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La Maquina de Habitar le corbusier

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LA MAQUINA PARA HABITAR
Charles Édouard Jeanneret-Gris, más conocido por el
sobrenombre de Le Corbusier, nació en La Chaux-de-Fonds,
Suiza, el 6 de octubre de 1887. Es considerado uno de los padres
del Movimiento Moderno en arquitectura y uno de los
arquitectos más importante del siglo XX, conjuntamente con
Walter Gropius, Ludwig Mies van der Rore y Frank Lloyd Wright.
En su amplia trayectoria dejo un gran legado de arquitectura por
todo el mundo, en países como Francia, Alemania, Suiza, Estados
Unidos, Argentina, India y Japón. Le Corbusier proyecta “La ciudad contemporánea de los tres
millones de habitantes” en 1922 y en 1925 expone el "Plan Voisin de París", que rápidamente se
convierten en unas de sus propuestas urbanas más importantes. Tres años después, en 1928,
gracias a su iniciativa se crearían los CIAM y en 1929 publicaría la primera edición de su "Oeuvre
Complète".
VILLA SAVOYE: MAQUINA DE HABITAR DE LE CORBUSIER
La Villa Savoye es considerada el paradigma de la vivienda como ‘machine à habiter’, así como el
arquetipo de la Arquitectura Internacional y de la nueva manera de construir edificios de viviendas
del siglo XX. Gracias a la brillantez artística de Le Corbusier, la Villa trasciende las ideas de su autor
mientras supone la culminación del primer gran periodo de su vida y el inicio de otro: los CIAM.
En torno a 1924, Le Corbusier diseña la
Maison Dominó, casa conocida por
contar con un sistema estructural
completamente independiente de las
funciones de la casa. El proyecto
consistía en la fabricación una serie de
casas con una estructura de hormigón
que pudieran ser construidas
rápidamente y que estuvieran elevadas
sobre ‘pilotis’ que permitieran hacer un
uso libre de la fachada sin la necesidad de muros de carga. Aquí nace por primera vez los
conceptos de racionalidad y funcionalidad totales: el Dom-Ino una pieza clave en la llamada
‘máquina de vivir’.
LA MAQUINA PARA HABITAR
Hasta el 1929, Le Corbusier estuvo
desarrollando: la primera es la Maison
La Roche, una versión purista de la
planta neogótica en forma de L, un
género bastante fácil, pintoresco y
móvil; la segunda es la Villa en Garcher
que para Le Corbusier era el prisma
ideal; la tercera es la
Weissenhotsiedlung en Stuttgart, un
planteamiento alternativo para
conciliar la primera y la segunda; y
culmina con la Villa Savoye, que es el
planteamiento de la primera pero
circunscrita en un círculo.
La primera impresión de la Villa Savoye
es que el volumen principal descansa
sobre pilotes en el centro de una gran
extensión de césped: un objeto de
contemplación. Le Corbusier estaba
más interesado en conseguir un orden
visual y estético, asociado a la razón y
la geometría que tenía su génesis en la
teoría del Purismo.
Un aspecto diferenciador entre las dos fachadas es que la estructura sobresale en voladizo en la
parte delantera y trasera del edificio, mientras que las laterales están a ras de los pilotes. Esto no
sólo hace que los laterales sean más largos, sino que al estar los pilotes retranqueados acentúa la
parte superior.
LA MAQUINA PARA HABITAR
La planta baja está retranqueada respecto a la planta
principal. La curvatura, formada por un muro de vidrio,
sigue la trayectoria del automóvil permitiendo un acceso
directo a la villa. El movimiento de los coches era un
motivo que apasionaba a Le Corbusier y fue la causa de la
concepción del edificio. En esta planta encontramos las
dependencias de servicios y el garaje. Al acceder nos encontramos con una escalera y una rampa
que nos dirigen a las estancias superiores. Para Le Corbusier la escalera era lo que ‘separaba’ y la
rampa era lo que ‘unía’ todas las plantas: nos lleva hasta el cielo desde la planta inferior.
En la segunda planta, Le Corbusier organizó la vivienda en una planta en
L dependiendo de los usos, separando de forma tajante las aéreas
comunes, las públicas y las habitaciones. El eje de unión entre estos
espacios sería la ventana que recorre todas las fachadas de la villa. La
sala estar puede considerarse parte de la cubierta, pues dos terceras
parte de está son un patio abierto que ocupa la fachada oeste y disfruta
de las mejores vistas. Las habitaciones tienen acceso a través de pasillos que los separan del baño
principal y vestidores. Esta distribución de los dormitorios y sus anexos recuerdan los palacetes
parisinos del siglo XVIII. El cuarto de baño recibe luz cenital.
La villa no hubiese existido de no ser por la
utilización del hormigón armado. Le Corbusier
había pasado mucho tiempo estudiando las
posibilidades de la construcción a base de
soportes y forjados que desembocaría en los
‘cinco puntos’. Las placas de entre piso están
construidas en hormigón armado, con enlucidos
en yeso para las paredes, hierro en pasamanos y
acero para los perfiles o bordes de las ventanas.
Las aéreas de aseo o servicios están revestidas de
azulejos de diferentes tonos según el espacio.
LA MAQUINA PARA HABITAR
En la Villa Savoye, los muros de la rampa de la cubierta
transmitían su carga de manera irregular, a través del
forjado, a unos soportes que no estaban colocados
directamente debajo y en el garaje, un soporte que
molestaba se eliminó sin más. Se posibilitó que los
soportes cercanos a la rampa no estuviesen alineados
con los demás. Una comparación de las distintas fases
del proyecto muestra que Le Corbusier fue
transgrediendo cada vez más el rigor formal de su
retícula de soportes, aunque ese orden se manifestaba en cada fachada.
El arquitecto postula, además, el ‘’PISO LIBRE’’, dado que el cemento armado permitía que los
muros portantes de las casas ya no delimitasen la planta y, por lo tanto, los distintos niveles del
edificio ya no tenían que llevar una misma distribución.
El cemento armado también implicó para él una revolución en la historia de la ventana, ya que
abre la posibilidad de soñar con la VENTANA EN AMPLITUD. De este modo, a partir de la
optimización de una innovación técnica, configura un nuevo modelo constructivo.
A partir de un análisis de sus obras podemos apreciar que los principios estructurales y estéticos
que utiliza derivan de sus conclusiones teóricas: PILAR EXTERNO soportando estructura.
INDEPENDENCIA de ESTRUCTURA y PAREDES –no sólo exteriores, sino también internas. PLANO
ABIERTO para crear espacios fluidos. FACHADAS LIBRES de ornamentación. AZOTEA Y JARDÍN para
una retrospectiva diaria en la moral. Estos elementos arquitectónicos constituyeron una visión
innovadora al integrar un sistema de distribución de bienes y servicios autónomos, que serviría de
soporte a la concepción de toda su arquitectura
LA MAQUINA PARA HABITAR
Los arquitectos coetáneos debieron de quedar impresionados con el extraordinario contraste
entre las tres plantas de la Villa Savoye: la retícula de soportes, la escalera y la rampa.
Arquitectos como Edwin Lutyens, Frank Lloyd Wright, Hans Scharoun o Erich Mendelsohn
entendían que la villa tenía una parcela generosa que daba la oportunidad de generar un hermoso
jardín y permitir una dialéctica entre el interior y el exterior; pero, Le Corbusier hizo todo lo
contrario, situó la Villa en el centro del solar, la rodeó de un manto de césped (el cual tenía que
mantenerse podado todo el tiempo) y, si bien el usuario podía contemplar el exterior por los
grandes ventanales continuos, la vida social se hacia dentro de la villa.
Historia
En 1928, Le Corbusier fue elegido por Pierre Savoye y su esposa para construir la casa familiar de fin
de semana. Le Corbusier les propuso un proyecto basado en una ‘caja sobre pilotes’, siguiendo así
los cinco puntos de una nueva arquitectura y su propuesta es aceptada por los propietarios. La Villa
Savoye es la pura imagen de estos cinco puntos que, en 1926, Le Corbusier había planteado y es el
mejor ejemplo de la planta libre en su obra. Los trabajos en la Villa Savoye se inician este mismo
año.
Le Corbusier encontró en la Villa Savoye algunas ventajas importantes porque del programa
no era muy exigente, poseía un presupuesto holgado y el proyecto no estaba limitado por un solar,
LA MAQUINA PARA HABITAR
cuestión que sí lo había coaccionado en otras ocasiones. Entonces emplaza la Villa olvidándose de
su entorno, lo que dio paso a referencias posteriores basadas en una malla ortogonal de pilares de
hormigón distantes entre sí a 4,75 metros unos de otros.
La Villa Savoye no se usó mucho, pero pudo haber sido utilizada para fiestas veraniegas donde los
invitados no se quedarían a dormir. Durante la mayor parte de su vida ha sido un monumento
vacio, reparado de vez en cuando y un lugar de peregrinación arquitectónica, donde podernos
encontrarnos con su autor. Este panorama contrasta notablemente con la fantástica vida en las
fotografías, las páginas impresas y fama de la que ha gozado este magnífico edificio a través del
tiempo.
La casa fue ocupada por los
alemanes y luego por los aliados
durante la Segunda Guerra Mundial
entre los años 1940 y 1945
terminando severamente dañada.
En 1958 se pone en peligro la integridad de la Villa Savoye pues se aprueba la construcción de una
escuela en el solar donde está se encuentra. Pero en 1962, la ciudad da a la Villa Savoye un ‘Estado
de adopción’ para protegerla. Al año siguiente, en 1963, comienza su restauración general por el
arquitecto Jean Dubuisson y en 1965 se convertiría en el primer monumento catalogado de Le
Corbusier. La obra de restauración es continuada por Jean-Louis Véret entre 1985 y 1992 y abre
sus puertas al público en 1997.
LA MAQUINA PARA HABITAR
Le Corbusier muere en agosto de 1965, antes del inicio de la rehabilitación diseñada por él, que, si
se hubiese llevado a cabo, la villa habría sido modificada considerablemente. Paradójicamente la
villa parece extramente moderna hoy en día, pese a ser la representante de toda una época.
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