PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR FACULTAD DE ECONOMÍA Doctrinas Sociales: DSI Luces y sombras del Capitalismo y Socialismo Por Juan Abad y Rodrigo Maldonado “Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15 RV60). “Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra” (Deuteronomio 15:11 RV60). La Sociedad ha transitado a lo largo de la Historia por diferentes edades hasta llegar a nuestros días. Es dentro de tales épocas que se generan constantes cambios en el pensamiento y en la acción humana. Luego de la Época Medieval (siglo V al XV) se produce un gran quiebre en la línea de tiempo que se traduce en lo que se llama Modernidad (siglo XV al XVIII). Esta última comienza desde el Descubrimiento de América en 1492 hasta la Revolución Francesa en 17891. En ella se transforma la cosmovisión que el mundo tenía acerca del hombre en los ámbitos político-jurídico, económico y socio-cultural, antes concebida en el Feudalismo con el ideal de homo sapiens (contemplativo) y que se convierte en homo faber, esencialmente pragmático (Mora, 2014). Los grandes sistemas socio económicos que surgen de esta nueva época e incluso subsisten hasta el día de hoy, de manera hegemónica en el caso del capitalismo o de manera latente, en el caso del socialismo. Ambos sistemas tienes aspectos positivos y negativos, los cuales se examinan a continuación. El lado positivo del capitalismo, que comienza en el siglo XVII en Inglaterra (Revolución Industrial), a nivel del individuo, es la búsqueda de superación y trabajo en diferentes niveles de la vida social, para alcanzar su propio bienestar, que bien puede provocar alcanzar cierto bienestar social. El individuo busca satisfacer sus necesidades y codicias, dados sus recursos escasos para lograrlo. El problema surge cuando esa búsqueda, que según los economistas neoclásicos es una maximización del bienestar por parte del llamado homo economicus, egoísta, racional e individualista, afecta a otros individuos y no solamente a individuos sino a clases sociales enteras. Claro que el derecho privado es limitado por las instituciones, pero la misma premisa de maximizar el beneficio individual incentiva en la práctica a buscar los propios intereses por encima de los demás. Cabe preguntarse aquí si el fin justifica los medios. Surgen entonces los grandes problemas del capitalismo, entre los cuales se encuentran las externalidades, las inequidades o desigualdades y la explotación. La primacía que da el capitalismo al capital sobre el trabajo genera una lucha de clases, lo cual afecta negativamente a la sociedad con inestabilidad política y conflictos armados. El proceso de acumulación del capital puede resultar beneficioso para los países a nivel agregado, estrictamente en un sentido económico, pero es cuestionable en cuanto eso no necesariamente se traduce en una mayor felicidad para los ciudadanos, como indica la Paradoja de Easterlin, que cuestiona la felicidad como sinónimo de mayores ingresos. Además, el capitalista puede llegar a pensar en los obreros 1 Estos son los límites temporales según cierta concepción historiográfica, pues existen otras opiniones, como que la época Moderna comenzó con la caída de Constantinopla (1453) y terminó con la Independencia de los Estados Unidos (1776). De cualquier manera, la edad posterior a la Modernidad se la llama Posmoderna o Edad Contemporánea (Edad Moderna, 2014), como una continuación globalizada de la época anterior. estrictamente como recursos para lucrar, rayando en tratarlos como cosas, sin preocuparse en absoluto del bienestar de los que le rodean. También es evidente que el mercado no siempre es el mejor asignador de recursos y puede ser necesario que alguien intervenga para regular las fallas del mercado. Finalmente, la propiedad privada, supuesto esencial en el capitalismo, se puede cuestionar cuando se vuelve dogmática y, por ejemplo, las empresas transnacionales causan mucho daño a los agricultores locales con sus patentes y a la salud con los alimentos transgénicos, en nombre de la propiedad privada, la eficiencia y el progreso. El lado positivo del socialismo es la defensa de derechos fundamentales de las personas. Existen diferentes libertades a las que las personas pueden tener derecho, viéndolas desde un aspecto más amplio que el convencional. (Sen, 2000) Las libertades de tener buena salud, alimentos, vestimenta y una vida digna son libertades que no se pueden pasar por alto cuando se trata de la maximización del bienestar de las personas que viven en este planeta. El socialismo lo que busca es redistribuir los medios de producción y las riquezas para que estas libertades se puedan cumplir ya que la desigualdad inherente al sistema capitalista impide que se cumplan en una gran parte de la población, claro, en diferente magnitud dependiendo del país. De todas maneras la desigualdad de hecho está presente en todas las sociedades capitalistas. El socialismo también cuestiona el imperialismo de las sociedades capitalistas y esto resulta razonable ya que desde que se derrumbó el comunismo en Rusia estamos viviendo un proceso de globalización que está acabando con las sociedades menos desarrolladas (Stiglitz, 2002). En este último libro se exponen las crueldades a las que son sometidos los países en desarrollo cuando el FMI, el Banco Mundial y Estados Unidos imponen sus políticas (que no son recetas universales) en estos países sin tener en cuenta las reales necesidades de estas naciones, causando durante décadas daños económicos gravísimos, además de un endeudamiento en términos injustos que es una causa del subdesarrollo. Sin embargo el socialismo tiene falencias. Aunque sí defiende algunas libertades esenciales de las personas descuida otras como las libertades de participación en la política y la democracia e incluso en el transcurso de la historia se ha visto que ha transgredido las libertades de derechos de expresión. También los incentivos que no existían en el socialismo jugaron un papel importante en la transición de China al capitalismo (Harford, 2007). Los incentivos son importantes para el crecimiento de una economía y es tal vez por esto que el socialismo ha tenido problemas en crear riqueza a lo largo de la historia. La G uerra Fría en el s iglo XX ma rcó un perí odo clave en la dis puta más o menos longeva ent re capitalis mo y comu nis mo, don de s e bus caba la hegemonía de un o de los dos s is temas , eterna mente i rreconciliables ent re s í. N o hubo es pacio para los dos s is temas en es te mu ndo s in que exis tan inevita blemen te guer ras . U n s is tema tenía que t omar el co ntr ol y el ganador al final fue el capitalis mo. Concluyendo, los dos sistemas analizados, concebidos en la Modernidad y su posterior evolución, tienen ventajas y desventajas, pero ambos tratan de explicar la realidad humana y formular diferentes propuestas normativas, las que apuntan a un objetivo social en común: el progreso. Estas concepciones (juntamente con otras propuestas en contra y a favor), mayormente antagónicas entre sí, independientemente de si yerran o aciertan, buscan, ya sea desde el colectivo o desde el individuo, lo que sería la continuación del ideal de la sociedad moderna: el homo faber, antítesis del homo sapiens y culmen de las corrientes mainstream de la sociedad moderna y posmoderna. Es así que existe, por ejemplo, el caso de China, que realiza una mixtura entre ambos sistemas, lo que evidencia que capitalismo y socialismo no son sino la expresión de las dos caras de una misma moneda. El mundo sigue en general una misma dirección, claro, con contadas excepciones que representan una minoría y no un tercer frente, como por ejemplo la comunidad amish. La verdadera antítesis de estos dos sistemas no es la negación mutua entre ambos, sino la negación de su fin último, es decir la afirmación del homo sapiens. Bibliografía Edad Moderna. (27 de agosto de 2014). Recuperado el 8 de septiembre de 2014, de Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Edad_Moderna#Localizaci.C3.B3n_en_el_tiempo Harford, T. (2007). El economista camuflado. Temas de Hoy. Mora, J. H. (2014). Sistemas socio económicos que surgen de la Modernidad. Quito. Sen, A. (2000). Desarrollo y Libertad. Planeta. Stiglitz, J. (2002). El malestar en la globalización. Taurus.