Días y horas hábiles para requerir la aceptación (Art. 38)
No puede requerirse en días sábados, feriados ni el 31 de diciembre (coincide con aquellos días en
que no hay actividad bancaria).
En cuanto a las horas, debe presentarse entre las 9 y las 18 horas, salvo que el lugar señalado para
la aceptación fuere una institución bancaria o financiera, en cuyo caso sólo podrá hacerse dentro
del horario de funcionamiento para la atención del público.
¿Cuándo debe prestarse o negarse la aceptación? (Art. 41)
El librado debe prestar o negar su aceptación en el día en que el portador le presente la letra al
efecto.
Con todo, la ley faculta al librado para exigir que se le haga una segunda presentación al día
siguiente. Sin embargo, no goza de este derecho cuando el primer requerimiento se efectuó el
último día del plazo en que la letra puede ser presentada para la aceptación.
Por último, la ley establece que el requirente no está obligado a dejar la letra en poder del librado.
¿Puede el beneficiario compeler al librado para que acepte?
No. El librado sólo contrae responsabilidad cambiaria en virtud de su aceptación. Si el librado no
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ha aceptado, el beneficiario carece de acciones basadas en la letra para exigirle que la acepte, ni
menos para requerirle que la pague.
E.-
REQUISITOS DE FORMA Y FONDO DE LA ACEPTACION
1) Requisitos de forma: (Art. 33)
a) Dónde debe estamparse: Para que sea válida la aceptación debe constar en la letra misma. En
consecuencia, no vale la aceptación dada en un documento separado ni tampoco en una hoja de
prolongación adherida a la letra.
b) Contenido: Hay que distinguir:
- Si se estampa en el anverso de la letra: Basta la sola firma del librado. En la práctica se usan
formularios impresos que traen en el anverso la expresión “aceptada”, siendo usual que el librado
firme sobre tales expresiones. Sin embargo, en rigor basta la sola firma del librado.
- Si se estampa al dorso de la letra: Además de la firma del librado es necesario agregar las
expresiones “acepto”, “aceptada” u otra equivalente.
Sin perjuicio de lo dicho, en aquellos casos en que sea necesario fechar la aceptación (art. 36) será
necesario indicar la fecha en que este acto se realiza.
2) Requisitos de fondo: (Art. 42-43).
La aceptación debe ser pura y simple.
El librador dio una orden no sujeta a condición de pagar la suma de dinero indicada en el
documento, por lo mismo, la aceptación del librado no puede estar condicionada.
Con todo, hay dos situaciones en que la ley admite que el librado, al aceptar, modifique los
términos de la letra.
a) Aceptación parcial: Es decir, el librado acepta la orden, pero no por todo el importe de la letra
(como si la letra es por $100.000 y el librado sólo acepta pagar $60.000). En estos casos este
librado queda obligado en los términos de su aceptación. Si el beneficiario desea perseguir el
cumplimiento total de la letra respecto de los demás obligados al pago deberá protestar la letra
por el saldo no aceptado.
b) Señalamiento de un domicilio distinto para el pago: Sin embargo, si este nuevo domicilio esta
ubicado en una provincia distinta del domicilio original, tal indicación importa rechazo de la
aceptación.
La ley establece que cualquier otra reserva o declaración por la cual se modifique el contenido de
la letra equivale a un rechazo de la aceptación. Sin embargo, el librado que ha aceptado en términos
impropios queda obligado en los términos de su aceptación. Lo mismo se aplica al caso en que el
librado ha señalado un nuevo domicilio para el pago en una provincia distinta a la correspondiente
al domicilio original.
F.-
RETIRO DE LA ACEPTACION.
Esta es una posibilidad bastante curiosa, contemplada en el artículo 44 de la Ley 18.092. El librado
ha aceptado pero puede borrar o tachar su aceptación antes de restituir la letra, debiendo agregar
las expresiones “retiro mi aceptación” y volver a firmar. En tal caso se estima que la aceptación ha
sido negada.
De lo anterior se desprende que una vez que el aceptante devolvió la letra al beneficiario ya no
puede retractarse o revocar su aceptación.
G.-
ACEPTACIÓN DE UNA LETRA INCOMPLETA O PROTESTADA.
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Conforme al Art. 39 la letra puede ser aceptada antes que el girador haya estampado su firma, o
mientras el título esté incompleto; también puede serlo después del protesto por falta de aceptación,
o después de vencida o de haber sido protestada por falta de pago.
De acuerdo al Art.40, si una letra pagadera a un plazo de la vista se protesta por falta de aceptación
y el librado posteriormente la acepta, el vencimiento de la letra se contará desde la fecha del
protesto.
GARANTIAS DE PAGO DE LA LETRA DE CAMBIO
Al respecto podemos distinguir tres tipos de garantías:
I.La solidaridad cambiaria.
II.La fianza cambiara o aval.
III.Otras garantías que se rigen por el derecho común.
I.-
La solidaridad cambiaria:
Sabemos que la solidaridad puede tener su fuente en la convención, el testamento o la ley (artículo
1511 Código Civil). Dado que la convención supone un acuerdo de voluntades de a lo menos dos
partes, y teniendo en cuenta que en materia de letra de cambio la sola firma del sujeto que ejecuta el
acto genera responsabilidad cambiara (es una declaración unilateral de voluntad con efecto
vinculante), cuando hablamos de la solidaridad cambiaria nos referimos a una solidaridad que tiene
su fuente en la ley. En consecuencia, se trata de una garantía legal del pago de la letra de cambio.
La solidaridad cambiaria se encuentra establecida en el artículo 79 de la Ley 18.092, según el cual
“todos los que firman una letra de cambio, sea como libradores, aceptantes o endosantes, quedan
solidariamente obligados a pagar al portador el valor de la letra, más los reajustes e intereses, en su
caso”.
Esta norma concuerda con los artículos 10 y 25 de la ley 18.092. El primero establece la
responsabilidad cambiaria del librador y el segundo la de los endosantes.
Por consiguiente, la solidaridad cambiaria afecta a las siguientes personas:
Al librador.
Al aceptante.
A los endosantes.
También puede afectar a un avalista, aunque esto dependerá de la forma en que se haya
constituido el aval y, en estricto rigor, el aval es una garantía distinta que estudiaremos
separadamente.
Precisando lo anterior, podríamos decir que al hablar de la solidaridad cambiaria como una garantía
de pago de la letra, no debiéramos considerar entre los sujetos afectos a ella al aceptante, por cuanto
éste no es un “garante” del pago de la letra, sino que es el principal obligado a dicho pago. Con todo,
preferimos incluirlo por cuanto este sujeto, en definitiva, está solidariamente obligado al pago del
documento (y el artículo 79 lo incluye entre tales obligados).
Carácter subsidiario de la solidaridad cambiaria:
La solidaridad cambiaria presenta características especiales, siendo la primera de ellas el que se trata
de una responsabilidad subsidiaria.
Concretamente, la responsabilidad cambiaria solidaria del librador y de los endosantes es subsidiaria,
porque responden en subsidio del aceptante. En otros términos, esta solidaridad está de alguna
manera condicionada a que el aceptante no pague o que el librado no acepte la letra o, más
precisamente, que la letra sea protestada por falta de pago o por falta de aceptación.
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En otras palabras, la subsidiaridad se manifiesta en que, para perseguir la responsabilidad del
librador y de los endosantes es necesario dejar constancia fehaciente de que el librado no ha aceptado
la orden de pago o, que habiéndola aceptado, no ha pagado la letra oportunamente. Ello se logra
mediante el correspondiente protesto.
La exigencia de protestar la letra en tiempo y forma para conservar las acciones cambiaras en contra
de los garantes y perseguir su responsabilidad está establecida en la primera parte del inciso segundo
del artículo 79, según el cual “si no se realiza en tiempo y forma el protesto por falta de pago (o el
protesto por falta de aceptación, según el artículo 67), caducarán las acciones cambiarias que el
portador pueda tener en contra del librador, endosante y los avalistas de ambos.”
Ahora bien, verificada la condición anterior, la responsabilidad del librador y de los endosantes pasa
a ser solidaria, en el sentido de que cada uno de los firmantes de la letra está obligado a su pago.
De lo anterior se desprende que la solidaridad cambiaria es una solidaridad pasiva, que beneficia al
portador legítimo de la letra de cambio, quien podrá decidir entre perseguir el pago forzado al
aceptante o exigirlo al librador o a los endosantes (y eventualmente a un avalista, dependiendo de la
forma en que se haya constituido el aval).
Casos en que la solidaridad cambiaria no es “subsidiaria”:
La subsidiaridad implica que la letra de cambio no lleve inserta la cláusula “devuelta sin gastos o sin
necesidad de protesto”, ni que tampoco se den los otros supuestos del inciso segundo parte final del
artículo 79 de la ley (caso de quiebra – en rigor, de liquidación concursal - del librado o aceptante
ocurrida antes del vencimiento de la letra).
En estos casos, la responsabilidad no es subsidiaria por cuanto no hay necesidad de protestar la letra
de cambio para perseguir la responsabilidad cambiaria del librador o de los endosantes. Su
responsabilidad es simplemente solidaria.
II.- La fianza cambiaria o aval:
1. Concepto: El aval está definido en el artículo 46 de la Ley 18.092, según el cual, se trata de
“un acto escrito y firmado en la letra de cambio, en una hoja de prolongación adherida a ésta,
o en un documento separado, por el cual el girador, un endosante o un tercero garantiza, en
todo o en parte, el pago de ella”.
Como es dable apreciar, el aval es un acto jurídico unilateral, lo que no es sino aplicación del
principio general contenido en la Ley 18.092 en el sentido que los actos cambiarios son
unilaterales.
El aval es también una garantía de pago de la letra de cambio, pero que, a diferencia de la
solidaridad cambiaria, requiere de una manifestación de voluntad en tal sentido emanada del
sujeto garante, la que constituye una declaración unilateral de voluntad.
Al ser un acto por el cual se garantiza una obligación ajena, el aval se parece en cierto modo a
la fianza, y por ello es también conocido como “fianza cambiaria”. Su diferencia con la fianza
es que esta última es un contrato, mientras que el aval es una declaración unilateral de voluntad.
2. Responsabilidad que genera el aval.
La forma en que el avalista (que es la persona que constituye el aval) responde del pago de la
letra de cambio depende de la manera en que se ha constituido el aval. A veces, su
responsabilidad será solidaria, pero no necesariamente.
Para esto debemos distinguir dos supuestos:
a) Aval constituido sin limitaciones:
En este caso, el avalista responde solidariamente del pago de la letra. Ello por cuanto,
26
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3.
según el artículo 47 inciso final, concebido el aval sin limitaciones, el avalista de la letra
de cambio responde del pago de ella en los mismos términos que la ley impone al
aceptante.
Como sabemos, el artículo 79 de la Ley 18.092 establece que el aceptante es
solidariamente obligado al pago de la letra.
Cabe señalar que para que el avalista sin limitaciones sea responsable del pago de la letra
no es necesario que ésta haya sido aceptada por el librado. En este sentido, el artículo 47
inciso final no establece que el avalista sin limitaciones tiene la misma responsabilidad
que el aceptante de la letra de que se trata, sino que tiene la misma responsabilidad que
“la ley impone al aceptante”. En otras palabras, el legislador en vez de repetir respecto
del avalista sin limitaciones la norma del artículo 79, simplemente se ha remitido al
régimen que ya estableció respecto del aceptante.
Por las mismas razones, para perseguir la responsabilidad cambiaria de un avalista sin
limitaciones no es necesario protestar la letra por falta de aceptación o por falta de pago.
En efecto, sabemos que la responsabilidad de un avalista sin limitaciones es la misma
que “la ley impone al aceptante”, y es del caso que, para perseguir la responsabilidad del
aceptante no es necesario protestar la letra.
Ello es sin perjuicio que el protesto de la letra pueda ser relevante para otros efectos, por
ejemplo, para configurar un título ejecutivo (artículo 434 N° 4 del C.P.C.).
b) Aval constituido con limitaciones:
El avalista que ha constituido su aval con limitaciones sólo responde en los términos
estipulados.
Según el mismo artículo 47, el aval puede limitarse a tiempo, a caso, a cantidad o a
persona determinada:
Aval limitado a tiempo: Como sería por ejemplo, cuando el avalista expresa que
sólo va a responder “hasta 120 días después del vencimiento de la letra”.
Aval limitado a caso: Cuando se ha indicado una condición que deberá cumplirse
para que el avalista sea responsable (como sería por ejemplo, que el avalista
responda sólo si la letra es protestada en tiempo y forma).
Aval limitado a persona: Como si el avalista expresa que sólo avalará al girador, o
a un determinado endosante y sólo contrae la responsabilidad cambiaria del avalado.
Todas estas limitaciones son válidas y en tal caso, el aval sólo producirá la
responsabilidad que el avalista se hubiere impuesto.
NOTA: Aunque la ley no lo dice expresamente, se ha entendido que entre el avalista y el
avalado existe una plena identificación. Así, se dice que el avalista puede oponer las
excepciones que correspondían al avalado.
¿Quién puede constituir aval?:
La Ley 18.092 es muy amplia en esta materia, estableciendo que el aval puede ser constituido
por el girador, un endosante o un tercero extraño a la letra.
Desde luego, la regla general será que un tercero extraño avale la letra, pero nada obsta a que
lo haga el librador o un endosante.
Al respecto cabe preguntarse qué ventajas podría tener que el librador o el endosante
constituyan aval. Esto lo decimos por cuanto, conforme a los artículos 10 y 25 de la Ley 18.092,
ellos ya tienen responsabilidad cambiaria, sin necesidad de constituir ningún aval.
En verdad, el único sentido que podría tener que estas personas constituyan aval, sería en el
caso que lo constituyan sin limitaciones. Ello por cuanto, su responsabilidad sería la misma
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28
4.
5.
que "la ley impone al aceptante" y, por consiguiente, será posible perseguir su responsabilidad
cambiaria sin necesidad de protestar la letra.
Formalidades de constitución del aval:
El aval es un acto formal, que debe ser escrito y firmado por el avalista.
Ahora bien, las formalidades específicas dependen del lugar en que el avalista constituye el
aval. En este sentido, el aval puede constituirse:
a) En la letra misma (en su anverso o en su dorso).
b) En una hoja de prolongación adherida a la letra (en el anverso o en su dorso).
c) En un documento separado.
Si el aval se constituye en el anverso de la letra o en el anverso de una hoja de prolongación
adherida a ésta, basta la sola firma del avalista, a menos que esta firma sea la misma que la del
girador o la del librado. En estos casos, debe indicarse que el acto es por aval.
Si el aval se constituye en el dorso de la letra de cambio o en el dorso de la hoja de prolongación
adherida a ella, además de la firma del avalista debe llevar las expresiones "por aval" u otra
equivalente.
Si el aval se otorga en documento separado, debe llevar 1) la firma del avalista, 2) expresar
que el acto es un aval y 3) identificar claramente la letra de cambio a que se refiere.
Tal como establece la segunda parte del inciso tercero del artículo 46, los derechos que emanan
de un aval otorgado en instrumento separado no se transfieren por endoso. En otros términos,
la eficacia del aval constituido en documento separado sólo es respecto del avalista y del
avalado al momento en que se constituyó el aval. Es decir, el único que puede perseguir al
avalista es el beneficiario o endosatario de la letra al momento de constituirse el aval, no un
endosatario posterior.
Finalmente, destaquemos que, según el inciso final del artículo 46, el acto que no reúna las
formalidades legales anteriormente indicadas, no constituye aval (es decir, carece de valor).
Normas sobre avalistas conjuntos:
Una letra puede tener varios avalistas. Según el artículo 82 inciso final, será aplicable a los
avalistas conjuntos la norma establecida en el artículo 2378 del Código Civil, según el cual el
fiador que paga más de lo que proporcionalmente le corresponde, es subrogado por el exceso
en los derechos del acreedor contra los cofiadores.
III.- Garantías regidas por el derecho común para asegurar el pago de la letra de cambio:
Para garantizar el pago de la letra de cambio se puede recurrir a otras garantías establecidas en el
derecho común, como una hipoteca o una prenda con o sin desplazamiento.
Estas obligaciones accesorias de garantía se constituirán según las reglas generales del derecho
común, debiendo tenerse especial cuidado al determinar con toda precisión la letra de cambio cuyo
pago se cauciona.
Según Ricardo Sandoval, las cauciones señaladas no tienen carácter cambiario, no se literalizan ni
incorporan al título de crédito que garantizan, por lo cual no pueden circular con él mediante el
endoso.
DEL PAGO Y DEL PROTESTO DE LA LETRA
A.-
EL PAGO DE LA LETRA DE CAMBIO.
La letra de cambio es un título de crédito que, como tal, permite a su portador legítimo ejercer el
derecho incorporado en el mismo. Ahora bien, para que el portador legítimo del documento pueda
requerir y obtener su pago deben observarse una serie de requisitos, tanto en cuanto a su oportunidad,
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lugar, etc.
Lo anterior se encuentra regulado en el Párrafo VI de la Ley 18.092, artículos 52 y siguientes, que
estudiaremos a continuación.
I.- Oportunidad para presentar la letra al pago:
Si el portador de la letra desea requerir su pago, en primer lugar, deberá presentarla para el pago.
Esto lo hará al librado aceptante (hipótesis normal).
Para determinar la oportunidad en que el portador legítimo del documento debe presentar la letra
para el pago, es necesario distinguir diversas situaciones, que dependen de la forma en que ella ha
sido girada atendiendo a su vencimiento, según el artículo 48 de la Ley 18.092.
En consecuencia, de acuerdo al artículo 52, debemos distinguir:
1.- Cuando se trata de una letra girada a un plazo desde la vista o a un plazo desde la fecha
de giro o a un plazo fijo y determinado: La letra debe ser presentada al pago el día de su
vencimiento y, si este día es festivo o feriado bancario, debe presentarse al día siguiente hábil
(artículo 52 inciso 1°).
2.- Cuando se trata de una letra girada a la vista: En este caso, conforme al inciso 2° del
articulo 52, debe aplicarse la regla del artículo 49, es decir, la letra debe ser presentada al pago
dentro del plazo de un año contado desde su fecha de giro. De lo contrario, quedará sin valor
a menos que sea protestada oportunamente por falta de pago.
Problema: ¿Qué ocurre en el caso de una letra que lleve inserta la cláusula devuelta sin gastos,
es necesario el protesto para evitar la caducidad de la letra en los términos del artículo 49?:
Algunos han sostenido que en este caso igualmente es necesario el protesto de la letra para
evitar su caducidad conforme al artículo 49. En este sentido, se ha afirmado que el efecto de
la cláusula “devuelta sin gastos” es dispensar de la obligación del protesto para evitar la
caducidad de las acciones cambiarias en contra de los garantes del documento (es decir, contra
el librador, los endosantes o un avalista con limitaciones), pero esta cláusula no dispensa de
la obligación de presentar la letra para el pago dentro del plazo del artículo 49.
Horas hábiles para presentar la letra al pago: Es pertinente el artículo 58, que se remite al artículo
38, referido a las horas hábiles para la aceptación.
II.- Pago anticipado de la letra por parte del librado (artículo 56):
Conforme al artículo 56, primera parte, “el librado que paga antes del vencimiento queda
responsable de la validez del pago. La ley se refiere en verdad al librado aceptante.
Este artículo discurre sobre la base que la letra de cambio es un título destinado a la circulación y se
pone en el caso que el aceptante pague la letra y, no obstante ello, el documento sigue circulando.
Si ello llegare a ocurrir y al vencimiento de la letra se presenta otro portador del documento y le
exige el pago a este aceptante, él deberá pagar igualmente la letra.
Para evitar esta situación que pondría al aceptante en la necesidad de pagar dos veces, la ley faculta
al aceptante para exigirle al tenedor legítimo que lo ha requerido de pago y a quien le ha pagado,
que le entregue la letra y, además, que agregue en ella la constancia del pago (artículos 54 y 86).
El mismo artículo 56 señala, en su segunda parte, que el librado que paga la letra a su vencimiento
queda válidamente liberado, salvo que lo haya hecho a sabiendas para consumar un fraude. Esto se
refiere a situaciones especiales en que el deudor cambiario no debe pagar la letra, por ejemplo, si el
documento ha sido embargado y el deudor ha sido notificado de la medida, o si al deudor le consta
que la letra fue robada, etc.
III.- A quién debe hacerse el pago de la letra:
El pago debe hacerse al portador formalmente legítimo del documento (artículo 31).
Sabemos que si la letra no ha circulado, el portador legítimo será el beneficiario indicado en el
29
30
documento. Si la letra ha circulado, el portador legítimo será el último endosatario que acredite su
derecho por una serie no interrumpida de endosos.
Obligación del deudor cambiario al momento de pagar (artículo 31): El deudor debe verificar la
identidad del acreedor y la continuidad de los endosos.
El deudor queda responsable del pago cuando paga al portador formalmente ilegítimo.
IV.- Constancia del pago de la letra (artículo 54 y 86):
Según hemos dicho, el artículo 54 establece que el librado que paga la letra de cambio puede exigir
que esta se le entregue con la constancia del pago.
Esta disposición es complementada por el artículo 86, según el cual pagada la letra cambio, el
portador otorgará recibido de la misma y la entregará al pagador.
La entrega de la letra y la correspondiente constancia del pago, no sólo es importante para evitar un
pago doble, sino también puede interesar al pagador de la letra para el ejercicio de una eventual
acción de reembolso en contra de algún otro firmante del documento. En efecto, será la misma letra,
con la constancia del pago, la que le permitirá ejercer esta acción de reembolso.
V.- Pago parcial de la letra de cambio:
El artículo 54 inciso 2° contempla esta posibilidad, que constituye una excepción a la regla general
contemplada en el artículo 1591 del Código Civil.
Con todo, esta posibilidad de efectuar pagos parciales no es absoluta, sino que para determinar su
procedencia hay que distinguir:
a)
Pago parcial antes del vencimiento de la letra: El portador no puede rehusar el pago parcial
b)
Pago parcial después del vencimiento: El portador puede rechazar el pago parcial si este
fuere inferior a la mitad del valor del documento.
En el caso que opere un pago parcial, el portador podrá protestar la letra por el saldo. Esto le
permitirá exigir ese saldo a los demás obligados al pago de la letra.
También, cuando opera un pago parcial, el que paga no puede exigir que se le entregue o restituya
la letra, sino que sólo puede exigir que se deje constancia en ella del pago parcial y, además, que
se le otorgue un recibo.
Cabe concordar esta norma con el artículo 85, relativo a las acciones de reembolso.
VI.- Lugar del pago de la letra:
Esta es una mención que puede contener la letra (artículo 1 N° 6). Si la letra no contiene el lugar
del pago, éste deberá hacerse en el domicilio del librado señalado en el documento.
Con todo, si el portador de la letra fuere un banco o sociedad financiera, existe una norma especial
en el artículo 53, según el cual, el pago deberá hacerse en la oficina que tenga en su poder la letra
y que esté situada en la comuna en que corresponda hacerse el pago.
VII.- Prohibición de pago y medidas judiciales que puedan afectar la circulación de la letra de
cambio:
Bajo este título pretendemos determinar acaso es posible prohibir el pago de la letra de cambio o
su circulación. La respuesta está en los artículos 27 y 57 de la Ley.
El artículo 27 establece una regla general relacionada con la legitimación formal en materia de
letra de cambio.
El artículo 57 establece que no puede prohibirse el pago o la circulación de la letra por resolución
judicial, salvo en los siguientes casos:
1)
En caso inicio de procedimiento concursal de liquidación del portador: Pues en virtud de
ello el deudor queda privado de la administración y disposición de sus bienes, facultades
que pasan al Liquidador.
2)
Cualquier otro evento que prive al portador de la letra de la libre administración de sus
30
31
3)
bienes: Por ejemplo, si es sometido a interdicción.
En caso de extravío o sustracción del documento, en los términos del artículo 88 y
siguientes de la ley.
Sin perjuicio de los tres supuestos arriba indicados, el mismo artículo 57 establece que puede
decretarse la retención, prohibición o embargo del crédito, conjuntamente con la aprehensión del
documento mismo, siempre que se cumplan con los siguientes requisitos:
a)
Que ello se decrete en juicio o gestión judicial seguido contra el tenedor legítimo del
documento (lo que se explica por que en tal caso podremos entender que la letra
forma parte de su patrimonio).
b)
Es necesario que el documento se encuentre en su poder o en poder de un mandatario
suyo para la cobranza.1
B.- PROTESTO DE LA LETRA CAMBIO.
A esta materia, se refiere el párrafo 7° de la Ley 18.092, artículos 59 y siguientes.
I.- Concepto de protesto:
“Es un acto solemne y complejo que deja constancia fehaciente de la falta de aceptación, de la falta
de fecha de aceptación o de la falta de pago de la letra de cambio”.
El protesto es un acto solemne, porque está sujeto a una serie de formalidades; y es un acto complejo,
porque supone el cumplimiento de tres etapas, a saber, el aviso, el requerimiento y el levantamiento
de acta de protesto.
II.- Finalidades o utilidad del protesto de la letra.
El protesto puede cumplir diversas finalidades. Así, puede ser:
1) Un requisito necesario para conservar o evitar la caducidad de las acciones cambiarias en
contra de los garantes del pago de la letra (librador, endosantes y avalistas). Con todo, no
siempre es necesario el protesto para ello, toda vez que la letra podría incluir la cláusula “devuelta sin
gastos”; o bien, podrían producirse los otros supuestos a que alude en inciso segundo del artículo 79
(la liquidación concursal del librado o aceptante ocurrida antes del vencimiento).
2) El protesto también puede ser necesario para evitar la caducidad de la letra misma, como en
el caso del artículo 49 (letra a la vista) o en el artículo 35 inciso segundo (letra a un plazo desde la
vista), cuando la letra no se presenta a la aceptación o pago dentro del plazo de un año desde la fecha
de giro.
3) El protesto también puede ser necesario para computar el plazo del vencimiento de una letra
girada a un plazo desde la vista (artículo 50).
4) Finalmente, el protesto también puede ser útil para conferir mérito ejecutivo a la letra de
cambio, en los términos del artículo 434 N° 4 del Código de Procedimiento Civil.
III.- Clases de Protesto de que es susceptible la letra de cambio:
Existen tres clases de protesto de la letra de cambio: 1.- Por falta de aceptación; 2.- Por falta de fecha
de aceptación; y 3.- Por falta de pago.
Análisis:
En la práctica es bastante difícil llevar a cabo este procedimiento, por cuanto es posible que en el inter tanto, el tenedor del
documento lo endose en dominio de un tercero.
1
31
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1.- Protesto de la letra por falta de aceptación:
Este protesto tiene por objeto dejar constancia fehaciente del incumplimiento de la promesa
efectuada por el librador en orden a que el librado aceptará la letra de cambio.
Si el librado no acepta la letra, para poder hacer efectiva la garantía del librador y de los
endosantes (a menos que se hayan eximida de ella), es necesario protestar la letra por falta de
aceptación. Ello, a menos que en letra esté incorporada la cláusula “devuelta sin gastos”.
Lo dicho es sin perjuicio de otros efectos que pueda perseguir el protesto, como evitar la
caducidad de la letra misma según artículo 49 (en concordancia con el 67) o artículo 35, o contar
el plazo de su vencimiento según artículo 50, etc.
De acuerdo con el artículo 67 de la ley, el protesto por falta de aceptación dispensa de la
obligación de presentar la letra para su pago y de protestarla por falta de pago. Esta norma se
explica, por cuanto si el librado ni siquiera aceptó la letra, no es razonable esperar que la pague
a la fecha de su vencimiento. Conforme a esta norma y en concordancia con el artículo 81 N° 1,
protestada la letra por falta de aceptación, el beneficiario puede exigir el pago de la misma,
inmediatamente, incluso antes del vencimiento de la letra.
2.- Protesto por falta de fecha de aceptación:
Este protesto sólo tiene aplicación en aquellos casos en que es necesario fechar la aceptación y,
no obstante existir esta obligación, el aceptante no fecha la aceptación (artículo 36).
Este protesto es útil para computar el plazo de vencimiento de la letra (art. 50). También es útil
para evitar su caducidad según artículo 35 inciso 2°.
A su vez, cuando es necesario protestar la letra por falta de fecha de aceptación, este protesto es
un requisito necesario para que el portador conserve sus derechos contra los garantes cambiarios
(artículo 36 inciso final).
3.- Protesto por falta de pago:
Tiene por objeto dejar constancia fehaciente de la falta de pago de la letra.
Conforme al artículo 79 inciso segundo, si una letra de cambio no se protesta en tiempo y forma
por falta de pago, caducan las acciones cambiarias que el portador pueda tener en contra del
librador, los endosantes y los avalistas; salvo que;
a) Exista una cláusula de vuelta sin gastos o sin obligación de protesto.
b) Que el librado o el aceptante hubieren quebrado antes del vencimiento de la letra.
c) Que se haya protestado válidamente la letra por falta de aceptación (artículos 67 y 79 inciso
2°).
En consecuencia, el principal efecto del protesto por falta de pago, cuando él es necesario,
consiste en conservar la garantía de pago en contra del librador, los endosantes y los avalistas de
ambos.
Cabe tener muy presente que aceptante y su avalista responden del pago no obstante que la letra
no se proteste oportunamente. Lo mismo sucede respecto de un avalista sin limitaciones.
La caducidad de acciones cambiarias por falta de protesto, se denomina perjuicio de la letra de
cambio.
IV.- Formalidades del protesto de la letra.
El protesto, como acto solemne, está sujeto a una serie de formalidades, que dicen relación con tres
aspectos: 1) El funcionario competente para hacer el protesto; 2.- Las formalidades específicas que
debe cumplir este funcionario; 3.- El contenido del acta de protesto.
Análisis:
1.- Funcionario competente para efectuar el protesto: De acuerdo con el artículo 60, en
concordancia con los artículos 65 (protesto por falta de aceptación o fecha de aceptación) y
32
33
2.a)
b)
c)
V.-
68 (protesto por falta de pago), el funcionario competente para efectuar el protesto es el
Notario Público del lugar del pago o donde deba prestarse la aceptación.
Si en la comuna no hay Notario, el protesto podrá efectuarse por el Oficial del Registro Civil
del lugar del pago o del lugar donde deba prestarse la aceptación, según corresponda.
El inciso 2° del artículo 60 faculta a los Notarios para delegar la función de entregar el aviso
a que se refiere el artículo 61 en un empleado de su dependencia.
Sin perjuicio de lo anterior, tratándose del protesto por falta de pago, la ley faculta a los bancos
y sociedades financieras para protestar directamente a letra de cambio, sin intervención de
Notario. A esto se refiere el artículo 71 de la Ley.
Formalidades que debe cumplir el funcionario: Estas formalidades son tres:
El aviso:
Consiste en citar por escrito al librado o al aceptante, según corresponda, para que concurra al
día siguiente hábil, ya sea a aceptar, a fechar su aceptación o a pagar, según sea el tipo de
protesto (artículo 61).
En cuanto al lugar en que debe darse el aviso: De acuerdo a los artículos 66 y 69, el aviso debe
entregarse en el lugar en que deba prestarse la aceptación o efectuarse el pago, según
corresponda.
En cuanto a la oportunidad para entregar el aviso: Según los mismos artículos 66 y 69 el aviso
debe entregarse dentro de los dos días hábiles siguientes al vencimiento del plazo respectivo,
o sea:
- Protesto por falta de aceptación o falta de fecha aceptación: A más tardar el segundo día
hábil siguiente al vencimiento del plazo para presentar la letra a su aceptación
- Protesto por falta de pago: A más tardar el segundo día hábil siguiente al vencimiento de la
letra de cambio o del vencimiento del plazo fijado en el artículo 49, si la letra fuere a la
vista.
Formalidades del aviso: Artículo 61 inciso final.
El requerimiento:
Consiste en solicitar al librado que acepte o al aceptante para feche su aceptación o pague,
según sea el caso.
El requerimiento debe efectuarse el día siguiente hábil al del aviso, según el artículo 66
segunda parte y 69 inciso 2°.
Si el citado no concurre, se omite el requerimiento y se levanta acta de protesto (artículo 61
inciso 2°, parte final).
Levantamiento del acta de protesto:
El protesto se estampa sólo en el caso en que el citado no concurre o bien concurre y no
satisface el requerimiento.
El artículo 62 nos dice que el protesto se estampa al dorso de la letra o en una hoja de
prolongación.
En cuanto al contenido del acta de protesto, ver artículo 62.
Protestos y pago en la tesorería comunal.
El artículo 70 establece que si la letra indica la comuna en que debe efectuarse el pago, el funcionario
a cargo de la diligencia del protesto (normalmente el Notario), antes de estampar el protesto debe
verificar si el obligado ha consignado fondos en Tesorería para el pago de la letra. Si hubiese
depósitos suficientes, se omitirá el protesto.
El inciso final del artículo 70 establece una norma sobre responsabilidad del Notario que incumple
33
34
esta obligación.
VI.- Registro de protestos.
El artículo 63 establece la obligación de los funcionarios encargados de efectuar protestos de llevar
un registro, el que debe cumplir con las formalidades establecidas en ese artículo.
VII.- Restitución de la letra con posterioridad al protesto.
De acuerdo con el artículo 64, protestada la letra el Notario u Oficial Civil deberán devolverla al
portador con la constancia del protesto, a más tardar el día hábil siguiente que no fuere sábado o al
término de la diligencia y será responsable de los daños y perjuicios que se deriven de esta demora.
VIII.- Protesto efectuado por bancos o sociedades financieras.
Esta es una modalidad que introdujo la Ley 18.092 y que sólo es procedente en el caso de protestos
por falta de pago.
Está regulado en el artículo 71 de la ley, el que cumpliendo las formalidades que allí se establecen,
faculta al banco o sociedad financiera que tenga la letra en su poder para efectuar el protesto por
falta de pago, sin intervención de Notario.
Este protesto no tiene aplicación en la práctica, lo que se explicaría por las siguientes razones:
a)
Es gratuito (el banco no puede cobrar por la diligencia).
b)
El banco queda responsable del pago de los impuestos que afecten al protesto.
c)
El protesto efectuado en los términos del artículo 71 no tiene carácter personal para los efectos
del artículo 434 del Código de Procedimiento Civil, es decir, no permite configurar un título
ejecutivo y requiere siempre que el protesto sea notificado judicialmente para que tenga mérito
ejecutivo.
d)
Está sujeto a muchas formalidades.
IX.- Norma sobre necesidad del protesto (artículo 76).
Conforme a esta norma, cuando el protesto es necesario para algún efecto legal, es imprescindible
protestar la letra para producir ese efecto. Ninguna otra diligencia puede suplirlo.
X.- Casos especiales en que se posterga la época para efectuar el protesto.
La ley establece dos casos:
a) Pago de la letra efectuado con un cheque (artículo 73): Esta norma se pone en el caso que se
recibe en pago de la letra de cambio un cheque y este cheque es protestado. En este caso la ley
confiere un plazo de 30 días contados desde el vencimiento de la letra, para protestarla por falta
de pago.
b) Fuerza mayor o caso fortuito (artículo 75): El artículo 78 agrega que .el portador de la letra no
queda dispensado de la obligación de protesto por la quiebra (liquidación concursal), interdicción
o muerte del librado.
XI.- Nulidad de los protestos (Art. 77).
El protesto es un acto solemne, es decir, está sujeto a una serie de formalidades. Si estas formalidades
no se cumplen, el protesto podrá ser declarado nulo.
Antes de la Ley 18.092, en la práctica muchas veces se abusaba de esta nulidad. Para evitar estos
abusos, el artículo 77 de la ley consagró el principio según el cual no hay nulidad sin perjuicio.
LAS ACCIONES CAMBIARIAS
1.-
Concepto:
Son aquellas que emanan de la letra de cambio (y por extensión, también del pagaré) cuyo titular es
el portador de la letra, para hacer efectivo el pago, o es la persona que ha pagado el documento para
obtener su reembolso.
34
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2.-
Como es dable apreciar, existen dos clases de acciones cambiarias, la acción cambiaria de pago y la
acción cambiaria de reembolso. La acción cambiaria de pago es propia del portador, mientras que
las acciones cambiarias de reembolso son propias de los garantes.
La acción cambiaria de pago:
Su titular es el portador aparentemente legítimo del documento. Este sujeto tiene acción contra todos
los firmantes de la letra de cambio, ya sea como aceptante, librador, endosantes o avalistas.
Para ejercer su acción cambiaria de pago, el portador deberá presentar la letra para el pago al
obligado, quien normalmente será el aceptante, en la forma y oportunidad establecidas en el Párrafo
6° de la Ley 18.092. Con todo, para ejercer la acción cambiaria de pago en contra de los garantes
(librador, endosantes y eventualmente avalistas), el portador deberá cumplir con las formalidades
relativas al protesto de la letra. De lo contrario, sus acciones contra ellos caducarán.
Perjuicio de la letra de cambio:
Es la caducidad de las acciones del portador en contra del librador, endosante y avalistas de ambos,
como consecuencia de no haberse efectuado en tiempo y forma el protesto de la letra de cambio.
No se produce el perjuicio de la letra de cambio respecto del aceptante, ni tampoco respecto de un
avalista del aceptante ni respecto de un avalista sin limitaciones, toda vez que respecto de estos
sujetos no es necesario protestar la letra para perseguir su responsabilidad.
La norma pertinente es el artículo 79 inciso segundo de la Ley 18.092.
Cabe señalar que si se declara la nulidad del protesto, se produce el perjuicio de la letra de cambio.
Casos en que no hay perjuicio de la letra de cambio por falta de protesto .
Conforme al inciso segundo del artículo 79, no se produce esta caducidad de las acciones cambiarias
en los siguientes casos:
a) Cuando la letra de cambio lleva inserta la cláusula devuelta sin gastos o sin obligación de
protesto.
b) Cuando ha tenido lugar la quiebra (procedimiento concursal de liquidación) del librado o del
aceptante ocurrida antes del vencimiento.
Casos en que el portador puede ejercer su acción antes del vencimiento de la letra:
Por regla general, el portador de la letra de cambio sólo puede ejercer su acción una vez que la letra
está vencida.
Sin embargo, el artículo 81 establece algunos casos en que el portador puede ejercer su acción antes
del vencimiento.
1.
Si se hubiere protestado la letra por falta de aceptación del librado, de cualquiera de los
librados conjuntos o de todos los librados subsidiarios en su caso.
Producida esta situación, el tomador puede intentar sus acciones sin necesidad de esperar
el vencimiento, ya que el librador no cumplió con la garantía ofrecida al emitirla de que
el librado va a aceptar (Art. 67).
2.
Si cae en quiebra (liquidación concursal) el librado o cualquiera de los librados conjuntos,
hayan o no aceptado la letra.
Si el librado cae en quiebra (liquidación concursal) pierde la administración de sus bienes
a consecuencia del efecto llamado "desasimiento", que lo imposibilita a dar
cumplimiento a sus obligaciones. El portador, en consecuencia, puede iniciar sus
acciones sin esperar el vencimiento del título.
3.
Si, antes de la aceptación, cae en quiebra (liquidación concursal) uno de los librados
subsidiarios y ninguno de los restantes acepta a pagar la letra, o si cae en quiebra
35
36
4.
3.
(liquidación concursal) el librado subsidiario que otorgó su aceptación.
En este caso, el portador deberá iniciar sus acciones antes del vencimiento de la letra en
contra de los garantes de la aceptación y pago del documento
Si el librador de una letra no aceptaba cae en quiebra (liquidación concursal).
En este caso, también el portador puede accionar sin esperar la época del pago o
vencimiento de la letra. Sus acciones las hará efectivas contra los demás obligados a la
letra como son los endosantes y avalistas de estos y del propio librador, ya que, es un
hecho que si el emisor del título es declarado en quiebra (liquidación concursal), pierde
la administración de sus bienes por el desasimiento y obviamente el librado negará su
aceptación a la letra que éste le giró.
Acción cambiaria de reembolso:
Es aquélla que compete al que ha pagado la letra de cambio para obtener el reembolso de lo pagado.
No todo aquél que paga una letra de cambio tiene acción de reembolso. Sólo son titulares de la acción
de reembolso los endosantes y los avalistas que pagan (artículo 82 de la Ley 18.092).
Al respecto, es importante destacar que según prescribe el inciso primero del artículo 82, el librador
o el aceptante que pagare la letra no tendrán acción cambiaria de reembolso entre sí, ni en contra de
los demás firmantes de la letra.
¿Contra quién pueden dirigir su acción de reembolso un endosante o un avalista que paga?
Los endosantes tienen acción de reembolso a su elección en contra del: (Art. 82 Inc. 2°).
- Librador.
- Aceptante.
- Endosantes anteriores.
- Avalistas de todos ellos.
El avalista que paga tiene acción cambiaria de reembolso:
- En contra de su avalado
- Y en contra de los demás firmantes de la letra respecto de los cuales el avalado tuviera acción
cambiaria de reembolso.
De lo anterior, se desprende que el avalista sin limitaciones sólo tiene acción cambiaria de reembolso
en contra del aceptante. El avalista del librador sólo tiene acción cambiaria de reembolso contra el
librador.
El avalista del endosante, tendrá acción cambiaria de reembolso contra ese endosante, en contra de
los endosantes anteriores, en contra del aceptante, del librador y de los avalistas de todos ellos.
Monto que comprende la acción cambiaria de reembolso:
Según el artículo 83, la acción cambiaria de reembolso comprende la suma íntegra que hubiere
desembolsado el sujeto con arreglo a la ley, debidamente reajustada más los intereses corrientes.
¿Cómo se legitima el titular de la acción de reembolso?: Con la letra y la constancia del pago (Art.
86 en concordancia con el Art. 54).
En caso de pago parcial, es pertinente el artículo 85, según el cual el pagador sólo tendrá derecho a
exigir que dicho pago se haga constar en la letra y que se le entregue copia íntegra del documento,
certificada por Notario. Esta copia de la letra tendrá el mismo valor que el documento original para
los efectos de las acciones cambiarias. Desde luego, si el sujeto no ha pagado íntegramente la letra
no puede exigir que se le entregue la misma letra, para lo cual es pertinente tener en cuenta el artículo
54.
Facultad del endosante que paga para tachar su endoso y los que le siguen:
Está establecida en el artículo 84, y es una manera de precaver que el endosante que paga una letra
36
37
pueda verse posteriormente expuesto a una acción cambiaria de pago o reembolso. Sabemos que la
ley faculta al sujeto que paga una letra para exigir que ésta se le entregue con la constancia del pago
(art. 54 y 86). Si ello no tuviera lugar, el endosante que paga puede tachar su endoso y los que le
siguen.
Caso en que la letra de cambio es pagada por un tercero extraño al documento:
A esta posibilidad se refiere el artículo 87, según el cual, cualquier tercero extraño a la letra podrá
pagarla y se subrogará en todos los derechos del portador emanados del documento. El portador
deberá dejar constancia en la letra del nombre de la persona que le hizo el pago.
En este caso, el tercero que paga no goza de una acción cambiaria de reembolso en los términos del
artículo 82, sino que en su favor opera una subrogación legal, incluso sin consentimiento del deudor
(como lo exige el artículo 1610 N° 5 del Código Civil).
PRESCRIPCIÓN DE LAS ACCIONES CAMBIARIAS
El Párrafo 10 de la Ley 18.092 establece algunas reglas especiales que modifican las normas del Código
Civil y del Código de Comercio en materia de prescripción.
Para analizar esta materia debemos distinguir:
1.
Prescripción de la acción cambiaria de pago:
Conforme al artículo 98, la acción cambiaria de pago prescribe en un año contado desde el
vencimiento de la letra.
Esta norma es excepcional, por cuanto la regla general es que el plazo de prescripción extintiva se
cuenta desde que las obligaciones se hacen exigibles. Si bien lo normal es que el pago de la letra
es exigible al momento en que ésta vence, sabemos que hay casos en que dicho pago es exigible
antes del vencimiento (artículo 81 de la Ley 18.092). Incluso en estos casos, el plazo de un año se
va a contar desde el vencimiento de la letra.
2.
Prescripción de la acción cambiaria de reembolso:
Según el artículo 99, las acciones de reembolso de que trata el artículo 82 prescriben en el plazo
de seis meses contados desde el día del pago cuyo reembolso se reclama.
Nótese que la norma se refiere a la acción cambiaria de los sujetos aludidos en el artículo 82, es
decir, del endosante o del avalista que paga la letra. Por lo tanto, no se aplica respecto del tercero
extraño que pague la letra. En este caso, la acción cambiaria de este tercero que se ha subrogado
en la posición del acreedor tendrá el mismo plazo de prescripción de la acción que tenía el acreedor
a quién le pagó (artículo 87 de la ley).
3.
Interrupción de la prescripción:
Conforme al artículo 100, la prescripción se interrumpe sólo respecto del obligado a quien se
notifique la demanda judicial de cobro de la letra, o la gestión judicial necesaria conducente para
deducir dicha demanda o preparar la ejecución (interrupción civil).
Igualmente se interrumpe respecto del obligado a quien se notifique para los efectos establecidos
en los artículos 87 y 89 (gestión de extravío).
Se interrumpe también respecto del obligado que ha reconocido expresa o tácitamente su calidad
de tal (interrupción natural).
La norma especial que introduce la ley 18.092 en esta materia es que cuando existe pluralidad de
deudores y hay solidaridad pasiva, la regla general es que la interrupción que afecta a uno de los
codeudores afecta a todos (artículo 2519 Código Civil). En cambio, conforme al artículo 100, la
prescripción se interrumpe sólo respecto del obligado notificado o que ha reconocido expresa o
37
38
tácitamente su calidad e deudor.
NOTA: Aunque la ley no lo dice, la doctrina y la jurisprudencia han estimado que el avalista se
encuentra en la misma situación jurídica del avalado, por consiguiente, en caso de interrupción de
la prescripción que opera respecto del avalado, también afecta al avalista.
TACHA DE FALSEDAD A LA FIRMA PUESTA EN LA LETRA DE CAMBIO:
Al respecto son pertinentes los artículos 110, 111 y 114 de la Ley 18.092.
LA LEY 18.552, QUE REGULA TRATAMIENTO DE TITULOS DE CREDITO
La ley 18.552 de 20 de septiembre de 1986, extiende la aplicación de las normas contenidas en la
Ley 18.092 relativas al endoso y al extravío, a cualesquiera otros títulos de crédito de dinero emitidos
con cláusula a la orden.
El texto de la Ley 18.52, es el siguiente:
Artículo 1°.- El endoso previsto en el párrafo 2° del Título I de la ley N° 18.092, sobre letras de
cambio y pagarés, será aplicable a cualesquiera otros títulos de crédito de dinero emitidos con la
cláusula a la orden, en favor de, a disposición de u otras equivalentes, cualesquiera fuere la
denominación con que se designare a dichos instrumentos.
En los casos de extravío, pérdida o deterioro parcial de los títulos de crédito a que se refiere el
inciso anterior, se procederá en la forma establecida en el párrafo 9° del Título I de la ley N° 18.092,
sin perjuicio de las reglas especiales establecidas en otras leyes para los casos señalados.
Artículo 2°.- El extravío, pérdida o deterioro de un título de crédito de dinero emitido al portador,
cualquiera fuere su emisor, será del exclusivo riesgo de su último tenedor legítimo, quedando
liberado de toda responsabilidad el deudor que lo pagare a quien se presente como detentador
material del documento.
Lo dispuesto en el inciso precedente no obsta a la obligación de quien apoderándose
indebidamente del documento, logró obtener su cobro y pago, de reintegrar al portador legítimo del
mismo el monto íntegro de lo percibido, sin perjuicio de las responsabilidades civiles y penales que
correspondan.
Cualquiera estipulación en contrario se tendrá por no escrita.”
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