Acción preventiva, precautoria y de responsabilidad. Prof. Ariel Farías A. El Derecho Ambiental Internacional (DAI) nace en Estocolmo, Suecia, en junio de 1972. El Derecho Ambiental Internacional (DAI) constituye el ordenamiento jurídico destinado a regular las relaciones de coexistencia, cooperación e interdependencia, que tiene como objetivo la protección internacional del ambiente; o, el conjunto de normas jurídicas de carácter internacional destinado a la protección del ambiente en cualquiera de sus formas. La abundancia de normas jurídicas nacionales que protegen el ambiente ha generado el nacimiento de una “nueva rama del derecho”, el derecho ambiental y, la profusa cantidad de tratados, convenios, declaraciones, acuerdos, recomendaciones, resoluciones e informes de carácter internacional destinados a proteger el ambiente en cualquiera de sus manifestaciones: recursos naturales, orgánicos e inorgánicos; tecnologías, como la energía nuclear o la explotación y exploración de los espacios exteriores, o acuerdos sobre geografías determinadas, como el Tratado Antártico y su Protocolo del Medio Ambiente de 1991, o aquellos más abstractos como el Compromiso Ético de las ONGs para una actitud y conducta ecológica global de 1972 o el de los compromisos de los ciudadanos con respecto a la biodiversidad; han dado nacimiento al Derecho Ambiental Internacional. PRINCIPIO PREVENTIVO El principio preventivo nace en los años 70, luego de la toma de conciencia de las limitaciones planetarias y la necesidad de actuar antes de que los desastres se produzcan, y tiene por objeto evitar la ocurrencia de un daño o riesgo cierto En Chile, el principio preventivo fue reconocido en el mensaje de la Ley sobre Bases Generales del Medio Ambiente (Ley 19.300), que “… pretende evitar que se produzcan los problemas ambientales” Una primera aproximación al principio de la Prevención, en nuestro país, se encuentra en el artículo 19 Nº 8 de la Constitución Política de la República, el que consagra el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, en cuanto señala que Es deber del Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza No hay normativa ni política pública ambiental en el mundo que no tenga una finalidad preventiva La prevención está presente en el derecho ambiental chileno desde sus orígenes y se pone de manifiesto de manera especial en lo que se refiere al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). Es en efecto la prevención, en la forma del Principio Preventivo, la que da buena parte del sustento lógico a la existencia de este sistema de evaluación En el caso del SEIA, además del reconocimiento expreso en el Mensaje de la ley, la existencia del Principio Preventivo como guía se puede observar en la lectura de los artículos que definen el ingreso de un proyecto al SEIA y los instrumentos mediante los cuales es posible obtener una resolución de calificación ambiental. Las definiciones del artículo 2° de la ley nos ilustran en este sentido, las que son complementadas en los artículos 8, 10 y siguientes. Así entonces: A) Art. 2 letra j) “Evaluación de Impacto Ambiental: el procedimiento, a cargo del Servicio de Evaluación Ambiental, que, en base a un Estudio o Declaración de Impacto Ambiental, determina si el impacto ambiental de una actividad o proyecto se ajusta a las normas vigentes”. B) Art. 2° letra f) “Declaración de Impacto Ambiental: el documento descriptivo de una actividad o proyecto que se pretende realizar, o de las modificaciones que se le introducirán, otorgado bajo juramento por el respectivo titular, cuyo contenido permite al organismo competente evaluar si su impacto ambiental se ajusta a las normas ambientales vigentes”. C) Art. 2° letra i) “Estudio de Impacto Ambiental: el documento que describe pormenorizadamente las características de un proyecto o actividad que se pretenda llevar a cabo o su modificación. Debe proporcionar antecedentes fundados para la predicción, identificación e interpretación de su impacto ambiental y describir la o las acciones que ejecutará para impedir o minimizar sus efectos significativamente adversos”. D) Artículo 8°, inciso primero:- “Los proyectos o actividades señalados en el artículo 10 sólo podrán ejecutarse o modificarse previa evaluación de su impacto ambiental, de acuerdo a lo establecido en la presente ley” En todas las definiciones anteriores podemos observar la existencia del Principio de Prevención como su fundamento, en términos como: “... la actividad que se pretende realizar...” “... antecedentes fundados para la predicción...”, etc. El sistema mismo se estructura sobre la idea de que antes de llevar a cabo un proyecto, este debe necesariamente evaluarse. Vale decir, se estructura sobre la prevención. EL PRINCIPIO PRECAUTORIO Este principio no se encuentra enunciado en el Mensaje con que fuera despachado el proyecto de la Ley de Bases Generales del Medio Ambiente. Fue creado en el seno del Derecho Alemán en los años 70, con el nombre de Vorsorgeprinzip, comenzando a ser invocado en el derecho internacional, en forma explícita, con la Declaración Ministerial de la IIa Conferencia Internacional sobre la protección del Mar del Norte de 1987. Luego, con la Declaración de Río de 1992, se consagró en su principio Nº 15 el criterio de la precaución, señalándose lo siguiente: “Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la degradación del medio ambiente”. En el principio precautorio se pone de manifiesto una de las características estructurales del Derecho Ambiental, cual es su íntima relación con la realidad y evidencia científicas. Deben evitarse la ocurrencia de daños, o la generación de riesgos, cuando se tiene la certeza de que ellos ocurrirán. Sin embargo, en no menores ocasiones se carece de tal certeza científica, existiendo sólo antecedentes que razonablemente permiten suponer riesgos o daños respecto de ciertos proyectos o actividades. El principio precautorio viene en abordar esta situación, incorporando un elemento de prudencia orientador de las decisiones a tomar frente a la falta de certeza científica Una acertada definición de este principio se encuentra en el derecho francés, en el cual a través de una ley para reforzar la protección del medio ambiente, de 1995, se definió como el principio según el cual la ausencia de certezas, teniendo en cuenta los conocimientos científicos y técnicos del momento, no debe retrasar la adopción de medidas efectivas y adecuadas de modo tal de prevenir el riesgo de daños graves e irreversibles en el medio ambiente, con un coste económico razonable. PRINCIPIO DE LA RESPONSABILIDAD “se pretende que los responsables por los daños ambientales reparen a sus víctimas de todo daño. Además, se busca reparar materialmente el daño causado al medio ambiente, obligando al causante del daño a restaurar el paisaje deteriorado”. En consecuencia, el principio de la responsabilidad supera los ámbitos de lo que se denomina responsabilidad civil, creando una nueva figura que podría denominarse "responsabilidad por daño ambiental". Es importante tener en cuenta que la responsabilidad por daño ambiental, en los términos que la Ley Nº 19.300 establece, requiere la concurrencia de los elementos clásicos de la responsabilidad civil, una acción culposa o dolosa, un daño, y una relación de causalidad entre ambas. Sería ideal su inclusión en nuestra Carta Fundamental, de manera de dotar a la judicatura de una herramienta de incuestionable valor en la defensa del medio ambiente; despejando con ello las dudas que aún hoy ciertos sectores plantean acerca de su posible utilización por parte de la autoridad, sea esta judicial o administrativa.