Subido por Alvaro Aguirre

SaludMental-Unidad3-ElEstadoyPoliticiasSaludMental

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Unidad 3
El estado y las políticas
de salud mental
Salud mental
Autoras:
Cinthya Gómez León
María del Rosario Ortega Gómez
Licenciatura en Enfermería (IAPP)
5 to semestre
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
Introducción
En esta unidad conocerás la normativa federal mexicana en materia de prestación de servicios de salud mental y derechos humanos a los usuarios. Así como también, todo lo que
concierne a los principios guías a la salud mental. De esta manera, verás los alcances y limitaciones de dicha reforma en el país y así podrás valorar las posibilidades de acción y compromisos de la enfermería profesional. Para ello, revisarás lo concerniente a la legislación,
normatividad, y derechos humanos en nuestro país. Asimismo, observarás la relación que
guardan con las políticas internacionales y cómo se concretan en el Plan Nacional de Salud
Mental.
Objetivos de la Unidad
1. Describir las políticas y normas que regulan la atención de la salud mental en México.
2. Valorar las posibilidades y limitaciones de la reforma psiquiátrica y los retos que ésta
genera en la enfermería profesional.
Temas
3.1 Normatividad y derechos humanos
3.1.1 Introducción
3.1.2 Ley General de Salud
3.1.3 Conclusión
3.2 Principios que guían el fortalecimiento de la salud mental
3.2.1 Introducción
3.2.2 Principios del fortalecimiento de la salud mental
3.2.3 Conclusión
3.3 Bases del movimiento de transformación
3.3.1 Inroducción
3.3.2 Bases para el movimiento de transformación
3.3.3 La antipsiquiatría
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Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
3.3.4 ¡Qué pasó en México?
3.3.5 Conclusión
3.4 Programas con enfoque socio-sanitario de la salud mental
3.4.1 Introducción
3.4.2 Modelo de atención socio-sanitaria
3.4.3 Conclusión
3.5 Norma Oficial Mexicana para la salud mental
3.5.1 Introducción
3.5.2 La Norma Oficial Mexicana 025 (NOM-0025-SSA2-19994) para la Prestación de
Servicios de Salud en Unidades de Atención Hospitalaria Médico-Psiquiátrica
3.5.3 Conclusión
3.6 Programa de salud mental en México y la función del estado benefactor y regulador
3.6.1 Introducción
3.6.2 Programa de acción específico 2007-2012
3.6.3 Conclusión
¡Empecemos!
3.1 Normatividad y derechos humanos
En México, los derechos humanos y la normatividad en materia de salud mental son
temas que han causado una serie de controversias y desencuentros. Es decir, la decisión en torno al tratamiento del enfermo mental depende más de la perspectiva médica que
del paciente u otra instancia. Esta situación que no coincide con estándares y acuerdos internacionales sobre el cuidado al enfermo mental. Por ello se ha sugerido la existencia de
un organismo independiente, cuyo objetivo sea analizar la propuesta médica en vista
de mejorar la intervención y tratamiento del paciente. Por ello, salvaguardar los derechos humanos de estos pacientes ha sido un proceso complejo, que involucra el cambio de
percepción, como la adaptación de la normatividad y el seguimiento de las recomendaciones
por parte de organismos internacionales.
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Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
3.1.1
Introducción
En este apartado conocerás la normatividad y derechos humanos en materia de salud
mental, lo cual te proporcionará un marco referencial sobre la protección de los derechos de las personas con sufrimiento psíquico, puesto que se trata de una población
con alto grado de vulnerabilidad. Por ello, en muchos países, los sistemas de salud mental
han sufrido diversos cambios en cuanto a las reformas, cuyo surgimiento se realizó por factores ideológicos, farmacológicos y psicoterapéuticos. Además de que los tratamientos alternativos comunitarios ofrecen más oportunidades eficaces.
Ilustración 1. La salud mental. Recuperada de https://cutt.ly/McuMetO
De acuerdo con la OMS, la legislación sobre la Salud Mental nos brinda un marco legal en el
que se abordan temas de suma importancia como la inserción de las personas con algún
trastorno mental a la comunidad, la atención de calidad, la accesibilidad a dichos cuidados, la protección de los derechos y la promoción de los mismos en áreas como la vivienda,
educación y empleo (OMS, 2003, p.2). De esta manera, la legislación ofrece un importante mecanismo para asegurar cuidados y tratamientos apropiados, así como la
protección de los derechos humanos de las personas con trastornos mentales y la
promoción de la salud mental de las poblaciones (OMS, 2006).
En México, contamos con normas generales aplicables. Primero, con un capítulo específico sobre Salud Mental en el Reglamento de la Ley General de Salud (en materia de Prestación
de Servicios de Atención Médica). En segundo lugar, con la Norma Oficial Mexicana para la
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Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
Prestación de Servicios de Salud en Unidades de Atención Integral Hospitalaria Médico-Psiquiátrica. A la par de la organización con la que cuentan las entidades federativas y la Ciudad
de México.
En efecto, en el capítulo cuarto, la Constitución Mexicana establece el derecho que tiene
todo ciudadano mexicano a la protección de la salud. Esto se encuentra estipulado en la Ley
General de Salud, cuya función es instaurar las bases y modalidades para tener acceso a los
servicios de salud.
3.1.2
Ley General de Salud
La Ley General de Salud (2012) establece la estructura y las competencias en los servicios de salud. En ella se especifica el derecho que tienen todas las personas para dar
solución a los problemas de salud, independientemente del género, la edad, condiciones físicas y sociales y tendencias políticas o religiosas.
Cabe mencionar que en el Título Tercero “Prestación de servicios de salud”, Capítulo VII
“Salud Mental”, del Artículo 72 al 77, se documenta “la prevención de los trastornos mentales y del comportamiento es de carácter prioritario” (p.22). Mientras que en el Artículo 74 se
enlistan “los derechos de las personas con trastornos mentales y del comportamiento”, como
se ve a continuación en el cuadro 1:
Cuadro 1. Derechos de las personas con trastornos mentales según la Ley General de Salud
1
II
Tabla 1. Características de la teoría neoclásica
Derecho a la mejor atención disponible en materia de Salud Mental y acorde con sus antecedentes culturales, lo que incluye el
trato sin discriminación y con respeto a la dignidad de la persona.
Derecho a contar con un representante que cuide en todo momento sus intereses. Para esto, la autoridad judicial deberá
cuidar que no exista conflicto de intereses por parte del representante.
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VII
Derecho al consentimiento informado de la persona o su representante, en relación al tratamiento a recibir. Esto sólo se exceptuará en el caso de internamiento involuntario, cuando se trate de
un caso urgente o cuando se compruebe que el tratamiento es el
más indicado para atender las necesidades del paciente.
Derecho a que le sean impuestas únicamente las restricciones
necesarias para garantizar su protección y la de terceros. En todo
caso, se deberá procurar que el internamiento sea lo menos
restrictivo posible y a que el tratamiento a recibir sea lo menos
alterador posible.
Derecho a que el tratamiento que reciba esté basado en un plano escrito individualmente con historial clínico, revisado periódicamente y modificado llegado el caso.
Derecho a no ser sometido a tratamientos irreversibles o que
modifiquen la integridad de la persona;
Derecho a ser tratado y atendido en su comunidad o lo más cerca posible al lugar en donde habiten sus familiares o amigos.
Derecho a la confidencialidad de la información psiquiátrica
sobre su persona.
Fuente: Diario Oficial de la Federación, 1984
La inclusión legal, relacionada con el sufrimiento psíquico en las legislaciones,
pretende reducir el estigma y favorecer la integración de las personas que padecen
algún trastorno.
En ese sentido, existen las Normas Oficiales Mexicanas, específicamente la Norma NOM
025, para la Prestación de los Servicios de Salud en Unidades de Atención Integral
hospitalaria/médico-psiquiátrica. Esta normativa tiene como objetivo uniformar criterios
de operación, actividades y actitudes del personal de las unidades que prestan servicios de
atención hospitalaria médico-psiquiátrica; misma que se proporcionará en forma contigua,
integral, con calidad y calidez.
Al respecto de esto, la Comisión Nacional para los Derechos Humanos (CNDH) estatuye
una serie de puntos, en los que se contempla la dignidad de los usuarios en materia
de servicios de salud mental, los cuales se muestran en el cuadro 2.
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Cuadro 2. Derechos humanos y de respeto a la dignidad de los usuarios
Derechos humanos y de respeto a la dignidad de los usuarios
Dentro de cada unidad de atención integral hospitalaria médico-psiquiátrica, el
usuario tiene derecho a:
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7
Recibir un trato digno y humano por parte del personal de salud mental,
independientemente de su diagnóstico, situación económica, sexo, raza,
ideología o religión.
No ser sujeto de discriminación por su estatus de enfermo mental, ni ser
objeto de diagnósticos o tratamientos en esta condición por razones políticas, sociales, raciales, religiosas u otros motivos distintos o ajenos a las
circunstancias de su salud mental.
Que a su ingreso al hospital se les informe, a él y a su representante legal,
sobre las normas que rigen el funcionamiento del nosocomio. Asimismo,
deberá conocer los nombres de quiénes serán los miembros del personal de
salud: médicos y enfermeras encargados de su atención.
Un ambiente seguro, higiénico y humano que garantice condiciones adecuadas de alimentación, habitación, atención médica profesional y espacio
seguro.
Ser alojados en áreas específicamente destinadas a tal fin, con adecuada
iluminación natural y artificial, bien ventiladas, con el espacio necesario para
evitar el hacinamiento y en condiciones de higiene.
Recibir una alimentación balanceada, de buen sabor y aspecto, en cantidad
suficiente para una adecuada nutrición y servida en utensilios decorosos.
Asimismo, recibir vestido y calzado o tener autorización para utilizar los
propios, si así lo desea.
Que tengan acceso a los recursos clínicos, de laboratorio y gabinete para
lograr un diagnóstico certero y oportuno, en condiciones similares a cualquier otro establecimiento sanitario.
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Recibir información veraz, concreta, respetuosa y con lenguaje comprensible para él y su representante legal, con relación al diagnóstico médico. Así
como respecto de sus derechos y del tratamiento que se pretenda aplicar.
Recibir atención médica especializada, es decir por personal capacitado
para el manejo y tratamiento de los enfermos mentales.
Que la atención psiquiátrica o terapéutica sea de conformidad con las
normas éticas pertinentes que rigen a los profesionales de la salud mental.
Que toda medicación sea prescrita por un especialista autorizado por la ley,
y que ello se registre en el expediente clínico del paciente.
Que la información proporcionada, ya sea por los propios pacientes, por sus
familiares o la de los expedientes clínicos, se maneje bajo las normas del
secreto profesional y de la confidencialidad.
Negarse a participar como sujeto de investigaciones científicas, sin que ello
demerite la calidad de su atención hospitalaria.
Solicitar reuniones con su médico y profesionales que lo estén tratando.
Solicitar la revisión clínica de su caso.
Recibir atención médica oportuna en caso de sufrir una enfermedad no
psiquiátrica y, de así requerirlo, el tratamiento adecuado en una institución
con los recursos técnicos para su atención.
Recibir tratamiento orientado a la reintegración a la vida familiar, laboral
y social, por medio de programas de terapia ocupacional, educativa y de
rehabilitación psicosocial. En su caso, el paciente podrá elegir la tarea que
desee realizar y gozar de una retribución justa.
Ser protegido contra toda explotación, abuso o trato degradante. Podrá
denunciar, por sí mismo o a través de su representante legal, cualquier
abuso físico, psicológico o moral que se cometa en su contra.
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Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
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No se someterá a restricciones físicas o a reclusión involuntaria, salvo con
procedimientos legalmente establecidos, y sólo cuando sea el único medio
disponible para impedir un daño inminente al paciente o a terceros. O bien,
en dos circunstancias: la primera, cuando se trate de una situación grave y el
paciente esté afectado en su capacidad de juicio. La segunda, en el caso de
que, de no aplicarse el tratamiento, se afecte su salud. Por lo tanto, la limitación de libertad será la mínima posible, de acuerdo con la evolución del
padecimiento, las exigencias de su seguridad y la de los demás. El paciente
bajo este tipo de medida quedará al cuidado y vigilancia de personal calificado en todo momento.
Comunicarse libremente con otras personas que estén dentro de la institución. Enviar y recibir correspondencia privada sin que sea censurada. Tener
acceso a los servicios telefónicos, escuchar la radio, ver televisión, así como
leer la prensa y otras publicaciones, conforme a las indicaciones del médico
tratante.
Tener comunicación con el exterior y recibir visitas familiares, mientras no
interfieran con el tratamiento.
Gozar de permisos terapéuticos para visitar a sus familias, de acuerdo con el
criterio médico.
Recibir asistencia religiosa, si así lo desean.
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Obtener autorización de su médico tratante o un profesional autorizado,
para salir de la unidad y relacionarse con su pareja.
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Fuente: Norma Oficial Mexicana, 1994.
De esta manera, la autoridad sanitaria deberá dictar normas técnicas para regular los servicios de salud mental, las cuales garantizarán condiciones para el derecho de una atención
adecuada a niños, adolescentes e indígenas, así como a personas privadas de la libertad por
motivos penales (Courtis, 2005).
No obstante, en la reglamentación existente para el ejercicio del derecho a la salud,
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Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
todavía se observa una falta de cobertura para la atención de los problemas mentales.
Ya sea en lo que se refiere al diagnóstico y, principalmente, en el tratamiento integral. Dicho
con otras palabras, aquel que abarque lo farmacológico y lo psicosocial. A continuación, te
presentamos un cuadro en el que se ilustra cómo han evolucionado los derechos con respecto a la salud.
Cuadro. 3 Evolución de los derechos de la salud
Evolución de los derechos de la salud
1948
1993
2001
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, emitida por la
Asamblea General de las Naciones Unidas, data de 1948. En ella se
establece que todas las personas deben acceder, entre otras cosas, a
la salud y la educación. A partir de ésta se han elaborado una serie de
instrumentos jurídicos internacionales con la intención de promover
y proteger los derechos y la dignidad de las personas. Sin embargo, la
salud mental no aparecía como una cuestión específica.
En 1993, se lleva a cabo la Conferencia Internacional sobre los Derechos Humanos de Viena. Los estados miembros comienzan a analizar la distancia entre las recomendaciones emitidas y las realidades
prevalecientes en cada uno de ellos. Esto con el objetivo de establecer
compromisos, planes de gobierno y políticas públicas.
En 2001, la misma Asamblea centra su interés en los derechos de las
personas con discapacidad física o mental. Es así como aparece el
tema de la salud mental y los derechos de las personas con trastornos
mentales en la agenda internacional y nacional.
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Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
2005
En el caso de México, durante el sexenio del presidente Vicente Fox
—y con base en las recomendaciones de la Conferencia en Viena— se
instaura el Programa Nacional de Derechos Humanos como política
de gobierno, cuya eje central fue colocar a la persona como fin de las
instituciones. Al mismo tiempo, se propone consolidad la transición
de un enfoque asistencialista, en el que la persona es considerada
un sujeto pasivo de las políticas de desarrollo. Es decir, se orienta la
concepción de personas como sujetos de derechos, que participan
activamente en el desarrollo de las políticas públicas.
Fuente: Norma Oficial Mexicana, 1994.
3.1.3
Conclusión
Los propósitos fundamentales de la legislación de Salud Mental son proteger, promover y
mejorar la vida y bienestar mental de los ciudadanos. Sin embargo, la presencia de una
normatividad en esta materia no es garantía de respeto y protección a los derechos
humanos de las personas con sufrimiento psíquico, debido a que la mayoría de estas
legislaciones están lejos de proteger a los pacientes con una enfermedad mental.
3.2 Principios que guían el fortalecimiento de la salud mental
La salud mental es la que nos permite establecer un equilibrio con nuestra vida
cotidiana y con lo que nos rodea. Como eje rector de nuestras vidas, tenemos la
obligación de conservarla, así como velar, como promotores de la salud, para que la gente
la conserve o la recupere. Por ello, es de gran importancia seguir una serie de principios que
guíen nuestras acciones con el fin de poder adaptarnos a las condiciones actuales. No hay
que olvidar que la enfermedad no hace distinción a ninguna condición social.
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Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
3.2.1
Introducción
Antes de comenzar con el tema, es importante que veamos algunas cifras de la OMS con
respecto a la Salud Mental en el mundo:
ü Se estima que el 25% de las personas padecen, a lo largo de su vida, uno o más
trastornos mentales o de comportamiento.
ü Los trastornos mentales y neurológicos afectan al 22% de la población de América
Latina y el Caribe.
ü El 5% de América Latina y el Caribe padece de depresión y el 65% de ellos
no reciben atención. Cabe decir que es el trastorno que más afecta a la población
mundial.
ü El 76,5% de los países de América Latina poseen un plan nacional de salud
mental (OPS, OMS, 2012).
De acuerdo con los datos anteriores, es de suma importancia pensar en lo que significan en
tu entorno laboral. Es decir, reflexiona cuántas personas con estos padecimientos llegan al
servicio en donde te desempeñas y que, sobre todo, las que no han sido atendidas por no
considerar importante la salud mental.
Ilustración 2. Recuperada de https://cutt.ly/0cu3Uv9
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Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
3.2.2
Principios del fortalecimiento de la salud mental.
La salud mental es el núcleo de un desarrollo equilibrado que desempeña una
función importante en las relaciones interpersonales, la vida familiar y la integración social. Con otras palabras, es una parte indivisible de la salud, así como la base del
bienestar y el funcionamiento eficaz de las personas.
Al respecto, Cabildo (2002) elabora una lista de principios que guían a la salud mental, los
cuales se pueden observar en el cuadro 4.
Cuadro 4. Principios de la salud mental
Principios de la salud mental
1. La salud mental es un derecho de cada individuo, la sociedad debe
proveer los medios necesarios para promoverla, mantenerla y recuperarla
2. En la salud mental existen tres criterios: la patología, la normalidad y la
óptima salud mental. Para fines terapéuticos se divide en:
ü Personas con buena salud mental: siempre se distinguirán por su
colaboración decidida y equilibrada.
ü Las personas consideradas bajo la concepción de “término medio”
son el objeto principal de nuestras acciones preventivas y promocionales en torno a la mejor salud mental.
ü Personas que pasan como “normales” se desarrollan en todos los
ambientes, pero suelen ser conflictivas. Esta población será objeto de
detección y sutil canalización.
ü Con personas que presentan un trastorno se tomarán medidas terapéuticas y rehabilitadoras en sus diversas modalidades.
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Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
3. El buen funcionamiento orgánico del cerebro, en especial del encéfalo, está directamente relacionado con la buena salud mental. Por ello, se
promueve la buena nutrición (en especial en las mujeres embarazadas, para
que el bebé nazca en buenas condiciones de salud).
4. La Salud Mental también se relaciona con la familia, colonia, escuela,
trabajo y la comunidad.
5. Los principios de la Medicina Preventiva General son aplicables en Salud
Mental Pública.
6. En un plano de Prevención Secundaria, es indispensable la detección
oportuna de casos y un tratamiento temprano.
7. En salud mental, el agente patógeno se refiere a las circunstancias de la
vida, la estructura social y las costumbres que, al combinarse, dañan a algún
huésped de la comunidad. Esto ocasiona que su comportamiento sea negativo para las personas que lo rodean.
8. En salud mental, las medidas preventivas se clasifican como:
ü Específicas: se llevan a cabo para determinados problemas psicosociales. Por ejemplo: adolescentes adictos de una colonia popular. En
este caso se tiene que explorar el ambiente (si hay parques, canchas,
etcétera); la situación familiar (violencia, abuso, etcétera), así como
otros factores. Esto con el fin de hacer un plan de intervención.
ü Generales: son aquellas que buscan el cambio social para
mejorar las condiciones de salud, trabajo y bienestar. Estas medidas
también se aplican a las comunidades con el fin de crear un ambiente
más saludable que beneficie a todos sus integrantes.
9. Es importante que las personas se hagan responsables de su propia salud
mental. Asimismo, si existe la oportunidad, hay que invitarlos a que transmitan conductas constructivas a su familia, en el trabajo y en su comunidad en
general.
10. La salud mental se favorece gracias a los grupos de autoayuda.
Fuente: Cabildo, 2002.
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Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
Los principios que plantea Cabildo son una muy buena guía que sirve para nuestra actividad
diaria. De acuerdo con datos de la OPS (s.f.), en 1998, los trastornos mentales constituyeron el 11.5% de la carga global de las enfermedades y representaron el 28% de los
años de vida vividos con discapacidad. De igual forma, intervienen en el aumento de los
niveles de mortalidad, pues el suicidio es una de las tres causas principales de muerte
entre las personas de 15 a 35 años.
Esto se lo atribuimos a los cambios que se experimentan en todo el mundo, sobre todo en
nuestro país. Gracias a los perfiles demográficos, epidemiológicos, así como el deterioro
ambiental y las condiciones de vida moderna en general, se han visto muchos cambios
en distintos aspectos de la vida, los cuales pueden ser el debilitamiento del rol de
la familia y de las redes de apoyo social. De igual manera, el aumento de dificultades
de índole económico (el considerable incremento de la pobreza), la satisfacción menor
de las necesidades básicas (vivienda, salud y educación), el alto consumo de sustancias
adictivas (con una mayor accesibilidad a las drogas ilícitas) y los altos niveles de violencia
e inseguridad social han provocado un incremento en los problemas de salud mental.
Esto de tal manera que se estima que, por lo menos una vez en la vida, las personas
demandarán atención en éste ámbito, motivo por el cual, resultan necesarios tanto el
diseño como la implementación de estrategias de salud pública. Estas tendrán que prevenir
la aparición de enfermedades mentales y promoverán el pleno desarrollo de la salud mental
de las personas; con un enfoque más amplio que recupere las distintas problemáticas y
con un abordaje transdisciplinario.
En consecuencia, es importante recordar lo ya mencionado anteriormente: los trastornos
mentales afectan a personas de todas las regiones y grupos sociales. En América Latina y el
Caribe, por ejemplo, se observa lo siguiente:
ü La depresión mayor presenta una prevalencia media a lo largo de la vida de 8.7%, el
abuso o dependencia del alcohol 11.3%, el trastorno bipolar de 1.4%. Los trastornos de
ansiedad generalizada tiene un porcentaje de 5.5%, mientras que la esquizofrenia y las
psicosis no afectivas están en 1.4%.
De la misma manera, se incrementan los días vividos con discapacidad y costo económico
para los individuos, las familias y para el propio sistema de salud. En este sentido la OMS
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Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
propuso una variable conocida como años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD). Dicha variable mide la pérdida de la salud que abarca los años de vida “sana”
perdidos por un estado no óptimo de salud. Un ejemplo de ello es que en el grupo de 15 a 44
años de edad se ha observado que cinco de las diez primeras causas de AVAD obedecen
a trastornos mentales como la depresión unipolar, la esquizofrenia, los trastornos por
consumo de alcohol, las lesiones autoinflingidas y el trastorno bipolar (OMS, 2001).
Aunado a lo anterior, el problema del estigma y la discriminación al cual son sometidas las personas con algún trastorno mental, provocan que, con frecuencia, tengan
dificultades para conseguir vivienda, empleo u otros servicios de la vida normal.
Asimismo ocurre en la sociedad, ya que en múltiples ocasiones se provoca sufrimiento, discapacidad y pérdidas económicas (y que en un mediano plazo agudizan sus síntomas). La falta
de información o la información errónea sobre los trastornos mentales (por ejemplo, la
idea de que los pacientes son violentos y peligrosos), sólo perpetúa el estigma y la discriminación, expresadas por medio de opiniones negativas y el rechazo hacia las enfermedades mentales.
Por otro lado, cabe mencionar que los medios de comunicación han favorecido en
generar una imagen negativa y “amarillista” de las personas enfermas. Tal es el caso
de las series televisivas o películas, donde los personajes malos o peligrosos suelen ser
presentados como mentalmente inestables o “anormales”.
3.2.3
Conclusión
Como se puede observar, el panorama para la salud mental es difícil. Por esta razón, se deben
tomar medidas en diferentes ámbitos. Medidas que lleven al replanteamiento de la salud
mental en la población, así como de las formas más adecuadas para atenderla.
3.3 Bases para el movimiento de transformación
Debido al incremento de problemas relacionados con la salud mental (en conjunto con el
costo económico y social que representa para los gobiernos, la OPS y demás organismos
internacionales) existe la misión de reformular los programas de salud pública. Para
contribuir a esta transformación, se han realizado diferentes esfuerzos para cambiar el modo
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Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
de ver la enfermedad. Es decir, aquellos que van desde un enfoque biologicista tradicional,
hasta un enfoque sociocrítico que contempla al individuo en sus múltiples dimensiones.
Cabe mencionar que México ha pasado por un proceso complejo de cambio, sobre todo
en lo que respecta a la Reforma Psiquiátrica.
3.3.1
Introducción
En este tema conocerás las acciones que se han llevado a cabo en la Reforma Psiquiátrica, a lo largo de los años; mismas que se han acordado internacionalmente en vías de
mejorar las condiciones y el tratamiento de las personas con algún trastorno mental. Sin
embargo, a pesar de los acuerdos, las recomendaciones internacionales y la legislación establecida en cada país, los resultados no han sido los proyectados. Esto debido,
entre otras cosas, a la creciente demanda de los servicios de salud mental.
Con este marco, de acuerdo con la OMS, existen alrededor de 450 millones de personas
que padecen trastornos mentales, de las cuales 150 millones sufren de depresión, 25
millones están afectadas por esquizofrenia, 38 millones sufren epilepsia y 90 millones
tienen trastornos causados por las adicciones (OMS, 2004, p. 8).
Ilustración 3. Recuperada de https://cutt.ly/qciwFvL
3.3.2
Bases para el movimiento de transformación
A lo largo de la historia de la humanidad, la enfermedad mental ha sido conceptualizada a partir de distintas perspectivas, cuyas nociones o enfoques cambian porque
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Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
entran en juego con las condiciones sociales, culturales, económicas y políticas de la
sociedad en turno. Por ejemplo, algunas de las primeras medidas consistían en el uso de
cadenas, el encierro o el baño de frío, entre otras. A continuación, el cuadro 5 se muestra la
cronología de estas percepciones.
Cuadro 5. Historia sobre las enfermedades mentales
Historia sobre las enfermedades mentales
En la Edad Antigua, en civilizaciones como
la griega, se percibía a la locura como el
resultado de un mal comportamiento o un
castigo divino. En consecuencia el tratamiento se centraba en los brujos.
En la Europa medieval (del s. V al s. XV), a
los locos o inadaptados se les golpeaba,
correteaba, o bien, eran sujetos a torturas públicas. También era quemados en
El Bosco. Extracción de la locura (1501-1504)
nombre de la iglesia.
https://cutt.ly/axzcHu6
En el Renacimiento existía una extraña
costumbre: había barcos especiales, cuyo
objetivo era conducir a los llamados “locos” a
otros puertos en donde eran encerrados, y con
ello, limpiar las ciudades principales.
En la misma época, se tomaba a la locura
como una enfermedad contagiosa, similar a la
lepra. Los enfermos —homosexuales, promiscuos, iracundos, bandidos, vagabundos y
alienados— eran llevados sitios alejados de
las ciudades para no contagiar a lo demás.
Así, desde esta época se da la noción de tratamiento asilar.
André Brouillet. Una lección clínica en el Salpêtrière (1887). https://cutt.ly/5xzWbIL
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Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
En los inicios de la Psiquiatría, todavía el paciente era encerrado, con lo cual y perdía sus
derechos humanos y su libertad.
Como disciplina, la Psiquiatría buscaba los orígenes genéticos de las enfermedades
mentales para clasificarlas a través de la observación, diagnóstico y tratamiento. Sin
embargo, sólo llegaron a describir síndromes.
Si te interesa conocer más sobre este tema, te recomendamos La historia de la Locura I y
II (1961/1964) de Michel Foucault. Asimismo de Marcelo R. Caberio: La nave de los locos:
Historia de la locura, su marginación social y alternativas de cambio (2010).
En el siglo XX, especialmente en los años cincuenta, se produce un movimiento en los
países de habla inglesa, que trata de modificar el encierro de los enfermos mentales y
hacer comunidades terapéuticas. Este movimiento consiste en renunciar al encierro
de los pacientes como modelo de la psiquiatría. Al contrario, las acciones concretas que
se llevaron a cabo fue que el paciente tomara un rol activo en su tratamiento. Es decir, tener
la misma responsabilidad que el resto del equipo de profesionales. La aplicación de este
modelo se recomendaba para pequeños grupos. En caso de que no fuera el caso, se tenían
que hacer divisiones de los grupos grandes. Hay que mencionar que estas medidas fueron
instauradas en diversas clínicas psiquiátricas y dicho modelo sentó las bases para el movimiento Antipsiquiátrico (Ceberio, 2010).
La comunidad terapéutica tenía por objetivo la reinserción de los pacientes a la sociedad, ya que cambiaba la restricción por la flexibilidad y el encierro por la libertad. Como
consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, diversos modelos se reestructuraron, particularmente los de salud, que incluían tratamientos terapéuticos para los enfermos mentales. Este
hecho marcó un parteaguas ya que, a partir de ese momento, los pacientes psiquiátricos consiguieron un marco legal de atención (concretamente en la ambulatoria) que
dejaba atrás la tradición del aislamiento. Sus fundamentos se basaban en el rompimiento de las estructuras de internamiento y el diálogo continuo, con el fin de reintegrar a los
pacientes a la sociedad (Ceberio, 2010).
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Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
3.3.3
La antipsiquiatría
Como producto de los cambios socio-culturales de la década de los sesenta, este movimiento nace en Inglaterra. Es decir, el mundo de la psiquiatría sufre una reformulación en cuanto a
los conceptos de la salud-enfermedad, prevención, de los psiquiátricos y los psiquiátricos.
David Cooper (1931-1986) es el creador del término Antipsiquiatría. Las ideas básicas de este
movimiento se concentran en los siguientes puntos:
1. Se trata de un combate contra el poder médico, en lo que respecta a los hospitales y
los psiquiátricos en contra del diagnóstico y el uso del historial secreto.
2. Plantea una postura contra las drogas, los electroshoks y cualquier forma de opresión
en general.
3. Mantiene una lucha contra toda forma de encierro obligatorio, así como contra la
represión sexual.
Uno de los principales fines de este movimiento fue enfrentar al poder médico de las instituciones estatales, basándose en las experiencias de la comunidad terapéutica. Por ello, se
crearon diversas instituciones para efectuar investigaciones sobre las causas y los métodos
de prevención de los problemas mentales. A la par, se buscaba conseguir fondos para pacientes sin recursos —que eran la mayoría de los casos—. En cuanto al área profesional, se dedicaron a dar cursos, seminarios y conferencias para difundir esta nueva perspectiva en torno a
la enfermedad mental (Cebeiro, 2010).
Uno de los personajes más importantes en el movimiento antipsiquiátrico fue el neurólogo veneciano Franco Basaglia (1924-1980). En su obra Psiquiatría, antipsiquiatría (1973),
en coautoría con Joan Obiols, afirma su postura: el hospital psiquiátrico no es el único
medio para tratar una enfermedad mental, ya que la institución médica es generadora
de violencia opresiva hacia los pacientes. Por ello, una de las primeras acciones que el Dr.
Basaglia llevó a cabo fue la de humanizar el rol. Es decir, preparó a médicos recién egresados
y revaloró el rol del enfermero psiquiátrico. También se implementaron visitas a familiares
para no romper lazos afectivos, lo cual no sólo benefició a los pacientes, sino que sirvió para
identificar cuál era el lazo afectivo más apropiado para su salud. Con esta acción, Basaglia
rompe con la noción tradicional sobre que el paciente merece una etiqueta, por lo
20
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
tanto, la reclusión (Cebeiro, 2010).
Por lo tanto, en I978 se implementó en Italia la Ley Basaglia, en honor a su mentor. Dicha
ley prohíbe, fundamentalmente, la implementación del método manicomial. También
recupera los derechos civiles, se crean secciones especializadas y promueve las actividades
recreativas.
3.3.4
¿Qué pasó en México?
Siguiendo a Rodríguez Ajenjo (2004), en un México tan desigual como el nuestro, la
situación es cada vez más precaria y vulnerable, sobre todo para quienes viven en
desigualdad. El caso de los enfermos mentales, dentro de este segmento poblacional, es un
grupo que aún padece el rechazo social, la estigmatización, la marginalidad y la exclusión.
En nuestro país, el desarrollo de la Psiquiatría como institución está ligado a la historia del establecimiento manicomial. Entre el asilo, el manicomio y el hospital psiquiátrico
parece existir una línea de continuidad, aunque con inflexiones, crisis y transformaciones
radicales.
Por otro lado, como especialidad médica, la psiquiatría surge en nuestro país unos años
antes de la creación del Manicomio General de la Ciudad de México, con los asilos de
San Hipólito y La Canoa. Varios grupos de alienistas1 pioneros (que, con el paso del tiempo,
algunos se convirtieron en “pilares” de la psiquiatría mexicana) mantuvieron una visión esencialmente médica sobre los trastornos mentales y se formaron con base en un dispositivo de
tutor- alumno, bajo el enfoque organicista. Es decir, aquel que renunciaba al enfoque psicodinámico, el cual era conocido sólo parcialmente.
El Manicomio General de la Ciudad de México “La Castañeda” fue inaugurado en 1910.
Durante el período revolucionario (1910-1917) no sólo se deterioró físicamente y se desarregla el ejercicio de la psiquiatría en su interior, sino que además se intenta mantenerlo guiado
por la clínica francesa. Años después, la apertura de la psiquiatría a otras influencias
clínicas —como la norteamericana— introdujo nuevas concepciones y amplió la
visión sobre la enfermedad mental, presidida siempre por la celosa mirada médica.
1
Médico especialista en atender e investigar el estudio y curación de las enfermedades mentales.
21
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
Ilustración 5. Manicomio General, “La Castañeda” el día de su inauguración. Recuperado de https://cutt.ly/
vciiXmj
La primera “Escuela” de Psiquiatría informal en el país, desde la fundación de La
Castañeda, estuvo muy ligada a la criminología (herencia del enfoque lombrosiano),
aunque también a la neurología. De esta manera, los primeros médicos se formaron de
manera autodidacta aspirando a ser neuropsiquiatras. Posteriormente, en el inicio de la
década de los cuarenta, la psiquiatría adquirió el estatuto de especialidad médica y se identifica como tal (no como neuropsiquiatría). No fue sino hasta 1951 cuando, gracias a su
transformación, se da el primer curso de especialización en psiquiatría para médicos
en México, auspiciado por la Universidad Nacional Autónoma de México, y cuya formación adquiere el nivel de posgrado médico.
En ese sentido, el grupo inicial de la especialidad médica generó la idea de construir
un Manicomio en la ciudad de México, el cual adoptara las medidas más modernas del
momento. Es decir, esa idea prevaleció frente a otra opción de corte comunitario. Por
ello, desde su origen se le concibió como un espacio cerrado, propicio para la observación y
la reclusión, además de estar ubicado —por supuesto— en las afueras de la ciudad. En aquel
espacio, la psiquiatría buscaba, como diría Foucault, develar el mal y reeducar al enfermo.
A partir del Manicomio se instituyó, entonces, un modelo de atención para los enfermos
22
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
mentales. Según Rodríguez Ajenjo (2004), dicho esquema contó con las siguientes premisas:
1. Un tipo de relación profesional e institucional marcada por una asimetría evidente, en
la cual predominaba la autoridad del médico por encima de cualquier otro actor institucional, incluido el paciente.
2. Una visión organicista, cimentada en el modelo médico sobre la enfermedad. Como
los padecimientos mentales no cubrían todos los supuestos, lograba una eficacia curativa menor que la propia medicina.
3. Aislamiento del enfermo, con la interrupción total de su relación familiar, así como la
intervención de la misma en su tratamiento.
4. Un dispositivo institucional que aisló, estigmatizó, aisló, institucionalizar y cronificó a
los pacientes.
Evidentemente, era de esperarse que tal situación propiciara el abandono, los abusos
por parte del personal o de sus familiares; así como el descuido respecto de la condición ciudadana de los pacientes. En ese sentido, los pacientes, invariablemente, se les
convertía en triples víctimas: de su enfermedad, del abandono familiar y del olvido
social e institucional.
En tales circunstancias, y dado que la práctica psiquiátrica requería “manos libres” para
su intervención, tales premisas excluyeron cualquier normativa o legislación que buscara
paliar o revertir alguna de estas condiciones o los efectos de las mismas. Esto contribuyó a
incrementar:
ü La exclusión del saber del paciente y de todo enfoque que lo incluyera en su tratamiento.
ü El estigma social sobre el imaginario del enfermo mental y la cadena de eventos que
ello conlleva.
ü La ausencia de estructuras, redes y presencias comunitarias que facilitaran la inclusión social del paciente al salir o egresar de la institución.
ü El uso y abuso de los tratamientos médicos. Se implementaron los tratos más
crueles e ineficaces (la psicocirugía, por ejemplo), justificados siempre por ser parte del
23
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
arsenal médico. Inclusive, se catalogaban como “recursos heroicos” ante la impotencia
médica.
Hoy sabemos que esta situación favoreció la cronificación2 de los enfermos, la cual
iba de la mano con la escasa eficacia de este ejercicio profesional, así como con el
nihilismo terapéutico. De esta manera, se propició, continuamente, la violación de los
derechos humanos de los pacientes, su estigmatización social y el abandono institucional de cientos de ellos. Cabe decir que luego fueron reubicados en los nuevos establecimientos, los cuales, antes de estrenarse, no sólo estaban saturados sino condenados al
fracaso, sino que, a diferencia de los primeros, se basaron en premisas discordantes con el
buen trato y el éxito terapéutico.
Un ejemplo de lo anterior fue la “Operación Castañeda”, estrategia con la cual se clausuró el Manicomio General de la Ciudad de México en 1968. En este caso, el mismo
personal, los mismos pacientes y el mismo enfoque y modelo de atención, con todos
sus vicios y limitaciones, fueron trasladados a edificios solamente más modernos y
limpios. En efecto, los antiguos pabellones de La Castañeda se reubicaron así, en alguno
de los siete pisos del nuevo Hospital Fray Bernardino Álvarez, en cualquiera de las salas del
Hospital Psiquiátrico Infantil Juan N. Navarro o en los nuevos pabellones numerados de
hospitales granja, recién inaugurados.
Así, a 50 años del cierre del establecimiento manicomial todavía no pudo superarse el
modelo de atención basado en él, ya que el hospital psiquiátrico que lo sustituyó —
pese a que declarativamente lo planteaba— mantuvo los elementos esenciales del
primero.
A partir de lo anterior, no resulta extraño que, pese a la serie de reformas a las prácticas
psiquiátricas, iniciadas en todo el mundo en los 60 y los 70, en México dichos cambios
no incidieron y no se expresaron de manera importante. Los movimientos de crítica e
impugnación favorecieron el trato más humano a los pacientes, el respeto a sus derechos
humanos, pero no transformaron la práctica psiquiátrica mexicana.
De hecho, la Declaración de Caracas —emitida en 1990— se materializó en México a
través de una única y tangencial Norma Técnica que no modificó esencialmente la
2
Cronificar o cronificación alude a la acción de hacer algo crónico, especialmente una enfermedad.
24
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
práctica psiquiátrica. Es decir, la práctica sí se humanizó y logró incidir en el ámbito hospitalario (público y privado), con la protección de la mayor parte de los derechos de los pacientes y el mejoramiento de su atención. No obstante, aunque indudablemente fue un avance,
no fue suficiente para modificar la esencia de esta práctica social.
La prevalencia de lo hospitalario explica, entonces, las razones por las cuales en
nuestro país no se crearon servicios de salud mental de carácter comunitario, cuyos
objetivos se centraban en favorecer la inserción social de los enfermos y mantenerlos socialmente integrados.
Hasta ahora, debido a las crisis institucionales, se generan críticas a la práctica y se exhiben
evidencias públicas de malos tratos y violaciones a los derechos humanos de los enfermos.
Sin embargo, en estos casos sólo se deslegitima a la práctica. Y el modelo de atención, que
es lo realmente importante, no se sustituye por otro que evite, por un lado, la cronificación y, por el otro, uno que permita ubicar la acción curativa y los servicios en las
comunidades. Es decir, utilizando las redes sociales como un mecanismo terapéutico y de
rehabilitación psicosocial, expresada en una legislación moderna sobre salud mental.
Por otro lado, hay que asentar el esfuerzo realizado por parte de organismos internacionales
—en particular la OPS—, especializados en el apoyo de la reforma psiquiátrica en el continente, misma que se ha realizado desde poco antes de la Declaración de Caracas. Simultáneamente se debe reconocer que, en casos como el mexicano, ha sido insuficiente porque,
seguramente, en nuestro país no ha existido una contraparte decisiva. Ya sea con profesionales preocupados y con incidencia en la práctica institucional, ya sea con autoridades comprometidas con el cambio y el impulso de acciones en planes sectoriales o nacionales.
En este sentido, resulta necesario mencionar las contribuciones más importantes que
ha habido en esa dirección. Sobre todo, la propuesta que hizo la OMS en el año
2001, basada en una serie de iniciativas que colocan a la salud mental en la agenda política
internacional, a través de:
1. El desarrollo de políticas públicas especializadas.
2. Implementación y diseño de planes y servicios especializados.
3. La actualización de la legislación sobre salud mental.
4. La promoción de la defensa de los derechos humanos.
25
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
A partir de lo anterior, por ejemplo, dieciséis países de la Región de las Américas (que
en conjunto representan el 56,5% del total de países) formularon un plan nacional
de salud mental entre 1991 y 2001 (Rodríguez, 2004). Algunos de los impulsores más
decididos de esta iniciativa reconocieron que después de la Conferencia de la OPS en 1990,
evento en el cual se retomó la Declaración de Caracas, se confirmaba que sus principios se
habían asentado definitivamente en el discurso en torno a la salud mental en Latinoamérica.
También reconocieron que el aspecto técnico para la implementación de dichos principios
en la práctica, aunque había experimentado algún progreso, mantenían un desarrollo considerablemente menor.
Estas experiencias constituyen, sin duda, un camino esperanzador para todos los
países de la región. Hay que reconocer que desde la Declaración de Caracas, hace 31
años, hasta la actualidad, se ha articulado una historia gratificante y prometedora, ya que
en algunos países el espíritu de aquella conferencia se trasformó en acciones innovadoras,
aunque desafortunadamente en otros, como en México, permanece aún como una asignatura pendiente. Aunque las personas con enfermedades mentales podrían vivir en mejores
condiciones y disfrutar y ejercer sus derechos como ciudadanos, todavía deben seguir postergando su realización.
Durante la administración federal 2000-2006 se presentó un Programa de Acción en Salud
Mental, el cual centró su atención en las dificultades materiales que enfrentaban las
instituciones y no en el modelo de atención empleado.
El Programa afirma que
[…] aún cuando se favorece la reducción de la permanencia de los pacientes psiquiátricos y su reincorporación a la comunidad y familia, la disminución en el número de
camas ha llegado a que en México se tenga una proporción menor en 28% a la recomendación de la OMS” (Sandoval de Escurdia, Richard, s.f., p. 32).
En esta línea se puede mencionar la experiencia del “Modelo Miguel Hidalgo” el cual
trataba de dar “una atención en salud mental fuera de las unidades psiquiátricas,
brindar una mayor cobertura en salud mental, reintegrar a los pacientes con sus
26
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
familiares e insertarlos en el contexto social para facilitar su rehabilitación” (Gómez
Benumea, 2016). Este Modelo hizo posible, en noviembre de 2000, la inauguración de la
Villa Ocaranza, mediante el cierre, remodelación y acondicionamiento de un ex hospital
psiquiátrico asilar en pésimas condiciones físicas. También logró la construcción de dos
casas de medio camino en Pachuca, Hidalgo. Con ello se buscaron las condiciones que
favorecieran la integración social del paciente, mediante una hospitalización breve en
la crisis aguda, seguida de una estancia en residencias comunitarias, y después en las
casas de medio camino, en las cuales se promovía la recuperación de la independencia para
la satisfacción de sus necesidades de autocuidado y económicas a través de talleres protegidos. No obstante, si bien hay cosas buenas con esta experiencia, en realidad se trató de
un caso aislado, con una cobertura mínima y no una generalidad en la atención de la salud
mental. De tal manera, lo que realmente ha prevalecido es el modelo hospitalario.
Aunado a lo anterior, la implementación y alcances del programa se vieron mermados debido
a los cambios ocurridos en la organización del área federal responsable de la salud mental.
En términos generales, se han identificado como los principales problemas de salud
mental en el país:
A. Infraestructura insuficiente, con una distribución inadecuada y de difícil acceso.
B. Personal especializado insuficiente y mal distribuido en el territorio nacional.
C. Carencia de recursos económicos que permitan brindar un servicio adecuado en la
infraestructura existente.
Con una lógica así, se advierte que no se planteó modificar la práctica, sino más bien ampliar
la existente. Asimismo hay que considerar que el sector salud ya contaba con las instituciones especializadas (hospitales psiquiátricos) y poseía un área de atención especial dentro de
algunos institutos y hospitales generales para el manejo agudo de la enfermedad mental3. De
igual forma contaba con un área de consulta externa en donde se llevaban a cabo los programas de prevención, atención y rehabilitación del enfermo mental, con personal capacitado
para estas actividades y para realizar la investigación del padecimiento.
Por lo tanto, parece que los inconvenientes del modelo derivaron de la existencia de
3
Por el momento se deja de lado o no se menciona el “manejo crónico” de la enfermedad.
27
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
miles de pacientes (aunque no se mencione a aquellos con trastornos severos o crónicos). Su preocupación principal se centra en la necesidad de tener instalaciones sanitarias
y recursos financieros suficientes para otorgar una atención de calidad. Con lo cual no se
define —sino por el contrario, obtura — una ruta para promover o realizar una verdadera
reforma psiquiátrica.
En resumen, los problemas de la psiquiatría mexicana se reducen a aspectos o cuestiones materiales, derivadas de dos condiciones primordiales:
ü antigüedad promedio de los inmuebles donde se atiende la salud mental, los
cuales tienen un promedio de más de 40 años (producto de la “Operación Castañeda”).
ü De los 28 hospitales psiquiátricos mexicanos existentes, cinco de ellos se encuentran en buenas condiciones, mientras que 18 están en un nivel medio de condición y cinco presentan un deterioro severo.
Bajo ese mismo análisis, se destaca que las unidades en “condiciones regulares”, (que
representan el 64% del total) tienen, adicionalmente, problemas en su ubicación,
déficit parcial de recursos humanos, planta física con bajo nivel de mantenimiento
y, finalmente, un relativo apego a la normatividad vigente, por la falta de infraestructura y recursos. Por su parte, los hospitales psiquiátricos identificados “con deterioro” (18%
del total de unidades) son los que carecen de una adecuada infraestructura y equipamiento. Asimismo, sus recursos humanos son insuficientes para atender a los usuarios. Y,
cabe aclarar, en ellos se concentra la población hospitalaria asilar prácticamente inamovible,
pacientes crónicos y el núcleo duro de la práctica psiquiátrica.
Bajo esta representación, es lógico pensar que la solución sólo depende de la necesidad de
incrementar los recursos e introducir modificaciones físicas y organizativas (incluyendo una
mejor capacitación de recursos humanos), mismas que incrementen o mejoren la calidad de
la atención. Sin embargo, lo anterior elude uno de los dos elementos que están en el
centro de la cuestión: desarrollar alternativas al modelo predominante.
Por ejemplo, para completar el modelo, se pretendió capacitar a los médicos generales del primer nivel de atención para que pudieran diagnosticar, tempranamente, la
28
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
enfermedad mental. Y con ello tratasen directamente el padecimiento o lo derivaran a un
segundo o tercer nivel de atención, según fuera el caso. De ser así, el médico especialista
debe establecer el diagnóstico final, con base en un programa de tratamiento adecuado (incluyendo la psicoterapia). En efecto, el contexto donde operaría este modelo debía
ser el de un sistema de referencia y contrarreferencia muy afinado que, a final de cuentas,
tiene su origen y fin en el hospital psiquiátrico.
Sin embargo, no debemos ser injustos con este planteamiento, ya que también propone
disminuir el ingreso y la permanencia de los pacientes en el hospital psiquiátrico. Por eso, se
deben reconocer los grandes esfuerzos efectuados para sacar adelante procesos que,
como el de la deshospitalización, son convenientes para descongestionar la carga
médica (como es el caso de los “hospitales de día”).
Por esta razón, en México se busca implantarlos en algunas instituciones, ya que la
experiencia ha sido satisfactoria. Sobre todo porque disminuyen el número de recaídas,
a la par de lograr una mejor reinserción del paciente a la sociedad. Empero, la lógica de este
enfoque termina en lo mismo: pretende mejorar la calidad de la atención, a través de la
ampliación de los recursos humanos y materiales de las instituciones que manejan los trastornos mentales.
En relación con la oferta de servicios comunitarios, actualmente la Secretaría de Salud
mantuvo en operación poco más de 80 módulos de salud mental integrados a centros de
salud. En su mayoría, estos módulos disponen de un psicólogo clínico, mientras que en
otros se tienen trabajadoras sociales y enfermeras. En una tercera parte de ellos, se dispone
de médico psiquiatra y un equipo profesional de salud mental. De esta manera, el concepto comunitario se limitó al trabajo de estos centros; es decir, nuevamente la idea es llevar al
enfermo al consultorio, lejos de su casa, de su familia y sin ninguna posibilidad de recuperar
su vida y su persona.
En contraste con este esfuerzo, en el país persiste el estigma y la discriminación hacia las
personas con problemas emocionales y mentales. Tanto de la población general como entre
los profesionales —sean especialistas o no—. Por ejemplo, está la forma en que los primeros
reciben asistencia o son tratados y reintegrado en su contexto; también cómo se reciben en la
escuela, el trabajo o su comunidad. Y, por si faltara más, las personas con estos padecimien-
29
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
tos siguen siendo vistas por los medios masivos de comunicación como “peligrosas”, hecho
que contribuye a mantener en el imaginario social una idea negativa o de temor social hacia
las mismas, injustificable bajo cualquier punto de vista.
Actualmente, el plan zonal de Salud de Desarrollo 2007-2012 en el Programa Nacional
de Salud Mental (PRONASA), a través de la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y hospitales de Alta Especialidad, tiene la función de atender las necesidades
de salud mental. Hay que resaltar que los Servicios de Atención Psiquiátrica son organismos
desconcentrados, conformados por la confederación de los Hospitales Psiquiátricos Fray
Bernardino Álvarez, Juan N. Navarro y Samuel Ramírez Moreno, así como los Centros Comunitarios de Salud Mental Cuauhtémoc, Iztapalapa y Zacatenco. En conjunto, estos recintos
agrupan el mayor número de personal especializado en Salud Mental en México, y con
ellos se otorga el mayor número de servicios multidisciplinarios, tanto para la atención ambulatoria como la hospitalaria.
De igual manera, la misión de los Servicios de Atención Psiquiátrica es proporcionar
una atención comunitaria, multidisciplinaria, integral y continua, por medio de acciones de promoción y prevención, diagnósticas, terapéuticas y de rehabilitación psicosocial.
Estos servicios estarán caracterizados por la calidad, el pleno respeto por los derechos y la
dignidad humana, y sin ningún tipo de barreras para su acceso. (Secretaría de Salud, 2008).
Para el cumplimiento de esta ambición se han diseñado once estrategias, según el Informe
sobre el Sistema de Salud Mental en México (2011):
1. Promover el estudio legislativo y actualizar la regulación de la atención en salud
mental y psiquiátrica.
2. Combatir el estigma y la discriminación en torno a los trastornos mentales.
3. Integrar programas de promoción y prevención de los trastornos mentales.
4. Desarrollar sistemas y procesos para la planeación, gestión y evaluación del sistema
nacional de atención a la salud mental (OMS, OPS, SS, 2011, p. 12).
5. Integrar la atención en salud mental comunitaria a la red de servicios de salud general.
Para esto se plantea la reorganización y fortalecimiento de los hospitales psiquiátricos
actuales del sector público, social y privado. Esto con el fin de que operen como centros
30
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
de referencia estatal, regional y nacional, especializados en atención ambulatoria,
hospitalaria y de rehabilitación de pacientes con trastornos mentales graves, a la par de
proporcionar asesoría, docencia e investigación. También están presentes la incorporación de servicios o módulos de salud mental y psiquiátrica, en complementación con
redes de servicios de salud general, unidades médicas ambulatorias (especializadas y
multidisciplinarias) y la atención primaria a la salud. Todos estos elementos organizados
bajo el modelo comunitario y la amplia participación de la sociedad civil local. Finalmente, también se considera a la instrumentación de programas de rehabilitación psicosocial dentro y fuera de las unidades hospitalarias.
6. . Estandarizar los procesos de atención en salud mental y psiquiátrica, mismos que
salvaguarden la integridad del paciente, eviten la ocurrencia de efectos adversos y
errores médicos.
7. Establecer alianzas con otros sectores y con la comunidad en la atención en salud
mental y psiquiátrica.
8. Incluir los trastornos mentales prioritarios como beneficios del Sistema de Protección
Social en Salud.
9. Fomentar la investigación en salud mental y psiquiátrica.
10. Desarrollar recursos humanos en salud mental y psiquiatría comunitaria.
11. Fortalecer el financiamiento para la operación e inversión de los servicios de atención en salud mental y psiquiátrica (OMS, OPS, SS, 2011, p. 13).
3.3.5
Conclusión
Para concluir, también hay que discutir la participación de la sociedad civil, que si bien
existen varias organizaciones actualmente con amplia cobertura en el país, —como
Voz Pro Salud mental, que se conforma por las de familiares de enfermos —todavía hacen
falta muchas más para que verdaderamente tengan una mayor representatividad. De igual
forma, otro caso es el de las agrupaciones profesionales, las cuales no han llegado a
incidir de manera importante casi en ningún gremio y por lo tanto la participación en
nula.
31
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
3.4 Programas con enfoque socio-sanitario en salud mental
El enfoque socio-sanitario en salud mental se basa en una concepción de atención integral
que busca tener en cuenta todos los aspectos que involucran al individuo, en la medida de
lo posible. En este modelo se cambia el esquema asilar por una concepción que incluye —
además de lo orgánico—, los aspectos históricos, sociales y políticos de la enfermedad y la
cura.
3.4.1
Introducción
De acuerdo con el Informe sobre el Sistema de Salud Mental en México (2011), si bien se
ha disminuido el número de pacientes por enfermedades infecto-contagiosas, ha aumentado el número de personas con enfermedades crónico-degenerativas (p. 10). Entre ellas
se encuentran los trastornos mentales, los cuales han representado una importante problemática en la salud pública.
No obstante, los resultados de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica señalan
que existe poca utilización de los servicios destinados a trastornos mentales. Una de
cada cinco personas con problemas afectivos recibieron atención y solo una de cada
diez con ansiedad acudieron a estos servicios. Asimismo, solo el 50% de los pacientes
que buscaron atención especializada recibieron un tratamiento adecuado (principalmente en el tercer nivel de atención).
Como puedes ver, las cifras antes citadas son un parámetro importante que te permite
conocer la situación de problemas de salud mental a nivel nacional, a reserva de lo
que tú observas en el servicio en donde laboras. Por ello, es importante conocer la estructura de la que se dispone y cómo están distribuidos los recursos de atención. Revisaremos el
modelo de atención socio-sanitaria, el cual nos brinda una perspectiva diferente.
32
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
Ilustración 6. Cuidado y atención sociosanitaria de la salud mental. Recuperado de https://cutt.ly/3ciblOS
3.4.2
Modelo de atención socio-sanitaria
La atención socio-sanitaria se refiere al conjunto integrado de servicios y prestaciones
sociales, sanitarias, públicas y privadas, que se destinan a la rehabilitación y cuidados de personas en diferentes situaciones de dependencia; mismas que les impiden
realizar sus actividades cotidianas (Rodríguez Cabrera, Monserrat Codorniú, 2002, p. 13).
Dicha atención está orientada hacia el establecimiento de redes de servicios, aquellos
que sustituyan el modelo asilar de la psiquiatría. Se caracteriza por la diversificación y
calificación de las prestaciones, e incluye a los distintos sectores de la comunidad. En
este sentido, los servicios de salud mental han de constituirse en centros de salud, en la vida
y la ciudadanía.
En el contexto de salud, la atención socio-sanitaria comprende los siguientes elementos:
1. Los cuidados sanitarios de larga duración.
2. La rehabilitación en pacientes con déficit funcional recuperable.
De esta manera, el servicio será garantizado por los servicios sanitarios y sociales.
33
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
El psiquiatra Isauro Gómez Tato (2005) señala que, desde el punto de vista de estructura y
financiamiento, se corre el riesgo de un excesivo peso social en detrimento de lo biológico y
psicológico (p. 285). No obstante, no hay que soslayar que muchos pacientes se encuentran a
la espera de recursos sociales, o bien, de una trabajadora social o enfermera comunitaria que
encuentre dichos recursos para poder insertarlo en esta dinámica.
En el caso de la Enfermería, con base en el planteamiento de la OPS, la atención a la
salud mental está dada por el cuidado humano esencial, traducido en un conjunto de
intervenciones educativas, asistenciales, interpersonales, terapéuticas e institucionales para
la promoción, recuperación y toda protección de la salud, así como la inclusión social de las
personas y los grupos. Por ello,
Las enfermeras deberían participar con los integrantes del equipo de salud y otros
actores sociales, de procesos colectivos orientados al rescate y afirmación de la identidad, la integralidad, las potencialidades y los derechos humanos y civiles de las personas y los grupos” (OPS, OMS, 2003, p. 3).
3.4.3
Conclusión
Como seguramente habrás observado en el servicio donde trabajas, los planes de salud no
cubren los trastornos mentales en la misma medida que otras enfermedades, situación que
detona un grave problema económico para las familias, puesto que implica la pérdida de
productividad.
Finalmente, estas limitaciones ocasionan, con mayor frecuencia, una discapacidad prolongada que una muerte prematura. Por ende, es importante generar servicios con enfoque
socio-comunitarios, los cuales proporcionen la posibilidad de que estos pacientes tengan
acceso a actividades comunitarias durante su rehabilitación.
3.5 Norma Oficial Mexicana para la salud mental
El artículo 4º de la Constitución Mexicana estipula el derecho que tiene toda la ciuda-
34
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
danía a la protección de la salud. En la Norma Oficial Mexicana (NOM), particularmente
en la que respecta a la salud mental (Prestación de Servicios de Salud en Unidades de Atención Hospitalaria Médico-Psiquiátrica) se menciona que todo usuario que padezca alguna
enfermedad mental debe ser atendido de manera continua, integral, con calidez y
calidad por los organismos encargados. La NOM 025 detalla las condiciones y requisitos de
estos servicios.
3.5.1
Introducción
Para comenzar con este tema, es imprescindible revisar qué significa una Norma Oficial Mexicana (NOM). Las normas tienen como principal objetivo la prevención de los riesgos
en la salud, la vida y el patrimonio, por lo que su cumplimiento es obligatorio. Por lo
tanto, las normas se encuentran presentes en casi todo lo que te rodea: desde el agua embotellada que puedes llevar contigo hasta en tu práctica profesional. Es decir, son reglas de
conducta que contienen información, requisitos, especificaciones, procedimientos y
metodología, las cuales facultan a las dependencias de gobierno para establecer parámetros que eviten riesgos a la población, a los animales y al entorno.
lustración 7. Las normas y la salud. Recuperado de https://cutt.ly/CciRXIk
35
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
La normativa mexicana, en materia de prestación de servicios de salud y los derechos de los
usuarios, se rige por la Constitución. Como se mencionó anteriormente, esto se ha estipulado en el artículo 4°, que alude al derecho a la protección de la salud. Asimismo, está la Ley
General de Salud Pública, aplicable a las entidades públicas (Secretaría de Salud), sociales
(IMSS e ISSSTE) o privadas de carácter federal o local.
Como parte de la protección de la salud, la ley establece en el Artículo 2º, fracción 1 “el bienestar físico y mental del hombre para contribuir al ejercicio pleno de sus capacidades” (Diario
Oficial de la Federación, 1984, p. 1), una definición que recoge cierta inspiración de la establecida por la constitución de la Organización Mundial de la Salud.
3.5.2
La Norma Oficial Mexicana 025 (NOM-0025-
SSA2-19994) para la Prestación de Servicios de Salud en Unidades de Atención Hospitalaria Médico-Psiquiátrica
La Norma Oficial Mexicana 025 (NOM-0025-SSA2-1994)4 para la Prestación de Servicios de Salud en Unidades de Atención Hospitalaria Médico-Psiquiátrica, tiene el
propósito de uniformar criterios de operación, actividades y actitudes del personal
que prestan servicios de atención hospitalaria médico-psiquiátrica. La cual se proporcionará en forma continua e integral, con calidad y calidez (Norma Oficial Mexicana,
1994). Asimismo, es de aplicación obligatoria en todas las unidades que presten servicios de
atención integral hospitalaria médico-psiquiátrica para enfermos agudamente perturbados y
otros de estancia prolongada. Esto incluye a los sectores públicos, sociales y privados del país
que conforman el Sistema Nacional de Salud.
La NOM 025 establece las definiciones implicadas en la atención a la salud mental, tal como
se muestra en el cuadro 6.
4
Esta norma tuvo una actualización en el año 2014. Por ello, la denominación más reciente se conoce como
NOM-025-SSA2-2014. También se puede encontrar en las referencias de esta unidad.
36
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
Cuadro 6. Definiciones de la NOM 025
Definiciones de la NOM 025
Unidades que
Los establecimientos de salud que disponen de camas,
prestan servicios y cuya función esencial es la atención integral de usuade atención médi- rios que padezcan un trastorno mental.
co-psiquiátrica
Toda aquella persona que requiera y obtenga servicios
Usuario
de atención médico-psiquiátrica.
Enfermedad
mental
Es aquella considerada en la Clasificación Internacional de enfermedades mentales vigente de la OMS.
Atención integral Conjunto de servicios que se proporcionan al usuario,
médico-psiquiátri- con el fin de proteger, restaurar, promover y mantener
ca
su salud mental. Comprende las actividades preventivas, curativas y de rehabilitación.
Acciones y programas dirigidos a la utilización del
potencial máximo de crecimiento personal de un individuo, las cuales les permitan superar o disminuir las
Rehabilitación
desventajas adquiridas a causa de su enfermedad en
integral de la salud los principales aspectos de su vida diaria. Respecto del
mental
paciente, tiene el objetivo de promover el reaprendizaje de sus habilidades para la vida cotidiana cuando las
ha perdido. También contempla la obtención y conservación de un ambiente de vida satisfactorio, así como
la participación en actividades productivas y en la vida
socio-cultural.
37
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
Promoción de la
salud mental
Detección y
manejo oportuno de casos en la
comunidad
Estrategia concreta y concebida como la suma de las
acciones de los distintos sectores de la población,
las autoridades sanitarias y los prestadores de servicios de salud. Se encamina al desarrollo de mejores
condiciones de salud mental individual y colectiva.
Proceso que consiste en efectuar revisiones periódicas
con fines de identificar y atender el daño rápidamente.
Fuente: NOM 025, 1984
La NOM 025 detalla las condiciones y requisitos para una atención adecuada, entre los
que se mencionan: instalaciones y equipo apropiados para el desarrollo de sus funciones,
recursos humanos suficientes en número y capacidad técnica y, finalmente, los procedimientos para que en la Unidad prevalezcan el ambiente cordial, para el cabal desarrollo
de las actividades requeridas. Esto tanto en hospitalización como en los servicios de urgencias (Secretaría de Salud, 2008)
Aunado a lo anterior, se establecen las disposiciones relativas a la admisión de usuarios a los
servicios médico-psiquiátricos. El ingreso puede ser voluntario (cuando el usuario así lo
solicita), por indicación del médico a cargo en el servicio de admisión de la Unidad o
involuntario: cuando usuarios con trastornos mentales severos requieran atención urgente
o representen un peligro grave o inmediato para sí mismos o para los demás. En estos casos,
se requiere la indicación de un médico psiquiatra, así como la solicitud de un familiar
responsable, tutor o representante legal y obligatorio —especialmente cuando lo solicita la autoridad competente—, siempre y cuando el paciente lo amerite de acuerdo con la
valoración médica-psiquiátrica (Courtis, 2005)
Cabe decir que las actividades de los servicios de atención médico-psiquiátrica son de
tipo preventivo, curativo, de rehabilitación, aunque simultáneamente son de enseñanza, capacitación e investigación científica. Por ello, se asigna carácter prioritario a
la prevención de las enfermedades mentales, a partir de acciones por la promoción de la
salud mental. En efecto, las autoridades deberán fomentar y apoyar:
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Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
1. El desarrollo de actividades educativas, socioculturales y recreativas que contribuyan
a la salud mental (preferentemente en la infancia y la juventud).
2. La difusión de las orientaciones para la promoción de la salud mental.
3. La realización de programas para la prevención del uso de sustancias psicotrópicas,
estupefacientes, inhalantes y otras sustancias que puedan causar alteraciones mentales
o dependencia.
4. Las demás acciones que, directa o indirectamente, contribuyan al fomento de la salud
mental de la población.
Además, se incluye:
ü La atención de personas con padecimientos mentales.
ü La rehabilitación psiquiátrica de enfermos mentales crónicos, deficientes mentales,
alcohólicos y personas que utilicen estupefacientes o sustancias psicotrópicas de forma
habitual.
ü La organización, operación y supervisión de instituciones dedicadas al estudio, tratamiento y rehabilitación de enfermos mentales (Ley General de Salud, 1984, p. 18).
3.5.3
Conclusión
De acuerdo con la lectura, las normas se encuentran en todos los niveles de nuestra vida cotidiana, ya que se tratan de reglas de conducta que facultan a las dependencias de gobierno
para establecer parámetros que eviten riesgos para toda la población (incluidos los animales
y los entornos).
En cuanto a la Salud Mental, la NOM 025 nos indica los criterios utilizados para regular la
atención de las enfermedades mentales, sobre todo en la atención de personas con padecimientos mentales. De igual forma, se habla de la rehabilitación psiquiátrica en enfermos
mentales crónicos, deficientes mentales, alcohólicos y personas con algún tipo de
adicción (estupefacientes o sustancias psicotrópicas), así como la importancia de los
criterios de internamiento involuntario.
39
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
3.6
Programa de salud mental en México y la función del
estado benefactor y regulador
El Programa de Acción Específico en Salud Mental fue creado con diferentes objetivos.
El primero es responder a la creciente demanda e insuficiente cobertura que presentan los
individuos con algún padecimiento mental. También se atienden las recomendaciones
hechas por organismos internacionales en torno a la reinserción del paciente psiquiátrico a la vida cotidiana. Otro de los fines es salvaguardar la salud mental de los ciudadanos, por medio de diferentes estrategias que la garanticen.
3.6.1
Introducción
Ilustración 8. La Salud Mental en el sistema de salud mexicano. Recuperado de https://cutt.ly/RciIa1l
Como has estudiado en temas anteriores, los padecimientos mentales han sido la prioridad de la salud pública en los últimos años. Las razones se deben a su alta prevalencia, baja cobertura, al alto grado de discapacidad, la gran brecha de atención, los altos
costos de tratamiento que, en algunos casos, provocan un deterioro grave en la economía en
el hogar. Asimismo, aparecen el rechazo por ignorancia, el estigma y la discriminación
en torno al enfermo mental. Por ello, en el Programa Específico de Atención Mental 20072012 se hace evidente la necesidad de cambiar el paradigma de prestación de servicios de
Salud Mental.
En este tema nos centraremos en el Programa Específico de Atención Mental 2007-2012, con
40
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
el fin de que conozcas las acciones para solucionar estos problemas, aquellos que, desafortunadamente, han aumentado en la población mexicana.
3.6.2
Programa de Acción Específico 2007-2012
La salud es un derecho fundamental de las personas, puesto que se trata de un requisito
básico para la realización de cualquier actividad. En consecuencia, hay que brindar una
atención integral, en la cual no sólo parta del componente biológico, sino también
desde lo psicológico y lo social. No obstante, en muchos países solo se toma en cuenta la
salud física, con lo cual se relega y abandona a la salud mental. Al respecto, la OMS señala
que cerca de 450 millones padece algún problema mental y solo una pequeña parte recibe
tratamiento (OMS, 2004, p. 3). La información equivocada sobre la violencia de los pacientes o
las categorizaciones de que son víctimas de “brujería”, además de perpetuar el estigma social,
hacen que los enfermos no cuenten con la atención adecuada. Debido a esto se inhibe la
búsqueda de atención médica, se promueve el aislamiento social, no favorece la
inversión de los servicios de salud mental y limita el acceso a la educación, al empleo
y a la vivienda.
En este marco, para el 2030 se espera que México sea un país que posibilite el desarrollo
humano con igualdad de oportunidades en el sistema de salud. En el cuadro 7 conocerás la
misión, la visión y los objetivos del Programa de Acción.
Cuadro 7. Misión, visión y objetivos del Programa de Acción Específico 2012. Atención en
Salud Mental
Misión, visión y objetivos del Programa de Acción Específico 2007-2012. Atención en Salud
Mental
Misión
Proporcionar a la población mexicana una atención en salud
mental comunitaria, multidisciplinaria, integral y continua,
mediante acciones de promociones y prevención, diagnósticas,
terapéuticas y de rehabilitación psicosocial. Esto a través de
servicios caracterizados por la calidad, el pleno respeto de los
derechos, la dignidad humana y sin ningún tipo de barreras para
su acceso.
41
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
Visión
Para el año 2012, los mexicanos tendrán acceso a los servicios
en salud mental comunitarios, los cuales contribuirán al pleno
desarrollo humano sustentable y a la igualdad de oportunidades.
Objetivo Mejorar el nivel de salud mental de la población, por medio de
General la promoción de políticas y programas, mismos que garanticen un trato digno. De igual manera, abatir la estigmatización
y discriminación del paciente y permitir su reintegración social
a través de una atención comunitaria integral, continua y con
calidad, misma que se encuentra incluida en la red de servicios
de salud general y bajo los beneficios del sistema de protección social en salud.
Fuente: Secretaría de Salud, 2008
En el cuadro 8 muestran las once estrategias desglosadas para el cumplimiento de los Objetivos de la Atención a la Salud Mental:
Cuadro 8. Estrategias para la atención en salud mental
Estrategias para la atención en salud mental
1. Promover el estudio
legislativo y actualizar la
regulación de la atención
en salud mental y psiquiátrica.
Esto implica, entre otras cosas, la reestructuración
gradual de los hospitales psiquiátricos hacia centros
de referencia. Al mismo tiempo se contempla la
ampliación de servicios comunitarios.
42
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
En la atención en salud mental debe prevalecer el humanismo y los derechos humanos. Así,
para combatir el estigma y la discriminación, se
propone:
Desarrollo de campañas contra el estigma en
2. Combatir el estigma y la medios de comunicación masiva para la sensibilizadiscriminación en torno a ción y educación en la salud mental.
los trastornos mentales. Establecimiento de esquemas de colaboración entre
los sectores públicos y sociales.
Supervisión externa de la protección de los
derechos humanos de los enfermos mentales atendidos en unidades ambulatorias y hospitales.
Integración y difusión de un código de ética de atención en salud mental.
Gracias a la investigación y al estudio de los
factores protectores y de riesgo, las intervenciones anticipatorias siguen estas líneas de acción son:
Desarrollo de programas de promoción y preven3. Integrar programas de ción según grupos de riesgo y grupos de edad espepromoción y prevención cíficos.
de los trastornos mentales Coordinación con otros sectores para la mejoría de
la nutrición, la vivienda, el acceso a la educación, la
reducción de la inseguridad, económica y el fortalecimiento de redes comunitarias.
Implementación de programas específicos para
favorecer los factores de protección de la salud
(el manejo del estrés, la autoestima, las destrezas
vitales, etc.).
Coadyuvar con otros sectores para la atención y
tratamiento de trastornos duales.
43
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
Las líneas de acción son:
Levantamiento de necesidades y recursos en el
ámbito estatal y nacional, mediante la aplicación del
4. Desarrollar sistemas y instrumento de evaluación para sistemas de salud
procesos para la planea- mental de la OMS.
ción, gestión y evaluaConsolidación de un sistema de información y
ción del sistema nacional vigilancia epidemiológica.
de atención a la salud
Contribución en la adopción del expediente
mental.
clínico electrónico y de gestión de servicios en salud
mental.
La atención comunitaria, a diferencia de la hospitalaria, hace posible la ubicación de recursos para la
salud, que potencialmente evitan que los pacientes
dados de alta de los servicios hospitalarios sean
5. Integrar atención en la abandonados a su suerte, o al cuidado inexpersalud mental comunitaria to de su familia (que implican un gran número de
a la red de servicios de
consecuencias y cargas negativas). Por esta razón,
salud general.
es común que sean los mismos familiares los que
pidan diferir el alta hospitalaria.
Por ende, las líneas de acción son:
a) Incorporación de servicios o módulos de
salud mental o psiquiátricos dentro de la red
de servicios de salud en general (en unidades
de atención ambulatoria, hospitales generales
o de alta especialidad).
b) Integración de una red nacional de atención en salud mental y psiquiátrica, conformada por unidades médicas y ambulatorias.
c) Fomentar la cooperación técnica con instituciones naciones e internacionales.
44
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
Para esto se requiere de una política efecti6. Estandarizar los proce- va que incida sobre los factores de riesgo y que
sos de atención en salud tome en cuenta la diversidad cultural. Por lo que
mental y psiquiátrica,
algunas de líneas de acción son:
que salvaguarden la intea) Fomento en la integración y funcionamiento
gridad del paciente y
de los comités hospitalarios.
eviten la ocurrencia de
b) Impulso y difusión de las buenas prácticas
efectos adversos y errores
clínicas en salud mental y psiquiatría.
médicos
7. Establecer alianzas con La educación es un determinante importante de
otros sectores y con la
la salud mental. Por esa razón, se debe prevenir la
comunidad en la atención deserción escolar durante la educación básica y
en salud mental y
media superior. Así como evitar la discriminación
psiquiátrica
en la escuela y atender las necesidades de los
grupos especiales, como los niños con problemas de aprendizaje.
8.- Incluir los trastorLos trastornos mentales y la pobreza forman un
nos mentales prioritacírculo vicioso; la pobreza y los factores asociados
rios como beneficios del forman barreras de acceso a la atención de salud
Sistema de Protección
mental.
Social en Salud
Los trastornos mentales, como una prioridad
de salud pública, requieren de una efectiva protección social, a fin de que no sean excluidas las personas que los padecen.
45
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
9. Fomentar la investigación en salud mental y
psiquiátrica.
10. Desarrollar recursos
humanos en salud mental
y psiquiatría comunitaria.
11. Fortalecer el financiamiento para la operación
e inversión de los servicios de atención en salud
mental y psiquiátrica
En México, hay falta de investigación científica
sobre la salud mental. Sobre todo en lo relativo a la
epidemiología, las distintas terapias, las acciones de
prevención, sensibilización y el impacto de las políticas. Sin las aportaciones de la investigación científica no se pueden cimentar un piso de información
para la toma de decisiones. Una de las líneas de
acción propuesta es:
a) Promoción de líneas de investigación en
estudios epidemiológicos, de políticas y servicios, sociales, económicos y de eficacia terapéutica en la salud mental.
Las líneas de acción propuestas son:
a) Fomento a la especialización en salud
mental y psiquiatría comunitaria. También en
la gestión de procesos y calidad de los servicios
de salud mental.
México destina menos de 2% del PIB en la atención
a la Salud Mental. De acuerdo al gran rezago en
materia de financiamiento e infraestructura en salud
mental, una de las líneas de acción es:
a) Creación de un fondo público que asegure la
disponibilidad de los medicamentos psicotrópicos.
Fuente: Secretaría de Salud, 2008
Como lo puedes notar, las estrategias propuestas en este programa se basan de
acuerdo con las recomendaciones de los organismos internacionales. Sin embargo, no
hay datos precisos de los resultados de las acciones que efectivamente se llevaron a cabo. Al
respecto, una consecuencia muy asociada a los problemas de salud mental son los suicidios.
46
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
De entre las personas que se suicidan la mayoría padece depresión.
A pesar de los programas nacionales de desarrollo hechos en cada sexenio, la salud mental
nunca ha sido prioridad en las políticas de los gobiernos. La prueba de ello es que este
tipo de atención necesita un presupuesto el 12%, cuando en realidad sólo recibe el
2%. En este sentido, las políticas de salud en México han sido las menos centrales en términos políticos. Y, sin embargo, son las más cruciales para el bienestar de la población. De ahí
que el país se ha dividido en cinco categorías de desigualdad:
1. Quienes pueden llegar a pagar un servicio privado.
2. Personas afiliadas al IMSS o ISSSTE.
3. Aquellos que van al Centro de Salud, administrado por el IMSS
4. Población atendida por el Secretaría de Salud y el INSABI.
5. Y los demás que no tienen acceso a nada (Brachet, 2004, pp. 266-267).
En términos generales, desde la Revolución, las políticas instauradas han sido eficaces
en tanto a que han
contribuido a transformar un país con gran número de analfabetismo (y con poca
esperanza de vida) a un país que goza de una expectativa de vida y aprendizaje mucho
más alto. Sin embrago, la pobreza, la desigualdad y la injusticia social obstaculizan el
alcance para toda la población.
3.6.3
Conclusión
Es indispensable que, como promotores de la salud, conozcamos al menos en lo
general los planes de desarrollo que se llevan a cabo cada periodo sexenal, o bien, las
recomendaciones de los organismos internacionales como la OMS. En México nos encontramos con muchos desafíos en materia de Salud Mental, ya que de acuerdo con María
Elena Medina Mora (2003) la violencia, los secuestros, el ser testigo de agresiones o muertes,
así como el consumo de drogas ilegales han provocado el incremento de los problemas de
salud mental. También, el consumo de drogas ilegales aumentó el doble en la última década.
Como podrás notar, en esta profesión también es importante estar informados para conocer
47
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
o proyectar los padecimientos que pueden afectar a la población con quienes trabajamos día
con día.
Cierre de unidad
Lo que debes recordar:
ü La salud mental depende de múltiples factores. Entre ellos, las condiciones socia-
les, económicas, históricas y culturales de cada época. Su estudio y tratamiento se hace
desde el modelo socio-crítico de la salud y la enfermedad.
ü La alta prevalencia de los trastornos mentales y problemas de salud, vinculados con
la salud mental tanto del mundo como de México, ha despertado un gran interés en los
gobiernos responsables para atender la salud, y con ello, contrarrestar esta problemática.
ü En México contamos con las normas generales aplicables y un capítulo específico
sobre Salud Mental en la Ley General de Salud (específicamente en materia de Prestación de Servicios de Atención Médica). Así como la Norma Oficial Mexicana para la
Prestación de Servicios de Salud en Unidades de Atención Integral Hospitalaria Médico-Psiquiátrica. Todos con base en la organización de las entidades federativas y la
Ciudad de México.
ü Organismos internacionales como la OMS y OPS emiten recomendaciones a
los países miembros para que el diseño e instrumentación de sus propios programas,
proporcione respuestas convenientes a sus necesidades y su idiosincrasia. En este
sentido, para los trastornos mentales, se propone una Reforma Psiquiátrica que desmanicomialice al enfermo para trasladarlo a su comunidad, donde recibirá un tratamiento integral. Con otras palabras, además de los medicamentos requeridos, el paciente
tendrá acceso a una rehabilitación psicosocial, con miras a recuperar su independencia. Cabe mencionar que dicha Reforma tendrá un enfoque de Derechos Humanos.
ü David Cooper es el creador del término Antipsiquiatría, cuyas ideas centrales se
concentran en: manifestar oposición en contra tanto del poder médico poco ético, al
trato inhumano ejercido en los hospitales y los psiquiátricos y, finalmente, posicionarse
en contra del diagnóstico y el uso inadecuado del historial clínico del paciente.
48
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
ü En la Antipsiquiatría se plantea también un combate contra los electroshoks, las
drogas y cualquier forma de opresión. Asimismo, se da la lucha contra toda forma de
encierro obligatorio y la represión sexual.
ü En nuestro país, el desarrollo de la psiquiatría como institución está ligado a la historia de establecimiento manicomial. Entre el asilo, el manicomio, y entre este último y
el hospital psiquiátrico parece existir una línea de continuidad, con inflexiones, crisis y
transformaciones más o menos radicales.
ü La Misión de los Servicios de Atención Psiquiátrica es proporcionar a la población
mexicana una atención en salud mental comunitaria, multidisciplinaria, integral y continua, mediante acciones de promoción y prevención, diagnósticas terapéuticas y de
rehabilitación psicosocial. Todo a través de servicios caracterizados por la calidad, el
pleno respeto por los derechos y la dignidad humana, sin ningún tipo de barreras para
su acceso.
ü En salud mental, encontramos medidas preventivas como las específicas (aplicables
para determinados problemas psicosociales, por ejemplo, adolescentes adictos de una
colonia popular). En este caso se tiene que explorar el ambiente, la situación familiar, así
como otros factores, para elaborar un plan de intervención.
ü También existen las medidas generales. Son las que buscan el cambio social para
mejorar las condiciones de salud, trabajo y bienestar del hombre. Estas medidas
también se aplican a las comunidades con el fin de crear un ambiente más saludable
que beneficie a todos sus integrantes.
ü Una forma de garantizar la aplicación de las recomendaciones emitidas a los
países miembros es por medio del dictado de leyes y normas de protección. Tal es el
caso de la NOOM 025 de la salud mental.
ü La Norma Oficial Mexicana 025 (NOM-025-SSA2-1994), para la Prestación de Servicios
de Salud en Unidades de Atención Hospitalaria Médico-Psiquiátrica, tiene el objeto de
uniformar criterios de operación, actividades, actitudes del personal de las unidades de atención hospitalaria médico-psiquiátrica, la cual se proporciona en forma continua e integral, con calidad y calidez. Asimismo, es de aplicación obligatoria en todas las
unidades hospitalarias médico-psiquiátrica. Se tratarán enfermos agudamente pertur-
49
Unidad 3. El estado y las políticas de salud mental
Salud mental
bados y otros de estancia prolongada. Ya sean de los sectores público, social o privado
del país que conforman el Sistema Nacional de Salud.
ü El programa de Acción Específicio 2007-2012 fue fundamental para las revisiones
actuales en torno al tema de Salud Mental en nuestro pa
ü El Programa de Acción Específico 2007-2012, Atención en Salud Mental, recupera en
sus planes gran parte de las recomendaciones emitidas.
ü Hay que trabajar arduamente para modificar la concepción sobre Salud Mental. Se
tiene que lograr la desestigmatización tanto en el personal de salud como en la sociedad en general. Esto posibilitará una reinserción social de los pacientes.
ü Resulta indispensable contar con un marco jurídico legal que garantice la cobertura
de los servicios de salud mental para el diagnóstico y tratamientos requeridos. Especialmente por todas aquellas personas que lo requieran, indistintamente de ser o no derechohabientes de alguna institución en particular.
Has llegado al final de la lectura de la unidad 3. Ahora que ya has terminado de leer y
revisar los contenidos de esta tercera unidad, te invitamos a realizar las actividades correspondientes.
Al finalizar, puedes dar comienzo con la unidad 4. Recuerda siempre tener en cuenta el
cronograma de avance para que autogestiones tus tiempos.
50
Referencias Unidad 3
El estado y las políticas de salud mental
Referencias
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