Al igual que el otro candidato se eligieron los puntos del programa de gobierno sobre la política de empleo. Lo anterior debido a que permite hablar sobre lo común debido al potencial transformador que constituye cada una de las propuestas. En donde es fundamental destacar el papel de la “economía popular” que corresponde a la población que realiza su trabajo en la informalidad y los que trabajan por cuenta propia. En resumidas cuentas, en los 11 puntos, se habla de: reconocer, visibilizar y fortalecer por medio de la política pública y la concertación directa de esta población el trabajo de la población que desempeña sus labores en la informalidad y que no cuentan con garantía laborales dignas, para garantizárselas. Pero las propuestas sobre la cual se va a prestar total atención son las de: reconocer y remunerar los trabajos que se encuentran por fuera de la esfera del mercado, en especial el trabajo del cuidado, el cual representa alrededor del 20% de PIB y es realizado en un 81% por mujeres, para posteriormente redistribuir la carga entre los miembros del hogar, el Estado, el mercado y el sector comunitario. Y la de garantizar el acceso a la pensión como derecho para todos los adultos mayores de la economía popular, creando un sistema nacional de riesgos laborales que responda a los diferentes oficios y niveles de riesgo asociados, y la situación de los y las trabajadoras de la economía popular será considerada en todos los programas estatal. En estas propuestas se concibe a los individuos y sobre todo a las mujeres y los adultos mayores como sujetos de derechos que deben ser garantizados para que puedan tener un estilo de vida digno. Por otra parte, la sociedad civil es concebida como una esfera que no está separada del Estado, sino que trabaja de la mano con él para tomar las decisiones de manera deliberativa y de concertación directa. Y en ese sentido el Estado debe ser entendido como el actor que va a garantizar estos derechos mediante la vía formal. Y finalmente el mercado que no es algo separado del Estado, sino que hay una relación de complementariedad ya que es el Estado el que habilita al mercado mediante la política pública de empleo y fortalecimiento de las microempresas que entran a jugar un papel fundamental en la economía nacional. Teniendo en cuenta lo anterior, la población que pertenece a la economía popular podría entenderse a partir de la categoría de los comunes expuesta por Caffetzis y Federici (2013) que puede ser considerada como un tercer sector que es fuente de seguridad y sociabilidad que está al mismo nivel del Estado y el mercado. De este modo los autores plantean que “los comunes tienen que ser el medio para la creación de una sociedad igualitaria y cooperativa” (p. 66). Lo anterior mediante la gobernanza representativa. Finalmente, Caffetzis y Federici (2013) plantean que “los comunes deberían ser percibidos como espacios autónomos desde donde reclamar las prerrogativas sobre las condiciones de reproducción de la vida, así como el núcleo para contrarrestar los procesos de cercamiento de la reproducción de la vida.” (p. 66). De este modo, los trabajadores informales deben ser concebidos como asociaciones libres de personas que se organizan para asegurar igualdad y satisfacción de necesidades.