¿Qué defiende la derecha? Aníbal Romero (2006) El pensamiento político de la derecha democrática se basa en estos principios: 1) El valor clave de la política y eje de la dignidad humana es la libertad: de conciencia, de opinión, política y económica. 2) La sociedad debe organizarse en función de la libertad de los individuos y el equilibrio entre derechos y deberes. 3) Sin propiedad privada no hay libertad. 4) Como dice Friedman, una sociedad que coloca la igualdad por encima de la libertad acabará sin igualdad y sin libertad. 5) El poder y funciones del Estado deben limitarse. 6) La justicia social es una aspiración sentimentalmente comprensible y a la vez indefinible. Una sociedad civilizada debe ocuparse de los menos aventajados en su seno, pero sin paternalismo. 7) La pobreza es un mal y ser pobre no es digno en sí mismo. Una sociedad que no sea capaz de crear riqueza siempre será pobre. 8) El único sistema económico capaz de sacar a millones de la pobreza es el capitalismo. 9) El socialismo conduce a las sociedades al empobrecimiento. 10) El capitalismo debe sustentarse en un marco de leyes iguales para todos. 11) La democracia significa ser capaces de cambiar a los gobiernos en un tiempo definido sin el uso de la violencia. 12) La izquierda triunfa en el terreno emocional, pero fracasa en el de la libertad y la lucha contra la pobreza. La derecha ha sido estigmatizada por la intelectualidad de izquierda. La historia de Occidente durante los pasados dos siglos ha estado dominada por el pensamiento socialista, y todavía hoy, a pesar de la inviabilidad de las fórmulas económicas y políticas de izquierda, los mitos se imponen a la racionalidad. Los intelectuales de izquierda son individualistas que abrazan el colectivismo. Durante las décadas de predominio ideológico marxista la derecha fue deliberadamente señalada como portavoz del egoísmo, el desprecio a los débiles y el autoritarismo político. Mas lo que ocurrió de hecho fue que el socialismo colapsó por su esencia totalitaria y caos económico, y el capitalismo y la democracia liberal se impusieron. No obstante, el socialismo como propuesta no perecerá, pues es un fenómeno cultural enraizado sicológicamente en el legado tribal de la humanidad. La izquierda es hoy una fuerza claramente reaccionaria, que vive de las nostalgias del pasado y carece de respuestas eficaces frente a los retos de la libertad y la prosperidad material. La irreversible crisis del socialismo europeo lo demuestra. Como vimos hace poco en Francia, la izquierda cerró las puertas a cualquier reforma que aumente el empleo y favorezca a los grupos más pobres, especialmente a los jóvenes musulmanes que languidecen sin empleos ni esperanzas. Francia es una sociedad decadente debido a su apego a los dogmas de izquierda. En América Latina también contemplamos la resurrección de esos cadáveres del pretérito socialista, pues el nuestro es un continente que teme al futuro, no se ajusta a los cambios inducidos por la globalización, parece incapaz de dejar atrás sus fantasmas colectivistas, y se doblega ante la demagogia caudillesca. En el plano internacional la izquierda es en muchas partes aliada del fundamentalismo islámico. Su única bandera es el odio a los Estados Unidos, odio cuya virulencia les lleva a asociarse con los más implacables enemigos de Occidente, sin importarles su naturaleza anti-democrática, su opresión de la mujer, su fanatismo religioso y sus métodos terroristas. La izquierda mundial está con Saddam Hussein y contra Bush. Cuestiona la guerra de Irak pero oculta su carencia de opciones ante lo que el Presidente estadounidense, con inmenso coraje, decidió hacer. En Venezuela hay un espacio social susceptible a un mensaje de derecha, democrático y modernizador, pero existen dos obstáculos: Por una parte la derecha incipiente necesita comunicar más adecuadamente su proyecto, superando las barreras creadas por la hegemonía ideológica tradicional de izquierda. Por otra parte no hemos tenido las figuras políticas de carne y hueso con el coraje intelectual, la preparación y la capacidad organizativa para plantear el debate, sobreponerse al chantaje de la izquierda, y crear una fuerza con presencia nacional. Para tener éxito ese mensaje debe hablarles a las personas en términos prácticos. La propuesta es: libertad, democracia, creación de riqueza y prosperidad común. ¿Cuáles son los países que avanzan y cuáles se quedan atrás? ¿Han servido para algo las fórmulas socialistas excepto para generar autoritarismo y pobreza? ¿Adónde nos ha traído el populismo? ¿Prefieren los venezolanos las frágiles dádivas del gobierno al avance personal y de sus familias mediante su trabajo? Pienso que un porcentaje significativo quiere algo diferente a lo que tenemos y hemos tenido, y las dádivas del Estado eventualmente se acabarán.