1 Análisis de la iniciativa del poder ejecutivo ferderal sobre disposiciones en la constitución política federal en materia electoral publicada en la gaceta parlaentaria el 28 de abril de 2022 La iniciativa de reformas a diversas disposiciones constitucionales federales en materia electoral de 2022 propone cambios relevantes en el sistema electoral mexicano con el propósito de a) reducir gastos exhorbitantes de la función electoral administrativa y jurisdiccional, b) reducir el número y el costo que supone la integración de órganos de gobierno (legislativos y municipales) c) reducir significativamente los recursos públicos asignados a los partidos políticos transformando su operación y fines, d) así como ajustar el desempeño de la autoridad electoral por su integración y operación administrativa y jurisdiccional. Son relevantes las reglas del acceso al poder político y los contrapesos de control democrático que son relevantes en la orientación y los resultados de cada gobierno en cada periodo. La pregunta aquí es si esta propuesta contribuye a reforzar el régimen democrático del país. Los 10 objetivos de la iniciativa de reforma electoral propuesta por el ejecutivo federal al poder constituyente federal son relevantes más allá de episodios inmediatos como la elección en México de 2024 por sus efectos en en la forma de elegir a los cargos públicos y la forma de constituir al poder electoral que es parte del poder judicial de la federación pero que en la práctica se constituye como un poder autónomo al mismo poder judicial y se rige por estrictas cuotas de partidos. Este reparto de cuotas parece funcionar con cierta normalidad y sin sobresaltos, excepto cuando se evidencia el empeño de algunos actores políticos partidistas de imponer una candidatura a cualquier costo, incluida la violación a derechos y normas vigentes porque las magistraturas electorales (federal y las locales) no le rinden cuentas a nadie y pueden operar con total impunidad cuando se evidencia que actuaron en forma facciosa, parcial y contraria a derecho. La reforma electoral que propone el poder ejecutivo federal en 2022, sobre sobre la participación y sobre la segunda vuelta electoral para la elección presidencial en México parece haber sido construida sin un proceso de participación plurar entre las fuerzas políticas en el entorno nacional para el sexenio de 2018 a 2024 y por ello hay pocas probabilidades que entre en vigor por falta de acuerdos entre las fuerzas políticas representadas e integrantes en el poder legislativo federal. La reforma electoral propuesta en 2022 por el ejecutivo federal Los 10 objetivos de esta reforma plantean un salto cualitativo interesante, audaz que no están excentos de cuestionamientos pero que proponen resolver una serie de problemas planteados a partir de la experiencia política de algunos actores en los 2 procesos electorales de 2006 y 2012 en torno a la parcialidad de las autoridades electorales administrativas y jurisdiccionales que resultaron trascendentes para la vida política, social y económica del país. En la medida que estas reformas aporten mayor seguridad, honradez y legalidad en la función electoral para que en México hayan elecciones genuinas, esta reforma tiene altas probabilidades de ser aprobadas por los actores políticos integrantes del legislativo federal. Es clave en todo este proceso legislativo que se dispongan las condiciones institucionales, normativas y sociales que aseguren una autoridad electoral fuerte, creible y comprometida con los valores de la democracia y la justicia que no den concesiones a quienes pretendan tergiversar los términos de la democracia y la voluntad del pueblo, quien demanda y merece una autoridad electoral justa y consistente, quien imparta justicia en los asuntos que resuelve y que no deje dudas si su actuación podría ser tomada como ilegal o parcial a favor de uno de los contendientes. La reforma propuesta omite la cuestión de la democracia en los partidos y los mecanismos que evitan que éstos se conviertan en presa fácil de élites políticas que los controlan y los tienen más como negocio familiar que como instituto político clave en la vida democrática del país. Es importante no perder de vista que la función de los partidos políticos es la formación y preparación de la ciudadanía para ocupar cargos de gobierno y realizar funciones públicas: esta función no la hace ningún institución ni organismo en la sociedad. El que los partidos políticos justo antes de la elección designen candidaturas de personas para un cargo públicio genera el riesgo de que lleguen al gobierno personas ajenas a la función pública e incluso contrarias a la plataforma del partido político que la postuló. Los partidos precisan generarse desde dentro, de abajo hacia arriba y cumplir lo que prometen a la ciudadanía en sus campañas de llegar a dirigir el gobierno en el cargo para el que fueron electos. Como lo plantea Pierre Rosanvalon en su libro sobre la contrademocracia, los gobiernos precisan ser electos por la confianza que el electorado deposita al elegirlos, pero en el ejercicio del cargo precisan ser evaluados en su desempeño con desconfianza por el riesgo que tienen de perder el rumbo con relación a sus propuestas de gobierno y la plataforma por la que fueron electos. La participación ciudadana. Un concepto importante en los estudios sobre el fenómeno electoral en la ciencia política es que el voto del electorado constituye en una evaluación sobre el gobierno en turno y determina (junto con otros factores en una mezcla compleja) el resultado de una elección al lado del papel de los medios de comunicación y la trayectora de quienes se postulan en su candidatura para una elección. El resultado de una elección es un fenómeno multifactorial que no admite lecturas simples o un solo factor en la relación causa – efecto. 3 Un problema central en el análisis de las elecciones a cargos públicos en México es si las elecciones en México antes del año 2000 eran genuinas; luego se puso en cuestión si entre los años 2000 y 2012 en realidad fueron un gobierno de coalición fáctica entre el PRI y el PAN que aparentaron una alternacncia política en para mantener unas políticas públicas contrarias al interés de la nación favoreciendo intereses particulares con políticas neoliberales; las elecciones al servicio del poder económico y sus gestores neoliberales. Sobre la participación electoral en las elecciones federales entre 1991 y 2021, los resultados publicados por el IFE y el INE reportan que entre 1991 y el año 2000 la abstención era menor que la votación en las elecciones federales. En las elecciones federales intermedias de 2003, 2009 y 2015 la abstención fue mayor que la votación en las elecciones federales. Para la elección de 2021, la votación fue ligeramente mayor que la abstención, con lo que sugiere un cambio en la percepción del electorado. Es importante considerar que la participación ciudadana en las elecciones es una parte del fenómeno: la otra parte radica en el seguimiento y la evaluación contínua del desempeño del gobierno en sus niveles (federal, local y municipal) y no solo en los tramos trianuales y sexenales. El seguimiento y la evaluación de los gobiernos precisa hacerse en forma muy específica, técnica y permanente, no a través de mecanismos que resultan genéricos, que se basan en meras percepciones y esporádicos de modo que la ciudadanía puede sólo pronunciarse cuando no hay solución viable posible. La figura de organismos ciudadanos y de actores políticos que desde la oposición evalúan y dan seguimiento como gobiernos espejo al desempeño de los gobiernos en turno es un factor que no se ha reconocido ni reforzado en México en la operación del sistema político: es una forma de control efectivo de la función pública que vigila el cumplimiento de las metas establecidas en los planes de desarrollo y no sólo en cuestiones técnicas muy específicas. La evaluación del desempeño de los gobiernos depende de la función de cada área administrativa con instrumentos técnicos y no sólo a partir de percepciones y denuncias que dependen de la estridencia con que son manejados y que no necesariamente corresponden con la realidad de las cosas. Es importante combinar la medición con la percepción ciudadana en el ejercicio del poder político y administrativo en este país. El sistema democrático en México está diseñado principalmente para elegir a quienes gobiernan el país en sus diferentes órdenes de gobierno y no tanto para detemrinar la orientación de sus decisiones y de su impacto social. Las figuras de 4 participación ciudadana que se han incorporado en los últimos años en la legislación federal y local tienen buen sustento e intención pero no se ha logrado posicionarlas como un factor relevante para una mejor rendición de cuentas y una participación ciudadana consistente que evalúe y guíe a las funciones específicas del gobierno en sus diversos órdenes. El modelo de participación ciudadana no se agota en ir a votar por un cargo o una iniciativa específica del legislativo sino que podría ser más efectiva si se refiere a aspectos específicos de cada área del gobierno en sus diversos órdenes durante cada perido de gobierno y al final de éste. La participación ciudadana en elecciones da una idea de la legitimidad con que inicia cada orden de gobierno electo en su periodo en el cargo, pero la participación ciudadana específica por área de gobierno, con conocimiento de causa e instrumentos de medición específicos da legitimidad en los resultados del gobierno porque remite a la rendición de cuentas del gobierno al término de cada periodo y en el largo plazo. La segunda vuelta en las elecciones. Este aspecto no se considera en la reforma pero es una cuestión que precisa discutirse y ponderarse en la perspectiva de dotar de mayor legitimidad a la elección del titular del ejecutivo federal en México y que podría aplicarse también a las y los titulares electos en el poder ejecutivo de cada entidad federativa. Puede partirse de las experiencias de elección en segunda vuelta en otros países en las Américas y también puede esbozarse a partir de la cultura política e institucional en México. Bajo estas consideraciones podrían trazarse los componentes de una elección presidencal federal (y de gubernaturas en los estados) en México: Podrían contender las dos o las tres posiciones más votadas por encima de un umbral y cuando la diferencia entre sí fuera menor a los cinco puntos porcentuales. Importante considerar los gobiernos de coalición cuyo convenio fuera de forzoso cumplimiento para evitar la silulación, el engaño y el cambio drástico de conducción de un gobierno una vez conseguida la mayoría de votos. Ajustar el mecanismo y la institución electoral para evitar que el costo de la elección en segunda vuelta se disparara y fuera inviable desde el diseño mismo de la elección, al mismo tiempo que se generaran condiciones de máxima confianza en los órganos electorales administrativos y jurisdiccionales a los que hace referencia la iniciativa de reforma en 2022 que se comenta. En general, la evaluación del desempeño del gobierno es un factor que no está contemplado en la iniciativa de reforma electoral en 2022 al igual que la cuestión de la democracia en los partidos, incluidas las elecciones primarias para candidaturas 5 para garantizar la legitimidad de las candidaturas, tal como se exige a las candidaturas independientes. Celebro que se abra la puerta al legislativo federal para escuchar voces y propuestas de diversos actores sociales, políticos e institucionales para esta reforma electoral; en lo personal, sepan que cuentan con mi experiencia, mis ideas y mi pasíón por la justicia y la democracia que se requiere para mejorar la vida social y política de este país. Guadalajara Jalisco, México 10 de octubre de 2022 Guillermo Ortiz Vázquez