ACTIVIDAD FÍSICA EN DIABETES Objetivos 1. Favorecer la prescripción de la actividad física regular conociendo sus bases fisiopatológicas. 2. Indicar actividad física considerando las condiciones individuales de cada paciente. FUNDAMENTO FISIOPATOLÓGICO La prevalencia en aumento de diabetes en nuestro país y el mundo se relaciona fuertemente a los cambios de estilo de vida donde el sobrepeso y obesidad, asociado al sedentarismo, han ido aumentando en los últimos años. (1) Fig. 1 Encuesta Nacional de Salud 2009-2010 MINSAL El ejercicio es un factor importante en el tratamiento de la Diabetes Mellitus. Éste puede incrementar la sensibilidad a la insulina, reducir el peso corporal en los pacientes obesos y mantener esa reducción, así como también influir positivamente en la prevención de estados de ansiedad y depresión. Es materia de investigación el rol atribuible al ejercicio en la epigenética, es decir, la modulación que podría producir éste en la expresión de genes determinados. Constituye, junto con la dieta y la terapia farmacológica, un pilar fundamental en la estrategia para mejorar el control de la glicemia producto de la disminución de la resistencia a la insulina, contribuyendo a disminuir los factores de riesgo cardiovascular. Además, se ha demostrado, que el ejercicio regular mejora las anomalías lipídicas y reduce la presión arterial (2). Cuando se utiliza en combinación con cambios dietéticos (especialmente restricción de calorías), el ejercicio promueve la pérdida de tejido adiposo y preserva la masa corporal magra. Además puede promover una redistribución beneficiosa de la grasa corporal, reduciendo la grasa abdominal, como ha sido demostrado en mujeres posmenopáusicas. (3) ACTIVIDAD FÍSICA Docentes a cargo: Dra. Carmen Gloria Bezanilla C. Dra. Cecilia Vargas R. FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO El músculo esquelético satisface sus demandas energéticas durante el ejercicio a través de sustratos que provienen tanto de las reservas del organismo como también de la ingesta diaria de nutrientes. La energía necesaria para que el músculo esquelético pueda desarrollar adecuadamente su función se obtiene fundamentalmente de las grasas y los hidratos de carbono, siendo el consumo de proteínas con fines energéticos poco relevante. Los sustratos mencionados no se utilizan directamente por el músculo, sino que deben ceder la energía que contienen en sus enlaces químicos, para mantener los niveles adecuados de ATP (adenosíntrifosfato), el cual sí puede ser utilizado de forma directa por las células del organismo. El músculo utiliza esta energía para la realización de cambios conformacionales de su estructura molecular, lo que va a posibilitar una variación en la longitud del sarcómero del miocito dando lugar a un aumento de la tensión desarrollada por el músculo. Para conservar la función del sistema nervioso central, los niveles de glucosa sanguínea son extraordinariamente bien mantenidos durante el ejercicio. La hipoglicemia durante el ejercicio ocurre rara vez en individuos no diabéticos. Los ajustes metabólicos que ayudan a mantener una glicemia normal durante el ejercicio en gran parte están mediados hormonalmente. Una reducción en la insulina plasmática y la presencia de glucagón parecen ser necesarias para el aumento temprano en la producción de glucosa hepática durante el ejercicio; mientras que durante el ejercicio prolongado un incremento en los niveles plasmáticos de glucagón y catecolaminas parecen jugar el papel principal. El músculo esquelético tiene tres tipos de fuentes energéticas cuya utilización varía en función de la actividad física desarrollada. Así, en actividades de potencia (pocos segundos de duración y de elevada intensidad) el músculo utilizará preferentemente el llamado sistema de los fosfágenos (ATP y fosfocreatina); para actividades de alrededor de 60 segundos de duración a la máxima intensidad posible, utilizará preferentemente las fuentes de energía glicolíticas no oxidativas (metabolismo anaeróbico), mientras que para actividades de más de 120 segundos el sistema aeróbico (metabolismo aeróbico) será el que soporte fundamentalmente las demandas energéticas. La participación de los distintos sistemas se superpone, siendo muy difícil la participación única de alguno de estos sistemas energéticos en una actividad determinada. Fig. 2. Sistemas de producción de ATP en el músculo esquelético. El ejercicio físico origina un aumento en las demandas de oxígeno y nutrientes por los músculos en actividad, de forma que podríamos expresar el consumo de oxígeno de un individuo según el principio de Finck como: Consumo de oxígeno (VO2) = gasto cardíaco (Q) x D (a-v) O2 Por lo tanto, los cambios principales que se producirán como respuesta cardiovascular al ejercicio serán un aumento del gasto cardíaco y de la diferencia arteriovenosa de oxígeno. Actividad física se define como el movimiento voluntario realizado por el músculo esquelético y que produce un gasto energético, mientras que capacidad cardio respiratoria se refiere a la habilidad del sistema circulatorio y respiratorio de proporcionar oxígeno durante la actividad física mantenida. VO₂ máx es un parámetro del estado físico y refleja la capacidad máxima del cuerpo de transportar y utilizar oxígeno. Es una medición validada y comúnmente utilizada de capacidad física y predice mortalidad. Está demostrado en el paciente diabético, que tanto el ejercicio aeróbico como el anaeróbico (éste último incluye ejercicio de fuerza), logran una mejoría en el control glicémico. A esto se agrega una reducción de la presión arterial y una mejoría del perfil lipídico. La realización de ejercicio de fuerza, en forma regular, en pacientes con diabetes tipo 2, logra reducir la hemoglobina glicosilada A1c. (4) Es así como las recomendaciones de actividad física para pacientes diabéticos de la Asociación Americana de Diabetes de 2013, constan de dos puntos. El primero es la realización de al menos 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada (50-70% de la frecuencia cardíaca máxima). El segundo es la realización de ejercicios de fuerza tres veces a la semana (5). (Ir a indicación de programa de fuerza: requiere la participación de un profesor de educación física y/o kinesiólogo para determinar el peso de la repetición máxima) La frecuencia cardíaca máxima se calcula restando a 220 la edad del individuo: FC máxima= 220 – edad Esto constituye una aproximación del VO2 máx del individuo, parámetro sobre el cual se debe calcular la intensidad del ejercicio que se indicará al paciente. (Tabla 1) También se ha recomendado utilizar la FC de reserva; para personas que no presentan complicaciones pueden ejercitarse a intensidades entre 50-75% de la FC de reserva o de la escala de percepción subjetiva de Borg, en un índice entre 13-15. El ejercicio puede reducir la progresión a Diabetes, como ha sido demostrado por múltiples estudios intervencionales. Uno de ellos el Diabetes Prevention Program (DPP), (6) estudio multicéntrico, randomizado que investigó el efecto de tres intervenciones: dieta asociado a ejercicio intensivo, metformina y placebo, en un grupo de pacientes intolerantes a la glucosa, y por tanto en riesgo de desarrollar diabetes. En este estudio, los cambios de estilo de vida fueron significativamente más efectivos que metformina en reducir la progresión a diabetes en un período de 2.8 años. Los sujetos que participaron en el estudio, consiguieron una pérdida significativa de peso, asociado a un plan de ejercicios, de al menos 150 minutos semanales y equivalente a una caminata vigorosa. REGULACIÓN DEL TRANSPORTE DE GLUCOSA POR EL MÚSCULO El rol protector del ejercicio resulta de los efectos de la actividad contráctil del músculo esquelético, en el metabolismo de la glucosa. El ejercicio induce una estimulación del transporte de glucosa al interior de la célula, independiente de la insulina; así como también produce alteraciones agudas y crónicas en la efectividad de la insulina en su acción en el músculo esquelético. Los efectos de la insulina en la captación de glucosa son mediados a través del receptor de insulina, unión de la insulina a éste; autofosforilación del receptor en tirosina, activando la tirosinoquinasa, y desencadenando una cascada de fosforilaciones, lo que deriva en la traslocación del GLUT4 (receptor de glucosa) a la superficie celular. El aumento de los GLUT4 en la superficie celular determina un aumento del transporte intracelular de glucosa. (Fig 3) El ejercicio regula la glicemia mediante tres mecanismos 1. Estimulación aguda del transportador muscular de glucosa 2. Mejoría aguda de la acción de la insulina 3. Regulación positiva a largo plazo de las vías de señalización de la insulina Los pacientes portadores de Diabetes Mellitus tipo 1 deben ser referidos al médico especialista, diabetólogo, para la prescripción de ejercicio. EJERCICIO EN LOS PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO 2 El ejercicio tiene muchos efectos beneficiosos en la salud de los pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2, tales como mejoría del perfil de lípidos circulantes y de la presión arterial. Mejora la capacidad funcional de los pacientes, aumenta la pérdida de peso, particularmente la grasa intra-abdominal, así como también aumenta la actividad fibrinolítica. Por otro lado, reduce la incidencia de depresión y ansiedad, mejora la calidad de vida, y puede favorecer un mejor enfrentamiento a situaciones de estrés en el trabajo, en la familia y en la sociedad. Además de los efectos beneficiosos a corto plazo, el entrenamiento físico prolongado puede mejorar la sensibilidad a la insulina y la glicemia en ayunas y postprandial (7). También permite reducir dosis o necesidad de insulina o de antidiabéticos orales. Se cree que la mayor sensibilidad a la insulina debida a la actividad física refleja un aumento de la captación de glucosa por el músculo esquelético. Esto podría estar relacionado con el aumento de la traslocación del transportador de la glucosa GLUT 4 a la membrana plasmática, lo que mejora la captación periférica de glucosa. Por desgracia, gran parte de este efecto desaparece una vez que se deja de hacer ejercicio, a menudo en unos días. EVALUACIÓN DEL PACIENTE ANTES DEL EJERCICIO Antes de comenzar un programa de ejercicios, el individuo con Diabetes Mellitus debe someterse a una detallada evaluación médica con estudios de diagnóstico apropiados. Este examen debe observar cuidadosamente la presencia de complicaciones macro y microvasculares, las cuales pueden empeorar debido al programa de ejercicios. Una cuidadosa historia médica y examen físico deberán enfocarse en los síntomas y signos de la enfermedad que puede afectar corazón y vasos sanguíneos, ojos, riñones y sistema nervioso. Los profesionales de la salud deberán estar familiarizados con los fármacos que utiliza el paciente para minimizar el potencial riesgo de hipoglicemia frente al ejercicio. Sistema cardiovascular Un test de esfuerzo puede ayudar si el paciente, quien está a punto de iniciar un programa de ejercicios de moderada a alta intensidad (Tabla 1), se encuentra en riesgo de tener una enfermedad cardiovascular, con base en los siguientes criterios: > 35 años de edad > 10 años de duración de Diabetes Mellitus tipo 2 > 15 años de duración de Diabetes Mellitus tipo 1 Presencia de cualquier factor de riesgo adicional de enfermedad arterial coronaria Presencia de enfermedad microvascular (retinopatía o nefropatía, incluyendo microalbuminuria) Enfermedad vascular periférica Neuropatía autonómica En algunos pacientes que muestren cambios inespecíficos en el electrocardiograma (ECG) en respuesta al ejercicio, o que tienen cambios no específicos en el segmento ST y en la onda T en un ECG de reposo, pruebas adicionales como la prueba de esfuerzo con radio nucleótidos pueden realizarse. En pacientes diabéticos que planean participar en modalidades de ejercicio de baja intensidad (<60% de la frecuencia cardíaca máxima), como por ejemplo caminar, el médico deberá utilizar su juicio clínico para decidir si recomienda una prueba de esfuerzo. Los pacientes con enfermedad arterial coronaria conocida deben someterse a una evaluación supervisada de respuesta isquémica al ejercicio, umbral isquémico y la probabilidad de desencadenar arritmia durante el ejercicio. En muchos casos, se debe evaluar la función sistólica del ventrículo izquierdo en reposo y durante el ejercicio. Enfermedad arterial periférica (EAP) La evaluación de la EAP se basa en signos y síntomas, incluyendo claudicación intermitente, pies fríos, pulsos ausentes o disminuidos, atrofia de tejidos subcutáneos y pérdida de vello. El tratamiento básico para la claudicación intermitente es no fumar y un programa de ejercicio supervisado. La presencia de los pulsos pedios y tibial posterior no descarta cambios isquémicos en el empeine. Si en el examen físico existen dudas acerca del flujo sanguíneo, se debe realizar un estudio vascular. Retinopatía Para los pacientes que presentan una retinopatía diabética proliferativa (RDP) activa, la actividad física extrema puede precipitar hemorragia vítrea o un desprendimiento de retina. Estos individuos deben evitar el ejercicio anaeróbico y el ejercicio que involucre esfuerzos similares a la maniobra de Valsalva. Basado en la experiencia de la clínica Joslin, se ha utilizado el grado de retinopatía diabética para clasificar el riesgo del ejercicio y para diseñar individualmente la prescripción del ejercicio. (Tabla 2) TABLA 2. Consideraciones para limitar la activdad física en personas con Retinopatia Diabética (RD) Nefropatía No se han desarrollado recomendaciones específicas de ejercicio para los pacientes con nefropatía incipiente (microalbuminuria/ creatininuria (mg/g) 30 -300) o con nefropatía evidente (>300 mg/g). A menudo los pacientes con nefropatía evidente poseen una reducida capacidad para realizar ejercicio, lo cual los lleva a autolimitarse en su nivel de actividad. Aunque no existe una clara razón para limitar formas de actividades de baja a moderada intensidad, en estos individuos sí se debería prohibir ejercicios extenuantes o de alta intensidad. Neuropatía periférica (NP) La NP puede provocar pérdida de sensación protectora del pie. Una significativa NP es un indicador de una limitación para realizar ejercicio en bipedestación. El ejercicio repetitivo y la insensibilidad del pie pueden llevar en último caso a ulceraciones y fracturas. La evaluación de la NP puede hacerse revisando los reflejos tendinosos profundos, sentido vibratorio y sentido vibratorio y sentido de posición. La sensación al tacto se puede llevar a cabo de una mejor forma utilizando monofilamentos. La incapacidad para detectar sensación usando el monofilamento 5.07 (10 g) indica la pérdida de sensación protectora. En la Tabla 3 se enumeran una serie de ejercicios recomendados y contraindicados para pacientes con pérdida de sensación protectora en los pies. TABLA 3. Ejercicios para pacientes diabéticos con périda de sensación protectora. Neuropatía autonómica La presencia de una neuropatía autónoma puede limitar la capacidad individual al ejercicio e incrementa el riesgo de un evento cardiovascular adverso durante el ejercicio. La neuropatía autonómica cardíaca puede manifestarse por una taquicardia en reposo (>100 latidos por minuto), ortostatismo (un descenso en la presión arterial sistólica > 20 mm Hg al ponerse de pie) y por otras alteraciones en el funcionamiento del sistema nervioso autónomo, los cuales incluyen la piel, pupilas y los sistemas gastrointestinal y genitourinario. La muerte súbita y la isquemia miocárdica silenciosa han sido atribuidas a la neuropatía autonómica en pacientes diabéticos. La cintigrafía miocárdica con Talio en reposo y en ejercicio es un método apropiado no invasivo que se utiliza para detectar la presencia y extensión de enfermedades macrovasculares de las arterias coronarias en estos individuos. Es muy probable que los pacientes con neuropatía autonómica desarrollen hipotensión e hipertensión luego del ejercicio vigoroso, particularmente cuando comienzan un programa de ejercicios. Debido a que estos individuos pueden tener problemas con la termorregulación, se les debe aconsejar evitar hacer ejercicio en ambientes muy calientes o fríos y que estén muy atentos a una adecuada hidratación. PREPARACIÓN PARA EL EJERCICIO Preparar al individuo con diabetes para que pueda disfrutar de un programa de ejercicios seguro, es tan importante como el ejercicio en sí. El individuo joven con buen control metabólico puede participar de manera segura en la mayoría de las actividades. Se debe estimular a los adultos y ancianos con diabetes a que realicen actividad física regular. El proceso de envejecimiento lleva a la degeneración de músculos, ligamentos, huesos y articulaciones lo que empeora con el sedentarismo. Una recomendación regular para todos los pacientes, es que el programa de ejercicios incluya un período adecuado de calentamiento y enfriamiento. Un calentamiento debe consistir en 5-10 minutos de actividad aeróbica (caminar, pedalear, etc.) a niveles de intensidad bajos. La sesión de calentamiento es para preparar los músculos, corazón y pulmones para un aumento progresivo de la intensidad del ejercicio. Luego de un breve calentamiento los músculos deben estirarse gentilmente durante otros 5- 10 minutos. El calentamiento activo puede llevarse a cabo antes o después del estiramiento. En ausencia de contraindicación se debe recomendar la realización de ejercicio de fuerza como parte del plan de tratamiento. Se debe tener especial precaución en casos de retinopatía avanzada o complicaciones CV. Se recomienda la supervisión de un profesor de educación física o kinesiólogo. En relación a la frecuencia, deberá realizarse al menos dos veces a la semana en días no consecutivos; el entrenamiento será moderado (50% de una repetición máxima (1-RM)) o vigorosa (75-80% de 1-RM). Cada sesión constará como mínimo de 5-10 tipos de ejercicios que involucren grandes grupos musculares de la mitad inferior y superior del cuerpo y tronco, con 10 a 15 repeticiones por ejercicio, incrementando paulatinamente el peso, reduciendo entonces el número de repeticiones. Se realizará inicialmente una serie de todos los grupos musculares para ir progresando hasta alcanzar 3 a 4 series. Recomendaciones para un entrenamiento progresivo de fuerza. Modalidad Máquinas y/o pesas libres Grandes grupos musculares de la parte baja o alta del cuerpo y del tronco Intensidad Moderada-alta (60-80% del peso de una repetición máxima) 15-18 de la escala de Borg Volumen 2 a 3 series de 8 repeticiones; 1-2 minutos de descanso entre series Frecuencia Cada 48-72 horas Precauciones Cuidado con las tobilleras que pueden causar daño en la piel Asegurar adecuada postura y técnica para evitar el dolor de espalda Luego de la sesión activa, el enfriamiento debe estructurarse de manera similar al calentamiento. El enfriamiento debe durar al menos 5- 10 minutos y reducir la frecuencia cardíaca gradualmente hasta sus niveles previos al ejercicio. Recomendaciones El ejercicio aeróbico puede recomendarse pero tomando medidas de precaución para el ejercicio que involucre los pies. El uso de un adecuado calzado es esencial sobretodo en los individuos con neuropatía periférica. Se les debe recomendar revisar cuidadosamente la presencia de ampollas y otros posibles daños de sus pies, antes y después del ejercicio. Si asisten a un gimnasio o centro comunitario para realizar ejercicios, deben llevar un brazalete o etiqueta en algún lugar visible que indique que son diabéticos. La hidratación apropiada es importante, previo y durante el ejercicio ya que la deshidratación puede afectar negativamente la glicemia y el funcionamiento cardíaco. Los programas de entrenamiento con pesas moderados en los que se usan pesos livianos y varias repeticiones se pueden usar para mantener la fuerza del tren superior en casi todos los pacientes con diabetes. EJEMPLO DE UN PROGRAMA DE EJERCICIO COMBINADO DE FUERZA Y AERÓBICO (8) ✓ 5 minutos de calentamiento ✓ 5 minutos de enfriamiento ✓ 30 minutos de ejercicios de bicicleta de baja intensidad ✓ 45 minutos de ejercicio de fuerza: 1° semana y 2° semana 50-60% de 1 repetición máxima (RM). Posteriormente 75-85% de 1 RM. ✓ Trabajar todos los grupos musculares, descansando entre 90-120 segundos entre cada repetición. 3 series de 8-10 repeticiones para todos los ejercicios, excepto abdominales, en cada sesión. La carga de trabajo se incrementa regularmente en la medida de la tolerancia individual, para cada grupo muscular, después de conseguir 3 series de 10 repeticiones con técnica apropiada. 1 RM: realizar cada 12 semanas para establecer una nueva basal. CASOS CLINICOS Caso 1: Paciente hombre de 40 años, portador de HTA en tratamiento. Su peso es de 85K y talla 1,76 mt. PA 120/80 mmHg. en un control médico regular se encuentra una glicemia de 104 mg/dl. Se realiza PTGO: glicemia de ayunas 110 mg/dl, glicemia postcarga 156mg/dl. ¿Cuál es el diagnóstico? ¿Cuál es la terapia no farmacológica que consideraría indica?. Solo mencione y justifique su respuesta. Diga porqué y no cómo. Rta: Antes de comenzar un programa de ejercicios debe someterse a una evaluación médica para determinar complicaciones a nivel de corazón y vasos sanguíneos, riñones, ojos y sistema nervioso. Diagnósticos: 1. Hipertensión arterial compensada 2. Pre Diabetes (GAA - IG) 3. Sobrepeso Se recomienda: 1. Ejercicios o deportes aeróbicos de intensidad moderada: Fr cardiaca máxima (220-40) = 180. 60- 90% frecuencia cardiaca máxima = 162. caminata a paso rápido, ciclismo, natación, baile 20-30 minutos, 3 a 4 veces/semana Porque el ejercicio mejora la sensibilidad insulínica, corrige la insulino resistencia y tiende a disminuir los niveles de glicemia circulante, mejora la presión arterial. 2. Actividades musculares que incluyan ejercicios de resistencia ligera (utilizando máquinas o pesos ligeros) 2-3 series de 8 repeticiones; 1 a 2 minutos de descanso, Porque son seguros y se asocian con importantes beneficios cardiovasculares. El trabajo muscular mejora la sensibilidad insulínica y reduce los niveles glicémicos. Caso 2 Paciente de 54 años con DM2 de 10 años de evolución pero sin complicaciones, sedentario, IMC 38, decide iniciar ejercicio regular. ¿Cuáles son las contraindicaciones y precauciones que se debe tener al indicar ejercicio en este paciente? Precauciones: Explicarle que primero debemos hacer una evaluación de su condicionamiento CV y descartar un impedimento desde el punto de vista micro o macrovascular (Test de esfuerzo para evaluar riego coronario, evaluación de pulsos distales y perfusión para descartar EAO, evaluación de retina para evitar un desprendimiento), de su condición metabólica y renal para ver adecuación de HGO o requerimiento de insulina dado el tiempo de evolución, y de su condición articular (Artropatía, deformidad osteoarticular tipo valgus o varo o problemas en los piés). Enseñarle por ej. que debe interiorizar el autoexamen de pies cada vez que haga ejercicio. Educar al paciente sobre lo que podría lograr al crear el hábito sin abandonarlo, explicarle que al no estar acostumbrado al principio le va a costar y que debe ser progresivo…pero que a lo sumo es más difícil sería el primer mes y después de eso es probable que forme el habito y logre mejor condicionamiento y resistencia, y que se va a sentir mucho mejor. Es importante aclararle las expectativas en cuanto a la pérdida ponderal y por tanto que se debe olvidar de la pesa (efecto más tardío) y que lo más evidente al principio sería el mejor control glicémico. Explicarle el requisito del orden en horarios de alimentación y el cumplimiento de su pauta nutricional y fármacos, la hora más adecuada de la rutina diaria de AF y los accesorios adecuados (zapatillas, prendas de algodón claras y livianas, brazalete de identificación con su patología y teléfono de algún familiar si es que asiste a gimnasio o plaza), de cuál sería el peso máximo si se trata de ejercicios de fuerza (capacidad máxima dividida por 2), de qué hora sería la más conveniente ajustada a sus compromisos y la menor exposición solar o de calor), la importancia de la hidratación, de los signos de alarma respecto a la FCM o sospecha de hipoglicemia, etc. Plantear y ACORDAR un plan de ejercicio respecto a qué tipo sería más conveniente iniciar (caminata?) o el más factible para él (baile sin impacto articular), y cual se iría incorporando posteriormente (enfatizando en aeróbicos), de cuál sería la intensidad diaria -frecuencia y duración de acuerdo a lo que hemos aprendido en el módulo. Explicarle importancia de precalentamiento de 5 a 10 minutos y estiramiento posterior de 5 a 10 minutos, la progresión en intensidad y duración de la fase de aeróbicos o de fuerza según sus logros o según lo que se logre acordar y según lo que no tenga contraindicado; procurando ejercitar la mayor cantidad de grupos musculares posibles, y el cierre de la sesiones con activ de enfriamiento. Contraindicaciones: Absolutas: Test de esfuerzo positivo para insuficiencia coronaria, pulsos distales asimétricos o reducidos (requeriría dopler arterial para descarte EAO), o RDPS Relativas: Artrosis de cadera o rodillas o deformidad severa en varo o valgus, pié de charcot, ulceras plantares. Precauciones: Inicio paulatino en intensidad, duración y frecuencia sin propiciar estrés CV. Caso 3 Paciente de 34 años. DM tipo II hace 3 años. Evaluado, no presenta contraindicaciones para iniciar ejercicio. ¿Qué aspectos debe considerar para elaborar un programa de ejercicios y cuáles serán los elementos que se deberán incluir en éste programa? Consideraciones: Primero ver la etapa de cambio y nivel de motivación Ver cuáles son sus expectativas y explicarle cuales son los beneficios del plan que logremos acordar en el corto-mediano y largo plazo Educar a cerca de las recomendaciones inherentes a las sesiones: Orden en horarios de alimentación, cumplimiento de pauta nutricional y fármacos, ajuste de horario de ejercitación respecto a lo anterior, los accesorios más convenientes (zapatillas, prendas de algodón claras y livianas, brazalete de identificación con su patología y teléfono de algún familiar si es que asiste a gimnasio o plaza), de cuál sería el peso máximo a levantar si se trata de ejercicios de fuerza (capacidad máxima dividida por 2), de qué hora sería la más conveniente ajustada a sus compromisos y la menor exposición solar o de calor, de la importancia de la hidratación, del reconocimiento de los signos de alarma respecto a la FCM o sospecha de hipoglicemia, de la importancia sobre el cuidado de los pies y su autoexamen tras sesiones de ejercicios, etc. Elementos: Inicio: 5 a 10 minutos de precalentamiento aeróbico de intensidad progresiva seguida de ejercicios de elongación muscular unos 5 a 10 minutos más, seguidos de sesión de aeróbicos y/o ejercicios de fuerza (según la preferencia del paciente o lo que se acuerde), de intensidad progresiva (sin sobrepasar la mitad de la fuerza Max en los de grupos musculares), de duración progresiva creciente (desde 10-15-20-30 hasta 40´ en aeróbicos, y/o series de 8 a10 repeticiones en grupos musculares), definiéndose la frecuencia semanal de los mismos. Terminando siempre con los ejercicios de enfriamiento por no más de 10 minutos. Casos autoevaluados: Pregunta 1 Ud. evalúa a un paciente de 48 años quien refiere diagnóstico reciente de DM 2. Concluye por su historia, examen físico y exámenes de laboratorio que no tiene contraindicación para realizar ejercicio, por lo que prescribe dieta, metformina y un programa de ejercicios. A los dos meses vuelve a control y le refiere que adhirió a un programa de ejercicio que se inicia con trote, el cual ha ido incrementando progresivamente en intensidad y duración, y luego una sesión de pesas tres veces a la semana. Al evaluar sus pies, Ud. nota enrojecimiento en el primer ortejo derecho y una lesión ampollar en el primer ortejo izquierdo, con secreción serosa. El paciente refiere que notó esa lesión hace 1 semana y que fue la razón principal para consultar. La conducta a seguir será: a. Suspender todo ejercicio hasta la resolución de las lesiones del pie. b. Curaciones, suspender el trote, mantener pesas de tren superior del cuerpo, cambiar de zapatillas. c. Contraindicar ejercicio con impacto en forma permanente. d. La lesión es signo de daño vascular, por lo que requerirá de evaluación más exhaustiva del punto de vista coronario. e. Trotar con doble calcetín una vez resuelta la lesión. Pregunta 2 Paciente de 54 años, portador de Diabetes Mellitus tipo 2 desde hace 10 años, sedentario, sin complicaciones por su enfermedad. IMC 38, decide iniciar ejercicio regular. ¿Qué precauciones debe tener el paciente antes de iniciar el programa de ejercicios? a. Ninguna, porque está demostrado el efecto beneficioso del ejercicio. b. Tener un fondo de ojo normal. c. Haber acudido al podólogo. d. Acudir a su médico para evaluar si existe alguna contraindicación. e. Tomar mucho líquido previo a cada sesión. Pregunta 3 En un paciente diabético con IMC 38 qué precauciones debería tener Ud. respecto al peso en la indicación del ejercicio. a. Debe bajar al menos un 5% antes de iniciar ejercicio regular. b. La obesidad contraindica el ejercicio anaeróbico. c. Debe evitar el ejercicio con impacto. d. La dieta cumple un rol secundario en el tratamiento. e. El paciente se encuentra con sobrepeso leve. Pregunta 4 Paciente de sexo femenino, 47 años, con antecedentes de diabetes gestacional, IMC 28, sedentaria. Se solicita una glicemia de ayuno: 116 mg/dL. Se solicita luego PTGO: glicemia de ayuno 110mg/dL y a las 2 horas post carga 155 mg/dL. En relación a este caso marque la aseveración correcta: a. Con dieta y ejercicio intensivo se reduce la progresión a diabetes mellitus. b. La paciente debe reevaluarse en seis meses con PTGO. c. La utilización de metformina reduce en mayor magnitud la progresión hacia diabetes mellitus que dieta y ejercicio. d. La paciente requiere automonitoreo glicémico en las sesiones de ejercicio. e. Antes de iniciar ejercicio, la paciente debe llegar a IMC de 25 kG/m2.