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Ayahuasca-Medicina-Del-Alma

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A y a hu a s c a
MEDICINA DEL ALM A
Diego R. Viegas | Néstor Berlanda
A y a hu a s c a
MEDICINA DEL ALM A
P r ó l og o: JAC QU E S M A B I T
Editorial Biblos
Viegas, Diego R.
Ayahuasca, medicina del alma / Diego R. Viegas y Néstor
Berlanda - 1ª ed. - Buenos Aires: Biblos, 2012
382 pp.; 23 x 16
ISBN 978-950-786-984-6
1. Antropología Cultural. I. Berlanda, Néstor. II. Título
CDD 306
Diseño de tapa: Luciano Tirabassi U.
Ilustración de tapa: Mónica Luisa García, Reencuentro conmigo,
1 x 1,20 m, acrílico sobre tela, 2010.
Armado: Ana Souza
© Los autores, 2012
© Editorial Biblos, 2012
Pasaje José M. Giuffra 318, C1064ADD Buenos Aires
[email protected] / www.editorialbiblos.com
Hecho el depósito que dispone la Ley 11.723
Impreso en la Argentina
No se permite la reproducción parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la
transmisión o la transformación de este libro, en cualquier forma o por cualquier
medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito del editor. Su infracción está penada por las
leyes 11.723 y 25.446.
Esta primera edición
VHWHUPLQyGHLPSULPLUHQ(OtDV3RUWHU7DOOHUHV*UiÀFRV
Plaza 1202, Buenos Aires,
República Argentina,
en julio de 2012.
A la memoria de Juan Ángel Giordanengo,
Susana Iside Fava y Enrique Gentile, que se nos
adelantaron demasiado rápido en esta senda,
pero aun así continúan guiándonos.
A la memoria de Juan Schobinger, arqueólogo emérito y miembro honorario de la Fundación
Mesa Verde.
D.R.V. y N.B.
A mi madre, por alentarme y acompañarme en toda mi travesía de investigación, y en la
vida. Y por permitirme ser quien soy.
A quienes acompañaron mi niñez y adolescencia y me ayudaron a crecer, en especial mis
abuelos y bisabuela.
A mi esposa, Alicia, por acompañarme en todos los avatares de la vida y de la profesión.
A mis hijos, Thiago y Luna.
A mi “hijomigo” Gastón.
N.B.
A Efre Sergio Gallini, por su apoyo y constante compañía, y por lo que la planta selló.
A mis padres Rodolfo y Lilia, que siguen ayudándome y sosteniéndome, aun cuando muchas
veces no hayan compartido las aventuras que
HVWHOLEURUHÁHMD
D.R.V.
Agradecimientos
A Javier Riera, nuestro editor, quien solicitó una obra de este tipo
cuando los autores la teníamos casi lista, y al equipo de edición de Editorial Biblos.
A Carlos Martínez Sarasola y Ana María Llamazares, porque siempre creyeron en este proyecto y lo impulsaron.
A Jacques Mabit, por su colaboración y su trabajo promoviendo la
medicina tradicional.
A Ariel Roldán, que ayudó con el costoso armado de las estadísticas
GHQXHVWURVSURWRFRORVGHLQYHVWLJDFLyQ\VXVJUiÀFDV
A todos aquellos que colaboraron con los protocolos de investigación
y que participaron en las actividades de la Fundación Mesa Verde desde hace casi veinte años.
A Antonio Muñoz Díaz, chamán del pueblo shipibo-konibo, sabio que
nos ha distinguido con su amistad desde hace tanto tiempo.
A la planta maestra del Amazonas, medicina del alma.
D.R.V. y N.B.
Índice
Prefacio
El grito de la Madre
Jacques Mabit ............................................................................................ 15
Introducción ............................................................................................
La medicina del alma.................................................................................
Nuestro encuentro con la ayahuasca ........................................................
Estudios centrados en el aspecto emocional (timopsique)
y registros propios......................................................................................
Importancia de la ayahuasca para las ciencias humanas y de la salud ......
La experiencia tipo.....................................................................................
19
19
21
26
31
34
Capítulo 1
Botánica y bioquímica de la ayahuasca............................................
Algunas nociones de botánica, química y farmacología ...........................
'LVWULEXFLyQJHRJUiÀFDGHODD\DKXDVFD\SODQWDVDGLWLYDV....................
Más que “una planta”, un complejo compuesto ........................................
La ciencia indígena y la biopiratería occidental.......................................
Ayahuasca y dimetiltriptamina (DMT) .......................................................
Efectos de la ayahuasca en el cerebro.......................................................
41
41
45
47
47
51
62
Capítulo 2
Etnografías y crónicas .......................................................................... 65
La Amazonia occidental............................................................................. 65
Venezuela ................................................................................................... 67
Brasil .......................................................................................................... 69
Colombia..................................................................................................... 73
Ecuador..................................................................................................... 100
Perú........................................................................................................... 115
Bolivia....................................................................................................... 154
Capítulo 3
Iglesias neoayahuasqueras en Brasil .............................................. 163
Los nuevos cultos enteogénicos ............................................................... 163
Santo Daime .............................................................................................
Unión del Vegetal.....................................................................................
Barquinha.................................................................................................
/RVFUXFHVFLHQWtÀFROHJDOHV.....................................................................
Reglamentaciones para el consumo religioso .........................................
Elementos comunes a todas las iglesias de la ayahuasca......................
Capítulo 4
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQ
GHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV ...................................................................
Neurotransmisores y estados no ordinarios de conciencia ....................
Aspectos sensoperceptivos del uso de ayahuasca ..............................
Los estados ampliados de conciencia..................................................
Contenidos y elaboraciones más comunes por efecto de la ayahuasca ......
Duelos...................................................................................................
Desprenderse de cosas y personas que murieron ..............................
Saldar deudas o cuentas pendientes ..................................................
&RQÁLFWRVHQODVUHODFLRQHVSHUVRQDOHV ..............................................
Transporte a la infancia, paneo por la vida y
experiencias “perinatales” .................................................................
,GHQWLÀFDUVHFRQHOVXIULPLHQWRDMHQR'RORUWULVWH]D
o enfermedades orgánicas..................................................................
Enfrentarse a sí mismo y a los propios miedos. Aceptarse.
“Renacimiento”...................................................................................
Visiones de “futuro” propias, de amigos o familiares ........................
Visiones sobre sentimientos de otros..................................................
El error del modelo experimental de esquizofrenia o psicosis...............
Sujeto que construye experiencia versus sujeto como objeto de
la percepción ........................................................................................
Tres casos de “autocuraciones”................................................................
Plasticidad neuronal ................................................................................
Revisión y precisiones sobre los efectos psicoterapéuticos de
la ayahuasca ........................................................................................
Capítulo 5
Las otras realidades o “antípodas de la mente”............................
Mantis, jaguares, ovnis, templos, “mujer-planta”… .............................
Encuentro con un habitante de las antípodas mentales: la mantis ......
Mantis y ayahuasca.............................................................................
La mantis en leyendas, mitos, arte y en la cultura pop ....................
Jaguares en la ciudad..........................................................................
Ovnis en la selva..................................................................................
La mujer-planta: presencia femenina verde, o la imagen misma de
la ayahuasca.......................................................................................
166
173
179
184
188
190
193
194
196
298
205
205
207
209
209
211
214
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222
224
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235
242
243
247
247
249
251
254
259
264
272
Paramecio o protoplasma hiperespacial dotado de conciencia ..............
Serpientes, lagartijas, dragones, insectos...............................................
Temas precolombinos u orientales: tramas, ornamentos y templos .....
Entendimiento profundo sobre aspectos últimos de la vida,
Dios, el universo, la Tierra..................................................................
Coincidencias en el espacio semántico de las visiones...........................
El DMTverso y los mundos imaginales… ¿la planta me habla? ..............
Las visiones de los chamanes ..................................................................
277
279
295
288
291
297
302
Capítulo 6
Aspectos legales en torno a la ayahuasca....................................... 311
A modo de conclusión.......................................................................... 319
Apéndices
1. Efectos psicomotores, cognitivos y emocionales de la ayahuasca
medidos en cien voluntarios de la Argentina mediante la
Hallucinogen Rating Scale (HRS)
Diego R. Viegas, Ariel Roldán y Fundación Mesa Verde........................ 329
2. Efectos a largo plazo del consumo ritual de ayahuasca en
salud mental (síntesis)
Josep Maria Fábregas.............................................................................. 353
3. Etnias que hacen uso ritual de ayahuasca y plantas aditivas
que agregan al brebaje............................................................................. 357
4. Himnos de las iglesias ayahuasqueras de Brasil ............................... 363
Bibliografía ............................................................................................ 367
PREFACIO
El grito de la Madre
Cuando las barreras del racionalismo positivista y reduccionista
amenazaban condenar toda esperanza de apertura a nuevos espacios
para la modernidad, apareció desde el fondo de la selva amazónica el
grito de la ayahuasca. La “enredadera del alma” ofrecía una posible
respuesta a los enredos de un sujeto occidentalizado, “macdonalizado”,
invitado luego de las barbaridades del siglo XXDXQDÀORVRItDSHVLPLVWD
y autodestructiva de la existencia. Si Dios había muerto, el hombre no
le iba a sobrevivir largo rato…
En las décadas de 1950 y 1960, algunos atrevidos representantes
del nec plus ultra de la sociedad occidental (como Timothy Leary y sus
colegas de Harvard), destinados a constituir la nueva elite del “mejor de
los mundos”, decidieron traicionar su fatal destino y codearse con unos
indios analfabetos de la selva amazónica que fungían de curanderos.
De esta manera descubrieron la ayahuasca y otras plantas psicoactivas
sagradas en esas culturas. Volvieron deslumbrados de sus aventuras
\FRQHVDHXIRULD\WHPHULGDGSURSLDVGHORVQHyÀWRVXQJLpQGRVHHOORV
mismos profetas de tiempos venideros, anunciaron la revolución de la
Nueva Era (New Age). Sin embargo, todavía marcados por el apresuraPLHQWR\ODREVHVLYDHÀFLHQFLDGHODPRGHUQLGDGSRUHOUHFKD]RDWRGD
estructura de mediación sacerdotal entendida como limitación a su libertad individual, sucumbieron a la tendencia materialista y reduccioQLVWDTXHORVLPSUHJQDED$VtGHMDQGRGHODGRHOIROFORUHVXSHUÁXRGH
la ritualidad ancestral, pregonaron un uso lúdico e indiscriminado de
las moléculas psicoactivas. Esa arrogante profanación de la sacralidad
generó la terrible debacle de las adicciones… y su contrapartida no menos nociva de una absurda “guerra a las drogas”.
Es que el “grito de la Madre” muchas veces es escuchado como invitación a una regresión indiferenciada hacia los orígenes de la naturaleza, y en especial de la naturaleza humana, a semejanza de una suerte
de incesto colectivo que invita a la dilución en el Todo… o la Nada. Esa
llamada maternal parece más bien ser el eco de la llamada del Padre de
[ 15 ]
16
Ayahuasca, medicina del alma
los Vivientes, que empuja hacia la realización de nuestra vocación humana más profunda, o la más alta, que consiste a celebrar la Vida aquí
y ahora, en el único lugar que nos corresponde a cada uno en la historia
GHODKXPDQLGDG<HOORVLJQLÀFDDFHSWDUFDPLQDUSDXVDGDPHQWHKDFLD
la individuación, la diferenciación paulatina, mediante la confrontación
genuina, paciente y esforzada con las partes más oscuras de nuestra
vida individual y colectiva. Los maestros guardianes de la tradición
ancestral nos recuerdan que la forma es esencial en esta peregrinación,
y que la estructura ritual no representa un mero adorno sugestivo sino
la condición necesaria para no perderse en el camino.
El hiato doloroso del individuo posmoderno tal vez se resuma en el
dilema o descuartizamiento entre varias facetas de su “ser en el mundo”
que no encuentran un espacio interno de integración, mientras usa cotidianamente tecnologías futuristas que no entiende, vive experiencias
extrasensoriales o fenómenos paranormales sobre los cuales la ciencia
RÀFLDOTXHGDPXGD/RVSULQFLSLRVGHODFLHQFLDHXFOLGLDQDQHZWRQLDQD
que funge de nuevo mito fundador hasta alcanzar el estatus de religión
con su propia inquisición, se revelan inadecuados para dar cuenta de
numerosos fenómenos complejos, compatibles sin embargo con la física
cuántica. La medicina alopática, tendencia hegemónica, se apoya en
las reglas de la termodinámica del siglo XIX, actúa a nivel molecular
R D OR PHMRU D QLYHO DWyPLFR \ ÀQJH LJQRUDU OD GLPHQVLyQ HQHUJpWLFD
los descubrimientos de la relatividad y el nivel subatómico puesto en
evidencia en la física o la biología. Así, tenemos a un sujeto partido de
manera esquizofrénica entre un funcionamiento social asentado en fundamentos prerrelativistas y vivencias cotidianas e internas que apelan
al pensamiento relativista. Dolorosa disociación.
La psicología del caos, inspirada de la teoría del mismo nombre
iniciada por el premio Nobel de química Ilya Prigogine, postula que
el ser humano es comparable a un sistema informacional vivo que se
activa con la acumulación de nuevos datos hasta saturarse y llegar a
una crisis emergente, donde se presenta una bifurcación, sea hacia una
reorganización neguentrópica, de donde surge un nuevo soplo de vida,
o hacia una degeneración en una muerte entrópica. En este lugar de
la bifurcación posible, el individuo se encuentra en la soledad de un
espacio de deliberación interna donde ejerce su verdadera libertad. Y
podemos asimilar la audacia del salto hacia la opción neguentrópica
a un puro acto de fe. Parece que esta crisis emergente alcanza hoy dimensiones colectivas que condicionan un futuro esperanzador o una
conducta suicida global.
Es en este espacio donde convergen, en nuestros tiempos de globalización, individuos de todos los horizontes cuestionados por las con-
Prefacio
17
tradicciones de la modernidad, procedentes de las canteras más formales de la ciencia o de religiones institucionalizadas. Personas con
sufrimiento psíquico o físico, otras capturadas por comportamientos o
FRQVXPRVDGLFWLYRVVXMHWRVGHVHQFDQWDGRVSRUODVÀORVRItDVPRGHUQDV
herederos mestizados de las tradiciones ancestrales, artistas en busca
de inspiración: todos debaten en este espacio de deliberación interna
entre libertad auténtica y libertinaje, entre síntesis y sincretismo, entre unión diferenciada y fusión indiferenciada, entre vida y muerte, en
pocas palabras.
/D´0DGUHGHODVPDGUHVµïODD\DKXDVFD\VXVSODQWDVGLVFtSXORVï
con su metalenguaje universal y transcultural, precisamente permite
hablar coherentemente al oído de cada uno de los sujetos de esta torre
GH%DEHOPRGHUQD\DFDGDXQRGLULJLUVHGHPDQHUDHVSHFtÀFD\VLQJXODU(QQXHVWUDpSRFDDQXQFLDGD\FDOLÀFDGDSRUORVSURIHWDVDQGLQRV
como “tiempo de los chaka-runa” (hombres-puente), la ayahuasca asuPH HVD IXQFLyQ ´SRQWLÀFDOµ IUHQWH D ODV IXHU]DV FHQWUtSHWDV \ GLVRFLDGRUDVGHODPRGHUQLGDG&RKHUHQWHFRQORVGHVFXEULPLHQWRVFLHQWtÀFRV
más avanzados y el advenimiento de una ciencia de la complejidad, con
la esencia de las religiones y su necesaria reconexión con la dimensión
mística, afín a las necesidades pragmáticas de la medicina y las exigencias de la bondad y del conocimiento, la ayahuasca responde a la
DVSLUDFLyQ IXQGDPHQWDO \ VDOYtÀFD GHO VHU KXPDQR GH HQFRQWUDUVH D
sí mismo en ese espacio de integración que tanta falta le hace hoy. Y
basada en esa reconciliación con nuestra naturaleza humana, nuestras
raíces culturales, nuestra herencia personal y colectiva, la biografía y el
cuerpo que nos son propios, se va gestionando en su seno la formulación
de un nuevo paradigma. Para una fecundación fructífera, esta era nueva deberá trascender los tanteos erráticos del New Age en sus inicios y,
para ello, nutrirse humildemente de la sabiduría de la tradición: la Old
Age, tanto en las raíces chamánicas de los pueblos primigenios como
en la riqueza de la propia tradición occidental, esquivando las trampas
nefastas tanto de la satanización de lo otro como de su idealización,
incluyendo en tal “otro” también la misma ayahuasca.
La presente obra permite recorrer esos múltiples caminos de la
ayahuasca, desde el más tradicional e indígena hasta el más selecto del
SHQVDPLHQWRFLHQWtÀFRRFFLGHQWDOGHORWHyULFRKDVWDORSUDJPiWLFR$Vt
contribuye a la creación de aquel espacio de integración y al fomento de
una esperanza para nuestro siglo.
Jacques Mabit, Tarapoto, Perú, febrero de 2011
Introducción
Nosotros no vivimos en ese tipo de sociedad (chamánica), de modo que cuando exploramos los efectos
de esas plantas y tratamos de llamar la atención sobre ellas, lo hacemos por tratarse de un fenómeno. No
sé qué podemos hacer con este fenómeno, pero tengo
el presentimiento de que tiene un gran potencial. Mi
predisposición mental ante el tema es simplemente
exploratoria y baconiana: delinear los mapas y recolectar los hechos.
Terence McKenna
El que duda y no investiga se torna no sólo infeliz sino también injusto.
Blaise Pascal
…Enra aboi maton iora meäbo. Enra chorroböae,
Magia botivi kapa aketana,
Ja magia Ja ribi ona ioribanesshó,
Ja uramoribi Unaio ri banesshó aki eara böae…
(…Yo estoy desatando sus cuerpos
estoy abriendo toda la magia poderosa,
esta magia he aprendido,
esta oración también he aprendido…)
Canto del chamán shipibo-konibo don Antonio Muñoz Díaz
La medicina del alma
En la última década, la Argentina no ha quedado ajena al reciente
fenómeno global de la expansión y difusión de una pócima de plantas
amazónicas conocida por su nombre quechua “ayahuasca”. Aquel mágico
y casi secreto brebaje que hasta hace unos cincuenta años sólo circulaba
[ 19 ]
20
Ayahuasca, medicina del alma
entre los pueblos originarios de la selva y sobre el que se hablaba sólo
HQDOJXQDVSXEOLFDFLRQHVFLHQWtÀFDVHVSHFLDOL]DGDVKR\VHSRSXODUL]D
en los medios de comunicación masivos, se multiplica en citas de redes
VRFLDOHV\PLOHVGHVLWLRVZHEVHRIUHFHHQWDOOHUHVWHUDSpXWLFRVVHVLRQHV
religiosas o excursiones turísticas, y provoca unos cuantos problemas
administrativos, aduaneros y legales. Pero, ¿qué es esta ayahuasca que
irrumpe en la cotidianidad urbana occidental con la fuerza que le otorgan nuestras propias carencias socioculturales? Se trata de una planta
–más precisamente una liana– de la que resulta una infusión mediante
la cocción prolongada de esa liana junto con las hojas de un arbusto, y
en ocasiones otros vegetales adicionales. Esta bebida indígena es uno
de los más poderosos enteógenos que se conocen. El vocablo “enteógeno”
(del griego en-theos: “dios dentro de uno”) es un neologismo acuñado
por los estudiosos Carl Ruck, Robert Gordon Wasson y Jonathan Ott
(Ruck et al., 1979), para desechar antiguos términos inadecuados, y
UHÀHUHFRQWRGDSURSLHGDGDODVVXVWDQFLDVYHJHWDOHVXWLOL]DGDVGHVGH
la prehistoria en contextos rituales chamánicos, religiosos, proféticos o
reverentes, que según las tradiciones arcaicas promueven estados beaWtÀFRV\GHLQVSLUDFLyQRWRUJDGRVSRUORVHVStULWXVRGLRVHV1RVHWUDWD
entonces de un “alucinógeno” ni de un “psicodélico”, expresiones que
conllevan una connotación de patología, enfermedad mental o escapismo. Por el contrario, para los nativos amazónicos, su “planta maestra”
otorga sanidad, remedio, fortaleza espiritual y confrontación profunda con los abismos psicológicos. Lejos de facilitar “ilusiones”, ayuda a
percibir la realidad tal cual es. Para la cosmovisión de estos pueblos
selváticos, es la entidad natural (y sobrenatural) que enseña, permite a
los médicos aborígenes hacer diagnósticos, tratar dolencias o adivinar.
Si hemos de seguir “el punto de vista del nativo” (“la descripción emic”,
como dicen los antropólogos), no hay dudas de que para los miembros
de las sociedades originarias la ayahuasca es una medicina, si bien el
VLJQLÀFDGRTXHHOORVGDQDHVDQRFLyQHVPiVSURIXQGRTXHORVDOFDQFHV
somáticos y mecanicistas habituales en nuestra cultura occidental. Es
una Medicina con mayúsculas, porque sana antes que nada al alma y
provee las herramientas para contactar con los espíritus y las esencias
ocultas de la naturaleza.
La ayahuasca tiene una capacidad extraordinaria para colocarnos
en una dimensión de conciencia donde el presente se vuelve cristalino y
el pasado se recuerda e integra con intensidad, despejando el camino a
seguir y actualizando así la antigua máxima que sobresalía en el templo de Apolo en Delfos: “Conócete a ti mismo”.
Concretamente, la bebida suscita un estado ampliado de conciencia durante el cual pueden emerger contenidos emocionales de carácter
Introducción
21
ELRJUiÀFRPDQLIHVWDUVHLPiJHQHVWUDQVSHUVRQDOHV\WUDQVFXOWXUDOHVR
lograrse la sensación de conciencia expandida o unidad con el universo.
El milenario compuesto reproduce exactamente lo que nos ocurre todas
las noches al dormir. Así como la sustancia bioquímica conocida como
dimetiltripamina (DMT, segregada naturalmente por nuestro cerebro) se
SRQHHQMXHJRDOÀQDOGHFDGDGtDFRDG\XYDQGRHOPHFDQLVPRGHOVXHño, de la misma manera la DMT que se encuentra en la ayahuasca produce a quien la ingiere una especie de sueño consciente. Si el sueño es
la llave al inconsciente, como postulara la terapia de Freud a comienzos
del siglo XX, el “sueño despierto” provocado por la medicina amazónica
es también el acceso a los depósitos reprimidos no conscientes, donde
HOH[SHULPHQWDGRU REWLHQHXQDSHUFHSFLyQSURIXQGDGH VXVFRQÁLFWRV
A ello se suman algunos efectos propiamente farmacológicos de la sustancia, como su potencial antidepresivo, que sigue siendo investigado.
La notoriedad que esta medicina del alma ha alcanzado en los últiPRVDxRVWDQWRHQQXHVWURSDtVFRPRHQJUDQSDUWHGHOPXQGRMXVWLÀcaba la aparición de una obra como ésta, en la que pretendemos abordar su botánica, química, geografía, etnografía, historia, psicología,
psiquiatría y aspectos jurídicos, además de contribuir al mejor conocimiento de sus derivaciones a través de estadísticas propias y los testimonios de voluntarios argentinos que describieron tanto sus efectos
terapéuticos como sus secuelas más allá de la conciencia del ego y de
la propia cultura, en travesías psicológicas numinosas de contenidos
cósmicos, genealógicos, colectivos o ajenos.
Nuestro encuentro con la ayahuasca
&RQ HO ÀQ GH SURPRYHU UHVSHWDU YDORUDU \ SURWHJHU HO VDEHU DQcestral de la medicina tradicional como elemento de transformación,
evolución y cambio, este libro surge de los trabajos realizados por la
Fundación Mesa Verde (FMV), proyecto grupal comprometido con la inYHVWLJDFLyQ FLHQWtÀFD HO HVWXGLR \ OD GLIXVLyQ GH ODV UHODFLRQHV HQWUH
sociedad, cultura, realidad y conciencia, en el marco de los lineamientos
sociales, culturales y de salud de los distintos pueblos indios de nuestra
América Latina. Integrada por profesionales de ciencias sociales y de
salud, desde sus inicios la Fundación ha llevado a cabo actividades de
análisis y difusión mediante tres programas de investigación: “Aleph”,
basado en estudios sobre mitos contemporáneos y fenómenos culturales
del nuevo milenio en relación con el folclore ancestral y su posible proyección futura; “Abya-Yala”, dedicado a conocimientos que arrojan luz
sobre los actuales problemas ecológicos y de destrucción acelerada de la
22
Ayahuasca, medicina del alma
biodiversidad, y “Archaic”, el programa más directamente relacionado
con la ayahuasca y esta obra, por cuanto se propone abarcar un terreno
limítrofe entre lo establecido y lo por establecer, una zona con muchos
JULVHVTXHSRFRDSRFRHPSLH]DDVHUFODULÀFDGDFX\RVWHPDVFHQWUDOHV
son la etnobotánica, los enteógenos, el chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis, así como la antigua sabiduría aborigen y su relación con
los estados no ordinarios de conciencia, su potencial reestructurador
del psiquismo y la salud humanas, entre otras técnicas de espiritualidad, ampliación de conciencia y psicología autóctonas heredadas por
milenios.
Este último programa, surgido tras haber establecido contacto en
1996 con la desaparecida entidad AMETRA-Ucayali (aplicación de medicina tradicional) de la comunidad shipibo-konibo (hoy devenida Centro
Shipibo-Konibo) con sede en Yarinacocha (región amazónica del Perú),
nos permitió tomar contacto con distintas etnias indígenas interesadas
en difundir su cultura y conocimientos en un marco de acuerdos de
intercambio y cooperación, fundamentalmente en cuanto a sus técnicas medicinales, abordajes psicológicos y aun su cosmogonía. En esta
H[SHULHQFLDWUDEDMDPRVSDUDXQUHFRQRFLPLHQWRGHOHVWXGLRFLHQWtÀFRGH
las propiedades terapéuticas de la medicina tradicional amazónica, en
especial el uso tradicional de la bebida ritual ayahuasca y sus posibilidades psicoterapéuticas en la cultura occidental.
Una investigación de tan amplios alcances, si bien vinculada al terreno de las emociones y los arquetipos, la psicología y sus ramas analítica
y transpersonal, no podía omitir la asistencia de los métodos etnográÀFRV \ VRFLRDQWURSROyJLFRV GDGR TXH VHJ~Q HYLGHQFLDV GH OD DUTXHRORgía la sustancia medicinal elegida como objeto de estudio ha sido usada
por más de setenta pueblos y etnias de la Amazonia desde hace por lo
menos cuatro milenios. Concretamente, la documentación arqueológica
más antigua asociada a la ayahuasca data del año 3000 a.C., en la cultura Valdivia de Ecuador (3500-1800 a.C.). Como para la preparación de
esta bebida es necesaria una cocción de larga duración, se ha evaluado
el límite inferior del origen de su uso al inicio de la producción cerámicoalfarera, una conquista americana típica del período Protoneolítico con
Cerámica y especialmente el Formativo (Schobinger, 1988: 15-24). De las
PDQXIDFWXUDVGHHVWDFXOWXUDVHKDQHQFRQWUDGRQXPHURVDVÀJXUDVDQtropomorfas bicéfalas, una característica distintiva del efecto de plantas
enteógenas que inducen el fenómeno psíquico del dialogismo, fase en la
cual el individuo desdobla su personalidad, generándose en él una doble
conciencia dialógica (según postula Josep María Fericgla, 1994b, 1997).
La evidencia arqueológica señala asimismo una asociación entre el uso
de la ayahuasca y el erotismo, como en los vasos de terracota plasmados
Introducción
23
D PRGR GH ÀJXUDV KXPDQDV TXH EHEHQ R WLHQHQ HQ XQD PDQR XQ UHFLpiente con ayahuasca y con la otra mano se masturban (Samorini, 2001;
Andritzky, 1989; Naranjo, 1986, 1995). Fuera de las difíciles pruebas arqueológicas en un medio ambiente como la selva, a través de los diversos
mitos orales de origen del yagé o ayahuasca –que se entrelazan con los remotos orígenes paleoindios de estos pueblos amazónicos– se supone también un profundo empleo y consumo prehistórico de la sustancia, aunque
ORVDXWRUHVGLÀHUDQ\QDGLHSXHGDGHÀQLUXQDFURQRORJtDFHUWHUD(QWDO
sentido nos basta saber que existe un milenario uso de esta sustancia
en el chamanismo y la medicina tradicional de casi todas las culturas
que tuvieron su desarrollo desde el noroeste de Colombia hasta la tierra
baja del sur de Bolivia, al este hasta la zona del Orinoco y el interior del
Amazonas brasileño, como los tukanos del Vaupés, los kofanes, ingas
y sionas del Putumayo (Amazonia colombiana), los kashinahuas, amahuacas, asháninkas y shipibos-konibos del Ucayali (Amazonia peruana),
ORV VKXDUV $PD]RQLD HFXDWRULDQD ORV ZDNXHQDL IURQWHUD DPD]yQLFD
Venezuela-Brasil), etcétera.
Puestos a explorar este milenario uso, naturalmente acompañado
de un profundo conocimiento asociado, un know how cuya herencia ancestral va pasando oralmente de generación en generación entre los
chamanes amazónicos, un primer viaje de uno de los miembros de la
institución a las zonas de Pucallpa, Yarinacocha y San Francisco, en el
Perú oriental, permitió aquel contacto con la Asociación AMETRA-UcayaOLHQWLGDGVLQÀQHVGHOXFURHQVXPRPHQWRÀQDQFLDGDSRUHOJRELHUQR
sueco, cuyo principal objetivo era el rescate, a través de los chamanes
existentes en la zona, del conocimiento referido y su puesta en servicio
para la atención primaria de la salud en poblaciones alejadas del río
8FD\DOLGRQGHQRVHWHQtDDFFHVRRELHQVHWHQtDXQDFFHVRGHÀFLHQWHD
la medicina y farmacopea occidental.
Conocimos por intermedio de esta asociación a don Antonio Muñoz
'tD] ÀJXUDV\ GHSXUDHWQLDVKLSLERNRQLER IDPLOLDHWQROLQJtVtica SDQR ELOLQJHGLVFtSXORGHXQWtRDEXHORSHUWHQHFLHQWHDODFODVH
de chamanes superiores llamada müeraia, quien accedió gustosamente
DOHPSOHRGHODVWpFQLFDVHWQRJUiÀFDV/DVPLVPDVVHUHDOL]DURQHQRFKR
viajes sucesivos (1999, 2000, 2003, 2005, 2007, 2008 2010 y 2011). Luego
de una exhaustiva revisión de material teórico en torno al amplísimo
tema del chamanismo, a través de sus más ilustres especialistas (Mircea
Eliade, Herbert Baldus, Piers Vitebsky, Michel Perrin, Mario CalifaQR$QDWLOGH,GR\DJD0ROLQD-XDQ6FKRELQJHUïTXLHQIXHGHVGH
hasta su muerte miembro honorario de )09ï, Alfred Métraux, Jeremy
1DUE\0LKiO\+RSSiO3HWHU7)XUVW+ROJHU.DOZHLW5REHUW*RUGRQ
Wasson, Stanley Krippner, entre otros), recogimos todos los anteceden-
24
Ayahuasca, medicina del alma
tes clásicos disponibles de trabajos de campo efectuados en diferentes
poblaciones ayahuasqueras: William Torres C. (sikuamis), Pedro Fernandes Leite da Luz (hupda-makús), Julio César Melatti (marubos),
Gerhard Baer (matsigenkas), Jean-Pierre Chaumeil (yaguas), Kenneth
Kensinger y Elsje María Lagrou (kashinahuas), Gerald Weiss y Jeremy
Narby (asháninkas), Janet Siskind (amahuacas), Carlos Junquera (haUDNPEHW 3HWHU*RZ SLURV *UDKDP7RZQVOH\ \DPLQDKXDV 0LFKDHO
Harner, Elke Mader y Josep Fericgla (shuars), Marlene Dobkin de Ríos
(mestizos de Iquitos), Gerardo Reichel-Dolmatoff (tukanos y desanas),
Stephen Hugh-Jones (barasanas), Irving Goldman (kubeos), Mario Califano (kofanes), Michael Taussig (ingas), William Vickers y Jean LangGRQ VLRQDV 0LJXHOGHOD4XDGUD6DOFHGR ZDLNDQDVR\XUXWtV +RUDFLR
Guerrero (kamsás), María Susana Cipoletti (secoyas), Fernando Pagés
Larraya (ese’ejja), incluso los afamados clásicos de Manuel Villavicencio, Richard Spruce y Richard Evans Schultes (záparos, tukanos y demás grupos étnicos), entre otros. Asimismo, consultamos antecedentes
GHWUDEDMRVGHFDPSRHVSHFtÀFRVVREUHHOFKDPDQLVPRGHODFXOWXUDVKLpibo-konibo, como los de Luis Eduardo Luna, Angelika Gebhart-Sayer,
Clara Cárdenas Timoteo y Guillermo Arévalo, entre otros.
En la misma dirección, trabamos amistad en Perú con Jacques
7RXUQRQItVLFRTXtPLFR\DQWURSyORJRIUDQFpVïLQYHVWLJDGRUGHO&HQWUR
1DFLRQDOGH,QYHVWLJDFLRQHV&LHQWtÀFDV CNRS) de la Universidad de PaUtVïGHVGHKDFHPiVGHYHLQWLFLQFRDxRVHVWXGLRVRGHODFXOWXUDVKLSLER
konibo, quien nos brindó acceso a sus valiosos trabajos, así como con
Anders Hansson, etnobotánico sueco con más de treinta años de residencia en la zona de Yarinacocha, Perú. Además, pudimos efectuar
una recolección de importantes datos mediante diálogos con el chamán
PHVWL]R YHJHWDOLVWD 3DEOR$PDULQJR IDPRVRSRUUHÁHMDU
en sus pinturas artísticas sus propias experiencias visionarias y coautor junto a Luis Eduardo Luna de la obra Ayahuasca visions.
Por lo demás, nos enriqueció en 2009 la participación como ponentes
del Primer Encuentro sobre Medicinas Tradicionales, Interculturalidad
y Salud Mental en Tarapoto, Perú, donde conocimos in situ el trabajo
del médico francés Jacques Mabit en la clínica de recuperación de adicWRV 7DNLZDVL FRQ HO XVR GH D\DKXDVFD SODQWDV SXUJDQWHV GHVLQWR[Lcantes, y las técnicas chamánicas indígenas de esta región de la Selva
Alta, tanto como las ponencias de otros colegas eméritos de la talla de
Germán Zuluaga (Centro de Estudios Médicos Interculturales, CEMI,
Colombia), Josep María Fábregas (Instituto de Etnopsicología Amazónica Aplicada, IDEAA, España), Benny Shanon (Universidad Hebraica
GH-HUXVDOpQ )HUQDQGR0HQGLYH /DERUDWRULR7DNLZDVL3HU~ (VWKHU
Jean Langdon (Universidad Federal de Santa Catarina, Brasil), Ricar-
Introducción
25
GR 'tD] 0D\RUJD &RORPELD (GZDUG 0DF 5DH 8QLYHUVLGDG )HGHUDO
de Bahía, Brasil), Bia Labate (Unicamp, San Pablo, Brasil), entre otros.
Asimismo, en 2011 durante el Encuentro “Ayahuasca e o Tratamiento
da Dependencia” en la Universidad de San Pablo (Brasil) disertamos,
debatimos, aprendimos y lanzamos líneas de labor conjunta con estudiosos del área, entre ellos Marcelo Mercante (antropólogo, USP), Rosa
*LRYH PpGLFD 7DNLZDVL :LOVRQ *RQ]DJD SVLTXLDWUD \ +HQULTXH
Carneiro (historiador).
Paralelamente a la recolección de antecedentes y material teórico,
efectuamos diversas entrevistas de varias horas de duración a nuestro
SULQFLSDOLQIRUPDQWH$QWRQLR0XxR]'tD]DFHUFDGHVXRÀFLRWUDGLFLRnal, sus concepciones de enfermedad-curación, sus visiones, el modo
HQ TXH FRQWUROD \ XWLOL]D OD D\DKXDVFD VXV ÀQHV HWF $O UHJLVWUR DXGLRYLVXDOGHHVWDVHQWUHYLVWDVVXPDPRVODÀOPDFLyQGHWDOODGDGHXQD
FHUHPRQLD GH VDQDFLyQ WUDGLFLRQDO RÀFLDGD SRU pO HQ SOHQD RVFXULGDG
gracias a la tecnología “0-lux”, que permitió una observación imposible
de lograr mediante los métodos ordinarios en antropología. Otro orgullo
para nuestra Fundación es haber sido los primeros en la larga historia
de las grabaciones de cantos chamánicos en diversas partes del mundo
(Viegas, 2005) en concretar un almacenamiento completamente digital
y en CD de tres icaros (cantos chamánicos) shipibos, con su correspondiente traducción al castellano. También realizamos observaciones generales de la vida de estas poblaciones en las localidades de Pucallpa,
Yarinacocha, San Francisco, Santa Clara, Tiruntán, Pahoyán, Contamana, Puerto Nuevo, Tarapoto y Lamas (Amazonia peruana), y posteriormente Macas y poblados cercanos (Amazonia ecuatoriana, junto
a Susana Fava) y Cruzeiro do Sul (Acre, Amazonia brasileña, junto a
Ariel Roldán).
De las entrevistas y observaciones, fueron desprendiéndose ejes temáticos que al ser cruzados con conceptos provenientes de los antecedentes y material teórico arrojaron como resultado un cuerpo de hipótesis articuladoras y conclusiones que continúan en revisión y análisis. El
sistema “médico” o de intervención directa en lo sociopsicosomático de
los shipibo-konibo del Ucayali representa, por supuesto sobre la base de
su particular cosmovisión del mundo y de la realidad, una complicadísima suma de saberes que incluye el sama-cushi o dieta, indispensable
en la iniciación del futuro chamán, y en otros momentos precisos, su
formación, su paulatino control del estado visionario, la distinción de
las diversas clases de nishi öni (ayahuasca), sus aditivos y preparación, el conocimiento de todas las demás plantas medicinales con sus
correspondientes simbolismos o teofanías, uso de icaros, así como otras
herramientas para la sanación de enfermedades propias de su cultura:
26
Ayahuasca, medicina del alma
aplicación de medicina herbolaria, saberes de “huesero” (traumatólogo
nativo), conocimiento de sucesos que presuntamente ocurren en la lejanía y otras informaciones importantes para la sociedad que no pueden
obtenerse de un modo convencional (adivinación y clarividencia, búsqueda de objetos perdidos).
Estudios centrados en el aspecto emocional (timopsique)
y registros propios
Al analizar los efectos de la ayahuasca sobre los estados de conciencia hay que tener presente que toda investigación de los efectos que un
fármaco o sustancia provoca sobre el sistema nervioso central puede
UHDOL]DUVHHQWUHVQLYHOHVHOHVWULFWDPHQWHELRTXtPLFRHOÀVLROyJLFR\
el psicológico. En el primer nivel se realizan estudios sobre los productos del metabolismo de la sustancia, tanto en sangre como en orina y
RWURVÁXLGRVFRUSRUDOHV([LVWHQWpFQLFDVPiVFRPSOHMDVGHQRPLQDGDV
de neuroimagen PET (tomografía de emisión de positrones), SPET (tomografía de emisión de fotones simples) o RMNF (resonancia magnética nuclear funcional), las que además de ofrecer una imagen morfológica y
estática del sistema nervioso central permiten conocer cuál es su estado
biológico dinámico. Los altísimos costos para acceder a estas técnicas
nos han hecho avanzar por el momento en los otros dos niveles; y si bien
nos contactamos con algunas entidades que cuentan con los aparatos
necesarios para realizarlas, esperamos la colaboración de potenciales
lectores con acceso a las mismas.
El segundo nivel de investigación contempla el registro de la actividad eléctrica neuronal. Como sabemos, la permeabilidad de la membrana al intercambiar iones produce cambios en los potenciales eléctricos
transmembrana; hoy en día es imposible detectar en el ser humano los
cambios individuales en cada neurona, pero sí es factible registrar la
actividad eléctrica global a través del cuero cabelludo mediante electroencefalograma. El registro del electroencefalograma (EEG) sometido
DWUDWDPLHQWRVPDWHPiWLFRVSHUPLWHGHWHUPLQDUXQDVHULHÀQDOGHYDriables (alfa, delta, beta o theta). Se trata de frecuencias dominantes
que varían de acuerdo con el fármaco o la sustancia utilizada. La utilidad de estas mediciones ha permitido estimar la dosis efectiva mínima,
así como inicio, pico y duración de un efecto. En nuestro caso particular,
contamos con un EEG propio cuyas pruebas aún no permiten presentar
conclusiones publicables.
Finalmente, en el nivel psicológico entramos en un terreno por demás complejo, propio únicamente de los seres humanos: la dimensión
Introducción
27
de lo subjetivo. Para que una sustancia pueda ser catalogada de psicofármaco –o de neuropsicomolécula, término de última generación
HQ SVLTXLDWUtD ELROyJLFDï IRU]RVDPHQWH GHEH DFWXDU HQ HO WHUUHQR GH
lo psicológico, es decir, debe producir cambios a nivel conductual. Que
SURGX]FDPRGLÀFDFLRQHVELRTXtPLFDVRQHXURÀVLROyJLFDVQREDVWDSDUD
determinar que produce cambios en la conducta humana; es por ello
que debe evaluarse su acción en este nivel. Esta evaluación puede hacerse en dos partes: 1) en la noopsique, es decir todo aquello que se
relaciona con el procesamiento de la actividad psicomotriz realizada a
través de distintas pruebas, o 2) en la timopsique, que tiene que ver con
todo lo emocional. Esta última evaluación se hace a partir de escalas
que tienen sumo valor en la clínica psiquiátrica, por ejemplo la de depresión de Hamilton (heteroadministrada, entrevista observacional), la
de Montgomery-Asberg (heteroadministrada, entrevista) y la escala de
ansiedad como la de Taylor o Zung, de riesgo suicida, entre otras.
(VSUHFLVDPHQWHHQHVWHSXQWRGRQGHÀMDPRVQXHVWURHVWXGLRSDUD
lo cual utilizamos la Hallucinogen Rating Scale (HRS), o escala de evaluación de los efectos subjetivos de los alucinógenos, desarrollada por
Rick Strassman, psiquiatra de la Universidad de Nuevo México. Esta
escala contiene cien preguntas agrupadas en seis factores clínicos: cognición, volición, somatoestesia, intensidad, percepción y afecto; fue utilizada por Strassman para su investigación sobre los efectos de la DMT,
y también por Jordi Riba y Manuel Barbanoj, del hospital de la Santa
Creu i Sant Pau de Barcelona, en un trabajo sobre la ayahuasca con
dieciocho voluntarios (al respecto, véase el Apéndice 1).
A esta escala sumamos una propia que contempla algunos datos
más subjetivos sobre la experiencia vivida, además de parámetros del
ambiente, del estado previo a la ingesta y factores como variación de la
presión arterial durante la experiencia. Tenemos a la fecha cien protocolos de investigación completos, sin contar los registros o diarios personales de nuestras propias experiencias, en las que trabajamos durante
los últimos quince años. Debe aclararse que miles de voluntarios efectuaron una o más sesiones facilitadas por la FMV en ese mismo período
(particularmente desde 2003), pero la gran mayoría declinaba llenar
ODVÀFKDVUHTXHULGDVDOJRFRPSUHQVLEOHWHQLHQGRHQFXHQWDODLQHIDELlidad de las vivencias obtenidas en estados ampliados de conciencia y la
no obligatoriedad de su redacción, por lo cual llegar a los cien protocolos
fue un logro y un esfuerzo importante.
Cuando hablamos de registros propios estamos haciendo referencia
a la primera etapa de nuestro trabajo, realizada entre octubre de 1996
y mediados de 1999. Se constituyó entonces un grupo de doce personas:
dos psiquiatras, tres psicólogos, dos estudiantes de psicología, un estu-
28
Ayahuasca, medicina del alma
diante de medicina, una médica clínica, un estudiante de historia, un
abogado estudiante de antropología y un empleado administrativo. Entre octubre de 1996 y mediados de 1998 se realizaron experiencias con
ayahuasca –traída de la selva amazónica peruana por un integrante del
grupo– cada quince días. Generalmente participaban de la ingesta entre siete y ocho personas, habiendo en la mayoría de los casos uno o dos
sujetos que no consumían la infusión y, en algunos casos, una psicóloga
FOtQLFD TXH RÀFLDED GH REVHUYDGRUD (O SURPHGLR GH D\DKXDVFD LQJHULGRHUDGHPOSRUSHUVRQD/DVH[SHULHQFLDVVHKDFtDQORVÀQHVGH
semana, generalmente viernes o sábado por la noche. El día posterior
a la ingesta, en primer lugar se grababa en video o audio las vivencias
individuales; posteriormente se trabajaba en grupo lo vivido y se contiQXDEDFRQORPLVPRHOÀQGHVHPDQDVLJXLHQWH
Cabe destacar que todos los profesionales en salud mental teníamos
vasta experiencia clínica y de trabajo en terapia de grupos, por lo que se
aprovechaba al máximo el material resultante de las sesiones.
Cada uno de los participantes del grupo llegó a cumplimentar entre
25 y 35 sesiones de ayahuasca a lo largo de los aproximadamente dieciocho meses. El material resultante en cuanto a vivencias individuales, dosis promedio, efectos y duración de las mismas, condiciones del
consumo, estados emocionales antes, durante y después de las sesiones,
entre otros aspectos, fue continuamente retrabajado y supervisado, lo
que nos permitió ajustar los parámetros necesarios para la confección
GH XQD SODQLOOD GH UHJLVWUR TXH SXVLPRV HQ PDUFKD D ÀQHV GH Luego, entre 1998 y 1999, las sesiones fueron espaciándose y se trabajó
fundamentalmente a nivel teórico. Muchos de los resultados de estas
experiencias, que coinciden con trabajos realizados en otras partes del
mundo, nos permitieron aprender sobre características propias de la
sustancia y cómo manejar algunos de los estados que produce; tener en
cuenta sus riesgos, forma de consumo, la importancia del ayuno como
lo dictan las técnicas indígenas, dietas previas, etcétera.
Este profundo trabajo de grupo motivó que aparecieran diferencias
en cuanto a objetivos, plazos, ideas y otras cuestiones, lo que produjo el
recambio de algunos de los integrantes, que si bien continuaron trabajando en este tema y compartiendo algunos criterios, se alejaron de la
LQVWLWXFLyQ&RQMXQWDPHQWHFRQHVWHUHFDPELRVHÀMDURQPiVFODUDPHQWH
los objetivos y las metas de la FMV en torno a los tres programas ya descriptos, abriéndose nuevos ejes temáticos que concluyeron con nuevos
viajes a la selva, intercambio de experiencias con otros grupos de trabajo,
los ya mencionados contactos a nivel internacional y nuevos encuentros
con los auténticos sabios de la ayahuasca: los unaia (chamanes) Antonio Muñoz Díaz, Asencia Sánchez Canayo y su hijo Wilder (shipibos de
Introducción
29
Perú), el uwishín FKDPiQ -XOLR7LZLUDP7DLVK VKXDUGH(FXDGRU \ORV
payés FKDPDQHV )UDQFLVFD\VXKLMR7XFKDZD VKDZDQDZDVGH%UDVLO sin dejar de considerar a su vez la sabiduría más cercana del sanador
espiritual Aguarapire Seacandirú (tupí-guaraní del noroeste argentino,
gran conocedor de todas las plantas maestras de América del Sur, incluido el cipó –la liana de la ayahuasca– con el que se relacionaron también
sus ancestros provenientes del Mato Grosso).1 Se pudo generar entonces
mayor control de los protocolos utilizados, así como también una más
FRPSOHWDUHFROHFFLyQGHGDWRVWDQWRGHH[SHULHQFLDVFRPRHWQRJUiÀFRV
Se complementaba así el nombre de la Fundación Mesa Verde con
cuatro conceptos que hacían las veces de subtítulo: “Sociedad, cultura,
realidad y conciencia”. Tal como ya hemos dicho, este proceso dio como
resultado un cuerpo de hipótesis y conclusiones que están en permanente revisión y estudio.
En estos aspectos clínicos basamos las dos primeras etapas del trabajo; nuestra intención ahora es profundizar lo biológico-bioquímico, lo
HOHFWURÀVLROyJLFR \ WRGRV ORV GDWRV HWQRJUiÀFRV TXH VH SXHGDQ REWHQHU
&DEHDFODUDUTXHHVWDDXWRH[SHULPHQWDFLyQHQJUXSRHQQDGDGLÀHUHGH
las realizadas en la década de 1960 cuando estas sustancias (enteogénicas) despertaban un interés genuino en el campo psiquiátrico en una serie
de líneas de investigación tanto básicas como clínicas y terapéuticas. Todo
1.Al respecto cabe acotar que la etnología clásica conoce poco y nada del ancestral uso tupíguaraní de la ayahuasca en el noroeste argentino. Los grupos “chiriguanos” que llegan a
la zona en el siglo XV –según nuestro amigo e informante Aguarapire– hicieron un empleo
continuo de esta poderosa liana hasta la década de 1980, como objeto mágico-simbólico
de unidad en las costuras de las cañas de las viviendas tradicionales, en el bordado de
las hamacas terapéuticas y como encantamiento amoroso en infusiones junto al tabaco.
El brebaje se disponía sólo en ritos muy secretos entre ypayés (chamanes), iniciación de
un discípulo o cuando un paciente tenía una conexión espiritual con la liana. De hecho
en Colombia y Ecuador se denomina a la ayahuasca yagé, vocablo tupí-guaraní que
VLJQLÀFD´H[SUHVLyQµ´H[SUHVHPRVµR´PDQLIHVWHPRVQXHVWUDH[LVWHQFLDµ\HQ%UDVLOVXHOH
llamarse a la liana cipó, que proviene del vocablo guaraní yhjypóTXHVLJQLÀFD´HVHQFLD
del poder de la mano de la abuela”. Esther Jean Langdon, en su conferencia “Encontros
HQWUH RV JXDUDQL H D\DKXDVFD XP HVWXGR GH FDVRµ 7DUDSRWR UHÀHUH TXH HQ OD
aldea guaraní Aguas Claras del estado de Santa Catarina, al sur de Brasil, un equipo
de funcionarios de salud estatales, miembros de un grupo neochamánico internacional
y referentes del culto Santo Daime introdujeron la ayahuasca para reducir el consumo
abusivo de alcohol. Líderes comunitarios adoptaron la sustancia como propia asegurando
que “siempre había formado parte de su cultura y tradición”. Para la mayoría de los
etnógrafos, se trataría de una estrategia de adaptación y renacimiento, pero nosotros
tomamos seriamente las palabras de estos indígenas brasileños, considerando que esta
entusiasta incorporación deriva de un auténtico “recuerdo transpersonal”, una verdadera
“memoria ancestral” brindada por el yagé.
30
Ayahuasca, medicina del alma
ello se vio lamentablemente interrumpido cuando se alzaron algunas barreras legales de matiz sociopolítico. De hecho, en el campo clínico se advierte una notable “sequía” de trabajos de experimentación en los últimos
treinta años; sólo algunas publicaciones de David Young (1974) y Richard
Yensen (1985) siguieron llamando la atención de los especialistas.
En los años 90, este estado de cosas cambió un poco y aparecieron
en numerosas universidades varias investigaciones, principalmente en
Estados Unidos y Suiza. Los trabajos experimentales con sustancias
YLVLRQDULDVRDPSOLÀFDGRUDVGHODFRQFLHQFLD PDOOODPDGRV´DOXFLQyJHnos”) consideradas desde tres puntos de vista: como psicomiméticos (inductores de una psicosis modelo o experimental), como psicolíticos (que
alteran la relación entre el consciente y el inconsciente, creando así un
estado útil para la psicoterapia) o como psicodélicos (que facilitan experiencias cumbres y místicas cuando se administran en dosis y sitios
adecuados, induciendo cambios profundos, duraderos y positivos en la
personalidad),2 nos abren un panorama alentador en el conocimiento de
los estados psicopatológicos y de la psique profunda del hombre.
Las opiniones acerca de la validez de la autoexperimentación han
suscitado controversias, y su debate aún no termina. Lo cierto es que
la historia de la psiquiatría está plagada de descripciones de aquellos
que pasaron por experiencias de este tipo. Por ejemplo, el psiquiatra
canadiense Humphrey Osmond opinaba en 1957: “Cuando se trabaja
en psicosis experimentales, habríamos de empezar siempre por nosotros mismos. ¿Cómo podríamos llegar a comprender el testimonio de
otro, sin el cual se corre el riesgo de reducir el valor de esta experiencia?”. Hace unos años, durante un congreso de psiquiatría realizado
en la ciudad de Mar del Plata, asimismo, un colega exponía al público
que todos aquellos que medicamos con haloperidol deberíamos probarlo alguna vez para saber lo que le ocasiona al paciente. Se trata
de posiciones quizá extremas, con las que se podrá acordar o no, pero
lo cierto es que a los que emprendimos esta investigación allá por
1996, lo que aprendimos y experimentamos nos sirvió de mucho no
sólo en nuestra práctica clínica sino también en la faz personal. Lejos
GHHVWDUWHUPLQDGRSXHVHOWUDEDMRUHFLpQHPSLH]DVLHVFLHQWtÀFRR
VHXGRFLHQWtÀFRTXHGDUiDFULWHULRGHDTXHOTXHTXLHUDMX]JDUORSHUR
hay que tener en cuenta en primer lugar que lo que hicimos y estamos
haciendo no es muy distinto de las investigaciones pioneras con estas
sustancias y, por otro lado, como hecho fundamental, antes de opinar
(VWD DÀUPDFLyQ GH <HQVHQ SXHGH DSOLFDUVH D FRPSXHVWRV QDWXUDOHV FRPR OD
ayahuasca.
Introducción
31
acerca de un tema hay que informarse y tener muy presente desde qué
supuestos se lo hace.
Hasta aquí lo que podemos anticipar en cuanto a la parte netamente
clínica de la ayahuasca. Los otros aspectos que nos interesan, por un lado
el netamente antropológico y cultural, y por el otro algunos hechos bioquíPLFRVSURSLRVGHOFRPSXHVWRTXHGDQUHÁHMDGRVORPiVH[KDXVWLYDPHQWH
posible en los seis capítulos de este libro: “Botánica y bioquímica de la
ayahuasca”, “Etnografías y crónicas”, “Iglesias neoayahuasqueras en BraVLOµ ´([SHULHQFLDV GH FRQWHQLGR DXWRELRJUiÀFR \ UHVROXFLyQ GH FRQÁLFWRV
emocionales”, “Las otras realidades o «antípodas de la mente»” y “Aspectos
legales en torno a la ayahuasca”. El último apartado, “A modo de concluVLyQµUH~QHXQDVHULHGHUHÁH[LRQHVVREUHHOIHQyPHQRGHODD\DKXDVFDHQ
la Argentina y algunas consecuencias de carácter epistemológico.
Importancia de la ayahuasca para
las ciencias humanas y de la salud
La ayahuasca, a diferencia de otros compuestos psicoactivos encontrados en la naturaleza, es una mixtura de varios compuestos psicoactivos que terminan constituyendo un brebaje color ocre y olor a veces
nauseabundo. Su psicoactividad y los otros efectos que produce no hay
que buscarlos únicamente en las características propias de las sustancias que lo componen, sino en cómo opera en su totalidad (“el todo
es más que la suma de las partes”). Este rasgo particular lo hace un
compuesto único dentro de los llamados enteógenos; y no consideramos
arriesgado proclamar que estamos ante el primer compuesto que puede actuar de manera psicoterapéutica, movilizando contenidos inconscientes, como veremos, y también actuar a nivel psicofarmacológico, ya
que las sustancias que lo componen tienen actividad similar a algunas
drogas de utilidad actual en psiquiatría. Por ello, un poco en broma, decimos habitualmente en nuestras conferencias que el té de ayahuasca
“contiene un psicólogo y un psiquiatra chiquitos”.
“Ayahuasca” es una palabra quechua (lengua franca hablada en el
mundo andino y en buena parte de la Amazonia occidental) que sigQLÀFD´OLDQDRVRJDGHOPXHUWRµ R´GHORVHVStULWXVµ &RPRRFXUUHFRQ
un 25% de todas las drogas farmacéuticas hechas a base de vegetales
tropicales, la mixtura de ayahuasca es también un descubrimiento o
creación de los indígenas amazónicos y un enigma etnobotánico hasta
la actualidad. Concretamente, su uso se extiende desde el noroeste de
Colombia hasta las tierras bajas del sur de Bolivia, al este y oeste de los
Andes, y hasta el interior de la zona del Orinoco.
32
Ayahuasca, medicina del alma
&RPR \D DQWLFLSDPRV QR KD\ GDWRV ÀGHGLJQRV GH FXiQGR \ GyQGH
comenzó el uso ceremonial de ayahuasca. Según algunos antropólogos,
FRPRODEUDVLOHxD%HDWUL]/DEDWHQRKDEUtDSUXHEDVÀGHGLJQDV HWQRKLVWyULFDV\HWQRJUiÀFDVDOPHQRV GHXQXVRDQWHULRUDORVTXLQLHQWRV
años; sin embargo, según Pedro Porras (1985) y Plutarco Naranjo (1969)
hay que pensar en al menos dos o tres mil años antes de la era cristiana.
En las fases Sanay (Río Pastaza, 2400 a.C.) los arqueólogos encontraron
SLH]DV FHUiPLFDV ULWXDOHV TXH UHSUHVHQWDQ PLWRV GLYHUVRV FRQ ÀJXUDV
antropomorfas bicéfalas, las que hablarían de un efecto característico de
esta bebida sagrada panamazónica: el fenómeno psíquico del desdoblamiento de la conciencia del individuo. En las fases Cotundo (1500-200
a.C.) y Casanga-Pillaro (400 a.C. al 700 d.C.) aparecen vasos de terracota asociados con mayor certeza a la ingesta de ayahuasca pero, dado
que para la preparación del brebaje es necesaria una cocción de larga
duración (hasta doce horas), se ha evaluado el límite inferior de empleo al inicio de la producción cerámica. En cualquier caso, sus legítimos
dueños pertenecen a más de setenta pueblos diferentes, distribuidos en
XQDVGHFHQDVGHIDPLOLDVOLQJtVWLFDVGLVWLQWDVTXHFRQRFHQHOPLVPR
preparado con un nombre propio conforme a su idioma, un conocimiento
y uso variado según su cultura y una preparación con plantas regionales frecuentemente distintas, a lo que hay que sumar los aditivos que
VXHOHQHFKDUVHDODSRFLyQHQWUHORVTXHVHKDQFODVLÀFDGRXQRVQRYHQWD
vegetales, de los cuales una cuarta parte son psicoactivos de por sí.
La mayoría de las etnias reservan la ingesta de este poderoso enteógeno al chamán, que ha sido entrenado de acuerdo con sus tradicioQHV GXUDQWH PXFKRV DxRV PHGLDQWH VDFULÀFDGRV D\XQRV DEVWLQHQFLDV
y aprendizajes para controlar los efectos psicoactivos junto a un maestro. Existían también, por ejemplo entre las comunidades shuar, asháQLQNDNDVKLQDZDPDLKXQDHVH·HMMDFHUHPRQLDVFROHFWLYDVFDVLVLHPpre reservadas a los hombres y a las mujeres que ya no menstruaban.
En estas ceremonias los hombres se sentían contenidos y solían buscar
información relativa al porvenir o a objetos perdidos, información que
no podían obtener de otro modo y que resultaba importante para toda
la comunidad.
Las sesiones de ayahuasca fueron tradicionalmente eventos al mismo
tiempo médicos, psicológicos, sociales, cosmológicos y musicales (el chamán amazónico canta para curar y frecuentemente usa un lenguaje retórico especial que le es dictado por los “espíritus” en su trance visionario).
En 1852, el botánico Richard Spruce fue el primer hombre blanco que
bebió una tasa de ayahuasca en la selva de Ecuador, seguido de cerca por
el geógrafo Villavicencio, que lo hizo en 1858. El célebre antropólogo alePiQ7KHRGRU.RFK*UQEHUJWRPyGRVWDVDVHQWUH\6LQHP-
Introducción
33
bargo, fue en los últimos cincuenta años cuando los químicos descubrieron que tras las lianas del género Banisteriopsis caapi y los arbustos del
tipo Psychotria viridis o Diplopterys cabreana se escondía un verdadero
SUHSDUDGR´FLHQWtÀFRµ1DGLHVDEHFyPRFDUHFLHQGRGHHOHPHQWRVFRPR
nuestros modernos microscopios, hace al menos unos cuatro mil años tribus selváticas supieron combinar la dimetiltriptamina (DMT) de las hojas
GHWDOHVDUEXVWRVïFRPSXHVWRTXHHVWDUtDLQYROXFUDGRHQODLPDJLQHUtD
GHOVXHxR\TXHSURGXFHHIHFWRVYLVLRQDULRVïFRQKDUPLQDKDUPDOLQD\
tetrahidroharmina (THH) presente en el bejuco, que contiene un inhibidor
de la monoaminooxidasa (IMAO), de lo que resulta que la DMT no se degrada a nivel intestinal y llega al cerebro potenciando la pequeña cantidad
de DMT que naturalmente existe en el órgano. Esta genial combinación ha
permitido, en primer lugar, que la sustancia activa visionaria pueda ser
administrada en forma oral, y en segundo lugar, que los efectos psicoactivos buscados duren entre cinco y seis horas.
,QYDULDEOHPHQWH ORV LQGtJHQDV DÀUPDQ TXH HVH FRPSXHVWR OHV IXH
GDGRSRUODPLVPDSODQWDVDJUDGDRSRUODSURSLDQDWXUDOH]DDÀUPDción que el etnólogo Jeremy Narby tomó muy en serio en su obra La
serpiente cósmicaHLQWHQWyWUDGXFLUDQXHVWUROHQJXDMHFLHQWtÀFRWHFQROyJLFRUHODFLRQiQGRODFRQODLQIRUPDFLyQXQLYHUVDOFRGLÀFDGDHQHOADN:
los neurotransmisores y los fotones.
Así como en la década de 1950 el legendario aventurero Fernando
3DJpV /DUUD\D IXH HO SULPHU FLHQWtÀFR DUJHQWLQR HQ WUDHU D\DKXDVFD
para su análisis químico en la Universidad de Buenos Aires y en las
dos décadas anteriores el naturalista Juan Aníbal Domínguez incorporó muestras de la liana al Museo de Farmacología de Buenos Aires,
en 1996 la Fundación Mesa Verde de Rosario fue la primera en realizar un taller vivencial-experimental argentino, convocando al conocido
estudioso colombiano de la ayahuasca Luis Eduardo Luna, y en 1999
también invitó a nuestro país por vez primera a un auténtico chamán
amazónico shipibo-konibo “puro” –Antonio Muñoz Díaz– para brindar
una serie de conferencias y colaborar con nuestros estudios médicos y
HWQRJUiÀFRV ÀJXUD Fuera del ámbito de la antropología sociocultural o de los trabajos de
etnopsiquiatría, pocos artículos sobre este tema llegaron a las revistas
de masivo consumo popular en Occidente en las décadas del 60 y 70 (referencias parciales de las actividades de Richard Evans Schultes o de
escritores beats y hippies como Allen Ginsberg y William Burroughs).
Pero desde los años 80 y 90, acompañando el auge de las iglesias sincréticas ayahuasqueras en Brasil, como Santo Daime y Unión del Vegetal, y los viajes turísticos new age aprovechados fundamentalmente por
estadounidenses y europeos en busca de “romanticismo chamánico”, la
34
Ayahuasca, medicina del alma
palabra “ayahuasca” ha comenzado a estar en boca de casi todo el mundo; desde pretendidos curanderos hasta periodistas con una ética más
que dudosa, pasando por ávidos pero desinformados “psiconautas”.
No se trata de una “nueva droga” para “pasárselo bien”, como creen
algunos incautos, sino de una mixtura medicinal chamánica milenaria, muy difícil de conseguir y de preparar, con lianas que necesitan
décadas de crecimiento en los trópicos, y que además de su sabor terriblemente amargo y acre, implica generalmente para los occidentales
un trance catártico muy poderoso, con eventuales llantos y vómitos y
requiere de una contención previa y posterior. De hecho, un equipo de
médicos, psiquiatras y chamanes en Tarapoto (Perú) están trabajando
en conjunto de forma inédita utilizando la ayahuasca para la recuperación de adictos al alcoholismo y a las drogas duras. El proyecto se
GHQRPLQD7DNLZDVL\ORGLULJHXQPpGLFRIUDQFpV-DFTXHV0DELWFX\D
vida se transformó tras el encuentro con la “planta maestra”.
Se ha dicho con razón que el yagé (ayahuasca) contiene un genio
benevolente pero estricto, a veces cruel, pues humilla al experimentador para transmitir sus enseñanzas. Es por ello que pueden ser muy
interesantes las visiones transculturales, brillantes y coloridas; o los
efectos psíquicos sinestésicos, o aquellos que promueven una profunda
LQWURVSHFFLyQ3HURDODODUJDHOH[SHULPHQWDGRUDÀFLRQDGRSXHGHVXIULU
grandes cambios en la forma de relacionarse con su mundo exterior, lo
que no cualquier persona racional y estructurada del mundo posmoderno urbano estaría dispuesta a consentir. Se trata de una experiencia
vivencial abrumadora, sea por las visiones sin parangón, las sensaciones, la aceleración de los “pensamientos circulares” o por la percepción
no ordinaria que generalmente tiene como consecuencia una intensidad
HPRFLRQDOTXHPRGLÀFDDOLQGLYLGXRSURIXQGDPHQWH\SDUDVLHPSUH
La experiencia tipo
Los efectos de la ayahuasca, como los de cualquier otro enteógeno,
dependen mucho del contexto y la motivación por la cual se realiza la
experiencia. De hecho, las expectativas juegan un papel preponderante;
y hay una gran diferencia entre el sujeto que quiere “probar algo nuevo
para ver de qué se trata” y aquel que con la ayahuasca intenta incursionar en los más profundos laberintos de su inconsciente.
El marco de la experiencia también es fundamental: existen las ceremonias multitudinarias de las religiones sincréticas brasileñas, con
sus peculiares bailes, rezos y cantos de himnos efectuados de pie; otras
donde los participantes permanecen sentados ante imágenes cristia-
Introducción
35
nas; existen asimismo las ceremonias hechas con chamanes “originales” o ayahuasqueros mestizos (que cantan, soplan tabaco y ejercen las
IXQFLRQHV WUDGLFLRQDOHV SURSLDV GH VX RÀFLR DQFHVWUDO \ WDPELpQ ODV
realizadas con facilitadores occidentales, en las que se administra la
pócima con intencionalidad psicoterapéutica o de “búsqueda interior”
y se va guiando la vivencia con música acorde, cantos o instrumentos.
En dieciséis años de trabajo hemos observado y participado en distintos tipos de sesiones: multitudinarias, en contextos religiosos brasileños,
con chamanes indígenas, con facilitadores occidentales, con ayahuasqueros mestizos. Cada una tiene su particularidad, conforme a su propóVLWR(OQ~PHURGHVXMHWRVHQODVHVLyQLQÁX\HGHPDQHUDGHWHUPLQDQWH
pues en el clímax de la experiencia, cuanto mayor es la cantidad de participantes más interacción hay entre los mismos, aun cuando cada individuo en general se encuentra ensimismado en su propia vivencia. Un
llanto, una risa, un grito, un vómito… hasta el goteo persistente de una
canilla mal cerrada catapulta a veces al sujeto a distintos “lugares” de
su interior, en algunos casos profundizando su experiencia, y en otros,
distrayéndolo del objetivo buscado. Obviamente, una mayor cantidad de
estímulos aumenta la interacción con los mismos.
Hemos comprobado que entre cinco y siete personas es un número ideal
de sujetos para una sesión de ayahuasca (del tipo psicoterapéutico o de
exploración antropológica transpersonal); esta cantidad hace que la interacción e intervención entre los participantes sea la adecuada, aunque en
muchos casos no se produce y cada uno sigue su propio “viaje interior”.
Cuando un chamán originario guía las sesiones, podríamos decir en
términos occidentales que la experiencia resulta un tanto más “caótica”: más gente, más movimientos, otro ritmo de trabajo. Es el chamán
el que guía con sus cantos, el que va marcando el ritmo, el que llama a
cada participante para cantarle un icaro (canto mágico-medicinal) en
particular, “sobar” su cuerpo o echarle tabaco para “bajar” la mareación
(un fenómeno completamente inexplicable desde el racionalismo bioquímico, y que hemos experimentado muchas veces). Él tiene el mapa,
o el GPS, y los participantes muchas veces se sienten más protegidos al
saber que hay a cargo un piloto con muchas horas de vuelo… Generalmente en estos casos la experiencia pasa por distintos momentos y estados, viajes interiores, visita a otras realidades, limpiezas espirituales,
curaciones y/o adivinaciones por parte del chamán.
Cada una de las experiencias que hemos organizado o en las que hePRV SDWLFLSDGR WLHQH VX SDUWLFXODULGDG VXV EHQHÀFLRV \ VX SRWHQFLDO
Nuestra forma de trabajo podría encuadrarse en la de facilitadores de la
experiencia con algunas peculiaridades, que consideramos de suma importancia. En primer lugar, nuestras profesiones. No es por supuesto in-
36
Ayahuasca, medicina del alma
dispensable que el encargado de facilitar la experiencia sea un profesional de la salud mental o un antropólogo cultural, pero estas profesiones y
nuestro trabajo integral transdisciplinario de muchos años nos permiten
contar con más herramientas a la hora de informar, interpretar, “traducir”, guiar, acompañar y/o contener. Hacemos esta salvedad porque es
muy común ver a individuos que con unas cuantas ingestas ya se sienten
capacitados para conducir una sesión o, peor aun, llevados por un falso
HJRLQÁDGRFUHHQGHSURQWRSRVHHU´SRGHUµRVHU´OODPDGRVµDXQDQRYHdosa vocación “chamánica urbana”: una arriesgada tarea muchas veces
VyORPRWLYDGDFRQÀQHVHFRQyPLFRV(VYHUGDGTXHKDVWDFLHUWRSXQWRORV
occidentales nos apropiamos de un conocimiento ancestral y ajeno, pero
creemos que tenemos el derecho de adaptar el uso de la ayahuasca a
nuestra propia idiosincrasia. No somos chamanes ni pretendemos serlo;
no usamos la ayahuasca para curar o adivinar como lo haría un chamán;
la usamos con todo respeto como un elemento catalizador para introducirnos en las profundidades del inconsciente, indagar en las esencias humanas y del universo. De ahí la importancia del conocimiento que tengan
en estos temas aquellos que actúan como facilitadores de la experiencia.
Efectivamente, nos adentramos en un terreno de por sí desconocido para
nuestra ciencia occidental, con particularidades y leyes propias. Si a eso
le sumamos que toda experiencia toca algo de nuestro interior desconocido, es fundamental que exista una red de contención para aquel que la
transita, y un improvisado no puede actuar con responsabilidad, seriedad, profesionalismo y conocimiento necesarios para facilitar la sesión.
Excluimos de estos conceptos a aquellos ayahuasqueros mestizos que
cargan sobre sus hombros la sabiduría y tradición de generaciones; pero
lamentablemente vemos en los últimos tiempos cómo gente sin demaVLDGRFRQRFLPLHQWRïDOJXQRVFRQEXHQDVLQWHQFLRQHV\RWURVFRPR\DVH
GLMRFRQÀQHVQHWDPHQWHHFRQyPLFRVïUHDOL]DQVHVLRQHVVLQGLFKDUHGGH
información-contención, en algunos casos respetando mínimas prescripciones tradicionales pero organizando sesiones hipermasivas sin efectuar ningún tipo de control, chequeo o sondeo médico-psicológico previo,
lo cual suele acarrear riesgos y hasta graves problemas posteriores; en
otros casos, directamente llevan a cabo la experiencia despreciando las
prescripciones mínimas del conocimiento indígena (y del sentido común),
mezclando otras drogas legales o ilegales, o simplemente tomando responsabilidades innecesarias, o proclamándose “neochamanes urbanos”
sin siquiera conocer la existencia de las dietas amazónicas milenarias
elaboradas especialmente para las ceremonias. Afortunadamente, redes
de estudiosos latinoamericanos y europeos intentan crear y acordar dispositivos y códigos de ética para el buen uso de la medicina tradicional,
en integración y convivencia con las terapias occidentales.
Introducción
37
Tomar ayahuasca no es algo lúdico ni una experimentación por el solo
hecho de experimentar: en el mejor de los casos consiste en someternos
a nuestro más profundo y oscuro inconsciente, enfrentarnos cara a cara
con él sin intermediarios, y en el “peor” de los casos es “viajar” por otras
realidades de las que poco y nada sabemos. De ahí la importancia de las
experiencias acumuladas, el conocimiento fáctico y académico, y la predisposición de quienes facilitan, preparan y cuidan las sesiones.
Volviendo a nuestra forma de trabajo, consideramos fundamental
TXHORVYROXQWDULRVÀUPHQXQFRQVHQWLPLHQWRLQIRUPDGRGHORTXHHVWiQ
haciendo; es una forma jurídica de protección tanto para el facilitador
como para el que ingiere la pócima. También es preciso realizar una entrevista individual y una reunión grupal informativa previa que aborde
GHVGH DVSHFWRV HWQRJUiÀFRV KDVWD QHXURTXtPLFRV \ SUiFWLFRV3 donde
participantes y facilitadores se conozcan e interactúen preparando el
contexto o setting. Generalmente las indicaciones previas a la sesión incluyen prescripciones de las culturas amazónicas tradicionales adaptaGDVDQXHVWURFRQWH[WR\RWUDVGHFDUiFWHUFLHQWtÀFRRGHVHQWLGRFRP~Q
cuarenta y ocho horas antes o más, se exige al participante abstinencia
sexual de toda clase, no consumir alcohol ni drogas, tampoco fumar marihuana ni utilizar otras plantas sagradas (se puede fumar tabaco, pero
mejor mapacho o rústico que los perniciosos cigarrillos industriales).
Habitualmente las sesiones duran entre cuatro y cinco horas, a lo
largo de las cuales hay entre dos y tres personas experimentadas que
actúan como cuidadores o facilitadores (y que por supuesto no ingieren,
permaneciendo en estado de vigilia). La música es otro elemento principal: va marcando el tono de la experiencia y, de acuerdo con el modo
$GHPiVHVSUHFLVRHVSHFLÀFDUVLVHHVWiEDMRDOJ~QWUDWDPLHQWRPpGLFRRWRPDQGRDOJ~Q
medicamento; no comer carnes rojas, picantes ni sal; hacer una dieta liviana y natural
(evitar condimentos, salsa de soja, frituras, enlatados, conservantes, químicos y productos
fermentados, también se aconseja evitar azúcar y lácteos); asimismo se recomienda comer
alimentos ricos en triptófano: banana y pescado de río. También se hace saber que es
deseable mantener esta dieta durante las cuarenta y ocho horas posteriores a la ceremonia.
Para el día del encuentro ceremonial se requiere descansar bien, evitar tensiones y
pérdidas de energía; hacer un ayuno total previo de siete horas mínimo. No se permite
participar del encuentro a mujeres en período menstrual o embarazadas; a quienes sufran
problemas de úlcera, hipertensión o tengan antecedentes de problemas psiquiátricos
(trastornos de personalidad, uso de antidepresivos en los últimos cuatro meses, psicosis,
esquizofrenia, etc.); tampoco a personas con enfermedades descompensadas, respiratorias,
FDUGtDFDVRPHWDEyOLFDV6HVXJLHUHÀQDOPHQWH leer relatos de experiencias obtenidas por
otros participantes en talleres vivenciales anteriores auspiciados por la FMV. Para los días
siguientes a la sesión, también se proponen varios consejos: prestar atención a los sueños;
FRQVXOWDU D ORV IDFLOLWDGRUHV DQWH FXDOTXLHU FRQÁLFWR LQWHJUDU OR YLYLGR D WUDYpV GHO DUWH
(pintura, música) y/o un diario personal, etcétera.
38
Ayahuasca, medicina del alma
en que vaya desarrollándose, se van cambiando los climas musicales o
haciendo silencios. No es raro que algún participante intuitivamente
ORVFKDPDQHVORDSUHQGHQFRQPXFKRVDFULÀFLR FRPLHQFHDFDQWDUHQ
sintonía con la música o a susurrar una canción propia como modo de
controlar el “torrente arrebatador” del efecto.
$OÀQDOL]DUODVHVLyQJHQHUDOPHQWHHQWUHORVSDUWLFLSDQWHVVHLQWHUcambian las impresiones vividas y luego se entregan los protocolos de
LQYHVWLJDFLyQ D ÀQ GH FRPSOHWDU HO SURFHVR (Q DOJXQRV FDVRV GH VHU
requerido, se realizan reuniones posteriores para retrabajar lo experimentado.
¿Qué puede esperar el tomador de ayahuasca?
No espera lo mismo el que bebe por primera vez que el que ya probó;
fundamentalmente porque el primerizo va cargado de expectativas: no
sabe cómo va a ser la vivencia, qué puede ocurrir. Más allá de que haya
leído o le hayan explicado, la experiencia es algo único y generalmente
LQGHVFULSWLEOHWUDQVOLQJtVWLFRQXQFDXQDHVLJXDODRWUD\ODVH[SHFtativas a veces juegan una mala pasada, ya que el novicio está muy
pendiente de lo que pueda sucederle, y eso suele retardar el ingreso al
trance. Las ceremonias, generalmente grupales, en cualquiera de los
contextos mencionados (chamánico originario, ritos colectivos originarios, terapéutico y de exploración occidental, sincretismos neorreligiosos) se realizan casi siempre al caer la noche, en habitaciones parcialmente oscuras, donde la luz no moleste las visiones ni la introspección
GLÀHUHQHQHVWHSXQWRODVLJOHVLDVD\DKXDVTXHUDVEUDVLOHxDV\DOJ~Q
FDVRHWQRJUiÀFRDLVODGRGRQGHVHSUHÀHUHKDELWDFLRQHVPiVLOXPLQDdas). De acuerdo con la clase de sesión o entorno particular, pueden
acompañar el ambiente el humo y los perfumes del tabaco mapacho,
VDKXPHULRVDJXDÁRULGDRLQFLHQVRVDVtFRPRLQVWUXPHQWRVLPiJHQHV
XREMHWRVVLJQLÀFDWLYRVSDUDORVSDUWLFLSDQWHV UHOLJLRVRVPLWROyJLFRVR
profanos).
Los primeros efectos suelen sentirse entre 30 y 50 minutos después de
ingerida la sustancia, aunque esto depende de múltiples factores, entre
los que se destaca el uso frecuente, que con el tiempo puede acelerar el
comienzo del efecto enteogénico a 15-20 minutos con menor cantidad de
brebaje. La mixtura líquida, de color marrón-ocre rojizo, tiene un gusto
fuertemente amargo, acre, que produce una instantánea salivación. Ese
gusto agrio puede volver a aparecer entre 30 y 60 minutos después de la
ingesta. Generalmente se tiene una sensación de adormecimiento de los
ojos, los miembros o la cara, y en ocasiones se produce un estremecimiento seguido de profundos bostezos y suspiros (en este momento nuestro
SULQFLSDOLQIRUPDQWH$QWRQLR0XxR]'tD]SURSRQH´PDQWHQHUVHÀUPHµ
y “no temer”, ya que esta actitud determina el modo en que se desarrolla
Introducción
39
la experiencia, y aconseja en lo posible “mantenerse sentado y erguido”,
no acostarse ni echarse al suelo, pues tales posturas podrían condicionar
vivencias relacionadas al “inframundo”…).
Luego se agudiza el aparato perceptual. Un importante número de
personas suele escuchar un zumbido grave que “abre” la experiencia,
y en la mayoría de los casos comienzan a verse, tras los párpados cerrados, puntos luminosos; es posible que la persona tenga visiones de
colores vívidos y formas geométricas de características caleidoscópicas,
para después entrar de lleno en la experiencia propiamente dicha. A
partir de ese momento ya no será posible dormir, por lo que siempre
se recomienda llegar a la sesión muy bien descansado. Más que las famosas “visiones” –que por supuesto aparecen en un porcentaje alto de
sujetos–, lo más frecuente es un estado dialógico interno sobre emociones pasadas o situaciones presentes, donde normalmente se tiene algún
tipo de respuesta a los interrogantes que se plantean (volveremos sobre
este tema).
En cuanto a los vómitos o diarreas, si bien son frecuentes, ello no implica que siempre vayan a aparecer. A menudo están relacionados con
algo de carácter emocional, psicosomático: se “sabe” qué es lo que se vomita o lo que no puede vomitarse. En este último caso, tal traba genera
un malestar del cual el sujeto no puede salir hasta que “baja” del trance; es entonces cuando el rol del cuidador aparece en toda su dimensión
para tranquilizar y acompañar –y en muchos casos, aunque parezca
LQFUHtEOHYRPLWDUORTXHHOVXMHWRQRSXHGHVDFDUïRELHQSDUDD\XGDUD
TXHVHSURGX]FDHVDPDQLIHVWDFLyQFDWiUWLFDïHQXQUROPiVDFWLYRïPHdiante masajes o soplo de tabaco mapacho. El voluntario tiene en todo
momento perfecta conciencia de sí mismo y de su entorno. Cuando se
pone de pie reconoce una ligera pérdida de equilibrio, y si abre los ojos
reconoce perfectamente, aunque con algunas distorsiones perceptuales,
el lugar donde se encuentra. A medida que el efecto se acentúa, pueden
aparecer muchas imaginerías comparables con los sueños, pensamientos y diálogos interiores muy veloces, que se van “enroscando”, todo
con una agudísima carga emocional, a menudo con llantos muy puros o
alegrías también muy profundas.
A partir de las cuatro o cinco horas de la ingesta, el sujeto entra en
un estado de sueño plácido y relajado, del que no quiere salir, hasta que
ÀQDOPHQWH YXHOYH D VX HVWDGR KDELWXDO GH FRQFLHQFLD SRU OR JHQHUDO
más sosegado y con la sensación de haber “trabajado” mucho –a veces
hasta el agotamiento– desde lo psicológico (para más detalles estadísticamente objetivados, véase el Apéndice 1).
(Q ORV GtDV SRVWHULRUHV SXHGHQ SURGXFLUVH HSLVRGLRV GH ÁDVKEDFNV
con imágenes o sensaciones de la experiencia, que bien pueden reinter-
40
Ayahuasca, medicina del alma
pretarse, y en general durante varios días suele acompañar al sujeto
XQHVWDGRGHDWHQFLyQ\DOHUWDPX\YtYLGRFRQODHPRWLYLGDGDÁRUGH
piel, e incluso una sensación de irreproducible nostalgia por lo vivido: la
sensación de haber tocado por un breve lapso “lo trascendente”. De ahí
ODLPSRUWDQFLDGHODDVLVWHQFLDSVLFRWHUDSpXWLFDDÀQGHDSURYHFKDUDO
máximo todo lo experimentado. A menudo, tras las primeras sesiones,
VHUHÀHUHQVLWXDFLRQHVFRQFHELGDVFRPR´VLQFURQLVPRVµHQODYLGDFRWLGLDQD FRLQFLGHQFLDVVLJQLÀFDWLYDVVHJ~QODWHRUtDMXQJLDQD Insistimos, tomar ayahuasca no es un juego; es adentrarse en un
mundo fascinante y sorprendente que puede ayudarnos a sanar y a
conocer más de nosotros mismos. Aquello que escribía Robert Gordon
Wasson (1980) acerca de los efectos de los hongos mágicos bien puede
aplicarse a la ayahuasca:
Éxtasis... Nuestra mente se remonta al origen de esta palabra.
Para los griegos, ektasis VLJQLÀFDEDODVDOLGDGHODOPDSURFHGHQWH
del cuerpo. ¿Puede encontrarse mejor palabra que ésta para describir el estado de ánimo descubierto por los hongos enteógenos?
En el lenguaje usual, y para los muchos que no lo han experimentado, éxtasis es “pasárselo bien” y a menudo me preguntan
por qué no tomo hongos todas las noches. Pero éxtasis no es “pasárselo bien”, pues la propia alma es tomada y sacudida hasta
estremecerse, y nadie escoge voluntariamente experimentar este
incontaminado temor reverencial de vagar suspendido ante las
puertas de la divinidad.
CAPÍTULO 1
Botánica y bioquímica de la ayahuasca
Nos preguntamos cómo los pueblos de las
sociedades primitivas, sin conocimiento de quíPLFDRÀVLRORJtDHQFRQWUDURQXQDVROXFLyQSDUD
activar un alcaloide mediante un inhibidor de
la monoaminooxidasa. ¿Pura experimentación?
Tal vez no…
Richard Evans Schultes
La DMT permea la naturaleza demasiado. Es
como una broma cósmica. En cierto modo es la
naturaleza jugando con nosotros, diciéndonos:
“¿Entiendes?”; “¿Lo comprendes”?… El hecho de
que a dos pasos del triptófano existe una molécula que abre dimensiones trascendentes…
Dennis McKenna
¿Por qué fabricamos DMT en nuestros cuerpos? Mi respuesta es: “Porque es la molécula del
espíritu”.
Rick Strassman
Algunas nociones de botánica, química y farmacología
Entre las numerosas plantas utilizadas como enteógenos en las Américas, se destaca la que da título a este libro: la liana Banisteriopsis caapi de la familia Malpighiaceae, popularmente conocida con el vocablo
quechua ayahuasca, y cuya descripción botánica Richard Evans Schultes hace en los siguientes términos: “[Tanto Banisteriopsis caapi como
Banisteriopsis inebrians] son lianas con corteza lisa, de color café y hojas verde oscuras, pergaminosas, ovadolanceoladas, que miden hasta 18
FHQWtPHWURV GH ORQJLWXG \ FHQWtPHWURV GH DQFKR /D LQÁRUHVFHQFLD
HVPXOWLÁRUD/DVÁRUHVSHTXHxDVVRQGHFRORUURVDRURVDGDV(OIUXWR
[ 41 ]
42
Ayahuasca, medicina del alma
es una sámara con alas de más o menos 3,5 centímetros de longitud.
B. inebrians se diferencia de B. caapi principalmente por sus hojas; [si
bien estas lianas son las más importantes y comunes en la preparación
del brebaje conocido como ayahuasca] aparentemente, hay ocasiones
en que otras especies se utilizan según la región: B. quitensis; Mascagnia glandulifera; M. psylophilla var. antifebril; Tetrapteris methystica
y T. mucronata. Todas estas plantas son largas lianas de los bosques
y pertenecen a la misma familia” (Evans Schultes y Hofmann, 1994).
5HFLHQWHPHQWH%URQZHQ*DWHV HQ/X] DPSOtDHVWDLQIRUPDFLyQ
y menciona además, como base de la ya afamada bebida enteogénica,
las siguientes especies del género malpigiáceo: Banisteriopsis longialata,
Banisteriopsis lutea, Banisteriopsis martiniana var. subenervia, Banisteriopsis muricata, Callaeum antifebrile y Lophantera lactescens.
Banisteriopsis caapi
Psychotria viridis
&OiVLFDVLOXVWUDFLRQHVTXHLGHQWLÀFDQERWiQLFDPHQWHODOLDQDBanisteriopsis caapi (ayahuasca, yagéRFDDSL GHODIDPLOLD0DOSLJKLDFHDH HQWUHFX\RVFRPSRQHQWHVTXtPLFRVVHGHVWDFD
OD KDUPLQD GHO JUXSR GH DOFDORLGHV OODPDGRV EHWDFDUEROLQRV \ OD Psychotria viridis (chaFUXQDGHODIDPLOLDGHODV5XELDFHDHRGHO FDIp TXH FRQWLHQH WULSWDPLQDV TXHLQJHULGDV
HQFRQMXQWRFRQORVEHWDFDUEROLQRVPHQFLRQDGRVVLUYHQSDUDDODUJDU\SRWHQFLDUHOHVWDGR
DPSOLDGR GH FRQFLHQFLD $PERV VRQ ORV SULQFLSDOHV FRPSRQHQWHV YHJHWDOHV GH OD IDPRVD
EHELGDVDJUDGDDPD]yQLFDD\DKXDVFD
El ya citado Richard Spruce, joven botánico inglés, fue el primer
europeo en describir la planta, que conoció en 1852 en la localidad
brasileña de Urubú-coára. A pesar de las referencias previas al uso
LQGtJHQDGHHVWDHVSHFLHïKHFKDVSRUPLVLRQHURV&KDQWUHDOÀQDOGHO
Botánica y bioquímica de la ayahuasca
43
siglo XVII 0DJQLQ HQ \ SRU DOJXQRV YLDMHURV H[WUDQMHURVï IXH
6SUXFH HO TXH SULPHUR FROHFWy H KL]R OD LGHQWLÀFDFLyQ ERWiQLFD GH OD
planta en cuestión (Luz, 1966). Encontrándose en la mencionada loFDOLGDGGXUDQWHXQDÀHVWDLQGtJHQDdabucuri ÀHVWDVGHLQWHUFDPELR
que aún se realizan) fue convidado a ingerir la bebida elaborada a
partir de Banisteriopsis caapi. Indagando sobre el origen de tal preSDUDGRWXYRODVXHUWHGHVHUOOHYDGRKDVWDXQHMHPSODUHQÁRU\FRQ
DOJXQRVIUXWRVKHFKRTXHSRVLELOLWyVXFRUUHFWDLGHQWLÀFDFLyQ$SDUWLU
de entonces la ciencia occidental comenzó a interesarse por su estudio,
mientras hacía muchísimo tiempo que la planta era usada por pueblos
de la Amazonia occidental.
Como las características del medio ambiente y de la cultura material
de los grupos que usan la Banisteriopsis no favorecen la preservación de
vestigios arqueológicos, basándose en la presencia de esta planta en los
mitos de creación de los pueblos que la utilizan, Evans Schultes considera
milenario su uso. Plutarco Naranjo (1986), basado en vestigios arqueológicos encontrados en Ecuador, lo remonta a cuatro mil años.
Como se ha observado, la más usada y apreciada es la Banisteriopsis caapi, la cual es sustituida por otras especies del género cuando no
está disponible. La Callaeum antifebrile es considerada más como una
planta aditiva que como base de la bebida; sin embargo, se ha observado en Pará, Brasil, un uso adivinatorio y terapéutico de esta particular
especie como base de una bebida llamada cábi (Ott, 1996). En cuanto
a la Lophantera lactescens, los indicios de su uso son tenues (Evans
Schultes, 1986), al tiempo que la Tetrapterys methystica parece ser usada exclusivamente por los indios makú, y la Tetrapterys mucronata,
tener su uso restringido a los indios larapaná. Además de su empleo
como enteógeno, otras especies del mismo género tienen uso cultural:
en la etnomedicina, la Banisteriopsis argyrophilla se emplea para tratar “dolencias de niños” en Brasil; y en la magia, la Banisteriopsis lucida es usada en encantamientos para atraer la pesca en Venezuela. Las
HVSHFLHVHPSOHDGDVFRQHOÀQGHDOWHUDURDPSOLDUODFRQFLHQFLDSRVHHQ
todas, alcaloides del tipo beta-carbolinas (Luz, 1996).
(O SULPHU HVWXGLR ÀWRTXtPLFR GH OD Banisteriopis caapi tuvo lugar
a comienzos del siglo XX, cuando en 1905 el farmacéutico colombiano
Rafael Zerda Bayón aisló, a partir de una muestra de yagé, un alcaloide al que denominó “telepatina” por las propiedades supuestamente
telepáticas de la bebida (al respecto, véase en el capítulo 2 la sección
dedicada a los amahuacas y sus correspondientes notas; también,
en el capítulo 5, “La mujer-planta”). En 1924, Harvey Seil y Earl Putt
SUHVHQWDEDQVXWUDEDMRDÀUPDQGRKDEHUHQFRQWUDGRWUHVDOFDORLGHVHQ
muestras de Banisteriopsis caapi (en aquella época llamada Banisteria
44
Ayahuasca, medicina del alma
caapi). En 1925, el químico colombiano Antonio María Barriga Villalba
reportó la presencia de dos alcaloides a los que bautizó yajeína y yajenina, también mencionados ese año por otro químico colombiano: Leopoldo Albarracín. En 1927, Émile Perrot y Raymond Hanet expusieron la
equivalencia entre la telepatina y la yajeína. Y un año más tarde, Louis
/HZLQGHVFULEHHODOFDORLGHSRUpOOODPDGREDQLVWHULQDHQPXHVWUDVGH
Banisteriospsis caapi. En 1928 la confusión comienza a ser deshecha
cuando K. Rumpf y O. Wolfes demuestran la identidad de los alcaloides yajeína, telepatina y banisterina con la ya conocida harmina (Ott,
1996). Finalmente, en 1939, los químicos A.L. y K.K. Chen demostraron
GHÀQLWLYDPHQWHODLGHQWLGDGGHWHOHSDWLQD\DJHtQD\EDQLVWHULQDFRQHO
alcaloide ya conocido como harmina desde 1847 a partir de la obra de
J. Fritzche. Este alcaloide fue aislado por primera vez a partir de las simientes del arbusto Peganum harmala, una Zigophilliacea, planta que
DOJXQRVDXWRUHVLGHQWLÀFDQFRQODFpOHEUH´]DU]DDUGLHQWHµTXHKDEUtD
provocado las visiones de Moisés, y también con el soma de los hindúes
HO ´EUHEDMH GH OD LQPRUWDOLGDGµ )ODWWHU\ \ 6FKZDUW] FLWDGRV
por Ott, 1993).1 El principal efecto de este alcaloide es inhibir la acción
de la monoaminooxidasa (MAO), una enzima que aparece naturalmente
en el cuerpo humano, en tejidos del hígado, cerebro, intestino, plasma
sanguíneo, corazón y garganta, y que tiene por función inactivar las
monoaminas producidas en forma endógena, como la serotonina, la dopamina y la norepinefrina, todos neurotransmisores. Los inhibidores
de la MAO son utilizados desde la década del 50 como antidepresivos,
siendo la primera generación de este tipo de medicamentos. Aunque los
alcaloides presentes en la Banisteriopsis caapi son psicoactivos por sí
solos,2 en todas las muestras de bebida hasta ahora testeadas nunca se
YHULÀFyODGRVLVPtQLPD PJ QHFHVDULDSDUDDOWHUDUODVIXQFLRQHV
psíquicas, debiendo los efectos del brebaje ser antes asignados a los
alcaloides (DMT) de las principales plantas aditivas: Diplopteris cabreana (yají o chagropanga) y Psychotria viridis (chacruna). Steve Barker,
-RKQ 0RQWL \ 6DPXHO &KULVWLDQ DÀUPDQ OD SRVLELOLGDG GH TXH
N,N-DMT sea un neurotransmisor o un neuromodulador por sí mismo, ya
TXHHVWDVXVWDQFLDVHYHULÀFDQDWXUDOPHQWHHQHOFHUHEUR\RWURVWHMLGRV
de los mamíferos, así como se encuentran enzimas capaces de sintetizar en vivo tal molécula. Estos autores avanzaron en la hipótesis de la
1. Según Robert Gordon Wasson, el soma de los Vedas era el hongo enteogénico Amanita
muscaria.
2. Harmina y harmalina son los principales, sin embargo también se encontró harmol,
tetrahidroharmina y harmalol.
Botánica y bioquímica de la ayahuasca
45
existencia de un sistema receptor autónomo para la N,N-DMT, hipótesis
TXHSRUÀQVHKDEUtDFRPSUREDGRUHFLHQWHPHQWH
'LVWULEXFLyQJHRJUiÀFDGHODD\DKXDVFD\SODQWDVDGLWLYDV
Según Jonathan Ott (1996), la liana Banisteriopsis caapi crece
en las tierras bajas de la selva ecuatorial amazónica, siendo su límite de ocurrencia al sur hasta Bolivia, y al norte hasta Venezuela
y Panamá. Crece también en la Amazonia colombiana, ecuatoriana,
peruana y brasileña, habiéndose propagado a través de los Andes
hasta la costa de Ecuador. Debido a la facilidad con que se extiende a
través de ejemplares transportados para su cultivo, es difícil establecer
su área de ocurrencia natural. En cuanto a Banisteriopsis muricata, su
área de ocurrencia, que va desde México hasta la Argentina, es la
más amplia de todas las especies de este género. La Banisteriopsis
longialata crece en la Argentina, Paraguay, Bolivia y Perú, y al este
hasta Brasil. Banisteriopsis martiniana var. subenervia aparece en
la selva ecuatorial de la Amazonia brasileña, peruana y colombiana,
extendiéndose hasta el Alto Orinoco en Venezuela.
La Tetrapterys styloptera crece en la Amazonia colombiana y en la
zona de Brasil próxima a su frontera. En cuanto a la Callaeum antifebrile, se sabe que su área de ocurrencia natural es la selva amazónica
peruana, aunque también es cultivada en Pará, donde tiene un rol en
la etnomedicina popular.
Uno de los aspectos más interesantes y menos conocidos del uso
de Banisteriopsis caapi VRQODVSODQWDVDGLWLYDVïTXHVHDJUHJDQDOD
SRFLyQïODVFXDOHVFRQVWLWX\HQXQDHWQRIDUPDFRSHDD~QQRGHOWRGR
investigada. Aparte de Dyplopteris cabrerana y Psychotria viridis,
que son las más utilizadas y que aportan el necesario compuesto visionario DMT, una gran cantidad de otras plantas se agregan a la pócima resultante de la decocción de B. caapi durante su preparación,
conforme al uso que se dará a la bebida. Algunas “hacen ver”, otras
“viajar”, otras “enseñan”, “curan”, “embrujan”, “dan fuerza”, y así por
el estilo (McKenna, 1994).
Para Jonathan Ott (1996: 19-30) las plantas aditivas se dividen en
tres grupos principales: 1) terapéuticas: consideradas remedios y, por
lo tanto, agregadas a la B. caapi, la cual se considera la medicina por
excelencia; 2) estimulantes: aquellas que ayudan a combatir el efecto
sedativo y soporífero de la B. caapi; y 3) enteógenas por sí mismas:
aquellas que poseen la propiedad de alterar la conciencia en presencia
o no de B. caapi.
46
Ayahuasca, medicina del alma
Ejemplos de esta triple división pueden leerse en Luis López Vinatea (2000):
Si bien es cierto que ancestralmente se usan sólo dos especies: “ayahuasca” y “chacruna”, como únicos ingredientes de la
ayahuasca, muchos chamanes agregan, además de los vegetales
antes mencionados, hojas, tallos y raíces de otras plantas con el
ÀQVHJ~QHOORVGHGDUDOEUHEDMHPD\RUSRGHUFRPRSRUHMHPSOR
alucinógeno [nosotros diríamos visionario], la Couropinta guianensis o “ayahuma”; medicinal, Abuta grandifolia o “abuta”, y de
predicción del futuro, Brugmansia suaveolens o “toé” [conocido en
OD$UJHQWLQDFRPRÁRULSRQGLR@
$FRQWLQXDFLyQ\DOVRORHIHFWRGHXQDEUHYHHMHPSOLÀFDFLyQPHQFLRnamos unas pocas plantas aditivas de uso común, remitiendo al lector
al Apéndice 3, donde hallará un completísimo listado elaborado sobre
la base de informes de Jonathan Ott, Terence McKenna, Luis Alberto
López Vinatea, de la Universidad Nacional de la Amazonia Peruana, y
nuestro principal informante, Antonio Muñoz Díaz.
&RQVLJQDQRVHQSULPHUOXJDUHOQRPEUHFLHQWtÀFRGHODSODQWDHQWUH
paréntesis sus nombres vulgares, luego la familia botánica a la que
SHUWHQHFH\ÀQDOPHQWHHOHIHFWREXVFDGRDOPH]FODUODHQHOEUHEDMH6H
destacan aquellas que son psicoactivas.
‡ Abuta grandifolia (abuta, trompetero sacha). Familia Menispermaceae. Efecto medicinal (tiene fama de antidiabética).
‡ Brugmansia suaveolens WRp ÁRULSRQGLR )DPLOLD 6RODQDFHDH
Mayor actividad visionaria.
‡ Brunfelsia chirisanango (chircsanango). Familia Solanaceae.
Medicinal y mayor actividad visionaria.
‡ Calliandra angustifolia (bobinsana, bubinsana). Familia Fabaceae. Mayor actividad visionaria.
‡ Cedrelinga castaneiformis (huayra caspi, tornillo). Familia FabaFHDH(QVHxDHORÀFLRFKDPiQLFR
‡ Croton sp. (sangre de grado). Familia Euphorbiaceae. Medicinal
(cicatrizante, antibacterial, antiulceroso).
‡ Ficus insipida (ojé, doctor ojé). Familia Moraceae. Medicinal.
‡ Jatrppha gossypifolia L. (piñón colorado, piñón negro). Familia
Euphorbiaceae. Medicinal.
‡ Mansoa alliacea (ajosacha). Familia Bignoniaceae. Medicinal.
‡ Nicotiana tabacum L. (tabaco, mapacho). Familia Solanaceae.
Mayor actividad visionaria.
Botánica y bioquímica de la ayahuasca
47
‡ Quararibea VS LVKSLQJR )DPLOLD%LJQRQLDFHDH(QVHxDHORÀcio chamánico.
‡ Virola sp. Aubl. (cumala). Familia Myristicaceae. Mayor actividad visionaria.
Más que “una planta”, un complejo compuesto
Lo que se sabe hasta ahora es que el compuesto combina dos alcaloides
fundamentales: beta-carbolinas, aportadas por la planta que da nombre
a la infusión, que es la liana B. caapi (ayahuasca, yagé o liana de los
muertos), y N,N-DMT. Lo interesante de este caso es que si bien la DMT, de
potente efecto “visionario”, se encuentra en numerosas especies vegetales,
animales mamíferos e incluso en el ser humano, no es activa en forma
RUDOORVSUHSDUDGRVLGHQWLÀFDGRVSDUDXVRFKDPiQLFRHQ$PpULFDHUDQ
administrados en forma de rapé, y en las investigaciones contemporáneas
como la de Strassman, en forma parenteral, es decir, por vía distinta de
la digestiva (intravenosa, subcutánea, etc.). ¿A qué se debe que en el brebaje de la ayahuasca la DMT sea activa en forma oral? Las beta-carbolinas
presentes en la liana tienen propiedades proserotoninérgicas y prodopaminérgicas, aunque carecen de actividad alucinógena, si bien algunos autores dicen lo contrario. Esto podría tener otra explicación: in vitro estas
sustancias presentan una potente acción bloqueadora de la enzima MAO,
y en concreto de la isoenzima MAO-A. De acuerdo con la hipótesis comúnmente aceptada, las beta-carbolinas (en este caso harmina y harmalina y
tetrahidroharmina) bloquean la enzima MAO-A presente a nivel hepático e
intestinal, impidiendo la desaminación oxidativa de la DMT y permitiendo
que pueda acceder al sistema nervioso central.
A diferencia de la administración parenteral de DMT, la ingestión de la
ayahuasca tarda aproximadamente una hora en hacer efecto, el cual es de
menor intensidad y mayor duración que cuando se administra por vía no
digestiva. Es en este punto donde focalizamos también nuestro trabajo:
más que una planta, desde el punto de vista bioquímico la ayahuasca es
un complejo preparado que, en una acción sinérgica de sus componentes,
permite que los mismos tengan efectos psicoactivos, cuando administrados
por separado y por la misma vía, es decir la oral, no presentan tales efectos.
La ciencia indígena y la biopiratería occidental
Actualmente, más de doscientas compañías farmacéuticas contratan antropólogos y farmacólogos para que convivan con tribus indíge-
48
Ayahuasca, medicina del alma
nas y aprendan de sus curanderos y chamanes qué plantas utilizar,
cómo y en qué enfermedades aplicarlas.
Más de la cuarta parte de los fármacos que se venden en farmacias
tienen ingredientes activos extraídos o derivados de plantas, y más del
74% de esos ingredientes fueron descubiertos por pueblos indígenas.
Según Michael Balick, director del Instituto de Botánica Económica
del Jardín Botánico de Nueva York, todavía hay 328 nuevos fármacos aguardando ser descubiertos y están exclusivamente en las selvas
tropicales. Hasta ahora sólo se han encontrado 47. Según este especialista, de las 250.000 especies vegetales que estimativamente hay en el
mundo, sólo se ha investigado el poder medicinal de menos de un 1%
)DUQVZRUWK (LVQHU (OLVDEHWVN\ $Ftualmente se calcula que hay entre 3.000.000 y 30.000.000 de especies
de plantas superiores, la gran mayoría en las selvas tropicales.
Estos datos son más que interesantes si consideramos las propiedades farmacológicas de las especies tomadas aisladamente; pero además encontramos preparados complejos como la ayahuasca, que tiene
varias plantas como aditivos en su preparación, según para qué se la
use y el efecto que se quiera lograr en la ingesta. Este uso se asocia al
conocimiento que el chamán quiere obtener de tal o cual planta, si bien
muchas de las propiedades de determinados vegetales provienen de la
tradición oral y de la similitud de la planta en cuanto a color, tacto,
forma, etc. (esto explica por qué, cuando estuvo en nuestro país, el chamán Antonio Muñoz se llevó muestras de plantas que desconocía para
probar si por su “parecido” con otras de la selva peruana podían usarse
para lo mismo). Dentro de la cosmovisión chamánica, los aditivos a la
poción original tienen varias funciones, entre ellas que “el espíritu de la
planta” les enseñe para qué sirve el aditivo que agregaron.
Lo dicho sería una simple anécdota si los preparados o las plantas no
tuvieran otra utilidad práctica que las mantenidas en su propia cultura, pero de hecho no es así, y las compañías farmacéuticas buscan este
conocimiento práctico. Recientemente, un extracto del arbusto Pilocarpus jaborandi, utilizado por los indígenas kayapo y guajajara (Brasil),
fue transformado en un producto farmacéutico para el tratamiento del
glaucoma por la multinacional Merck, compañía que también ha intentado elaborar un nuevo anticoagulante basado en la planta tikiuba de
ORVXUXHXZDXZDX %UDVLO Consignamos a continuación algunas patentes ya extendidas sobre
plantas y productos:
‡7HSH]FRKXLWHGH&KLDSDVHVXQDSODQWDTXHIXHXWLOL]DGDSRUORVPD\DVFRPRHÀFD]WUDWDPLHQWRFRQWUDODVTXHPDGXUDV3RVHHSURSLHGDGHV
Botánica y bioquímica de la ayahuasca
49
DQWLLQÁDPDWRULDVDQWLEDFWHULDQDVDQHVWpVLFDV\UHJHQHUDWLYDVGHODHSLdermis. En 1986 León Roque realizó en México una solicitud de patente
sobre la corteza tostada del árbol del tepezcohuite y sobre el procedimiento para convertirlo en polvo, obteniendo en 1989 la patente en Estados Unidos (4.883.663 US patent). Agregándole sólo el elemento de
esterilización, en la síntesis descriptiva de la solicitud de patente se
describe el procedimiento tradicional utilizado milenariamente por comunidades indígenas. También se otorgó en Estados Unidos la patente
(5.122.374 US patent) por el ingrediente activo de la corteza del tepezcohuite: el método para extraerlo y aislarlo por medio de solventes, más
el uso de esos extractos en compuestos farmacéuticos.
Todo el polvo producido con métodos tradicionales constituye una violación de los derechos de patente. Roque se asoció con
-RUJH6DQWLOOiQXQLQGXVWULDOTXHDÀUPDKDEHUUHFLELGRGHUHFKRV
monopólicos del gobierno mexicano para la producción del tepezcohuite. Su empresa planta el árbol en dos de los estados mexicanos. Entretanto, los precios se han remontado para los pobladores de Chiapas y el recurso silvestre se agotó. Las comunidades
chiapanecas han sido expropiadas no sólo de sus conocimientos
sino también –por los problemas políticos en la zona– de parte del
escaso territorio en que crece la mimosa WHQXLÁRUD. Los lugareños
tendrán que competir por el acceso al árbol con quienes lo comercializan para el mercado mexicano de tepezcohuite. (Spadafora,
Calavia Sáez y Lenaerts, 2004)
‡3DWHQWHVREUHHOUXSXQXQLQHXQGHULYDGRGHODQXH]GHOiUEROOcotea
rodiei, especie que se encuentra en el estado de Goiania, Brasil. Ha sido
usado ancestralmente por los pueblos campesinos brasileños como medicamento natural para dolencias cardiológicas, neurológicas, control
de tumores y fertilidad. Fue otorgada su patente en Estados Unidos a
Conrad Gorinsky, (patentes sobre Ocotea rodiei concedida 5.569.456 US
patent; EP 610060).
‡ &RQWUDWR VREUH HO FRQRFLPLHQWR GH ORV \DQRPDPLV HQ SRFRV
días antes de asumir Hugo Chávez la presidencia de la República, el
gobierno de Rafael Caldera en órgano del Ministerio del Ambiente de
9HQH]XHODÀUPyXQFRQWUDWRFRQOD8QLYHUVLGDGGH=XULFK6XL]DPHdiante el cual se otorgan derechos de acceso a los recursos genéticos
y a los conocimientos y prácticas ancestrales en territorio yanomami.
Este compromiso fue denunciado y combatido por la Organización de
Pueblos Indígenas del Amazonas (ORPIA), ya que no existió nunca el
consentimiento previo informado de las comunidades. Este requisito
50
Ayahuasca, medicina del alma
fundamental ha sido consagrado desde 1992 por el Convenio de la DiYHUVLGDG%LROyJLFDHQVXDUWtFXOR-(QHOFRQWUDWRÀQDOVHHVWDEOHFH
que el Ministerio del Ambiente obtendría 20% por derechos de regalías,
patentes y comercialización de los “descubrimientos”. El 80% restante
es para los suizos. El acuerdo incluye un pago de 30% del costo del
FRQWUDWR QR GH UHJDOtDV R EHQHÀFLRV TXH VH GHULYHQ SDUD ORV JUXSRV
indígenas que colaboren con la investigación.
3HURKDVWDODD\DKXDVFDIXHSDWHQWDGDHQOD2ÀFLQDGH3DWHQWHV\
Registro de Marcas de Estados Unidos, con el número 5.571 del 17 de
junio de 1986, a nombre de Loren Illar. En 1994, la Coordinadora de
Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) denunció
a Illar, acusándolo de enemigo de los pueblos indígenas amazónicos.
Centenares de personas y organizaciones indígenas, de derechos humanos y ambientalistas del mundo entero, como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la World Wildlife
Foundation (WWF), expresaron su solidaridad con los pueblos indígenas
DPD]yQLFRVHQHVWDOXFKDGHVLJXDOFRQOD2ÀFLQDGH3DWHQWHV\HOGXHño de la patente. En marzo de 1999, con el auspicio legal del Centro
Internacional de Legislación Ambiental, con sede en Washington, y
el apoyo de la Alianza Amazónica, la COICA presentó la demanda en la
FDSLWDOHVWDGRXQLGHQVH(OGHQRYLHPEUHGHOD2ÀFLQDGHFLGLy
cancelar provisionalmente la patente otorgada a favor de Loren Illar.
El argumento decisivo fue que la planta patentada era conocida y estaba disponible antes de la presentación de la aplicación de la patente.
La ley norteamericana establece que una invención o descubrimiento
no puede ser patentado si ya está descripto en una publicación impresa
en Estados Unidos o en un país extranjero más de un año previo a la
fecha de aplicación de la patente. No prevaleció en este caso el respeto
por el conocimiento tradicional, sino la casualidad de que esta planta
había sido registrada con anterioridad en un herbario de Michigan. De
todos modos, nadie sabe cómo llegó hasta allí. Por lo demás, ante los
QXHYRVDUJXPHQWRVSUHVHQWDGRVSRU,OODUOD2ÀFLQDGH3DWHQWHVUHYLsó la resolución de revocatoria y devolvió la patente al solicitante en
enero de 2001. El argumento fue que un tercero, en este caso la COICA,
HO &HQWHU IRU ,QWHUQDWLRQDO (QYLURQPHQWDO /DZ CIEL) y la Alianza
$PD]yQLFDQRSRGtDQDOHJDUODSURSLHGDGGHODSDWHQWH\GHVDÀDUXQD
GHFLVLyQÀQDOGHOD2ÀFLQDGH3DWHQWHV\0DUFDV5HJLVWUDGDVSRUTXH
este derecho según la legislación estadounidense solamente lo tiene el
titular de aquélla.
Botánica y bioquímica de la ayahuasca
51
Ayahuasca y dimetiltriptamina (DMT)
Basada en las “psicosis experimentales por sustancias como la psilocibina y la mescalina”, por un lado, y por otro en su semejanza estructural
con neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina, se postuló
la posibilidad de la producción “endógena” de sustancias psicodislépticas.
Esta producción parecería deberse al bloqueo de la enzima MAO y a la acción de otra enzima, la N-metiltransferasa, que incorpora grupos metilos
dando origen a las sustancias psicoactivas DMT y bufotenina.
TRIPTÓFANO
TRIPTAMINA
5- HIDROXITRIPTAMINA
(serotonina)
N. metiltransferasa
MAO
MAO
DMT
ácido indolacético
BUFOTENINA
ácido 5-hidroxiindolacético
La adición de grupos metilo a este neurotransmisor le conferiría la
capacidad de inducir síntomas psicóticos en individuos predispuestos. De
ahí que en las psicosis endógenas se postule una alteración en las reacciones de transmetilación, muy extendidas en todo el organismo. Basándose
en esto, fue posible aislar en orina de pacientes varios compuestos, entre
los que se destacan la dimetoxi fenil etil amina, derivado metilado de la
dopamina; la bufotenina y la O-metil bufotenina, ambos productos de
la metilación de la serotonina, y un derivado metilado de la triptamina,
DMT. Todos ellos han sido extensamente investigados, particularmente
por el grupo de Jorge Ciprian-Ollivier, en los últimos años sobre todo en
el caso de los índoles metilados, en cuyos niveles de excreción urinaria se
encuentra una correlación con la sintomatología psicótica, en particular
la de tipo disperceptual (Ciprian-Oliver et al., 1988).
52
Ayahuasca, medicina del alma
Estudios más recientes, realizados entre 1980 y 1995, comprobaron
que la presencia de estos compuestos en orina, si bien no es un marcador biológico de la esquizofrenia o las psicosis, sí es de inestimable
valor respecto de aquellos fenómenos vinculados a la sensopercepción
(Semper, 1995). Son estos compuestos precisamente los que podemos
encontrar en algunas plantas usadas por los chamanes para ingresar al
“mundo de los sueños” o “de los espíritus”; en especial la DMT es descripta por el investigador Terence McKenna como una de las más poderosas
para provocar estados no ordinarios de conciencia.
Informes sobre la psicoactividad de las triptaminas metiladas empezaron a ser publicados a mediados de la década del 50. Y en los 60
DXPHQWy FRQVLGHUDEOHPHQWH HO LQWHUpV SRU OD LGHQWLÀFDFLyQ \ FXDQWLÀFDFLyQGHODVWULSWDPLQDVHQGyJHQDVGHVSXpVGHTXHYDULRVHVWXGLRV
determinaron la producción endógena de dichas sustancias, lo que fortaleció la hipótesis de alguna vinculación con las psicosis.
La administración de DMT, bufotenina y algunos derivados de su
transmetilación, como la 5-MeODMT, provocan fenómenos visuales, y
HVWD ~OWLPD HVSHFtÀFDPHQWH FHQWUD VX DFWLYLGDG SVLFRDFWLYD EiVLFDmente de imaginería emotiva más que visual, con estados mentales parecidos a las experiencias de casi muerte (ECM). La DMT y la 5-MeODMT
administradas en forma endovenosa son capaces de penetrar la barrera
sanguínea del cerebro y producir los efectos antes mencionados. No sucede lo mismo con la bufotenina, que si bien no penetra al cerebro al
ser administrada en forma exógena, puede tener actividad si se forma
cerca de su lugar de acción en el sistema nervioso central; incluso se
especula con la posibilidad de que cualquier efecto psicoactivo de la
misma administrada por vía endovenosa tenga que ver con su conversión in vivo a 5-MeODMT.
En algunos brebajes visionarios como la ayahuasca encontramos
principalmente sustancias similares a la DMT como principal producto psicoactivo capaz de provocar experiencias trascendentes, e incluso
reconocer la muerte como parte de la vida y recrear experiencias de
muerte-renacimiento.
En la preparación de estos brebajes no sólo se encuentran triptaminas metiladas como la DMT, sino también otro tipo de sustancias como
las beta-carbolinas, que potencian la acción de las triptaminas metiladas. Lo interesante es que, entre diversos principios psicoactivos hallados en la ayahuasca, este mecanismo aparentemente sería el mismo
que se produce cuando dormimos, es decir que estaríamos en presencia de un juego entre índoles endógenas no muy distinto al necesario
para producir el fenómeno visual de los sueños. Según esta hipótesis,
los niveles de beta-carbolinas endógenas aumentan durante el sueño y
Botánica y bioquímica de la ayahuasca
53
facilitan la actividad de las triptaminas metiladas al bloquear su metabolismo. Las actividades de las triptaminas, por lo tanto, fomentan los
FRPSRQHQWHVHPRWLYRV\YLVXDOHVGHORVVXHxRV &DOODZD\ Si bien compuestos como la THH, harmina o harmalina no se han
encontrado en mamíferos, sí se ha hallado, incluyendo en seres humaQRVXQDGRFHQDGHFRPSXHVWRVDÀQHVFRQSURSLHGDGHVIDUPDFROyJLFDV
similares, entre otros, pinolina (6-metoxi-tetrahidro-beta-carbolina) y
THBC (tetrahidro-beta-carbolina). Otras evidencias sugieren que áreas
del cerebro vinculadas con la actividad de los sueños son ricas en receptores para este tipo de sustancias.
/DVHVWUXFWXUDVTXtPLFDVIXQGDPHQWDOHVGHOWpYLVLRQDULR+DUPLQD+DUPDOLQD7++ y '07
Comunes a los principios psicoactivos de algunas plantas “alucinógenas”, estas sustancias se hallan en pacientes con alteraciones en la
sensopercepción y cumplen un rol fundamental en la producción de las
imágenes visuales y los contenidos emocionales de los sueños. Conviene
prever que aquello que para la psiquiatría clásica es un trastorno de la
sensopercepción, en otro contexto presenta puertas de acceso a otros
mundos; de hecho, en la psicosis los trastornos de la sensopercepción
constituyen uno de los componentes de la enfermedad, pero no es lo único que determina la patología, sino que hay un deterioro generalizado
de la vida psíquica y de relación del individuo (retomaremos este tema
en el capítulo 4).
La ayahuasca como productora de DMT endógena. Sabemos que los
compuestos químicos que constituyen la ayahuasca son los proporcionados por la liana Banisteriopsis caapi (harmina, harmalina y tetrahidroharmina) y la DMT proporcionada por la chacruna (Psychodria viridis)
–en la preparación más conocida– o yají (Diplopteris cabreana). Tam-
54
Ayahuasca, medicina del alma
bién hemos visto el complejo mecanismo por el cual las beta-carbolinas
bloquean la acción intestinal de las enzimas MAO para que la DMT pueda
tener acción por vía oral al no ser degradada por la MAO a nivel intestinal. Llamativamente, para los diversos pueblos indígenas que utilizan
ayahuasca, la planta maestra por excelencia, la que nunca puede faltar
en los preparados, es la Banisteriopsis caapi, que da nombre a la poción. Siguiendo el mecanismo bioquímico involucrado y las propiedades
de cada uno de los compuestos, la sustancia visionaria por excelencia
sería la DMT: llave de acceso a contenidos inconscientes personales y al
universo de “otras realidades”, que algunos denominan DMTverso. Podría suponerse que la planta más importante para los pueblos amazónicos es aquella que proporciona las visiones, como el peyote, el cactus
de San Pedro o los hongos en otros pueblos que hacen de las visiones
parte central de su cosmovisión. Pero no es así; la planta por excelencia
es la liana, que en términos bioquímicos sólo tiene por función permitir que la DMT llegue a nivel cerebral para producir efectos psicoactivos.
'HQQLV0F.HQQD*+17RZHUV\)6$EERWW DÀUPDQTXHVXV
experimentos proporcionan una fuerte evidencia acerca de la siguiente
hipótesis: “Las propiedades alucinógenas [sic] de la ayahuasca se deben
a la inactivación de la MAO visceral y la facilitación consecuente de la
actividad oral de la DMT en el preparado”. Si bien esto es central para
lograr el efecto de la poción, creemos que el rol fundamental que cumple
B. caapi es otro: aumentar la producción endógena de DMT facilitando el
acceso a las visiones.
En 1990, el propio McKenna reconoce su función “alucinógena”:
Numerosas tribus de la misma región preparan una bebida
alucinógena a partir de la corteza de Banisteriopsis caapi u otros
miembros del género Malpighiaceae. Este brebaje, que contiene
altos niveles de alcaloides beta-carbolínicos inhibidores de la MAO,
es por sí mismo alucinógeno y a veces consumido solo. (Citado por
Mabit, Campos y Arce, 2000)
Pero este reconocimiento de su acción visionaria se basa en la observación de sus efectos en aquellos pueblos que preparan la bebida
solamente con la liana; McKenna no habla del mecanismo involucrado
por la producción endógena de DMT.
Está comprobado que nuestro cerebro produce regularmente DMT en
SHTXHxDVSURSRUFLRQHV<HVWRQRVLJQLÀFDDOJRSDWROyJLFRFRPRVHVXponía en la década del 60. Ahora bien, si producimos cantidades de DMT
endógena, evidentemente alguna función debe cumplir; no es un mero
compuesto producto de un metabolismo alternativo.
Botánica y bioquímica de la ayahuasca
55
La DMT es el más simple de los compuestos enteógenos; su peso molecular es de 188 unidades moleculares, contra 323 del LSD y 211,16 de la
mescalina, y es ligeramente superior a la glucosa, cuyo peso es de 180.
Nuestro cerebro es un órgano sumamente delicado que cuida muy
bien cuáles sustancias deja entrar y cuáles no. En la sangre hay muchas
sustancias tóxicas que no deben ponerse en contacto con las neuronas,
ya que ello perjudicaría el correcto funcionamiento del sistema nervioso
central. La muralla que impide esto se denomina “barrera hematoencefálica”, que es consecuencia de la estructura característica de los vasos
sanguíneos cerebrales. Y es que las células que forman las paredes de
los vasos, a diferencia de las del resto del cuerpo, se encuentran tan
íntimamente unidas que muchas moléculas que discurren disueltas en
el plasma sanguíneo no pueden salir de los capilares. Otras, como la
glucosa, son capaces de atravesarlos mediante procesos de transporte
activo (con gasto de energía).
El endotelio capilar que constituye la barrera hematoencefálica es
permeable a ciertas sustancias necesarias para el metabolismo cerebral, tales como oxígeno, glucosa y aminoácidos esenciales. Un determinante básico para que una molécula pueda penetrar la barrera hematoencefálica es su solubilidad en lípidos. Los compuestos altamente
liposolubles como etanol, cafeína, nicotina, heroína, oxígeno y bióxido
de carbono atraviesan fácilmente la barrera hematoencefálica; por el
contrario, sustancias con baja liposolubilidad o unidas altamente a proteínas no cruzan la barrera y son excluidas del sistema nervioso. La
glucosa es un sustrato energético primordial para el cerebro, por lo que
requiere un sistema de transporte que le permita atravesar fácilmente
el endotelio y asegure un aporte adecuado y constante de energía. Existen cuatro sistemas transportadores para aminoácidos en el endotelio
de los capilares del sistema nervioso central. Los grandes aminoácidos
neutros, como fenilalanina, leucina, tirosina, isoleucina, valina, triptófano, metionina e histidina, penetran la barrera hematoencefálica tan
rápido como la glucosa. Estos aminoácidos esenciales no se sintetizan
en el tejido nervioso y deben ser suministrados por las proteínas de la
dieta, siendo algunos de ellos precursores de neurotransmisores sintetizados en el cerebro.
Es curioso que la dieta que realizan los chamanes amazónicos para
lograr su iniciación y su preparación para la toma de ayahuasca sea
rica en triptófano y serotonina (banana y pescado fundamentalmente),
lo que proporciona una mayor cantidad de materia prima para la producción endógena de DMT.
Debido a que un solo transportador media el movimiento transcapilar de los aminoácidos antes mencionados, ellos compiten entre sí para
56
Ayahuasca, medicina del alma
penetrar el sistema nervioso, de manera que la elevación en las concentraciones séricas de uno de ellos inhibe el paso de los otros a través
de la barrera hematoencefálica. Esto sucede en ciertas enfermedades
metabólicas como la fenilcetonuria, en la cual hay concentraciones plasmáticas elevadas de fenilalanina al reducirse la captación cerebral de
otros aminoácidos esenciales.
&RPR YHPRV QXHVWUR FHUHEUR FXHQWD FRQ PHFDQLVPRV HVSHFtÀFRV
para que ingresen las sustancias que necesita, comprometiendo cantidades de energía en su transporte. Entonces, ¿cuán importante es la
DMT para que el cerebro gaste energía en su transporte activo al interior
de él?
Rick Strassman (2000), de la Universidad de Nuevo México, ha realizado un extenso trabajo de investigación sobre la DMT, que resume en
su libro DMT, la molécula del espíritu:
+DFHYHLQWLFLQFRDxRVFLHQWtÀFRVMDSRQHVHVGHVFXEULHURQTXH
el cerebro transportaba DMT activamente al otro lado de la barrera hematoencefálica. A ninguna otra droga “alucinógena” el
cerebro trata con tal entusiasmo. Éste es un hecho sorprendente
que debemos tener en cuenta cuando recordamos cuán fácilmente
los psiquiatras biológicos descartaron un papel esencial de DMT en
nuestras vidas. Si DMTIXHUDVRODPHQWHXQVXESURGXFWRLQVLJQLÀcante e irrelevante de nuestro metabolismo, ¿por qué el cerebro se
HVIRU]DUtDWDQWRHQDGHQWUDUORDVXVFRQÀQHV"
En cuanto el cuerpo produce o absorbe DMT, hay ciertas enzimas que lo separan en segundos. Estas enzimas, llamadas monoaminooxidasa (MAO), existen en altas concentraciones en sangre, hígado, estómago, cerebro e intestinos. La presencia extendida de la MAO explica por qué los efectos de DMT son tan efímeros; el
cuerpo se asegura cuándo y dónde debe aparecer.
En cierto modo, la DMT es “comida para el cerebro”, tratada
de una manera similar a como el cerebro maneja la glucosa, su
preciada fuente de combustible. Es parte de un “sistema de alto
movimiento”: rápido entra, rápido se usa. El cerebro transporta
DMT activamente al otro lado de su sistema de defensa y lo utiliza
rápidamente. Es como si la DMT fuese necesaria para mantener el
normal funcionamiento del cerebro. Es solamente cuando los niveles se ponen demasiado altos para la función “normal” cuando
empezamos a tener “experiencias inusuales”.
El funcionamiento normal de nuestro sistema nervioso está basado
en las conexiones entre neuronas (sinapsis), las que se realizan a través
de los neurotransmisores (NT). Éstos se liberan en un espacio de apenas
YHLQWHQDQyPHWURVïHOOODPDGR´HVSDFLRLQWHUVLQiSWLFRµï\DOOtVHFRQ-
Botánica y bioquímica de la ayahuasca
57
tactan con los receptores, que son estructuras proteicas que se hallan
en la membrana de otra neurona.
El cuerpo neuronal produce ciertas enzimas que están implicadas
en la síntesis de la mayoría de los NT. Estos actúan sobre determinadas moléculas precursoras captadas por la neurona para formar el correspondiente NT, que se almacena en la terminación nerviosa dentro
de vesículas. El contenido de NT en cada vesícula (generalmente varios
millares de moléculas) es cuántico. Algunas moléculas neurotransmisoras se liberan de forma constante en la terminación, pero en cantidad
LQVXÀFLHQWHSDUDSURGXFLUXQDUHVSXHVWDÀVLROyJLFDVLJQLÀFDWLYD
La cantidad de NT en las terminaciones se mantiene relativamente
constante e independiente de la actividad nerviosa mediante una regulación estrecha de su síntesis. Este control, que varía de unas neuronas
DRWUDVGHSHQGHGHODPRGLÀFDFLyQHQODFDSWDFLyQGHVXVSUHFXUVRUHV
y de la actividad enzimática encargada de su formación y destrucción.
La estimulación o el bloqueo de los receptores postsinápticos pueden
aumentar o disminuir la síntesis presináptica del NT.
Los NT se propagan a través de la hendidura sináptica, se unen inmediatamente a sus receptores y los activan induciendo una respuesta
ÀVLROyJLFD'HSHQGHGHOUHFHSWRUTXHODUHVSXHVWDVHDH[FLWDWRULDRLQhibitoria.
La interacción NT-receptor debe concluir también de forma inmediata para que el mismo receptor pueda ser activado repetidamente. Para
ello, mediante un proceso activo (recaptación), el NT es captado en forma rápida por la terminación postsináptica y es destruido por enzimas
próximas a los receptores, o bien se propaga en la zona adyacente.
Las alteraciones de la síntesis, el almacenamiento, la liberación o
la degradación de los NT, o el cambio en el número o la actividad de los
receptores, pueden afectar la neurotransmisión y producir trastornos
clínicos.
Los receptores de los NT son complejos proteicos presentes en la
membrana celular. La mayoría de ellos interactúa principalmente con
receptores postsinápticos, pero algunos están localizados a nivel presináptico, lo que permite un control estricto de la liberación del NT. Muchas sustancias psicoactivas y medicamentos ocupan esos receptores
logrando determinados efectos; el LSD, la mescalina y la psilocibina, se
sabe, ocupan los receptores 5 ht2, que son propios de la serotonina.
Por lo dicho hasta acá, la DMT siempre fue considerada una sustancia
que indicaba la existencia de alguna patología mental, ya que procede
de un metabolismo alternativo; no sólo hasta hace poco no era considerada un neurotransmisor sino que no se le encontraba utilidad alguna,
pese a sus características especiales. Pero esta concepción comenzó a
58
Ayahuasca, medicina del alma
cambiar a partir de las últimas investigaciones, en especial un trabajo
de Michael S. Jacob y David E. Presti, del Departamento de Biología
Molecular y Celular de la Universidad de California, publicado en 2005.
Los autores sugieren la importancia que tendría la DMT endógena en la
producción de un tranquilo y relajado estado mental, que puede suprimir, en lugar de promover, síntomas de psicosis. Ya en este trabajo los
autores especulaban con la posibilidad concreta de que la DMT sea un
QHXURWUDQVPLVRUFRQUHFHSWRUHVHVSHFtÀFRVTXHGHQRPLQDEDQUHFHSWRres de amina (TA):
La DMTSDUHFHWHQHUDÀQLGDGSRUHOVLVWHPDGHDVLVWHQFLDWpFnica, que es un sistema receptor que está vinculado a los centros
emocionales del cuerpo y muestra las conexiones posibles a muchas condiciones psiquiátricas. Así pues, la hipótesis de DMT-TA
pide una nueva interpretación de la presencia de DMT en el líquido
de los esquizofrénicos.
Tal vez el aumento de la producción de DMT UHÁHMD XQD UHVpuesta homeostática para calmar o suprimir la actividad psicótica, más que agravarla. En niveles bajos, la DMT puede ser un
ansiolítico endógeno, mientras que el aumento “no natural” (como
el relacionado con la actividad “psicodélico-alucinógena”) puede
producir cambios extremos en la conciencia. Esto podría explicar
los informes de la presencia de DMT en pacientes esquizofrénicos.
La DMT propuesta en la hipótesis de asistencia técnica también
es coherente con la observación del aumento de la actividad del
AADC (aminoácido decarboxilasa) y disminución de la actividad de
la MAO en pacientes esquizofrénicos, posiblemente para producir
más alivio de los síntomas producto del aumento de triptamina o
DMT. También es sabido que el consumo de tabaco lleva a niveles
reducidos de actividad de la MAO en los esquizofrénicos, posiblemente produciendo mayores niveles de DMT endógeno y contribuyendo con ello a la alta prevalencia de consumo de tabaco-nicotina en esta población. Esta hipótesis DMT-TA ofrece una explicación
razonable para la observación del aumento de la actividad INMT
(indol amina-N-metil transferasa) y el aumento de la producción
de DMT durante el estrés, aunque esto debe ser examinado más a
fondo en los seres humanos.
Como se ve, la DMT ha empezado a ser considerada, no como un producto anómalo, sino como un neurotransmisor con receptores y propieGDGHVHVSHFtÀFDV(VLPSRUWDQWHGHVWDFDUWDPELpQODUHIHUHQFLDDTXH
el tabaco reduce la actividad de la MAO endógena promoviendo mayores
niveles de DMT endógena. No debe sorprendernos, pues, el hecho de que
desde tiempos inmemoriales el tabaco haya sido un elemento propio del
Botánica y bioquímica de la ayahuasca
59
chamanismo y una de las herramientas fundamentales en los procesos
de curación. Pocas plantas son tan importantes como el tabaco para el
chamanismo sudamericano y las medicinas tradicionales de la Amazonia. Hace muchos siglos que los indígenas sudamericanos descubrieron todas las formas de utilizarlo: fumado, bebido, como rapé, mascado,
como pasta para ser chupado, aplicado en las encías o como enema, y
está presente en todo tipo de rituales y ceremonias hasta la actualidad.
La especie botánica Nicotiana rustica utilizada por los chamanes
en América del Sur contiene hasta 18% de nicotina, mientras que el
porcentaje de nicotina contenido en las hojas de tabaco de la Nicotiana tabacum, usada para los cigarrillos industriales, varía entre 0,5%
y 1% en Europa, y alcanza el 2% en Estados Unidos (Narby, 1997).
Los chamanes sudamericanos ingieren enormes cantidades de tabaco,
SULQFLSDOPHQWH HQ FRQWH[WRV PHGLFLQDOHV \ ULWXDOHV \ QR PDQLÀHVWDQ
el consumo compulsivo que podemos apreciar en el típico fumador de
cigarrillos industriales, por lo que parece evidente que la adicción al
tabaco no es proporcional al porcentaje de nicotina. En este sentido,
HVVLJQLÀFDWLYRTXHHOWULSWyIDQRSUHFXUVRUGHOD DMT, sea esencial en
la dieta chamánica, así como también el tabaco en las ceremonias. No
por casualidad las dos sustancias están involucradas en la formación
de DMT endógena, y por consiguiente propician estados no ordinarios de
conciencia, base central de todo tipo de chamanismo.
Ya en 1991 Steve Barker, John A. Monti y Samuel T. Christian
pensaron la DMT como un neurotransmisor o neuromodulador, con un
sistema autónomo de receptores, pero la evidencia recién llegaría en
2009. Esta comprobación se presentó con el trabajo de Arnold Ruoho,
catedrático de farmacología en las universidades de Isfahan (Irán) y
Wisconsin (Estados Unidos). Allí se daba cuenta del descubrimiento
del compuesto natural que desencadena la actividad de una proteína
denominada receptor sigma-1. Esta proteína es el único receptor para
la sustancia conocida como DMT:
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores diagramaron
la estructura química de varias drogas con capacidad para asociarse al receptor sigma-1, las redujeron a su forma más simple
y después buscaron posibles moléculas naturales con idénticas
FDUDFWHUtVWLFDV*UDFLDVDORVH[SHULPHQWRVELRTXtPLFRVÀVLROyJLcos y comportamentales han podido concluir que la DMT activa el
receptor sigma-1.
$ÀUPD Ruoho: “No tenemos ni idea de si el receptor sigma-1 puede desembocar en una actividad alucinógena o de qué manera lo hace.
60
Ayahuasca, medicina del alma
Sin embargo, creemos que el Instituto Nacional para el Estudio de la
Drogadicción (NIDA) podría estar interesado en conocer los mecanismos
biológicos que subyacen en el poder psicoactivo y adictivo de estas drogas”. El autor especula con que la presencia de este “alucinógeno” y
su conexión con el receptor sigma-1 pueda provocar comportamientos
psicoactivos, ya que cuando su equipo inyectó DMT en ratones que tenían dicho receptor, éstos se volvían hiperactivos, algo que no ocurría
en los que la proteína sigma-1 había sido eliminada genéticamente. “El
comportamiento hiperactivo se asocia a menudo con el uso de drogas
o con trastornos psiquiátricos”, explica Arnold Ruoho. “Es posible que
ahora podamos desarrollar fármacos nuevos y selectivos para inhibir el
receptor y evitar este tipo de comportamientos”.
Tal como se sugería, la DMTHVÀQDOPHQWHXQQHXURWUDQVPLVRUFRQXQ
VLVWHPDHVSHFtÀFR\VXIXQFLyQHVPXFKRPiVFRPSOHMDTXHODGHXQVLPple compuesto alucinógeno producto de un metabolismo erróneo. TamELpQVHKDLGHQWLÀFDGRVXVLVWHPDUHFHSWRUSDUDHOFXDOWLHQHDÀQLGDG
HVSHFtÀFDPiVDOOiGHLQWHUDFWXDUFRQUHFHSWRUHVHVSHFtÀFRVSDUDRWURV
neurotransmisores, como el 5 HT2 para la serotonina.
Ahora bien, ¿qué se sabe actualmente del receptor sigma-1?
El receptor sigma-1 es un receptor de tipo no opiáceo, que se
expresa en multitud de tejidos adultos de mamíferos (sistema
nervioso central, ovario, testículo, placenta, glándula adrenal,
bazo, hígado, riñón, tracto gastrointestinal, etc.), también a lo
largo del desarrollo embrionario desde sus fases más tempranas,
y que aparentemente está implicado en un elevado número de
IXQFLRQHV ÀVLROyJLFDV 6H KD GHVFULSWR VX HOHYDGD DÀQLGDG SRU
distintos fármacos, tales como SKF-10047, (+)-pentazocina, haloperidol y rimcazole, entre otros, conocidos por su actividad analgésica, ansiolítica, antidepresiva, antiamnésica, antipsicótica y
neuroprotectora, por lo que el estudio del receptor sigma-1 es de
JUDQLQWHUpVHQIDUPDFRORJtDGHELGRDVXSRVLEOHSDSHOÀVLROyJLco en procesos relacionados con la analgesia, ansiedad, adicción,
amnesia, depresión, esquizofrenia, estrés, neuroprotección y psicosis. Sin embargo, el papel real que desempeña el receptor sigma-1 sigue siendo todavía desconocido y enigmático. (Zamanillo
Castanedo et al., 2004)
Evidentemente, mucho queda por saber en cuanto a la función esSHFtÀFDGHHVWHUHFHSWRUTXHSRURWURODGRSRVHHXQDFRPSRVLFLyQFRQ
223 aminoácidos y no es similar a ninguna otra proteína de mamífero
conocida. Asimismo, VHDEUHRWUDSHUVSHFWLYDHQFXDQWRDOUROHVSHFtÀFR
de la DMT en el cerebro humano.
Botánica y bioquímica de la ayahuasca
61
Cabe destacar que a diferencia de los otros neurotransmisores conocidos que se almacenan en vesículas, en las neuronas presinápticas,
este particular neurotransmisor, tal como lo enunció Strassman, se
“crea” en el lugar preciso y rápidamente se utiliza. No se almacena
como los otros. Esta cualidad no es patrimonio exclusivo de la DMT; también el tetrahidrocannabinol, principio activo de la marihuana, utiliza
un sistema de receptores cannabinoides que tiene el propio organismo y
que es activado por la anandamida (AEA) (del sánscrito: ananda, “el que
trae bendición y tranquilidad interna”).
En 1997, Daniele Piomelli y Nephi Stella, de la Universidad de California, descubrieron otro lípido: el 2-araquidonoil glicerol (2-AG), aun más
abundante que la AEA en ciertas regiones del cerebro. Ambos compuestos
se consideran los principales cannabinoides endógenos. Los endocannabinoides son lípidos y no están almacenados en vesículas ni se encuentran preformados, sino que son rápidamente sintetizados a partir de sus
precursores en la membrana celular cuando los niveles de calcio dentro
de la neurona se elevan o cuando se activan ciertas proteínas G.
(QHVWHFRQWH[WRHVWDPRVHQFRQGLFLRQHVGHDÀUPDUTXHODD\DKXDVca reproduce de algún modo reacciones bioquímicas que se producen
habitualmente en nuestro cerebro. Las beta-carbolinas y la DMT presentes en la ayahuasca no son meras sustancias “alucinógenas”, sino que
UHSURGXFHQUHDFFLRQHVÀVLROyJLFDVQHFHVDULDVSDUDHOQRUPDOGHVHPSHño de nuestras funciones cognitivas, emocionales y de relación.
Estamos, pues, en presencia de un compuesto al que le cabe a la
perfección la famosa frase “el todo es más que la suma de las partes”: a
la acción sinérgica del compuesto se suma la propia de las beta-carbolinas, a nuestro entender favoreciendo también la producción de la DMT
endógena, mientras las beta-carbolinas actúan como antidepresivo por
aumento de la recaptación de serotonina, y la DMT exógena cumple las
funciones ya mencionadas.
En 2002, en ocasión de una de las visitas del chamán shipibo-konibo
Antonio Muñoz Díaz a la ciudad de Rosario, después de una ingesta ritual tradicional de ayahuasca le realizamos análisis de laboratorio buscando DMT y bufotenina en orina. Los valores arrojaron tres veces la media para DMT y dos veces para bufotenina. Lo importante de esto es que
el preparado sólo contenía beta-carbolina y DMT, no bufotenina, por lo
tanto pudimos deducir que el aumento de la misma se debió a la producción endógena de bufotenina a partir del bloqueo de la MAO por las betacarbolinas. He aquí un primer indicio de que la ayahuasca no sólo aporta
DMT sino que además aumenta la producción endógena de esta sustancia.
Teniendo en cuenta lo anterior, SRGUtDPRV GHÀQLU OD D\DKXDVFD
como un compuesto registrado, no como algo anormal o excepcional por
62
Ayahuasca, medicina del alma
el organismo, sino al contrario: regido por los mismos patrones que rigen el organismo. A diferencia de cualquier otro compuesto, la ayahuasca es un catalizador, un acelerador de las reacciones que se producen en
el cerebro y se traducen en las distintas funciones cognitivas, memoria,
emociones y aprendizaje; de ahí la rapidez en la resolución de algunos
FRQÁLFWRV TXH GH RWUD IRUPD OOHYDUtDQ PHVHV X DxRV DPSOLDPRV HVWH
concepto en el capítulo 4).
Efectos de la ayahuasca en el cerebro
Desde que la ayahuasca se conoció en Occidente, numerosos estudios
se propusieron determinar cómo era su funcionamiento y qué áreas cerebrales afectaba, además de estudiar sus efectos en todo el organismo.
La psicóloga Ofelia Gallego Beltrán (2007) hace un excelente trabajo de
recopilación sobre las áreas involucradas en el procesamiento cognitivo
y emocional.
3DUDTXHHOVLVWHPDQHUYLRVRSXHGDFRGLÀFDUFRQVROLGDU\UHFXSHrar información necesita preciosos mecanismos neuronales que son
PRGLÀFDGRVSRUODSURSLDOOHJDGDGHODLQIRUPDFLyQ/DVLQDSVLVHVOD
base del aprendizaje: en ella se transmite la información. El aprenGL]DMHHVODXWLOL]DFLyQHÀFLHQWH\HÀFD]GHXQGHWHUPLQDGRQ~PHUR
GHVLQDSVLVFRPRFRQVHFXHQFLDGHFLHUWDVPRGLÀFDFLRQHVPROHFXODUHV
TXH KDQ WHQLGR OXJDU HQ HVWDV FRQH[LRQHV OD LQIRUPDFLyQ ÁX\H GH
PRGR IDYRUDEOH FRQ PRGLÀFDFLRQHV VLQiSWLFDV TXH VH JHQHUDQ FRPR
UHVSXHVWD DGDSWDWLYD DQWH GHWHUPLQDGRV HVWtPXORV R LQÁXMRV LQIRUmativos, que son la base de la plasticidad. El aprendizaje es la piedra
angular del desarrollo cognitivo. Los tipos de aprendizaje son muy
variados y en ellos participan estructuras muy diversas del sistema
nervioso central. En la especie humana cobra particular relevancia el
desarrollo del neocórtex y de las áreas corticales de asociación, especialmente de la corteza prefrontal; participan también, de forma muy
importante en determinadas formas de memoria, el hipocampo, los
núcleos basales telencefálicos y el cerebelo. Los procesos de atención
y de memoria –a corto y largo plazo, declarativa y no declarativa–
constituyen la base fundamental del aprendizaje y de la actividad
cognitiva (Florez, s/f.)
Los efectos de la ayahuasca estudiados mediante EEG, a nivel cognitivo y afectivo, se pueden agrupar en tres niveles:
1) Cambios en las áreas de asociación somatosensorial, visual y auGLWLYDPRGLÀFDFLRQHVWiFWLOHVFRPRDFDUWRQDPLHQWRHKLSHUVHQ-
Botánica y bioquímica de la ayahuasca
63
sibilidad; visuales como aumento del brillo, cenefas y caleidoscopios; auditivas como mayor sensibilidad y riqueza en armónicos.
2) Cambios en las áreas de asociación heteromodal, entre los lóbulos parietal, temporal y occipital, que integran la información que
llega de los canales sensoriales originando sinestesia, lo que exSOLFDODLQÁXHQFLDGHODP~VLFDHQODVYLVLRQHV
3) Afectación del sistema límbico en el complejo del hipocampo (hipocampo, circunvolución parahipocámpica y amígdala), indispensable en la recuperación de memoria almacenada en todo el
cerebro, y del córtex cingulado anterior. Este último y la amígdala unen zonas dispersas del cerebro e intervienen en las emoFLRQHV(OÀOWURGHODLQIRUPDFLyQTXHOOHJDDODFRUWH]DWDPELpQ
se ve afectado, por lo cual se inunda la corteza de información al
consumir ayahuasca (Correa, s/f).
Todas las sendas de la serotonina provienen de los núcleos del rafe
HQHOWDOORFHUHEUDOORVD[RQHVGHVXVFpOXODVVHUDPLÀFDQSRUWRGRHO
FHUHEURHVSHFLDOPHQWHVHGHQVLÀFDQHQHOVLVWHPDOtPELFRODD\DKXDVca retarda la frecuencia de disparo de las neuronas serotonínicas del
núcleo del rafe (Zinder, 2000). “La serotonina interviene en la comunicación de áreas cerebrales” (Duque Parra, 2006) como las prefrontales,
por ello puede afectarse el equilibrio mental entendido como un adecuado funcionamiento de las funciones mentales.
Vías serotoninérgicas en conexión con diversas áreas
de la corteza cerebral
neocyrtex
JanJlios Easales
circunYoluciyn del ctnJulo
tálaPo
hipocaPpo
hipotálaPo
lyEulo tePporal
locus coeruleus
núcleos del rafe
cereEelo
Ppdula espinal
64
Ayahuasca, medicina del alma
También la ayahuasca incrementa la reactividad de las neuronas del
ORFXVFRHUXOHXVïTXHLQWHJUDODVYtDVVHQVRULDOHVïJHQHUDQGRODKLSHUsensibilidad (Zinder, 2000; Metzinger, 2006) y una fuerte descarga de
noradrenalina por todo el cerebro. Ello produce elevados niveles de alerta que podrían explicar el estado de trascendencia que permite llegar a
“percatarse de un yo íntimo al que por vía normal no se accede” (Zinder,
2000) y que algunos llaman ampliación de la conciencia. Las sustancias
psicodélicas son, pues, “desestupefacientes” (Metzinger, 2006).
Como vemos, la ayahuasca afecta todas las áreas involucradas en el
aprendizaje, la cognición y las emociones, lo que explica no sólo los procesos que se ponen en juego durante la experiencia, sino lo que sucede
después. Aquí es muy importante remarcar el concepto de plasticidad
neuronal, desarrollado principalmente en estudios relacionados con la
PHPRULD \ HO DSUHQGL]DMH SRU FXDQWR GHÀQH ORV FDPELRV GH GXUDFLyQ
variable en la función sináptica y con origen en estímulos externos que
condicionan el aprendizaje. Éste involucra cambios plásticos funcionales en las propiedades de las neuronas o en sus interconexiones. Así,
HODSUHQGL]DMHSRGUtDVHUHOUHVXOWDGRGHXQDPRGLÀFDFLyQPRUIROyJLFD
entre las interconexiones de las neuronas, similar a los fenómenos que
ocurren durante la formación de sinapsis en la vida embrionaria.
Jerzy Kornoski (1948) y Donald Hebb (1949) postularon que, aun
cuando los circuitos interneuronales se establecen genéticamente, la
IXHU]D R OD HÀFLHQFLD GH FLHUWDV FRQH[LRQHV QR HVWi GHWHUPLQDGD WRWDOPHQWHGHHOORLQÀULHURQTXHGLFKRVFLUFXLWRVVRQFDSDFHVGHPRGLÀFDUVXV
propiedades como resultado de cambios en su actividad. La hipótesis de
ORVFDPELRVGLQiPLFRVIXHSURSXHVWDHQSRUHOÀVLyORJRGH+DUYDUG
$OH[DQGHU)RUEHVUHÀULpQGRVHDTXHHODSUHQGL]DMHLPSOLFDXQDSHUVLVtencia de actividad en cadena de neuronas interconectadas.
En nuestras investigaciones y en el seguimiento de aquellas personas que atraviesan la experiencia de la ayahuasca hemos visto que
no sólo se resuelven desde el punto de vista psicoterapéutico algunas
situaciones en el marco de la experiencia, sino que el proceso sigue después de la misma. Es de destacar que cuando se hace un seguimiento
FRQUHLWHUDFLyQGHH[SHULHQFLDVPXFKRVLQGLYLGXRVPDQLÀHVWDQTXHFRQtinúan la experiencia anterior desde el lugar donde la dejaron, aunque
entre una y otra hayan pasado meses. Es como si la ayahuasca, al inundar el cerebro de información, habilitara nuevos circuitos neuronales
apelando al concepto de plasticidad neuronal. Estas nuevas conexiones
SHUPLWLUtDQUHGHÀQLUORVVXFHVRVWUDXPiWLFRVGHOLQGLYLGXRRFXHVWLRQHV
emocionales desde otra perspectiva, mucho más rápida y totalizadora
que en cualquier enfoque psicoterapéutico conocido.
CAPÍTULO 2
Etnografías y crónicas
La olla para el caapi (ayahuasca) siempre
tiene la misma forma de vientre y está decorada
con dibujos amarillos sobre fondo rojo oscuro…
Nunca se lava, aunque se redecora de cuando en
cuando…
7KHRGRU.RFK*UQEHUJHWQyORJR\H[SORUDdor alemán, 1909
Además de los sueños visionarios, lo que hace
que a los indígenas les guste tanto la bebida de
la ayahuasca son las imágenes que se relacionan
con su felicidad personal, en las que ven… bestias, demonios… fantasmas.
/RXLV/HZLQIDUPDFyORJRDOHPiQ
El yagé o ayahuasca crece a partir de esquejes, por lo que se piensa que es una liana continua que se extiende hasta el principio de los
tiempos… y se lo compara con un cordón umbilical que vincula a los seres humanos… con el
pasado mítico.
Stephen Hugh-Jones, antropólogo inglés,
1979
La Amazonia occidental
Si bien las selvas tropicales existen en tres continentes, Asia, África
y América, la importancia del Amazonas como región es indiscutible:
su extensión es de cuatro millones de kilómetros cuadrados y ocupa
nueve países sudamericanos (Colombia, Venezuela, Brasil, Perú, Ecuador, Surinam, Guyana, Guayana Francesa y Bolivia), además de ser el
lugar donde se concentra la mayor biodiversidad del planeta y donde
[ 65 ]
66
Ayahuasca, medicina del alma
crece una de cada cuatro plantas de la Tierra, muchas no estudiadas.
Solamente 5.000 de las 250.000 especies del mundo han sido analizadas para determinar su potencial terapéutico, y sólo de 95 especies se
derivan unas 120 drogas que se prescriben en el mercado, de las cuales
el 25% contienen productos vegetales tropicales. De todos esos compuestos –que van desde anticonceptivos hasta medicación para tratamientos
RQFROyJLFRV²PX\SRFRVIXHURQKDOOD]JRVGHORVFLHQWtÀFRVODPD\RUtDGH
las propiedades de tales plantas medicinales ha sido descubierta por los
indígenas amazónicos y de otras regiones (Plotkin, 1997).
Ya hemos dicho que el uso de la ayahuasca se extiende desde el
noroeste de Colombia hasta la tierra baja del sur de Bolivia, al este y
al oeste de los Andes y hasta el interior de la zona del Orinoco. Es precisamente en toda esta región donde los indígenas, cuyos conocimienWRVERWiQLFRVORVFLHQWtÀFRVDGPLUDQH[SOLFDQLQYDULDEOHPHQWHTXHVX
saber proviene de las visiones inducidas por ciertas plantas, incluida la
ayahuasca (Narby, 1997).
El Amazonas ha sido habitado durante miles de años por grupos
humanos en asentamientos dispersos, y existieron también allí algunas
comunidades bastante grandes. Hay evidencias arqueológicas de que
JUXSRV VHSDUDGRV SRU JUDQGHV GLVWDQFLDV JHRJUiÀFDV VLHPSUH VH KDQ
visitado o intercambiado objetos y servicios. Hace cuatrocientos años
arribaron los españoles y portugueses, se apoderaron de territorios y
recursos naturales y construyeron ciudades de estilo europeo. Más tarde llegaron misioneros que no respetaban otras formas de espiritualidad; luego los caucheros, los madereros, los petroleros y representantes
de industrias farmacéuticas; y en los últimos años los turistas new age.
Todo esto no sólo aniquiló a miles de pobladores y de culturas, sino que
en una cadena de hechos amenaza destruir el ecosistema y las últimas
culturas que saben cómo preservarlo. El pensamiento occidental dicotomizó a su paso toda una serie de valores: conocimiento local o tradiFLRQDOYHUVXVFRQRFLPLHQWRFLHQWtÀFRPRGHUQRRJOREDOPDJLDYHUVXV
ciencia; empírico versus teórico; primitivo versus civilizado; racional
versus irracional. Asimismo, el concepto de desarrollo dentro del discurso biomédico occidental forma parte de una ideología y una práctica
que ponderan el conocimiento biomédico y aniquilan la etnomedicina
(¡gran paradoja de la biopiratería actual!). También existe el discurso
romántico del “noble salvaje” (por ejemplo, en las nuevas formas de
turismo new age al Amazonas). Ambos discursos son paternalistas y
tienden a continuar manteniendo relaciones desiguales de poder entre
los occidentales y los indios del Amazonas (Follér, 2001).
En este capítulo analizamos y sintetizamos diferentes trabajos de
campo de etnógrafos, antropólogos, etnobotánicos y crónicas de viajeros
Etnografías y crónicas
67
que estudiaron el uso de la ayahuasca por diferentes naciones indígenas
de la Amazonia occidental. Pasaremos revista a una decena de pueblos
desde el sur de Venezuela, pasando por Brasil, Colombia, Ecuador, Perú
y Bolivia. Hemos elegido un ordenamiento por país a sabiendas de que
es un modo arbitrario de encuadre, puesto que muchos de los grupos estudiados están establecidos en territorios ancestrales que no reconocen
fronteras entre ellos. Otra forma de ordenamiento pudo haber sido por
JUDQGHVIDPLOLDVOLQJLVWLFDV SDQRDUDZDNWXNDQRPDNX SHURWDPbién analizamos grupos con lenguas aisladas, por lo que se mencionará
en el lugar correspondiente la situación cuando el contenido lo requiera.
Acompañamos cada región revisada con una breve referencia sociocultuUDOHKLVWyULFDGHOJUXSRHWQRJUiÀFRHQFXHVWLyQSDUDOXHJRGHWHQHUQRV
en el uso particular que hacen o hicieron de la ayahuasca, mencionando
la sustancia en cada caso con el vocablo del idioma original (por ejemplo,
para la región de Perú, etnia asháninka, el uso de kamarampi).
Algunas de estas etnografías o crónicas fueron hechas hace veinte,
treinta o cuarenta años, en el curso de los cuales la situación de estos
pueblos ha variado rápidamente. Algunos han perdido a sus chamaQHV\HOXVRGHODD\DKXDVFDSRULQÁXHQFLDGHORVPLVLRQHURVFULVWLDnos. Otros los conservan, pero su conocimiento no puede compararse
FRQ HO GH VXV DQWHSDVDGRV (Q FDVL WRGRV ORV FDVRV OD LQÁXHQFLD GHO
capitalismo, el cristianismo y el modo de vida occidental ha penetrado
destruyendo, trastocando o socavando hace muchas décadas las formas de vida y sabiduría, así como los sistemas médicos y de creencias
tradicionales.
Venezuela
Al sur del país se encuentran los 430.000 kilómetros cuadrados que
forman el Amazonas (estado creado políticamente en 1992 con capital
en Puerto Ayacucho). Su relieve se caracteriza en parte por el denominado “escudo guayanés” (grandes sabanas interrumpidas por macizos
llamados “tepuyes”), y en su parte occidental por grandes ríos como el
Orinoco, que nace en el cerro Delgado Chalbaud. Es uno de los estados
venezolanos más ricos en recursos naturales, en su mayoría no explotados actualmente, aunque en zonas fronterizas con Brasil ya existen
problemas de deforestación. Pese a ser un estado tan extenso, el 49%
GHVXSREODFLyQVHLGHQWLÀFDFRPRLQGtJHQDGHXQDGHODVTXLQFHHWQLDV
diferentes que allí viven. La más numerosa es la yanomami (también se
encuentra del lado brasileño), seguidos por piaroa y guahibo.
68
Ayahuasca, medicina del alma
Sikuani
/DQDFLyQVLNXDQLMLZLRMLYL ´JHQWHµ SHUWHQHFLHQWHDODIDPLOLDOLQJtVWLFDJXDKLERVHHQFXHQWUDHQXQD]RQDIURQWHUL]DHQWUH9HQH]XHOD
y Colombia. Del lado venezolano habitan en los estados de Amazonas,
Apure y Bolívar. Los sikuanis consideran el universo en varios niveles:
el superior es la Vía Láctea; el siguiente, el de otras estrellas; luego
el de la tierra, que tiene mares al oriente y al occidente y surcándolos
RWURVFRQWLQHQWHVRPXQGRV\SRUÀQXQQLYHOVXEWHUUiQHR\RWURPiV
abajo, subacuático, ubicado bajo el mar y las lagunas. Los mapas de
los niveles superiores conocidos por los sikuanis tienen nombres para
las estrellas y constelaciones, que usan para establecer las estaciones
y guiarse al viajar. Consideran que los bienes de que disfruta la humaQLGDG SURYLHQHQ GH OD DFFLyQ GH FXDWUR KHUPDQRV 7VPDQL /LZLUQHL
Batatuaba y Kajuyali, quienes subieron al cielo y se pueden ver en la
constelación de las Pléyades. Las mujeres se someten a un ritual comunitario de iniciación, el rezo del pescado: la joven es recluida en una
casita cerrada con esteras (tulimabo), aislada por varios meses y puesta
DGLHWDSDUDSDUWLFLSDUÀQDOPHQWHHQODFHOHEUDFLyQ2WURULWXDOHVHO
itomo, la ceremonia del segundo funeral de todo difunto guahibo.
Uso de juipa. En estas llanuras del Orinoco, conocidas precisamente
como la Orinoquia, se utiliza la ayahuasca o yagé de un modo diferente al de la mayoría de los pueblos amazónicos. Su cosmogonía narra
cómo llegaron a saber de su existencia (Torres, 1998): el héroe Kutsikutsi encontró el árbol de todos los frutos y alimentos cultivables (el
kaliwirnae, de donde además surgió la solidaridad de la comunidad), y
al intentar tumbarlo advirtió que estaba sostenido por dos lianas que
nacían del fondo de la tierra y ascendían hasta lo celeste. Uno de estos bejucos era el barbasco (Phaseolus singapou, que les facilitará una
nueva técnica de pesca); el otro era el yagé (juipa en lengua sikuani;
pero conocido genéricamente como caapi en toda la zona del Orinoco).
Estas enredaderas fueron trozadas por su cepa para que el “árbol que
abunda en frutos” cayera. Las ardillas (Sciurus granatensis), macho y
hembra, fueron las encargadas de cortar la liana del yagé. Al hacerlo,
GHVGHODSDUWHVXSHULRUODKHPEUDIXHDUURMDGDDORFHOHVWH\FRQÀJXUy
el resplandor del sol al atardecer: el crepúsculo. Al cortar las lianas que
sostenían el “árbol de los alimentos”, de la liana-yagé solamente quedó
su raíz; por ello los sikuanis dicen que sólo usan la raíz del juipa. La extraen del subsuelo, lavan su corteza en las quebradas, la asan, separan
la corteza del núcleo leñoso y mascan la corteza asada para embriagar
el cuerpo al inhalar el yopo o dopa (Anadenanthera peregrina, una de
las especies de semillas psicoactivas también conocida en el noroeste
Etnografías y crónicas
69
argentino como cebil o villca). De esta forma, mezclando la liana asada
y mascada con la inhalación del yopo, el chamán sikuani (dopatubinü)
logra acceder a otros mundos y comunicarse con Tsamani, la teofanía
que según sus mitos otorgó la medicina tradicional.
Por su parte, sobre los ye’kuana, pueblo de lengua caribe del sur de
Venezuela y la frontera con Brasil, contamos con los tempranos datos
GHOJUDQHWQyORJRDOHPiQ7KHRGRU.RFK*UQEHUJ TXLHQOOHYyD
cabo un viaje increíblemente difícil entre 1911 y 1913 desde el norte de
Brasil hasta el sur de Venezuela, escalando el monte Roraima. Levantó
mapas, tomó más de mil fotos, registró datos botánicos, geológicos, climáticos y folclóricos, y hasta realizó películas de ritos tribales. Relató
que cuando los chamanes de esta tribu estaban bajo los efectos del enteógeno, imitaban los rugidos de los jaguares. Lamentablemente no nos
describió el contenido de sus experiencias.
Brasil
Dentro de la extensa región amazónica de este país viven cerca de
345.000 indígenas repartidos en 560 tierras, pero el consumo tradicional de ayahuasca se ha dado solamente en los márgenes de la parte
noroccidental, en especial a lo largo de la línea fronteriza con Colombia
y Perú, y sobre todo en lo que hoy forma parte de los estados de AmazoQDV\$FUH(OHVWDGRGH$PD]RQDVFX\DVXSHUÀFLHVXSHUDHOPLOOyQ\
medio de kilómetros cuadrados, limita al norte con Venezuela y con el
estado de Roraima, al este con Pará, al sudeste con Mato Grosso, al sur
con Rondônia, al sudoeste con Acre, al oeste con Perú y al noroeste con
Colombia. Su capital es Manaos. Amazonas es el estado más extenso
de Brasil, con pobre infraestructura en cuanto a comunicaciones y muy
baja densidad poblacional. Allí se aloja la selva tropical más grande del
mundo y la mayor cantidad de etnias indígenas del país. Esta zona tieQHODPD\RUUHGKLGURJUiÀFDGHOSODQHWD\HOUtR$PD]RQDVHVFRQRFLGR
como el mayor del mundo en volumen de agua. Es aquí donde algunos
grupos tradicionalmente consumidores de ayahuasca se reparten a un
lado y otro de las zonas fronterizas con Colombia, en su mayoría hupGDPDN~PDUXERVWXNDQRVNXEHRVZDLNDQRV\ZLWRWRV(OHVWDGRGH
Acre, un área de 153.150 kilómetros cuadrados en el noroeste del país,
limita con el estado de Amazonas al norte, al este con el de Rondônia, al
sur con Bolivia y al oeste con Perú. Su capital es Río Branco. Una planicie con una altura media de 200 metros domina gran parte de Acre.
Juruá, Tarauacá, Muru, Embirá y Xapuri son sus principales ríos. En
este territorio, alguna vez en disputa con Bolivia (aventuras independen-
70
Ayahuasca, medicina del alma
tistas mediante), se encuentran culturas ayahuasqueras cuyo mayor
Q~PHUR GH KDELWDQWHV HVWi GHO ODGR SHUXDQR NDVKLQDZDV NXOLQDV
FDPSDV RDVKiQLQNDV D\LQH\LQHRPDQFKLQHUL SLURV VKDUDQDZDV
yaminahuas y yuras (o amahuacas).
Hupda-makú
Este grupo, también conocido como jupda-makú, hupda o makuhudâ, se autodenomina hüpdù y su idioma pertenece a la familia linJtVWLFDPDN~SXLQDYHGHQWURGHODFXDOLQWHJUDHOJUXSRQDGDKXS6H
encuentra al noroeste del estado de Amazonas, próximo a la frontera
con Colombia, sobre los ríos Papurí al norte y Tiquié al sur. En Colombia los miembros de esta etnia viven en grupos locales de 10 a 70 individuos. Cada grupo posee en promedio ocho campamentos de caza (sin
paredes, con techo de paja de hojas de palmas). Un reducido porcentaje
mantiene su idioma original y un 50% habla también portugués. Se
los conoce regionalmente como peoná, nombre de origen tukano que
VLJQLÀFD ´GXHxRV GH ORV FDPLQRVµ HQ DOXVLyQ DO QRPDGLVPR GH HVWRV
cazadores-recolectores y horticultores; y también al hecho de que no
viajan en canoa como todos los demás indígenas de la región sino a pie,
por las trochas. Tradicionalmente han trabajado para indígenas de la
familia tukana a cambio de alimentos y objetos, por lo que a veces se
ORVKDFDOLÀFDGRFRPR´PDN~GHWXNDQRµ/DFRORQL]DFLyQGHVXWHUULWRULR
ha causado destrucción de su hábitat y multiplicado enfermedades contagiosas como la malaria. Actualmente hay tendencia de varios grupos
a sedentarizarse, lo que les genera nuevos problemas de salud como la
desnutrición.
Uso de carpi. El antropólogo brasileño Pedro Fernandes Leite da Luz
(1996), en un trabajo de campo hecho en la región comprendida entre el
UtR,JDUDSp-DS~\HOUtR9DXSpVDÀUPDTXHORVKXSGDGLVWLQJXHQVLHWH
tipos diferentes de carpi (ayahuasca) de acuerdo con la madurez de la
planta, la parte utilizada, el aspecto general, si es lisa, si tiene nudos,
si es torcida, etc. Los tipos reconocidos son carpi-ingá, carpi-cabeza de
barrigudo, carpi-cipó dulce, carpi-tripa de gallo, carpi-hemodá, carpikukudá y huamp-carpi.&DGDXQRWLHQHXQXVRHVSHFtÀFRSDUDDSUHQder o dar conocimiento, como estimulante, para tomar antes del trabajo
y de la guerra; para relatar y escuchar mitos tribales, para ser buen
cazador y que las visiones muestren dónde encontrar la presa y cómo
QRVHUSHUFLELGRSRUORVDQLPDOHV\ÀQDOPHQWHXQRSDUDGDQ]DUHQODV
ÀHVWDV\RWURXWLOL]DGRSRUHOFKDPiQSDUDFXUDU$ODKRUDGHLQJHULU
carpi, deben respetarse las típicas dietas, ayunos y abstinencias. Conforme al uso que se dará a la liana, cambian las plantas aditivas, pero
Etnografías y crónicas
71
de modo general el preparado es semejante: la liana se raspa y su corteza es puesta en agua; una vez hervida, se deja al sol para descansar.
Los hupda creen que el sol, “hirviendo y cocinándolo”, tiene un papel
activo en el “nacimiento” del carpi. Se sopla humo de tabaco sobre el
líquido. Tanto el preparado como la ingesta son realizados lejos de los
ojos indiscretos de mujeres y niños, caso contrario quien lo toma podría
quedar enfermo. La liana es cultivada por el chamán o por un danzante.
Cortan en redondeles hojas de bukat XQDSODQWDQRLGHQWLÀFDGD \ODV
HFKDQDODVXSHUÀFLHGHOEUHEDMHVLUXHGDQVLJQLÀFDTXHHOcarpi está
muy fuerte; en este caso es dado a los jóvenes primero (pues se cree que
SRUVXFRQGLFLyQDEVRUEHQHOH[FHVRGHSRGHU (QODVÀHVWDVdabakuri
(intercambios de regalos: frutos silvestres o fariña de yuca) la ingieren
ORVGDQ]DQWHVSDUD´SHUGHUODYHUJHQ]DµHQWUHFDQWRVVREUHODIHUWLOLdad y el crecimiento de animales y frutas. Al beber la poción, se animan
mutuamente diciendo: “Seamos fuertes, seamos hombres”.
Já o huamp-carpi (“el carpi del pez”), usado por el chamán para curar, muestra la dolencia y sus causas en forma de sustancia venenosa
exógena al paciente, tanto como muestra a quien lo envió. El sanador
chupa el dorso de la mano izquierda del paciente y expulsa su mal al escupir. Lo recoge con la mano como si estuviese tocando algo palpable y
lo coloca en una bolsita mágica invisible, donde queda guardado. Beber
carpi es considerado un remedio preventivo. Una vez bebido, la sangre
de quien lo bebió queda “amarga” y por tanto inmune a cualquier agresión externa.
En una versión de origen del carpi recogida en la aldea de Santo Anastasio, éste estaba presente ya en los míticos tiempos del parmuriduí, el
día de la Creación, cuando la humanidad emergió de un agujero en la
tierra. El primer hupda, ancestro de todos los actuales, cuando apareció
tenía ojos de carpi. Los hupda creen que llevan el carpi en su propio
cuerpo como herencia de sus antepasados; es para ellos el vehículo por
excelencia del saber tribal, de ahí el conocimiento superior del mundo
que alegan tener.
Marubo
*UXSRGHODIDPLOLDHWQROLQJtVWLFDSDQRTXHUHVLGHPX\FHUFDGHOD
frontera peruana, en el extremo occidental del estado de Amazonas (valle del Javari, en las cabeceras de los ríos tributarios del Javari: Curuça,
Ipixuna, Ituí). Al parecer hablan el mismo idioma que los extinguidos
FKDLQiZDER9LYHQGHODFD]DODSHVFD\SODQWDFLRQHVGHVXEVLVWHQFLD
Según su cosmovisión, en que nuevos entes se forman por la unión o
transformación de partes de seres muertos y mutilados, se supone que
este pueblo es el resultado de una reorganización de sociedades indí-
72
Ayahuasca, medicina del alma
genas diezmadas y fragmentadas por la violencia de los patrones en
el auge del período del caucho (1880-1914). Pero este movimiento de
dispersión y reagrupación puede remontarse a tiempos más antiguos,
como sugieren las naciones indígenas vecinas de los marubos.
Uso de oni. Entre los marubos, todos los hombres adultos consumen
el oni en las sesiones donde el chamán incorpora espíritus (yové) a los
cuales es ofrecido el oni. Los espíritus cantan y danzan con los hombres
a través del cuerpo del chamán, y algunos también realizan las curas.
El pote donde se guarda el oni queda al lado de una de las dos entradas
de la maloca (casa comunal), junto con los tubos para soplar rapé y la
espátula con una secreción de sapo, usada para tratar la pereza y expulsar el desánimo (Melatti y Melatti, 1986). La liana de Banisteriopsis
caapi tiene una presencia importante en la mitología del grupo: en el
PLWRZHQLDVREUHHORULJHQGHHVWHSXHEORHOHOHPHQWRTXHHVWLPXODOD
emergencia de la sesión ritual inonáwavo es la raíz de oni; en el mito de
la pérdida del fuego y el origen de los jaguares, Ino Wira, uno de los jaguares, mora junto a la raíz de oni. El propio nombre del héroe creador
de las plantas cultivadas, Oni Weshti, remite al bejuco de ayahuasca.
Al ser encontrada la liana por los marubos, este héroe está sentado
sobre una pila de kapi, nombre de un arbusto al cual el pueblo marubo atribuye características semejantes e incluso más poderosas que la
ayahuasca. Un interesante relato recogido por el antropólogo brasileño
-XOLR &pVDU 0HODWWL MXVWLÀFD \ DxDGH D OD FRVPRYLVLyQ SURSLD ²RULJHQ
marubo ligado al oni– la irrupción de los blancos a partir del siglo XVIII.
En el mito de Shoma Wetsa, que trata justamente del origen de la supremacía tecnológica de los blancos, también aparece el oni. Tapane, el
héroe, es hijo de Shoma Wetsa, una vieja que devora a todos sus hijos.
Cierto día Tapane encuentra a una mujer, Sheta Veká, a quien desposa.
Recién expulsada de su grupo familiar por adulterio, ella queda embarazada de una gran cobra, Kenekenevesho (kene: diseños geométricos
tradicionales inspirados en visiones de oni). Además de estar viviendo
con Topane, Sheta Veká da a luz a varios animales, hijos de Kenekenevesho. Los hijos humanos que tiene con Topane después de eso son
sistemáticamente devorados por Shoma Wetsa, la que también devora
a los animales y a los “civilizados”. Topane, instigado por su mujer,
intenta varias veces matar a su madre, con resultados infructuosos. En
una ocasión, Shoma Wetsa le dice a su propio hijo cómo podría matarla
tras ingerir oni. Topane lo bebe y el brebaje le enseña y otorga el poder
de acabar con Shoma Wetsa. Ya muerta, Shoma Wetsa se le aparece a
Topane en su forma espiritual y le dice que con su depredación estaba
HQYHUGDGVDQWLÀFDQGRDWRGRVWUDQVIRUPiQGRORVHQyové. Como castigo
Etnografías y crónicas
73
por haber interrumpido su tarea, Shoma Wetsa abandona a Topane y
se va a vivir a Jerusalén, donde da los bienes tecnológicos a los blancos
(adviértase el préstamo cultural). Antes de partir, lega a Topane un
tipo de oni que debe beber: el txotxone (nombre de un pajarito), diferente del oni GHORVEODQFRV2WUDVYHUVLRQHVGHOPLWRDÀUPDQTXH6KRPD
Wetsa le muestra varios tipos de liana.
Como vemos, la ayahuasca aparece asociada a la creación y transformación del mundo de los hombres y demás seres, sirviendo también
como lazo de comunicación con el mundo de los muertos y los espíritus.
Una vez aparecidos los blancos, causantes de un profundo golpe a
su estructura socioeconómica y cultural, los marubos debieron ampliar
su mitogonía para incluirlos en su rol de prestigiosos portadores de objetos tecnológicos; pero el oni, base fundamental de su cultura, sigue
presente.
Colombia
La región amazónica de este país posee una extensión de 403.348
kilómetros cuadrados y una población aproximada de 750.000 habitantes entre colonos e indígenas, en una proporción de diez a uno respectivamente. Aunque los colonos se ubican en los centros urbanos,
en las zonas fronterizas la proporción es inversa. La región ocupa los
departamentos del Caquetá, la intendencia del Putumayo y las comisarías de Gaviare, Guainia, Vaupés y Amazonas. Los indígenas,
que representan el 95% de la población rural en estas divisiones, perWHQHFHQDXQRVFLQFXHQWDJUXSRVHWQROLQJtVWLFRVFODVLÀFDGRVHQODV
VLJXLHQWHVIDPLOLDVOLQJtVWLFDVWXNDQRRULHQWDODUDZDNNDULEZXLtoto, andoke, bora, puinave, tukano occidental y embera. En total se
HQFXHQWUDQ ORV JUXSRV DQGRNH DZD FXDNLHU EDUD EDUDVDQR ERUD
cabiyari, carabayo (yuri), carapano, carijona, cocama, coyaima-nagaima, coreguaje, cubeo, curripaco, desana, embera, guayabero, guanamo, inga, kamsa, kofán, letuama, macaguaje, macuna, makú, matapi,
miraña, muinane, nonuya, ocaína, páez, piapoco, piaroa, piratapuyo,
SLVDPLUDSXLQDYHVLNXDQLVLULDQRVLRQDWDQLPXNDWDLZDQRWDULDQR WDWX\R WLNXQD WXNDQR WX\XFD ZLWRWR \DXQD \DJXD \XFXQD \
yurutí, algunos de los cuales permanecen en situación extremadaPHQWHYXOQHUDEOH2WURVFRPRORVWDLZDQRGHO9DXSpVVyORHUDQWUHV
familias de diecinueve personas en 1988 (DAI, 1989), puede que ya
estén al borde de la extinción.
Cabe destacar como dato curioso que en 1988 irrumpió en Calamar, un asentamiento urbano de la región del Guaviare, un grupo de
74
Ayahuasca, medicina del alma
cincuenta mujeres y niños indígenas de una etnia desconocida hasta
entonces. Arribaron desnudos, hambrientos y a punto de desfallecer,
buscando a sus hombres. Fue la primera vez que Colombia y el mundo
tuvieron conocimiento de los nukak makú, el último grupo nómada
que todavía no había tenido contacto con el hombre blanco. El deslumbramiento fue mutuo, pues ellos también estaban sorprendidos al ver
los automóviles, escuchar las radios y mirar la televisión. El gobierno
nacional envió desde Bogotá un grupo de especialistas para buscar una
explicación. Fue muy difícil porque la lengua que hablaban, si bien parecía amazónica, era incomprensible hasta para los antropólogos más
avezados. Los devolvieron en avión a la selva profunda, y allí, cuando
contaron la historia a quienes habían quedado acerca de que en la ciudad los habían cuidado (los habían llevado a volar y les habían dado de
FRPHU GHFLGLHURQVDOLUGHÀQLWLYDPHQWH3DUDVXGHVJUDFLDSULPHURVH
encontraron con la guerrilla de las FARC (que en esa época controlaba
con mano de hierro todo el departamento), luego con el cultivo de la
FRFDTXHVHLEDH[WHQGLHQGRFRPRXQDSODJD\ÀQDOPHQWHFRQODSUHsencia de los paramilitares que llegaron para expulsar a la guerrilla.
Hoy, a más de veinte años del contacto, los últimos nómadas están a
punto de extinguirse: gripe, tuberculosis, explotación, violencia, colonos, guerrilleros, paramilitares, usurpación de tierras, propiedad priYDGDPLVLRQHURVHQÀQODGHVWUXFFLyQDFHOHUDGDGHVXPXQGR
Una situación similar experimentan los nasa en el departamento
Cauca, los embera en el de Chocó, los kogui en la sierra nevada de
6DQWD0DUWD\ORVDZDGHODIURQWHUDFRQ(FXDGRUREOLJDGRVDSHUPDnentes desplazamientos masivos, abusos, asesinatos y pérdida de sus
tradiciones a causa de la guerra que se libra en Colombia desde hace
más de cuarenta años.
Tukano-desana
Los tukanos viven en la línea fronteriza entre Colombia y Brasil,
que incluye las selvas del sudeste de Colombia, en el departamento del
Vaupés y parte del noroeste de Brasil. Las principales concentraciones
de tukanos se encuentran en los pueblos de Acaricuara, Montfort y Piracuara, aunque también hay docenas de caseríos y aldeas esparcidas
en el alto río Negro y a orillas de los ríos Paca, Tiquie y Papurí. Un
número considerable vive en el área de San José del Guaviare. Desde
el siglo XIX hasta la segunda mitad del siglo XX la región del Vaupés
ha sido disputada como de interés geopolítico y para la explotación de
recursos naturales por parte de los colonizadores, proceso en el cual
ORVWXNDQRV\SXHEORVOLQJtVWLFDPHQWHHPSDUHQWDGRVIXHURQHVFODYLzados. En 1835, luego de la independencia de Brasil, nace la rebelión
Etnografías y crónicas
75
conocida como Cabanada, una alianza entre indígenas y portugueses
contra esclavos sublevados que hostigaban constantemente las aldeas.
Tras declararse Manaos como ciudad en 1848 y más tarde establecida
la provincia de Amazonas, las misiones de franciscanos y capuchinos
se reanimaron, abarcando hasta la esfera comercial. Del mismo modo
que en otros pueblos sometidos a una acelerada aculturación política y religiosa, emergieron los denominados “movimientos mesiánicos”
OLGHUDGRV SRU MHIHV LQGtJHQDV $ ÀQDOHV GHO VLJOR XIX el sometimiento
de las poblaciones originarias vino de la mano de la explotación del
caucho. A la decreciente caída de este comercio sobrevino nuevamente
el efecto de las misiones que, con convenios gubernamentales, se encargaron de los “indios salvajes” interviniendo en toda su organización,
hasta el punto que redujeron algunos cultivos perennes, fomentaron
la cría de vacunos y generalizaron el tucano como lengua para el resto
de los grupos indígenas del Vaupés. En los años 40, debido a la escasez de alimentos, se produce una migración de indígenas hacia Brasil,
que fue detenida en 1956 con la Resolución Comisarial que imponía a
los indígenas el previo aviso de los cambios de residencia con el consentimiento del prefecto apostólico. En 1960 se inicia una nueva actividad comercial que reemplaza la extracción de caucho: la peletería,
que cobra la vida de miles de especies de animales selváticos. A partir
de 1973, el Estado comienza a hacerse cargo de la educación de estos
pueblos a través de fondos educativos regionales. En adelante, con la
creación de resguardos que detuvieran la expansión colonizadora, se
originaron varias organizaciones locales en procura del reconocimiento
de la autonomía de los grupos indígenas. Desde los años 80 aparece la
explotación minera como una nueva forma de colonialismo, que inclu\yKDVWDXQDPDVDFUHGHLQGtJHQDVTXHHQHQWUDURQHQFRQÁLFWR
con los garimpeiros.
(OJUXSROLQJtVWLFRWXNDQR SUHYLDPHQWHFRQRFLGRFRPREHWR\D HV
hablado en el noroeste amazónico (este de Colombia y partes adyacentes del noroeste de Brasil). Se subdivide en tres ramas: 1) la oriental,
TXHLQFOX\HSXHEORVFRPRHOWXNDQRSURSLDPHQWHGLFKRZDQDQR\SLsamira o pisa-tapuyo en la región septentrional; 2) bará, desana, tatuyo y yurutí en la región central; y 3) makuna y barasano en la región
meridional. La rama central es hablada por naciones como tanimuka
y kubeo, y la rama occidental, por sionas y koreguajes. Los mai-huna
(orejón) de Perú también hablan un dialecto tukano occidental.
Uso de caapi. Recurrimos en este caso a uno de los mayores especialistas en la materia, el pionero de la antropología y arqueología colombiana Gerardo Reichel-Dolmatoff. Desde mediados de los 60, y tras haber
76
Ayahuasca, medicina del alma
dedicado más de veinte años a otros grupos indígenas y sitios arqueológicos, se dedicó al estudio de los tukanos del Vaupés, realizando un
vasto plan de registro magnetofónico de textos chamanísticos en varias
lenguas indígenas, en especial entre los desana, pira-tapuya y las tribus del Pirá-Paraná. Los temas del manejo indígena del medio ambiente, del mundo alucinatorio y de los esquemas cognoscitivos chamanísticos mantuvieron ocupado a este autor hasta sus últimos años. Según
su clásica obra El chamán y el jaguar (1978), los chamanes tukanos, o
payés, se dedicaban –además de la curación– a la consecución de presas
GHFD]D\SHVFDGHVXV´GXHxRVµVREUHQDWXUDOHV ÀJXUD ODGLUHFFLyQ
de los ritos del ciclo vital individual y la toma de medidas defensivas
y agresivas frente a enemigos personales. También eran los encargados de interpretar pasajes míticos, recitaciones genealógicas, sueños
R FXDOTXLHU VLJQR R DJHUR REVHUYDGR SRU XQD SHUVRQD &HUFD GH ORV
veinticinco años un aprendiz de payé (ye’e en lengua desana, yai en lengua tukana)1 comienza su entrenamiento aislado en compañía de otros
novicios que van a vivir por varios meses con un chamán renombrado,
hasta un año o más. El aprendiz va adquiriendo sus “armas”, consistentes en objetos materiales (piedras, espinas, semillas), cuya esencia
de poder es concedida por Bëhpó-mahsë (el Trueno). Para proveerse de
ellas, el maestro y sus discípulos se van a vivir a un lugar solitario en la
selva, donde construyen una choza temporal. Por las noches consumen
vihó (rapé o polvo alucinógeno preparado con la resina de la corteza de
varias especies de virola) y diferentes pociones de caapi (kaapi, gahpí
o kahpí) casi a diario. Durante el trance aparecen los objetos poderosos
como “caídos del cielo” y se materializan súbitamente frente al aprendiz. El trueno está íntimamente relacionado con el espíritu del jaguar y
en ocasiones puede manifestarse como un jaguar rugiente. Otro instrumento importante es la maraca hecha de calabaza, con manija de una
madera especial que también indica el trueno durante las visiones. Es
esencial la abstinencia sexual, los ayunos y evitar mujeres menstruando o embarazadas.
Una vez en actividad, de las muchas funciones chamánicas nombradas resalta la de comunicarse con Vaí-mahsë, el dueño sobrenatural de
los animales. En las visiones aparece como un enano rojo con atuendo
1. Yeé o yai se deriva del verbo ye’erí: “cohabitar”; el mismo término se usa para designar
al jaguar. Hay una concepción fálica y seminal, en la cual el payé penetra las casas del
dios Vaí-mahsë, esencialmente depósitos uterinos, en una acción fertilizadora. Del mismo
modo el Padre Sol, según el mito de creación tukano, derramó su semen luminoso a la
Tierra, mediante un bastón que el payé simboliza con su vara sonajera.
Etnografías y crónicas
77
de cazador. El éxito en la caza y la pesca depende en gran parte de
su disposición favorable: él es como un payé en su propia esfera y así
negocian de igual a igual. Como pago por los alimentos recibidos, Vaímahsë indica qué persona debe morir para que su alma, en forma de
ave u otros animales, entre en su morada. En noviembre, último mes
de la estación lluviosa, los tukanos preparan una reunión especial de
payés, donde intercambian conocimientos para curar enfermedades y
hacer daño a los enemigos. Para la cosmovisión tukana no existe la
muerte “natural”: tanto la enfermedad como la muerte son siempre consecuencia de actos de magia negra de algún adversario; y las luchas
entre payés se llevan a cabo en cualquier dimensión: en el aire, bajo las
aguas, dentro de un cerro, con todo tipo de ensalmos, disfraces y armas
como culebras venenosas, rayos o insectos. Claro que esto sucede en
la esfera visionaria, mientras ambos payés se encuentran recostados
en sus casas en profundo trance, y ocasionalmente uno de ellos caerá
muerto de su hamaca. Para todas estas funciones y actividades el payé
debe contar con la ayuda de Vihó-mahsë, el dueño del rapé, que mora
en la Vía Láctea y es el intermediario con otras potencias. Los tukanos
observados por Reichel-Dolmatoff empleaban mucho el caapi en diferentes rituales:
1) Ceremonias religiosas colectivas que comprendían personas de
dos o más unidades exogámicas, acompañados de danzas, cantos
y recitaciones (de acuerdo con Reichel-Dolmatoff, la interpretación de las visiones en estas ceremonias subrayan la ley de la
exogamia, y su principal objetivo es mostrar el origen divino de
las reglas que rigen las relaciones sociales).
2) Rituales en que reducidos grupos de personas buscaban solamente obtener una experiencia sobrenatural.
3) Consumo individual y solitario de yagé por motivos puramente
personales.
4) Sesiones especiales para ceremonias de iniciación, entierros, y en
el rito del Yuruparí o la ceremonia dabucurí de intercambio de
regalos.
5) Sesiones chamánicas, en las que generalmente sólo es el payé
quien bebe la poción para efectuar el diagnóstico, pero en ciertos
casos también el paciente debe hacerlo para indagar causas y
remedios en sus propias visiones.
6) Tomas de yagé en preparación para una partida de pesca.
El mito tukano de origen del caapi o gahpí cuenta que en los primeros tiempos una mujer de nombre Gahpí-mahsó (yagé-mujer) llegó a la
78
Ayahuasca, medicina del alma
Casa de las Aguas cuando la Canoa-Anaconda iba río arriba para asentar a la humanidad en la Tierra. Allí dio a luz mientras los hombres de
la primera maloca se encontraban sentados. En esa choza primordial
estaban los ancestros de toda la humanidad y de todos los grupos tukanos: los antepasados de los desana, los tukanos propiamente dichos, los
SLUiWDSX\D\ORVZDQDQR/DPXMHUFUX]yODSXHUWDGHODPDORFDFRQ
su hijo en brazos y preguntó: “¿Quién es el padre de este niño?”. Los
hombres, sacudidos por la visión, con náuseas, pasmados y algo enloquecidos, comenzaron a tomar uno a uno brazos, manos, dedos, piernas
y cordón umbilical del bebé, gritando que cada uno de ellos era el padre,
y así despedazaron al niño. Cada cual tomó la parte que le correspondía
y desde entonces cada grupo de hombres tiene su propio tipo de yagé.
Pero el verdadero padre era el Abuelo Sol, quien la fertilizó con su sola
mirada.
5HLFKHO'ROPDWRII FRPSDUD ODV FODVLÀFDFLRQHV GH IRVIHQRV LQGXcidos mediante impulsos eléctricos en experimentos de laboratorio
dirigidos por Max Knoll, con muchos de los diseños indios del caapi
(y su casi desaparecido arte de pintar las fachadas de las malocas,
ÀJXUD VXJLULHQGR QXPHURVDV FRLQFLGHQFLDV (VWH DXWRU GH RULJHQ
austríaco contó desde 1943 con la permanente asistencia de su esposa, también etnóloga, Alicia Dussan Maldonado, y en los datos que
aquí nos ocupan, con Antonio Guzmán, de origen desana, intérprete
y colaborador esencial.
Barasana
Esta etnia, cuya lengua pertenece a la familia tukano oriental,
puede aparecer mencionada con nombres alternativos como barasano,
banera yae, hanera oka, barasana del sur, jânerâ, pânerâ. Viven en
el Caño Colorado, río Pirá-Paraná. Su territorio está comprendido en el
Resguardo Indígena Parte Oriental del Vaupés. Tradicionalmente, la
maloca rectangular era el centro de la organización social, económica
y ceremonial. En los últimos años se ha adoptado el patrón de viviendas agrupadadas alrededor de una maloca. Su organización social se
caracteriza por una fuerte red de parentesco: intercambian mujeres
con los bara y otras comunidades cercanas. La autoridad principal es
el jefe de la maloca, sin embargo, existen otros personajes que cumplen funciones religiosas como el payé, el kumu, el especialista en
cantos y danzas y el maestro de recitación de mitos. Se consideran
aliados de los makuna. El trabajo de los hombres consiste en preparar
el terreno, la pesca, la caza y la fabricación de artesanías, mientras
que las mujeres se encargan de mantener la chacra limpia, de cosechar y de preparar los alimentos. La horticultura es la base de su
Etnografías y crónicas
79
economía con el sistema tradicional de tala y quema. Recientemente
han incursionado en la pesca comercial.
Uso de idiri kahi (kaji o kadana). En esta etnia nuestra liana es
cultivada por hombres iniciados que también son los consumidores exclusivos y se le da el nombre de idiri-kahi (coca bebible o coca líquida),
kaji o kadana. Se trata de la única sustancia psicoactiva cuyo uso se
limita al contexto ritual, marcando una separación respecto de la vida
cotidiana. La asociación entre la ayahuasca y la planta Erythroxillum
coca var. IpaduSURYLHQHGHORVPLWRVWULEDOHVTXHFRPSDUWHQVLJQLÀFDdos. Así como la coca representa simbólicamente la estructura de las líneas de descendencia, la idiri kahi respresenta la posibilidad de volver
al comienzo de las mismas. Los etnólogos Stephen Hugh-Jones (1977,
1979) y Christine Hugh-Jones (1979) mencionan varios ritos barasana,
entre los cuales describen los que involucran cantos, danzas y el uso de
ÁDXWDV\WURPSHWDVVDJUDGDVGHQRPLQDGDVhe. Uno es el rito conocido
como “la casa de las frutas”, cuya celebración consiste en llevar a la
casa grandes cantidades de frutas al son de los instrumentos he y reaOL]DUGDQ]DVFRPXQDOHV(QHOLQWHUYDORHQWUHHVWDVGDQ]DVVHYHULÀFD
consumo de idiri kahi ÀJXUD /DEHELGDODSUHSDUDHOFKDPiQIXHUD
GHODFDVD&XDQGRWHUPLQDGHKDFHUODGLVHxDODÀJXUDGH´ODPDGUH
del yagé” en la puerta de la casa con la corteza pulverizada de Banisteriopsis caapi. Además, les sopla humo de tabaco a los trozos de liana
antes de arrojarlos a la olla y de servir el brebaje listo. Los danzantes y
cantores, que son servidos antes que los demás y reciben mayor cantidad, cantan al unísono los mitos del grupo y la idiri kahi permite que el
alma deje el cuerpo y llegue hasta los primeros ancestros. Toda la casa
es vista como una representación del cosmos bajo el efecto del brebaje.
Son comúnmente visiones de jaguares y serpientes. A los más nuevos se
les da más cantidad de una bebida incluso más fuerte, que contiene una
cantidad de hojas de kahiuku (Banisteriopsis rusbyana, que posee N,NDMT). Todas estas celebraciones son preparatorias para el ritual de “la
casa de he”, principal acontecimiento iniciatorio. A los jóvenes se les da
de tomar en primer lugar, y el resto de los hombres acompaña después.
7RGRV EHEHQ DO ÀQDOL]DU HO WUDQFH XQD LQIXVLyQ IUtD GH KRMDV siorohu.
Para los barasana, la ayahuasca es la “leche de los ancestros”, he ohekoa\pVWDWLHQHVXRULJHQGHQWURGHODVÁDXWDVVDJUDGDVTXHVRQSHQVDdas como senos femeninos. La liana está relacionada con la estructura
del grupo de descendencia, y las diferentes variedades pertenecientes
a los distintos grupos tienen origen en los conjuntos de instrumentos
que cada uno posee. La planta es “el camino de vida de un hombre”, y
cuando el padre ingiere la bebida se cree que los niños sienten los efec-
80
Ayahuasca, medicina del alma
tos gracias al poder que da de viajar a través de líneas de descendencia.
Así pues, la liana es comparada con un cordón umbilical que liga a los
hombres a su pasado mítico y aun al conjunto de ríos que forman el reFRUULGRSRUODVHUSLHQWHPtWLFDGHVGHHORULJHQKDVWDHOGHVWLQRÀQDOGHO
grupo. Para los barasana, el mundo mítico de los espíritus está expresado en el concepto heTXHVLJQLÀFD´VDJUDGRµ3DUDSHQHWUDUHOhe hay
una sola manera segura: ingerir yagé. En suma, la función de la bebida
en este grupo es transportar a los individuos conectando el pasado y el
presente y posibilitando el viaje al pasado ancestral. La bebida representa la posibilidad de volver al inicio. Cuanto más sagrado es el ritual,
más fuerte es la bebida y más próximo el contacto con los orígenes.
Tomar he ohekoaHVSRUORWDQWRLGHQWLÀFDUVHFRQORVDQFHVWURV$OLQJHrirla, los barasana creen que la bebida se transforma dentro del cuerpo
en una serpiente mítica que los transporta hasta donde se encuentran
los ancestros en el presente y cuya lengua sería el vómito que la poción
causa. Los efectos son también comparados con una pequeña muerte:
cuando los iniciados la ingieren dicen que “dejan de vivir”.
Reichel-Dolmatoff (1978) relata su propia experiencia de idiri kahi
junto con indios barasana del Pirá-Paraná, donde obtuvo visiones de
motivos multicolores variables (que a veces compara con tapices tibetanos), los cuales duraron unos veinte minutos en medio de una ceremonia de doce horas. En ésta se sucedieron unas ocho rondas de yagé entre
ORVDVLVWHQWHVFRQEDLOHVFDQWRVP~VLFDGHÁDXWDVGHSDQ\GHVFDQVRV
alternados. Los pasos, giros, cantos y ademanes de los participantes alcanzaban por momentos una gran coordinación y precisión; cada quien
obraba por su cuenta pero al mismo tiempo como miembro de un equipo
sumamente organizado y solemne. Algunos hombres de vez en cuando también aspiraban rapé de vihó. El autor logró posteriormente que
YDULRVLQGLRVGLEXMDUDQVXVYLVLRQHV ÀJXUD FODVLÀFDQGRXQRVYHLQWH
motivos similares con usuales interpretaciones culturales: “Hileras de
puntos representan gotas de semen”, “Varias líneas onduladas paralelas horizontales de distintos colores son la Canoa-Anaconda del mito
de la creación”, “Una pauta vertical de puntitos es la Vía Láctea…”. El
autor concluye que el ritual colectivo es una experiencia de donde el
LQGLYLGXRHPHUJHFRQODÀUPHFRQYLFFLyQGHODYHUGDGGHORVRUtJHQHV
tradicionales de su cultura y de los principios morales rectores del relato de la creación.
Kubeo
7DPELpQ PHQFLRQDGRV FRPR FXEHR NXEpZD R NXEXQiQD HQ OD OLWHUDWXUDHWQRJUiÀFDHVWHSXHEORVHDXWRGHQRPLQDkâniwâ. En Colombia
VHHQFXHQWUDQHQHOGHSDUWDPHQWRGHO9DXSpVUtR9DXSpV\DÁXHQWHV
Etnografías y crónicas
81
Querarí, Pirabotón, Cubiyú y Cuduiarí, así como en el departamento
Amazonas, Guainía y Vichada (en Brasil viven al noroeste del estado
de Amazonas, curso medio del Vaupés). Su subsistencia depende principalmente de la agricultura itinerante y la pesca. Antiguamente cazaban
FRQFHUEDWDQDRDUFR\ÁHFKDDXQTXHKR\SUHÀHUHQHVFRSHWDV(OLGLRPD
kubeo pertenece a la rama central de la familia tukano. Su gramática
UHÁHMDXQDLQÁXHQFLDDUDZDNHQWDQWRTXHWDPELpQVHUHJLVWUDQSUpVWDPRVPXWXRVFRQODVOHQJXDVPDN~HVSHFLDOPHQWHHONDNZD\QXNDN
Uso de mihi. De acuerdo con la clásica obra del etnólogo Irving Goldman (1963), el jefe comunal, “capitán” o autoridad tradicional (habokü)
y el chamán (yavi pôekü) cultivan el mihiHQEHQHÀFLRGHODFRPXQLGDG
sin embargo las plantas siguen siendo reconocidas como suyas propias.
El jefe es el responsable por las ceremonias, por el mihi y la parafernaOLDXVDGDHQORVULWXDOHVHQTXHHVVHUYLGR ÀJXUD 7RGRVORVKRPbres y exclusivamente ellos cultivan el mihi para su propio uso. Robar
el mihi del cultivo de roza de alguien es considerado una grave e incomprensible ofensa. Después de recogido, el mihi es llevado a la aldea
siempre de una manera muy formal y ritual. Se prepara fresco pues se
cree que si no pierde poder.
Son variados los ritos en los que se usa mihi. Por ejemplo, durante
la ceremonia de nombrar a un recién nacido, el abuelo, el padre y un
tío paterno lo beben antes de iniciadas las recitaciones de práctica. En
la ceremonia de iniciación de los jóvenes, en las que son presentados a
ODVÁDXWDVPiJLFDVOREHEHQWRGRVORVKRPEUHV7DPELpQHQODVÀHVWDV
en que se bebe chicha se sirve mihi, aunque de modo ceremonial, a
diferencia de aquélla. Finalmente también se lo consume en los ritos
de luto. Siempre es manipulado de manera formal, servido en un vaso
HVSHFLDOTXHQXQFDHVODYDGR/RVDQÀWULRQHVHQSDUXQRDVHJXUDQGR
el vaso con mihi y el otro la taza de la cual se servirá, ofrecen el brebaje
siguiendo un diálogo estilizado. Aproximándose a quien irá a beber,
exclaman: Ho ho ho ho ho... Aquí llegó; y preguntan: ¿Cómo vas?, a lo
que el convidado responde: Estoy bien, llegué bien(ODQÀWULyQH[FODma: Vea, es amargo, tiene un gusto amargo. Nuestros ancestros también
beben. El convidado replica: Déjeme que yo beba, déjeme ver si puedo
beber de la misma manera que nuestros ancestros lo hacían. Yo voy a
beber\WRPDHOOtTXLGR(ODQÀWULyQRIUHFHHQWRQFHVXQDVHJXQGDGRVLV
obligatoria, diciendo: Vea, aquí está, beba de nuevo. El convidado reponde: Yo voy a beber para ver. Y si su padre ya ha fallecido, el convidado
agrega: Mi padre cuando estaba vivo bebió, así me habló. Él me dijo que
yo necesito beber. Mi padre nunca quedó borracho cuando bebía. DesSXpVGHOFRQYLGDGRHODQÀWULyQEHEHWDPELpQGRVSRFLRQHV\VLUYHPiV
82
Ayahuasca, medicina del alma
una para cada convidado que murmura: Ba ha aaaaTXHVLJQLÀFD´HVWi
KHFKRµ'HVSXpVGHVHUYLGDOD~OWLPDGRVLVHODQÀWULyQDQXQFLDNosotros terminamos de beber, y cada convidado replica: Estoy satisfecho. El
DQÀWULyQDQXQFLDOXHJRTXHLUiDVHQWDUVHSDUDWHQHUYLVLRQHVHQWRQFHV
se levanta y danza haciendo el sonido de inhalación con sus labios. Para
DVXVWDUDORVFRQYLGDGRVÀQJHTXHLUiDYRPLWDUVREUHpVWRVTXHH[FODman: Haga eso, nosotros queremos vomitar.
Kofán
Autodenominados a’i (“gente”), también llamados cofán, cufán, copane o kofane, este pueblo vive actualmente en el departamento de
Putumayo (zona de Santa Rosa del Guamúes) y en el departamento
de Nariño (zona de Santa Rosa de Sucumbíos, en el río San Miguel), al
lado de la frontera con Ecuador. Del lado ecuatoriano viven en la provincia de Sucumbíos (ríos Aguarico, San Miguel, Guamúes), al sur de
la frontera colombiana. Existen pocos estudios sobre la lengua kofán,
TXH VH WLHQH SRU DLVODGD LQGHSHQGLHQWH R QR FODVLÀFDGD +DEUtD GRV
dialectos mutuamente inteligibles: el del lado colombiano y el del lado
ecuatoriano. El pueblo kofán se halla en un proceso de aculturación y
campesinización dado por la restricción territorial. Están rodeados de
cultivadores o criadores de ganado, hecho que los ha obligado a adaptarse a nuevas condiciones enfocadas en la economía de mercado. Es
tan dramática esta situación, que el mismo cultivo de ayahuasca casi
se ha perdido en el lado ecuatoriano. La horticultura es la principal
actividad económica.
Uso de oofa. De acuerdo con el antropólogo argentino Mario Califano
(Califano y Gonzalo, 1995),2 el chamán o curaca ha sido el personaje
rector de la vida cotidiana en las comunidades a’í desde la desaparición de las viejas jefaturas tradicionales en los primeros tiempos de las
colonias. Fue, y aún lo es, el líder religioso y político que protegió las
aldeas de sus enemigos y propició las actividades económicas, el médico
por excelencia y el director del ritual del oofa, cofa o yagé, como también el principal medio de comunicación, conocimiento e interacción con
los diferentes planos del mundo (los demiurgos celestes o astrales, los
HVStULWXVGHOERVTXHODVDJXDV\ODVPRQWDxDV\ÀQDOPHQWHORVJHQLRV
subterráneos). Para la conciencia étnica de los a’í, la institución chamá-
2. Aunque hemos colocado a los kofanes en el apartado de Colombia, explicamos su
situación fronteriza con Ecuador. En el caso del autor mencionado, su trabajo de campo
en el río Aguarico es precisamente del lado ecuatoriano.
Etnografías y crónicas
83
nica tiene su origen en un acto voluntario de Chiga, dios creador del universo, quien en los tiempos primordiales enseñó a los hombres lo esencial
de su arte. Sin embargo, otras tradiciones atribuyen a los sionas haber
HQVHxDGRDORVNRIDQHVHORÀFLRFKDPiQLFRDSDUWLUGHORVÀUPHVOD]RV
entre estas dos comunidades y la costumbre de contraer matrimonios
interétnicos. El aprendizaje consiste básicamente en ingerir grandes
cantidades de oofaGXUDQWHXQWLHPSRSURORQJDGRFRQHOÀQGHORJUDUOD
transformación paulatina del alma (qquendya’pa) del iniciando en una
entidad cocoya apta para recibir las enseñanzas técnicas y los cantos
por parte de los espíritus iniciáticos (llamados cocoya, término que designa por igual a los “espíritus dueños” del jaguar o la boa, a determinados lugares sagrados u otras potencias espirituales, como los Vajos
o los Cuancuas, que habitan el plano subterráneo, e incluso estados
emocionales negativos como la “bravura”).
Se destaca la obligación del padre de iniciar a su hijo en las prácticas
GHO RÀFLR /DV GRV IDVHV GHO SURFHVR LQLFLiWLFR WUDQVFXUUHQ FRQ WRPDV
diarias durante el primer mes (pa’kuata) y semanales en los siguientes
dos meses (abuja’ki pasapa). Durante este proceso en que el aprendiz se
está transformando en cocoya no debe ingerirse carne animal, salvo determinadas partes (lado izquierdo de la carne, sólo el pecho de la pava
y del paujil); también deben ser evitados ciertos sitios (lugares o cosas
creadas por Chiga, el monte, donde podría haber animales que asusten
al aprendiz y le hagan perder “lo que está aprendiendo”, el davu o poder
PiJLFRPXFKDVYHFHVSHUFLELGRHQIRUPDGHÁHFKDVR´YLGULRSDUWLGRµ Entre otras restricciones, se debe evitar asimismo la yuca, el pescado,
el trato con mujeres embarazadas y tocar animales con sangre. El sufrimiento y el terror de la iniciación –como consecuente sentido ético– enseñan a no matar con los nuevos poderes y usarlos para curar; aunque,
por supuesto, como en otras culturas, existen curacas que provocan
daño por venganza u odio. La misma naturaleza cocoya (no humana)
adquirida por el curaca lo hace ambivalente, temible, en tanto familiarizado con las potencias inhumanas. El futuro chamán aprende cantos
de diferentes seres cocoyas, a chupar y a sacar el davu y a soplar estas
mismas entidades. Además de yagé, el aprendizaje comprende va’ú (datura) y tabaco. Va’ú dicen que es más fuerte que el yagéDÀUPDXQLQformante de Califano. El yagé se toma pero no se muere así como con el
va’ú; el yagé se toma y amanece conversando y cantando y todo. El otro,
el va’ú ese, sabe matar, quedan como muertos, pero se reviven otra vez.
Cualquiera que tome yagé puede tener visiones coloreadas de formas
y sonidos naturales y culturales, como pájaros, animales, personas, deidades o demonios, pero sólo el curaca puede percibir y manipular el
davu en el cuerpo, así como también “la gente del yagé”, unas perso-
84
Ayahuasca, medicina del alma
nas muy similares a los kofanes, también antiguos maestros chamanes
muertos que viven en un plano paradisíaco al que solamente acceden
las almas de los curacas en su viaje extático para recibir consejos, cantos, enseñanzas, etc., o bien para provocar daños a enemigos propios o
tribales. De acuerdo con la cosmovisión kofán, la gente del yagé (yajé’ai)
puede ser además dueño o señor de algunas especies animales, como
determinada perdiz o el trompetero (Rsophia crepitans), usadas justamente en ciertas curaciones.
El chamán puede curar enfermedades culturales comunes entre los
kofanes, como el aia-aia (algo así como un “mal aire” que afecta princiSDOPHQWHDORVQLxRV\YLHQHFRQHOYLHQWRSHUVRQLÀFDGRFRPRXQKRPbre) o el añuno (mal que afecta a las madres cuando dan a luz y a los
UHFLpQQDFLGRVUHODFLRQDGRFRQHODJXD\SHUVRQLÀFDGRFRPRXQDPXMHU
“gringa”). La enfermedad, causada por la intencionalidad negativa de
los cocoyas o de un chamán enemigo, se sustancia en forma de un objeto davu, que el curaca extrae mediante succión y expulsa a algún
lugar donde no cause peligro, o bien lo incorpora a su propio cuerpo,
neutralizándolo. Otra función del curaca es conducir tomas colectivas
nocturnas de oofa realizadas principalmente por hombres en una choza
alejada del villorrio y denominada “la casa del yagé”, quizá la única
actividad ritual comunitaria de esta etnia. El curaca siempre bebe más
cantidad que los que lo acompañan, los hombres comunes que “no saben” o “saben poco”. Las mujeres y los niños se quedan en sus casas
(salvo si están enfermos y en esa calidad se los recibe en la casa del
yagé), con la prohibición de bañarse para no perjudicar “la borrachera”
comunitaria de los hombres. Las mujeres quedan en casa, dice un informante. Se acabaron las mujeres que tomaban yagé. Antes había, pero
ahora ya no hay […] las curacas se acabaron. Finalmente, mediante su
WUDQFHXQFXUDFDWDPELpQSXHGHEHQHÀFLDUDVXFRPXQLGDGREWHQLHQGR
información sobre animales para cazar y pescar, propiciando su presencia en el momento necesario. A su muerte, el curaca asume plenamente
su condición de cocoyaDEDQGRQDQGRVXÀJXUDKXPDQDSDUDWUDQVIRUmarse en jaguar e ir a residir en la cabecera del río, morada de Ttesi
Chan, la madre de los jaguares: un ser cocoya con forma de felino.
Las actuales generaciones kofanes manejan un conocimiento muy
fragmentario del yagé como sistema total. Se conocen los principios fundamentales del sistema, pero no sus detalles y hasta la concepción de
los fenómenos. La medicina tradicional se mantiene pero, como en casi
todos los casos analizados en este capítulo, se dice que “los especialistas
ya no son los de antes”, en parte por el papel que han jugado las distintas misiones religiosas en la zona.
Etnografías y crónicas
85
Inga
Este grupo se localiza en los valles de Sibundoy, Yunguillo, Condagua, en el departamento del Putumayo. También existen grandes
concentraciones en Aponte (Nariño), sur del Caquetá y Cauca y en centros urbanos como Bogotá y Cali. Descienden de la población instalada
por el Inca Huayna Cápac en Mocoa y el valle de Sibundoy en 1492
tras someter a los kamsás. Se trataba básicamente de mitimakuna o
comunidades militares agrícolas y de mercaderes dedicados al comercio
exterior y la recopilación de información, unos y otros al servicio del Imperio Inca. Estos quechuas, asentados en el extremo norte de los límites
del Imperio, quedaron aislados al producirse su destrucción en 1533 y
la invasión española de la región en 1538. A partir de ahí se conforma
el pueblo inga, que además de compartir el Sibundoy y Mocoa con los
kamsás, se extendió hacia el territorio andaquí, en el Caquetá, norte de
Putumayo y sudeste del Cauca, y luego estableció varios asentamientos
en el extremo noroccidental de la Amazonia. Uno de sus aspectos más
característicos es que se encuentran dispersos en varias regiones del
país y países vecinos debido a que han adoptado como estrategia de
supervivencia el comercio, logrando consolidar bases sin abandonar su
territorio ancestral, al que regresan periódicamente. La lengua inga
SHUWHQHFHDODIDPLOLDOLQJtVWLFDTXHFKXD/DDFWLYLGDGDJUtFRODKDVLGR
por excelencia la fuente básica de la etnia. La siembra abarca dos clases
de plantas: las de productos comestibles como yuca, papa, calabaza,
lechuga, tomate, y las plantas mágicas y medicinales, cuyo cultivo debe
ser realizado por manos expertas, evitando que cualquier mujer entre
en contacto con las plantas.
Históricamente, el pueblo inga se ha distinguido por tener familias
extensas, cuya autoridad principal recae sobre el padre y el abuelo, los
que ostentan el conocimiento. La residencia es patrilocal, con un sistema de parentesco que reconoce descendencia tanto patrilineal como
matrilineal.
Uso de indehuasca. El australiano Michael Taussig, uno de los exponentes junto a Stephen Tyler de la extrema vanguardia posmoderna en
antropología, estudió en la London School of Economics y, seducido por
ideas izquierdistas, se trasladó en los años 80 al sudeste colombiano con
HOÀQGHSUHVWDUVHUYLFLRVPpGLFRVDODJXHUULOOD(QODVHOYDFD\yEDMROD
LQÁXHQFLDGHXQFKDPiQLQJDRyachac-runa (“hombre sabio”), Santiago
Mutumbajoy, quien lo inició en los misterios de la indehuasca o intihuasca (“vino del sol”). Se convirtió así en uno de los pocos “iniciados”
dentro de los académicos profesionales y además creó, para plasmar su
WUDEDMRGHFDPSRXQDQXHYDIRUPDGHHVFULWXUDHWQRJUiÀFDFRQHOXVR
86
Ayahuasca, medicina del alma
de montajes literarios. En su segunda obra (Taussig, 1987: 435-436),
a través de fragmentos de estilos disímiles, propone un contrapunto
entre la cura chamánica, las visiones inducidas por el yagé y la tortura, todo entremezclado con párrafos de sus autores favoritos: Walter
Benjamin, Michel Foucault, Antonin Artaud, entre otros. Así presenta
de un modo harto creativo la cura chamánica como la contracara del
terror, como una contrarrepresentación que responde a la cultura colonial hegemónica y se opone tanto a la racionalidad iluminista como
al “orden” que subyace en las explicaciones académicas de los rituales
(Reynoso, 1991). Sus referentes además casi nunca son antropólogos,
sino indígenas o literatos. Traducimos a continuación un párrafo con
HOÀQGHGDUXQDLGHDDOOHFWRUGHODVLWXDFLyQDFWXDOGHSXHEORVFRPR
el inga:
Eliseo […] me dijo que había encontrado yagé creciendo en
los bosques de los Andes orientales, camino al norte, en su hogar
en Boyacá. Me enteré que allí tenía un verdadero discípulo en el
RÀFLRGHVDQDGRU>«@(QFRQWUyDXQLQVWUXFWRUGHVHRVRGHFODVHV
en el yerno de Santiago: Ángel –él mismo hijo de un chamán: don
Apolinar–, cuyo primer idioma era el inga y había muerto hacía
dos años. Ellos vivían lejos, en la selva de la región del Caquetá,
y Ángel parecía ser algún tipo de chamán iniciado. […] Sucesos
abrumadores habían empujado a Ángel a nuestro medio. Durante
un año o más –me dijo– el ejército colombiano había preparado
una base de la contraguerrilla cerca de su casa. Él sanó a muchos soldados […] y se llevaba bien con ellos […] Por su parte el
capitán y el coronel se dieron cuenta de que con el yagé se podía
adivinar lo que estaba pasando en otros lugares y en el futuro.
Con el yagé, Ángel pudo ver a la esposa del capitán, que vive en la
ciudad de Pereira, y, sorprendiéndolo, percibió que estaba embarazada de cinco meses. Pero el capitán no pudo beber el yagé: era
demasiado fuerte, y junto con el coronel le pidieron a Ángel que
lo tomara para ver si ellos habrían de sobrevivir la campaña antiguerrillera, y dónde se escondían sus enemigos. Ángel no pudo
contestar estas preguntas. […] Entonces llegó el tercer grupo de
soldados, con charreteras negras […] Pusieron un helicóptero al
lado de su casa haciendo volar el tejado hacia afuera y las paredes
hacia los costados. [Lo acusaron] de estar ayudando a los guerrilleros y le ataron las manos fuertemente a la espalda; además lo
colgaron de las muñecas durante tres horas […] Pero él no sabía
nada. “Es peor si usted cede y hace una confesión falsa, que ser un
aliado de los guerrilleros”, me explicó […] “Pero tú harías mejor
de no regresar a tu casa en el Caquetá”, le dijo el capitán, “porque
los guerrilleros asumirán que cantaste y nos ayudaste”. “Y tenía
razón”, se lamentó Ángel. “Ellos trataron de matarme también”
Etnografías y crónicas
87
[…] Como mucha gente, había sido atrapado en esta lucha en la
cual los caprichos del chisme, la envidia y la sospecha creaban
realidades tan confusas como crueles y mortales […] no muy diferente al circuito social de la hechicería. (Taussig, 1987)3
A no ser por este modo de quedar en medio de la guerra sucia colombiana, las migraciones ingas están estrechamente relacionadas con
la práctica de la medicina tradicional itinerante, que no sólo implica la
práctica de actividades de curación y el cultivo, intercambio, entrega o
venta de plantas medicinales y mágicas, sino el estudio e intercambio
de estos conocimientos con otras comunidades y pueblos, que recuerda
EDVWDQWHDODFXOWXUDGHORVNDOODZD\DVHQ%ROLYLD TXLHQHVWDPELpQVLUvieron a la nobleza inca). Los sinchi (“sabios”, también llamados taitas
o curacas) son entrenados en sus conocimientos desde la niñez. Además
de la iniciación similar a la de sus vecinos kamsás, cultivan las plantas
medicinales y mágicas en chacras con guardianes espirituales, organizadas como un microcosmos que representa las fuerzas naturales, el
hombre y la mujer, así como las relaciones interétnicas y sociales.
Siona
Este grupo habla una lengua tukano occidental. Siona VLJQLÀFD
´KDFLD OD KXHUWDµ (Q WRGR FDVR HVWH HWQyQLPR QR VLJQLÀFD QDGD SDUD
VX SURSLD LGHQWLÀFDFLyQ 6H DXWRGHQRPLQDQ gatiya bâî (“gente del río
de caña”) y se ubican en el sur del país, en las márgenes de los ríos
3XWXPD\R &DTXHWi \ DOJXQRV GH VXV DÁXHQWHV GHO ODGR HFXDWRULDQR
WDPELpQ KDELWDQ VLRQDV TXH VH LGHQWLÀFDQ FRPR sa-niwu bâî o “gente
del río arriba”). Originalmente, los sionas de Ecuador compartían las
mismas tradiciones y estaban relacionados con los sionas, makaguaje
y coreguaje de Colombia, y con los secoyas y angoteros de Perú. Eran
conocidos por franciscanos y jesuitas como los “encabellados”, por llevar
el cabello largo o con elaborados trenzados. Los exploradores del siglo
XIX los llamaron piojé. Su población fue diezmada por las enfermedades
introducidas por los conquistadores, colonos y exploradores, pero también como consecuencia de su esclavización por parte de los explotadores del caucho.
$SDUWLUGHORVPLVLRQHURVGHO,QVWLWXWR/LQJtVWLFRGH9HUDQR
(ILV) iniciaron labores de evangelización, sedentarización y occidentalización de los sionas y los secoyas, introduciendo en sus costumbres
3. La traducción de Diego R. Viegas de este fragmento fue anterior a la aparición –recién
en 2002– de la versión castellana del libro por la editorial Norma de Bogotá, Colombia.
88
Ayahuasca, medicina del alma
valores ajenos que han provocado alteraciones culturales y sociales.
Desde los años 70, además, se encuentran expuestos a las presiones
socioeconómicas impuestas por la extracción del petróleo. Mantienen
hasta el presente ciertas formas itinerantes y dispersas de asentamiento en las riberas de los ríos. Una gran casa familiar era la característica
principal del proceso de conformación de la comunidad, pero en el presente se ha dado paso a la construcción de viviendas que albergan a la
familia nuclear.
Los sionas tienen una huerta pequeña cerca de la casa y otra grande
como principal fuente de alimentos, ubicada mucho más lejos. Mantienen también sus actividades de caza y pesca, y tienen experiencia en
ecoturismo. Uno de los problemas actuales de este pueblo es la pérdida
del turismo como actividad sustantiva de generación de ingresos por
efecto directo del Plan Colombia, que ha ahuyentado a las operadoras
turísticas del área.
Uso de yahé. En lengua siona el chamán es yahé ûnkuki (“tomador
de ayahuasca o yagé, o iko”). Según William T. Vickers (1998), antropólogo de la Universidad de la Florida, hasta donde existe autoridad
política en la sociedad siona se deriva del contexto del chamanismo.
No hay jefes cuyas posiciones sean validadas por habilidades seculares características; la posición de jefe requiere un fuerte antecedente chamánico y su aspecto central de intérprete de los hechos sobrenaturales como protector del bienestar de los miembros de su grupo
contra la agresión ritual de los hechiceros (casi siempre chamanes
de otros grupos locales). Los rituales curativos son parte integral de
la ceremonia de la ayahuasca, y siempre involucran el diagnóstico y la
proyección externa de la culpa sobre los hechiceros de otros grupos.
La ansiedad y sospecha que genera esta concepción de la salud-enfermedad y la hechicería puede haber sido un factor importante en
su mantenimiento histórico de patrones de asentamiento disperso, lo
TXH SDUD 9LFNHUV WHyULFR GH OD ´HFRORJtD FXOWXUDOµ WLHQH HO EHQHÀFLR
de regular las demandas humanas de recursos del medio. Entre los
sionas se da por sentado que el hijo de un chamán seguirá el entrenamiento chamánico, mientras que el hijo de un no chamán puede
obtener su vocación por muchas razones y solicitar un maestro que
lo inicie, aunque el maestro debe estar seguro de las intenciones del
aprendiz y de su verdadero interés en renunciar a las cosas materiales de la vida diaria para comenzar su búsqueda de conocimiento del
reino sobrenatural. La edad de los aspirantes varía entre dieciocho y
treinta años. El entrenamiento, como en todos los casos que analizamos, es riguroso. No puede comerse carne de animales pesados como
Etnografías y crónicas
89
la danta, la huangana y el saíno. La comida pasa a ser apenas una
ligera bebida de plátano llamada noka kônô, maíz tostado, pescados
y animales de caza pequeños. Debe abstenerse de sexo y de visitar aldeas, y evitar a las mujeres que estén con la regla. Comienza un activo
estudio de las propiedades de las plantas, tomas de ayahuasca con
LQWHUYDORVGHXQRRGRVGtDV\GHXQYRPLWLYRSXULÀFDQWHGHQRPEUH
kâsï (Grias neuberthii). Comienza a su vez el aprendizaje de cantos.
Se considera fundamental la habilidad para cantar en correlación con
la competencia chamánica. El maestro reconocerá que el aprendizaje
ha terminado cuando el novicio haya alcanzado las visiones correctas
en este proceso acumulativo. Una vez en ejercicio, el chamán administrará las ceremonias de ayahuasca, que se realizan al menos una
vez por mes, en las cuales dos o tres asistentes conocidos como yahé k
wakokï (“cocinero de yagé”) preparan el brebaje. Lo hacen en yahé wïé
(la “casa del yagé”), una choza especial al efecto. Los trozos de liana
machacados son mezclados con hojas de yahé-okó (Diplopterys cabreana) y se ponen a hervir todo el día. Dos o tres músicos acompañan el
rito tocando una trompa de agudo sonido. A la caída del sol, llegan
a la casa el chamán y familias enteras de asistentes (a veces hasta
veinte personas) que participarán del rito comunal. Arriban con sus
mejores cushmas, coronas de plumas, collares y hierbas perfumadas
FROJDQGRGHORVEUD]RV7LHQHQORVURVWURVSLQWDGRVFRQGHOLFDGDVÀJXras rojas. Karl Dieter Gartelmann (1985) cuenta que las cushmas son
azules, del color del cielo, y que para asistir a la sesión hay que llevar
alguna prenda azul, “lo que felizmente no es ningún problema en esta
pSRFDGHMHDQVµ(ORÀFLDQWHWUDVFDQWDUGXUDQWHXQDKRUDVREUHOD
olla del preparado, sopla, sacude una sonaja de hojas de mamekoko
(Pariana sp.) y sirve a cada persona que lo desee, excepto a los niños
muy pequeños. Como en otros casos que veremos, el chamán canta en
un dialecto mágico que los asistentes sólo comprenden parcialmente.
A veces puede incluso tocar un arco musical de una sola cuerda, y se
dice que ma-tïmo bâî (“la gente celestial” o del mundo superior, que se
concibe hacia el este) danza al son del sonido. Al romper la aurora, sirve pociones adicionales a quienes lo deseen y comienza las curaciones
poniéndose en contacto con Watí, el espíritu ayudante del hechicero
que ha causado el mal. Succiona los dardos, espinas o piedrillas que
causan dolor en el cuerpo, masajea y sopla humo de brea fragante.
Como en otros casos, el chamán niega tener poderes, pero en la práctica podría causar un mal.
Los sionas creen en un universo de múltiples capas: un mundo subterráneo, la tierra y varios reinos celestes que incluyen kînawî (la
bóveda celeste) y ma-tïmo (el mundo superior, que se abre a través de
90
Ayahuasca, medicina del alma
un agujero en el cielo). Cada capa está habitada por seres antropomorfos, plantas y animales. Los mitos giran alrededor del héroe cultural
Baina y sus rivales Muhû (Trueno) y Wêkï (Danta). El bienestar de
la comunidad está en manos de los chamanes, que a través del yagé
mantienen en armonía todas estas fuerzas y elementos.
Los sionas reconocen por lo menos doce clases diferentes de yagé,
LGHQWLÀFDGRVSRUODQDWXUDOH]DGHODVYLVLRQHVTXHSURYRFDQ\FLHUWDV
pautas morfológicas y de crecimiento de la planta. Así existen el “yagé
cerdo salvaje”, que muestra visiones del guardián de los puercos salvajes, o el “yagé pájaro azul brillante”, que muestra visiones brillantes
de un azul incandescente. Cinco de estas clases fueron botánicamente
LGHQWLÀFDGDV FRPR HVSHFLHV GH Banisteriopsis caapi. El conocimiento
LQGtJHQDUHÁHMDHOXVRGHOWURQFRGHODSODQWDGHODUDt]RGHJDMRVQXHvos. Las varias partes usadas probablemente contengan concentraciones diferentes de agentes químicos psicoactivos. Además usan aditivos
(daturas, brunfelsia) que afectan las sensaciones físicas y el ritmo de
las visiones. Según la etnóloga brasileña Esther Jean Langdon (1994),
la liana y el brebaje reciben también la denominación iko; en realidad
este término se extiende a diversas plantas, animales e insectos, y a las
preparaciones basadas en éstos que tienen en común su carácter medicinal. El yagé sería el iko primario o más importante, ya que produce
las visiones que informan y viabilizan los poderes de cura de los otros
UHPHGLRVHVSHFtÀFRV(QFXDQWRDODUWHVLRQDODVIRUPDVJHRPpWULFDV
tradicionales del yagé (Uko toya) que se plasmaban en cerámicas, pinWXUD IDFLDO \ ODQ]DV HVWi GHVDSDUHFLHQGR HQ OD DFWXDOLGDG ÀJXUD /DQJGRQ DÀQHVGHORV\SULQFLSLRVGHORVREVHUYy
que sólo un chamán iniciado de nombre Ricardo Yaiguaje pintaba su
rostro con motivos de yagé, los cuales iban haciéndose más complejos
en forma y color a medida que su entrenamiento progresaba. Cada uno
de los diseños tenía un nombre, había sido “visto” durante experiencias con yagé ´ODV SLQWDVµ \ SHUWHQHFtD FRQ XQ VLJQLÀFDGR SURSLR D
determinado espíritu. Los diseños son también un intento de recrear
mediante patrones culturalmente estilizados las formas geométricas
experimentadas; un modo de advertir en objetos cotidianos la constante impregnación del mundo espiritual que nos rodea. Hoy en día –como
VXFHGH FRQ HO DUWH VKLSLERNRQLER PDUXER R NDVKLQDZD² XQRV SRFRV
artistas combinan mecánicamente los patrones culturales (rayo, cruz,
línea, etc.) para objetos que se venden a turistas, pero han perdido el
soporte fundamental: la inspiración del ritual del yagé. Pese al entrenamiento que le impartió su padre, que era uno de los últimos grandes
chamanes de los sionas en el río Putumayo, Ricardo Yaiguaje (19001985) nunca alcanzó –según Langdon– el grado de maestro chamán.
Etnografías y crónicas
91
Sin embargo, sus numerosos viajes a diferentes dominios del mundo
invisible, para conocer a la “gente del yagé”o “gente tierna” (hwîha) y
aprender bajo su guía los “diseños-cantos”, no estuvieron exentos de
peligros extremos: el propio aprendiz de chamán describe con sus palabras uno de estos encuentros inefables durante el cual padeció la furia
de algunas criaturas con alas negras:
“Te están haciendo mal en ese lugar”, decía la gente de yagé.
“Están tratando de pillarte. Esa casa negra es mala para ti y ellos
quieren que te pierdas para siempre”, me decían. Qué casa más
grande era la suya. ¡Esa casa tenía adentro un vacío negro, una
casa negra! (Langdon, 2000)
Para terminar la referencia al uso de la ayahuasca en este pueblo,
nos parece interesante recordar los trabajos de los etnógrafos Milcíades
Chaves y Plácido de Calella en los años 40 y 50, según los cuales las
visiones sobrenaturales ya estaban totalmente teñidas de cristianismo
SRULQÁXHQFLDGHORVPLVLRQHURV(OLQIRUPDGRUGH&KDYHVXQVLRQDGHO
este de Colombia, tenía visiones como la siguiente:
Vi a Dios con una gran cruz bendiciéndome […] después vi
una gran y hermosa iglesia, entré en ella para ver la ceremonia
según la cual se debería gobernar su gente; me dieron una especie
de vino, de agua azucarada que representa los remedios curativos que el curaca da a los enfermos […] También observé allí un
gran árbol ceibo donde se encuentran todas las gentes que viven
en esta tierra; están en forma de pájaros de diversos tipos. Desde aquel lugar pude divisar un gran barco y en su proa un gran
espejo en el que se podían ver innumerables loros; son la gente
del sol. También pueden verse mujeres de la estación seca vestidas de rojo y mujeres de la estación lluviosa vestidas en ropas
oscuras-azules. Allí se ven todas las cosas tal como Dios las creó;
cuando desea castigar, manda un invierno continuo en forma de
inundación. De allí pude también divisar el barco de los diablos,
de donde vienen los malos espíritus a la tierra para que perezca
gente… (Chaves, citado por Harner, 1976)
Un par de informantes de Plácido de Calella, del Alto Putumayo, le
contaron:
El curaca, durante estas sesiones, sube al cielo, pide permiso
para entrar; le dan un traje nuevo muy bonito y lo llevan a la
presencia de Diosú; pero no se le puede acercar mucho; le habla
DGLVWDQFLD<'LRV~OHPDQLÀHVWDVXYROXQWDGVXVGHVHRV\OR
92
Ayahuasca, medicina del alma
TXHGHEHUtDGHFLUOHDVXJHQWH7DPELpQYLVLWDHOLQÀHUQR6XSDt
el uattí o demonio principal, se lo deja ver todo […] La casa del
yagé es como una iglesia; en ella hay que actuar con mucho respeto. De vez en cuando el curaca nos avisa: Diosú raijí (Dios viene). Entonces la gente se arrodilla y Diosú los salpica a todos con
agua. Y los indios sienten que el agua cae sobre sus cabezas. El
curaca dice: Nosotros, los indios, tenemos nuestras costumbres
(religión). Diosú nos ha dado el yagé. Él mismo, cuando estuvo
con nosotros, lo bebió y lo dejó para los indios. Y al beber el yagé
el curaca nos deja ver de vez en cuando el libro de Diosú, muy
bonito, y también su copa. Él reza o habla con él. (De Calella,
citado por Harner, 1976)
Waikana
Este grupo de lengua tukano oriental, también llamado yurutí, yuULWt WDSX\D ZDLMLDUD PDVDZDG\DQD ZDLPDVi ZDG]DQD ZDK\DQD
totsoca o patsoka, se ubica al sudoeste de Mitú, en el departamento
de Vaupés, en las zonas de San Luis del Paca, Consuelo y Matapí.
Algunos indígenas se desplazan a Mitú y a Araracuara para recibir
servicios educativos y de salud. Su territorio está comprendido en el
Resguardo Indígena Parte Oriental del Vaupés. La dinámica social
GHO9DXSpVKDVLGRPDUFDGDSRUODFRQÁXHQFLDGHLQGtJHQDVPLVLRQHros, representantes del gobierno central, actores armados, entre otros
grupos que hacen de esta zona una frontera compleja. Las explotaciones madereras, de petróleo y pieles de animales, y en épocas más recientes la construcción de pistas de aterrizaje y otras obras de infraesWUXFWXUDKDQDIHFWDGRDORVZDLNDQDVHQVXWHUULWRULR\VXGLQiPLFD
socioeconómica, enfrentándolos a nuevos procesos sociales que han
debido adaptar a su cultura. Desde hace varias décadas, las misiones
católicas y el ILV han tenido una fuerte presencia en la región. Por otro
lado, dentro de su cosmovisión el agua ocupa un lugar fundamental.
Al igual que otros grupos del Vaupés como los pisamira, consideran
TXHDQWHVGHDGTXLULUXQDÀJXUDKXPDQDIXHURQ´JHQWHSH]µR´JHQte de pescado”. Practican la exogamia y la patrilocalidad. Reconocen
un padre mítico común del que descienden, además de los yurutís,
ORV SXHEORV GHVDQR WXNDQR EDUDVDQR VLULDQR ZDQDQR SLUDWDSX\R
kubeo, carúpano y tuyuka, con quienes no sólo comparten recursos del
territorio sino también algunas similitudes culturales. Las alianzas
matrimoniales se hacen preferentemente con sirianas, aunque en la
actualidad también con mujeres de las etnias tucana y bará. El capitán es el jefe del grupo. El payé o sachero (“el que sopla”) todavía conserva su prestigio dentro de la comunidad. Practican la horticultura
de tala y quema, en suelos pobres y de lenta recuperación. Su cultivo
Etnografías y crónicas
93
principal es la yuca brava. Complementan su alimentación con la pesca y recolección de frutos silvestres, y en menor escala con la cría de
especies menores.
Uso de caapi(QORVWLHPSRVPtWLFRVGHORVSULPHURVZDLNDQDVR\XUXWtV:DKWLQRHVStULWXPDOpÀFRYLYtDPH]FODGRFRQORVKRPEUHVKDFtD
VXPLVPDYLGDSHVFDEDFRQÁHFKDVEDLODED\FDQWDEDHQVXVdabucurí
ÀHVWDVGHLQWHUFDPELR \EHEtDODkiñapira, un líquido picante del lugar. Existía una isla en el río Eini donde una mujer dio a luz sin asistencia a un niño. Ella misma cortó el cordón, bañó al bebé y regresó con
él en brazos a su maloca. El niño recibió el nombre de Caapi Mahtxeo.
Cuando la madre entró en la choza, se encontró con Wahtino, quien
dando un alarido se comió al niño y salió corriendo hacia lo profundo de
la selva. Los indios lo buscaron mucho tiempo, debido al prestigio de su
madre, que aunque era soltera había sido fecundada por Ihpo (el Trueno). Un día una joven yurutí, que se encontraba cazando en cercanías
de una cueva, descubrió a Wahtino. Enterada la tribu, prepararon una
ÀHVWDdabucurí e invitaron a todas las tribus vecinas y a Wahtino. En
medio de los cánticos, comidas y rondas de chicha, aprovecharon y lo
mataron: despedazaron y enterraron las partes. Luego llovió mucho, y
cuando de los trozos de Wathino comenzaron a crecer extrañas lianas
verdes, comprendieron que era el alma del niño que resucitaba. Llamaron caapi a la liana y al probarla vieron los sueños verdaderos, las
visiones “más lejos que la muerte”.
A comienzos de la década del 60, el futuro reportero televisivo espaxRO 0LJXHO GH OD 4XDGUD6DOFHGR ïFDPSHyQ ROtPSLFR HQ ODQ]DPLHQWR
GH GLVFR UpFRUGPDQ GH MDEDOLQD YLDMHUR \ H[SORUDGRUï IXH FRQWUDWDdo por el Museo Antropológico de Bogotá desde 1961 hasta 1963 para
UHDOL]DU FODVLÀFDFLRQHV HWQRERWiQLFDV HQ OD VHOYD DPD]yQLFD $ VX UHgreso a España, produjo y dirigió numerosos documentales televisivos,
OLEURV\FROHFFLRQHVGRQGHUHÁHMyVXHQFXHQWURFRQGHFHQDVGHFXOWXUDV
de la selva. Estos relatos y programas fascinaron a varias generaciones
de españoles, pero como el mismo Quadra-Salcedo cuenta, después de
PXFKRDQGDUHOGHVWLQRTXLVRTXHVyORHQWUHORVZDLNDQDVHQFRQWUDUD
ÀQDOPHQWHODRSRUWXQLGDGGHSUREDUODPLVWHULRVDSyFLPDTXHRWURVYLDjeros le habían descripto como “la hierba de la clarividencia”. Escribió
Quadra-Salcedo (1976):
£3RUÀQ(VWDEDSUHVHQFLDQGRHOGHVDUUROORGHXQULWRVHFUHWR
alrededor de la hierba del porvenir que yo buscaba. Mientras silbaba, el brujo empezó a pasar un mate o totumo pequeño, lleno
de un líquido color café, pero de olor nauseabundo. Los indios lo
94
Ayahuasca, medicina del alma
tomaban con fervor religioso, que confería tintes místico-demoníacos a la noche... Me llega el turno de ingerir la pócima. Dudo,
SHURDOÀQPHGHFLGR$ORVFLQFRPLQXWRVEHERRWUDWRWXPDOOHQD
Me tomo el pulso: 75 pulsaciones por minuto. A los diez minutos
ingiero el brebaje por tercera vez. No me encuentro el pulso. Estoy temblando. Me siento sin peso. No tengo brazos. Veo muchas
luces. Me empiezan a dar náuseas. Me pongo de pie. Todo me da
vueltas hacia la izquierda. Voy a vomitar. Cuando vomito veo
una horrible y gigantesca cara roja de vampiro. Se me hinchan
las venas del cuello. Tengo la garganta como el tronco de una
ceiba. Me crece. Va a reventar. Sólo tengo garganta. Todos los
indios vomitan. Parece que estoy en medio de una gran tormenta. El silbido del brujo es sensacional. ¡Qué placer oírlo! Qué
feliz soy silbando suave: cuanto más suave, más placer. Pero
¿qué me pasa? Al silbar suavemente me crecen los labios por
PRPHQWRVKDVWDTXHWRPDQODIRUPDGHXQDFHUEDWDQD0HÀMR
en su color: es de oro y mide aproximadamente cuatro metros.
El sonido, el de un pito de oro. Hablar, decir simplemente palabras, me produce también placer. Sobre todo deletrearlas... ¡Qué
ruido hago al respirar! Es un ruido terrible, un vendaval. Me
divierto oyéndome respirar. ¡Qué bien silba el brujo! El brujo me
habla: “Blanco, las sirenas del Marañón van a venir”. También
lo dice en su idioma. Me entran incontenibles deseos de verlas
y oírlas. Oigo las sirenas. Las oigo cantar y silbar. Soy Ulises.
Estoy dirigiendo un coro de sirenas verdes hermosísimas. Las
hago callar y silbo. ¡Qué feliz soy! Noche extraña. Noche más
lejos que la muerte. Veo cuadros fantásticos que se acercan con
velocidad de vértigo, tan de repente que me absorben dentro de
HOORV \ PH SLHUGR HQ OD SLQWXUD VHQVDFLyQ GH LQÀQLWR WHUURU Son paisajes desiertos con dunas interminables […] Noto que
tengo un nuevo poder. Puedo desdoblarme. Me convierto en mi
propio espectador. Me observo […] me incorporo y empiezo a ver
vampiros rojos y culebras rojas. Siento una nueva sensación de
terror. Grito. El brujo mueve encima de mí un manojo de hojas
secas shacapa y dice: “Vete, machaco (serpiente), vete, víbora”.
El ruido de las hojas hace que me crea al pie de un naranjal.
Las naranjas son de oro, huecas […] El brujo está curando a sus
enfermos […] Tiemblo, tengo frío. ¡No lo puedo creer! Estoy en el
comedor de mi casa, en una esquina. No me ven. Mi familia está
en la mesa. Comen. Mi sitio está preparado. De pronto suena el
timbre. ¡Qué dolor! Me revientan los oídos. Abren la puerta y
entro yo. Tengo miedo. Me siento. Todos estamos felices. Estoy
comiendo el postre y veo desde la esquina cómo me levanto poco
a poco como un globo hasta quedarme pegado al techo: “Miguel,
qué cosas tan raras has aprendido en América”, dice mi madre.
Perdí el sentido. Me siento rodeado de color negro […] Meses
Etnografías y crónicas
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después me entregaron una carta en una misión. En ella me
decían: “Y como nos acordábamos todos de ti, Ana puso un plato
para ti en la mesa y te sirvieron la comida. Como si hubieras estado con nosotros”. Ya ha amanecido […] El sol estaba muy alto
y todavía me duraban los efectos del bebedizo...
Quadra-Salcedo logró que el chamán (a quien menciona como brujo
o sachero), luego de regalarle un machete, accediera a entregarle un
litro de ayahuasca en una vasija tapada con brea vegetal. “Si tú tomar,
morir... morir. Blanco no necesitar sueño más lejos que la muerte. Indio
necesitar ver a ellas. Ellas no ser gente. Ellas enseñar a pintar. Ellas
enseñar dónde estar cosas perdidas, dónde están plantas para curar, si
mujer engañar o dónde tener caza.” También el “brujo” aseguró al español que tras la ceremonia durante ocho días no podían comer grasa;
durante cuatro, ni sal vegetal ni frutos dulces; durante tres, no tomar
chicha; y en quince días no podían ver a sus mujeres. Si faltaban a
alguno de estos preceptos, “podrían volverse locos”. Con el tiempo este
singular periodista y aventurero pudo llevar muestras de la liana Banisteriopsis caapi por vez primera a España para su estudio, a pesar de
TXHORVLQGLRVZDLNDQDVHQDTXHOPRPHQWRODJXDUGDEDQFHORVDPHQWH
de los extranjeros.
Kamsá
/RVPLHPEURVGHHVWHJUXSRFX\DOHQJXDVHKDFODVLÀFDGRFRPRDLVlada, se supone que en parte son descendientes de los antiguos quillacingas, indígenas que casi han perdido su identidad como tales, además
de su idioma arcaico original, el cual fue sustituido por el quechua primero y posteriormente por el castellano. Su autodenominación sonaría
kamnçaDXQTXHHQODOLWHUDWXUDHOQRPEUHGHHVWDHWQLDSXHGHÀJXUDU
como coche, sibundoy, macoa, camentsa o kamëntsa. Tradicionalmente
se han asentado en el ángulo noroeste del departamento de Putumayo
y en el valle de Sibundoy, sobre todo al sur, territorio que sufrió varios
procesos de colonización que han trastocado las estructuras tradicionales de su sociedad. Desde el siglo XVIII comienzan contactos entre soldados y aventureros españoles con tribus ingas y kamsás. Posteriormente
los misioneros capuchinos, con licencia del gobierno colombiano, prohiELHURQODVFHUHPRQLDVQDWLYDVÀHVWDV\HOSURSLRLGLRPDFRQYLUWLHQGR
al cristianismo a grandes sectores de la población a fuerza de castigos
FRQFHSRFRQÀVFDFLyQGHWLHUUDV\HGXFDFLyQHQLQWHUQDGRV/DPLJUDción de campesinos nariñenses al término de la guerra entre Colombia
y Perú a mediados del siglo XX completó el despojo de tierras aptas. A
pesar de la aculturación y los continuos asedios, aún conservan algunas
96
Ayahuasca, medicina del alma
ÀHVWDV\ULWXDOHVGHVXVDQFHVWURV\XQJUDQFRQRFLPLHQWRGHODVSODQWDV
mágicas y medicinales.
Uso de biaxii. Los kamsás están en periódica y continua relación con
LQJDVVLRQDVNRIDQHV\ZLWRWRVTXLHQHVFXOWLYDQODHQUHGDGHUDHQODV
zonas de clima caliente del bajo Putumayo, especialmente Puerto Limón, Puerto Umbría, Yungillo y Pueblo Viejo. La etnia kamsá se limita
a comprar el biaxii, o yagé, a estos cultivadores para llevarlo al valle de
Sibundoy, y si lo preparan, también lo hacen en el bajo Putumayo para
luego trasladarse a Sibundoy. El viaje desde el valle hasta la selva lo
hace el curaca acompañado de un familiar. Allí intercambian con sus
amigos alimentos del valle por frutas de clima tropical: piñas, papayas,
etc. También intercambian conocimientos con sus pares, los médicos
tradicionales ingas o sionas, y llegan a realizar sesiones de yagé conjuntas. Si se decide a preparar la cocción en el valle, el curaca kamsá debe
regresar con un gran cargamento de yagé y chagropanga (una planta
que posee DMT).
A través de sus publicaciones, el etnobotánico Richard Evans Schultes da a conocer a varios chamanes célebres de la selva colombiana,
entre ellos al renombrado Pedro Chindoy, de la nación kamsá, quien
no sólo era famoso en la década del 40 lejos de su pueblo natal sino que
también practicaba su arte y vendía hierbas medicinales en la lejana
Bogotá y hasta en Quito. Entonando un canto lento y monótono, soplaba tabaco sobre sus pacientes y extraía “materia enferma” sobando
sus cuerpos. Schultes ha observado que las mujeres de estos médicos
tradicionales solían ser también expertas herbolarias, conocedoras de
las plantas medicinales silvestres, las que recolectaban para el payé o
los miembros de la maloca en general. Asegura que en el montañoso
valle de Sibundoy se conocen y usan más plantas psicoactivas que en
cualquier otra localidad de Sudamérica o del mundo (Evans Schultes y
Raffauf, 1992).
El etnólogo colombiano Horacio Guerrero conoció al Taita Martín
Agreda, chamán con más de cincuenta años de experiencia en el uso
del biaxii o yagé. Las siguientes palabras de este payé o yacha (sabio)
fueron recogidas durante su trabajo de campo en los años 80:
Tengo muchos recuerdos de mi maestro, Martín Ñanangón
(cacique del pueblo de Limón) […] ellos se visten de un plumaje
y de una corona muy especial cuando quieren tomar su yagé y se
ponen unas plumas por las orejas y así […] Cuando yo tomaba
yagé se me presentaban varios personajes del mismo estilo, entonces ellos me indicaban la manera de cantar, cómo manejar la
Etnografías y crónicas
97
guayrasacha (atado de ramas de plantas a modo de sonajero y
abanico). De ese modo yo he seguido, pues, para adelante, hasta
ahora los veo a ésos: mis patrones que me enseñaron; hasta ahora
me acompañan […] Me explicaban que el yagé servía para la conservación de la propia salud y para curar a la gente. Y que el yagé
mostraba las demás plantas (para curar a los enfermos). Cuando
llegué a tener esa sabiduría […] alcancé a ver un jardín. Entonces
estos señores maestros del yagé me iban indicando estas plantas:
“Ésta se llama tal planta y para qué enfermedad; ésta se llama tal
nombre y para tal enfermedad”… Eran los espíritus, no personas.
El nombre era en el lenguaje de ellos, y donde no entendía yo,
me quedaba impresionado, entonces ya me hablaban en español
[…] Para un espíritu no hay dialecto, ellos cuando quieren hablar, hablan en cualquier lenguaje […] En todo caso son dos cosas
importantes para aprender: [hay que] preservarse de, en primer
lugar, no comer ají, porque ají es contrario al yagé […] y el otro es
la reserva del contacto sexual […] Lo otro es tener la voluntad de
aprender y tener un buen maestro… (Guerrero, 1991)
Como en todos los casos analizados, la tarea del chamán es muy
ardua. Una persona que no se prepara adecuadamente puede perder su
equilibrio mental, pues con la ayahuasca se manejan múltiples realidades al mismo tiempo. La iniciación y preparación de un chamán kamsá
puede durar un promedio de seis años en un proceso complejo cuyo
primer paso es reconocer el “espíritu” de la planta y que el “espíritu”
DFHSWHDOQHyÀWR&XDQGRXQLQLFLDGRKDH[SHULPHQWDGRWRGRVORVyagés
y las visiones sagradas de esta cultura, recibe de su maestro el instrumental ritual. Lo primero que adquiere es el atado guayrasacha, desSXpVGHXQDSHTXHxDFRURQDGHSOXPDVTXHVLJQLÀFDTXHHOFKDPiQ\D
puede “volar” con su pensamiento como las aves y ha “subido” al cielo;
también las plumas para adornar las orejas, el sayo y el chondur (para
mascar y usar en forma de soplido). Luego va adquiriendo las cuentas
del collar de chaquiras, cuyo número de vueltas y variedad de colores
indica mayor jerarquía pues representan la cantidad de “viajes” realizados dentro de cada color del yagé. Lo siguiente es el cristal de cuarzo,
adquisición con la cual el curaca se perfecciona y vuelve a ascender en
MHUDUTXtD&RPRRWURVFKDPDQHVDPHULQGLRV²HLQFOXVRDVLiWLFRVïORV
pertenecientes a la etnia kamsá usan como objetos de poder piedras,
cristales y cuarzos. El Taita Martín Agreda decía que el cuarzo debía
ser sumergido en un vaso de yagé para que cobrara vida y como un espejo mostrara la enfermedad del paciente. Por lo demás, sus signos de
prestigio son los collares de tigre o de oso y el aumento en el plumaje de su
corona. La prueba decisiva para convertirse en maestro es enfrentar al
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Ayahuasca, medicina del alma
propio maestro en una ceremonia efectuada en noche de luna llena y
cuatro días después de haber comenzado una dieta especial y de abstinencia sexual. La prueba queda superada cuando el alumno demuestra
su poder de curación, tanto de las enfermedades simples como de las
graves.
El corte de la liana madura tiene un proceso especial que consideUD OD LQÁXHQFLD GH OD OXQD VH SUHÀHUH HQ FXDUWR FUHFLHQWH FRQ JROpes fuertes se va abriendo el tronco de la liana y van apareciendo
ODV´JXDVFDVµRÀEUDVPHQRUHVOODPDGDVtigreguasca, quindeguasca,
curiguasca, monoguasca, dantaguasca o culebraguasca según la clase
de yagé que el chamán haya conseguido, las que a su vez están unidas
a las visiones resultantes: jaguares, aves, monos o serpientes. Una
vez machacadas, se echan en una canoa con agua por dos días. La
“esencia” del yagé VH IRUPD HQ OD VXSHUÀFLH FXULRVDPHQWH HQ IRUPD
de una capa de colores. Luego se hierve la mezcla con chagropanga en
dos grandes calderos.
Cuando hay sesiones colectivas, previos cantos, pases con la guayrasacha y bautizos mediante soplidos con saliva o aguardiente, el curaca puede ofrecer a cada asistente de tres a cuatro copas de yagé con
intervalos de una a dos horas. Generalmente se tratan enfermedades
FXOWXUDOHVUHODFLRQDGDVFRQHO´PDODLUHµRPDODLQÁXHQFLD7RGDYtDVH
cuenta que los antiguos chamanes kamsás podían convertirse en jaguares y comerse a algún niño perdido en una selva profunda cuando éstas
todavía no conocían de desmontes, colonos ganaderos, tala indiscriminada, pueblos con luz eléctrica, narcos y guerrilleros.
Witoto
/RVZLWRWRVGHODIDPLOLDOLQJtVWLFDZLWRWRERUDVHVXEGLYLGHQHQ
tres grupos autodenominados meneca, muinane-nïpode y muruï o búe.
En Colombia habitan en el departamento Amazonas, cabecera del Igara-Paraná, ríos Caquetá y Caguán; Cará-Paraná, La Chorrera y San
Francisco, y en las localidades de Araracuara y El Veinte. También hay
grupos diseminados al otro de las fronteras con Perú y Brasil.
Uso de unao. El abuelo Oscar Román (Torres, 1998), de la comunidad
ZLWRWRGH$UDUDFXDUDHQVHxDTXHHOyagé es como el cordón umbilical
que une el niño a la madre en el vientre y le da la sustancia de su alimento. Al nacer y cortarse el cordón, el niño ya no saborea este alimento y solamente vuelve a recibirlo cuando toma yagé. Así vuelve a estar
alimentado por la “madre universo”, porque la ayahuasca es el cordón
umbilical (“madre ancestro”) que une todos los espacios del cosmos. Los
ZLWRWRV OD OODPDQ unao y la representan como un sabio ancestral de
Etnografías y crónicas
99
nombre Unamarai, cuyo dedo índice fue entregado en forma de liana a
los primeros hombres para hacerlos sabios. Según esta leyenda, bebiendo la liana-índice de Unamarai los primeros hombres encontraron la
sabiduría y el conocimiento para gestar la cultura, y al beber yagé viajaron por el hilo invisible (níka’íga’) que los condujo por todos los espacios
del cosmos: el submundo, la interioridad de la tierra, lo subacuático, los
mundos aéreos, lo celeste… De ahí que al beberla se obtenga la sabiduría y el conocimiento del universo, que decidieran sembrar una parte
del bejuco-índice de Unamarai en su homenaje y le dieran el nombre
unao. De él surgieron dos variedades, una masculina, yaduma, y otra
femenina, medora. Además de la variedad más común, Banisteriopsis
caapiORVZLWRWRVXVDQB. muricata, a la que llaman sacha ayahuasca,
considerándola de menor potencia.
Emberá-noanamá
$O SREODGRU HPEHUi FX\D OHQJXD SHUWHQHFH D OD IDPLOLD OLQJtVWLFD
chocó, a menudo se lo llama también emperä, eberä, bed’ea, eperä pedea,
cholo y chocó3RUDÀQLGDGHVFXOWXUDOHVHLGLRPiWLFDVDYHFHVVHLQFOX\H
en este grupo a los katíos y chamís. Esta etnia se encuentra dispersa
en los departamentos de Antioquia, Bolívar, Caldas (Resguardo de La
Montaña), Caquetá, Cauca, Chocó, Córdoba, Nariño, Putumayo, Risaralda y valle del Cauca. Por su parte, los noanamás (llamados también
waunaan, waunana o chanco) habitan en la cuenca del bajo San Juan,
municipios de Istmina y Pizarro; el río Curiche, municipio de Juradó, en
Colombia; y en la comarca Emberá-Noanamá en Panamá. Hablan también una lengua de la familia chocó. La economía noanamá se basa en la
agricultura itinerante, pesca y recolección. La vivienda tradicional en
ambos grupos es el tambo, construcción circular de techo cónico cubierta
de paja de hojas de palmas, donde vive una familia extensa agrupada en
torno del jefe de familia, sus hijas casadas y esposos.
Uso de pilde y dapa. Entre los emberás y noanamás (conocidos como
chocóes en Colombia y Panamá) existe un chamanismo muy particular
denominado jaibanismo, en cierta forma similar al ejercido por los neles
(chamanes) de los kunas de Panamá. Sus chamanes (jaibanás) tratan
enfermedades que se consideran provocadas por la mala voluntad de
los espíritus (Uribe Merino, s/f), sobre todo los espíritus de los animales
de presa, y de esta forma emplean a los espíritus mediadores de los ancestros (jáis)SDUDFRPEDWLUODVIXHU]DVGHOPDO(ORÀFLRGHFKDPiQVH
hereda de una generación a otra del grupo familiar. Si bien no hay una
norma estricta, generalmente se designa al hijo menor. La vocación se
puede obtener a través de los sueños, y para conseguir que el chamán
100
Ayahuasca, medicina del alma
sea más poderoso debe ser elegido cuando aún está en el vientre de su
madre. Además de su trato con espíritus que hacen ruidos o “mueven”
los tambos durante los ritos, el jaibaná es el herbolario o médico tradicional, el controlador de los fenómenos climáticos, y actúa como sabio,
consejero y autoridad social. Ello lo hace una persona admirada pero
también temida, ya que al ser capaz de sanar pero también de provocar daños, sobre él podrían caer las peores acusaciones sobre la autoría
de alguna desgracia en la comunidad. El aprendizaje con el maestro se
realiza en la oscuridad; ante todo se aprende a soñar y a escuchar la naturaleza. El jaibaná suele cantar toda una noche en una lengua extraña
y metafórica, consumiendo grandes cantidades de licor o chicha y a veces otras sustancias visionarias como el borrachero o tonga (Datura sp.,
aunque existe un especialista denominado tonguero. Aparentemente los
emberás no usan el bejuco de ayahuasca al modo amazónico, es decir
como brebaje visionario cocinado junto a hojas de alguna planta que
aporte DMT, pero conocen la liana Banisteriopsis caapi con el nombre de
pilde. Los chamanes noanamás (designados como benhuna) la llaman
dapa$OUHVSHFWRHOLQYHVWLJDGRU-DPHV$'XNH VI DÀUPD´/DVSRUciones de la viña, del tamaño de un lápiz, verdes o secas, se machacan
y se hierven en agua (alrededor de un litro) por unas horas y luego se
beben pequeñas pociones (ca. 2 cc.) del líquido. Se supone que la poción
sólo es efectiva cuando se la prepara en luna nueva. El uso continuo
requiere del aumento de la dosis y puede causar ceguera”. Por otro lado,
usan la Psychotria bracciata como purgante. Reichel-Dolmatoff (1960)
informa que los noanamás y emberás usan tanto Banisteriopsis como
GDWXUDV ´SDUD SURGXFLU DOXFLQDFLRQHV JHQHUDOPHQWH FRQ ÀQHV DGLYLQDWRULRVµDÀQGHLGHQWLÀFDUDORVHQHPLJRVSHUVRQDOHVTXHFDXVDQGDxR
mediante hechicería, también para contactar a los espíritus ancestrales
o de animales de presa y para localizar los objetos perdidos o robados.
$ÀUPD DVLPLVPR TXH QRUPDOPHQWH ODV YLVLRQHV YDQ DFRPSDxDGDV GH
sensaciones auditivas y de un estado eufórico que “dicen que dura una
serie de horas”. Uno de sus informantes describió que, tras tomar dapa,
“donde hay una colina, desaparece de golpe, donde hay agua, se ve una
playa. Se ven toda suerte de animales y de gente y de ciudades y se oye
WRGDVXHUWHGHP~VLFDVFRPRÁDXWDVVLOEDWRV\WDPERUHVµ
Ecuador
La región amazónica de Ecuador está encuadrada en las provincias
de Morona, Santiago, Napo, Zamora y Pastaza. La población indígena
incluye las etnias shuar y achuar, siona, secoya, huao (huaorani), ai
Etnografías y crónicas
101
(kofán) y quichua. Gran parte de esta población entró en la economía
de mercado, lo que ha representado un impacto fundamental en sus
sistemas productivos, cognoscitivos, de organización social y de relaciones interétnicas tradicionales. Ante tanto desequilibrio, en los años 80
surge la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonia
Ecuatoriana (CONFENIAE) para reivindicar la recuperación de sus territorios y autonomía socioadministrativa y educativa.
Shuar-achuar
Los indígenas shuar y achuar habitan en las provincias de Morona,
Santiago, Zamora, Chinchipe y Pastaza. Su territorio está delimitado
por el río Pastaza, la cordillera de los Andes y Perú. Pertenecen al grupo
HWQROLQJtVWLFRMLEDURDQRVLQWHJUDGRWDPELpQSRUORVKXDPELVDVDJXDrunas, achuales y mainas, residentes en Perú. Antes eran conocidos
popularmente como jíbaros, pero este nombre ha caído en desuso dado
que para el grupo resulta una expresión degradante. El territorio shuar
está enclavado entre los valles de los ríos Upano y Paiora, en un área
cercana a la cordillera del Cutucú. Tradicionalmente vivían de la caza,
pesca y recolección combinadas con horticultura itinerante. Actualmente también explotan ganado y madera. La ocupación de sus territorios,
el avance de la colonización y su desintegración sociocultural los llevó a
organizar en 1964 la Federación Shuar (FS) como medida para defender
sus derechos. Existe también una asociación, Asociación Independiente
del Pueblo Shuar del Ecuador (AIPSE LQÁXHQFLDGDSRUORVPLVLRQHURV
evangélicos, que reúne 260 centros agrupados en 23 asociaciones. Cada
centro une alrededor de treinta familias en una determinada región.
Los indígenas achuar viven entre dos ecotonos: uno ribereño de alta
IHUWLOLGDG\DEXQGDQWHIDXQD\RWURLQWHUÁXYLDOFRQWHUUD]DVDOWDVSRFR
fértiles y escasos recursos faunísticos. Son horticultores itinerantes, cazadores, pescadores y recolectores, e incorporaron la ganadería en los
años 70. Viven en asentamientos dispersos y forman parte de la FS y la
AIPSE (en menor proporción).
Uso de natema. Como en otras sociedades aquí revisadas, entre los
shuars y los achuars la obtención de visiones (wáimiakma) no se limita al contexto de la praxis chamánica, sino que está abierta a todos los
miembros del grupo. Incluso tal búsqueda es un requisito para conducirse apropiadamente en las distintas esferas de la vida. Raphael
Karsten, primer estudioso que trató en profundidad las creencias y
ORVULWRVVKXDUVïLQÁXLGRSRUODVWHRUtDVDQLPLVWDVGH7\ORUHQERJD
HQVXpSRFDGHWUDEDMRGHFDPSR ïGRFXPHQWDXQDJUDQ
variedad de apariciones que denomina arutama y describe como espí-
102
Ayahuasca, medicina del alma
ritus de antepasados o demonios zoomorfos. También puso énfasis en
las visiones de la ceremonia de iniciación de las adolescentes, así como
en la participación de mujeres en tomas de natema. Posteriormente,
Michael Harner en los 60 trató aspectos esenciales de las visiones y
el concepto shuar de “transmisión del poder”. En la década siguiente,
6LUR3HOOL]]DURKL]RXQH[FHSFLRQDOWUDEDMRGHUHFROHFFLyQ\FODVLÀFDción de cantos y su relación con mitos e imaginería visionaria, aunque
LQÁXLGRSRUODWHVLVVDOHVLDQDGH´FRQVWUXLUSDUDOHORVHQWUHODVWUDGLciones nativas y las creencias cristianas” (Mader, 1999). En los 90 se
destacan los estudios del catalán Josep María Fericgla (1994a, 1994b,
1997), centrados en la antropología cognitiva y los procesos mentales
de los chamanes shuars mientras curan, así como en la oniromancia
e importancia de los sueños, que por cierto no se distinguen de las
visiones obtenidas mediante enteógenos.
En los últimos tiempos, basados en entrevistas con ancianos de sus
propias familias, jóvenes estudiantes de la cominudad shuar se han
ocupado de escribir sobre las experiencias visionarias y el concepto de
arútam. Es el caso del estudio de Luis Chinkim (Chinkim, Petsain y
Jimikit, 1987), que concibe el arútam como “la fuerza espiritual del
pueblo shuar” que les permite vivir, ser ellos mismos, obtener seguridad y protección, y entiende las visiones como un aspecto esencial de su
identidad étnica. Las visiones son importantes en el proceso de socialización shuar; a menudo niños y jóvenes son obligados por sus padres,
a manera de castigo por su mala conducta, a buscar visiones y alcanzar de esta manera los requisitos espirituales para un obrar correcto.
Suelen hacer (en tiempos pasados con más frecuencia) desde grandes
celebraciones de ayahuasca colectivas, que reúnen a muchas comunidades locales durante varios días (como el natémamu entre los shuars
y achuars sudoccidentales), hasta búsquedas individuales en compañía
GHXQRRGRVSDULHQWHVFHUFDQRVSDVDQGRSRUULWRVFXUDWLYRVHVSHFtÀFRV
las ceremonias de varones junto a las cascadas (tuna), las de iniciación
de jovencitas (nua tsankram) y de jóvenes (kusúm), esta última orientada al aprendizaje de la caza mediante grandes dosis de humo y jugo de
tabaco (tsaank). Así pues, la visión es la mayor herramienta de transmisión de conocimientos, desarrollo personal, recreación de los mitos,
adaptación a diferentes situaciones o crisis personales y colectivas, soOXFLyQGHFRQÁLFWRV\REWHQFLyQGHIXHU]DFRUDMHYDORU\SRGHU$GHPiV
de ayunos, abstinencias y otras prescripciones, y más allá del natema,
la experiencia involucra otras plantas psicoactivas –por ejemplo, la
maikiúa (Datura arborea)ïTXHHQRFDVLRQHVVHDGPLQLVWUDQHQJRWLWDV
a bebés de meses “para fortalecer su fuerza vital”. Algunos hombres y
mujeres han realizado tres o cuatro búsquedas de visiones en toda su
Etnografías y crónicas
103
vida, y otros llegan a hacer quince o veinte, siempre en la misión de alcanzar un valor muy apreciado por estas sociedades: el bienestar en su
sentido más amplio y armónico (pénker pujústin), que solamente se loJUDKDFLHQGRIUHQWHDORVFRQÁLFWRV\DÀUPiQGRVHHQHOORVUHVWDEOHFLHQdo el equilibrio (Mader, 1999). Las vendettas sangrientas y los choques
armados intertribales (mesét) responden al mismo criterio para este
grupo de larga tradición guerrera. La visión era esencial en la antigua
tradición shuar de las “cacerías de cabezas”, de las cuales obtenían las
famosas tsantsas (cabezas reducidas) a manera de trofeos humanos.
Con ellas llegaban a poseer la fuerza (arútam) que los haría alcanzar
prestigio de mankárti (literalmente, “matador reconocido”). Quien no
ha “visto” un jaguar, una anaconda, un águila o un antiguo guerrero no
va seguro a la lucha, es débil y lo más probable es que resulte engañado, herido o muerto. La preparación de la tsantsa tenía el propósito de
alejar del vencedor y su grupo de alianza la venganza o fuerza negativa
del enemigo derrotado y su familia, conjurarlo completamente. Hacia el
ÀQDOGHODVÀHVWDVGHODVFDEH]DVUHGXFLGDVH[LVWtDDOJ~QWLSRGHULWXDO
con natema pero, como se sabe, esta práctica –tanto como una similar
que se realizaba con la cabeza de un perezoso– dejó de usarse a partir
de 1950. Los achuars de Ecuador, en cambio, nunca prepararon esta
clase de trofeos. Como en las demás sociedades, los shuars también son
educados en variables culturales que predeterminan la interpretación
de sus visiones. El mito y la visión están asociados en diferentes planos
y existen unos cuarenta seres y objetos (jaguar, cóndor, caimán, anaFRQGDWDSLUSLHGUD7VXQNLïHOVHxRUSULPRUGLDOGHODVIXHU]DVFKDPiQLFDVï9LHMR*XHUUHURHWF TXHPHWDIyULFDPHQWHSHUVRQLÀFDQSURSLHdades y fuerzas del arútam para cada esfera de la vida.
La visión obtenida de ayahuasca se encuentra reservada a los especialistas. El chamán (uwishin) principalmente se ocupa de curar y en
JHQHUDOHVXQRÀFLRSUDFWLFDGRSRUKRPEUHV6XSRGHUGHSHQGHGHOFRQWUROGHODVÁHFKDVPiJLFDVRtsentsak y de los espíritus auxiliares (pasuk) mediante los cuales se curan o se producen las enfermedades. El
aprendiz recibe de su maestro, acumulativamente, diferentes tsentsak
que le otorgan poderes y cantos, y también cumple con los ayunos y abstinencias sexuales de varios meses que se le ordenan. Si es afortunado,
el nuevo chamán puede encontrarse en sus visiones con Tsunki y reciELUGHpOÁHFKDVPiJLFDV$VtORH[SOLFDHOIDPRVRHVSHFLDOLVWD0LFKDHO
Harner (1976):
Para dar al novicio los tsentsak, el chamán en función regurgita lo que al parecer –para los que han tomado natema– es una
brillante sustancia donde se hallan los espíritus cooperadores.
104
Ayahuasca, medicina del alma
Corta un trozo con un machete y se lo da al novicio para que se lo
trague. Como éste siente dolor cuando la sustancia llega a su estómago, se queda en cama diez días bebiendo natema cada noche.
/RVMtEDURVFUHHQTXHSXHGHQFRQVHUYDULQGHÀQLGDPHQWHGDUGRV
mágicos dentro del estómago y regurgitarlos a voluntad. El chamán que ha dado los tsentsak sopla y frota a intervalos periódicos
el cuerpo del novicio, aparentemente para que aumente el poder
de la cosa trasladada. El novicio debe permanecer inactivo y sin
tener relaciones sexuales durante tres meses por lo menos […] A
ÀQDOHVGHOSULPHUPHVVDOHXQtsentsak de la boca. Con este dardo mágico a su disposición, el nuevo chamán siente un tremendo
deseo de hechizar a alguien. Si arroja su tsentsak para satisfacer
el deseo, se convierte en un chamán hechicero (uwishín wawékratin). Si, en cambio, el novicio logra contener su impulso y volverse
a tragar su primer tsentsak, se convertirá en un chamán que cura
(uwishín tsuákratin) […] Para hechizar, el chamán toma natema
y se acerca secretamente a la casa de la víctima; escondido en el
bosque se bebe el jugo del tabaco verde que le permite regurgitar
un tsentsak, que entonces arroja contra su víctima cuando ésta
sale de la casa (causando una enfermedad).
De acuerdo con José E. Juncosa (1991), los tsentsak VRQ GHÀQLGRV
mediante onomatopeyas de carácter sensitivo, se mueven entre luces
azules o rojas y suelen ser amarillos o negros. Sobresale su brillo, luminosidad y transparencia. Algunos tienen dibujos geométricos o son
UD\DGRV$GHPiVVRQSXQWLDJXGRVDÀODGRVFRPRDJXMDORVKD\UHFWRV\
los hay con forma de ampolla venenosa. Los tsentsak clavados en el enfermo son vistos como luminosos y unidos al chamán-dueño mediante
unas telas de araña. Se comportan en forma vibrante, inestable, arisca,
frenética y agresiva. Formas nuevas aparecieron como modo de integración a la propia cultura de los elementos y realidades impuestas
desde la colonización: así existen hoy en día tsentsak makin (máquina),
awiun (avión), lima (lima) y vitrula (vitrola).
3HUR ODV ÁHFKDV DGHPiV GH DJHQWHV SDWyJHQRV VRQ DJHQWHV WHUDpéuticos. Así como la vacuna cura con el mismo virus que provoca la
enfermedad, los tsentsak son la “herramienta aspiradora” del chamán
sanador que como un imán atrae al proyectil negativo del mismo tipo
para sacarlo del cuerpo de la víctima. Algunas veces es necesario entonar el canto que se reconoce como causante de la enfermedad:
Durante las curaciones el chamán jíbaro coloca de manera
VXFHVLYD D WUDYpV GH VX JDUJDQWD >«@ GRV ÁHFKDV XQD GHODQWH
de la boca y otra detrás, bloqueando la garganta, para capturar,
inmovilizar o neutralizar el proyectil desalojado y enseguida “vo-
Etnografías y crónicas
105
PLWDUORµ R LQFRUSRUDUOR HYHQWXDOPHQWH D VX GHSyVLWR GH ÁHFKDV
Evita así la molestia de ser afectado por los sindromes de su paciente, impidiéndole al dardo incriminado introducirse en su propio organismo […] Todo sucede como si se tuviera un sistema de
curación idéntico al “virus contra virus” […] un vasto complejo
“etnovirológico” cuya particularidad vendría del carácter “fabricado” y “controlado” de los agentes patógenos y terapéuticos que
lo componen […] Si nosotros, por nuestra parte, fabricamos las
vacunas y no los virus, a la inversa, los indígenas amazónicos
“fabrican” los virus y no las vacunas, si es que aceptamos a los
chamanes. (Chaumeil, 1995)
Además, alrededor del cuerpo del chamán o de las habitaciones, las
ÁHFKDVPiJLFDVSXHGHQGLVSRQHUVHDPRGRGHDUPDGXUDHVFXGRSURtector o protección inmunitaria (no sólo entre los shuars sino en toda la
Amazonia occidental, y en medios mestizos con el nombre de arkana)
FRQODÀDOLGDGGHQRGHMDUSDVDUQLQJ~QSUR\HFWLOHQHPLJR$OSDUHFHU
en el pasado los tsentsak también funcionaron como “moneda de intercambio” para obtener presas de caza, en verdaderas negociaciones
entre cazadores, chamanes y espíritus tutelares de los animales.
8QDLQWHUHVDQWHPRQRJUDItDELOLQJH 0XNXLQN\&KLULDS GHO
Centro de Cultura Achuar Wasakentsa describe cómo los chamanes también reciben sus poderes de Tsunki, “la gente del río”, a quienes ven muy
claramente en sueños y en visiones de natema. Tsunki, cuyo asiento es
una gran boa, cura en sueños y también otorga el poder de curar. Nunca
hace daño, pero puede molestarse con niños que tiran piedras en la parte
honda del río y enviarles una enfermedad suave como escarmiento. El
achuar también usa los tsentsak para curar la misma enfermedad que
produjo otro de su especie, y desde luego para “brujear”. Los tsentsak son
concebidos como seres espirituales que tienen movimiento y conciencia
de pertenecer a alguien, que es su dueño, cuyas órdenes obedecen. Los
KD\GHiUEROGHÁRUGHODJDUWLMDGHDODFUiQHWF3RUH[WHQVLyQH[LVWHQ
otras dos especies de tsentsak: los que son espíritus ayudantes del chamán, llamados tunchi, y los pasuk, que son más bien espíritus defensores, guardianes que alertan el peligro (por ejemplo, Mishik Tsentsakri,
una suerte de gato que no duerme, está siempre atento y vigilante, y apeQDVYHYHQLUXQDÁHFKDODDWUDSDFRQUDSLGH]RODVRSODSDUDTXHUHJUHVH
al lugar de donde vino).
Un profesor me contaba una vez que él había acompañado al
chamán, venía junto a ellos a la vera del camino una especie de
insecto entre arañita y grillo terrestre. Iba saltando entre las hojitas de la hierba y no los abandonaba. El profesor vio que ya era
106
Ayahuasca, medicina del alma
demasiado largo el camino por el que el animalito los seguía y
le preguntó al chamán qué era. El chamán le respondió: “Es mi
tunchi”. (Mukuink y Chiriap, 1996)
A diferencia de otros ritos shuar y achuar, sus prácticas chamánicas
se mantienen vivas y en expansión. La liana Banisteriopsis caapi se
mezcla en esta región con una planta denominada yají (encargada de
aportar DMT). Al respecto, Fericgla (1994b) hace una observación interesante:
Es tal el peso que tiene en su mundo cultural que, hasta ahora, el consumo de ayahuasca ha sobrevivido cualquier proceso de
aculturación, por intenso que haya sido […] los shuars y achuars,
etnias de carácter guerrero […] a menudo se enrolan en el ejército
ecuatoriano como estrategia para salir de la vida selvática y buscar un camino de integración al mundo occidental. Este radical
cambio de vida –del interior de la selva a los cuarteles militares–
prácticamente implica la pérdida de todas sus tradiciones excepto
una: el consumo de ayahuasca.
La Fundación Mesa Verde ha realizado trabajos de campo y talleres
FRQ-XOLR7LZLUDP7DLVKRULXQGRGHODVFHUFDQtDVGH0DFDVUHSXWDGR
chamán shuar que trabaja sus sesiones de natema frente a una fogata,
donde las visiones se van plasmando.
Secoya
Esta etnia, que lleva el nombre de un río tributario del Santa MaUtDSHUWHQHFHDODIDPLOLDOLQJtVWLFDWXNDQRRFFLGHQWDO\KDELWDHQOD
provincia de Sucumbíos, en los márgenes de los ríos Aguaruna, ShusKXÀQGL&X\DEHQR\(QR7DPELpQKD\DVHQWDPLHQWRVIURQWHUL]RVGHO
lado peruano y colombiano. Hacia 1940, muchos secoyas del río Santa
María emigraron al oeste para escapar de los abusos “de un patrón
blanco” y se establecieron con parientes del río Cuyabeno. Los hijos de
estos secoyas se casaron con sionas en la aldea de Puerto Bolívar. Desde hace décadas, pues, se realizan cruzamientos con sionas y kofanes,
y como comparten una tradición similar, hablan dialectos inteligibles
de una misma lengua y se han unido tanto, con frecuencia aparecen en
la literatura con la denominación compartida “siona-secoya”, aunque
ellos se autodenominan aido pâî o simplemente pâî (“gente del monte”)
o wahoya pâî (“gente del río Batalla”, nombre nativo del río Santa María). En cuanto a sus creencias, antes de la llegada de los misioneros
cristianos sólo conocían a Ñañë, una deidad creadora o transformadora
que descubre a los hombres (a todos los grupos étnicos) en el interior
Etnografías y crónicas
107
de la Tierra y transforma a algunos en los prototipos de las especies
DQLPDOHVHQVHxDDVHPEUDUSODQWDVDOXFLQyJHQDV\ÀQDOPHQWHDVFLHQde al cielo y se convierte en la Luna. Sus dos esposas, Repáo y Rutayó,
VRQUHVSHFWLYDPHQWHODFRQVRUWHÀHODODTXHHQYtDDOPXQGRVXSHULRU
\ODLQÀHOTXHH[LOLDDODVHQWUDxDVGHODWLHUUD\GHVGHDOOtFRPREXHQ
espíritu peligroso, puede provocar temblores y tormentas tropicales.
Uso de yagé. María Susana Cipoletti (1988), del Instituto de Antropología Cultural de la Universidad de Bonn, realizó un trabajo de campo
sobre el lenguaje chamánico secoya en el río Aguarico (Ecuador). A través del lenguaje y las canciones chamánicas (wiñá kashé), la especialista concluye que el chamán o yajé unkukë (“bebedor de yagé”; también
llamado îti pâiki: “el que vive”, o simplemente curaca: “jefe”) mantiene
una relación dialógica con los seres de su mitología que pueblan las distintas regiones cósmicas. Existen diferentes lenguajes: los hablados por
estos seres espirituales, los hablados por los muertos, por las distintas
especies de animales, etc. La habilidad del chamán en el pasado se utiOL]DEDFRPRPHGLRSDUDOODPDUDORVDQLPDOHVDÀQGHTXHVHDFHUFDVHQ
a los cazadores. El lenguaje esotérico usado es enseñado o “dictado” por
las teofanías a las cuales pertenecen dichos cantos, de modo que un haEODQWHVHFR\DTXHQRVHDFKDPiQQRSXHGHFRPSUHQGHUVXVLJQLÀFDGR
PiVSURIXQGR(OOHQJXDMHHVRWpULFRïDÀUPD&LSROHWWLïHQFDX]D\GHtermina la percepción del individuo, pues enseña a ver las teofanías en
una experiencia compartida con otros individuos, siendo antiguamente
también un factor de coherencia social.
En la actualidad son pocos los que beben yagé desde la infancia o la
adolescencia, y menos aun los chamanes, debido a que el Instituto LinJtVWLFRGH9HUDQR\VXVPLVLRQHURVLQÁX\HURQSDUDTXHWDOHVSUiFWLFDV
rituales ancestrales cayeran en desuso.
He aquí un ejemplo del lenguaje chamánico secoya:
Jo ’shaë maká
Sá popó jaisiweñá
Popó saoké pa’iwe’ñapí
Jujú sesé
7UDGXFLGRSRUFXDOTXLHUKDEODQWHVHFR\DVLJQLÀFDUtDPiVRPHQRV
“El animalito [doméstico] quedó hecho cenizas / quedó hecho cenizas”,
pero en la interpretación del chamán quiere decir: “Pobrecito el chamán, está gravemente embriagado de yagé, ve las visiones y canta”.
(QVXPHWDIyULFRFDQWRVHUHÀHUHDVtPLVPRHQWHUFHUDSHUVRQDFRPR
jo’sháSDODEUDTXHH[SUHVDHOVLJQLÀFDGRGH´GRPHVWLFDGRµ SHUURV\
108
Ayahuasca, medicina del alma
loros hogareños o plantas ornamentales de la vivienda), expresión
TXHÀQDOL]DFRQHOGLPLQXWLYRFDULxRVRmaká usado para niños y cachorros. Sá popóVHUHÀHUHDODVFHQL]DVUHVXOWDQWHVGHTXHPDUOHxD
ORTXHYLHQHDVLJQLÀFDUHOSURIXQGRHVWDGRGHGHVHVWUXFWXUDFLyQGH
trance y de ingreso en otros estados no ordinarios de conciencia. Jujú
sesé HV XQ VRQLGR TXH LPLWD ODV ÁDXWDV TXH WRFDQ ORV wiñao wái (los
jóvenes o primigenios seres celestes) (Cipoletti, 1988). Según los secoyas, estos seres espirituales descienden del cielo en las visiones del
yagéWRFDQGRPHORGtDVHQÁDXWDVFRQIHFFLRQDGDVFRQKXHVRGHJDU]D
$XQTXHORVKRPEUHVWUDWDQGHFRSLDUODVIDEULFDQGRÁDXWDVGHKXHVRV
de garzas muertas, no es posible imitar los sonidos tan armoniosos de
ODVÁDXWDVFHOHVWLDOHV
Durante tres años, Alfredo Payaguaje, junto a Marcelino Lucitande y Jorge Lucitande, tres jóvenes secoyas, entrevistaron a Fernando
Payaguaje, anciano chamán muy reconocido (abuelo del primero) y pusieron por escrito cientos de páginas en lengua secoya que más tarde
HGLWDURQHQFDVWHOODQR\EDMRODÀUPDGHODEXHORHQXQOLEURSXEOLFDGR
con el título El bebedor de yagé (1990). Se trata de una de las obras
más esclarecedoras sobre el chamanismo de la ayahuasca. Entre otras
cosas don Fernando, fallecido casi centenario en 1993, cuenta que para
graduarse se requiere tomar yagé al menos quince veces en un período
de varios meses, pero hasta conseguirlo se pasan muchas privaciones y
sufrimientos, entre los cuales hay que resistir también la tentación de
usar los nuevos poderes para el daño y el mal:
Algunos toman yagé sólo hasta alcanzar el poder para hacer
brujerías; con estas artes pueden matar a otros, y eso es malo. Se
necesita un esfuerzo o toma muy superior para alcanzar el nivel
más alto donde se tiene acceso a las visiones y al poder de curar.
Ser brujo es fácil, rápido, pero yo no aspiraba a eso sino a ser el
más sabio; mi pensamiento era lograr la jefatura de una gran
familia o clan, unas diez o veinte familias, y poder cuidarlos y curarlos a todos. Solamente con ese pensamiento encontré fuerzas
para subir al más alto nivel […] Uno está sentado en la hamaca
pero al mismo tiempo está en otro mundo, viendo la verdad de
todo lo existente; sólo en cuerpo se queda postrado. Los ángeles
OOHJDQ\WHEULQGDQXQDÁDXWDW~ODKDFHVVRQDUSXHVQRHVHO
curandero quien enseña, sino que son ellos mismos quienes nos
hacen cantar cuando estamos embriagados. ¡Qué lindo es ver la
totalidad de los animales, hasta los que viven bajo el agua! ¿Cómo
no va a ser hermoso distinguir incluso a las personas que habitan
en el interior de la tierra? [Pero] no es sencillo. Al tomar yagé
espeso alcancé a ver el sol, el arco iris... todo; terminó la visión y
Etnografías y crónicas
109
noté mi corazón caliente, como una olla que se acaba de retirar
del fuego […] Me sentía capaz de embrujar y dar muerte a otros,
aunque nunca lo hice, porque los consejos de mi papá me contuvieron: “Si usted utiliza ahora ese poder puede matar a la gente,
pero nunca pasaría de ser un brujo” […].
Durante días aguanté dentro ese calor. […] “Ahora traeré un
yagé distinto”, dijo mi papá, “es el momento de probarlo”. Lo preSDUDPRVELHQHVSHVR\DOWRPDUORPHTXLWyHVDVÁHFKDVTXHWHQtD
Dejé de sudar y quedé como un niño. Así mi papá me arrancó la
violencia para que no pudiera embrujar, sino capacitarme para
sanar […] En otra ocasión, ya graduado, llegué hasta Dios, que
me recibió dándome la bienvenida e incluso me hizo entrar en su
casa. Me ofreció una silla blanquísima; más tarde, me dice:
–Ponte en pie y camina.
Entonces di unos pasos que sonaron como campanillas, un tañido encantador, y escuché la bendición de Dios:
–Usted ya se graduó porque fue valiente, ahora debe seguir mis
leyes. Algunos entre ustedes viven en malas compañías y peor comportamiento, no obstante presumen diciendo: “Yo he visto a Dios”.
Bueno, ésos vieron mis bancas brillando y creyeron que era yo
mismo; fueron burlados pues sólo me muestro a la gente de buena
conducta, dándoles instrucciones para que aumenten su sabiduría.
Así es. ¿Saben por qué nos hacemos curanderos?, porque el
Dios, cuando uno consigue llegar hasta él, lava la boca, se la enjuaga; en ese momento se convierte propiamente en curandero.
A mí me lavó con sal, símbolo de curaciones; mi saliva sonó como
música y se convirtió en oro refulgente. Y, ¿qué ha pasado ahora?,
mi gente se hizo evangélica; bien, no sé cuál será su Dios, el mío
tiene zapatos rojos y vive en su propia casa. A mí me dijo al despedirme: “Hijo, ahora usted también es Dios”. (Payaguaje, 1990)
Záparo
/ODPDGRVWDPELpQND\DSZH\DXWRGHQRPLQDGRVzápara, son conocidos desde mediados del siglo XIX, época en la cual fueron estimados
en unas veinte mil personas. Los primeros contactos con esta etnia
ocurrieron en 1667. Tras la orilla occidental del Bobonaza empieza el
territorio achuar; el territorio tradicional de los záparos empezaba a
unos 100 kilómetros en línea recta al este de la ciudad de Puyo. Viven
a ambos lados de la frontera entre Perú y Ecuador. El eje central de su
WHUULWRULRVHVLW~DHQODFRQÁXHQFLDGHORVUtRV3LQGR\DFX\&RQDPER
(Ecuador) y en torno al río Tigre (Perú), aunque es posible encontrar
záparos desde el río Pastaza hasta el Curaray. Pertenecen al conjunto
OLQJtVWLFR]iSDURFRQVWLWXLGRSRULTXLWRVDUDEHODVDQGRDV\]iSDURV
propiamente dichos. Entre ellos han sido empadronados menos de diez
hablantes de lengua zápara. Los demás, los más jóvenes, hablan todos
110
Ayahuasca, medicina del alma
el quechua selvático. Tal vez se halle aquí una de las razones por las
cuales los záparos no aparecen en el mapa étnico amazónico y se los
confunde con sus vecinos, por su semejanza y su baja demografía. En
efecto, desde mediados de la década del 70, los záparos fueron declaraGRVRÀFLDOPHQWHH[WLQJXLGRV(QWUDURQHQXQSURFHVRGHGHVLQWHJUDFLyQ
cultural hace ya varios decenios, época en que se acercaron a la cultura
quechua, sea para fundirse en ella, sea para escapar a otros grupos
vecinos belicosos. Actualmente, gracias al reconocimiento mundial de
la UNESCO, se vuelve a hablar de ellos. Sacralizados en cierto modo, se
han tornado más visibles y más activos que nunca en su lucha por la
recuperación de su territorio ancestral, de su lengua y de su práctica
GHOFKDPDQLVPRORVWUHVHOHPHQWRVTXHUHLYLQGLFDQHQODUHDÀUPDFLyQ
de su identidad (Gaël Bilhaut, 2003).
Uso de iyona. Al iniciarse la etapa republicana en Ecuador, el llamado “Oriente” era un territorio completamente desconocido para el resto
del país, de ahí la importancia de los testimonios ofrecidos por algunos
individuos que lo visitaron esporádicamente, dejando escritos que nos
muestran una región con características propias, ajena a las dinámicas
históricas que tenían lugar en el resto del territorio. Por ello resultan
fundamentales las aportaciones del ecuatoriano Manuel Villavicencio y
ODVGHDOJXQRVYLDMHURVFLHQWtÀFRV\GLSORPiWLFRVHXURSHRVTXHUHFDODron en las selvas de Ecuador por aquellos tiempos.
El ya citado botánico Richard Spruce fue uno de los exploradores
de plantas más grandes de todos los tiempos. Pasó quince años en
Sudamérica. Entre 1849 y 1855 trabajó en el Amazonas brasileño y
en el alto Orinoco venezolano. Desde 1864 su actividad de campo lo
llevó del río Amazonas y sus tributarios ecuatorianos hasta los Andes.
8QR GH VXV PiV JUDQGHV GHVFXEULPLHQWRV IXH OD LGHQWLÀFDFLyQ GH OD
Banisteriopsis caapi, que logró en 1852 entre los tukanos del Vaupés
EUDVLOHxRHQYLDQGRPXHVWUDVDO0XVHR.HZGH/RQGUHVTXHUHFLpQVH
examinaron más de cien años después. Luego de este primer contacto,
6SUXFHHQFRQWUyODPLVPDOLDQDHQWUHORVJXDKLERGHO2ULQRFR\DÀnes de 1857, entre los záparos de los Andes de Perú y Ecuador. Así lo
narró originalmente en una antología de Alfred R. Wallace, aparecida
en 1908:
En mayo de 1857, después de una estancia de dos años en los
Andes peruanos del noreste, alcancé, a través del río Pastasa,
el gran bosque de Canelos, a los pies de los volcanes Cotopaxi,
Llanganati y Tunguragua, y en las villas de Canelos y Puca-yacu –habitadas principalmente por tribus de záparos– vi otra vez
Etnografías y crónicas
caapi plantado. Era una especie idéntica a la del Vaupés, pero
bajo un nombre diferente, “vino del muerto” en la lengua de los
incas. La gente estaba casi toda lejos en los lavados de oro, pero
del gobernador de Puca-yacu conseguí un relato de sus propiedades que coincidían maravillosamente con lo que había aprendido
previamente en Brasil. El doctor Manuel Villavicencio, natural
de Quito, que había sido gobernador por algunos años de los establecimientos cristianos del Napo, publicó al año siguiente, en
su Geografía de la República de Ecuador (Nueva York, 1858), un
interesante relato de las costumbres de los nativos de ese río y,
entre otras, de su bebida, la ayahuasca; pero de la planta en sí
él no podía decir mucho, sólo que se trataba de una liana o vid.
Lo que sigue es un resumen de lo que aprendí en Puca-yacu y de
Villavicencio acerca de las aplicaciones y efectos de la ayahuasca
o caapi, según lo observado en el Napo y el Bobonasa.
La ayahuasca es utilizada por los záparos, anguteros, mazanes y otras tribus exactamente como vi usado el caapi en el
9DXSpVHVGHFLUFRPRXQHVWLPXODQWHQDUFyWLFRHQVXVÀHVWDV
También es bebido por el hombre-medicina (curandero) cuando
HVLQYLWDGRSDUDMX]JDUHQXQFRQÁLFWRRSHOHD²GDUODUHVSXHVWD
apropiada a una embajada–, descubrir los planes del enemigo
–informar si están viniendo los extranjeros–, comprobar si las
HVSRVDVVRQLQÀHOHVHQFDVRGHXQKRPEUHHQIHUPRSDUDGHFLU
quién lo embrujó, etcétera.
Todos los que han participado de la experiencia sienten en
primer lugar vértigo, después como si se elevaran en el aire y
SHUPDQHFLHUDQÁRWDQGR/RVLQGLRVGLFHQTXHYHQODJRVKHUPRsos, troncos repletos de frutos, pájaros de plumaje brillante, etc.
Pronto la escena cambia; ven bestias salvajes, se preparan para
agarrarlas, pueden mantenerse algún tiempo levantados, pero
se caen a la tierra. En esta crisis el indio despierta, y si la fuerza
no lo mantuviera en su hamaca, saltaría sobre sus pies, tomaría
sus armas y atacaría a la primera persona que se le cruzara.
/XHJRVHSRQHVRPQROLHQWR\ÀQDOPHQWHVHGXHUPH6LHOTXHKD
tomado es un curandero, una vez que durmiendo se ha liberado
de los vapores recuerda todo lo que ha visto en su trance, y de
ahí deduce la profecía, la adivinación o lo que sea que le hayan
requerido. No se permite a los muchachos probar la ayahuasca
antes de que alcancen la pubertad ni a las mujeres en ninguna
edad: exactamente como en Vaupés. […] Esto es todo lo que he
visto y aprendido de la ayahuasca. Lamento ser incapaz de decir
cuál es el peculiar principio narcótico que produce tales efectos extraordinarios. El opio y el cáñamo son sus análogos más
obvios, pero el caapi opera lejos, en el sistema nervioso, más
rápida y violentamente que cualquiera. Cabe esperar que algún
viajero que siga mis pasos, con mayores recursos en su comando,
111
112
Ayahuasca, medicina del alma
pueda traer los materiales adecuados para el análisis completo
de esta curiosa planta.
Por su parte, Manuel Villavicencio cursó estudios de farmacia y
química en la Universidad Central de Quito y se dedicó durante mucho tiempo a docencia e investigación. Hacia 1847 inició un viaje de
FDUiFWHUFLHQWtÀFR\QDWXUDOLVWDDO´2ULHQWHµGHVXSDtVTXHVHSURORQgó durante varios años, en los cuales además de profundizar sus conocimientos sobre la región selvática y recolectar material para varias
colecciones, desempeñó algunos cargos administrativos y se implicó
en negocios extractivos. Posteriormente se estableció en Guayaquil,
donde regentó una farmacia, sin abandonar la investigación. En los
últimos años de su vida fue diputado al Congreso Nacional, miembro
de la Academia Nacional y fundador del Museo de Ciencias Naturales. Su obra más conocida es la ya citada Geografía… donde narra no
solamente haberse topado con la misma liana misteriosa que halló
Spruce entre los záparos, sino también ¡con los efectos que le provocó
beberla!:
Es una bebida narcótica,4 como se puede suponer, y tarda pocos minutos en empezar a producir fenómenos muy extraños. Su
acción excita, al parecer, el sistema nervioso; todos los sentidos
cobran vida y se despiertan todas las facultades; se siente vértigo
y un remolino en la cabeza, después una sensación de ser alzado
en el aire y de emprender un viaje aéreo; durante los primeros
instantes, el poseído empieza a ver apariciones deliciosísimas,
en conformidad con sus ideas y conocimientos: los salvajes dicen
ver lagos muy hermosos, selvas repletas de frutos, pájaros muy
bonitos que les comunican las cosas más agradables y favorables
que desean escuchar, además de otras cosas hermosas relacionadas con su vida de salvajes. Pasado ese instante, empiezan a
ver seres horrorosos que los devoran, terminan su primer vuelo
y descienden a la tierra para combatir los terrores que les comunican todas las adversidades y desgracias que les esperan en el
futuro. En cuanto a mí, es un hecho que cuando tomé ayahuasca
experimenté mareo, luego un viaje aéreo durante el cual recuerdo haber percibido panoramas hermosísimos, grandes ciudades,
7DQWR6SUXFHFRPR9LOODYLFHQFLRXVDURQHOYRFDEOR´QDUFyWLFRµ TXHVLJQLÀFDLQGXFWRU
de sueño) como sinónimo de “psicoactivo” o “alucinógeno”, uso entendible en los primeros
descubrimientos de la ayahuasca a mediados del siglo XIX. Resulta en cambio intolerable
que en pleno siglo XXI algunos académicos en arqueología, antropología y etnopsiquiatría
continúen usando tal término para referirse a los efectos de los enteógenos en general,
que provocan cualquier cosa menos sueño.
Etnografías y crónicas
113
torres elevadas, parques bonitos y otros objetos extremadamente
atractivos; después me imaginé encontrarme solo en un bosque
donde fui asaltado por toda una serie de cosas terribles de las que
me defendí. (Villavicencio, 1858)
Waorani
Se los llama también huaorani o huao, pero ellos se autodenominan
wao tededô o waodâdi (“gente”). Son una minoría étnica que vive en la
región central del Amazonas ecuatoriano, entre los límites conformados
SRUHOFXUVRDOWRGHOUtR,QGLOODPD DÁXHQWHGHO1DSR DOQRUWHHOFXUVR
medio del Tiputini al noreste, al oeste por cercanías de la ciudad de
7HQD\DOVXUSRUODFRQÁXHQFLDGHUtRVDÁXHQWHVGHO&XUDFD\HQODV
provincias de Napo y Pastaza. También han sido denominados aucas
YRFDEORTXHFKXDTXHVLJQLÀFD´VDOYDMHµ\TXHWDPELpQIXHPRWHSDUD
ORV PDSXFKHV GH OD 3DWDJRQLD DZVKLUL JHQWLOLFLR GH RULJHQ ]iSDUR y sabelas. Son personas extremadamente orgullosas, independientes y
guerreras que en los últimos cincuenta años han aceptado el contacto
con el mundo “de afuera”. Sus tierras tradicionales son amenazadas
por las actividades de varias compañías transnacionales de petróleo. El
águila arpía, majestuosa ave de presa (Harpya arpigia), constituye su
VtPERORHPEOHPiWLFR(QWUHVXVKLVWRULDVPtWLFDVÀJXUDODGHVX~QLFR
dios, Meme Huengongui, el Abuelito Creador, y su esposa Huencantoqui. La leyenda indica que el Abuelito Creador, en una cuarta destrucción, mandó las aguas para matar a la gente que había dejado la vida
sana y las instrucciones originales: vivir en paz, no mentir, no robar,
respetar las relaciones matrimoniales y no hablar mal de los otros. El
parecido con la historia de Noé es notable, pero no la aprendieron de
ORVPLVLRQHURV'HKHFKRORVZDRUDQLVLQWHQWDURQFRQWDUVXYHUGDGD
ORVPLVLRQHURVGHO,QVWLWXWR/LQJtVWLFRGH9HUDQROOHJDGRVUHFLpQHQ
1958, pero ellos no quisieron escucharlos y organizaron una “zona de
SURWHFFLyQµVHGHQWDULD$OJXQRVFODQHVZXDRUDQLV WDJDHULWDURPHQDQH
y huiatare) aún hoy siguen estando sin contacto, y atravesarían con un
arpón a cualquier cohoudi (la “no gente”, el resto del mundo; literalmente: “los caníbales” o “los que cortan todo en pedazos”) que entrara
en sus tierras.
Uso de miiyabu. 7UDGLFLRQDOPHQWHORVZDRUDQLVQRXVDURQQLQJ~QWLSR
GHVXVWDQFLDVPRGLÀFDGRUDVGHODFRQFLHQFLD1RIXPDQWDEDFRQLWRPDQ
bebidas fermentadas. Tampoco usan Brugmansia o Brunfelsia como las
tribus vecinas, ni la Banisteriopsis como una bebida alucinógena fuerte,
densamente preparada, combinada con una planta aditiva que proporcione DMT. Su uso de la enredadera de ayahuasca es único, y está princi-
114
Ayahuasca, medicina del alma
palmente destinado a reforzar las habilidades de la caza. Una leve decocción de la hoja se administra por un maestro cazador a un joven iniciado,
se pasa de boca en boca a través del esófago de un tucán. Esto es seguido
por una severa dieta de dos años, que en los primeros dos meses consiste
en ingerir solamente la pulpa de la palma de petohue (Jessenia bataua)
que se obtiene de los estómagos de tucanes y monos araña (la carne de los
cuales es comida por otros miembros de la comunidad). Una vez completa
la dieta, se transforman en maestros cazadores con la habilidad para
localizar y llamar a los animales con una exactitud sorprendente. En
FLHUWDVIDPLOLDVZXDRUDQLVODVKRMDVGHmiiyabu son ligeramente hervidas con las de wiyagen (Mansoa alliacea) y usadas para lavar el reciente
corte del cordón umbilical de un recién nacido.
Cuenta Jonathan Miller-Weisberger (2000):
Una vez, un viejo iroinga FKDPiQ ZDRUDQL PH GLMR TXH HQ
el pasado, durante los tiempos de guerra, el iroinga secaba hojas
del miiyabu y las quemaba en el fuego. Él era capaz de ver al
enemigo en el humo. Cuando soplaba hacia afuera la imagen en el
humo, esa persona enemiga se moriría. Agregó, sin embargo, que
HVWRHUDUDUDPHQWHSUDFWLFDGR\DTXHORVZDRUDQLVQRFUHHQHQOD
EUXMHUtD&XDQGRHOHQHPLJRGHEHVHUPXHUWRSUHÀHUHQUHVROYHU
la cuestión con una lanza de madera de palma con púas de unos
tres metros. MiiyabuKDVLGRLGHQWLÀFDGDWD[RQyPLFDPHQWHFRPR
Banisteriopsis muricata. Aunque ellos han adquirido recientemente especies cultivadas de B. caapi de sus vecinos quechuas,
ORVZXDRUDQLVOHDWULEX\HQHOPLVPRQRPEUH\FXDOLGDGHV8VDQ
muchos nombres para estas plantas: algunos dicen mii, miiyeca y
miiyai, pero los más viejos […] la llamaban miiyabu. […] Gomo,
el chamán-jaguar, me relató que en épocas antiguas, cuando los
ZDRUDQLVD~QHUDQKRPEUHVPX\SHTXHxRV\HOFLHORWRGDYtDHVtaba cerca de la tierra, no comían carne ni mataban animales.
Vivían únicamente de chicha de ungurahua machucada con hojas de miiyabu. Esta liana silvestre viene de la sangre de la boa
arco iris, que en tiempos ancestrales era lo que unía la tierra con
el cielo. En el tiempo que pasé con ellos tampoco los vi realizar
QLQJ~QWLSRGHULWRQLFHUHPRQLDGHÀQLGD/RVULWXDOHVGHDOJXQD
manera son eslabones entre los individuos con su naturaleza original. Con el tiempo, muchos fueron suplantados por sus fetiches,
sin los cuales la gente se sentía vacía. Esta dependencia aísla al
individuo de su naturaleza original, pero el individuo libre, el que
no se ha desviado de su esencia, no depende de rituales, ni de su
FXOWXUDQLGHVXVFUHHQFLDV\DVtKHYLVWRDORVYLHMRVZDRUDQLV
Siempre están en unión con lo divino, cada momento es como una
nueva vida y cada instante es un eterno estado de frescura.
Etnografías y crónicas
115
1RVDEHPRVGHTXpPRGRH[DFWRXQYLHMRFKDPiQZDRUDQLOODPDGR
Apa obtuvo lúgubres profecías de un dios jaguar. Quizá bebiendo miiyabu, preparándolo del modo en que lo hacen las naciones indias vecinas
o mediante un trance espontáneo. Y esperamos que no se hagan realidad. Casi desnudo, una noche, con sus adornos de plumas en las orejas
SHUIRUDGDV\PLUDQGRÀMDPHQWHDOYLDMHUR.DUO*DUWHOPDQQTXHKDEtD
llegado en helicóptero en los años 70, Apa manifestó:
El jaguar me lo contó... Era de noche, volvía del río a donde
había ido a pescar. El jaguar me estaba esperando en el camino y
me dijo: “Ya sólo hay pocos aucas y los pocos que quedan siguen
matándose unos a otros con sus lanzas. También asaltan y matan a los hombres de otras tribus y los parientes de las víctimas
vienen entonces a vengar a sus hermanos. Los niños aprenden
a manejar las lanzas cuando todavía son pequeños. Más tarde
van a matar a otros y luego se los matará a ellos mismos. Finalmente quedarán sólo diez aucas. Entonces vendrán los extraños
y quitarán a los aucas todas sus tierras. ¿Cuántos extraños hay?
Muchos, muchísimos. Y todavía hay más en el país donde no crecen árboles. Yo he estado ahí, más allá de los ríos, muy lejos, y
los he visto. Los extraños se van a tomar las tierras de los aucas
y los últimos aucas morirán.” Así me dijo el jaguar. (Citado por
Gartelmann, 1985)
Perú
Se considera región amazónica de Perú los departamentos de Loreto, Ucayali y Madre de Dios. Desde el siglo XIX la zona fue aprovechada
para la extracción del caucho, la madera y más recientemente del petróleo. La población indígena incluye las etnias amuesha, culina, chamicuro, matsiguenga, nomatsigenga, piro, achual, kandoshi, amahuaca,
FRSDQDKXD FDVKLER FRFDWDLER NDVKLQDZD LVFRQDKXD PD\RSLVDER
PD\RUXQD VKDUDQDZD VKLSLERNRQLER FRFDPDFRFDPLOOD FKD\DKXLta, jebero, taushiro, ticuna, urarina, yagua, amarakaeri, orejón, secoya, arabela e iquito. Muchas de estas naciones se encuentran en zonas
fronterizas, mantienen marcada interrelación étnica o de tipo familiar
a un lado y otro de los límites de los Estados-nación y realizan migraciones temporales itinerantes. Por ejemplo, Perú comparte con Ecuador
ODVHWQLDVDJXDUXQD\KXDPELVD MLEDURDQRV \NLFKZDUXQDGHO1DSR
FRQ&RORPELDZLWRWRERUD\RFDtQDFRQ%UDVLOODVQDFLRQHVGHIDPLOLD
OLQJtVWLFDSDQRPDWVp\DPLQDKXDPDVWDQKXDFXVKLKXD\FRQ%ROLvia, los grupos yaminahua y ese’ejja.
116
Ayahuasca, medicina del alma
Aportamos como curiosidad la existencia de los nahuas o yuras, que
habitan actualmente el curso medio alto del río Mishagua y que constituyen el grupo de más reciente integración a la sociedad regional. El
FRQWDFWRGHÀQLWLYRVHSURGXMRUHFLpQHQFXDQGRDWDFDURQDXQJUXpo de la Marina de Guerra que se encontraba realizando una inspección
FRQODLGHDGHFRQVWUXLUXQFDQDOÁXYLDOHQWUHODVFXHQFDVGHORVUtRV
Urubamba y Madre de Dios en el istmo de Fitzcarrald; ese día el entonces presidente de Perú, Fernando Belaúnde, visitaba la zona. El mismo
año asaltaron un campamento de madereros y tras ser llevados un par
de hombres a una comunidad yaminahua occidentalizada, contrajeron
un virus gripal que al contagiar al resto de su etnia –carente de defensas biológicas– redujo drásticamente la población de sus aldeas a
menos de la mitad. Algunos subgrupos continúan aislados. A propósito,
en septiembre de 2007 fue noticia internacional el avistamiento desde
una avioneta, por parte de unos empleados estatales, de una tribu no
contactada en la reserva del Alto Purús. Los nómadas estaban desnudos, cerca de chocitas de palmera, y una mujer levantó amenazante su
ÁHFKDKDFLDODDYLRQHWDTXHORVVREUHYRODED
Harakmbut
/DIDPLOLDHWQROLQJtVWLFDGHHVWDHWQLD FX\RQRPEUHVLJQLÀFD´ORV
KRPEUHVµ KD VLGR FODVLÀFDGD FRPR KDUDNPEHW 7UDGLFLRQDOPHQWH VH
XELFDQHQORVGHSDUWDPHQWRVGH0DGUHGH'LRV\&XVFRHQDÁXHQWHV
meridionales del río Madre de Dios entre el Inambari al este y el Alto
Madre de Dios (misiones de Shintuya y El Pilar) al oeste. Comprende
YDULRVVXEJUXSRVDPDUDNDHULDUDVDHULZDFKLSDHULNLVDPEDHULSXNLULHULVDSLWHUL\WR\RHUL/RVDPDUDNDHULVRQHOJUXSRGHPRJUiÀFDPHQWH
dominante. En la literatura a menudo se los menciona como mashcos
(por ejemplo en la obra del antropólogo argentino Mario Califano y sus
discípulos), dado que así los denominan sus vecinos mestizos. A su vez,
ORVDPDUDNDHULFRPSUHQGHQDOJXQRVVXEJUXSRV NRFKLPEHULZLQWDSHUL
kareneri, etc.). Mucha confusión de nombres proviene en parte de que
varios grupos harakmbet se casan con miembros de etnias de idiomas
diferentes.
Se ha establecido que se encuentran organizados en siete clanes o
patrilinajes localizados y el matrimonio preferencial es con una mujer
en la categoría de prima cruzada bilateral: hija de la hermana del padre
o hija del hermano de la madre. El matrimonio se encuentra prohibido
entre individuos cuyas madres sean hijas de un mismo padre. Actualmente en algunos casos se da matrilocalidad.
Entre sus creencias religiosas se encuentra el dios creador Mapakkaro, quien ordena y dirige el universo y ha creado a los hombres a
Etnografías y crónicas
117
través de los gemelos míticos: Huanamey (héroe mítico-cultural y gran
chamán primordial) y su opuesto, Toto (encarnación del mal), junto a
Vaapuka, abuelo de los gemelos míticos y ancestro más antiguo.
Existen referencias en la crónica de Garcilaso acerca de contactos
entre este grupo étnico y los incas. Durante la colonia se dieron varias
expediciones españolas al Alto Madre de Dios, todas ellas fracasadas.
Ya durante la república, en 1873, el coronel peruano Baltazar La Torre
PXULyHQHOPLVPRUtRFRPRFRQVHFXHQFLDGHODVÁHFKDVLQGtJHQDV(Q
1879, Luis Robledo llevó a buen término sus exploraciones en los ríos
Urubamba y Madre de Dios.
La época del caucho dio inicio a una etapa de espantosa violencia
contra las poblaciones indígenas. En 1908 se fundó la misión de San
/XLVGHO0DQXHQODFRQÁXHQFLDGHORVUtRV$OWR0DGUHGH'LRV\0DQX
lugar donde se había establecido anteriormente un grupo de caucheros.
Tras la caída del precio del caucho, la misión se retiró al ser objeto de
continuos ataques. En 1940 se realizó la expedición Wenner Green, dirigida por el antropólogo Paul Fejos con participación de misioneros dominicos. Pocos años después, estos misioneros contactaron nuevamente
a los harakmbut y reabrieron la misión, más tarde trasladada bajo el
nombre de Shintuya.
En la década del 70 se construyó la carretera de penetración que
terminó en la misión de Shintuya y se estimuló la explotación petrolera, mientras que en la región del río Karene (o Colorado) comenzó la
explotación aurífera en gran escala, que impactó fuertemente en la vida
económica tradicional de subsistencia dependiente de la horticultura
de roza (yuca, caña de azúcar, plátano, maíz, maní y piña), la caza,
pesca y recolección.
En los años 80, la creación de la Federación Nativa de Madre de Dios
y del COHAR (Consejo Harakmbut) aglutinó las demandas de esta decena
de comunidades.
Uso de kayapa. Los chamanes o topakaeris usan la ayahuasca (kayapa) y los aditivos (duehey)FRQHOREMHWRGHREWHQHU´FRQRFLPLHQWRÀORVyÀFRµFXUDUHQIHUPHGDGHVFRPXQLFDUDGLVWDQFLD\DYHULJXDUODVXHUWH
IXWXUD$WUDYpVGHPDVDMHVHLQVXÁDFLRQHVGHKXPRGHWDEDFRVREUHODV
partes dañadas, conectan la sintomatología con la historia personal de
la persona. Para el antropólogo español Carlos Junquera, que estudió
esta etnia entre 1965 y 1976 y es autor del conocido estudio El chamanismo en el Amazonas´YHQµHOGDxRFRPRVLIXHVHQÁHFKDVR´JHQLRVµ
El “espíritu” de la parasitosis se aparece como una lombriz con patas;
el del paludismo, como un “espíritu anguila eléctrica”; el de la anemia,
como un ser esquelético asociado al jaguar que come la carne y chupa la
118
Ayahuasca, medicina del alma
sangre de su presa.5 Son capaces de determinar al hechicero responsable de la dolencia y destruyen a sus auxiliares generándoles un padecimiento. Tras ello administran plantas medicinales: ají, plátano, tabaco,
remedios del caimán o iguana, puercoespín, entre otras, o derivan tal
administración al especialista yerbero (chunchai). Asimismo, pueden
interpretar los símbolos de la naturaleza y los oníricos.
Según los datos aportados a Junquera por dos chamanes de esta cultura, Pedro Etna (residente en El Pilar, caserío cercano a Puerto Maldonado) y Pedro Hika (de Shintuya), los harakmbut catalogan veintidós
clases de ayahuasca (kayapa) con criterios muy diferentes de los usados por los botánicos occidentales, que han reseñado hasta el momento
unas veinte especies. Los harakmbut catalogan la ayahuasca conforme
a los efectos y las visiones obtenidos. Así, existe la verde o inmadura
(bayanhe), que genera visiones propias para la caza, la búsqueda de
chacras, etc.; la denominada “carne de antepasado” (sisi), que provee
imágenes del universo previo al actual; la azul (benkuja), que provoca
imágenes fuertes y permite viajar al Seronhai o lugar de los muertos; la
del bosque (nembuyu), que detecta con rapidez los animales necesitados
por el chamán; la jaguar (pet-pet), que permite alcanzar el territorio
del tigre y da ropas mágicas (wahot) para los chamanes; entre muchas
otras, como la ayahuasca del dibujo (anidorak)TXHSODVPDHOJUiÀFR
del espíritu en el cuerpo enfermo; la que posibilita enroscarse (etuhehen)FRQODFXDOORVD\XGDQWHVGHOFKDPiQVHFDPXÁDQHQHOERVTXH\
aguardan el “paso” de los malignos, comunicándoselo al maestro, y así
por el estilo.
Además del tipo de visiones, se tiene en cuenta la edad de la enreGDGHUDHOWDPDxR\VXVÁRUHVORVGHWDOOHVGHODSDUWHTXHVHFRUWDSDUD
cocinar, etc. (las dos mencionadas en primer lugar son casos raros en
que no se consumen cocidas).
En el chamanismo harankbut todo aprendiz (etopakaeri) está sometido a un noviciado de entre dos y seis años. La fase inicial de “obtención de poderes” abarca un período de abstinencia sexual y aislamiento
de un año aproximadamente, en el que deben cumplirse estrictas restricciones alimenticias (ingerir plátano y pescado y evitar grasas, sal,
amargos, picantes y dulces). Paralelamente, y entre toma y toma una
luna, el iniciado comienza a descubrir el mundo de la planta visionaria
bajo la guía de su maestro, añadiéndose con el tiempo otros aditivos al
brebaje como tabaco (paimba o seri), toé y demás plantas que conceden
5. De acuerdo con los dibujos del chamán Pedro Etna que aparecen en Junquera (1994:
ÀJXUD Etnografías y crónicas
119
saberes diferentes. Poco a poco los propios espíritus de las visiones le
irán enseñando cantos, gestos, remedios, etc. En una segunda fase, el
aprendiz debe demostrar su poder: comienza con bebés y enfermedaGHVSRFRLPSRUWDQWHVKDVWDFRQVHJXLUVXSULPHUDH[WUDFFLyQGHÁHFKD
mágica (eperempi). De forma similar a otros pueblos de la Amazonia
SHUXDQDHOPDHVWURÀQDOPHQWHWUDQVPLWHVX´VDEHUµHQXQDÁHPDTXH
saca de su estómago y que el aprendiz debe tragar. Completará su formación la aparición de “ayudantes” espirituales y la intensa práctica
en conseguir dibujos geométricos curativos sobre el paciente a través
de upukepo (espíritu araña).
En la actualidad, los harankbut prácticamente no cuentan con centros de salud ni postas médicas, y existen en la zona sólo siete promotores de salud. La mitad de su población ha recibido educación primaria
como el mayor grado de instrucción, y se encuentran en una situación
de alta vulnerabilidad.
Kashinawa
/RV NDVKLQDZDV SHUWHQHFHQ DO JUXSR OLQJtVWLFR SDQR 6H DXWRGHnominan junikuin (huni-kuin). Según Kenneth Kensinger (1995), toGRVORVNDVKLQDZDVVHUtDQGHVFHQGLHQWHVGHXQJUXSRTXHYLYLyKDVWD
principios del siglo XX en el curso alto del río Muru y algunos de sus
DÁXHQWHV FRPR HO ,ERLoX HQ HO ODGR EUDVLOHxR $FUH $ PHGLDGRV GH
ORVDxRVORVDQFHVWURVGHORVNDVKLQDZDVSHUXDQRVGHKR\HQWUDURQ
al alto Curanja desde el río Envira, quedando aislados de los que permanecieron en territorio brasileño. Es que los patrones caucheros de
Brasil, con quienes entraron en contacto, los desplazaron por distintos
territorios, reduciéndose la población de este grupo como resultado de
HSLGHPLDV\DEXVRV7UDVHVWHYLROHQWRSURFHVRPXFKRVNDVKLQDZDV
en Brasil optaron por integrarse a los mestizos, mientras que hacia
1908 una parte de ellos migró hacia Perú, en aislamiento, donde recién
DÀQHVGHODGpFDGDGHOEXVFDURQHOFRQWDFWRFRQORVEODQFRVDÀQ
de procurarse herramientas que se les habían agotado. Así, algunos
retornaron al Embira en Brasil y otros se trasladaron al río Curanja,
donde iniciaron contactos con comerciantes a quienes entregaban caucho a cambio de mercancías diversas. Hacia 1951 fueron víctimas de
una epidemia, tras la cual se trasladaron cerca de la población blanca
y empezaron a usar ropa occidental. En los años 70, el ILV estableció
XQDHVFXHODELOLQJH\XQDSRVWDPpGLFDHQODFRPXQLGDGGH%DOWD
HQHOUtR&XUDQMD+XERXQDQRWDEOHUHFXSHUDFLyQGHPRJUiÀFDGHORV
NDVKLQDZDVSHUXDQRVTXHFRQWLQ~DKDVWDODDFWXDOLGDG
(Q OD PLVPD ]RQD FRQYLYHQ WDPELpQ JUXSRV PDVWDQDZD \DPLQDKXD \VKDUDQDZD DPERVGHODIDPLOLDOLQJtVWLFDSDQR DVtFRPRPD-
120
Ayahuasca, medicina del alma
GLKD R FXOLQD GH OD IDPLOLD OLQJtVWLFD DUDZDN VLQ HPEDUJR VH KD
KHFKRQRWDUODHQGRJDPLDORFDOGHORVNDVKLQDZDVHQFRPSDUDFLyQFRQ
los demás grupos étnicos pano de la zona: el 95% de los casamientos se
realizan con cónyuges del mismo pueblo, y existe un verdadero rehusamiento por parte de los huani-kuin de mantener relaciones con otros
grupos étnicos (Deshayes y Keifenheim, 1994).
Uso de nixi-pae. Kenneth M. Kensinger (1976), profesor de antropología en Vermont (Estados Unidos), miembro del ILV en Perú y estudioso
de esta etnia por varias décadas (1955-1997), describió el uso del nixi
pae o “borrachera del vino de ayahuasca” durante sus primeros trabajos
de campo en la zona del río Curanja, entre 1955 y 1968. En un artículo ya célebre y clásico, popularizado por Michael Harner, informaba:
“Todos los varones cashinahua iniciados pueden beber ayahuasca. Su
uso varía mucho; algunos hombres no la beben nunca, otros la toman
cada vez que se prepara una infusión. Las ocasiones en que se toma
ayahuasca no se dan normalmente más que una vez cada varias semanas, y ello siempre cuando oscurece; generalmente se empieza a las
ocho del atardecer y se acaba a las dos o tres de la mañana. Al parecer, lo que determina cuándo se celebra una sesión de ayahuasca es el
acuerdo general sobre su necesidad u oportunidad. Aunque todos los
varones saben cómo se prepara la bebida, lo normal es que uno o dos
hombres de cada aldea sean los responsables de hacer los preparativos.
(ODQÀWULyQYDDODVHOYD\VLQQLQJ~QULWRQLFHUHPRQLDVHOHFFLRQD\
corta de uno a dos metros de Banisteriopsis y de tres a cinco ramas de
Psychotria. Al regresar a su casa, corta la vid en segmentos de 15 a 20
centímetros, que machaca levemente con una piedra y los pone en un
cacharro de cocina de capacidad para nueve o hasta dieciocho litros
[…] Habitualmente bebían tras recitar alguna intención y algunos al
cabo de quince minutos tal vez bebían otro medio litro para «hacer un
buen viaje o excursión» (nixi paewen en bai wai pe). Cuando los efectos se acentuaban, los hombres comenzaban a cantar cada uno por su
cuenta. Los cantos subían y bajaban su volumen, interrumpidos de vez
en cuando por vómitos o gritos sin que el ritmo o los diferentes cantos
se coordinasen. A veces estos cantos resultaban conversaciones con los
espíritus y otras la repetición rítmica de un monosílabo”. Kensinger
remarca el hecho de que, aunque cada uno “viaja” por su cuenta, la
reunión del grupo es de suma importancia pues proporciona el contacto
con el mundo real, sin el cual el temor podría ser excesivo y peligroso:
Es frecuente que haya una hilera de individuos sentados sobre un tronco, cada uno con los brazos y las piernas alrededor de
Etnografías y crónicas
121
los de enfrente. Solo los hombres ‘fuertes’, es decir, los que han
tenido muchos años de experiencia con la ayahuasca, no mantienen un tipo de contacto físico con una persona por lo menos. Una
persona nunca toma ayahuasca a solas.
Los temas y las visiones más frecuentes son grandes serpientes de
vivos colores, jaguares, espíritus diversos, árboles inmensos a menudo
a punto de caer, lagos y anacondas, aldeas indias, jardines, sensación
de velocidad y transformaciones. La mayoría de sus informantes enconWUDEDQODH[SHULHQFLD´WHUURUtÀFDµVLQHPEDUJRODYLYHQFLDREWHQLGDHV
considerada valiosa para conocer acontecimientos alejados en tiempo y
espacio, o bien para encontrar la causa de una enfermedad que no responde ni al tratamiento común ni a la medicina herbolaria (“medicina
dulce”) administrada por el huni dauya, ni a la muka dau o “medicina
amarga” que se encuentra en el cuerpo del chaman (huni Mukalla) y
es transferida al paciente. En estos casos, los espíritus revelados por
la ayahuasca proporcionan información más precisa, indican un nuevo
canto que deberá usarse junto con chupadas y masajes, o bien la noticia
de que la enfermedad es incurable. Muchas veces el conocimiento obtenido puede tener implicancias no solamente para algunos individuos
sino para toda la comunidad.
En una de sus notas, Kensinger cuenta una sorprendente observación que ha sido citada desde entonces en cada obra que se ha aproximado al tema que nos ocupa:
Generalmente, las alucinaciones contienen escenas que son
parte de la experiencia cotidiana de los kashinahua. Sin embargo, se han dado casos en que los informadores han descripto aluFLQDFLRQHV GH VLWLRV PX\ DOHMDGRV WDQWR JHRJUiÀFDPHQWH FRPR
de su propia experiencia. Varios informantes que nunca han estado en Pucallpa, la gran ciudad en el término del río Ucayali,
junto a la carretera central, bajo los efectos de la ayahuasca han
GHVFULSWR VXV YLVLWDV D OD FLXGDG FRQ VXÀFLHQWHV GHWDOOHV SDUD
TXH \R SXGLHVH UHFRQRFHU WLHQGDV \ OXJDUHV HVSHFtÀFRV 8Q GtD
después de una reunión de ayahuasca, seis de los nueve hombres que habían participado en ella me informaron que habían
visto la muerte de mi chai, “el padre de mi madre”. Esto ocurrió
dos días antes de que me informaran de su muerte a través de la
radio. (Kensinger, 1976)
Esta observación clásica debe correlacionarse con la anécdota relatada por el mayor Álvaro Pinedo en Bolivia, a la cual nos referimos al
tratar sobre la etnia boliviana chimane.
122
Ayahuasca, medicina del alma
Según la antropóloga Elsje María Lagrou (1991), la liana y la bebida resultante son también llamados dunuan isun (“orina de serpiente”) y huni (“gente”). De acuerdo con sus estudios, el concepto kashiQDZD GH QDWXUDOH]D HVWi SUy[LPR D OD QRFLyQ JULHJD GH physis, esto
es, la naturaleza posee alma, voluntad y un orden propio, siendo la
cultura apenas una de las posibilidades de ese orden. Ello se revela en
el concepto nativo de “espíritu” (yuxin), que es visto no como algo sobrenatural y sobrehumano sino como una fuerza vital que permea todo
fenómeno vivo en cualquier parte del mundo. Así, la naturaleza no está
fuera de lo humano; lo humano está dentro de la naturaleza, reconoce
marcas y trazos de su cultura verdadera (kuin) en hábitos, sueños y
GLVHxRVGHDQLPDOHV\HVStULWXV3DUDORVNDVKLQDZDVODQDWXUDOH]DQR
existe sin ser permeada por lo espiritual. Solamente con el nixi-pae se
puede salir del lado ordinario de la realidad y percibir el aspecto sutil
de identidad común de todas las cosas vivas: entonces pueden verse
los yuxin que habitan plantas y animales, y se los reconoce como hunikuin (“nuestra gente”). Estas visiones se equiparan a los sueños. También se preparan así para la muerte, al darse cuenta de la separación
que hay entre su bedu yushin (o “espíritu que ve”: la conciencia) y su
cuerpo. Sin esto, después de la muerte el bedu yushin queda loco y no
consigue emprender viaje hasta la aldea celeste. Para Lagrou hay una
UHODFLyQGHFRPSOHPHQWDULHGDGHQWUHHODUWHJUiÀFR(kene) y la visión
chamánica (dami), donde cada una revela las diferentes maneras de
ligarse con la naturaleza espiritual propia de cada sexo: femenino en
el primer caso (las mujeres elaboran los diseños textiles y cerámicos),
y masculino en el segundo (los hombres obtienen y pasan los “diseños
visiones” que se forman con el canto chamánico). Un mismo personaje
mítico (Dunuam) enseñó a las mujeres el diseño y a los hombres las
canciones nixipae.
/RVNDVKLQDZDVXVDQRWUDVSODQWDVYLVLRQDULDVbawe, dunu make,
manipei keneya y dumu (tabaco); las tres primeras, sólo las emplean las
mujeres que no ingieren el nixi-pae.
Asháninka
3HUWHQHFLHQWHDODIDPLOLDHWQROLQJtVWLFDDUDZDNORVLQWHJUDQWHVGH
esta etnia fueron denominados en la bibliografía de viejas épocas como
andes, antis, chunchos, chascosos, kampas, cambas, tampas, thampas,
komparias, kuruparias y campitis, aunque los asháninkas (“nuestra
gente”) han sido tradicionalmente más conocidos como campas. Vivían
dispersos en un vasto territorio que comprendía los valles de los ríos
Apurímac, Ene, Tambo, Perené, Pichis, un sector del Alto Ucayali y
OD]RQDLQWHUÁXYLDOGHO*UDQ3DMRQDORUJDQL]DGRVHQSHTXHxRVJUXSRV
Etnografías y crónicas
123
residenciales compuestos por alrededor de cinco familias nucleares bajo
la dirección de un jefe local.
Con anterioridad al contacto europeo, los asháninkas mantenían relaciones de intercambio con las poblaciones andinas, hecho atestiguado
por las hachas de bronce halladas en el territorio de este grupo. A partir
de 1635 comenzaron a ser evangelizados por dominicos y franciscanos,
siendo estos últimos quienes constituyeron efectivamente la presencia
del Estado colonial español en dicho territorio. Entre 1640 y 1880 hubo
varias rebeliones contra estos misioneros.
En los valles adyacentes al Perené, con la “explosión” del negocio del
caucho, se instauró el comercio de esclavos campas, especialmente de
mujeres y niños, que continuó hasta 1950. Por aquellos tiempos, misioneros adventistas y del ILV comenzaron su trabajo evangélico. En 1965,
los grupos residentes en Gran Pajonal y Satipo se vieron envueltos en
la violencia generada por los enfrentamientos entre las guerrillas del
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y el ejército peruano, y
entre 1986 y 1996 fueron involucrados en la violencia desatada tanto
por los grupos Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Túpac
Amaru como por las fuerzas antiguerrilleras para controlar estos movimientos. En la actualidad, la exploración de hidrocarburos en las cuencas de los ríos Ene, Tambo, Perené y Pichis representa nuevos riesgos
para la sociedad asháninka.
(QWUHVXVFUHHQFLDV\PLWRVDQWLJXRVÀJXUDXQDMHUDUTXtDGHVHUHV
espirituales llamados maninkari, de los cuales Avíveri, el dios que crea
por transformación, es el más poderoso. Avíveri y su hermana crean las
HVWDFLRQHVDSDUWLUGHODP~VLFDGHVXÁDXWDGHSDQHOGLRVIRUPDDORV
seres humanos soplando sobre la tierra y luego se pasea con su nieto
Kiri transformando a los humanos en insectos, árboles, animales o rocas. Cayendo en una trampa preparada por su hermana, Avíveri queda
atrapado por una liana trepadora en un pozo subterráneo, desde el cual
sostiene a la humanidad y del que no puede salir (Weiss, 1969).
Uso de kamarampi. Gerald Weiss, antropólogo de Florida (Estados
Unidos), estudió la ceremonia de ayahuasca entre los asháninkas entre
1960 y 1964 (Weiss, 1976), destacando elementos poco comunes que
para el autor representaban el tipo de situación transitoria que a menudo, se cree, permitió la transformación del chamán en sacerdote en
los esquemas evolutivos generales de los historiadores de la religión. El
chamán ashánika es un individuo que a través de un largo aprendizaje
mediante tomas de ayahuasca y sobre todo de tabaco en dosis masivas,
concentrado en forma de jarabe, obtiene y acrecienta poderes reconocidos en su sociedad. De hecho, la palabra para designar al chamán, she-
124
Ayahuasca, medicina del alma
ripiári, contiene el vocablo shériTXHVLJQLÀFDWDEDFR3RUVXSDUWHHO
término kamarampi (ayahuasca en lengua campa) deriva de la raíz verbal kamarankTXHVLJQLÀFD´YRPLWDUµORTXHUHÁHMDXQRGHORVHIHFWRV
físico-emocionales más frecuentes de la bebida. El preparado incluye
la mezcla con hojas del árbol denominado horóva (Psychotria viridis).
Otro término con el que al parecer designan el brebaje es hananeroca
(“vino del río de la juventud celestial”).
De vez en cuando, cuenta Weiss, por decisión propia o a solicitud
de su comunidad, el sheripiári dirige una ceremonia nocturna grupal de kamarampi en la que los participantes se reúnen sentados o
tendidos en esteras al aire libre, o bien bajo el techo de una casa, con
las mujeres separadas de los hombres, según su costumbre. Con un
pequeño bol de calabaza, este chamán bebe cierta cantidad del líquido y lo pasa a los demás participantes hasta que se termina la dosis.
Una vez bajo los efectos, comienza a cantar repitiendo las melodías
que escucha de los espíritus (maninkari: “aquellos que están escondidos”), quienes aparecen en sus visiones en forma humana, ataviados
festivamente.
Es posible que, mientras esté cantando, su alma emprenda el
vuelo a regiones lejanas. Algunos chamanes desaparecen de la vista del resto del grupo durante la ceremonia y entonces pretenden
haber emprendido físicamente el vuelo, para regresar más tarde
[…] En conjunto, el ambiente de la ceremonia es decoroso, sin frenesí, a pesar de que el chamán está en trance a causa de las drogas.
/DFHUHPRQLDGHFRPSRVLFLyQGHÀQLGD\VLPSOHGDODLPSUHVLyQGH
consistir en un grupo de personas que están en respetuoso contacto
con los buenos espíritus, guiadas por un practicante religioso, aunque es cierto que permanecen pasivas como reverentes espectadores del virtuosismo del chamán. (Weiss, 1976)
Para Weiss, las canciones que celebran principalmente la excelencia y generosidad de los buenos espíritus, ensalzándolos, contienen elementos distintivos de la adoración de los ritos o cultos sacerdotales,
sin dejar de formar parte de una función chamanística. Este aporte
“cuasisacerdotal” podría ser una variante propia de la institución, pero
WDPSRFRVHGHVFDUWDODSRVLEOHLQÁXHQFLDGHULWXDOHVDQGLQRVLQFDVHQ
el pasado, o de los misioneros cristianos. Una de las canciones citadas
por Weiss dice:
Tabaco, tabaco, puro tabaco
viene del principio del río
Koàkiti, el gavilán os lo trae
Etnografías y crónicas
125
VXVÁRUHVYXHODQHOWDEDFR
acude a ayudaros [o nos], tabaco,
tabaco, tabaco, puro tabaco
Koákiti, el gavilán, su dueño.
2WUDUHÀHUHODDSDULFLyQGHORVHVStULWXVGHORVFROLEUtHV
Colibríes, colibríes, vienen corriendo.
Colibríes, colibríes, oscura aparición.
Colibríes, colibríes, todos hermanos nuestros.
Colibríes, colibríes, todos vuelan.
Colibríes, colibríes, grupo sin defecto.
Jeremy Narby, doctor en antropología de la Universidad de Stanford,
pudo escribir su notable obra La serpiente cósmica gracias al contacto con
sus amigos asháninkas durante su trabajo de campo en la comunidad de
Quirishari, en 1985-1986. En aquellos momentos de estudiante, el autor
FRQÀHVDTXHWUDWDEDGHHODERUDUVXIXWXUDWHVLVVREUHHOXVR´UDFLRQDOµGH
ORVUHFXUVRVHFROyJLFRVGHODVHOYDSRUSDUWHGHORVLQGtJHQDVFRQHOÀQGH
contraponer esa verdadera farmacia natural y fuente de alimentos milenaria a los argumentos de los tecnócratas de turno, quienes contaban
con millones de dólares destinados al presunto “desarrollo”: la deforestación total de esas zonas consideradas “deshabitadas” para convertirODVHQSDVWXUDVGHJDQDGHUtD3HURÀQDOPHQWH1DUE\IXHGHVFXEULHQGR
que toda la sabiduría hortícola y botánica de los indígenas, si bien sorprendente y “racional” para enrostrarle a los técnicos gubernamentales,
era obtenida de un modo “irracional” para el punto de vista occidental:
bebiendo kamarampi. Toda información verdaderamente importante,
tanto ahora como en los tiempos ancestrales, había sido transmitida a
través del brebaje de ayahuasca. Carlos Pérez Shuma, su principal chamán informante, apunta explicaciones de mucho interés sobre el origen
del nombre de los lugares asháninkas: por ejemplo, la pampa baja y las
colinas de Pichanaki (“ojos de picha”: dueño de los animales), un lugar en
cuyo centro hay muchos minerales y cuyos topónimos la misma naturaleza ha comunicado a los antiguos sheripiáris a través de la ayahuasca.
Del mismo modo, el poder del tabaco fue mostrado por la ayahuasca y
por eso es “su madre”. El tabaco atrae a los seres espirituales y junto a la
bebida visionaria constituyen las herramientas principales usadas tanto
por chamanes como por hechiceros que provocan daños con sus “dardos”
espirituales.
Para entender debidamente el uso de recursos y el conocimiento del
bosque por parte de los campas, Narby debía llegar más profundamen-
126
Ayahuasca, medicina del alma
te. Así se lo dijo un asháninka de nombre Ruperto Gómez: “Usted sabes,
hermano Jeremías, para entender verdaderamente, lo que le interesa,
usted debes tomar ayahuasca”. Aquella ingesta que inspiraría un libro tan fascinante provocó la arrolladora visión de un mundo enorme y
GHVFRQRFLGRGHLQÀQLWRVVHUHVLQYLVLEOHVGHODQDWXUDOH]D\ODDSDULFLyQ
GHJLJDQWHVFDVVHUSLHQWHVÁXRUHVFHQWHVTXHDSXQWDEDQGLUHFWDPHQWHD
la arrogancia occidental de Narby, según él mismo lo cuenta: “No eres
más que un ser humano”, le dijo la “voz” de la ayahuasca al joven y
vanidoso universitario.
En nuestro viaje a la selva peruana en 2007 tuvimos la oportunidad
de conocer la comunidad asháninka de Puerto Nuevo, a unas dos horas
de caminata desde el asentamiento shipibo-konibo, y a unas veinte horas de viaje en lancha-colectivo desde la ciudad de Pucallpa. Allí obtuvimos grabaciones de los cantos ceremoniales de don Grimaldo, el chamán del lugar. Pese a su edad, don Grimaldo gusta de jugar de vez en
cuando un partido de fútbol con sus vecinos shipibos en Puerto Nuevo.
Matsiguenka
La mención de los matsiguenga o matsiguenka (“gente” o “seres humanos”) como etnia autónoma data del siglo XIX. Su lengua pertenece a
ODIDPLOLDOLQJtVWLFDDUDZDNGHOJUXSRSUHDQGLQRGHODFHMDGHPRQWDña. Tanto por su idioma como por su cultura, se encuentran muy emparentados con los asháninkas y los piros. Antiguamente su territorio
abarcaba el valle del Urubamba, desde Quillabamba hasta más arriba
del río Paquiría, y posiblemente hasta las cercanías de Machu Picchu.
'UDPiWLFRVFDPELRVHQVXFXOWXUD\VXiUHDGHLQÁXHQFLDVHGLHURQD
partir de la explotación del caucho, desde 1880: epidemias, la explotación de la madera y las evangelizaciones de dominicos y el ILV. Muchas
familias murieron, otras huyeron hacia el interior de la selva y comenzaron cruzamientos con los piros.
Tradicionalmente los hombres se encargaron de la caza, pesca con
DUFR\ÁHFKDFRQYHQHQRSDUDSHFHVWUDPSDV\JUDQGHVUHGHVWDPELpQ
de los trabajos en madera, ahumado de la carne, conducción de la guerra y chamanismo. Las mujeres se dedicaban a la crianza de animales
silvestres, pesca con anzuelo o con pequeñas redes y recolección de frutos silvestres, siembra, alfarería, hilado, crianza de los niños, curación
con plantas medicinales, etc. En su concepción originaria, las personas
(matsiguenga), las personas sobrenaturales (saanka’rite) y los animales
que viven en manadas, especialmente los pecaríes, tienen en común el
hecho de “hallarse reunidos”. Lo que diferencia a las personas de los
extrahumanos es su condición de mortales, impuros y débiles, aunque
en un sentido ritual podrían llegar a ser puros, invisibles y poderosos
Etnografías y crónicas
127
con una correcta iniciación chamánica. Según sus creencias, los animales eran personas en el tiempo mítico, luego se transformaron en
animales, por lo que son hermanos menores e inferiores a los humanos.
Los animales se dividen en categorías: “comestible/no comestible”, y los
silvestres son vistos como cría o animales domésticos de los saanka’rite.
La carne de los animales comestibles es, junto con la yuca, el alimento
por excelencia de esta etnia. Quien no come yuca no es “hombre verdadero” en el cabal sentido de la palabra, como los blancos y peruanos
(vi’racocha) y los pobladores andinos (ponya’rona).
Uso de ka’maranpi. Gerhard Baer (1994), etnólogo suizo especializado en sistemas cosmogónicos, religiosos y chamánicos que trabajó para
HO 0XVHR GH $QWURSRORJtD GH %DVLOHD \ RWUDV LQVWLWXFLRQHV FLHQWtÀFDV
de Berna, es la referencia ineludible para este grupo, al que investigó
entre 1968 y 1978, y visitó nuevamente en 1987.
El chamán matsiguenga es denominado seripi’gari (“el embriagado
de tabaco”), dado que el tabaco es visto como un psicógeno, al igual
que la ayahuasca (kamaranpi o wampu) y las daturas (’saaro). Este
sanador actúa como intermediario entre los poderes sobrenaturales
y especialmente los saanka’rite (“los invisibles, los puros, los buenos
espíritus”) y el grupo que lo rodea, se trate de una familia extensa, un
grupo local o una aldea. Su tarea es proteger a la comunidad de los
espíritus de los muertos y otros demonios que acarrean la enfermedad
y la muerte por sí mismos o por la acción de brujos. Posee espíritus
auxiliares que lo ayudan (ine’tsaane). En épocas de escasez, puede
pedir alimentos para su grupo a los saanka’rite que cuidan el bosque.
En sueños también ve peligros que acechan y puede alertar a los demás. Convertirse en chamán es fruto de su propia decisión, que puede
surgir al comenzar a beber ayahuasca o un extracto de otras plantas
enteogénicas. Debe acudir a un maestro de experiencia y su aprendizaje se extiende de tres a cinco meses, durante los cuales ingiere la
poción diariamente. Como en otros casos, existen tabúes alimentarios: no debe probarse azúcar ni agua fría ni carne de pava, paujil o
pecarí, y la abstinencia sexual es obligada. Durante su iniciación el
aprendiz se dirige al río, donde encuentra a un “invisible”, quien le
entrega varias piedras mágicas que son jaguares de protección. Debe
alimentarlas con tabaco y jamás perderlas, bajo riesgo de muerte, por
lo que siempre las lleva en una bolsita. Las piedras están en relación con los “dueños” de los cerros. Existe una diferenciación entre las
piedras blancas o transparentes y las piedras negras denominadas
mat’sontsori ma’puki (“piedras-jaguar”). Cuando muere un chamán
que poseía una piedra negra, se transforma en jaguar. En cambio, lue-
128
Ayahuasca, medicina del alma
go de la muerte de su poseedor, la piedra blanca regresa a la catarata
del río de la cual proviene. Es probable que exista la concepción de
que el chamán la acompaña allí luego de morir. Esto demuestra que
pO QR PXHUH GHÀQLWLYDPHQWH (O SDUDOHOLVPR YLWDO HQWUH ODV SLHGUDV
y la existencia del chamán permite concluir que las mismas son una
especie de álter ego del chamán (Baer, 1994).
Además del brebaje, la oscuridad y la asistencia en el canto de la
esposa o esposas del chamán, existe otro elemento destacable: la escalera chamánica de un peldaño (kenan’pi’rontsi/ige’nanpiro) que puede
ser suplantada por un palo clavado en el suelo y un ramo de hojas de
EDPE~R\XFDDOPRGRGHXQDEDQLFRRPDUDFD ÀJXUD /DHVFDOHUDHV
obviamente un símbolo del camino del chamán al mundo superior o axis
mundi'XUDQWHODVHVLyQHORÀFLDQWHVXEHHQYDULDVRSRUWXQLGDGHVOD
escalera, canta y agita rítmicamente el ramo de hojas. Quien realiza
todas esas acciones es tanto el chamán como uno de sus espíritus ayudantes, que o bien penetra en su cuerpo o bien “lo representa” durante
su “desaparición en cuerpo y alma”. En muchos casos los presentes en
la ceremonia también beben la ayahuasca con carácter de comunión.
A veces durante la sesión el chamán usa un aro de bambú elástico con
SOXPDVSDUDDGRUQDUVHODFDEH]D TXHVHJ~QVHDÀUPDEULOODHQODRVFXridad) y se pinta la cara con rojo achiote o azul huito, plantas que tienen
un agradable aroma. Estas cosas (luz, color y perfume) atraen a los buenos espíritus. Se dice que estos diseños son copiados de los que tienen
pintados los saanka’rite en sus propios rostros. La curación se realiza,
como en otros pueblos amazónicos, con la técnica de soplar tabaco y
extraer el cuerpo extraño introducido en el enfermo. Asimismo, se cree
que los cantos chamánicos provienen de los espíritus auxiliares y que el
sanador los repite. Su lenguaje no es coloquial sino especial, a menudo
con reduplicación de raíces verbales bisilábicas. Además de ayahuasca
y tabaco, Baer dice que los chamanes ingieren otros jugos vegetales
TXHQRSXGRLGHQWLÀFDUFRQORVFXDOHVVHSURGXFHODWUDQVIRUPDFLyQHQ
diferentes tipos de jaguares.
3RURWURODGRH[LVWHODÀJXUDGHOEUXMR(matsika’nari) que produce
enfermedades y muerte a través de “objetos mágicos” (matsikan’tsiki)
como piedras o espinas, concebidos en parte como cosas materiales y visibles, pero también como potencias espirituales que acarrean el daño.
Para cometer su fechoría, el brujo sopla en su objeto mágico o vomita
una sustancia blanca y esférica que posee en su pecho (relacionada al
árbol lupuna), la que luego regresa a su lugar. Uno de los espíritus proWHFWRUHVGHHVWDÀJXUDXQSiMDURQRFWXUQRVLOEDGRUGHQRPEUH’tontsi o
tunchi (en quechua), al morir se convierte en brujo.
Etnografías y crónicas
129
Piro
(VWDHWQLDGHODIDPLOLDOLQJtVWLFDDUDZDNSXHGHÀJXUDUFRQORV
nombres alternativos chontakiro o manchineri. Se autodenominan vineru (“verdaderos hombres”) o yine, y residen en su gran mayoría en
Perú. También hay algunos en Brasil, que hablan el dialecto manchineri. En Bolivia existen unos doscientos hablantes de manchineri bilinJHVFRQSRUWXJXpVHQHOiQJXORIRUPDGRSRUORVOtPLWHVHQWUH%UDVLO
3HU~\%ROLYLD$SHVDUGHSRVHHUXQDOHQJXDGHODIDPLOLDDUDZDNKDQ
VXIULGRXQDIXHUWHLQÁXHQFLDFXOWXUDOGHORVJUXSRVGHODIDPLOLDSDQR
Los piros tuvieron sus primeros contactos con los españoles a mediados
del siglo XVII, con los primeros avances misionales franciscanos. A principios del siglo pasado, una importante proporción de este grupo fue
llevada fuera de su territorio tradicional por los patrones caucheros,
quienes generaron su dispersión. A partir de 1950 recibieron la evangelización del ILV. Se les atribuye matrimonio preferencial con la prima
cruzada. Su subsistencia se da sobre todo por la horticultura de roza y
quema, caza, pesca y recolección, cría de animales menores y venta de
comestibles en los centros poblados de Atalaya y Shepahua. Muchos
trabajan en la extracción de madera.
Uso de kamalampi. 5HFXUULPRV DO DQWURSyORJR 3HWHU *RZ 1991) para quien, entre los piros, la ayahuasca es ingerida por todos:
jóvenes, viejos, hombres y mujeres, con excepción de embarazadas.
*RZDÀUPDTXHPLHQWUDVUHDOL]yVXWUDEDMRGHFDPSRQRHQFRQWUyYLUtualmente a nadie que nunca hubiese bebido ayahuasca (kamalampi
o totsha). Como en otros casos ya vistos, quien la toma debe abstenerse de carne, alcohol, relaciones sexuales y contacto con mujeres
menstruantes. En la ceremonia de cura para los enfermos, la sesión
comienza cuando el chamán anuncia que irá a preparar la poción,
convidando a los otros a acompañarlo durante la ingesta más tarde.
Quienes lo desean se dirigen a la casa del chamán cuando la noche cae
y la bebida está lista. Una o dos horas después de oscurecer, el chamán enciende su pipa (el humo de tabaco atrae los buenos espíritus),
sopla para “animar” el brebaje y pide al espíritu-madre del kamalampi que lo ayude a curar. Se lo sirve luego a los participantes de la experiencia, repitiendo el mismo procedimiento. La primera señal de los
efectos es el sonido del viento a través de la selva, pequeñas luces aparecen en la oscuridad. Todos se sienten atemorizados y enojados. Ven
cobras saliendo de la choza, enrollándose en sus cuerpos y entrando
por sus bocas hasta el estómago. Pero estas visiones son consideradas
en cierto sentido “falsas”; las “verdaderas” aparecen cuando el chamán canta y el espíritu de la madre del kamalampi aparece como una
130
Ayahuasca, medicina del alma
mujer entonando sus propias canciones. Más espíritus amigos llegan
entonces cantando sus propias melodías. El miedo da lugar a un estaGRGHWUDQTXLOLGDG/RVSLURVDÀUPDQTXHFRQHOHIHFWRGHOkamalampi
no sólo viajan a otros lugares, caminos, aldeas y paisajes distantes;
también lo hacen al pasado y al futuro. Ven a los vivos, a los muertos
y a los “seres poderosos” como si fuesen gente. En general consideran
la experiencia como positiva, sin embargo no conversan sobre las visiones y vivencias que tuvieron durante el trance.
Sharanawa
(O QRPEUH GH HVWD HWQLD VLJQLÀFD ´EXHQD JHQWHµ HV SUREDEOH TXH
antiguamente fuese usado para referirse a una de las mitades de los
linajes de este pueblo de la familia pano. Se autodenominan onikoin.
Los subgrupos yaminahuas6\PDUDQDZDVHQODOLWHUDWXUDHWQROyJLFD
a veces son asimilados a este grupo, puesto que hablan lenguas mutuamente comprensibles, al menos en cierto grado. En el estado de
$FUH %UDVLO YLYHQXQRVFXDWURFLHQWRVPiV PDULQDZDRDUDUDVKDZDnaua). Y en Bolivia, en zonas fronterizas con Brasil y Perú, alrededor
GHGRVFLHQWRV\DPLQDZDVH[LVWHQUHSDUWLGRVHQFXDWURFRPXQLGDGHV\
asentamientos dispersos. La matrilocalidad es bastante estricta, por
ORTXHORVYDURQHVSUHÀHUDQODHQGRJDPLDGHQWURGHXQDPLVPDDOGHD
y los matrimonios entre primos cruzados. Es una preferencia que reÁHMDORVYLHMRVWLHPSRVGHJXHUUDFXDQGRHUDSHOLJURVRVHUH[WUDQMHUR
VLQSDULHQWHVHQRWUDDOGHDVKDUDQDZXD(VXQRGHORVSRFRVSXHEORV
indígenas de la actualidad en los que predomina la población femeniQDVLELHQQXQFDVHUHFXSHUDURQGHOLPSDFWRGHPRJUiÀFRTXHHQWUH
\VLJQLÀFyODPRUWDQGDGGHFDVLXQGHODSREODFLyQD
causa de epidemias de sarampión, gripe y tos ferina, además del acoso
sufrido a manos de colonos y caucheros que buscaron esclavizarlos
desde que se enteraron de su existencia a principios del siglo XX. De
hecho, se vieron forzados a huir de su territorio tradicional en la zona
LQWHUÁXYLDOGHODVQDFLHQWHVGHOUtR7DUDXDFiGHOODGREUDVLOHxRSRU
otros indígenas que huían de los patronos caucheros. En el presente,
su actividad económica principal es la horticultura, tanto en terrazas
altas como en las playas limosas del río o barreales, apropiadas para
el arroz, además de la pesca y caza y la fabricación de canoas o hamacas para la venta.
(WQLDV PDVWDQDZD FRQVLGHUDGD WDPELpQ FRPR VKDUDQDZD ERURQDZD FKDQGLQDZD
FKLWRQDZDFRURQDZDPDVUDRQDZDPD[RQDZDQHKDQDZDQL[LQDZD\[DRQDZD
Etnografías y crónicas
131
Uso de ondi. En este pueblo, tanto la liana como la bebida hecha a
partir de hojas de pishikawa y batsikawa (dos especies de Psychotria)
son llamadas ondi o yuri, yuuri o rami7DPELpQVHUHÀHUHQDODEHELGD
y a las visiones y cantos que la acompañan con el término rami (“cambio
o transformación”), manifestando el proceso de cambio de una visión a
otra en los trances. Durante la estación seca puede haber ceremonias
colectivas dos o tres veces por semana; y en la lluviosa, tres o cuatro veces por mes. Al iniciar una nueva roza en plena selva o en una partida
de caza, cuando ven lianas creciendo de modo silvestre las recolectan
en pedazos de unos 60 centímetros y los llevan a la aldea, o describen
al chamán su localización. A las tres de la tarde suele comenzar la preparación y a las ocho de la noche, la ceremonia. Los hombres se sientan
sobre troncos, uno al lado del otro, hacen una fogata y dicen: “Déjame
tener buenas visiones”. Encienden tabaco o una planta perfumada (ocimum micranthum) para protegerse de malas visiones. De vez en cuando se levantan y vomitan en el fuego y regresan a sus lugares. Cantan
calmadamente, aumentando el ritmo. Cuando se ingiere más ondi, las
visiones en forma de arabescos dan lugar a la aparición de una bella
mujer ricamente adornada (el espíritu de la bebida). Aquellos que salen
del trance discuten con calma sus visiones; en cambio, a los que permanecen en un trance profundo y aterrador, el chamán les sopla tabaco en
la cara o les coloca plantas perfumadas en la nariz.
Además de los rituales colectivos, tras un año de iniciación el chaPiQSXHGHRÀFLDUFHUHPRQLDVH[FOXVLYDVSDUDODFXUDGHXQDGROHQFLD
en particular, durante las cuales bebe la poción todos los días bajo una
estricta dieta y abstinencia total. Para curar a los enfermos, los sharaQDZDVFXHQWDQWUDGLFLRQDOPHQWHFRQXQDVHULHGHPpWRGRVHQKHULGDV
pequeñas aplican hierbas y hojas; los dolores de estómago y las diarreas
se tratan con frecuencia con cambios de dietas y en casos graves se usa
humo y frotamiento. Gracias a su buen sentido práctico aceptaron rápidamente la penicilina y los antibióticos llevados por los misioneros, sin
embargo su fe en los chamanes no ha cesado.
La antropóloga Janet Siskind (1976), de Nueva Jersey, ha pretendiGRGHPRVWUDUTXHODH[SHULHQFLDYLVLRQDULDHQWUHORVVKDUDQDZDVHVWi
estructurada como una forma de comunicación entre el paciente y el
chamán, y que tales comunicaciones están relacionadas con la organi]DFLyQYDOLGDGDFRQVHQVXDOPHQWHGHVXPXQGRVRFLDO$HVWHÀQUHDOL]y
un trabajo de campo en la aldea de Marcos entre 1966 y 1967, cuando
allí vivían veinticinco personas, de las cuales tres eran chamanes, CasKD%DLGR\1GDLVKLZDNDTXLHQUHVXOWyHOLQIRUPDQWHSULQFLSDOGHOD
autora. Dice Siskind:
132
Ayahuasca, medicina del alma
/RVFKDPDQHVVKDUDQDZDVXVDQUDUDPHQWHODWpFQLFDWDQFRmún en América del Sur de extraer chupando un dañino objeto mágico, a pesar de que los culinas, un vecino grupo de habla
DUDZDN VRQ WHPLGRV SRU VX KDELOLGDG GH PDWDU R FDXVDU HQIHUmedades arrojando dori, una sustancia mágica, al interior de los
FXHUSRVGHVXVYtFWLPDV/RVVKDUDQDZDVEXVFDQODFDXVDGHOD
enfermedad en una visión inducida por la ayahuasca, y el chamán
la cura cantando. Puede curar todas las enfermedades, salvo las
causadas por grandes cantidades de dori. Estos casos son enviados con frecuencia a que se curen en la aldea culina. Por lo tanto
todas las muertes son atribuidas a los culinas, puesto que se dice
que las demás enfermedades pueden curarse con el cantar de los
chamanes.
6LVNLQGDÀUPDTXHODVFDQFLRQHVHVWiQKHFKDVHQXQDIRUPDHVRWprica, metafórica y difícil de comprender en su propio idioma, y tratan
generalmente sobre el medio natural, las variedades de plátanos, los
diferentes animales y también sobre los objetos peruanos “descubiertos” hace pocas generaciones, como barcas de motor, aviones y radios,
que sin duda han sido incorporados como “objetos de poder” en la imaginería terapéutica. Cada síntoma y cada enfermedad se tratan con una
gran variedad de canciones, más o menos potentes en sus efectos, y
éstas también podrían usarse para enfermar. Al igual que sus vecinos
NDVKLQDZDVODLQLFLDFLyQGHOFKDPiQDSUHQGL]GXUDDSUR[LPDGDPHQWH
XQDxRHQHOTXHGHEHVXSHUDUDOFRPLHQ]RODVWHUURUtÀFDVYLVLRQHVGH
serpientes para, poco a poco, ayudado por cantos, “atraer” nuevas visiones más complicadas. Se debe mantener igualmente celibato y dieta
estricta. En algún momento el aprendiz logrará ver al “hombre de la
ayahuasca (ondi) que ayuda a los chamanes”.
La selección de canciones se basa no sólo en los síntomas del paciente sino también en sus sueños. Estas imágenes oníricas pueden de
SURQWRFRLQFLGLUFRQODVFDWHJRUtDVFRQTXHORVFKDPDQHVKDQFODVLÀFDGR
las canciones y los síntomas, de hecho ésas son las que el chamán selecciona del conjunto de imágenes. Siskind brinda una serie de ejemplos
de los que extraemos el siguiente:
/DFXxDGDGH1GDLVKLZDND>HOFKDPiQ@7RPXKDHPSH]yDYRmitar; le dolía el hígado y deseaba ardientemente morir. Su suegro
IXHDEXVFDUD1GDLVKLZDND pVWHWUDEDMDEDHQWRQFHVIXHUDGHOD
aldea). Llegó al día siguiente. Preguntó a Tomuha qué había soñado y ésta describió haber visto una alta ribera a la orilla del río. Al
día siguiente, Tomuha se sintió un poco mejor, pero todavía estaba
muy enferma; entonces él fue a buscar ayahuasca, la coció y por
la noche se la bebió. Vio una alta ribera y a Tomuha sentada sola
Etnografías y crónicas
133
en ella. Un culina se acerca y le dice: “Vas a morir, Tomuha”, y le
arroja una sustancia mágica que la hace vomitar y gritar. “Pero
yo estoy aquí”, dice el chamán, “sacudo mi espada y el culina tiene
miedo y huye corriendo. Y tú no vas a morir, Tomuha”. Entonces
el chamán se puso a cantar sobre dori, la sustancia mágica. Vio a
Tomuha que venía río arriba, sola en una canoa. Estaba curada.
Vale aclarar que Tomuha, casada con el hermano menor del chamán, tenía una madre culina, cuyo segundo matrimonio fue con un
hombre culina. Muchos de sus parientes han muerto con enfermedades
atribuidas a la hechicería del vecino grupo.
Según Siskind, la mayoría de los símbolos descriptos en estos sueños
y de las visiones de ondi del chamán son un eco de mitos e historias:
con frecuencia la transformación de hombres en animales y viceversa,
GDGRTXHVHJ~QHOPLWRVKDUDQDZDWRGRVORVDQLPDOHVIXHURQHQVXRULgen humanos o doku kuscura (“de nuestro tipo”). Para la antropóloga,
la interacción del lenguaje de las visiones y el lenguaje de los sueños,
TXHVHDSUHQGHGHQWURGHOVLVWHPDLQWHUSUHWDWLYRVKDUDQDZDWUDQVPLWH
un mensaje permanente: la vida sólo es posible dentro del círculo de
parentesco; los extraños, “la otra gente” (yura wutsa) son sospechosos.
Una nota curiosa es el uso del cactus chai (Opuntia sp.), que entre
ORVVKDUDQDZDVFRPSDUWHHOPLVPRHVWDWXVTXHODBanisteriopsis caapi.
A veces se usa como aditivo en el brebaje y otras únicamente el cactus. Hoy se sabe que al menos cuatro especies de este género contienen
como principio psicoactivo la mescalina.
(Q FXDQWR D ORV VKDZDQDZDV YHFLQRV GHO RWUR ODGR GHO UtR $FUH
hemos conocido en nuestros propios trabajos de campo –junto con el
médico psicoterapeuta Ariel Roldán de la Fundación Mesa Verde– a
GRxD )UDQFLVFD \ VX KLMR 7XFKDZD GH OD FRPXQLGDG GH &UX]HLUR GR
Sul, Brasil. Doña Francisca es una de las pocas chamanas reconocidas
RÀFLDOPHQWHPHGLDQWHXQGRFXPHQWRGHODOMS. Además de ayahuasca,
suelen usar en sus ceremonias rapé de tabaco, cambó (droga extraída
de un sapo de la región) y sananga (jugo de una raíz), con los cuales se
pretende “limpiar” todo el cuerpo y aumentar los efectos propios del
EUHEDMH 6RUSUHQGHQWHPHQWH 7XFKDZD ²KDEODQWH SDQR² GHQRPLQD
payé al chamán y timbú a la ayahuasca, vocablos que son indudablePHQWHJXDUDQtHVORTXHDEUHXQFDPSRGHLQYHVWLJDFLyQHWQROLQJtVWLFR
e histórico muy interesante.
Yaminahua
Se trata de una etnia sin autodenominación, perteneciente a la faPLOLDHWQROLQJtVWLFDSDQR+DELWDQHQORVGHSDUWDPHQWRVSHUXDQRVGH
134
Ayahuasca, medicina del alma
Ucayali y Madre de Dios: ríos Purús, Curanja, Piedras, Mapuya, Huacapishtea y Tahuamanu, y en la misión domínica de Sepahua. En Brasil están establecidos en la zona de los ríos Chandless y Yurúa (estado
de Acre). También se los encuentra en Bolivia.
Las primeras exploraciones en su territorio se dieron en el siglo XIX,
y el primer contacto directo con el mundo occidental fue durante el
violento período del caucho. A comienzos del siglo XX, de un 50 a un
70% de la población fue eliminada por enfermedades contagiosas. A
partir de 1930 llega una nueva oleada de población mestiza dedicada
DODH[WUDFFLyQGHPDGHUDVÀQDV&XDWURGpFDGDVGHVSXpVKDFLD
las presiones territoriales de los madereros los obligaron a desplazarse
hacia áreas tradicionalmente ocupadas por los yuras (o amahuacas),
WUDVODGRTXHJHQHUyWHQVLyQ\FRQÁLFWRV6XRUJDQL]DFLyQVRFLDOVHHQcuentra constituida por redes bilaterales egocentradas de parentesco,
es decir que existe una organización dual en categorías opuestas con
intercambio directo y constante de mujeres en matrimonio y favores
rituales. Los nombres dados a un recién nacido lo ubican en una u otra
mitad social. El matrimonio es bilateral de primos cruzados. Este sistema dual se corresponde con su idea de “alma”, la cual se subdivide en
dos clases opuestas y complementarias: roa y dawa, y todos los seres
vivos se dividen asimismo en dos grupos.
Uso de yori. Entre los yaminahua, el yori o shori se bebe periódicamente, después de su colecta en la selva. Las dos mitades de la sociedad
lo beben en forma conjunta y comienzan a cantar de manera competitiva, cada una obedeciendo al patrón de danzas de su mitad, enumerando
los espíritus animales asociados a la mitad correspondiente. La capacidad de sumirse, controlar y aprender de la experiencia visionaria es
considerada una parte importante de la actividad de un hombre adulto
normal. Los chicos comienzan a beber yoriWDQSURQWROOHJDQDOÀQGHOD
pubertad, pues su consumo es parte de la iniciación y del proceso que
los torna adultos completos. La persona posee tres partes: yora (cuerpo), diawaka (la sombra, la conciencia cotidiana, la mente) y wero yoshi
(espíritu, la esencia vital, que a diferencia de la diawaka tiene débil
ligazón con el cuerpo y a menudo lo abandona: en sueños o en el trance
de yori).
*UDKDP7RZQVOH\ HWQyORJREULWiQLFRTXHYLYLyFRQXQJUXpo de yaminahuas en el este de Perú en los años 80, intentó conocer
en profundidad el misterio de esos cantos “esotéricos” o “secretos” de
los que habla Siskind, y concretamente contribuir a descifrarlos, tarea
durante la cual concluyó que el modo de conocimiento de los yaminahuas es “inconcebible” para el modelo de conocimiento occidental.
Etnografías y crónicas
135
7RZQVOH\ UHYHOD TXH OD LPDJHQ FHQWUDO TXH SUHVLGH WRGR HO XQLYHUVR
del conocimiento chamánico en esta etnia es la de los yoshi, espíritus
o sustancias que “animan” a todas las cosas de la naturaleza y a los
VHUHVKXPDQRVIXHQWHGHORVSRGHUHVFKDPiQLFRV/DDPELJHGDGtQsita en estos espíritus permite explicar las enfermedades, los hechos
misteriosos y oscuros y su propia cualidad inteligente y volitiva en un
reino suprasensible, que los hace difíciles de conocer. Uno de los modos de acercarse a esta naturaleza refractaria, paradójica y cambiante
de los yoshi es a través del lenguaje elíptico de los cantos, transformándolos en “senderos” que conducen a tales potencias o esencias animadas. Normalmente el chamán canta bajo los efectos de la ayahuasca (yori) y aunque cualquier hombre puede cantar en lenguaje ordinario para acompañar y hacer más claras las visiones, únicamente el
chamán canta mediante koshuiti, esto es, “circunloquios metafóricos
y términos insólitos para designar las cosas corrientes que son arcaísmos o extranjerismos [utilizando] complejas analogías: así, ante una
enfermedad el chamán canta a la luna, a un animal o, quizá, canta un
mito, y la forma general de la canción adopta la extensa analogía del
contexto real en el que se desarrolla el canto [siendo muchos de ellos]
incomprensibles casi por completo para el que no es chamán […] De
este modo la noche pasa a ser «el tapir veloz», el bosque se denomina «el cultivo de los maníes», los peces son «los pecarís» (puesto que
sus oídos se parecen a los puntos blancos del cuello del pecarí), los
MDJXDUHV VRQ ©FHVWRVª SRUTXH ODV ÀEUDV GHO WHMLGR IRUPDQ XQ GLEXMR
similar a las manchas del felino), las anacondas son «hamacas», etc.
La mayoría de los yaminahuas son incapaces de comprender estas
metáforas esotéricas […] que [los chamanes] llaman tsai yoshtoyoshto,
©OHQJXDMH WUHQ]DGR R DODPELFDGRªµ 7RZQVOH\ &RQFUHWDPHQWHDÀUPDQORVVDQDGRUHVTXHFRQSDODEUDVQRUPDOHV´VHHVWDPSDUtDQ
contra las cosas”, mientras que el lenguaje alambicado (o doble y entrelazado, como traducen Narby y Huxley, 2001) permite acercarse un
poco, rodearlas y verlas claramente. La canción es el sendero que el
chamán elabora y recorre mientras sustenta y dirige sus visiones. Con
PHWiIRUDVTXHGLULJHQODDWHQFLyQKDFLDODVtQÀPDVVLPLOLWXGHVHQWUH
lo disímil, tal como también las usa cierta poesía europea, el chamán
LQWHQWDDÀQDUVXVLPiJHQHVDOPLVPRWLHPSRTXHFUHDXQHVSDFLRHQ
el que sus visiones pueden desarrollarse y describir del mejor modo
posible el mundo de los yoshi. Lo único que se nombra directamente,
sin el lenguaje “enrevesado”, es el cuerpo del paciente en el momento
preciso en que las imágenes de la canción deben estamparse contra
él, produciendo un determinado efecto en la curación. Esto es posible
desde que el modelo cognitivo yaminahua no considera una “mente”
136
Ayahuasca, medicina del alma
al estilo occidental, en tanto receptáculo interior de pensamientos y
VLJQLÀFDGRVWRWDOPHQWHVHSDUDGRGHOUHVWRGHOPXQGR3RUHOFRQWUDrio, lo que nosotros llamaríamos “procesos mentales” se asocian con
los yoshi (no humanos) fuera del cuerpo, participando de la misma
naturaleza. En ese sentido, no estaría tal concepción muy alejada de
aquellas, quizá marginales, que también surgieron en Occidente y que
el escritor inglés Patrick Harpur agrupa como el modelo del inconsciente colectivo (Jung), y más cerca aun estaría de la reformulación
que directamente con el nombre de alma hacen posjungianos como
James Hillman; el modelo del anima mundi (neoplatónicos); la idea de
“imaginatio” (escritores románticos del siglo XIX como William Blake
y William B. Yeats) y su relación con los daimones o entidades ambiguas mediadoras.7
Shipibo-konibo
Pueblo de lengua pano ubicado en los departamentos Ucayali y
Loreto en numerosas comunidades a lo largo del curso medio del río
8FD\DOL \ VXV DÁXHQWHV RULHQWDOHV \ RFFLGHQWDOHV 'H QRUWH D VXU HO
territorio shipibo-konibo empieza en la zona de Iberia, al sur de Requena, y termina algunos kilómetros al sur de la ciudad de Bolognesi.
Muchos viven en los asentamientos urbanos de Pucallpa-Yarinacocha.
$OJXQDYH]ODOLWHUDWXUDHWQRJUiÀFDORVGHQRPLQy´FKDPDVµHWQyQLPR
completamente en desuso dado que sus representantes lo consideran
GHVFDOLÀFDQWH Shipi es un tipo de mono y bo VLJQLÀFD ´JHQWHµ 'HO
mismo modo, coni es un tipo de pez del Ucayali. Como muchas naciones originarias de estirpe cazadora-recolectora, su autodenominación
VXJLHUH TXH HQ VXV DQWLJXDV FUHHQFLDV ÀJXUD OD GH VHQWLUVH GHVFHQdientes de uno de estos animales de la selva, a los que debían cazar o
pescar con cierto control.
A mediados del siglo XVII, misioneros jesuitas y soldados en exploración por el Ucayali realizaron los primeros contactos con los shipibos, quienes los rechazaron con las armas. Recién en 1680 los jesuitas
lograron establecer una misión entre los shipibos en competencia con
los franciscanos. Fuertes epidemias y la muerte de cientos de guerreros konibos, llevados por el padre Enrique Richter en una expedición
contra los shuars en la zona del Marañón, hicieron que entre 1695 y
1698 los shipibos se aliaran a los konibos y shetebos en una suble-
7. Para profundizar esta cosmovisión presente en muchas culturas tradicionales, pero
también según Harpur entre neoplatónicos, alquimistas, poetas románticos y ciertos
ocultistas occidentales, véase Patrick Harpur (2006, 2007).
Etnografías y crónicas
137
vación generalizada. En 1755 son reiniciadas las misiones con estos
grupos pano, esta vez a cargo de los franciscanos. Tras varios intentos
frustrados, los misioneros lograron en 1760 establecer contacto con
los shetebos, y cinco años más tarde fundaron tres misiones entre los
shipibos.
Con el tiempo, y al producirse nuevas epidemias, los shetebos, konibos y shipibos que vivían en diferentes tramos ribereños del Ucayali
ïQRUWHFHQWUR\VXUïVHVREUHSXVLHURQDVXVHQHPLVWDGHVWUDGLFLRQDOHV
y se aliaron para rechazar a los misioneros bajo el liderazgo del shetebo
Runcato. Los franciscanos retornaron veinticinco años después de la
rebelión, cumpliendo su labor misional de manera intermitente hasta 1824, fecha de la independencia bajo el gobierno de Simón Bolívar,
cuando los misioneros españoles fueron retirados. En ese período se
inició una gradual fusión de shetebos, konibos y shipibos, proceso que
terminó a mediados del siglo XX'XUDQWHHOERRPGHOFDXFKRDÀQHV
del XIX, los shipibo-konibos se ponen a las órdenes de los patrones caucheros para la caza de esclavos entre otros grupos indígenas fuera de
la planicie inundable del Ucayali, como amahuacas, asháninkas, matVLJXHQJDVHQWUHRWURVDFDPELRGHELHQHVPDQXIDFWXUDGRV$OÀQDOL]DU
OD´ÀHEUHµGHOFDXFKRSDVDURQDWUDEDMDUHQODVKDFLHQGDVHVWDEOHFLGDV
por los antiguos patrones caucheros. En 1930 se instalan los primeros
misioneros protestantes y se originan las primeras “comunidades nativas”. El proceso acelerado de urbanización de Pucallpa, hacia 1965,
supuso un fuerte impacto sobre esta cultura. Muchas familias se establecieron en la periferia de dicha ciudad y en el vecino pueblo de Yarinacocha en busca de mejores niveles de vida.
Según versiones recogidas por Clara Cárdenas Timoteo (1989), los
shipibo-konibos tenían una cosmogonía cíclica por la cual, tras una
primera época de indiferenciación cósmica, emerge la identidad con la
SUHVHQFLDGHGRVÀJXUDVVHxHUDVOD/XQD\HO,QFDPHGLDQWHXQDRUGHnación del mundo, la introducción del cultivo, la bebida y el fuego. PosWHULRUPHQWHH[LVWLyXQGLOXYLRïQRFLyQTXHVHJ~QUHFRQRFHQORVSURSLRV
misioneros y cronistas del siglo XVII, ya conocían antes de la llegada de
ORVFULVWLDQRVïFX\R~QLFRVREUHYLYLHQWHUHFUHyDODKXPDQLGDGJUDFLDV
al envío sobrenatural de una mujer. Sus deidades son espíritus (yoshin)
del agua, el monte, los árboles, la lluvia, los muertos, a los que hay que
agregar a Vari o Bari Inca (el Sol) y Ushe (la Luna, considerada personaje masculino).
En cuanto a las plantas, cada una de la inmensa variedad que los rodea, tiene un espíritu-madre (ibo), que a la vez es dueño y protector esSHFtÀFRGHHOOD\HQWHFRQH[LVWHQFLDSURSLD3RUVXSXHVWRSRVHHQXQibo
especial las plantas medicinales, alucinógenas y rituales. Estas últimas
138
Ayahuasca, medicina del alma
VHFODVLÀFDQFRPRrao porque tienen poder; el resto de las plantas son
raoma (ma HVVXÀMRGHQHJDFLyQHVGHFLUQRVRQrao) (Tournon, 2002).
Uso de nishi. Guillermo Arévalo Valera fue el primer chamán shipibo-konibo que decidió escribir acerca de las prácticas de sanación milenarias de su pueblo. En un artículo publicado en 1986 en la revista América Indígena, tras haber trabajado un tiempo en el proyecto
AMETRA-Ucayali para el rescate de una tradición que, él mismo admitía,
se estaba perdiendo por el impacto de la cultura occidental, don GuillerPRFRPHQWDODVFDUDFWHUtVWLFDVHVSHFtÀFDVGHOXVRGHODD\DKXDVFDHQ
este grupo. En primer lugar, señala que los shipibos conocen la “liana
de ayahuasca verdadera o legítima” (nishi con u oni con), que se presenta en tres variedades según el color: panshin oni, conocida por su jugo
amarillo; josho oni, de existencia escasa y jugo blanco; y huizo oni, de
corteza oscura y zumo marrón oscuro.
La variedad panshin oni está representada por diferentes
espíritus-madres: a) la serpiente (boa). En shipibo esta planta se
llama ronin oni o ronin ayahuasca (ronin: serpiente). b) El grillo (saltamontes). En shipibo esta planta se llama champo oni
o champo ayahuasca (champo: grillo). c) La chicua (pájaro). En
shipibo esta planta se llama chisca oni o chisca ayahuasca (chisca: chicua). La chicua es un pájaro mensajero, tanto para los curanderos como para los miembros de la comunidad. Presagia por
intermedio de su canto el bien y el mal que se va a presentar.
Cuando el pájaro canta chishcaa es un mal anuncio y cuando se
trata de rish rish es un buen anuncio. Este pájaro vive siempre
junto a la ayahuasca. A simple vista no se pueden distinguir estas
representaciones de la ayahuasca, sólo el curandero puede reconocerlas por medio de la toma y las visiones.
Arévalo Valera informa también que existe otra clase de ayahuasca,
que crece en las partes altas y en algunos lugares del Ucayali, denominada nishi camaranti, menos gruesa que el oni con y en tres variedades: quinquin camaranti (quinquin: legítimo), huizo camaranti y bata
camaranti (bata: dulce). Finalmente, hay otras dos clases más: la chahua:
ayahuasca silvestre de las partes altas, que también se domestica y posee
un tronco suave, y la chai ayahuasca (chai: cuñado) que se parece mucho
a la legítima pero no posee propiedades visionarias. Añadamos sobre la
primera de ambas que es considerada por los curanderos actuales como
perteneciente a espíritus negros; su “madre” (espíritu) es un puercoespín
y muchos chamanes que la usaron murieron con úlceras en el intestino.
También la chahua se conoce en tres variedades: la visionaria, pei queneya
Etnografías y crónicas
139
(“hoja” y “diseño”), que solamente se utiliza en forma de vomitivo y en baños de vapor para tener suerte en la caza y la pesca, y la tonco, poco usada,
con muchos nudos y color oscuro. Usualmente la preparación se cocinaba
junto con las hojas del arbusto cahua (chacruna, Psychotria viridis) en olla
de barro con capacidad de 10 a 12 litros, en forma estrictamente cuidadosa
y en ayunas. Tradicionalmente la liana es recolectada en la mañana. A
veces, en el instante en que se recoge, se escucha el canto del pájaro chicua,
y de acuerdo con los sonidos ya mencionados se recolecta con tranquilidad
o no se lo hace. El maestro, su mujer o un discípulo se ocupan de la elaboración. Se machacan quince trozos de treinta centímetros cada uno de la
liana, se acomodan sobre un manojo de hojas de chacruna y nuevamente
se añaden dos o tres manojos de chacruna. Seguidamente se agrega agua,
sin llenar la olla. Cuando se consume un litro y medio, se retira del fuego,
se separan las hojas y trozos, y el líquido que queda se sigue concentrando
hasta medio o un cuarto de litro. Luego se deja enfriar quince minutos
para que el brebaje no sea tan amargo. En el pasado se guardaba en una
vasija de barro; actualmente se usan botellas de vidrio o plástico.
Los aditivos más usados son otras “plantas maestras” con “espíritus
superiores”, entre las que se encuentran algunas psicoactivas: toé ÁRULpondio), marosa, chiric-sanango, sanango, tabaco, soija, murcohuasca,
camalonga, etc.; las que solamente hacen soñar: chuchuhuasi, chullachaqui, lupuna, piñón blanco y negro, remocaspi, catahua, ojé, etc., y
las usadas para el amor, la pesca y la caza: renaco, uña de murciélago,
motelo-huasca, entre otras.
Para la adquisición de los poderes chamánicos existen dos formas de
dieta: 1) el ayuno o sama cushi, que implica no dejarse ver ni conversar, permanecer en la cama durante varios días y beber líquidos; y 2)
la dieta estricta: abstención sexual y social, no comer sal, dulce, condimentos, picante, ácidos, algunos pescados ni otros animales, y preparar
los alimentos el propio aprendiz o curandero. “[Esto] tiene por causa
que los espíritus son muy celosos y débiles, y además, que los espíritus
de los animales y peces muertos hacen la guerra a los espíritus de las
SODQWDVµDÀUPD$UpYDOR9DUHOD
Los poderes chamánicos provienen por herencia, por elección de los
espíritus o voluntariamente, con o sin maestro. El onanya o unania es
el chamán; conoce de primeros auxilios, de poderes mágicos y plantas
medicinales. El meraya o muraya es una categoría ya casi inexistente,
una especie de suprachamán o mago que poseía las enseñanzas de los
espíritus semidivinos. Don Antonio Muñoz Díaz, informante principal
de la Fundación Mesa Verde, contaba que un tío abuelo suyo había sido
el último meraya, allá por la década de 1950. El yubé o yobué es el brujo
especializado en extraer dardos mágicos.
140
Ayahuasca, medicina del alma
Algunos curanderos han obtenido conocimiento de ambos campos mágicos; el bien (la medicina celestial) y el mal (yushin); otros,
sólo en el mal, y muy pocos, sólo en el bien. (Arévalo Varela, 1986)
La toma se efectuaba tradicionalmente a la intemperie, sobre unos
asientos de estera hechos de hojas de palmera o plátano. Se ingiere
cuando se calcula yantán o yame vashe, esto es, entre las nueve y las
diez de la noche. Todos forman un círculo. Tras silbar una melodía sobre el líquido, el maestro da de beber al iniciado, luego ingiere él y
ÀQDOPHQWHORVRWURVSDUWLFLSDQWHV/XHJRVRSODKXPRGHVXSLSD SUHviamente preparada con melodías mágicas) sobre la cabeza del iniciado
y los demás. Este acto es para expulsar los malos espíritus y lograr una
buena “mareación” (ebriedad o trance). Durante la misma, el chamán
canta a viva voz limpiando el cuerpo del iniciado desde los pies hacia
arriba. A medida que la limpieza va subiendo pueden producirse nauseas y vómitos: “En una próxima sesión se limpia la conciencia, en
otra el espíritu, y luego viene el ordenamiento de los órganos de los
sentidos, el corazón, el habla, la risa. En esa etapa, los espíritus traen
perfumes muy aromáticos y se aplican baños de sauna al iniciado”, dice
Arévalo Varela. Luego le enseñará a fumar y tragar de dos a cuatro
veces el humo de una pipa especial, con lo cual potenciará el trance. DuUDQWHODVHVLyQHOFDQWRDWUDHDGLYHUVRVHVStULWXVTXHVHPDQLÀHVWDQ
como seres humanos, pájaros, boas, etc. Los símbolos de la medicina
SXHGHQ VHU YHVWLGRV VRUWLMDV ÁDXWDV FRURQDV SODQWDV \ EDQGHULQHV
Los colores de la medicina son blanco y amarillo; azul, verde y rojo
corresponden tanto a medicina como a brujería (shitana en quechua).
El color negro es shitana pura. Más adelante suele haber una sesión
más intensa, que dura toda una noche; allí, de la mano del maestro,
el iniciado ya es guiado en un verdadero “viaje de reconocimiento” por
ciudades y mundos maravillosos, donde conoce a los ibos (espíritus dueños o dioses) de la medicina.8 El estado de conciencia alcanzado es muy
profundo. Con el tiempo el iniciado deberá capacitarse para diferenciar
los espíritus de las plantas, los terrenales y los infernales, las melodías
para prevenir y curar enfermedades, las de amor y las que rescatan
almas perdidas, además de comenzar a practicar su arte. Su “diploma” serán las arkanas o cano, representación de sus poderes que se le
entregan en una sesión: maiti, una corona de oro; paoti, un collar con
8. Los tres espíritus amos y generadores de los diseños-cantos-medicinales son Ani Ino, el
Gran Jaguar; Ronín, la mítica anaconda cósmica, madre del agua; y Nishi Ibo, el espíritu
de la planta de ayahuasca.
Etnografías y crónicas
141
hilos de oro; boman, la fuerza de la mente en forma de sustancia blanca;
tari (o cushma, en quechua) que representa la medicina curanderil; y
por último la transmisión del yachay (queñón en shipibo), el tronco del
poder mágico que el maestro, ayudado con la toma de humo de tabaco,
HUXFWDHQIRUPDGHÁHPDGHXQRVFHQWtPHWURVGHODUJR(ODSUHQGL]
lo recibe en la punta de la lengua, lo ingiere y fumando su propia pipa lo
acomoda dentro de su pecho. Ese material permite extraer “dardos”, dolores, enfermedades. El arkaneo prosigue en varias sesiones más, donde se dota al iniciado de una sortija de oro que lo convierte en huesero
\VHOHGDQGLYHUVRVFDQWRVSDUDGLVWLQWDVHQIHUPHGDGHVHVSHFtÀFDVGH
poderes para defenderse contra los brujos, etc. Con su primera curación
H[LWRVD\XQDÀHVWDODFRPXQLGDGUHFRQRFHDOQXHYRFKDPiQVKLSLER
Los shipibo-konibos son conocidos por la belleza de sus artesanías,
en las que imprimen obsesivamente diseños geométricos tradicionales,
cuya conexión con el chamanismo y las visiones del nishi oni no hace
tanto tiempo comienza a ser develada por los etnógrafos. Tanto en el
teñido o bordado de sus textiles, tari (toga masculina) o chitonti (faldas
femeninas), como en el decorado de cerámicas, tazas y chomos (ánforas
para el masato), así como en pintura facial festiva (costumbre ya casi
desaparecida) y el ensartado de cuentas (cháquiras) para muñequeras y collares, aparecen los milenarios y típicos patrones geométricos,
cuya comprensión es imposible sin saber que son materializaciones de
diseños “virtuales” proyectados por el chamán durante su trance con
ODEHELGDSDQDPD]yQLFD ÀJXUDV\ (QHIHFWRODWHUDSLDVKLSLER
konibo es esencialmente una visión de diseños geométricos “mentales”,
luminosos y rítmicamente ondulantes aplicados al cuerpo del paciente.
Esos mismos diseños forman la piel de Ronin que, para la mitología de
este pueblo, es la anaconda cósmica sobre la que se basa el universo.
Angelika Gebhart-Sayer, antropóloga de la Universidad de Tubinga
(Alemania), contribuyó grandemente al avance cognitivo de las ideas y
prácticas chamánicas entre los shipibos con su ya clásico trabajo sobre
los diseños visionarios de la ayahuasca y su trabajo de campo en la
aldea de Caimito entre 1981 y 1983. En el primero plantea que una de
las tantas tareas de los muraya era “conseguir diseños de los espíritus
y pasarlos a las mujeres encargadas de su materialización artística. Así
el muraya tenía una función clave en el arte y sobre las ideas religioVDVGRPLQDQWHVTXHTXHGDEDQVLPEyOLFDPHQWHFRGLÀFDGDVHQGLVHxRV
y motivos individuales. [En el pasado] las ceremonias de pubertad de
las adolescentes eran fundamentales tanto para la vida religiosa como
para la actividad artística de las mujeres. Entonces es cuando se concentraban las mejores piezas de vestido, ornamento, cerámica, armas,
etc., provenientes de extensas zonas del país shipibo-konibo […] Muy
142
Ayahuasca, medicina del alma
poco se conoce actualmente sobre el contenido semántico de los diseños
[…] los viejos aún conservan algunos conocimientos sobre las aplicaciones terapéuticas y el origen espiritual de los patrones (geométricos),
pero comúnmente los artistas contemporáneos no fueron iniciados en
los mensajes de los diseños […] gran parte de las alusiones y simbolismos de los diseños parecen haber sido accesibles únicamente a los
chamanes, a pesar de que eran efectivamente las mujeres las que elaboraban los diseños” (Gebhart-Sayer, 1986).
“Mi canción es el resultado de la imagen del diseño”: así le describe el fenómeno el onanya Neten-Vita, de la aldea Caimito, a GebhartSayer. O sea, una transformación sinestésica directa de lo visual a lo
acústico. Continúa:
No soy yo quien está haciendo la canción. Esta pasa a través de
mí como si yo fuese un radio [la canción con forma de motivo geométrico], penetra en el cuerpo del paciente y se instala permanentemente. Se dice que estos diseños curativos son delicados, intrincados y quiquin [del quechua: adecuados, armónicos, bellos]. Están
subdivididos en dos o más subáreas (shate) de diseños contrastantes, como el diseño de la piel de Ronin, la anaconda cósmica. A menos que resulte borrado o destruido por una nueva afección, este
motivo permanece con el paciente aún después de la muerte […] En
mis visiones, observo a Pino [el espíritu del colibrí, escribano de los
espíritus ayudantes] revolotear sobre el paciente. Con cada blandir
de sus alas aparece una parte del diseño, mientras yo voy cantando
la canción-diseño que recibí del dueño de los diseños. Pino dibuja los
diseños con su pico, su lengua o los deja caer de sus alas. No se me
revela ningún sentido de los diseños o motivos. Yo doy un vistazo
rápido y general a los diseños y luego la canción pasa por mí. Puede
haber más de cien diseños en una sola canción. Si trato de mirarlos
de cerca, se esfuman. Siento que los diseños y las melodías-ritmo
(maque) están rotando. Si el diseño se niega a aclararse, sé que no
puedo curar al paciente. Un brujo puede hacer que una persona se
ponga muy mal. En este caso, el diseño no es dibujado por el colibrí,
sino que sale de la boca del brujo. Consiste en líneas serpenteantes
separadas, como las de sus cifras aritméticas, que no están ligadas
QLÁX\HQFRPRHQORVGLVHxRVFXUDWLYRV
El número de sesiones necesarias para completar un diseño
curativo depende de la tenacidad con que el espíritu que provoca
la enfermedad luche contra el diseño; por lo general, un chamán
necesita de tres a cinco tratamientos de aproximadamente cinco
horas cada uno. Durante ellos el espíritu procura incesantemente
manchar o borrar el emergente diseño mediante sus contracanciones malignas y aura dañina […] En la terapia se utilizan por
lo menos seis clases de canciones: 1) la canción icaro sirve para
Etnografías y crónicas
143
el diagnóstico; 2) la canción huehua esboza el contenido de la visión y el tratamiento por seguir; 3) las masha amplían la shina
(mente, conciencia) del paciente, elevan o suavizan su ánimo; 4)
las shito-huehua (canciones chistosas) animan al paciente y lo inducen a la alegría y a la esperanza; 5) las manchari se cantan
para que un alma perdida retorne al cuerpo; y 6) las canciones
muchai solían entonarse durante los eclipses de luna. Expresan
la voluntad fuerte y positiva del chamán.
En la actualidad, pese al esfuerzo de rescate realizado en su momento por el proyecto AMETRA8FD\DOL FX\R ÀQDQFLDPLHQWR SRU SDUWH
del gobierno sueco cesó en los años 90, en las comunidades nativas quedan muy pocos auténticos chamanes que transmitan sus conocimientos
a las nuevas generaciones, en tanto éstas van perdiendo interés por
las tradiciones mágicas y curativas de sus antepasados. El uso de la
ayahuasca sin embargo es bastante común entre mestizos urbanizados, entre ayahuasqueros o “vegetalistas” que satisfacen la demanda
de los nuevos turistas new age neorrománticos que llegan a la ciudad de
Pucallpa-Yarinacocha, y entre las comunidades más cercanas como
6DQ)UDQFLVFR ÀJXUD ,QFOXVRVXXVRVHKDWUDVODGDGRDODFRORQLD
de shipibos residentes en el marginal “barrio” Nuevo Pachacútec, en
Lima. La Fundación Mesa Verde tuvo la suerte de compartir decenas
de ceremonias y conferencias con don Antonio Muñoz Díaz, uno de los
grandes chamanes shipibo-konibo del río Ucayali, quien se convirtiera
en nuestro principal informante en los últimos dieciséis años y aún nos
brinda su sabiduría y amistad.
Mai-huna (orejón)
Este grupo, resultante de una larga historia de migraciones y relaciones interétnicas con otros grupos tukanos occidentales provenientes de los ríos Napo, Putumayo y Caquetá, es conocido también como
“orejón” por su costumbre de deformarse las orejas con discos de balsa.
A veces se los cita como coto, payahua, payohuaje y tutapishco. PerteQHFHQDODIDPLOLDOLQJtVWLFDWXNDQRRFFLGHQWDO\VHXELFDQHQORVUtRV
Sucusari, Yanayacu, Algodón y Putumayo (departamento de Loreto).
Fueron sucesivamente explotados: como encomenderos en el siglo XVI,
por los colonos caucheros en el siglo XIX, por los patronos madereros en
la década de 1970 y por patrones agricultores en los últimos años. Se
encuentran organizados en cinco clanes patrilineales dispersos –dos de
ellos en proceso de extinsión– con residencia uxorilocal (la familia de la
esposa) mediante matrimonios exogámicos restringidos a dos clanes.
144
Ayahuasca, medicina del alma
Uso de yahe. Si bien se supone que para entrar en sus estados ampliados de conciencia los chamanes mai-huna antiguamente preferían
el toé o pei ÁRULSRQGLR HQORVWLHPSRVFRQWHPSRUiQHRVVXHOHQWHPHU
a esta peligrosa planta y usan el yahe (ayahuasca o yagé en su idioma).
La antropóloga Irène Bellier (1988) realizó un extenso trabajo de campo
HQWUH\MXQWRDHVWDHWQLD\HVFULELyVREUHORVVLJQLÀFDGRVGH
los cantos del yahe entre mujeres y hombres:
El canto de los hombres uha daihî se sirve de un lenguaje
particular cuyo conocimiento viene con la toma del yagé reservada a los hombres y permitida a las mujeres que no menstrúan:
los cantos de yagé evocan con palabras metafóricas la realidad
del otro mundo y los hombres, particularmente los chamanes
considerados sabios, nui guasakina ha, controlan el acceso y el
saber relativo a este mundo. En la dirección opuesta, los cantos
de las mujeres describen, también metafóricamente, la realidad de
VXV UHODFLRQHV FRQ ORV KRPEUHV \ OD GLÀFXOWDG GH YLYLU FLHUWRV
momentos. Las metáforas masculinas provienen de un fondo de
sabiduría y requieren una exégesis especializada. Las palabras
femeninas parecen escogidas entre el vocabulario ordinario,
pero las situaciones descriptas ahondan sus raíces en ciertos lugares de la mitología.
Los hombres cantan en un horizonte abierto por la ingestión del enteógeno, cantan a la otra realidad de este mundo que se encuentra tras
la realidad física, es decir el espacio de los espíritus, las potencias, las
fuerzas animadoras, y llegan a describir la apariencia de la “tierra primordial” o “paraíso” (miña bese) que se encuentra en el cielo. Las mujeres, en cambio, más prosaicas y en situación de dominación cultural e
ideológica, cantan su realidad circunscripta por el universo masculino
y de un modo vocalmente restringido en su forma: se dirigen como contrapunto a los cantos masculinos que se elevan a las potencias espirituales. Curiosamente, estas potencias asumen rasgos femeninos (“la
madre primordial”, “la madre del agua”, “la madre del temblor”, etc.),
pero los hombres mai-huna no temen a estas potencias por su naturaleza “femenina” sino por su calidad sobrenatural de fuerzas espirituales.
Todos los hombres toman yahe desde jovencitos y se familiarizan
con las visiones del otro mundo. Muchas veces lo mezclan con sanango
(maka pei ’iko) y sobre todo con tabaco de mascar (mito akueyi), que
preparan con hojas frescas, secadas mediante candela, pulverizándolas
y rociándolas con cenizas de corteza de cacao. Fuera del aprendizaje
chamánico propiamente dicho, todos los hombres están autorizados a
LQJHULUWDOHVSODQWDVGXUDQWHODVÀHVWDVFHUHPRQLDOHVGRQGHDSUHQGHQ
Etnografías y crónicas
145
sus cantos. El chamán, cuya voz siempre se hace sentir más destacada,
y que por su posición conoce mejor que cualquier otro hombre los cantos
rituales, es designado con los vocablos pei ûkuciki (“tomador de toé”) o
yahe ûkuciki (“tomador de yagé”), y también como nui guasaki agi (“el
que sabe mucho”).
Aunque en las sesiones de ayahuasca cada hombre puede entonar
su propio canto, la estructura cultural clásica crea una cierta armonía,
frecuentemente iniciada con una sucesión de sílabas que suenan dei
dei dei dege dei dei dei, marcando el ritmo. Bellier describe distintos
cantos: los que hablan del mundo de la ayahuasca, los que versan sobre
los poderes chamánicos y los de agresión chamánico-guerrera. De este
último tipo reproducimos parcialmente uno:
El canto de Memenuko, por Artemio: Memenuko uha
Dei dei dei dege dei dei dei.
Yo soy un hombre de quien tienen miedo
Cuando vivíamos juntos mi hermano mayor y yo la gente tenía
miedo.
En tiempos pasados, la gente nos temía cuando vivíamos juntos
con mi hermano mayor, la gente tenía miedo.
Dei dei dei dege dei dei dei.
(OGXHxRGHDUULEDHVWiSDUDGRDJDUUDQGRVXVÁHFKDVEULOODQWHV
pensando matar gente, se para.
Dei dei dei dege dei dei dei.
Se arrastra derramando sangre, Beci de la quebrada celeste agaUUDVXVÁHFKDVHQODPDQREULOODQ>«@
Dei dei dei dege dei dei dei.
Arrastrando en la sangre derramada, llorarás. ¿No sientes la
IXHU]DGHODVÁHFKDVGHOGXHxRGHODTXHEUDGDFHOHVWHFXDQGRWH
penetran?
Los espíritus, aquí llamados por el chamán, vienen con el toé y son
agresivos. El “dueño de la quebrada celeste” es una metáfora que designa
al toé%HFLHVHOGXHxRPLWROyJLFRGHODVÁHFKDVPiJLFDV\GHODVDQJUH
GHUUDPDGD$OTXHVHORSLGHOHHQWUHJDÁHFKDVPiJLFDVHQODPDQR\
ÁHPDEODQFDHQODERFD/DIRUPDHQTXHHQWUHJDVXVSRGHUHVVHxDODHO
tipo de síntomas que tendrá la víctima al caer en la venganza del chamán
dañino.
Yura o amahuaca
Autodenominados uura, los amahuacas son un grupo muy pequeño
ubicado en forma dispersa y aislada en los distritos de Las Piedras,
146
Ayahuasca, medicina del alma
Tambopata, Raymondi, Yurúa y Purús en Perú. Viven también en teUULWRULREUDVLOHxR²GRQGHVHORVFRQRFHFRPRDPDZDND²HQHOHVWDGRGH
Acre, en las márgenes del río Yurúa, y en el estado de Amazonas, al sur
de la ciudad de Ipixuna.
Los amahuaca fueron contactados por primera vez en 1686, cuando misioneros franciscanos encontraron doce chozas en la zona del río
Conguari. Eran objeto de correrías por parte de los piros, shipibos y
konibos, quienes los tenían por esclavos domésticos. Sus enemigos traGLFLRQDOHV DGHPiV HUDQ ORV \DPLQDKXDV $ ÀQHV GHO VLJOR XIX, con el
boom del caucho, los amahuacas vieron recrudecer los ataques contra
ellos ante la demanda de mano de obra nativa por parte de los patrones
caucheros. Hacia 1925 rechazaban aún el contacto con los blancos y los
JUXSRVLQGtJHQDVVHxDODGRV~QLFDPHQWHPDQWHQtDQUHODFLRQHVSDFtÀFDVFRQORVNDVKLQDZDV\ORVDVKiQLQNDV+DFLDDOJXQDVIDPLOLDV
GHDPDKXDFDVGHFLGLHURQGHMDUODVFDEHFHUDVGHORVDÁXHQWHVFRQHO&Xriuja y asentarse en las riberas del río Urubamba. Así, cien amahuacas
se incorporaron a la misión de Sepahua y otros se ubicaron en Jatitza,
cerca de Atalaya, centro de intercambio regional. Una parte importante
de este grupo se mantiene hasta hoy en las tierras interiores, fuera de
contacto. Su alimentación se compone de productos derivados en un
50% de horticultura, un 40% de caza y el resto de la pesca y recolección
(Carneiro, 1970).
Uso de nixi honi xuma. Los amahuacas toman la decocción hecha
a partir de Banisteriopsis caapi con el intento de ver los yoshi (espíritus) y aprender de ellos. Para hacer la poción, trozos de liana que crece
salvaje en el bosque son amasados y hervidos en agua por más de una
KRUD$YHFHVXQDRPiVSODQWDVVRQDJUHJDGDVSDUDDXPHQWDUVXHÀcacia. Cuanto más fuerte es la bebida, más espíritus serán percibidos.
Usualmente se bebe caliente, de a poquito. Inician entonces cantos riWXDOHVVHQWDGRVSHURDYHFHVVHLQFRUSRUDQ\WRPDQVXVDUFRV\ÁHFKDV
Como regla, cada hombre canta de modo diferente, pero a veces el canto
de uno es repetido por los demás. La celebración suele comenzar a las
veinte horas y puede durar hasta las seis de la mañana del día siguiente. Cuando la bebida hace su efecto, los yoshi inician su aparición. Algunos jóvenes ven cobras, jaguares, arpías o el árbol shiuahuaco (Camarouna sp.). Días antes y después no pueden tener relaciones sexuales,
de lo contrario se cree que el bebedor sufrirá dolores de estómago.
Sin duda este pequeño grupo humano se hizo conocido internacionalmente gracias al libro de Frank Bruce Lamb, Un brujo del Alto
Amazonas TXH UHODWD ODV SHULSHFLDV GH XQ FDXFKHUR GH ,TXLWRV ï0DQXHO&yUGRYD5tRVïFDSWXUDGRHQVXDGROHVFHQFLDSRUORVDPDKXDFDV D
Etnografías y crónicas
147
TXLHQHVODREUDHUUyQHDPHQWHLGHQWLÀFDFRPRhuni kui) y sus aventuras
durante siete años con estos indígenas, de los que llegó a ser su jefe tras
asimilar el profundo conocimiento de la naturaleza, las técnicas de caza
y el uso de las visiones proporcionadas por la ayahuasca. Es sin duda
este libro el que en la década del 70 contribuyó a cimentar la fama (y
en cierta forma el mito occidental) de la ayahuasca como un “alucinógeno esencialmente telepático”,9 ya que en varios párrafos asegura que
Córdova-Ríos participaba en visiones colectivas, tanto con el anciano
jefe Xumu –que según la narración lo adiestró para ser el futuro jefe y
chamán– como con el resto de sus captores, en las que los celebrantes
compartían las mismas visiones de jaguares, pájaros y enemigos. IncluVRVHÀOPyXQDFRQRFLGDSHOtFXOD La selva esmeralda, John Boorman,
1985) tomando como base el libro de Lamb Un brujo del Alto Amazonas.
Sin embargo, pese a los maravillosos relatos que hace Lamb, el doctor
Robert Carneiro del Museo Americano de Historia Natural y la Universidad de Pittsburgh –uno de los pocos etnógrafos que estudió a los
amahuacas en la década del 60– replicó que tales aventuras eran pura
ÀFFLyQ &DUQHLURFLWDGRSRU2WW 1RVyORORVDPDKXDFDVQRYLvían ni vestían ni tomaban el ambíl (jugo de tabaco) ni cazaban con las
técnicas descriptas por Córdova-Ríos, sino que ni siquiera tenían jefes.
/DQRYHODGH/DPEGHWRGRVPRGRVREWXYRHOUHVSDOGRGH$QGUHZ:HLO
quien leyó un ejemplar cuando estaba terminando su exitosa obra The
Natural Mind, en la que cita entusiasmado Un brujo del Alto Amazonas
y posteriormente ofrece su introducción en las nuevas ediciones de 1974
a 1998. No obstante, años después de su fascinación con el texto de
Lamb, el propio Weil viajó a Colombia y obtuvo su primera experiencia
con ayahuasca, en la que debió admitir, decepcionado, que no obtuvo
ningún atisbo de “noticiarios telepáticos” (Ott, 1996).
6REUH ORV DPDKXDFDV H[LVWHQ WH[WRV HWQRJUiÀFRV FRQÀDEOHV GH 5Rbert Carneiro en los años 60-70; de Gertrude Dole de los 60-80, y más
recientemente ponencias de Alonso Zarzar. Carneiro informaba que,
entre los amahuaca, “para un hombre joven, tomar ayahuasca por pri-
9. Llama la atención el hecho de que incluso mucho antes se atribuyó a la ayahuasca
propiedades telepáticas. El primer estudio sobre la composición química de la liana lo
llevó a cabo un químico colombiano en 1923, Fischer Cárdenas, quien aisló un alcaloide
al que llamó “telepatina”. El nombre fue propuesto casi veinte años antes por un tal
Zerda Bayón. Si bien se dan casos en que personas diferentes experimentan visiones
idénticas u observan en otros sujetos simbolismos que no son los suyos personales, no
puede decirse que con la ayahuasca este tipo de vivencias se obtenga siempre, ni tampoco
con una mayor frecuencia que en otra clase de enteógenos, como los hongos psilocíbicos o
los cactus de San Pedro o peyote.
148
Ayahuasca, medicina del alma
mera vez parece ser una experiencia bastante aterradora. Algunos de
ellos cuentan haber visto serpientes arrastrándose por sus cuerpos. Al
que con más frecuencia se ve en tal ocasión es al yoshi (espíritu) del
jaguar, que les enseña a los bebedores aprendices todo lo que hay que
saber sobre los yoshi […] El yoshi más importante relacionado con la
brujería es el del jaguar. Al brujo se le aparece el yoshi después de haber bebido la ayahuasca diciéndole todo lo que quiere saber, incluso el
lugar donde se encuentra la futura víctima. […] A medida que la droga
hace efecto, empiezan a aparecer los yoshi, uno o dos a la vez. Se dice de
ellos que también beben ayahuasca, y que cantan con los hombres. Los
amahuacas preguntan a un yoshi dónde ha estado y qué ha visto, y él
se lo dice. A diferencia de los sueños, donde a veces los yoshi molestan
o insultan a una persona, en las sesiones de ayahuasca se comportan
generalmente como amigos y de buen trato. Es exactamente igual que
cuando los amahuaca van de visita, nos dijeron. El yoshi permanece
una o dos horas, y luego se marcha. Pero entonces llega otro, bebe con
los amahuacas, habla con ellos y luego se marcha. De este modo se pueden ver e interrogar a muchos yoshi durante el curso de una noche […]
Un hawa’ai (chamán) puede mandar a un yoshi a ir a matar a alguien”
(Carneiro, citado por Harner, 1976).
Encontramos aquí otro grupo pano, donde eran frecuentes las ingestas colectivas de ayahuasca en las que participaban todos los varones,
quienes ocasionalmente obtenían información para un mejor desempeño en sus partidas diarias de caza, en las que debían sumar una visión
DJXGDXQJUDQROIDWRWpFQLFDVGHFDPXÁDMH\GHLPLWDFLyQGHGRFHQDV
de sonidos de pájaros y otros animales.
Yagua
Autodenominados yihamwoSHUWHQHFHQDODIDPLOLDOLQJtVWLFDSHba-yagua, y se ubican en el departamento de Loreto, en cercanías del
UtR$PD]RQDV\VXVDÁXHQWHV1DQD\\$WDFXDUt$OJXQRVVHHQFXHQWUDQ
del lado colombiano. Parece ser que al momento del contacto europeo
mantenían relaciones asimétricas con los omaguas (tupí) de quienes
eran servidores domésticos y esclavos. A la llegada de los jesuitas, las
misiones se convierten en zonas de refugio para los indígenas perseguidos por los bandeirantes esclavistas, aun en medio de la inicial hostilidad que sentían por los sacerdotes blancos. Las epidemias desatadas
en las reducciones llevaron a mutuas acusaciones de brujería entre los
grupos que allí vivían, lo que produjo numerosas guerras.
Con la expulsión de los jesuitas y la decadencia de las misiones,
sus pobladores cayeron en manos de colonos. Los franciscanos se retiraron de la zona con motivo de las guerras de la independencia y
Etnografías y crónicas
149
retornaron en 1840. Durante el período del caucho los yaguas fueron
esclavizados por la empresa Arana y llevaron a cabo una frustrada
contraofensiva. Luego siguieron siendo usados como mano de obra por
los sucesivos patronos de madera, pieles, barbasco, etc. Un tercio de la
población murió entre 1932 y 1933 como consecuencia del sarampión
y el movimiento de tropas en la guerra entre Perú y Colombia. En los
DxRVWUDVKDEHUVLGRYDULDVYHFHVUHXELFDGRVHLQÁXHQFLDGRVSRU
los evangelistas del ILV desde los 40, se establecieron en “comunidades nativas” como campesinos “integrados” a la sociedad regional. Su
sociedad está dividida en clanes patrilineales asociados a nombres de
aves, animales terrestres y vegetales, repartidos a su vez según el
modelo de mitades exógamas.
Uso de ramanujú. Remitimos aquí naturalmente a la clásica obra
HWQRJUiÀFD GH -HDQ3LHUUH &KDXPHLO HVWXGLRVR GH HVWD HWQLD
por más de treinta años, y para quien “ver, saber y poder” son los tres
conceptos clave para entender su práctica chamánica: “ver” el mundo
invisible a los ojos, el mundo de los espíritus originarios que da sentido
a todo lo existente; “saber” los conocimientos transmitidos por los espíritus-madre de las plantas, que constituyen la base de la vida; y “poder”
defenderse y atacar usando escudos protectores y armas de aquel mundo invisible ubicado más allá de lo sensorial inmediato.
/RV\DJXDVWLHQHQXQFRQRFLPLHQWRLQFUHtEOHGHODÁRUDTXHORVURGHD
y de las plantas-maestras psicoactivas como el ramanujú. Han elaborado una “tipología-procedimiento” de los enteógenos y las plantas o aditivos medicinales: en primer lugar están los que “hacen ver” y los que
“hacen viajar”, luego los que “enseñan” el arte de curar o de hechizar,
ORVTXH´FDOLHQWDQµHOFXHUSRRORVTXH´DÀQDQ\HPEHOOHFHQODYR]µSDUD
seducir, los que “dan fuerza”, los que “queman” las almas o “cicatrizan”
ODV KHULGDV \ ÀQDOPHQWH ORV TXH ´VH LQWHUFDPELDQµ FRQ ODV HQWLGDGHV
invisibles. Recordemos que, al igual que para otras etnias amazónicas,
también para los yaguas el universo percibido a través de los enteógenos es parte de la realidad tanto como lo inmediatamente visible vivido
por cada uno en su cotidianidad. Asimismo, como en casi todos los casos
analizados, para ascender en la jerarquía chamánica y obtener verdadera visión ORV \DJXDV UHTXLHUHQ XQD VHULH GH VDFULÀFLRV DEVWLQHQFLD
sexual, dieta estricta (eliminación de condimentos, grasas, azúcar) y
aislamiento parcial del núcleo familiar y social. Todo un entrenamiento
penoso lleva al aprendiz a dominar poco a poco los cantos y a comunicarse con el mundo de los espíritus en sus propios términos. El mundo
invisible abierto por las plantas maestras, sobre todo la ayahuasca (ramanujú), es el fundamento de la cosmogonía yagua, donde el cosmos
150
Ayahuasca, medicina del alma
está constituido por un mundo subterráneo donde se encuentran los seres ancestrales anteriores a las grandes transformaciones míticas, y un
mundo celestial donde se ubican las deidades relacionadas con el Sol,
la Luna, la estrella polar, el lucero de la tarde, los agentes invisibles de
los cambios climáticos y los espíritus de los muertos. En sus viajes por
estas regiones del más allá, a menudo los chamanes reciben y utilizan
“dardos mágicos” tanto para curar como para hacer daño, de acuerdo
con su procedencia espiritual y su contexto. También pueden regular el
régimen de lluvias, propiciar la caza, la pesca y la cosecha de frutos o
vegetales. Los yaguas temen a los chamanes, cuyo poder ambivalente
es potencialmente curativo o mortal. Chaumeil transcribió las palabras
de Alberto Proaño, un sanador (nëmara) yagua que le relató su vida y
VXVLQLFLRVHQHORÀFLR
En ese entonces, mi padre era un gran curandero. A menudo
lo llamaban sándatia, “el que sabe”, pues salvó muchas almas durante su vida. Todo el mundo lo estimaba y respetaba y su nombre era conocido más allá del Atacuari y del Amazonas. Ya era
viejo cuando nos instalamos sobre el Yacarité, a un día de viaje
aguas arriba de su desembocadura. Es allí donde me legó la parte
transmisible de su saber:
–¡Pwí! KLMR TXLHUR TXH VHSDV ïPH DQXQFLy XQ GtDï YR\ D
enseñarte ndatara (el conocimiento, la ciencia). Con ella asistirás
\JXLDUiVDOTXHORQHFHVLWHWDOFRPR\RORKHKHFKRVLHPSUH«ï
Hizo una pausa. En realidad, yo mismo había decidido emprender
la búsqueda de los “poderes” a pesar de los peligros que debería
enfrentar, sabiendo que nadie estaría mejor predispuesto que yo
SDUDORJUDUOR«\DKDEtDWHQLGRXQVXHxR²$QWHVTXHQDGDïFRQWLQXyïGHEHVWRPDUpiripiri para iniciar el ciclo: es el primer vegetal. Luego tomarás otros, en forma progresiva. Todo reside, tal
como te darás cuenta, en el espíritu de los vegetales: su “esencia”,
hamwo, es el único camino del conocimiento […]
La primera vez que tomé el piripiri vi una candela grande que
se transformó en serpiente y escuché solamente a lo lejos rumores de voces. La segunda vez tomé piripiri con tabaco, que es el
“camino de las almas”. Vi nuevamente a la candela, pero luego
se presentaron dos mellizos (espíritus dueños del tabaco) que me
enseñaron los cantos del tabaco y de los cigarros mágicos. La madre del piripiri se presentó más tarde bajo la forma de un animalfantasma: me entregó una pastilla para curar y sopló en mi boca
un virote (dardo mágico) para resistir las enfermedades.
Antes de tomar la ayahuasca mezclada con el piripiri y el taEDFRPLÀQDGRSDGUHPHKL]RWUDJDUFLQFRÁHPDV TXHVDFyGHVX
cuerpo) para preparar mi estómago. Cuando tomé la purga, la madre de la ayahuasca me entregó un cigarro encendido de donde salía
Etnografías y crónicas
151
un olor perfumado que me hizo ver muchas cosas. Luego me llevó
hasta el cielo, pasaron varias capas de nubes. Ahí me dio un vestido
para mudarme de manera que las enfermedades no penetrasen en
mi cuerpo. La madre de la ayahuasca asusta la primera vez, pero
después es como tu hijo; puedes hablar con ella soplándole tabaco.
Cada vez que la necesitas, está contigo, te cuida. Después tomé la
purga con el toé, su mezcla. El toé me hizo conocer el mundo de
la gente-sin-ano (bajo la tierra) y el medio-mundo donde también
vive gente, más allá del mundo de los buitres. La purga me hizo
FRQRFHUWRGDFODVHGHJHQWH GHHVStULWXV 8QGtDPLSDGUHÀQDGR
me hizo la prueba y me dijo que sanara a mi abuelo enfermo. Le he
FKXSDGRHQODJDUJDQWD\OHKHVDFDGRGRVÁHPDV3HURWRGDYtDQR
se transformaban. Me dediqué con más y más frecuencia a las curaFLRQHVKDVWDTXH\RYLHVDVÁHPDVWUDQVIRUPDUVHSULPHURHQYLURWHV
y luego en gente. Desde entonces podía saber quién había mandado
la enfermedad, podía conocer la fuente de la enfermedad. He probado luego muchos otros vegetales como el naranjillo y el venadocaspi, que me hicieron conocer más. Así me he graduado de nëmara.
&XDQGR3URDxRÀQDOPHQWHYLYHQFLDODD\DKXDVFDRramanujú experimenta una serie de transformaciones corporales que lo van haciendo
más sabio, el clásico “desmembramiento” que Mircea Eliade (1976) describió entre los siberianos: la “muerte-renacimiento” dionisíaca de toda
iniciación. Dice Proaño:
Los colores bailan, aparece la candela encendida… en un seJXQGR SODQR GHVÀODQ DQLPDOHV GHVSHGD]DGRV« PLV KXHVRV VH
salen de sus articulaciones; las criaturas devoran mi carne. Un
perfume me penetra el cuerpo frío. Las imágenes se esfuman poco
a poco; estoy otra vez normal, los huesos se me sueldan. Luego
vuelven a aparecer… tengo miedo… se calman nuevamente para
UHJUHVDURWUDYH]$QWHPLVRMRVGHVÀODQLPiJHQHVDWHUUDGRUDV
me estallan los huesos… hay monstruos desdentados que vuelan,
saltan, caen, se cuelgan, se muerden, se devoran… Quiero irme
pero una voz se interpone:
–Tome otro poco; verás todo.
Trago mi cuarta o quinta dosis, ya no sé. Alguien me sopla
la cara. Fu fuuuuuuuuu. Abro los ojos, es un hombre. Me dice
entonces:
ï6R\ODPDGUHGHODD\DKXDVFD¢4XLHUHVDOFDQ]DUHOPXQGR
de arriba?, ¿el segundo piso?
Quechua-lamista
Inicialmente considerados descendientes de los chankas, nación deUURWDGDSRUORVLQFDVORVTXHFKXDODPLVWDVRNLVKZDODPDV DXWRGHQRPL-
152
Ayahuasca, medicina del alma
nados yakwash) son el resultado de un largo proceso de transformación
al que fueron sometidos diferentes grupos indígenas amazónicos conocidos como motilones. Hacia 1538, el corregidor de Cajamarca y Chachapoyas, Martín de la Riva Herrera, inició la conquista de los territorios al
este de la recién fundada ciudad de Moyobamba, llegando hasta el río
Medio Huallaga. Durante esta campaña fue fundada la actual ciudad de
Lamas, originalmente un fuerte alrededor del cual fueron reunidos seis
diferentes grupos indígenas (entre ellos los lamas) repartidos en encomiendas. Bajo los jesuitas les fue impuesto el quechua, aunque el origen
de esta lengua en la región del departamento San Martín es también
anterior a la colonia y parece estar relacionada con la presencia de los
incas que conquistaron la vecina Chachapoyas durante la segunda mitad
del siglo XV/DLQÁXHQFLDGHORVLQFDVHQOD]RQDGHOUtR+XDOODJDWDPELpQHVSXHVWDGHPDQLÀHVWRSRUODH[WHQVDUHGGHFDPLQRVDQWLJXRVTXH
más tarde fueron usados por expediciones en busca de El Dorado en el
siglo XVI. Durante el siglo XVIIHVWRVLQGtJHQDVSDFLÀFDGRVVHWUDQVIRUPDron en una unidad territorial. Tras la independencia de Perú, una creciente corriente migratoria hacia esta región dejó a la población indígena
de la ciudad de Lamas como minoría étnica, siendo el quechua y la vestimenta introducida en la etapa misional los elementos étnicos básicos.
Su organización social fundamental es el ayllu (constituido por la
parentela de un individuo de prestigio –a veces también el chamán–
con residencia posmatrimonial patrivirilocal), el barrio (una especie de
ayllu extendido localizado) y la división en dos grandes conjuntos de
mitades endógamas (alianzas matrimoniales entre los ayllus de una
misma mitad, antagónicas con la otra mitad). Su economía depende de
la horticultura de roza y quema, caza y pesca, crianza de aves de corral
y ganado vacuno, comercializados en Tarapoto, Lamas, Campanilla y
Sisa. Se ubican en el departamento de San Martín.
Uso de ayahuasca. Los chamanes o vegetalistas quechua-lamistas
(shamushcachu) han incorporado seguramente a través de pueblos vecinos el uso de ayahuasca y la emplean en métodos medicinales tradicionales junto con otras plantas aditivas para lograr más poder. La preparación más común combina Banisteriopsis caapi con datura y tabaco.
La verdadera iniciación supone condiciones muy estrictas:
aislamiento en la selva, dieta o ayuno, abstinencia, no tener contacto con el fuego, exclusión total de ciertos alimentos (sobre todo
sal, ají, chancho, etcétera).
El curandero hace uso de la ayahuasca en su práctica habitual
durante sesiones nocturnas, un promedio de dos o tres veces por
Etnografías y crónicas
153
semana. Son días preferidos los martes y viernes. Los pacientes
participan en esas sesiones y a menudo son convidados a tomar la
ayahuasca en compañía del curandero. (Mabit, 1986)
A comienzos del siglo XX muchos mestizos se convirtieron en aprendices de los indígenas a través de los contactos sociales producidos durante el boom del caucho, a menudo tras haber sido curados de alguna enfermedad grave. A su turno, éstos entrenaron a otros mestizos,
extendiéndose lo que se denomina vegetalismo en la región de la Alta
Amazonia, que mixtura herbalismo y chamanismo de raíz lamista. Los
curanderos no indígenas, a diferencia de éstos, suelen incorporar íconos
o plegarias católicas como defensas. Pero ambos mantienen la dicotomía bien/mal, curanderos/“maleros” (Barbira Freedman, 2000). Hoy en
día hay muchos más ayahuasqueros mestizos en la zona que chamanes
indígenas de larga tradición.
Carlos Junquera relata que en julio y agosto de 1996 y 1997 entrevistó a Agustín Cachique, vegetalista o shamushcachu residente en el barrio lamista del Waiku. Para iniciarse en el camino curanderil, Cachique
debió cesar todo contacto sexual con su esposa durante meses “y para
evitar la tentación ella dormía en la estera situada debajo del tejado y él
sobre el suelo de la choza, que aquí son de tierra pisada con escaso o nulo
mobiliario” (Junquera, s/f). Agustín cultivaba sus plantas medicinales y
psicoactivas en su chacra, “que se encuentra como a unas doce horas de
caminar a pie desde su lugar de residencia, en una zona escondida sólo
conocida por él y su hijo Alberto, que por el momento sigue los pasos de
su padre, aunque con menos reconocimiento social”. En los lugares donde
crecen las plantas sagradas, según Agustín, no puede realizarse ningún
acto que sea considerado culturalmente impuro, porque entonces se maORJUDUtDQODVLPiJHQHVTXHGHEHQJHQHUDUVHSDUDVROXFLRQDUHOFRQÁLFWR
en cuestión. El traslado de ramas, hojas y tallos se hace evitando las
trochas por las que transitan las mujeres, que podrían dañar o disminuir
los poderes de futuras infusiones. Tanto las plantas medicinales como
psicoactivas se designan con el término vejitalcunata. Durante el trance
VXHOHQXVDUVRQDMHURVWDPERUHV\DJXDÁRULGD\WUDWDQHQIHUPHGDGHV
TXHVHPDQLÀHVWDQFRPRFRQVHFXHQFLDGHODSUHVHQFLDGHXQREMHWRH[WUDño en el cuerpo enfermo (dañaskha), que debe extraerse para que no se
convierta en muerto (wañudu) o una privación de vitalismo en el cuerpo,
en cuyo caso hay que reactivarlo.
Según la antropóloga francesa Françoise Barbira Freedman, quien
realizó extensos trabajos de campo entre los lamistas desde la década
del 70, un concepto muy importante de la medicina tradicional en la
Alta Amazonia peruana es el de kuskachayTXHVLJQLÀFDYROYHUVHUHFWR
154
Ayahuasca, medicina del alma
y fuerte. En efecto, se va dietando e ingiriendo la purga para “disolver y
recrear las fronteras del cuerpo” con el objeto de “enderezarse y fortalecerse” (Barbira Freedman, 2009) y así hacer frente a los brujos. De
hecho, en el sistema de creencias lamista existe un temor constante a
la amenaza de los brujos, de los cuales a veces se dice que se concentran
en Chazuta u otros distritos; y cada tanto algunos sospechosos de ser
“maleros” y “hacer daños” son literalmente asesinados. “En las reuniones donde se cuentan mitos, los antihéroes lamistas, los cazadores fallidos, los espíritus embaucadores de la selva como el Chulla-Chaki y las
Sirenas engañadoras son un antídoto bienvenido para ese noble ideal
de «fuerza y rectitud» (sinchi puru)” (Barbira Freedman, 2000). Sin ir
más lejos, cuando uno de nosotros (Viegas) estuvo de visita en Lamas
en 2009, obtuvo elocuentes fotografías de las casas de adobe tradicionales –antiguamente con techos de paja y hoy de tejas o chapas– invariablemente construidas sin ventanas, ya que según sus creencias por
DOOtSHQHWUDQORVPDORVHVStULWXV ÀJXUD )UHHGPDQ WUDVXQ
entrenamiento con un maestro, cuenta una experiencia en la que tuvo
la visión de cinco jaguares agresivos y un precioso templo natural con
columnas decoradas de la planta capirona. Ella misma se transformó
en jaguar y sintió como un shock eléctrico ante cierto tramo de canciones que, en formato de icaros, cantaban oraciones católicas relacionadas con la “pasión de Cristo”. Una interpretación indígena tradicional
de esta visión explicó que el jaguar es un espíritu-madre de varias plantas que habían otorgado su poder y devendrían familiares. Sin embargo, dicho poder debía ser consolidado y defendido mediante espíritus
aliados en pasos posteriores. Otra interpretación de carácter mestizourbano-sincrético-católico explicó que la aversión y el dolor sentidos por
HOMDJXDUDQWHODVSOHJDULDVVLJQLÀFDEDTXHODDQWURSyORJDDSUHQGL]QR
HVWDED VXÀFLHQWHPHQWH ´HQGHUH]DGDµ DQWH ORV ´PiV SRGHURVRV FDQWRV
medicinales de Cristo”. La propia interpretación de la etnóloga explica
el jaguar y el brillante templo natural a partir de la simpatía que por
su profesión sentía por la “cultura nativa más originaria”, y además
FRPRXQDHÀFD]WUDVSRVLFLyQGHVXFRPSUHQVLyQLQWHOHFWXDOUDFLRQDOGHO
fenómeno chamánico en un entendimiento experiencial, vivencial y fenomenológico, que la situó en adelante en una posición ventajosa.
%ROLYLD
Se consideran parte de la región amazónica de Bolivia los departamentos de Beni, Pando, norte de La Paz y norte de Cochabamba. Aunque el norte del departamento de Santa Cruz corresponde desde un
Etnografías y crónicas
155
punto de vista ecológico a esta ecorregión por estar drenado por ríos
pertenecientes a la cuenca amazónica, desde una perspectiva social es
parte, con el resto del departamento de Santa Cruz, de lo que se conoce
como “el Oriente”. Por tanto, desde la perspectiva de la división políticoadministrativa de Bolivia son parte de la Amazonia 19 provincias y 53
municipios.
El paisaje amazónico boliviano ofrece una alternancia entre bosque alto y bajo, y pampas o sabanas, en medio de una telaraña de ríos
entre los cuales se destacan Madre de Dios, Beni, Mamoré e Iténez
como ejes vitales para la población local. El número de habitantes se
concentra en toda la región en las zonas de colonización como el Alto
Beni y el Chapare. Las principales ciudades de la Amazonia, fuera de
las capitales de departamento como Cobija en Pando y Trinidad en
Beni, son Riberalta y Guayaramerín en el norte del país, el triángulo formado por San Borja, Rurrenabaque y Yucumo en el Beni, y en
menor importancia Santa Ana de Yacuma y San Ignacio de Moxos.
Desde el siglo XIX la zona fue aprovechada para extracción de oro, madera, goma, castaña y petróleo. Finalmente, la agricultura, tanto de
subsistencia como para la comercialización, dispone de arroz, cacao,
plátano, maíz, yuca, frijol, sandía y frutas varias.
La población indígena en la Amazonia boliviana incluye araonas,
baures, cavineños, cayubabas, canichanas, chacobos, ese’ejja, itonarnas, joaquinianos, lecos, machineris, morés, mosetenes, movirnas,
moxeños, reyesanos, loretanos, pacahuaras, sirionós, tacanas, tsimanes, yaminahuas, yukis y yurucarés, que un 10% de la población total
de la región amazónica boliviana, muchos de los cuales se encuentran
en situación de “alta vulnerabilidad” y casi extinción (por años de etnocidio, enfermedades introducidas, pobreza, carencia de tierras, agua
potable y postas sanitarias; mestizaje con colonizadores aymaras o quechuas; desarticulación de sus sistemas tradicionales y pérdida de la
lengua originaria).
El expedicionario e historiador argentino Pablo Cingolani encontró evidencias que sugieren que dentro del valle del río Colorado (o
Pukamayu) y otras regiones poco exploradas del parque nacional
0DGLGL YLYH XQ JUXSR KXPDQR DLVODGR LGHQWLÀFDGR FRPR ´ORV WRURmonas históricos”. Tres expediciones comandadas por Cingolani y el
antropólogo boliviano Álvaro Díaz Astete siguieron la ruta del exploUDGRULQJOpV3HUF\+DUULVRQ)DZFHWWTXLHQUHFRUULyOD]RQDHQ
y desapareció en el intento de encontrar a los toromonas. Lo mismo
le ocurrió al noruego Lars Hafskjold en los años 80. La cuarta expedición (2007) se propuso completar el trabajo de campo y presentar
VXÀFLHQWHV LQGLFLRV TXH SUXHEHQ OD VXSHUYLYHQFLD GH ORV WRURPRQDV
156
Ayahuasca, medicina del alma
históricos, pero con la intención de “respetar su derecho al aislamiento” (Alcázar, 2006).
Ese’ejja
3HUWHQHFHQDODIDPLOLDHWQROLQJtVWLFDWDNDQD&RQVWLWX\HQXQDHWQLD
conocida también como huarayo, guacanahua, baguaja, chuncho, mohino,
huanayo, echoja, tiatinagua o chamase, denominaciones que son ajenas al
grupo. Su autodenominación es ese’ejja, es decir, “gente” o “gente verdadera”. Se hallan tradicionalmente ubicados en el sudoeste de Perú y noreste
de Bolivia, concretamente en los departamentos de Pando y La Paz, provincias Madre de Dios e Iturralde, municipios Gonzalo Moreno y San Buenaventura, comunidades Portachuelo Alto, Portachuelo Bajo, Villanueva,
y asentamientos itinerantes en las riberas de los ríos Beni, Madre de Dios
y Heath en la frontera con Perú. Se estima que viven repartidos entre La
Paz y Beni, y existen también del lado peruano. Hoy las comunidades se
encuentran estructuradas por varias familias extensas con matrimonios
exogámicos entre personas de distintas comunidades o clanes, con asentamiento matrilocal en una única vivienda. En Portachuelo Bajo existe
una posta sanitaria; en La Paz, nada, por lo cual aún algunos concurren
a sus propios chamanes o a los curanderos de los tsimanes. Su actividad
sigue siendo la caza, la pesca y la recolección, y la agricultura de roce y
quema. Muchos complementan estas actividades con la explotación ajena
de palmito, castaña y madera. Conservan un buen número de plantas
medicinales. Sus primeros contactos con el mundo occidental fueron muy
fugaces, a partir del siglo XVII\UHFLpQVHKLFLHURQÁXLGRVDSULQFLSLRVGH
la década de 1930 con el establecimiento de una misión franciscana que
RULJLQyFRQÁLFWRV\JUDQGHVGHVSOD]DPLHQWRV\PLJUDFLRQHV6LQHPEDUJR
VXFXOWXUDVXIUHVLJQLÀFDWLYDVPRGLÀFDFLRQHVDSDUWLUGHODVLQÁXHQFLDVGH
los misioneros evangélicos en los años 50.
Uso de xono. Fernando Pagés Larraya, legendario psiquiatra y etnólogo argentino, miembro del Conicet y del Centro Argentino de Etnología
Americana, realizó un seguimiento por veinte años (1956-1974) sobre
HOXVR\ODVLJQLÀFDFLyQGHODD\DKXDVFDHQWUHORVHVH·HMMD FKDPDV 10
quienes designan al brebaje como xono o jono pase. Durante ese largo
SHUtRGRODXELFDFLyQHVWUXFWXUDGHPRJUiÀFD\RWURVDVSHFWRVFXOWXUDles sufrieron profundos cambios a través del nomadismo, la penetración
10. No confundir con el gentilicio “chama” aplicado antiguamente al shipibo del Ucayali
(Amazonas peruano) que, al igual que “jíbaro” para el shuar, resulta, además de anticuaGRWDPELpQXQDH[SUHVLyQGHVFDOLÀFDQWH
Etnografías y crónicas
157
de los misioneros evangélicos y demás circunstancias históricas como
una guerra interna en los años 60. El especialista argentino determinó
que en el xono de los esse’ejja intervienen tres espécimenes de plantas:
la ayahuasca, el ziño y la zamaruquita o zamarquita. PosteriormenWH ODV GRV SULPHUDV IXHURQ FODVLÀFDGDV SRU (YDQV 6FKXOWHV FRPR Banisteriopsis caapi y la segunda como una Psichotria, posiblemente P.
viridis. El estudio de la composición química (fracciones alcaloidicas),
efectuado en el Departamento de Química Orgánica de la Facultad de
Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, arrojó: hojas de
ayahuasca 1,36%, tallos 1,74%, hojas de ziño 1,01%, tallos 1,26%, hojas
de zamaruquita 0,67%, descubriéndose también que efectivamente tanto la ayahuasca como el ziño contenían harmina, harmalina y tetrahidroharmina, y que la zamarquita contenía NN-DMT.
Para Pagés Larraya el uso de ayahuasca (xono) entre los ese’ejja
respondió a través del tiempo a tres intencionalidades: sacralizante,
anonadante y apocalíptica. Sacralizante porque los chamas buscaron
mediante ese culto un cambio ontológico: la adquisición de la naturaleza de los seres sagrados. Al parecer recibieron como difusión cultural
la bebida visionaria en forma tardía. En la década del 40, Alfred Métraux había observado que los pueblos del grupo takana carecían de
brebajes “alucinógenos”, y a comienzos de los 50 la antropóloga Karin
Hissink describió la gran difusión del culto de xono como ritual comunitario y como herramienta chamánica. En la primera forma, el culto
era presidido por el jefe tribal durante la fase de luna creciente, desde
el atardecer al anochecer, y participaba toda la comunidad sujeta a un
FHUHPRQLDOPX\FRPSOHMRGRQGHKDVWDORVSHUURVHUDQLGHQWLÀFDGRVFRQ
los hombres en diversas manifestaciones:
[Se realizaba el] corte y la consagración de las lianas, la preparación e ingestión del xono, las manifestaciones del goce originado por su ingestión, la expresión de los dones otorgados por el
“Señor de la Ayahuasca” (profetismo, adivinación, conjuro, etc.) y
la “salida”, un momento ritual sumamente complejo, que permitía la transición de la comunidad transustanciada por el culto a
su cotidianidad. (Pagés Larraya, 1979)
(QORVULWRVFKDPiQLFRVSDUWLFLSDEDQVRODPHQWHJUXSRVHVSHFtÀFRV
(cazadores, guerreros o enfermos) presididos por los chamanes, quienes
efectuaban cantos propiciatorios al “Dueño o Señor de la Ayahuasca”,
investido con los poderes del “Señor de los Animales” propio de su cultura cazadora, sea para la restitución del alma a los enfermos o la proporción de “defensas” en las incursiones de guerra o caza.
158
Ayahuasca, medicina del alma
Del sustrato mitológico de esta etnia, Pagés Larraya pudo aislar los
siguientes elementos. El poder de la ayahuasca es revelado por un peruano a dos héroes culturales chamas: Koisexa y Mesi. La revelación se
realiza en el mítico lago Ba:xa:l, fuente de vida y de los ríos tutelares
Madidi y Madre de Dios, entre otros. La revelación es un acto de expiación, dado que ese “poder” es un bien propio de los chamas; es más, la
ayahuasca es una manifestación de la deidad máxima: Edoxkiama. Los
héroes posteriormente se transforman en el Sol y la Luna, lo que tiene
su correlato en la época de realización de los rituales y en la consideración de las grandes visiones brillantes como expresiones del Sol. El
LQGtJHQDFKDPDTXHSDUWLFLSDGHODFHUHPRQLDPRGLÀFDVXQDWXUDOH]D\
se convierte en algo muy similar a un espíritu o un numen de su cultura
(edoxkiama, xonocawa, sowonona) o un muerto-vivo (ekuikia) con los
mismos poderes de estos seres míticos primordiales, siempre que cumpla con las rigurosas prescripciones ceremoniales, dado que lo contrario
implica la posibilidad de enloquecer o morir.
La segunda intención, la anonadante, remite a un fenómeno muy exWUDxRTXHRFXUULyDÀQHVGHORVDxRV\SULQFLSLRVGHORVTXHKDSRdido reconstruirse parcialmente según relato de algunos informantes: en
el momento de mayor expansión del culto, se sucedieron enloquecidas luchas de pequeños grupos de ese’ejja sin un claro sentido. Aparentemente,
la exaltación producida en los cultos comunitarios determinó un curioso
retorno al ethos GH ORV FD]DGRUHV HWQRJUiÀFRV ²GH DFXHUGR FRQ OD LQWHUpretación de Pagés Larraya–, reapareciendo tradicionales competencias
clánicas por los predios de caza, desvirtuados por la penetración criolla
y europea en el área. A ello se sumaron vendettas tribales surgidas de
las revelaciones de magia negra en el contexto chamánico. La guerra fue
disgregando al grupo, y entre 1963 y 1967 existió un acelerado proceso de
segmentación y alejamiento de la vida en la selva e incorporación a los
obrajes como asalariados. Ello llevó a la desaparición del culto comunitario, que fue reemplazado por un uso solitario e individual del xono, el cual
acentuó el aislamiento étnico y la multiplicación de un corpus de relatos
míticos escatológicos donde la muerte aparece como la última y dolorosa
soledad, y el mundo de los muertos, una constante junto al exilio.
Finalmente, la intención apocalíptica tiene lugar en el período que
el autor ubica hacia comienzos de la década del 70, cuando las ideas de
los misioneros evangélicos penetraron profundamente en este grupo y
se crearon comunidades cristianas. Junto al abandono de las antiguas
costumbres tribales, la ayahuasca se convirtió en símbolo del mal, usado solamente por chamanes marginales que persistían en sus arcaicas
prácticas, las que, de retornar, conllevarían un inmediato apocalipsis
para la nueva conciencia religiosa ese’ejja.
Etnografías y crónicas
159
La antropóloga Karin Hissink (1960) informó ciertos efectos psicológicos observados entre los chamas tras la ingesta de xono, entre los
que destacó “clarividencia o conocimiento del futuro” y descubrimiento
de los “espíritus de las enfermedades”, siendo las visiones más comunes
durante el trance las referidas a jaguares o serpientes con tamaños
sobrenaturales.
Algunas anécdotas relacionadas con experiencias vividas entre estos
indígenas se conocieron en nuestro país a través de artículos publicados
SRUHOPD\RUEROLYLDQRÉOYDUR3LQHGRTXLHQHQVXFDOLGDGGHRÀFLDOGH
la policía nacional, con los grados de subteniente y teniente, en la década del 50 fue destinado a las selvas y llanuras del oriente de su país,
donde en sus largos recorridos como policía rural tomó contacto con
varias naciones indígenas de la zona:
Cuando me encontraba como jefe de Policía en la localidad
de Rumenabaque tuve la oportunidad de intervenir en una contienda entre chamas (ese’ejja). Fui acompañado por el señor Julio
Uzquiano, hombre muy interesante, gran conocedor de la lengua
FKDPD \ GH PXFKD LQÁXHQFLD HQWUH HOORV \D TXH OR UHFRQRFtDQ
como “gran cacique blanco”. El acontecimiento fue en el río MaGLGLDÁXHQWHGHO%HQLDGRQGHQRVWUDVODGDPRVHQXQODUJRYLDMH
en canoa que duró algunos días. La intervención de don Julio en
el problema dio margen a muchas deliberaciones y negociaciones,
tras las cuales se estableció la paz entre caciques. Todo esto se
realizó en una playa. A la llegada de la noche, que por supuesto
resultó de plenilunio, se encendieron hogueras y se llevó a cabo
un ritual en el que se selló el pacto de amistad con una comilona.
Luego vino una tremenda borrachera con ayahuasca, controlada
por los brujos [sic] y algunas viejas de las dos tribus. La bebida
pronto sumió a los guerreros en un estado de euforia y frenesí tremendos. Según me explicó don Julio, ellos veían grandes animales a los que daban caza, y peces descomunales a los que arponeaban y sometían después de tremenda lucha. También intervenían
en acciones de guerra (esto lo había averiguado preguntándoles,
y en alguna oportunidad bebiendo el brebaje) lanzaban alaridos
como si estuvieran peleando, se revolcaban y hacían movimientos
como en actos sexuales o danzaban frenéticamente. Era algo impresionante ver a aquellos salvajes en desenfrenada orgía, mientras las mujeres sentadas en círculo alrededor de una gran fogata
emitían una especie de canto monótono y acompasado. Cerca ya
del amanecer se encontraban completamente extenuados, y los
brujos en compañía de algunas mujeres se pusieron a hacerles
beber en tutumas otro brebaje que llaman “la contra” para que
pasen los efectos de la ayahuasca. Después de ello entraron en
una etapa de tranquilidad y se sumieron en un profundo sueño
160
Ayahuasca, medicina del alma
que duró hasta bien entrada la mañana. Aquella fue una de mis
primeras experiencias en las que pude ver los efectos de aquella
misteriosa bebida. Era el año 1954. (Citado por Pinedo, 1986)
En la actualidad, los ese’ejja ya no ejecutan ninguna danza, no interpretan ningún canto propio ni organizan ceremonias de carácter religioso; tampoco mantienen muchos conocimientos de medicina herbolaria, y sólo cuentan con uno o dos curanderos (aunque en las pequeñas
comunidades al otro lado de la frontera con Perú se considera que aún
existen reputados grandes maestros de medicina tradicional).
Tsimane (chimane)
Autodenominados moentki (“la gente” o “la humanidad”), actualmente están asentados en el borde sudoccidental del territorio conocido
como Llanos de Mojos, en el oriente boliviano. Sus principales núcleos
de asentamiento son Tres Cruces y Horeb (San Borja). Junto con los
mosetenes, con quienes habrían sido una unidad fracturada como resultado del contacto cultural y sus consecuencias, conforman una famiOLDOLQJtVWLFDDLVODGD/DVSULPHUDVUHIHUHQFLDVVREUHHOJUXSRFKLPDQH
se dieron en el siglo XVII, cuando los jesuitas fundaron la misión de San
Francisco de Borja (1693), que fue resistida (en 1862 los chimane mataron al padre Reynal y huyeron). El matrimonio es preponderantemente
monogámico con fuerte tendencia a la poligamia. La primera residencia
es la casa de la madre de la mujer, pero luego la pareja se independiza.
Se organizan en familias extendidas, donde el jefe de cada una, generalmente el hombre más viejo, es también el jefe político. Como respuesta
a los abusos de los comerciantes, los madereros y otros, los habitantes
de esta etnia decidieron crear una organización que los representase
ante las autoridades del Estado boliviano, y en 1989, con el apoyo de
la misión Nuevas Tribus, se funda el Gran Consejo Tsimane. Son cazadores, pescadores y recolectores. Su principal producto de comerciaOL]DFLyQ²\GHFRQÁLFWR²VRQORVSDxRVGHMDWDWDFRQORVTXHFDVLWRGD
la población del lugar techa sus viviendas. Durante el período en que
FRPHUFLDOL]DURQ PDGHUD VXIULHURQ LPSRUWDQWHV FRQÁLFWRV WHUULWRULDOHV
y económicos con los empresarios y colonos del rubro. Según Antonio
Pauly, que los conoció en la década del 20, vestían largos camisones de
algodón de color gris, “tejidos por ellos mismos en rústicos y primitivos
telares”. A veces las camisas de los niños llevaban adornos de plumas
“pero éstos más que adornos son amuletos para preservarlos contra los
espíritus malos […] Sus chozas son parecidas a las de los lecos y mosetenes, pero no tienen paredes, son armazones cuadrados con techo de
hojas de palma […] sus alimentos son pescados, mandioca, maíz, arroz,
Etnografías y crónicas
161
papaya y animales de caza, tapir, pecarí, pavos de monte”. Pauly señala
además que actualmente no son bautizados y creen en sus espíritus,
TXHVRQPXFKRV/DIDOWDGHDUWHYLGDVRFLDO\ÀHVWDVUHOLJLRVDVïGHVWDFDGDSRUHVWHDXWRUïKDFHSHQVDUTXHORVFKLPDQHVSRUpOREVHUYDGRV
eran mosetenes escapados de las misiones, que al haber adoptado y lueJRDEDQGRQDGRXQFULVWLDQLVPRVXSHUÀFLDOKDEtDQSHUGLGRPXFKDVEDses de su cultura (Ibarra Grasso, 1985). Benjamín Torrico Prado (1971),
que escribió sobre ellos en los años 70, comenta una danza nocturna
alrededor de la hoguera, denominada tiri-tiri, “de aire descortés, tosco
y feo, con saltos y brincos, guiados por la música chinchorrera de las
cañas huecas de la tacuara”. Su antigua mitología está relacionada con
los señores de los cerros, los dueños o amos de los animales y los espíritus de sus antepasados. También poseen una leyenda de la creación: el
mito de los hermanos Tsun, Dojity, Micha y Dovo’se (mujer), prácticamente los creadores de gran parte de los animales, árboles, etc. Dojity
es el que crea a los chimane, a los blancos y a los negros (Teijeiro et al.,
2002). Los propios misioneros se acostumbraron a llamar Dojity al dios
FULVWLDQR\D-HVXFULVWR(QWUHVXVFUHHQFLDVÀJXUDTXHODVDOPDVGHORV
muertos se convierten en animales que vagan alrededor de sus casas.
La muerte es una cosa natural que no les causa espanto. Las almas de
los muertos conversan con las de los vivos durante el sueño.
Uso de ayahuasca.11 Otra anécdota narrada por Álvaro Pineda ilustra
uno de los usos más frecuentes de los poderes chamánicos en todas las
épocas y culturas: la búsqueda de objetos perdidos, en este caso, por
supuesto, mediante la ingesta del brebaje panamazónico:
En otro de mis recorridos llegué a una tribu de chimanes
acampados a orillas del río Maniqui, a unas diez leguas de la población de San Borja, donde estaba desempeñando la jefatura de
Policía. Era por el año 1961. En esa oportunidad pude presenciar
un ritual efectuado por el hechicero [sic] para indagar por una
escopeta perdida. El propietario del arma, un chimane llamado
Quintín, fue puesto en trance con ayahuasca […] el médium en
su inconciencia comenzó a relatar con detalles la suerte que había
corrido la escopeta que había sido robada por otro indio, quien
la cambió por una lata de alcohol a un comerciante blanco, este
~OWLPR VH OD OOHYy HQ HO ´SiMDURÀHUURµ DYLyQ D XQ SXHEOR PX\
grande, con chozas de piedra y muy altas, situado entre monta-
11. Pese a las muchas consultas realizadas, no logramos averiguar cómo se designa la
ayahuasca en el propio idioma tsimane.
162
Ayahuasca, medicina del alma
ñas cuyas cumbres se encontraban cubiertas de una tierra blanca
y mojada (los indios selvícolas no conocen la nieve, sin duda el
médium se refería a ella). Por estos detalles que daba Quintín me
di cuenta de que hacía alusión a la ciudad de La Paz […] El comerciante […] resultó ser un señor de apellido Salas. Comerciaba
con los indios y posteriormente fue asesinado por tres chimanes a
ÁHFKD]RV\OXHJRGHYRUDGRVXFDGiYHU VHJ~QVHDYHULJXy SRUTXH
los engañó en un cambalache de cueros silvestres. Este sujeto fue
quien la vendió a otro de apellido Menacho, que la llevó a La Paz
para hacerla arreglar, en uno de sus viajes. Logré recuperar el
arma y devolvérsela a su legítimo dueño. En esta forma, ante mi
gran asombro comprobé que el chimane en trance había efectuado
un viaje al pasado bajo los efectos de la ayahuasca. (Pauly, 1928)
Los tsimanes dicen que todo tiene sansi, el aliento vital. El árbol,
el río, el jaguar, la montaña y hasta el más diminuto ser lo posee, de
modo que todos somos hermanos o hermanas, padres o hijos de algún
ser o cosa. Todo está plenamente vivo e interrelacionado porque compartimos el sansi. La montaña, la selva y los bosques son seres vivos y
hermosos a los que hay que conocer y amar en su humedad y sus sombras, sus luces y su misterio. Muy posiblemente esta visión del mundo
tenga estrecha relación con las vivencias y experiencias de “conciencia
expandida o extática” obtenida con la ayahuasca.
CAPÍTULO 3
Iglesias neoayahuasqueras en Brasil
Lo que ha sucedido en Brasil […] es un caso
único, y en cierto sentido un paradigma, porque Brasil tiene una legislación de drogas muy
conservadora […] la reducción de daños no está
totalmente desarrollada, pero tiene este uso autorizado de ayahuasca. ¿Cómo explicas eso? […]
La gente lo explica por razones mágicas básicamente: “El poder del maestro Irineo”, o “El poder
del maestro Gabriel” […] pero ha sido un proceVR VRFLDO H KLVWyULFR FRQ XQ ÀQ SRVLWLYR […] Un
HVIXHU]R GRQGH PXFKRV IDFWRUHV LQÁX\HURQ […]
uno de ellos fue el papel de los antropólogos, muy
activos en el proceso de reglamentación, lo cual
fue inusual, porque siempre se trató como una
investigación biomédica.
Beatriz Labate, antropóloga brasileña especializada en cultos y grupos ayahuasqueros contemporáneos
/RVQXHYRVFXOWRVHQWHRJpQLFRV
Revisando las etnografías de los pueblos amazónicos que descubrieron
y usaron la ayahuasca por milenios, hemos visto cómo desde el siglo XVII
se impuso a las costumbres tradicionales una extensa conversión al cristianismo por acción de colonos y misioneros blancos, y cómo pese a los
propios sentidos que los indígenas atribuyeron a estas nuevas creencias
se fortalecieron en casi toda la región. Así los elementos cristianos desplazaron en algunos casos a los tradicionales o se tomaron como sustitutos,
mientras que subsistieron ciertas creencias sobrenaturales más directamente relacionadas con el medio ambiente selvático, sin equivalentes en
el cristianismo.
[ 163 ]
164
Ayahuasca, medicina del alma
Hemos visto asimismo dramáticos procesos en los cuales las poblaciones indígenas fueron desarticuladas y reducidas, lo que trajo apareMDGRXQIXHUWHSURFHVRGHPHVWL]DMH\ÁXMRVPLJUDWRULRVLQWHUHLQWUDUUHJLRQDOHVTXHPRGLÀFDURQWRGRHOPDSDFXOWXUDO
En Brasil (más precisamente en las zonas amazónicas fronterizas a
Colombia y Perú) a principios del siglo XXVXUJLyXQJUDQÁXMRPLJUDWRrio de trabajadores adscriptos a los seringales, que se detuvo y disminuyó a partir de la depresión económica de 1920-1930, cuando perdió
importancia la exportación de caucho proveniente del Amazonas. En la
década del 40 se renovó la llegada masiva de poblaciones a partir de la
nueva necesidad mundial de caucho provocada por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Una masa rural de blancos, mestizos, negros y
mulatos (muchos provenientes del nordeste brasileño) desarrolló poco a
poco un proceso de urbanización acompañado por el anhelo de una vida
PiV FRQIRUWDEOH TXH QR VH FXPSOLy ÀQDOPHQWH QL HQ SHTXHxDV QL HQ
grandes ciudades de la región, mientras su crecimiento en condiciones
de marginalidad no cesó. El régimen militar que llegó al poder en 1964
tomó como uno de sus objetivos prioritarios la integración del territorio
nacional y la inserción plena de la Amazonia brasileña a la economía
mundial. Los cambios en las relaciones socioeconómicas y socioculturales, derivados de aquel plan, suscitaron varios fenómenos interesantes,
entre los que se destaca la aparición de neocultos sincréticos con la
utilización de ayahuasca.
En un contexto más amplio, la aparición de estas nuevas iglesias
ayahuasqueras en Brasil, sumada a los procesos de sincretismo sociocultural y luchas judiciales que terminaron plasmando en Norteamérica (Estados Unidos y Canadá) las llamadas “iglesias del peyote” (por
HMHPSOR OD 1DWLYH $PHULFDQ &KXUFK \ VXV GLYHUVDV UDPLÀFDFLRQHV constituye la más extraordinaria alquimia espiritual en las Américas,
la que a partir del contacto entre el cristianismo y las raíces chamánicas autóctonas vino a reactualizar una orientación mistérica y
la búsqueda de estados extáticos de carácter religioso por medio del
consumo altamente ritualizado de enteógenos locales. Este fenómeno
acaso no se daba desde la destrucción del templo de Eleusis en Grecia
(y la presunta utilización sacerdotal del hongo psicoactivo cornezuelo del centeno) o desde la desaparición de las hipotéticas ceremonias
extáticas y mistéricas que involucraban a miles de peregrinos en los
templos de Chavín de Huántar (Perú) con el uso del cactus de San
3HGURTXHD~QUHÁHMDQVXVUXLQDVGH7HKRWLKXDFiQ 0p[LFR TXHOLWHUDOPHQWH VLJQLÀFD ´OD FLXGDG GRQGH ORV KRPEUHV VH FRQYLHUWHQ HQ
dioses” (¿cómo si no a través de la experiencia enteogénica directa?);
de Tiahuanaco (Bolivia) y las huellas del sitio La Rinconada (La Rioja,
Iglesias neoayahuasqueras en Brasil
165
Argentina), que pudo ser el principal centro ceremonial con uso de las
semillas de cebil en la cultura Aguada.
Estas iglesias conformadas en el siglo XX, denominadas por algunos
autores “neoenteogénicas”, tienen dos características esenciales según
Fericgla (s/f):
1) Sus prácticas mistéricas están muy cercanas al cristianismo originario, en el que también se consumían embriagantes
sagrados como medio para autoinducirse experiencias extáticas de búsqueda de lo numinoso […] El consumo de una
bebida embriagante, el vino, como centro mistérico de la ceremonia central cristiana católica es una supervivencia de
ello.
2) La poca o casi nula relación formal con los poderes políticos, a
excepción de los trámites necesarios para legalizar la existencia institucional de tales iglesias. Esta relativa marginalidad
les permite moverse de acuerdo con intereses que ellos entienden de carácter más espiritual que social. En este sentido,
SXHGHDÀUPDUVHTXHQRVHWUDWDGHPRYLPLHQWRVGHUHVLVWHQFLDpWQLFDQLSROtWLFDDXQTXHVtFRQÀJXUDQIXHUWHVUHIHUHQWHV
de identidad para los miembros que están en ellas.
Por supuesto –además de un cristianismo primitivo– también reYLYHQ\UHVLJQLÀFDQGHDOJ~QPRGRODVYLHMDVWUDGLFLRQHVFKDPiQLFDV
al consumir como sacramento vegetales psicoactivos de milenario uso
cultural en cada uno de los subcontinentes (peyote en Norteamérica,
ayahuasca en Sudamérica). Dosis de espiritismo y esoterismo europeo
del siglo XIX se agregan a la mezcla de estos nuevos cultos. Las iglesias
%ZLWLHQ*DEyQ\SDtVHVOLPtWURIHVGHOÉIULFDHFXDWRULDORFFLGHQWDOVRQ
otro ejemplo: usan como sacramento la raíz pulverizada de un arbusto
estimulante llamado iboga, que los pigmeos de la selva legaron a las
HWQLDV DSLQGML PLWVRJKR \ IDQJ GH OHQJXD EDQW~ (O FXOWR %ZLWL VH
GLYLGHHQPXFKDVVHFWDVFRQLQÁXHQFLDVGHO%LHUL DQWLJXRFXOWRDORV
antepasados que usaba la planta alan) y el cristianismo llevado por
colonizadores franceses. El símbolo ekar (tres círculos de metal que
cuelgan de los templos) es una buena metáfora de este culto africano:
representa la hostia, la iboga y el alan. Sus ceremonias son misas o
ngozé, celebradas por tres noches de jueves a sábados, en las que se
consumen bajas dosis de iboga y se efectúan danzas, cantos y curaciones. La iniciación al culto, en cambio, involucra centenares de dosis
como las ingeridas en las misas, que provocan tres días y sus noches
en un estado visionario cercano a un “coma” para quien observa desde
afuera (Samorini, 2001).
166
Ayahuasca, medicina del alma
Existen otros grupos religiosos actuales que consumen sustancias
visionarias como fuente de revelaciones: los rastafaris jamaiquinos
que consideran la Cannabis su planta sagrada, y la iglesia del Jurema,
también creada en ese caldero multiétnico y sincrético-religioso que es
Brasil. Actualmente sus practicantes son los cariri shokó de Alagoas,
un grupo indio colonizado, y también numerosos caboclos (mestizos),
que al tradicional uso de la bebida embriagante basada en las raíces
del árbol jurema han agregado sincretismos afrobrasileños; pero estos
últimos movimientos son muy minoritarios.
Santo Daime
Los seguidores del movimiento religioso Santo Daime consideran
1930 como fecha de fundación de su doctrina:1 tras un tiempo de pruebas e iniciaciones, después de varios años de contacto con el uso de la
ayahuasca en la región fronteriza de Brasil con Perú y Bolivia, un cabo
GHOD*XDUGLD7HUULWRULDOOODPDGR5DLPXQGR,ULQHX6HUUD ÀJXUD comenzó aquel año a desarrollar “trabajos espirituales” en Río Branco,
capital del entonces territorio de Acre. Era negro, muy alto y fornido,
nacido en 1892 en São Vicente de Ferré, en Maranhao. Hacia 1912
migró como tantos otros hacia la Amazonia occidental, atraído por el
sueño de obtener una mejor vida y buenas ganancias con la extracción
del látex. Primero se instaló en Xapuri, donde vivió por dos años, pasando luego otros tres años trabajando en los cauchutales (seringales)
de Brasiléia y otros tantos en Sena Madureira. Fue además funcionario de la comisión de límites creada por el gobierno para delimitar la
frontera de Acre con Bolivia y Perú. Allí conoció a fondo a la gente mestiza de la región y sus costumbres. Tuvo contactos también con grupos
NDVKLQDZD EUDVLOHxRV \ SHUXDQRV TXH SRU DTXHOORV WLHPSRV VXIUtDQ
un rápido proceso de asimilación en los valores hegemónicos nacionales. Junto a sus amigos y coterráneos Antonio y André Costa, también
caucheros negros, descubrió el uso de la ayahuasca en la región de Cobija (Bolivia). Según se dice, cierto ayahuasquero peruano de nombre
Crescencio Pizango ofreció primero a Antonio Costa y luego al propio
Raimundo Irineu Serra el brebaje. A partir de allí se conoce poco de lo
que fue sucediendo. Aparentemente Irineu habría seguido el proceso
de iniciación chamánica más o menos tradicional que por legado de los
NDVKLQDZD\RWUDVHWQLDVRULJLQDULDVKDEUtDQSDVDGRDGLYHUVRVPHVtizos convertidos en “vegetalistas” o “ayahuasqueros”. Se dice que sus
7RGRHVWHDSDUWDGRVHEDVDHQOD\DFOiVLFDREUDGH(GZDUG0DF5DH Iglesias neoayahuasqueras en Brasil
167
primeras experiencias incluyeron la visión de lugares distantes como
su Marañón natal y las primeras visitas de una entidad femenina (llaPDGD&ODUD TXH,ULQHXLGHQWLÀFySRVWHULRUPHQWHFRQ1XHVWUD6HxRUD
de la Concepción o “la Reina de la Selva”. A partir de 1930 inició los
trabajos públicos con ayahuasca que denominó daime (literalmente:
“dame”, ya que aprendió a efectuar pedidos e invocaciones al espíritu
de la planta: “dame luz”, “dame fuerza”, “dame amor”, “dame sabiduría”). Al principio se hizo conocido en la pequeña comunidad negra
del lugar, más tarde personas de todo tipo se acercaban, al punto que
comenzó a llamar la atención de las autoridades. Para evitarse problePDV \ PDQWHQHU XQ DXUD GH UHVSHWDELOLGDG FRQ SHUVRQDV LQÁX\HQWHV
de la policía y la política locales, habría comenzado a desarrollar una
GRFWULQDHQODTXHDOPHQRVVXSHUÀFLDOPHQWHORVHOHPHQWRV´EODQFRVµ
católicos o del espiritismo esotérico europeo tuviesen más relevancia
que los elementos de “posesión” o moralmente ambiguos como ciertas
SUiFWLFDVFKDPiQLFDVWUDGLFLRQDOHVLGHQWLÀFDGDVFRQ´PDJLDµ\´KHFKLcería”. Así –y gracias a su amistad con el gobernador Guiomard dos
Santos– obtuvo la donación de unas tierras en la zona rural de Río
Branco para él y cuarenta familias de seguidores del culto: la colonia
Alto Santo, donde se construyó la iglesia sede del Centro de Iluminación Cristiana Luz Universal (CICLU). Su temperamento alegre, su
paternalismo, el liderazgo que imprimió a la colonia y su fama como
curador atrajeron visitantes de todas partes. La Reina de la Selva le
habría dado en una de sus visiones el extraño título de “Jefe Imperio
Juramidam”, relacionándolo con el rey Huáscar, otros espíritus incaicos y entidades cristianas y africanas. Le habría dictado asimismo los
primeros “himnos” (versos musicalizados simples), aunque al principio, conforme a las iniciaciones chamánicas tradicionales, recibía más
melodías sin letra, que ejecutaba silbando). De a poco su “Himnario del
Cruzeiro” conformó la doctrina del Santo Daime.
2WUD LQÁXHQFLD LPSRUWDQWH GH ,ULQHX IXH VX DÀOLDFLyQ D OD 2UGHQ
Rosacruz y al Círculo Esotérico de Comunión del Pensamiento, de San
Pablo. Entre 1935 y 1940 algunos de sus seguidores también comenzaron a “recibir” himnos de curación, alabanza y disciplina, que enfatizaban valores como la armonía, el amor, la justicia y la verdad. La
cofradía sentía una fraternidad simbólica que extendía a todos los seres
de la naturaleza, el Sol, la Luna y los entes espirituales, en un mundo
básicamente dual e interdependiente: hombre/mujer (en sus roles de
género tradicionales), padre/madre, Sol/Luna, Dios/Nuestra Señora,
Liana/Chacruna (los dos componentes del brebaje ayahuasca), mundo
físico/mundo espiritual, siendo los adscriptos soldados (midam) de Dios
(Jura) en este mítico imperio astral de Juramidam.
168
Ayahuasca, medicina del alma
Tras el fallecimiento de un líder tan carismático es natural que haya
sobrevenido una época de inestabilidad, disputas y confusión por la sucesión de la cofradía. Leoncio Gomes, un antiguo colaborador de Irineu,
fue el primero en continuar los trabajos, pero no logró mantener la unión
del grupo y evitar varias deserciones. En 1974 Sebastián Mota de Melo
efectuó su propia ruptura, acompañado de más de cien seguidores que
migraron a la localidad de Colonia 5000 (Río Branco). Gomes murió y
fue reemplazado por “Teteu” Fernandes Filho, quien tuvo disputas con
la viuda de Irineu, doña Peregrina Gomes Serra, y fundó otro centro a
menos de un kilómetro de la sede original, reivindicando para sí el registro de CICLU. Tras la muerte de Fernandes Filho, le sucedió Luis Mendes.
Otra iglesia autónoma, pero con relaciones de hermandad con el CICLU,
se abrió en Porto Velho (Rondônia) en 1964, siguiendo líneas básicas de
la doctrina de Irineu bajo el nombre Centro Ecléctico de Corrientes de la
Luz Universal (CECLU), dirigida por Virgilio Nogueira do Amaral.
&RQ WRGR OD YHUWLHQWH PiV LQÁX\HQWH \ TXH PiV KD FUHFLGR GHVGH
la muerte del fundador del Santo Daime ha sido el Centro Eclético de
Fluente Luz Universal Raimundo Irineu Serra (CEFLURIS) comandada
por el mencionado Mota de Melo, conocido como el padrino Sebastião
ÀJXUD (VWH SHUVRQDMH ´PHVWL]R DQDOIDEHWR DUWHVDQR GH FDQRDV
místico, sanador y profeta de la Nueva Era”,2 nació en 1920 en un cauchutal (seringal) cercano al río Juruá. Fue practicante del espiritismo
kardecista en San Pablo y decía que de niño oía voces y tenía visiones
en “viajes astrales”. Entre 1959 y 1965 continuó sus trabajos en la mesa
espiritista en Colonia 5000 cuando fue a curarse de una enfermedad
del hígado por Irineu. Una vez sano, comenzó a tomar ayahuasca y a
frecuentar Alto Santo, donde llegó a ser un destacado miembro de la
comunidad.
Tiempo atrás, Mota de Melo había sido autorizado por Irineu para
producir ayahuasca (daime) en la localidad de Colonia 5000, donde residía, con la condición de entregar la mitad del brebaje a la comunidad
de Alto Santo. Este acuerdo se interrumpió a la muerte del fundador
y, como se ha dicho, tras disputas con Gomes, comenzó su trabajo independiente. En Colonia 5000 se realizaba un cultivo comunitario y
se permitió la incorporación de otros vegetales psicoactivos con un uso
HVSHFtÀFR\UHOLJLRVRFRPRHOCannabis, cuyo nombre ritual pasó a ser
“Santa María”: energía femenina que complementa a la energía masculina del daime. Este uso añadido inauguró mayores problemas con
la policía federal, que a principios de los 80 destruyó las plantaciones
2. Según la referencia de su discípulo Alex Polari de Alverga (1994).
Iglesias neoayahuasqueras en Brasil
169
de marihuana y comenzó a perseguir a todos los cultos ayahuasqueros.
Las medidas llegaron a la prohibición explícita de la ayahuasca.
Paralelamente, el desbroce de la selva en aquella área, la cantidad
de adherentes al culto (más de cuatrocientos), las plagas agrícolas y la
baja de productividad llevaron al líder, en 1983, a la aventura de colonizar otro territorio, mucho más adentro de la selva, en las márgenes
GHOUtR,JDUDSpVGR0DSLiDÁXHQWHGHO3XU~V&RQODVRODIXHU]DGHVX
trabajo y sus creencias, surgió allí lo que hoy se considera una especie
de Meca de los daimistas: Céu do Mapiá (Cielo del Mapiá). A mediados
de los 70, a la población de adeptos que ya funcionaba totalmente comunitaria, comienzan a sumarse jóvenes hippies y mochileros de clase media provenientes del próspero sudeste de Brasil, que imbuidos de una
ideología romántica, soñadora y contestataria, muchas veces partiendo hacia las ruinas incas de Machu Picchu y otros destinos similares,
terminaban descubriendo el estado de Acre y la comunidad de Mapiá,
cuyos valores alternativos al materialismo y racionalismo excesivos los
atraparon de inmediato. Así, el Padrino Sebastião fue incorporando
nuevos devotos de otras partes de Brasil, y comenzaron a abrirse nuevos centros en las grandes ciudades como Río de Janeiro, Brasilia, Belo
Horizonte, Minas Gerais, Florianópolis, San Pablo, Santa Catarina,
etc. También se abrieron sedes en el exterior: España, Holanda, Japón,
Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia y Reino Unido.
El Padrino Sebastião falleció en 1990. Actualmente, uno de los once
hijos que tuvo con su mujer (la madrinha Rita), Alfredo Gregório de
Melo, nacido en 1950 en un seringal cercano al río Juruá, encabeza la
línea CEFLURIS en Mapiá.
'HDFXHUGRFRQ)HULFJOD VI VHSXHGHDÀUPDUTXHDODPXHUWHGHO
FUHDGRUGHO6DQWR'DLPHDFDHFLGDHQ\DHVWDEDQÀMDGDVODVGLrectrices básicas de las distintas vertientes daimistas, que pueden resumirse en las siguientes:
‡ /DE~VTXHGDGHO,PSHULR-XUDPLGDPLPSHULRPtWLFRGHODHVSLritualidad inca que sólo aparece en el panteón daimista y cuya
existencia, se dice, fue transmitida a Irineu Serra por su mentor,
el ayahuasquero peruano Creszéncio Pisango.
‡ /DLQFRUSRUDFLyQGHHVStULWXVGHODVHOYDDPD]yQLFDMXQWRDOVDQtoral católico: la Reina de la Floresta o el Dueño de la Caza, por
HMHPSORTXHDXQTXHVRQLGHQWLÀFDGRVFRQGHLGDGHVFULVWLDQDVQR
dejan de tener una clara entidad animista.
‡ (OOHJDGRGHXQKLPQDULRLQVSLUDGR²UHFLELGR²TXHFRQVWLWX\HOD
base doctrinaria del daimismo y a la vez son los textos que se cantan y bailan durante las ceremonias. Con posterioridad se han
170
Ayahuasca, medicina del alma
‡
‡
‡
‡
‡
‡
ido añadiendo otros muchos himnos compuestos por discípulos en
estado de catarsis enteógena.
,QVWLWXLUODWHUPLQRORJtDGHSDUHQWHVFRFRQVDQJXtQHRSDUDXVRLQterno de las comunidades daimistas: hermanos, padres, madres.
(QIDWL]DUHOSULQFLSLRGXDOFRPRHVWUXFWXUDEiVLFDGHODGRFWULQD
Sol-Luna, padre-madre, hombre-mujer, cipó, jagube o mariri (Banisteriopsis caapi)-rainha o chacruna (Psichotria viridis): los dos
especímenes vegetales precisos para preparar la mixtura enteógena, etc. A pesar de ello, Irineu Serra trató de incluir la tríada
cristiana en el mundo simbólico daimista, aunque con poco éxito.
(OFDPELRHQODWHUPLQRORJtDSDUDUHIHULUVHDORVHQWHyJHQRVOD
ayahuasca fue denominada Santo Daime; la CannabisïSRSXODUmente macoñaHQ%UDVLOïIXHUHEDXWL]DGDFRPR6DQWD0DUtDSRU
parte de su sucesor, Mota de Melo.
*UDQ LPSRUWDQFLD GDGD D OD H[LVWHQFLD GH VHUHV HQHUJpWLFRV GH
carácter claramente animista, a los que el creador del Santo Daime denominó “energías del astral”.
,QVWDXUDFLyQGHOFDOHQGDULROLW~UJLFRGDLPLVWDFRQFHOHEUDFLRQHV
rituales los días 15 y 30 de cada mes, al que añadió ceremonias
en los mismos días que los cristianos celebran onomásticas especiales: por San Juan, Navidad, Viernes Santo, la Noche de todos
los Santos, Año Nuevo, etcétera.
,QFRUSRUDFLyQ D ORV ULWXDOHV UHOLJLRVRV SURSLRV GH ODV SUiFWLFDV
chamánicas de curación y relación de ayuda. Por ejemplo, Mota
GH0HORWHQtDIDPDGHVHUXQHÀFD]UH]DGRU²FXUDUFRQVXVRUDciones– para combatir las picaduras de serpiente, los partos difíciles y el mal ojo. En la mayoría de ocasiones, la ayahuasca se
usa como medio para contactar con las entidades energéticas que
realizan la curación solicitada.
Ritos, iconografía y utilización de los espacios. Tomando las categorías del antropólogo inglés Victor Turner acerca de la tensión social entre
“orden y estructura” y “antiestructura o comunitasµWDQWR(GZDUG0DF
Rae y Fernando Couto como los integrantes de la comisión del Conselho
Federal de Entorpecentes (CONFEN), designados por el gobierno brasileño
para investigar los nuevos cultos ayahuasqueros, coinciden en que los
rituales daimistas descansan en un sistema o lógica de “estructuración”
\GHUHIXHU]RGHO´RUGHQµLQWHUQRUHDÀUPDGRFRQVWDQWHPHQWHHQFDGDperformance. Los devotos son más respetuosos del orden que el resto de la
población –concluye el CONFEN– y al compartir una cierta “subcultura”,
a partir de un repertorio o discurso común, interpretan y perciben los
efectos del enteógeno de un modo similar, reforzando para sí mismos un
Iglesias neoayahuasqueras en Brasil
171
orden simbólico. Los ritos en el Santo Daime se denominan “trabajos”, y
los principales son himnarios, concentraciones, misas, trabajos de curación y actos (Mac Rae, 1998). Los himnarios son festejos conmemorativos
de días santos, aniversarios de padrinos o simples reuniones fraternales.
(QORVKLPQDULRVRÀFLDOHVORVFRQFXUUHQWHVYLVWHQXQfarda branca (uniforme blanco) y las mujeres se agregan una corona brillante. En otras
ocasiones se usa simplemente farda azul (pantalones de ese color). Según
la ocasión se cantan los himnos “recibidos” por el maestro Irineu, los paGULQRV6HEDVWLmRR$OIUHGRXRWURV/RVÀHOHVGHSLHVHDJUXSDQHQÀOD
por orden de altura en torno a una mesa en la que reposa una cruz de
Caravaca, símbolo de la doctrina, y se distribuyen en cuatro o seis grupos diferentes: hombres, mujeres, jóvenes, mozas, niños y niñas. A veces
acompañándose de sonajeros e incluso de músicos, los participantes efectúan un “baile” o coreografía simple, recitan una oración católica y/o daimista y reciben el “despacho”, es decir un vaso con una pequeña medida
de daime, lo que se repetirá varias veces durante el trabajo, a intervalos de
unas dos horas. Todo el himnario puede desarrollarse en un lapso de seis
DGRFHKRUDVWLHPSRHQHOFXDOORVÀHOHVGHEHQPDQWHQHUVXOXJDUHQOD
ÀODQRFRQYHUVDUQLLQWHUIHULUOD´FRQFHQWUDFLyQµ3XHGHLQWHUUXPSLUVHHO
VLOHQFLR\ODSRVLFLyQÀMDSDVDGDXQDKRUDGHOULWXDO\SRUEUHYHLQWHUYDOR
Concluida la sesión, el “comandante de los trabajos” invoca a Dios Padre,
a la Virgen, a Jesucristo, al patriarca San José y otros seres divinos, y
todos hacen la señal de la cruz.
Como es sabido, la ayahuasca puede provocar vómitos, diarreas
o cierta agitación por los procesos emocionales despertados. Por ello
H[LVWHQXQRV´ÀVFDOHVµTXHVHHQFDUJDQGHPDQWHQHUHORUGHQGHOVDOyQ
\GHODVÀODVDQWHHVWRVFDVRVDWHQGLHQGRDTXLHQHVPDQLÀHVWDQDOJXQDGLÀFXOWDGItVLFD(VWRVWUDEDMRVHVWiQDELHUWRVDFXDOTXLHUSHUVRQD
–no fardados– siempre que se cumpla con la norma de respetar tres
días antes y después del ritual una total abstención sexual y alcohóliFD/RVWUDEDMRVGH´FRQFHQWUDFLyQµVHUHVHUYDQVyORDORVÀHOHVfardados en los días 15 y 30 de cada mes: los participantes beben daime y
permanecen sentados con la espalda erguida, en silencio, meditando y
EXVFDQGRLGHQWLÀFDUVHFRQHO´\RLQWHUQR\VXSHULRUµ\HO´SRGHUGLYLQRµ
que todo lo trasciende. Concluido esto, tras dos o cuatro horas se cantan invariablemente de pie los últimos doce himnos de maestro Irineu,
considerados la síntesis de la doctrina.
La misa para los muertos es un rito grave y solemne, sin instrumenWRVQLEDLOHVHQODTXHVHFDQWDQGLH]KLPQRVHVSHFtÀFRVGH,ULQHXLQsertando tres Padrenuestros y tres Avemarías. Existen algunos trabaMRV´GHFXUDFLyQµHVSHFtÀFRVSDUDFLHUWRV´GLVWXUELRVµR´GHVREVHVLyQµ
en presencia o en la ausencia del paciente, donde se usan doce cruces
172
Ayahuasca, medicina del alma
VRVWHQLGDVSRUXQQ~PHURLPSDUGHÀHOHVTXHUHFLWDQDOJXQDRUDFLyQ
FRQWUDSHOLJURV\PDOHÀFLRV7DPELpQKD\WUDEDMRVGHFRQFHQWUDFLyQFRQ
himnos de curación en los que se bebe una cantidad más importante
de daime en un recinto hexagonal (o “casa de la estrella”) especialmenWHGLVHxDGRDWDOÀQ/RVFRQVLGHUDGRV´FXUDQGHURVGDLPLVWDVµSXHGHQ
usar diversas técnicas de acuerdo con su modo personal. Por último,
el “acto” es el duro y solemne trabajo de producción de la bebida, sumamente ritualizado hasta el menor detalle, que implica machacar la
liana (cipó), la mezcla con las hojas de Psychrotia viridis y su cocción en
grandes vasijas y hornallas.
Se podría decir que hoy existen unos ocho mil miembros de las diversas vertientes daimistas. El Santo Daime se concentra mucho más en
el ámbito rural que la Unión del Vegetal, de carácter más urbano. En
ORV~OWLPRVWLHPSRVKDQDSDUHFLGRDOJXQRVFRQÁLFWRVLQWHUQRVHQWUHORV
consumidores citadinos de daime y los productores campesinos y selváticos del enteógeno. Se reeditan aquí las tradicionales antinomias entre
campo y ciudad, ya que unos deben dedicar sus vidas, materialmente
pobres, a preparar la bebida sagrada, mientras los otros la consumen
al mismo tiempo que pueden dedicarse a otras actividades que ofrece la
vida más “cómoda” de la urbe (Fericgla, s/f).
Como parte de la expansión en otros países del Cono Sur de la iglesia
del Santo Daime, el Culto Ecléctico de Fuente de Luz Universal de Argentina (la corriente que dirige a nivel mundial el mestre Imperador Alfredo
Gregório de Melo) ha designado al argentino Eduardo Jorge Pesquero
como autoridad religiosa para su inscripción en el Registro Nacional de
Cultos. El 29 de septiembre de 2005 comenzaron los trámites legales
para su inscripción formal en la provincia de Misiones, y representaciones en Buenos Aires, Mendoza, Rosario y Córdoba. Como era de esperarse, la Dirección General del Registro Nacional de Culto de Argentina
respondió que “habida cuenta que el principal rito de la entidad constituye la consumición sacramental de una bebida denominada «ayahuasca»,
en atención a lo previsto en el artículo 4º del decreto 2.037/1979, esta
Dirección General estima necesario remitir las presentes actuaciones al
Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación, a los efectos de determinar
VLGLFKDSUiFWLFDQRVLJQLÀFDSHOLJURDOJXQRSDUDODVDOXGS~EOLFDµ3
6LQUHDOL]DUHVWXGLRFLHQWtÀFRDOJXQRQLGHWHUPLQDUXQDFRPLVLyQHVpecial como se hizo en Brasil, el secretario de Culto resolvió en 2006 no
3. “Solicitud de Inscripción de la Iglesia del Santo Daime”, Registro Nacional de Cultos.
Letra DICUN, Ref. EXPMRECC 1ž I \ VV FRQ UHVROXFLRQHV ÀUPDGDV SRU
Guillermo Olivieri (secretario de Culto) y José Cardoso (director general).
Iglesias neoayahuasqueras en Brasil
173
hacer lugar a la inscripción porque el Instituto Nacional de Alimentos
dictaminó que la ayahuasca “constituye un peligro para la salud”, pues
“produce brotes psicóticos, sudoración, palidez de piel y mucosas, «alucinaciones» [sic]; euforia; alteraciones del apetito, temblor”, etc.4 No es
necesario que nos explayemos aquí en lo infundado y absurdo de estos
DUJXPHQWRVQLHQODLPSUHFLVLyQWHyULFDRIDOVHGDGGHODVFDOLÀFDFLRQHV
usadas en este documento (ello será tratado en el capítulo siguiente),
pero llama la atención la celeridad con la cual se despachó el asunto sin
FLWDUXQVRORDYDOELEOLRJUiÀFRHVWXGLR PpGLFR R SVLFROyJLFR 3HVTXHUR
como representante de la sección argentina del culto brasileño, interpuso
un recurso de revisión, el cual fue nuevamente rechazado por cuestiones
procedimentales el 26 de marzo de 2007. Cerrada la instancia administrativa, se seguiría una causa judicial de cuya resolución estarán pendientes los pequeños grupos daimistas de Chile, Paraguay y Uruguay.
Mientras tanto, ciertos rituales daimistas se han venido realizando
en localidades cercanas a Rosario y Buenos Aires por algunos pocos
argentinos que conocieron en sus viajes la congregación de los padrinos
Sebastián y Alfredo.
Unión del Vegetal
)XQGDGD FRPR &HQWUR (VStULWD %HQHÀFHQWH 8QLmR GR 9HJHWDO HQ
3RUWR 9HOKR SRU -RVp *DEULHO GD &RVWD HQ ÀJXUDV \ DFtualmente la UDV es la congregación neoayahuasquera con más devotos
y más difundida en Brasil: está presente en más de cincuenta ciudades de casi todos los estados brasileños, con aproximadamente diez mil
DÀOLDGRV \ VHGHV HQ (VWDGRV 8QLGRV *UDQ %UHWDxD +RODQGD 3RUWXgal, España, Japón, etc. Da Costa nació en 1922, y muy joven se alistó
como “soldado del caucho” para recoger látex en la selva amazónica.
Llegó en barco a Manaos y partió a Porto Velho, en el antiguo Territorio
Federal de Guaporé (Rondônia), donde trabajó como enfermero en un
hospital público y conoció a Raimunda Ferreira, “doña Pequenina”, su
esposa. Más tarde se empleó en los cauchutales de Plácido de Castro,
en Acre, próximos a la frontera con Bolivia, donde –en forma similar
a lo acontecido treinta años antes con Irineu Serra– entró en contacto
con indígenas y mestizos bolivianos y con la ayahuasca, a la que pasó a
denominar hoasca. Al parecer la descubrió a través de una persona conocida como Chico Lourenço, según la terminología actual del grupo, un
mestre de curiosidade, es decir un curioso que distribuía el cha o té sin
4. Ibídem.
174
Ayahuasca, medicina del alma
verdadero “conocimiento”. Las visiones y las revelaciones recibidas por
José Gabriel lo convencieron de embarcarse en una misión religiosa.
$ÀQHVGHUHWRUQyD3RUWR9HOKRHQEXVFDGHPHMRUHVFRQGLFLRQHV
para el desarrollo de sus actividades religiosas en el culto creado por él,
distribuyendo la bebida sagrada inicialmente desde una pequeña cabaña de su propiedad. Por aquella época ya se hacía acompañar en sus sesiones por algunos discípulos, quienes se convirtieron en los “maestros”
responsables de la expansión de la doctrina por todo el Brasil.
(QVXVFRPLHQ]RVOD8QLyQGHO9HJHWDOQRWHQtDUHJLVWURRÀFLDO/D
policía llegó a encarcelar al maestro Gabriel en la época del régimen
militar brasileño, lo que generó la publicación en el diario Alto Madeira
de un artículo titulado “Convicción del maestro”: una defensa pública de
los principios y objetivos de UDV, que pronto se acompañó con un regisWURGHÀQLWLYRGHODLJOHVLD&RQVXDQRWDFLyQOHJDOFRPHQ]yHOPDHVWUR
Gabriel la construcción en Porto Velho del primer templo, hoy sede histórica y núcleo principal de UDV ÀJXUD 7DPELpQVHRÀFLDOL]yODSULmera distribución de hoasca fuera de esa región, en Manaos, donde con
el tiempo surgió el Núcleo Caupuri. Cuando el maestro Gabriel “desencarnó” –como dicen sus adeptos– el 24 de septiembre de 1971 en Brasilia, la UDV ya contaba con un cuadro de mestres y un cuerpo de consejo
preparado para transmitir la doctrina. A comienzos de los 80, la sede
principal fue llevada a Brasilia bajo la dirección del maestro Braga.
Inicialmente la UDV se componía sobre todo de caucheros y empleados
federales que regresaban de haber prestado su servicio en la Amazonia,
\WDPELpQGHDOJXQRVMyYHQHVRÀFLDOHVGHOD)XHU]D$pUHDTXHSURWHgieron la organización del hostigamiento de la policía federal, la inteligencia militar y del Servicio Nacional de Inteligencia brasileño (SNI).
Sin embargo, en una segunda fase, muchos de los nuevos adherentes
pasaron a ser jóvenes profesionales de clase media que bien pudieron
haber tenido experiencias previas con otros enteógenos (marihuana,
LSD, mescalina y psilocibina). Así pues, un movimiento rural y de origen
humilde fue asimilando muy pronto una membresía urbana y de clase
PHGLDGRQGHORVRÀFLDOHVGHOHMpUFLWRORVSURIHVLRQDOHV\ORVEXUyFUDWDV
jugaron un importante papel al presentar el culto con una importante
imagen empresarial, alejándose de las tradiciones milenaristas rurales
o las corrientes más modernas de radicalismo ecológico y religiosidad
“alternativa”. Al mismo tiempo, en el interior del grupo se ha desarrollado una compleja jerarquía con el objeto de mantener el liderazgo del
grupo original de seguidores del mestre Gabriel. Su sucesor, el mestre
Raimundo Cameiro Braga, tiene el título de representante geral\RÀFLD
en Porto Velho. Cada rama local tiene a su vez un mestre representante.
/DPLVLyQGHHVWDVÀJXUDVHVRÀFLDUHQODVVHVLRQHVUHJXODUHVPDQWH-
Iglesias neoayahuasqueras en Brasil
175
niendo la pureza y la integridad del culto, previniendo que los secretos
de la preparación de la hoasca caigan en manos de individuos incapaces
de utilizarla correctamente (Henman, 1986).
La UDV fundamenta sus enseñanzas en el principio “evolucionista” de
la reencarnación. A través de sucesivas encarnaciones, el espíritu debe
UHVSHWDUJUDGXDOPHQWHODSUiFWLFDGHO%LHQKDVWDOOHJDUDXQDSXULÀFDción total o santidad. Posee una base cristiana y espiritista (que evita
los episodios de posesión) a pesar de la relación original y ocasional del
mestre*DEULHOFRQHOFXOWRXPEDQGD/RVÀHOHVFUHHQTXH-HVXFULVWRHO
hijo de Dios, es parte de la totalidad divina y su palabra revela el camino verdadero para salvar a la humanidad. La UDV, aunque no desconoce
las propiedades terapéuticas de las visiones, se postula como “orientadora moral en esa evolución espiritual”, respetando la “sublime” misión
de formar una familia, el rechazo de cualquier vicio que desequilibre
la conducta personal (alcohol, drogas) y usando la hoasca con el único
objetivo de proporcionar un “estado de concentración mental” exclusivamente en el marco de su ritual religioso y para dicha evolución.
Ritos, iconografía y utilización de los espacios. Durante las sesiones de consumo de ayahuasca, por lo menos dos veces al mes, se realizan chamadas (mantras o cánticos simples que transmiten enseñanzas,
equilibrio y armonía), tras las cuales los mestres y conselheiros ofrecen
orientaciones útiles a la transformación individual de los miembros. Se
dice que tales sesiones son menos “activas” que las del Daime, con largos períodos de silencio y casi sin imágenes de culto, lo que las hace más
semejantes a una reunión de cuáqueros o luteranos. Hay espacio para
que la gente comparta las impresiones que recibió del Vegetal o para
hacer preguntas al guía que conduce la sesión. Toda esta simplicidad
²GLFHQ VXV PLHPEURV² UHÁHMDUtD OD YLGD GHO IXQGDGRU XQ FDPSHVLQR
cuyo recuerdo mantiene presente el hecho de que “el grado de evolución
espiritual no depende de la erudición ni de los títulos académicos”. La
principal diferencia ceremonial entre el Santo Daime y la UDV reside
en que los daimistas, de carácter más rural y festivo, buscan la iluminación por medio de las visiones extáticas (miraçoes) inducidas por la
ayahuasca, cuyo efecto suelen disfrutar en medio de cantos y bailes
sencillos que sirven para mantener una cierta dinámica y movimiento
en la colectividad; en tanto que los seguidores de la UDV aprovechan
los efectos del enteógeno para hablar y profundizar en conceptos espirituales tales como justicia, verdad, eternidad, el bien, el mal o el
amor (Fericgla, s/f). Los seguidores de la UDV se ven a sí mismos como
una religión basada en los valores cristianos del amor, la comunión y
la fraternidad, a los que se suma el papel de la naturaleza y la ecología
176
Ayahuasca, medicina del alma
mediante el vínculo espiritual que permite el vegetal o té de hoasca.
Mientras los ritos de los daimistas se celebran en medio de cantos y
bailes, los de la UDV suelen transcurrir con los participantes sentados
alrededor de un mestre que con su discurso y sus respuestas a las preguntas de los asistentes se acercaría más al papel de un psicoterapeuta, aunque dentro de un marco “espiritualista” con uso de camisas y
uniformes rituales especiales.
La Unión del Vegetal pretende haber rescatado la pureza original e
integridad del cristianismo primitivo de sus primeros tres siglos, cuyos
posteriores desvíos doctrinarios, en sucesivos concilios, fueron distorsionando la tradición originaria. En el año 543, una autoridad eclesiástica –el patriarca Menas, de Constantinopla– redactó y promulgó un
documento negando categóricamente la reencarnación, lo que se ajusWDEDPHMRUDOXVRGHORVFRQFHSWRVGH´LQÀHUQRµ´SXUJDWRULRµ\´FDVWLJR
post mórtem”, como medios de ampliar el poder temporal del clero sobre
la sociedad a través del temor.
En este sentido, la UDV –igual que las demás iglesias neoenteogéQLFDVFRQVXVUHVSHFWLYDVVXVWDQFLDVDPSOLÀFDGRUDVGHODFRQFLHQFLD²
considera la ayahuasca como una dádiva de Dios, un instrumento para
acelerar la evolución espiritual del ser humano que ha existido desde
los inicios míticos de los tiempos y que se redescubre periódicamente
para el bien de la humanidad. En sus ceremonias sólo los dirigentes
entonan las “llamadas” (cánticos que “llaman a las fuerzas de la naturaleza”) dejadas por el maestro Gabriel. La cosmología del grupo está
compuesta además por una serie de historias legendarias (especie de
parábolas) y personajes de gestación incierta que claramente no están
originados en fuentes indígenas, sino en una mezcla de sistemas de
creencias de los mestizos bolivianos, peruanos y brasileños de las zonas
IURQWHUL]DV6HLQFOX\HQÀJXUDVGHXQLYHUVRVUHOLJLRVRVGLVWLQWRVFRPR
la Princesa Samaúma, la Reina de la Floresta, Iemanjá, Salomón (el
Rey, “autor de toda la ciencia”), Tío Huaco (“El Mariscal”, “la Fuerza”,
“la Banisteriopsis”) y Caiano (o In-Caiano, la reencarnación del Inca,
“el primer huasquero”), entre otros (Labate, 2001).
Anthony Henman, investigador de la Universidad de Londres que
estudió a este grupo en 1978 y nuevamente en la década del 80, explica
mejor esta cosmología:
Salomón remite al Antiguo Testamento y al elemento cristiano del folclore mestizo, mientras que Tío Huaco y la alusión al
Inca sugieren la inclusión de elementos de la serranía quechua
ausentes en Brasil, pero distribuidos ampliamente a través de la
frontera.
Iglesias neoayahuasqueras en Brasil
177
/DUHODFLyQHQWUHHVWDVWUHVÀJXUDVHVFRPSOHMD\SUREOHPiWLca. Al rey Salomón se le atribuye el haber proporcionado la “llave” mística para el uso del brebaje alucinógeno. Lo hizo cuando
menos en dos ocasiones: al héroe mítico, el mestre Caiano, el Inca
UHHQFDUQDGR\DODÀJXUDKLVWyULFDGHmestre Gabriel, al que no
se considera el creador sino el re-creador de la UDV (grupo esotérico que ya había existido en los tiempos míticos, conducido por
el mestre Caiano). Al comienzo de una sesión en la que se beberá
hoasca, se llama al espíritu del mestre Caiano para que guíe los
estados de conciencia producidos por la droga.
Por otro lado, al Tío Huaco no se lo asocia con los mitos que
describen el uso correcto del brebaje, sino con el origen mismo de la
enredadera Banisteriopsis. Originalmente, el Tío Huaco era consejero del Rey Salomón y mariscal de sus ejércitos. Al morir –suceso
que involucró elementos de la Caída y que provocó la necesidad
de la hoascaFRPRLQÁXHQFLDFRUUHFWLYD²HOFXHUSRGHO7tR+XDFR
dio origen a la primera enredadera Banisteriopsis, conocida como
marilí entre los adeptos de la UDV, donde se considera que reside la
“fuerza” (força) que él emanaba como mariscal. Algunas versiones
del mismo mito aluden al cuerpo de otro consejero del rey Salomón
(Huáscar, que ocasionalmente se pronuncia hoasca) como el origen del segundo ingrediente del brebaje, una planta que semeja
un arbusto, la Psychotria viridis. Ésta es una enorme fuente de
confusión para los nuevos miembros de la UDV ya que, en la refeUHQFLDPiVGHÀQLGDhuasca (como opuesto de la hoasca, la bebida
preparada) es el nombre indígena de la enredadera Banisteriopsis
cuando estaba cruda y en su estado original e irreconocible, antes
de que su uso fuera comprendido y viniera a ser llamada marilí.
(Henman, 1986)
Toda la transmisión del conocimiento se lleva a cabo por vía oral.
Los rituales son realizados dos veces por mes, a excepción de algunas
fechas anuales especiales y de las sesiones instructivas, restringidas a
los niveles jerárquicos superiores, y duran cuatro horas. Durante las
sesiones, además de las llamadas entonadas y de las historias, según la
ocasión, se hacen silencios, se oyen músicas como forró (música popular
del norte y nordeste del Brasil), andina o new age\ORVÀHOHVIRUPXODQ
preguntas que los maestros responden. En este contexto, según la acepFLyQTXHOHRWRUJDHOJUXSRODSDODEUDSRVHHXQVLJQLÀFDGRHVSHFLDOXQD
fuerza propia, una “sustancia” que le es inherente y que tiene un efecto
sobre la realidad (Labate, 2001).
Una sesión típica comienza al anochecer o durante las últimas horas
de la tarde, en cuartos blancos sin más imagen que algún retrato del
mestre Gabriel o pinturas de visiones obtenidas con la hoasca. Los par-
178
Ayahuasca, medicina del alma
ticipantes de mayor jerarquía se ubican alrededor de una mesa central
LQÁXHQFLD GHO HVSLULWLVPR \ ORV GH PHQRU UDQJR HQ VLOORQHV ODWHUDOHV
Se bebe de pie tras pronunciar un breve rezo individual o palabras de
agradecimiento. Los mestres y conselheiros beben en primer lugar y una
mayor dosis que los demás. Durante el período de latencia, aproximadamente 30 o 50 minutos, se leen los estatutos de la UDV, que incluyen la
obligación de que todos los machetes permanezcan fuera del salón (como
dice Anthony Henman: “Una supervivencia conmovedora del contexto
social original del grupo”), la observancia del uniforme verde con emblema de la UDV, la prohibición de beber y fumar durante la sesión y la abstinencia sexual previa de tres días. Cuando el efecto de la bebida comienza
a ser visible, el mestreRÀFLDQWHGDYXHOWDVDODPHVDFRORFDQGRVXPDQR
sobre el hombro o la cabeza de cada miembro y preguntándole en qué
estado se encuentra. Durante las siguientes dos horas, algunos pueden
alternar las chamadas (“llamadas”) al mítico Caiano, invocando luz y força con períodos de silencio. Cuando el efecto va cediendo, ocasionalmente
puede sonar música grabada como la ya descripta. A veces se sirve aquí
una segunda dosis y el mestre ofrece un sermón que apela a reglas morales que deben seguirse, promoviendo comentarios sobre la “iluminación”
de los propios asistentes. Tras cuatro o cinco horas, el mestre camina
nuevamente alrededor de la mesa, pero esta vez en el sentido contrario
a las agujas del reloj, preguntando acerca de la calidad de la burracheira
QHRORJLVPRSRUWXJXpVLQÁXHQFLDGRSRUORVKLVSDQRKDEODQWHVIURQWHUL]RV
de Perú y Bolivia). Casi todos responden que “muy bien”, cerrando la ceUHPRQLDGHHVWDPDQHUDHORÀFLDQWHFRQXQUH]RÀQDOD&DLDQR
Los contenidos visionarios de la hoasca merecen poco tiempo
de discusión colectiva, pues se siente que el mensaje de esas experiencias es sobre todo personal y que debe usarse para iluminar
dilemas morales cuyas precisas dimensiones se mantienen en el
ámbito privado […] Aunque abunda la imaginería animal y veJHWDO ODV YLVLRQHV HVSHFtÀFDV GH OD FRVPRORJtD GH OD UDV –como
encuentros con el Rey Salomón, el Tío Huaco y sobre todo con el
mestre Caiano– son relativamente escasas. Cuando se presentan,
pueden indicar que el individuo que las experimentó ha sido señalado para convertirse en mestre. Respecto de los llamados “malos viajes”, la imaginería perturbadora, el pánico y la paranoia se
conciben en términos de que la mente tiene ideas “que no sirven”
(não servem), lo cual se adecua al tono pronunciado de automejoramiento en la UDV: la responsabilidad de un “mal viaje” descansa
en las facultades mentales del consumidor; pocas veces, si acaso,
se culpa al entorno material o a circunstancias más amplias de la
vida de una persona. (Henman, 1986)
Iglesias neoayahuasqueras en Brasil
179
(QODSiJLQDZHEGHHVWHFXOWR(www.udv.org.br/) se dice que José
Gabriel da Costa cumplió su elevada misión espiritual al refundar la
Unión del Vegetal, forma religiosa que de algún modo ya existía en la
Tierra muchos siglos antes de Cristo. Según rezan los modernos textos
de la UDV, “su origen data del siglo X a.C., en el reinado de Salomón, rey
de Israel. Por razones directamente ligadas al bajo nivel de evolución
espiritual de la época, la Unión del Vegetal desapareció por un largo
período. Resurge en los siglos V y VI en el Perú, en la civilización inca
FX\RDGYHQLPLHQWR\DSRJHRHQODKLVWRULRJUDItDRÀFLDOQRHVUHJLVWUDGR
hasta los siglos XIII y XIV). Entre un período y otro, el advenimiento del
cristianismo difundió a una escala mayor los fundamentos de la Unión
del Vegetal como instrumento del mismo Poder Superior que se manifestó a través de Jesús, y que ya profesaba Salomón”.
Una interesante iconografía de UDV representa una ventana en forma de ojiva, típica de una especie de castillo o templo medieval, en la
cual descansa un cáliz que proyecta una luz hacia abajo, iluminando
una liana de ayahuasca que crece gigantesca sobre el mundo, bajo la
atenta y dulce mirada de Jesús. En esta alegoría, el cáliz cristiano de la
vida nueva se asocia con la ayahuasca.
De a poco la UDV se conformó como un culto con características socioculturales más urbanas que rurales, y dentro de las grandes ciudades
sus miembros –como ya se dijo– suelen pertenecer a capas medias o
PHGLRDOWDVLQFOX\HQGRSURIHVLRQDOHVFDOLÀFDGRVMXHFHVSROtWLFRVDUtistas, etcétera.
Barquinha
La religión Barquinha fue fundada en 1945 por Manoel Pereira
GH0DWRVïFRQRFLGRSRUORVVHJXLGRUHVFRPR+HUPDQR'DQLHOïHQODV
entonces afueras de la ciudad de Río Branco, estado de Acre, en la
Amazonia brasileña (Sena Araújo, 1999). Antes de esto, el Hermano
Daniel había sido miembro de la iglesia de su amigo Raimundo Irineu
Serra, con quien vivió seis meses en Alto Santo. Bajo esa primera
RULHQWDFLyQHLQÁXHQFLD3HUHLUDGH0DWRVLQLFLyXQDDFWLYLGDGLQGHpendiente en Vila Ivonete bajo el nombre de Centro Espírita Culto
GH2UDomR&DVDGH-HV~V)RQGHGH/X] ÀJXUD 0DWRVIDOOHFLyHQ
\SRUXQDGLVSXWDLQWHUQDDOJXQRVGHVXVÀHOHVDEULHURQHQHO
mismo barrio una nueva iglesia llamada Centro Espírita Daniel Pereira de Matos. El liderazgo de la iglesia inicial quedó en manos de
Manoel Araújo y otras tendencias quedaron lideradas por el maestro
Antonio Geraldo, la madrinha Francisca “Chica” Gabriel y el maestro
Daniel (Mac Rae, 1998).
180
Ayahuasca, medicina del alma
Además del Santo Daime (la religión fundada por Irineu), la otra
LQÁXHQFLDUHOLJLRVDEiVLFDGHODPDWUL]%DUTXLQKDHVHOFDWROLFLVPRSRpular y devocional de las zonas rurales de Brasil. Y sucesivamente el
Hermano Daniel también permitió la inclusión de prácticas de otras
tradiciones religiosas, en particular la posesión del espíritu de acuerdo
con la matriz afro-brasileña (sobre todo de acuerdo con el culto umbanda). Finalmente, la noción y la práctica del espiritismo pasaron a ser
fundamentales para la cosmología y la ética de Barquinha.
Algunas de las categorías centrales de los espíritus que asisten a
la misión son los pretos velhos (los espíritus de los antiguos esclavos
negros que vivieron en Brasil), los caboclos (los espíritus de los indios
ferozmente independientes), los encantados (un conjunto de seres mítiFRVWDOHVFRPRVLUHQDVGHOÀQHVORVHVStULWXVGHORViUEROHVGUDJRQHV
etcétera).
%DUTXLQKD KD VLGR FDOLÀFDGR FRPR XQ FXOWR VLQFUpWLFR R HFOpFWLFR
y también como una nueva y original síntesis en la que tradiciones
ayahuasqueras, espiritistas y afro-brasileñas se han fusionado (Frenopoulo, 2004). No posee una autoridad centralizada; esto, combinado
con una historia y una expansión relativamente limitada, hace que la
DJHQFLDGHORVOtGHUHVFDULVPiWLFRVDSDUH]FDFRPRODPD\RULQÁXHQFLD
en cuanto a interpretación, doctrinas, rituales y símbolos. Algunos han
FRQWLQXDGRFRQODDSHUWXUDGHQXHYDVLJOHVLDVRWURVVHKDQPRGLÀFDGR
o desaparecido y nuevos elementos (por ejemplo, los uniformes usados
en las ceremonias) van apareciendo con el transcurso del tiempo. Además, la propia religión está sujeta a las revelaciones sobrenaturales,
que van determinando parte del corpus y aportan elementos nuevos,
ORVTXHVHYDQPH]FODGR\UHVLJQLÀFDQGRPXWXDPHQWHFRQVDQWRVFDWylicos y orixás del África occidental.
$SHVDUGHODVtQWHVLVRHOHFOHFWLFLVPRODUHOLJLyQVHDXWRGHÀQHFRPR
cristiana y parece haber una hegemonía de los elementos provenientes
de la liturgia católica. Muchas entidades que en mitologías indígenas
SXHGHQWHQHUXQUROD[LROyJLFRDPELYDOHQWHVH´SDFLÀFDQµ\´FULVWLDQLzan”, mientras que otros aspectos de la cosmogonía siguen siendo coherentes con las tradiciones indígenas del chamanismo amazónico, tales
como la existencia de tres reinos: el Cielo, la Selva y el Mundo Submarino (Luna y Amaringo, 1991).
Pero la contribución amerindia más importante es por supuesto el
uso sacramental de la ayahuasca, que facilita el acceso al conocimiento espiritual y a la limpieza en una situación similar a la valoración
que las tradiciones africanas dan al trance de posesión, en este caso
con una misión más amplia de cierto carácter “cristiano”. Los espíritusguía brindan asesoramiento moral, doctrinas, curación y otras formas
Iglesias neoayahuasqueras en Brasil
181
de asistencia a los participantes; cuentan con una sala especial y la
parafernalia necesaria para llevar a cabo esta tarea. De este modo tradiciones amazónicas y africanas se han incorporado como complemento
para una misión y un programa de desarrollo moral y de salvación de
tipo cristiano, con el acento puesto en la caridad y la ética, además de
un servicio de curación y de consejería para preocupaciones inmediatas.
A diferencia del culto candomblé, donde la intensa experiencia extática de ser poseído por un orixáHVODPHMRUUD]yQSDUDMXVWLÀFDUODSDUticipación, en Barquinha es principalmente el desempeño de la caridad
el que hace que un médium permita al espíritu-guía “irradiar” su cuerpo, sin alojarlo, dado que no sería capaz de contener la poderosa energía
de un orixá, pero sí de dejarse “irradiar” por su fuerza espiritual.
De este modo los adherentes construyen con los elementos de las
tradiciones diferentes un todo inclusivo y armónico.
Los discípulos del Hermano Daniel hicieron sucesivas adaptaciones de los ritos, las prácticas y la arquitectura Barquinha al abrir más
iglesias. Una de las más importantes fue inaugurada en 1994 (Centro
Espírita de Obras e Caridade Príncipe Espadarte) por una de sus más
respetadas seguidoras y su principal médium: Francisca Gabriel Nascimento dos Campos (conocida como madrinha Chica Gabriel) (Sena
Araújo, 1999).
Según Christian Frenopoulo (2004), en muchos casos las tradiciones
se han fundido en formas muy complejas y los participantes no son totalmente conscientes de la diversidad de orígenes históricos de los elementos
que las componen, y posiblemente tiendan a considerarlos como originalmente dados en conjunto. Al respecto, cuenta que una vez fue testigo de
una conversación entre fardados (miembros de la iglesia; literalmente:
“uniformados”) en el que uno explicaba a otro que un cierto himno referido a San Francisco de Asís, que se canta a menudo en el templo Príncipe
Espadarte, había sido tomado de la liturgia católica romana contemporánea. El fardado respondió con sorpresa que siempre había pensado que se
trataba de un himno del repertorio original de Barquinha.
Otro ejemplo es el de un ponto cantado (invocación umbanda para
hacer descender un espíritu) que escuchó cantar una vez en una gira en
el Príncipe Espadarte (gira es también un término umbandista para un
ritual colectivo en el que se llaman por orden a los espíritus para que
desciendan). En dicho rito se anunció que sucesivamente varios pretos
velhos descenderían para “irradiar” a los médiums, mencionándolos con
los nombres comúnmente usados en ese templo. Más tarde, el investigador escuchó el mismo ponto cantadoHQXQVLWLRZHEXPEDQGDSHUR
con nombres diferentes. Aquí parece que el ponto cantado se ha adaptado al contexto de este templo Barquinha en particular. La melodía, la
182
Ayahuasca, medicina del alma
mayor parte de la letra y el propósito espiritual se habían mantenido.
Sólo los nombres de las entidades se habían ajustado.
La instrucción ritual llevada a cabo en el hall principal de la
iglesia puede ser usada para ilustrar cómo las diferentes tradiciones se sueldan en un solo ritual. Durante esta ceremonia, la
liturgia consiste esencialmente en la alternancia de una letanía
de oraciones católicas que se recitan tras los cantos de los salmos,
durante varias horas. Esta parte del ritual llevada a cabo por
los fardados resuena a las prácticas del catolicismo devocional.
Ahora, otro aspecto fundamental de este ritual es la descendencia intercalada espontánea de los espíritus, que irradian a los
médiums, y que dan discursos y enseñanzas a la congregación,
generalmente de contenido moral. La inclusión de la posesión del
espíritu […] proviene históricamente de la tradición del África
occidental, a través de la religión afrobrasileña umbanda. Simultáneamente, fardados y otros participantes beben Santo Daime
(que se sabe deriva de las tradiciones amerindias de la Amazonia
occidental vía la creación neorreligiosa de mestre Irineu). (Frenopoulo, 2004)
En este ejemplo, cada tradición proporciona su aporte singular al ritual Barquiña: la tradición católica establece las oraciones, la tradición
africana proporciona la posesión del espíritu, y la tradición amerindia
proporciona la experiencia espiritual asociada a la utilización de Santo
Daime. Con todo ello se ha creado un ritual único y coherente donde
asimismo puede haber salmos –y de hecho es lo más frecuente– que no
sólo contienen letras católicas, sino que también hacen mención a los
orixás y otros seres (como los encantados). Los espíritus que descienden
a dar discursos tienden a reforzar la ética cristiana y el conocimiento.
/D LQWHQVD H[SHULHQFLD HVSLULWXDO TXH D YHFHV VH SRQH GH PDQLÀHVWR
después de beber Santo Daime se llama miração, que es un término y
una interpretación de la experiencia de acuerdo con las categorías daimistas (Barquinha y Santo Daime).
La integración de las diferentes tradiciones dentro de este ritual
implica un proceso de selectividad y reinterpretación que implica la incorporación de algunos elementos y la exclusión de otros. Por ejemplo,
la distinción de género en el liderazgo de las ceremonias católicas no
es seguido en Barquinha: se ha mencionado ya que el templo Príncipe
Espadarte está dirigido por una mujer. Además, cuando los espíritus
descienden para dar enseñanzas, los médiums rara vez se cambian el
WUDMHRVHFRORFDQODSDUDIHUQDOLDTXHLGHQWLÀFDDOHVStULWXFRPRRFXUUH
en el candomblé, en ciertos rituales umbandas y en otros de Barquinha.
Iglesias neoayahuasqueras en Brasil
183
A pesar de haberse originado en la matriz del Santo Daime, la maracá
(sonajero de metal: distintivo utilizado por Irineu y a su vez tomado de
ciertos chamanismos amazónicos) no se utiliza en Barquinha.
Lo mismo ocurre con las prácticas realizadas en el terreiro, espacio al
aire libre usado para el baile, el toque de tambores y la posesión de espíritus, donde los íconos católicos no están del todo presentes. Prácticas,
rituales y objetos recuerdan mucho la tradición del África occidental.
Sin embargo, durante los rituales, el panteón católico (no solamente)
es recordado en las oraciones y letras de canciones que también interpretan la experiencia. En términos generales, discursos y declaraciones
interpretativas pueden contener mensajes católicos; sin embargo, las
acciones son en su mayoría de origen africano.
Ritos, iconografía y utilización de los espacios. Tanto la sala principal de la iglesia como la sala Congá (donde las entidades sanadoras
atienden a los asistentes) están decoradas con una variedad de repreVHQWDFLRQHVLFRQRJUiÀFDV\REMHWRVTXHDYHFHVVRQFRPSUHQGLGRVSRU
los participantes como originados en diversas tradiciones religiosas.
Tal es el caso de las representaciones de las entidades que han sido
sometidas a un “bautismo” tras sumarse a la misión Barquinha. La
sala principal en sus cultos suele poseer un gran santuario con preeminencia de estatuas e imágenes de los santos católicos, miembros de la
6DJUDGD )DPLOLD \ ORV FDUDFWHUtVWLFRV iQJHOHV DVt FRPR YHODV ÁRUHV
etc. Sin embargo, de acuerdo con el templo Barquinha la sala principal
también puede incluir imágenes de sirenas y otras criaturas del mar,
representaciones de los orixás, de pretos velhos y otras entidades.
Los íconos de las diferentes tradiciones no se colocan al azar. En
general, las representaciones católicas ocupan posiciones jerárquicas
más elevadas. En contraste, los objetos de origen pagano son encontrados más comúnmente debajo de las imágenes católicas. La explicación
de la posición dada por Marcelo Mercante (2002) es que los elementos
paganos no están vinculados a Jesús a través del catolicismo sino que
han sido bautizados especialmente para trabajar para Jesús.
La misma estética se repite en la habitación Congá, donde hay varios gabinetes o santuarios de curación en los que sucesivamente los espíritus-guía asisten a los participantes en las “obras de caridad” que se
realizan los sábados por la noche. Estos gabinetes tienen dos secciones
para colocar imágenes: la plataforma superior, generalmente dominada
por las imágenes católicas (cruces y estatuas de santos), y el suelo o
cerca del piso, donde se establecen las iconografías paganas (tales como
piezas de hierro que representan a los orixás, estatuas de pretos velhos,
etc.) (Mercante, 2002).
184
Ayahuasca, medicina del alma
En Barquinha, los reinos cosmológicos se llaman misterios, y son
básicamente tres: Cielo, Tierra y Mar. Sena Araújo (1999) explica que
hay una jerarquía entre los misterios. Terra y Mar están por debajo de
Céu. Santos católicos ocupan los reinos superiores, mientras que pretos
velhos, caboclos y las criaturas del mar ocupan los reinos inferiores.
Los devotos van a recibir asistencia para hacer frente a una variedad
GHSUHRFXSDFLRQHVSUREOHPDVGHVDOXGGLÀFXOWDGHVHPRFLRQDOHVUHODFLRnes sociales, así como los efectos de la magia negra o del mal y la enfermedad, por lo tanto la habitación Congá y el trabajo de los espíritus-guía
puede tener más importancia en lo cotidiano que otros ritos más devocionales realizados en la que sería la “sala principal”: rezos y cantos intermitentes, oración silenciosa o meditación bajo los efectos de la ayahuasca
centrada en el desarrollo espiritual individual de cada fardado. En la
sala principal tal vez la revelación moral interior y las buenas intenciones están más referidas a elementos provenientes del catolicismo.
El mundo dominante y las preocupaciones son vistos e interpretados a través del prisma cristiano, pero para muchos casos,
las soluciones y estrategias utilizadas para hacer frente a ellos son
también africanas y amerindias, teniendo en cuenta el papel absolutamente central asignado a Santo Daime. (Frenopoulo, 2004)
Barquinha es la congregación que menos adeptos tiene entre los cultos neoayahuasqueros de Brasil –unas pocas centenas casi restringidos
en Río Branco–, pero sus características tan eclécticas y la fuerte inÁXHQFLDGHODVWUDGLFLRQHVDIULFDQLVWDVSXHGHQSURPRYHUXQFUHFLPLHQto mayor en el futuro.
/RVFUXFHVFLHQWtÀFROHJDOHV
En 1985, con el rápido crecimiento de estos neocultos ayahuasqueros, la División de Medicamentos (DIMED) del Ministerio de Salud, por
su propia cuenta y sin la debida autorización del Consejo Federal de
Estupefacientes (CONFEN), incluyó la Banisteriopsis caapi como sustancia proscripta en el Brasil. Tras una denuncia por uso de drogas ilícitas
\ OD SHWLFLyQ GH DQXODU OD SURVFULSFLyQ SRU SDUWH GH XQD DÀOLDGD D OD
UDV en Brasilia, el gobierno brasileño creó una comisión especial dentro
del Ministerio de Justicia para que realizara una investigación sobre
la ayahuasca y la “gente del Daime”. Durante algunos años, un equipo
transdisciplinar compuesto por psiquiatras, antropólogos, psicólogos,
MXULVWDV PpGLFRV VRFLyORJRV ÀOyVRIRV SROLFtDV \ H[SHUWRV GHO &RQVHMR
Iglesias neoayahuasqueras en Brasil
185
Federal de Estupefacientes realizó un extenso trabajo de observación,
entrevistas, seguimiento y participación en las ceremonias daimistas
de varias comunidades, algunos miembros de la comisión consumieron
repetidamente el enteógeno, hasta que en 1987 se liberalizó de forma
RÀFLDO HO FRQVXPR GH D\DKXDVFD WDO FRPR KDEtD VXFHGLGR HQ (VWDGRV
Unidos respecto del peyote bajo uso religioso. Las comunidades estudiadas fueron UDV en Brasilia y Jacarepaguá (Río de Janeiro), Santo Daime de Colonia 5000, Alto Santo, Boca de Acre, Cielo del Mapiá (región
amazónica) y Cielo del Mar (Mauá, Río de Janeiro).
La comisión determinó que no se registraron efectos orgánicos anormales en el “alucinógeno”, salvo vómitos o diarreas periféricas a los efecWRVFRPXQHVHQORVSVLFRDFWLYRV\TXHVXIDEULFDFLyQ²GLÀFXOWRVD²HVWDba hecha siempre en forma comunitaria con especies nativas naturales.
Todo ello llevaba a suponer que la ayahuasca no se presta para un uso
fácil, indiscriminado y recreativo por el público en general. En cuanto a
los efectos sociales, se determinó una convivencia armoniosa en los sectores rurales, muy integradas a su contexto natural, uniformidad de prácticas a pesar de las distancias en la Amazonia y en los centros urbanos
del estado de Río de Janeiro; ningún perjuicio social derivado del uso de
la bebida y, al contrario, juzgaron como bastante severos los patrones
morales, advirtiendo que el uso ritual de la infusión estaba orientado a
“buscar la felicidad social dentro de un contexto ordenado y de trabajo”.
(OLQIRUPHDÀUPDTXHODSDUWLFXODUSHUFHSFLyQSURGXFLGDSRUODD\DKXDVca “no parece una alucinación, en el sentido de desvarío o insalubridad
mental, sino la búsqueda de lo sagrado y el autoconocimiento”.
En 1992, una denuncia anónima y totalmente disparatada puso
nuevamente el tema de la ayahuasca en el tapete, y por ello se creó
una nueva comisión que incluyó entre otros a Elisaldo Carlini (médico)
\D(GZDUG0DF5DH DQWURSyORJR &DUOLQLRSLQyTXHODD\DKXDVFD´QR
provoca cambios de la personalidad sino alteraciones temporales de los
sentidos, pero que pueden ser canalizadas hacia un lado positivo de la
YLGDVRFLDOHLQGLYLGXDO\QRVLJQLÀFDQVLWXDFLRQHVQHJDWLYDVSHUMXGLciales o patológicas”. Para Mac Rae, la sustancia se usaba en Brasil desde hacía al menos sesenta años en prácticas integradoras y ordenadas
GHORVXVXDULRVDOPHGLRHQTXHYLYHQ VHOYDRFLXGDG (QGHÀQLWLYD
HOFRQÀQDPLHQWRGHODVSUiFWLFDVVyORDOD$PD]RQLDRVXSURVFULSFLyQ
WRWDOQRWHQGUtDVHQWLGR\VLJQLÀFDUtDPD\RUYLROHQFLDVRFLDOTXHDOJ~Q
eventual efecto colateral no comprobado, reeditándose el triste intento
de represión de los cultos africanistas (umbanda, candomblé) a principios del siglo XX. Por lo tanto, el CONFEN volvió a recomendar excluir
de cualquier prohibición de las listas del DIMED la ayahuasca, “cuyos
principales nombres brasileños son «Santo Daime» y «vegetal», y las
186
Ayahuasca, medicina del alma
especies vegetales que la integran: Banisteriopsis caapi, vulgarmente
conocida como cipó, jagube o mariri, y la Psychotria viridis, conocida
como hoja, rainha o chacrona” (Mac Rae, 1998).
Cabe señalar que un episodio similar en la sede estadounidense de la
UDV llevó a un intento de prohibición, cuyo fracaso llama gratamente la
atención en un país conservador, obsesionado en su indiscriminada “guerra contra las drogas” y propenso a sospechar de exotismos foráneos. Sin
embargo, tanto el gobierno de Estados Unidos como la DEA han fallado en
su propuesta de prohibir una rama de Nuevo México del Centro Espirita
%HQHÀFLHQWH 8QLmR GR 9HJHWDO (O JRELHUQR KD HVWDGR OXFKDQGR GHVGH
1999 para prohibir la práctica, pero el Tribunal Supremo dictaminó unánimemente que la Iglesia de Santa Fe (Nuevo México) puede importar y
utilizar legalmente la ayahuasca para los ritos religiosos hasta que se lleYHDFDERXQDDXGLHQFLDÀQDO(VODSULPHUDGHFLVLyQGHOLEHUWDGUHOLJLRsa, bajo el ministro de Justicia John Roberts, que dictaminó rápidamente
que el gobierno debe permanecer fuera de las prácticas religiosas de una
iglesia. Roberts escribió que los agentes federales antidroga no deberán
VHUDXWRUL]DGRVSDUDFRQÀVFDUHOWpGHODD\DKXDVFDGHODLJOHVLD5REHUWV
es escéptico de la posición de “tolerancia cero” del gobierno y creyó que estaban exigiendo demasiado. El jurista destacó que la ley federal permite
el uso del peyote por la Iglesia Nativa Americana. “Si tal uso se permite
[…] para los centenares o millares de nativos americanos que practican
su fe”, escribió Roberts, “es difícil ver cómo esos mismos resultados por
sí solos pueden imposibilitar cualquier consideración de una excepción
similar para los ciento treinta o más miembros norteamericanos de UDV
que quieren practicar la suya” (citado por Rogers, 2006). “Éste no es un
caso donde los grupos religiosos estén pidiendo inmunidad de leyes públicas, sino simplemente una importante revisión en la habilidad de los
gobernantes de interferir con prácticas religiosas”, dijo Melissa Rogers
(2006), profesora invitada de religión y políticas públicas en la Wake Forest University Divinity School.5
La UDV propendió además al estudio conocido como Proyecto Hoasca, una investigación de los efectos de la hoasca conducido por Charles
*URE'HQQLV0F.HQQD\-DFH&DOODZD\6HWRPDURQSDUDODPXHVWUD
quince miembros del culto con un historial de más de diez años en el
uso frecuente del brebaje, junto con otras quince personas que jamás
habían consumido el “vegetal”, como grupo de control. Los exámenes
psiquiátricos estuvieron encaminados a determinar el análisis de la
9pDVH HQ OD SiJLQD ZHE GH UDV el fallo completo de la Corte Suprema de Estados
Unidos: www.udvusa.com.
Iglesias neoayahuasqueras en Brasil
187
estructura de la personalidad, la posible existencia de dependencia u
otros disturbios psiquiátricos actuales o anteriores en los usuarios, evaluaciones neuropsicológicas tales como memoria auditiva de corta duración, percepción orgánica, sensorial y mental vivenciada durante la
experimentación con el té, etc. Además, las investigaciones incluyeron
GHWDOOHVFOtQLFRV FRQGLFLyQJHQHUDOGHVDOXG QHXURHQGRFULQRV YHULÀcación del comportamiento de algunas hormonas y su correlación con
mecanismos de acción de los constituyentes de la hoasca en el cerebro),
neurorreceptores (serotonina en plaquetas), farmacocinéticos (distribución y metabolización de las sustancias del “vegetal” en el organismo
humano) y, por si fuera poco, estudios en animales de potencial neurotoxicidad aguda (para saber si la ayahuasca causa algún daño en el
VLVWHPDQHUYLRVRFHQWUDO IRWRTXtPLFRV\ERWiQLFRV LGHQWLÀFDFLyQSUHcisa de las especies vegetales, dosis y principios activos presentes). La
UDV hizo participar en el proyecto a una serie de universidades: cinco de
Brasil, tres de Estados Unidos y una de Finlandia. Los resultados sugirieron una vez más las potencialidades terapéuticas de la ayahuasca:
muchos de los usuarios tenían problemas con el alcohol, ansiedad o depresión antes de su iniciación a la UDV, pero los desórdenes remitieron
sin reaparición luego de su permanencia en el culto. Todos admitieron
con énfasis que habían experimentado transformaciones radicales de
comportamiento, de actitud hacia otras personas y de su perspectiva
de vida a parámetros más positivos, reduciendo o eliminando cóleras
crónicas, resentimientos, agresividad y enajenación, así como dijeron
haber adquirido mayor control de sí mismos y más responsabilidad hacia su comunidad, su familia y cofrades. Los resultados en memoria y
concentración resultaron también positivos.
Hacia 2001 se realizaron estudios de los efectos psicológicos y psicoterapéuticos facilitados por el uso de la ayahuasca en miembros británicos de una sede daimista de Londres. Los resultados, desde una perspectiva basada en la psicología humanista con inclusión de elementos
de la psicología transpersonal, consideraron nuevamente el ritual y la
sustancia como un todo integrado y único.
Más recientemente se dio a conocer la tesis de Rafael Guimarães
dos Santos (2006), que toma como población de estudio a miembros del
Daime con largo uso de ingestas de la bebida sagrada. Sus conclusiones
abundan nuevamente en la potencialidad terapéutica de la ayahuasca
en los mencionados problemas emocionales.
7RGRV HVWRV EHQHÀFLRV FRPSUREDEOHV \ HO QHFHVDULR PDUFR FHUHPRQLDO\GHVHQWLGRTXHGHEHGDUVHDODVH[SHULHQFLDVDPSOLÀFDGRUDVGHOD
conciencia no invalidan la existencia de algunas personas defraudadas
por cierta rigidez o sectarismo en estas neorreligiones, por ejemplo, que
188
Ayahuasca, medicina del alma
miembros de UDV se pasen a núcleos urbanos del Daime (o viceversa) o
directamente comiencen una exploración individual –quizá viajando a
los países andinos– para conocer usos más originales y chamánicos, o
WDOYH]HQXQPDUFRPiVFLHQWtÀFR\OLEUHTXHUHOLJLRVR\XOWUDUULWXDOLzado. Ambos caminos pueden tener sus pros y sus contras.
Reglamentaciones para el consumo religioso
A principios de 2010 se conoció una nueva regulación del Consejo
Nacional de Políticas sobre Drogas (CONAD), del Gabinete de Seguridad
Institucional de la presidencia de la República Federativa de Brasil. La
resolución autoriza el consumo de la bebida en rituales religiosos y veda
VXXWLOL]DFLyQFRQÀQHVFRPHUFLDOHVWXUtVWLFRV\WHUDSpXWLFRV(VWDUHJODmentación fue publicada en el 'LiULR 2ÀFLDO GD 8QLmR.6 El texto recomienda también que las iglesias ayahuasqueras realicen una entrevista
con aquellos que se disponen a beber el chá (té de ayahuasca) por primera vez y eviten su uso personas con trastornos mentales y usuarios de
drogas, lo cual se viene respetando escrupulosamente en el uso profesional terapéutico o experimental en otros países, en contextos occidentales
QRHVSHFtÀFDPHQWHUHOLJLRVRV(VWDRÀFLDOL]DFLyQGHOJRELHUQRSUHVLGLGR
por Luiz Inácio “Lula” da Silva es el último capítulo de un largo proceso
de más de veinte años de investigaciones, idas y vueltas de organismos
S~EOLFRV\HVWXGLRVRÀFLDOHVTXHWDPELpQFRQWyFRQXQLPSRUWDQWHDQtecedente: las declaraciones de su ministro de Cultura, Gilberto Gil, de
visita en Acre (mayo de 2008) reconociendo la predisposición a declarar el
uso ritual de la ayahuasca como patrimonio cultural inmaterial de Brasil
dentro de las nuevas convenciones de la UNESCO. Tal declaración ya está
siendo avalada por la Cámara Técnica del Patrimonio Inmaterial del Ministerio de Cultura, aunque Perú se adelantó declarando los conocimientos y usos indígenas tradicionales del brebaje como patrimonio cultural.7
6. Noticia publicada en el sitio http://www.cultura.gov.br/site/2010/01/28/ayahuasca
el 28 de enero de 2010.
7. Declaración Patrimonio Cultural de la Nación a los conocimientos y usos tradicionales
de la ayahuasca practicados por comunidades nativas amazónicas. Resolución Directoral
Nacional 836, INC. Lima, 24 de junio de 2008. “CONSIDERANDO […] Que la planta ayahuasca
(Banisteriopsis caapi) es una especie vegetal que cuenta con una extraordinaria historia
cultural, en virtud de sus cualidades psicotrópicas y que se usa en un brebaje asociado a
la planta conocida como chacruna (Psichotria viridis). Que dicha planta es conocida por el
mundo indígena amazónico como una planta sabia o maestra que enseña a los iniciados
los fundamentos mismos del mundo y sus componentes. […] Que los efectos que produce
Iglesias neoayahuasqueras en Brasil
189
A pesar del indiscutible avance que estas medidas suponen, tanto
HQ%UDVLOFRPRHQ3HU~HVGHHVSHUDUTXHHQHOIXWXURODRÀFLDOL]DFLyQ
y reglamentación religiosa se amplíe también al uso profesional psicoterapéutico y de exploración antropológica transpersonal. ¡Sería absolutamente contradictorio que tal cosa no sucediera pronto, con la base
experimental citada ya existente! Por otro lado, la confusión legal continúa. Mientras Brasil veda el “uso turístico”, Promperú, la comisión
que se encarga del desarrollo turístico peruano, promueve las visitas de
“salud y misticismo”8 a través de “baños termales, sesiones chamánicas
y peregrinación a parajes energéticos”, mencionando las “plantas medicinales” e incluyendo explícitamente las enteogénicas. Mientras en
Perú se protege el uso tradicional diferenciándolo de “usos occidentales
GHVFRQWH[WXDOL]GRVµ %UDVLO GHÀHQGH FRPR OHJtWLPR HO XVR ´GDLPLVWDµ
que ya hemos visto, el cual no es más que una difusión cultural mixturada y sincrética de los años 30 y 40, muy diferente al modo originario
arcaico –bastante cercano a un uso terapéutico– nacido en los países
amazónicos vecinos y zonas fronterizas. Por otro lado, el propio “uso
tradicional” étnico-tribal y chamánico (que existió por milenios antes
que se formaran los propios Estados latinoamericanos, pero cuya base
VRFLRHFRQyPLFD GHVDSDUHFH FRQ FHOHULGDG HVWi PRGLÀFiQGRVH UiSLGDmente en las nuevas generaciones de indígenas9ïPXFKDVYHFHVLQFHQWLYDGDVSRUHOPRGHUQRLQWHUpV´RFFLGHQWDOµïODVFXDOHVKDQFRPHQ]DGR
a iniciarse en el camino chamánico, no por motivaciones tradicionales
(sanar a su comunidad) sino por especulaciones netamente económicas: el turismo new age R OD FRODERUDFLyQ FRQ FLHQWtÀFRV HQ VHVLRQHV
la ayahuasca, ampliamente estudiados por su complejidad, son distintos de los que
usualmente producen los alucinógenos. Parte de esta diferencia consiste en el ritual que
acompaña su consumo, que conduce a diversos efectos, pero siempre dentro de un margen
FXOWXUDOPHQWHGHOLPLWDGR\FRQSURSyVLWRVUHOLJLRVRVWHUDSpXWLFRV\GHDÀUPDFLyQFXOWXUDO
[…] Que se busca la protección del uso tradicional y del carácter sagrado del ritual de
ayahuasca, diferenciándolo de los usos occidentales descontextualizados, consumistas y
con propósitos comerciales. […] SE RESUELVE: Artículo Único. DECLARAR PATRIMONIO CULTURAL
DE LA NACIÓN a los conocimientos y usos tradicionales de ayahuasca practicados por las
comunidades nativas amazónicas, como garantía de continuidad cultural. Regístrese,
comuníquese y publíquese. JAVIER UGAZ VILLACORTA. Encargado de la Dirección Nacional,
Instituto Nacional de Cultura”.
8. Folleto editado por Promperú, “Salud y misticismo”, Lima, Comisión de Promoción del
Perú, Calle 1 Oeste Nº 50 Pisos 13 y 14, San Isidro, Lima 27 (Perú).
9. “Algunos chamanes viejos señalan que la generación más joven está fallando en
respetar las estrictas reglas del aprendizaje y que carecen de conocimiento sobre el
mundo natural”, Rama Lecrerc, antropóloga francesa estudiosa del chamanismo shipibo
en Pucallpa, citada por Narby (2009).
190
Ayahuasca, medicina del alma
urbanas. Por si esto fuera poco, los propios cultos religiosos brasileños
KDQ HVWLPXODGR ODV LQYHVWLJDFLRQHV FLHQWtÀFDV SDUD SUREDU OD HÀFDFLD
WHUDSpXWLFDGHODSODQWD\ÀQDOPHQWHHVXQGHEDWHPX\LQWHUHVDQWH
determinar quién tiene la capacidad para distinguir, tratándose de la
ayahuasca, las consecuencias netamente espirituales o religiosas de las
netamente psicoterapéuticas (¿o la etimología de psique no es “alma”?
¿O no es cierto que un mayor sentido de sanidad interior involucra una
mayor adaptación y equilibrio en las relaciones con los demás y el cosmos, procurando mejor vínculo, más sentido… re-ligar, la etimología de
lo religioso? ¿Quién se animaría, tratándose de la ayahuasca, a trazar
fronteras muy rígidas entre terapia, ritual y viaje iniciático?).
Elementos comunes a todas las iglesias de la ayahuasca
3DUD ÀQDOL]DU HVWH FDStWXOR UHPLWLPRV DO OHFWRU QXHYDPHQWH DO \D
citado trabajo de Fericgla (s/f), quien distingue una serie de elementos
comunes a todas las iglesias brasileñas de la ayahuasca, los que constituyen parte de la estructura inmaterial o idiosincrásica que las caracteriza:
‡ El carácter oral de sus enseñanzas y técnicas. Prácticamente no
existe ningún manual o libro con los objetivos ni doctrina escrita
TXHXQLÀTXHDORVSUDFWLFDQWHV'HVGHODFLWDSDUDODVFHUHPRnias rituales hasta lo más profundo de sus enseñanzas se transmiten por medio de la oralidad.
‡ El carácter mesiánico, esperando la venida del nuevo Mesías,
aunque varíe entre unas y otras iglesias la concepción del Mesías por llegar. En general, esperan el tercer Testamento y una
segunda venida de Cristo.
‡ Funcionan alrededor de maestros o líderes carismáticos, lo cual
alimenta y es alimentado por el carácter oral.
‡ Buscan fundar una nueva sociedad. En el caso de los daimistas
se habla del Imperio Juramidam y de la Nueva Jerusalén como
el lugar donde morarán los que sobrevivan al futuro Apocalipsis
que se acerca.
‡ Comparten los problemas políticos derivados del uso de enteógeQRVSDUDÀQHVHVSLULWXDOHVFX\RGHVDUUROORKDSXHVWRHQHYLGHQcia la inexistencia de problema social o sanitario alguno.
‡ Tienen muchos seguidores no comprometidos con la estructura
de la iglesia pero interesados en su camino espiritual y social.
‡ La ayahuasca no ha sido incluida en ninguna lista de sustancias
prohibidas en aras de su uso religioso (gracias a que no genera
Iglesias neoayahuasqueras en Brasil
191
ningún tipo de dependencia ni toxicidad), con lo cual las religiones de la ayahuasca, como las iglesias del peyote, se sitúan en
cierta forma a la cabeza del movimiento mundial en favor de una
liberalización del consumo de sustancias psicotrópicas.
‡ Las iglesias de la ayahuasca ofrecen un nuevo y a la vez viejísimo modelo de espiritualidad mística muy alejada de las corrientes sociales dominantes. Se trata de un misticismo autorremunerativo, carente de graves dogmatismos y actos de fe, basado en
la experiencia inmediata de lo numinoso, lo cual genera algunos
problemas inherentes a toda religiosidad basada en la experiencia mística: algunos practicantes son reales buscadores de lo numinoso, en tanto que otros seguidores buscan más el apoyo soFLDO\DIHFWLYRGHVXVFRUUHOLJLRQDULRV \D6DQ$JXVWtQDÀUPDED
que entre los seguidores de las religiones se encuentra lo mejor
y lo peor de la especie humana).
‡ A raíz de tal expansión, también se observa una nueva situación
problemática. La gran cantidad de practicantes de tales espiritualidades psiconáuticas ha llevado a que la cantidad necesaria de
enteógenos sea cada vez mayor en relación con la capacidad de elaboración y de crecimiento del vegetal, en especial entre las iglesias
del peyote. Por ello se podría hablar de una probable sustitución,
presente o futura, de las sustancias visionarias por una ceremoQLDOLGDGEDVDGDHQODIHFUH\HQWH\HQODHÀFDFLDGHORVLPEyOLFR
como ya se ha dado en alguna ocasión; o bien se podría pensar en
la futura incorporación de enteógenos sintéticos, a pesar de la problemática ritual y legal que generaría tal decisión. (Fericgla, s/f)
Por último, agregamos que este fenómeno único de Brasil, la expansión de cultos dogmáticos que despliegan una neomitología vinculada
al milenario brebaje descubierto en sus márgenes fronterizos y países
vecinos, sumado a ciertas fragmentaciones de tales grupos y la existencia en los últimos años de usuarios urbanos fuera de los marcos de
tales religiones –por ejemplo, dentro de contextos terapéuticos, como
hace tiempo ocurre en grandes ciudades de Colombia, Perú, Ecuador,
&KLOH8UXJXD\R$UJHQWLQDïFRPSOHWDQXQFRPSOHMRFXDGURHQHOTXH
los brasileños deberán ser capaces de lograr un delicado equilibrio enWUHODQHFHVLGDGGHXQFRQWH[WRFXOWXUDOSUHFLVR\XQVLJQLÀFDGRSDUD
el consumo del enteógeno, y los peligros correspondientes tanto a una
licencia indiscriminada y sin marco como a una disciplina demasiado
sectaria o rígida, llena de simbología “uniformada”.
Figura 1. Lanzas con motivos inspirados en visiones de ayahuasca creados
por el chamán siona Ricardo Yaiguaje. (Reproducidos por Jorge Ernesto
Alfaro Rivera y tomados de Langdon, 1992)
Figura 2. El chamán Matsiguenka en trance (circa 1970) con su abanico de
hojas, escalera por donde ascienden y descienden tanto él como los espíritus
que contacta y pote conteniendo ayahuasca. (Tomado de Baer, 1994)
Figura 3. Maloca o casa makuna con pinturas visionarias derivadas
de la ingestión de caapi o yagé (Vaupés, Colombia, circa 1970). Representan
motivos geométricos y figurativos: el Sol, la Luna y el espíritu conocido como
el “dueño de los animales”. (Tomado de Reichel-Dolmatoff, 1978)
Figura 4. Diego R. Viegas frente a una maloca con diseños tradicionales
shipibo derivados del uso de la ayahuasca. Comunidad nativa
San Francisco, Perú, 2003.
Figura 5. Danzante barasana tocando sus instrumentos bajo trance de yajé
(río Pirá-Paraná, Colombia, circa 1970). (Tomado de Reichel-Dolmatoff, 1978)
Figura 6. Lamas, Perú, 2009. Las casas lamistas tradicionales de adobe no
poseen ventanas, puesto que los indígenas creen que los espíritus podrían
ingresar a través de ellas. Foto: Diego R. Viegas.
Figura 7. Artista barasana trazando pautas visionarias del yagé en la
arena (río Pirá-Paraná, circa 1970). (Tomado de Reichel-Dolmatoff, 1978).
Figura 8. Tejido shipibo-konibo del Ucayali con los tradicionales patrones
geométricos de la ayahuasca.
Figura 9. Espíritu animado o Esiwi de la ayahuasca según dibujo del
chamán harankbut Alberto Etna, 1977. “Es como una lombriz con muchas
patas y cabeza de hombre. Anda siempre de planta en planta.”
(Tomado de Junquera, 1990).
Figura 10. Máscara kubeo de tejido de corteza pintado, río Querarí.
(www.iande.art.br)
Figura 11. Mestre Raimundo Irineu Serra (1892-1971), fundador del culto
Santo Daime en una composición idealizada actual que lo muestra junto a
las hojas de chacruna (Rainha), la liana ayahuasca (cipó) y la Reina da
Floresta.
Figura 12. Retrato del padrino
Sebastião Mota de Melo
(1920-1990) en la pared de
un templo daimista línea
CEFLURIS (Brasil).
Figura 13. José Gabriel da
Costa (1922-1971), fundador
del culto União do Vegetal
(UDV).
Figura 14. Templo o núcleo histórico Caupuri en Porto Velho.
Figura 15. Templo Barquinha de Francisca “Chica” Gabriel, en el barrio
Vila Ivonete, Río Branco, Brasil.
Figura 16. Antonio Muñoz Díaz, unaia o chamán shipibo, con corona de
plumas y cushma o tari tradicional, plantando una liana de ayahuasca,
2000. Foto: Néstor Berlanda.
Figura 17. Néstor Berlanda y Diego R. Viegas junto al chamán shipibo don
Antonio durante la I Jornada Internacional sobre chamanismo y EAC,
2008. Foto: Javier Mecozzi.
CAPÍTULO 4
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR
\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV*
Yo soy médica, y veo que, en cuanto a los
problemas más serios de nuestra época, nuestras medicinas son impotentes… pero con la
ayahuasca hemos descubierto una medicina verdadera. Medicina con “M” mayúscula… y como
ustedes saben, la ayahuasca es considerada “la”
medicina por la mayoría de los indígenas del
Amazonas y muchas personas en Sudamérica.
Leanna Standish, directora de Bastyr University Research Institute
Y lo sobresaliente de esto es que cerca del 70%
de nuestros voluntarios después de dos meses dijeron que esta experiencia estaba dentro de las
FLQFRH[SHULHQFLDVSHUVRQDOHVPiVVLJQLÀFDWLYDV
de sus vidas. El 30% dijeron que era la experienFLDSHUVRQDOPiVVLJQLÀFDWLYD…
Roland Griffths, farmacólogo, investigador
de la DMT
De todas las aventuras de mi agitada existencia, la única que puede compararse a esta visita
a la dimensión de los chamanes fue tu muerte,
hija. En ambas ocasiones sucedió algo inexplicable y profundo, que me transformó. Nunca volví
a ser la misma después de tu última noche y de
beber aquella poderosa poción: perdí el miedo a
la muerte y experimenté la eternidad del espíritu.
Isabel Allende, sobre su experiencia con la
ayahuasca relatada en La suma de los días
* En este capítulo colaboró como asesora Gabriela Bollettini, médica psiquiatra de la
Universidad Nacional de Rosario, Argentina, quien ejerce funciones en consultorio
privado y en el área de internación del Centro Regional de Salud Mental “Dr. Agudo
Ávila” de esa ciudad.
[ 193 ]
194
Ayahuasca, medicina del alma
Neurotransmisores y estados no ordinarios de conciencia
$ÀQHVGHOVLJOR XIX estaba en auge descubrir los “alcaloides” y principios activos responsables de los intensos efectos de las plantas tradicionales. Los alemanes eran los protagonistas; habían aislado en 1817 el
SULPHUSULQFLSLRELRTXtPLFRYHJHWDOODPRUÀQDGHORSLR JRPDGHPapaver
somnife-rum) y la cocaína de la coca de los Andes (Erythroxylon coca) en
1859. El cactus de peyote fue el que más llamó la atención de los europeos
a partir de su introducción en Europa en 1902 por el explorador sueco
Carl von Lumholtz. El principio activo fue descubierto por Arthur Heffter
en 1898 y sus efectos psicológicos fueron detalladamente descriptos en
dos monografías de la década de 1920, propias de la psiquiatría descriptiva, una obra de Kurt Beringer y la otra de Heirich Kluver (Díaz, 2003).
(Q HO DOHPiQ /RXLV /HZLQ D TXLHQ VH FRQVLGHUD HO SDGUH GH
la psicofarmacología, delinea por primera vez en su obra Phantastica
XQDFODVLÀFDFLyQGHODVVXVWDQFLDVSVLFRWUySLFDVHQFLQFRFDWHJRUtDV euphorica (opio y opáceos); 2) phantastica (peyote, cannabis, amanita
muscaria, ayahuasca); 3) inebriantia (alcohol y otros anestésicos generales); 4) hypnotica VHGDQWHVDUWLÀFLDOHVNDYD\RWUDV \ excitiantia
HVWLPXODQWHVFRPRODFDIHtQDFRFDtQD (VSHFtÀFDPHQWHVREUHODFDWHgoría phantastica dice:
La acción de una sustancia química capaz de provocar estos
estados transitorios (visionarios y psicóticos) sin ninguna molestia física y que duran cierto tiempo, en personas de mentalidad
perfectamente normal, quienes en parte o totalmente son conscientes de la acción de la droga. Es a las sustancias de esta naturaleza a las que denomino fantásticas. Son capaces de ejercer su
SRGHUTXtPLFRHQWRGRVORVVHQWLGRVSHURLQÁX\HQSDUWLFXODUPHQte en las esferas visuales y auditivas, así como en la sensibilidad
JHQHUDO /HZLQ
(VWDGHVFULSFLyQGH/HZLQGHSURYRFDU´HVWDGRVWUDQVLWRULRV YLVLRQDrios o psicóticos)” fue el puntapié inicial para encuadrar a estas sustancias como facilitadoras de psicosis experimentales; si bien el primero en
autoinducirse una “psicosis” fue Jacques-Joseph Moreau, más conocido
como Moreau de Tours, que fue alumno del psiquiatra Jean Esquirol
y considerado el padre de la psiquiatría experimental y el iniciador de
los estudios sobre las farmacopsicosis. Estos experimentos lo llevaron a
consumir hachís en su laboratorio. En su obra principal, Du hachisch et
de l’aliénation mentale, publicada en 1845, consideraba que los efectos
de esa planta constituían “un medio poderoso y único de exploración en
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
materia de patogenia mental”. Es interesante leer el relato que hace de
su experiencia:
Habiéndome voluntariamente sumergido en un estado de
ORFXUDDUWLÀFLDOSXGHWRPDUPHDPtPLVPRFRPRVXMHWRGHPLV
observaciones. Entonces, para mí, se hizo la luz en medio de las
tinieblas; me fue demostrado desde entonces, y mi convicción es
la misma hoy en día, que la locura no es más que, en efecto, el
despliegue del sueño en la vida real. Vi en la acción que el hachís
ejerce sobre las facultades morales un medio potente, único, de
exploración en materia de patogenia mental. A través de esta sustancia, podría ser uno iniciado en los misterios de la alienación
mental, remontarse a la fuente escondida de estos trastornos tan
abundantes, tan variados, tan extraños que designamos bajo el
nombre colectivo de locura. (Moreau, 2010)
La idea de Moreau de Tours llevó a sus continuadores a buscar alguna sustancia que pudiera repetir el modelo de la patología mental en un
VHUKXPDQRDÀQGHGHVFLIUDUHOPHFDQLVPRTXHODSURGXFtD(VWHHQWXsiasmo generó que toda sustancia capaz de reproducir “algo” similar a
los cuadros psicóticos fuera involucrada en la génesis de los mismos, y
la exageración del concepto llevó a conclusiones precipitadas.
Dentro del grupo de sustancias candidatas a imitar estados psicótiFRVHVWDEDQREYLDPHQWHODVGHVFULSWDVSRU/HZLQFRPRPhantastica, y de
ellas, al ser la primera en ser aislada, la mescalina fue la favorita utilizada
en diversos modelos analógicos: psicosis encefalítica epidémica (Claude y
Ey en 1934), estados confusionales-oníricos (Barison y Rotondo en 1943),
SVLFRVLVDOFRKyOLFDV &KZHORVHQ HVTXL]RIUHQLD %HULQJHU\.OXEHU
en 1929; Zuker en 1930; Morselli en 1935; posteriormente Thale, Denber,
Merlis, entre otros) (Ey, 1975, citado por Sanz, Gutiérrez y Casas, 1996).
La síntesis del LSD 25 por Arthur Stoll y Albert Hofmann en 1938 y el
posterior descubrimiento de sus efectos psicodislépticos por parte de este
último en 1943 abrieron un nuevo campo de exploración en las denominadas “psicosis experimentales”, lo que derivó en múltiples estudios que
se cortaron bruscamente a partir de decisiones sociopolíticas en la década
GHO3RUPiVGHYHLQWLFLQFRDxRVQRKXERSXEOLFDFLRQHVFLHQWtÀFDVDO
respecto, salvo en 1974 un estudio de David Young que realiza una comparación fenomenológica entre los estados debidos al LSD y la esquizofrenia, concluyendo que las experiencias con LSD y las debidas a la esquizofrenia son similares en muchos aspectos pese a sus diferencias.
6LELHQKXERHVWXGLRVDÀUPDFLRQHV\XWLOL]DFLyQGHHVWRVFRPSXHVWRV
en el marco de coadyuvantes para el tratamiento de diversos cuadros
psicopatológicos, el entusiasmo inicial de poder contar con un elemento
196
Ayahuasca, medicina del alma
TXHSXGLHVHSHQHWUDUHQORVFRQÀQHVGHODFRQFLHQFLDKXPDQDVXPDGR
D FDXVDV PiV VRFLRSROtWLFDV TXH FLHQWtÀFDV KL]R TXH FDVL VLHPSUH VH
vieran asociados a un marco patológico. A ello se agregó la semejanza
estructural de tales compuestos con neurotransmisores como la serotonina, dopamina y noradrenalina, lo que postuló la posibilidad de la
producción “endógena” de sustancias psicodislépticas. Aquello que en
XQSDUDGLJPDFLHQWtÀFRGHOSDVDGRDSDUHFtDFRPRSDWROyJLFRKR\DOD
luz de nuevos marcos teóricos, puede considerarse el sustrato biológico
de los estados no ordinarios o ampliados de conciencia.
Aspectos sensoperceptivos del uso de ayahuasca
Estas sustancias comunes a los principios psicoactivos de algunas
plantas sagradas y a los hallados en pacientes con alteraciones en la
sensopercepción cumplen un rol fundamental en la producción de imágenes visuales y contenidos emocionales de los sueños. Claro que aquello que para la psiquiatría clásica son trastornos de la sensopercepción,
en otro contexto presenta puertas de acceso a otros mundos. En las
psicosis, de hecho, los trastornos de la sensopercepción constituyen uno
de los componentes de la enfermedad, pero no es lo único que determina
la patología, en la que hay un deterioro generalizado de la vida psíquica
y de relación del individuo.
Tanto en los estados no ordinarios de conciencia como en los sueños
\HQODVH[SHULHQFLDVFRQD\DKXDVFDXQRGHORVDVSHFWRVPRGLÀFDGRVHV
la sensopercepción, es decir, el modo en que nuestros sentidos perciben
el mundo que nos rodea y cómo podemos orientarnos en un espacio y
en un tiempo. Al respecto, el espacio en el que vivimos es lo que suele
denominarse espacio orientado: el espacio geométrico que tiene una suSHUÀFLHKRUL]RQWDOXQHMHYHUWLFDOGRQGHKD\DUULEDDEDMRFHUFDOHMRV
derecha, izquierda; hay fronteras, hay límites. Las fronteras pueden
ser la pared de enfrente que no tiene ventanas o la oscuridad tenaz y
silenciosa de la noche, o hasta la comba azul del cielo, que es una forma
de limitar, no nuestro horizonte pero sí nuestro espacio. Todos tenemos
esa sensación de que el cielo es una cúpula concreta y material solamente de día, porque de noche, cuando se hacen visibles las estrellas,
XQRWLHQHFRQFLHQFLDGHTXHHOXQLYHUVRHVLQÀQLWR
Junto a ese espacio orientado en el que podemos decir que “estamos
en este momento aquí, en este lugar, ubicado en tal calle y en tal ciudad”, existe lo que se llama espacio sintónico: es la experiencia determinada por el tono de nuestros propios sentimientos, por nuestro estado
de ánimo. Pero hay que hacer una leve distinción: no se trata de una
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
modalidad sensorial que a veces nos sucede, sino de un continuo estado
físico que nos rodea cuando decimos, por ejemplo, que la tristeza está
encogiendo el espacio, que la felicidad lo dilata o que los objetos cuando
nos sentimos felices nos parecen más grandes.
En las enfermedades cerebrales lo que está especialmente distorsionado es el espacio orientado: el paciente no sabe dónde está, tampoco
su tiempo. Sin embargo, en el mundo azorado del esquizofrénico, en
el torbellino de una manía o en la fatalidad de una depresión, o bien
cuando se ingiere algún enteógeno como la ayahuasca, las cosas son
muy distintas: el sujeto sabe dónde está, no hay alteración del espacio orientado, pero sí del espacio sintónico. Existe una cosa extraña en
nuestro mundo, nada cambia, no hay nada de lo que pueda decir que
es una apreciación engañosa. Los objetos son los que están allí, en su
tamaño, en su color; sin embargo, algo extraño sucede: los colores son
GHVOXPEUDQWHVDOVXMHWROHSDUHFHSHUFLELUTXHODÀVRQRPtDGHXQLQdividuo dice mucho más de lo que está expresando, hay una profunda
capacidad de envolverse emocionalmente con el otro. Se trata de una
condición que la psiquiatría describió como “el extrañamiento del mundo percibido”. Tampoco hay ningún cambio en los efectos puramente
sensoriales del mundo, sin embargo el sujeto se ve conmovido por el
carácter espectral y contradictorio de sus percepciones.
Al decir “orientación en el tiempo” asimismo debemos analizar lo
que ocurre durante el sueño. El sueño consiste en imágenes visuales,
salvo el caso del ciego de nacimiento, que no sueña con imágenes visuales sino con ruidos, con sonidos, salvo, naturalmente, que la ceguera
haya comenzado después de un año, según calculan algunos, entonces
sí pueden soñar con imágenes visuales. Cuando el individuo duerme
\VXHxDHVDVLPiJHQHVYLVXDOHVVHUHÁHMDQHQXQPRYLPLHQWRUiSLGR
de la musculatura extrínseca del ojo; el electroencefalograma muestra
un trazado rápido que indica que el sujeto está soñando, lo único que
JUDÀFDHVODSURIXQGLGDGGHODVGLVROXFLRQHVGHFRQFLHQFLD(QPsicopatología para neurólogos Freud dijo que el sueño era una psicosis
con todos los absurdos y alucinaciones propias de ella. Efectivamente,
cuando cada noche la conciencia se disuelve se libera el mecanismo del
sueño y es notable cómo todos nosotros a la mañana podemos empalmar con el estado de vigilia que teníamos a la noche, porque la vigilia
es un mundo continuo pero ninguno de nosotros puede retomar el hilo
del sueño en el mismo momento en que dejó de soñar. El mundo del
sueño es discontinuo.
Entramos aquí en el tiempo cronológico, el tiempo medido. Se sueña
cuatro o cinco períodos todas las noches, de 10 a 15 minutos cada uno;
pero especialmente se sueña cuando el sueño es más ligero, cuando se
198
Ayahuasca, medicina del alma
está próximo a despertar y no durante las primeras horas, en que es más
profundo. El tiempo en que pueden medirse las oscilaciones rápidas de la
musculatura ocular (10 o 15 minutos, cuatro o cinco veces por noche) se
denomina “espacio de sueños”; pero así como distinguimos entre espacio
orientado y espacio sintónico, también vamos a distinguir entre tiempo
de sueño y tiempo autístico.
Autístico es el tiempo del sujeto que sueña sintiendo que pasan muchas horas, que su sueño se hace tremendamente prolongado, sea penoso o placentero (en otras palabras, un “tiempo subjetivo”, pero en
realidad cronológicamente hablando soñamos durante el tiempo “real”
de sueño) (AA.VV., 1984).
(VSHFtÀFDPHQWHWDQWRHQORVHVWDGRVYLVLRQDULRVFRPRHQODVH[SHULHQFLDVFRQD\DKXDVFDHVWiPRGLÀFDGRHOespacio sintónico y el sujeto
vive en un tiempo discontinuo y autístico. Casi todas las descripciones
hacen referencia a un estado muy particular, que algunos describen
como más real que la realidad, o con los colores más vívidos, y donde
uno puede sentirse en sintonía con los seres que lo rodean.
No puede hablarse de los distintos aspectos involucrados en las exSHULHQFLDVFRQD\DKXDVFDVLDQWHVQRVHLQWHQWDGHÀQLUTXpHVXQestado
no ordinario de conciencia. Usamos esta denominación ya que durante
mucho tiempo a todos aquellos estados que salieran de las pautas habituales se los llamó “estados alterados de conciencia”, denominación que
contiene una referencia a lo patológico que, como veremos, no es válida
para todos los casos. Para referirnos a la mayoría de las experiencias
FRQD\DKXDVFD\HQWHyJHQRVVLPLODUHVGHDQWLJXRXVRULWXDOHVSHFLÀFDUHPRVDXQPiVHOFRQFHSWRUHÀULpQGRQRVDestados ampliados de conciencia, en oposición a algunos otros estados no ordinarios de conciencia
que no necesariamente provocan una ampliación de la misma.
Los estados ampliados de conciencia
Existe un estado de conciencia, una estructura, un estilo de organización para el funcionamiento mental, en cualquier momento dado.
Todo estado de conciencia es un modo arbitrario de elaborar la información, de tomar algunas y rechazar otras, y como resultado de ello
surge nuestra manera de vivenciar el mundo. Si bien existen restricciones biológicas para las posibilidades de captación de la realidad, no
hay ningún estado de conciencia “normal” biológicamente dado como
el estado mental natural óptimo en el que una persona puede hallarse.
Nuestro estado ordinario de conciencia es una construcción formada
según imperativos biológicos y culturales a los efectos de manejarnos
en nuestro ambiente físico, intrapersonal e interpersonal.
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
Para nuestra sociedad occidental, el estado de vigilia es la forma
“normal y única” de percibir la realidad, no así para muchas tribus
aborígenes, entre quienes los sueños eran, y siguen siendo, tan reales
como la vigilia, al punto de fundamentar su accionar cotidiano conforme
a los mismos. Los sueños son uno de los tantos estados no ordinarios de
conciencia que podemos experimentar a lo largo de la vida. Llegados a
este punto, conviene distinguir el estado de conciencia ordinario del no
ordinario:
Estado ordinario de conciencia: siguiendo a Charles Tart (1979), lo deÀQLPRVFRPRXQDSDXWDGHIXQFLRQDPLHQWRPHQWDOHVSHFtÀFRUHFRQRFLpQGRVHTXHHVWDSDXWDSXHGHSUHVHQWDUHQVXHVSHFLÀFLGDGXQPDUJHQ
de variación sin dejar de ser la misma pauta. Así reconocemos como
DXWRPyYLOHVXQDYDULHGDGGHREMHWRVDXQFXDQGRYDUtHQHQÀJXUDWDPDxR FRORU \ RWURV UDVJRV HVSHFtÀFRV 'LFKR GH RWUD IRUPD SRGHPRV
realizar un viaje por tierra en diversos vehículos, auto, tren, bicicleta,
caminando; variará la velocidad del viaje y lo que podamos percibir,
pero no variará la pauta de percepción, todo lo veremos desde “tierra”.
Estado no ordinario de conciencia: es una alteración radical de la pauta
general de conciencia, comparada con un estado ordinario tomado como
punto de referencia, por lo general nuestro estado de vigilia habitual.
De modo que quien experimenta ese estado no ordinario (o quizá un
observador) puede advertir que están en funcionamiento leyes diferentes; que a la experiencia del sujeto se ha sobrepuesto una nueva pauta
(Tart, 1979). Volviendo al ejemplo anterior, supongamos que en lugar
de hacer el viaje por tierra decidimos ir en avión: nuestra percepción
habrá cambiado radicalmente, ya no veremos las cosas desde “tierra”
sino desde el aire; se habrá impuesto una nueva pauta.
A lo largo de la vida experimentamos muchas veces estados no ordinarios de conciencia, ya que diversas situaciones diarias pueden provocarlos. El espectro de estos estados va desde el simple soñar hasta lo
que denominamos estado de éxtasis o de conciencia cósmica, donde el
VXMHWRSUHVHQWDXQDYHUGDGHUDLGHQWLÀFDFLyQFRQHOFRVPRVSHUGLHQGR
todas las fronteras del yo. Tal estado es común a los místicos de todas
las tradiciones y épocas, pero muchas personas pueden experimentarlo a lo largo de su vida, con manifestaciones muy diversas de distinta
intensidad y duración. En 1969, Alister Hardy fundó en Oxford el Religious Experience Research Unit, donde en alrededor de diez años pudo
recopilar la información de más de tres mil informes de personas que
habían experimentado estados de lo que se denomina “conciencia cósmi-
200
Ayahuasca, medicina del alma
ca”. De este estudio se desprenden algunos datos que consideramos de
sumo interés. Tomando una media por mil, la experiencia más común
HQGLFKRVHVWDGRVïODTXHPiVDSDUHFHHQORVUHODWRVïHVODH[SHULHQFLD
visual (183,3) y en ella la visión de una luz muy especial (88). Las situaciones que provocan tales estados también arrojan resultados interesantes. Aquí vale la pena aclarar que no están divididas en actividades
que desarrollaban los sujetos antes de la experiencia, sino que se juntan
todas las situaciones en lo que Hardy llama “desencadenante de la experiencia”. Así hallamos que la depresión y el desespero (con una media
de 183,7), la meditación u oración (135,7) y la belleza natural (122,7) son
las situaciones que más frecuentemente desencadenan tales estados.
Muy diversas situaciones pueden provocar estados no ordinarios de
conciencia, pero no necesariamente con el nivel de unidad expresado
en el estudio de Hardy, sino que por breves momentos se altera la percepción de la realidad. Si bien el estudio de tales estados mediante un
HOHFWURHQFHIDOyJUDIR UHVXOWD GLÀFXOWRVR SRU OD VXSHUSRVLFLyQ GH RQGDV
que se establecen en el registro, algunos investigadores han llegado a
FODVLÀFDU YHLQWH HVWDGRV QR RUGLQDULRV GH FRQFLHQFLD(Q HVWH VHQWLGR
recurrimos a una parte del trabajo publicado por el investigador Stanley Krippner (en White, 1979):
1) El estado de sueñoSXHGHLGHQWLÀFDVHHQHOHOHFWURHQFHIDOyJUDIR
presenta períodos de movimiento rápido de los ojos y ausencia
de ondas cerebrales “lentas”. El estado de sueño se repite periódicamente durante la noche como parte del ciclo dormir-soñar.
2) El estado dormido se registra por ausencia de movimientos rápidos de ojos y surgimiento gradual de un plano de ondas cerebrales “lentas”. Una persona a la que se despierta del estado dormido dará por lo general un informe breve que diferirá de manera
considerable de los informes de sueño; este breve informe verbal
indica que la actividad mental está presente tanto durante el
estado dormido como durante el estado de sueño.
3) El estado hipnogógico tiene lugar entre el despertar y el sueño
en el principio del ciclo soñar-dormir. A menudo se caracteriza
por una imaginería visual y en ocasiones incluye imaginería auGLWLYDDPERVWLSRVGHLPiJHQHVGLÀHUHQGHODDFWLYLGDGPHQWDO
experimentada durante los estados de sueño y dormido.
4) El estado hipnopómpico tiene lugar entre el estado dormido y el
GHVSHUWDUDOÀQDOGHOFLFORGRUPLUVRxDU$YHFHVVHFDUDFWHUL]D
por imaginería visual y/o auditiva, y se diferencia cualitativamente de las formas de actividad mental que se dan durante los
estados de sueño y dormido.
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
5) El estado hiperalerta se reconoce por una vigilancia incrementada y prolongada mientras uno está despierto. Se puede inducir con el uso de drogas que estimulan el cerebro mediante
actividades que precisan de una concentración tensa o bien
mediante medidas necesarias para sobrevivir durante operaciones militares (por ejemplo, guardia en un punto peligroso,
misiones riesgosas).
6) El estado letárgico se caracteriza por una actividad mental aburrida y perezosa. Puede llegarse a él por fatiga, falta de sueño,
mala nutrición, deshidratación, nivel de azúcar incorrecto y drogas que deprimen la actividad cerebral; también por estados de
ánimo y sentimientos desesperados.
7) Los estados de rapto se caracterizan por un sentimiento intenso
y una emoción imponente, subjetivamente evaluada como placentera y positiva en su naturaleza. Tales estados pueden provocarse mediante el estímulo sexual, las danzas frenéticas (por
ejemplo, la de los derviches), ritos orgiásticos (brujería y vudú),
ritos de pasaje (iniciaciones púberes primitivas), actividades
religiosas (la conversión, las reuniones evangelistas, el don de
lenguas, los cultos carismáticos) y ciertas drogas.
8) Los estados de histeria se caracterizan por un sentimiento intenso y una emoción imponente evaluada subjetivamente como
negativa y destructiva en su naturaleza. Suelen provocarlos
emociones como ira, furia, celos, pánico, miedo, terror, horror
(miedo a ser embrujado o poseído, o a la actividad violenta de las
PXOWLWXGHV´ÀHVWDVGHOLQFKDPLHQWRµSHUVHFXFLRQHVIUHQpWLFDV También la ansiedad psiconeurótica y ciertas drogas pueden
provocarlos.
9) Los estados de fragmentación tienen como rasgo principal una
falta de integración entre segmentos importantes, aspectos o temas de la personalidad total. Las condiciones paralelas a estos
estados son conocidas como psicosis, psiconeurosis aguda, disociación, “personalidad múltiple”, amnesia y episodios de fuga (en
los que alguien olvida su pasado y comienza un nuevo tipo de
vida). Los estados de fragmentación pueden ser temporales o de
larga duración; y estar provocados por ciertas drogas, traumas
físicos, traumas del cerebro, depresión psicológica, predisposiciones psicológicas (que interactúan con la depresión psicológica
en algunos tipos de esquizofrenia) y manipulación experimental
(por ejemplo, la privación sensorial, la hipnosis).
10) Los estados regresivos se caracterizan por una conducta claramente inapropiada respecto del estado psicológico del individuo
202
Ayahuasca, medicina del alma
11)
12)
13)
14)
y su edad cronológica. Pueden ser temporales (por ejemplo, sufrir una regresión de edad a resultas de una manipulación experimental con hipnosis o drogas) o de larga duración (alguien que
sufre de varios tipos de senilidad).
Los estados meditativosVHLGHQWLÀFDQSRUTXHPXHVWUDQXQDDFtividad mental mínima, ausencia de imaginería visual y presencia de ondas alfa continuas en el electroencefalograma. Pueden
provocarse mediante la ausencia de estímulo externo, el masaje,
ODÁRWDFLyQHQDJXDRODVGLVFLSOLQDVPHGLWDWLYDV SRUHMHPSOR
yoga y zen).
Los estados de trance se caracterizan por ausencia de ondas alfa
continuas en el ECG, hipersugestionabilidad (pero no pasividad),
vigilancia y concentración de atención en un estímulo único;
la persona se siente “acorde” con este estímulo sin responder
a otros (haciendo así posibles fenómenos como las sugestiones
poshipnóticas). Los estados de trance pueden provocarse mediante la voz de un hipnotizador, la escucha del latir del propio
corazón, los cánticos, la observación prolongada de un objeto que
gira (tambor, metrónomo, estroboscopio), los rituales de provocación del trance (ritos de médiums, ciertas danzas tribales), el
tormento continuo (por ejemplo, “lavado de cerebro”, “llegar al
tercer grado”), materiales que llevan al trance (una canción de
cuna, ciertos tipos de poesía y música, un orador carismático), la
observación de una presentación dramática de la que se queda
“poseído” por la acción o la realización de una tarea que requiere
atención pero conlleva poca variación de respuesta (por ejemplo,
manejar un trineo a través de la nieve durante varias horas, obVHUYDUXQDSDQWDOODGHUDGDUÀMDUODYLVWDHQXQDOtQHDEODQFD
en medio de una carretera mientras se conduce).
La rêverie, fantasía, ensueño o el “perderse en los pensamientos”
se caracteriza frecuentemente por movimientos rápidos de ojos
en el ECG; tiene lugar durante el trance. Típicamente es un estado provocado en forma experimental por un hipnotizador que
sugestiona al individuo para que tenga una experiencia parasomnífera.
El estado de soñar despierto se caracteriza por pensamientos
que tienen lugar rápidamente y guardan poca relación con el
ambiente exterior. Puede experimentarse estando con los ojos
abiertos o cerrados; cuando están cerrados, es posible que aparezcan imágenes visuales y movimientos oculares rápidos. Pueden provocarlo tanto el aburrimiento como la soledad social, la
privación sensorial, el insomnio nocturno, las necesidades psico-
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
15)
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18)
19)
dinámicas (por ejemplo, el deseo de satisfacción) o períodos de
rêverie o fantasía que se presentan espontáneamente.
El examen interior se reconoce por la conciencia de los sentimientos corporales en los órganos, tejidos, músculos, etc. La
FRQFLHQFLDHVWiVLHPSUHSUHVHQWHSHURHQXQQLYHOQRUHÁH[LYR
si el individuo no se esfuerza en tomar conciencia, o si los sentiPLHQWRVFRUSRUDOHVQRVHHQFXHQWUDQLQWHQVLÀFDGRVSRUHOGRORU
el hambre, etcétera.
El estupor se caracteriza por la capacidad suspendida o muy reducida de percibir los estímulos de llegada. La actividad motriz
HVSRVLEOHSHURVXHÀFLHQFLDVHHQFXHQWUDPX\UHGXFLGDVHSXHde hacer uso del lenguaje pero sólo de una manera limitada y a
PHQXGRFDUHQWHGHVLJQLÀFDGR(OHVWXSRUHVSURYRFDGRSRUFLHUtos tipos de psicosis o drogas (por ejemplo, compuestos de opio y
grandes cantidades de alcohol).
El coma se caracteriza por la incapacidad de percibir los estímulos de llegada o de entrada. Hay muy poca actividad motriz
y no hay uso del lenguaje. Puede ser provocado por enfermedad,
DJHQWHVWy[LFRVDWDTXHVHSLOpSWLFRVWUDXPDVGHOFHUHEURRGHÀciencias glandulares.
La memoria almacenada es un estado que supone una experienFLDSDVDGDTXHODFRQFLHQFLDUHÁH[LYDGHXQLQGLYLGXRQRSXHGH
obtener inmediatamente. Sin embargo, los restos de memoria
(o “enagramas”) de acontecimientos pasados siempre existen en
algún nivel de la conciencia, y pueden ser recordados mediante
el esfuerzo consciente o evocarse mediante el estímulo eléctrico
o químico de la corteza cerebral. También pueden ser producidos
por la libre asociación psicoanalítica o surgir espontáneamente.
Los estados de conciencia expandida se caracterizan por un umbral sensorial reducido y un abandono de las maneras habituales
de percibir el ambiente externo y/o interno. Aunque pueden tener
lugar espontáneamente o ser provocados por la hipnosis o el bombardeo sensorial, son producidos frecuentemente de manera experimental mediante el uso de drogas y plantas psicodélicas (“que
PDQLÀHVWDQODPHQWHµ 3RUORJHQHUDOORVHVWDGRVGHFRQFLHQFLD
expandida progresan a lo largo de cuatro niveles diferentes: recolectivo-analítico, simbólico, sensorial e integral. A nivel sensorial,
constituyen informes subjetivos sobre alteraciones de espaciotiempo, de la imagen del cuerpo y de las impresiones sensoriales. A nivel recolectivo-analítico, las nuevas ideas y pensamientos
emergen relacionándose con la psicodinámica o la concepción del
mundo y el papel que en él cumple el individuo. A nivel simbólico,
204
Ayahuasca, medicina del alma
H[LVWHXQDLGHQWLÀFDFLyQFRQORVSHUVRQDMHVKLVWyULFRVOHJHQGDULRV
con la recapitulación evolutiva o con los símbolos míticos. A nivel integral (al que llegan relativamente pocos individuos), existe
una experiencia mística y/o religiosa en la que Dios (o la “razón de
ser”) se confronta consigo mismo, o en la que el individuo tiene la
impresión subjetiva de estar disolviéndose en el campo de energía del universo (por ejemplo, satori, samahdi; “unidad oceánica”,
“conciencia cósmica”, “experiencia clímax”).
El estado de conciencia “normal” es la vigilia cotidiana, caracterizada por la lógica, la racionalidad, el pensamiento de causa-efecto, la
intencionalidad y el sentimiento de que uno controla su propia actiYLGDG PHQWDO 8QR VH KXQGH HQ HO SHQVDPLHQWR ´UHÁH[LYRµ HQ RWUDV
palabras, el individuo es consciente de sí mismo en tanto que unidad
experimental. Sin embargo existen otros estados de conciencia que no
VRQ UHÁH[LYRV SRU HMHPSOR HO HVWXSRU R HO FRPD TXH WDPELpQ GHEHQ
ser considerados conscientes si se está de acuerdo con el psicólogo Kex
Collier, para quien la conciencia es un campo de los procesos de energía
que representa al organismo entero.
Estados no ordinarios de conciencia no sólo son comunes y cotidianos; en muchos casos han sido fuente de inspiración creativa en diversas manifestaciones del arte y la ciencia: Friedrich August von Kekule
tuvo una visión súbita de la fórmula del benceno mientras contemplaba
los leños ardientes del hogar, y Dimitri Mendeleiev concibió la tabla
periódica de los elementos cuando yacía en cama descansando. Son
también ejemplo de ello el modelo planetario del átomo de Max Born
o la formulación de Werner Heisenberg, que sentó los principios de la
física cuántica, así como la teoría de la relatividad de Albert Einstein
o el descubrimiento de la transmisión química de los impulsos neuroQDOHVSRUHOTXH2WWR/RHZLUHFLELyHO1REHO$VLPLVPR.DUO)ULHGULFK
*DXVVTXLHQUHDOL]yVLJQLÀFDWLYRVDSRUWHVDODWHRUtDGHORVQ~PHURVOD
JHRPHWUtDGHODVVXSHUÀFLHVFXUYDV\ODDSOLFDFLyQGHODPDWHPiWLFDD
la electricidad y el magnetismo, realizó cálculos sumamente complejos
HQIRUPDFDVLLQVWDQWiQHD\GHVFULELyVXVLQWXLFLRQHVFLHQWtÀFDV\PDWHmáticas diciendo que llegaban a él con la velocidad del rayo por “la gracia de Dios”. El poeta inglés William Blake dijo de su poema “Milton”:
“Ese poema me fue dotado. Escribía veinte o treinta versos por vez sin
premeditación e incluso contra mi voluntad”.
(VWRVHMHPSORVUHÁHMDQHQSDUWHORTXHSXHGHSURGXFLUVHHQHVWDGRV
no ordinarios de conciencia, que muchos de nosotros experimentamos
a diario, a veces sin darnos cuenta. La gama de duración, intensidad y
SURIXQGLGDG\YDULDEOHVLQYROXFUDGDVHQFDGDXQRGHHOORVHVLQÀQLWD
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
Siguiendo la descripción de Krippner, el estado no ordinario de conciencia implicado en las experiencias con ayahuasca sería el de conciencia expandida.
Contenidos y elaboraciones más comunes
por efecto de la ayahuasca
Muchas experiencias sorprendentes, tanto propias como ajenas, nos
han planteado interrogantes respecto de los efectos de la ayahuasca en
cuanto a su velocidad para actuar más allá de la razón y la palabra, en un
campo que por ahora denominaremos pureza perceptiva.
En la mayoría de los casos se advierte la emergencia de representaciones inconscientes, “diálogos interiores”, visiones, asociaciones de ideas,
catarsis liberadoras y otros recursos simbólicos, propios de estos estados
DPSOLDGRVGHFRQFLHQFLDTXHORJUDQYHQFHUUiSLGD\HÀFD]PHQWHODVUHsistencias y represiones internas, abriendo la posibilidad de reelaborar,
VXSHUDU \ VROXFLRQDU FRQÁLFWRV VXEMHWLYRV FRPR IDOOHFLPLHQWRV GH VHUHV
amados, pérdidas y compromisos dolorosos, vivencias traumáticas de la
infancia y del nacimiento, enfermedades, miedos, angustias, etcétera.
Duelos
Es llamativo cómo la ayahuasca trabaja sobre los duelos y sus problemáticas, especialmente cuando se trata de duelos por la muerte de
personas amadas. También sorprende sobremanera cómo a partir del
trabajo sostenido con los duelos aparece en los sujetos otra idea relacionada con la muerte que, si bien se relata de maneras diferentes según
las creencias, la mayoría tiene una raíz común, se repite en los informes: cede la ansiedad y la angustia de lo retenido y aparece una senVDFLyQSDFLÀFDGRUDGHWUiPLWHFRQFOXLGRGHGHXGDSDJDGDGHUHFXSHración no dolorosa del familiar querido. Por cierto, esto ocurre siempre
DVRFLDGRDXQDSRVLFLyQÀORVyÀFDQXHYDUHVSHFWRGHODYLGD\ODPXHUWH
y del hombre con la naturaleza.
Sobre lo expuesto, en primer lugar intentaremos abordar la hipótesis de si la ayahuasca actúa como un facilitador o catalizador del proceso de tramitación del duelo debido a que no requiere de la palabra,
puesto que opera de manera directa sobre el campo perceptivo y, por
tanto, el aparato psíquico encuentra su máxima capacidad de uso energético. Entendemos esta capacidad como una variable asociada a dos
categorías: lugar (huellas mnemónicas dejadas, ligadura de energía libre, habilitación de canales de facilitación, etc.) y tiempo (cruce entre
206
Ayahuasca, medicina del alma
los tiempos cronológicos y lógicos inconscientes, potenciados entre sí y
DVRFLDGRVDXQÀQFRP~Q Dice Freud en Duelo y melancolíaDOGHÀQLUHOFRQFHSWRGHGXHOR
Es una reacción a una pérdida concreta (un ser amado por
ejemplo) o de una abstracción equivalente (la patria, la libertad,
HOLGHDOHWF >«@&RQÀDPRVHQTXHDOFDERGHXQWLHPSRGHVDSDrecerá por sí solo y juzgaremos inadecuado, incluso perjudicial,
perturbarlo.
En el duelo hay una pérdida de interés por el mundo exterior; gran
parte de la libido del sujeto está concentrada en mantener el lazo con
el objeto perdido y esto determina una incapacidad de elegir un nuevo objeto amoroso, lo que equivaldría a sustituirlo. Esta inhibición y
abocamiento del yo a la tarea del duelo no da lugar alguno para otros
propósitos o intereses. Prima el dolor en el estado de ánimo.
Ahora bien, ¿en qué consiste el trabajo del duelo? El principio de
realidad se impone; es decir, el objeto se ha perdido y esto demanda
que la libido abandone sus ligaduras con él. Esta demanda no puede
cumplirse de manera inmediata dado que los sujetos se resisten, no
abandonan gustosos ningunas de sus posiciones libidinales, aun cuanGRKD\DQHQFRQWUDGRVXVWLWXFLyQ$ÀUPD)UHXGHQDuelo y melancolía:
Es un proceso con un gran gasto de tiempo y de energía de carga, continuando mientras tanto la existencia psíquica del objeto
SHUGLGR>«@$OÀQDOGHODODERUHO\RTXHGDOLEUHQXHYDPHQWH\
exento de toda inhibición.
Podríamos decir que éste es un proceso normal de duelo, pero múltiples son los avatares por los cuales puede perturbarse: desde el duelo
patológico, prolongado en el tiempo, donde el yo queda parcialmente ligado al objeto o la libido y encuentra vías sustitutivas sintomáticas, hasta
la melancolía, los síntomas psicosomáticos, la hipocondría, etc. En los
avatares patológicos una parte del yo se sitúa frente a la otra y la valora
críticamente, como si la tomara como objeto. Esta instancia crítica en
Freud aparece como conciencia moral. En estos casos el yo es el que se
empobrece (a diferencia del duelo, donde el empobrecido es el mundo) y
SULPDHOGHVFRQWHQWRKDFLDHOSURSLR\R(VWHKHFKRVHPDQLÀHVWDHQXQ
espectro sintomatológico que va desde la escasa autovaloración hasta las
ideas de ruina y autocastigo.
El modo en que se transita por los procesos de duelos sucesivos de la
vida tiene sus inicios en los modos de relación objetal en los tiempos cons-
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
titutivos del sujeto. Las pérdidas sucesivas experimentadas a posteriori
reavivarán este modo o camino de resolución. En el duelo normal hay una
sustracción de la libido del objeto perdido con desplazamiento hacia otro
objeto sustitutivo. En las situaciones patológicas la libido sustraída queda
libre, no se desplaza ni hay sustitución, sino que es retraída al yo, yo objeto, yo criticado, yo juzgado (al decir de Freud, la sombra del objeto ha caído
sobre el yo). Vemos aquí la diferencia en los modos de lazo con el objeto.
En el duelo hay un lazo de amor, libidinal, con el objeto. En los estados
SDWROyJLFRVGHOGXHORKD\XQDLGHQWLÀFDFLyQQDUFLVtVWLFDFRQHOREMHWRTXH
reaviva formas primordiales de incorporación oral o canibalística del desarrollo de la libido, ingiriendo y destruyendo al objeto al mismo tiempo.
En las experiencias con ayahuasca son muy frecuentes los vómitos.
/RVFKDPDQHVORVSODQWHDQFRPRXQPRGRGHSXULÀFDFLyQFDWiUWLFD\QR
por efecto químico de la sustancia (al igual que la hipersecreción nasal,
bronquial, el llanto, el bostezo, la diarrea, etc.). No podemos dejar de
preguntarnos si no se trata de modos de desanudar los sucesivos objetos perdidos en la vida para que la energía liberada en ese proceso pueda religarse y sustituirse satisfactoriamente. Esto explicaría también
por qué los sujetos experimentadores se sienten placenteros, aliviados,
“descargados”, aun cuando en pleno proceso un observador exterior los
ve desgarrados en llanto o con malestares corporales.
Desprenderse de cosas y personas que murieron
A partir de aquí, cederemos la palabra a varios voluntarios de experiencias con ayahuasca, que describieron sus vivencias en nuestros
protocolos de investigación desde 1997 hasta la actualidad.
Es mi quinta experiencia… De una manera sorprendente, lógica, coherente, me veo y también me siento parada frente a la tumba de mi padre, pero es una tumba en la tierra (de hecho cuando
mi padre murió fue mi intención buscar un lugar en la tierra para
él y mis abuelos paternos, en el pueblo donde mi padre había nacido; pero fue mi madre quien no quiso). Siempre me produjeron
cierto malestar los nichos, esos departamentos apretados, de cemento, alejados de lo que yo creo debería ser el descanso del cuerpo
tras la muerte. Veo en tridimensión el césped, una placa dorada
sobre él y al mismo tiempo mi padre que feliz está recostado entre
dos bloques de tierra sólo separados por su cuerpo. De mis pies
VDOHQP~OWLSOHVUDtFHVÀQDVPX\JUXHVDV
Es todo al mismo tiempo, cambios, imágenes, sonidos, olores,
sensaciones, pero que parecen integrarse en un estado de armonía.
208
Ayahuasca, medicina del alma
“Siempre dijiste que tengo la cabeza por las nubes, ¿en qué momento me volví tan terrenal?” Él me responde mientras me corta
las raíces: “Estoy muerto, esto ya te lo he dicho, hija… las raíces
son necesarias para que la cabeza pueda volar, eso es lo que vale”.
Me invade en cada lugar de mi cuerpo una angustia sin control, lloro…, tanto que siento que se moja la remera que tengo
SXHVWD«6LHQWRXQDWULVWH]DLQÀQLWDSHURDOPLVPRWLHPSRODUHlajación y la esperanza de que, cuando termine de transitar este
fondo, algo va a descansar en mí.
“Si sé que estás muerto voy a perder tu voz, tengo terror de
perder tu voz, el modo en que decís hija podría reconocerlo entre
miles.” Lloro y él me abraza, me rearma el cuerpo que de tan expandido ya no lo siento. “No te preocupes, mi voz está en vos, eso
no lo vas a perder.”
Él sigue ahí, lo siento al lado mío, me veo (como días atrás lo había hecho) reacomodando una maceta donde tengo una planta que
conozco como “lazo de amor”, es una planta que habitualmente llena
la maceta de raíces y esto no le permite dar hojas. Desarmo la maraña de raíces, dejo sólo algunas con sus respectivas hojas y vuelvo
a plantarlas en tierra nueva. “La cabeza en las nubes, despojate de
la razón…, ya demasiado vas a estar en la tierra cuando mueras…”.
Fue una verdad hallada que me atravesó el cuerpo conmovido.
1RVDEUtDGHFLUTXpQLFyPRVXFHGLyïFRQHOWLHPSR\HOWUDEDMRKH
descubierto que las verdades me han hallado después de tanto meURGHDUORVYDFtRVHQVXE~VTXHGD\VXVPDUFDVVRQDQFODMHVïSHUR
tras aquella experiencia un gran monto de angustia se desanudó,
como el lazo de amor que sólo al perder las raíces que lo ahogan
puede volver a dar hojas.1
Tengo que desprenderme de cosas y personas que murieron…que
me provocan dolor y tristeza, para poder así acceder y percibir en su
UHDOGLPHQVLyQHVWDRWUDUHDOLGDGLQÀQLWD\HQFRQWUDUDVtORTXHEXVco y poder disfrutar… Aparece mi esposo muerto y mi hijito que
aborté y al que parí en la experiencia… muerto… como necesario
proceso para seguir mi camino. Lo arropé con una toalla que tenía
conmigo y lloré como nunca. Despedí a los dos, aunque me costó
muchísimo. También a mis padres que aún viven y a mi suegra,
a quien quise mucho… Imágenes de la infancia, notas musicales,
pinturas, viajes… (M.C., profesional, 55 años, 26 de abril de 2008)2
1. Gabriela Bollettini, diario personal, fuera de los protocolos de la Fundación Mesa
Verde, 2007.
2. Todas las entrevistas pertenecen a los más de cien protocolos de investigación de la
Fundación Mesa Verde y la HRS, creada por Rick Strassman, colectados en Rosario desde
1996 a 2010, y a diarios personales de los autores, caso que se aclara cuando corresponde.
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
Hubo un paneo general de toda la vida con mi hija, desde el
embarazo hasta que murió… transpiraba y tenía calor en algunos momentos… sensación de asco por náuseas y el gusto de la
ayahuasca… pero tuve recuerdos placenteros de mucho amor y
felicidad que envolvieron la relación con mi hija… (M.C.D., psicóloga, 53 años, 27 de enero de 2006)
5HYLYtXQPRPHQWRPX\IHOL]GHXQSDUWR\PHLGHQWLÀTXpFRQ
una despedida de una amiga que falleció hace un mes… Sólo tenía que acompañar ese momento […] experiencia muy intensa en
sensaciones visuales y auditivas… Sentí que hasta en los momentos más dolorosos “alguien” o “algo” me acompañaba y me invitaba amorosamente a transcurrirlos… (M.M.F., empleada, 48 años,
26 de abril de 2008)
Saldar deudas o cuentas pendientes
Recuerdos de toda la vida… desde que nací hasta la adolescencia… Hablé con mi padre fallecido… curé heridas… aclaré cosas
que me angustiaban… viajé por el espacio… (J.S., empleado, 46
años, 7 de junio de 2008)
Sentí que en mi experiencia hubo tres viajes en uno… una fuerte jaqueca, opresión en ambos lados de la cabeza, náuseas, vómitos… hasta que al conectar con un sonido muy grave, se empezó
a disipar […] el segundo viaje fue hablarle a mi abuelo fallecido
hace un año. Poder poner en palabras cuánto lo extraño, cuánto
lo amo y lo necesito… (N.H., ama de casa, 34 años, 25 de abril de
2009)
&RQÁLFWRVHQODVUHODFLRQHVSHUVRQDOHV
)XH DKt FXDQGR FRPHQFp D UHÁH[LRQDU VREUH HVD VROHGDG TXH
había sentido tan intensamente y una sucesión de imágenes de
mi novia, de situaciones que habíamos vivido, comenzaron a sucederse una tras otra rápidamente. Situaciones en las que había
discutido con mi pareja o cosas que ella me había dicho y yo no
había comprendido aún.
Era un análisis muy diferente al que estoy acostumbrado en el
diálogo diario conmigo mismo. En general, trato de ver las cosas y
situaciones que experimento desde distintos puntos de vista, pero
siempre ronda la duda o, mejor dicho, siempre las vivo como hipóteVLVDYHULÀFDU/RTXHPHRFXUULyIXHTXHPHHQFRQWUDEDGLDORJDQGR
210
Ayahuasca, medicina del alma
con otro yo, otro Armando3 que me hacía ver y comprender las cosas
muy claramente. Era otro yo, pero no uno desconocido. No sentía
como si fuese otra persona, sino yo mismo… un yo que había perdido con el tiempo y que volvía a recuperar. Un yo que me transmitía
FRQÀDQ]DSOHQD/RYLYtFRPRXQUHHQFXHQWURFRQPLJRPLVPR
Cada pregunta recibía una respuesta absoluta e indudable.
Paralelamente, sentía otra presencia superior, como si un tercer
yo nos estuviera mirando desde afuera. Me reconocía a mí mismo
en esa tercera presencia, la cual, por su seguridad y tranquilidad
casi paternal que transmitía, me hacía sentir como un niño inocente. “Vos sabés…” parecía repetir (era como una voz interior)
cada vez que me daba cuenta de algo.
El hecho de que las dudas desaparezcan y sólo haya certezas
me permitió abstraerme con una intensidad nunca antes experimentada. La sensación era como si pudiera ver mi vida con una
claridad que puede ser comparable a cuando uno analiza algún
aspecto o situación de su propia vida que haya acontecido en un
pasado lejano. Iba ganando una perspectiva más abstracta de mi
presente. Desaparecían los autoengaños… las marañas de pensamientos que generalmente dilatan la acción y el rumbo a seguir en
la vida. Iba al punto justo de cada cuestión. Como si viera mi vida
actual desde el futuro.
Todo este análisis transcurría a mucha velocidad y se complementaba con una comprensión que me generaba paz y felicidad,
sentimientos que a su vez retroalimentaban aun más el proceso
permitiéndome focalizarme en aspectos cada vez más detallados.
Luego de analizar mi situación actual de pareja, y sabiendo
ahora con seguridad qué pasos debía seguir (¡y cuáles no!) para
mejorarla, volví nuevamente a prestarle atención a la música.
Recuerdo haberme incorporado y fue entonces cuando vomité. A
partir de ese momento experimenté un alivio sanador, como si me
hubiera quitado un peso de encima. Podía respirar muy profundamente, cosa que antes de ese día no podía hacer porque se me
entrecortaba la respiración (algo similar a tratar de respirar hondo luego de llorar por mucho tiempo).
Estaba en paz. Comencé a tararear la melodía que escuchaba
y fue entonces cuando la intensidad de la misma se incrementaba.
Me fundía en la música. Era un momento de máxima felicidad.
Y entonces comencé a reír. No recuerdo si lo hice en voz alta o no,
pero sí recuerdo que mi compañero también se reía y tarareaba
una melodía. Durante ese momento sentí que los dos habíamos
arribado a las mismas conclusiones, habíamos experimentado cosas similares y por eso reíamos juntos.
1RPEUHÀFWLFLRSDUDSUHVHUYDUHODQRQLPDWRGHOYROXQWDULR
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
Luego volví a sumergirme en el diálogo interno, aunque con
menor intensidad que antes. Comencé a focalizarme en diversos
aspectos de mis relaciones con mis amigos y también laborales.
Sentía una claridad absoluta de lo que tendría que haber hecho en
situaciones donde no actué de la forma correcta. Ello acompañado
continuamente de un sentido de comprensión de la experiencia. No
sentía culpa sino comprensión de cómo debía actuar correctamente si nuevamente se me presentara esa situación. Esas certezas me
generaban estados momentáneos de euforia que parecían ir sincrónicos con la música. (A.V.R., médico, 27 años, 25 de abril de 2009)
Tenía dos preguntas para ser contestadas en la experiencia: cuál
es mi misión en este mundo y cómo puedo hacer para ayudar a este
mundo para que sea un lugar mejor […] Entendí la importancia de
las relaciones humanas, de la amistad, de las parejas, etc. Recordé
escenas con mis amigos, compañeros, familiares. De cómo yo había
criticado conductas. Y ahora comprendía por qué cada uno había
actuado de esa forma. Sentí mucho amor por las personas y las vi a
todas sonriendo. Vi las caras sonrientes de las personas más cercanas a mí. Fue allí donde entendí mi primera misión en este mundo:
brindar a las personas que me rodean ese descanso, esa sonrisa, ese
saludo que les haga más apacible el día, o al menos un minuto de
ese día. Comprendí que, a veces, un pequeño gesto puede cambiar
mucho ese trajín diario de las personas. Sé que uno también tiene
sus momentos no tan buenos y que no siempre le es fácil sonreír y
cantar todo el tiempo. 3HURPHSURSXVHKDFHUPHORVXÀFLHQWHPHQWH
fuerte como para no dejar de brindar esos gestos hacia el prójimo.
Que la cotidianidad no me absorba en ese malestar general que se
vive. Quería ser el punto de apoyo del ánimo de mis semejantes, y
para ello yo no tenía que perder el optimismo. Debía sonreír y cantar todo el tiempo de manera natural. Yo debía ser una expresión
de ese canto, de ese amor.
Los seres hacen lo que hacen impulsados por el motor del
amor, esa es la única explicación de tanto sufrimiento.
$OÀQGHFXHQWDVXQRFRQWULEX\HVDELpQGRORRQRDHVHULWPR
que marca Dios. Todos hacemos cosas para contribuir con el avance del mundo, de la humanidad. (S.R., empleado, 26 años, 30 de
octubre de 2004)
Transporte a la infancia, paneo por la vida
y experiencias “perinatales”
Comencé a ver triángulos o mejor dicho tajos que se abrían en
unas sábanas, uno detrás de otro y cada vez más chicos hasta que
llegué al fondo y estaba mi madre en una sala de parto teniéndo-
212
Ayahuasca, medicina del alma
me a mí… (K.P., docente y artista plástica, 32 años, 5 de febrero
de 2004)
La experiencia se realizó con un pequeño grupo, en el contexWR GH XQD FHUHPRQLD FKDPiQLFD WDEDFR DJXD ÁRULGD SOXPDV
de águila; icaros; etc.). Mi propósito fue liberarme de un estado de
ansiedad casi permanente y situaciones de amenazas a mi integridad física, que se repitieron a lo largo de toda mi vida, por
parte de distintas personas y nunca podía entender por qué… En
esa primera toma de ayahuasca vivencié (como si estuviera sucediendo en ese mismo momento) estar en el útero materno, con
una emoción muy intensa de miedo, paralizante e impotente, y a
la expectativa de ser aniquilada en cualquier momento. Luego,
FRPHQWDQGRODH[SHULHQFLDFRQPLPDGUHPHFRQÀUPyTXHHVWXYR
a punto de abortarme. Comprendí que las amenazas de muerte
que se sucedieron en mi vida las gatillaba yo desde mi inconsciente. Desde entonces nadie me amenaza… (C.J., empleada, 46
años, 2002)4
En principio creo que me transporté a mi infancia, por suerte
no vi nada de mi enfermedad y mi operación (quizá porque es un
tema superado para mí); sí tuve sensaciones que las tenía cuando
niña, como la picazón de una pierna que me atormentó durante
mucho tiempo. Tuve sensaciones y visualicé lugares que transité
en mi niñez pero no puedo precisar exactamente las imágenes […]
En la experiencia saldé muchas deudas y otras tantas me saldaron a mí; creo que vi el esfuerzo de mis papás durante toda la
infancia y les perdoné algunas diferencias que tuve con ellos cuando grande. Sobre todo sentí paz al perdonar a mi mamá […] Mi
mente hizo una recorrida más que veloz por toda mi vida y me di
cuenta de que todo lo que me ha tocado atravesar es por algo, que
ahora viene mi momento de cosechar. Que mi vida iba a cambiar
para mejor, el cambio que se avecina sería radicalmente próspero… (N.R.M., empleada, 33 años, 26 de abril de 2008)
La experiencia fue pesada. No pude resolver algunas cosas…
Me trajo viejos recuerdos de mi infancia… de mis primeras experiencias con marihuana... del miedo que sentí… fue como ser
violado… sentir que eso no tenía que hacerlo, porque me faltaba
el respeto a mí mismo… Sentí mucho frío, temor, como un mal
sueño… colores grises… confusión… (C.J.Z., electricista, 37 años,
31 de agosto de 2008)
4. Comunicación personal a Diego R. Viegas por fuera de los protocolos de investigación.
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
La siguiente imagen era un pato tipo dibujo animado, hermoso, dulce […], y de repente el pato desapareció y volvió a aparecer
esa que soy hoy. Ahí me angustié mucho; todavía no tenía claridad del porqué. Lo cierto era que de ese pato a la vida adulta
había una gran distancia y que me faltaba una parte de mi vida
que no estaba, y me sentí chiquita, una nena. Y dije: “Me robaron
una parte de mi vida” (la infancia), ¿dónde está? ¿Qué paso? ¿Por
qué? ¡Lloré con tanta angustia acumulada! ¡Con tantas ganas! Y
dije en voz alta: “Me robaron un tiempo de mi vida, a todos nos
roban nuestro tiempo, hay ladrones del tiempo, si nos roban el
tiempo nuestro, que es de cada uno, de la propiedad de cada uno...
¿cómo no nos van a robar otras cosas?”. Ahí me di cuenta de que
yo era chiquita y que a pesar de los problemas, de la separación de
mis padres, yo tenía un mundo creado por mí, de títeres, de juegos,
y alguien me los robó, me robó mi mundo y crecí de golpe. Lloré
y lloré por lo robado. Luego, el psiquiatra que me cuidaba [Berlanda] me dijo: “¡Salí del dolor, avanzá...!”. Pero no quería, sólo
deseaba llorar. Después pensé que yo me había creado otro mundo
nuevo. En la experiencia número dos, había descubierto que tenía
el corazón roto, y que vivía en una apariencia de ser feliz, en esa
experiencia le pregunté a la “ayahuasca” qué hacía con un corazón
roto y ella me respondió: “Se busca uno nuevo”. Entonces me compré un almohadón con forma de corazón. De verdad, fui, lo elegí y
me lo compré. Cada noche duermo con él o sobre él. Este almohadón me lo llevé a mi experiencia de anoche para usarlo de almohada. Me dije: “Me llevo mi corazón para no tener miedo, y para
apoyar mi cabeza en él”. Entonces cuando comprendo que yo me
he creado un mundo nuevo de adulta, me apoyo en el corazón que
“yo” me compré, me apoyo en este corazón, mi cabeza está apoyada
sobre él, y también me apoyo en el corazón de mi pareja (eso me
GLRSD] 3HURDKtYLQRXQDQXHYDSUHJXQWD\XQDQXHYDUHÁH[LyQ
“Comprar es la intención de tener, es sólo eso... la intención, y luego de comprar tampoco tenés garantía de que sea verdaderamente
tuyo”... Hay cosas que no se compran, se tienen, pero mi intención
igual valía... era una manera de empezar a tener un corazón nuevo. Después pensé: “No se puede comprar ningún corazón, no se
puede tener estrategias para comprar corazones de otros, no se
puede no ser uno mismo para tener el corazón de otros, no se puede
mendigar amor, se tiene o no se tiene”. Ahí entendí “el gran miedo”... si ya me habían robado mi tiempo, si me lo seguían robando,
si con esa infancia y esa parte que me robaron me rompieron el corazón, mi mundo feliz, ahora que yo me había armado un mundo
muevo y lindo para mí, alguien me lo podía robar; podía volver a
perder, y descubrí mis miedos... estaban ahí, en volver a perder...
a que pasen años sin entender nada, a que mi mundo deje de ser
mío. Todo fue un gran alivio. Descubrí muchas cosas, comprendí,
214
Ayahuasca, medicina del alma
me reí al comprender lo obvio, lloré por lo perdido. Todo pasó por
mí. Estoy feliz de haber conocido otra verdad. Lo maravilloso fue
TXHPHVLJXHQ´FD\HQGRÀFKDVµGHODH[SHULHQFLD1RKD\QDGDTXH
organizar, hay que vivir en lo simple del universo, del amor, de las
sensaciones. Y lo mágico, lo inexplicable de la ayahuasca, está en
que un compañero que hizo la experiencia anoche conmigo me vio
a mí siendo chiquita y me relató una situación de mi infancia que
él no conoce y que yo no recordaba... ¡Él la vio, él me describió el
lugar de esa situación fea... Y él no sabía nada de mí…! ¡Milagros!
(M.P., dirigente política, 33 años, 2008)5
,GHQWLÀFDUVHFRQHOVXIULPLHQWRDMHQR
Dolor, tristeza o enfermedades orgánicas
Si bien todo el recorrido estuvo bajo un diálogo interno constante mío, a veces con don Antonio y a veces solo, lo que puedo
resaltar es que la experiencia me resultó de una profundidad
emocional que pocas veces, si no es que nunca, experimenté. Siendo la tristeza la emoción que más se me hizo reconocible, que
pude entender... Pero muchos de los otros estados no los había
sentido nunca, estados, creo yo, que están más cerca del espíritu
que de la emoción encarnada. Me es difícil reconocer estos estados porque son algo nuevo para mí. […] La tristeza que sentí,
que me embargó, que tomó todo mi ser, fue una tristeza buscada,
enterrada en capas y capas de endebles explicaciones que apenas la
podían disimular. Y mis preguntas eran sobre esta tristeza […] Es
en ese momento, cuando me acosté y me dispuse a escuchar la lluvia
caer mansamente ya sin esperar nada, disfrutando de la lluvia y de
los sonidos que se desprendían de ella, una imagen muy fuerte se
me impuso, eso es lo que recuerdo que dio comienzo al viaje. La
imagen era la de las montañas de Córdoba (lugar de donde soy
originario) de noche y también lloviendo; el lugar lo conocí, era
una especie de sierra que está detrás de la casa de mis abuelos
y en la que yo pasaba mucho tiempo cuando era chico, por lo
general solo. La imagen, increíblemente vívida, como si en ese
momento me encontrara ahí, se acompañó de una sensación de
paz muy profunda, de tranquilidad. En ese estado empezaron
D GHVÀODU GHODQWH GH Pt SHUVRQDV IDPLOLDUHV DPLJRV SDFLHQtes, mucha gente. Algunos los conocía; otros, en cambio, era la
primera vez que los veía […] 0HGHWXYHHVSHFtÀFDPHQWHHQGRVR
tres personas entre las cuales se destacaba mi hermana. Noté en
5. Diario personal cedido gentilmente por fuera de los protocolos.
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
ella una profunda tristeza que me hizo mal, me llenó de congoja. También noté cómo todos ellos estaban conectados, en cierta
forma, por el sufrimiento. La experiencia estaba signada por la
tristeza, en ese momento me di cuenta de que ese sentimiento
me desbordaba, inundaba todo mi ser; veía el sufrimiento de la
gente que visualizaba y cómo ese sufrimiento en parte quedaba
conmigo. Sentía la emoción en todo el cuerpo, me di cuenta de
que estaba temblando, lloraba en forma callada, mansamente,
la lluvia afuera caía y no paraba. Yo no quería parar, tampoco
TXHUtD VDOLU TXHUtD VHJXLU VHJXtD GHVÀODQGR JHQWH GHODQWH GH
mí, sentía a don Antonio cerca y le preguntaba el porqué de todo
eso, el porqué de tanto sufrimiento. Don Antonio, muy presente,
asentía, no me respondía en palabras, no me daba explicaciones;
si tengo que describirlo no se me ocurre la forma, puedo decir que
lo sentía en todo momento, pero en ese momento en particular lo
sentí como más cerca. Como que se preocupó por lo que me estaba
pasando. En ese momento empecé a sentir una energía que me
envolvía. Una vibración que no era un temblor, era eso, energía.
No sentía miedo, ni ansiedad, solamente tristeza y una especie
de nostalgia por todo. Digo nostalgia porque es difícil poner palabras a sentimientos que, creo yo, nunca experimenté, o por lo
menos no de esa forma. No con esa intensidad. En ese momento
siento a don Antonio vomitar, y de alguna forma sabía que estaba vomitando por mí. Ésta es la parte que mucha explicación no
le encuentro; yo sentía que don Antonio me estaba sacando toda
esa emoción de alguna forma a través de sus vómitos […] Me queGRHQHVWDGRGHEHDWLWXGFRQXQHVWDGRGHUHÁH[LyQO~FLGDPX\
profundo. Ya sin tristeza, sin nostalgia, pero con una profundidad inusitada. Me siento en comunión con el universo, por más
QHZDJH que esto suene. Es un estado de espiritualidad, supongo,
que va más allá de las emociones, más allá de las palabras, de
las explicaciones y de todo.
Estoy escribiendo todo esto una semana después de que todo
pasó; es el tiempo que tardé en asimilar semejante experiencia y
poder hacer esta burda traducción. Se me escapan muchas cosas
que pasaron, pero que no puedo traducir, si fuera un poeta a lo
mejor me sería más fácil. Pero las repercusiones a nivel interior,
en la forma en cómo me cuento mi historia de vida, quién soy y
hacia dónde voy, todavía siguen. Gracias. (M.R.F., médico psiquiatra y psicoterapeuta, 29 años, 29 de noviembre de 2008, con
la guía del chamán don Antonio Muñoz Díaz)
Otra visión fue meterme por el pecho y viajar por entre mis
órganos y llegar hasta la vejiga o los intestinos; fue absolutamente
real, como cuando muestran en los documentales pero con colores
mucho más vivos y más luz… y llegué a ver algo similar y más
216
Ayahuasca, medicina del alma
pequeño a una pelota de tenis, pero de color marrón-negro. (J.P.P.,
analista programador, 28 años, 5 de agosto de 2005)
Sentí éxtasis, sentí caos total, la música manejaba los tiempos;
risa; movimientos faciales reactivos, muy relajantes, al ritmo…
+XERÁDVKHVGHFRVDVSDVDGDVRFRVDVTXHYHRDPHQXGR«%iVLcamente sufrí mucho con la gente que vive en la calle, la droga, la
tristeza, la prostitución en la estación Constitución… Sentí dolor
por mucha gente, más que nada ajena a mí… Vi mucha soledad y
sufrimiento en la ciudad, al mismo tiempo que tapaba mis oídos
para no seguir con esas imágenes. Al instante se volvían a destapar. No sentí ganas de llorar y tampoco miedo. Sentí dolor, peso,
tortura… la tristeza en su más cruel cara… Salí al pasto, me sentí
un poco loco… hablé con [uno de los facilitadores]; no podía seguir
adentro. Tumbé mi sien contra la tierra y el pasto y sentí como
una protección inmensa. Las imágenes seguían, pero yo me sentí
fuerte… y de a poco todo se calmó. Se me apareció una señora tipo
coya o boliviana que me hacía sentir pena y tristeza acumuladas
de generaciones atrás. (D.A.B., estudiante y empleado administrativo, 26 años, 6 de octubre de 2007)
Enfrentarse a sí mismo y a los propios miedos
Aceptarse. “Renacimiento”
Mi tercera experiencia es en Rosario. Han pasado cinco meses y
hemos traído nuestra propia planta. No recuerdo la primera parte,
pero era un enrulamiento de pensamientos que se habían hecho sumamente tediosos, y todo estaba medio insoportable, no llegaba a
ningún punto concreto. Entonces la “voz” dijo claramente que para
terminar con aquella experiencia tediosa, repetitiva y angustiante, tenía que pararme y hablar con Néstor [Berlanda]. Debía por
ÀQFRQWDUWRGRDTXHOORTXHJXDUGDEDGHVGHKDFtDYDULRVDxRV&RQ
algo de esfuerzo me levanté y entré a la habitación donde se encontraba Néstor, quien estaba completamente lúcido. “¿Podemos hablar...?”. “Vamos”, respondió, y salimos afuera, donde llovía torrencialmente. Nos metimos adentro de su auto y entonces comencé a
balbucear, entre sollozos. La planta me obligó en sólo tres experiencias a realizar una catarsis violenta y dolorosa, que seguramente
hubiera necesitado meses o años de psicoanálisis, que por otro lado
nunca estuve dispuesto a realizar. (Diego R. Viegas, antropólogo y
abogado, 27 años, 3 de octubre de 1997)6
6. Diario personal, fuera de los protocolos de FMV.
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
De a poco me vi envuelto en un espacio sideral de una gama de
colores primarios divididos en formas geométricas abstractas que
giraban al compás de los graves del canto. En ese momento me di
cuenta de que esto no era como nada de lo otro, sentí que dentro
de mi cabeza hablaban, pensaban tres voces, tres yos: uno era el
emocional, ese que no dejo salir mucho. Otro era mi yo cotidiano,
envuelto en esa manta de cosas nuevas incomprendidas e inefables. Y el tercero era como un narrador omnisciente, que miraba
todo desde afuera y sabía más de los otros dos que ellos mismos,
SHURXOWUDUUDFLRQDO\FDOFXODGRU FRPRVLGHXQFLHQWtÀFRVHWUDWDra). Ese tercer yo era el que me daba las explicaciones racionalesoccidentales de lo que me sucedía: “Tranquilo, estás temblando un
poco, es culpa de tu yo emocional, demasiadas emociones juntas
pueden hacer convulsionar el cuerpo”. El peso era insoportable,
tanto dolor, tanta gente muerta, tanta cultura destruida. Recordaba las lecciones del chamán don Antonio [Muñoz Díaz] a Diego
[Viegas], quien me las había comentado a mí: “Jamás te dobles,
mantenete erguido siempre”. Pero el peso era insoportable, acerqué el balde y me rendí, me dije a mí mismo: “Ya basta, atrevete a
mirarte a vos mismo, atrevete, descubrite, conocete”.
Debo aceptar que sentir nuevamente ese sabor me hizo volver a
vomitar otra vez… y otra vez… y otra vez… y otra vez…
Al terminar, me vi envuelto en una especie de historia muy irónica llamada “vida”. Me di cuenta de que realmente nos hacemos
problemas por cosas que no tienen sentido. “Todo es tan simple”,
me dije en voz alta a mí mismo, y me largué a reír, o al menos eso
creí, ya que estaba llorando… o al menos eso creí, porque estaba
riendo…
Así, transpirado como me encontraba a causa del vómito, me
sentí como renacido, como recién salido del útero de una madre
tierna cálida y bondadosa llamada Tierra, recién preparado para
ser humano, para realmente vivir… (E.Z., estudiante, 22 años, 26
de abril de 2008)
Mi costumbre de controlar todo generó una necesidad de también controlar el estado en el cual me encontraba… la respuesta no se hizo esperar… Las visiones en una velocidad tremenda,
dando respuesta a mis preguntas, haciéndome comer el orgullo, el
escepticismo intelectual y soberbio con el cual había llegado a la
ingesta, y derribando los preconceptos que tenía sobre mí mismo.
/XHJRGHOLQÀHUQR\GHPRUGHUHOSROYR«ODH[SHULHQFLDWHUPLQy
en un estado de armonía interior que me hizo sentir muy bien. Me
dejó marcado hasta el día de hoy. Muchas actitudes actuales están
marcadas por aquella vivencia… (J.J.A., docente, especialista en
religiones comparadas, 39 años, 30 de octubre de 2004)
218
Ayahuasca, medicina del alma
Me encontré con mis demonios y descubrí que no eran tan
grandes como creía, y que soy yo quien los alimenta, y por ende yo
quien los puede erradicar. La fuerza está en el amor. Mis anclas
las pongo yo, no me las pone nadie. Vine a comunicar el espíritu
de las cosas a través del amor… es lo que voy a hacer… (P.A.N.,
empleado, 35 años, 5 de octubre de 2007)
Movimientos psicodélicos con mucho color, absorbentes, envolventes […] Tirón, descontrol, no saber dónde es arriba o abajo…
La planta me grita, me insulta, se burla. Me muestra mis miedos
y me grita que aguante, que no hay dónde esconderse. Me ahogo
en mis miedos, me muero. Vomito. Me doy a luz con dolores, toda
mojada y sucia. Me grita que no hay nacimiento sin dolor, ¡que
aguante! Mi lado izquierdo hace mucho que está muriendo... sienWR SLQFKD]RV 'LFH TXH QXHYDV ÀEUDV GH OX] HVWiQ WRPDQGR FRQciencia y me darán electricidad por un tiempo, ¡que aguante! Un
águila arranca una costra de mi tercer ojo. Me pregunta si es la
visión que vine a buscar. Me dice limpiando: “Se terminó una antigua maldición”. (C.L., empleada, 49 años, 25 de abril de 2009)
También observé a toda mi familia, la recorrí; sonreí tanto que
casi empecé a llorar de lo feliz que estaba. Tenía ganas realmente
de estar con ellos allí. Visualicé a mi mamá, primero con su rostro y después con el rostro de un león que para mí es un animal
que siempre representó una fuerza y una resistencia enormes. Me
REVHUYpGHQLxR\PHDEUDFpSHURHVHDEUD]RVLJQLÀFDEDPiVTXH
una proximidad… era casi una fusión con una parte muy opuesta
a mí, por lo psicológico, por la edad misma, por las emociones de
uno y de otro. El dolor y el rechazo que siempre dirigí hacia mi
infancia estaba tratando de enmendarse. Cuando nos abrazamos,
yo y mi yo pequeño, sentimos una totalidad avasallante y liberadora. (H.M., empleado, 20 años, 7 de junio de 2008)
“El odio a los amados” podría titular esta descripción. Mi expeULHQFLDIXHHOUHFRUULGRSRUORVLQÀHUQRVHVRVtHQWHFQLFRORU\FRQ
sonido Dolby. En el brindis, donde todos dijimos algo de nuestro
deseo antes de sumergirnos en el brebaje de la ayahuasca, yo pedí
paz y fuerza. La experiencia fue para mí el encuentro con el mal
en estado puro, con el mal absoluto al estilo de lo que describía
Hannah Arendt. Thanatos desenfrenado y lozano en su imperio
arrasador. Empezó con el juego de movimientos, luces y colores
fosforescentes en una danza incesante. La música, que antes se
registraba como un estímulo más, tomó sincronía con formas y
colores desplegándose como en un caleidoscopio. Pronto fueron
DQWURSRPRUÀ]iQGRVH KDVWD DGTXLULU XQ VHQWLGR PDOLJQR GHSUHdador, lacerante. Un tirabuzón brillante y metálico accionado con
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
fuerzas que avanzaban desgarrando. La trama de luces y colores
se hacía más densa. Y allí fue el encuentro con el odio, con la
destructividad más mortífera arrasando con todo, con los demás
y conmigo, en un sino inevitable con mucho de fatalidad. Las máquinas letales me llevan a asociar con lo sentido en la niñez durante la cirugía de amígdalas con gas.
Supuestamente debía haber una calesita girando. Lo que yo vi
entonces fue la sierra del carnicero cortando-cortándome. Por eso
lo traigo. ¿Qué hilo sutil enlaza aquella vivencia con ésta?
En esta experiencia lo que registre fue el odio aun a los amados. El odio y la destructividad oceánicos, apocalípticos y sin retorno, con mucho de destino. El recorrido por los ancestros. La
madre, la madre de la madre, la madre de la madre de la madre...
La represión de los afectos negativos en todas nosotras y allí en un
segundo y con atisbos de amor la necesidad de cortar en mí la cadena de dolor. No, los hijos no. A ellos les debe ser dado otra suerte. Aunque yo me hunda ellos tienen que tener otra posibilidad.
Los vómitos marcando cada intensidad.
La segunda dosis la vomité casi enseguida, pero en pleno recorrido. ¿Qué más quedaba si ya había circulado por los avernos
encontrando lo diabólico en mí? Pero aún quedaba por remover
más. El vínculo conmigo, con las distintas facetas en mí. En un
PRPHQWRVHLPSXVRODÀFFLyQGHPDGUHWDOFRPRHUDYLVWDODPDGUHFRPRDEVROXWRODPDGUHJHQHURVD\VDFULÀFDGD8QDÀFFLyQ
<WDPELpQFRQRGLROXFKpFRQODVLPiJHQHVTXHODSUHVHQWLÀFDEDQ
Este encuentro me lleva a sentir que por graves que sean los
asesinatos que he padecido como víctima (de ilusiones, de creencia, de esperanzas), mi capacidad de albergar el mal los deja en el
nivel de juego de niños. Que lo que rocé en mí y pude dimensionar
es de tal magnitud que me lleva a replantear toda la ética sobre
estos datos. También tiene esta experiencia algo de salida de la
inocencia. Abrió el territorio de la amargura absoluta, adentro y
afuera, en el cuerpo y en el alma. Tomé la ayahuasca buscando
una respuesta que necesito para vivir y salí con una pregunta.
Por eso tengo que volver a ese lugar, a seguir la interrogación. Es
el lugar de mi inconsciente donde proseguir el camino iniciado.
(M.C.M., psicoanalista, 62 años, 7 de febrero de 2004)
Me produjo tal mareo que enseguida empecé a vomitar y a sentirme muy mal, cada vez peor. No podía hilvanar ni sostener los
pensamientos, estaba hundida en un malestar total y absoluto, en
una sensación de desvalimiento total y sin el más mínimo control.
Pero no estaba perdida, sabía dónde estaba, qué estaba haciendo,
con quiénes estaba y nunca me sentí sola. La voz, el canto de don
Antonio y de otros, su risa y la de otros, eran mi ancla. Seguía vomitando y comencé a quejarme, no podía parar de quejarme. El
220
Ayahuasca, medicina del alma
escuchar mi voz me aportaba una referencia en ese agobio. Nunca
sentí dolor, sólo un profundo y absoluto malestar. Me llevaron a
don Antonio y me cantó y sentí su tabaco y sus manos en mi cabeza
y mis manos. Me hizo beber jugo y me llevaron de nuevo a mi lugar.
Allí seguí vomitando, quejándome y sintiéndome muy mal. Hasta
que don Antonio vino a mí y me dijeron que quería curarme. Sólo
sé que me acostaron y él bebía de mi abdomen algo, luego escupía
y vomitaba terriblemente. Eso lo sentí varias veces, no sé cuántas.
Luego volvió a cantarme y a exhalarme su tabaco, y a darme de
beber. Volví a vomitar y me seguía quejando. En algunos momentos
de la queja abría mi boca y salía un quejido ahogado desgarrador
que sentía que venía de profundidades más allá del tiempo y del
espacio y sentía que se materializaban en sombras borrosas y densas que me asustaban. Al rato empecé a recuperar mi capacidad
de pensar, empecé a sentirme mejor y mi queja se transformó en
canto. No sé qué cantaba, pero era terapéutico para mí, no podía ni
quería dejar de cantar, las quejas sordas y las sombras eran cada
vez menos hasta que al abrir la boca sólo salía canto, y me empecé a
sentir bien, cada vez mejor, el malestar se disolvió y transformó en
una maravillosa sensación de bienestar y paz. […]
También comprendí mi malestar. Yo decía que no había tenido
dialogismo, pocas visiones y que no me había enfrentado a mi sombra. Pero me di cuenta de que no me había enfrentado a mis miedos
VXSHUÀFLDOHVSHURVtDORVPiVSURIXQGRV5HFRQRFtTXHWDQWRKLQcapié en la salud, en una dieta saludable, en no beber, no fumar,
etc., estaba escondiendo uno de mis más profundos miedos: el de
la enfermedad, el de sentirme mal, el temor al dolor, el no poder
controlar las cosas de modo de no poder hacer lo que quiero haFHU HO WHPRU D WHQHU TXH FRQÀDU HQ DOJXLHQ HWF < D HVR HV D OR
que justamente me enfrentó la experiencia: el malestar absoluto,
HOGHVYDOLPLHQWRFRPSOHWRHOGHVFRQWURO\HOWHQHUTXHFRQÀDUHQ
alguien. Sólo puedo decir gracias. (A.C., artesana y empleada, 53
años, 29 de noviembre de 2008, con la guía del chamán don Antonio Muñoz Díaz)
La primera visión fue de mí misma hundiéndome en un mar
sereno verde y nocturno. A medida que era arrastrada hacia el
IRQGR VREUH PL FDEH]D HVWDOODEDQ IXHJRV DUWLÀFLDOHV \ HQ FDGD
chispa se formaba la cabeza de un animal, en el siguiente eran
formas geométricas, en el próximo otra cosa… en algún momento
aparecieron redes que se fueron tendiendo, separándome de la suSHUÀFLH[…] liberé mucha angustia y me sentí plena. Tanto en la
alegría como en el dolor sentía que estaba “completa”. Lloré y reí
con todo el cuerpo. (N.M.L., empleada administrativa, 44 años, 4
de noviembre de 2006)
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
Fueron muchísimas imágenes y discursos internos, todo el
tiempo, creo hasta el amanecer. Desdoblamiento. Presencia de
personas que imagino pero no conozco. En el parque todo era inquietante. La necesidad de salir al parque fue muy grande, necesité primero sentirme libre de temores, pero la “abuela” me repetía
constantemente que yo elegía cómo vivir, o sea que yo decidía si
sentir miedos o no. Fue todo placer, mucha gente me asistía en ese
lugar y todas las palabras que escuché fueron de amor.
Me sentí muy observada por la naturaleza, y sobre todo se manifestaron mis temores, aunque podía aislarme del temor hasta
que pasaba. (M.L.G., comerciante y artista plástica, 51 años, 6 de
marzo de 2010)
Visiones de “futuro” propias, de amigos o familiares
A partir de ese momento tuve una experiencia más que nada
futurista, ya que tuve muchas visiones de gente que me rodea en
lo habitual pero proyectada al futuro. Hasta ayer domingo tenía
temor de que todo lo que había visto fueran sólo deseos míos, pero
hoy “la planta” me dio la primera sorpresa al ponerme en mi cara
una de mis visiones hechas realidad. Aún no lo puedo creer.
En esta proyección pude observar el futuro de mucha de la gente que me rodea, creo que esto tiene que ver con mi percepción sobre
lo que “va a pasar”, la mayoría de las veces presiento las cosas
antes de que sucedan. Todos mis allegados me dicen que “soy bruja”. N. estaría embarazada y F. (su hijo) de acá a unos años vivía
con nosotros. Ellos dos lograron perdonarse lo pasado y yo logré
perdonar a N. La visualicé en unas vacaciones con nosotros como
si fuera a llevar al nene pero todo estaba bien. Todos teníamos la
mejor de las relaciones.
La sorpresa fue el día de hoy cuando F. me dijo que su mamá
tenía un bebé en la panza, casi me muero de la sorpresa… no
sé qué pensar aún… (N.R.M., empleada, 33 años, 26 de abril
de 2008)
La segunda experiencia, tiempo mediante, no fue para nada
similar a la primera. Ésta ya requería la madurez que nos exigió
VLHPSUHODÀJXUDPDVFXOLQDQXHVWUR´3DGUHµHOSRUWDGRUGHOD
OH\ &RPR XQ UHÁHMR GH OD QDWXUDOH]D PDVFXOLQD GH 'LRV R GH
la Creación, empujando a través de la conciencia, el dolor y la
muerte.
Personalmente, no me quedó otra opción que enfrentarme con
lo que había hecho de mi vida hasta el presente.
La puerta de la muerte se abrió en, al menos, tres direcciones:
la dramatización de un cáncer de garganta, que me impedía ex-
222
Ayahuasca, medicina del alma
presarme y me mantenía inmovilizado; la experiencia de muerte
por accidente automovilístico; y una tercera opción desconocida.
Pero pude ver que podía elegir, que era yo el que optaba por
dejar ir lo viejo, matando aquello que sobrevive a su utilidad, y
regenerarme, o experimentar todo esto en el mundo fenoménico
alguna vez.
La propuesta de la ayahuasca ha sido puesta sobre la mesa y
las cartas están a la vista. La disyuntiva entre muerte o transformación, sea en el sentido simbólico como en el real, es la elección
que entiendo debo tomar. Como un antiguo proverbio de los yaqui
rezaba: “Haz tu compañera a la Muerte, no la hagas tu enemiga. Si te enemistas con ella, te perseguirá con ahínco, y por más
TXHFRUUDVFRPRHOYLHQWRHOODWHDOFDQ]DUi+D]ODWXFRQÀGHQWH
y compañera, y así ella te dará los dones de su sabiduría”. (G.C.,
visitador médico, 27 años, 23 de septiembre de 1996)7
Me vi a mí misma con otro cuerpo, más delgado… vi dos hijos
míos, uno ciego. Eso me dio mucho miedo… y más que se trate de
una premonición. Uno de los tres temas que me dejó la experiencia
para tratar en terapia es por qué tengo miedo de tener un hijo que
no ve. (N.H., ama de casa, 28 años, 25 de abril de 2009)
Visiones sobre sentimientos de otros
Desde un principio me sentí raro. Me costó empezar a experimentar la ayahuasca. Entré en el cuerpo de varias personas queridas y logré sentir lo que ellos sienten en determinadas situaciones… (R.L.D., comerciante, 36 años, 30 de octubre de 2009)
Cuando estaba entrando en trance veía muchas luces de muchos colores, similares a un caleidoscopio luminoso, como si me
metiera en una máquina de luces. Me resultó desagradable, quería dejar de ver eso. Quería ver algo relacionado con la naturaleza.
Abría los ojos para no ver eso pero los tenía que volver a cerrar
porque veía que la gente que estaba presente expulsaba un humo
negro por la boca y sombras oscuras salían de sus cuerpos. Quería
salir y no podía, apretaba la mano de mi amiga que no pudo entrar para sentir el lazo con la realidad y no irme.
El grito y las voces de las otras personas me generaban miedo
\PHUHVXOWDEDQGHVDJUDGDEOHV\PROHVWDVPHGLÀFXOWDEDQODFRQcentración en mí misma.
7. Ex integrante de la FMV. Diario personal, por fuera de los protocolos.
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
7DPELpQPHLGHQWLÀTXpFRQRWUDJHQWHTXHQRHVWDEDSUHVHQWH
por ejemplo sentí que vomitaba la enfermedad de mi hermana que
padece de artritis psoriásica, y sentí la sensación de angustia de
otra gente querida, de algunas personas que amo y de otras que
conozco, también la energía negativa de los que los rodean.
Eso me hacía vomitar.
Dos personas me generaron angustia, como si hubiese sentido
una energía que me generaba mucho malestar y ganas de vomitar;
a una de estas personas la conozco y a la otra no pero sé que existe.
Sentí mucho la mano de la persona que me ayudaba y me ponía un líquido que tenía como un olor a lima o perfume, la veía
como si fuera un duende y vestida de verde, no supe quién era
hasta que le pregunté a mi amiga que estaba a mi lado y que también me ayudó. Necesitaba sentir la mano de mi amiga que me
conectaba con la realidad, cuando me soltaba me sentía desolada
y comenzaba a vomitar otra vez.
Cuando me llevaron hasta el chamán sentí que muchas manos
me levantaban y me llevaban, me resultaba difícil caminar. La voz
del chico que me hablaba me llegaba distorsionada. También distorsión en el espacio, la distancia era mayor para mí en ese momento.
Vi al chamán como un árbol gigante, con vida, en movimiento,
como una fuerza. No lo percibí en ningún momento como persona.
Me resulta difícil describirlo… (M.G., masajista y estudiante de
psicología, 30 años, 5 de enero de 2010, guiada por el chamán don
Antonio Muñoz Díaz)
Sentí una terrible carga de energía cuando nos tomamos de la
mano con mi novia y tuve que soltarla porque ya no podía soportar absorber tanta energía proveniente de ella… (J.P.P, analista
programador, 28 años, 5 de agosto de 2005)
A veces costaba mucho concentrarme en mis pensamientos, ya
que sentía el dolor de los sentimientos agudos del resto… Emociones muy opuestas… alegría, tristeza… Luego de llorar mucho
tengo la sensación de haber dejado una mochila muy grande llena
de toda la mierda que llevaba dentro. Aun así siento que me quedaron muchas cosas por largar… (E.Z., estudiante y músico, 20
años, 6 de octubre de 2007)
Percibo emociones de otros integrantes… Imágenes de mí misPRSDVDGDVSUHVHQWHV\IXWXUDV«WRGDVUHODFLRQDGDVFRQFRQÁLFWRV
personales y culturas en las que vivieron mis familiares. Me identiÀTXpFRQWRGRVHOORV[…] Mucha gesticulación, movimientos faciales, automáticos… Sentía que de algún modo estaba “defendiendo
mi lugar”… (T.K, estudiante, 21 años, 5 de octubre de 2007)
224
Ayahuasca, medicina del alma
Veía a los otros… un chico al lado que tenía mucha energía neJUD$YHFHVWHQtDFDUDGHHVÀQJHDYHFHVHOFXHUSRGHVDSDUHFtD La
planta me pedía que dialogara con él, pero yo le dije que no podía
ayudarle y que me daba mucho miedo. A mi amigo I. lo veía como
una luz blanca, sentía que estaba ahí y que me protegía. Veía que
trataba de salir de su cuerpo… con mucha fuerza… pero no podía
y volvía… Después me enteré, al terminar la experiencia, que había tomado dos dosis y no le hicieron nada… (M.A., estudiante y
empleada, 26 años, 24 de abril de 2009)
El error del modelo experimental de esquizofrenia o psicosis
Investigaciones llevadas a cabo mediante fondos del Consejo NacioQDOGH,QYHVWLJDFLRQHV&LHQWtÀFDV\7pFQLFDVGH$UJHQWLQD &RQLFHW GDQ
la pauta de la continuidad de aquel marco de pensamiento que hunde
VXVUDtFHVHQORVWUDEDMRVSLRQHURVGH/RXLV/HZLQHQODGpFDGDGHO
así como en otros de los años 50 que consideran importante la investigación con enteógenos (equivocadamente llamados “alucinógenos”)8
en tanto ofrecerían un “modelo experimental de la esquizofrenia y/o la
psicosis”. Resucitando aquellas concepciones sobre “sustancias psicomiPpWLFDVµODSVLTXLDWUtDELRORJLFLVWDKDFUHtGROOHJDUÀQDOPHQWHïGHOD
PDQRGHOPiVDMDGRPHFDQLFLVPRSRVLWLYLVWDïDOHVWDWXVGH´YHUGDGHUD
ciencia aplicada” en momentos en que la física cuántica y la teoría de
cuerdas están resquebrajando las más recalcitrantes versiones del mecanicismo utilitarista.
En efecto, en un artículo publicado en el Journal of Ethnopharmacology, los investigadores Marcelo Cetkovich-Bakmas (profesor de
psicofarmacología de la Facultad de Medicina de la UBA), Alicia B. Pomilio (profesora de Química Orgánica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA) y Arturo Vitale (químico) concluyen que la
ayahuasca induce una psicosis experimental con rasgos comunes a los
de la esquizofrenia. “Lo valioso para nosotros es contar con el modelo
H[SHULPHQWDO GH OD HVTXL]RIUHQLD \ KDEHU FRQÀUPDGR OD WHRUtD GH OD
transmetilación, que había sido dejada de lado por gran parte de los
´$OXFLQyJHQRVµ VH VLJXH XVDQGR ODVWLPRVDPHQWH HQ ORV DPELHQWHV HWQRJUiÀFRV \
arqueológicos para referirse a las principales plantas y setas enteogénicas de uso cultural
tradicional, pese a que el término remite de inmediato a una patología mental. Peor es
comprobar que aún se usa en dichas ciencias sociales el término “estupefaciente” o el
anacrónico y equivocado “narcótico” (“que induce sueño”: ¡¿Quién podría dormir bajo el efecto
pico de cualquier enteógeno americano?!).
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
psiquiatras que ponían más énfasis en las causas ambientales de la
enfermedad”, subraya Pomilio. “En esta enfermedad [la psicosis] se ha
observado no sólo un aumento de la N,N-DMT, sino también una reducción de la actividad de la monoaminooxidasa, lo que permitiría que se
DFXPXOHODPROpFXODSVLFRWyQLFDµDÀUPDQ&LSULDQ2OLYHUet al. (1988).9
3DUD FRQRFHU ORV SUHVXSXHVWRV GH XQ WUDEDMR FLHQWtÀFR ï\ GHFLPRV
HVWRWDQWRGHVGHODSVLFRORJtDFRPRGHVGHODDQWURSRORJtDVRFLRFXOWXUDOï
siempre es mejor rastrear en alguna entrevista informal las opiniones
GHORVFLHQWtÀFRVLQYROXFUDGRVTXHOHHUORVSURSLRVUHVXOWDGRV\DUHYLVDdos y con la densidad del vocabulario técnico propio de estas publicaciones. Es el mejor modo de encontrar los supuestos básicos subyacentes,
tal y como lo sugiere Alvin Gouldner (1979): “Emplear determinados
métodos de estudio implica la existencia de determinados supuestos
DFHUFDGHOKRPEUH\ODVRFLHGDGµ VLELHQHODXWRUVHUHÀHUHDTXtDORVVRFLyORJRVVXVSDODEUDVELHQSXHGHQH[WHQGHUVHDWRGRVORVFLHQWtÀFRVSRU
muy “duras” que sean sus especialidades). No es posible hoy suponer
que el sujeto investigador no está atravesado por vivencias, historia,
LGHRORJtDSUHMXLFLRV\FXOWXUDTXHLQÁX\HQHQHOPRGRGHRUJDQL]DUVXV
HVWXGLRV\VREUHWRGRVXVFRQFOXVLRQHV6LELHQHVWHKHFKRVHPDJQLÀFD
en las ciencias sociales (sujetos investigando sujetos), también otras
ciencias que se piensan más “neutrales” sufren los condicionamientos
de paradigmas sociohistóricos (el positivismo, el determinismo y el moQLVPRSRUHMHPSOR TXHOHJLWLPDQXQDPHWRGRORJtDHVSHFtÀFD
Echemos una ojeada, entonces, para conocer estos presupuestos ocultos, a la entrevista que el periodista Leonardo Moledo hizo al químico
Arturo Vitale, uno de los estudiosos que trabajaron con la ayahuasca en
Buenos Aires junto con Cetkovich-Bakmas y Pomilio:
–Usted se dedica a la química de las alucinaciones... me pregunto... ¿por qué no me cuenta un poco cómo es eso?
–Le cuento un poco de historia: yo soy químico orgánico bien
orgánico: esto es, los datos son los datos y se acabó. […] Con la
ayahuasca se tienen alucinaciones de colores, se siente volar por
encima de las ciudades. En general, tiene un problema serio, aunque se diga que es inocua. El chamán (que es el que sostiene la
9. Tras treinta años de investigación, sin embargo, los resultados no son concluyentes, ya
que tanto los voluntarios normales como los pacientes psiquiátricos en muchos estudios
presentan niveles comparables de DMT endógena. De esta observación se deduce que la DMT
endógena podría tener un papel importante en todos los humanos, independientemente
de su estado psicológico. El fenómeno de sueño natural, por ejemplo, lo produciría la DMT
HQGyJHQD\HVWRH[SOLFDUtDVXSUHVHQFLDHQRWURVPDPtIHURV &DOODZD\ 226
Ayahuasca, medicina del alma
ceremonia) orienta las alucinaciones de los bebedores. Mire: se
sospecha que el suicidio colectivo de novecientas personas liderado por Jim Jones en 1978 pudo haber formado parte de una
ceremonia alucinatoria. Es decir, pueden ser alucinaciones orientadas y eso siempre es peligroso...
–Como las que provoca la televisión.
–Una vez pasado el efecto, se vuelve a la normalidad.
–Al revés que con la televisión.
–Bueno, el caso es que este efecto nos sirvió como modelo
H[SHULPHQWDOSDUDODHVTXL]RIUHQLDXQDYH]TXHVHGHÀQHTXHOD
esquizofrenia es una enfermedad química, metabólica, se abre
la posibilidad de que tenga una cura real, cosa que hoy en día no
existe; sólo se puede intentar una normalización del paciente. El
uno por ciento de la humanidad tiene trastornos esquizofrénicos
y no importa el lugar de nacimiento ni nada por el estilo.
–El uno por ciento es una barbaridad.
–Esto, acompañado por la presencia de neurotransmisores
metilados... es decir, cuando la serotonina, que tiene un grupo
oxidrilo y un grupo amino, en lugar del grupo hidrógeno tiene
un grupo metilo (CH3). Y resulta que el componente principal
de la ayahuasca es una serotonina metilada y es por eso que
el receptor, en la célula, la puede reconocer como serotonina. Y
aquí viene la segunda parte del problema de los esquizofrénicos... [...] Que tienen inhibida una enzima (la monoaminooxidasa), que se encuentra en el hígado y en el cerebro y cumple una
función vital para la neurotransmisión: dentro de la neurona se
sintetiza la serotonina. Después, para que las neuronas manden
la información, mandan un disparo de serotonina que atraviesa
la sinapsis. Una vez que se mandó, la serotonina es captada por
los receptores. [...] Y entonces pasa que para que los receptores
reciban la información, es necesario primero que actúe la enzima que le mencioné, que convierte la serotonina en un ácido; en
forma elemental, ése es el mecanismo de neurotransmisión. Y
el esquizofrénico, justamente, tiene inhibida esa enzima, con lo
cual la serotonina se acumula y satura el receptor. Pero existe
otro problema más: tiene otra enzima, la transmetilasa, muy activada: parte de la serotonina se metila y la monoaminooxidasa
no la reconoce.
–¿Y cómo se conecta con las alucinaciones?
–Se conecta porque, aparentemente, las alucinaciones provienen de algún tipo de acumulación de neurotransmisores en los
receptores. Todavía es un problema no resuelto en la psiquiatría.
Ahora bien, si en lugar de serotonina uno tiene un seudotransmisor metilado, que es muy parecido, cumple el mismo efecto: se
acumula en los receptores y la otra enzima tarda mucho en degradarla. La ayahuasca está compuesta en proporciones exactas por
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
un seudoneurotransmisor metilado y un inhibidor de la monoaminooxidasa. Lo que hace es dejar que se acumule la serotonina.
Y como le decía, aparentemente, esa acumulación tiene efectos
alucinógenos, porque obstruye los neurotransmisores. Por qué las
produce, no lo sabemos; una alucinación es una imagen que se
genera dentro de uno sin el input.
–Para que la ayahuasca haya servido como modelo experimental, tiene que haber alguna relación entre los que la beben y
los que presentan esquizofrenia.
–Sí. De hecho, lo que genera la ayahuasca es una esquizofrenia
transitoria. Si una persona sana tiene alucinaciones durante un
rato por la ayahuasca y después se le pasa, tenemos un buen modelo experimental. Además, es algo que no podemos estudiar en
las ratas: no nos damos cuenta si están teniendo alucinaciones.
–¿Y cómo hicieron?
–Conseguimos el brebaje que preparan los chamanes y conseguimos individuos psiquiátricamente sanos que se la tomaron.
Una vez tomada, en el momento en que se tenía el pico alucinatorio, se les extrajo sangre para medir los parámetros. Veinticuatro
horas después se les hizo un análisis de orina y resultó que tenía
la misma cantidad de dimetiltriptamina (la serotonina metilada)
que los esquizofrénicos, con lo cual esa parte de la hipótesis estaba
comprobada2VHDTXHGHPDQHUDDUWLÀFLDOVHJHQHUDEDORTXH
en los esquizofrénicos se producía de modo natural. Llegar a esta
conclusión nos demoró diez años.
–¿Y causa acostumbramiento?
–Justamente, la segunda cosa que había que ver era si no tiene efecto residual ni causa acostumbramiento. Desde ya, no es
FRPRHOWDEDFRODFRFDtQDODPRUÀQDHVRHVFLHUWRSHURVt (y eso
lo demostramos recientemente) causa variaciones en los parámetros bioquímicos. Después hicimos otra prueba: tipos que nunca
habían tomado y tomaban por primera vez y consumidores habituales. Ahí hicimos los tests de medición de serotonina, de cortisol
y de prolactina en sangre, y tests psicométricos. La serotonina en
sangre disminuía en el tipo que la tomaba por primera vez; en el
que ya estaba acostumbrado, no había mucha diferencia. Prolactina en sangre: en el tipo que tomaba por primera vez, disminuía
y después se normalizaba; el consumidor habitual ya la tenía bastante alta y le subía más todavía. Con el cortisol lo mismo. Es
decir que el consumidor habitual ya tenía una alteración de los
parámetros.
–¿Y con la percepción qué pasaba?
–Hay tests de percepción que se hacen y que son muy iluminadores. Se hacen, por ejemplo, veinte preguntas de las cuales
un tipo normal puede contestar diecinueve. El no consumidor,
que está bajo los efectos de la ayahuasca, apenas puede contestar
228
Ayahuasca, medicina del alma
cinco. El consumidor habitual respondía entre doce y catorce. Es
que para tener el mismo efecto perceptual de la primera vez, necesitaba aumentar la dosis. Es decir que es adictiva. […]
[…] La esquizofrenia es una enfermedad metabólica, generada
por un problema de actividad de las transmetilasas e inhibición
de las monoaminooxidasas, por la cual no se degradan el tiempo
VXÀFLHQWH(QFRQWUDPRVTXHODD\DKXDVFDHVXQEXHQPRGHORH[perimental. El próximo paso es probar en monos si la dimetiltriptamina se acumula también en los receptores de serotonina...
–¿El encefalograma de la alucinación es parecido al del sueño?
–No lo sé… La otra cosa que hemos demostrado es que no es
inocua.
–¿Y yo existo para usted?10
Más allá de las acotaciones jocosas del entrevistador, lo que aquí vemos, además de una serie de opiniones desacertadas, propias de quien
no ha tenido experiencias sostenidas con el enteógeno, es una preocupante serie de supuestos básicos prejuiciosos, algunos rayanos en la
ignorancia: cuando habla de “alucinaciones orientadas que podrían
desembocar en suicidios” demuestra no tener idea alguna de la etnohistoria de los pueblos de la Amazonia occidental y de los varios tests
de salud y bienestar psicosocial en usuarios frecuentes realizados hasta
el momento;11\FXDQGRVHUHÀHUHDOFXHVWLRQDULRIRUPXODGRHQPHGLR
del estado ampliado, resulta como mínimo gracioso: se conocen perfectamente las carencias del lenguaje para describir la ampliación de la
10. Leonardo Moledo, “Sobre la química de las alucinaciones”, diálogo con Arturo Vitale,
doctor en química, investigador del Conicet, Página 12, sección “Ciencia”, Buenos Aires,
miércoles 3 de septiembre de 2008.
11. Estos estudios son: Farmacologia humana da hoasca, de Charles Grob et al. (1996)
con quince miembros del culto brasileño UDV; la investigación de Evelyn DoeringSilveira, Xavier da Silveira et al. (2005) que compara cuarenta adolescentes de UDV con
un grupo de control; la de John Halpern et al. (2008) con treinta y dos daimistas de
XQD FRPXQLGDG GH 2UHJRQ SHUR VREUH WRGR HO PDJQtÀFR HVWXGLR GHO HVSDxRO ,QVWLWXWR
de Etnopsiquiatría Amazónica Aplicada (IDEAA) realizado por el psiquiatra Josep María
Fábregas, Débora González Muñoz-Caballero y el neuropsicólogo José Carlos Bouso en
la comunidad daimista de Brasil, presentado en el Congreso Internacional “Medicinas
tradicionales, interculturalidad y salud mental” en Tarapoto, Perú (2009). Se realizaron
pruebas evaluando personalidad, salud general, funciones neuropsicológicas, bienestar
psicosocial, propósito vital y espiritualidad en un grupo de más de sesenta daimistas de
Céu do Mapiá, que fueron comparados con otros controles de una comunidad próxima:
Boca do Acre. Las pruebas fueron aplicadas dos veces, la segunda vez entre ocho y doce
PHVHVGHVSXpVGHODSULPHUD/RVUHVXOWDGRVLQGLFDURQQRKDEHUGLIHUHQFLDVVLJQLÀFDWLYDV
entre ambos grupos; en algunas de las modalidades los ayahuasqueros puntuaban mucho
mejor (véase Apéndice 2, síntesis de este estudio).
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
conciencia con enteógenos o la “iluminación” en una meditación de tipo
RULHQWDO«$GHPiVGHORWUDQVOLQJtVWLFRGHODH[SHULHQFLDVXPLVPD
inefabilidad e intimidad conlleva el nulo o casi nulo deseo de expresar
QDGDGHORTXHDFRQWHFLyGLÀFXOWDGFRQODTXHVLHPSUHKDQWURSH]DGR
ORV FXHVWLRQDULRV GH REMHWLYDFLyQ FLHQWtÀFRV DXQ SURSRUFLRQDGRV después de la experiencia, como nuestros protocolos. Subyacen fundamentalmente las viejas asociaciones entre ayahuasca y psicosis experimental (o entre ayahuasca y psicosis) no sólo en este trabajo argentino, sino
en múltiples de los editados en otras partes del mundo y cuyo origen
se remonta a las pioneras investigaciones de Emil Kraepelin en 1892,
/RXLV/HZLQHQ12 Kurt Beringer en 1927, G.T. Stockings en 1940,
sostenidas por lo menos hasta la década del 40 y principios de los años
50, cuando los efectos psicolíticos (“disolución de la mente” que permitía el uso terapéutico) y psiquedélicos (“expansión de la mente” con
efectos positivos) cobraron más importancia que la concepción de los
enteógenos como psicomiméticos ´LPLWDGRUHVGHODSVLFRVLVµFRQHOÀQ
de comprender tal patología).
6XMHWRTXHFRQVWUX\HH[SHULHQFLDYHUVXVVXMHWR
como objeto de la percepción
Intentaremos aquí abordar las asociaciones ayahuasca-psicosis experimental o ayahuasca/psicosis que aparecen en múltiples trabajos
editados a los cuales hemos remitido al lector. Nos proponemos pues objetar y rebatir las hipótesis que producen dicha asociación, realizando
XQFUXFHHQWUHHOUHYLVLRQLVPRELEOLRJUiÀFR\ODHYDOXDFLyQGHORVFLHQ
“Protocolos de investigación de la Fundación Mesa Verde” completados
por sujetos voluntarios experimentadores desde 1997 a 2008.13
/HZLQ KDEODED GH VXVWDQFLDV FDSDFHV GH ´SURYRFDU HVWDGRV YLVLRQDULRV \ psicóticos
transitorios” a las que llamó “fantástica”. La “transitoriedad” del efecto ya es contraria a
la asociación con la patología a la que se pretende asimilar, si bien hay argumentos más
de fondo para negar cualquier tipo de vinculación profunda. Raíces históricas también
pueden rastrearse en la vieja asociación chamanismo-psicosis propia de cronistas y
viajeros iluministas, y sobre todo de los materialistas dialécticos rusos en sus estudios de
campo en Siberia durante las primeras décadas de la Unión Soviética, línea que continúa
una cierta etnopsiquiatría clásica como la de Georges Devereux, para quien “el chamán es
un grave neurótico o un psicótico en remisión temporal”; Julian Silverman, quien asimila
al chamán a un esquizofrénico agudo; Ake Hultkranz, para quien “el chamán tiene una
disposición histeroide”, etcétera.
13. Estos protocolos de investigación incluyen la Hallucinogen Rating Scale (HRS)
elaborada por Rick Strassman con cien preguntas sobre diversos efectos graduados en los
230
Ayahuasca, medicina del alma
Como primer elemento se nos impone la necesidad de determinar
de qué hablamos cuando hablamos de psicosis. Aquí nos encontramos
FRQ HO SULPHU REVWiFXOR GDGR TXH GHVGH HO SXQWR GH YLVWD QRVRJUiÀco, clínico, etiológico, el término psicosis encierra múltiples estados
diferenciales. Tomaremos un primer entrecruzamiento con la variable
tiempo para, a partir de allí, diferenciar las psicosis agudas de las psicosis crónicas (Ey, Bernard y Brisset, 1978). Los trabajos antes mencionados no hacen esta diferenciación y ligan el uso de la ayahuasca
con “la psicosis”, “la esquizofrenia”, “los estados psicóticos”, “los estados
alucinatorio-delirantes” como si todos ellos fueran una entidad única
y la ayahuasca pudiera promover o instalar dichos estados, hecho éste
con el cual estamos en total desacuerdo.
1XHVWUD UHYLVLyQ ELEOLRJUiÀFD WRPD FRPR EDVH ORV VtQWRPDV SVLFyticos diferenciándolos de los fenómenos que aparecen con el uso de la
ayahuasca. Comenzaremos por el concepto de alucinación, síntoma frecuente tanto de los estados psicóticos agudos como de los crónicos, diferenciándolo de lo que llamaremos “voz de la conciencia/dialogismo”,14
así como de las visiones y percepciones corporales.
La alucinación es la percepción sin objeto a percibir, que
en el sujeto funciona como un elemento ajeno a él, externo, no
aprehensible, cuya característica primordial es la certeza o convicción íntima. La alucinación produce una confrontación entre
dos realidades, la del alucinado y la del observador. (LanteriLaura, 1994)
niveles ninguno, leve, moderado, mucho y extremo, y un formulario propio. En el Apéndice 1
se vuelca una estadística al respecto.
(OHWQRSVLFyORJRFDWDOiQ-RVHS0DUtD)HULFJOD DÀUPDTXHHOHVWDGRPRGLÀFDGR
de la conciencia “consiste en la puesta en marcha de un dialogismo mental como
principal fenómeno experimentable subjetivamente: nuestra mente se descubre y habla
FRQVLJRPLVPD\HOORHVREVHUYDEOHGHVGHHOH[WHULRUµ7DPELpQDÀUPDTXHGXUDQWHHO
dialogismo la mente reconoce sus propias metáforas como tales, situación imposible
en los estados alucinatorios y psicóticos: “Vivimos en un mundo que construimos cada
uno de nosotros en un cierto acuerdo con los demás; nuestra mente funciona por medio
de metáforas que dan forma y sentido al mundo, incluyendo la idea del yo; y nuestra
conciencia, para crear una idea general del mundo, utiliza todas las experiencias
particulares de que dispone, de ahí que la memoria y los sentimientos formen parte de
esta construcción. También podemos activar una conciencia dialógica o mística durante
la que la propia mente se ve a sí misma, genera una autorrepresentación, puede incluso
reconocer las metáforas como tales, como modelos virtuales que se proyectan sobre una
transparencia” (Fericgla, 1999b).
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
En las experiencias con ayahuasca, las percepciones aparecen como
voz de la conciencia, dialogismo y visiones internas o proyectadas,15
pero no son ajenas al sujeto; son aprehensibles por cuanto presentan,
representan, simbolizan, interpretan, marcan y son integradas a su
realidad subjetiva dejando huellas mnémicas plásticas,16 abiertas a la
revisión, a la religadura, tanto dentro de las experiencias como fuera
de las mismas y posibles de retomar en las posteriores. Las percepciones portan una carga simbólica que el sujeto puede descifrar, hallando
caminos de verdad subjetiva pero no de certeza. ¿Qué diferencia esta
verdad subjetiva de la certeza alucinatoria? A nuestro entender, la
plasticidad del mecanismo de sustitución que funciona en la metáfora.
Es justamente la metaforización discursivo-perceptiva la que falla o
está ausente en la alucinación y también en la psicosis. Hablamos de
visiones en contraposición con alucinaciones visuales, conceptualizando a las primeras como la aparición interior o proyección en el exterior
de las imágenes internas como otro modo de aparición metafórica, que
en muchos casos porta también elementos que Jung denominó inconsciente colectivo.
No sólo desde la psiquiatría; desde la antropología del conocimiento
también se llega a idéntica conclusión en términos más generales. El ser
humano tiene la necesidad de alimentarse y vestirse para hacer frente a
los procesos biológicos vitales y rigores ambientales, pero además tiene
la exigenciaï\SRUVXHUWH\DQDFHGRWDGRïGHXQDVHULHGHHVFXGRVFRQVLVtentes en sus sistemas semióticos, simbólicos, de creencias, ideológicos,
mitológicos, religiosos, ritualísticos y folclóricos. Tales escudos (lo imaJLQDULRODVLGHDVHOPLWRODPDJLDODWHRUtD\ODGRFWULQD ORGHÀHQGHQ
de los profundos y desgarradores temores traumáticos a la muerte, al
DQLTXLODPLHQWR DO PDO \ D OR GHVFRQRFLGR HQ GHÀQLWLYD D OD ÀQLWXG \
15. Más adelante diferenciamos estos fenómenos de las alucinaciones psíquicas; cabe
mencionar aquí que las últimas son externas al sujeto alucinado y aportan la certeza de
la convicción íntima.
5RODQG*ULIÀWKVSURIHVRUGHSVLTXLDWUtD\GHQHXURFLHQFLDVHQOD8QLYHUVLGDG-RKQV
Hopkins (Maryland), principal autor de una investigación sobre efectos de la psilocibina
(aparecida en el Journal of Psychopharmacology en 2006), demostró que la mayoría
de los treinta y seis voluntarios observados que tomaron la sustancia enteogénica en
FRQGLFLRQHVFRQWURODGDVGHVWDFDURQTXHVXVHIHFWRVEHQpÀFRVGHSOHQLWXG\WUDQTXLOLGDG
duraron más de un año. Los participantes, todos de buena salud física y mental, de un
nivel elevado de estudios, destacaron “una experiencia totalmente mística” tras haber
consumido el alcaloide indólico en los experimentos controlados “a doble ciego” con otra
sustancia activa (Ritalin), y en nuevas encuestas psicológicas en 2008 describieron que
los efectos eran duraderos a más de un año de aquella investigación.
232
Ayahuasca, medicina del alma
a la “brecha” con el mundo.17 Alguna falla en estos poderosos sistemas
productores de sentido, de símbolos, analogías y metáforas, provoca el
“sinsentido” y una especie de muerte (no física) que llamamos psicosis.
La metáfora está justamente más presente que nunca en las experiencias enteogénicas, generadoras de gran parte del arte y los conceptos religiosos desde los más remotos prehistóricos tiempos.18
Detengámonos un momento en el concepto de proyección exterior de
las imágenes internas. Muchas personas bajo los efectos de la ayahuasFDSHUFLEHQREMHWRVRÀJXUDVHQWUHVGLPHQVLRQHVWDOHVFRPRRUJDQLVmos, formas geométricas, o lo que parecieran ser células, que mientras
están desplazándose en ese espacio virtual proyectan sombras perfectamente percibidas tras los párpados cerrados. Las sombras (o a veces
luces o destellos) acompañan el desplazamiento tal como si un objeto
“real” externo pasara sobre sus rostros.
En este caso, y basándonos en el concepto de trayectoria intensiÀFDGD XWLOL]DGR SRU 'DYLG /HZLV:LOOLDPV OD FUHDFLyQ GH OD
imagen en el exterior se debe a que la estimulación de la vía óptica
se produce de la manera inversa.19 Los estímulos parten de la corteza
occipital e impactan en la retina construyendo la imagen. Podríamos
pensar que lo mismo sucede en la construcción de las imágenes in-
17. Al respecto, véanse Edgar Morin (1974, especialmente la tercera parte; 1992, donde se
explicita una frase muy aleccionadora sobre los aún vigentes paradigmas racionalistaspositivistas: “Es cierto que la razón debe criticar al mito, pero no disolverlo. Si se cree
haberlo disuelto, entonces es ella la que se ha convertido en mito”), Gilbert Durand (1971),
/HVWHU.RODNRZVNL (GZDUG((YDQV3ULWFKDUG REUDTXHGDFXHQWDGHTXH
ninguna de las teorías sobre las religiones primitivas de los autores clásicos, tanto de la
corriente psicologista como de la sociologista, son textos válidos a la hora de comprender
el sistema simbólico del hombre).
18. Sobre este tema, véanse Robert Gordon Wasson et al. (1992), Robert Gordon Wasson
(1980), Diego R. Viegas (2003), Richard Evans Schultes y Albert Hofmann (1994), Terence
McKenna (1993a), Ana Llamazares y Carlos Martínez Sarasola (2004).
19. “Yo distingo estos fenómenos entópticos (del griego: dentro de la visión) que pueden
originarse en cualquier punto situado entre el propio ojo y el córtex cerebral; de las
alucinaciones que no tienen ninguna base en la estructura real del sistema óptico.
La forma exacta en la que los fenómenos entópticos están instalados en el sistema
nervioso humano ha sido tema de investigación reciente. Se ha hallado que los patrones
de conexiones entre la retina y el córtex estriado (conocido como VI) determinaban su
forma geométrica. Dicho llanamente, existe una relación espacial entre la retina y el
córtex visual: los puntos que se encuentran en estrecha proximidad en la retina disparan
neuronas situadas en forma comparable en el córtex. Cuando se invierte este proceso,
como tras la ingestión de sustancias psicotrópicas, el patrón del córtex se percibe como
una percepción visual. En otras palabras, las personas que se encuentran en esta
condición están viendo la estructura de sus propios cerebros”.
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
ternas en el sueño; solamente las diferencia el estado del sensorio no
vigil en este último.
'XUDQWH OD H[SHULHQFLD \ SRVWHULRUPHQWH ïSRU IXHUD GH HOOD R HQ
H[SHULHQFLDVVXEVLJXLHQWHVïODVYLVLRQHVHOGLDORJLVPR\GLIHUHQWHV
modos de presentación perceptiva interrogan al sujeto y se dejan inWHUURJDUSRUpOORVLJQLÀFDQSURGXFHQVHQWLGReVWHHVRWURHOHPHQWR
que diferencia las alucinaciones del fenómeno de la psicosis, donde
el sujeto psicótico queda “tomado”, “captado” por la alucinación como
objeto de la misma. La alucinación porta una certeza no sujeta a interrogación que coagula al sujeto psicótico, imposibilitado de tomar
distancia (distancia que se inscribe en la barra sujeto/objeto), cayendo sobre él.
Ya hemos aclarado el concepto de dialogismo; pasaremos a diferenciarlo del fenómeno alucinatorio al modo de las alucinaciones psíquicas.
4XLHQGHÀQHFODUDPHQWHHVWDV~OWLPDVHV-XOHV%DLOODUJHU LQVLVtiendo en las características sensoriales, perceptibles, concretas y exteriores de los modos alucinatorios psicosensoriales. Lo hace para poder
oponerlos a otra categoría: la de las alucinaciones psíquicas precisadas
FRPR IHQyPHQRV TXH VH UHÀHUHQ ~QLFDPHQWH DO SHQVDPLHQWR FRQYHUsación de alma a alma, escucha del pensamiento. Se trata del lenguaje
del pensamiento, de conversación sin sonido, de voces puramente interiores. Baillarger recurre al testimonio de autores místicos que separan
claramente dos tipos de experiencia: “Unas voces son intelectuales y
ocurren dentro del alma, las otras son corpóreas, golpean los oídos exteriores del cuerpo”. En las alucinaciones psíquicas se involucra el oído
como registro del lenguaje. Es decir, aquí el objeto alucinado vuelve a
ser exterior y ajeno al sujeto; a diferencia del dialogismo, donde el sujeto lo reconoce como interior y no extraño a él.
Decíamos que en la alucinación hay confrontación de dos realidades;
¿qué sucede con las visiones?, ¿hay confrontación? Pensamos que no
la hay. La confrontación motiva dos o más términos que se contraponen (verdadero/falso, existente/inexistente, creíble/no creíble, etc.) con
una tendencia a eliminarse entre sí para erigirse en la dominante. En
las experiencias con ayahuasca, las percepciones, elaboraciones y construcciones aparecen en distintos niveles de la realidad subjetiva, y el
sujeto puede diferenciar qué material proviene de su estado ordinario
de conciencia y cuál de su estado no ordinario, estados que a su vez no
aparecen confrontados o disociados sino, muy por el contrario, fusionados, combinados, en armonía, interconectados.
Hasta aquí hemos diferenciado los procesos alucinatorios de los
fenómenos perceptivos que se experimentan en los estados ampliados de conciencia como los producidos durante las experiencias con
234
Ayahuasca, medicina del alma
ayahuasca. Alguien avezado acaso nos plantee que los estados de
conciencia antes mencionados podrían implicar un nivel de desestructuración de la misma al modo del efecto de un tóxico, produciendo un cuadro de psicosis aguda,20 es decir, la pérdida de la posibilidad de estar presente en el mundo, de la capacidad de organización témporo-espacial de la representación,21 y de la ponderación del
tiempo vivido (movimiento constitutivo del presente en concordancia
con la presencia del sujeto). Pero si bien es cierto que las experiencias
con ayahuasca producen una separación entre el tiempo cronológico del
observador y el tiempo lógico del experimentador, tiempo lógico de los
procesos de pensamiento, ello no implica que el sujeto esté “en ausencia”, desorientado en tiempo y espacio ni fuera del registro del presente.
Por ende, consideramos que no hay desestructuración del campo de la
conciencia, sino más bien ampliación de la misma. Y he aquí que coincidimos con el poeta francés Henri Michaux, pues en esa ampliación el
sujeto produce conocimiento, construye “saber subjetivo”.
Por lo demás, el registro del cuerpo en la psicosis aparece fragmentado tanto desde el punto de vista simbólico como imaginario (Ey, Bernard y Brisset, 1978). En cambio, en las experiencias con ayahuasca
ORVVXMHWRVPDQLÀHVWDQTXHHOFXHUSRDSDUHFHLQWHJUDGRDUPyQLFDPHQWH
entre sus partes y con el mundo circundante. A partir de la evaluación
de los cien protocolos con los que contamos, hemos comprobado que algunas patologías orgánicas mejoran o incluso desaparecen tras las experiencias. Esto nos motiva a formular hipótesis acerca de los modos
HQTXHVHPDQLÀHVWDQHQHOFXHUSRORVFRQÁLFWRVSVtTXLFRV\FyPRODV
OLJDGXUDV GH ODV UHSUHVHQWDFLRQHV ïIDYRUHFLGR HVWH SURFHVR SRU OD H[SHULHQFLDïJHQHUDQXQLPSDFWRFRQFUHWRHQORFRUSRUDO1RVUHIHULPRV
aquí al planteo de Freud en Psicopatología para neurólogos respecto del
ÁXMRGHHQHUJtDDWUDYpVGHOVLVWHPD\GHODVREUHFDUJDQROLJDGDGHODV
representaciones en situaciones de trauma.
20. Henri Ey plantea que los cuadros de psicosis aguda generados por tóxicos producen
un efecto de desorganización del campo de la experiencia actual donde se encuentran los
niveles de desestructuración del campo de la conciencia. Cita al poeta Henri Michaux,
quien describe las experiencias de “drogas fantásticas” como estados que alteran el
mundo de la percepción admitiendo en el campo de la conciencia una carga vertiginosa
de lo imaginario e invirtiendo la experiencia hasta el punto de hacerla bascular en una
especie de vértigos de “conocimiento de los abismos”.
21. Nos referimos al orden de lo subjetivo y de lo objetivo en el espacio vivido como lugar
de la experiencia: espacio corporal, espacio psíquico, espacio del mundo exterior.
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
Tres casos de “autocuraciones”
Siguiendo esta línea, además de observar en muchas ocasiones los
PRGRVHQTXHORVFRQÁLFWRVSVtTXLFRVVHPDQLÀHVWDQHQHOFXHUSR\FyPR
algunas sesiones de ayahuasca acelerarían los mecanismos de desbloqueos de resistencia, lo cual puede mejorar los síntomas somáticos, es
necesario repasar los avances de una rama muy nueva de la ciencia
llamada psiconeuroendocrinoinmunología.
Si bien el modelo reduccionista-cartesiano durante mucho tiempo
separó la mente del cuerpo, desde hace unas décadas se ha ido acumulando bastante información que apoya la hipótesis según la cual
los sistemas nervioso y endocrino desempeñan un importante papel
HQ OD ÀVLRSDWRORJtD GH HQIHUPHGDGHV TXH DIHFWDQ HO VLVWHPD LQPXQLtario, incluyendo procesos infecciosos, cáncer y enfermedades autoinmunitarias. Inicialmente se pensaba que los factores relacionados con
el sistema nervioso (factores psicosociales incluidos) desempeñaban un
destacado papel en la etiología de los procesos autoinmunitarios; sin
embargo, estudios más recientes indican que dichos factores interaccionan con otros determinantes clínicamente importantes, entre los que se
incluyen los factores genéticos y la exposición a patógenos, que determinan el curso y el pronóstico de la enfermedad (Ayala, s/f).
La psiconeuroinmunología es una disciplina que aglutina a investigadores de numerosas especialidades médicas, tales como neurociencias,
LQPXQRORJtDÀVLRORJtDIDUPDFRORJtDSVLTXLDWUtDSVLFRORJtDFLHQFLDVGH
la conducta, reumatología y enfermedades infecciosas. Se encarga de estudiar las interacciones entre el sistema inmunitario, la conducta, el sistema
nervioso central y el sistema endocrino. Como parcela de conocimiento,
presenta un desarrollo bastante reciente, ya que durante mucho tiempo
se creyó que el sistema inmunitario era exclusivamente autorregulado.
Los diferentes trabajos de investigación realizados en el campo de la
psiconeuroinmunología permiten arribar a las siguientes conclusiones:
‡ /DV FpOXODV GHO VLVWHPD LQPXQLWDULR H[SUHVDQ UHFHSWRUHV SDUD
numerosas moléculas reguladas mayoritariamente por el sistema nervioso central: receptores adrenérgicos (a y b), dopaminérgicos, serotonérgicos e histaminérgicos, entre otros.
‡ /D LGHQWLÀFDFLyQ GH ÀEUDV GHO VLVWHPD QHUYLRVR FHQWUDO HQ ORV
tejidos linfáticos muestra la existencia de una comunicación directa entre sistema nervioso central y sistema inmunitario.
‡ /RVHVWXGLRVHQDQLPDOHVGHH[SHULPHQWDFLyQKDQHYLGHQFLDGR
mediante lesiones en regiones del sistema nervioso central, que
la regulación del sistema inmunitario corresponde al cerebro.
236
Ayahuasca, medicina del alma
‡ /DLQWHUFRQH[LyQHQWUHVLVWHPDLQPXQLWDULR\VLVWHPDQHUYLRVR
central se evidencia también en que los procesos de aprendizaje
LQÁX\HQVREUHHOVLVWHPDLQPXQLWDULRFRQGLFLRQiQGRORVHDSRtenciándolo o reduciéndolo.
Se trata de deducciones que apoyan la existencia de complejos mecanismos de interacción y comunicación entre la psique y los sistemas
nervioso, endocrino e inmunitario. Esta comunicación utiliza un lenguaje bioquímico en el que intervienen sustancias producidas por los
propios sistemas: neurotransmisores, hormonas y citoquinas, respecWLYDPHQWH $ HOOR GHEHQ VXPDUVH ODV LQWHUDFFLRQHV \D FRQRFLGDV ïSRU
ORPHQRVGHVGHORVDxRVïHQWUHIDFWRUHVVRFLRFXOWXUDOHV\VLVWHPDV
biológicos, mediadas siempre por la psique: los casos de enfermedades
provocadas por tabúes, hechizos y otros sistemas de creencias culturalmente compartidos (analizados por Marcel Mauss y Claude Lévi6WUDXVVHQWUHRWURVFLHQWLVWDVVRFLDOHV \ODVHVSHFtÀFDPHQWHOODPDGDV
“enfermedades culturales”, que van desde el koro asiático, el susto y el
mal de ojo andinos, hasta la anorexia, la bulimia y los suicidios adolescentes occidentales.
Esta introducción teórica ha sido necesaria para abordar los próximos tres relatos de nuestros protocolos de investigación, llamativos
casos de “autocuraciones”. No los hemos incluido en “Contenidos y elaboraciones más comunes…” justamente porque aquí, en forma excepcional, los contenidos inconscientes o preconscientes no sólo han sido
explicitados mediante la vivencia del enteógeno amazónico sino que
además, conforme a las conclusiones psicológicas y médicas que hemos
repasado, habrían catalizado una dinámica endógena de sanación física. Veamos los tres casos.
/DPDQRTXHVRVWHQtDODVDQJXVWLDVGHODYLGDUna señora de más
de sesenta años, licenciada en Bellas Artes y ceramista, llega a la experiencia deprimida, con la mano izquierda lastimada por un accidente
doméstico y a punto de realizarse una intervención quirúrgica. Dolor
físico, objetivo, y dolor espiritual. Sus manos no sólo son la base y el
fundamento de su arte y su trabajo cotidiano; también llevan la carga
simbólica de sostener situaciones propias y ajenas…
El problema de mi mano izquierda ese día llevaba tres meses,
y ya estaba decidida a consultar un traumatólogo y a pasar por
una cirugía.
Aún no me angustiaba mucho no poder revertir esta situación
de bloqueo, que además se correspondía con otros bloqueos: no ha-
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
cer nada creativo en el taller de cerámica, donde trabajo desde
hace tres años; no querer continuar con un grupo de arte al que
estaba ligada; y no poder... no poder...
Seguía haciendo cosas, con mucho esfuerzo y pocas ganas.
Vengo trabajando en terapia la idea de “no poder más” y “no querer hacerme cargo de situaciones que no me corresponden”.
El 29 de noviembre de 2000 a la medianoche, jugando con mi
gatito y un peine, me clavo un diente del peine en la mano derecha.
A las dos horas me despierto con mucho dolor. Tenía la mano convertida en un globo rojo y caliente. Lloré... lloré hasta el cansancio
esa noche, al otro día, a cada rato... diciendo: “No puedo, pero ¿por
qué pongo el cuerpo?”.
En mi terapia analizo la situación de mi mano envuelta en un
pañuelo de seda. Tengo miedo a que me lastimen más. No quiero
hacer más nada para evitar lastimarme.
Así llego a la experiencia con la ayahuasca: muy angustiada,
con las pérdidas afectivas en mi mente y mi mano izquierda enferma, envuelta en una venda.
Tomo 100 cc del brebaje, me siento en una reposera, me relajo
[…] Primero siento deseos de llorar, como ese día y el día anterior.
La angustia opresiva se iba liberando con los sollozos.
Enseguida pierdo el molde del cuerpo físico, siento como si se
disolviera […] Después, a medida que iba repasando lo poco gratiÀFDQWHGHWRGRHVHHVIXHU]RHVDIRUPDVHIXHUHGRQGHDQGR\FRPR
endureciendo, tomando un color marrón muy oscuro, desplazándose con un patético automatismo, lento, pesado, repitiendo los
mismos lugares, como atrapada por una corriente térmica de la
que no tenía fuerza para intentar salir. Cuando se va haciendo
más redonda, pienso: “Parezco una gran tortuga doméstica, metida en mi caparazón, escondiendo la cabeza y las manos... ¡manos!... ¡Mi mano izquierda!
Desprendo la muñequera con pulgar incluido que llevaba
puesta. Empiezo a rotar la mano. Cruje la articulación de la
muñeca reiteradas veces con mucho ruido... Sigo rotándola...Va
cediendo el ruido y siento circular algo... Como una sustancia
que produce mucho calor, a partir de la muñeca (la zona de la
tendinitis) y se desplaza por el pulgar hacia la punta […] Empiezo a masajear y limpiar la zona, frotándome las manos […]
¡No duele más!
Sigo mi retrospección, hago un pantallazo de mi vida en esa
casa […] WRGRVPLVGXHORV\ORVFRQÁLFWRV[…] Conclusión de mi
psicóloga: “Cuántas cosas quisiste sostener y se te escaparon de
las manos”. Lo importante es que mi mano sanó completamente y
evité la operación médica. (E.M.O., 29 de agosto de 2000, 61 años,
diario personal)
238
Ayahuasca, medicina del alma
Insomnio y dermatitis: “No puedo seguir dañándome”. Una señorita de treinta y seis años, empleada y estudiante, llega a la experienFLDFRQXQDJUDQFDUJDGHVLWXDFLRQHVFRQÁLFWLYDVSDVDGDVGXUDQWHVX
infancia y adolescencia. Tras repasarlas una por una en sus visualizaciones y dialogismos internos, comienza una concentración sobre varios
síntomas o manifestaciones físicas que deterioraban hondamente su
calidad de vida: caída del pelo, manchas y erupciones irritantes en la
SLHOLQVRPQLRDQWHHOFXDOHUDQLQHÀFDFHVORVUHPHGLRVGHIDUPDFLDHWF
Una semana inmediatamente posterior a la vivencia con la ayahuasca
nos escribió el siguiente relato:
Luego de mi dolor de estómago decidí sanar las marcas que
me había dejado el pico de estrés que sufrí el año pasado, me
concentré y me metí dentro de mi cuerpo y me di cuenta de que
todos estos síntomas (manchas en la piel que pican, caída de cabello, insomnio, herpes y demás) eran causadas por mí misma.
No había otra explicación, recuerdo que me rasqué las manchas
de la cara muy fuerte, me toqué el cabello como diciendo “no
más”, no puedo seguir dañándome. Aunque no lo crean, al otro
día (domingo) las manchas de mi cara habían desaparecido en
un 50%. Me quedan pero muchas menos que antes. Creo que las
voy a combatir del todo. […] Cada vez que bostezaba, al expirar
el aire sentía que liberaba de mi cuerpo todo lo malo y veía una
colina verde y el sol detrás, era como un despertar para mí. […]
Dicen que la planta te lleva por donde quiere y eso es verdad, una
vez más nos demuestra que no somos nada en realidad. Hoy siento que las personas no somos lo que se ve, sino otra cosa, es algo
más profundo que nada tiene que ver con algo físico. Creo que
ésta es una actividad sanadora y doy fe ya que hace una semana que logro dormir sin pastillas (las cuales tomé durante diez
años), y espero poder seguir así durante mucho tiempo. (N.R.M.,
26 de abril de 2008)
Consultada la voluntaria a más de un año de haber escrito esta
descripción, manifestó que no había vuelto a beber el enteógeno desde
aquella ocasión en el predio de FMV y que las manchas en la piel, la
caída del cabello, los granillos y el insomnio habían cesado y no habían
vuelto a manifestarse hasta ese momento.
El tercer relato es un caso de “autocuración” con documentación médica
y de laboratorio que, más allá de todo subjetivismo, hace mensurable y
YHULÀFDEOHODDFFLyQEHQpÀFDTXHUiSLGDPHQWHKDEUtDFDXVDGRHQHOFXHUSR
ODH[SOLFLWDFLyQGHSURIXQGRVFRQÁLFWRVLQFRQVFLHQWHVYHQFLHQGRODUJDVUHsistencias durante unas pocas ceremonias nocturnas de ayahuasca.
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
Alergia a la aspirina… ¿alergia a los padres? La mal denominada
“alergia a la aspirina” (ácido acetil-salicílico o AAS) no es una verdadera
alergia sino una sensibilización que tiene la misma sintomatología que
las alergias. Cuando una persona es sensible a la aspirina muy probaEOHPHQWHWDPELpQORVHDDRWURVDJHQWHVDQWLLQÁDPDWRULRVFRPRHOLEXprofeno y el diclofenac. Desde el vamos, la sensibilización a la aspirina
es muy difícil que remita por sí misma, y sólo tiene resultados positivos
un tratamiento de desensibilización, lo que demanda bastante tiempo.
La voluntaria (L.D.) de este caso, estudiante de veinticuatro años,
fue sensible a la aspirina desde que tenía catorce. Esto quizá estuvo
relacionado con que su abuela le daba aspirinas ante el menor indicio
GH ÀHEUH R GRORUHV GHVGH OD PiV WHPSUDQD LQIDQFLD <D KHPRV YLVWR
que una persona no es sólo un conjunto de órganos sino que todos los
sistemas están íntimamente relacionados entre sí y con la estructura
psíquica. En el momento en que a L.D. le aparece su alergia, también
RFXUUHDOJRDOWDPHQWHVLJQLÀFDWLYRHQVXKLVWRULDSHUVRQDOFULDGDSUiFticamente por sus abuelos, a partir de su adolescencia puede retomar
la relación con sus padres, que siempre había sido muy distante. Cada
año, ella se realizaba el test de transformación blástica que permite meGLUHOJUDGRGHVHQVLELOLGDGDORVGLVWLQWRVDQWLLQÁDPDWRULRV(O~OWLPR
antes de beber ayahuasca se lo había realizado el 30 de julio de 2008,
y de acuerdo con lo expresado en el informe de laboratorio arrojaba
valores muy por encima de lo normal, fundamentalmente para el ácido
acetil-salicílico (aspirina) e ibuprofeno. Considerando que una sensiELOL]DFLyQQRVLJQLÀFDWLYDHVPHQRUDOHQHVWHDQiOLVLVORVYDORUHV
estaban por encima del 20%.
(QWUH HVWH DQiOLVLV \ HO VLJXLHQWH QDGD VLJQLÀFDWLYR RFXUULy HQ OD
paciente desde el punto de vista clínico; no había padecido ninguna enfermedad ni se había expuesto a los fármacos mencionados ni a ningún
tratamiento de desensibilización. El 9 de mayo de 2009 hizo su primera
experiencia con ayahuasca. La sesión se desarrolló en forma tranquila
las cuatro horas que duró, pero cuando concluyó y realizábamos un trabajo grupal junto a los demás participantes, L.D. comenzó a sentir los
efectos del trance y entró en un estado de profunda dinámica interior,
donde analizó cuestiones fundamentalmente relacionadas con el duelo
por la muerte de su abuela y la relación con sus hermanos. Prácticamente estuvo otras tres horas sumida en aquella introspección, hasta
que fue “saliendo” de aquel estado, sintiéndose muy cansada pero con
buen ánimo. Habíamos convenido que en los días subsiguientes a su
H[SHULHQFLDVHUHDOL]DUtDORVDQiOLVLVGHVHQVLELOLGDGDÀQGHFRPSUREDU
si por el trabajo de entendimiento profundo o por algún tipo de efecto
QHWDPHQWHELROyJLFRKDEtDDOJXQDPRGLÀFDFLyQHQORVSRUFHQWDMHV/RV
240
Ayahuasca, medicina del alma
tests, que se realizó el 27 de mayo de 2009 en el mismo laboratorio,
mostraron un claro descenso de los valores anteriores situándolos dentro de un rango de escasa sensibilidad.
Teniendo en cuenta que el laboratorio contaba con los análisis anteriores, los primeros sorprendidos por estos resultados fueron los bioquímicos, que le propusieron realizarse nuevos estudios el 4 de junio del
2009, que arrojaron resultados similares al análisis anterior, corroborando que efectivamente el rango de sensibilización para la aspirina y
el ibuprofeno estaba dentro de los parámetros normales.
Si bien no podemos saber a ciencia cierta qué fue lo que ocurrió, podemos inferir una relación causa-efecto entre el consumo de ayahuasca
y los valores arrojados por los análisis. Ante esta situación, uno de nosotros (Néstor Berlanda) le solicitó a L.D. que se hiciera análisis más
SHULyGLFRVDÀQGHREVHUYDUVLKDEtDXQDHYROXFLyQHQORVYDORUHVREVHUvados.
El 3 de octubre de 2009 L.D. realizó una nueva experiencia; la ceremonia transcurrió mucho más serena y la compartió con un grupo de
cuatro amigos, lo que seguramente contribuyó a que se sintiera más
contenida. Su trabajo interno giró en torno al rol con sus hermanos y
cómo ellos de alguna manera aparecían como un peso o una carga en
cuanto a su percepción más profunda, donde ella intentaba controlar
diversas situaciones para evitar que sus hermanos sufrieran las mismas coyunturas emocionales por las que ella había pasado a su misma
edad. En los resultados del siguiente análisis, realizado el 17 de diciembre de 2009, aproximadamente seis meses después de efectuado el último y dos meses después de la experiencia de ayahuasca, los valores suELHURQVLJQLÀFDWLYDPHQWHHQHVSHFLDOSDUDHOLEXSURIHQRORTXHDEUtD
un nuevo interrogante: ¿había una relación entre la sensibilización a
ORVDQWLLQÁDPDWRULRV\ODVWRPDVGHD\DKXDVFD"(QHQHURGHOD
voluntaria estuvo dispuesta a participar en una nueva experiencia con
ayahuasca; no por estos resultados, sino porque deseaba continuar con
su profunda introspección, aprovechando además que se encontraba
visitando la Argentina nuestro principal informante, Antonio Muñoz
Díaz. Esta sesión sería distinta de las anteriores: otro marco, otro lugar, más gente (aproximadamente quince personas) y guiada por un
auténtico chamán amazónico. La ceremonia, al modo tradicional, se organizó el 6 de enero de 2010. La experiencia de nuestra voluntaria fue
sumamente intensa; volvió a trabajar contenidos personales, esta vez
relacionados nuevamente con su abuela y en especial con su madre,
FRQ TXLHQ GHEtD FHUUDU KHULGDV SDUD SRU ÀQ OLEHUDUVH 'H KHFKR GtDV
después pudo establecer un diálogo con ella y manifestarle cosas que
nunca antes había podido expresar. Realizados el 15 de enero de 2010,
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
nueve días después de la experiencia de ayahuasca, esta vez los análisis
mostraron que los valores de aspirina e ibuprofeno habían bajado, con
H[FHSFLyQGHOPHIDQiPLFR RWURDQWLLQÁDPDWRULR Durante la segunda quincena de febrero, L.D. realizó un viaje a Brasil y conoció a un pariente de una amiga que había sido miembro del
culto Santo Daime. A partir de esta relación logró participar en tres
“trabajos” con el Santo Daime, el primero con las reglas propias de la
religión y los otros dos no tan estrictos. Pudo así completar varios procesos interiores y “tomar conciencia plena” de hechos esenciales vinculados con sus relaciones interpersonales.
Como expresamos al principio, no es sencillo que la sensibilización
DODDVSLULQD\RWURVDQWLLQÁDPDWRULRVUHPLWDSRUVtVROD'XUDQWHPiV
de diez años L.D. fue sensible y, sin que mediara ningún tratamiento
PpGLFRHVWDVHQVLELOLGDGGHVDSDUHFLy/R~QLFRVLJQLÀFDWLYRGHVGH
hasta 2010 fueron sus experiencias con ayahuasca, lo que abre una interesante perspectiva de investigación. ¿La sensibilización a la aspirina
y otros agentes tiene relación –más allá de lo estrictamente biológico–
con implicancias de orden psicológico, como lo sugiere la psiconeuroendocrinoinmunología? ¿Al desarticular esas trabas internas se soluciona
el aspecto biológico? ¿O algunos componentes de la ayahuasca tienen
un efecto directo sobre el sistema inmune?
Es llamativo ver que los análisis efectuados antes de los veinte
días posteriores a la experiencia son los que presentan variaciones
PiV VLJQLÀFDWLYDV DXQTXH KD\ TXH GHVWDFDU TXH ORV YDORUHV FRUUHVpondientes a la aspirina nunca más volvieron a los niveles de sensibilización.
Tabla de correlaciones entre análisis de laboratorio
y experiencias con ayahuasca
)(&+$6
Agentes
DQWLLQÁD
matorios
AAS
21,50
1,60
E
1,50
3,70
E
1,80
E
Diclofenac
4,70
0
2,10
2,00
1
4,50
0
0HOR[LFDP
E
1,40
1,20
0E
2,90
1E
3,90
,EXSURIHQR
E
4,10
3,00
4,20
0E
3DUDFHWDPRO
0HIHQiPLFR
a
30-7-2008a 9E 27-05-2009a 04-06-2009a 3E 17-12-2009a 6E 15-01-2010a
Fechas de análisis
Fechas de experiencias
E
E
0E
9E
1,50
1E
9,20
242
Ayahuasca, medicina del alma
Plasticidad neuronal
Retomando el análisis que cuestiona la asociación entre ayahuasca
y psicosis experimental, es útil recordar que Henry Ey plantea que en
la esquizofrenia, así como en otras psicosis crónicas, aparece un debilitamiento intelectual, global, progresivo e irreversible, con disociación
de la vida psíquica y disgregación de la personalidad. El psiquiatra
VXL]R3DXO%OHXOHUDÀUPDTXHKD\XQDGHVLQWHJUDFLyQGHODFDSDFLGDG
asociativa que, alterando el pensamiento, disocia las ideas de los sentimientos como expresión simbólica de los procesos inconscientes (Ey,
Bernard y Brisset, 1978). En las experiencias con ayahuasca, por el
contrario, hay integración de la vida psíquica con la personalidad, facilitándose la capacidad asociativa de los procesos del pensamiento, ideas
y sentimientos, y dándole a esta integración una expresión simbólica
aprehensible para el sujeto, quien le otorga pleno sentido.
A diferencia de Bleuler, que plantea la psicosis como una expresión
simbólica de los complejos inconscientes, Jacques Lacan (1984) expone
que en la psicosis hay irrupción de lo real, lo que produce la disociación
de la vida psíquica del sujeto. No acordamos con la idea de Bleuler, pues
consideramos que en la psicosis la expresión de los complejos inconscientes no se produce a través de los mecanismos de simbolización (ya
hemos abordado la falla metafórica en la psicosis). Desde un punto de
vista biológico, creemos que la asociación e integración de los procesos
de pensamiento que se producen como consecuencia de las experiencias
con ayahuasca tienen su sustento en lo que François Ansermet y Pierre
0DJLVWUHWWL UHÀHUHQFRPRIHQyPHQRGHplasticidad neuronal:
El fenómeno de plasticidad neuronal demuestra que la experiencia deja una huella en la red neuronal, al tiempo que modiÀFDODHÀFDFLDGHODWUDQVIHUHQFLDGHLQIRUPDFLyQDQLYHOGHORV
HOHPHQWRVPiVÀQRVGHOVLVWHPD(VGHFLUTXHPiVDOOiGHORLQnato y de cualquier dato de partida, lo que es adquirido por medio de la experiencia deja una huella que transforma lo anterior.
/D H[SHULHQFLD PRGLÀFD SHUPDQHQWHPHQWH ODV FRQH[LRQHV HQWUH
las neuronas y los cambios son tanto de orden estructural como
funcional. El cerebro es considerado, entonces, como un órgano
extremadamente dinámico en permanente relación con el medio
ambiente por un lado, y con los hechos psíquicos o los actos del
sujeto, por otro.
En correlación con los sucesos biológicos, sustentamos nuestra hipótesis de que los estados ampliados de conciencia tras la ingesta de ayahuasca actúan como un facilitador de los procesos psíquicos de transferencia
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
de información de los complejos inconscientes, distendiendo las resistencias (represión primaria y secundaria) y favoreciendo la metaforización
y simbolización de aquéllos. Estamos haciendo aquí referencia al diagrama planteado por Freud en la carta 52, “Los orígenes del psicoanálisis”:
Consciente
Preconsciente
5HSUHVLyQ
secundaria
Inconsciente
5HSUHVLyQ
SULPDULD
3RU~OWLPRFRQVLGHUDPRVTXHODVH[SUHVLRQHV´FLHQWtÀFDVµTXHH[SRnen que la ayahuasca se liga a una psicosis experimental es irreverente
y nos atreveríamos a decir que hasta irrespetuosa. No sólo es osada
VREHUELDGHFLHQWLÀFLVPRRFFLGHQWDOTXHGHVFRQRFHXQVDEHUPLOHQDULR
sino que implica, paradójicamente, la poca rigurosidad en el uso de términos, conceptos y nosografía.
El término “psicosis” remite a un cuadro clínico. Y la clínica se construye en virtud de la semiología, no de los datos de laboratorio, imágenes, etc.; que son métodos complementarios. Estos últimos pueden o no
estar, lo que no puede faltar es el sujeto, su clínica y quien la observa,
escucha, examina, interpreta. Por ende, asociar conceptos clínicos con
valores de laboratorio nos parece, cuanto menos, refutable.
5HYLVLyQ\SUHFLVLRQHVVREUHORV
efectos psicoterapéuticos de la ayahuasca
¿Qué son efectos psicoterapéuticos? Los efectos psicoterapéuticos signiÀFDQODSRVLELOLGDGGHDQDOL]DUUHHODERUDU\WUDPLWDUFRQÁLFWRVVXEMHWLYRV
asumiendo que las representaciones inconscientes, la naturaleza inconsciente de ciertos procesos anímicos, son la causa primera de los síntomas
SDWROyJLFRV'HDKtTXHHOFRQÁLFWRTXHVHGHVDUUROODHQODYLGDDQtPLFDLPplique la puja por la emergencia de lo inconsciente, enlazada a sensaciones
de displacer y la resistencia interna o rechazo a esa emergencia.
244
Ayahuasca, medicina del alma
Efectos psicoterapéuticos facilitados por la ayahuasca. La
ayahuasca facilita los efectos psicoterapéuticos porque, en primer lugar, habilita la emergencia de representaciones inconscientes a partir
de vencer las resistencias internas (represiones), es decir, hace accesible a la conciencia lo inconsciente, develando el funcionamiento de las
IXHU]DVSVtTXLFDVHQFRQÁLFWR(QVHJXQGROXJDUSRUTXHSURPXHYHOD
libre asociación de las ideas (ocurrencias espontáneas, asociaciones involuntarias) generando religaduras, interpretaciones y construcciones
que actúan como andamiajes dinámicos, pues en la mayor parte de los
casos se retoman y reelaboran en experiencias sucesivas. En tercer lugar, lleva al anclaje de verdades subjetivas y a la disminución o desaparición de síntomas psíquicos (y a veces somáticos, según conclusiones de
la psiconeuroendocrinoinmunología).
/RVHIHFWRVGHODD\DKXDVFDQRGLÀHUHQGHRWURVHQWHyJHQRVHQFXDQto a la importancia que tienen las expectativas del sujeto en la sesión
(motivaciones, historia personal, condición psicológica, preparación) y
HOHQWRUQRItVLFR\KXPDQR FRQÀDQ]DHQWUHORVSDUWLFLSDQWHVFRQWH[WR
ceremonial) por sobre lo puramente farmacológico.
Precisamente este concepto, formulado como set y setting, fue acuñado en la década de 1960 por el psicólogo Timothy Leary –posteriormente a su expulsión de Harvard, acusado de “gurú del LSD”– para señalar
que los resultados obtenidos con las sustancias psicoactivas no se deben
únicamente a su reacción química sino que también están mediados por
factores y perspectivas personales (a las que denominó set) y por factores contextuales (setting).
Además de la trascendencia de esos factores, la ayahuasca facilita
un estado ampliado de conciencia, que podemos diferenciar de otro
tipo de estados no ordinarios. En efecto, preferimos usar este término
al de estado “no ordinario”, dado que a nuestro entender la ampliación
contempla el estado ordinario y el no ordinario, que trabajan juntos de
manera dinámica. La ampliación del estado de conciencia es un concepto ligado a la sinergia y la interrelación, en contraposición a la idea
de distinguir ordinario y no ordinario, pensados como compartimentos
estancos y de ruptura.
Repasemos brevemente los elementos que –dentro del marco y la
DPSOLDFLyQUHIHULGRV²IDFLOLWDQODH[SUHVLyQUiSLGD\HÀFD]GHSURFHVRV
inconscientes:
‡ 'LDORJLVPR. La mente se descubre, habla consigo misma y se observa desde el exterior (Fericgla, 1994b, 1994c, 1997). Al mismo
tiempo, reconoce sus propias metáforas como tales, situación imposible en los estados alucinatorios y psicóticos.
([SHULHQFLDVGHFRQWHQLGRELRJUiÀFR\UHVROXFLyQGHFRQÁLFWRVHPRFLRQDOHV
‡ 9LVLRQHV. Aparición interior y/o proyección en el exterior de las
imágenes internas, como un modo de expresión de los contenidos
metafóricos inconscientes del sujeto, que lo interrogan y se dejan
interrogar por él. La creación de la imagen en el exterior se debe
a que la estimulación de la vía óptica se produce de la manera inversa. Los estímulos parten de la corteza occipital e impactan en
ODUHWLQDFRQVWUX\HQGRODLPDJHQVHJ~Q'DYLG/HZLV:LOOLDPV
‡ $VRFLDFLRQHVOLEUHVLGHRDIHFWRVRPiWLFDV. Los pensamientos “onGXODQµ \ VH ´HQUHGDQµ OLEUHPHQWH 6H DJXGL]DQ H LQWHQVLÀFDQ
&XDOTXLHU SHUFHSFLyQ GLVSDUD UHFXHUGRV UHÁH[LRQHV \ QXHYDV
ideas que se van enlazando junto a sensaciones corporales, imágenes simbólicas, sonidos y olores, integrándose armónicamente,
con una gran carga afectiva, apuntando directamente a las soluFLRQHVGHODVDQJXVWLDVRFRQÁLFWRV.
‡ &DWDUVLV\H[SXOVLRQHVOLEHUDGRUDVGHHPRFLRQHV. A través de vómitos, diarreas, bostezos, sudoraciones y temblores, percibidos
FRPRDPDUJRVSHUREHQHÀFLRVDV´OLPSLH]DVGHOFXHUSR\ODPHQte”. Por esa razón en el Amazonas la ayahuasca es conocida también como “la purga”.
‡ $UWLFXODFLyQGHVtPERORVELRJUiÀFRVFRQHOHPHQWRVDMHQRV En algunas ocasiones los ensamblajes metafóricos referidos a la historia personal de los sujetos contienen elementos colectivos arcaicos
o ajenos que pueden abordarse teóricamente desde la psicología
del inconsciente colectivo (Jung), el movimiento transpersonal
(Grof, Wilber, Tart, Laughlin) o la hipótesis de la conciencia de
nivel molecular-ADN (Narby). Algunos de estos elementos serán
analizados con detalle en el siguiente capítulo.
Para cerrar este apartado, nos parece oportuno ceder la palabra
aquí a uno de los tantos voluntarios que participaron en una experiencia de ayahuasca facilitada por nosotros. Juan Pablo P. tuvo su sesión
el 5 de agosto de 2005, y junto con una prolija entrega del protocolo de
LQYHVWLJDFLyQOXHJRGHXQRVGtDVGHUHÁH[LyQVREUHODYLYHQFLDHQWHRgénica, también nos acercó un comentario que reproducimos porque
sintetiza el común de las observaciones de tantos partícipes en ceremonias. Cabe aclarar que Juan Pablo P. lejos está de ser un escritor o un
SRHWDSHURVDEHPRVELHQTXHWUDVHVWDV´DPSOLÀFDFLRQHVHPRFLRQDOHVµ
a más de uno se le despierta la pluma del sentimiento. No por nada
los descendientes de los antiguos chamanes siberianos eligieron generalmente dos profesiones que, consideraban, serían la continuación
GHORÀFLRGHVXVDQFHVWURVHQHOPXQGRPRGHUQRPpGLFRV«\SRHWDV«
246
Ayahuasca, medicina del alma
Personalmente creo que fue una experiencia muy intensa, dura
y positiva. La planta enseña de distintas formas y cura, sobre todo
estoy ciegamente convencido de que es una planta maestra que
cura, me permitió un autoconocimiento y un nivel de sensibilidad
que apenas he experimentado antes, con hechos muy positivos y
muy negativos a lo largo de mi vida. El día después de la experiencia me sentí extraño, como nuevo, renacido, y según fueron
pasando los días estoy observando cambios muy importantes en
todos los patrones y normas de mi vida, a nivel espiritual siento
que me enseñó que puedo volver a creer; a nivel personal me enseñó que todos formamos parte del mismo todo y creo que me enseñó
a sonreírle a la vida y elevar mi autoestima, mis convicciones y el
cambio radical y profundo que realizó sobre mi persona creo que
repercute directamente en mi voluntad y actitud frente a la vida
y a los hechos que antes no me atrevía a enfrentar, me enseñó de
varias maneras que no estoy solo, ya que estoy rodeado de mucha
gente hermosa que tiene un corazón muy grande y tiene todo el
deseo de ayudarnos los unos a los otros, me enseñó a colaborar y
ser participativo. Solo no se puede hacer nada, nos necesitamos
todos. También me enseñó a cuidar a la gente que quiero y a los
que no conozco y no tengo oportunidad de quererlos; me enseñó a
entenderlos y respetarlos aunque no quieran dejarse querer o ser
tratados en un clima de bienestar para todos.
Creo que todos deberían de saber lo que es el amor en sentido
más puro de la palabra, la planta enseña a cuidar y respetar al
prójimo, también al planeta y a los que están por venir, a los que
se fueron, pues no estamos aquí por siempre, y da lecciones muy
profundas y necesarias para vivir.
Fue muy positiva y le estoy sumamente agradecido. (5 de agosto de 2005)
CAPÍTULO 5
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
Entre el vivir y el soñar hay una tercera cosa.
Adivínenla.
Antonio Machado
A la hora de la muerte, el alma tiene la misma experiencia que los epoptai en los Grandes
Misterios […] al principio uno avanza con sobresalto a través de la oscuridad, como un no iniciado. Vienen luego los grandes terrores ante la iniFLDFLyQ ÀQDO WHPEORU HVWUHPHFLPLHQWR VXGRU
espanto. Uno se siente sorprendido por una luz
maravillosa, es recibido en regiones y praderas
puras, con las voces, las danzas, la majestad de
las formas y los sonidos sagrados.
Plutarco, De animae procreatione in Timeo
Hemos olvidado que el alma está en todo y
que todo está en el alma, y que el alma es tanto
colectiva e impersonal como individual y personal. Hemos desatendido el Anima Mundi, que
ahora, a principios del siglo XXI, clama por nuestro cuidado y atención.
Patrick Harpur, 2006
0DQWLVMDJXDUHVRYQLVWHPSORV´PXMHUSODQWDµ«
Desde el comienzo de nuestras investigaciones en torno a la ayahuasFDFRQRFtDPRVGLYHUVRPDWHULDOWHyULFRUHIHUHQWHDFODVLÀFDFLRQHVVHJ~Q
el tipo de vivencia obtenida generalmente en un estado no ordinario de
conciencia (ENOC), sea mediante enteógenos, otro tipo de drogas, meditación, oración profunda, hipnosis, ayunos prolongados, ritmos monótonos, exposición a calor o frío intenso, privación del sueño, aislamiento
VHQVRULDODXWRVDFULÀFLRVWUDQFHVFLQpWLFRVHVSRQWiQHRVHWFpWHUD
[ 247 ]
248
Ayahuasca, medicina del alma
De muy diversos modos y mediante sistemas distintos, normalmente se reconoce que existen al menos tres niveles en los ENOC. SimSOLÀFDQGRHQHOSULPHURVHH[SOLFLWDQFRQWHQLGRVSHUVRQDOHVPHGLDQWH
símbolos, dialogismos, visualizaciones y asociaciones que despliegan
contenidos del inconsciente del sujeto experimental, de su biografía,
su infancia y las determinaciones de sus ancestros. Se trata, claro
está, del nivel que puede ser ampliamente aprovechado en terapia
psicológica y psiquiátrica. En el segundo nivel aparecen imágenes,
signos y contenidos que provisoriamente llamamos aquí “otras reaOLGDGHVµ<ÀQDOPHQWHDOJXQRVVXMHWRVORJUDQWDPELpQHQWUDUHQXQ
estado de conciencia expandida o experiencia extática que los ubica
en el tercer nivel, posiblemente el llamado en otras culturas satori,
fanah o samadhi.
Acerca de las “otras realidades”, si bien mencionaremos una serie
de imágenes arquetípicas que se repiten en las experiencias de un gran
número de voluntarios, a modo de ejemplo analizaremos una en particular, que aparece en distintos sujetos más allá de su condición social,
estructura psíquica y personalidad: la mantis religiosa. En ese sentido
\D HO HVFULWRU \ ÀOyVRIR $OGRXV +X[OH\ HQ XQ WUDEDMR SUHVHQWDGR HQ
el XIV International Congress of Applied Psychology, en 1961 (Huxley
et al., 2003), manifestaba ante un seminario de especialistas en salud
PHQWDOXQDUXGLPHQWDULDFODVLÀFDFLyQGHODQDWXUDOH]DGHODVH[SHULHQcias visionarias. En primer lugar, y con buen tino, colocaba “La Luz”,
tema que repitió obsesivamente en muchas conferencias. De hecho, la
luz como símbolo de la trascendencia y del alma, y como visión más común en los estados ampliados de conciencia, es un punto recientemente
tratado como de suma importancia en la interpretación de la platería
mapuche y otras “estéticas del brillo” americanas (Saunders, 2004); en
el origen del hombre y de la tradición Bön en la cultura prebudista del
Tíbet (Preciado, 2003) y hasta en las nuevas lecturas revisitadas de los
mitos escatológicos de Platón (“El mundo de las Ideas es un mundo de
OX]EULOODQWHTXHHOÀOyVRIRKDEUtDSHUFLELGRHQHOWUDQFHHOHXVLQRµ:DVson et al., 1992; Huxley, 2003, Viegas, 2000). En segundo lugar Huxley
KDFHPHQFLyQDORTXHpOOODPD´ÀJXUDVYLVLRQDULDVµ
A menudo en la literatura concerniente a experiencias tanto
HVSRQWiQHDVFRPRLQGXFLGDVFXDQGRYHPRVXQDÀJXUDQXQFDVH
trata de una cara que reconocemos. Padres, madres, esposas e
hijos no aparecen. Lo que vemos es perfectamente desconocido.
Creo que este hecho también explica algunas interesantes especulaciones teológicas. Por ejemplo sobre los ángeles, que no son,
como teóricamente se supone, los espíritus de los difuntos, sino
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
249
TXHSHUWHQHFHQDRWUDHVSHFLH(VWRFRQÀUPDH[DFWDPHQWHORTXH
los psicólogos han descubierto sobre las experiencias espontáneas
RLQGXFLGDVVLHPSUHDSDUHFHQÀJXUDVDMHQDV&XDQGRVHFRPLHQza a pensar en neurología y en psicología sobre tales hechos, resulta bastante extraordinario que haya algo en nuestra mentecerebro, alguna parte, que utiliza recuerdos de las experiencias
visuales y las vuelve a combinar de modo que se convierten en
algo absolutamente nuevo para la conciencia, algo que no tiene
nada que ver con nuestra vida privada y, por lo que sabemos, muy
poco con la vida de la humanidad en general. Encuentro extremadamente reconfortante pensar que en algún lugar en lo profundo
de mi cráneo hay algo que me es completamente indiferente, a mí
e incluso a la especie humana. Creo que resulta muy satisfactorio
que exista un área de la mente que no se preocupe por lo que estoy haciendo sino por algo muy distinto. Por qué ésta debiera ser
la base neurológica y qué puede llegar a ser es algo que no consigo
imaginar, sin duda es un tema que requiere investigación.
Encuentro con un habitante de las “antípodas mentales”:
la mantis
Sin entrar en especulaciones de la psicología jungiana o de la transpersonal, en cuya literatura encontramos muchas descripciones de accesos,
HVSRQWiQHRVRLQGXFLGRVDOHQFXHQWURFRQHVDVÀJXUDV´DMHQDVµÀMDUHPRV
nuestra atención en una en particular, que en nuestras investigaciones
apareció sin que nadie lo esperara un 30 de octubre de 1997. Ese día el
equipo de voluntarios de la FMV realizó una nueva ingesta colectiva de
ayahuasca. Lo interesante del registro de esta experiencia es que uno de
los integrantes del equipo, de profesión psicólogo, que ya había tenido “encuentros” con entidades similares, esta vez se “transformó” en una de ellas.
8QDHQWLGDGTXHDOSULQFLSLRODUD]yQQRORJUDEDLGHQWLÀFDUGHOWRGRSHUR
que pronto se reveló con todo su impacto y misterio: la mantis religiosa,
también conocida como rogador, mamboretá, profeta, santateresa, campamocha, tatadiós o louvadeus. He aquí el testimonio de este psicólogo:
En un momento de mi trance me concentré en un pedido, concretamente el de servicio hacia los demás, y allí aparecieron las
mantis con experiencia de vuelo incluida... después salí a caminar
entre los árboles, cerca de la fogata... ¿cómo era la sensación de
vuelo?... Era muy rara... Yo sentía que estaba volando... Hay dos
cuestiones: cuando aparece el “bicho” en las imágenes mías, yo
no sé si es un disfraz o traje de “bicho” o si uno está metido en
el “bicho”... lo que sé es que pierdo el control completo del brazo
250
Ayahuasca, medicina del alma
izquierdo, que adopta una forma así [coloca el brazo con pose similar a las patas delanteras de la mantis] y hay un punto en la
muñeca que es el que guía las secuencias de imágenes. Hay una
sensación facial muy particular sobre todo en esta parte [señala
el mentón]… es una cosa muy rara lo que se siente acá... y en los
pómulos... y una posición muy erguida... se empieza a levantar
y se siente como si tuviera un tórax más alto... Y en la sensación
de vuelo se da una cosa muy extraña...Volaba pero no sentía las
alas... las buscaba y no las veía, hasta que me doy cuenta de que
las alas me salen de la cola... y además en el movimiento de vuelo hay una compensación constante de la dirección con esta otra
“cosa” o “parte” que está detrás de mí y que yo no la alcanzo a sentir. Yo siento de la espina dorsal para arriba... y dos patas... se me
escapan otras dos patas y supongo que todo el segmento de atrás,
que no lo sentía... Por cierto también vi nidos y estructuras de
mantis, miembros biomecánicos y entidades como los “grises”
de la ufología, que pululaban. Estos “bichos” están como en una
cultura, una ciudad o un lugar y no sé si son ellos una jerarquía
elevada. No son los que manejan la “torta” en ese lugar, poseen un
rol intermedio… También podía oír la música con la mano y estaba envuelto en la música. (J.J.A., 31 de octubre de 1997)
¢&yPRLQWHUSUHWDUODLQWURPLVLyQGHXQDÀJXUDYLVLRQDULDWDQSRGHrosa, pero también aparentemente tan ajena a los contenidos personales, como una mantis religiosa? Si hubiese sido el único testimonio, qui]iQRKDEUtDPRVSUHVWDGRWDQWDDWHQFLyQDHVWDÀJXUDDOÀQ\DOFDER
podía ser una de las tantas imágenes medio inexplicables que aparecen
cada tanto en las descripciones de ENOC, los sueños, las pesadillas y las
imaginerías más fantásticas de los artistas. Pero el caso es que tras
esta primera vivencia, muchos más voluntarios de nuestras investigaciones tuvieron encuentros con la mantis, y pronto comenzamos a recibir descripciones de experimentadores del exterior, al punto de encontrar en una página de internet, de las tantas que hoy en día se suman
a la “cultura underµGHORV´SVLFRQDXWDVµLQIRUPDFLyQPX\HVSHFtÀFD
Tras realizar una síntesis de las distintas visiones más comunes en
ENOC (con ojos abiertos, cerrados o de ambos modos) que incluyen: destellos
de colores, pixelado, estelas, halos, virados al rojo o azul, fusiones de objeWRVYLVLyQGHUD\RV; DOHVWLORGHORTXHVHUHÁHMDHQFLHUWRDUWHHVTXLPDO
y australiano de origen chamánico), formas geométricas (fractales, espirales, ondas), formas tradicionales (relacionadas con la imaginería de ciertas
civilizaciones antiguas) y “alucinaciones” (sólo con dosis muy altas), los
DXWRUHVGHODSiJLQDHQFXHVWLyQLQIRUPDQGHXQDFODVLÀFDFLyQPiV
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
251
Entes: los encuentros con seres extraños son un rasgo recurrente de los viajes con altas dosis. No me voy a meter en el beUHQMHQDOGHODVGLVFXVLRQHVÀORVyÀFDVVREUHTXLpQHVVRQ VLHVTXH
son), de dónde vienen o qué pretenden. Todo lo que sé es que existen. Algunos de los tipos más habituales son:
La mantis: una criatura de cabeza de insecto con apariencia
extraterrestre que tiende a aparecer como un ser extremadamente
inteligente, consciente y con una actitud neutral-negativa hacia el
psiconauta. Puede ser de color verde o grisáceo-blanquecino.
El denominado “elfo del DMT”, un ente parecido a un duende,
juguetón, divertido y habitualmente amistoso.
Grandes grupos de enanitos danzarines.
Masas de protoplasma hiperespacial, carentes de forma pero
dotadas de conciencia.1
La visión de la mantis es experimentada por personas de sociedades diversas, tanto de países líderes del capitalismo occidental como
de países dependientes de los márgenes de Occidente, por las culturas
tradicionales que descubrieron la ayahuasca hace miles de años y por
nosotros que investigamos sus efectos desde hace muy poco tiempo. Estamos, pues, en presencia de lo que Huxley (2003) llamaba “los habitanWHVGHODVDQWtSRGDVGHODPHQWHµTXHGLÀHUHQGHODVÀJXUDVTXHKDELtan el mundo arquetípico de Jung, “pues no tienen nada que ver con la
historia personal del visionario ni con los antiguos problemas de la raza
humana. Más bien son literalmente los habitantes del otro mundo”.
1RQRVGHWHQGUHPRVHQODVÀJXUDVGHHOIRV\GXHQGHVGHODMT o la Amanita muscaria, pero sí repasaremos los jaguares, las serpientes, las “enWLGDGHVIHPHQLQDVYHJHWDOHV\RDFXRVDVµ\WDPELpQï¢SRUTXpQR"ïHVDV
“masas de protoplasma hiperespacial” , visionadas asimismo en nuestros
propios registros sobre la ayahuasca. La mantis es de por sí un univerVRGHPDVLDGRHQRUPH\IDVFLQDQWHSDUDH[SORUDUVLJQLÀFDGRV\HMHUFLWDU
nuestra limitada comprensión de estos fenómenos “transpersonales”.
Mantis y ayahuasca
.DULQD0DOSLFDDGPLQLVWUDGRUDGHRWUDSiJLQDZHEPX\IUHFXHQWDda por psiconautas de habla castellana (“Las drogas tal cual son”), nos
1. http://www.imaginaria.org/psi_faq.htm y también www.punksunidos.com.ar, “El
abecé de la experiencia psicodélica”, por JQRVLV#EUDKPDQQXOOQHWÀ QLSR#EUDKPDQ
QXOOQHWÀ, actualización: 20 de enero de 1996.
252
Ayahuasca, medicina del alma
ha relatado sus experiencias con ayahuasca en las que no solamente estuvo “dentro del cuerpo de la mantis” (como el caso de J.J.A.) “recibiendo una gran lección simbólica derivada de su postura como un acto de
oración constante”, sino que además el insecto se le aparecía en forma
real y física antes y después de sus ingestas, cuando vivía en el pueblo
mexicano de Tepoztlán.
(OFKDPiQVKXDU-XOLR7LZLUDP7DLVKRULJLQDULRGHODVFHUFDQtDV
de Macas (Amazonia ecuatoriana), quien visitó la Argentina en febrero de 2006 a instancias de FMV\GHORVEXHQRVRÀFLRVGHQXHVWUDDPLJD
6XVDQD)DYDFRPHQWyHQXQDHQWUHYLVWDGHFDUiFWHUHWQRJUiÀFR
Mish ma es la mantis en idioma shuar. Aparece en las experiencias de natema (ayahuasca) y representa la sabiduría, como
la lechuza en Occidente. Es muy bueno que aparezca porque signiÀFDWDPELpQSURWHFFLyQFRPRHOiQJHOGHODJXDUGD
El Creador le dio a los hombres el natema, TXHVLJQLÀFDQDFLmiento, muerte y renacimiento. Cuando el primer hombre cometió
imprudencias y aparecieron las enfermedades, le dio la medicina,
el natema, pero no sabía cómo usarla, entonces lo mandó a la conÁXHQFLDGHGRVUtRVGRQGHDSDUHFLyHOHVStULWXGHODJXD\OHHQVHxy
cómo usarla, por eso las iniciaciones de los LZLVKLQ (chamanes) se
hacen en la playa. Y con frecuencia aparece Mish ma.
Por su parte, el chamán mestizo y afamado pintor visionario Pablo
Amaringo (1934-2009), entrevistado en su taller de Yarinacocha (Perú)
HQMXOLRGHQRVFRQÀy
Mantis es un insecto de mucha trascendencia, sabiduría y
sanación... Tenemos a este animalito para preguntarle muchas
cosas. Él contesta mediante los movimientos que hace con sus
brazos... Y es también la Madre o Guardiana de la ayahuasca...
Entonces, por ejemplo, si la mantis grita, no quiere que toquen a
la ayahuasca, pero si ella no dice nada, entonces sí... Y también
donde va a haber una sesión siempre aparece uno de estos insectos
y previene si la “mareación” va a ser buena o mala. Si va a ser
mala ella grita y si no, no dice nada...
El ypayé o sanador espiritual tupí-guaraní Aguarapire Seacandirú,
cacique de la comunidad Yacuy, cerca de Tartagal, en la provincia de Salta, nos explicó que en la cosmovisión de su grupo étnico la mantis es carai
imbombéua, que podría traducirse como “el informador de lo tóxico”:
Este bichito tiene su secreto, tiene su poder. Los cazadores se
contactan con él porque previene y avisa los peligros. Parece que
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
253
se cubre y boxea con los movimientos de sus patitas delanteras, ya
que pelea y se resguarda de la toxicidad u oscuridad energéticoespiritual. Si tiene los ojos rojos y hace movimientos rápidos, está
avisando que a pocos metros hay algún peligro. Si está quietita,
informa que no hay peligro. Simbólicamente puede advertir acerca de una persona con carácter oscuro, maligno, o a veces un acontecimiento positivo o triunfo relacionado con el mundo espiritual.
Es frecuente que aparezca en las ceremonias de yagé.
En octubre de 2004, un paciente que había llegado a la consulta de
Néstor Berlanda con diagnóstico de ataques de pánico, tras su pronta recuperación mediante medicación y terapia ordinaria, se interesó
en acceder por primera vez a un estado ampliado de conciencia con la
“planta maestra”. Tras una sesión grupal, entre otras vivencias destacables, aparece nuevamente la imaginería de la mantis (que en un
principio el voluntario sólo atinó a describir como “una hormiga giganWHµ 6HJ~QVXWHVWLPRQLRHVWDÀJXUDDEULyRDFUHFHQWyHQVXSHUVRQDHO
desarrollo de facultades para las experiencias oníricas “no ordinarias” y
sueños muy vívidos, en los que ya no dejó de presentarse la mantis con
cierta regularidad:
No podía creer lo que podía hacer con mi mente. Entraba y
salía del “estado alfa” como y cuando quería, y cuando salía de mi
FXHUSR«DKtVHJXtDÀUPHPLUiQGRPHHVDKRUPLJDJLJDQWHDOD
TXHQROHHQFRQWUDEDVLJQLÀFDGR<DQRTXHUtDVDOLUGHHVHHVWDGR
era algo difícil de explicar… un estado muy placentero.
'HVSXpVGHODVFKDUODV²DOÀQGHODVHVLyQ²GHUHJUHVRDPL
hogar, empecé a sentir algo raro, pensaba que era el hambre por
el ayuno previo. Cuando llegué, mi mujer me esperaba con una
taza de café y una torta de chocolate. Le comenté algo de lo vivido,
ya que es difícil que alguien te entienda lo experimentado, y me
acosté, pero no recuerdo cómo llegué a mi dormitorio, lo único que
UHFXHUGRHUDXQDVHJXLGLOODGHVXHxRVFRPRÁDVKHV\HQWUHHOORV
siempre aparecía la cabeza de la hormiga gigante, inexplicable,
totalmente inexplicable […]
[Al día siguiente, a la hora de la siesta] me acuesto a dormir
un rato, de inmediato empecé a recibir sueños de contenidos similares a los que había vivido en la experiencia de ayahuasca,
sin saber ni entender algunas cosas. Aturdían mi cabeza. Jamás
dejé de ver lo que para mí era una hormiga gigante. Después de
tantos años volví a soñar un “clásico” mío que era la imagen de
volar por un camino empedrado, en el cual no podía avanzar.
Al despertarme llamé a Néstor [Berlanda, su terapeuta] y le comenté lo sucedido durante todo el día y me pidió que fuera a su
casa.
254
Ayahuasca, medicina del alma
Como si de veras las casualidades no existiesen, me di cuenta
al llegar a su casa por dónde había estado volando en mis sueños
y por qué no podía avanzar. La calle-cortada donde se encuentra
su vivienda tenía adoquines, y efectivamente, era ese el lugar que
durante tanto tiempo “había volado” sin haber conocido a nadie
FDVXDOLGDGRFDXVDOLGDG 1RSRGtDDYDQ]DU\DTXHDOÀQDOGHOD
cortada están las vías del ferrocarril; y los arcos de la vivienda,
las enredaderas, el techo a dos aguas, eran tal cual lo había soñado desde muy chico. Todo esto sigue siendo increíble para mí, un
escéptico ateo, que sólo cree en lo que está viendo.
Al llegar, y estando en su jardín, comenté todo, incluso tomé
una pizarra y dibujé la famosa hormiga gigante (para mí era eso),
y mi terapeuta (hoy mi amigo) dijo: “¡¡No!! Eso se parece más a
XQDPDQWLVRDXQKXPDQRLGH\IXHFRUULHQGRDEXVFDUXQJUiÀFR
WtSLFR FRPSDUy HO URVWUR GH VX ÀJXUD FRQ PL GLEXMR« \ YHUGDderamente era muy parecido. Fue tan grande el impacto de esta
criatura que la pinté en un cuadro y se lo regalé. Más de uno se
impacta al ver la mantis en el consultorio… insecto extraño, pero
atractivo. Quién sabe su fundamento…
Y esto no se terminó aquí… Luego de unos días vuelvo soñar
con este insecto. Cuando nos arrimamos casi nariz con nariz, noto
TXHVREUHHOUHÁHMRGHVXVRMRVDSDUHFHPLFDUD«SHUR¢PLFDUD"
6tPLFDUDVHUHÁHMDEDQtWLGDPHQWHVREUHHVRVJUDQGHVRMRVQHJURV
y ahí me di cuenta de que en realidad era una mantis y un poco
comprendí su naturaleza. Pasado mucho tiempo hoy sigo teniendo
sueños con este insecto, los cuales me llevan a un mundo que muy
pocos comprenderían y menos aun tendrían la valentía para animarse a entrar. Para poder entrar y encontrar la felicidad hay que
dejar la hipocresía de lado y ser simplemente valientes. Hoy podría
seguir escribiendo muchas cosas más sobre las experiencias “fuera
de tiempo” como las llamo yo… con o sin uso de ayahuasca… pero
será en otro momento... (S.S., empleado en el sector informática,
40 años, noviembre de 2006 y notas adicionales en 2008)
La mantis en leyendas, mitos, arte y en la cultura pop
Para Roger Caillois, escritor francés que ha indagado profundamente en los mitos sobre la mantis, pocos insectos presentan en rara proporción “esa capacidad objetiva de acción directa sobre la afectividad”,
comenzando por su nombre: mantis VLJQLÀFD ´DGLYLQDµ R ´SURIHWLVDµ
Aristarco informa que se le atribuía el mal de ojo. Su propia mirada
FDXVDODGHVJUDFLDGHTXLHQODPLUDÀMDPHQWH(Q5RPDVXSRGHUPigico era harto conocido: cuando alguien caía enfermo le decían: “Te ha
mirado la mantis”. Además, Caillois cita el papel religioso del extraño
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
255
DQLPDOLWRÀJXUDHQXQDPRQHGDSURVHUSLQLDQDGHO0HWDSRQWHMXQWRD
la espiga sagrada de los misterios de Eleusis. Esta asociación nos deja
pasmados: hoy se reconoce que en el ritual central de tales prácticas
religiosas griegas, que perduraron por más de dos mil años, existía la
ingesta de una bebida –el kikeón– cuya identidad secreta estribaba en
una mezcla de agua, menta, harina y muy probablemente el cornezuelo
del centeno, común en la llanura rariana que circunda a Eleusis, y que
provoca ENOC semejantes al LSD.2
(QODDQWLJHGDGHOFDUiFWHUGHODPDQWLVHVDPELJXRVHODFRQVLdera tanto sagrada como diabólica, puede curar o adivinar, pues todo
lo sabe, y muy especialmente indicar a los campesinos extraviados el
rumbo correcto señalando con su dedo, como también enfermar o tener
relaciones con el Diablo.
En el norte de Melanesia, los indígenas de la isla del Duque de York
están divididos en dos clanes, uno de los cuales reconoce como tótem
a Kam, que sin dudas, dice James Frazer (según Caillois, 1988), es la
mantis religiosa. Entre los bantús –según Henri Junod (1936)– antaño las mantis se consideraban antepasados sagrados o emisarios de los
dioses, y si alguna entraba en una choza se la tenía por un “abuelo” o
antepasado sagrado que visitaba a sus descendientes. Para los san (bosquimanos), la divinidad suprema y creadora del mundo es Cagn, la mantis, creadora de la luna, el fuego y la palabra, dispensadora de alimentos
a quienes le imploran, y quien a su vez fue devorada y vomitada viva
SRU.ZDL+HPPHOGLRVGHYRUDGRU&DLOORLVVHxDODODLPSRUWDQFLDGHO
aspecto “digestivo” en estos mitos, así como también con el tema mítico
de la “fuerza separable” (emparentada con el mechón de Minos o la cabellera de Sansón), ya que Cagn posee un diente poderoso al que presta
a quien le conviene. El hecho de que tanto en el África austral como en
la antigua Provenza medieval se asocie la mantis con los dientes quizá
resida en las costumbres sexuales-nutritivas del insecto. Entre los lundas de la antigua Rhodesia nororiental (Zambia), de Angola y de Zaire,
la mantis recibía el nombre de Nsambi, que designa a las diferentes divinidades. Entre los bandas, la mantis, llamada Etere, es la heroína de
numerosos cuentos, y funciona como una especie de trickster (burlador)
en la mitología de muchas poblaciones del África central y del Sur. En
algunos grupos tribales de aborígenes australianos, la mantis también
es una diosa creadora, relacionada con la Madre Tierra y la naturaleza.
2. Para más datos sobre los misterios eleusinos y la identidad de los enteógenos usados
por los antiguos griegos, véanse Robert Gordon Wasson, Albert Hofmann y Carl Ruck
(1980) y José Alfredo González Celdrán (2002).
256
Ayahuasca, medicina del alma
Los makuxí, un pequeño pueblo de lengua caribe que vive entre el
extremo norte de Brasil y la República de Guyana, tiene una tradición
ritual consistente en la fabricación de bancos o asientos de madera para
uso exclusivo de los chamanes en sus ceremonias. Estos bancos alargados de cuatro patas denominados murei pueden aparecer tallados con
formas de animales estilizados, generalmente monos, tortugas, jaguaUHVRDYHVSHURODOLWHUDWXUDHWQRJUiÀFDGHODVGpFDGDVGH\
cita bancos makuxí en forma de mantis religiosa, tal vez debido a un
KHFKROLQJtVWLFRHOYRFDEORmakuxí para designar a la mantis religiosa
es también murei; homología idiomática que no ha sido investigada en
profundidad y cuyo interesante misterio lejos estamos de aclarar en estos tiempos en que tanto la tradición chamánica como el particular arte
de estos indígenas está desapareciendo (Amodio, 1991).
En Nueva Guinea, en la zona del río Sepik, cuyos pueblos más importantes son los abelam, los arapesh y los iatmul, la tradición de su arte
“primitivo” fascinó a los pintores surrealistas europeos por sus motivos
abstractos. La mantis suele aparecer en la iconografía de escudos e instrumentos de percusión, como también en la realización de unos postes
destinados a la conmemoración mortuoria llamados bisj. Se trata de unos
troncos de aproximadamente cinco metros de altura a los que les quitan
la corteza y los llevan a la aldea donde las mujeres gritan. Una vez allí
se esculpen representando a los antepasados y se colocan unos junto a
otros. Después del ritual no se conservan. Los guerreros han prometido
vengar a estos antepasados y las mujeres los animan. Una vez vengados
los antepasados, los postes son utilizados como canoas que por el río desembocarán en el mar hasta llegar al Mundo de los Muertos.
En China la mantis representaba la codicia (tal vez por sus patas
retraídas, que parecen guardar celosamente algún bien muy preciado);
y en el cristianismo representa la oración y la adoración. De ahí que
uno de los nombres populares de la mantis sea “rogador”. Los rumanos
la llaman calugarita (monja). Cuentan algunas leyendas que “durante
las persecuciones de los cristianos –Pedro y los viejos de la Iglesia– decidieron formar mujeres como misioneras; pero para protegerse de la
mirada de los paganos, que habría sido causa de su perdición, debían
llevar velo y no hablar con nadie en el camino. Calugarita, una de aquellas mujeres, fue abordada por un joven agraciado que no era otro que
el hijo de Satán. Ella se descubrió y le habló de Cristo” (Caillois, 1988).
Enterado Pedro, la castigó transformándola en mantis justo cuando intentaba volver a colocarse el velo en el rostro, por eso la calugarita tiene
las patas ante la cabeza como intentando ocultarla.
Por otra parte, una arcaica leyenda turca recogida hacia 1878 por
YLDMHURVHXURSHRV²\TXHUHDÀUPDVXFRQGLFLyQVDFUDWDPELpQSDUDHO
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
257
islam– aseguraba que las patas de la mantis se vuelven siempre hacia
La Meca.
La mantis aparece como animal primigenio y símbolo del instinto
animal, una idea que llegó a obsesionar a los surrealistas como esencia
del comportamiento automático. Es uno de los pocos insectos que puede
girar la cabeza siguiendo los objetos y nuestra mirada con su vista; es
también un animal “mecánico”, compuesto de elementos (como todo arWUySRGRSRUGHÀQLFLyQ DOSXQWRTXHHOPDFKRSURVLJXHLQIDWLJDEOHVX
cópula mortal mientras es devorado por la hembra, como si las distintas
partes de su cuerpo actuaran con absoluta independencia y voluntad
propia, instintiva, “mecánicamente”. Este comportamiento, para literatos vanguardistas como Caillois y los surrealistas, fue un auténtico
ícono del que emergen innumerables connotaciones intelectuales, psicológicas, simbólicas y artísticas. William Pressley hizo un detallado
análisis al respecto en “Surrealism’s praying mantis and castrating
ZRPDQµ\5XWK0DUNXVHQVX´7KH3UD\LQJMantis in Surrealist Art”.
El tema de la unión entre sexualidad y muerte (canibalismo) fue explorado tanto por artistas (Buñuel, Ernst, Masson, Escher) como por el
psicoanálisis, a través de la imagen arquetípica de la femme fatale que
precipita una castración física o emocional.
Por su parte, Salvador Dalí creyó ver en la pose de la mujer
que reza una plegaria en el cuadro El ángelus de Jean-François
Millet (1857) la misma postura del mamboretá antes de devorar
al macho durante el coito, por lo que luego consideró que ésta era
“la expresión de la frustración sexual de la mujer”. Parece que El
ángelus inspiró numerosas obras de Dalí, entre las que se encuentra Atavismo de crepúsculo (1934) en la cual una pareja asume
la pose de Millet, pero el hombre lleva por cabeza una calavera
y sobre su corazón se dibuja un agujero a través del cual la mujer acaba de morder. El poder imaginativo y poético evocado por
el arquetipo femenino del Rogador hizo que tanto André Breton
como Paul Eluard criaran mantis en sus hogares, estudiándolas
de cerca e invitando a otros artistas a observar sus macabros ritos
sexuales. En consonancia con ellos, Georges Bataille desarrolló la
idea de que erotismo, sexo y muerte estaban inextricablemente
unidos. André Masson pintó al insecto en numerosas oportunidades, sobre todo a partir de 1934 cuando se mudó a España y adquirió algunos ejemplares propios. Uno de sus cuadros, Summer
Divertissement (1934), muestra humanizadas mantis que van a
XQDÀHVWDFDUQDYDOHVFD\EUXWDORUJtD 0DUNXV
8QDLQFUHtEOHVLQFURQLFLGDGR´FRLQFLGHQFLDVLJQLÀFDWLYDµ²RIUHFLGDD
menudo como ejemplo paradigmático por Stanislav Grof– le ocurrió nada
258
Ayahuasca, medicina del alma
menos que a Joseph Campbell, uno de los mitólogos norteamericanos
más eruditos del siglo XX. Un día, a principio de los años 80, Campbell
trabajaba en su ensayo The Way of the Animal Powers, una enciclopedia sobre mitologías chamánicas universales. Se encontraba en aquel
momento totalmente sumergido en escritos, fuentes y artículos sobre el
Dios-embaucador, mantis de los bosquimanos del Kalahari. En medio de
su trabajo, de repente, el famoso mitólogo experimentó un impulso irresistible e irracional de levantarse para abrir unas ventanas de su cuarto,
con vista anodina, que en más de cuarenta años de vivir allí sólo había
abierto dos o tres veces. Tras abrirlas, miró hacia su izquierda sin saber
bien por qué lo hacía, y sorprendentemente su mirada fue devuelta por
una inquietante mantis religiosa trepando... ¡en el décimocuarto piso de
su rascacielos en pleno centro de Manhattan! (Grof, 2006).
Si bien la coincidencia redobla su aspecto burlesco, teniendo en
cuenta al insigne protagonista, su especialidad y el contexto de la aparición, no es ni de lejos la única sincronicidad fuera de toda probabilidad
estadística que involucra a estos “chamánicos” insectos.
Sin ir más lejos, cuando uno de nosotros (Viegas) recibió un llamado
desde Buenos Aires en su domicilio de Rosario, informando que se aprobaba la edición de este libro y comenzaba el largo proceso de relectura
y corrección, una insólita mantis apareció exactamente en el centro de
ODSXHUWDGHHQWUDGDFRQWRGDODVLJQLÀFDFLyQTXHHOORSRUWDEDSDUDORV
autores. No es necesario aclarar que antes jamás había aparecido un
insecto de este tipo, ni volvió a hacerlo después.
En cuanto a lo que podríamos llamar la moderna “cultura pop”, en
relación con platillos voladores, ovnis y extraterrestres, existe una sorprendente referencia a la mantis como “viajero ultraterrestre” desde la
década del 90. En un delicioso artículo titulado “Alien Mantis”, el ufóloJRHVFpSWLFR0DUWLQ.RWWPH\HUFXHQWDHOFDVRGHXQWtSLFRDÀFLRQDGR\
IDQGHORVRYQLVGHQRPEUH-RH/HZHOVTXHHQDEULOGHFRQRFLyD
una mujer, Rebecca Grant, quien decía haber desarrollado cierta relación con un ser en forma de mantis a quien apodaba Mu. Su designación
más formal era “maestro del universo”. Tal entidad le habría advertido
que en unos veinte años sufriremos en toda su crudeza el daño ecolóJLFRTXHODKXPDQLGDGKDLQÁLJLGRDODFDSDGHR]RQR\DORVRFpDQRV
“La raza humana está esencialmente, sino efectivamente, extinta” (Joe
/HZHOVFLWDGRSRU.RWWPH\HUVI ).
Desde la gestación de toda la moderna mitología de ovnis y extraterrestres en 1947, hasta la década del 90, los presuntos mensajeros del
espacio exterior eran siempre utópicos seres rubios o, en los últimos
años, los llamados “aliens grises”, cabezones y de enormes ojos negros;
sin embargo, esa peculiaridad de hacer que el profeta parezca un gran
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
259
bicho espacial es de lo más novedosa, y al decir de Kottmeyer (s/f), “claramente surrealista”.
Aun para los cánones de la fantasiosa ufología, admitir un mensaje ecologista proveniente de un extraterrestre con el temible aspecto
de una mantis gigante suena demasiado increíble y fuera de lugar...
sin embargo, a la luz de las reiteradas experiencias visionarias con
D\DKXDVFDTXHKHPRVFRPHQWDGR\GHOLPSRUWDQWHUROTXHWDOÀJXUD
ocupa en diversos contextos mítico-religiosos, chamánicos y folclóriFRV OD ´ORFXUDµ GH ORV /HZHOV \ *UDQW VH DWHQ~D DO PHQRV FRQ XQD
nueva coloración de su funambulesco discurso. Y si bien hasta la década del 90 los ufólogos no mencionan ni un solo caso de extraterrestre
con ese aspecto, los alienígenas similares a Mu comienzan a hacerVHQXPHURVRVHQHVWRV~OWLPRVDxRV.RWWPH\HUDÀUPDSRGHUFLWDUDO
menos veintiséis casos de personas que habrían visto o encontrado
mantis religiosas alienígenas en la transición al nuevo milenio. Por
ejemplo, una testigo citada por Martin Kottmeyer, Jeanne Robinson,
envió cartas en 1990 a varios ufólogos relatando sus comunicaciones
telepáticas con extraterrestres, en las que menciona que el alienígena
“tipo mantis religiosa” es una antigua y poco vista variedad de los
“grises”, alegando que es la “gran madre” de muchas especies y que se
trata de “una especie impura cuya herencia está siendo traspasada a
bípedos compatibles”.
Hay que recordar que estas imágenes surgen, a veces, de sesiones de
KLSQRVLVOOHYDGDVDFDERSRUXIyORJRVDÀFLRQDGRVHQODVTXHVHDEUHQ
parafraseando una vez más a Huxley, “las puertas de la percepción”.
Así Cindy Tindle, en una sesión de hipnosis a la que se sometió el 6 de
agosto de 1990, describió una abducción por parte de un bicho –aparentemente un mamboretá– que llevaba peluca y le hizo dudar: “Es mi
madre, pero no es mi madre”.
Hacia los años 90, las mantis alienígenas se convierten en una creciente rama de la literatura sobre “abducciones” (o secuestros por parte de extraterrestres). Una mantis gigante aparece en el best-seller
de Whitley Strieber, Communion, de 1987, y otra en su novela Majestic, de 1992; también en el libro de Karla Turner Into the Fringe.
En febrero de 1992, Ken Rose dibujó una mantis a la que llamaba “el
controlador” frente a una consola con cientos de interruptores: “Él lo
estudia Todo, hace que Todo ocurra, todo lo que pasa, pasa porque él
lo quiere... el controlador está vigilando”.
Estos “insectoides” aparecen de nuevo entre los pacientes de Richard Boylan (1994). Peter Brookesmith, en su libro Alien Abductions,
DxDGHDODOLVWDORVFDVRVGH-RKQ9pOH]&ODUNH+DWKDZD\V\´.DWKLHµ
(Brookesmith, 1999; Kottemeyer, s/f).
260
Ayahuasca, medicina del alma
¢4Xp VLJQLÀFD OD PDQWLV UHOLJLRVD HQ OD FHUHPRQLD ULWXDO GHO yagé,
natema o D\DKXDVFD" ¢< TXp VLJQLÀFDQ ODV HQGHEOHV PDQWLV KXPDQLzadas que operan ahora desde el espacio exterior? ¿Nuestra muerte y
UHQDFLPLHQWR"¢3RUTXpHVWDÀJXUDQRVDFRPSDxDHQQXHVWURVVXHxRV
pesadillas, experiencias visionarias, sesiones de hipnosis, cosmogonías
religiosas, mitos, leyendas, arte ritual y narraciones folclóricas? ¿HePRV LGHQWLÀFDGR D XQ KDELWDQWH ´UHDOµ GH ODV DQWtSRGDV GH OD PHQWH
a los que hacía referencia Huxley? ¿O sólo estamos viéndonos en un
espejo, cuya imagen temible, reverencial y ajena encierra un mensaje
FDPELDQWHTXHVHUHVLJQLÀFDDWUDYpVGHORVLQGLYLGXRVODVFXOWXUDV\
los siglos?
Jaguares en la ciudad
El sábado 31 de mayo de 1997 el voluntario Darío R., profesional
urbano sin ninguna vinculación con cuestiones antropológicas ni ecologistas, realizó su segunda ingesta de ayahuasca en una vieja casona de la ciudad de Buenos Aires, a instancias de nuestra Fundación:
“Mi predisposición era ahora tener visiones de las que todos hablan…
visiones de paisajes, lugares bonitos y esas cosas y pasarla lo mejor posible”, reconocía antes de la experiencia. Sin embargo, de acuerdo con
la descripción dejada por escrito en nuestros protocolos, esto es lo que
ÀQDOPHQWHRFXUULy
Me encuentro acostado de espaldas y de pronto la música de
reminiscencias “selváticas” me lleva a un estado muy particular.
Es ahí donde siento que los músculos de mi rostro comienzan a
temblar y a deformarse. Siento la mandíbula desmesuradamente grande. Me llega en forma “etérica” mucho más abajo que mi
mentón físico. Los cachetes inmediatamente bajo los ojos se sienten enormes, en mi cabeza me parece sentir unas orejas y mi boca
se ve forzada en un rictus involuntario a torcerse y abrirse. El
ceño se frunce casi hasta la molestia física y hasta mis brazos y
manos se mueven lentamente hasta colocarse en una pose que recuerda a los gatos cuando se los echa de espaldas. ¿Qué me pasa?
Mi cabeza se mueve suavemente de un lado a otro y muestro mis
dientes. Al tiempo de esto salgo a un gran patio que se abre tras un
SDVLOOR\PHFUX]RFRQXQDSVLFyORJDTXHRÀFLDEDGHIDFLOLWDGRUD
“¿Cómo estás?”, me dice. “Bien”, contesto, un poco confundido. “Yo
quería ver paisajes y cosas de ese tipo, pero creo que me he transformado en… ¿en un tigre?”. Ella se ríe y comenta: “Excelente, te
has transformado en un animal”. Recién ahí tomo conciencia y
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
261
valoro en su justa dimensión lo que había ocurrido. Había estado
leyendo sobre visiones y mal llamadas “alucinaciones”, pero nadie me había dicho que esta planta tenía un poder tan enorme
que también podía tomar mi cara y forzarla como una plastilina
a transformarse en un felino. Y debía tratarse entonces de un
jaguar, el animal más sagrado de los pueblos indios de América,
sobre todo de la Amazonia […] Había una gran serenidad salvaje
en aquella transformación. Posteriormente, acostado en un jardín bajo unas plantas, vuelvo a transformarme pero ya con una
carga conceptual. Cuando mis pensamientos comienzan a enfrentar determinados problemas internos y ello me abruma, entonces
aparece el jaguar, pero está vacío de contenido y mi fascinación
inicial cede al aburrimiento y el tedio. “¿Querés evadirte?, bueno,
entretenete con el jaguar”, parece decirme la “voz” interna (que es
LQWHULRU\H[WHULRUDODYH] (QWRQFHVYXHOYRDÀMDUODDWHQFLyQHQ
el problema y los pensamientos se enrulan y me angustian más
y más. ¡Quiero parar de pensar! Entonces vuelve el jaguar con
su vacío y su tedio. Es una máscara. Representa y simboliza, la
máscara que muchos llevamos para ocultar nuestro verdadero ser
y presentar otro.
Las visiones de jaguares son una de las imaginerías más comúnmente
comunicadas por las tribus usuarias de ayahuasca desde hace milenios.
Como ya advertía Michael Harner (1976), “en algunos casos, tales animales de presa aparecen amenazando o atacando al tomador de yagé”.
Carneiro –citado por el mismo autor– informa que entre los amahuacas
el espíritu del jaguar es el que con más frecuencia se presentaba para enseñar a los bebedores aprendices todo sobre el mundo de los yoshi (espíULWXV 7KHRGRU.RFK*UQEHUJ \DGHVFULEtDDFRPLHQ]RVGHOVLJOR
XX que los chamanes yekuaná, del sur de Venezuela, bajo los efectos de la
ayahuasca imitaban los rugidos de los jaguares. Pero la transformación
física en un felino por parte de un profesional urbano, educado en los
valores de las grandes ciudades occidentales y sin ningún tipo de contacto con mitologías de la selva, es una de esas vivencias que obligan a un
mejor desarrollo de la antropología transpersonal, disciplina formulada
en Estados Unidos hace unos treinta años a partir de la Sociedad Americana para el Estudio de la Conciencia, pero prácticamente desconocida
en nuestro país hasta la llegada de la Fundación Mesa Verde.
La descripción y sensación de “convertirse en un jaguar” se halla
PX\ELHQUHÁHMDGDHQFDQWLGDGGHREMHWRVDUWtVWLFRVGHQXPHURVDVQDciones indígenas americanas, donde junto con el águila y la serpiente
RFDLPiQHVXQDGHODVÀJXUDVPiVVDFUDOL]DGDV/DVÀJXUDVFHUiPLcas de la deidad Ai-Apaec, dios-hombre-jaguar de los moche de la costa norte de Perú (siglos I a IV), pueden considerarse una de las más
262
Ayahuasca, medicina del alma
exactas representaciones de cómo se sienten internamente (y cómo se
observan desde afuera) los efectos enteogénicos de la transformación
del rostro de una persona asumiendo rasgos y gestos de jaguar. Tanto
en las imágenes de Ai-Apaec (por ejemplo, las que hoy se hallan en
el museo Larco-Herrera de Lima) como en muchas cabezas de cobre
dorado encontradas en las tumbas reales de Sipán, las bocas con comisuras extremadamente forzadas hacia abajo o hacia los lados, con el
agregado de colmillos y ceños obligadamente fruncidos, son excelentes
muestras artísticas de vivencias bajo estados ampliados de conciencia.
Quien ha pasado por una experiencia enteogénica no tendrá dudas de
que han sido producto de vivencias similares. Otro ejemplo claro son las
“cabezas-clavas” del templo de Chavín de Huántar (región de la sierra
de Perú), que representan hombres-jaguar con mocos cayendo de sus
narices. Esto es exactamente lo que ocurría en aquellos tiempos (1200
a.C.-300 d.C.) y lo que ocurre en la actualidad en las mesas curanderas de San Pedro, cuando tras la ingestión del enteógeno se realiza la
“singada” o introducción de tabaco líquido por la nariz. Objetos ceremoniales, como ciertas hachas votivas de la cultura Olmeca (período
Formativo del golfo de México), que lucen personajes antropomorfos
con rasgos felínicos y marcados detalles de comisuras, boca, mentón y
FHxRWDPELpQVRQHMHPSORVGHXQUHÁHMRPX\H[DFWRGHORTXHSRGUtD
haber sido la propia experiencia del artista.
Por lo demás, actualmente no hay dudas de que representaciones
DUWtVWLFDVGHÀJXUDVKtEULGDVKXPDQRIHOLQRPiVFDUDVGHIHOLQRVLFRnografías de animales de presa tutelares, decoraciones de textiles, cerámicas o cuevas con manchas de jaguares y otras por el estilo son
evocaciones simbólicas directas o indirectas de funciones y conceptos de
las cosmovisiones chamánicas, cuya base son los estados no ordinarios
de conciencia (Llamazares, 2004).
Conviene recordar que el jaguar ha estado omnipresente en América Central y del Sur como “señor de todos los elementos”. Además de
poderoso y temible en tierra, es un excelente nadador y trepador, constituyéndose en dueño de las tres capas cósmicas o submundos del chamanismo: el plano celeste, el plano medio y el inframundo. Asociado según
las distintas regiones americanas al Sol, la noche, la Luna y las estrellas
(y a lo oscuro, lo inconsciente), este animal caza tanto de día como de noche, y es también metafóricamente “señor del tiempo, de la vida y de la
PXHUWHµ-XVWDPHQWHHOEULOORGHORVDVWURVVHDVHPHMDDOUHÁHMRTXHODV
hogueras de la selva provocan en sus ojos. Para los incas, el jaguar es
padre de todos los felinos, ya que hasta el puma (otro animal sagrado)
nace con manchas en la piel que desaparecen al crecer. Hernán Cortés se
sorprendió al ver en 1517 el zoológico del emperador azteca Moctezuma,
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
263
que tenía pumas y jaguares (ocelótl) cuyo valor, astucia y ferocidad queGDURQSHUVRQLÀFDGRVHQODHOLWHGHORV´FDEDOOHURVGHOMDJXDUµJXHUUHURV
que lucían las pieles de estos felinos en enfrentamientos rituales. Tanto
en la zona del golfo como en el sur de México se asoció este animal con
las lluvias y la fertilidad (Saunders, 1995), mientras que en los mitos mayas aparece vinculado con todo tipo de poderes misteriosos y proféticos.
Los matsés de la Amazonia peruana se adornan aún hoy con tatuajes
que imitan las manchas del felino (se colocan astillas de palma sobre el
labio superior para representar los bigotes), mientras que en el noroeste
argentino abundan leyendas como la del “tigre-capiango” (hombre que se
transforma en yaguareté), cuyos orígenes se pierden en las desaparecidas culturas que, como la Aguada (650 a 800 d.C.), estaban verdaderamente obsesionadas con la representación multifacética de este animal
sagrado (Pérez Gollán y Gordillo, 1999).
Volviendo a la experiencia registrada en nuestros protocolos, pese a
las abismales diferencias témporo-espaciales y culturales que las separan,
encontramos una conexión con los relatos recogidos por el etnólogo colombiano Gerardo Reichel-Dolmatoff (1978) entre los tukanos y desanas del
9DXSpV TXLHQHV EDMR OD LQÁXHQFLD GH OD GURJD HQ HVWH FDVR HO UDSp GH
Vihó) “se vuelven” jaguares en un sentido totalmente literal, físico. El comportamiento convulsivo se describe como “ponerse panza arriba”:
Nuestros informantes enseñaban esta posición alzando los puños cerrados a la altura de los ojos y al mismo tiempo doblaban
el cuerpo hacia atrás en una postura intensamente forzada. Es
decir, representaban la posición del hombre-jaguar con la misma
SRVWXUDFRQYXOVLYDTXHDGRSWDXQDSHUVRQDEDMRODLQÁXHQFLDGHO
rapé narcótico. Este paralelo es difícil de explicar. Si las convulVLRQHVGHXQKRPEUHLQWR[LFDGRVLJQLÀFDQTXHHVWiOLVWRSDUDYROverse jaguar, la imagen de un jaguar “al revés” [panza arriba] se
basaba también, según toda probabilidad, en un hecho observado
[…] Acaso hayan observado los indios que los jaguares mascaban
bejucos de yagé y se retorcían en convulsiones. Para el observador, la convulsión tiene que haber sido obvia: esos jaguares eran
payés [chamanes].
Por lo tanto, relacionando la moderna experiencia urbana con los antiguos relatos tukanos y las interpretaciones de este etnólogo, podemos
decir que Darío R. no sólo se “convirtió” en jaguar –en idéntica postura a
las descriptas en narraciones de la selva colombiana– sino, además, en
un jaguar sensible bajo los efectos de la “liana de los espíritus”. ¿Cómo
entender desde la antropología transpersonal el hecho de que una sustancia química bebida por un joven abogado urbano de clase media, des-
264
Ayahuasca, medicina del alma
cendiente de europeos, nacido y educado entre el asfalto, el hormigón, el
racionalismo y la modernidad de una gran ciudad argentina, experimente casi lo mismo que un tukano de la selva cuyo medio ambiente y cultura
HVWiLPSUHJQDGRGHPLWRV\UHDOLGDGHVUHIHULGDVDOMDJXDU"(QGHÀQLWLYD
también es similar el proceso emocional interno por el cual se da dicha
“transformación”, puesto que en nuestro caso simboliza “la máscara que
muchos llevamos para ocultar nuestro verdadero ser y presentar otro”,
y en el caso de los tukanos, “[tanto] el jaguar de la esfera alucinatoria
[como] el «monstruo-jaguar» de los cuentos tukanos es el álter ego de un
hombre, que vaga entonces libre y sin trabas y exhibe sus deseos y temores más profundos (aun los prohibidos por los tabúes sociales)”, según
Reichel-Dolmatoff (1978).
¿Cómo interpretar todo esto? ¿Una sustancia química psicoactiva
contiene una esencia o “espíritu” de la región medioambiental donde se
origina (es decir, la selva amazónica)? ¿Esa esencia despliega una imaginería propia ante similares estados emocionales (necesidad de exteriorizar deseos reprimidos en este caso), no importando que el sujeto experimental pertenezca a una cultura y un medio ambiente totalmente
diferente y opuesto incluso a la región donde se origina tal sustancia...?
Las mismas preguntas pueden ser formuladas en los casos que veremos a continuación.
Ovnis en la selva
Cuando tomamos contacto con la obra conjunta del antropólogo
colombiano Luis Eduardo Luna y el chamán amazónico Pablo César
Amaringo, Ayahuasca Visions, fuimos sorprendidos por la cantidad de
referencias a los platillos voladores. Amaringo es un curandero de Pucallpa (capital de la provincia peruana de Ucayali) que comenzó a ingerir la tradicional bebida ayahuasca a los diez años. En 1977 abandona
sus prácticas chamánicas y se convierte en pintor de sus propias experiencias visionarias, dirigiendo años más tarde la escuela de pintura
amazónica Uzco-Ayar. En cuanto a Luna, estudioso de los enteógenos,
conoció la historia de Pablo y publicó en Estados Unidos sus pinturas.
“El motivo de las naves espaciales ha tenido un importante lugar
en las visiones de Pablo”, comenta Luna (1991), y en verdad las naves
aparecen en 25 de las 48 pinturas publicadas en dicho libro:
Cuando la curandera que sanó a su hermana le convidó
ayahuasca, Pablo vio un inmenso plato volador haciendo un tremendo ruido que lo hizo entrar en pánico. Don Manuel Amaringo,
el hermano más grande de Pablo, pasó por una historia similar.
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
265
Él me contó –con lágrimas en los ojos– que el mismo icaro3 que
usó para curar a mucha gente lo aprendió de un hada llamada
Altos Cielos Nieves Tenebrosas, que llegó en una nave espacial
azul. Ella me preguntó: “¿Quieres escuchar mi canción?”. Cantó,
y esa canción siempre la he mantenido en mi corazón.
Si uno le pregunta a Pablo por el motivo y la frecuencia con que representa naves espaciales, él es franco en sus comentarios: dice que esos
vehículos pueden tener muchas formas, que son capaces de alcanzar
XQDYHORFLGDGLQÀQLWD\SXHGHQYLDMDUEDMRHODJXD\EDMRODWLHUUD$ÀUma además que los seres que se trasladan en ellos son como espíritus,
tienen cuerpos más sutiles que los nuestros y aparecen o desaparecen a
voluntad. Y agrega que vienen de avanzadas civilizaciones extraterrestres que viven en perfecta armonía. Grandes civilizaciones americanas
como la maya, la tiahuanaco o la inca han tenido contacto con esos seres. Pablo dice que en sus viajes con ayahuasca pudo ver que los mayas
sabían de este preparado y que ellos partieron a otros mundos en algún
momento de su historia, pero están a punto de retornar a este planeta.
De hecho, dice que algunos de los platos voladores vistos por la gente
hoy en día están pilotados por sabios mayas:
Los extraterrestres están en contacto con nina-runas (gente de
fuego) que vive en el interior de los volcanes. Se comunican mutuamente en forma telepática. Bajo los efectos de la ayahuasca uno
puede ver esos seres y sus vehículos, pero muchos vegetalistas actualmente han contactado con ellos, sólo elegidos, a los cuales los
extraterrestres enseñan canciones de poder y ofrecen información
útil para ayudar a curar sus pacientes. (Luna y Amaringo, 1991)
Una idea similar ha sido aportada por la antropóloga alemana Angelika Gebhart-Sayer. En 1981, cuando estaba haciendo un trabajo de
campo en Caimito, pequeño poblado junto al río Ucayali, sus amigos
indios se hallaban inquietos por un extraño fenómeno luminoso que
habían observado por meses, el cual interpretaban como una nueva
táctica del hombre blanco para penetrar sus territorios tribales. Cuando se acercaban a las luces, éstas desaparecían. En varias ocasiones
la misma Gebhart-Sayer (1987) vio silenciosas luces amarillentas del
3. Recordemos que los icaros son cantos o mantras usados por los chamanes durante las
sesiones para ayudar a la mente a entrar en el estado buscado. Muchas veces esos cantos
les son dictados durante las experiencias por los espíritus con que contactan y les sirven
para sus sanaciones.
266
Ayahuasca, medicina del alma
tamaño de una pelota de fútbol moviéndose unos 400 metros más allá
de ella y cerca de un metro sobre el suelo. No pudo encontrar ninguna
explicación lógica para lo que vio. José Santos, el chamán, calmó a la
gente explicando que en una visión de ayahuasca había entendido lo
que eran: unos aeroplanos dorados con grandes lámparas y asientos
hermosamente decorados: “El piloto, un distinguido inca, descendió.
A veces él vestía las modernas ropas del hombre blanco, a veces una
preciosa cushma inca (tradicional prenda masculina). Nos hicimos
una reverencia mutuamente, pero no hablamos, porque ambos conocíamos el pensamiento de cada cual. Luego se retiró. No ha llegado el
WLHPSRSDUDTXHpOKDEOH/RVLQFDVTXLHUHQDOLDUVHFRQQRVRWURVDÀQ
de derrotar a los blancos y mestizos y establecer un gran imperio en
el cual vivamos nuestra vida tradicional y poseamos las comodidades
de los incas y de los blancos. Llegará pronto el tiempo en que él traerá
obsequios y prestará guía”, dice Gebhart-Sayer.4
Continúa escribiendo Luna:
(O KLVWRULDGRU ÀQpV 0DUWWL 3lUVVLQHQ WXYR OD DPDELOLGDG GH
indicarme un texto redactado por el padre Francisco de San José
VREUHXQIHQyPHQRTXHORVPLVLRQHURVREVHUYDURQHQODFRQÁXHQcia de los ríos Pozuzo y Ucayali el 8 de agosto de 1767. El padre
Francisco y otros misioneros habían sido rodeados a la noche por
un grupo de hostiles konibos, quienes les habían disparado sus
ÁHFKDV D ODV FXDOHV HOORV UHVSRQGLHURQ FRQ IXHJR GH DUPDV eO
escribió: “Al tiempo que nos encontrábamos en esa batalla, sucedió una cosa bien digna de memoria, y fue que vimos todos, así
los cristianos como gentiles, un globo de luz más resplandeciente
TXHODOXQDTXHFRUULHQGRSRUHQFLPDGHODVÀODVGHORVNRQLERV
alumbró toda la campaña; no sé si ellos hicieron misterio del caso
SHURVtVpTXHOXHJRGHMDURQODVÁHFKDVµ/DDQWURSyORJDIUDQFHVD
Françoise Barbira-Freedman, quien realizó un extenso trabajo entre los lamistas de la provincia de San Martín, me contó que entre
sus informantes chamanes las visiones en ayahuasca de naves
4. Esta pequeña anécdota no sólo plantea interrogantes desde el estudio de los ovnis
o los enteógenos, sino que igualmente fascina desde un lugar sociológico. Cuando la
narramos a Alcira Argumedo, famosa catedrática de la UBA, durante el desarrollo de un
posgrado sobre epistemología social, ella pudo darse cuenta del increíble poder de los
mitos sociales, en este caso el mito del Incarri en Perú, es decir, la simbólica leyenda
del regreso del Inca que ha estado presente en forma invisible desde los escritos de
Garcilaso de la Vega hasta las columnas periodísticas del joven José Carlos Mariátegui,
fundador del Partido Socialista peruano, cuando recogía esa saga entre el campesinado.
Que el mito del Incarri regrese una y otra vez en diferentes épocas y asuma aquí –por
llamarlo de alguna manera– una “vertiente ufológica” nos parece fantástico.
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
espaciales son comunes. Cuando visité a don Manuel Shuña, el
tío de Pablo, un vegetalista de más de noventa años, le mostré
unas cuantas fotos de las pinturas de Pablo. Puntualmente sobre
un plato volador de una de las fotografías, él me contó con excitación, casi estresado, que en los últimos dos años había tenido
encuentros con personas que salen de máquinas como aquella. Él
dice que esas personas vuelan manteniéndose levemente sobre
ODVXSHUÀFLHGHODJXD'RQ0DQXHOGHVFULEHVXVPiTXLQDVFRPR
de unos 50 metros de largo, con luces que hacen parecer la noche
tan iluminada como el día. Ellos nunca tocan el suelo ni el agua,
pues permanecen suspendidos en el aire. A veces los seres a bordo
de esas máquinas bajan y se llevan árboles enteros. Don Manuel
dice: “Saben cuando estoy tomando ayahuasca. Vienen y cantan
toda clase de canciones, y los icaros que yo canto. También saben
cómo orar. Quieren ser amigos míos, porque hay cosas que estas
personas no saben. Quieren llevarme con ellos, pero yo no quiero
ir porque estas personas se comen unos a otros. Ellos trataron de
asustarme moviendo la tierra o derribando largos árboles. Casi me
vuelven loco. Pero ahora no se acercan porque les soplé tabaco”.
Es ciertamente muy difícil saber qué hacer con esta clase de
reportes. Pareciera que los chamanes están constantemente apropiándose simbólicamente de cualquiera de las innovaciones que
ven o acerca de las cuales escuchan, usándolas en sus visiones
como vívidas metáforas para explorar más ampliamente el reino
espiritual, para incrementar su conocimiento o para defenderse
de un ataque sobrenatural. Los chamanes shipibos reciben libros
en los cuales pueden leer la condición de los pacientes, tener farmacias espirituales o viajar en aeroplanos cubiertos de diseños
JHRPpWULFRVOOHQRVGHVLJQLÀFDGRDOIRQGRGHORVODJRVSDUDUHFXperar la caya (alma) de sus pacientes [...]. Los canelos quichuas
reciben de los espíritus máquinas de rayos X, aparatos para tomar la presión de la sangre, estetoscopios y largas y brillantes
luces quirúrgicas […]; un aculturado chamán campa usa en sus
canciones de sanación frecuencias de radio para comunicarse con
los espíritus del agua […]. Los chamanes shuars, quienes obtieQHQGHYDULDVSODQWDVDQLPDOHVSLHGUDVXRWURVREMHWRVÁHFKDV
mágicas (tsentsák) para curarse o defenderse, también obtienen
de ellos un witrúr (del vocablo español “vitrola”) […]; don Alejandro Vázquez, un vegetalista que vive en Iquitos, me contó que
además de ángeles con espadas y soldados con armas, él tenía
un jet caza que usaba cuando era atacado por fuertes hechiceros
[…]; don Fidel Mosombite, un ayahuasquero de Pucallpa, me conWyTXHHQVXVYLVLRQHVOHIXHURQGDGDVOODYHVPiJLFDVDÀQGHTXH
fuera capaz de conducir hermosos autos y aeroplanos de muchas
clases. El vuelo es uno de los grandes temas del chamanismo en
todas partes. El chamán puede transformarse en un pájaro, un
267
268
Ayahuasca, medicina del alma
insecto o un personaje alado o ser tomado por un animal y llevado a otros reinos. Los chamanes contemporáneos a veces utilizan
metáforas basadas en modernas innovaciones para expresar la
idea del vuelo. Por ello no es extraño que el motivo de los ovnis, el
cual es parte de la moderna imaginería –como propuso Jung […]:
una arquetípica expresión de nuestro tiempo– sea usado por los
chamanes como un ingenio de transformación espiritual dentro
de otros mundos. El plato volador, los seres extraterrestres y las
civilizaciones intergalácticas que aparecen en la pintura de Pablo no necesariamente serán considerados inusuales o extraños
al chamanismo amazónico; pueden ser manifestaciones de viejos
motivos. Descripciones de viajes chamánicos bajo los efectos de
la ayahuasca y otras plantas psicotrópicas, aun entre tribus culturalmente incomunicadas, frecuentemente incluyen la idea del
chamán ascendiendo al cielo para mezclarse con gente celestial
o, por el contrario, seres celestiales descendiendo al lugar de la
ceremonia […]. Gómez dice que en la mitología de los kuna hay
numerosas referencias a unos platos voladores en sus narraciones sobre héroes culturales.
Hasta aquí la espectacular y bien documentada información que
nos aporta Luis Eduardo Luna. Tal vez cabría agregar que cuando los
miembros de la FMV conocimos personalmente en Buenos Aires a este
GHVWDFDGRLQYHVWLJDGRUHQPDU]RGHQRVFRQÀyDFHUFDGHORVSODWLllos voladores: “Están ahí... en ese otro lado... yo también los he visto”.5
La suerte quiso que en julio de 2003 tuviéramos la oportunidad de
conocer personalmente también al propio artista Pablo Amaringo en
VXWDOOHUGH<DULQDFRFKD 3HU~ GRQGHQRVFRQÀUPyTXH´QXQFDKDEtD
leído libros de ufología en su época de curandero”, y que sus visiones
tal vez se relacionaban con un objeto luminoso u ovni que observó en
aquella localidad a los catorce años, cuando casi no había calles y todo
era selva. Ya los mestizos conocían el concepto y denominaron “plato
YRODGRUµDOREMHWRTXHHVWDEDQGLYLVDQGR(VWRSXGRKDEHULQÁXHQFLDGR
ODLPDJLQHUtDGHVXVSURSLDVYLVLRQHVDXQTXHHOVLJQLÀFDGRSURIXQGR
QRGLÀHUDGHODVDYHVPiJLFDVRVHUHVYRODGRUHVUHIHULGRVSRUFKDPDQHV
LQGtJHQDV´SXURVµGHODDQWLJHGDG
Pinto naves espaciales porque cuando yo era muy jovencito
muchos acá en Pucallpa vimos una nave muy grande con otras
pequeñas que la seguían. Entonces eso ha sido como a las diez
de la noche, pero en ese tiempo acá era todo selva, no había casas
5. Comunicación personal a Diego R. Viegas.
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
269
ni calles y Pucallpa estaba todavía muy alejado de acá... Vimos
eso y todos sabíamos que eran los platillos voladores, que decimos
nosotros, ¿no? Los platillos voladores... pero cuando yo era un curandero y tomaba ayahuasca y podía ver con mis visiones, se presentaron en primer orden estas naves para darnos entendimiento,
conocimiento, discernimiento y muchas otras cosas, o para poder
volvernos más inteligentes y captar lo que podemos ver con la ingestión de ayahuasca, lo que tiene una planta, un árbol, la raíz de
un árbol, el subsuelo, el espacio... como para trasuntar la Luna,
como dicen, para ir a la Luna, Marte, Júpiter, todos estos planetas... entonces estas naves aparecían en las mareaciones [trances
extáticos]... nos ayudaban a diagnosticar... a ver cómo está su
cuerpo... qué pasa con la persona... si puede resistir la medicina
que le podemos aplicar... En todo esto nos ayudaban estos seres...
algo... cómo se puede decir... desconocidos. Son seres hiperquímicos... porque pueden aparecer como materia o desaparecerse...
Para mí los ufos son realidades de personas-espíritus que habitan
en mundos muy extraños... en pagodas encantadas o en lugares
del espacio […] Yo me he dado cuenta […] que hay un sinnúmero
de seres con diferentes formas de vida.
$VLPLVPR HQ DTXHOOD RSRUWXQLGDG $PDULQJR QRV FRQÀy PX\ FRQvencido:
Hay muchas clases de seres espirituales que nos traen sabiduUtD \ WDPELpQ HVWDV QDYHV HVSDFLDOHV OD YLGD HV LQÀQLWDPHQWH
compleja.6
Nos preguntábamos antes cómo un mito de la selva relacionado al
jaguar se manifestaba en la experiencia de un joven profesional urbano educado en los valores de una gran ciudad occidental; ahora nos
preguntamos cómo es posible que un mito moldeado por una cultura
occidental industrial-tecnológica, como es el del plato volador, se maQLÀHVWH HQ XQD SHUVRQD SHUWHQHFLHQWH D XQD VRFLHGDG UXUDOVHOYiWLFD
preindustrial.
La respuesta a este interrogante excede el simple hecho de que el
inconsciente “es culturado” (Fernández Guizzetti, 1983), y no puede reducirse a la amplitud y rapidez de la difusión de imaginería simbólica
entre culturas. También la respuesta debe ir más allá de los acotados
DUTXHWLSRVGHÀQLGRVSRUODSVLFRORJtDDQDOtWLFDGH&DUO*-XQJFRQUHlación a su teoría del inconsciente colectivo.
6. Comunicación personal a Diego R. Viegas.
270
Ayahuasca, medicina del alma
¿Jaguares en la ciudad y platos voladores en la selva? Sorprende que
ambos referentes psicoculturales, tan profundamente ajenos al mundo
cotidiano de cada uno de los experimentadores, aparezcan “intercambiados”, y sin embargo a la vez permitiendo procesar contenidos emocionales personales de modo similar, en cada caso. Así, nada más alejado
que la imagen paradigmática de un jaguar para Darío R., aquel profesional urbano que se sumergía por segunda vez en un estado ampliado
de conciencia (ver p. 262), pero al mismo tiempo cercana en cuanto a su
VLJQLÀFDFLyQ SURIXQGD FRPSDUWLGD FRQ ORV PLWRV WXNDQRV GHO $PD]Rnas (jaguar = álter ego libre de tabúes). Nada más ajena que la imagen
GHXQRVWtSLFRVSODWLOORVYRODGRUHVGHFLHQFLDÀFFLyQRFFLGHQWDOSDUDHO
universo habitual del curandero selvático Pablo Amaringo, hablante
quechua y descendiente de indígenas cocamas, piros y lamistas, y sin
HPEDUJRDODYH]FHUFDQDDVXFRVPRYLVLyQRULJLQDULDHQVXVLJQLÀFDGR
matriz de “potencias o teofanías celestes”.
¿De qué modo interpretar ese “otro lado” que toma imaginerías míticas de una cultura y de otra y las intercambia de un modo tan enigmático? Esta pregunta es la que dio inicio en la Argentina a la instauración
de la antropología de la conciencia o transpersonal, subdisciplina que
en Estados Unidos ya tiene un desarrollo de unos treinta años a partir de la Society for the Anthropology of Consciousness, pero aquí era
virtualmente desconocida hasta el desarrollo de nuestros estudios con
la Fundación Mesa Verde desde 1996. Dentro de este marco teórico intentamos arribar a algunas conclusiones, ampliando las encuestas y la
recopilación de las descripciones de efectos de “plantas maestras”, así
como sus comparaciones y análisis.
/R´WUDQVSHUVRQDOµUHÀHUHSRUVXSXHVWRDH[SHULHQFLDVTXHHQFLHUto modo, van más allá de los límites normales de la conciencia del yo
RHJR&RQHVWHWpUPLQRVHSURFXUDUHÁHMDUODVYLYHQFLDVGHH[WHQVLyQ
de una identidad que trasciende la individualidad y la personalidad,
que pueden obtenerse a través de prácticas normadas de integración de
los estados ampliados de conciencia (ritos de máscaras, ciertas danzas,
ejercicios de meditación o contemplación, ceremonias de enteógenos,
etc.), así como también a partir de fenómenos anómalos espontáneos
poco estudiados (visiones místicas, “abducciones”, fenómenos psicoides,
etc.) (Viegas, 2000, e/p; Berlanda y Acevedo, 2000).7
7. La antropología transpersonal –junto a las disciplinas que forman parte de un mismo
PRYLPLHQWRFLHQWtÀFRODSVLFRORJtD\ODSVLTXLDWUtDWUDQVSHUVRQDO 6WDQLVODY*URI&KDUOHV
Tart, Bruce Scotton), la psicología integral (Ken Wilber), la ecología profunda (Arne Naess,
Bill Devall)– se inserta en el nuevo paradigma emergente de las ciencias, dentro del área
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
271
Para avanzar en este sentido, transcribimos la experiencia de una
integrante del equipo de FMV, que incluyó todos los parámetros clásicos
de las “abducciones” conocidas en la literatura ufológica y de ciencia
ÀFFLyQFRQWHQLGRVTXHQRHUDQFRQRFLGRV\HQDEVROXWRIRUPDEDQSDUWH
del interés de la voluntaria:
La ingesta fue a las 10.30 y “entré” [en el trance] a las 11.30.
La primera sensación fue un ataque de pánico, de miedo, me costó
mucho “entrar”, muchos temblores. No era angustia, era miedo.
En su momento busqué para atrás y no encontré nada y lo asocié
a un miedo al futuro, a lo que me esperaba más adelante. Algo
propio de la etapa que estaba viviendo, ¿no? Incertidumbre.
Después de eso tuve un vómito bastante fuerte, muy de adentro,
estuve muy mal un rato hasta que se me pasó.
Después que “entré”, empecé a tener visiones difíciles de catalogar. La primera fue ver la Tierra como si fuese un holograma que
empezaba a girar de una manera vertiginosa, hasta que termina
desintegrándose. Eso pasó y después no sé cómo llegué ahí. Yo me
vi dentro de una nave que se cerraba desde arriba. La compuerta
era un círculo de aspas que, rotando, se iba cerrando hasta que se
cerró totalmente. Empecé a ver alrededor mío, a recorrer la nave.
Había seres que vivían ahí... era todo un lugar muy aséptico, pero
muy cálido. Si bien tenía apariencia de un quirófano, era muy
tranquilo. Las habitaciones eran rectangulares, con luz tenue,
cada habitación tenía un color diferente. Nunca vi más de tres
o cuatro (seres) juntos, siempre era uno que se acercaba y se iba.
Te contestaban todo lo que preguntabas. Entonces yo al principio
pensé que era una visión que no tenía ningún contenido, que me
alejaba del propósito por el cual comencé esta experiencia [realizar
una introspección de carácter terapéutico]. Entonces traté de salir
de eso, abría los ojos y seguía viendo lo mismo. No podía salirme de
lo que me estaba pasando. Cada vez que ponía resistencia empezaba a ver imágenes más agresivas, como algo que me quería
chupar. Entonces asumí que si tenía que ver eso, debía seguir adelante, pero mis intentos de salir fueron tres o cuatro.
Después de aquello, me veo ya dentro de un aparato que lo asocio por el formato a lo que puede ser un tomógrafo, porque estaba
de las ciencias cognitivas, y su objeto es el estudio intercultural de los aspectos psicológicos
y socioculturales de las experiencias transpersonales, incluyendo la investigación de la
relación entre la conciencia y la cultura, y en especial de la integración psicosociocultural
GH ORV HVWDGRV DPSOLDGRV GH FRQFLHQFLD 6X PpWRGR QR GLÀHUH GH OD FOiVLFD ´REVHUYDFLyQ
SDUWLFLSDQWHµ TXH IXHUD GHÀQLGD GHVGH ORV LQLFLRV GH OD GLVFLSOLQD HWQROyJLFD SHUR Vt YD
un poco más allá: desechando sus fundamentos más positivistas y avanzando hacia la
sistemática que hemos denominado “observación involucrante” (Viegas, e/p).
272
Ayahuasca, medicina del alma
ahí adentro, estaba entubada, no en la respiración, sino que era
como si te alimentaran con una sonda, tenías otra sonda abajo
para la orina. No tenía sensación de frío, ni de calor, ni de nada.
No había sentimiento ni de placer, ni de displacer... nada. No era
la única. Había toda una habitación a lo largo con esos aparatos.
Había otras personas. No sé quiénes eran porque nunca los vi,
pero sé que estaban. Cuando yo les pregunté a ellos cuál era su
intención (todo esto fue un diálogo mental, si lo puedo decir así),
ellos te hacían llegar la información para que vos la sepas, pero
nadie te hablaba, la intención de ellos era que les interesaba mucho la procreación, porque ellos vivían en un ambiente totalmente
ideal para sus condiciones de vida y habían perdido la capacidad
de adaptación. Ellos habían llegado a un nivel tal de perfección
que habían perdido la capacidad de adaptarse. Y lo único que
les interesaba de nosotros era –digamos– esa partecita del cerebro
que todavía puede adaptarse a los cambios de condiciones climáticas, a los cambios de situaciones, de adaptarse en general. Las
otras personas que estaban ahí, como yo misma, se usaban para
procreación. Yo tengo la imagen y lo vi, lo presencié –sin ningún
tipo de sensación– de ser usada para gestar un ser. Me tuvieron
ahí para eso, lo sacaron, lo vi, sabía que era mío pero no lo sentía mío, ni me causó ningún tipo de sentimiento. Tenían la forma
de lo que después, conversando, viendo imágenes, por lo que me
mostraron [investigadores del tema], parecían lo que llaman los
“grises”. Eran altos, tenían tres dedos nomás, sí tenían esa formita
de los ojos, la cabeza más ovalada, el color era un gris muy clarito.
(UDQPX\SDFtÀFRV7UDQVPLWtDQWRWDOWUDQTXLOLGDG(QQLQJ~Q
momento te sentías hostigado, ni temeroso. Y cualquier cosa que
se me ocurriese preguntar, te contestaban. No te negaban nada.
Lo que no puedo tener registro es cómo terminó. Es como que te
quedás dormido y después de repente no estaba más ahí adentro.
No sé cómo salí de ahí. (A.L.R., empleada contable, 29 años, 27 de
diciembre de 2000)
La mujer-planta, presencia femenina verde o
la imagen misma de la ayahuasca
Tras beber cuatro dosis de ayahuasca, unos 240 cc (que parecían en
un principio no hacer efecto alguno), un voluntario de nuestras investigaciones tuvo la siguiente visión:
&RPHQ]DURQDPRYHUVHÀJXUDVTXHGDQ]DEDQHQXQRUGHQHVSHFtÀFR+DEtDXQDHQFDGDH[WUHPRIRUPDQGRXQFXDGUDGR\HQ
el centro la más grande e importante, la que dominaba a todas las
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
273
demás, la que se comunicaba directamente conmigo, las demás
HUDQDX[LOLDUHVGHpVWD/DÀJXUDFHQWUDOWHQtDWRGDPLDWHQFLyQ\
su danza me dominaba profundamente, su belleza, la intensidad
GHVXVFRORUHV\VXIRUPDGHÁRUGDQ]DQWHFUHFLHQWHH[XEHUDQWH
ostentosa e íntima se agrandaban a medida que yo me achicaba y
HQWUHJDED6HQWtPLHGRGHWDQWDPDJQLÀFHQFLDHLQWHQWpUHVLVWLUme. Sentí una voz dulce y penetrante en mis oídos: “Inténtalo pero
no podrás resistirte”. Carruseles con formas de animales giraban
HQODVÀJXUDVGHORVH[WUHPRV\HOODDEUtDVXVODELRVPiV\PiV
Las imágenes se hacían a cada instante más hermosas, me perdía
en ellas […] sus pétalos blancos se abrieron como invitándome a
mirar su éter rojizo y luminoso. Ahora sólo ella y su danza eran
presentes, el resto se había ido u opacado ante ella. Su grandeza se
movió más humanamente, me dirigió una sonrisa amplia y pícara, seductora. Su cuerpo tomó forma felina y sus movimientos dejaron de ser vegetales, pasaron a ser los de una hembra en celo, me
provocaba sexualmente y yo la contemplaba saciado y hambriento
[…] Ella se contoneaba y miraba de reojo, su cabeza y rostro tomaURQIRUPDGHPXMHUHUDXQDHVÀQJHGHFXHUSREODQFRGHH[WUHPD
pureza […] Entonces noté sus ojos húmedos y comenzaron a llover
respuestas […] No quería irse, yo no quería que se fuera… me dijo
que se quedaría sólo un poco más si bebía otro poco. El antropólogo Diego, en su rol de facilitador, entró al cuarto y llegó a mi lado.
Al instante sentí que ella lo había enviado, le hice entonces mi
petición y con una sonrisa me trajo un vasito más. Entonces ella se
despidió, comenzó a girar rápidamente subiendo, tornándose de
un verde cada vez más oscuro hasta enredarse en sí misma hacia
DUULED\ÀQDOPHQWHVHIXH/DYLLUVHSHURPHGHMyXQEHVRÀQRTXH
trascendió durante largo tiempo, acariciando mi alma. (M.O.L.,
estudiante, 23 años, 30 de octubre de 2004)
La noche del 25 de noviembre de 2007, durante otra sesión organizada en pos de ampliar los protocolos de investigación de FMV, acaeció un
suceso que nunca antes habíamos observado. Tres de los voluntarios que
no se conocían antes de la experiencia y que provenían incluso de ciudades diferentes de la Argentina (Buenos Aires, Puerto Madryn y Rosario),
con historias personales, edades y ocupaciones muy diferentes, describieron visiones con ojos cerrados y abiertos casi idénticas y al mismo tiempo.
Además de “mucha gente” que deambulaba y dos extraños personajes
(la niña de trenzas rubias y un hombre negro), descriptos de igual modo
aunque se manifestaban de manera distinta en cada uno de ellos duUDQWHHOWUDQFHWDPELpQVHOHVDSDUHFLyXQDÀJXUDIHPHQLQDFRQDOJRGH
vegetal y algo de acuático, que sospechamos se trata de la representación
simbólica de la misma ayahuasca o de uno de sus componentes:
274
Ayahuasca, medicina del alma
Fue un estallido de colores y de visiones, pero niveladas… como
que cada parte del viaje estaba guiada por un ser distinto […] mi
cuerpo estalló en luz y sólo era conciencia. Había mucha “gente”
en la habitación. Una niña de cabellos rubios y trenzas bailando, riendo y hablando. Me fascinaba mucho, porque la chica que
estaba a mi lado [ver siguiente descripción] me decía: “Mirá a la
QLxD«1RVUHJDODÁRUHVµ<RLQWHUSUHWDEDTXHHVDQLxDHUDHOXQLverso, que estaba en eterno movimiento, y la niña me abrazaba,
me decía que estaba todo bien; que no me preocupe; que todo es
hermoso y perfecto; y tiene que ser así… Y yo le pregunté: “¿Por
qué estamos? ¿Por qué se creó todo en esa parte [del universo]? No
sentía el cuerpo y ella me miró como riendo y me dijo: “¿Por que
habría de ser…? Para divertirme…”. Yo hablaba mucho con ella y
me decía que me tenía que querer más a mí mismo… me acariciaba
[…] La chica de al lado se reía de cómo bailaba la niña… Había
una presencia femenina demasiado fuerte, como una Gran Madre
3ULPRUGLDO$FXRVDFRQPXFKRVURVWURVLQÀQLWRVPXQGRVVLHPSUH
en movimiento… Empezó a estallar todo en colores de nuevo y ya
no era yo sino que era un millón de conciencias con un millón de
ojos al mismo tiempo […] Vi toda mi niñez muy detalladamente y le
agradecí a toda la gente que conocía. También había animales y
un hombre de raza negra con una toga que no hablaba pero sabía
mucho. (H.N.B., estudiante, 20 años, 25 de noviembre de 2007)
Sentí que salía de mi cuerpo, abrí los ojos y comenzaron las
visiones… mucha gente; había una nenita con el pelo trenzado
que llevaba algo en las manos y lo desparramaba o convidaba. A
mi derecha e izquierda siempre hubo una presencia femenina con
brazos largos de algas y me acariciaba, sentí como viento en el
pelo. Después apareció un hombre negro, me hablaba y no entendía qué decía, y de ahí en más empezó a aparecer gente, por todos
lados, deambulaban como si nada. Las manos se transformaron
en peces y raíces… vi animales, plantas. (L.A.Q., empleada, 28
años, 25 de noviembre de 2007)
Las visiones fueron personales, muy vívidas, extremadamente
coloridas con los ojos cerrados. Con los ojos abiertos vi personas en
la habitación… gente que me visitaba, del otro lado… Básicamente
fue muy personal, de trabajar mucho cuestiones mías, rompiendo
estructuras, entendiendo qué quiero hacer de mi vida, qué tengo que
hacer para lograrlo… Vi también una máscara femenina con cintas,
UDPLÀFDFLRQHVYHJHWDOHVRWHQWiFXORVTXHPHTXHUtDQOOHYDUPHTXHrían guiar. (P.A.N., empleado, 35 años, 25 de noviembre de 2007)
$TXt VH KDFH QHFHVDULD XQD UHÁH[LyQ *HQHUDOPHQWH KDEODPRV GH
“la realidad” porque consensuamos que un objeto, como una mesa o
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
275
una silla, es percibido por todo el mundo más allá de su cultura, etnia
o ideología. Aunque un daltónico no vea el mismo color de la mesa que
los demás, o que no todos perciban exactamente la misma tonalidad y
textura, no existen dudas acerca de “la realidad” de la mesa. ¿Por qué
nos resistimos a considerar algún tipo de “realidad” en las imágenes
percibidas en visiones que, como en este caso, aunque no comúnmente,
aparecen casi de idéntica forma ante personas distintas con historias
diferentes? ¿La niña de trenzas rubias, el hombre negro de túnica y la
mujer-planta no son reales? Fueron “vistos” al mismo tiempo por tres
personas que no se conocían y no compartían más que aquel instante de
experimentación. ¿Negaremos su realidad?
Veamos ahora otros encuentros “místicos” con la planta maestra:
Al comenzar los efectos cierro los ojos y me concentro en la música. Empiezo a sentir una presencia alrededor de toda la casa.
Es una presencia verde. Son las plantas. Ellas quieren presenciar este ritual. Tienen cosas muy importantes para decirnos. La
presencia se acerca y pone su atención en mí; eso me produce una
gran felicidad. Yo tenía mucho para preguntarle. Le formulo ciertas preguntas, pero ella las evade y me alcanza con su energía
verde, envolviéndome con su manto verde de plantas, insectos y
animales. La sensación fue de placer y felicidad pura. La planta
me estaba diciendo que la naturaleza me quiere, que soy su amigo
y soy parte de ella […] La planta se niega a contestar preguntas
carentes de esencia… me muestra imágenes hermosas y me dice
que me calle y me concentre en lo que vea dentro de mi mente.
(R.G., estudiante, 19 años, 9 de abril de 2005)
Mi visión fue que la planta que crecía en el rincón donde estaba, contestaba todas mis preguntas… Fue indescriptible y muy
útil… En todo momento estaba consciente de lo que estaba viviendo y realmente no quería que se terminara. Encontré respuestas a
todo lo que pregunté, y ahora veo con claridad muchas cosas que
antes me atormentaban. (I.C., empleado de un gimnasio, 25 años,
30 de abril de 2005)
Bajo el mar vi un animal del tamaño de una papa grande que
WHQtDLQÀQLGDGGHEUD]RVTXHVHH[WHQGtDQ\PRYtDQOLEUHPHQWHDO
compás del agua, era de color anaranjado pero con partes semitransparentes. Otra visión fue penetrar en la selva, arrastrarme por
entre las hojas del suelo hasta llegar a un árbol gigante, todo era
de un verde muy intenso y se podía apreciar la humedad de la selva junto a sus interminables ramas y hojas que se entremezclan de
otros árboles… Obtenía al mismo tiempo gran cantidad de información. (J.P.P., analista programador, 28 años, 5 de agosto de 2005)
276
Ayahuasca, medicina del alma
Imposible no recordar, leyendo estas intensas vivencias que relacionan el mundo vegetal con la sabiduría, la cantidad de metáforas que en
WRGDVODVFXOWXUDVFRQWLHQHQLGpQWLFDYLQFXODFLyQODPLWRORJtDODÀORVRItD
y la literatura abundan en “árboles de la ciencia” (título de una obra de
3tR%DURMDSRUHMHPSORR´iUEROHVGHODYLGDµFRPRPHWiIRUDFLHQWtÀFD
ÀORJHQpWLFDHQ&KDUOHV'DUZLQ iUEROHVVDJUDGRViUEROHVFyVPLFRVGH
muerte, de sabiduría, de conocimiento y de sanación. En muchos lugares
es costumbre plantar un árbol cuando nace un niño, induciendo alguna
VXHUWH GH LGHQWLÀFDFLyQ HQWUH DPERV (O iUERO \ D YHFHV ODV OLDQDV VRQ
símbolo del axis mundi o eje del mundo que une los tres planos fundamentales del cosmos chamánico y es transmisor de fuerzas espirituales
entre el cielo y la tierra: el fresno llamado Yggdrasil, por ejemplo, era el
árbol que sostenía el universo escandinavo; el Kien-Mou entre los chinos;
el Kiskanu en Mesopotamia y el Ashvata entre los hindúes; para los toEDVZLFKLV\JXDUDQtHVGHOUtR3LOFRPD\RHOSDORERUUDFKRHVXQD*UDQ
Madre vieja y sabia; en la Biblia se menciona el árbol del Paraíso, “del
conocimiento y discernimiento del bien y del mal” (Génesis, 2:17) y el de
la Vida, que otorga la inmortalidad en el libro de Enoc (25: 2-6) y el Apocalipsis (2:7 y 22:2); el árbol en el bosquecillo sagrado de Dodona tiene
el don de la profecía; los mástiles y las vigas de roble del Argo advertían
a los argonautas del peligro; las hojas susurrantes del roble predecían
el futuro; la zarza ardiente transmitió el mensaje de Dios a Moisés; los
mercaderes hindúes estaban seguros de que los árboles santos registran
las transacciones injustas; los druidas adoraban al muérdago, que junto
al acebo y muchas otras antiguas tradiciones constituyen los ornamentos
favoritos de la más pagana de las festividades cristianas: la Navidad.
Por supuesto, recordando aquella magia natural perdida, todos los años
colocamos luces y adornamos al abeto o pino navideño. Los grandes dioVHVVDELRV\ÀOyVRIRVHVWiQUHODFLRQDGRVFRQSODQWDV\iUEROHVHVSHFtÀFRV
Buda nació debajo del ashoka, obtuvo la iluminación bajo el bodhi ÀFXV
religiosa o higuera) y murió bajo la sombra de dos árboles sala; la vida y
enseñanzas de Hipócrates y de Sócrates se asocian al plátano; el haya y
la encina estaban consagradas a Júpiter; el pino a Cibeles, el olivo a Minerva, el laurel a Apolo y la hiedra a Dionisos. En la clásica y célebre obra
La rama dorada de James Frazer se brinda una imponente información
VREUHODLQWHUDFFLyQHQWUHKRPEUHV\SODQWDVLGHQWLÀFDFLyQGHJHQWHFRQ
SODQWDVLQÁXHQFLDVKRPHRSiWLFDVPXWXDViUEROHVFRPRYHKtFXORGHHVStULWXV \ ÀQDOPHQWH HO PXQGR HVSLULWXDO PLVPR 6LHPSUH VH DWULEX\y
al mundo de las plantas –y a los árboles en particular– una “avanzada
espiritualidad”. Son citadas la obediencia pasiva de las plantas como proveedora de refugio y nutrición, su aceptación sin protesta de las condiFLRQHVHQTXHYLYHQ\VXLQFRQGLFLRQDOÀGHOLGDGDOD'LYLQD3URYLGHQFLD
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
277
En consecuencia, la planta es símbolo de la manifestación exterior de
una condición interna de santidad. Los indios pueblo de Nuevo México,
Estados Unidos, asociaban las plantas –que nosotros consideramos absolutamente sin mente– con el verdadero origen y desarrollo último de
la conciencia humana (Stillings, 1987). En miles de antiguos relatos las
plantas sirven como canal hacia el conocimiento, como ejes de la intuición y fuentes de inspiración. La carta número once del Tarot representa
XQVDFULÀFLRHQHOiUERO(O&ROJDGRVLPEROL]DDOHVStULWXSULVLRQHURHQOD
materia, que a través del crecimiento mágico de las palmas se libera de
aquello que impide su desarrollo espiritual; por ello pierde las monedas,
HVGHFLUVDFULÀFDORPDWHULDOSDUDDOFDQ]DUHOYHUGDGHURFRQRFLPLHQWR
Está claro que el arquetipo de la planta ha sido fundamental para representar el crecimiento y la transformación de la conciencia.
Paramecio o protoplasma hiperespacial
dotado de conciencia
A menudo, en algunos registros de “psiconautas” de todo el mundo que describen sus experiencias visionarias con diferentes enteógenos y las intercambian vía internet, aparecen referencias a entidades
amorfas dotadas de conciencia. El sábado 3 de octubre de 1998, durante una sesión de ayahuasca, Néstor Berlanda tuvo imágenes de
una entidad a la que a falta de mejor denominación describe como
“una especie de paramecio”, que mientras sobrevolaba como si pasara por encima de sus ojos cerrados, proyectaba una sombra que era
perfectamente percibida tras sus párpados. La sombra acompañaba
el desplazamiento, tal y como si un objeto real en el exterior hubiese
pasado sobre su rostro. Además tuvo la sensación de que dicho “paramecio” hiperespacial se había formado a partir de miles de emociones
y pensamientos trágicos de épocas pasadas. Veamos la descripción
completa de su diario personal:
La música evoca emociones, sensaciones y estados de ánimo.
En las experiencias con enteógenos la misma es un factor fundamental ya que en muchos casos sirve de anclaje o vehículo para
transitar las visiones o los estados emocionales que se presentan.
Sumergido en la completud de la experiencia se pueden experimentar diversas sensaciones y estados, y por qué no decirlo,
transitar lugares que, o están en el interior de nuestra conciencia, o son creados por ella, o bien se trata de lugares “diferentes”
fuera de nuestra realidad ordinaria, quizá “otras realidades”.
En muchas de mis experiencias es un “lugar” donde se hallan los
pensamientos, emociones, todo aquello que emana de nuestra
278
Ayahuasca, medicina del alma
psiquis y que en teoría no desaparece sino que permanece en
DOJ~QVLWLRSRUGHÀQLUFRQXQDSDODEUDDOJRTXHQRWLHQHGHÀQLción.(QGHÀQLWLYDWRGRORTXHVHH[WHULRUL]DGHQRVRWURVUHSUHsentado en acciones (caricias, golpes, abrazos, besos, insultos) no
son más que representaciones de estados emocionales. Algunos
dicen que estos pensamientos “cargados” son una forma de energía que se transmite, que son captados por plantas, animales y
personas (son múltiples los experimentos donde sin interacción
física, en estos tres casos, sólo con la intención cargada de emoción se producen resultados). Si esto es así, posiblemente permanezcan en algún lugar como al que he “ido” en algunas de mis
experiencias con ayahuasca. Distintas músicas evocan sensaciones, vivencias o visiones distintas, de ahí su importancia en las
experiencias con enteógenos.
En dos ocasiones, a partir de una música en particular, concretamente la música de la película La lista de Schindler, vivencié
ODSUHVHQFLDGHXQDÀJXUDVLPLODUDXQPLFURRUJDQLVPROODPDGR
paramecio >YHU ÀJXUD@ Esta forma particular transitaba en ese
“espacio emocional” y, cuando interrogué sobre su naturaleza, me
apareció como respuesta que eran las emociones y los sentimientos
de todos los judíos muertos absurdamente en campos de concenWUDFLyQ2EVHUYpHVWDÀJXUDHQSULQFLSLRGHVGHOHMRV\OXHJRPXcho más cerca. Independientemente de que todo pueda haber sido
“simplemente” una evocación de mi mente, en una oportunidad,
mientras permanecía recostado, la “visión” pasó sobre mí, y pude
ver su parte inferior. Con los ojos cerrados percibía la claridad
de una luz que se encontraba distante. En el momento en que la
“visión” pasa sobre mí, esa claridad se oscureció, y sólo regresó
cuando la “visión” continuó su tránsito por aquel espacio emocional y pude verla de atrás. Fue como en aquellas películas de La
guerra de las galaxias donde uno ve el paso de las naves gigantes
que cubren toda la pantalla y luego se observan desde atrás prosiguiendo su camino.
Volviendo a mi experiencia, la “visión” captada o generada
desde mi corteza cerebral imprimió las células de mi retina provocándome la sensación de oscurecer mi campo visual; esto es
sumamente interesante ya que es un fenómeno relativamente
frecuente en experiencias con enteógenos. Existe una relación
espacial entre la retina y el córtex visual: los puntos que se encuentran en estrecha proximidad en la retina disparan neuronas
situadas de formas comparables en el córtex. Cuando se invierte
el proceso con la ingestión de enteógenos u otras experiencias de
carácter visionario, el patrón del córtex se percibe como una percepción visual. En otras palabras, vemos la estructura de nuestro
propio cerebro o bien nuestro cerebro directamente está captando la “visión” de esa otra realidad sin intervención de la retina y
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
279
luego la devuelve a la misma dando la impresión de oscurecer el
campo visual.
Serpientes, lagartijas, dragones, insectos
Las visiones de serpientes están también entre las más comunes,
tanto entre experimentadores urbanos como entre indígenas. La serpiente puede estar asociada al concepto del “conocimiento o sabiduría”,
a la propia liana Banisteriopsis, al sentido de ligadura (sea con los antepasados o entre mundos chamánicos) como sensación energética al
estilo de la “serpiente Kundalini” de las tradiciones orientales y como
VtPERORGHPXHUWH\UHQDFLPLHQWR ORVRÀGLRVPDWDQFRQVXYHQHQR\VH
renuevan mudando su piel), etc. Sabemos lo importante que resultan
las anacondas para la cosmovisión de pueblos amazónicos como shuars
o shipibo-konibos, a veces visualizadas de a pares, y en ese sentido es
imprescindible acercarse a la obra de Jeremy Narby, La serpiente cósmica, que trata de “traducir” todos aquellos lenguajes “mítico-simbóliFRVµDQXHVWUROHQJXDMH´FLHQWtÀFRWHFQROyJLFRµYLQFXOiQGRORVDOADN, la
molécula de la vida presente en cada célula de cada ser viviente, con
su forma de doble serpiente entrelazada, con lo cual las serpientes dobles de los egipcios, la Ronín (anaconda ancestral shipibo), el caduceo
y el ouroboros, la Sesha hindú, etc., cobran una nueva perspectiva más
cercana a nuestro actual saber biológico y químico. A principios del siglo XX.RFK*UQEHUJGHVFULELyTXHORVWXNDQRVYHtDQ´VHUSLHQWHVGH
vivos colores enrollándose hacia arriba y hacia abajo de los postes de las
casas” (Harner, 1976), y narraciones similares fueron repetidamente
transcriptas por etnógrafos y viajeros que visitaron en otros tiempos a
los sionas, piros y otros pueblos consumidores de ayahuasca. Más allá
de los recurrentes mitos amazónicos, no hay duda de que la serpiente
ha dado pie en todo el mundo a más cultos y leyendas que el resto de
los animales. Los nativos de Norteamérica la consideraron mensajera
280
Ayahuasca, medicina del alma
espiritual entre los mundos superior e inferior; en China es uno de los
animales del zodíaco; en el cristianismo es el mal si está enroscada en el
Árbol de la Ciencia y es Cristo si se la representa en el Árbol de la Vida;
entre los aztecas aparecía emplumada: Quetzalcóatl, y con el nombre
de Kukulkán los mayas se las ingeniaron para que en el templo de Chichén Itzá su sombra reptante descendieran del cielo en cada equinoccio;
aparecieron como compañeras mágicas de Ishtar, diosa babilónica de la
IHUWLOLGDG\FRQLGpQWLFRVHQWLGRHQODVLVODVGHO3DFtÀFR
Recordemos las visiones del escritor beatnik Allen Ginsberg en su
popular obra Cartas del yagé, de 1963. En 1960, este poeta norteameULFDQR HPSUHQGLy VX SURSLD H[SHGLFLyQ DO 3HU~ ïVLJXLHQGR ORV SDVRV
de su amigo William Burroughs, quien había descubierto la ayahuasca
FDVLXQDGpFDGDDQWHVï\FRQVLJXLyVHULQYLWDGRDXQDFHUHPRQLDSRUXQ
chamán de Pucallpa:
Todo el maldito cosmos se rompió desatándose a mi alrededor. Me sentí confrontado por la muerte... me dieron náuseas, comencé a vomitar, todo cubierto con serpientes, como la Serpiente
6HUiÀFD VHUSLHQWHV FRORUHDGDV FRQ DXUHRODV DOUHGHGRU GH WRGR
mi cuerpo. Me sentí como una serpiente vomitando el universo
o como un jíbaro con la cabeza ataviada con dientes de serpiente
vomitando en comprensión del Asesinato del Universo –mi muerte por venir–, la muerte de todos por venir –nadie está listo, yo no
estoy listo–. (Ginsberg y Burroughs, 1971)
En Iquitos, Allen Ginsberg volvió a ingerir ayahuasca junto con un
pequeño grupo y continuó su experiencia donde la había dejado, hasta
llegar a una resolución. Bajo la guía de otro chamán, fue transportado
“a un universo multidimensional vigilado por una serpiente tan grande
que la mitad de su cuerpo y su cola desaparecían en el vacío”. La serpiente emitía un sonido silbante que Ginsberg hizo parte de la visión,
interpretándolo como una señal de “su eterna presencia en todo tiempo
y lugar”. Esta vez, la serpiente no le resultaba atemorizante, pues le
prometía una resolución a la muerte, la entrada a su espíritu y el entendimiento de esa conciencia:
La visión parecía implicar que la muerte, aunque inevitable,
QRHUDWDQWHUURUtÀFDFRPRODKDEtDLPDJLQDGR/DPXHUWHUD]Rné, era sólo el rompimiento de una dimensión familiar.
Además de visiones, diálogos, sensaciones y otro tipo de relaciones
con serpientes, nada impide que puedan producirse –como en el caso
de los arquetipos del jaguar o el águila– casos de personas que direc-
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
281
tamente se “transforman” en serpientes, tal como lo describe otro de
nuestros experimentadores voluntarios:
Comencé a relajarme y lentamente la oscuridad empezó a adquirir movimiento… de a poco estaba entrando en el “nido de víboras” […] Vi cómo iba en aumento una luz proveniente del centro
PLVPRGHHVDV´ÀJXUDVVHUSHQWHDQWHVµ(QFXHVWLyQGHVHJXQGRV
todo se había iluminado, bañando de colores todo mi campo viVXDO/DVÀJXULOODVHUDQEODQFDVHQHOIRQGR\WRGDVOOHQDVGHSHqueños dibujos de colores, que se alternaban en rojo y azul, con
una pequeña cantidad de detalles amarillos [¿los dibujos geométricos que aparecen en el cuerpo de la serpiente Ronin según el
mito shipibo?] […] Una de esas serpientes multicolores que se enredaban entre sí frente a mí pasa por uno de mis lados y la observo
porque me pareció raro […] sube por mis piernas y sentí que me
estaba apretando… sentía cómo me inmovilizaba… En ese punto dejé de sentir mi cuerpo terrenal… hasta ese momento había
estado absolutamente consciente. Sabía donde estaba, que había
tomado ayahuasca y hasta sabía que estaba acostado, pero luego
de que ese extraño animal se enroscara en mí, dejé de sentir “acá”
y empecé a sentir “allá” […] “La víbora” empezó a hablar. Recuerdo que se presentó a sí misma diciéndome que no tuviera miedo,
que ella era mi animal […] llenándome la cabeza de un montón
de información increíble a gran velocidad. […] Súbitamente supe
que era una planta viviendo feliz bajo el mar, meciéndome y mirando esa luz arriba mío, un sol cálido. Mi viborita me decía cosas
tales como: “La infelicidad es una característica propia del ser
humano. Se acuestan pensando en la plata y se levantan haciendo
lo mismo… vos no tenés esas preocupaciones... sos una planta…
tenés todo: luz, agua, aire, comida y paz… ¡Sos rico! No te falta
nada para ser feliz. Vos no sos feliz porque no querés… porque te
gusta dar lástima…”. El nido de serpientes multicolores decía:
“Todos: animales; plantas; humanos; todos tenemos un ciclo que
una vez que concluye, expiramos, pero simplemente para volver
a empezar. Todos somos iguales porque todos somos Uno; es todo
un gran círculo, una enorme rueda de la fortuna donde todo puede pasar… pero pasa por algo… ¡Nada sucede al azar!” […] En
ese momento me alegré mucho de ver a “mi” vivorita que desde el
nido vino reptando a mi lado. Antes que ella me agarre la abracé primero, sintiendo otra vez su cuerpo escamoso y resbaladizo
(Juro que nunca toqué una serpiente… ni se me cruzaría por la cabeza jamás tocar alguna.) Entonces, luego del abrazo fue que sentí
la sensación más alucinante, increíble e indescriptible de toda la
experiencia: […] Sentí una fuerte presión en la mandíbula, como
si me la apretaran y moldearan con muchísima fuerza, como con
una prensa gigante. Luego sentía que mis dientes chocaban entre
282
Ayahuasca, medicina del alma
sí pero a una velocidad increíblemente rápida […] Acto seguido
[…] iba dejando de sentir los dientes uno tras otro, de atrás hacia
delante, hasta llegar a los colmillos. Éstos empezaban a crecer
como si salieran de mi boca. La cara iba cambiando, como estirándose, a la vez que el cuerpo se sentía muy rígido. No sentía ni
brazos, ni piernas, pero sí sentía mucho el torso […] Había algo
muy raro, como si tuviera las fosas nasales cerradas y se abrieran
cada vez que tomaba aire […] y me di cuenta de que me estaba
convirtiendo en una víbora. […] Apareció mi animal, que se convertiría en mi “guía turístico del más allá”, y me llevó adentro del
“túnel caleidoscópico multicolor y multifrutal”. Lo curioso fue que
comenzamos a “reptar” juntos, y para mí en ese momento fue algo
completamente natural. (M.A.D., desocupado, 26 años, 25 de abril
de 2009)
Las lagartijas también son frecuentes en la región amazónica y, debido a su aspecto primitivo y aterrador, tanto ellas como sus “versiones”
grandes: cocodrilos y caimanes, llenan los mitos de las Américas, Asia,
ÉIULFD\2FHDQtDPXFKDVYHFHVFRPRPHWiIRUDVGHODDPELJHGDGKXPDQD VXFRQGLFLyQDQÀELD Por su lado, los dragones, bestias imaginarias, tienen sin embargo
una realidad psíquica indiscutible: como barreras metafóricas de la iluminación, el conocimiento o el orden, libraron batallas contra los santos
cristianos tanto como contra los dioses paganos (Horus, Marduk, Thor).
Entre los griegos también eran guardianes de secretos, y en China, símbolos de la espiritualidad suprema.
Facilitada con cantos por uno de nosotros (Viegas) en la localidad de
El Bolsón, un voluntario hizo la experiencia con ayahuasca entre el río
Azul y las montañas:
En medio del bosque, con la luna llena en el cielo nocturno,
me arrastraba y contoneaba feliz en la tierra y el pasto… sentía
que me transformaba en una especie de lagartija o iguana… Así,
acostado boca abajo, acariciaba la tierra y el pasto… No paraba
de efectuar ronquidos, bostezos y sonidos guturales, espasmos y reWRUWLMRVGHLJXDQD0HLGHQWLÀFDEDFRQODLJXDQDSHURWDPELpQFRQ
la naturaleza. En otro momento con un duende. El mundo exterior
se percibe de manera diferente, no con los sentidos, sino con el espíritu… Podía ver la energía a mi alrededor, a mis compañeros,
las estrellas y los árboles, aún con los ojos cerrados… Inundado de
claridad mental, nuevos conocimientos, abierto a un nuevo universo… predominaron los colores verde, marrón, gris, negro, masas de
plantas, insectos. (R.G., estudiante, 19 años, 26 de enero de 2005)
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
283
Otra voluntaria, cuyo testimonio se lee a continuación, tuvo durante
su experiencia visiones de una geometría que poco a poco cobraba forma
de serpientes:
Forma de tiras o serpientes, cada vez más rápido, llamando,
tirando o sacando… [y posteriormente] me veo por dentro […]
FRQOtTXLGRVTXHÁX\HQDQLYHOFHOXODU […] ¿el movimiento de las
moléculas en la materia? […] -XQWR FRQ HVRV ÁXLGRV EULOODQWHV
veo una especie de lagarto o lagartija o iguana de color amarillonaranja muy brillante –por momentos alada– que se mueve con
las arcadas pero que está muy agarrada a mi páncreas y no se
quiere ir. Sé que la tengo que sacar, aunque tengo la sensación
de que no es materialmente tangible. La visualizo perfectamente
[…] representa mi diabetes, alojada en el páncreas y que tiene un
origen emocional […] Cierro los ojos y veo dos serpientes, una del
color del lagarto amarillo-naranja y la otra como el segundo bicho
que sí pude expulsar [una cobra] de color verde brillante. (S.I.F.,
estudiante y empleada, 32 años, 30 de octubre de 2004)
Lagartijas e insectos de todo tipo pueden simbolizar las emociones
negativas y las enfermedades. En tal caso pueden aparecer a la conciencia como claramente vinculadas a contenidos personales, aun durante
la misma experiencia; sin embargo –como en el caso del “jaguar-máscara” o “jaguar-álter ego”– asumen todos los problemas ya analizados en
el sentido de cómo comprender tal imaginería en el contexto occidental,
considerando que dichos reptiles e insectos están íntimamente ligados
al medio ambiente y a las culturas de la selva.
He aquí otros testimonios de visiones que incluyen insectos:
Al instante escuché los vómitos de uno de mis compañeros. Cada
YyPLWRVHPHSUHVHQWyDPLYLVLyQFRQODÀJXUDGHXQDQLPDOUHpugnante, malvado, oscuro, en un contorno oscuro. Un escorpión
totalmente negro y una especie de rata con una cara extraña son
algunos de los que puedo recordar, junto a un ave de cola larga
y cuerpo de dragón o de fénix con cabeza alargada y alas extensas y
abiertas, que al verla me produjo un espasmo, un tiritar seco y corto
que me era familiar. Se encontraba dentro de mí, yo también tenía
ese mal adentro. Supe instantáneamente que debía buscar dentro
de mí, debía extirparla. Durante el viaje vi insectos que se movían,
que huían, pequeñas arañas totalmente negras y bichos negros de
muchas patas que no pude reconocer pero se parecían a las garraSDWDVQROHGLPXFKDLPSRUWDQFLDVDEtDTXHGHEtDLUKDFLDODÀJXra del ave […] ÀQDOPHQWHODDWUDSpODH[KDOpDOFXDUWR\TXHGyDOOt
revoloteando. (L.M.O., estudiante, 23 años, 30 de octubre de 2004)
284
Ayahuasca, medicina del alma
Durante el viaje siempre estuvo la presencia de una araña ambigua que a veces me ayudaba y a veces me comía las entrañas…
En los días transcurridos dejé de comerme las uñas, tengo más
poder sobre mí, no me deprimí. (L.T., perita calígrafa, 28 años, 4
de marzo de 2005)
Tuve visiones de hormigas saliendo del interior de un tronco y
GHXQDVUDPDV«PXFKDVKRUPLJDVFRPRHVFDSDQGRSRURULÀFLRV
hacia afuera… había hormigas grandes y chicas… también tuve
visiones de hojas verdes, de mi pasado, y diálogo con personas fallecidas y conmigo mismo. (S.R.I, empleado, 45 años, 5 de agosto
de 2005)
Me encontré como sobrevolando altas montañas de cumbres
nevadas. En los Himalayas y quizá también en México. Junto a mí
pude ver brillantes libélulas, mosquitos, estrellas relampagueantes… pero sobre todo me llamaron la atención las libélulas… No
encontré una linealidad en mis visiones y me faltó concentración
debido a los continuos y molestos movimientos de mis amigos.
(W.O.R., empleado, 23 años, 6 de marzo de 2010)
La araña ha sido interpretada como una “fuerza femenina”. Los
tukanos del Amazonas comparan la telaraña con la placenta e Ix-Chel,
diosa maya del parto, adoptó la forma de una araña. La gran tejedora
es también divinidad creadora que trama el hilo de la vida, uniendo a
toda la humanidad, según los antiguos egipcios; pero para budistas e
KLQG~HVKD\TXHGHVFRQÀDUGHODDUDxDSXHVHVODWHMHGRUDGHODWUDPD
de las ilusiones.
En otras ocasiones puede que los caimanes, serpientes y dragones
asuman una función protectora:
Una serpiente pasó por mi columna acariciándome… (M.P.C.,
profesional, 55 años, 26 de abril de 2008)
Cerré los ojos y sentí que mi cuerpo era bastante liviano y que
a través de círculos transparentes comenzaba a girar en sentidos opuestos, de izquierda a derecha. […] luego tomé una de mis
muñecas (la izquierda) con mis manos y sentí que era la boca
de un dragón y que trataba de enseñarme algo, con esa bocamano hacía fuerza y me sacaba un hueso pero sin dolor, era una
especie de simbolismo entre la mordida fuerte y mi temor a la
impermanencia, mi deseo frecuente de aferrarme a los objetos. O
sea, el dragón no estaba lastimándome sino lo contrario, comunicándome algo. Mientras hablaba con él también lo veía volar
en una especie de danza muy bonita, la forma del dragón era la
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
285
típicamente china, con forma de serpiente y con bigotes largos y
de colores rojos opacos. […] Comencé a fumar pero sin tragar el
humo, sino reteniéndolo en la boca y largándolo de una forma
muy fuerte. En ese humo presentí que estaba toda la purgación
personal […] Tomé conciencia de que el humo se esparciría por
WRGDODKDELWDFLyQ\WHQtDPLHGRGHTXHDTXpOLQWHUÀULHUDHQHO
viaje que tenían el resto de los participantes. Tuve miedo de que
ese dolor se metiera en ellos hasta que entendí que las imágenes
danzantes de los dragones estaban conmigo y con ellos como una
suerte de amuleto de protección, todo ese humo era tragado por
los dragones, después ascenderían al cielo o se sumergirían en la
oscuridad absoluta del mar para explotar o fusionarse con el cosmos, transmutando el dolor en belleza. […] Le pedí a uno de los
dragones que me comiera por entero […] Vi de frente al dragón
con los largos bigotes y me cubrió con su boca, era una mordida
que buscaba sobre todo una pureza, no era bestialidad o signo de
HQHPLVWDGVLQRORRSXHVWRSURWHFFLyQLQÀQLWD (H.M., estudiante,
20 años, 8 de junio de 2008)
Temas precolombinos u orientales:
tramas, ornamentos y templos
A veces las “otras realidades” decididamente parecen no tener nada
que ver con simbologías o metáforas dirigidas a cuestiones personales
R ELRJUiÀFDV \ DGHPiV QR VH UHODFLRQDQ FRQ DQLPDOHV R SODQWDV VLQR
con hombres y mujeres, arte, ornamentos, paisajes y arquitectura de
las culturas de la selva o de otras regiones americanas, sobre todo el
arte o las costumbres de la América precolombina, cuando no se trata
de templos, dioses o imaginería de civilizaciones hinduistas o budistas,
e incluso de realezas europeas (históricas o legendarias):
Vi un lugar selvático… varios aborígenes debajo de un techo
inclinado de paja, con parantes de palo. Yo conversaba con ellos
y luego les decía que iba a encontrarme con mi mujer […] Luego
se repite la misma escena de diálogo con una mujer indígena, lueJRFRQXQKRPEUHOXHJRFRQGRVSHUVRQDV\ÀQDOPHQWHFRQWUHV
(A.A., psicólogo, 64 años, 7 de febrero de 2004)
Colores brillantes entre los que predominaba el rojo… presencié un ritual indígena… yo estaba ahí viéndolos… Sensación de
volar por el aire entre las montañas. (J.P.P., empleado, 28 años,
30 de abril de 2005)
286
Ayahuasca, medicina del alma
Imágenes de playa, con un indio que hablaba y cantaba a través de un cuerno blanco… recuerdo muy bien el rostro del indio.
(N.H., ama de casa, 28 años, 25 de abril de 2009)
Vi un cacique indio muy alto haciendo movimientos con los
brazos para que me incorpore. (M.P.C., notaria, 55 años, 26 de
abril de 2008)
9LÀJXUDVLQGtJHQDVWUDPDVFRPRGHWH[WLOHV\XQDPXMHUFR\D
que me cubría con tejidos para calentarme... esculturas de Budas,
dioses hindúes. (M.P.C., escribana, 55 años, 26 de abril de 2008)
Sentí que la planta me hizo efecto dentro de los veinte minutos y
me llevó directamente a una alma antigua, una chamana, curandera del noroeste, muy vieja, con pelos canosos y largos que me hacía
cantar todo el tiempo, sensación que me agradaba, me envolvía y
me hacía seguir el canto de don Antonio, hasta que sentí que don
Antonio me hacía callar, como diciendo: “Aquí estoy yo y el poder
lo tengo yo”, a partir de allí no canté más y comencé a visualizar
XQDÁRUGHORWRJLJDQWHIRUPDGDFRQVHUSLHQWHVDVFHQGHQWHVHQHO
medio de la sala donde estábamos, y entré en laberintos 3D con los
dibujos geométricos tradicionales de los shipibos, de colores brillantes, luego comencé a sentirme mal con arcadas y diarrea, frío y
calor, no me podía mover, no podía pedir ayuda, quería ir al baño
y no podía pedirlo […] me quedaba allí sufriendo, sin dar lugar a
lo que necesitaba y me sentí muy mal, sentía muy fuerte una lucha
de poderes, de otras energías, y le pedía a don Antonio protección.
En un momento sentí una luz blanca muy fuerte que bajó con la
imagen de la Virgen de Lourdes muy brillante y me envolvía
y me aislaba de esa lucha tan fuerte de energías que sentía y me
calmaba, luego comencé a ver colores claros casi blancos brillantes
suspendidos en el aire y me hacían bien y luego lo vi a don Antonio
como un genio gigantesco, que estaba protegiendo como un jaguar
gigante que cuidaba y también luchaba con algo.
Luego entré en mi doble diálogo, aparecieron todos los personajes femeninos de mi vida, la chamana, la Pachamama, mi
abuela, mi madre, mis hijas mujeres, y me mostraban muchas
cosas, entre ellas estábamos en la Corte francesa todas vestidas
de época y hacíamos “como si”… “aparentábamos”, en un momento aparece la cara de mi padre, como que estaba tranquilo, y a lo
lejos la imagen de un tigre que mira de lejos la escena… (C.V.G.,
psicóloga y artista textil, 47 años, 29 de noviembre de 2008, con
la presencia del chamán Antonio Muñoz Díaz)
Escenas teatrales montadas por arlequines que bailan… guardas griegas… mariposas de alas transparentes. Me sorprendió la
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
velocidad de la libre asociación que me abre a distintas líneas
FRQÁLFWLYDV TXH OOHJDED D SXQWRVGHYHUGDGVRUSUHQGHQWHV«$Umonía total cuerpo-mente… (María Gabriela Bolletini, psiquiatra, 36 años, diario personal, por fuera de los protocolos de FMV,
2 de noviembre de 2007)
Instantáneamente una serie de imágenes animadas se me apaUHFLHURQDQWHPt/D~QLFDTXHFUHRSRGHULGHQWLÀFDUHVORTXHcreo
TXH HUD XQD ÁRU GH ORWR DEULpQGRVH OHQWDPHQWH \ GHMDQGR HQ VX
apertura una luz dorada o blanco muy brillante. Como ésta se repitieron otra serie de imágenes que por algún motivo yo las relaciono con un mismo mensaje […] “uno con todo, y el todo con uno”…
Tal vez ahí está la respuesta a la pregunta que muchos se hacen....
“¿Dónde está Dios? ¿Existe un dios?”. Y creo que... hoy por hoy, puedo atreverme a dar mi propia respuesta: sí, un dios o varios existen,
no sé qué forma tienen, ni si tienen forma, no sé qué religión tienen,
ni si tienen alguna… Pero puedo decir que está dentro nuestro, y
que si todos pudiéramos liberarlo, sentirlo, todo sería mucho mejor.
Así, lentamente me desperté, entre imágenes de lianas y plantas y
yo viendo cómo mis extremidades se retorcían como si fuera el hombre elástico. (E.Z., estudiante, 23 años, 26 de abril de 2008)
Claramente apareció ante mí un ser majestuoso con cabeza de
elefante y cuerpo humano rodeado de luz… Después de la experiencia alguien me habló de un dios hindú llamado Ganesha. Yo
no tenía idea entonces. Lo primero que hice fue buscar información y me compré un libro sobre Ganesha. (A.L.Ll., estudiante de
medicina, 24 años, 17 de febrero de 2004)8
Vi una anciana y un hombre maduro de origen oriental milenario que me observaban. (M.O.L., estudiante, 24 años, 12 de
noviembre de 2005)
[Sentía] que mi cuerpo era muy difícil de manejar… me costaba mucha fuerza moverlo… eso es lo terrible. En un momento
empecé a ver dioses hindúes, así, muy locos… muchos brazos…
PXFKRV PRYLPLHQWRV \ HQWHQGt SRU TXp GLFHQ TXH KD\ LQÀQLWRV
PXQGRV H LQÀQLWDV FRQFLHQFLDV[…] y esta vez me sentí como ese
dios primordial hindú Brahma, y me puse en una pose muy rara
\YHtDÁXLUWRGRHOPRYLPLHQWRGHVWUXFFLyQFUHDFLyQ«\PLHJRVH
perdió en todo eso. Parecía que yo bostezaba por la eterna creación… Me puse en pose como las estatuas hindúes y mi cara era
de tedio. Yo decía: “Quiero volver… pero a la vez… no quiero…
8. Comunicación personal apuntada fuera de los protocolos.
287
288
Ayahuasca, medicina del alma
Soy todo… y soy nada”, pero había una vocecita que decía: “Volvé,
volvé”, y Shiva o Brahma o no sé quién (si estaba dentro de una
habitación) me decía: “¿Para qué?... Todo esto es todo… No hay
nada más… Es el eterno movimiento… La danza cósmica…”, y
Diego [Viegas] me preguntaba: “¿Estás bien, N.?”. Y yo no podía
responderle pero le sonreía y quería explicarle: “No te preocupes…
No hay nada…”. Estaba sentado, tipo una estatua griega, con la
mano en el mentón… sin mirar a nada. (H.N.B., estudiante, 20
años, 25 de noviembre de 2007)
De inmediato comencé a ver las líneas de los meridianos y los
puntos [de acupuntura] que comenzaban a iluminarse de un color
naranja al amarillo intenso y al blanco. Junto con esa visión que
estaba teniendo con los ojos abiertos sentí un fuerte ardor en la
zona genital que se fue extendiendo hacia arriba hasta el pecho y
sentí que ardía literalmente. La sensación fue intensa y dolorosa.
Casi estuve a punto de pedir ayuda pero pronto pasó y al cerrar
los ojos volvieron los mandalas, esta vez en colores opacos, y me
concentré en el canto de don Antonio. Las imágenes por momentos
eran oníricas y por momentos alucinatorias. Así, de a poco fue
apagándose el efecto y sólo quedó la sensación de mareo. (G.V.D.
docente y practicante de Ki-Gong, 56 años, 29 de noviembre de
2008, con la guía del chamán don Antonio Muñoz Díaz)
0HHQFXHQWURHQXQDKDELWDFLyQGHFRUDGDFRQPRVDLFRVGHLQÀnita belleza, ubicados con la certeza de un maestro artista, combinando tribales y arte de distintas culturas ancestrales, de Medio y
Lejano Oriente. De pronto me encuentro con el autor de la ambientación perfecta. El arquitecto era yo mismo. Ese yo mismo parecía
tener conciencia propia a pesar de que el yo consciente se sentía
LGHQWLÀFDGRFRQHOQXHYR\R(VHRWUR\RVHPHDFHUFD\PHGLFHTXH
me vaya, que no debo estar ahí, al menos por ahora. La habitación
era todavía una obra sin terminar. Sentí que debía encontrar a una
persona digna para llevarla a ese lugar tan increíblemente encantador. Le pido a mi otro yo que me deje observar un poco más, ya que
nunca había visto algo así. Luego de un rato salgo de mi cerebro y
me veo acostado en el pasto, rodeado de duendes, plantas felices y
mariposas. (R.G., estudiante, 19 años, 9 de abril de 2005)
Entendimiento profundo sobre aspectos últimos de la
YLGD'LRVHOXQLYHUVROD7LHUUD
Fue ahí donde me di cuenta de que había entrado en el efecto
y la música me pareció algo realmente muy hermoso. Recordé que
me habían comentado que los cantos de los lamas tibetanos in-
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
tentan emular el sonido del cosmos. Y fue en ese momento cuando
imaginé el Sistema Solar moviéndose al ritmo del canto, el ritmo
era invariable.
Sea lo que fuere que pasara en cada uno de los astros que hay
en el Sistema Solar, el ritmo continúa y la historia transcurre.
¿Pero quién era el que marcaba ese ritmo ineludible?... Me di cuenta de que ese canto provenía de Dios.
Dios cantaba marcando la velocidad de la historia, de la evolución de cada uno de los seres que habitan el universo.
Era una imagen muy impresionante… “Dios te canta”, me repetía en la mente… “Dios te canta”.
Imaginé a las personas haciéndole todo tipo de preguntas y
reclamos a Dios y Él… les cantaba. Una y otra vez nos cantaba,
sin responder, sin detenerse, con una gran sonrisa, cantaba… cantaba. Y era el canto más hermoso del universo.
Entendí que ése es el canto que nos hace transcurrir la vida
en armonía y yo quería participar en ese canto. Me puse a tararearlo (lo mejor que podía) y percibí que algunos empezaban a tararearlo también. Ahí se generó un ambiente muy hermoso, todo
el grupo estaba unido en un canto común, un canto maravilloso.
Visualicé a las personas del mundo haciendo sus tareas diarias y
cantando, todos juntos unidos en ese canto. Avanzando al ritmo
que marca el universo de Dios.
Ése es el regalo de Dios para nosotros. La gente no está preparada para comprender ciertas respuestas pero, si agudiza muy
bien su oído, puede escuchar el canto y vivir feliz en él. Ésa es
su ofrenda de amor hacía la humanidad. Cantar y cantar una
y otra vez.
Ahí fue cuando sentí el amor de Dios en forma de rayos u ondas que me atravesaban, y atravesaban todo lo que había en este
mundo.
En ese momento tenía una sensación de euforia total, me sentía muy feliz de poder percibir el regalo divino. En ese momento
tuve una sensación salada en la boca, me levanto el antifaz (o
como se llame) y descubro que estaba bañado en lágrimas, lloraba
de alegría… (S.R., empleado, 26 años, 30 de octubre de 2004)
Todo estaba bien, todo estaba perfectamente acomodado y
cuidado por el mismísimo universo […] Estaba en un estado de
éxtasis en el cual todo era perfecto […] En ese momento vi lo que
a mi entender eran los fundamentos de la existencia misma. Por
un lado veía almas ascendiendo en un ritmo en el cual subían y
paraban, subían y se volvían a detener, como la respiración misma. Esas almas ascendían en una especie de cono y su objetivo era
evolucionar. Por otro lado logré ver que muchas de esas almas dejaban de ascender y les estiraban la mano a las almas que venían
289
290
Ayahuasca, medicina del alma
más abajo, ayudándolas a dar esos pequeños grandes saltos…
(A.L.Ll., estudiante de medicina, 24 años, 17 de febrero de 2004)
Siento que estoy compartiendo un conocimiento ancestral, profundamente conmovido, en comunión con los maestros primigenios. Para explicar esa inasible sensación es como si la planta
fuera la cruz y la corona de espinas que conectara a todos en determinada dimensión de verdad, compasión y melancolía… (P.A.A.,
empleado y estudiante, 26 años, 7 de febrero de 2004)
8QD YR] PH UHDÀUPDED ´6RPRV XQR HQWHQGHOR GH XQD YH]µ
[…] la voz interior que me acompañó toda la experiencia me alentó en un momento a que lo suelte de una vez por todas. Después
GH HQWHQGHU OR TXH HVR VLJQLÀFDED HVWDED VROR HQ PHGLR GH XQD
energía muy caótica y con un miedo terrible, a la vez que con una
seguridad absoluta)… me entrego… y lo solté del todo… Y salió
de mi boca el sonido más puro que pude sentir jamás, con una luz
sobrenatural que limpiaba todo… Luego de eso quedé en un estado de paz, donde podía preguntar libremente todo lo que quería
saber, hasta que sentí que la experiencia había terminado… (F.O.,
estudiante de música, 23 años, 9 de abril de 2005)
Lloré un par de veces y me dejó una especie de paz al entender
que no era nada, sino sólo un punto contingente en el universo. Mi
“otro yo” me quería sacar la importancia absurda que yo me daba en
comparación con el universo. La inutilidad del lenguaje para poder
describirme… (H.N.B., estudiante, 20 años, 6 de octubre de 2007)
'HUHSHQWHHPSHFpDYHUFRORUHVÁXRUHVFHQWHVTXHIRUPDEDQiUEROHV\ÁRUHV\FRVDVTXHYRODEDQ\OXHJRVHHPSH]yDDEULUXQSDnorama horrible, árboles caídos como cráteres en la tierra, empecé
a sentir que eso que había estallado dentro mío [una sensación
que aparentemente sanó una infección urinaria en la voluntaria]
VHVDOtDFXDQGRPLURDOFRVWDGRWHQtDXQEUD]RODUJXtVLPR\ÁDFR
que se doblaba (eso me resulto rarísimo)… el cuerpo era también
ODUJRÁDFR\ORPiVUDURHUDODFDEH]DTXHHUDFRPRXQWULiQgulo invertido con las puntas más suaves, era negro y con colores,
la cara tenía la frente de un color, unos ojos enormes de otro y
una boca chiquita de otro, el mentón y las mejillas también [¿la
planta o una mantis?], y con una mano me tenía de la espalda y
con la otra me mostraba que toda la tierra estaba hecha mierda,
que la gente se muere de hambre, que nos matamos unos a otros. Yo
la miraba a los ojos y sentía que me hablaba, sin palabras, pero
entendía todo lo que me decía (si lo tengo que traducir es algo así
como: “Mirá esto, ves lo cansada que estoy, lo que sufro, necesitamos tu ayuda”). Me dio vergüenza, no podía parar de llorar y todo
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
291
el tiempo repetía: “Gracias, planta”, y decía “sí” con la cabeza,
si bien yo nunca tuve una mentalidad destructiva me di cuenta
de que recién ahí empezaba a entender un montón de cosas que
pensaba… Pensé: “Voy a quedar así para siempre, me voy a morir
de sufrimiento”, pero después no me molestó, lo preferí antes de
vivir inconsciente… y de repente estaba en el regazo de mi mamá
y ella me acariciaba el pelo, ahí se me pasó… Después de eso me
FRQYHUWtHQXQDSODQWDTXHWHQtDXQDÁRUGHXQURVDPX\LQWHQVR
a partir de ahí fue bastante duro todo el viaje, se repetía mucho el
encuentro con la planta, como si quisiera que no me olvidara de
ella y de lo que me estaba enseñando, de la importancia de todo
lo que nos rodea, del agua, del sol, de la tierra, de lo arruinada
que está (de lo que la arruinamos) y encontrarme con un montón
de realidades. (M.L., desocupada, 22 años, 5 de agosto de 2005)
Las vibraciones musicales me llevan al puro conocimiento…
siento entrar en una relación con la física cuántica… con algo de
lo que he leído de la teoría de las cuerdas… Veo que el viaje interior transita a través de esas diminutas “micropartículas” [¿los
microtúbulos?] Me transmite una inmensidad armoniosa. (S.F.R.,
abogado, 42 años, 24 de mayo de 2009)
&RLQFLGHQFLDVHQHOHVSDFLRVHPiQWLFRGHODVYLVLRQHV
Hemos repasado hasta aquí decenas de testimonios de nuestros protocolos de investigación y de otros estudios, que nos hablan de un espacio
transpersonal y transcultural que precisamente desafía las nociones de
XQLQFRQVFLHQWHUHVWULQJLGRDORPHUDPHQWHELRJUiÀFRRLQGLYLGXDO LQcluso más allá de un inconsciente con relación al organismo y el entorno)
\UHWDORVDERUGDMHVVXSHUÀFLDOHVGHODYLQFXODFLyQHQWUHODSVLTXH\OD
cultura. En estas “otras realidades” (más adelante hablaremos de “mundos imaginales” y “DMTverso”), imágenes o transformaciones en jaguares
son experimentados por principiantes profesionales urbanos educados
en el materialismo tecnológico posmoderno; platos voladores o cohetes
GH FLHQFLDÀFFLyQ RFFLGHQWDO HPHUJHQ HQ FHUHPRQLDV GH FXUDQGHURV LQdígenas selváticos. Insectos, reptiles, serpientes, espíritus vegetales y
otras criaturas mitológicas del mundo amazónico aparecen entre los buceadores de la conciencia de las grandes ciudades, como si se ingirieran
junto con la esencia del medio ambiente natural originario de la planta.
La mantis religiosa –considerada un símbolo del alma de la mismísima
ayahuasca– también es frecuente en el arte, las leyendas, los sueños y las
visiones de otros pueblos y lugares. Paramecios proyectados a la visión
desde el interior del cerebro parecen tener tres dimensiones y conciencia
292
Ayahuasca, medicina del alma
propia, y una “voz de la planta” o logos, que oyen tanto indígenas como
no indígenas, provee entendimientos profundos sobre problemas existenFLDOHV\XQLYHUVDOHV(QFRQWDGDVRFDVLRQHV²FRPRKHPRVHMHPSOLÀFDGR²
personas que no se conocen y provienen de diferentes lugares socioculturales pueden obtener en el mismo momento la visión o sensación de una
misma “cosa”, generalmente asociada al mundo de lo mágico y lo feérico.
$VLPLVPRDOJXQDVYHFHVKHPRVYHULÀFDGRTXHXQYROXQWDULRSXHGH´YHUµ
R´FRPSUHQGHUµHQIRUPDVLPEyOLFDFRQÁLFWRVSHUVRQDOHVGHRWURH[SHULmentador, a su lado, a quien desconoce. En un caso reciente, un voluntario “cantaba” información personal e íntima sobre otro –a quien desconocía por completo–, incluso mencionando seudónimos y nombres propios,
lo que nos remite una vez más a la unicidad profunda de la realidad y
la existencia de una conciencia universal compartida. Templos fantásticos de cualquier civilización se repiten en muchas visiones, pero los
temas precolombinos u orientales aparecen en mayor proporción entre
QXHVWURVYROXQWDULRVFRPRXQRGHORVFRQWHQLGRVHVSHFtÀFRVTXHH[FHGHD
ORVDFRWDGRV\GHÀQLGRVDUTXHWLSRVMXQJLDQRV+D\TXHDJUHJDUWDPELpQ
algunas vivencias del micromundo (celular, atómico o subatómico) y de
“recuerdos” generacionales y ancestrales.
Coincidiendo prácticamente con nuestras conclusiones, el psicólogo
cognitivo Benny Shanon, profesor de la Universidad de Jerusalén, ha
notado en sus propios estudios sobre los contenidos de las visiones de
ayahuasca que algunas categorías aparecen en posición elevada en todos o casi todos los conjuntos de datos por él examinados. Por ejemplo,
WDQWRHQGHVFULSFLRQHVDSDUHFLGDVHQOLWHUDWXUDHWQRJUiÀFDFRPRHQH[periencias de miembros de las tres sectas o iglesias ayahuasqueras de
Brasil, así como en las propias descripciones del autor, que suman más
de cien, se encuentra un porcentaje elevado de temas como animales
QDWXUDOHV\VREUHQDWXUDOHVSDODFLRVWHPSORV\FLXGDGHVH[WUDxDVÀJXUDVUHOLJLRVDVSODQWDVHWF´(VVLJQLÀFDWLYRTXHHVDVFDWHJRUtDVLQFOXyan elementos que no tienen relación con la vida y la historia personal
de los bebedores”, asegura, y agrega: “Se destacan entre ellas animales de
WRGRWLSRFULDWXUDV\VHUHVIDQWDVPDJyULFRVÀJXUDVUHOLJLRVDV\GHUHDleza, objetos de arte y magia, y seres divinos” (Shanon, 2003). Tales contenidos también aparecen en los relatos de la primera sesión de principiantes sin ningún conocimiento o contacto previo con la ayahuasca, a
YHFHVFRQJUDQGHVVHPHMDQ]DVHQODVGHVFULSFLRQHVHVSHFtÀFDVGHFLHUWRV
elementos de contenido realizadas por diferentes informantes.
Tomados en su totalidad, los elementos de contenido más comunes
HQ ORV UHODWRV SDUHFHQ GHÀQLU XQ FXDGUR ~QLFR \ FRKHUHQWH OLJDGR HQ
gran parte al mundo de lo fantástico, lo maravilloso y lo encantado. Tal
como aconteció con nuestras propias observaciones, para Shanon la sor-
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
293
presa radica también en que, en líneas generales, ese cuadro aparece
HQWRGRVORVFRQMXQWRVGHGDWRVDQDOL]DGRV´6HPDQLÀHVWDQHQUHODWRV
hechos por personas que no se conocen mutuamente, vienen de diferentes lugares y tienen diversos orígenes personales y socioculturales”.
$OGHVWDFDUDOJXQRVSDWURQHVHVSHFtÀFRVHODXWRUPHQFLRQDVHUSLHQWHV
felinos y aves, que al estar relacionadas íntimamente con la naturaleza
son igualmente frecuentes en las visiones de individuos que, como él
mismo y la mayoría de los informantes estudiados por él, poseen un
background personal y cultural nítidamente urbano (y por lo tanto sin
vinculación con el Amazonas). Sin embargo, al mismo tiempo, algunos
de los elementos más comunes que aparecen en sus datos no pertenecen
a la naturaleza sino a la cultura: en especial objetos de arte y magia
(generalmente preciosos) y varios complejos arquitectónicos.
Tales elementos también se destacan mucho en las pinturas del
mestizo Pablo Amaringo y en los relatos de indígenas. “No puedo aseJXUDUTXHHVDVSHUVRQDVQXQFDKD\DQYLVWRHGLÀFLRVRUHWUDWRVGHpVWRV
pero con certeza es bastante improbable que hayan visto, en la vida
UHDOHGLÀFLRVHVSOpQGLGDPHQWHHODERUDGRV\FRQVXQWXRVRVRUQDPHQWRV
DUWtVWLFRVFRPRORVTXHODD\DKXDVFDOHVSUHVHQWyHQVXVYLVLRQHVµDÀUma Shanon (2003), quien también observa que si bien algunos aspectos
de la experiencia con ayahuasca pueden estar relacionados con la biografía individual y los asuntos personales, no es éste el caso la mayoría
de las veces:
6LJQLÀFDWLYDPHQWHHOHPHQWRVGHQDWXUDOH]DSHUVRQDORDXWRELRJUiÀFDVRQFRPXQHVHQORVUHODWRVGHORVSULQFLSLDQWHVWDQWR
indígenas como no indígenas. Con la ampliación de la experiencia, al parecer, tal contenido se vuelve cada vez menos frecuente.
Son también bastante raros los objetos de uso doméstico en las
visiones.
Según este investigador, el espacio semántico de las visiones abarca
cuatro dominios principales. En el primero, que corresponde a la naturaleza, los elementos más comunes son animales, paisajes naturales y
escenas de selvas y jardines. En el segundo, el dominio de la cultura,
las principales manifestaciones son las ciudades majestuosas, con magQLÀFHQFLDGHUHDOH]D\SURGXFWRVGHODFUHDFLyQDUWtVWLFDODUHOLJLyQ\OD
magia. Como ya hemos visto, usualmente en las visiones no aparecen
contenidos relativos al medio sociocultural del propio bebedor, sino asociados a civilizaciones antiguas, por lo general con presencia de objetos y
artefactos espléndidamente ornamentados o preciosos. Similarmente, la
PD\RUSDUWHGHORVHGLÀFLRVTXHDSDUHFHQHQODVYLVLRQHVVRQSDODFLRVR
294
Ayahuasca, medicina del alma
WHPSORV\HQWUHORVVHUHVKXPDQRVPXFKRVVRQUH\HV\UHLQDVRÀJXUDV
religiosas y personas de ascendencia espiritual. El tercer dominio es el
mundo de la fantasía, que comprende tierras mágicas y encantadas, a
veces habitadas por todo tipo de criaturas que no son seres humanos
ni animales (en un sentido naturalístico); recordemos que los objetos y
las escenas que de ordinario aparecen en las visiones no son mundanos:
están repetidamente asociados a la mitología, a los cuentos de hadas y a
la magia. En el cuarto dominio, que pertenece a lo espiritual y lo sobrenatural, las visiones de ayahuasca muchas veces revelan reinos celestiales
en los cuales aparecen continuamente seres divinos y semidivinos asoFLDGRVDVLJQLÀFDGRVHVSLULWXDOHV\PHWDItVLFRVTXHPXFKDVYHFHVSDVDQ
desapercibidos. Shanon no deja de notar que la experiencia no es meramente visual sino también ideacional, y por eso se acompaña de alguna
enseñanza, mensaje o aprendizaje. No todas las personas tienen visiones
de “escenas grandiosas” sino más bien “temáticas” relativamente similares. En primer lugar, contenidos personales: una autocomprensión psicológica que a veces los informantes caracterizan como “psicoanalítica”,
UHODFLRQDGDDFXHVWLRQHV\GHFLVLRQHVHVSHFtÀFDVGHVXYLGDSHUVRQDO(Q
segundo lugar, los temas concernientes al ser humano como individuo: la
experiencia de muerte-renacimiento, entendimientos profundos sobre el
VLJQLÀFDGRJHQHUDOGHODYLGDKXPDQDRFXHVWLRQHVGHPRUDOLGDG\pWLFD
En tercer lugar, los problemas del Homo sapiens como especie inserta en
HOPXQGRVXVXIULPLHQWRODKLVWRULD\VXVLJQLÀFDGRODGLDOpFWLFDQDWXraleza-cultura, la naturaleza de la mente y la conciencia y el lugar de la
existencia humana. En cuarto lugar, los temas suprahumanos: reinos
astrales, luces sobrenaturales, seres divinos. En quinto lugar, temas metafísicos: se menciona bastante aquello relacionado con el anima mundi,
la fuente espiritual o de energía que permea y sustenta Todo y de la cual
también formamos parte; y ligados a estos últimos, los temas relativos
al Ser y el mundo de las ideas, de tipo platónico. En sexto lugar, asuntos
vinculados a la Creación, la evolución biológica, el origen de la vida y de
ODFUHDFLyQDUWtVWLFD²DYHFHVLQVSLUDGD²\ÀQDOPHQWHWySLFRVHVSHFtÀFRV
que parecen tener importancia en las visiones de ayahuasca: Egipto, civilizaciones precolombinas americanas, la selva y la vida animal.
El autor se pregunta si serpientes y felinos, piedras preciosas y palacios, podrían ser también universales de la mente humana:
Cognitivistas contemporáneos no están preparados aún para
GDUXQDUHVSXHVWDDÀUPDWLYDDHVWDFXHVWLyQ7DPSRFRODVDFWXDOHV WHRUtDV QHXURÀVLROyJLFDV VREUH HO FHUHEUR SXHGHQ GDU FXHQWD
de esta discusión. Los antropólogos parecen distinguirse en dos
líneas de pensamiento. La primera considera los contenidos de
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
295
ODVYLVXDOL]DFLRQHVGHD\DKXDVFDXQUHÁHMRGHODVFUHHQFLDV\YLsiones del mundo de los indígenas que la consumen; proposiciones en este sentido pueden ser encontradas en Reichel-Dolmatoff,
/DQJGRQ\*RZ/DVHJXQGDOtQHDGHSHQVDPLHQWRGHÀHQGHXQD
relación inversa y considera las visualizaciones, y no las creencias
culturales, como primarias (ver Furst o Lagrou).
Sin dejar de reconocer que factores ligados a la personalidad y al
background sociocultural de quien bebe puede tener su parte en aquello que se ve en estado de embriaguez, debe tenerse en cuenta que
muchos aspectos de la experiencia de ayahuasca son independientes
de antecedentes o condiciones personales y aun socioculturales. Dice
Shanon (2004): “Observo también que las experiencias visionarias de
ORVLQGLRVQRVRQWRGDVLJXDOHV/RTXHVHYHULÀFDHQWUHORVDPHULQGLRV
es similar a lo que ocurre en occidentales; ellos no son idénticos entre
Vt\WDPELpQHVWiQVXMHWRVDYDULDVLQÁXHQFLDVFRQWH[WXDOHVµ<HQWDO
sentido concluye que la literatura antropológica es bastante decepcionante al respecto: ¡los indios no tienen todos las mismas visiones!
La verdad es que las personas no ven todas las mismas cosas con la
ayahuasca, y las cosas que cada cual ve no son siempre las mismas
en todas las sesiones en las que participa. Además, en la literatura
DQWURSROyJLFDODVDÀUPDFLRQHVVREUHODVYLVLRQHVGHD\DKXDVFD\VX
FRQWHQLGRQRKDQVLGRDFRPSDxDGDVGHHVSHFLÀFDFLRQHVHQFXDQWRDO
número de informantes, frecuencia del fenómeno, diferencias personales y variaciones. En particular, buena parte del propio análisis de
Reichel-Dolmatoff (1978) sobre los efectos de la ayahuasca está basado
en un único informante, si bien con mucho conocimiento y experiencia.
Si vamos a las consideraciones psicológicas, el autor advierte que hay
dos nociones de inconsciente: el personal y el colectivo; paradigmáticamente, el primero está asociado a Freud y el segundo a Jung. Si
se adoptase un abordaje freudiano, se consideraría que la ayahuasca
trae a primer plano aquello que de ordinario permanece oculto en las
profundidades de la psique de la persona. Así sería de suponer que
aquello que una persona experimenta por efecto de la infusión es el
UHÁHMRGHVXVSURSLRVFRQÁLFWRVSUHRFXSDFLRQHVGHVHRV\HVSHUDQ]DV
“Empíricamente ese no es el caso, como regla. Los contenidos de las
visiones de ayahuasca no retratan usualmente historias de vida particulares de los individuos en cuestión, ni parecen tener relaciones con
ella, sea de modo directo o simbólico. En contraste, hay muchas cosas
en las experiencias de ayahuasca que aparentan no tener ligazón alguna con la personalidad y la historia de vida de aquellos que las relaWDQµ 6KDQRQ (VWDDÀUPDFLyQHQFXHQWUDDSR\RVXSOHPHQWDULR
296
Ayahuasca, medicina del alma
en las diferencias entre las tablas de visiones de ayahuasca y de los
sueños, donde Shanon casi no encuentra coincidencias:
0XFKDV YHFHV ORV FRQWHQLGRV GH ORV VXHxRV UHÁHMDQ FXHVWLRnes personales, y no los de las visiones de ayahuasca. De forma
similar, los objetos domésticos son frecuentemente vistos en los
sueños y no con la ayahuasca.
Jung postuló el inconsciente colectivo a la luz de consideraciones muy
SDUHFLGDVDODVTXHVXUJHQHQUHODFLyQFRQODD\DKXDVFD(VSHFtÀFDPHQte, al descubrir que varias manifestaciones de la vida psíquica –sueños,
visiones, fantasías, patrones de insania y obras culturales– presentaban recurrencias de las que no era posible dar cuenta en términos de
las historias de vida individuales, propuso la existencia de un nivel que
es al mismo tiempo psicológico y colectivo. En principio, el abordaje jungiano parece especialmente adecuado para el análisis de la experiencia
de ayahuasca; sin embargo, cuando se examinan detalles, la situación
cambia. Shanon señala tres problemas de la versión jungiana: los dos
SULPHURVVRQJHQHUDOHV QRHVSHFtÀFRVGHOHVWXGLRGHODD\DKXDVFD \HO
tercero está directamente relacionado con la recurrencia en las visiones
del brebaje amazónico. La primera crítica es al concepto de inconsciente
FROHFWLYRTXHPiVDOOiGHVLJQLÀFDUTXHH[LVWHQIHQyPHQRVSVLFROyJLFRV
inconscientes pero no individuales, nada explica sobre ellos. Por otro
ODGRVHxDODODDPELJHGDGGHODQDWXUDOH]DGHORVDUTXHWLSRVMXQJLDQRV
que está lejos de ser clara: “¿Son meras abstracciones teóricas en el nivel
SVLFROyJLFR"¢6RQUHÁHMRVGHHVWUXFWXUDVELROyJLFDVTXHVHIRUPDQHQHO
curso de la evolución de la especie? ¿O tal vez son formas de tipo platónico con estatus ontológico especial? El propio Jung era consciente de esta
indeterminación problemática” (Shanon, 2003). Respecto de la tercera
“falla”, relacionada directamente con la ayahuasca según Shanon, “las
recurrencias transpersonales encontradas en las visiones son muy diferentes de aquellas asociadas a los arquetipos jungianos. Éstos pueden ser
de hecho ligados a la herencia común compartida por todos los seres humanos y que puede muy bien haber evolucionado a lo largo de la historia
de la especie. La Gran Madre, el Viejo Sabio, el Héroe, el Eterno Joven, el
Burlador o Trickster, son papeles asumidos por las personas en el curso
GHVXVYLGDVRUHSUHVHQWDGRVSRUÀJXUDVIDPRVDVHQWRGDVODVVRFLHGDGHV
y así son conocidas por todos los miembros de estas. No es éste el caso de
las recurrencias observadas en las visiones de la ayahuasca. Ellas no reÁHMDQSDSHOHVIXQFLRQHVRSDWURQHVSVLFROyJLFRVJHQHUDOHVPiVELHQVRQ
FRQWHQLGRVVHPiQWLFRVHVSHFtÀFRVDQLPDOHVSODQWDVREMHWRVSDLVDMHV\
VLPLODUHV &RQWHQLGRV HVSHFtÀFRV GH HVWH WLSR QR SXHGHQ VHU UHGXFLGRV
a un fondo común de la experiencia humana y de las inquietudes de la
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
297
existencia. Por lo tanto, de ellos no da cuenta el molde conceptual de los
arquetipos jungianos” (Shanon, 2003).
$ÀUPD 6KDQRQ TXH DVt FRPR ODV DEHMDV HVWiQ KHFKDV SDUD SURGXcir miel, los seres humanos como especie están hechos para “construir
pirámides y hacer pinturas”. El arte es don intrínseco esencial de los
Homo sapiens para expresar aquello que está arraigado en su ser y
conectarse con eso.
Cuando encontramos a Shanon durante el congreso internacional
“Medicinas tradicionales, interculturalidad y salud mental” (2009) en
Tarapoto, Perú, le hicimos la gran pregunta: “¿De dónde salen todas
HVDVYLVLRQHVHVSHFtÀFDV"µDORTXHQRVFRQWHVWyVLQGXGDU´7RGRHVR
sale del mismo modo que el arte, el cual está presente hasta en la soFLHGDGPiVVLPSOHGHQXHVWUDSURSLDFUHDWLYLGDGLQÀQLWDµ+HDTXtOD
razón por la cual templos y obras de arte predominan en las visiones de
ayahuasca. El hecho de que se destaquen las recurrencias transpersonales no implica que no haya variaciones individuales, idiosincrásicas,
nos dijo, ofreciendo un ejemplo personal:
Cierta vez, en una visión, me apareció aquello que creí era un
templo judaico que había en Jerusalén en el período romano. Supongo que si no hubiese sabido del templo, no hubiese tenido aqueOODYLVLyQ$GHPiVQRHVWR\DÀUPDQGRTXHODLPDJHQTXHYLHUDGH
hecho la del templo de Jerusalén tal como éste existió; ciertamente
mis conocimientos, conceptualizaciones previas y fantasías acerca
del templo concurrieron para la formación de esa imagen. Pero lo
importante aquí es que vi un templo. Si el hecho de ver el templo
judaico tiene que ver con mi historia personal, la visión de un templo no la tiene. Palacios y templos, conforme a mi investigación,
son elementos de lo más frecuentes en los contenidos de las visiones
de ayahuasca. Así, aquello que aparece en las visones está referido
tanto a las contingencias ligadas a la persona que la bebe, como a
patrones cuya universalidad trasciende la individuación personal
[…] De hecho, la experiencia de ayahuasca promueve serias cuestioQHVÀORVyÀFDVHQWUHHOODVODVUHODFLRQDGDVFRQODVLQTXLHWXGHVKXmanas y la naturaleza de la cultura, la estética, la ética, la teología
y el misticismo, muchas plenas de enigmas y misterios.
El DMTYHUVR\ORVmundos imaginales…
¿la planta me habla?
Volviendo a la experiencia del paramecio, parte de esa “visión” se
parece a lo relatado por otros investigadores en cuanto a lo que ellos
llaman DMTverso o “universo propio del DMT”. Lo sorprendente de esto,
298
Ayahuasca, medicina del alma
y hay miles de ejemplos, es que en las experiencias parecen transitarse
hacia un mundo fuera de nuestro mundo, con reglas propias, entidades,
“lugares” e información que difícilmente provengan de nuestro cerebro.
Si rastreamos en la literatura, en libros sagrados, cuentos de ciencia
ÀFFLyQHQSLQWXUDHQHODUWHHQJHQHUDO\HQODVYLVLRQHVGHORVSURIHWDV
de todas las religiones, encontramos descripciones similares a las producidas en las experiencias con enteógenos, principalmente aquellas
que involucran la DMT (dimetiltriptamina).
Nuestro cerebro está preparado para percibir el mundo tal cual lo
vemos; obviamente el mundo que vemos no es el de otras especies: saEHPRVTXHORVGHOÀQHVSHUFLEHQVXHQWRUQRPHGLDQWHVXFDSDFLGDGGH
“ecolocación”, una herramienta similar al sonar de los barcos o al escáner médico, construyendo imágenes a través de los ecos y sonidos; las
VHUSLHQWHV´YHQµGLPHQVLRQHV\ÀJXUDVFRQVXVUHFHSWRUHVLQIUDUURMRV
que captan el calor irradiado por otros animales; los perros y los felinos
perciben olores y sonidos imposibles de ser percibidos por los humanos;
e incluso algunos individuos con enfermedades relacionadas con la percepción, a través de la sinestesia ven los sonidos y sienten los colores.
Evidentemente, ese universo no es el mismo que el nuestro; nuestro
cerebro puede llegar a percibir esta realidad, pero hay “otra realidad” o,
mejor dicho: hay una única realidad de la que sólo percibimos una parte. Con la ayuda de los enteógenos u otras técnicas visionarias podemos
acceder a esos otros niveles de la realidad. Las visiones prácticamente
son las mismas. Shanon ha conducido numerosos estudios psicológicos
sobre la ayahuasca; la investigación narrada en su libro The Antipodes
of Mind surge de sus propias experiencias y de las numerosas entreYLVWDVFRQSHUVRQDVGHGLIHUHQWHVWUDVIRQGRVFXOWXUDOHVOLQJtVWLFRVR
sociales que ven a menudo majestuosos paisajes con altas torres, camSDQDULRVFRQLQJOHWHVKHFKRVGHMR\DVSDODFLRVHGLÀFDGRVFRQUHGHVGH
luz construidas por Dios, y visiones que ellos sienten que representan la
fábrica matemática y celestial donde la realidad se asienta. Otros autores, como Daniel Pinchbeck (2007), han visto “palacios multidimensionales enjoyados, donde las construcciones geométricas y tentaculares
son desmontadas y reconstruidas”. Uno de los sujetos entrevistados por
Rick Strassman (2000) se encontró en medio de una “estructura domótica de gran belleza, un Taj Mahal virtual”.
Nuestra concepción de la realidad es algo cuantitativo. Si en un
cuarto todos vemos una silla, esa silla es real; pero si un sujeto en
lugar de ver una silla ve un auto, decimos que está alucinando, que
algo le está pasando, que no está viendo “la realidad”. Nuestro cerebro funciona en general del mismo modo en todos los humanos, por
eso todos vemos aproximadamente las mismas cosas en nuestro es-
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
299
WDGRRUGLQDULRGHFRQFLHQFLD3HURFXDQGRGLFKRHVWDGRVHPRGLÀFDVH
perciben otras cosas, y es aquí donde todo se pone más interesante.
Es cierto que al beber ayahuasca se produce el estado de mente dialógica, donde se trabajan contenidos personales y aparecen visiones
relacionadas con la historia del individuo, contenidos personales que
se presentan de diversas formas; pero también es cierto que aparecen imágenes y sensaciones que provienen de otro lado, quizá de ese
DMTverso descripto por diferentes autores. Pero entonces, si personas de diversas culturas, entornos sociales y lugares ven lo mismo,
¿no podríamos decir que lo que ven también es real, al igual que la
silla del ejemplo? Esas visiones, fuera de los contenidos personales,
provienen de algún lado, sea del inconsciente colectivo, las imágenes
arquetípicas o bien de otra porción de la realidad… parte del denominado DMTverso.
(Q 2FFLGHQWH VDOYR FLHUWRV PtVWLFRV ÀOyVRIRV QHRSODWyQLFRV DOquimistas y más recientemente poetas románticos de los siglos XVIII y
XIX (Blake, Coleridge), tendemos a dar al término “imaginación” una
connotación peyorativa cercana al concepto de “fantasía”, “invención”
o “falsedad”, seguramente como consecuencia del aún arraigado dualismo cartesiano. Pero quizá exista un tercer reino… el de la imaginación sui géneris… el producto del propio pensamiento imaginativo
FRPRDXWRH[LVWHQWH\VHPLDXWyQRPR(OJUDQÀOyVRIR+HQUL&RUELQ
islamista francés, fue quien propuso la hoy clásica diferencia entre
lo imaginario y lo imaginal. El reino de lo imaginal no es, de hecho, lo
fantasioso o lo imaginario –según la concepción corriente de esos vocablos–, si bien con relación a la creatividad humana de la que habla
6KDQRQ QR VH WUDWD GH DVLPLODU HO WpUPLQR D DOJR ÀFWLFLR R XWySLFR
Por el contrario, al reino imaginal no puede accederse por medio de
la percepción sensorial ni la cognición habitual (que incluye la capacidad de fantasía); sólo puede accederse a él mediante lo que hoy
conocemos como estados ampliados de conciencia “que desestabilizan
las modalidades perceptivas y los sistemas cognitivos habituales. Así
como el cielo nocturno sólo es perceptible en ausencia de luz solar, el
UHLQRLPDJLQDOVHUHYHODFXDQGRDTXpOORVHVWiQVXÀFLHQWHPHQWHWUDVtornados” (Ring, 1992). Según Corbin (1972), gran estudioso de expeULHQFLDVPtVWLFDVYLVLRQDULDV\WpFQLFDVGHOVXÀVPRHOPXQGRHQHO
que penetran aquellos místicos es perfectamente real. Al volver, los
observadores son conscientes de que han estado “en otra parte”. “El
mundo imaginal es tan ontológicamente real como el de los sentidos
\HOLQWHOHFWR(VXQPXQGRTXHSRVHHH[WHQVLyQ\GLPHQVLyQÀJXUDV\
colores; pero no se los puede percibir por medio de los sentidos a la
manera de las propiedades de los cuerpos físicos. Estas dimensiones,
300
Ayahuasca, medicina del alma
ÀJXUDV\FRORUHVVRQHOREMHWRGHODLPDJLQDFLyQSHUFHSWLYDRGHORV
sentidos psicoespirituales”. Además, sugiere que cuando uno ve con
el ojo de la imaginación está viendo su propio estado espiritual interior transformado y proyectado al exterior en una visión externa
aparentemente objetiva. Dicho de otro modo: lo que vemos en esos
estados es lo mismo con lo cual vemos: nuestra alma. El lenguaje
natural del alma es entonces la imagen. Más directamente: el alma
es lo imaginal, y constituye nuestro basamento y realidad ontológica
absoluta, como dice el escritor inglés Patrick Harpur, autor de libros
con títulos tan sugerentes como Realidad daimónica: somos imaginación.9
Así como los chamanes pueden visitar asiduamente ese reino en
vida, tras la muerte y la disolución del cuerpo el alma aún se vale de
la imaginación activa. Éste es el fundamento del Bardo Thodol o Libro
tibetano de los muertos, que enseñó a generaciones de tibetanos a no
aferrarse o atemorizarse con monstruosas o grotescas imágenes que
sólo son representaciones del estado del alma que ha desencarnado… la
imagen misma del alma… a menudo rodeada de luz refulgente y pura.
¢3RGUiQRULHQWDUQRVODVWHVLVÀORVyÀFDVGH&RUELQSDUDFRPSUHQGHU
mejor los encuentros con “otras realidades” durante el trance de ayahuasca? ¿Nos ayuda Corbin a entender esas entidades profundamente ajenas pero a veces –tras un minucioso examen– a la vez profundamente
9. “El racionalismo [ha estado] empeñado en negar toda actividad mental no racional...
)HOL]PHQWH XQD FDGHQD GH ÀOyVRIRV D OR ODUJR GH OD KLVWRULD PDQWXYR YLYR HVH IXHJR
secreto...
”–¿Qué fuego secreto?
”–¡El de la imaginación!
”–¿Y qué es la imaginación?
”–La capa más honda de la psique, esa capa psíquica en la que todos participamos y
de la que brotan todos los mitos, todos los arquetipos... De la que todo procede: ¡la imaginación es la realidad, más real que lo que nuestro ego racional suele llamar realidad!
µ²¢<TXpÀOyVRIRVIRUPDQHVDFDGHQD"
”–Gnósticos, neoplatónicos, alquimistas, renacentistas y románticos. Todos ellos anhelan conocer la realidad, el alma del mundo, no escindir mundo y psique. «¡La imaginación es la naturaleza!», dijo Goethe.
”–¡Eso es como decir que usted y yo somos imaginación!
”–¡Somos imaginación!
µ²&tWHPHDVLHWHÀOyVRIRVGHHVDFDGHQD
”–Platón, Plotino, Ficino, Shakespeare, Blake, Yeats y Jung, que dijo: «La psique es el
mundo». Jung reformuló el otro mundo como inconsciente colectivo... La psicología es la
PLWRORJtDGHODPRGHUQLGDG\ODPLWRORJtDHUDODSVLFRORJtDGHODDQWLJHGDG«µ (QWUHvista a Patrick Harpur, en http://sobrenatural.net/blog/2006/03/23/la-imaginaciones-la-realidad-patrick-harpur-entrevista/
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
301
emparentadas con los procesos emocionales internos del sujeto experimentador? Como también hemos visto, a veces lo imaginal aparece como
absolutamente ajeno bajo la lupa de minuciosos análisis. Ambos planos,
los mundos imaginales y las profundidades del inconsciente personal, se
alejan notoriamente y nos topamos con las “antípodas” de Huxley.
Para académicos e investigadores educados en los valores del mateULDOLVPRFLHQWLÀFLVWDRFFLGHQWDOHOHQFXHQWURFRQHVWDV´RWUDVUHDOLGDGHVµ
supone un grave problema que desafía concepciones y supuestos básicos.
En el congreso citado sobre medicinas tradicionales organizado en Tarapoto en 2009, hubo un foro abierto muy concurrido por asistentes de unos
veinte países (psicólogos, médicos, etnólogos y diversos estudiosos de los
HVWDGRVPRGLÀFDGRVGHFRQFLHQFLD (OWHPDGHGHEDWHVHUHVXPtDHQHO
sugerente título: “La planta me habló. ¿Cómo interpretar la experiencia
visionaria?”. La punzante antropóloga brasileña Bia Labate, especialista
en subculturas ayahuasqueras contemporáneas, describe aquel foro –con
VXÀQRVHQWLGRGHOKXPRU²FRPRXQDHVSHFLHGHJUXSRGHDXWRD\XGD«
algo así como “Ayahuasqueros Anónimos” occidentales urbanos intentando discernir entre lo psicológico y lo espiritual, entre las fórmulas
QHXURTXtPLFDV\ORVVHUHVpOÀFRVGHODVFXOWXUDVWUDGLFLRQDOHVWUDWDQGR
de interpretar qué es exactamente esa “voz de la planta” que todos han
vivenciado, pero cuyo contexto cultural aún cartesiano, materialista y
monista, en el que han “escuchado” ese “dictado vegetal”, carece de las
herramientas necesarias para su integración e impide su total comprenVLyQ6XUJHQDVtLQWHUPLQDEOHVGHEDWHVFLHQWtÀFRV¢/RVJULQJRVSXHGHQ
convertirse en curanderos o chamanes? ¿Cómo es posible integrar las
técnicas del curanderismo tradicional en un contexto cultural moderno?
¿Hay esquizofrenia entre los indígenas? ¿Cómo se da el proceso de aprendizaje en el mundo curanderil? ¿Qué son las visiones de ayahuasca?
/RTXHPiVPHJXVWyIXHXQDGLVFXVLyQVREUHODVDÀUPDFLRQHV
clásicas de los indígenas, frecuentemente repetidas por varios tipos
de personas (en diferentes contextos de uso) de que “la ayahuasca me dictó esto o aquello”. ¿Serían estas proyecciones de nuestro
inconsciente? ¿Potencialidades latentes de la psique humana, así
como son los dones artísticos? ¿Elementos captados de un inconsciente colectivo? ¿Voces de otros pueblos? ¿Visitas a realidades del
más allá? ¿Meras alucinaciones? ¿Efectos de principios activos esSHFtÀFRV"0HVHQWtDHQXQJUXSRWHUDSpXWLFRGHUHÁH[LRQHV\DSR\R
mutuo para occidentales consumidores de ayahuasca. Si no llegamos a una conclusión, por lo menos los términos de la pregunta
eran comunes, y era reconfortante ver tanta gente exquisita junta.
(Labate, 2009)
302
Ayahuasca, medicina del alma
Esther Jean Langdon, conocida antropóloga que estudió a los sioQDVHQODGpFDGDGHOVRQUHtDOXHJRGHOIRUR\QRVFRQÀDEDTXH´ORV
sionas jamás se cuestionaban si la planta les hablaba o no, si esa era
la voz de la planta o su propio inconsciente… simplemente les gustaba
beber y hacer sus viajes”.
Hay que recordar que esta “voz” podría no ser totalmente ajena a
ODDQWLJXDWUDGLFLyQGH2FFLGHQWH(QHIHFWRHOÀOyVRIR+HUiFOLWRQDcido en Éfeso (Asia Menor) alrededor del año 500 a.C., escribió sobre
la palabra de Dios (usó el vocablo logos, “verbo”). Emprendió un viaje
FRQHOÀQGHGHVFXEULUVHDVtPLVPR\HQFRQWUyDO´ORJRVFRPSDUWLGRSRU
todos”: “No habiéndome escuchado a mí sino al logos es prudente confesar que todas las cosas son una”. Su estilo paradójico, con expresiones
opuestas, uso de retruécanos y formas voluntariamente enigmáticas y
oscuras, recuerda las fórmulas litúrgicas utilizadas en los Misterios, en
particular los de Eleusis, donde los iniciados bebían un brebaje llamado
kikeón, que al igual que la ayahuasca habría sido psicoactivo. Diógenes
explica que los dichos tan oscuros de Heráclito son de una claridad cristalina para un iniciado.
Pero volviendo a la discusión inicial, lo que cuestiona profundamente tanto “la voz de la planta” como “las otras realidades” es el inmenso
desconocimiento que tiene la cultura occidental actual de la integración
de información obtenida en diferentes estados ampliados de conciencia.
Lo que tambalea ante tales vivencias es la férrea concepción de que el
universo físico o material es la única y última realidad; que la conciencia es sólo una subfunción del cerebro humano; que solamente podemos
conocer el mundo y a nosotros mismos a través de los sentidos y las observaciones empíricas en estado de vigilia, siendo las emociones distorsionantes de la verdad, y los otros estados de conciencia no ordinarios,
potencialmente patológicos e inútiles.
Otra propuesta interesante para intentar comprender las visiones
de la ayahuasca es la de Jeremy Narby, quien intentando encontrar similitudes entre el conocimiento indígena y la ciencia occidental, se topó
con vínculos entre el chamanismo (sobre todo amazónico) y la biología molecular. Su hipótesis es que los chamanes trasladan sus estados
de conciencia hasta el nivel molecular y obtienen acceso a información
relacionada con el ADN, algo que ellos llaman “esencias animadas” o
“espíritus”. Serpientes y cordones trenzados en doble hélices y visiones
similares a cromosomas son moneda corriente entre los sabios vegetalistas del Amazonas y en pinturas de los aborígenes australianos. Esta
línea de investigación llevó a Narby (1997, 2009) a interesarse por los
aspectos inteligentes de comportamiento de la naturaleza, con los que
muchos experimentadores tienen algún tipo de comunicación.
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
303
/DVYLVLRQHVGHORVFKDPDQHV
Hasta aquí hemos realizado un tipo de análisis posible: en primer
lugar recolectamos observaciones de experiencias de más de cien individuos mediante protocolos de investigación que incluyen unos 150
ítems y las descripciones puntuales de cada vivencia. Luego proceGLPRVDODLGHQWLÀFDFLyQGHLPiJHQHVRLPDJLQHUtDPiVFRP~Q\OD
SRVWHULRUE~VTXHGDGHVLJQLÀFDFLRQHVWDQWRVXEMHWLYDVFRPRGHPLWRV
OH\HQGDV\DUWHXQLYHUVDOHVFRQHOÀQGHSURIXQGL]DUHQORVVHQWLGRV
de aquello que se “ve” comúnmente con la ayahuasca. Es decir, una
hermenéutica simbólica de las metáforas que encierran las “otras realidades”. Sin embargo, hay que hacer también una importante salvedad. Si bien de la poca literatura existente sobre el tema, se desprende
TXHPXFKDVGHHVWDVYLVLRQHVVHQWLPLHQWRV\VHQVDFLRQHVQRGLÀHUHQ
demasiado entre un experimentador occidental y un experimentador
LQGtJHQDFRQOyJLFDVGLIHUHQFLDVHQODVLQWHUSUHWDFLRQHV\GHÀQLFLRQHV
propias de la percepción y socialización en culturas distintas; también
es cierto que los chamanes, tras su ardua iniciación, tienen un tipo de
visiones bastante peculiares que hacen justamente a su rol y función
en la comunidad.
'HHVWDIRUPDFDGDXQRGHHVWRVRÀFLDQWHVGHDFXHUGRFRQiniciaciones más o menos similares en cada etnia amazónica, accede a un
“mundo chamánico” con normas dirigidas al cumplimiento de sus funFLRQHVHVSHFtÀFDV(QHVWHVHQWLGRORVFKDPDQHVSRVHHQHQJHQHUDOXQ
tipo de visiones que suelen tener que ver con la acción que desarrollan
en tanto curadores o sanadores (si el alma se ha extraviado, ha sido
robada o el paciente ha sufrido una posesión, tal la etiología de la enfermedad según las culturas tradicionales), en tanto luchadores contra
los hechiceros y/o espíritus que provocan el mal, en tanto psicopompos
RFRQGXFWRUHVGHODVDOPDVDVXGHVWLQRÀQDOSURIHWDVRDXJXUHVJXtDV
de las partidas de caza y pesca, buscadores de objetos perdidos o como
FHOHEUDQWHVGHDOJ~QWLSRGHVDFULÀFLRREODFLRQDO
Nuestro informante principal, el chamán shipibo-konibo don Antonio Muñoz Díaz, en noviembre de 2005 relataba de este modo uno de
esos clásicos enfrentamientos contra los hechiceros, típicos del chamanismo amazónico:
Había un señor que le ha hecho daño a otro chamán. Bien
dañadito era… Si yo estaba lejos este señor iba a matar a mi
hijo… yo sabía eso… He bañado un rato, y antes, como a las
cinco de la tarde, he tomado ayahuasca. Vino mi sobrino y otro
compañero… Feo me ha hecho “marear”… Y había un tractor
304
Ayahuasca, medicina del alma
montando los montes… ¡Grande!… ¡Me quería aplastar! Yo
agarro mi piedra viva, que se llama Encanto, que tiene dueño,
siempre la llevo conmigo. Esta piedra viva se ha escapado de
mi mano. Le disparó al tractor… Humo… ¡Todo ardiendo!... El
tractor lo envió el yöbé [brujo]… Vi colores de las culebras que
cubrían el cuerpo de mi hijo. Después no me ha fastidiado. Le
he sacado todo, le botó todo, se ha quedado calmo… He soplado
tres veces tabaco. Ya no tuvo nada en su cuerpo… Me he enojado
bastante. Casi me ha vencido… pero yo le he ganado. “No fastidies más a mi familia” le he dicho… casi muere el hombre…
José Tataco, su nombre…
Como es típico entre los pocos chamanes ancianos que aún no esWiQ GHPDVLDGR H[SXHVWRV D ODV LQÁXHQFLDV GH OD FXOWXUD RFFLGHQWDO
su relato lineal no hace ninguna separación entre la vida “real” en
su cotidianidad y las “otras realidades” aparecidas tras la ingesta del
brebaje sagrado. Para proteger a su hijo enfermo, amenazado por un
brujo (yöbé en lengua shipibo), sea esto literalmente cierto o producto
de “emociones o energías invisibles” tales como una envidia inespeFtÀFD QXHVWUR LQIRUPDQWH OR HQIUHQWD HQ XQD OXFKD PHQWDO GLUHFWD
Como dato curioso, también típico de los chamanes contemporáneos,
las fuerzas del mal no aparecen en este caso mediante una imagen
tradicional, como podría ser un feroz animal o demonio de la selva,
sino como el propio brujo montado en un tractor (objeto tecnológico
de los “blancos” y por lo tanto “prestigioso”) y dispuesto a aplastar a
nuestro chamán. Otro ingrediente interesante es la “piedra viva”: se
trata de una piedra real que el unaia (chamán shipibo) guarda y lleva
FRQVLJR ïD YHFHV XQ FXDU]Rï FX\DV FDUDFWHUtVWLFDV QR FRPXQHV KDQ
llamado su atención en alguna oportunidad. La piedra dentro de las
visiones está viva, incluso tiene rostro, y funciona como un guerrero
asistente que lo ayuda a destruir al tractor (las fuerzas del daño).
Finalmente, el motivo de las serpientes o culebras, tan recurrente no
sólo para chamanes sino para todo experimentador, aparece también
simbolizando la amenaza del hechicero, que es vencida y derrotada,
restableciéndose así la salud del paciente.
Otro motivo exclusivamente chamánico es el de los genios o espíritus de las plantas, que necesariamente van a aparecer una vez completada la iniciación mágica gracias a largos años de ayunos, abstinencias
e incorporación de plantas y preparados vegetales. Estos espíritus se
ven como personas de baja estatura, vestidas como médicos occidentales o con las túnicas o cushmas tradicionales indígenas. En una ocasión,
tras estar en la Argentina invitado por la FMV, don Antonio llevó a Perú
yerba mate desconocida en su comunidad amazónica para intentar es-
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
305
tudiar y descubrir sus posibles propiedades. En un posterior encuentro
nos contó que los genios, esencias o espíritus de la yerba mate se le
aparecían en sus visiones como indígenas vestidos de un modo muy
diferente de los shipibos… y le hablaban en un idioma desconocido para
él… ¡aparentemente como guaraníes!:
Yo he comenzado a dietar solo, yo sabía cómo se aprende,
cuál es dieta… ni mi papá ni mis hermanos mayores me enseñaron. Uno de mis hijos se murió y vengo a pensar: “Si mi papá
era unaia, ¿por que no puedo dietar yo?”… No van a morir mis
hijos… He tomado planta huayra caspi, piñón colorado, toé,
incaico, todo eso he tomado para ser unaia… no comiendo sal,
no tomando dulce… no hacer relaciones… entonces yo he dietado tres años, después de tres años descansé, para tres meses,
fuera de tres meses que he descansado, otra planta más… dos
años más… y ahí he cortado mi dieta… más de cinco años…
Después, antes de comenzar a trabajar con los pacientes he tomado ayahuasca para ver si he aprendido o no. He cocinado y
tomado solo. Yo no le he avisado a nadie… ni a mis amigos.
Me marié [entrar en trance, éxtasis] y lindo… había aprendido
más o menos… Han venido los genios de las plantas que he tomado yo. Ellos cantaban el canto de la medicina… yo los seguía
cantando a ellos. Comencé con los chicos, los bebés, para saber
si hago algo o no… y me salió bien… sanaba bastante… hasta
que llegaron los adultos… Yo no cobraba nada esas primeras
veces… me estaba preparando… Hasta hoy día sigo trabajando,
preparando mi cuerpo, siguiendo con más dietas… Más que todo
venían chicos con susto, airados, constipados de algunos animales… esas creencias tenemos nosotros los shipibos. Los adultos no
tienen tanto susto. Los genios de las plantas nos ayudan. No son
como nosotros, son chiquitos… vienen con vestido de doctores,
tienen su camisa, pantalón, zapatos, ellos cantan para atender
a los pacientes. Yo tengo que seguir su canto… así trabajamos…
Entre medio de las visiones vienen los genios, ahí les conocimos.
Estos genios nos explican cuando vienen los enfermos: “Éste tiene tal enfermedad, o éste está hechizado por otros chamanes...”,
ahí nos avisan. Por eso nosotros preparamos los remedios de las
plantas. Ya nos han hecho conocer. Al día siguiente lo recogemos
[las plantas] para darle de tomar. Hay también los [pacientes]
hechizados… tenemos que trabajar poniendo nuestra vida o de
nuestra mujer o hijos en riesgo. Pueden tumbarnos [los brujos]
a nosotros o a ellos [los genios]. Nos dicen si curar con canto o
puede tener un dolor y le tocamos y chupamos ahí para calmarOH&XDQGRWRPDPRVODVSODQWDVQRVGDXQDÁHPDSDUDMDODU«
En un pipa… le llena tabaco fuerte, y con humo, del pecho sale
ODÁHPD\OHFKXSDOHVDFDHOYLURWH>ÁHFKDPiJLFD@ que le han
306
Ayahuasca, medicina del alma
chonteado [disparado]… Eso no puede tragar, sino va a quedar
tu estómago enfermo… tiene que botarle.10
El queñón o sustancia mágica, que se va formando en el pecho y
creciendo con cada dieta de cada planta medicinal (“palo”), es fuente de
ÁHFKDVPiJLFDVRvirotes, y al chamán le sirve como “imán” para extraer
ODÁHFKDPiJLFDGDxLQDDXQTXHWDPELpQHOTXHxyQSXHGHVHUODÁHFKD
que cause el daño a otro.
Otra función típicamente chamánica es la de conocer el destino de
objetos o personas desaparecidas: obtener la información de si están
vivos o muertos. Las visiones por lo tanto serán consecuencia de una
función que únicamente el chamán iniciado y con experiencia puede
desempeñar:
Puede conversar con muertos… a veces a mí me busca su familia de alguien que no aparece… ¿está muerto o no… cómo será,
no? Yo tomo mi purga, me concentro… llamo su nombre… viene su
espíritu… como quien viene… como nosotros… conversa, se ríe…
entonces no está muerto… está vivo... “Bueno, tu familia quiere
conocer… ¿cuándo vuelves?...”; “En tal tiempo voy a aparecer…”.
Cuando pasa la “mareación” le explicamos eso a su familia. Y verdaderamente viene… El espíritu no muere… si está muerto, aparece
y también nos lo dice. Viene a avisarme: “Por este motivo me murió
[sic]… o por tal otro motivo… o me mató un brujo…” (los que le hacen daño a otras personas). Así trabajamos pues, nosotros.
La forma en que esta información aparece al chamán está impregnada de sus símbolos y mitos culturales. En una de sus visitas a la
Argentina, don Antonio fue consultado acerca de un muchacho que
había desaparecido en Rosario, en las aguas del río Paraná, tras darse vuelta el velero en que navegaba.11$QWRQLRUHÀHUHKDEHU´YLVWRµD
una enorme anaconda que tenía al desdichado joven en cuestión en el
interior de su estómago. Según él, cuando esto ocurre, la persona ya no
puede ser salvada y la gran anaconda se lo lleva hacia la desembocadura. A partir de esa referencia queda claro que la anaconda sugiere
una metáfora del propio río. Es más precisamente su “madre”, Ibo o
“dueño sobrenatural”, la esencia viva y espiritual del río, que al igual
que al resto del mundo natural se le superpone otro sobrenatural. Con
10. Entrevista de Diego R. Viegas a don Antonio Muñoz Díaz, 17 de noviembre de 2008.
11. El hecho ocurrió el 15 de noviembre de 2008. Fue publicado en el diario La Capital de
Rosario en los días subsiguientes.
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
307
la ayahuasca se hace verdaderamente visible aquel paradigma fundamental del pensamiento simbólico-mitológico-mágico que para el antropólogo Edgar Morin (1990) es la analogía “antroposociocosmológica
de inclusión recíproca”, por la cual en este caso el río adquiere características animales. Pero también las plantas medicinales adquieren
características humanas y todo tipo de combinación en esta suerte de
SUR\HFFLyQLGHQWLÀFDFLyQFRQHOXQLYHUVR´DQLPLVWDµHQVXFRQMXQWR
Determinadas criaturas con arraigo en mitos y cosmogonías ancestrales pueden aparecerse ante cualquier miembro de la etnia, aunque
QRVHDFKDPiQ\VHUtDPiVGLÀFXOWRVRTXHVHDSDUHFLHVHQDQWHXQRFFLGHQWDO HQ FXDOTXLHU FDVR HO VLJQLÀFDGR SRGUtD LQWHUSUHWDUVH GH XQ
modo diferente), aunque sin duda tales personajes míticos tienen estrecha relación con la actividad y función chamánica, tal el caso entre los
shipibos de los cháikunis (un pueblo de duendes que visten togas –tari
en shipibo o cushmas HQTXHFKXDï \GHOSiMDURGHPRQtDFR6KXZDZD
que apareció durante una sesión nocturna en la comunidad de Puerto
Nuevo sobre el río Ucayali, en 2007, a la que asistió Diego R. Viegas.
La anécdota fue recordada por don Antonio en una posterior entrevista
documental:
Doctor Diego fue a mi comunidad. Mi hija estaba enferma y
yo estaba tratando. Hay una especie de pájaros que son demonios.
Otro unaia malo lo ha enviado para hacerle daño a mi hija. Todas
las tardes viene. Y una tarde… viene… grita y yo lo tumbo con la
mano nomás… Mi sobrino, que estaba ahí, me dice: “Tío, ya le has
tumbado a ese Shuwawa”. “Sí, mañana vamos a buscar”, le digo
a mi sobrino, “tal vez aparezca”. En un pozo [de agua] encontraron
ÁRWDQGRDXQDOHFKX]D\OHKDQWUDtGR«1RSDUHFtDOHFKX]D(UD
muy fea su cara… como Shuwawa.
Como en otras ocasiones, no existe en el relato ninguna distinción
entre lo que ocurre del “otro lado” y lo que ocurre de “este lado”, aunque
se buscan claramente pruebas materiales de lo sucedido en visiones extáticas. Viegas asegura haber oído el chillido de un pájaro en el mundo
“real”, fuera de la maloca, que todos pudieron oír: pacientes, sobrino e
hijos del chamán, pero no pudo “ver” lo que sucedía con este pájaro (si
se trataba del mismo) en el trance de ayahuasca.
El campo energético conocido como patrones o diseños geométricos
luminosos (kenaia), que los chamanes shipibos, marubos o yaminahuas
“acomodan” cuando los ven alrededor del cuerpo de sus pacientes, es un
tipo de visión que aparentemente sólo los chamanes tienen la capacidad
de obtener. Aunque en alguno de nuestros protocolos se mencionen ta-
308
Ayahuasca, medicina del alma
les diseños (incluso por experimentadores que no conocían el arte shipibo), está claro que únicamente los chamanes son capaces de manipular
ese entretejido con sus cantos en verdaderas operaciones sinestésicas,
reparándolos cuando son borrados por las fuerzas de la enfermedad y
el mal.
La curación de enfermedades culturales, como el caso de la “constipación por animales”, típica de las culturas de la selva pero extrañas a
la cultura, la ciencia médica y educación occidentales, necesariamente
tiene su consecuente imaginería chamánica:
Una vez una señora enferma, bien grave, estaba diez días
DKtHQHOKRVSLWDOFRQÀHEUHGLDUUHDQRTXHUtDFRPHU«(OGRFtor preparó su ampolla para que no muera… Su hija la estaba
cuidando y felizmente le avisó: vamos a poner esta ampolla para
que descanse porque no puede sanar. Su hija no quería que muriera ahí en el hospital… “Somos familia pobre. No podemos llevar”. Me avisaron un viernes y le dije que el sábado por la noche
voy a tomar. “¿Dónde te duele?”, le digo. “Acá…”, se tocaba la
panza… arrojaba (vomitaba). Después de “marearme”, cantar,
ver todo… le he hecho tomar sal de frutas y gaseosa. Y se curó.
Comenzó a comer. Esta señora había sido atacada por un bufeo
[delfín rosado de la selva] mientras lavaba su ropa en el río estando con su menstruación.
Finalmente, existe una visión exclusiva de los chamanes no sólo
amazónicos sino también de ciertos pueblos tribales o nativos de México, India, Japón, Siberia, Birmania (Myanmar), entre otros, muy conocida por antropólogos e historiadores de las religiones: la boda chamánica con la consorte espiritual y los hijos “ayudantes del otro lado” que
surgen de ella:12
Mi hijo espiritual se llama Ronin Metzá… Me he acercado a
su madre, Anaconda Bonita, linda chica, buena, hermosa… ahí
cuando estaba mareado ha aparecido. Ella me dice que va a ser
mi mujer. Le dije que sí y cada vez que dormía ya estaba con mi
mujer. Dentro de un año apareció un muchacho… y me dice que
su madre lo envió. Crece más rápido que nuestros hijos >VHUHÀHUH
12. El arquetipo de la amante invisible, hoy casi completamente olvidado, tuvo hace
tiempo una gran fuerza en las religiones y culturas de todo el mundo. Véase al respecto
(OpPLUH=ROOD \+ROJHU.DOZHLW <SDUDXQDYLQFXODFLyQHQWUHHVWHDUTXHWLSR
y los modernos mitos tecnológicos occidentales provenientes de la ufología, Diego R.
Viegas (2002).
Las otras realidades o “antípodas de la mente”
309
a los hijos “reales” del “mundo ordinario”] habla, sabe de plantas,
me indica lo que debo hacer.13
Este ayudante chamánico e hijo espiritual, según don Antonio, aparece durante sus trances o “mareaciones” pero también a veces “materializado” en el mundo ordinario, como lo recuerda en la ocasión que la
FMV, en noviembre de 2005, lo llevó a la capital peruana por primera
vez en su vida:
Yo viví en Puerto Nuevo, Utucuro, Pucallpa… siempre en la
selva… en el [río] Ucayali… nunca había pensado conocer Lima,
ni mucho menos Argentina… Estaba trabajando en un proyecto
con plantas medicinales, pomadas, etc., cuando los de Mesa Verde
me han conocido y me llevaron en avión a la Argentina… Estaba
viajando con Juan Maldonado [antiguo director del Proyecto Asociación de Medicina Tradicional-Ucayali y posteriormente alcalde
de Tiruntán]. Vine de Pucallpa a Lima solo. Él me dio esa boleta.
En el aeropuerto de Lima yo pensaba: “Ojalá que Juan me encuentre”… Él estaba tomando cerveza con sus amigos. Llego y estaba
recogiendo mi equipaje… y aparece un uniformado:
–Hola, Antonio –me dice–. ¿Así que te vas a Argentina?
–Sí… Esta noche voy a viajar.
–¿Y cuál agencia?
–Lan Chile.
–Te voy a ayudar con tus cosas.
Me lleva el [bidón con] ayahuasca, mis cosas…
–¿Usted no conoce a Juan Maldonado?
–Sí, ahorita va a venir.
Y se va… “Chau, pues, Antonio, sigo trabajando…”
Una vez que se ha largado comencé a pensar… ¿De dónde me
conoce? ¡Si yo no conozco a nadie en Lima!... Ahí llega Juan... Le
dije del guardia, pagamos la aduana como a las 12.30 y seguía
pensando yo… “Si he venido como un ciego a esta ciudad y a este
aeropuerto… no sé nada… no conozco a nadie”… Y Juan me ha
dicho: “¡Tu genio debe ser, Antonio! ¿Quién más puede presentarse
así?”. ¡Y era él mismo…!
¿De veras el mundo espiritual y el mundo físico se interpenetran?
Al menos sabemos que muchos niños solitarios hasta los cuatro o cinco
años tienen amigos imaginarios con quienes juegan y se comunican; y
varios montañistas, tras ascender en solitario escarpados picos, como
efecto de su aislamiento y agotamiento han tenido encuentros con “per-
13. Don Antonio Muñoz Díaz. Entrevista de Diego R. Viegas.
310
Ayahuasca, medicina del alma
sonalidades parciales”, que poco se distinguían de las personas reales
.DOZHLW (QFDVRVPiVFRPSOHMRV\ELHQGRFXPHQWDGRVSRUPpdicos, psicólogos y antropólogos como las presuntas “abducciones extraterrestres” de Julio Platner (Winifreda, provincia de La Pampa, 1983),
María Angélica Vidal (Cipolleti, provincia de Río Negro, 1994; ver Berlanda y Acevedo, 2000) y Juan Oscar Pérez (Venado Tuerto, provincia
de Santa Fe, 1978; ver Viegas, e/p), o las apariciones marianas de Medjugorje en la antigua Yugoslavia (1981), las “otras realidades” dejaron
algún tipo de huella física, aunque la llave para que los encuentros
anómalos se produzcan siempre tienen en común un estado ampliado
de conciencia y/o una base en disloques biopsicosociales del testigo y
su entorno. La antropología de la conciencia-transpersonal no sólo se
ocupa de recoger testimonios sobre visiones chamánicas y sus correspondientes símbolos transformadores de la conciencia sino que por su
propio método de “observación involucrante” (Viegas, e/p), a menudo
ha colocado al etnógrafo transpersonal en situación de protagonista
GH FRLQFLGHQFLDV VLJQLÀFDWLYDV VLQFURQLVPRV \ HQ PHGLR GH IHQyPHnos psicoides: tales los casos de la famosa estudiosa Edith Turner y su
descripción de una “forma espiritual visible” en Zambia (Guy-Goulet
y Young, 1994); de Marianne George, quien tuvo sueños cuasilúcidos
en los cuales una chamana barok de Papúa Nueva Guinea transmitió
PHQVDMHVYHULÀFDEOHVTXHDVXYH]VLHPSUHHUDQFRQRFLGRVSRUORVKLMRV
de la sabia; del arqueólogo David Freidel, quien al participar en un
ritual de lluvia maya en el norte de Yucatán comprobó –empapado– su
HÀFDFLDRGHOPH[LFDQR-XOLR*ORFNQHUTXLHQVHWRSyFRQOD´SHUVRQLÀcación” del volcán sagrado Popocatéptl durante una procesión indígena
de ofrendas (Viegas, e/p).
Cuando se trata de sumergirse en el mundo de la conciencia expandida, las concepciones mecanicistas tienden a debilitarse o, como decía
Terence McKenna (1994), “el mundo de la vigilia y el mundo de los
sueños empiezan a combinarse”.
CAPÍTULO 6
Aspectos legales en torno a la ayahuasca
Hemos visto que la ayahuasca, brebaje ancestral usado como medicina tradicional en los pueblos indígenas del Amazonas y otras regiones
de América del Sur, posee una profundidad temporal de al menos cuatro mil años (¡medicamentos modernos salen muchas veces al mercado
farmacéutico con sólo dos o tres años de pruebas, con riesgos de desconocerse efectos colaterales perniciosos!). Grupos indígenas y mestizos
llevaron los conocimientos y las prácticas de medicina y terapia tradicional ayahuasquera a los grandes núcleos urbanos latinoamericanos
(principalmente Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia) trasladando sus ceremonias al “mundo moderno”; y a comienzos del nuevo milenio, esta
medicina tradicional ha penetrado también en el Cono Sur (Argentina,
Chile, Uruguay) fundamentalmente en contextos terapéuticos y de investigación, así como en el marco de rituales con la guía de médicos
tradicionales indígenas en momentos en que la propia OMS advierte un
exponencial crecimiento de los sistemas sanitarios originarios espirituales-naturistas y aquellos complementarios, alternativos o “no convencionales”. En Brasil, su uso religioso se expandió hace unos ochenta
años desde las zonas rurales y selváticas a las grandes ciudades (incluso abriendo secciones de cultos e iglesias ayahuasqueras a otros países
del mundo), y obtuvo su plena legalización dentro del escenario devocional admitido, comenzando también muchas asociaciones a luchar por el
reconocimiento de su uso terapéutico y experimental.
7DOIHQyPHQRVRFLDODYDODGRSRUORVHIHFWRVSRWHQFLDOPHQWHEHQpÀFRVSDUDODVDOXGSVtTXLFD\HVSLULWXDOGHOEXHQXVRFHUHPRQLDOFDOLÀFDdo, apto y ético de la ayahuasca, provocará en el futuro más incremento
GH URFHV VRFLRFXOWXUDOHV \ QXPHURVRV FRQÁLFWRV HQWUH ORV VLVWHPDV OHgales, médicos, políticos, policiales, judiciales, aduaneros, etc., dentro
GHQXHVWUDVFRPSOHMDVVRFLHGDGHVKLSHUUHJXODGDVTXHGHEHUiQFRQÁXLU
con las libertades y garantías de los Estados democráticos actuales,
respetuosos de los derechos fundamentales que hacen al hombre y su
bienestar biológico, psicológico, social y espiritual.
[ 311 ]
312
Ayahuasca, medicina del alma
En este marco, ¿cuál sería el estatus legal de la ayahuasca en la
Argentina?
En primer lugar, hay que decir que en la Argentina sencillamente
la ayahuasca (brebaje y medicina tradicional proveniente del Amazonas, resultante de la decocción de lianas de Banisteriopsis caapi y
hojas de los arbustos tipo Psychotria viridis o Dyplopteris cabreana),
así como sus componentes en forma de plantas naturales, no está espeFtÀFDPHQWHSURKLELGREs más, el único país del mundo que mantiene
XQDSURKLELFLyQHVSHFtÀFDHQVXOHJLVODFLyQLQWHUQDGHOEUHEDMH\VXV
plantas es Francia. En la Argentina, la ley 19.303 determina la lista
de “estupefacientes” y “sustancias psicotrópicas” –respectivamente–
que pueden circular bajo estricto control, siguiendo la Convención Internacional de 1971, de la que la Argentina es parte; y la ley 23.737
UHJXOD OD WHQHQFLD VLPSOH SDUD FRQVXPR SHUVRQDO \ FRQ ÀQHV GH FRmercialización de sustancias consideradas “estupefacientes” (básicamente las susceptibles de producir dependencia física o psíquica). No
VyORHVWiFLHQWtÀFDPHQWHFRPSUREDGRTXHHOXVRULWXDOGHD\DKXDVFD
no es “estupefaciente” –no provoca estupor– ni “narcótico” –no provoca
sueño– ni “alucinógeno” (ver capítulo 4) ni genera ningún tipo de adicción, sino que además se usa para la rehabilitación de pacientes en
VLWXDFLRQHVGHGHSHQGHQFLD(QHO&HQWUR7DNLZDVLGH3HU~TXH
combina terapia convencional con medicinas tradicionales (incluida
la ayahuasca), obtuvo el premio a la Salud Mental en España por sus
altos índices de recuperación.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica, a través de la disposición 4.855/96, actualiza el listado
RÀFLDOGH´VXVWDQFLDVSVLFRWUySLFDVµGHODOH\ %XHQRV$LUHV
de octubre de 1996) e incluye dentro de las llamadas “psicotrópicas”, en
su lista 1, la harmalina, la harmina y la DMT, aclarando que son “drogas
de uso prohibido en la elaboración de especialidades farmacéuticas o
fórmulas magistrales (art 3º, ley 19.303)”, con lo cual queda implícito
TXHVHUHÀHUHDVXVIRUPDVVLQWpWLFDV\H[WUDFWRVIDUPDFROyJLFRV1
Pero la ayahuasca es medicina tradicional milenaria, y quien consume u ofrece ayahuasca no está consumiendo ni harmina ni harmalina ni DMT sintéticos sino un complejo compuesto sinérgico que contiene
1. Una nueva actualización se dio por decreto 299/10 del Poder Ejecutivo Nacional,
más que nada para incluir la ketamina y otros químicos sintéticos usados en algunas
ÀHVWDVHOHFWUyQLFDV UDYHV TXH´SUHRFXSDEDQµDODSROLFtD(ODUWtFXORžGHODOH\
no obstante exceptúa de la prohibición las cantidades estrictamente necesarias para
LQYHVWLJDFLyQFLHQWtÀFD\PpGLFD
Aspectos legales en torno a la ayahuasca
313
rastros de esos componentes químicos naturales y muchos otros según
las preparaciones tradicionales. Es menester tener presente que en el
caso de la harmina/harmalina ni siquiera 960 mg fueron activos por vía
oral, y generalmente las preparaciones de ayahuasca del mundo indígena y mestizo poseen un promedio de 280 mg de harmina y 25 mg de
harmalina (Ott, 1996). Estos compuestos son simplemente inhibidores
de la monoaminooxidasa (IMAO ïWDOFRPRVHLOXVWUyHQHOFDStWXORï
encontrándose en el mercado una buena cantidad de antidepresivos
IMAO con nombres comerciales como Jumex (Armstrong, L-Deprenyl) o
Aurorix (moclobemida, Roche) con importantes efectos colaterales que,
por supuesto, la ayahuasca no provoca en absoluto. En Estados Unidos,
la gran potencia prohibicionista enbanderada en la “guerra sin cuartel
contra las drogas”, la harmina-harmalina no es una sustancia controODGD\HQ&DQDGiÀJXUDVyORHQOLVWD
Respecto del compuesto DMT, si bien su forma pura-cristalizada-extracto farmacológico sintético está controlado en nuestro país y en gran
parte del mundo, la United Nations International Narcotics Control
Board (UNINCB, o JIFE en castellano: Junta Internacional de Fiscalización
de Estupefacientes) de la ONU es clara al determinar que ninguna planta
que contenga DMTHVWiVRPHWLGDDÀVFDOL]DFLyQLQWHUQDFLRQDOHVGHFLU
no están incluidas en la Lista de Sustancias Psicotrópicas (convenio de
1971 del que la Argentina forma parte).2
$ÀQHVGHVHSURGXMHURQXQDVHULHGHGHWHQFLRQHVGXUDQWHHO
transcurso de ceremonias con ayahuasca en contextos tradicionales
en España y Chile, que fueron documentadas por los medios de comunicación en su acostumbrada forma sensacionalista, propagandística
y demonizante. La organización educativa International Center for
Ethnobotanical Education, Reserch and Service (ICEERS) se involucró
en la defensa del caso chileno y realizó una petición a la JIFE el 4 de
marzo de 2010, pidiendo que se aclarara el estatus legal de la ayahuasca conforme al Convenio de 1971, conociendo la existencia de un fax
anterior, con fecha 17 de enero de 2001, remitido por parte de la JIFE al
Ministerio de Sanidad holandés, en el cual se declaraba que la ayahuasFDHQHVDVIHFKDVQRHVWDEDVRPHWLGDDÀVFDOL]DFLyQLQWHUQDFLRQDO(O
1 de junio de 2010, ICEERS recibió una respuesta de la JIFEFRQÀUPDQGR
que “ninguna planta o decocción que contenga DMT está actualmente
sometida a control internacional”. Por ello debe cesar toda “caza de
2. Sobre la excepción concerniente a plantas y hongos visionarios naturales de uso
cultural-religioso ancestral, véase http://en.wikipedia.org/wiki/Convention_on_
Psychotropic_Substances#Psychedelic_plants_and_fungi
314
Ayahuasca, medicina del alma
brujas” como la que afectó recientemente a Chile,3 España y al valle
de Punilla (Córdoba, Argentina) en 2011, donde se allanaron brutal
y mediáticamente ceremonias tradicionales o en contextos profesionalmente adecuados; y deben cesar por ilegales, no sujetas al derecho
nacional e internacional, y además por ser ideológicamente oscurantistas y antidemocráticas.
Por otra parte, los contextos tradicionales de uso y aquellos donde se
observa una integración y mancomunidad entre reconocidos chamanes
o médicos tradicionales indígenas y profesionales entrenados (psicólogos, psiquiatras, antropólogos) están amparados por la declaración de
Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas:
Art. 24, inc. 1. Los pueblos indígenas tienen derecho a sus
propias medicinas tradicionales y a mantener sus prácticas de salud, incluida la conservación de sus plantas medicinales, animales y minerales de interés vital. Las personas indígenas también
tienen derecho de acceso, sin discriminación alguna, a todos los
servicios sociales y de salud.
Del mismo modo, quienes somos no indígenas también tenemos
derecho a ser atendidos en el marco de la medicina tradicional y del
conocimiento ancestral sobre plantas, así como a investigar sus potencialidades y trabajar en conjunto con los maestros y guías espirituales
reconocidos por las comunidades étnicas.
Los contextos tradicionales y de integración entre medicina tradicional (MT) y profesiones occidentales están amparados además por la
propia Constitución Nacional Argentina (art. 75, inc. 17), por la ley
23.302 de Política Indígena y Apoyo a las Comunidades Aborígenes y
por el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
así como por la Asociación Indígena de la República Argentina (AIRA),
fundada en 1975, a la cual puede pedirse información y colaboración al
respecto. También la propia Organización Mundial de la Salud emitió
un documento titulado “Estrategias de la OMS sobre medicina tradicional 2002-2005” con una serie de reconocimientos, orientaciones y recomendaciones que debería ser de lectura y acción obligatoria para los
3. En reciente fallo (20 marzo de 2012) los jueces chilenos absuelven a César Ahumada
5XPL GHODLPSXWDFLyQGH´WUiÀFRGHGURJDVµ\GHWHUPLQDQTXHODGHFRFFLyQGHSODQWDV
“ayahuasca” no es lo mismo que “DMT”, remitiendo a la Convención Internacional de 1971
y la JIFE3RUVLIXHVHSRFRDÀUPDQVX´FUHHQFLDHQOREHQHÀFLRVRGHODD\DKXDVFDµ+DVWD
donde sabemos, en el caso del chileno Ricardo Jiménez, quien trabaja con la medicina
tradicional San Pedro, una imputación similar tampoco pudo prosperar.
Aspectos legales en torno a la ayahuasca
315
responsables de las áreas de políticas de salud y drogas en nuestros
países latinoamericanos.
En Perú, mediante resolución directorial Nº 836 (2008) del Instituto
Nacional de Cultura, se declaró como “patrimonio cultural de la Nación
a los conocimientos y usos tradicionales de la ayahuasca practicados
por comunidades nativas amazónicas” (ver capítulo 3), y Brasil va por
idéntico camino en el reconocimiento como patrimonio cultural respecto de su casi centenario uso religioso-sacramental ya legalizado plenamente. Fuera de Brasil, organizaciones como UDV han obtenido fallos
resonantes de la Corte Suprema de Estados Unidos en su favor (ver el
IDOOR´*RQ]iOH]YHUVXV&HQWUR(VStULWD%HQHÀFHQWH8QLmRGR9HJHWDOµ
HQHOFDStWXOR\HQOLVWDGRVDOÀQDOGHHVWHFDStWXOR (QGHVSXpV
de veintisiete días detenido en Estados Unidos por llevar plantas de
ayahuasca, de pasar por tres prisiones, en una de ellas incomunicado
por doce días, el taita indígena colombiano Juan Bautista Ágreda, del
pueblo kamentsá, fue liberado bajo la presión de la comunidad indígena internacional gracias a las donaciones de todo el mundo, que permitieron la integración de un fuerte equipo legal (incluyendo a Nancy
Hollander, la abogada que defendió con éxito el caso sobre “libertad
religiosa” de la UDVDQWHOD&RUWH6XSUHPDGH(VWDGRV8QLGRV (OÀVFDO
retiró los cargos porque los abogados presentaron pruebas convincentes
de que la posesión de la ayahuasca por taita-XDQWHQtD´ÀQHVUHOLJLRsos, y que la ayahuasca es medicina tradicional, no DMT”. En este caso se
asimiló la medicina tradicional a uso religioso indígena, aunque Juan
Bautista había sido expresamente invitado a ofrecer ceremonias a no
indígenas. No abriéndose juicio, no hay precedentes. Se trató de otra
victoria judicial, aunque hay que recordar que el chamán fue deportado
nuevamente al Putumayo y se le prohibió regresar a Estados Unidos
durante los siguientes cinco años; además, su yagé no le fue devuelto.
En otro conocido caso internacional, se incoó en abril de 2000 una
causa en el Juzgado Central de Instrucción Nº 3 de Madrid para investigar un presunto “delito contra la salud pública” cometido por una
asociación daimista española que se dedicaba a la “importación y distribución de ayahuasca”, sustancia con “alto contenido de DMT”, según
la policía de esa ciudad. Luego de los correspondientes allanamientos,
secuestros y análisis toxicológicos, que arrojaron un 0,087% de DMT en
las muestras, la jueza Teresa Palacios declaró el archivo de las actuaciones y el levantamiento de todas las medidas contra los imputados,
argumentando que las cantidades mínimas por vía oral consideradas
“alucinógenas” son por lo menos diez veces superiores a las citadas, y
por lo tanto incapaces de lesionar el bien jurídico tutelado. Además,
se consideró que el grupo daimista actuaba en modalidad de autocon-
316
Ayahuasca, medicina del alma
sumo, en un templo a puertas cerradas, sin que desconocidos pudieran
inmiscuirse.4
9ROYLHQGRDOD$UJHQWLQDDÀQHVGHVHFRQRFLyXQIDOORIXQGDPHQWDO TXH ÀMD XQD MXULVSUXGHQFLD WUDVFHQGHQWH FRQ UHODFLyQ D OD
reiterada confusión entre “plantas” y “sustancias psicoactivas”. En
efecto, en abril de 2009 el jardín de plantas sagradas Cahuinadencul
de la localidad bonaerense de Olavarría fue allanado por la policía por
una supuesta infracción a la ley 23.737. Tras dos años de iniciarse el
proceso, la justicia argentina sobreseyó a Javier Pérez, titular del local
de cultivo y venta de semillas y plantas exóticas o enteógenas. El juez
Carlos Villamarín, del Juzgado de Garantías Nº 1 del Departamento
Judicial de Azul, sentenció que no puede asignarse a las plantas en su
HVWDGRQDWXUDO SODQWDVVHPLOODVRÁRUHV ODFDOLGDGGHHVWXSHIDFLHQtes. El fallo considera arbitrario castigar el mero hecho de poseer este
tipo de vegetales, más aún habiendo periciado que los miligramos de
sustancias químicas supuestamente “estupefacientes” son tan escasos
que resulta improbable –al igual que en las conclusiones del caso espaxRO²VXDIHFWDFLyQDODVDOXGS~EOLFD/DVHQWHQFLDIXHFRQÀUPDGDSRU
la Cámara de Apelación y Garantías en lo penal. A partir de este antecedente se cubre un antiguo vacío legal, y se suma a las consideraciones que ya hemos visto la certeza de que en la Argentina no es ilegal la
posesión, el cultivo o la venta de plantas maestras de la medicina traGLFLRQDO H[FHSWRODVHVSHFtÀFDPHQWHSHQDOL]DGDVHQODOH\QDFLRQDO siempre y cuando se trate de cultivos ornamentales. Cualquier extracción o proceso para la obtención de compuestos químicos (cristales,
sintéticos) podría encontrarse penalizado. Lamentablemente, durante
ese par de años de trámites judiciales cerca de quinientos ejemplares
de cactus de peyote (Lophophora williamsii)FDFWXVGHZDFKXPDRGH
San Pedro (Trichocereus pachanoi), semillas de cebil (Anadenanthera
colubrina), mahuang o efedra (Ephedra major) y lianas de ayahuasca
(Banisteriopsis caapi) fueron decomisados y se deterioraron o murieron “presos” dentro de una comisaría federal, por falta de cuidados, luz
y riego.5
4. Para ver el fallo completo de la jueza española Palacios, la sentencia en “González
YHUVXV &HQWUR (VStULWD %HQHÀFHQWH 8QLmR GR 9HJHWDOµ OD UHVROXFLyQ GLUHFWRULDO 1ž que declara a la ayahuasca patrimonio cultural del Perú, la resolución CONAD Nº 1 (2010)
que regula el uso religioso de la planta maestra en Brasil y demás información jurídica
sobre ayahuasca consúltese http://www.plantaforma.org/informacion_juridica.html.
5. http://www.elciudadano.cl/2011/10/22/42956/justicia-argentina-permite-cultivode-plantas-sagradas/
Aspectos legales en torno a la ayahuasca
317
Finalmente, consideramos que futuras e hipotéticas regulaciones
HVSHFtÀFDVGHEHUiQWHQHUHQFXHQWDODUHDOLGDGVRFLRFXOWXUDOORVXVRV
formalmente reconocidos de la medicina tradicional indígena, el fenómeno actual de su integración y colaboración con usos terapéuticos occidentales, los nuevos movimientos religiosos que usan ayahuasca como
sacramento, y fomentar ese desarrollo sobre la base de códigos de ética
mínimos consensuados que incluyan la suscripción de consentimientos
informados por parte de los asistentes a los rituales, el respeto por las
prescripciones originarias, los chequeos básicos previos, la organización de ceremonias con grupos muy poco numerosos, y la calidad de
los cuidados y responsabilidad de los facilitadores de las prácticas. La
confección de códigos éticos, elaborados por las propias asociaciones religiosas, terapéuticas o de investigación serias que hacen uso de planWDVPDHVWUDVHQFRQWDFWRFRQORVFKDPDQHVQDWLYRVVHUiQPX\HÀFDFHV
para contrarrestar a individuos irresponsables, advenedizos, sin expeULHQFLDRVLQWtWXORVDFDGpPLFRVTXHEXVTXHQHOOXFURPXFKRPiVHÀFDFHVTXHIXWXUDVHLQFLHUWDVUHJXODFLRQHVÀVFDOL]DGRUDVGHEXUyFUDWDV
no entendidos en la materia. Por ello, desde nuestro lugar de investigadores, docentes y profesionales, pedimos también a los gobiernos y a
la comunidad internacional cesar las detenciones y decomisos ilegales e
ilegítimos, y a establecer diálogos con los grupos profesionales, religiosos, chamanes y aprendices de chamanes que realizan estas prácticas
en Argentina, los países del Mercosur y en toda América.
Sitios en internet con información jurídica sobre ayahuasca
Enlaces a:
Fax citado (2001) de JIFE al Ministerio de Salud holandés
Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (ONU, 2007)
CONAD. Resolución Nº 1 (2010) Regulación uso religioso en Brasil
Declaración al Ministerio de Cultura brasileño para que la ayahuasca sea considerada Patrimonio Cultural de Brasil (2008)
Fallo jueza Teresa Palacios (Madrid, España, 2000)
El Peruano, Lima, 12 de julio de 2008, RD Nº 836/INC (Patrimonio
Cultural del Perú)
Fallo Corte Suprema de Estados Unidos “González versus Unión del
Vegetal”:
http://www.plantaforma.org/informacion_juridica.html
Campaña de la organización ICEERS para evitar futuras persecuciones a la ayahuasca y otras plantas maestras de la medicina tradicional
indígena:
318
Ayahuasca, medicina del alma
Enlace a fax citado (2010) de JIFE a ICEERS
Códigos de ética:
http://iceers.org/what-we-do/campanas.html?L=2
'HFODUDFLyQGH7DUDSRWR\5DWLÀFDFLyQGH7DUDSRWRVREUH MT (2009,
signada también por la Fundación Mesa Verde)
Declaraciones de médicos yageceros y taitas colombianos
España: sentencia de la Audiencia Nacional, de 4 de octubre de 2007,
por la que se reconoce a la UDV su derecho a ser inscripta en el Registro
de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia
Santo Daime Netherlands Case
Sentencias de varios tribunales italianos
1XPHURVD LQIRUPDFLyQ OHJDO \ PDQLÀHVWRV HQ SRUWXJXpV HVSDxRO
inglés, francés, italiano, alemán y danés:
http://www.bialabate.net/texts
Estrategia de la OMS sobre medicina tradicional 2002-2005 (Ginebra,
Suiza):
http://www.amhb.org.br/media/estrategia.pdf
A modo de conclusión
La visión alterada lo altera todo.
William Blake
Aprender mucho no enseña a comprender.
Heráclito
Llamo “reforma enteogénica” a la reconexión
del ser humano actual con su herencia cultural
más importante: el nexo con la tradición espiritual de experiencia directa con lo divino, que
ha informado nuestra civilización desde sus
orígenes.
Jonathan Ott
El antropólogo norteamericano Allan Holmberg realizó una experiencia de campo entre el pueblo indígena sirionó del oriente boliviano,
un grupo totalmente integrado, cooperativo, de cazadores y recolectores
de palmitos, que entre 1940 y 1942 vivía en bandas patrilineales. No
conocían separaciones o divorcios, y en lo religioso participaban en ceremonias extáticas con libaciones de alcohol, producto muy escaso. Holmberg les obsequió hachas de acero y con ello no sólo trastocó su sistema
económico de subsistencia, sino que conmovió profundamente todos los
niveles y ámbitos de su vida social. A partir de la introducción de estas
hachas se acelera el proceso económico: los palmitos, obtenidos más rápidamente y en cantidades mayores, son trocados por alimentos, luego
por alcohol, que deja de ser un producto escaso y se consume en cantidades mayores, provocando consecuencias indeseables: alcoholismo,
decadencia de las ceremonias religiosas tradicionales, asesinatos, conÁLFWRVIDPLOLDUHVHWF3RURWURODGRDOJXQRVHQYH]GHWURFDUODVKDFKDV
se hacen dueños de una gran cantidad de ellas, convirtiéndose en poseedores de medios de producción diferenciales, generando más expul[ 319 ]
320
Ayahuasca, medicina del alma
VLRQHV\SHOHDV(VWHSURFHVRGHVWUX\HÀQDOPHQWHODDQWHULRUFRKHVLyQ
y establece al mismo tiempo la plataforma para la futura adaptación a
una sociedad más amplia y a una nueva cosmovisión (Holmberg, 1969).
Seguramente no sea éste el mejor ejemplo para hacer futurología
comparada pero, salvando las distancias, el tipo de consecuencia, lo
incomparable de una pequeña sociedad tribal con nuestra moderna
sociedad capitalista globalizada, en otro nivel tal ejemplo vale para
efectuar una especie de contrapunto con un “préstamo cultural” que
viene siguiendo el camino inverso. En efecto, observamos que a través
de algunos indígenas migrantes y muchos mestizos, la ayahuasca como
elemento profundamente integrado a la vida cultural de la Amazonia
occidental en antiguas épocas tribales fue abriéndose paso hace varias
décadas, primero en las grandes urbes de Perú, Ecuador y Colombia,
SDUDDFUHFHQWDUPiVWDUGHVXLQÁXHQFLD²GHODPDQRGHODVQXHYDVUHOLgiones sincréticas– en ciudades y zonas rurales de Brasil. Este proceso
ha comenzado a extenderse desde hace unos quince años a un país tan
“europeizado” como la Argentina (también a Chile y Uruguay). Asimismo, en todas las grandes capitales de Occidente (fundamentalmente
Europa y Estados Unidos) no ha dejado de crecer el fenómeno de introducción de la ayahuasca a través de por lo menos seis tipos de contextos:
1) Ceremonias guiadas por el canto de los pocos auténticos chamanes indígenas, hallados en aldeas o ciudades de las regiones
selváticas, invitados a viajar a estas grandes urbes, que además
de ofrecer la ingesta de ayahuasca a los nuevos “exploradores
SRVPRGHUQRVµ SXHGHQ RFDVLRQDOPHQWH WDPELpQ HMHUFHU VX RÀFLR
tradicional curando, extrayendo virotes dañinos, colocando protecciones espirituales o brindando adivinación.
2) Ceremonias guiadas por chamanes o ayahuasqueros mestizos (llamados taitas, maestros, vegetalistas, instructores médicos tradicionales, etc.) que han sido iniciados según las prescripciones indígenas y también cantan bajo trance u ofrecen sanaciones. A ellos
acuden especialmente los estadounidenses y europeos que salen
de sus grandes ciudades y viajan –en lo que se ha denominado turismo new age– por breve tiempo al Amazonas para participar en
tales ceremonias con el plus del “clima y ambiente originario”.
3) Ceremonias religiosas en el contexto de templos o reuniones de
las iglesias neoayahuasqueras de origen brasileño (nuevas sedes
de los cultos Santo Daime o Unión del Vegetal, principalmente)
con sus particulares ritos, bailes e himnos grupales.
4) Sesiones de tipo terapéutico, investigación y/o de búsqueda interior facilitadas por profesionales psicólogos, antropólogos o psi-
A modo de conclusión
321
quiatras que han experimentado durante mucho tiempo con la
sustancia amazónica, generalmente acompañada por evocadora
música ambient “étnica” o instrumentos (sería el caso de la Fundación Mesa Verde de Rosario).
6HVLRQHVJXLDGDVSRUSVLFyORJRVPpGLFRVXRWURVRÀFLDQWHVTXH
presumen de ser “neochamanes” (además de su dudosa responsabilidad e intenciones comerciales, usan un “título” sospechoso y equívoco desde la óptica de la antropología académica) o, más raramente, facilitadores que han realizado algún
tipo de iniciación chamánica al estilo indígena, con sus dietas
HVWULFWDV VDFULÀFLRV \ DEVWLQHQFLDV GXUDQWH PXFKRV DxRV (Q
el primer grupo podemos encontrar una serie de aventureros; el
segundo grupo podemos contarlo con los dedos de las manos;
desgraciadamente, es absolutamente escaso.
6) Experimentadores del tipo “psiconautas” que sin una previa formación intelectual o académica, ni iniciación alguna, eventualmente realizan un tipo de ingesta individual o compartida con
allegados que tienen similares intereses.
En cualquier caso, hace tiempo que la ayahuasca –una difusión cultural, sin duda– está penetrando en la forma de vida de muchas personas
del mundo occidental y sus márgenes (del Amazonas hasta la Patagonia,
Canadá, Europa y Rusia) y en su paso probablemente se constituya en
un elemento más del amplio y novedoso fenómeno contemporáneo que es
el encuentro entre Occidente y otras formas de pensamiento históricaPHQWHUHOHJDGDV1XHYRVSDUDGLJPDVHPHUJHQWHVHQHOFDPSRFLHQWtÀFR
y cultural permiten hoy tender puentes y encontrar coincidencias con las
cosmovisiones indígenas y las tradiciones ancestrales de conocimiento.
Así pues, como aquella aparentemente inocente hacha de acero entre
los sirionó, pero con consecuencias mucho más positivas, el uso de “la
liana de los espíritus”, con sus diferentes rituales modernos, se extiende
junto a la actual crisis planetaria, implicando, más allá de un cambio de
paradigmas a nivel de la ciencia, el arte o la cultura, una transformación
global de la conciencia individual y colectiva, cuyo despliegue alienta las
esperanzas de alcanzar una sociedad diferente, ligada más armónicamente a la naturaleza, respetuosa de todos los seres vivos, que asuma
y valore las diferencias y, por sobre todas las cosas, se comprometa con
una perspectiva de la vida basada en el diálogo, la paz y una conexión
profunda con las distintas formas de espiritualidad.
Si Occidente desde hace algunos años expande sus herramientas
FLHQWtÀFDV WDQWR KXPDQtVWLFDV FRPR ELRTXtPLFDV \ VH DFHUFD GH XQ
modo inédito a prácticas, técnicas, representaciones y sistemas sim-
322
Ayahuasca, medicina del alma
bólicos de los pueblos originarios y las antiguas civilizaciones basadas
en particulares estados ampliados de conciencia, es justamente en momentos en que cae en la cuenta de que el excesivo mecanicismo positivista, aún vigente en muchos casos, el monismo y el determinismo,
sumado al utilitarismo como valor supremo, han acrecentado “la brecha
DQWURSROyJLFDµ ïDO GHFLU GH (GJDU 0RULQï GH XQ PRGR WDQ SHOLJURVR
SDUDVXSURSLDVXSHUYLYHQFLDTXHïLQWX\HïGHEHYROYHUDSRVDUVXPLrada en aquellas cosmovisiones holotrópicas, basadas en experiencias
transpersonales, de expansión de la conciencia y aniquilación del ego,
tan comunes y fundamentales en aquellas culturas y casi perdidas en el
“mundo occidental” tras una serie de avatares de la historia.
Como aquellas hachas de acero, la ayahuasca (junto a muchos otros
fenómenos sociales contemporáneos) parece estar socavando y conmoviendo profundas raíces de nuestra cosmovisión materialista-determinista-lineal-ultrarracionalista-dualista con consecuencias insospechadas. Las actuales sesiones de ayahuasca urbanas resultan una importante ayuda en ese sentido, junto a manifestaciones sociales de gran
envergadura como las siguientes: 1) las nuevas redes de comunicaciones y realidad virtual, que promueven una novedosa conciencia dialógica
y no jerarquizada (por ejemplo, teletrabajo, multimedia, intercomunicación directa de los pueblos libres de un centro de poder, declive de
las jefaturas dogmáticas de religiones institucionalizadas, movimientos políticos que recuperan valores indoamericanos, revalorización de lo
LQVWLQWLYR\ORIHPHQLQRHWF HOFDPELRGHSDUDGLJPDFLHQWtÀFRFRQ
VXVSRVWXODGRVVLVWpPLFRVKRORJUiÀFRVQRGXDOLVWDVKDFLDXQPRGHOR
de unidad dinámica en todas las áreas del conocimiento: psicologías
JHVWiOWLFDVLQWHJUDOHV\WUDQVSHUVRQDOHV 0DVORZ*URI3HUOV:LOEHU ODQXHYDItVLFDGHyUGHQHVLPSOLFDGRV %RKP \VXSHUFXHUGDV 6FKZDUW]
y Green), campos morfogenéticos (Sheldrake), estructuras disipativas
(Prigogine), complejidades socioculturales (Morin) y múltiples dimensiones en el universo (Everett-De Witt y otros), y 3) las nuevas “mitologías” divulgadas a través del cine masivo con elementos gnósticos y
chamánicos (Matrix, Código Da Vinci, Avatar) y el interés serio por el
yoga, la meditación, el sueño lúcido,1HOVXÀVPRODELRGDQ]DODHFRORJtD
SURIXQGDODÀWRWHUDSLD\SRUVXSXHVWRORVHQWHyJHQRVHQJHQHUDO\OD
medicina tradicional.
1. Es un sueño que se caracteriza porque el soñador es consciente de estar soñando e
incluso puede controlar su imaginería. Puede darse de forma espontánea o ser inducido
por determinadas prácticas y ejercicios. Existen técnicas occidentales y técnicas
orientales, como el famoso “yoga de los sueños” de algunas escuelas tibetanas.
A modo de conclusión
323
Así como la famosa chamana mazateca María Sabina o varios angakok HVTXLPDOHV FRPR $OXDOXN DÀUPDURQ ´KDEHU SHUGLGR HO SRGHUµ
WUDV OD OOHJDGD GH ORV FLHQWtÀFRV EODQFRV \ HO FULVWLDQLVPR (VWUDGD
1998; Rosaspini Reynolds, 1998), así también la fe en los postulados
EiVLFRVGHOPDWHULDOLVPRFLHQWLÀFLVWD\GHOVDFHUGRFLRGRJPiWLFR\YDcío se debilita en Occidente con cada experimentador de ayahuasca y
otros enteógenos similares… y con cada moderna ceremonia de cualquiera de los tipos mencionados, en casas, departamentos y parques
particulares de Bogotá, Lima, Buenos Aires, Barcelona o San Francisco, que de algún modo vienen a restaurar a muy pequeña escala, en
pleno siglo XXI, los antiguos misterios eleusinos y las arcaicas reuniones sagradas con libaciones extáticas que existieron en Teotihuacán,
Chavín de Huántar, Tiahuanaco y los centros de poder hegemónico
del noroeste argentino.
El primer gran impacto producido por el moderno rito de la ayahuasca en el occidente urbano (siempre junto a otros fenómenos sociales de
PD\RUUHSHUFXVLyQ HVODWRPDGHFRQFLHQFLDVREUHODLQVXÀFLHQWHFDUDFterística “monofásica” de nuestra cultura, según término creado por el
antropólogo Charles Laughlin. En efecto, este impulsor de la antropoORJtDWUDQVSHUVRQDODÀUPDTXHQRVKDWRFDGRYLYLUHQXQDVRFLHGDGTXH
FRQÀQDPX\HVWULFWDPHQWHODH[SHULHQFLD\HOFRQRFLPLHQWRDXQUDQJR
muy limitado de estados de conciencia. Los únicos estados de conciencia que nuestra cultura admite como válidos son los encuadrados en el
rango de la “conciencia vigílica normal”; sin embargo la mayor parte de
las sociedades del pasado y las tradicionales han aspirado a una integración de experiencias derivadas de dos o más estados alternativos de
conciencia: vigilia, meditación y sueño en el caso del tantra tibetano;
o vigilia, sueño y trance de ayahuasca en las tribus amazónicas. Por
supuesto estas culturas lograban tal integración “polifásica” de información a través de controles rituales, estipulación colectiva de técnicas
SDUDDOFDQ]DUSURYHFKRVDPHQWHGLFKRVHVWDGRV\XQDÀQDLQWHUDFFLyQ
GH VtPERORV DFRQGLFLRQDGRV D HVD XQLÀFDFLyQ /DXJKOLQ 0F0DQXV \
Shearer, 1993).
&XDQGR OH VROLFLWDURQ HQ DO ÀOyVRIR KLQG~ 7HOOL\DYDUDP 03
Mahadevan que muy brevemente explicara a un grupo de estudiantes
QRUWHDPHULFDQRVHQTXpGLIHUtDODÀORVRItDKLQG~GHODRFFLGHQWDOH[presó con naturalidad:
/DGLIHUHQFLDHVTXHORVÀOyVRIRVRFFLGHQWDOHVÀORVRIDQGHVGH
un único estado de conciencia, el estado de vigilia, mientras que
ORVÀOyVRIRVLQGLRVORKDFHQGHVGHWRGRVORVGHPiV 6PLWK
324
Ayahuasca, medicina del alma
(ULND%RXUJXLJQRQ FLWDGDSRU.DOZHLW KDGHPRVWUDGRTXHHO
90% de 488 sociedades –el 57% de todas las sociedades conocidas– utiliza diversas formas de estados alternativos de conciencia institucionali]DGRV\FRQLQÁXHQFLDVFXOWXUDOHV\PiVUHFLHQWHPHQWH)HULFJOD admite que el mundo visionario (“el cultivo de la imaginería mental”,
VHJ~QGHÀQLFLyQGH5LFKDUG1ROO HVXVDGRFRPRrecurso adaptativo en
el 89% de las sociedades humanas estudiadas, al tiempo que el 5% como
mínimo de la población occidental (aun con su característica “monofásica”) pasa buena parte de su tiempo suspendida en ensoñaciones espontáneas que tienen algún tipo de relación entre el sujeto y su entorno
o su pasado personal. Según la visión ontológica de nuestra cultura
moderna, la conciencia es una subfunción del cerebro humano y no sólo
recelamos de otros estados alternativos o ampliados de conciencia (conÀQDGRV HQ ~OWLPD LQVWDQFLD D UDUH]DV UHFUHDWLYDV R SDWROyJLFDV VLQR
en general de la subjetividad, la contemplación, las emociones y todo lo
que se desvíe un poco de la vigilia empirio-lógica-racionalista.2
Pero tan sólo una experiencia con ayahuasca –como hemos visto a lo
largo de este trabajo– puede hacer tambalear esa “seguridad” y abrirnos a otras posibilidades de conocimiento, exploración y aprendizaje no
2. Respecto de la característica “polifásica” de antiguas civilizaciones y culturas
tradicionales, además del chamanismo amerindio, australiano, polinesio, asiático, cabe
citar las prácticas druidas en el mundo céltico; los ritos funerarios con emanaciones de
FixDPRHQWUHORVHVFLWDVORVDXWRVDFULÀFLRVODVSRVWXUDVH[WiWLFDV\ORVEDQTXHWHVGHKRQJRV
de la nobleza sacerdotal azteca y maya prehispánica; las ceremonias del soma entre los
arios vedantas y el haoma de los magos persas; el trance popular de los herboristas,
campesinos y “brujas” del paganismo medieval europeo, los misterios de Eleusis,
Delfos, Lesbos y Samotracia, bacantes y ménades en la Grecia clásica; ciertas prácticas
contemplativas y extáticas de los iatromantes, augures y poetas presocráticos; los
misterios de Roma, el Mediterráneo y Oriente Medio, las procesiones y los cultos colectivos
similares con plantas psicoactivas en Teotihuacán, Chavín de Huántar, Tiahuanaco y el
noroeste argentino; el trance de posesión de los cultos afrocaribeños y afrobrasileños; el
Samadhi budista; el Wäjd o Jushúa entre los árabes magrebíes; el Nembutsu japonés;
el trance de los derviches giratorios de Konya (Turquía) y los Dhiker sufíes; la oración
profunda de los místicos cristianos; los yoguis de la India, la meditación taoísta, la rama
tántrica tibetana; los estados extáticos de los Berserkers vikingos o los sectarios nizaríes
(Hashashin) en el mundo islámico; los innumerables ritos de paso de amerindios y
DIULFDQRVODVRUGDOtDV\VDFULÀFLRVGHODGDQ]DGHOVROHOInipi o tienda de sudación entre
los nativos norteamericanos y Temazcalli en México; los rituales milenarios de caminar
VREUHEUDVDVHQ,QGRQHVLDHO3DFtÀFR\*UHFLDHOVLQFUHWLVPR%XLWLGHO*DEyQORVULWRVGH
WDPERUHV*QDZDORVFXOWRVGHOSH\RWHHQ1RUWHDPpULFD\-XUHPDHQ%UDVLOORVUDVWDIDULV
HQ-DPDLFD\ÀQDOPHQWHHOVRUSUHQGHQWHIHQyPHQRDFWXDOGHODVUDYHVHQHORFFLGHQWH
WHFQLÀFDGR TXH ODPHQWDEOHPHQWH VH DOHMD GH VXV SRVWXODGRV EiVLFRV PLUR: paz, amor,
unidad y respeto, por su sigla en inglés) y se torna manifestación posmoderna, escapista
e individualista.
A modo de conclusión
325
menos válidos. De a poco se comienza a reconocer la importancia que
tiene para la calidad de vida cotidiana y las relaciones interpersonales lo que el biólogo Humberto Maturana ha denominado “inteligencia
emocional”. De a poco comenzará a reconocerse también la importancia
de la “inteligencia espiritual”,3 como resultado de una responsable y
sistemática autoexploración de estados ampliados.
La inteligencia espiritual es la capacidad de llevar la propia
YLGDGHWDOIRUPDTXHUHÁHMHXQDSURIXQGDFRPSUHQVLyQPHWDItVLca de la realidad y de uno mismo, alcanzada mediante experiencias personales a lo largo de una sistemática búsqueda espiritual.
(Grof, 2006).
Conectado con el primero, el segundo impacto producido por el rito
de la ayahuasca en el occidente urbano es haber advertido el enorme
potencial terapéutico y adaptativo de sesiones de ayahuasca dirigidas
por experimentados profesionales con las prescripciones y en contextos adecuados que, según hemos repasado en el capítulo 4, suele proGXFLUSRUXQODGRIRUPLGDEOHV\HÀFDFHVcatarsis (“limpiezas”) de bloqueos, traumas y tensiones neuróticas, y por otro lado, éxtasis (“estar
o verse objetivamente desde afuera”), situaciones ambas buscadas por
toda psicoterapia que se precie. En algunos casos puntuales las catarsis y los éxtasis resuelven, hasta en una sola sesión, problemas psicosomáticos de larga data. Si todavía nuestra cultura conserva restos de
arraigadas categorías cartesianas, tales experiencias tienden a disolver todo residuo conceptual dualista, del tipo “separación mente-cuerSRµD~QYLJHQWHVGHVGHOD(GDG0RGHUQD$EUDKDP0DVORZ .DOZHLW
1992) ha señalado que la metodología objetivista y mecanicista, al ser
una visión del mundo dominada por ideas obsesivas, no comprende
que no existe manera alguna en la que el observador pueda disociarse
adrede del objeto de su observación; está forzosamente comprometido
con él, pues el observador forma parte de la observación. El “yo” está
unido al mundo. Por supuesto que aquel potencial mencionado ya ha
VLGRSXHVWRGHPDQLÀHVWRSRUODSVLFRORJtDKXPDQLVWD\WUDQVSHUVRQDO
desde la década del 60, especialmente con sus trabajos basados en el
LSD; pero ha sido reactualizada mediante esta increíble sustancia vegetal totalmente natural y de uso milenario en estas últimas dos décadas. Hemos contribuido en este libro a resaltar la curación emocional
´/DV HVFULWXUDV EXGLVWDV VH UHÀHUHQ D HVWH WLSR GH VDELGXUtD HVSLULWXDO FRPR prajna
paramita (sabiduría trascendental)” (Grof, 2006).
326
Ayahuasca, medicina del alma
y psicosomática derivada del buen uso ceremonial de la ayahuasca y a
neutralizar las falsas interpretaciones derivadas de prejuicios e ignorancia “monofásica”.
El tercer gran impacto producido por el moderno rito de la ayahuasca se relaciona con las “otras realidades” y “experiencias de unidad mísWLFRFyVPLFDVµ²TXHKHPRVUHSDVDGRHQHOFDStWXORï0XFKRVVXSXHVtos básicos del materialismo monofásico occidental se ponen en duda
ante tales vivencias. ¿Seguirá siendo cierto que el universo es un sistema mecánico rigurosamente determinista en el que la materia está en
la base de todo? ¿La vida, la conciencia y la inteligencia son productos
accidentales, azarosos y secundarios de la materia, tras miles de millones de años de evolución de la materia inorgánica y del sinsentido de
partículas elementales? ¿De veras todas esas creencias exóticas de los
pueblos originarios son meras “supersticiones” y “leyendas”, o detrás
de muchas de ellas se encuentran experiencias directas y visiones muy
reales? ¿No será que el fundamento de las tradiciones estudiadas por
una antropología demasiado monofásica se encuentra en una realidad
diferente que ha sido pragmáticamente experimentada?
Las abrumadoras experiencias de distorsión o desaparición del
tiempo cotidiano hacen que las personas dejen de concentrarse en el
pasado o en el futuro para vivir en el momento presente, incrementando la capacidad de gozar los aspectos simples de la vida. El encuentro
FRQORV´PXQGRVLPDJLQDOHVµ\ODLGHQWLÀFDFLyQFRQORVDUTXHWLSRVRQtricos o transculturales transforman a las personas dotándolas de una
mayor conciencia ecológica, de respeto a los principios femeninos tanto
como a los masculinos, a la naturaleza, a los postulados humanísticos,
y a todos los seres, animales y plantas, con un tipo de espiritualidad
no dogmática, universal y mística. Junto con las nuevas sensibilidades
VRFLRDPELHQWDOHV\GHJpQHUR\HOOHQWRFDPELRGHSDUDGLJPDFLHQWtÀco, es de esperar que un aumento de tales experiencias contribuya a la
disminución de neurosis y adicciones para escapar del vacío posmodernista, etnocidios, ecocidios, utilitarismos y fundamentalismos varios.
Tenemos mucho que aprender de los enteógenos en general y de la
ayahuasca en particular, con su know how asociado, aportado por los
últimos auténticos chamanes de tradición oral que aún sobreviven a la
expansión del capitalismo y las ideologías materialistas, utilitaristas y
dogmático-cristianas en su fase globalizada.
Esperamos haber aportado desde la teoría y la práctica a un mejor
conocimiento de la que ha sido llamada “la planta maestra”. Hemos
investigado para ello con nuestras mejores herramientas teóricas profesionales, buceado en cuantiosa bibliografía; hemos viajado por aldeas
y ríos amazónicos, tomando contacto con comunidades y/o chamanes
A modo de conclusión
327
shuars, shipibos, asháninkas, lamistas y mestizos; y además hemos sido
ORVXÀFLHQWHPHQWHFRPSUHQVLYRV\DXGDFHVFRPRSDUDH[SRQHUQXHVWUR
cuerpo y nuestra mente a la experimentación directa de la “liana de los
espíritus” durante casi quince años, con nuestra limitada hermenéutica cultural, y describir de primera mano los fenómenos vivenciados.
Hemos sido guías, testigos y recolectores de cientos de experiencias ajenas, objetivándolas cuando ha sido posible mediante nuestros protocolos de investigación y complementándolas con terapia convencional
cuando lo requería el caso… Hemos recorrido, pues, un largo camino
que cambió totalmente nuestras vidas, no sólo en lo intelectual, sino en
ORHPRFLRQDO\ORHVSLULWXDO1LQJ~QOLEURSRGUiUHÁHMDUDGHFXDGDPHQWH
la profundidad de nuestras transformaciones personales, pero parte de
ella se encuentra en este esfuerzo por ofrecer una visión abarcadora
de la botánica, química, farmacología, historia, etnografía, sociología,
psicología y psiquiatría de la ayahuasca.
Con toda certeza y justicia podemos llamarla medicina del alma.
APÉNDICE 1
(IHFWRVSVLFRPRWRUHVFRJQLWLYRV\HPRFLRQDOHV
GHODD\DKXDVFDPHGLGRVHQFLHQYROXQWDULRVGHOD
Argentina mediante la Hallucinogen Rating Scale
(HRS)
Diego R. Viegas, Ariel Roldán y Fundación Mesa Verde
Desde 1996, cuando la Fundación Mesa Verde inició sus tareas, las experiencias de los profesionales y otros voluntarios eran volcadas en diarios personales y pronto en un formulario de mayor objetivación que denominamos
“Protocolo Mesa Verde” o “Protocolo propio de investigación” (que se reproduce
más adelante e incluye datos subjetivos, parámetros del ambiente y del estado
previo del sujeto). En 2003 comenzamos a implementar, conjuntamente con
dicho listado, la Hallucinogen Rating Scale (o Escala de Valuación de Alucinógenos) creada y monitoreada por Rick Strassman de la Universidad de Nuevo
México (1992-1996). Strassman comenzó a desarrollarla entrevistando a diecinueve usuarios experimentados de DMT, quienes también habían consumido
cantidades de otras sustancias psicoactivas. Estos voluntarios fumaron dosis
HVSHFtÀFDV GH DMT (pura), la habitual para uso recreativo, y describieron los
efectos. Tuvieron un rango de experiencias positivas, negativas y neutras, pero
la mayoría reportó efectos positivos.
La HRS se diferencia de otras escalas evaluadoras porque no está basada en
un marco teórico particular, sino en entrevistas a experimentados usuarios de
´DOXFLQyJHQRVµIXHPRGLÀFDGDDORODUJRGHHVWXGLRVSLORWRFRQDMT en cohortes
adicionales de usuarios bien preparados, educados y experimentados en sustanFLDVSVLFRDFWLYDV7DPELpQGLÀHUHGHRWUDVHVFDODVSRUVXpQIDVLVHQ´HYDOXDFLyQ
del estado mental”, cuyos ítems se distribuyen en seis “grupos clínicos”: 1) somastesia (signos somáticos, interioceptivos, viscerales); 2) afecto; 3) percepción;
4) cognición (contenido y procesamiento del pensamiento); 5) volición (habilidad
deliberada para interactuar con uno mismo y con el ambiente), y 6) intensidad
(una medida global de la robustez de la respuesta). El formulario consta de cien
ítems cuya respuesta es tipo Likert, con cinco grados (Strassman, 1995, 1992).
En nuestro caso particular, la escala HRS de Strassman se orientó a la descripción del consumo de ayahuasca proveniente la mayoría de las veces de la
Amazonia peruana (en un par de ocasiones proveniente de Ecuador), sustancia que preferimos denominar enteogénica o visionaria por su ancestral uso
cultural de por lo menos cinco mil años en aquella región, y aplicada a cien
voluntarios de la República Argentina. La HRS, además de los estudios del propio Strassman con una muestra de sesenta individuos en Albuquerque (Nuevo
México) a los que suministró DMT pura intravenosa, también fue usada en Eu[ 329 ]
330
Diego R. Viegas, Ariel Roldán y Fundación Mesa Verde
ropa en una investigación similar a la nuestra con ayahuasca (“Estudio farmacológico del ayahuasca en humanos sanos”) por Jordi Riba y Manuel Barbanoj
(1998),1 del hospital Santa Creu i Sant Pau (Barcelona, 1998), pero con una
muestra mucho menor, de dieciocho voluntarios. También se usó en un estudio
sobre ketamina en individuos sanos en la Universidad de Washington, Seattle
%RZGOHet al., 1998)2FRQXQDPXHVWUDGHGLH]YROXQWDULRV\ÀQDOPHQWHWDPELpQ 'HQQLV 0F.HQQD &KDUOHV *URE -DPHV &DOODZD\ \ RWURV XWLOL]DURQ GXrante el verano de 1993 los cuestionarios HRS con una muestra muy inferior a la
nuestra, de sólo quince voluntarios ayahuasqueros, en la Amazonia brasileña
(Grob et al., 1996). Fundamentalmente a partir de estas investigaciones –a las
que se suma ahora la nuestra en Sudamérica (Rosario, 2003)–, se pudo ir conÀUPDQGRODYDOLGH]GHOFRQVWUXFWRGHORVFXHVWLRQDULRVGH6WUDVVPDQ$VtODHRS
fue sensible a los efectos de sustancias diferentes a la N,N-dimetiltriptamina
(DMT) pura e intravenosa, para la que fue originalmente diseñada, mostrando
validez convergente y discriminante razonable. Así, los resultados sugieren su
utilidad en la evaluación de los efectos subjetivos producidos por ayahuasca u
otros enteógenos de milenario uso cultural, y también de sustancias psicoactivas sintéticas de otro tipo.
Para cada proposición se pedía a los voluntarios que marcaran la respuesta
correspondiente al efecto más intenso experimentado durante un determinado
período, sólo una para cada ítem: la respuesta que pareciese más aproximada,
DXQFXDQGRQLQJXQDUHÁHMDVHFRQH[DFWLWXGODH[SHULHQFLD
La totalidad de los argentinos que respondieron la HRS son individuos sanos
que consumían por primera vez ayahuasca o bien la habían consumido en muy
pocas ocasiones (dos o tres), en sesiones facilitadas con música por los profesionales de FMV o en ceremonias tradicionales netamente chamánicas guiadas en
general por el chamán shipibo Antonio Muñoz Díaz y en menor proporción por
HOFKDPiQVKXDUGRQ-XOLR7LZLUDP7DLVK
Reproducimos a continuación los cien resultados en porcentajes, destacando
FRQJUiÀFRVGH´WRUWDµ TXHQRVVHUYLUiQHQODVFRQFOXVLRQHV FXDUHQWDGHODV
SURSRVLFLRQHVDQXHVWURFULWHULRPiVVLJQLÀFDWLYDV
1) Cantidad de tiempo entre la administración de la sustancia
y sentir un efecto
Esta pregunta en el HRS original contenía una medida en segundos porque
fue concebida para voluntarios a los que se administró DMT puro, cuyo efecto es
muy rápido y corto, por lo cual eliminamos este ítem, cuyo equivalente en el
protocolo propio de FMV (“Latencia”) arroja una mayoría de repuestas entre 30
y 50 minutos.
1. Estos y otros autores realizaron otro trabajo vinculado al alcoholismo (Riba, Barbanoj
et al., 2001).
2. http://journals.lww.com/anesthesiology/Fulltext/1998/01000/Psychedelic_Effects_
of_Ketamine_in_Healthy.15.aspx
Apéndice 1
331
2) Precipitación, sensación de arrojarse, abalanzarse
Ninguna: 41% Leve: 15% Moderado: 14% Mucho: 25% Extremo: 5%
2a) Localización (descriptiva-optativa).
Sólo cuarenta voluntarios responden este ítem, y entre ellos hay respuestas
variadas, pero la mayoría dice sentir precipitarse más “hacia adelante”, seguido
por “hacia adentro” y “hacia abajo”.
3) Cambio en la salivación
Ninguna: 33% Leve: 21% Moderado: 29% Mucho: 13% Extremo: 1%
NS/NC: 3%
3a) Tipo de cambios
Más seco: 41% Más húmedo: 59%
4) El cuerpo se siente diferente
Ninguna: 5% Leve: 6%
Moderado: 20% Mucho: 31% Extremo: 38%
4a) Por favor descríbalo (descriptiva)
Sólo 57 voluntarios contestan este ítem. Las respuestas son variadas pero
se repite con mayor frecuencia la impresión de sentirse “sin cuerpo/sin huesos/
cuerpo en expansión o energético-ligero/liviandad”, seguido por “pesadez”, “relajado” y “falta de control del cuerpo”. También hay dispares referencias, en
cinco o seis casos, a movimientos reactivos, frío o calor, e hipersensibilidad.
5) Cambio en la sensación del peso del cuerpo
Ninguna: 14% Leve: 10%
Moderado: 19% Mucho: 37% Extremo: 20%
5a) Tipo de sensación
Más liviano: 40%
Más pesado: 25%
Ambos: 35%
6) Siente desplazarse/volar a través del espacio
Ninguna: 35% Leve: 14% Moderado: 11% Mucho: 19% Extremo: 21%
7) Cambios en la temperatura del cuerpo
Ninguna: 26% Leve: 15% Moderado: 31% Mucho: 19% Extremo: 9%
7a) Tipos de cambios
Más cálido: 33%
Más frío: 25%
Ambas: 42%
8) Sensación de electricidad/hormigueo
Ninguna: 33% Leve: 22% Moderado: 23% Mucho: 13%
9) Presión o peso en el pecho o en el abdomen
Ninguna: 52% Leve: 18% Moderado: 14%
Extremo: 9%
Mucho: 13% Extremo: 3%
332
Diego R. Viegas, Ariel Roldán y Fundación Mesa Verde
9) )tVLFDPHQWHÁH[LEOHPLHPEURVGHIRUPDEOHVItVLFDPHQWHÁRMRDOLYLDGR
desatado
Ninguna: 10% Leve: 10% Moderado: 18% Mucho: 36% Extremo: 26%
10) Sentimientos agitados en su interior
Ninguna: 10% Leve: 10% Moderado: 19% Mucho: 32% Extremo: 29%
11) Siente el cuerpo temblar o sacudirse
Ninguna: 32% Leve: 25% Moderado: 10% Mucho: 23% Extremo: 10%
12) Siente su corazón latir
Ninguna: 43% Leve: 23% Moderado: 20%
Mucho: 10% Extremo: 4%
13) Siente su corazón latir, saltar o latir en forma irregular
Ninguna: 59% Leve: 15% Moderado: 13% Mucho: 10%
Extremo: 3%
14) Náuseas
Ninguna
10%
Extremo
29%
Leve
10%
Moderado
19%
Mucho
32%
15) Físicamente confortable
Ninguna: 11% Leve: 13% Moderado: 28% Mucho: 32%
Extremo: 16%
16) Físicamente impaciente o inquieto
Ninguna: 21% Leve: 37% Moderado: 13% Mucho: 20%
Extremo: 9%
17) Bochorno (brotado, sonrojado)
Ninguna: 63% Leve: 22% Moderado: 8%
Mucho: 3%
Extremo: 4%
18) Urgencia de orinar
Ninguna: 78% Leve: 15% Moderado: 6%
Mucho: 0%
Extremo: 1%
19) Urgencia de defecar
Ninguna: 73% Leve: 11% Moderado: 8%
Mucho: 5%
Extremo: 3%
Apéndice 1
333
20) Sensaciones sexuales
Ninguna: 66% Leve: 19% Moderado: 6%
Mucho: 6%
Extremo: 3%
21) Se siente lejano, retirado, alejado, desatado, separado del cuerpo
Ninguna: 14% Leve: 14% Moderado: 18% Mucho: 34% Extremo: 20%
22) Cambios en la sensibilidad de la piel
Ninguna: 23% Leve: 13% Moderado: 27% Mucho: 28% Extremo: 9%
22a) Tipos de cambios
Más sensibilizada: 65%
Menos: 12%
23) Transpirando
Ninguna: 42% Leve: 28%
Moderado: 14% Mucho: 11% Extremo: 5%
24) Dolor de cabeza
Ninguna: 72% Leve: 18%
Moderado: 5%
25) Ansioso
Ninguna: 30% Leve: 30%
Moderado: 23% Mucho: 13% Extremo: 4%
26) Asustado
Ninguna: 44% Leve: 16%
Moderado: 21% Mucho: 13% Extremo: 6%
27) En pánico
Ninguna: 71% Leve: 11%
Moderado: 6%
Ambas: 23%
Mucho: 5%
Mucho: 6%
Extremo: 0%
Extremo: 6%
27a) Lo puede controlar, se autoacepta
Extremo
19%
Ninguna
Leve
5%
4%
Moderado
15%
Mucho
57%
27b) Se perdona a usted mismo o a otros
Ninguna: 9% Leve: 8%
Moderado: 15% Mucho: 48%
Extremo: 20%
28) En reposo, aliviado, cómodo
Ninguna: 6% Leve: 6%
Moderado: 25% Mucho: 47% Extremo: 16%
334
Diego R. Viegas, Ariel Roldán y Fundación Mesa Verde
29) Se siente riendo
Ninguna: 21% Leve: 18%
Moderado: 23% Mucho: 32% Extremo: 30%
30) Excitado
Ninguna: 29% Leve: 23% Moderado: 29% Mucho: 16%
Extremo: 3%
31) Sensación de temor y reverencia, extrañeza, gran sorpresa
Ninguna: 19% Leve: 19%
Moderado: 15% Mucho: 28% Extremo: 19%
31a) Entendiendo los sentimientos de los otros
Extremo
19%
Ninguna
10%
Leve
14%
Moderado
18%
Mucho
39%
32. Seguro (a salvo)
Extremo
20%
Ninguna
Leve
4%
9%
Moderado
14%
Mucho
53%
33) Siente la presencia de la fuerza divina que inspira respeto, de un poder
supremo, Dios
Ninguna: 18% Leve: 11% Moderado: 11% Mucho: 20% Extremo: 40%
34) Cambio en la sensación de los sonidos en la habitación
Ninguna: 5% Leve: 8%
Moderado: 18% Mucho: 48%
34a) Tipos de cambio
Más placenteros: 49%
Menos: 11%
Ambos: 40%
Extremo: 21%
Apéndice 1
335
35) Feliz
Ninguna: 13% Leve: 9%
Moderado: 16%
Mucho: 37% Extremo: 25%
36) Triste
Ninguna: 27% Leve: 20%
Moderado: 21%
Mucho: 19% Extremo: 13%
36a) Enamorado
Ninguna: 43% Leve: 18%
Moderado: 13%
Mucho: 15% Extremo: 11%
37) Eufórico
Ninguna: 33% Leve: 21%
Moderado: 18%
Mucho: 14% Extremo: 14%
38) Desesperado
Ninguna: 47% Leve: 19%
Moderado: 11%
Mucho: 9%
39) Se siente llorando
Ninguna: 24% Leve: 15%
Moderado: 21%
Mucho: 27% Extremo: 13%
Extremo: 14%
40) Cambio en sentimiento de proximidad con otros en la habitación
Ninguna: 18% Leve: 15% Moderado: 32% Mucho: 24% Extremo: 11%
40a) Tipo de cambio
Más cercano: 56%
Menos: 15%
Ambos: 29%
41) Cambio en la “cantidad” (monto) de emociones
Extremo
28%
Ninguna
Leve
3%
5%
Moderado
20%
Mucho
44%
336
Diego R. Viegas, Ariel Roldán y Fundación Mesa Verde
41a) Tipo de cambio
Ambos
19%
Menos
emotivo
10%
Más emotivo
18%
42) Las emociones parecen diferentes de las usuales
Ninguna
Leve
5%
6%
Extremo
30%
Moderado
23%
Mucho
36%
43) Sensación de unidad con el universo
Extremo
29%
Ninguna
8%
Leve
5%
Moderado
21%
Mucho
37%
44) Sensación de aislamiento de personas y cosas
Ninguna: 34% Leve: 14% Moderado: 25% Mucho: 21% Extremo: 6%
Apéndice 1
337
45) Se siente renacido
Extremo
15%
Ninguna
14%
Leve
18%
Mucho
36%
Moderado
15%
46) Satisfacción con la experiencia
Ninguna: 1% Leve: 8%
Moderado: 10% Mucho: 42% Extremo: 39%
47) Le gustó la experiencia
Ninguna: 6% Leve: 10%
Moderado: 16% Mucho: 45% Extremo: 23%
48) En cuánto tiempo le gustaría repetir la experiencia
Nunca más: 4% En un año: 39% En un mes: 41% En una semana: 5%
Cuanto antes sea posible: 11%
49) Desea tener la experiencia en forma regular
Ninguna: 13% Leve: 22% Moderado: 39% Mucho: 14% Extremo: 12%
50) Un olor
Ninguna: 52% Leve: 6%
Moderado: 17% Mucho: 19% Extremo: 6%
50a) Describa (descriptiva)
Sólo treinta voluntarios respondieron este ítem. “Olor a ayahuasca”: 9;
“Olor a tabaco”: 9; “Nauseabundo/Desagradable/Rancio/Olor a vómito”: 6; “Olor
a naturaleza”: 3; “Jazmín/perfume”: 2; “Mi propio sudor”: 1
51) Un sabor
Ninguna: 56% Leve: 9%
Moderado: 18% Mucho: 9%
Extremo: 8%
51a) Describa (descriptiva)
“Ayahuasca”: 7; “Amargo/Rancio”: 2; “Dulce”: 2; “Tabaco”: 2; “Salado”: 1;
“Aceituna”: 1; “Uva fermentada”: 1; “Agua”: 1; “Mis jugos gástricos/Vómito”: 2
52) Un sonido o sonidos que acompañaron la experiencia
Ninguna: 10% Leve: 3% Moderado: 13% Mucho: 51% Extremo: 23%
52a) Describa (descriptiva)
Sólo 65 voluntarios completaron este ítem. “Música en general”: 30; “cantos
338
Diego R. Viegas, Ariel Roldán y Fundación Mesa Verde
o icaros de don Antonio”: 11; “voces o susurros de las otras personas presentes”
PiVLQWHQVLÀFDGDV ´6RQLGRVGHDXWRVODQDWXUDOH]DOOXYLDSHUURVUDQDV
u otros animales”: 6; “Tambores”: 4; “Zumbido/silbido o frecuencia”: 3; “Llanto
propio”: 1; “Voz interior”: 1; “Sonido propio superior”: 1.
53) Sensación de silencio o profunda quietud
Ninguna: 16% Leve: 22% Moderado: 23% Mucho: 26% Extremo: 13%
54) Sonidos en la habitación suenan diferente
Ninguna: 10% Leve: 8% Moderado: 23% Mucho: 49% Extremo: 10%
55) Cambio en la particularidad de los sonidos
Ninguna: 8% Leve: 20% Moderado: 20%
Mucho: 38% Extremo: 14%
55a) Tipo de cambio
Más característicos: 71%
Ambos: 16%
Menos: 13%
56) Cenestesia auditiva (“escuchar” percepciones visuales u otras no auditivas)
Ninguna: 30% Leve: 8% Moderado: 15% Mucho: 29% Extremo: 18%
57) Efectos visuales
Ninguna
6%
Leve
9%
Extremo
34%
Moderado
18%
Mucho
33%
58) La habitación se ve diferente
No sabe/ojos cerrados: 19% Nada: 16%
Moderado: 14%
Mucho: 21%
Leve: 22%
Extremo: 8%
59) Cambios en el brillo de los objetos en la habitación
No sabe/ojos cerrados: 13% Nada: 20%
Leve: 23%
Moderado: 16%
Mucho: 19%
Extremo: 9%
59a) Tipo de cambio
Más brillantes: 59%
Más débiles: 16%
Ambos: 25%
Apéndice 1
339
60) Cambios en las particularidades visuales de los objetos de la habitación
No sabe/ojos cerrados: 13% Nada: 24%
Leve: 19%
Moderado: 15%
Mucho: 20%
Extremo: 9%
60a) Tipo de cambio
Más aguzados: 19%
Manchados o borroneados: 47%
Ambos 34%
61) Habitación abrumada con patrones visuales
No sabe/ojos cerrados: 14% Nada: 26 %
Leve: 20%
Moderado: 14%
Mucho: 16%
Extremo: 10%
62) Con los ojos abiertos el campo visual se ve vibrar, sacudirse
No sabe/ojos cerrados: 8%
Nada: 18%
Leve: 30%
Moderado: 14%
Mucho: 24%
Extremo: 6%
63) Cenestesia visual (“ver” sonidos u otras percepciones no visuales)
Ninguna: 27% Leve: 14% Moderado: 20% Mucho: 23% Extremo: 16 %
64) Imágenes visuales, visiones (patrones geométricos abstractos)
Ninguna
6% Leve
8%
Moderado
19%
Extremo
42%
Mucho
25%
65) Naturaleza caleidoscópica de las imágenes, visiones o alucinaciones
Extremo
34%
No vistos
4% Ninguna
9%
Leve
5%
Moderado
19%
Mucho
29%
340
Diego R. Viegas, Ariel Roldán y Fundación Mesa Verde
66) Diferencia en el brillo de las visiones respecto de la visión habitual de día
No vistos
4% Ninguna
5%
Extremo
34%
Leve
15%
Moderado
13%
Mucho
30%
66a) Tipo de diferencia
Colores más brillantes: 71% Colores más opacos: 8%
Ambos: 21%
66b) Colores predominantes (descriptiva)
Sólo 73 voluntarios respondieron este ítem, mencionando una gran variabiOLGDG0XFKRVVHUHÀHUHQD´WRGRVORVFRORUHVPXOWLFRORUµR´ORVFRORUHVGHODUFR
LULVµ\HQDOJXQRVFDVRVDJUHJDQODEULOODQWH]RÁXRUHVFHQFLDGHORVFRORUHV(Q
cuanto a las proporciones, la absoluta mayoría destaca el rojo, seguido en orden
decreciente por verde, amarillo, azul, negro, blanco, violeta, naranja, rosa y
marrón, y empatados en dos menciones cada uno: dorado, plateado y celeste.
67) Dimensión de las imágenes/visiones/alucinaciones
No vistos
9%
Más allá de
la dimensión
25%
Multidimensional
25%
Lineal/
una dimensión
3%
Plano/
dos dimensiones
10%
Tres
dimensiones
28%
68) Movimientos junto con las visiones/alucinaciones
No vistos: 8%
Nada: 13%
Leve: 18%
Moderado: 12%
Mucho: 36%
Extremo: 13%
68a) Describa visión/alucinación (descriptiva)
Obviamente es uno de los ítems más variables. La gran mayoría no lo respondió (sólo veinte voluntarios) pero se explayaron detalladamente en nuestro
protocolo propio contenidos que aquí se sintetizan divididos en cinco grupos: 1)
“espirales de luz/caleidoscópicas o psicodélicas/fractales, tramas textiles, redes
\RÀJXUDVJHRPpWULFDVHQPRYLPLHQWRµ LQVHFWRVSODQWDV\DQLPDOHVLQFOX-
Apéndice 1
341
yendo serpientes; 3) personas indígenas y caras humanas en general; 4) fusiones entre personas, cambios de formas en objetos y/o energías materializadas
GHFRORUQHJURREODQFR HQODKDELWDFLyQ \ YLVLRQHVPX\HVSHFtÀFDV´PDTXLQDVDQWURSRPRUÀ]DGDVKRVWLOHVµ´GXHQGHVµ´SDLVDMHVYLVWRVGHVGHDUULEDFRPR
volando”, y un largo etcétera.
69) Luz blanca
Ninguna: 38% Leve: 23% Moderado: 20%
Mucho: 16%
Extremo: 3%
70) Se siente como muerto o muriendo
Ninguna: 57% Leve: 13% Moderado: 14%
Mucho: 10%
Extremo: 6%
71) Sensación de velocidad
Ninguna: 34% Leve: 19% Moderado: 24%
Mucho: 13%
Extremo: 10%
72) “Déjà vu” (usted ha experimentado esta situación exacta, aun no teniendo
memoria real del hecho)
Ninguna: 57% Leve: 10% Moderado: 16% Mucho: 11% Extremo: 6%
73) “Jamais vu” (usted experimentará esta exacta situación en el futuro)
Ninguna: 62% Leve: 8% Moderado: 13% Mucho: 13% Extremo: 4%
74) Sentimientos contradictorios al mismo tiempo (alegre y triste –esperanzado
y sin esperanza–)
Ninguna: 35% Leve: 10% Moderado: 11% Mucho: 29% Extremo: 15%
75) Sentido de caos
Ninguna: 32% Leve: 18% Moderado: 18%
Mucho: 18%
Extremo: 14%
76 &DPELRHQODÀUPH]DGHVHQVDFLyQGH´XQRPLVPRµ PLVPLGDG
Ninguna: 9% Leve: 14% Moderado: 15% Mucho: 38% Extremo: 24%
76a) Tipo de cambio
Más fuerte: 59%
Menos fuerte: 14%
Ambos: 27%
77) Nuevos pensamientos (ideas) o conocimiento y/o percepción de conocimiento
profundo
Ninguna
5% Leve
8%
Extremo
31%
Moderado
13%
Mucho
43%
342
Diego R. Viegas, Ariel Roldán y Fundación Mesa Verde
78) Recuerdos de la infancia
Ninguna: 33% Leve: 19% Moderado: 19%
Mucho: 21%
Extremo: 8%
79) Sentirse como un niño
Ninguna: 43% Leve: 21% Moderado: 11%
Mucho: 19%
Extremo: 6%
80) Cambio en la proporción/grado de pensamiento
Ninguna: 5% Leve: 8% Moderado: 19% Mucho: 39%
80a) Tipo de cambio
Más rápido: 78%
Más lento: 3%
Ambos: 19%
81) Cambio en la calidad del pensamiento
Ninguna: 6% Leve: 9% Moderado: 9%
81a) Tipo de cambio
0iVDÀODGR
Extremo: 29%
Mucho: 53%
0iVHPERWDGRHQWRUSHFLGR
Extremo: 23%
$PERV
82) Diferencia en la sensación de realidad de las experiencias, comparadas con
las de todos los días
Ninguna
4%
Leve
1%
Extremo
35%
Moderado
20%
Mucho
40%
82a) Tipo de diferencia
Ambos
26%
Más reales
64%
Menos reales
10%
83) Naturaleza onírica de las experiencias
Ninguna: 13% Leve: 14% Moderado: 19%
Mucho: 43%
Extremo: 11%
Apéndice 1
343
84) Pensamientos acerca de la vida personal (del presente o del pasado reciente)
Ninguna: 4% Leve: 8% Moderado: 10% Mucho: 52% Extremo: 26%
85) Percepción de conocimiento profundo
Ninguna
6% Leve
8%
Extremo
28%
Moderado
18%
Mucho
40%
86) Cambio en el rango del paso del tiempo
Ninguna: 4% Leve: 10% Moderado: 9%
Mucho: 43%
Extremo: 34%
86a) Tipo de cambio
Más rápido: 25%
Más despacio. 29%
Ambos: 46%
87) Inconciencia
No está seguro: 25%
Seguro que sí: 4%
Para nada: 71%
88) Cambio en el sentido de sanidad (sano)
Ninguna: 24% Leve: 11% Moderado: 24%
Mucho: 32%
Extremo: 9%
88a) Tipo de cambio
Ambos
18%
Menos sano
9%
Más sano
73%
89) Urgencia de cerrar los ojos
Ninguna: 29% Leve: 11% Moderado: 25%
Mucho: 30%
Extremo: 5%
90) Cambio en el esfuerzo de la respiración
Ninguna: 36% Leve: 21% Moderado: 15%
Mucho: 18%
Extremo: 10%
344
Diego R. Viegas, Ariel Roldán y Fundación Mesa Verde
90a) Tipo de cambio
5HVSLUDPiVUHODMDGR 0HQRVPiVGLÀFXOWDG
$PERV
91) Es capaz de seguir la secuencia de efectos
Ninguna: 1% Leve: 20% Moderado: 32% Mucho: 37%
Extremo: 10%
92) Es capaz de “dejarse ir” (abandonarse)
Ninguna: 8% Leve: 11%
Moderado: 31% Mucho: 30%
Extremo: 20%
93) Es capaz de focalizar la atención
Ninguna: 3% Leve: 18% Moderado: 35% Mucho: 33%
Extremo: 11%
94) Está “en control”
Ninguna: 6% Leve: 23%
Extremo: 8%
Moderado: 32% Mucho: 31%
95) Es capaz de moverse si se le solicita
Ninguna: 5% Leve: 19% Moderado: 35%
Mucho: 35%
Extremo: 6%
96) Es capaz de recordarse a sí mismo que ha estado en una habitación de investigación, que le ha sido administrada la droga, la naturaleza temporal de la
experiencia
Ninguna Leve
8%
5%
Extremo
43%
Moderado
13%
Mucho
36%
97) Apegamiento y descreimiento de la experiencia
Ninguna: 32% Leve: 13% Moderado: 30% Mucho: 16%
98) Intensidad
Leve: 3%
Moderado: 18%
99) Altura (elevación)
Ninguna: 17% Leve: 16%
Mucho: 32%
Moderado: 32%
100) Dosis que usted cree que recibió
Placebo: 1%
Dosis 1 (baja) 39%
Dosis 3: 13%
Dosis 4 (alta): 3%
Extremo: 47%
Mucho: 32%
Dosis 2: 44%
Extremo: 9%
Extremo: 3%
Apéndice 1
345
Conclusiones
En una experiencia “tipo” de ayahuasca, entre los primeros efectos, tras 3050 minutos de ingerida, un 30% de los individuos sentirá una fuerte precipitación del cuerpo “hacia adelante” o “hacia adentro”. La gran mayoría claramente
percibirá su cuerpo diferente (más ligero, relajado o liviano, o bien más pesado
y con algún grado de pérdida de control). Podrá moverse si se le solicita y camiQDUSHURWRUSHPHQWH\FRQDOJXQDGLÀFXOWDG3XHGHKDEHUFLHUWRHQIULDPLHQWR
o calor en el cuerpo, y al menos un 30% tendrá la sensación de desplazarse por
el espacio o elevarse. Mucho más de la mitad de los experimentadores tendrá
sentimientos alborotados en su interior.
Será rarísimo que alguno sienta su corazón agitado, o dolor de cabeza, o
que transpire mucho, y que sienta urgencia de orinar o defecar. Probablemente muy pocos experimentarán sensaciones sexuales, pánico o enamoramiento.
También será muy raro que se sienta “como muriendo” y bastante raro que
UHÀHUDXQdéjà vu. Por el contrario, se hallará físicamente confortable, si bien
hay un 50% o más de posibilidades de que sienta náuseas, excitación, necesidad
de llorar y recordar la infancia. También es posible que cerca de la mitad de
los consumidores experimenten cenestesia visual o auditiva, pero no es lo más
IUHFXHQWH HQ DOJXQDV OHQJXDV DPD]yQLFDV H[LVWHQ YHUERV TXH VLJQLÀFDQ ´YHU
VRQLGRVµR´HVFXFKDUFRORUHVµKXHOODHWQROLQJtVWLFDTXHVyORVHFRPSUHQGHDOD
luz del milenario uso de ayahuasca).
En cualquier caso (por abrumadora mayoría) podrán controlarse, aceptarse
y perdonarse a sí mismos. Más de la mitad será capaz de “dejarse llevar” y
seguir la secuencia de efectos, pero no siempre podrá focalizar la atención sin
GLÀFXOWDGHV6HQWLUVHVHJXUR DVDOYR FDSD]GHUHFRUGDUTXHKDHVWDGRHQXQD
habitación y la naturaleza temporal de la experiencia, es lo más común (70
u 80% de los casos), y claramente estará seguro de su conciencia expandida
o ampliada, pero para nada inconsciente; aunque existe una alteración en la
percepción del paso del tiempo (para la mitad de las personas transcurre más
rápido y más despacio al mismo tiempo). Esto podría explicarse por el cambio
que se da en la proporción del pensamiento y su calidad, que para la absoluta
mayoría no sólo es palpable: además se vuelve más agudo y veloz.
La mayoría de los individuos, asimismo, percibirá estar entendiendo los
sentimientos de otros, sentirá un cierto temor reverencial ante la presencia de
un poder superior, percibirá la unidad con el universo, comprenderá nuevas
cosas o las considerará más profundamente, sentirá con más fuerza la interioridad del “uno mismo”, escuchará los sonidos en forma diferente de la habitual.
En efecto, más que el olor o el sabor amargo de la ayahuasca, lo que más recordará son determinados sonidos, cantos o temas musicales que acompañaron la
experiencia (74% entre mucho y extremo).
Evidentemente, la realidad es percibida de modos muy diferentes de la cotidiana en ese estado de conciencia, pero al mismo tiempo, y a diferencia de
OR TXH FXDOTXLHU QHyÀWR SRGUtD VXSRQHU VH FRPSUHQGH FRPR más real que la
realidad de todos los días. Esto coincide con las cosmovisiones de la mayoría
de los pueblos originarios, que atribuyen más “realidad” al “otro lado”, al “más
346
Diego R. Viegas, Ariel Roldán y Fundación Mesa Verde
allá” (los sueños, la esfera de las esencias espirituales y de las profundidades
transpersonales, psicológico-mitológicas).
Prácticamente la totalidad de las personas sufrirá un cambio en el monto
de sus emociones (un 92% graduado entre moderado, mucho y extremo). Este
HIHFWRHVHO´DFHOHUDGRURDPSOLÀFDGRUHPRFLRQDOFRQUHVROXFLyQFDWiUWLFDµGHO
que habla Fericgla (1994b), un cambio que implica más intensidad de las emociones y, en gran parte de los casos, la sensación de hasta ser diferentes de las
HPRFLRQHVFRWLGLDQDV(QWDOVHQWLGRH[LVWHXQDSURSRUFLyQVLJQLÀFDWLYDPHQWH
mayor de referencias a “felicidad” que a “tristeza”.
De seguro el experimentador tendrá algún tipo de efecto visual, por más que
sea moderado (sólo un 15% de los participantes no tendrá ninguno o muy poco),
desde simples visiones caleidoscópicas hasta paisajes, seres y cosas concretas.
Más seguro aun es que dichas visiones sean brillantes, y al abrir los ojos los obMHWRVOHSDUHFHUiQPiVEULOODQWHVRFRQÁXRUHVFHQFLDDODYH]TXHERUURQHDGRV
Los colores de aparición más frecuente, rojo, verde y amarillo, casi siempre se
verán sobre un fondo negro. Las formas serán percibidas con más frecuencia en
tres o en “múltiples” dimensiones y con movimiento.
Al término de la experiencia, más de la mitad se habrá sentido “renacido” en
algún grado, satisfecho y con agrado por la experiencia vivida, y se considerará
más sano que antes de vivirla. Un 74% habrá obtenido nuevos pensamientos,
ideas o conocimientos más profundos de sí mismo, su situación o de las cosas
últimas y esenciales. Casi la totalidad sentirá que fue una experiencia intensa,
y por ello querrá repetirla, por lo general en un mes o en un año, pensando seriamente la posibilidad de darle alguna continuidad o regularidad.
Protocolo de investigación Fundación Mesa Verde
35272&2/2'(,19(67,*$&,Ð1
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Apéndice 1
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7UDXPDWROyJLFRV
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7R[LFROyJLFRV
347
348
Diego R. Viegas, Ariel Roldán y Fundación Mesa Verde
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+HPDWROyJLFRV
+HSDWRSDWtDV
+LSHUWHQVLyQ
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5HXPDWROyJLFRV
9HQpUHDV
1HXUROyJLFRV
3VLTXLiWULFRV
2WURV
4) $17(&('(17(636,&2/Ð*,&26
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0RWLYRWLSRWLHPSRHYDOXDFLyQSHUVRQDOHWFpWHUD
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Apéndice 1
349
¢(PSUHQGHUtDXQDSVLFRWHUDSLD"6Ì12
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350
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Diego R. Viegas, Ariel Roldán y Fundación Mesa Verde
'HVFRQFHQWUD
'HSULPH
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Sentimientos:
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'LVRFLDFLyQ
'HVSHUVRQDOL]DFLyQ
2WURV
Expresión:
*HVWLFXODFLyQ
([SUHVLRQHVIDFLDOHV
3RVWXUD
0RYLPLHQWRVDXWRPiWLFRV
0RYLPLHQWRVUHDFWLYRV
0RYLPLHQWRVGLULJLGRVDXQREMHWLYR
7RQRGHYR]
(XIRUL]D
Apéndice 1
351
,QWHQVLGDGGHODYR]
6HOHFFLyQGHOYRFDEXODULR
,GHQWLÀFDFLyQ
&RQSHUVRQDV
&RQDQLPDOHV
&RQSODQWDV
&RQPLQHUDOHV
&RQRWURV
Percepción:+DELWXDO««««««0RGLÀFDGD««««««
$XGLWLYD
9LVXDO
2OIDWLYD
*XVWDWLYD
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7DFWR
7HPSHUDWXUD
0RYLPLHQWR
2WUDV
&RPHQWDULRVVREUHODSHUFHSFLyQ««««««««««««««««««««
¢3HUFLEHVHQVDFLRQHVRSHQVDPLHQWRVGHRWURV"6Ì12
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'HVXFXOWXUD
'HRWUDFXOWXUD
,PiJHQHVGHVtPLVPRSDVDGDV
2WUDV
SUHVHQWHV
IXWXUDV
352
Diego R. Viegas, Ariel Roldán y Fundación Mesa Verde
&RPHQWDULRDFHUFDGHODVYLVLRQHV««««««««««««««««««
6HQVDFLRQHVSODFHQWHUDV GLVSODFHQWHUDV
VHQVDFLyQGHRWUR
7) '(6&5,%,5&Ð026(6,(17($/),1$/,=$5/$(;3(5,(1&,$
'HVFULSFLyQ
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¢3RUTXp"¢(QFXiQWRWLHPSR"
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([SUHVH OLEUH \ OR PiV DPSOLDPHQWH SRVLEOH WRGR OR TXH YLYHQFLy HQ VX SURSLD
H[SHULHQFLDXVDQGRHOHVSDFLR\RODVSiJLQDVTXHFRQVLGHUHQHFHVDULR
El Formulario Mesa Verde fue confeccionado hacia 1998 y, como aquí se
demuestra, se complementa en algunas propuestas con la HRS. En otras propuestas se diferencia de la HRS pues contiene variables climáticas, antecedentes
médicos, psicológicos, ayuno, dieta, abstinencias, experiencias, sentimientos y
PRWLYDFLRQHVSUHYLDVTXHSXHGHQLQÁXLUHQHOGHVDUUROORGHODVHVLyQHVWXGLDda. Además, se adapta al contexto de una ceremonia típica de ayahuasca al
contemplar parámetros como música o cantos, percepciones, expresiones faciales, imágenes y visiones, dando suma importancia a la descripción de los
VHQWLPLHQWRVLQPHGLDWDPHQWHSRVWHULRUHVDODÀQDOL]DFLyQGHODFHUHPRQLDDVt
como a la manifestación libre y total de la vivencia.
APÉNDICE 2
Efectos a largo plazo del consumo ritual de
ayahuasca en salud mental (síntesis)*
Josep Maria Fábregas
Instituto de Etnopsicología Amazónica Aplicada (IDEAA), Brasil
Se realizaron una serie de tests internacionalmente validados en una muestra de individuos usuarios de ayahuasca a largo plazo, pertenecientes a las
iglesias daimistas de Céu do Mapiá (Brasil) y se correlacionaron con idénticas
pruebas en un grupo de muestra de Boca do Acre, no consumidores del brebaje.
El equipo de investigación, promovido por Josep María Fábregas (Centro de Investigación y Tratamiento de Adicciones-IDEAA), estuvo a cargo de los siguientes
reconocidos investigadores españoles: Débora González Muñoz-Caballero (UAMIDEAA), José Carlos Bouso Saiz (Universidad Autónoma de Barcelona y Centro
de Investigación de Medicamentos-hospital Santa Creu i Sant Pau, Barcelona);
Sabela Fondevilla Estévez (Universidad Complutense de Madrid), Marta Cutchet Vázquez (UABETA-IDEAA) y Xavier Fernández (IDEAA).
Se presenta un estudio longitudinal realizado con usuarios habituales de
ayahuasca (Daime) cuyo criterio de inclusión fue el hecho de poseer una experiencia mínima de quince años de consumo ininterrumpido en Céu do Mapiá.
Se evaluaron una serie de funciones psicológicas, psicopatológicas y neuropsicológicas que podrían estar afectadas por dicho consumo; estas evaluaciones se
repitieron entre ocho y doce meses después para comprobar la estabilidad de los
UHVXOWDGRV&RPRJUXSRGHFRPSDUDFLyQVHHYDOXyXQDPXHVWUDGHPRJUiÀFDmente similar de no consumidores provenientes de la población más próxima a
Céu do Mapiá. El objetivo principal de este estudio es valorar si el consumo continuado de ayahuasca puede producir algún tipo de alteración sobre las áreas
estudiadas, analizando los siguientes efectos de la ayahuasca:
1)
2)
3)
4)
5)
Efectos del consumo a largo plazo sobre salud biopsicosocial
Efectos sobre la psicopatología
Efectos sobre la personalidad
Efectos sobre funciones neuropsicológicas
Efectos sobre el bienestar psicosocial
* Esta síntesis, tomada de las Actas del Congreso Internacional “Medicinas tradicionales,
interculturalidad y salud mental” desarrollado en Tarapoto (Perú, junio de 2009), se
reproduce gracias a la generosidad y con la autorización de Josep Maria Fábregas, a
quien agradecemos profundamente.
[ 353 ]
354
Josep Maria Fábregas
Objetivo 1: salud biopsicosocial
Test aplicado: Índice Severidad de Adicción
Entrevista semiestructurada, diseñada expresamente para ser usada en pacientes drogadependientes, que evalúa la gravedad del paciente sobre la base
de las siguientes áreas:
Estado médico general
6LWXDFLyQODERUDO\ÀQDQFLHUD
Severidad de adicción al alcohol
Severidad de adicción a otras drogas
Situación legal
Estado familiar y relaciones sociales
Estado psicológico
Objetivo 2: psicopatología
Test aplicado: Inventario de Síntomas SCL-90-R
Inventario desarrollado para evaluar la psicopatología en función de la presencia de noventa síntomas que se interpretan en función de nueve dimensiones primarias:
Somatizaciones
Obsesiones y compulsiones
Sensitividad interpersonal
Depresión
Ansiedad
Hostilidad
Ansiedad fóbica
Ideación paranoide
Psicoticismo
Objetivo 3: personalidad
Test aplicado: Inventario de Temperamento y Carácter de Cloninger (TCI)
Cuestionario de personalidad basado en un modelo psicobiológico que sustenta la existencia de:
Dimensiones de temperamento: vinculadas a factores biológicos tales como
la herencia y la neurotransmisión química.
Dimensiones de carácter: vinculadas a factores socioculturales y de aprendizaje.
Objetivo 4: neuropsicología
Test aplicado: Stroop (de colores y palabras)
Evalúa la capacidad de cambio de una estrategia inhibiendo respuestas automáticas y ofreciendo una nueva respuesta ante nuevas exigencias estimulares.
Apéndice 2
355
Test aplicado: Waiss-III (letras y números)
Se trata de una de las pruebas de la escala de inteligencia de Wechsler para
adultos.
Evalúa la capacidad de almacenar, manipular y actualizar información en
un breve período.
7HVWDSOLFDGRFODVLÀFDFLyQGHWDUMHWDVGH:LVFRQVLQ
(YDO~DODÁH[LELOLGDGFRJQLWLYDHQWDUHDVGHWRPDGHGHFLVLRQHVHVWRHVOD
FDSDFLGDGGHPRGLÀFDUUHVSXHVWDVHQIXQFLyQGHODVGHPDQGDVDPELHQWDOHV
Test aplicado: Comportamiento de Síndrome Frontal
Cuestionario de autoinforme que proporciona una evaluación retrospectiva
de funciones ejecutivas a nivel conductual en tres síndromes frontales:
Apatía
Desinhibición
Funciones ejecutivas
Total
Objetivo 5: bienestar psicosocial
Test aplicado: cuestionario de autoinforme que evalúa la sensación subjetiva de plenitud vital según el planteamiento de Viktor Frankl.
Test aplicado: Inventario de Orientación Espiritual
Evalúa la espiritualidad desde el punto de vista humanista y fenomenológiFRGH0DVORZ'HZH\-DPHV-XQJ\RWURVVHJ~QODVVLJXLHQWHVHVFDODV
Dimensión trascendente
6LJQLÀFDGR\SURSyVLWR
Misión en la vida
Valores sagrados
Valores materiales
Altruismo
Idealismo
Conciencia de lo trágico
Frutos del espíritu
Test aplicado: Mejor Práctica de Intercambio de Información
Cuestionario que evalúa la percepción subjetiva del bienestar psicológico
basado en la propuesta teórica de Ryff como modelo multidimensional:
Autoaceptación
Control de situaciones
Vínculos psicosociales
Autonomía
356
Josep Maria Fábregas
Conclusiones
6HHQFRQWUDURQGLIHUHQFLDVVLJQLÀFDWLYDVFRQUHVSHFWRDOJUXSRGHFRQWURO
/DVFLIUDVSURPHGLR²GHVWDFDGDVHQORVFXDGURVHVWDGtVWLFRV²UHÁHMDQTXHORV
consumidores a largo plazo de ayahuasca obtienen en todos los tests similares
puntuaciones que los no consumidores, y en algunas medidas relacionadas a
psicopatologías, personalidad y funciones ejecutivas obtienen puntajes de promedio mejor o más favorable que los no consumidores.
En el objetivo 1 (salud psicosocial) concluyen los expertos españoles que no
existe deterioro en ninguna de las áreas que comprometa la salud integral. En
el objetivo 2 (psicopatología) la conclusión es que el índice de síntomas psicopaWROyJLFRVHVVLJQLÀFDWLYDPHQWHPHQRUHQFRQVXPLGRUHVGHD\DKXDVFD'HOREMHtivo 3 (tests de personalidad) VHGHGXFHTXHQRH[LVWHXQSHUÀOGHSHUVRQDOLGDG
patológico que origine o mantenga el consumo de ayahuasca. En el objetivo 4
(neuropsicología)ORVFRQVXPLGRUHVKDELWXDOHVULQGHQVLJQLÀFDWLYDPHQWHPHMRU
en funciones ejecutivas. Finalmente, las pruebas del objetivo 5 (bienestar psicosocial) promedian objetivamente un mayor bienestar como tendencia general
en los consumidores de ayahuasca.
(QIXQFLyQGHHVWRVFRQWXQGHQWHVUHVXOWDGRVSXHGHDÀUPDUVHTXH el consumo ritual continuado de ayahuasca no produce efectos negativos para la salud
desde un marco biopsicosocial. Y se abre el debate sobre el probable efecto beQHÀFLRVRHQDOJXQDVGHODVYDULDEOHVSVLFROyJLFDV
APÉNDICE 3
Etnias que hacen uso ritual de ayahuasca
\SODQWDVDGLWLYDVTXHDJUHJDQDOEUHEDMH
Lista completa de los 72 pueblos que usarían ayahuasca según Luis E. Luna
(1986: 247-249).
1. Achuar (jíbaro)
2. Aguaruna (jíbaro)
3. Amahuaca (pano) / sinónimos: sayaco, impetineri
4. Anguteros (tucano ocidental) / sinónimos: ancutere, pioje
5. Aucas (sabela)/sinónimos: sabelas, huaramis
$ZLVLQ DXLVKLUL
%DQLYDV DUDZDN
8. Barasana (tucano ocidental)
%DUHV DUDZDN
&DPSD DUDZDN
11. Canelos quichua del Equador (quichua)
12. Curijonas (caribe) / sinónimo: karijonas
13. Cashhinaua (pano)
14. Cayapa (chibcha)
15. Colorados de Equador (chibcha)
16. Conibo (pano)
17. Coreguaje (tucano ocidental)
18. Cubeo (tucano oriental)
&XOLQD DUDZDN
&KDPLFXUR DUDZDN
21. Chasutinos (munichi)
&KD\DKXLWD FDKXDSDQD VLQyQLPRVWVFKXLWRWVDDZL
23. Chébero (cahuapana) / sinónimo: jebero
24. Chocó de Colombia (chocó)
25. Desana (tucano oriental)
26. Emberá (chocó) / sinónimo: emperá
*XDMLERV DUDZDN
28. Guanano (tucano)
29 Hianakota-umana (caribe)
30. Huambisa (jíbaro)
+XLWRWR ZLWRWR VLQyQLPRXLWRWR
[ 357 ]
358
Ayahuasca, medicina del alma
32. Iguitos (záparo)
33. Ingas (quechua)
34. Isconahua (pano)
35. Jíbaro (jíbaro) / sinónimo: shuar
.DEXYDUL DUDZDN VLQyQLPRVFDX\DULFDEX\DUL
37. Kandoshi (Murato) / sinónimos: murato, romaina
38. Kofan (cofán) / sinónimo: cófan
39. Lama (quechua) / sinónimos: lamista, quechua lamista
40. Macuna (tucano oriental) / sinónimo: makuna
41. Mai huna (tucano ocidental) / sinónimos: orejon, koto
42. Makú (makú)
0DQGDYDND DUDZDN
44. Marinahua (pano)
0DWVLJHQND DUDZDN VLQyQLPRVPDFKLJXHQJDPDFKLJHQJD
0D\RUXQD DUDZDN VLQyQLPRPDUtJXH
47. Mazán (yagua) / sinónimos: masamae, parara
48. Menimehe (tucano ocidental)
49. Noanamá (chocó)
50. Amagua (tupi)
51. Panobo (pano)
3LDSRFR DUDZDN
53. Pioché (tucano) / sinónimos: pioje, cionis
3LUR DUDZDN
55. Puinaba (makú)
56. Quijos (quechua)
57. Remos (pano)
58. Santa Maria (?)
59. Santiagueño (quechua)
60. Secoya (tucano ocidental)
61. Sharanahua (pano)
62. Shipibo (pano)
63. Sibundoy (chibcha) / sinónimo: kamsá
64. Siona (tucano ocidental)
7DLZDQR WXFDQRRFLGHQWDO VLQyQLPRVWFLXDQD
66. Tamas (tucano ocidental)
67. Tanimuca (tucano oriental)
68. Tarianas (caribe)
69. Tatuyo (tucano oriental)
70. Tikuna (tucuna) / sinónimo: tucuna
71. Yagua (yagua)
72. Zaparo (zaparo)
A esta lista agregaríamos –de acuerdo con informes de nuestro amigo y colaborador Aguarapire Seacandirú, chamán y cacique de de la comunidad Yacuy
en la provincia de Salta (Argentina)– al pueblo tupí-guaraní.
Apéndice 3
359
La siguiente es una lista lo más completa posible de plantas aditivas a la
poción de ayahuasca, ordenadas según la familia botánica a la que pertenecen y
HOQRPEUHFLHQWtÀFR/DVTXHWLHQHQXQDVWHULVFR VRQHQVtSVLFRDFWLYDVRELHQ
consideradas “maestras” por distintos pueblos originarios amazónicos. Hemos
destacado aquellas consideradas medicinales o “sabias” de uso más común por
nuestro informante principal, Antonio Muñoz Díaz, chamán de etnia shipiboNRQLER GHO 8FD\DOL 3HU~ (Q HVWRV FDVRVDO ODGR GHO QRPEUH FLHQWtÀFRGH OD
planta, se aclara el nombre vulgar o indígena.
ACANTHACEAE
Teliostachya lanceolata var. crispa* “Toé negro”
AMARANTHACEAE
Alternanthera lehmannii Hieronymus* “Borrachera/Picurullana-quina”
Iresine sp.
3IDIÀDLUHVLQRLGHV
APOCYNACEAE
Himatanthus sucumba* “Bellaco-Caspi”
Malouetia tamaquarina
Mandevilla scabra Schumann
Prestonia amazónica
7DEHUQDHPRQWDQDVDQDQJR5 3 “Sanango”
Tabernaemontana sp.* “Uchu-sanango”
Theveria sp
AQUIFOLIACEAE
Ilex guayusa Loes.* “Guayusa”
ARACEAE
Dieffenbachia sp
Montrichardia arborescens Schott* “Castaña/Raya-balsa”
BIGNONIACEAE
Mansoa alliacea* “Ajos-sacha”
Quararibea sp* “Ishpingo”
Tabebuia heteropoda
Tabebuia incana
Tabebuia sp.
Tynnanthus panurensis
BOMBACACEAE
Cavanillesia hylogeiton
Cavanillesia umbellata
Ceiba pentandra
Chorisia insignis* “Lupuna”
Chorisia speciosa
BORAGINACEAE
Tournefortia angustifolia
CACTACEAE
Epiphyllum sp. Haw.
360
Ayahuasca, medicina del alma
Opuntia sp.*
CARYOCARACEAE
Anthodiscus pilosus Ducke
CELASTRACEAE
Maytenus ebenifolis Reiss
Maytenus leavis Reiss
CONVOLVULACEAE
Ipomea carnea Jacq spp.* “Toé/Algodón bravo/Camote caspi”
CYCLANTACEAE
Carludovica divergens Ducke
CYPERACEAE
Cyperus digitatus Roxbugh
Cyperus prolixus Humboldt* “Piripiri”
Cyperus sp.* “Piripiri”
DRYOPTERIDACEAE
Lomariopsis japurensis
ERYTHROXILACEAE
Erythroxylum coca var. ipadu* “Coca/Ipadu”
EUPHORBIACEAE
Alchornea castaneifolia
Croton lechleri Muell. Arg* “Sangre de grado/Sangre de drago”
Croton sp.* “Sangre de grado”
Euphorbia sp.
Hura crepitans L
Jatropha Gossypifolia L* “Piñón colorado”
FABACEAE
Bauhinia guianensis Aubl
Calliandra angustifolia Spruce ex Bentham* “Bobinsana”
Campsiandra laurifolia Bentham
Cedrelinga casteneiformis Ducke* “Huayra Caspi/Tornillo”
Erythina fusca Loureiro
Erythrina poeppigiana Walpers Cook
GNETACEAE
*QHWXPQRGLÁRUXP
GRAMINEAE
Arundo donax
GUTTIFERAE
Clusia sp.
Tovomita sp.
HELICONIACEAE
Heliconia stricta
Heliconia sp.
LABIATAE
Ocimum micranthum
LAMIACEAE
Ocimun micranthum Willdenow
Apéndice 3
LECYTHIDACEAE
Couroupita guianensis Aublet
LEGUMINOSAE
Bauhinia guianensis
Caesalpinia echinata Lamark
Calliandra angustifolia
Campsiandra laurifolia
Cedrelinga castaneiformis
Erythrina glauca
Erythrina poeppigiana
Pithecellobium laetum* “Nina caspi/Remo-caspi”
Sclerobium setiferum
Vouacapoua Americana
LILIACEAE
Allium Sativium L
LORANTHACEAE
Phrygilanthus eugenioides
Phrygilanthus eugenioides var. robustus
Phtirusa pyrifolia
MALPIGHIACEAE
Dyplopterys cabrerana* “Chagropanga/ Huambisa/Ocoyage”
Dyplopterys involuta
Mascagnia psilophylla var. Antifrebilis
Stigmaphyllon fulgens
MARANTACEAE
Calathea veitchiana
MELIACEAE
Trichilia tocacheana* “Lupuna”
MENISPERMACEAE
Abuta grandifolia
MORACEAE
Coussapoa tessmannii Mildbread* “Renaco”
Ficus insipida Willdenow* “Ojé/Doctor Ojé/Renaco”
Ficus ruiziana Standley
Ficus sp.
MYRISTICACEAE
Virola sp.* “Cumala”.
Virola surinamensis* “Cumala blanca/Caupuri”
NYMPHIACEAE
Cabomba aquatica
PHYTOLACCACEAE
Petiveria alliacea
PIPERACEAE
Peperomia sp.
Piper sp.
POLYGONACEAE
361
362
Ayahuasca, medicina del alma
Triplaris surinamensis
Triplaris surinamensis var. chamissoana
PONTEDERIACEAE
Pontederia cordata L
RUBIACEAE
Calycophyllum spruceanum
Capirona decorticans Spruce
Guettarda ferox Standley
3V\FKRWULDDOED5 3R
Psychotria carthaginensis* “Tupamaqui”
Psychotria horizontales
Psychotria marginata SW
Psychotria psychotriaefolia
Psychotria sp.*
Psychotria stenostachya Standl.
Psychotria viridis Ruiz et Pavon* “Chacruna”
Rudgea retifolia Standley
Sabicea amazonensis Wernham
Uncaria guianensis “Uña de gato”
SAPINDACEAE
Paullinia yoco Schultes et Killp* “Yocó/Yoco blanco/Yage yoco/Huarmi yoco”
SCHIZAECEAE
Lygodium venustum Swartz
SCROPHULARIACEAE
Scoparia dulcis L
SOLANACEAE
Brugmansia insignis* “Tao-Toé/Toé/Maricahua”
Brugmansia suaveolens* “Toé/Floripondio/Borrachero”
Brunfelsia chiricaspi* “Chiricaspi/Chiric-sanango”
Brunfelsia chirisanango Plowman* “Chiric-sanango”
%UXQIHOVLDJUDQGLÁRUD ´&KLULVDQDQJR&KXFKXZDVKDµ
%UXQIHOVLDJUDQGLÁRUDVXEHVSVFKXOWHVLL ´&KLULFVDQDQJR&KXFKXZXVDµ
Capsicum sp.
Iochroma fuchsioides* “Borrachero/Campanitas”
Juanulloa ochracea
Markea formicarium Dammer
Nicotiniana rustica* “Tabaco”
Nicotiniana tabacum L.* “Tabaco/Mapacho”
STERCULIACEAE
Herrania sp.
VERBENACEAE
Cornutia odoratta
9LWH[WULÁRUD
VIOLACEAE
5LQRUHDYLULGLÁRUD5XVE\
APÉNDICE 4
Himnos de las iglesias ayahuasqueras de Brasil*
Himno de Raimundo Irineu Serra
(Santo Daime)
LA GUIADO PELA LUA
Himno de Raimundo Irineu Serra
La guiado pela lua
E as estrelas de uma banda
Quando eu cheguei em cima de um monte
Eu escutei um grande estrondo
Esse estrondo que eu ouvi
Foi Deus do Céu foi quem ralhou
Dizendo para todos nós
Que tem Poder Superior
Eu estava paseando
Na praia do mar
Escutei uma voz
Mandaram me buscar
Aí eu brotei os olhos
Aí vem uma canoa
Feite de ouro e prata
E uma Senhora na proa
Quando Ela chegou
Mandou eu embarcar
Ela disse para min:
–Nos vamos viajar,
Nos vamos viajar
Para un ponto destinado
Deus e Virgem Mãe
Quem vai ai nosso lado
Quando nós cegamos
1DVFDPSLQDVGHVWDÁRU
Allá dirigido por la luna
Y las estrellas de una banda
Cuando vine arriba de un monte
Escuché un gran estallido
Ese estallido que oí
Dios del cielo fue quién retó
Diciendo a todos nosotros
Que tiene Poder Superior
Yo estaba paseando
En la playa del mar
Escuché una voz
Mandaron a buscarme
Ahí mis ojos se llenaron de agua
Ahí viene una canoa
Hecha de oro y plata
Y una Señora en la proa
Cuando ella llegó
Me dijo que embarcara
Ella me lo dijo:
–Nosotros vamos a viajar,
Nosotros vamos a viajar
Hacia un punto como destino
Dios y la Virgen Madre
Quienes van a nuestro lado
Cuando llegamos
(QODVFDPSLxDVGHHVWDÁRU
ALLÁ DIRIGIDO POR LA LUNA
*
Tomado de Luis Eduardo Luna y Steven White (2000). Traducción: Jasper Lopes Bastos,
especial para esta obra.
[ 363 ]
364
Ayahuasca, medicina del alma
Esta é a riqueza
Do Nosso Pai Criador.
Ésta es la riqueza
De Nuestro Padre Creador.
Himno de Sebastião Mota de Melo
(Santo Daime)
Himno de Sebastião Mota de Melo
(Santo Daime)
EU SUBI MEU PENSAMENTO
SUBÍ MI PENSAMIENTO
Eu subi meu pensamento
Dentro de un grande jardim
Levamtei a minha voz
Oh! Minha Mãe, rogai por mim
Eu limpei a mentalidade
Vi uma roda girando
Dentro desta grande luz
Meu Pai está me olhando
Oh! Meu Pai que está no Céu
Este poder Ele nos dá
Ele nos deu este grande Mestre
Aquí n aterra para nos ensinar
Vamos seguir meus irmãos
Não devemos demorar
Ouça o estrondo da terra
E o gemido do mar
Eu olhando para o céu
Vi uma estrela correndo
Ela veio me rodeando
Eu senti meu corpo esmorecendo.
Subí mi pensamiento
Adentro de un Gran Jardín
Levanté mi voz
¡Oh! Mi Madre, ruega por nosotros
Limpié la mentalidad
Vi una rueda girando
Dentro de esta gran luz
Mi Padre me está mirando
¡Oh! Mi Padre que estás en el Cielo
Este poder Él nos da
Él nos dio este gran Maestro
Aquí en la Tierra para enseñarnos
Vamos a seguir, mis hermanos
No debemos tardar
Oiga al estallido de la Tierra
Y al gemido del mar
Yo mirando hacia el cielo
Vi una estrella corriendo
Ella vino rodeandome
Yo sentí a mi cuerpo desvaneciendo.
Himno de Daniel Pereira
de Matos (Barquinha)
Himno de Daniel Pereira
de Matos (Barquinha)
VALSA DA RAINHA DO MAR
Vou cantar uma valsa
Dos mistérios do mar
Como toda alegria
Vamos brincar
Com as lindas sereias
E as ninfas do mar
As lindas Princesas
Todas vëm dançar
Nesta linda noite
Que estamos a brincar
VALS DE LA REINA DEL MAR
Voy a cantar un vals
De los misterios del mar
Como toda alegría
Vamos a jugar
Con las lindas serenas
Y las ninfas del mar
Las lindas princesas
Todas vienen a danzar
En esta linda noche
Que vamos a jugar
Apéndice 4
365
Vèm as lindas fadas
E a Rainha do Mar
Todas com alegria
Vém nos visitar
7UD]HQGRÁRUHVPLPRVDV
Para nos ofertar
$VÁRUHVVmRPLVWpULRV
Do jardim do mar
São plantas de luzes
Dos mistérios do mar
Estes lindos mistérios
9pPQRVDÀUPDU
Nas luzes sublimes
Da Rainha do Mar.
Vienen las lindas hadas
Y la Reina del Mar
Todas con alegría
Vienen a visitarnos
7UD\HQGRÁRUHVPLPRVDV
Para ofrendarnos
/DVÁRUHVVRQPLVWHULRV
Del jardín del mar
Son plantas de luces
De los misterios del mar
Estos lindos misterios
9LHQHQDDÀUPDUQRV
En las luces sublimes
De la Reina del Mar.
Himno de Francisca Campos
do Nascimento (Barquinha)
Himno de Francisca Campo
do Nascimento (Barquinha)
HINO DA SANTÍSIMA TRINIDADE E
A VIRGEM DA CARIDADE
Oh Virgem mãe da caridade
Vós me curai como o vosso santo amor
Curais a mim e todos meus irmãos
Com a luz do vosso divino amor
Oh virgem mãe da caridade
Vós me curais com o vosso santo amor
Vós me curais meu corpo e minha alma
Para Jesus Cristo Salvador
Oh Virgem mãe da caridade
Mãe do nosso Salvador
Vós curais aos inocentes
Que estão doentes por causa dos
pecadores
Oh virgem mãe da caridade
Só vós é quem pode nos valer
E quem pode curas as nossas almas
E dos pecados podenos defender
Eu vós peço oh mãe da caridade
Para que vós venha nos socorrer
Nos valei na hora da morte
Do Demônio venha nos defender
(Coro)
Salve O Divino Pai Eterno
Salve Jesus Cristo salvador
HIMNO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD Y
A LA VIRGEN DE LA CARIDAD
¡Oh! Virgen Madre de la Caridad
Vos me curas con vuestro santo amor
Cúrame a mí y a todos nuestros
[ hermanos
Con la luz de vuestro divino amor
¡Oh! Virgen Madre de la Caridad
Vos me curas con vuestro santo amor
Vos curas mi cuerpo y mi alma
Para Jesús Cristo Salvador
¡Oh! Virgen Madre de la Caridad
Madre de nuestro Salvador
Vos curas a los inocentes
Que están sufriendo a causa de los
[ pecadores
Oh virgen madre de la caridad
Sólo en vos podemos valernos
Quien puede curar nuestras almas
Y de los pecados nos puede defender
Te pido a vos, oh madre de la caridad,
Para que nos vengas a socorrer
Valednos a la hora de la muerte
Del demonio nos vienes a defender
(Coro)
Salve el Divino Padre Eterno
366
Salve o Divino Espirito Santo
Que nos irradia com a luz do amor.
Ayahuasca, medicina del alma
Salve Jesús Cristo salvador
Salve el Divino Espíritu Santo
Que nos irradia con la luz del amor.
Bibliografía
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AA.VV. (2003), La experiencia del éxtasis, 1955-1963, Barcelona, La
Liebre de Marzo.
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