LA INVIOLABILIDAD DEL ASALARIADO Las empresas ponen herramientas de comunicación a disposición de sus trabajadores. Estas herramientas ya sean teléfonos móviles o fijos, terminales portátiles o no y demás aparatos conectados a las redes sociales son propiedad de la empresa pero de uso del trabajador ¿Puede la empresa acceder a su contenido? El art. 18 del Estatuto de los Trabajadores establece que podrán realizarse registros sobre la persona del trabajador, en sus taquillas y efectos particulares, sólo cuando sean necesarios para la protección del patrimonio empresarial –incluyendo el de clientes, proveedores, terceros relacionados con el negocio... -, y del de los demás trabajadores de la empresa y se realicen dentro del centro de trabajo y en horas de trabajo. Y también ordena que en la realización de los registros se respetará al máximo la dignidad e intimidad del trabajador y se contará con la asistencia de un representante legal de los trabajadores o, en su ausencia del centro de trabajo, de otro trabajador de la empresa, siempre que ello fuera posible. Este tema, relacionado con el poder de dirección y la disciplina, tiene implicaciones relacionadas con la instalación de cámara de vigilancia, micrófonos, intervenciones en la intranet de la empresa... que también vienen a violar la intimidad personal del trabajador y que están provocando frecuentes conflictos. Entiendo que no es lícito el acceso a las comunicaciones personales del trabajador en principio, aunque éstas se realicen con medios del empleador (p.Ej.: terminal u ordenador de su puesto de trabajo), salvo que se haya advertido previamente al trabajador del control y acceso del empresario a tales medios y sean necesarios –razonablemente necesarios-, ese control y acceso para la ejecución de la relación laboral. En caso de no haberse advertido previamente o se ha de proceder con su consentimiento expreso y acreditado o se ha de proceder con autorización judicial previa. El Tribunal Constitucional ha establecido que el derecho a la intimidad ha de respetarse también en las relaciones laborales, en las que, en ocasiones, es factible acceder a informaciones del trabajador que pueden ser lesivas para su derecho fundamental a la intimidad. El Convenio Europeo de Derechos Humanos incluye la información derivada del seguimiento del uso personal de Internet en la protección a la intimidad porque los datos obtenidos pueden incorporar a su vez datos reveladores sobre la ideología, orientaciones sexuales, aficiones personales... del ciudadano. Sin embargo la Jurisprudencia deja claro que esta protección del derecho constitucional a la intimidad es compatible con el derecho de la empresa de establecer previamente las reglas de uso de esos medios –con aplicación de prohibiciones absolutas o parciales-, y de informar a los trabajadores de la instauración de un control y de las medidas que se van aplicar para garantizar la utilización exclusivamente laboral del ordenador. En consecuencia, es necesario que los empresarios adopten políticas preventivas de personal sobre el acceso a las redes sociales de comunicación a través de los medios puestos a disposición de sus asalariados.