Subido por arianna.mendizabal

Ensayo

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¿Esencialismo o Existencialismo? 1
¿Esencialismo o Existencialismo?
La idea de que vivimos en un existencialismo en el siglo XXI no es muy común. Una de
los poderes que ha tenido gran impacto sobre la humanidad es la religión. La religión es
debilidad, la humanidad se vuelve sumisa ante una autoridad y ante un dios. Esto es lo que
exponen muchos existencialistas y esencialistas también, porque después de la muerte de
Dios en las mentes de las personas, sobre todo en el siglo XIX, la idea de alma aún
permanece viva, y no necesariamente son los religiosos y creyentes los que sostienen la
existencia de una esencia en cada humano (Watson, 2006, p. 1178). Al estar involucrados en
una creencia religiosa nos volvemos ovejas, seguimos al rebaño suponiendo que sí tenemos
sentido (Nietzsche, 2007, p. 77).
Al perder la fe en Dios, alrededor del siglo XIX, se piensa que se pierde además el
sentido, por esto mismo. La nueva fe, según Renan, podía ser el positivismo (Watson, 2006,
p. 1128). Con esto se debió haber referido a la ciencia como nueva y mejor base para confiar
nuestra fe. Pero Nietzsche deja claro de que no sólo la religión, sino también, la cultura en sí
nos debilita tremendamente y no deja que nuestra individualidad crezca.
A lo largo de la historia a la humanidad se la ha dividido entre clases sociales. Hasta
ahora, aunque ya no muy duramente, se excluyen ciertos grupos de la sociedad (de manera
inconsciente o consciente). A los más pobres se los alimenta con ideas sobre Dios y el Reino
de los Cielos diciéndoles que los está esperando. Les hacen creer que tendrán una mejor vida
después de la muerte de la que están viviendo en el presente, pero lo que en realidad se está
haciendo es condenar a que su sufrimiento sea eterno y a que se conformen con lo poco o
nada que tienen en esta vida. Marx, uno de los Tres Maestros de La Sospecha, sostenía que
esto era muy cruel y por eso buscó la igualdad social y el bienestar general (Watson, 2006, p.
1123), pues definitivamente no estaba de acuerdo con la religión: con el catolicismo.
En el siglo XVIII se suprimió la noción de Dios, mas no la idea de que la esencia precede
a la existencia (Sartre, 2009, p. 29). Watson (2009) igualmente sostiene que la idea del alma
ha sobrevivido a la de Dios (p. 1179), aunque éste ya haya muerto para muchos. Nos
cuestionamos si en realidad hay un “yo” (un alma) dentro de nosotros que nos hace ser lo que
somos, y se han hecho muchos intentos por encontrar una respuesta, pero no se ha logrado tal
fin.
La humanidad actual, generalmente hablando, cree que poseemos esencia porque la
mayoría tiene creencias y pertenece a alguna religión. Ciertas personas, aunque ya no tengan
ninguna deidad a la cual rendir atributo, igualmente creen en que llevamos algo interior que
nos hace existir. (como se dijo con anterioridad).
Esta necesidad de pertenecer y seguir a una religión da a entender de que hay mucho
sentimiento de dependencia en la sociedad porque miedo nos da pensar de que estamos solos.
Se comprende de que la humanidad desea estar amparada porque tiene pánico a estar
condenada y libre, ya que al morir Dios, el hombre es el que se crea a sí mismo y es el
responsable de sus elecciones (Sartre, 2009, p. 42). Las personas que conforman y viven las
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distintas religiones no son existencialistas o, si lo son, no llegan a creer totalmente, como es
el caso de los cristianos, ya que no apoyan al existencialismo ateo, el cual es el más coherente
según Sartre (2009) (p. 30).
Siempre ha habido, y habrá, personas que no son seguidoras de una religión, sin embargo,
cuando pasan en su vida por algún momento de angustia o dolor recurren a Dios con el fin de
encontrar consuelo y apoyo (están consientes de que encontrarían todo esto si buscan ahí).
Sartre (2009) hace referencia al tema: un humano afligido va a hacia un sacerdote a pedir
consejo, pero sabe inconscientemente la respuesta que le éste dará, e internamente conoce
con anticipación lo que le dirá el religioso, porque nosotros mismos, los humanos, elegimos
el tipo de consejo que queremos recibir. Esto es “elección y compromiso” (p. 49). Muy poca
gente recurre a otro tipo de fuente de consuelo cuando pasa por momentos de crisis. Esto es
debilidad humana, no nos queremos sentir solos y creamos un apoyo sobrenatural, que nos
proteja del miedo que vivimos o que podremos llegar a vivir.
Por tanto, se entendería de que no hay mucho existencialismo en el mundo actual, tal vez
se podría decir de que hay más esencialismo, pero éste no es el mismo que sostenía que era
antes, pues está incompleto. Mantenía la idea de que se nacía con una esencia otorgada (no se
sabe por quién exactamente, tal vez por Dios, pero nos la es dada), y tal esencia no varía, es
igual para todos.
El existencialismo (contrario al esencialismo) es una posición atea coherente que en
realidad no busca matar a Dios, sino que quiere hacer comprender que, aunque Dios exista,
no cambiaría nuestra existencia en el mundo (Sartre, 2009, p. 86). Mantiene la idea de que la
esencia se forma conforme vayamos forjando nuestra propia existencia en este mundo. Hay
que buscar la libertad de los otros para encontrar nuestra propia libertad (Sartre, 2009, p. 77),
esto es el existencialismo. Sartre se refiere a esto con el concepto de “libertad ajena”. Sin
embargo, en la actualidad se quiere lograr más la felicidad propia, que es lo opuesto a lo
argumentado por Sartre.
Entonces, entendiendo el concepto anterior, tampoco nos ubicamos en una sociedad
enteramente existencialista, ya que la existencia está por encima de la esencia según esto y,
en el mundo actual, se tiene esperanza de que la presencia del alma en el cuerpo materialista
sea una realidad. Aunque conocemos que nosotros mismos somos responsables de elegir y
crear a cada una de nuestra esencia a lo largo de nuestra vida (corriente existencialista), este
desarrollo debe ser con el fin de llegar a la libertad colectiva (es decir, somos responsables de
que los demás sean libres, no podemos ser espontáneos y actuar a beneficio por propia
voluntad) (Sartre, p. 2009, 32- 43). El existencialismo, por esta razón, es una dureza
optimista (Sartre, 2009, pp. 58-59).
La humanidad piensa que todo lo que se hace es por una causa. Pero esta causa suele ser
imaginada (Nietzsche, 2000, p. 71). Vemos simplemente lo que nos interesa ver y puede que
nos estemos perdiendo del verdadero significado. Solamente vemos al fenómeno y no al
noúmeno (Husserl). Esto es consecuencia de la religión, que nos ha condenado. Pero hay que
aceptar que las creencias han hecho que el hombre pueda aprender bastante de la vida, puede
que no de la mejor forma, pero lo ha ayudado a sobrevivir en el mundo por muchísimo
tiempo.
El existencialismo actual no es tan fuerte como lo fue en otras épocas, de igual manera
que el esencialismo. Tenemos mezclado lo esencialista con lo existencialista. Ni el
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existencialismo, ni el esencialismo, son completos dueños de la verdad, debido a que ahora
son conceptos muy incompletos como para definir lo que es la sociedad hoy en día. Muchas
personas nacen con capacidades más desarrolladas que otras. Se demuestra que la esencia
nace también desarrollada, y no solamente se puede crear y cambiar en el transcurso de la
vida. Pero tampoco toda nuestra esencia se va formando con el pasar del tiempo, hay veces
en que ya la tenemos establecida desde nuestro nacimiento. No todo es subjetivo, no todo es
objetivo. Hay que tener en mente siempre los dos conceptos; es como el comunismo y el
capitalismo en el ámbito político y pues, todo extremo es malo. De igual forma se piensa en
que hay que ser flexibles en el ámbito de las ideas, en todo lo que se presente. Se debe aplicar
al esencialismo y al existencialismo de acuerdo a la situación presentada. El esencialismo y el
existencialismo, por lo tanto, están mezclados porque no se tiene bien en claro el problema de
la existencia de la esencia.
El ser humano, por naturaleza, siempre ha tenido una tendencia hacia su introspección. No
sólo conforme con conocerse por cómo es afuera, quiere conocerse también por adentro. Pero
este camino de conocimiento ha sido muy difícil, sobre todo porque no se ve respaldado por
el positivismo, o ciencia, la cual es concreta y, por tanto, logra ser tocada. Los avances a los
que se ha llegado son muchos, mas no son en un mismo sentido, como ocurre con la ciencia;
son superpuestos y reemplazados por diferentes a los originales (Watson, 2006, p. ).
Para el existencialista las religiones, como el catolicismo, son una neblina (Sartre, 2009, p.
22). Nietzche (2007) dice que seguimos al rebaño, es decir, somos ovejas cuando
pertenecemos a un grupo en especial, argumenta que no se debe seguir a nada ni nadie (p.
41). Se habla siempre de la originalidad y de la autenticidad. Por esta razón, no podemos ser
creyentes de una corriente filosófica como el esencialismo o el existencialismo, nos
estaríamos convirtiendo en ovejas, como dice Nietzsche, y por tanto en animales sin sentido,
porque seguimos a un jefe que dice lo que debemos hacer, y de esta forma no conservamos
nuestra originalidad.
Lo que se debe hacer es tomar los fundamentos existencialistas y esencialistas que
pensemos que nos sirve y acomodarlos a lo que somos. Esto sí es autenticidad.
Pero, no poseemos autenticidad porque no hacemos lo anterior. A todo queremos seguir e
imitar, y buscamos siempre un parámetro, algo con qué guiar a nuestra triste vida sin sentido.
Esto lo hacemos porque si nos revelamos y hacemos “lo distinto” el resto de la humanidad
nos tildaría como locos. Por eso la vida no tiene sentido, la vida es absurda. Estamos
enfermos. Lo que hacemos simplemente es existir, seguir con lo tradicional, con lo conocido:
para nosotros esto es la verdad, ya sea porque no conocemos otra o porque no queremos ver
otra. Vivimos en la absurdidad y nos agrada, nos sentimos cómodos y es lo más fácil. Ya no
existen tantas revoluciones de pensamiento como en el pasado. Todo está, aparentemente, en
perfecta calma, paz y armonía.
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Referencias:
Nietzsche, Frederich. (2000). Crepúsculo de los Ídolos. Madrid: Alianza, 57-81.
Nietzsche, Frederich. (2007). Así Habló Zaratrustra. Madrid: Alianza, 33-83.
Watson, Peter. (2006). Ideas: Historia Intelectual de La Humanidad. Barcelona: Crítica,
1119-1190.
Sartre, Jean Paul. (2009). El Existencialismo es un Humanismo. Cordova: Edhasa, 19-87.
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