Subido por Jose QUIROZ FLORES

El dilema

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Groysberg, B., Nohria, N. y Herman, K. (noviembre,2011). El dilema de una
expatriada. Harvard Business Review América Latina, 89 (10) (AR41922)
El dilema de una expatriada
por Boris Groysberg, Nitin Nohria y Kerry Herman
La aflicción de
un cónyuge pone
en duda todo
el programa
de movilidad
internacional de
Streuvels Chem icals.
Los expertos
John Bollman es vicepresidente de recursos humanos
de Sequa Corporation,
una empresa industrial
diversificada, y también de
Chromalloy, su unidad más
grande.
Ann Judge es vicepresidenta global senior de
RR.HH. de Shire, una empresa biofarmacéutica con
empleados en 28 países.
n su calidad de gerente senior de RR.HH.
a cargo de gestionar las asignaciones en el
extranjero, Anton Danois se encargaba de
pasar tiempo con los empleados expatriados
de Streuvels Chemicals y sus familias. Pero esta
noche, la cena en casa de la familia Lobato no iba
del todo bien.
Ana Lobato, una ingeniera brasileña, llevaba
más de un año trabajando en su nuevo cargo en
la casa matriz en Bruselas y lo estaba haciendo
estupendamente, pero su marido, Osvaldo, se
sentía cada vez más descontento. Pero en este
instante, Osvaldo, más que descontento, estaba
furioso. Miraba encolerizado a Anton, quien se
estaba armando de valor frente a la remota pero
real posibilidad de que Osvaldo se abalanzara
sobre la mesa y le diera un puñetazo. En lugar
de eso, Osvaldo se levantó y miró a sus tres estupefactos hijos, su esposa y lo que quedaba de la
cena. Visiblemente controlando su ira, caminó
por el pasillo de techos altos hacia la cocina y
cerró la puerta. El silencio inundaba el departamento de la familia Lobato, a excepción del
murmullo del tráfi co fuera del edificio. Todas las
miradas se dirigie ron a Anton, cuya mano tembló un poco cuando quiso tomar su servilleta.
Enseguida, Ana se puso de pie y fue hacia donde
estaba su marido, dejando a sus hijos mirando
fijamente a su visita.
Todo lo que Anton había dicho era que si
Osvaldo se matriculaba en una facultad de
medicina belga, Streuvels pagaría parte de la
colegiatura. Lo dijo con la intención de ayudar
ya que Osvaldo no podía atender pacientes
en Europa con su título de médico brasileño.
Pero Anton no había previsto la indignación
de Osvaldo frente a la idea de tener que pasar
nuevamente por la facultad de medicina y ahora
deseaba no haber abierto su bocata.
Cuando Ana había llegado a Bélgica, estaba
llena de esperanza y entusiasmo, lista para
compartir con sus colegas de la casa matriz la
experticia que había adquirido luego de haber
ejercido cargos de alto nivel en las plantas de
cloruro de polivinilo en Brasil y Argentina.
Streuvels necesitaba con urgencia sus habilidades y experiencia a medida que abría plantas
por toda Europa del Este y Rusia. La familia
Lobato parecía ser otro grupo de felices clientes
del departan1ento de movilidad internacional de
Anton. Ana, una eslTella, se insertó bien desde
E
el primer día. Sus hijos se habían adaptado a su
nuevo colegio y, al principio, Osvaldo parecía
estar bastante bien, estudiando sobre los
implantes cocleares en UCL-St-Luc como parte
de su plan para adquirir un nivel internacional
como investigador.
Pero no pasó mucho tiempo antes de que
las cosas se volvieran difíciles para Osvaldo.
Primero, el jefe del laboratorio de implantes
se ausentó por tres meses debido a una cirugía
de válvula cardíaca, lo cual dejó a Osvaldo sin
un mentor. Luego, el proyecto de Osvaldo fue
incorporado a otro, lo cual lo hizo sentirse un
tanto inútil. Al poco andar, empezó a quejarse
por el clima en Bruselas. Después anunció que
lo suyo simplemente no era pasarse horas en
el laboratorio; echaba de menos ir a trabajar
todos los días a una clínica de otolaringología
y atender pacientes, pero no podía ejercer la
medicina en Bélgica.
Ana salió de la cocina con aire de afligida.
"Tal vez sea mejor que .. :•, comenzó a decir, sin
que fuera necesario terminar la frase.
"Por favor dale mis disculpas a Osvaldo",
le dijo Anton mientras se paraba para irse. "Lo
siento mucho".
"Debe haber sido una semana difícil para él",
dijo Ana mientras lo acompañaba a la puerta.
"Siempre ha sido una persona tan positiva, pero
últimamente, bueno, ha estado raro" .
Camino a casa, Anton captó su reflejo en las
ventanas oscurecidas. Era bajo pero corpulento.
Se veía como lo que era: un profesional de negocios con décadas de experiencia. Pero gestionar
plantas químicas europeas era lo que mejor
sabía hacer, no supervisar un departamento de
movilidad internacional. Había ejercido el cargo
durante tres años y no podía superar lo poco
preparado que se sentía para ser un ejecutivo
de RR.HH. y, particularmente, para gestionar a
expatriados. Hay que reconocer que tenía una
tendencia a hablar demasiado y decir cosas de
las cuales después se arrepentía; rasgo que no
importaba mucho cuando era un gerente pero
que, sin duda, era un inconveniente en RR.HH.
Ahora estaba preocupado por lo que estaba
sucediendo con la familia de Ana; preocupado
por la familia y por la empresa.
El extraño mundo
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EL DILEMA DE UNA EXPATRIADA
de la movilidad
¡Ah!, suspiró Anton, así es como debería ser.
Aquí se sentía verdaderamente como en
casa. Todo lo que lo rodeaba eran tanques
de acero con accesorios pintados en
suaves tonos rosa y verde. Había tambores
plásticos amarillos en hileras sobre los pallets, una larga manguera negra enrollada
en un gancho y dos carretillas elevadoras
se hacían mutuamente el quite mientras
se movían hacia y desde los estantes que
sostenían miles de tubos plásticos de igual
longitud. Los zapatos de Anton crujían
sobre el piso impecablemente limpio.
Divisó a la directora de RR.HH., María
Claes y la saludó. María había solicitado una
reunión y su único momento libre era justo
ahora, durante su visita a esta planta en las
afueras de Bruselas.
"¿Por qué mi oficina no puede estar en
un lugar como éste?, preguntó Anton, un
poco en broma, cuando María bajó desde la
pasarela.
"No te agrada el edificio Labyrinth?",
respondió María haciendo referencia a las
oficinas con paredes de vidrio de los ejecutivos en la casa matriz.
"Es sólo que me encanta estar en una
fábrica", dijo Anton respirando profundamente el agradable aire vinagroso.
"Entonces, tú también eres un expatriado", dijo María. "Un expatriado en
Labyrinth:'
El objetivo de la reunión rápidamente
se le aclaró a medida que María buscaba
una sala donde pudieran conversar. "Esta
semana me encontré con otra de tus
solicitudes de una excepción especial", dijo
María, sonando un tanto molesta.
"Él es el único cuidador que tiene ...",
comenzó a explicar Anton.
María levantó su mano. "Te traje a
RR.HH. para hacer más eficiente y racionalizar el programa de movilidad y asegurar
que los empleados lo vean como algo
completamente consistente y transparente", señaló. "Por eso escogí a alguien que
hubiese sido un gerente y no un profesional
de RR.HH. He tenido demasiados reclamos
respecto a que el sistema parece ilógico.
Pero recibo de ti una solicitud tras otra
4 Harvard Business Review Noviembre
2011
requiriendo excepciones". Luego de una
pausa, continuó diciendo: "Vas a tener que
decirle a Sergio Gamelli que no podemos
pagarle el viaje de su madre a China".
"Comprendo absolutamente por qué
me nombraste en este cargo y qué es lo que
quieres que haga y espero realmente destacarme en ello", dijo Anton. "Durante toda
mi carrera he trabajado para racionalizar
las cosas y hacerlas más eficientes. Pero la
movilidad ... es un mundo extraño".
"¿En qué sentido?"
"A diferencia de esos tubos de PVC allá
afuera, cada expatriado o posible expatriado es único", dijo Anton. "Si te adhieres
a las normas que están diseñadas para
ahorrar dinero, a veces terminas gastando
incluso más. Si Sergio no se lleva a su
madre consigo, estará distraído y será poco
productivo y sus viajes a Milán lo mantendrán más tiempo fuera de su oficina. Lo que
estamos haciendo en China es demasiado
importante para dejar que eso pase".
"¿Realmente estás sugiriendo que
redactemos un nuevo conjunto de normas
para cada expatriado?", le preguntó María
arqueando sus cejas. "No considero que eso
sea racionalización".
En su calidad de veterano con múltiples
condecoraciones de una empresa que
valoraba a sus altos ejecutivos y que nunca
había despedido a alguien, se sentía libre
para hablar con franqueza: "Sólo se puede
racionalizar algo si tiene una base racional",
dijo. "Como gerente, solía indagar hasta las
preguntas más fundamentales: ¿Para qué es
este programa? ¿Cuál es el ROl? La movilidad, hasta donde sé, no tiene un propósito
claro y parece existir más allá de los límites
del ROl. ;.Estoy en lo correcto?".
María se encogió de hombros. "Probablemente tienes razón respecto del ROl",
dijo. Pero la movilidad definitivamente
tiene un propósito. De hecho, varios, incluyendo el reclutamiento y la retención".
"Eso no lo discuto", dijoAnton. "Pero
muchas de las empresas en nuestro sector
están reduciendo la movilidad, la que, en
cierto sentido, siempre ha implicado un costoso retroceso al colonialismo corporativo.
¿Por qué enviar a personas desde Europa
para dirigir nuestras plantas en el Sudeste
Asiático cuando el talento local es perfectamente capaz de operar las plantas?".
"¿Colonialismo corporativo?", preguntó
María con una mueca.
"La razón de que el sistema parezca
ilógico", dijo Anton, "es precisamente
porque lo es".
¿Una costosa distracción?
"Viajé mucho cuando niña", dijo Ana. "Mi
padre era diplomático. Me encanta viajar.
Mis hijos se parecen a mí. Bruselas es genial
para ellos".
"Bruselas es agradable", dijo Anton.
Estaban en su cafetería favorita, en una
pequeña mesa cerca de la puerta. Las
personas estaban entrando con aguanieve
sobre sus hombros.
"Pero Osvaldo .. :', dijo moviendo su
cabeza. "Tomamos la decisión en conjunto.
Vimos grandes oportunidades para mí, para
él y para los niños: un colegio internacional,
nuevos horizontes. Queríamos hacer algo
diferente".
"Traté por todos los medios de buscar
algo para él", señaló Anton.
"Lo sé, lo sé", suspiró Ana.
"Llamé a todos los centros médicos universitarios en Bélgica buscando programas
de investigación a los cuales pudiera postular. Incluso logré que la empresa ayudara
con su colegiatura si quería obtener el título
de médico aquí". Hizo una pausa por un
momento. "¿Está pensando en ...volver?"
"Sí...y con los niños", respondió Ana.
"Eso es lo que me mata. La única razón
por la que no se ha ido es que los niños se
sublevaron".
"Realmente no quiero que se vaya",
dijo Anton. "Si se va, estarás sola. Ésa no es
forma de vivir".
Por cierto, el peligro real era que si
Osvaldo se iba, Ana tal vez quisiera regresar
a Brasil, desbaratando los planes de la
empresa para sus nuevas plantas de cloruro
de polivinilo justo cuando el joint venture
en Nizhni avanzaba aceleradamente. Anton
sabía muy bien que existían varias empresas quimicas importantes en Brasil que
estarían gustosas de recibir a Ana.
HBRAL.COM
Los expertos responden
Ana se quedó mirando su tasa de té.
Parecía que estaba a punto de llorar. "Yo
tampoco quiero que se vaya", dijo.
A pesar de sus emociones, Ana, dejando
aflorar su mentalidad de ingeniero, hizo
un comentario deliberado: "La vida del
cónyuge; ése es el punto más débil de la
expatriación, ¿cierto?", preguntó. "Parece
que nos basamos en este modelo donde
un cónyuge es el líder y el otro tiene que
seguirlo, independientemente del género.
Esto simplemente es demasiado difícil
para algunas parejas. Tal vez la asignación
estándar de tres años sea demasiado larga.
Quizás deberíamos cambiar a tres meses".
Para Anton, tres meses sonaban más
a un paseo que a una asignación internacional, pero no verbalizó este pensamiento. "No creo que los cónyuges sean
el problema principal", dijo. "El sistema
completo es débil. Ahora mismo tengo a 30
expatriados franceses que han estado en
el extranjero por 10 años o más y cada uno
de ellos está en 'modo de espera'; todos
quieren regresar a Francia. Pero nuestras
operaciones francesas son tan pequeñas
que no tenemos cargos vacantes para ellos.
Reintegrar a las personas después de que
han estado lejos es un dolor de cabeza
constante. El programa de movilidad es una
costosa distracción".
"No es una costosa distracción", replicó
Ana con dureza. "No mientras la empresa
insista en basar los ascensos en la experiencia internacional. He escuchado que existe
una norma no escrita en esta empresa: para
llegar a ejercer un cargo de liderazgo, tienes
que tener experiencia en al menos dos
países".
Anton asintió lentamente con su cabeza.
Ella tenía razón en ese punto.
"De modo que la movilidad es una
cuestión de la más alta importancia para
los empleados, especialmente para los
ingenieros jóvenes como yo", siguió Ana.
Y tratando de reacomodarse en su asiento
agregó: "¿Podrías ... podrias hacer una oferta
más atractiva?".
"¿Te refieres a más dinero?", preguntó
Anton.
"Si la remuneración fuera realmente
buena, tal ve z podría convencer a Osvaldo
de que uno o dos años más podrían valer
la pena", dijo Ana. "Se nos ha hecho difícil
vivir aquí en términos económicos. Todo
en Europa es tan caro".
"No sé", contestó Anton. Un gran aumento tendría que ser aprobado por Maria,
quien seguía rechazando varias de las solicitudes especiales de Anton, incluyendo la
reubicación de la madre de Sergio Gamelli.
Ana puso otra carta sobre la mesa: "Es
mi deber contarte, Anton, que el jefe de
operaciones en Brasil está tratando seriamente de llevarme de regreso ahí. Bueno,
para empezar y como tú bien sabes, nunca
estuvo muy entusiasmado con dejarme ir y
ahora que se han jubilado algunos ejecutivos en la división de Sudamérica, tiene un
gran proyecto para mí en Bolivia".
Esto fue una sorpresa. ¿Así que Ana y el
jefe de Brasil habían estado comunicándose
tras bambalinas? María se pondría furiosa si
Anton trataba de transferir a Ana de vuelta
a Sudamérica antes de tiempo. "Pero tu
asignación, se supone que estás aquí por un
periodo de tres años con la posibilidad de
una renovación".
"Como te estaba diciendo, tal vez
necesitamos acortar las asignaciones",
señaló 1\na. "Ya he sido muy productiva
aquí. El proyecto Nizhny está listo para ser
implementado. He ganado mucha experiencia útil que me ayudará a optar a un
cargo más alto cuando regrese a casa. Y, por
cierto, Osvaldo estaría muy contento y eso
es importante para mí" .
Lo miró atentamente. "¿Qué piensas?
¿Podrías hacer las gestiones para reasignarme a Brasil?".
Boris Groysberg es profesor de administración
de empresas, Nitin Nohria es George F. Baker
Professor de Administración y decano y Kerry
Herman es directora adjunta del Global Research
Group de Harvard Business School.
¿Puede Anton
mantener a Ana
co nte nta en su
asignación en el
ex i ranje ro?
Vc.1 los con1entario s a continuación.
John Bollman es vicepresidente
de recursos humanos de Sequa
Corporation, una empresa
industrial diversificada y también
de Chromalloy, su unidad más
grande.También fue un expatriado
durante los 19 años en que
trabajó en Whirlpool.
EL COMENTARIO de Ana Lobato de que a
su familia le cuesta llegar a fin de mes en
Bruselas es una señal de alerta. También lo es la observación que hizo Anton
Danois sobre los 30 expatriados esperando
regresar a Francia. Ambos detalles me
dicen que Streuvels Chemicals no está
gestionando bien el programa de movilidad
global de la empresa.
Más y más empresas multinacionales se
están dando cuenta de que un programa
de movilidad global es una parte crucial de
todo el proceso de gestión de talento, cuyo
propósito es asegurar que las personas
adecuadas estén en los lugares apropiados
para ayudar a la organización a cumplir
con su estrategia.
Es ahí donde entra en juego el ROl.
Anton y María Claes están equivocados al
sugerir que la movilidad internacional no
tiene nada que ver con el ROl. La movilidad, aunque cara, tiene muchos beneficios
cuantificables. La empresa se enriquece
con un flujo de personas y habilidades, los
ejecutivos en ascenso avanzan profesionalmente mediante la experiencia internacional y muchos empleados adquieren
valiosas habilidades y se exigen más a sí
mismos en las asignaciones en el extranjero. Hoy, las empresas más vanguardistas
realizan evaluaciones periódicas del ROl de
un expatriado a partir del impacto medible
que él o ella tiene sobre aspectos del
desempeño de la empresa como productividad y crecimiento de las ventas.
Acomodar las necesidades profesionales
del cónyuge ciertamente es un desafío. Si
usted no hace lo correcto en este punto,
la asignación internacional fracasará. Por
eso las empresas deben abordar este tema
desde un principio, antes de que un empleado acepte un cargo en el extranjero.
Tanto el empleado como su cónyuge
deben involucrarse en determinar qué significado tendría el traslado para el futuro del
empleado en la empresa, cuán importante
es para el o la cónyuge mantener su carrera
Noviembre 2011 Harvard Business Review 5
HBRAL.COM
Ann Judge es vicepresidenta global senior de RR.HH .
de Shire, una empresa biofarmacéutica con empleados
en 28 países.
Las empresas deben
abordar la situación de
su cónyuge desde un
princ ipio, antes de que el
empleado acepte un cargo
en el extranjero.
y cuán difícil sería desarrollar esa carrera en
la nueva ubicación. Una discusión a fondo
de esos temas con Ana y Osvaldo podría
haber dado como resultado que la familia se
hubiese quedado en Brasil, a pesar del valor
potencial para Ana de ser transferida a la
casa matriz, sin duda una asignación fantástica para un empleado de alto potencial.
Una vez que una familia acepta una
asignación internacional, la empresa debe
estar ahí para apoyarla pero en una forma
que le otorgue a la familia los máximos
derechos de decisión. Las empresas solían
pagar directamente por necesidades
básicas como vivienda. Hoy, mi empresa y
muchas otras brindan una suma única para
esos gastos, permitiendo que los expatriados y sus familias hagan sus propias
elecciones de estilo de vida.
El mismo enfoque es aplicable a la compensación por la pérdida de ingresos si un
cónyuge tiene que dejar de trabajar debido
a una asignación internacional. Si bien no
es necesario compensar por la pérdida total de ingreso, la empresa debería brindar
una suma única significativa por concepto
de remuneración. Aumentar el salario del
expatriado para cubrir el ingreso del cónyuge suele no ser el mejor camino porque
un salario más alto puede crear problemas
más tarde cuando el empleado regrese a
su país de origen.
Hablando de irse a casa, no está claro
si alguien en Streuvels conversó con Ana
los posibles roles para ella una vez que
termine su asignación en Bruselas. Las carreras de los expatriados deberían ser gestionadas activamente. En el caso de Ana,
eso debería incluir asignarle un mentor, tal
vez uno que resida en Brasil, de modo que
ella pueda calzar inmediatamente en un
cargo en ese país tan fácilmente como lo
hizo cuando llegó a Bruselas.
UN CÓNYUGE o pareja descontento es un
problema grave tanto para un expatriado
como para su empresa, uno que daña
su productividad y que potencialmente
socava el valor de su asignación internacional. Y es fácil para un cónyuge sentirse
desanimado, incluso si todos los demás
aspectos de las condiciones de vida de la
familia están funcionando: las finanzas, la
vivienda y la educación de los niños. Eso
se debe a que la pareja y la familia suelen
estar más expuestos a la cultura extranjera
que el empleado.
Después de que un ex-empleador me
transfirió a Alemania, mi vida laboral se
mantuvo más o menos igual. Interactué
con la misma red global de personas con
quienes había estado trabajando antes y
hablaba inglés en el trabajo. Pero mi marido tuvo que imbuirse inmediatamente de
la cultura en una forma en que yo no tenía
que hacerlo. Comunicarse en inglés no
era una opción para él cuando trataba de
averiguar dónde ir de compras, aprender
el sistema métrico y comprar un auto con
una nueva moneda.
El cónyuge o pareja está muy propenso a
sentirse fuera de lugar y si usted le agrega
el tipo de incertidumbre profesional que
Osvaldo está enfrentando, entonces tiene
una crisis en ciernes . Pero la solución no es
tan simple como transferir a Ana de vuelta
a Brasil. Eso frustraría el propósito de la
asignación original, tanto desde el punto
de vista de la empresa como de Ana. La
empresa necesita la experticia de Ana en la
casa matriz en un momento crucial y Ana
sabe que los empleados con experiencia
global son quienes tendrán las calificaciones para avanzar en sus carreras.
Si Osvaldo continúa con la idea fija de
regresar a Brasil, la respuesta puede ser
introducir algo de flexibilidad a la situación
de Ana. Periodos de tres meses, como
sugiere Ana, probablemente no brindarían
los beneficios suficientes como para compensar los costos, pero asignaciones de 12
a 18 meses pueden funcionar bien. A veces,
los viajes de negocios prolongados son la
solución. En Shire, permitimos que los em-
pleados viajen entre sus países de origen y
los lugares donde se necesita su experticia.
Otra opción es la transferencia permanente, lo cual a veces es preferido por las
familias porque el hecho de establecerse en
un país nuevo por un largo periodo puede
eliminar o minimizar el estrés respecto
de si el cónyuge o pareja debería intentar
adaptarse o sólo esperar hasta que termine
la asignación. Actualmente, las políticas de
reubicación requieren mucha más flexibilidad para gestionar las diversas necesidades y expectativas de los empleados.
Personalmente creo que hoy los empleados son más firmes y enérgicos respecto
de sus necesidades y eso no es malo; más
bien, refleja un mayor sentido de equilibrio
en sus vidas. Una empresa crea lealtad y
confianza al entender las necesidades de
sus empleados y ayudándolos a desarrollarse de modo que puedan contribuir en
una forma significativa. Los empleados
tienen opciones y no se quedarán -ni deberían- en una empresa cuyos valores no
están alineados con los propios.
Mi experiencia viviendo y trabajando
en el extranjero ha moldeado significativamente mis visiones. Crecí en una granja
en lowa y cuando acepté mi primer cargo
internacional ni siquiera tenía pasaporte.
Considero el tiempo que viví fuera de mi
país de origen como un regalo que amplió
mi perspectiva y me ayudó a aceptar las
diferencias culturales en todo el mundo.
Una cosa es cierta: la movilidad internacional no va a desaparecer, aunque el hecho
de enviar a alguien al extranjero sea significativamente más costoso que contratar a
alguien local. En Shire, el número de expatriados se ha elevado con el correr de los
años a medida que la empresa ha crecido
y se ha vuelto más global en su presencia
y operaciones. Es una ventaja competitiva
para Shire tener empleados capaces de
prosperar en culturas diferentes, de ingresar a un mercado y, de saber qué preguntas
plantear a fin de entregar mejores resultados. Eso se obtiene cuando se cuenta con
empleados verdaderamente globales. ~
Reimpresión R1111M-E
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