El concepto de Filosofía ¿Tiene la vida humana un sentido? ¿Qué podemos conocer? ¿Es posible que nuestros sentidos nos engañen? ¿El ser humano es libre o sus actos están determinados por Dios o el destino? ¿Cómo debemos actuar? ¿Por qué algunas personas encuentran hermoso lo que otras encuentran feo? ¿Existe Dios? ¿El mundo es eterno, o tuvo un comienzo y tendrá fin? Es posible que alguna vez te hayas hecho preguntas como éstas. Tal vez te haya preocupado alguno de estos temas, pero no otros. Preguntarse, dudar, buscar respuestas con curiosidad, a veces con angustia, son características propias de los seres humanos. Sin embargo, las urgencias de la vida cotidiana, o la convicción de haber encontrado una respuesta satisfactoria pueden hacer que olvidemos tales preguntas. El pensamiento filosófico exige abandonar la actitud cotidiana que acepta lo dado sin revisarlo, para asumir una actitud crítica que cuestione lo obvio (lo que se da por supuesto o se considera evidente). La Filosofía indaga reflexivamente los problemas, e intenta realizar esta búsqueda de modo preciso y riguroso, fundado en argumentos racionales. Sin embargo, toda respuesta filosófica es a su vez, susceptible de discusión y análisis, porque no hay soluciones únicas y definitivas a los problemas filosóficos. Pero la búsqueda filosófica no queda limitada a cada uno, sino que se expresa en el marco de un diálogo respetuoso con otros. En el diálogo nos reconocemos mutuamente y precisamos nuestros puntos de vista a través del intercambio de ideas. El diálogo filosófico dura ya más de veinticinco siglos, y estamos invitados a participar en él a través de la reflexión crítica sobre las ideas de los filósofos de todas las épocas. Podemos ahora mencionar algunos rasgos propios del conocimiento filosófico: es un conocimiento crítico, porque duda, cuestiona y analiza todo lo que el sentido común considera evidente u obvio; racional, porque se fundamenta mediante razones, es decir, se apoya sobre argumentos y nunca sobre una autoridad (sea ésta una iglesia, un partido político, una escuela filosófica, etc.); reflexivo, porque se vuelve sobre sí mismo (por ejemplo, considera la cuestión misma de "qué es la Filosofía"), y radical, porque es una búsqueda reflexiva que no da por concluida ninguna cuestión; la mirada crítica investiga no sólo aquello que se afirma, sino también sus supuestos o fundamentos, lo que le sirve de base o apoyo (en este sentido, "radical" se vincula con "raíz"). Guía de educación a distancia Bs As. Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, año 2000. Lee atentamente el siguiente texto de Bertrand Russell: "Bueno será considerar […] cuál es el valor de la filosofía y por qué debe ser estudiada. Es tanto más necesario considerar esta cuestión, ante el hecho de que muchos, bajo la influencia de la ciencia o de los negocios prácticos, se inclinan a dudar que la filosofía sea algo más que una ocupación inocente, pero frívola e inútil, con distinciones que se quiebran de puro sutiles y controversias sobre materias cuyo conocimiento es imposible. […] De hecho el valor de la filosofía debe ser buscado en una larga medida en su real incertidumbre. El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre el mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio; los objetos habituales no le suscitan problema alguno y las posibilidades no familiares son desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que empezamos a filosofar hallamos, por el contrario, […] que aun los objetos más ordinarios conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas muy incompletas. La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestro pensamiento y nos libran de la tiranía de la costumbre. Así el disminuir nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las cosas son aumenta en alto grado nuestro conocimiento de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo algo arrogante de los que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y guarda vivaz nuestro sentido de la admiración presentando los objetos familiares en un aspecto no familiar.[…] Para resumir nuestro análisis sobre el valor de la filosofía: la filosofía debe ser estudiada, no por las respuestas concretas a los problemas que plantea, puesto que, por lo general, ninguna respuesta precisa puede ser conocida como verdadera, sino más bien por el valor de los problemas mismos; porque estos problemas amplían nuestra concepción de lo posible, enriquecen nuestra imaginación intelectual y disminuyen la seguridad dogmática que cierra el espíritu a la investigación; pero, ante todo, porque por la grandeza del Universo que la filosofía contempla, el espíritu se hace a su vez grande, y llega a ser capaz de la unión con el Universo que constituye su supremo bien." Russell, B. Los problemas de la filosofía. Colombia, Grupo Editor Quinto Centenario. Ed. Labor, 1995; pp.129-135. Russell, Bertrand (1872-1970) Filósofo, matemático, escritor, filólogo, educador inglés. Nacido dentro de la aristocraciabritánica, Russell siempre se resistió a seguir las rígidas convenciones de su clase y su época. Estudió en Cambridge, donde también fue profesor. En colaboración con A. Whitehead escribió los tres gruesos volúmenes de Principia Mathematica, en los que intentaban reducir la Matemática a la Lógica. En 1916 fue despedido de Cambridge por su activismo antibélico contra la Primera Guerra Mundial. Por el mismo motivo estuvo preso seis meses en 1918. Fue un crítico de las ideas religiosas, y un defensor de los derechos de las mujeres. A partir de su lectura, realice las siguientes actividades: 1. ¿Cuál es la tesis que Russell desea sostener en este texto? 2. Señala cuál (o cuáles) de las características de la Filosofía que enumeramos anteriormente son consideradas por Russell. Justifica tu respuesta. ¿Es la Filosofía una ciencia? Dijimos anteriormente que la filosofía era un conocimiento crítico, pero esta expresión “saber critico”, abarca tanto la ciencia cuanto la filosofía; ambas se mueven en la crítica como en su “medio” natural. Mas si, la amplitud y profundidad de la filosofía son máximas, habrá de decirse ahora que la función crítica alcanza en la filosofía su grado también máximo. En efecto, si bien la actitud científica es actitud crítica, su crítica tiene siempre alcance limitado, y ello en dos sentidos. De un lado, porque la ciencia es siempre ciencia particular, esto es, se ocupa tan sólo de un determinado sector de entes, de una zona del ente bien delimitada –la matemática, sólo de los entes matemáticos, no de los paquidermos; la geografía, de las montañas, ríos, etc., no de las clases sociales. El físico, por ejemplo, asume entonces una actitud crítica frente a sus objetos de estudio –las leyes del movimiento, las propiedades de los gases, la refracción de la luz, etc.-, y en este terreno no acepta nada porque sí, sino sólo sobre la base del más detenido examen, de las comprobaciones e inferencias más seguras, e incluso siempre debe estar dispuesto a revisar sus conclusiones y a desecharlas si fuera necesario. Pero por aquí aparece la segunda limitación: dado que la ciencia se ocupa solamente de un determinado sector de entes, y no de la totalidad, no puede preguntarlo todo, no puede cuestionarlo todo, y por lo tanto siempre tendrá que partir de, y apoyarse en, supuestos: la ciencia es un saber con supuestos que simplemente admite. El término “supuesto” es un compuesto del prefijo “sub”, que significa “debajo”, y del participio “puesto”, de manera que “supuesto” quiere decir literalmente “lo que está puesto debajo” de algo, como constituyendo el soporte o la base sobre la cual ese algo se asienta. Y bien, el hombre de ciencia procede siempre partiendo de ciertos supuestos –creencias, afirmaciones o principios- que no discute ni investiga, que admite simplemente sin ponerlos en duda ni preguntarse por ellos, y que no puede dejar de aceptar en tanto hombre de ciencia, porque precisamente su investigación comienza a partir de ellos, sobre la base de ellos. El físico no puede dedicarse a su ciencia si no comienza por suponer que hay un mundo real independiente de los sujetos que lo conocen (realidad del mundo exterior), ni sin suponer que hay algo que se llama movimiento, y algo que se llama tiempo. El físico no se pregunta propiamente por nada de esto: si efectivamente hay o no un mundo real material, o qué sea en sí mismo el movimiento, o el espacio, o el tiempo; sino que todo ello constituye para él un conjunto de supuestos necesarios a partir de los cuales procede. El físico dirá que el espacio recorrido por un móvil es igual al producto de la velocidad por el tiempo; pero para ello es preciso que de por sentado el movimiento, el espacio y el tiempo: todo esto el científico lo sub-pone, lo “pone” como base o condición de su propia actividad sin preguntarse por ellos mismos (de manera parecida a como supone los números, cuyo estudio no le compete al físico, sino al matemático). La filosofía, en cambio, observará que respecto a la realidad del mundo exterior pueden plantearse dificultades muy graves (…). Toda ciencia parte del hecho de que el hombre tiene esa facultad llamada “razón”, es decir, de que el hombre, para pensar científicamente, tiene que valerse de los principios ontológicos –identidad, contradicción, etc.y el científico emplea constantemente estos principios, pero sin examinarlos, porque tal examen es asunto propio de la filosofía. La ciencia, por último –para referirnos al supuesto más general de todos-, parte del supuesto de que hay entes; en tanto que el filósofo comienza por preguntarse: “¿por qué hay ente, y no más bien nada?” CARPIO, Adolfo. “Principios de Filosofía. Una introducción a su problemática.” Ed. Glauco 2003. Actividad: Sintetiza con tus palabras qué es lo que hace que ciencia y filosofía se asemejen, pero a su vez se diferencien.