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Analistas-Simbolicos-El-Poder-de-Los-Saberes-Expertos

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Andrés Granada
Analista Simbólico
http://andresgranada.wordpress.com
Los analistas simbólicos: el poder de los saberes expertos
Ana Engelman y Laura Zapata.
Introducción
El tratamiento del trabajo presentado es el resumen de los resultados parciales de una
investigación que hemos comenzado a principios de 2001 y sobre la cual seguimos
trabajando. El objetivo de la mencionada investigación se plantea describir a partir del
estudio de la Fundación Mediterránea las transformaciones del ámbito de la política, el rol de
los llamados think tanks y la emergencia de los saberes expertos. Consideramos que esta
fundación ha sido uno de los espacios decisivos en la diagramación de políticas en la
Argentina de los noventa.
Partimos de la hipótesis de pensar a dicha fundación como un tanque de pensamiento que
forma parte de la nueva estrategia de gobierno del neoliberalismo en la promoción de un
nuevo vínculo entre los expertos y la política. Esta participación ha contribuido a la mutación
del espacio político argentino otorgándole al saber experto un lugar privilegiado en la
confección de programas de gobierno y en la toma de decisiones políticas. La participación
del saber técnico en el diseño y ejecución de políticas institucionales involucró a nuevos
actores en el campo de la toma de decisiones: tanques de pensamiento, saberes expertos y
decisiones políticas establecieron un componente denso y novedoso con influyente
participación en la forma que adoptó la política contemporánea.
En este contexto estamos asistiendo a una importante transformación de la dinámica de los
procesos de producción, circulación y aplicación de los conocimientos y con ello a una
redefinición del papel del intelectual. Aparecen en escena los analistas simbólicos quienes
crean, distribuyen y aplican los saberes expertos basándose en tareas de registro y
resolución de problemas. El cambio significativo en el encuentro entre el mundo del saber y
la política involucra una superación de la división entre investigadores y decidores, a partir
de “contextos interactivos”donde participan diversos agentes con información parcial y
conocimientos locales. Se trata entonces de actores heterogéneos que intervienen en el
proceso de producción de conocimiento en el marco de una nueva manera de organización
basada en términos flexibles y transdisciplinarios.
Nuestra investigación pretende dar cuenta de la multiplicidad de conflictos y tensiones que
atraviesa el campo intelectual en las últimas décadas. Consideramos a este campo como un
espacio donde conviven diversas visiones del mundo, que lejos de perpetuar su lugar,
permanecen en continuo movimiento a la búsqueda de una posición privilegiada. En este
sentido, nos proponemos analizar esta problemática con la finalidad de buscar nuevas
interpretaciones y formular nuevas preguntas que permitan acrecentar nuestros
conocimientos sobre el tema.
Globalización: algunas transformaciones en el mundo del trabajo
En el nuevo escenario del trabajo la rigidez del viejo sistema se bate a duelo con la flamante
flexibilidad. Resulta necesario moldear el nuevo mercado laboral. El trabajo es flexible en la
medida en que se convierte en una variable económica manejable para los inversores. Las
nuevas categorías ocupacionales a las que hace referencia Robert Reich están elaboradas
sobre la producción de giros específicos en el campo de la movilidad espacio/temporal. La
formación del analista simbólico está en plena sintonía con los avances tecnológicos y los
mercados globalizados. El ritmo del mercado marca el paso de los aspirantes a ocupar
lugares estratégicos en la toma de decisiones. La búsqueda de la oportunidad se asocia a la
llegada en el momento justo en un panorama donde la creatividad y capacidad flexible
turnan su puesto en el trono.
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Identificación y solución de problemas, registros y manejo de datos forman parte de la larga
lista de actividades que los expertos del saber contemporáneo manejan a diario. La
revolución informática se presentó imprescindible para el funcionamiento de un mundo
global. Las exigencias de la globalización necesitaron del despliegue de nuevas tecnologías
para su desarrollo. La expansión técnica quedó asociada al progreso global en una relación
donde la interdependencia delineó las características de una asociación a largo plazo. En
este marco globalizante los servicios simbólico-analíticos pueden ser prestados de manera
universal por su dedicación al comercio de símbolos. Los analistas simbólicos simplifican la
realidad con imágenes abstractas que se pueden reordenar, alterar y experimentar con
ellas, comunicarlas a otros especialistas y, finalmente, convertirlas nuevamente en una
realidad. Para ello se utilizan instrumentos de análisis que van desde los argumentos legales
y tácticas financieras hasta principios científicos y observaciones psicológicas acerca de
cómo persuadir o entretener o cualquier otro tipo de técnica para resolver problemas.1 Por
las características de sus tareas, los analistas simbólicos se lanzan al mercado internacional
a la búsqueda del mejor postor. Sus ingresos dependen de sus capacidades en originalidad,
destreza y oportunidad. Además deben ser lo suficientemente hábiles para innovar sobre la
base de su propia experiencia acumulativa, garantizando así no sólo ingresos sino también
prestigio.
Esta resignificación del trabajo mediante la utilización de las nuevas tecnologías puede ser
interpretada como un mero ejemplo de las nuevas relaciones sociales post disciplinarias. La
capacitación permanente y el control continuo han reemplazado las pautas de las viejas
instituciones de encierro. Ya no se apuesta al sujeto localizado y numerado, el nuevo orden
social necesita servirse de sujetos fluctuantes y adaptables a los cambios vertiginoso de la
esfera global. La fábrica, la escuela y la cárcel juegan como visitantes los partidos que años
atrás habían presenciado como indiscutibles protagonistas. Aparecen nuevos jugadores en
el gran partido social. El nuevo mercado de trabajo marca un nuevo tipo de entrenamiento:
para estar en forma se requiere de la permanencia ilimitada en lugar de las horas pautadas
que la escuela o la fábrica “recomendaba” para la formación de jugadores saludables. En
este sentido parece pertinente transcribir las palabras de Robert Reich cuando afirma que,
“la educación del analista simbólico no finaliza con la graduación. Como lo muestran las
encuestas acerca de los ingresos en los Estados Unidos, una educación universitaria o
terciaria por lo general es necesaria, pero no suficiente, para tener éxito como analista
simbólico. El aprendizaje continúa en el trabajo.”2
Los procesos globalizadores incluyen separación y marginación social. Los globales se
separan del grupo de aquellos que quedan suspendidos en su localidad, cuando ser local en
la aldea globalizada es sinónimo de degradación social. Pareciera cierto entonces que,
como señala Ernesto López3, la fractura economía / sociedad en el contexto de una
globalización sin restricciones, implica una devaluación de la sociedad. La sociedad se
disgrega y se disloca; se pulveriza y se fragmenta. Entonces no sólo estaríamos hablando
de la precarización de las relaciones de trabajo sino, en palabras de Robert Castel4, de un
proceso que incluye una desestructuración marcada por todos los riesgos de
desestabilización que esto supone para los modos de vida y las redes relacionales. Lo que
se ve así amenazada ya no es únicamente la integración por el trabajo sino también la
inserción social al margen del trabajo.
La conocida mutación del capitalismo puede pensarse adjudicándole al capitalismo del siglo
XIX un rol que podríamos caratular como el gran concentrador de la producción y la
propiedad. Pero sucede que en la actualidad la ocupación del capitalismo ha cambiado: no
Reich, Robert: “El trabajo de las naciones. Hacia el capitalismo del SXXI”. Javier Vergara, Madrid, 1993. Pág.
181
2
Robert Reich Pág. 234
3
López Ernesto, “Globalización y democracia”, Congreso Español de Ciencias Políticas, Salamanca 2-4 de
octubre 1997, pág 64.
4
Castel, Robert: “De la exclusión como estado a la vulnerabilidad como proceso”. En Archipiélago. Cuadernos de
Crítica de la Cultura (21), 1995 (27-36)
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se interesa en la producción ni en la compra y venta de productos acabados, más bien se
concentra en la venta de servicios y en la compra de acciones. El capitalismo mundial
integrado5 no es un capitalismo de producción sino de productos; de ventas o de mercados.6
Esta transformación requiere de un alto grado de homogenización de los modos de
producción, circulación y consumo, así como de la formación de recursos humanos. El
análisis simbólico abarca procesos de reflexión y comunicación, antes que una producción
tangible. Los servicios analíticos simbólicos pueden prestarse universalmente y por eso se
compite con prestadores extranjeros. Lo que se vende no es un producto; lo que se
comercia son símbolos: datos, palabras, representaciones visuales y orales.
Tanques de pensamiento-analistas simbólicos y saberes expertos
“...aún contra las más intimas convicciones de los participantes, así
la autoridad política puede exigir los mayores sacrificios en nombre
de una razón técnica. La técnica crea una relación de desigualdad
confiriendo autoridad al portador del saber técnico.”7
Partimos de considerar que la Fundación Mediterránea8 se presentó como un espacio de
elaboración de estudios técnicos que en cuanto a sus contenidos contribuyó a afianzar el
rumbo de un conjunto de políticas económicas a lo largo de la década del 90. En su carácter
de espacio de producción y circulación de estas ideas introdujo ciertos cambios en el
proceso mismo de elaboración de políticas y consiguientemente en la manera de hacer
política en la Argentina de fin de siglo.
Sostenemos que los tanques de pensamiento surgen como introductor de ideas en el debate
político, buscando contribuir a la formulación de políticas en la ampliación y profundización
de pensamientos que alimentan el proceso de hacer políticas. Crean enclaves de
conocimiento basados en la autoridad, experiencia y práctica y los ofrece al público ya
filtrados, desprovistos de las circunstancias ajenas que las ideas recolectan durante el
proceso de formulación. Atrae al público que está, o bien ocupado para pensar, o que
necesita un atajo entre el mundo pensante y la aplicación práctica de ese pensamiento.9
La adopción de una fórmula jurídica ofrece un primer e importante punto de referencia para
el análisis de los tanques de pensamiento. La Fundación Mediterránea adopta la categoría
de “asociación civil sin fines de lucro”10, lo cual revela que detrás de su proceso de
conformación existió un conjunto de voluntades- aún cuando pudo haber habido líderescuyos propósitos eran los de cooperación para la conformación de una institución, y que por
lo tanto, se sometían a adoptar mecanismos internos de decisión más democráticosasambleas- y a elegir colectivamente la orientación de la misma.
5
Guattari Félix, “El capitalismo mundial integrado y la revolución molecular”, en Cartografías del deseo, Ed. La
Marca, Buenos Aires, 1995
6
Deleuze Pilles, “Post-scriptum sobre las sociedades del control”. En Gilles Deleuze: Conversaciones 19721990. PreTextos, Valencia, 1995, Pág. 283
7
Lechner, Norbert, “Poder y Orden. La estrategia de una minoría consistente”, en Revista Mexicana de
Sociología, N° 1.977, Pág. 1.242
8
Fundación Mediterránea institución creada en 1977 y el IRREAL (Instituto de Estudios Económicos sobre la
Realidad Argentina y Latinoamericana).
9
Cabe señalar que esta conceptualización de la actividad de los tanques de pensamiento ha sido extraída de: El
Rol de los Think Tanks en la formulación de las políticas internacionales, Chris Gamble, Consejo Argentino para
las Relaciones Internacionales (CARI) el 15 de noviembre del 2000, p.5.
10
Como se ve reflejado en el artículo 1 de los Estatutos: Con la denominación de “Fundación Mediterránea”, se
constituye una sociedad civil, sin fines de lucro, cuya organización y funcionamiento se adecua a las normas de
este Estatuto y Ley 19.836”.
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La independencia de criterio en las investigaciones, considerándola como alejamiento de
todo interés personal o sectorial y político, fue uno de los valores permanentes que
orientaron tanto la actividad de la Fundación Mediterránea como la del IEERAL.
La selección de los investigadores tuvo una gran importancia en lo que respecta a la calidad
de la producción intelectual, se tenían en cuenta los antecedentes universitarios y la
experiencia en materia de investigación, además de las aptitudes morales y personales que
les permitían conformar un equipo de excelencia. Algunas de las aptitudes pueden
resumirse en: claridad de objetivos, permanente contacto con la realidad, eficiencia
operativa, elevado espíritu de cuerpo, potencia comunicativa, liderazgo.
La Fundación Mediterránea se desarrolló como un espacio donde la invocación a un saber
superior, presumió que el conocimiento con que contaba era de carácter científicotecnológico, no político, y que por lo tanto, se encontraba más allá del conflicto social y de
los distintos grupos y sectores sociales. Reposando en estos principios su discurso se
proveía de cierta inmunidad ante las críticas. Las diversas demandas y reivindicaciones
sociales provenientes de los distintos sectores y clases podían ser descalificadas por usar
un lenguaje ideológico o político, siempre que fueran entendidas como un sinónimo de
representaciones e intereses particulares contrarios a los del conjunto. Ubicar al discurso
técnico más allá de singularidades y particularismos otorgó el impulso necesario para
asumirse como un discurso representativo de los intereses de conjunto. Como un discurso
de lo universal. Se configura de esta forma uno de los pilares del saber experto: la
presentación de un saber técnico desprovisto de ideología.11
En esta nueva relación entre el saber y la política el surgimiento de estas instituciones
semipúblicas o semiprivadas actúa como mediador de los circuitos de expertise. Por un lado
se constituyen como parte integradora de la elite dominante, mientras que, por otro, influyen
en los rumbos de las políticas implementadas desde el Estado.
La Fundación Mediterránea tiene una notable participación en las burocracias estatales. Se
presenta como un espacio caracterizado por el protagonismo de sus profesionales que
diagnosticaron y resolvieron variadas problemáticas dando lugar a una nueva articulación de
hegemonía. La gestión directa de los asuntos económicos en América Latina ha sido
encomendada a técnicos sin credenciales partidarias pero con reconocidos antecedentes
profesionales. En los últimos años se observa un avance de los técnicos –apartidarios- a los
más altos rangos de la toma de decisiones. Los actores externos que impulsaban desde
afuera de los límites de América Latina a tomar las decisiones de una reforma estructural,
tuvieron el acompañamiento de un grupo de técnicos y especialistas que colaboró en la
confección de diagnósticos autónomos que cumplieron un rol esencial en el consenso
necesario para aceptar las reformas. Las nuevas ocupaciones del intelectual lo presentan
insertado en una red que focaliza sus proyectos de investigación actuando como articulador
para dar soluciones a problemas de la realidad social. Los intelectuales expertos, aparecen
ligados al diagnóstico y el diseño, al monitoreo y la ejecución de políticas sociales. La
importancia reside en las redes de expertise ahora configuradas de manera casi autónoma
en organizaciones con un carácter semipúblico –o semiprivado-, sin fines de lucro, o bien
sostenidas por diversas fuentes de financiamiento, donde un grupo de técnicos elaboran sus
recomendaciones políticas.
La Fundación Mediterránea como tanque de pensamiento ha sido capaz de construir un
denso entramado de relaciones personales, profesionales y políticas que la conectan con
11
Observemos el discurso de Fulvio Pagani del 4 de julio de 1985 en la celebración del octavo aniversario: “Hace
ya ocho años, un grupo de empresarios cordobeses creamos la Fundación Mediterránea: Entendíamos que era
necesario apartarnos de los planteos meramente sectoriales para tratar de lograr una organización económica
del país capaz de supeditar los intereses individuales y sectoriales al interés general y de bienestar de todos los
argentinos”. “Ello no significa -desde luego- que dejaremos de participar en las diversas organizaciones
gremiales, ni que cada uno de nosotros tratara –legítimamente- de defender sus propios intereses.” “Nuestra
decisión significaba reconocerle una dimensión política –en el más alto contenido de esta acepción- al rol
empresarial. Dimensión que podía diluirse si sólo dedicábamos nuestros propios esfuerzos a la propia empresa”.
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toda una serie de instituciones afines. Resulta importante saber cual es la función del
experto dentro de dichas instituciones debido a que las maneras de influir en la toma de
decisiones y las acciones de gobierno varían según sea éste: un analista simbólico, un
intelectual delegativo, un tecnopolítico o un tecnoburócrata, según categorizan Brunner y
Barrios12
En este sentido consideramos que identificar las particularidades de la
intervención de cada tipo de intelectual posibilitará un mayor entendimiento de su inserción
en las arenas de decisiones políticas de la Argentina de los 90. Señala Thompson en un
trabajo de su autoría: “todo político o funcionario con aspiraciones, todo tomador de
decisiones de alto rango, cuenta con un "think tank" detrás que lo provee de ideas, lo
asesora en propuestas, lo conecta con las corrientes de pensamiento internacional o lo
apoya con datos e información en el debate político”.13
En la Fundación Mediterránea encontramos la categoría de intelectuales denominada
“analistas simbólicos”14. Estos expertos del saber técnico están dedicados a interactuar en
espacios flexibles donde se intercambian distintas clases de saberes. La educación formal
de los analistas simbólicos sigue un patrón común. Según Robert Reich, los jóvenes acuden
a colegios privados exclusivos, para luego proseguir sus estudios en las universidades más
selectivas y en prestigiosos institutos para graduados. Lo más importante es que estos
jóvenes aprendan a conceptualizar problemas y por eso la educación formal de un analista
simbólico incipiente requiere del perfeccionamiento en cuatro habilidades básicas:
abstracción, pensamiento sistémico, experimentación y colaboración.
Siguiendo el razonamiento que propone el autor, consideramos que los profesionales que
forman parte de la Fundación y del IEERAL cumplen, al menos en generalidades, con los
requisitos educacionales necesarios para convertirse en analistas simbólicos: todos han
cursado sus estudios en universidades prestigiosas de los Estados Unidos, centro
privilegiado de formación de analistas simbólicos en los últimos años.15 La educación del
aspirante a analista simbólico necesita ser complementada con el “aprendizaje sobre el
terreno”, esta experiencia les permite un manejo particular de las situaciones a la hora de
resolver problemas y ofrecer soluciones. La importancia de “aprender sobre el terreno”
proporciona el esfuerzo necesario para resolver los problemas complejos y genera nuevos
conocimientos profundizando la posibilidad de proponer soluciones operativas.16
Algunas transformaciones del campo intelectual
La aparición de los “portadores de saberes expertos” ha transformado los ámbitos políticos e
intelectuales. En los últimos tiempos se avanzó hasta lograr un lugar muy importante dentro
del campo intelectual desplazando a otros actores que habían ocupado lugares privilegiados
12
Nos referimos al trabajo: Inquisición, mercado y filantropía. Ciencias Sociales y autoritarismo en Argentina,
Brasil, Chile y Uruguay, FLACSO, 1987
13
Thompson Andrés, Think Tanks en la Argentina. Conocimiento, instituciones y política. Documentos CEDES,
julio 1994.
14
Según Brunner existen varios rasgos característicos del tipo de trabajo que desarrollan los analistas
simbólicos: -habitualmente sus ingresos no están ligados al tiempo que emplean en producir sus servicios sino a
la calidad, originalidad, oportunidad e inteligencia de los mismos.-sus carreras profesionales no son lineales o
jerárquicas sino que proceden a lo largo de una trayectoria que depende de su capacidad de trabajo, prestigio
acumulado, participación en redes.
15
Los profesionales convocados han cursado sus posgrados en el exterior: Aldo A. Arnaldo, doctorado en Yale,
Aldo A. Dadote, doctorado en Chicago, Carlos A. Givogri, doctorado en Vanderblit, Amalio H. Petrei, doctorado
en Chicago, quien en el primer año de actividad, colaboraba desde su lugar de trabajo en la OEA
16
Los economistas de la UNC, tuvieron experiencia en la función pública provincial. Algunos como asesores (por
ejemplo, en el Ministerio de Hacienda de Córdoba o en el Departamento de Programación Económica del
Ministerio de Economía) La experiencia profesional de los jóvenes economistas en la función pública resulta de
gran importancia debido a que fue un complemento a su formación teórica. La experiencia también fue un factor
a computar como influyente en el aprendizaje profesional que en este medio desarrollaban Cavallo y el resto de
los economistas que luego integrarían el IEERAL. La acumulación de experiencia se mostró como uno de los
puntos más importantes que hacían que la Fundación se destacara frente a otras instituciones de su misma
clase.
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- por ejemplo los técnicos de los años 80´- en tiempos no tan remotos.. Este avance y en
contrapartida este retroceso de otros tipos de intelectuales, conviven hoy en un campo en
lucha permanente. Cabe destacar también, las modificaciones de las prácticas políticas que
conllevaron a un cambio significativo en la forma de hacer política. La política
contemporánea negocia sus asuntos en forma privada. La aparición de nuevos espacios
-tanques de pensamiento, redes de expertise- van reemplazando espacios públicos de
participación tales como unidades básicas, comités y asociaciones sindicales. Espacios
donde la política se cubría de un tinte un tanto más público que el que viste ahora.
Los intelectuales tienen la función específica de producir y reproducir sentido, debido a que
cuentan con la capacidad de hacer públicas determinadas representaciones que constituyen
y condicionan la acción y las prácticas posibles. Son poseedores de una posición
fundamental en el juego político. Por este motivo, nos hemos centrado en la emergencia de
los analistas simbólicos, como los intelectuales que están íntimamente ligados al juego
político y que han desplazado de la escena a otros integrantes del campo en cuestión. Esta
nueva figura viene a reemplazar a lo que corrientemente se conocía como “técnico”. Aquel
que era concebido como un mediador entre las metas fijadas por los políticos y el público
destinatario de las acciones17. Mientras en este esquema el conocimiento era considerado
como un insumo producido externamente, hoy se encuentra directamente incorporado a los
actores.
Actualmente el cambio significativo en el encuentro entre el mundo del saber y la política
involucra una superación de la división entre investigadores y decidores, a partir de
“contextos interactivos”donde participan diversos agentes con información parcial y
conocimientos locales. Se trata entonces de actores heterogéneos que intervienen en el
proceso de producción de conocimiento en el marco de una nueva manera de organización
basada en términos flexibles y transdisciplinarios. Nos referimos a un conocimiento
planteado como un “saber hacer”, un conocimiento destreza cuya utilización se determina
por las oportunidades de la acción. Generalmente el conocimiento se postula como una
representación que busca, ante todo, comunicarse y obtener el reconocimiento de los
demás productores en el interior de sus respectivas comunidades. Pero complementando
esta faceta aparece la idea del conocimiento como destreza que permite a su poseedor un
actuar informado. Dicho conocimiento es practicado y sólo existe en forma incorporada, es
decir un saber en el cuerpo. Este cambio también intensifica la valoración del conocimiento
“práctico”, representado con un carácter superior al saber idealista o puramente
“representacional”. El cambio del saber representacional hacia el saber práctico es
concomitante con el tránsito operado desde la figura del intelectual hacia la del analista
simbólico. Entendemos que, más allá de esta transformación ambas posiciones no son
mutuamente excluyentes, sino que conviven en determinados espacios donde cada una
aporta sus visiones particulares del mundo.
Cambios en el mundo de la política.
Algunas discusiones que giran en torno al rol de la política en la actualidad, adjudican que la
subordinación de la esfera política a la económica, contribuye al vaciamiento de ideas y
crisis de representación del sistema político vigente. La expansión de la “sociedad” de
mercado se presenta como una de las causas que llevaron al vaciamiento de la política
otorgándole al saber técnico una relevancia inaudita en la historia política de este país. La
pérdida de poder de los elencos estatales y las transformaciones de las funciones del
Estado a nivel mundial, permitieron la entrada de otros actores al campo de las decisiones
políticas. Siguiendo los principios rectores que sostiene Pucciarelli en su libro,18las formas
17
Es útil las definiciones de Robert Merton: “el político señala las metas- los fines, los objetivos- y los técnicos, a
base de conocimiento especializado, indican diferentes medios para llegar a estos fines”, en “El papel del
intelectual en la burocracia pública”, FCE, México, 1987, Pág., 293
18
Pucciarelli Alfredo: La democracia que tenemos. Declinación económica, decadencia social y degradación
política en la Argentina actual. Libros del Rojas. UBA. Serie Extramuros. Buenos Aires 20001.
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tradicionales de la política han sido transformadas por un nuevo entramado de relaciones
que incluye en sus columnas diferentes protagonistas: consultoras y calificadoras
financieras, fundaciones y organismos de control internacional, medios de comunicación y
empresarios absentistas19. Sumándose a este nuevo elenco de la política, aparecen las
viejas formas tradicionales envasadas en partidos políticos, sindicatos y corporaciones.
La crisis de representación política manifiesta la presencia de una nueva forma de hacer
política que podría caracterizarse por su contenido antipopular y por los esfuerzos que
bregan a favor de los beneficios de una minoría influyente en el plano económico y social.
La vieja modalidad de representación se muestra transformada por la ruptura de los partidos
mayoritarios con sus tradiciones e identidades partidarias. Como ejemplo podemos
mencionar la contradicción existente entre las bases que identificaban al movimiento
peronista y las resoluciones liberales ortodoxas tomadas por el gobierno de Carlos Menem.
Este quiebre con la tradición partidaria agudizó la descomposición de las relaciones del
ámbito político con la sociedad civil.
La desintegración política aparece revalidada por el aumento de descrédito social hacia los
políticos, acompañado de la falta de legitimidad de las instituciones para garantizar la
confianza de los “representados”. La ausencia de compromisos partidarios contribuyó a la
aceptación por parte de los elencos gubernamentales a las orientaciones de los actores
socioeconómicos predominantes. El político-representante ha cambiado su rol tradicional
por el de administrador de un sistema político autosubsistente especializado en la obtención
y administración del poder político.20
Siguiendo estos lineamientos de análisis, podríamos decir que este nuevo entramado
tanques de pensamiento, analistas simbólicos y saberes expertos que opera en el campo
político, estaría en condiciones de formar parte de la nueva clase dominante argentina.
Según algunos autores21 este es un actor etéreo, pero para nada desinteresado, que ha
constituido en los años recientes, un singular Partido de los Negocios, con estrechas
conexiones con los actores socioeconómicos predominantes. Típico de los períodos de
globalización, este nuevo actor de la política, careciendo de los recursos legítimos para
acceder al poder, opera como un verdadero partido político. Presiona por sus ganancias,
combate por sus intereses y predica el discurso de la ‘antipolítica’ y el ‘antiestado’ que suena
tan coherente a sus conveniencias como lo son la ausencia de proyectos alternativos y la
exclusión del “interés general”.
Resulta fácil pensar que, con la implementación de esta modalidad política, el descontento y
la desconfianza social frente a las maquinarias de los partidos y frente a la labor de los
políticos, ha ido aumentando vertiginosamente en los últimos años. Desinterés y
desafección, eliminación del debate público y elaboración privada de la política, redes de
expertise, tanques de pensamiento y decisores políticos, son términos actualmente en
análisis que permitirán en un futuro comprender la realidad con argumentaciones nuevas y
herramientas distintas.
Podemos afirmar que estos intelectuales expertos vienen ocupando dentro de las elites
dirigentes, funciones que contribuyen a la formación de consensos donde se traman
vinculaciones entre diversos actores, donde se discuten y se deciden determinadas
acciones, donde se resuelve el sentido de una política. Parafraseando a Antonio Camou,
decimos que este nuevo entramado constituido por los analistas simbólicos y sus relaciones,
son parte sustantiva, y fundamental de la nueva elite dirigente que desde los albores de las
recuperaciones democráticas se han venido abriendo paso en las pirámides del poder.
19
Esta última categoría ha sido agregada al listado del autor entendida como lo expresa Bauman, op.cit., pág.17
Un tratamiento meticuloso del tema se puede encontrar en Pucciarelli, Alfredo: La Corporativización y la crisis
de legitimidad del sistema político, en La democracia que tenemos, op.cit. pág 59 y SS.
21
Nos referimos al aporte de Ricardo Sidicaro en La crisis del Estado y los actores políticos y socioeconómicos
en la Argentina (1989-2001) Libros del Rojas, Serie extramuros, Buenos Aires, 2001.
20
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Algunas conclusiones circunstanciales
La toma de decisiones políticas aparece orientada por lo que llamamos redes de expertise.
Este nuevo entramado incluye a sujetos de procedencia variada pero con finalidades
similares. La relación directa con organismos internacionales, la transferencia de varios de
los intelectuales técnicos que aportan ideas y definen “soluciones” a puestos claves de
definición de políticas y el inexistente margen de maniobra del Estado, conducen a la
conformación de una agenda política casi secreta que, lejos de incluir en sus obligaciones a
los intereses de la sociedad, organiza sus tareas con el objetivo de beneficiar a los actores
sociales predominantes. La aparición y consolidación de este nuevo entramado ha
transformado la composición de la elite dominante en la Argentina de fin de siglo.
La función de este entramado ligado a la confección de políticas públicas, se desarrolla
como catalizador de consenso, como una especie de partido transversal22 que atraviesa
diferentes formaciones políticas y que más allá de las cuestiones partidarias, marca el curso
de las decisiones y rumbos de políticas estratégicas.
De acuerdo con nuestra hipótesis de trabajo consideramos que la Fundación Mediterránea
desde su nacimiento agrupa intereses que en principio responden a un grupo de
empresarios cordobeses que unidos a los profesionales de la Universidad de Córdoba
contribuyen a configurar parte de la nueva elite dirigente. El fin perseguido consiste en
sujetar a los agentes económicos predominantes de acuerdo con patrones de análisis y
evaluación derivados de modelos y teorías económicas. Este funcionamiento opera bajo el
control de un Estado dispuesto a economizar el ejercicio del poder mediante toda una serie
de delegaciones de sus propias facultades.
Puede aventurarse también que la trascendencia de los dirigentes dentro y fuera de su
partido no se ata hoy tan directamente al consenso que éstos tengan entre sus afiliados,
sino a los espacios de poder que logren conquistar en la escena política y social más
amplia. La restricción a la participación del afiliado en la toma de decisiones de su partido ha
tenido como consecuencia la necesidad de crear otros ámbitos privados por fuera de las
estructuras partidarias desde los cuales pensar y actuar en política.
El mundo de la política atraviesa una crisis de representación que, entre otros efectos,
colabora en el aumento del descrédito hacia los mandatarios y miembros de la clase política.
Mientras el pensamiento de la clase dominante insiste en la no intervención del Estado, en
el achicamiento y en la retirada de ciertas funciones que lo caracterizaron en un pasado no
tan lejano, desde la sociedad se apela a un Estado benevolente que hasta el momento no
es visto como el enemigo de la sociedad civil, sino más bien se lo tiene en cuenta como
receptor de las demandas sociales. La indignación popular pasa por la ausencia de
respuestas a esas inquietudes. Actitud que está lo suficientemente apartada del sentido
antipolítico que, en varias circunstancias, se le quiere atribuir.
Por otra parte podemos concluir que el viejo esquema triangular de producción, difusión y
utilización da paso ahora a un sistema que se asemeja cada vez más a un contexto de
mercado dentro del cual se organizan los servicios desarrollados por los analistas
simbólicos. Se valoriza el servicio final más que el conocimiento ideal involucrado en las
complejas actividades de identificación, solución y arbitraje de problemas. Supone el empleo
de conocimientos, en la cantidad y de la calidad que sean necesarios, pero no valoriza
directamente al conocimiento como un bien simbólico, sino el servicio que lo manipula y
opera los efectos prácticos buscados. 23
22
Término utilizado en Camou, Antonio: op.cit. pág 97
En este sentido véase José Joaquín Brunner “Investigación social y decisiones políticas” Revista Sociedad N°
3, 1993.
23
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Bibliografía
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qué la burguesía abandona estrategias autoritarias y opta por la estabilidad democrática)”, en Acuña,
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