Reglamento General Ministerio de Alabanza. INTRODUCCIÓN: Todo grupo de alabanza tiene la gran responsabilidad de llevar al pueblo a la presencia manifiesta de Dios. La eficacia de ésta responsabilidad depende de dos aspectos importantes: primero, la vida de oración de cada adorador, y segundo, el buen funcionamiento del grupo internamente. Del primer aspecto cada miembro tiene responsabilidad personal, y en el segundo, hay necesidad de tener algunos lineamientos claves para que la preparación del grupo sea buena y por lo tanto los resultados de su funcionamiento interno se vean en la conducción pública de la alabanza. ¿QUÉ ES LA ALABANZA Y LA ADORACIÓN? La alabanza es una expresión de gratitud sincera y acción de gracias a Dios por todo lo que Él ha hecho por nosotros. Es una expresión física y vocal de nuestro sincero aprecio por Dios debido a todas las maravillosas bendiciones que nos ha dado. Alabar es hablar, o cantar, acerca de Dios; cuán maravilloso es Él, y lo que ha hecho por nosotros. La adoración es la forma más alta de alabanza. Yendo más allá del pensar en todas sus bendiciones maravillosas, estamos expresando nuestra admiración y aclamando a Dios mismo por Su persona, carácter, atributos y perfección. Estamos ministrando a Dios por ser quien es y no sólo por lo que Él ha hecho por nosotros. Adorar es hablar, o cantar a Dios. Cuando entramos en adoración, pasamos de pensar en lo que Dios ha hecho por nosotros, y comenzamos a pensar en quién es Él. ¿QUÉ ES EL MINISTERIO DE ALABANZA Y ADORACIÓN? El ministerio de alabanza y adoración es un servicio por el cual un grupo de personas consagradas a Dios, guían al pueblo en la alabanza y la adoración con la mejor música, con excelencia. a) Es un servicio: La palabra ministerio proviene del latín “Ministrare” que quiere decir servicio, por eso es necesario que lo que motive al corazón de cualquier hermano que pertenezca o quiera pertenecer a este ministerio deba ser el servicio a Dios y a los hermanos. Esto también nos habla de que el miembro del ministerio debe de seguir como ejemplo a Jesús, nuestro Señor el cuál: • No vino a ser servido, sino a servir (Mateo 20:28). • Se sometió a la voluntad del Padre (Mateo 14:36). • En todo momento de su vida glorificó al Padre (Juan 17:4). • Puso sus talentos al servicio del Reino (Juan 9:4-5). • Confió en recibir la recompensa que Dios da al siervo fiel (Mateo 25:21) Qué alegría es para aquellos que gustándoles la música puedan servir al Señor Jesús en el ministerio donde pueden desarrollar sus talentos y habilidades, pero hay que tener cuidado de no buscar el lucimiento o algún provecho personal fuera de la voluntad de Dios. b) Consagrados a Dios: Para formar parte de este ministerio se requiere de personas que hayan tenido un encuentro personal con el Señor Jesús y deseen responder al llamado a servirle que Él les hace, consagrando sus voces e instrumentos para alabar a Dios guiados por el Espíritu Santo. El músico consagrado es aquel que es apartado por Dios para ser un instrumento por medio del cual se manifieste su gloria. En el pueblo de Israel, los levitas estaban consagrados única y exclusivamente para el servicio del templo, una parte de ellos eran los cantores, los cuales ejercían su servicio al Señor día y noche. La consagración de sus voces e instrumentos es una decisión personal, pero necesaria; puesto que los cantos que el Señor Jesús les permita interpretar y en muchos casos componer, tendrán una influencia tremenda en las personas que los escuchen ya que el Espíritu Santo actuará por medio de ellos para que muchas vidas sean transformadas y renovadas. c) Guiar al pueblo en la alabanza y adoración: Éste es uno de los objetivos principales por los que fue creado el ministerio de alabanza y debe entenderse que es una labor eminentemente espiritual, ya que solo con la guía del Espíritu Santo se puede realizar. Para esto el Espíritu Santo derrama dones que deben utilizarse para el provecho de la iglesia. (Dones naturales y dones sobrenaturales). d) Con la mejor música, con excelencia: En el salmo 33 se nos invita a ofrecerle a Dios la mejor música. Esto lo podemos analizar con dos aspectos fundamentales: 1. La mejor música nace de un corazón humilde. Sal 51: 16-19 Un corazón que reconoce la grandeza de Dios, que fuera de Él no hay otro y lo expresa con cantos de alabanza y adoración, está ofreciéndole al Señor la mejor música que pueden escuchar sus oídos. Los que son guiados por el Espíritu y tratan de vivir los criterios del evangelio, pueden ofrecerle a Dios la mejor música con su canto o tocando algún instrumento, pero esto es necesario respaldarlo con un testimonio de vida congruente, ya que: “de lo que habla tu boca, está lleno tu corazón”. No se está mencionando que solo gente perfecta al servicio de Dios puede estar en el ministerio de alabanza, al contrario, esto nos está llevando a tener una renovación continua llevando una vida de oración sin conformarnos con lo que tenemos, sino dejándonos guiar por el Espíritu para ofrecer a Dios un culto de adoración donde se manifieste continuamente gloria a Dios. “Alegraos, oh justos, en Jehová; En los íntegros es hermosa la alabanza. Aclamad a Jehová con arpa; Cantadle con salterio y decacordio. Cantadle cántico nuevo; Hacedlo bien, tañendo con júbilo. Porque recta es la palabra de Jehová, Y toda su obra es hecha con fidelidad.“ Salmo 33:1-4. 2. Ejercitando y poniendo en práctica los dones naturales Es necesario que estos dones se desarrollen por medio del ensayo, el estudio de la música y la práctica. No todo caerá del cielo, la parte que les corresponde a los miembros del ministerio es la constante superación, apoyándose en el estudio y la práctica. Requisitos para formar parte del Ministerio de alabanza. 1. Ser miembro activo de la congregación. 2. Comprometerse a tener una vida integra y ser ejemplo para otros en testimonio y servicio a Dios. 3. Estar dispuesto a ser ejemplo en su forma de vestir y hablar dentro y fuera de la congregación. 4. Tener conocimientos musicales comprobables en el instrumento que se desenvuelva, o tener habilidad para entonarse correctamente (saber cantar). *POR EL MOMENTO NO ES NECESARIO 5. Debe mostrar fidelidad y disciplina en su posición, dando prioridad a su ministerio (servicio a Dios) más que a otras cosas en medida de lo posible. 6. Disposición para participar en charlas, reuniones, ensayos y actividades espirituales referentes al ministerio de alabanza. 7. Contar con la aprobación del Pastor de la congregación, y del director de alabanza para poder incorporarse. El encargado del sonido. Es la única persona encargada de manipular todos los aspectos referentes al sonido de la congregación, esto es: parlantes, micrófonos, plantas…. a) Deberá presentarse al menos con 15 minutos de anticipación para ajustar el sonido que se va a utilizar durante las reuniones, y 10 minutos antes de los ensayos generales. b) Deberá establecer un registro de las configuraciones de las voces de cada cantante, y de los instrumentos. c) Deberá preparar los micrófonos, y el equipo que se utilizará durante y después de las reuniones. d) En las presentaciones fuera de la iglesia, es la persona encargada de preparar todo el equipo que se utilizará, para lo que podrá solicitar la colaboración de cualquier miembro de la alabanza. e) Comunicar al director de alabanza cuando algún equipo falle (micrófonos, cables, cuerdas, baquetas, etc), para que sea sustituido oportunamente. f) Cuando por razones justificadas no pueda hacerse presente, podrá solicitar a otra persona con conocimiento para que se encargue de ajustar lo necesario. El encargado de proyecciones. Es la persona encargada de proyectar las letras de las canciones durante los servicios o ensayos, además de los textos bíblicos o el material audiovisual durante las prédicas. a) Deberá presentarse con al menos 15 minutos de anticipación a las reuniones y a los ensayos para acomodar el equipo cuando se vaya a utilizar. b) Mostrar un espíritu de servicio a los demás en todo momento. Aspectos importantes y consejos: a) Entre las funciones principales del equipo de alabanza están: crear el ambiente ideal o la atmósfera más apta de alabanza y adoración para que las personas puedan establecer la conexión necesaria para que juntos puedan elevar una verdadera adoración a Dios. b) Los ministros de alabanza deben evitar toda clase de distracciones durante la ministración a fin de cumplir con el punto anterior de la mejor manera. c) El dirigente de alabanza debe guiar al resto del grupo de manera suave, sin gestos bruscos, utilizando la sabiduría y la gracia de Dios para tal fin. d) El dirigente debe iniciar la mayoría de los cantos hasta donde sea posible, en el caso de que deba iniciar otra persona de las voces de fondo, deben haberlo acordado con anticipación y deben hacerlo sin que haya interrupciones bruscas que distraen a las personas. e) Las transiciones (paso de una canción a otra), deben hacerse de una forma suave, ministrando y no realizando una oración hablada entre cada una, se deben evitar los silencios repentinos que dan la sensación de que el dirigente no sabe lo que sigue. Se debe hacer con mucha gracia y sabiduría de Dios invitando a las personas a adorar, e incluso con exhortaciones en amor para que las personas se involucren en la adoración. f) No es recomendable de ninguna manera introducir canciones durante una ministración que nunca se han ensayado, o que se han ensayado minutos antes de empezar la reunión. g) Los dirigentes y los músicos deben estar sensibles y atentos a la voz del Espíritu Santo durante las ministraciones para saber en qué momento se debe ministrar, cuando se debe repetir una canción determinada, cuando hacer cambios en el repertorio, cuando permitir que la música ministre, o incluso cuando se deba hacer silencio para dejar que el espíritu hable. “Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia”. Salmo 106:1