El abismo entre la oferta educativa y la demanda del mercado laboral Caso México MMP DIANA LIZBET VAQUERO NEGRETE Es importante analizar hasta dónde el sistema de educación superior se convierte en obstructor de aspiraciones individuales o facilitador de las mismas. Debido a que la universidad latinoamericana ha desarrollado, en general, una actividad docente desligada de la realidad circundante y de los nuevos currícula y métodos modernos de enseñanza aprendizaje, lo que se evidencia en los planes y programas de estudio de los programas académicos que se ofertan y en las estrategias que se utilizan en el proceso formativo, lo que repercute en la asimilación de los egresados por parte del mercado de trabajo y en particular del sector productivo. Por esta razón, los egresados de las universidades latinoamericanas son asimilados con dificultad por el mercado laboral. Ante este panorama, debemos considerar y no olvidar que una de las funciones fundamentales de la educación es la preparación de las personas para el desempeño de un trabajo. La modernización empresarial demanda el establecimiento de altos niveles de competencia y calificaciones de los trabajadores, para compensar los requerimientos generados por la introducción de nuevas tecnologías y los avances en la informática, robótica, biotecnología, microelectrónica, etc. Mismas que reducen el número de trabajadores necesarios, pero que incrementan las exigencias en cuanto a capacidades de desempeño laboral. Actualmente, la fuerza de trabajo debe contar con competencias básicas para desempeñar múltiples tareas. En contraposición “hay una elevada proporción de jóvenes que perciben que la educación no les proporciona habilidades, competencias ni capacidades para su inserción y desempeño laboral exitoso”1. Lo que conlleva a uno de 1 Acuña, P. (1993). Vinculación universidad-sector productivo. Revista de la educación superior. los problemas sociales más relevantes de nuestro país, el desempleo y por consiguiente, subempleo. Ambos surgen como consecuencia de los desajustes entre la oferta y la demanda de la fuerza de trabajo. La masificación de la educación superior ha desbordado la capacidad institucional y coloca en serios riesgos la calidad de la formación superior. Aunado a que, se ha reactivado el interés por las profesiones dirigidas a los ámbitos urbanos del comercio, los servicios y la información, y la demanda de la educación se ha centrado en éstas. Cuando el sistema educativo no responde a las necesidades del país, y se mueve por otros intereses, la gravedad de los efectos que sobre el desempleo producen las crisis económicas, tienden a agravarse. De ahí la importancia de analizar con detalle el vínculo educación-trabajo en México. Ya que el objetivo fundamental de cualquier sistema educativo debe ser la búsqueda permanente de la mejora de la calidad de la enseñanza; función que no están cumpliendo cabalmente algunas instituciones educativas de nuestro país. Las misiones de las empresas y de las instituciones educativas son diferentes, sin embargo, existen aspectos en los que ambas coinciden, mismos que se convierten en asuntos de interés tanto público, como privado. Dado que en las economías modernas más del 75% de los empleos se encuentran disponibles en el sector empresarial. Por esta razón, las instituciones de educación superior deben actuar como intermediarios catalizadores de los deseos demandantes y oferentes de oportunidades laborales de nivel profesional. En ocasiones, las empresas incurren en gastos excesivos que reducen su competitividad cuando contratan profesionales que carecen de habilidades específicas que requieren sus vacantes. Desafortunadamente, en nuestro país aunque se invierta en educación, esta no garantiza el acceso a mejores oportunidades laborales, pues los egresados carecen del desarrollo de competencias que les permitan acceder a mejores oportunidades laborales. La imperfección de este mercado se debe a que la formación a través de la educación es un proceso lento y regularmente, independiente del mundo laboral. Según Marcano, se entiende la pertinencia como la capacidad de las instituciones educativas para generar cambios en su entorno interno, es decir, en su comunidad de profesores, estudiantes y muy particularmente en el currículo, ámbito a partir del cual se pueden diseñar y ejecutar estrategias educativas innovadoras para que la institución se inserte en su entorno externo e incida en la solución de los urgentes problemas que afectan a la sociedad2. Es decir, es necesario que se enfoquen a resolver problemas del entorno socio-económico y de los más apremiantes que el hombre necesite solventar. La pertinencia y compromiso social están directamente vinculados al grado de contribución o intervención de esas instituciones educativas, a través del currículo, cuestión que debe lograrse, tanto por medio los profesionales que aporta, como de las acciones permanentes en y con el entorno. Debido a ello, “es fundamental que cada universidad tenga claridad respecto a su responsabilidad social para que, en función de ello, se mantenga vinculada con la sociedad”3. Según Nuñez los propósitos de la colaboración universidad-empresa son los siguientes: 1. Afinar la concordancia de los programas y métodos educativos con las capacidades que las empresas requieren de sus profesionales y técnicos. Esto interesa por supuesto a las empresas, pero también a las universidades, si éstas han de satisfacer 2 Marcano, N. (2002). Pertinencia, compromiso social y currículo en las instituciones de educación superior. Encuentro educacional. 3 Alcántar Enríquez, V. M., & Arcos Vega, J. L. (2004). La vinculación como instrumento de imagen y posicionamiento de las instituciones de educación superior. Revista electrónica de investigación educativa. la aspiración de sus estudiantes de labrarse un futuro personal y profesional satisfactorio. 2. Prever conjuntamente la posible evolución de las necesidades de las empresas y los jóvenes, pues las universidades no educan para hoy, sino para el futuro en que actuarán sus egresados. Es claro que tal previsión será más atinada si para ella se conjuga el saber de las empresas y el de las universidades, y no si cada una la realiza aisladamente con su propio saber. En estos ejercicios de previsión y prospectiva pueden requerirse contribuciones de disciplinas muy diversas, y en especial de las humanidades. 3. Llevar y traer conocimientos y avances técnicos entre universidades y empresas, pues cada una de ellas tiene en estos aspectos, en diferentes momentos y temas, alguna ventaja sobre su contraparte, y por tanto algo útil que ofrecer a ésta para su correspondiente misión. 4. Prever las implicaciones de aquellos avances para el futuro de las empresas y de las universidades, e idear juntas modos de enfrentar oportunamente y del mejor modo los cambios previsibles. 5. Desarrollar de forma conjunta criterios y métodos para valorar habilidades y competencias pertinente a los actuales desafíos laborales y sociales. 6. Atenuar el desconcierto o la sorpresa traumática que en los jóvenes produce el paso brusco de la escuela al trabajo. 7. Atender con una mínima inversión las necesidades de actualización y educación continua de los cuadros profesionales y técnicos de las empresas y de los académicos de las universidades, dado que hoy los saberes avanzan muy rápidamente y los que las universidades y las empresas poseen son mutuamente complementarios. 8. Resolver problemas de las empresas con el conocimiento científico acumulado en las universidades y mediante la creatividad de los jóvenes a quienes estas educan4. El acelerado crecimiento demográfico y la concentración industrial y urbana en las principales ciudades del país, estimularon el crecimiento de la demanda de profesionales calificados por parte de los sectores modernos de la economía. Estas señales generaron una notable expansión de la matrícula, principalmente hacia mediados de los setenta, la cual, en condiciones de planeación y recursos limitados, tanto financieros, como humanos y materiales, provocó una caída en los niveles de la calidad de los servicios del sistema de educación superior, debido a la masificación, improvisación y desequilibrio en las áreas atendidas5. Aún y cuando las sociedades desarrolladas tienden hacia una economía basada en el conocimiento, de ahí la importancia de la relación existente entre la educación superior y su vínculo con el mercado laboral. Los ciudadanos de países con alto nivel educativo, tienen acceso a mejores oportunidades; puesto que sus naciones se convierten en competitivas a nivel internacional. Cabe mencionar, que aunado a ello, el éxito académico está muy vinculado con las aspiraciones paternas respecto al futuro profesional de los hijos promueven el status educativo de la población. Y este “está determinado por un sistema educativo sólido e integral que pueda formar personas bien adaptadas a los cambios en curso y con conocimientos técnicos y profesionales suficientes para incorporar las innovaciones y transformaciones futuras”6. En contraparte, “en el caso de México, a los problemas que de manera recurrente presenta el sistema educativo de nivel superior -deserción escolar, reprobación, baja eficiencia terminal, bajo rendimiento académico, cambios de carrera, entre otros, se 4 Núñez, D. R. (1998). La vinculación de universidades y empresas: un asunto de interés público y privado. Revista de Educación Superior. 5 Mungaray Lagarda, A. (2001). La educación superior y el mercado de trabajo profesional. REDIE. Revista Electrónica de Investigación Educativa. 6 Salgado Vega, M. D. C. (2005). Empleo y transición profesional en México. Papeles de población. suman una deficiente calidad académica, desequilibrios en la composición de la matrícula por áreas del conocimiento y una excesiva concentración de la matrícula en pocas carreras con destinos laborales saturados, exacerbados todos ellos por la creciente demanda escolar de los últimos años”7. Desafortunadamente, nuestro país cuenta con un exceso de egresados de licenciatura, lo que limita nuestra competitividad a nivel nacional. Ante esta situación, los países subdesarrollados, presentan un retraso con respecto de los países industriales y se han visto obligados a tomar medidas tendientes a reforzar su sistema científicotecnológico, situación que los obliga a promover la vinculación entre la universidad y el sector productivo, todo ello, con la finalidad de contar con los recursos necesarios para responder a los desafíos de la sociedad moderna y sobre todo, para integrarse a los procesos de globalización. Ya que desafortunadamente, la falta de correspondencia entre la oferta de profesionistas y la demanda por parte del sistema económico es una característica estructural de nuestro desarrollo, situación que se ha agravado en los últimos años. _____ Actualmente, los egresados tienen problemas para encontrar trabajo relacionados con su perfil de egreso, en algún momento, consiguen un empleo, sin embargo, los ingresos reales a los que tienen acceso se ven disminuidos y al no haber desarrollado a lo largo de la carrera, suficientes competencias profesionales, se deterioran sus posibilidades de promoción laboral y un gran número de ellos, se ve obligado a aceptar empleos que se ubican por debajo de sus capacidades y expectativas; lo que propicia que se integren a las filas del subempleo (laboran escaso número de horas, aprovechando insuficientemente la escolaridad obtenida). Aunado a que nuestros jóvenes carecen de experiencia y formación práctica que les permita adaptarse a las necesidades cambiantes del mercado laboral. Esta situación se presenta a pesar que los jóvenes están más educados, situación que no los exime de cada día enfrentar más problemas para incorporarse al mercado de trabajo. 7 Camarena Gómez, B. O., & Velarde Hernández, D. (2009). Educación superior y mercado laboral: vinculación y pertinencia social¿ Por qué? y¿ Para qué?. Estudios sociales (Hermosillo, Son.). Nuestro país carece de profesionalización del saber dentro de algunas instituciones sociales, lo que limita que sean sensibles a las demandas de igualdad social. Situación que es muy notoria en nuestro país, ya que sólo quienes tienen acceso a educación de calidad, tendrán acceso a mejores oportunidades laborales. Brindando oportunidad de movilidad social únicamente a aquellos quienes asisten a instituciones públicas y privadas de prestigio, desafortunadamente, estos representan a la minoría de estudiantes en el país. Limitando así, el acceso al acceso a una mejor calidad de vida. Algunas instituciones educativas privadas de nuestro país se olvidan de la función social de la educación, y privilegian intereses económicos. A pesar de que una de las principales funciones de las instituciones educativas debe ser la de garantizar la formación de egresados que contribuyan o se conviertan en agentes de transformación, innovación o cambios dentro de determinados sectores de la sociedad. Sin embargo, las investigaciones cualitativas descubren el drama del incumplimiento de las expectativas laborales para numerosos egresados de ciertas carreras en determinados momentos o frente a ciertos espacios laborales. De hecho, la razón por la cual actualmente nuestro vecino del norte, tiene poder económico sobre nuestro país, se debe al bajo nivel educativo de nuestra nación. Ya que en la búsqueda del desarrollo económico, la mayoría de los países de América Latina han invertido ya muchos años implementando estrategias equivocadas, descuidando aspectos tales como el desarrollo educativo y de la ciencia y la tecnología, las cuales, aunadas a la situación de dependencia con centros económicos específicos, han conducido a los países de la región a tener elevados niveles de desigualdad social y económica, que se expresan en una exagerada pobreza para amplios sectores de la población y por consiguiente, repercuten, en un persistente atraso8. 8 Acuña, P. (1993). Vinculación universidad-sector productivo. Revista de la educación superior, 22(87). Es importante garantizar el acceso a la educación de calidad a los niveles socioeconómicos más bajos, pues esta será la única forma de incrementar su acceso a mayor cantidad de oportunidades de movilidad social. Ya que los estudiantes procedentes de una familia de status económico elevado, tienen mayor posibilidades de acceder al nivel medio superior. Aunado a ello, si la meta es lograr calidad educativa, es necesario que las instituciones educativas asuman con compromiso social, mecanismos de transformación en las instituciones de educación superior. Ya que sólo a través de la pertinencia y el compromiso social, se logra un cambio real en esas instituciones y por consiguiente, en la sociedad en general. Desafortunadamente, en México la educación por sí sola, no garantiza el acceso a mejores oportunidades de empleo, sólo lo hace la educación de calidad, tan desvirtuada actualmente en nuestro país. Desafortunadamente, los modelos educativos tradicionales priorizan los conceptos teóricos y hacen a un lado los componentes de las competencias. Lo que dificulta el acceso de los egresados de modelos educativos tradicionales al demandante campo laboral actual. Ya que los niveles de vinculación con los sectores productivos han sido limitados, en virtud de que los programas educativos no han formado parte de reformas económicas y sociales, cuyo objetivo sea garantizar una inserción equitativa y eficiente del sistema educativo en la sociedad. A pesar de esto, nuestro país está haciendo a un lado a la educación como terreno prioritario de la política social; ya que nuestro país no prioriza a la educación, aún siendo esta un factor clave para el abandono del subdesarrollo. Es un hecho que el acceso a la educación no garantiza la movilidad social, esta se relaciona más con el entorno en el que se desenvuelva el estudiante. Tal es el caso del problema de la delincuencia juvenil, misma no se relaciona directamente con el sistema educativo, sino directamente, con el entorno en el que se ha desarrollado el delincuente. Sucede algo parecido en el ámbito educativo, en el que independientemente del mismo certificado formal, el entorno social y familiar demuestra su contribución en el acceso diferencial a la hora de conseguir un empleo. Para que la movilidad social asociada a la educación se garantice, es necesario que las instituciones educativas se reorganicen con la finalidad de propiciar cambios en los programas que contribuyan a resolver problemas reales. La educación superior es un eje estratégico para nuestro país, no sólo porque a mayor calidad de recursos humanos profesionales, se garantiza la construcción de ventajas competitivas a través de un capital humano más productivo; sino porque una educación de calidad responde y facilita la integración al mercado laboral y por consiguiente, conlleva a la movilidad económica y social para los egresados. Desafortunadamente en nuestro país, la escolaridad, no producen los efectos deseados, tales como: la mejoría en los ingresos, el acceso a posiciones laborales o que contribuya esta, directamente al desarrollo del país. Actualmente el dominio del saber se ha convertido en un aspecto relevante para el desarrollo de las naciones. Por ello, ante este escenario se ofrece a las instituciones educativas de nivel superior la oportunidad de transformar la planta de profesionistas, investigadores y técnicos especializados que generan, aplican y transfieren conocimientos en beneficio del desarrollo de su país. De ahí la importancia de que los centros universitarios cuenten con modelos educativos cuya misión sea formar cualidades y competencias profesionales en sus discentes, con la finalidad de satisfacer las demandas del mercado de trabajo y de contrarrestar problemas sociales, tales como: bajas tasas de empleo, pocas vacantes, sueldos escasamente competitivos y la sobre-oferta de profesionistas. Puesto que muchos de los empleadores perciben como deficiente la formación del profesionista universitario; ya que consideran que los egresados no cuentan con los conocimientos y capacidades ligadas al desarrollo de competencias, razonamiento y solución de problemas que las empresas actualmente requieren. Este es el caso de algunos profesionistas que egresan y que desafortunadamente, este hecho por sí mismo, no les garantiza alcanzar los estándares de productividad, competitividad y eficiencia que requiere la sociedad del conocimiento. Es necesario atenuar la diferenciación social, así como, incrementar las oportunidades de acceso a la educación y al mercado laboral profesional. Actualmente, a la universidad latinoamericana se le exige mejorar su desempeño y debe ser más receptiva ante las necesidades de la sociedad. La educación superior sólo puede identificarse como una eficiente inversión pública cuando impacta en el crecimiento de los beneficios privados de quienes invierten en la formación de capital humano. La educación superior requiere que los egresados aseguren de forma efectiva una oportunidad para desempeñar productivamente su educación. Ya que cuando estos no se incorporan de forma eficiente al mercado laboral, la educación superior es cuestionada como medio de movilidad social de los individuos. En México, “la vinculación sigue siendo limitada, no hay política de vinculación para impulsar la transferencia de conocimiento científico, tecnológico y de innovación entre las IES y el sector productivo”9. La verdadera fuente de riqueza de los países desarrollados, constituye la capacidad de innovación con la que se cuente para crear nuevas fuentes de energía, nuevos recursos, procesos más eficientes y nuevos productos. Por lo tanto, las inversiones que un país realice en el ámbito de la ciencia y tecnología, garantizan la existencia de una competencia innovadora. Recordemos que es de gran relevancia para la planeación de la educación el conocimiento del funcionamiento interno, real, del mercado de trabajo. Ya que la evaluación de las instituciones educativas recae, cada vez más, en los indicadores de empleo de sus egresados. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 9 Bautista, E. G. (2014). La importancia de la vinculación universidad-empresa-gobierno en México. RIDE Revista Iberoamericana para la investigación y el desarrollo educativo. Acuña, P. (1993). Vinculación universidad-sector productivo. Revista de la educación superior. Alcántar Enríquez, V. M., & Arcos Vega, J. L. (2004). La vinculación como instrumento de imagen y posicionamiento de las instituciones de educación superior. Revista electrónica de investigación educativa. Bautista, E. G. (2014). La importancia de la vinculación universidad-empresa-gobierno en México. RIDE Revista Iberoamericana para la investigación y el desarrollo educativo. Camarena Gómez, B. O., & Velarde Hernández, D. (2009). Educación superior y mercado laboral: vinculación y pertinencia social¿ Por qué? y¿ Para qué?. Estudios sociales (Hermosillo, Son.). Ibarrola, M. D. (2005). Educación y trabajo. Revista mexicana de investigación educativa. Marcano, N. (2002). Pertinencia, compromiso social y currículo en las instituciones de educación superior. Encuentro educacional. Mungaray Lagarda, A. (2001). La educación superior y el mercado de trabajo profesional. REDIE. Revista Electrónica de Investigación Educativa. Núñez, D. R. (1998). La vinculación de universidades y empresas: un asunto de interés público y privado. Revista de Educación Superior. Salgado Vega, M. D. C. (2005). Empleo y transición profesional en México. Papeles de población.