© todos los derechos reservados. MÓDULO 2 TDAH en población adulta En las últimas décadas, se ha avanzado en el estudio e investigación del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en adultos, un tema que anteriormente no recibía la atención e intervención necesaria. De hecho, durante mucho tiempo se consideró que el TDAH era solo una condición propia de la infancia, y que por lo tanto desaparecía con la edad, sin embargo, esta hipótesis ha sido desmentida completamente. Por consiguiente de lo anterior, la investigación sobre el TDAH en adultos fue más tardía que en niños, por lo cual una de las primeras investigaciones sobre el tema se encuentran apenas a finales de los años 1960 en donde una revista llamada “Archives of General Psychiatry”, publicó un artículo evaluando la eficacia del tratamiento farmacológico en un grupo de adultos diagnosticados de TDAH en la niñez. Fue dicho estudio el que logró demostrar que los medicamentos que se utilizaban en niños y adolescentes también eran altamente eficaces en la edad adulta. Después de esto, se realizaron un par de publicaciones que manifestaban que el TDAH continuaba efectivamente en la adolescencia y edad adulta. © todos los derechos reservados. En la actualidad ya no hay dudas de que el TDAH es una condición que persiste a lo largo de la vida y que sus características no se presentan igual en todas las edades o ciclos vitales, y que la mayoría de las descripciones clínicas que se han realizado son sobre las características clásicas en la infancia. Tomando en cuenta lo mencionado anteriormente, es importante destacar que el TDAH en la edad adulta puede tener una presentación diferente a la de la infancia. Aunque sus características tienen la misma base, su manifestación puede variar y no siempre se presentan de manera tan evidente. En la niñez, el TDAH se puede ver principalmente exteriorizado como hiperactividad, inatención e impulsividad, lo que se refleja en dificultades para concentrarse en la escuela, la realización de tareas y actividades de la vida diaria, así también como en la dificultad para mantener una conducta adecuada en diferentes situaciones. Por otra parte, en la edad adulta, las manifestaciones del TDAH pueden ser menos evidentes y de forma más sutil. En lugar de la hiperactividad clásica de la infancia, puede haber una sensación de inquietud mental que dificulta la concentración en el trabajo o en la realización de actividades que necesiten de atención extensa. Asimismo, la impulsividad puede manifestarse en compras impulsivas, conductas adictivas o en la toma de decisiones rápidas y sin pensar en las consecuencias. Por último, la inatención puede causar descuidos en las © todos los derechos reservados. tareas cotidianas, olvidos frecuentes, comidas descompuestas y dificultades para cumplir con plazos y responsabilidades. El diagnóstico y evaluación por TDAH en población adulta es un desafío constante a la clínica para los profesionales de la salud debido a que las características de la condición pueden presentarse de formas muy diversas en distintas personas. En el caso de aquellos que no fueron diagnosticados en la infancia y no recibieron intervención temprana, las consecuencias pueden ser igualmente diversas y contradictorias. Algunos podrían desarrollar adicciones o comportamientos delictivos, mientras que otros podrían tener éxito económico y destacar en su carrera profesional. Esta amplia posibilidad de resultados puede deberse a la sobreadaptación o sobrecompensación de los rasgos propios del TDAH en una persona sin diagnóstico, quien siempre ha sido consciente de sus dificultades pero ha logrado encontrar mecanismos de afrontamiento para compensarlas u ocultarlas. Este proceso también puede manifestarse en forma de camuflaje social, donde se realizan grandes esfuerzos para cumplir con las expectativas y demandas del entorno, lo que puede aumentar significativamente la ansiedad y la sensibilidad al rechazo, e incluso hacer más notorias las características clásicas del TDAH. Es importante destacar que la sobrecompensación para equilibrar las dificultades causadas por el TDAH implica un gran esfuerzo cognitivo © todos los derechos reservados. que conduce a una sensación de agotamiento tanto físico como emocional en la población adulta sin diagnóstico. Este agotamiento puede desencadenar en episodios depresivos y/o ansiosos, lo que suele ser el motivo de repetidas consultas en salud mental. Además, la sobreadaptación puede llevar a la ocultación de los síntomas del TDAH y, en consecuencia, a un diagnóstico tardío. Lo principal para lograr reconocer el TDAH en personas adultas está en pensar siempre en este como una posibilidad diagnóstica1, ya que si bien, el TDAH es una condición neurobiológica que se presenta al momento de nacer, no necesariamente va a existir un diagnóstico temprano. Como se mencionó anteriormente, la hiperactividad no necesariamente se expresa con actividad motora, sino también como una sensación de inquietud interna. De esta forma, la sensación de inquietud interna puede ser fácilmente confundida como un trastorno de origen ansioso. El DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) en su última actualización amplió el rango de edad de las primeras características del TDAH hasta los 12 años. Esta ampliación se realizó con el fin de ajustar más los criterios diagnósticos a la realidad actual de los diagnósticos tardíos en la población adulta. 1 PAS — Pautas de actuación y seguimiento— TDAH en el paciente adulto. (2015) Coordinador General: Dr. Jesús Lozano Olivares. Ed. Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno de España. © todos los derechos reservados. Por lo tanto, la evaluación del TDAH en la población adulta requiere una entrevista extensa que abarque varios aspectos, como el desarrollo psicomotor, la etapa escolar, la sensorialidad, entre otros. Además, es importante que el profesional de la salud mental considere las características específicas del TDAH en la población adulta y no tenga expectativas de un perfil infantil en alguien que ya no lo es. Por ejemplo, los adultos que tienen TDAH pueden haber pasado desapercibidos durante su infancia debido a que presentaban un buen rendimiento escolar. Sin embargo, las dificultades aparecen como problemas en la transición a la edad adulta, como en la organización, impulsividad, mantención del hogar, etc. Por lo tanto, la entrevista clínica para evaluar el TDAH en la población adulta debe ser completa y abarcar no solo el presente, sino también la historia de la persona desde su infancia. En algunos casos el TDAH puede pasar inadvertido confundiéndose con otras condiciones, cuando realmente son características de este mismo descompensado. Aunque una persona pueda tener TDAH, es importante destacar que también puede experimentar lo que se conoce como atención hiperfocalizada o hiperfoco. Por lo tanto, el término "déficit de atención" puede resultar confuso e inexacto. En muchos casos, es más adecuado referirse a este criterio como inatención, lo que significa dificultades para mantener la atención en presencia de otros estímulos o para cambiar el foco de atención si la actividad es aburrida y/o repetitiva. Esto también © todos los derechos reservados. quiere decir que una persona con TDAH puede concentrarse fácilmente en ocasiones, especialmente si la actividad le provoca placer y genera dopamina, como ocurre con sus intereses. Los intereses y hobbies de una persona con TDAH pueden parecer de corta duración pero intensos, ya que pueden pasar días enteros absortos en una temática hasta que se aburren y buscan otro interés que sea novedoso. Por lo tanto, es común que las personas con TDAH tengan un poco de información sobre muchas cosas. Por último, es importante destacar que el TDAH no es una cuestión de falta de voluntad o disciplina, sino una condición neurobiológica que impacta en la atención, la concentración y el control de los impulsos. Por lo tanto, un diagnóstico e intervención adecuada son fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas con TDAH en todas las etapas de su vida. © todos los derechos reservados. Sesgo de género. El diagnóstico certero de TDAH en adultos puede presentar dificultades significativas, a las que se suma el sesgo de género en el proceso diagnóstico. Históricamente, se ha considerado que el TDAH es una condición con alta predominancia masculina, en la que se daba por hecho que la proporción entre sexos variaba aproximadamente de 1:3 a 1:6 (Ramos-Quiroga; 2006). Los estudios anteriores determinaban que las niñas con TDAH presentaban características distintas a los hombres, teniendo mayor predominancia inatenta y con menor probabilidad de presentar hiperactividad. Estas investigaciones establecen que muy pocas mujeres tenían TDAH y además el estereotipo de la hiperactividad motora es lo que a menudo lleva a diagnósticos erróneos de otros trastornos, como depresión, bipolaridad o ansiedad, a lo largo de su vida. © todos los derechos reservados. Para comprender mejor esta situación, es importante adoptar una perspectiva neurocientífica y reconocer que no existen "cerebros femeninos" o "masculinos". No existe evidencia que sugiera que hay diferencias anatómicas neurológicas significativas basadas en el sexo biológico. Como señala la neurocientífica Gina Rippon, no existen diferencias estructurales, patrones de conectividad u otros factores que determinan que un cerebro es femenino o masculino. Teniendo esto en cuenta, es importante entender que cuando se habla de TDAH en mujeres, se trata de mujeres que enfrentan los estereotipos de género de una sociedad patriarcal. A menudo se espera que las mujeres sean tranquilas, emocionales y nerviosas, lo que puede llevar a la internalización de estos estereotipos y a la ocultación de sus dificultades con el TDAH. En resumen, es fundamental tomar en cuenta la diversidad individual y de género en el diagnóstico e intervención del TDAH en adultos. Debemos estar conscientes de los prejuicios y estereotipos de género que pueden influir en la evaluación y el diagnóstico de este neurotipo, y trabajar para crear un ambiente más inclusivo y respetuoso de la diversidad neurológica. © todos los derechos reservados. Diagnósticos diferenciales o coocurrencias en TDAH El diagnóstico diferencial es el procedimiento que se realiza para lograr discernir entre dos o más condiciones que podrían compartir características similares. Este procedimiento requiere una evaluación exhaustiva y así mismo una revisión completa del historial clínico del consultante para así lograr un diagnóstico preciso. Por otro lado, el término "coocurrencia" se utiliza como una alternativa al concepto de comorbilidad, que generalmente se utiliza desde una mirada biomédica. El uso de esta palabra busca describir la presencia simultánea de dos o más condiciones en una persona. En relación al TDAH, es común que se confunda con otros diagnósticos, tanto como diferenciales o como coocurrencias. En la edad adulta, el TDAH puede ser confundido con Trastornos del Ánimo, Espectro Autista o Personalidad Limítrofe (TLP). Por lo tanto, en el contexto del TDAH, estos trastornos pueden coexistir con el TDAH y también ser considerados como diagnósticos diferenciales. © todos los derechos reservados. En cuanto a los Tr. del Ánimo, tanto estos como en el TDAH pueden existir características en los que hayan cambios de humor, dificultad para concentrarse, baja tolerancia a la frustración, irritabilidad, entre otros. Por otra parte, respecto a Espectro Autista, los adultos con TDAH pueden experimentar dificultades en la organización, planificación y la gestión del tiempo, mientras que los adultos autistas pueden tener dificultades en la interacción social y la comprensión de las normas sociales. Comparten características que son fácilmente confundidas en la adultez como reacciones sensoriales, hiperfoco en actividades de interés, dificultad para la regulación emocional, entre otras. El Trastorno Límite de la Personalidad comparte con el TDAH tales aspectos como la impulsividad, la inestabilidad o reactividad emocional y dificultad en el mantenimiento de relaciones interpersonales. Estos rasgos pueden solaparse con las características del TDAH en adultos. Para llevar a cabo un adecuado proceso de diagnóstico diferencial, es esencial considerar principalmente los siguientes aspectos: - Edad de inicio: El TDAH se manifiesta desde la infancia temprana, por lo que los síntomas y desafíos deben haber estado presentes desde entonces. © todos los derechos reservados. - Características nucleares: Los trastornos afectivos se presentan como desequilibrio en las emociones, mientras que el TDAH se caracteriza principalmente por dificultades de atención. - Evolución: En el trastorno afectivo suele ser de forma persistente y cíclica, mientras que en el TDAH es duradero al ser una condición.2 En conclusión, el diagnóstico diferencial y la comprensión de las coocurrencias en la salud mental son aspectos esenciales para proporcionar una intervención adecuada y personalizada. La correcta evaluación de sus características, la consideración del historial clínico y la colaboración interdisciplinaria son esenciales para lograr un diagnóstico y brindar una atención que corresponda a las necesidades de la persona. 2 Mas Pérez, C. (2009) Diagnóstico Diferencial en el TDAH Psicología Educativa. Revista de los Psicólogos de la Educación, vol. 15, núm. 2, pp. 77-85 © todos los derechos reservados.