Subido por Guillermo Ortiz Vázquez

reforma electoral en México 2022

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Análisis de la iniciativa del poder ejecutivo ferderal sobre disposiciones
en la constitución política federal en materia electoral publicada en la
gaceta parlaentaria el 28 de abril de 2022
La iniciativa de reformas a diversas disposiciones constitucionales federales
en materia electoral de 2022 propone cambios relevantes en el sistema electoral
mexicano con el propósito de a) reducir gastos exhorbitantes de la función electoral
administrativa y jurisdiccional, b) reducir el número y el costo que supone la
integración de órganos de gobierno (legislativos y municipales) c) reducir
significativamente los recursos públicos asignados a los partidos políticos
transformando su operación y fines, d) así como ajustar el desempeño de la
autoridad electoral por su integración y operación administrativa y jurisdiccional.
Son relevantes las reglas del acceso al poder político y los contrapesos de control
democrático que son relevantes en la orientación y los resultados de cada gobierno
en cada periodo. La pregunta aquí es si esta propuesta contribuye a reforzar el
régimen democrático del país.
Los 10 objetivos de la iniciativa de reforma electoral propuesta por el ejecutivo
federal al poder constituyente federal son relevantes más allá de episodios
inmediatos como la elección en México de 2024 por sus efectos en en la forma de
elegir a los cargos públicos y la forma de constituir al poder electoral que es parte del
poder judicial de la federación pero que en la práctica se constituye como un poder
autónomo al mismo poder judicial y se rige por estrictas cuotas de partidos. Este
reparto de cuotas parece funcionar con cierta normalidad y sin sobresaltos, excepto
cuando se evidencia el empeño de algunos actores políticos partidistas de imponer
una candidatura a cualquier costo, incluida la violación a derechos y normas vigentes
porque las magistraturas electorales (federal y las locales) no le rinden cuentas a
nadie y pueden operar con total impunidad cuando se evidencia que actuaron en
forma facciosa, parcial y contraria a derecho.
La reforma electoral que propone el poder ejecutivo federal en 2022, sobre
sobre la participación y sobre la segunda vuelta electoral para la elección presidencial
en México parece haber sido construida sin un proceso de participación plurar entre
las fuerzas políticas en el entorno nacional para el sexenio de 2018 a 2024 y por ello
hay pocas probabilidades que entre en vigor por falta de acuerdos entre las fuerzas
políticas representadas e integrantes en el poder legislativo federal.
La reforma electoral propuesta en 2022 por el ejecutivo federal
Los 10 objetivos de esta reforma plantean un salto cualitativo interesante, audaz que
no están excentos de cuestionamientos pero que proponen resolver una serie de
problemas planteados a partir de la experiencia política de algunos actores en los
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procesos electorales de 2006 y 2012 en torno a la parcialidad de las autoridades
electorales administrativas y jurisdiccionales que resultaron trascendentes para la
vida política, social y económica del país.
En la medida que estas reformas aporten mayor seguridad, honradez y
legalidad en la función electoral para que en México hayan elecciones genuinas, esta
reforma tiene altas probabilidades de ser aprobadas por los actores políticos
integrantes del legislativo federal.
Es clave en todo este proceso legislativo que se dispongan las condiciones
institucionales, normativas y sociales que aseguren una autoridad electoral fuerte,
creible y comprometida con los valores de la democracia y la justicia que no den
concesiones a quienes pretendan tergiversar los términos de la democracia y la
voluntad del pueblo, quien demanda y merece una autoridad electoral justa y
consistente, quien imparta justicia en los asuntos que resuelve y que no deje dudas
si su actuación podría ser tomada como ilegal o parcial a favor de uno de los
contendientes.
La reforma propuesta omite la cuestión de la democracia en los partidos y los
mecanismos que evitan que éstos se conviertan en presa fácil de élites políticas que
los controlan y los tienen más como negocio familiar que como instituto político
clave en la vida democrática del país. Es importante no perder de vista que la función
de los partidos políticos es la formación y preparación de la ciudadanía para ocupar
cargos de gobierno y realizar funciones públicas: esta función no la hace ningún
institución ni organismo en la sociedad. El que los partidos políticos justo antes de
la elección designen candidaturas de personas para un cargo públicio genera el
riesgo de que lleguen al gobierno personas ajenas a la función pública e incluso
contrarias a la plataforma del partido político que la postuló. Los partidos precisan
generarse desde dentro, de abajo hacia arriba y cumplir lo que prometen a la
ciudadanía en sus campañas de llegar a dirigir el gobierno en el cargo para el que
fueron electos. Como lo plantea Pierre Rosanvalon en su libro sobre la
contrademocracia, los gobiernos precisan ser electos por la confianza que el
electorado deposita al elegirlos, pero en el ejercicio del cargo precisan ser evaluados
en su desempeño con desconfianza por el riesgo que tienen de perder el rumbo con
relación a sus propuestas de gobierno y la plataforma por la que fueron electos.
La participación ciudadana. Un concepto importante en los estudios
sobre el fenómeno electoral en la ciencia política es que el voto del electorado
constituye en una evaluación sobre el gobierno en turno y determina (junto con otros
factores en una mezcla compleja) el resultado de una elección al lado del papel de los
medios de comunicación y la trayectora de quienes se postulan en su candidatura
para una elección. El resultado de una elección es un fenómeno multifactorial que
no admite lecturas simples o un solo factor en la relación causa – efecto.
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Un problema central en el análisis de las elecciones a cargos públicos en
México es si las elecciones en México antes del año 2000 eran genuinas; luego se
puso en cuestión si entre los años 2000 y 2012 en realidad fueron un gobierno de
coalición fáctica entre el PRI y el PAN que aparentaron una alternacncia política en
para mantener unas políticas públicas contrarias al interés de la nación favoreciendo
intereses particulares con políticas neoliberales; las elecciones al servicio del poder
económico y sus gestores neoliberales.
Sobre la participación electoral en las elecciones federales entre 1991 y 2021,
los resultados publicados por el IFE y el INE reportan que entre 1991 y el año 2000
la abstención era menor que la votación en las elecciones federales. En las elecciones
federales intermedias de 2003, 2009 y 2015 la abstención fue mayor que la votación
en las elecciones federales. Para la elección de 2021, la votación fue ligeramente
mayor que la abstención, con lo que sugiere un cambio en la percepción del
electorado.
Es importante considerar que la participación ciudadana en las elecciones es
una parte del fenómeno: la otra parte radica en el seguimiento y la evaluación
contínua del desempeño del gobierno en sus niveles (federal, local y municipal) y no
solo en los tramos trianuales y sexenales. El seguimiento y la evaluación de los
gobiernos precisa hacerse en forma muy específica, técnica y permanente, no a través
de mecanismos que resultan genéricos, que se basan en meras percepciones y
esporádicos de modo que la ciudadanía puede sólo pronunciarse cuando no hay
solución viable posible.
La figura de organismos ciudadanos y de actores políticos que desde la
oposición evalúan y dan seguimiento como gobiernos espejo al desempeño de los
gobiernos en turno es un factor que no se ha reconocido ni reforzado en México en
la operación del sistema político: es una forma de control efectivo de la función
pública que vigila el cumplimiento de las metas establecidas en los planes de
desarrollo y no sólo en cuestiones técnicas muy específicas. La evaluación del
desempeño de los gobiernos depende de la función de cada área administrativa con
instrumentos técnicos y no sólo a partir de percepciones y denuncias que dependen
de la estridencia con que son manejados y que no necesariamente corresponden con
la realidad de las cosas. Es importante combinar la medición con la percepción
ciudadana en el ejercicio del poder político y administrativo en este país.
El sistema democrático en México está diseñado principalmente para elegir a
quienes gobiernan el país en sus diferentes órdenes de gobierno y no tanto para
detemrinar la orientación de sus decisiones y de su impacto social. Las figuras de
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participación ciudadana que se han incorporado en los últimos años en la legislación
federal y local tienen buen sustento e intención pero no se ha logrado posicionarlas
como un factor relevante para una mejor rendición de cuentas y una participación
ciudadana consistente que evalúe y guíe a las funciones específicas del gobierno en
sus diversos órdenes. El modelo de participación ciudadana no se agota en ir a votar
por un cargo o una iniciativa específica del legislativo sino que podría ser más
efectiva si se refiere a aspectos específicos de cada área del gobierno en sus diversos
órdenes durante cada perido de gobierno y al final de éste. La participación
ciudadana en elecciones da una idea de la legitimidad con que inicia cada orden de
gobierno electo en su periodo en el cargo, pero la participación ciudadana específica
por área de gobierno, con conocimiento de causa e instrumentos de medición
específicos da legitimidad en los resultados del gobierno porque remite a la rendición
de cuentas del gobierno al término de cada periodo y en el largo plazo.
La segunda vuelta en las elecciones. Este aspecto no se considera en la
reforma pero es una cuestión que precisa discutirse y ponderarse en la perspectiva
de dotar de mayor legitimidad a la elección del titular del ejecutivo federal en México
y que podría aplicarse también a las y los titulares electos en el poder ejecutivo de
cada entidad federativa.
Puede partirse de las experiencias de elección en segunda vuelta en otros
países en las Américas y también puede esbozarse a partir de la cultura política e
institucional en México. Bajo estas consideraciones podrían trazarse los
componentes de una elección presidencal federal (y de gubernaturas en los estados)
en México:

Podrían contender las dos o las tres posiciones más votadas por
encima de un umbral y cuando la diferencia entre sí fuera menor a los cinco
puntos porcentuales.

Importante considerar los gobiernos de coalición cuyo convenio
fuera de forzoso cumplimiento para evitar la silulación, el engaño y el cambio
drástico de conducción de un gobierno una vez conseguida la mayoría de
votos.

Ajustar el mecanismo y la institución electoral para evitar que el
costo de la elección en segunda vuelta se disparara y fuera inviable desde el
diseño mismo de la elección, al mismo tiempo que se generaran condiciones
de máxima confianza en los órganos electorales administrativos y
jurisdiccionales a los que hace referencia la iniciativa de reforma en 2022 que
se comenta.
En general, la evaluación del desempeño del gobierno es un factor que no está
contemplado en la iniciativa de reforma electoral en 2022 al igual que la cuestión de
la democracia en los partidos, incluidas las elecciones primarias para candidaturas
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para garantizar la legitimidad de las candidaturas, tal como se exige a las
candidaturas independientes.
Celebro que se abra la puerta al legislativo federal para escuchar voces y
propuestas de diversos actores sociales, políticos e institucionales para esta reforma
electoral; en lo personal, sepan que cuentan con mi experiencia, mis ideas y mi
pasíón por la justicia y la democracia que se requiere para mejorar la vida social y
política de este país.
Guadalajara Jalisco, México 10 de octubre de 2022
Guillermo Ortiz Vázquez
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