Universidad de Buenos Aires Facultad de Ciencias Económicas “Autotransporte Público de Pasajeros en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Calidad de Servicio y Regulación del Sector” Seminario de Integración y Aplicación 2011 Lic. Luciano Marchisio [email protected] Tutor: Lic. José Alberto Bonifacio Resumen Bajo el formato de investigación descriptiva, el presente trabajo aborda el tema de la calidad de servicio en el sistema de autotransporte público de pasajeros en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y la regulación sobre la actividad del sector. Se trataron estas dos aristas de la temática en simultáneo, ya que se considera el autotransporte de pasajeros como un servicio público. Por lo tanto el Estado debe garantizar una prestación eficiente, universal, y de calidad. Durante el desarrollo se da respuesta a dos preguntas fundamentales que sirvieron de guía a lo largo del trabajo: ¿En que consiste la calidad de servicio del autotransporte público de pasajeros? ¿Cómo actúa el sector público en función de su consecución? Se llevó a cabo un trabajo de campo mediante instrumentos cualitativos y cuantitativos. Se obtuvo un índice de calidad percibida del servicio, que sirvió para evaluar el nivel de importancia y satisfacción que asigna el usuario a cada factor de calidad. En términos generales todos los factores son altamente valorados. Los que reportan mayor nivel de satisfacción son la forma de pago y el precio del boleto. Entre los menos satisfechos se encuentra la forma de manejar, el respeto a la capacidad de pasajeros, y la información sobre la regularidad del servicio. El nivel de calidad percibida a nivel general es Regular. Una vez analizado el concepto de calidad, y caracterizado el comportamiento de cada una de sus variables, se indagó sobre la normativa vigente, y sobre la actividad del ente regulador. El objetivo consistió en detectar el nivel de congruencia entre el concepto de calidad estudiado, y la regulación actual. En función de la evaluación de cada atributo del servicio, se encontraron aquellos que son debidamente regulados, y aun así presentan inconsistencias. Aquellos que no son tratados por el marco normativo. Aquellos, que si bien son legislados, el ente regulador no procura su cumplimiento. Y aquellos que son identificados y tratados de forma ambigua o incompleta. Ante esta situación, se concluye reconociendo la necesidad de un replanteo de la actividad regulatoria, para elevar el nivel de calidad del servicio enfocándose en las exigencias del usuario. 1 Índice 1. Introducción ..........................................................................................................1 1.1. Fundamentación ................................................................................................2 1.2. Objetivos ............................................................................................................2 1.3. Metodología .......................................................................................................3 2. El transporte urbano de pasajeros: un servicio público .........................................4 2.1. Regulación del servicio. Fundamentos...............................................................5 3. El autotransporte de pasajeros en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires .............8 3.1. Comisión Nacional de Regulación del Transporte ..............................................9 4. Calidad del servicio de transporte .........................................................................10 4.1. ¿Cómo medir la calidad? ...................................................................................11 5. Trabajo de campo: universo, método de muestreo e instrumento de análisis .......13 5.1. Variables de estudio. Identificación de los factores de calidad ...........................13 5.2. Presentación de resultados ................................................................................14 5.2.1. Distribución de la muestra ...............................................................................14 5.2.2. Factores de calidad. Índice de satisfacción del cliente ....................................15 5.2.3. Preguntas accesorias .....................................................................................17 6. Análisis e interpretación de los resultados ............................................................18 6.1. Calidad percibida: Índice de satisfacción del cliente ...........................................18 6.2. Pilares de calidad...............................................................................................19 6.3. Clasificación de factores ....................................................................................20 6.4. Otras consideraciones .......................................................................................21 6.4.1. Percepción del servicio ...................................................................................21 6.4.2. Forma de pago................................................................................................21 6.4.3. Motivos para utilizar el ómnibus ......................................................................21 7. Regulación del sector ...........................................................................................22 7.1. Decreto 656/94: Regulación General del Transporte Urbano de pasajeros ........22 7.1.1. Parque móvil ...................................................................................................23 7.1.2. Tarifa ..............................................................................................................23 7.1.3. Personal..........................................................................................................24 7.1.4. Frecuencia ......................................................................................................25 7.2. III Carta Compromiso con el Ciudadano ............................................................25 7.3. Otras normativas vigentes .................................................................................26 8. Conclusiones ........................................................................................................27 9. Referencias bibliográficas .....................................................................................30 ANEXO I: Modelo de encuesta .................................................................................32 ANEXO II: Inventario de factores de calidad .............................................................33 ANEXO III: Resultados .............................................................................................35 ANEXO IV: Resultados .............................................................................................36 ANEXO V: Derechos y obligaciones. Carta Compromiso CNRT ...............................37 1. Introducción “La calidad de vida como propósito superior de las políticas públicas aparece asociada a la satisfacción del conjunto de necesidades que se relacionan con la existencia y bienestar de los ciudadanos.” Leva G. Indicadores de calidad de vida urbana Con el advenimiento del capitalismo como sistema político-económico, ha sido creciente el interés por la concentración de los mercados y la fuerza de trabajo. De esta manera, las ciudades fueron evolucionando desde aldeas hasta metrópolis. Hoy en día las grandes urbes presentan una realidad compleja, en la que millones de personas viven, se interrelacionan, y ejercen actividades productivas. El estado asume un papel esencial en este proceso, procurando la eficiente proveeduría de servicios públicos que sean articuladores del crecimiento y del desarrollo. El autotransporte público de pasajeros es por naturaleza un servicio público. Reviste un rol fundamental en la libre movilidad de los habitantes, en la integración de la ciudad, en el desarrollo económico, en el impacto ambiental, y por sobre todo en la calidad de vida de la sociedad en su conjunto. Se debe tener especial consideración con la influencia que este ejerce en las conductas cotidianas de los usuarios del servicio. Es por esto, que la calidad del mismo es un aspecto importante que merece ser estudiado en profundidad. Entendiendo qué pautas son esenciales en la definición de un servicio de calidad, es posible diseñar un marco normativo y regulatorio que persiga coherentemente ese fin. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) es el centro urbano más importante de la Argentina. Posee una amplia red de transporte de pasajeros en ómnibus, que configura el principal medio de transporte público (seguido por el subte). El sistema se compone de prestadores privados que operan bajo permisos y concesiones, y que son regulados por la Comisión Nacional de Regulación de Transporte. La calidad y el funcionamiento del servicio es un tema en permanente discusión. Es por esto, que el presente trabajo pretende hacer un aporte en búsqueda de la mejora del servicio. El tema en cuestión se define como La calidad de servicio del autotransporte público de pasajeros en la CABA, y la regulación del sector. El trabajo se enmarca en el contexto temporal actual. El abordaje de la problemática, y el desarrollo de la investigación, apuntaron a responder dos preguntas fundamentales: ¿En que consiste la calidad de servicio del autotransporte público de pasajeros?, ¿Cómo actúa el sector público en función de su consecución? A su vez se desprenden una serie de preguntas secundarias que también son respondidas a lo largo del trabajo: ¿Qué características tiene el sistema actual de transporte en ómnibus en la Ciudad de Buenos Aires?, ¿Cómo percibe el usuario la calidad del servicio?, ¿Qué atributos exigen los usuarios del servicio?, ¿En qué medida es acorde el marco normativo actual, con el concepto de calidad estudiado?, ¿En qué medida es acorde la actividad de los entes reguladores, con el concepto calidad estudiado?, ¿Qué acciones pueden implementarse desde el sector público en pos de una mejora? 1 1.1. Fundamentación Para que el Estado garantice a la sociedad un servicio de transporte público satisfactorio, es necesario centrarse en la regulación de las empresas ejecutoras. Toda regulación persigue el cumplimiento de ciertas reglas, lo que es posible asegurando la realización de un monitoreo constante. Pero será en vano dicha labor, si: a) en la elaboración del marco normativo, no se evaluó la compleja correlación de variables que afectan a la calidad del servicio; b) la actividad de control no hace foco en los factores relevantes para la calidad. Por lo tanto, este trabajo de investigación pretende realizar un aporte de alto valor práctico para la actividad de regulación del transporte público. Al identificar los atributos determinantes de la calidad del servicio, será posible pensar un marco normativo que no presente lagunas en aspectos relevantes. A su vez, dará lugar a revisar la actividad de los entes reguladores, entendiéndola como un condicionante de la prestación del servicio y de la consecuente satisfacción de los pasajeros. A partir de que la Autoridad Administrativa asume un papel de regulación e intervención en este sector, se entiende al servicio de transporte como un bien cuyo acceso y nivel de calidad satisfactorio deben ser garantizados para todos los ciudadanos. No solo cumple un rol fundamental en cuanto a la movilidad, integración y reproducción de la población, es además un indicador de calidad de vida urbana. En esta línea de ideas, se observa un alto grado de relevancia social en el tema de estudio, que es otro de los móviles del trabajo. 1.2. Objetivos La investigación se realizó bajo la premisa de dos objetivos principales: 1) Indagar sobre el conjunto de atributos que componen la calidad de servicio del autotransporte público de pasajeros; 2) Analizar la congruencia de la regulación actual con estas características, y las posibilidades de mejora. Los objetivos secundarios que se enuncian a continuación permitieron concretar los objetivos principales, y estudiar en profundidad ciertos aspectos del tema en cuestión: Caracterizar el actual sistema de autotransporte público de pasajeros en la CABA. Detectar cómo percibe el usuario la calidad del servicio mediante un índice de satisfacción. Detectar que factores comprenden un servicio deseable para el usuario. Identificar que factores resultan satisfactorios e insatisfactorios para el usuario del autotransporte de pasajeros en la CABA. Analizar si el marco normativo vigente es acorde al concepto de calidad estudiado. Indagar en que medida los mecanismos de monitoreo condicionan positivamente el operar de las empresas transportistas. Explicar que acciones y medidas permitirían mejorar la calidad del servicio. 2 1.3. Metodología El trabajo presenta un formato del tipo descriptivo. En una primera etapa se contextualiza al lector esbozando características y aseveraciones sobre la temática. Es aquí donde se analizó la información existente, y se logró un acercamiento al estado de arte del tema en cuestión. En la segunda etapa, se indaga sobre el objeto de estudio para comenzar a dar respuesta al interrogante madre de la investigación. A lo largo del desarrollo queda claro que la calidad es un concepto que cada usuario percibe a su manera, por lo tanto es personal, subjetivo y relativo a muchos factores. Partiendo de este razonamiento, se comenzó con un análisis cualitativo fundado en entrevistas a usuarios del servicio. Con la información obtenida, se diseñó y se llevó a cabo una encuesta que permitió obtener conclusiones desde un abordaje cuantitativo. Este método de trabajo, permitió formular un instrumento de campo adaptado al usuario del transporte público en la Ciudad de Buenos Aires. También posibilitó delinear un estudio que contempla diversos juicios, ideas y creencias, evitando sesgar el análisis con una única visión de la problemática. Por último, se relacionaron y contrastaron los resultados obtenidos con la normativa vigente, y con la actividad del ente regulador. Las conclusiones de este punto, responden a los interrogantes planteados sobre la relación entre la prestación del servicio y la fiscalización por parte del estado. 3 2. El transporte urbano de pasajeros: un servicio público Para comenzar a delinear el andamiaje conceptual del trabajo, resulta imprescindible hacer foco sobre la naturaleza del servicio de transporte. Partiendo de la concepción y fines del Estado, Ruiz afirma que “las funciones públicas tienen como objetivo… atender todos aquellos intereses y requerimientos comunes y fundamentales a todos los miembros de una sociedad… organizada” (2005: 23). Por lo tanto, en términos jurídicos “la finalidad del servicio público es la satisfacción de una necesidad de interés general” (Chevalier, citado en López, 1997: 4). Y se entiende como interés general de la sociedad, la suma de la mayoría de los intereses individuales coincidentes. Por lo tanto no hay interés general, sino en el supuesto en que cada individuo pueda identificar en él su proporción concreta de interés personal y directo (Fiorini, citado en Neira, 1997). La aplicación del concepto de servicio público a una actividad, es una decisión eminentemente política, que puede estar justificada o no en términos de la teoría económica (Gutiérrez, 2001). En Argentina, “el nacimiento del sector data de los años ’30, asociado al advenimiento de un ciclo económico en el que la industria automotriz asume un papel fundamental como motor del crecimiento, y en el que el Estado asume una participación activa en la economía... Atendiendo a este último aspecto, el transporte urbano de pasajeros (tanto ferroviario como automotor) fue concebido jurídicamente como servicio público.” (Gutiérrez, 2001: 1) En cuanto a las características del servicio público, la doctrina suele admitir cuatro aspectos esenciales: continuidad –la prestación no puede interrumpirse-, regularidad –debe ser operada en base a reglas y condiciones preestablecidas-, igualdad –debe darse en igualdad de condiciones-, generalidad –es derecho de toda la población- (Neira, 1997). El estado debe garantizar su cumplimiento, y es oportuno citar el artículo 42 de la Constitución Nacional, donde queda en evidencia lo dicho: “Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno. Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de consumidores y de usuarios. La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevención y solución de conflictos, y los marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia nacional, previendo la necesaria participación de las asociaciones de consumidores y usuarios y de las provincias interesadas, en los organismos de control” Es posible esbozar una clasificación de los bienes/servicios públicos dentro de la categoría de puros o impuros, en función de dos condiciones determinantes: la no rivalidad y la no exclusión (Ruiz, 2005). El servicio de transporte cumple con la primera condición puesto que el acceso de un usuario al servicio, no impide que otros lo hagan. Con respecto a la segunda condición, si bien su cumplimiento se da a grandes rasgos, se encuentra atado a cierta 4 relatividad. Aunque el transporte en ómnibus atiende una demanda masiva y a una tarifa reducida, no deja de excluir a aquel que no pueda afrontarla económicamente. A su vez, pueden resultar excluidos aquellos usuarios que no dispongan de acceso al transporte por su ubicación geográfica –los sectores sociales medios-bajos y bajos, son los más afectados en este sentido (Ainstein, 2001; Gutiérrez y Kralich, 2011)-. En consecuencia, no siempre se dan ambas condiciones, por lo que se puede ubicar al servicio de transporte dentro de la tipología de bien público impuro. Afirmando esta postura, dice Marsili al respecto: “como la existencia de las dos condiciones puede no darse de manera simultánea, en dicho caso se refiere que se está ante un bien público impuro… Este es el caso del transporte donde si bien se abona una tarifa para acceder a la prestación del servicio, este se encuentra garantizado y aquella no se define en el punto de equilibrio de mercado.” (2008: 64) Las tres partes intervinientes en la ejecución de un servicio público son los operadores, los usuarios, y el ente regulador. En cuanto a los primeros, se sabe que la decisión de quien ocupará ese papel se encuentra atada al momento histórico, y al consecuente rol del Estado. Martínez de Vedia dice al respecto: “Durante años, y como su nombre lo indica, los servicios públicos se consideraron como un deber del Estado en materia de provisión. Eran parte de él, a partir del concepto de “bien público”, y su obligación consistía en servir a toda la comunidad. Con el correr del tiempo, y en virtud del deterioro en el poder del Estado administrador, han comenzado a generarse diversas teorías jurídicas y económicas tendientes a explicar cómo un servicio público puede ser administrado por los privados, siempre y cuando el Estado resguarde ciertas cláusulas en el momento de confeccionar los contratos, adjudicar y supervisar las concesiones. A partir de aquí nace la nueva teoría económico-jurídica en materia de administración moderna de los servicios públicos, que se ha ido poniendo en práctica en todo el mundo, incluso en Argentina…” (2003: 37) Que el ejecutor del servicio no sea directamente el Estado, no significa que este se desentienda de su prestación y calidad. “Si bien la prestación de los servicios puede ser delegada a particulares, el Estado debe continuar velando por su correcto funcionamiento, en tanto tengan un carácter público. Esto significa la obligación de garantizar que los usuarios reciban los servicios con la calidad adecuada, en forma generalizada, no discriminatoria, con la continuidad y regularidad necesarias y con tarifas que tengan relación con los verdaderos costos de explotación de la actividad.” (Benítez, 2005: 1) 2.1. Regulación del servicio. Fundamentos La regulación es una forma de intervención pública que consiste en determinar, mediante normas de obligado cumplimiento, el marco de actuación de las empresas reguladas. También implica controlar el cumplimento de dicho marco y ejercer arbitraje ante intereses en conflicto, si el marco definido no lo solucionara (Lasheras, 1999). En el desarrollo de una actividad regulada, la voluntad del estado interventor y del bienestar social, imperan por sobre la 5 lógica de mercado. En adición a este punto, el citado autor afirma que: “si no existiera regulación, las empresas producirían para satisfacer la demanda esperada y obtener los mayores beneficios posibles, y los consumidores adquirirían bienes y servicios para mejorar su nivel de satisfacción, sin restricción institucional alguna. Por consiguiente… la regulación restringe, influye, o condiciona las actuaciones de los agentes económicos.” (Lasheras, 1999:15) Los entes reguladores son el instrumento de ejecución de la actividad regulatoria por parte del Estado. En el caso argentino, se puede distinguir su génesis durante el proceso privatizador de los años ’90. En este contexto, se crean entes reguladores y comisiones nacionales. Los primeros son entidades autárquicas que gozan de personería jurídica estatal, las comisiones son órganos colegiados que colaboran en una función administrativa o gubernamental (Neira 1997). Salvando las diferencias de su denominación, en ambos organismos constituyen sus competencias primordiales “el control del cumplimiento de las obligaciones asumidas por los prestadores privados de servicios públicos y la protección de los derechos de los usuario” (López, 1997: 22). Las restricciones y condiciones pautadas en los marcos normativos de las actividades reguladas, van desde fijación de tarifas, estándares de calidad, nivel de oferta, provisión de información, seguridad, y mecanismos de consulta y reclamos; hasta permisos de acceso y salida del mercado, posiciones de explotación, plazos de concesión, sanciones por incumplimiento, etc. Más allá de los argumentos de índole jurídica previamente expuestos, existen numerosos y variados fundamentos de la teoría económica que respaldan la regulación del servicio público de transporte. El campo de estudio que trató este tema de una manera más extensa, es el de la microeconomía tradicional. Müller (2010) explica que el punto de partida del enfoque microeconómico para reconocer la necesidad de intervención, es la existencia de fallas de mercado en la actividad en cuestión. Ya que en esta situación no se logra una asignación eficiente de recursos. En términos sintéticos, el autor mencionado enumera los desvíos que pueden ser causantes de tales fallas: a) Eventuales externalidades que impiden la normal actuación del mercado y el alcance de un punto de equilibrio; b) Sistemáticos costos decrecientes debido a la conformación de una economía de escala, lo que deriva en un mercado del tipo monopólico1 (se considera un monopolio natural porque una determinada tecnología hace más conveniente concentrar la prestación en un solo oferente, que diversificarla en varios); c) Estructura de mercado del tipo oligopólica, que también impide alcanzar el óptimo de mercado (el cual solo se alcanza en competencia perfecta); d) Mercados “incompletos” o “faltantes”, es decir, situaciones en que por razones particulares no llegue a conformarse un mercado; e) Situaciones en las que no se alcanza un equilibrio estable. Al no ser posible alcanzar el óptimo paretiano (punto de equilibrio), el libre juego de la oferta y la demanda no garantiza la obtención del equilibrio de 1 Este caso no suele verificarse en grandes urbes. 6 la cantidad ofrecida y demandada, del precio, y de los factores utilizados. Müller reconoce la inexistencia de un argumento consensuado en los tiempos que corren, y deja clara su postura afirmando: “dada la ausencia de un criterio de optimalidad cierto, se propone un esquema centralizado que permita ir ajustando gradualmente la oferta, reduciendo ineficiencias…el mercado no asegura equilibrio ni optimalidad, y sólo una autoridad central está en condiciones de desarrollar acciones en tal sentido (aun cuando el “óptimo” no esté al alcance).” (2010: 172). Entretanto, las justificaciones provenientes del campo de estudio del urbanismo, también se hacen presentes. Principalmente se focalizan en la importancia de la interacción del sistema de transporte con su medio, y la implicancia de mismo en el desarrollo social. “La justificación de la acción del Estado (o su responsabilidad) en esta materia reconoce tres razones principales: atender la integración entre el desarrollo urbano y el transporte; procurar que la población urbana disponga de la accesibilidad necesaria; y que ésta se alcance sin el deterioro del medio físico y social, o con el menor deterioro posible.” (Abriani, citado en Papazian, 2000) Este enfoque considera que el crecimiento del sistema de transporte debe estar acompañado de una adecuada planificación estratégica, logrando la integración con el modelo de ciudad buscado, garantizando la libre movilidad de sus habitantes y el uso eficiente del suelo (Molinero y Sánchez, 1997). Por último, se expone un argumento sostenido por quien hace este trabajo, enmarcado en la escala de análisis de las particularidades del mercado del transporte. Básicamente se reconoce la necesidad de un mediador entre los intereses del usuario, y los de la empresa transportista, debido a la asimetría de fuerzas entre ellos. La heterogeneidad y falta de poder del usuario, para exigir ciertos parámetros de cumplimiento al operador, se ven agravados por la demanda cautiva de la que goza este último. Siendo muchas veces una sola línea la que realiza cierto trazo, el usuario tiene como única alternativa no viajar, en el caso de estar insatisfecho con el servicio prestado. Por lo tanto la empresa operadora no tiene razones para mejorar la calidad del servicio, ya que la demanda reaccionará de manera inelástica ante variaciones en las condiciones de prestación del servicio (precio de la tarifa, calidad del servicio). 7 3. El autotransporte de pasajeros en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires Para hacer una caracterización del sistema es necesario hablar en términos de la Región Metropolitana de Buenos Aires, que es el aglomerado urbano más importante de Argentina. Posee una población de más de trece millones de habitantes; está compuesto por una ciudad central (CABA) y un conjunto de 40 partidos. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires es habitada por casi tres millones de personas (INDEC, 2011) y es el foco principal de atracción de viajes del resto de la región –59.7% por trabajo, 14.9% por estudio(Argentina - Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 2003). El principal medio de transporte de pasajeros es el autotransporte, más conocido como “colectivo”. Los operadores son empresas privadas, que requieren concesiones y permisos de explotación para ejercer la actividad. Estos pueden ser otorgados por tres jurisdicciones yuxtapuestas –Nación, Provincia de Buenos Aires, y municipios- de acuerdo a las áreas que cubran en sus recorridos. Los servicios que confluyen en la Ciudad de Buenos Aires, o que transitan dentro de la misma –objetos de estudio del trabajo-, corresponden a jurisdicción nacional. Estos representan el 43% del total de la región, concentran el 64% del parque móvil y el 71% de los pasajeros transportados por ese medio de transporte (Gutiérrez, 2006). En este ámbito el ente regulador es la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT), organismo descentralizado de la Secretaría de Transporte. En lo que refiere al ámbito de acción de la CNRT, se puede describir el sector con algunas cifras correspondientes al año 2010: 136 líneas de colectivo. 91 empresas transportistas. 9.700 vehículos en circulación. 1.610,46 millones de pasajeros. 5,9 años es antigüedad media del parque. 733,41 millones de kilómetros recorridos. $2.133,46 millones de recaudación de ventas de boletos. (CNRT, 2011) Los servicios de carácter urbano y suburbano de Jurisdicción Nacional, se pueden clasificar en públicos y de oferta libre. Los de oferta libre “surgen ante las necesidades de transporte no contempladas en los servicios urbanos regulares de pasajeros” (Ramos, 2000: 1). Los públicos “tienen por objeto satisfacer con continuidad, regularidad, generalidad, obligatoriedad y uniformidad en igualdad de condiciones, las necesidades en materia de transporte para todos los usuarios” (Ramos, 2000: 1). Este tipo de servicio puede prestarse según varias modalidades: Servicios comunes de línea: se rigen por un contrato previamente establecido, no existe libre entrada y salida del mercado. La Autoridad de Aplicación fija las tarifas (son objeto de estudio de este trabajo). Servicios comunes expresos: utilizan la misma traza que los servicios comunes o ruta alternativa, menor cantidad de paradas obligatorias. Cobran un incremento en las tarifas que son fijadas por la Autoridad de Aplicación. Servicios Diferenciales: sólo admiten pasajeros sentados, los vehículos cuentan con detalles de confort. Las tarifas son fijadas por la empresa. 8 Servicios diferenciales de capacidad limitada: vehículos de hasta doce asientos, excluyendo al conductor. Las condiciones de operación son idénticas que para los diferenciales. 3.1. Comisión Nacional de Regulación del Transporte La CNRT1 es un ente autárquico, que en el ámbito de la Secretaría de Transporte2, controla y fiscaliza el transporte terrestre de jurisdicción nacional. Tiene competencia en: el transporte automotor de pasajeros urbano (líneas 1 a 199) e ínter jurisdiccional (de media y larga distancia), los trenes y subterráneos de la región Metropolitana, los trenes de pasajeros de larga distancia, el transporte automotor y ferroviario de cargas, y la estación Terminal de ómnibus de Retiro. Sus facultades específicas consisten en aplicar, interpretar y hacer cumplir las leyes, decretos y demás normas reglamentarias. Esto mediante la fiscalización de las actividades de las empresas operadoras. Los principales objetivos son: “a) Proteger los derechos de los usuarios; b) Promover la competitividad en los mercados –de las modalidades de transporte automotor y ferroviario de jurisdicción nacional-; c) Lograr mayor seguridad, mejor operación, confiabilidad, igualdad y uso generalizado del sistema de transporte automotor y ferroviario, de pasajeros y de carga, asegurando un adecuado desenvolvimiento en todas sus modalidades.” (CNRT, 2007: 5). Hablando en materia de autotransporte público de pasajeros, sus funciones comprenden: Control y fiscalización de operadores: parque automotor, documentación, frecuencias, comportamiento del conductor, recorridos, tarifas. Inscripción, renovación y modificación de servicios en el Registro Nacional de Transporte Automotor3. Inscripción, habilitación, autorización, y/o certificación de operadores: o Aprobación de documentación de operadores. o Otorgamiento/Renovación de Licencia Nacional Habilitante. o Habilitación de vehículos (altas y bajas). Resolución de controversias a usuarios: sistema de reclamos y denuncias. Información a los ciudadanos: difusión de derechos/obligaciones de los usuarios, y de información estadística y de interés general. • Asesoramiento a la Subsecretaría de Transporte Automotor. (CNRT, 2007) 1 Creada mediante el decreto 660/96. Está conformada por la fusión de la ex-Comisión Nacional de Transporte Automotor (Conta), la ex-Comisión Nacional de Transporte ferroviario (CNTF) y la absorción de la Unidad de Coordinación del Programa de Reestructuración Ferroviaria (UCPF). 2 La cual es parte del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios. 3 Registro en el que están inscriptos todos aquellos prestadores de servicios de transporte de pasajeros de carácter urbano y suburbano. 9 4. Calidad del servicio de transporte Con lo desarrollado hasta aquí, es posible hacer una aseveración tan cierta como obvia: La regulación en el servicio de transporte persigue la accesibilidad de toda la población, la eficiencia en su ejecución, y la calidad en su prestación. A los fines de este trabajo, el concepto de calidad es el que motiva al autor a hacer especial foco. Ya que para diseñar un marco regulatorio cuyo objetivo es la calidad del servicio, primero se debe indagar sobre su significado y sobre los factores que la componen. A modo introductorio se citan dos definiciones del concepto de calidad en su sentido amplio: “Grado en el que un conjunto de características inherentes cumple con los requisitos.” (Organización Internacional de la Normalización, 1994) “Conjunto de características y rasgos distintivos de un producto o servicio que influyen en su capacidad de satisfacer las necesidades manifiestas o latentes.” (American Society for Quality, 2011) El concepto de calidad está situado en dos dimensiones. Por un lado la dimensión del oferente. Este se propone un nivel de calidad objetivo (ámbito de las voluntades) en el que pauta ciertos requisitos a cumplir. Y concreta un nivel de calidad ofrecida (ámbito de las realidades). Por el otro lado, la dimensión del cliente/usuario, quien posee un nivel de calidad deseada (voluntades) en el que formula un conjunto de atributos esperados en el producto/servicio. Y un nivel de calidad percibida (realidad) en el que evalúa el cumplimiento de los atributos deseados. El objetivo de quien provee el servicio es lograr la máxima correlación entre la calidad ofrecida y la calidad percibida, y al mismo tiempo, la mínima dispersión entre la calidad percibida y la calidad deseada. A su vez es necesario que la calidad objetivo esté correlacionada al máximo con la calidad ofrecida. Por lo tanto, es menester diseñar un nivel de calidad objetivo lo más aproximado posible a la calidad deseada por el usuario. Este círculo se denomina Cadena de la Calidad (Soler Trillo y Pelaez de Loño, S/F). En términos de Levy (1998), lo ideal es lograr en el usuario el mayor grado de foco posible entre el conjunto ideal de atributos esperados, y el conjunto de atributos percibidos. Los servicios en general, tienen ciertas características distintivas que hace necesario un tratamiento especial a la hora de pensar en la calidad. Intangibilidad: no se pueden experimentar sensorialmente antes de su adquisición. Para reducir incertidumbre el usuario busca símbolos que demuestren calidad –las maquinarias, las personas, los símbolos-. Inseparabilidad: se producen y se consumen en simultáneo. Es muy importante la interacción entre el proveedor y el usuario, por lo que es altamente influyente la capacitación y el buen trato del personal. Variabilidad: el servicio depende de quien lo presta, cuando y donde. Caducidad: no se puede almacenar. (Kotler y Keller, 2006) Sumado a las características mencionadas, el servicio de transporte posee una particularidad no menor. La elevada importancia que tiene en su prestación el 10 vehículo automotor (es decir, el ómnibus propiamente dicho). Lo que Kotler y Keller (2006) categorizan como Producto híbrido, ya que la oferta está compuesta por bienes y servicios en partes iguales. En consecuencia, los factores de calidad del transporte público de pasajeros radican en varios aspectos de la actividad: la capacitación y dedicación del personal (conductor, boletero, atención de reclamos), el diseño y el estado de los vehículos, y los parámetros operativos del servicio (frecuencia, puntualidad, etc.). El concepto de calidad aplicado al servicio de transporte, se entiende como la búsqueda de la consonancia entre la oferta diseñada por el transportista y las expectativas que posee el usuario, teniendo en cuenta la compleja correlación de factores que influyen en la definición del servicio y en la experiencia del viaje. Para controlar el nivel de calidad existente, se determinan estándares de cumplimiento de los factores considerados relevantes. Los cuales deberían verse reflejados no solo en los estándares de calidad, sino también en las condiciones de prestación del servicio a las que se supedita a los operadores. El control de la calidad “consiste en un conjunto de técnicas y actividades de carácter operativo…Es un proceso que ejercita una influencia directiva [anticipa desvíos respecto a normas y objetivos] o correctiva [corrige los desvíos detectados] sobre las actividades de un objeto, organismo o sistema.” (Cano Martinez, 1998: 50) 4.1. ¿Cómo medir la calidad? Ya pensando en el herramental para el trabajo de campo, es necesario hablar sobre la medición de la calidad. Siguiendo el razonamiento de la Cadena de Calidad, se sabe que la dimensión del usuario es la que interesa al momento de investigar sobre el nivel de calidad (de nada serviría evaluar la calidad desde la percepción del transportista). Se considera entonces necesario, realizar mediciones que cuantifiquen la calidad percibida por los usuarios, a través de la definición de atributos que valoran y ponderan para emitir juicio sobre la calidad del servicio (Cano Martinez, 1998). Estos atributos son “características mínimas exigibles por el cliente para que sienta que lo que recibe le satisface, [son] aquellos componentes del servicio que éste valora de forma especial y puede percibir con claridad por separado, se determinarán a partir de los criterios de los propios clientes.” (Noda Hernández y Ochoa García, 2000: 4). Se debe indagar sobre el nivel satisfacción y sobre el nivel de importancia de cada atributo, ya que no todos influyen de igual manera en la percepción del servicio. El índice que se utiliza en el trabajo para medir la calidad percibida, se denomina Índice de Satisfacción del Cliente. Permite cuantificar variables cualitativas, para obtener conclusiones mediante herramientas que brinda la estadística descriptiva. El método se basa en asignar a los atributos una unidad de medida, para evaluar su ponderación y consecución, en función de la ubicación que tengan en la escala propuesta por el encuestador. 11 La modelación matemática del índice es la siguiente: SC = n ∑ Ie × Se e =1 Donde: Ie: nivel de importancia del atributo e. Se: nivel de satisfacción del atributo e. El nivel de importancia se obtiene normalizando la media muestral de las calificaciones otorgadas por los usuarios al atributo (es decir, se lo transforma en coeficiente). Ie = Xe n ∑ Donde: Xe e =1 X e : media muestral del atributo e. El nivel de satisfacción se obtiene de la media muestral de las calificaciones otorgadas por los usuarios al atributo. Se = X e Los resultados del análisis, además de lo que determinen sobre la opinión del usuario, permiten clasificar los factores del servicio en función de su importancia y satisfacción: Indiferentes: relativamente tienen poca importancia y una baja satisfacción. Aceptables: tienen poca importancia y alta satisfacción. A pesar de que no son muy importantes, la entidad tiene buenos resultados y debe tratar de mantenerse así, pues pueden influir de alguna manera en mejorar la satisfacción del cliente. Críticos: son de gran importancia y están en situación desfavorable. Constituyen señales de alerta para procurar una mejora. Óptimos: están en un estado favorable, pues son de gran importancia y son valorados satisfactoriamente por los clientes. El estado de estos atributos debe mantenerse. (Noda Hernández y Ochoa García, 2000) 12 5. Trabajo de campo: universo, método de muestreo e instrumento de análisis El universo de estudio está compuesto por los actuales usuarios del autotransporte público de pasajeros en la CABA –líneas 1 a 199-. En efecto, los usuarios del servicio son las unidades de análisis de la investigación. Como la circunscripción del campo de observación comprende la CABA, es necesario aclarar que los resultados no son extrapolables a la Región Metropolitana de Buenos Aires (para lo cual sería necesario un estudio de mayor amplitud). Debido a limitaciones de recursos y tiempo, el método de muestreo utilizado fue “no probabilístico – intencional”. Aunque no sea recomendado para estudios descriptivos, permitió obtener conclusiones satisfactorias a los fines de las metas propuestas. La encuesta se realizó mediante entrevistas de campo, y cuestionarios vía correo electrónico. Esta constó de tres partes (ver Anexo I). En la primera se consultó sobre datos demográficos básicos (sexo, edad, lugar de residencia). Luego se preguntó sobre el motivo de uso y percepción de calidad a nivel general, lo que permitió obtener conclusiones accesorias a los objetivos del estudio. Por último se indagó sobre el principal input de la investigación: los atributos que componen la calidad del servicio. 5.1. Variables de estudio. Identificación de los factores de calidad Las principales variables bajo análisis fueron la satisfacción y la valoración del usuario sobre cada factor de calidad del servicio. El formato de respuesta propuesto, permitió al encuestado asignarle a cada variable un valor del uno al cinco. En las referencias se los vinculaba con distintos niveles cualitativos de respuesta (por ej. en el caso de la satisfacción: 1.Muy baja; 2. Baja; 3.Media; 4.Alta; 5.Muy alta). Un requisito fundamental para diseñar el instrumento de encuesta y definir correctamente las variables, fue identificar qué componentes de la calidad incluir. Para ello, se realizó un inventario de factores (ver Anexo II), recopilados y adaptados de diversos trabajos sobre el tema. Consta de ochenta atributos del servicio, agrupados en quince categorías. Se presentan de la forma más desagregada posible, permitiendo analizar minuciosamente el servicio. En un estudio de esta naturaleza, donde se trabaja con encuestas, resultó conveniente agruparlos en conceptos más abarcativos (ya que el tiempo requerido para responder no debe ser excesivo). Para hacer una selección, se entrevistó a quince usuarios del servicio, logrando identificar los temas más recurrentes al evaluar su satisfacción con el servicio. A continuación se detalla el compendio de factores resultante: Confort: comodidad de los asientos, temperatura, nivel de ruidos, iluminación, ventilación, altura de pasamanos y manivelas, etc. Densidad de pasajeros: cantidad de pasajeros por metro cuadrado. En la encuesta se evaluó bajo el nombre de “Respeto del límite de capacidad de pasajeros”. Estado del vehículo: interno y mecánico. Forma de manejar: prudencia, respeto de las normas de tránsito, respeto 13 de las paradas establecidas. Forma de pago: practicidad, comodidad. Frecuencia. Identificación visual del vehículo: colores, número de línea, ramal, tipo de servicio. Información: sobre paradas, ramales, demoras, cambios de recorrido, interrupción del servicio, etc. Limpieza: condiciones de higiene. Modales y cooperación entre los pasajeros: si bien no es responsabilidad directa del prestador, fue incluido ya que se considera al usuario como parte del sistema de calidad (Cano Martinez, 1998). Precio del boleto. Trato del chofer: amabilidad, cortesía. 5.2. Presentación de resultados 5.2.1. Distribución de la muestra Tabla 1: Distribución de la muestra por rangos etarios. Edad 18 a 29 años 30 a 49 años 50 a 69 años 70 y más años Total Frecuencia Porcentaje 55 59% 23 25% 13 14% 2 2% 93 100% Fuente: Elaboración propia en base a encuesta realizada, 2011. Gráfico 1: Distribución de la muestra por rangos etarios. 50-69 14% 30-49 25% 70 y más 2% 18-29 59% Fuente: Elaboración propia en base a encuesta realizada, 2011. 14 Tabla 2: Distribución de la muestra por lugar de residencia. Lugar de residencia CABA GBA Zona Norte GBA Zona Sur GBA Zona Oeste Total F 79 5 7 2 93 P 85% 5% 8% 2% 100% Fuente: Elaboración propia en base a encuesta realizada, 2011. Gráfico 2: Distribución de la muestra por lugar de residencia . GBA Zona Sur 8% GBA Zona Norte 5% GBA Zona Oeste 2% CABA 85% Fuente: Elaboración propia en base a encuesta realizada, 2011. Tabla 3: Distribución de la muestra por género y edad. Edad 18-29 30-49 50-69 70 y más Total Sexo femenino Sexo masculino F P F P 25 45% 30 55% 16 70% 7 30% 12 92% 1 8% 2 100% 0 0% 55 59% 38 41% Fuente: Elaboración propia en base a encuesta realizada, 2011. 5.2.2. Factores de calidad. Índice de satisfacción del cliente Categorías de las variables: • Nivel de Importancia: 1) No es importante; 2) Poco importante; 3) Importante; 4) Muy importante; 5) Esencial. • Nivel de satisfacción: 1) Muy bajo; 2) Bajo; 3) Medio; 4) Alto; 5) Muy alto. 15 Tabla 4: Valoración y satisfacción general. Índice de Satisfacción del cliente. Media nivel de importancia Media nivel de satisfacción Coeficiente de importancia Índice Satisfacción del Cliente Confort 3,9 2,5 0,08 0,19 Estado del vehículo 4,4 3,0 0,09 0,26 Respeto límite capacidad pasajeros 4,2 1,9 0,09 0,17 Forma de manejar 4,7 2,1 0,10 0,20 Forma de pago 3,8 4,1 0,08 0,32 Frecuencia 4,5 2,6 0,09 0,23 Información 4,1 2,1 0,08 0,18 Limpieza 4,1 2,7 0,08 0,23 Modales y cooperación de los pasajeros 3,9 2,5 0,08 0,20 Precio del boleto 4,0 3,8 0,08 0,31 Trato del chofer 3,7 2,8 0,07 0,21 Identificación visual del vehículo 4,0 3,6 0,08 0,29 Total factores 4,1 2,8 1 2,78 Factores de calidad Fuente: Elaboración propia en base a encuesta realizada, 2011. Gráfico 3: Valoración y satisfacción general de los factores de calidad. 5,0 4,7 4,5 4,0 3,9 3,8 3,8 3,0 3,6 2,5 Media nivel de satisfacción Fuente: Elaboración propia en base a encuesta realizada, 2011. Se recomienda consultar Anexos III y IV, donde se presenta más información por grupos y por factores. 16 Identificación visual del vehículo Precio del boleto Modales y cooperación de los pasajeros Forma de pago Media nivel de importancia Limpieza 2,1 2,1 Forma de manejar Estado del vehículo Confort 2,0 Respeto límite capacidad pasajeros 1,9 4,0 3,7 2,8 2,7 2,6 2,5 Información 3,0 1,0 4,1 4,1 4,1 3,9 Frecuencia 4,0 4,2 Trato del chofer 4,4 5.2.3. Preguntas accesorias Gráfico 4: Motivos por los que los usuarios encuestados utilizan el ómnibus. Es preferible a otros medios de transporte 22% Otro 4% No posee automóvil 45% Es barato 18% Falta de estacionamiento 11% Fuente: Elaboración propia en base a encuesta realizada, 2011. Gráfico 5: Percepción general de los usuarios encuestados sobre la calidad del servicio1. Muy buena 8% Excelente 0% Mala 15% Buena 23% Regular 54% 1 Media muestral de la percepción general de la calidad: 2,23. Fuente: Elaboración propia en base a encuesta realizada, 2011. 17 6. Análisis e interpretación de los resultados 6.1. Calidad percibida: Índice de satisfacción del cliente Luego de haber realizado un abordaje cuantitativo sobre la opinión del usuario, se obtuvo un índice de satisfacción de 2.78 puntos. Situando este número dentro de una escala de uno a cinco (mala, regular, buena, muy buena, excelente), se puede decir que la calidad percibida del servicio es Regular. Se evaluaron doce atributos, de los cuales nueve fueron valorados como muy importantes en la definición de la calidad del servicio. Y los tres restantes importantes. Así pues, se distingue un nivel de exigencia alto –más acentuado en los grupos etarios a partir de los treinta años-. Con respecto al grado de satisfacción, solo la forma de pago fue calificada en la categoría de satisfacción alta. Le siguen en la franja de satisfacción media la tarifa del servicio, la identificación visual del vehículo, y el estado del mismo. En efecto, los componentes de índole económica y vehicular parecieran ser los más satisfactorios para la muestra encuestada. Cabe remarcar cuan importante es encontrar el factor económico por encima del umbral de satisfacción, ya que es un requisito necesario (no suficiente) para lograr la universalidad en el acceso del servicio. No es el caso de los ocho atributos restantes, cuya calificación individual no superó 2,8 puntos. Esto los ubica en las categorías de poco satisfactorios, y nada satisfactorios. Se puede ver como tres de estos atributos son responsabilidad del conductor del vehículo: forma de manejar, trato para con los pasajeros y respeto del límite de capacidad del ómnibus. Es oportuno recordar lo mencionado en el marco teórico, con respecto a la relevancia del desempeño del personal como característica principal del servicio. En este caso, es un punto de bajas calificaciones que influye negativamente en la calidad del servicio. Asimismo, se encuentra mayormente agravado teniendo en cuenta que dos de los factores mencionados (capacidad de pasajeros y forma de manejar) poseen los puntajes más bajos (1,9 y 2,1). Y ambos son especialmente significativos en las condiciones de seguridad en la prestación del servicio. Otros dos atributos que obtuvieron un bajo puntaje (2,7 y 2,5) son la limpieza y el confort respectivamente. Están directamente ligados a la armonía entre el pasajero y su entorno. Son requisitos primordiales cuando el usuario pretende del viaje una experiencia placentera; e indudablemente son puntos débiles. Asimismo, se observa un bajo nivel de satisfacción en la frecuencia del servicio. Este aspecto por si solo constituye un pilar fundamental ya que determina la confiabilidad en el sistema de transporte basada en asuntos como la puntualidad, la regularidad, y la amplia cobertura horaria. No es casualidad que sea el segundo factor más valorado (nivel de importancia de 4,5). Falta mencionar dos factores: la información disponible (sobre paradas, demoras, desvíos, etc.) y el trato entre los pasajeros. Se observa en ambos casos un nivel de insatisfacción elevado. Por lo que se detecta un “déficit” en lo relativo a cuestiones comunicacionales (ya sea empresa-pasajero o pasajeropasajero). 18 6.2. Pilares de calidad Con el propósito de resumir el punto anterior, se establece un modelo de calidad basado en seis pilares fundamentales para su consecución. No son unidades independientes, sino que se interrelacionan y debe procurarse su cumplimiento de manera simultánea. Según lo expuesto, el módulo económico y el módulo vehículo son los que se encuentran satisfechos y medianamente satisfechos actualmente. De esta manera, queda en evidencia el conjunto de atributos de calidad (marcados en rojo) que representan una deuda pendiente por parte del sistema de autotransporte público de pasajeros en la CABA. 19 6.3. Clasificación de factores Noda Hernández y Ochoa García (2000) proponen una clasificación de factores en función de su nivel de importancia y nivel de satisfacción. La que servirá de complemento para comprender la situación actual del sistema de transporte, y establecer cursos de acción para conducirlo a un estado deseable. Un patrón de comportamiento en todas las variables del servicio fue el elevado nivel de importancia. En cambio la calificación de los usuarios según su satisfacción, varió de unos a otros. En cuanto a los factores óptimos, se debe mantener su alto nivel de satisfacción. Siguiendo la lógica de los pilares de calidad, es necesario conservarlos en su estado actual, ya que de lo contrario impedirían una mejora en los factores no satisfechos. Los factores críticos deben ocupar la agenda del ente regulador, la secretaría de transporte, las empresas transportistas, y los usuarios. Es en ellos donde hay que concentrar el trabajo para adaptarlos a las exigencias del ciudadano. 20 6.4. Otras consideraciones A continuación se presentan algunos análisis secundarios sobre los resultados obtenidos. 6.4.1. Percepción del servicio Al preguntar a los encuestados sobre el nivel de calidad a nivel general, se obtuvo un puntaje promedio de 2,23. Al igual que el índice de satisfacción (2,78), ubica la calidad percibida en la categoría Regular. Sin embargo se puede observar una diferencia de un poco más de medio punto (0,55). De manera que el usuario expresa un mayor descontento al hablar del servicio a grandes rasgos. Este fenómeno se debe a un efecto “halo” negativo en la mirada del usuario. En el que tienden a modificar la evaluación de las cualidades a partir de una cualidad específica, guiándose por la impresión dominante de ese rasgo destacado (es decir, cualquier de los factores que consideren negativos). 6.4.2. Forma de pago La variable forma de pago presenta un comportamiento llamativo: es la única en que el nivel de satisfacción (4,1) supera al nivel de importancia (3,8). Asimismo, ocupa el anteúltimo lugar en la escala de importancia con respecto a las otras variables. Evaluando los antecedentes de este factor, pareciera ser que antes de la implementación del Sistema Único de Boleto Electrónico1, era el tema en boga y de principal relevancia (Sánchez, 2008; Galván, 2008). Sin embargo, una vez resuelto, pasó a ser menos valorado. Por lo tanto, en la variable forma de pago se observa una tendencia a subvalorar el atributo una vez satisfecho. 6.4.3. Motivos para utilizar el ómnibus Sabiendo que la calidad percibida promedio es regular, resulta coherente que el 44% de los encuestados utilice el ómnibus por que no poseen automóvil. Si bien es un dato de color para este trabajo, constituye a la vez un punto de partida para establecer objetivos en cuanto a la movilidad en la CABA. Un vuelco de preferencias hacia el transporte público evitaría la superpoblación de automóviles y los grandes congestionamientos, disminuiría el nivel de contaminación ambiental y sonora, y procuraría la mejor utilización del espacio y la rapidez en el transporte público. 1 Es un servicio para abonar con una sola tarjeta viajes en colectivos, subtes y trenes adheridos, en la Región Metropolitana de Buenos Aires. Se la conoce como tarjeta SUBE. 21 7. Regulación del sector La regulación sobre las empresas transportistas consta de un marco normativo y de la actividad fiscalizadora llevada a cabo por la CNRT. Una vez identificadas y clasificadas las variables que definen la prestación del servicio, resulta necesario indagar sobre el interés de las mismas por la actividad reguladora. Ya que el primer paso para promover su óptimo funcionamiento, es establecerlas como condiciones básicas y primordiales en los permisos y contratos de concesión, y en las normas vigentes. Igual de importante es procurar su cumplimiento a través de controles y relevamientos. Para indagar sobre la congruencia entre la regulación actual y los factores de calidad estudiados, se utilizaron como norma y documento de referencia el Decreto 656/94 y la Tercera Carta Compromiso con el Ciudadano publicada por la CNRT en el año 2007. Además fue necesario consultar otros decretos y resoluciones a los que se hace referencia directa e indirectamente en estos documentos. 7.1. Decreto 656/94: Regulación General del Transporte Urbano de pasajeros El ámbito de aplicación de este decreto se delimita a toda prestación de servicios de transporte automotor de pasajeros de carácter urbano y suburbano que se desarrolle en el ámbito de Jurisdicción Nacional. En él, se clasifica a los servicios en públicos y de oferta libre. Los servicios públicos conforman el objeto de estudio de este trabajo. El artículo 7º enumera los aspectos que deben ser especialmente regulados por la autoridad de aplicación: otorgamiento de permisos, determinación de recorridos, frecuencias, horarios, parque móvil y tarifas. A su vez, el artículo 22º erige los parámetros operativos del permiso a otorgar al operador del servicio. Estos son: a) las cabeceras de inicios y finalización, y los ramales; b) recorrido autorizado; c) frecuencias horarias límites, máximas y mínimas; d) parque móvil mínimo y máximo; d) régimen tarifario; e) otras características que la autoridad de aplicación considere tipificantes de los servicios. Hasta aquí se pueden ver las pautas estructurales de la actividad regulatoria; los principales factores a los que apunta la norma son la frecuencia, el vehículo y el precio del boleto. También se hace referencia al desempeño y capacitación del personal en el artículo 23º -que trata sobre las obligaciones del permisionario-, exigiendo que la totalidad de los conductores posean la Licencia Nacional Habilitante. También hace hincapié en la disposición de instalaciones para el descanso del personal, adecuadas a las normas de seguridad e higiene. El artículo 24º establece las distintas modalidades del servicio. Los servicios comunes de línea son aquellos que deben brindar las empresas cumpliendo todos los parámetros operativos preestablecidos. Los servicios diferenciales “son aquellos que opcionalmente podrán prestar los permisionarios mediante la utilización de vehículos de características técnicas y diseños tales, que admitiendo sólo el transporte de pasajeros sentados, brinden a éstos condiciones de mayor confortabilidad”. El permisionario propone a la 22 autoridad de aplicación el precio del boleto para los servicios diferenciales. Por lo tanto aquí esta presente el concepto de confort, aunque atado a un requisito tarifario extra. Resulta interesante el artículo 27º, donde se hace especial mención a la frecuencia en horarios nocturnos. En él se dictamina la existencia de servicios nocturnos asegurando una adecuada cobertura territorial y horaria. A tal fin se podrán estipular tarifas diferenciales para aquellas prestaciones efectuadas entre la hora CERO (0) y la hora CUATRO (4) del día. Nuevamente se condiciona un atributo de calidad del servicio a un requisito tarifario extra. De los factores tratados en este decreto, se desprenden normas específicas. 7.1.1. Parque móvil La Ley 24.449 (Ley Nacional de Tránsito) limita la antigüedad permitida del parque a diez años. Además existen numerosas resoluciones y decretos que especifican cuestiones técnicas y mecánicas: Decreto 914/97. Vehículos con acceso para personas con movilidad reducida.. Decreto 914/98. Condiciones técnicas para las unidades especialmente adaptadas con movilidad reducida. Decreto 467/98. Actualización condiciones técnicas para las unidades especialmente adaptadas con movilidad reducida Resolución Conjunta ST 96/94 y SI 58/94. Límites emisión de humo. Resolución CONTA 339/95. Puertas. Sistema automático. Requisitos. Resolución CONTA 340/95. Limitadores de velocidad. Requisitos. Resolución SETOP 395/89. Reglamento para la habilitación de vehículos. Resolución ST 606/75 y las posteriores normas complementarias/modificatorias. Reglamento de medidas básicas. Resolución ST 166/00. Lugar para silla de ruedas. Obligatoriedad. Resolución ST 24/95. Limitador de velocidad. Obligatoriedad. Resolución ST 25/95. Puertas. Sistema automático. Obligatoriedad. Resolución ST 48/93. Asientos. Pasillo. Resolución ST 492/04. Bandas reflectantes. Resolución ST 497/94. Cubiertas superanchas. Resolución ST 509/08. Vehículos articulados. Especificaciones técnicas. Resolución ST 583/93. Iluminación interior con luz blanca. Resolución ST 71/93. Martillos. Resolución ST 72/93. Materiales inflamables en el interior. Resolución ST 926/08. Sistema de protección antivandálico para el conductor. 7.1.2. Tarifa La escala tarifaria es aprobada por la Resolución MPIPYS 13/09. Cabe destacar que el precio actual del boleto –calificado como satisfactorio en la 23 encuesta- es factible debido al subsidio que reciben las empresas transportistas en base al precio diferencial del combustible (Resolución ST 23/03. Subsidio Gasoil). Tabla 5: Escala tarifaria vigente. Recorrido 0 – 3 Km 3 – 6 Km 6 – 12 Km 12 – 27 Km Más de 27 Km Precio boleto $ 1,10 $ 1,20 $ 1,25 $ 1,75 $ 2,00 Fuente: Resolución MPIPYS 13/09. También se encuentra reglamentado el otorgamiento de pases y boletos especiales para estudiantes y discapacitados: Resolución MOYSP 103/72. Boleto escolar. Resolución ST 106/03. Amplía boleto escolar. Reglamentación. Ley 23.673. Crea el Boleto Estudiantil para secundarios Ley 23.805. Amplía alcances del boleto estudiantil a alumnos terciarios y otros. Resolución 2/89. Reglamenta el boleto estudiantil. Resolución ME 178/90. Abono laboral mensual. Decreto 38/04. Pases para discapacitados. Resolución ST 31/04. Pases para discapacitados. 7.1.3. Personal Es competencia reservada a la Nación el otorgamiento de la Licencia Nacional Habilitante. Cuya facultad de otorgamiento es delegada a la CNRT. Es el único documento que autoriza al conductor profesional a conducir en jurisdicción nacional, y cubre las categorías de transporte de pasajeros y transporte de cargas. El régimen de otorgamiento y uso está establecido por Resolución ST 444/99 y sus antecesoras. La vigencia de la licencia depende de la edad del conductor, otorgándose con dos años de vigencia para los menores de 45 años y con un año para los mayores de esa edad. El conductor debe reunir los requisitos establecidos en el artículo 6º de la resolución mencionada: Haber cumplido veintiún (21) años de edad y hasta los cincuenta y cinco (55). Poseer licencia de conductor en la jurisdicción correspondiente a la de su domicilio. Presentar declaración jurada de enfermedades e inhabilidades. No estar inhabilitado o suspendido para conducir por sentencia judicial o por sanciones por infracciones. Haber aprobado los exámenes físicos clínicos, sensoriales, neurológicos y psicopatológicos (detallados en el capítulo VII de la resolución). Haber aprobado el examen de idoneidad profesional (detallado en el siguiente párrafo). 24 La Resolución ST 16/95 establece el Sistema Nacional de Educación y Formación Profesional del Personal de Conducción. El mismo consta de un curso de capacitación para aspirantes a conductores de transporte de pasajeros. Como se mencionó anteriormente, debe ser aprobado para obtener la licencia. El programa está compuesto por tres módulos: 1) Conducción de unidades de transporte y nociones de mecánica ligera; 2) Prevención y Seguridad en el Transporte; 3) Capacitación para la calidad del servicio. Tiene una duración total de ciento veinte (120) horas, es dictado por la Consultora Ejecutiva Nacional de Transporte, y se encarga de su auditoria la CNRT. En materia de auditoría de los conductores, la Resolución ST 239/98 establece la obligatoriedad de la portación de un Documento de Control Horario. El cual debe ser exhibido toda vez que sea requerido por personal de fiscalización de la CNRT. El mismo “deberá tener sus registros permanentemente actualizados, debiendo consignarse la hora de entrada y salida del conductor al momento de inicio y culminación de las tareas”. La Resolución MTSS 17/98 aprueba el modelo que debe cumplir la libreta de trabajo. 7.1.4. Frecuencia La Resolución ST 145/95 formula las disposiciones reglamentarias para el establecimiento de horarios, frecuencias y desafectación de unidades. Detalla una metodología para la definición de frecuencias por servicio, y presenta una fórmula para el cálculo de las mismas. La fórmula contempla duración del viaje, tiempos de espera y parque móvil asignado al servicio. También somete a la aprobación de la CNRT cualquier modificación en los cuadros horarios y cualquier desafectación de unidades en temporadas de baja demanda. En cuanto a vehículos aptos para pasajeros con movilidad reducida, la ley 25.634 sanciona un régimen de frecuencias diarias mínimas fijas. Que es reglamentado por la Resolución ST 417/03, y consiste en un (1) servicio cada veinte (20) minutos para los recorridos que concentren la mayor cantidad de servicios por hora. Para los ramales con menos de cinco (5) servicios por hora, se debe garantizar una frecuencia mínima de sesenta (60) minutos de vehículos aptos para discapacitados. 7.2. III Carta Compromiso con el Ciudadano Es un documento público firmado por la CNRT en el que se explicita ante los ciudadanos su misión y objetivos, los derechos y obligaciones de los usuarios en relación a los servicios que presta el organismo, y la calidad esperable de los mismos. También incorpora compromisos de mejora, estándares y plazos de cumplimiento. En lo que respecta a la calidad del servicio, el documento enumera una serie de obligaciones y derechos por parte del usuario y del prestador (Ver Anexo V). Se hace mención a varios de los atributos de calidad estudiados: condiciones de higiene y seguridad, idoneidad del personal, cumplimiento de 25 las frecuencias, tarifas, respeto a las normas y modales de los pasajeros, comunicación entre la empresa y los pasajeros. En cuanto a la faz operativa de la actividad de control y fiscalización, la Carta Compromiso explica los procedimientos que lleva a cabo la CNRT: Parque automotor: anualmente se controlan 6000 vehículos en la faz técnica, a todas las líneas y en sus respectivas cabeceras. Documentación: se controlan 24000 unidades anuales en las respectivas cabeceras de cada línea. Frecuencia: se controla su cumplimiento tres veces al año por cada línea. Comportamiento del conductor: se realizan 2000 relevamientos anuales. Se evalúan aspectos vinculados con la conducción del vehículo y el trato al pasajero. 7.3. Otras normativas vigentes Este apartado pretende dar conocimiento del marco reglamentario sobre factores no referenciados en el Decreto 654 y en la Carta Compromiso. Es el caso de la forma de pago, que en la actualidad es a través de máquina expendedora de boletos, o mediante la tarjeta electrónica SUBE. La documentación regulatoria sobre la máquina expendedora se materializa a través de la Resolución ST 442/92, donde se pautan especificaciones técnicas, de formato, de diseño y de funcionamiento. En cuanto a la tarjeta SUBE, se anuncia su incorporación mediante el Decreto 84/09, y le siguen una serie de resoluciones que enmarcan las normas y cronograma de instalación. Con respecto al factor denominado “cooperación y modales entre los pasajeros”, es necesario pensarlo como un valor a fomentar y promover. La Resolución ST 451/99 que reglamenta la publicidad en los vehículos, autoriza una herramienta para tal cometido. La misma dice: “Se autoriza, asimismo, a realizar anuncios que se relacionen con temas relativos a normas de convivencia, instituciones de bien público de índole sanitaria o propagación de campaña de índole sanitaria o interés general, y cualquier otro tipo de manifestación de similares características.” 26 8. Conclusiones En el presente trabajo se ha reportado, por un lado, la identificación de los principales factores que conforman la calidad del servicio y, por el otro, el reconocimiento del marco legislativo y su consecuente control de aplicación. La validez de las conclusiones obtenidas a raíz del trabajo de campo, está atada a la representatividad de la muestra observada. Sin embargo, las ideas surgidas de la comparación entre el marco normativo y el concepto de calidad estudiado, pretenden ser extensivas a las limitaciones mencionadas. La primera conclusión que se pudo obtener, es que la calidad de servicio del autotransporte en la CABA es considerada Regular por la muestra observada. Las variables calificadas dentro del umbral de satisfacción, son las vinculadas al parque automotor (identificación visual y estado del vehículo) y las relativas a factores económicos (tarifa y forma de pago). De los doce factores analizados, ocho de ellos se encuentran en estado crítico (son altamente valorados, y poco satisfechos). El factor con calificaciones más desfavorables es la forma de manejar, ya que es considerado el más importante y al mismo tiempo uno de los menos satisfactorios. En el otro extremo se encuentra la forma de pago, que es el atributo calificado como más satisfactorio. Paradójicamente es uno de los menos valorados en términos relativos. El sistema presenta notorios puntos débiles causantes del bajo nivel de calidad. Los problemas de frecuencia, hacen que el usuario no considere confiable el servicio. Esto agravado por la falta de información sobre irregularidades en el mismo. Las poco satisfechas condiciones de higiene y confort en el vehículo, atentan contra experiencias de viaje satisfactorias. Sumado a lo anterior, se identifica un descontento con el mismo pasajero que no respeta ciertas normas de convivencia necesarias para transitar el ámbito público. Un factor cuyo impacto pareciera afectar negativamente a varios aspectos del servicio, es el desempeño del personal de la empresa –el chofer-. Las condiciones de seguridad durante el viaje, dependen en gran medida de la forma de manejar y del respeto a la capacidad del ómnibus. Asimismo, el trato con el pasajero influye en la experiencia de viaje. Y estos factores no son satisfechos para los usuarios encuestados. En lo referente a la jurisprudencia sobre la prestación del servicio, se han identificado varios de los factores de calidad estudiados como foco de atención y objeto de regulación. Algunos con buenos resultados, otros no tanto. La política de subsidios al transporte y la implementación del Sistema Único de Boleto Electrónico, son dos casos cuyos resultados son considerados satisfactorios. Por lo tanto se observa un alto grado de coherencia entre el factor de calidad (precio-forma de pago) y la normativa existente. Sucede lo mismo con la legislación sobre el parque automotor, la cual no solo establece topes de antigüedad, sino que también estipula parámetros técnicos, operativos y de seguridad para la habilitación del vehículo. Es mérito también de la actividad fiscalizadora del ente regulador, quien tiene estipulado anualmente la inspección del 60% del parque en circulación. La Licencia Nacional Habilitante y el examen de idoneidad profesional son dos instancias en las que se capacita al aspirante a conductor, y se constata que posea las capacidades necesarias. Se tratan temas como la 27 prevención y seguridad en el transporte, y la calidad del servicio. Claramente la norma es precisa y consistente con dos cuestiones valoradas por el usuario: trato del personal y forma de manejar. De todas maneras, se observan resultados negativos, y ligado a esto se detecta cierta ambigüedad en la actividad de la CNRT y de las propias empresas. Son razonables obligaciones del chofer, la prudencia al manejar, el trato amable, y el cumplimiento de la frecuencia estipulada. Esta última es controlada a diario por las empresas –y ocasionalmente por la CNRT- a través del Documento de Control Horario. En cambio, las dos primeras se auditan a través de dos mil relevamientos anuales (cuando se realizan más de diez mil viajes diarios). Entonces, los exigentes estándares de frecuencia sumados a la elevada importancia de este factor, se traducen en un desempeño del chofer totalmente orientado a cumplir con los horarios estipulados. En el intento, se observa un descuido del respeto de las normas de tránsito, y del trato a los pasajeros –ocasionado por el malestar que esta presión implica-. Por lo tanto, es necesario armonizar las prioridades en las exigencias del chofer, evitando sobrevalorar un factor en detrimento de otros, y asignando objetivos alcanzables. Como ya se mencionó, la frecuencia es objeto de legislación y de control. Es debidamente identificado como un componente de la calidad por parte del marco regulatorio. Sin embargo presenta bajos niveles de satisfacción. Para hablar de causas puntuales, es necesario hacer un estudio de mayor profundidad, dados los numerosos aspectos internos y externos que influyen en la frecuencia del servicio. Un factor relacionado con la frecuencia, es el respeto a la capacidad de pasajeros. No se registran normas referentes a este tema bajo ningún tipo de enfoque (ya que una excesiva densidad de pasajeros dentro del vehículo atenta contra el confort y la seguridad). Si bien este factor se explicó y desarrolló a partir de las responsabilidades del personal, sería viable una solución que permita al conductor desentenderse al respecto. Así como los vehículos poseen un limitador de velocidad, podría ser obligatoria la incorporación de un limitador de capacidad -medida en el peso que se transporta-. De esta manera sería fácilmente evitable el exceso de la capacidad, cuando el limitador advierta el tope alcanzado. Otra solución que ha demostrado efectividad en la realidad es la incorporación de vehículos con chasis articulado que permite una mayor capacidad de pasajeros1. En cuanto a los componentes del servicio que permiten un viaje satisfactorio, se observan insuficientes menciones que dejan a estos atributos desprovistos de algún tipo de atención por parte de la CNRT. Las condiciones de higiene no son tenidas en cuenta en los controles de los vehículos. Junto con el relevamiento de los vehículos deberían incluirse en los aspectos evaluados. En cuanto al confort, pareciera ser un beneficio excluyente para los que pueden acceder a los servicios diferenciales2. En este sentido, se reconoce necesaria la inclusión en el marco normativo del confort del vehículo como factor relevante en la calidad del servicio común de línea. El abordaje legal de la comunicación empresa-usuario, presenta una disparidad de criterios con respecto al expuesto en el trabajo. Según la CNRT (2007), se entiende al usuario como quien debe tener la iniciativa de activar el proceso de comunicación (mediante canales como el sistema de reclamos y la 1 Como lo hizo la línea 132 (Nuevos Rumbos S.A.). En el caso de que la línea preste ese tipo de servicio, ya que el número de empresas que lo brinda ha ido disminuyendo. 28 2 línea telefónica gratuita). Bajo este enfoque, no es obligación de la empresa brindar información sobre toda clase de cuestiones atenientes al servicio. Por lo tanto, dependerá de la curiosidad del usuario, consultar y estar al tanto sobre demoras, desvíos, interrupciones, etc. Con esto, no se quiere decir que el enfoque del marco legal es erróneo, sino que es incompleto. Debería contemplar un rol informativo más activo por parte del operador del servicio. Una propuesta concreta sería la implementación de un sitio Web de la CNRT, en el que cada empresa informe en tiempo real horarios, recorridos, ramales, demoras y desvíos. Otra alternativa más ambiciosa, y que requiere de un trabajo coordinado con el Gobierno de la Ciudad, es la instalación de refugios inteligentes. En los que sea posible consultar recorridos de diversas líneas y encontrar información sobre el estado del servicio. El pasajero es usuario y componente del sistema de transporte. Por lo tanto su comportamiento también influye en la calidad del servicio. Se puede ver que las obligaciones del usuario publicadas por la CNRT (2007), apuntan al respeto mutuo y los modales. Por lo que se consideran importantes las normas de convivencia dentro del colectivo visto como lugar público. De aquí se desprende la necesidad de llevar a cabo campañas de fomento y concientización1. Si bien el cambio debe surgir en el usuario, el ente regulador puede actuar como disparador de este proceso. En líneas generales se observa un servicio con primacía de factores críticos, cuyas causas son diversas. Están aquellos que son debidamente regulados, y aun así presentan inconsistencias. Aquellos que no son tratados por el marco normativo. Aquellos, que si bien son legislados, el ente regulador no procura su cumplimiento. Y aquellos que son identificados y tratados de forma ambigua o incompleta. Ante esta situación, resulta imperioso hacer un replanteo de la actividad regulatoria, para elevar el nivel de calidad del servicio enfocándose en las necesidades del usuario. 1 Un ejemplo es la campaña “Pequeños gestos grandes personas” que actualmente lleva a cabo Metrovías S.A., la empresa concesionaria de los subterráneos en la CABA (Metrovías S.A., 2011). 29 9. Referencias bibliográficas Ainstein, L. (2001) Estructura urbana y accesibilidad social a servicios de transporte: el caso del aglomerado Buenos Aires, presentado en Congreso Internacional del Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, Buenos Aires, noviembre. Disponible en: http://cdi.mecon.gov.ar/docelec/ceped/ainstein.pdf (14/10/11) Argentina - Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires - Secretaría de Hacienda y Finanzas (2003) Plan Integral de Desarrollo del Subterráneo de Bs. As., Buenos Aires. Benitez, S. (2005) Servicios Públicos. 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Disponible en: http://www.transporte.gov.ar/content/transporte_automotor/ Normativas consultadas: Decreto 656/94, Decreto 84/09, Ley 24.449, Resolución MPIPYS 13/09, Resolución ST 145/95, Resolución ST 16/95, Resolución ST 239/98, Resolución ST 417/03, Resolución ST 444/99, Resolución ST 451/99. 31 ANEXO I: Modelo de encuesta Figura 3: Modelo de encuesta. 32 ANEXO II: Inventario de factores de calidad COMUNICACIÓN CONFORT CHOFER DISPONIBILIDAD Y ACCESIBILIDAD ECONÓMICO EXTERNO FORMA DE MANEJAR Sistema de quejas y reclamos Información sobre el recorrido y ramales Información sobre horarios Información sobre imprevistos (interrupciones, demoras, cambios de recorrido) Aire acondicionado Comodidad de los asientos Nivel de ruidos en el vehículo Nivel de ruidos exteriores Calefacción Contaminación visual (publicidades, escritos en las paredes) Disponibilidad de asiento Amplitud de entradas y salidas Entretenimientos durante el viaje (diario gratuito, pantalla informativa, etc.) Iluminación Respeto del límite de capacidad de pasajeros Ventilación Trato (amabilidad y cortesía) Buena presencia Capaz de brindar información sobre el recorrido Respeto de las normas (no fumar, no salivar, etc.) Frecuencia en fines de semana Frecuencia en horarios diurnos Frecuencia en horarios nocturnos Frecuencia en horarios de madrugada Cercanía de la parada con respecto al destino Cercanía de la parada con respecto al hogar Cercanía entre las paradas Poder ascender en cualquier esquina en días lluviosos Posibilidad de hacer combinación con otros transportes (tren, subte) Devolución correcta del vuelto por las máquinas expendedoras Disponibilidad de vuelto Forma de pago Precio del boleto Calles en buen estado Tránsito fluido Frenado total del vehiculo para el ascenso y el descenso de pasajeros No exceda límites de velocidad No transite muy lento Prudencia al manejar Recorrido sin desviaciones Respeto de las normas de tránsito Respeto de las paradas establecidas Vehículo arrimado a la acera para ascenso/descenso de pasajeros 33 Iluminación en las paradas Refugios en las paradas INFRAESTRUCTURA Visibilidad de las paradas desde el colectivo Visibilidad de las paradas en la calle Acceso para personas con movilidad reducida INTEGRACIÓN Avisos informativos en español y en ingles Lugares reservados para embarazadas/ancianos Limpieza de las paradas LIMPIEZA Limpieza en el vehículo Buenos modales PASAJEROS Cooperación con el uso del espacio dentro del vehículo Respeto de las normas (no fumar, no salivar, etc.) Evitar recorridos "laberinto" Recorrido que evite calles angostas RECORRIDO Recorrido que una zonas barriales con zonas céntricas Recorrido que una zonas barriales entre si Recorrido únicamente por avenidas centrales Prevención de delitos Cinturón de seguridad SEGURIDAD Salidas de emergencia Señalización dentro del vehículo (escalones, salidas de emergencia) Duración del viaje TIEMPOS No tener que realizar trasbordo a otro vehículo Puntualidad Apariencia del vehículo Antigüedad del vehículo Diseño (amplitud de puertas y pasillos, cantidad de asientos, altura de pasamanos y manivela, etc.) Emisión de humos contaminantes Identificación visual del vehículo VEHÍCULO Estado interno del vehículo Estado mecánico del vehículo Potencia del motor del vehículo Visibilidad del cartel con el numero de línea Visibilidad del cartel con el ramal Fuente: Elaboración propia en base a Cano Martinez, 1998; Molinero y Sánchez Arellano, 1997; Noda Hernández y Ochoa García, 2000; Portilla y Dell’Olio, S/F; Sánchez Flores y Romero Torres, 2010; Schonorkowski, 1999; Soler Trillo y Pelaez de Loño, S/F; Transportation Reasearch Broad, 1999; Villanueva Lugo y Palermo Alvarado, 2005. 34 ANEXO III: Resultados Tabla 6: Valoración y satisfacción de cada factor por grupos. 18 - 29 años Factores de calidad 30 - 49 años 50 - 69 años 70 y más Sexo Sexo años masculino femenino NI 1 NS 2 NI NS NI NS NI NS NI NS NI NS Confort 3,7 2,4 4,3 2,4 4,2 2,7 4,5 2,5 3,6 2,4 4,1 2,5 Estado del vehículo 4,2 3,0 4,7 2,9 4,4 2,9 5,0 3,0 4,3 2,9 4,4 3,0 Forma de manejar 4,7 2,1 4,7 1,7 4,9 2,6 5,0 2,5 4,6 2,0 4,8 2,1 Forma de pago 3,5 4,2 4,3 3,7 4,5 4,4 5,0 5,0 3,7 4,1 3,9 4,1 Frecuencia 4,3 2,5 4,7 2,4 4,7 3,1 5,0 3,5 4,3 2,7 4,6 2,5 Identificación visual del vehículo 3,6 3,8 4,5 3,3 4,6 3,5 4,0 4,0 3,8 3,9 4,1 3,4 Información 3,8 2,1 4,4 2,1 4,6 2,3 5,0 2,5 3,0 2,5 4,3 2,0 Limpieza 3,8 2,8 4,6 2,8 4,5 2,2 5,0 3,0 4,0 2,9 4,2 2,6 Modales y cooperación pasajeros 3,7 2,3 4,3 2,5 4,1 2,8 5,0 3,0 3,8 2,4 4,0 2,5 Precio del boleto 3,8 3,9 4,4 3,4 4,4 4,0 5,0 5,0 3,7 4,1 4,3 3,6 Respeto límite capacidad pasajeros 4,1 1,9 4,5 2,0 4,5 1,9 4,0 2,5 4,2 1,8 4,3 2,0 Trato del chofer 3,2 2,6 4,4 2,7 4,5 3,5 5,0 3,0 3,6 2,6 3,8 2,9 Total factores 3,9 2,8 4,5 2,7 4,5 3,0 4,8 3,3 3,9 2,9 4,2 2,8 1 Media nivel de importancia. Media nivel de satisfacción. 2 Fuente: Elaboración propia en base a encuesta realizada, 2011. Gráfico 6: Valoración y satisfacción general del total de factores por grupo. 4,8 5,0 4,5 4,5 4,2 4,0 3,9 3,9 3,3 3,0 2,8 3,0 2,9 2,7 2,8 2,0 1,0 NI NS 18 - 29 años NI NS 30 - 49 años NI NS 50 - 69 años NI NS NI NS NI NS 70 y más años Sexo masculino Sexo femenino Fuente: Elaboración propia en base a encuesta realizada, 2011. 35 ANEXO IV: Resultados Tabla 7: Nivel de satisfacción por atributos. Distribución de calificaciones1. Factores de calidad Mala Regular Buena Muy buena Excelente Confort 15% 42% 28% 12% 3% Estado del vehículo 4% 24% 47% 20% 4% Respeto límite capacidad pasajeros 43% 30% 20% 4% 2% Forma de manejar 35% 31% 25% 8% 1% Forma de pago 1% 3% 18% 41% 37% Frecuencia 17% 27% 41% 11% 4% Información 34% 30% 27% 6% 2% Limpieza 14% 23% 47% 10% 6% Modales y cooperación de los pasajeros 17% 33% 39% 9% 2% Precio del boleto 5% 4% 26% 30% 34% Trato del chofer 12% 23% 46% 6% Identificación visual del vehículo 1% 11% 30% 13% 40% 17% 1 El modo de cada variable se señala en negrita. Fuente: Elaboración propia en base a encuesta realizada, 2011. 36 ANEXO V: Derechos y obligaciones. Carta Compromiso CNRT • • • • • • Usuario Derechos Obligaciones • Respetar las normas Recibir un servicio eficiente establecidas para las y confiable en condiciones personas con movilidad de higiene y de seguridad. reducida con relación al Exigir el cumplimiento de los uso prioritario de los parámetros operativos como asientos. los horarios, las tarifas y el • Respetar la prohibición de recorrido. fumar. Exigir el cumplimiento de las • No ascender a los normas de seguridad vehículos / coches en relativas al vehículo / coche estado de ebriedad u otro y al conductor del servicio. tipo de intoxicaciones. Obtener información sobre • No llevar animales, salvo los servicios ofrecidos a los los perros lazarillos. pasajeros por cada empresa a través de sus respectivas • No ensuciar o dañar líneas telefónicas gratuitas. elementos materiales afectados a la prestación Realizar reclamos y de los servicios. sugerencias ante las empresas de transporte de • Abstenerse de transportar pasajeros. Recibir una objetos peligrosos o respuesta antes de los 31 molestos para los demás días. pasajeros. Abonar tarifa especial alumnos de escuela primaria pública, tarifa diferencial estudiantes secundarios y terciarios no universitarios, y acceder gratuitamente jubilados y pensionados que perciben haberes mínimos. • • • • Transportista Obligaciones Mantener los vehículos habilitados en perfecto estado mecánico y en condiciones compatibles con el servicio a prestar. No alterar el estado del vehículo habilitado. Tener conductores idóneos, con instrucción y licencia nacional habilitante vigente. Mantener condiciones de limpieza en cabeceras y vehículos. Prever un registro de reclamos de usuarios, sean pasajeros o transeúntes, a través de líneas telefónicas gratuitas y/o libros de quejas y sugerencias numerados y foliados y enviar mensualmente a la CNRT los reclamos recibidos. Fuente: Elaboración propia en base a Carta Compromiso CNRT, 2007. 37