Taller de Inteligencia Emocional para adultos “La inteligencia emocional nos ayuda a responder a los conflictos con los que nos encontramos en el día a día ofreciendo recursos y habilidades fundamentales para solucionarlos de una forma sana y efectiva”. El coeficiente intelectual (CI) no es la única garantía de éxito en el ámbito profesional, social o personal. La capacidad de conocernos a nosotros mismos, de expresar nuestras emociones y de entender las de las personas que nos rodean, ayuda a relacionarnos mejor con nuestro entorno familiar, laboral y social en general. Por ejemplo en el mundo comercial, la “clave del éxito” está en el grado en que los trabajadores de una empresa conozcan y controlen sus emociones y sepan reconocer las necesidades de sus clientes a la hora de hacer sus ventas. Así pues, será importante que estos trabajadores sepan establecer relaciones sociales, sepan ponerse en el lugar del comprador y asuman el reto de cumplir con unos objetivos a partir de la motivación y la persecución de una meta. Las personas somos seres racionales y emocionales preparados para elaborar pensamientos y sentimientos. Capacitados para la introspección y hábiles para comprender y responder a nuestro entorno. Todo ello, nos convierte en seres ricos emocionalmente, únicamente tenemos que trabajar en ello para ponerlo en práctica en nuestro día a día. En la siguiente entrevista, Mª Teresa Mata, psicóloga colaboradora del INSTITUT D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRICA MENSALUS, nos habla más detalladamente sobre el concepto de inteligencia emocional y nos propone cómo entrenarla a partir del TALLER DE INTELIGENCIA EMOCIONAL PARA ADULTOS. ¿Qué es la inteligencia emocional? Según Daniel Goleman, la inteligencia emocional es un conjunto de destrezas, actitudes, habilidades y competencias que determinan la conducta de un individuo y que puede definirse como la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones sociales. Al contrario de lo que ocurre con el coeficiente intelectual, la inteligencia emocional no se establece al nacer, sino que se puede alimentar y fortalecer a través de una combinación del temperamento innato y las experiencias de la vida (sobretodo de la infancia). Así pues, desde niños, se deberían aprender nociones emocionales básicas. ¿Cuáles son los principales componentes de la inteligencia emocional? Según Daniel Goleman, la inteligencia emocional se compone de los siguientes factores: Autoconocimiento emocional Es el conocimiento de nuestras propias emociones y de cómo nos afectan a nosotros y a nuestro entorno. Esta competencia se manifiesta en personas con habilidades para juzgarse a sí mismas de forma realista. Que son conscientes de sus propias limitaciones y admiten con sinceridad sus errores, sensibles al aprendizaje y que poseen un alto grado de confianza. Autocontrol emocional Es la habilidad de controlar nuestras propias emociones e impulsos para adecuarlos a un objetivo, de responsabilizarse de los propios actos, de pensar antes de actuar y de evitar los juicios prematuros. Las personas que poseen esta competencia son sinceras e íntegras. Controlan el estrés y la ansiedad ante situaciones comprometidas y son flexibles ante los cambios o las nuevas ideas. Automotivación Es la habilidad de estar en un estado de continua búsqueda y persistencia en la consecución de los objetivos, haciendo frente a los problemas y encontrando soluciones. La automotivación se manifiesta en las personas que muestran un gran entusiasmo por su trabajo y por el logro de las metas por encima de la simple recompensa económica, con un alto grado de iniciativa y compromiso, y con gran capacidad optimista en la consecución de sus objetivos. Empatía Es la capacidad para entender las necesidades, sentimientos y problemas de los demás, poniéndose en su lugar, y respondiendo correctamente a sus reacciones emocionales. El reconocer aquello que los demás sienten y que se puede expresar por un gesto o por ejemplo, por una mala contestación, nos puede ayudar a comprender al otro, así como a establecer lazos más intensos y duraderos con las personas de nuestro entorno. Relaciones interpersonales (o habilidades sociales) Es el talento en el manejo de las relaciones con los demás, en saber persuadir e influenciar al resto. Quienes poseen habilidades sociales son excelentes negociadores. Tienen una gran capacidad para liderar grupos y para dirigir cambios, y son capaces de trabajar colaborando en un equipo y creando sinergias grupales. Así pues, podemos resumir que a mayor inteligencia emocional: mayor capacidad para poseer autocontrol, mayor capacidad para establecer relaciones sociales, mayor capacidad para motivarse ante un objetivo, mayor capacidad para comprender a los demás, y, finalmente, mayor capacidad para echar una mirada hacia el interior y escuchar qué nos dicen nuestras emociones y sentimientos. Ser inteligente es mucho más que poseer un alto coeficiente intelectual. La inteligencia emocional nos ayuda a responder a los conflictos con los que nos encontramos en el día a día ofreciendo recursos y habilidades fundamentales para solucionarlos de una forma sana y efectiva. ¿Cómo podemos trabajar la inteligencia emocional? El trabajo en psicoterapia centrado en el entrenamiento de la inteligencia emocional, tiene como objetivo mejorar nuestras habilidades en referencia a: Autoconocimiento Autocontrol Automotivación Empatía Habilidades sociales Aprendiendo técnicas que nos permitan lidiar con los retos que nosotros y el entorno en el que vivimos, proponemos todos los días. Un modo interesante, divertido y enriquecedor es el trabajo por medio de TALLERES GRUPALES como el que realizamos en Mensalus. La prescripción y puesta en práctica de tareas y ejercicios que potencien estas cinco capacidades ayudarán a enriquecer nuestra inteligencia emocional, y se convertirán en un gran instrumento para entrenarlas y aprender a mejorarlas. Y más concretamente ¿Cuál es el objetivo del taller? El objetivo de este taller es promover el trabajo centrado en el crecimiento personal y mejorar nuestra calidad de vida. Aprendiendo técnicas que nos permitan responder a los conflictos del día a día, de una forma sana, divertida y constructiva. De un modo más esquemático podríamos decir que los objetivos son los siguientes: Mejorar el autocontrol emocional. Perfeccionar la capacidad de introspección. Mejorar la conciencia corporal. Mejorar las habilidades sociales y comunicativas. Obtener recursos para hacer frente a la ansiedad. En definitiva, obtener recursos para mejorar la resolución de conflictos. Técnicas para desarrollar y potenciar la inteligencia emocional Además de las 2 mencionadas (el filtrado atencional y la arteterapia) existen muchas otras pequeñas acciones que ayudan a desarrollar la inteligencia emocional. Las puedes ver a continuación: 1. Observar nuestras reacciones emocionales durante los eventos del día. Es fácil aplazar los sentimientos de lo que se vive en el día a día, pero tomarse el tiempo para reconocer qué te hacen sentir tus experiencias es esencial para mejorar la inteligencia emocional. 2. Prestar atención a tu cuerpo. En vez de ignorar las manifestaciones físicas de tus emociones, empieza a escucharlas. Nuestras mentes y cuerpos no son entes separados, más bien se afectan entre sí a nivel muy profundo. Podrás elevar tu inteligencia emocional aprendiendo a interpretar las señales de tu cuerpo que te indican la clase de emociones que sientes. 3. Evitar juzgar tus propias emociones. Todas nuestras emociones son válidas, incluso las negativas. Si juzgamos nuestras emociones, inhibiremos nuestra capacidad para sentir plenamente, lo cual hará que nos sea más difícil aprovechar nuestras emociones de manera positiva. Todas nuestras emociones son una pieza nueva de información útil que están conectadas con algún acontecimiento en tu mundo personal. Sin esa información, no tendríamos idea de cómo reaccionar adecuadamente. 4. Ser abierto y agradable va de la mano con la inteligencia emocional. Una mente cerrada suele ser un indicador de una inteligencia emocional más baja. Cuando se tiene la mente abierta a través del entendimiento y la reflexión interna, es más fácil hacerles frente a los conflictos de una manera calmada y confiada. 5. Observar el efecto que tienes sobre los demás. Para elevar la inteligencia emocional, comprender las emociones de los demás supone la mitad del camino andado. También tendremos que comprender el efecto que tenemos sobre los demás. 6. Disminuir los niveles de estrés elevando nuestra inteligencia emocional. El estrés es un término amplio que hace referencia a la angustia que se siente debido a una gran variedad de emociones. Hay una enorme cantidad de causas que desencadena el estrés, cosa que podría convertir cualquier problema diario en algo mucho más desafiante de lo que en realidad es. Si estamos muy estresados, será difícil que nos podamos comportar de la manera que nos gustaría. 7. Empatía. Ser un oyente más activo y prestar una verdadera atención a lo que digan los demás nos ayudará a tener un mejor entendimiento de sus sentimientos. Cuando podamos usar esa información para tomar decisiones y m ejorar nuestras relaciones, será un signo inequívoco de que nuestra inteligencia emocional goza de buen estado de salud. La inteligencia emocional implica más que controlar los sentimientos y trabajar las emociones. También implica a la capacidad de controlarse a uno mismo.