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Nuevos criterios Dx de HTA

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Gaceta Médica de México
Editorial
Impacto de los nuevos criterios para diagnóstico y tratamiento
de la hipertensión arterial sistémica sugeridos por la American
College of Cardiology/American Heart Association
Martín Rosas-Peralta y Gabriela Borrayo-Sánchez
Instituto Mexicano del Seguro Social, Programa “A todo Corazón-Código Infarto”, Ciudad de México, México
El nuevo informe del Grupo de Trabajo del American College of Cardiology y la American Heart Association (ACC/AHA) sobre las guías de práctica clínica
para la presión arterial alta en adultos se publicó en
línea antes del 13 de noviembre de 2017.1 La nueva
recomendación estadounidense se centró en el criterio para definir la hipertensión: ≥ 130/80 mm Hg se
considera el nuevo punto de corte (Tabla 1), lo cual
no es nuevo si consideramos que la evidencia acumulada en las dos últimas décadas derivó en considerar 140/90 mm Hg como referencia para iniciar
acciones médicas.
Ya con los criterios convencionales (> 140/0 mm Hg)
existían grandes retos para el diagnóstico, tratamiento
y seguimiento del paciente portador de hipertensión.
La cifra estimada en México en 2017 era de 22.2 millones de adultos hipertensos, de los cuales cerca de
la mitad estaba sin diagnóstico y solo 60 % de los
diagnosticados estaba en tratamiento farmacológico
y apenas poco más de la mitad con cifras de buen
control.
El problema de la hipertensión arterial debe ser
reconocido en nuestro país como un problema social
y de salud pública, pues la prevalencia es muy alta y
se trata del principal factor de riesgo cardiovascular,
que contribuye con 1.5 % de muertes directamente
relacionadas y colabora al desarrollo de la aterosclerosis, causa primaria de mortalidad en México y el
mundo.
En México, la prevalencia de la hipertensión arterial
en los adultos mayores de 20 años había sido de
aproximadamente de 30 ± 2 %, según las encuestas
nacionales de salud de 2000, 2006 y 2012. 2 Sin embargo, la Encuesta Nacional de Salud a Medio Camino de 20163 indicó una prevalencia de 25.5 %,
disminución drástica derivada de aspectos metodológicos. El significado de lo anterior cobra relevancia si
se toma en cuenta que la hipertensión arterial constituye el factor de riesgo cardiovascular más común
asociado con la enfermedad de la arteria coronaria y
la muerte cardiovascular.4
El problema en términos de reducción de riesgo
cardiovascular es complejo y difícil de abordar. Desafortunadamente, la hipertensión arterial sistémica no
es una entidad nosológica aislada, cohabita frecuentemente con diabetes, dislipidemia y obesidad. Ya sea
en pares o como síndrome metabólico, estos factores
de riesgo tienen vías fisiopatológicas comunes y se
sabe que uno potencia al otro respecto a la progresión del daño tisular. Por lo tanto, una estrategia de
salud nacional requiere una visión integral y global de
la hipertensión arterial sistémica. Consideramos que
en el mundo se han realizado numerosos esfuerzos
y que cada país ha comprendido que sus estrategias
deben ser únicas y especiales conforme su situación
sociodemográfica y multifactorial.
En nuestro país, el Instituto Mexicano del Seguro
Social han desarrollado diversas estrategias para mejorar la prevención como acción clave para enfrentar
las enfermedades crónicas no contagiosas, incluida
la hipertensión. La guía actualizada del ACC/AHA es
una oportunidad extraordinaria para reforzar los programas preventivos para el control de la presión arterial alta. En esta editorial analizamos la situación
epidemiológica en México y sus posibles consecuencias de los nuevos criterios para el diagnóstico de
hipertensión. Las principales estrategias actuales que
se aplican en el Instituto Mexicano del Seguro Social
para enfrentar los factores de riesgo cardiovascular
están dirigidas a la prevención. Esta institución se
Correspondencia:
Fecha de recepción: 14-09-2018
Martín Rosas-Peralta
Fecha de aceptación: 04-10-2018
E-mail: [email protected]
DOI: 10.24875/GMM.18004690
Gac Med Mex. 2018;154:633-637
Disponible en PubMed
www.gacetamedicademexico.com
633
Gaceta Médica de México. 2018;154
90
Normal
< 120/80 mm Hg
80
Elevada
120‑129/< 80 mm Hg
70
Etapa 1
130‑139/80‑89 mm Hg
60
Etapa 2
Por lo menos 140/90 mm Hg
Crisis hipertensiva
> 180/120 mg Hg
AHA/ACC, noviembre de 2017
esfuerza por atender situaciones como el cambio en
los criterios diagnósticos en la hipertensión y nuevos
modelos preventivos están en progreso.
El panorama en diversos países
China5
China ha recibido con preocupación los nuevos lineamientos, ya que si bien el incremento de la prevalencia en porcentaje aparentemente no es mucho,
en números absolutos de millones de pacientes resulta muy oneroso. A pesar de ello, en ese país se considera que el cambio de los criterios resulta beneficioso para la prevención cardiovascular. El concepto
de tratamiento temprano concuerda con el enfoque
del curso de vida propuesto en la llamada a la acción
china de la Comisión de Hipertensión publicado en
2016 en Lancet.3
Para juzgar la utilidad y conveniencia del nuevo
umbral, tiene que considerarse su influencia en las
perspectivas a corto y largo plazo. Este último, por
supuesto, requiere tiempo y solo puede ser juzgado
históricamente según la incidencia de las complicaciones cardiovasculares de la hipertensión arterial.
Sin embargo, se pueden obtener conclusiones a corto
plazo si el cambio mejora el control de la presión arterial sin aumentar sustancialmente el costo, la carga
de trabajo y efectos secundarios del tratamiento.
Al aplicar el umbral de 130/80 mm Hg a los datos
más recientes de la encuesta nacional de China, la
prevalencia de la hipertensión arterial aumentaría de
aproximadamente 25 a 50 %, si bien se afirma que el
incremento en el número de pacientes que requerirán
tratamiento es marginal (Figura 1). De hecho, en
nuestros estudios en población general y en una población de edad avanzada el aumento fue de 2 a
5.5 %, respectivamente. Si menos de 50 % de la tasa
general de la población que se conoce con hipertensión en China se tuviera en cuenta, el aumento en el
número de pacientes hipertensos tratados sería
634
Porcentaje de sujetos (%)
Tabla 1. Nueva clasificación de hipertensión arterial
130/80 mm Hg No requiere
tratamiento
Poblacion general (n = 1163)
Prevalencia actual 140/90 mm
Hg
50
15.2
40
2
5.5
60.2
30
20
10.6
38.4
10
0
Poblacion general (n = 1163)
Adulto mayor de 60 años
Figura 1. Distribución de población hipertensa con el criterio tradicional (140/90 mm Hg) y el impacto con el nuevo criterio de
130/80 mm Hg, En el adulto mayor la alta prevalencia de hipertensión
minimiza el impacto, pero en México la población hipertensa tiene
menos de 54 años.
insignificante. No obstante, este supuesto debe medirse con cautela en la práctica.
Japón6
Desde el punto de vista de la salud cardiovascular,
una detección más temprana de la hipertensión etapa
1 con el nuevo umbral diagnóstico (130-139/80-89 mm Hg)
—con un enfoque de precaución de casos no diagnosticados de presión arterial alta (sistólica de
120-129 mm Hg y diastólica < 80 mm Hg)— sería importante para minimizar el daño vascular desde edades
tempranas de la vida (Figura 2). En épocas posteriores
de la vida, niveles más altos de presión están asociados con la mayor variabilidad de presión arterial, lo que
podría precipitar más eventos cardiovasculares, especialmente en pacientes hipertensos con alto riesgo (con
diabetes, dislipidemia y obesidad). Los japoneses hacen un análisis interesante de la presión sistólica (la
más común en ese país) y sus implicaciones, en el que
determinan la importancia de la medición domiciliaria
de la presión arterial.
India7
India, con una población de 1,320 billones, está experimentando un aumento de la enfermedad cardiovascular, principalmente por hipertensión no controlada.
La prevalencia actual de la hipertensión (con base en
el umbral ≥ 140/90 mm Hg) en ese país se estima en
28.9 %3 La presión arterial está controlada en solo
aproximadamente 25 % de los pacientes tratados,
Rosas-Peralta M, et al.: Nuevos criterio ACC/AHA en hipertensión arterial sistémica
(mm Hg)
Potencial
hipertensión
enmascarada
Hipertensión
sostenida
no controlada
Presión
sistólica
domiciliaria
matutina
r = 0.51
N = 4310
Hipertensión
no controlada
de bata blanca
Bien
controlados
(mm Hg)
Presión sistólica en consultorio
Figura 2. Impacto que tendrá el nuevo criterio sobre la presión sistólica y cómo se modifican la tasa de hipertensión genuina, la de bata blanca
y la enmascarada, factor importante para tener en cuenta.
cifra que se desplomará si se incluye la nueva definición de la hipertensión arterial.
A diferencia del mundo occidental, en la India una
mezcla de factores sociales, culturales y económicos
hará extremadamente difícil manejar la hipertensión
en la comunidad con los nuevos umbrales más bajos.
Este país aún no está listo para utilizar mediciones a
gran escala fuera del consultorio. Las características
diferenciales del servicio médico serán un gran obstáculo para la rápida adopción de los nuevos parámetros en la hipertensión arterial.
Canadá8
La nueva categoría de presión arterial elevada y las
recomendaciones de modificación de estilo de vida
están destinadas a prevenir el desarrollo de la hipertensión arterial. La definición de hipertensión como
presión arterial ≥ 130/80 mm Hg se asemeja a lo que
se sugirió en 2016 en Canadá después del SPRINT,
usando además la presión media de la aorta. La nueva
definición tiene sentido conforme varios metaanálisis
que demostraron que disminuir el umbral de la presión
arterial a < 140/90 mm Hg dio lugar a mejores resultados. Además, los pacientes que se reclutaron en
SPRINT con presión sistólica ≤ 132 mm Hg se beneficiaron más que cuando la presión arterial sistólica
disminuyó a < 120 mm Hg. Con base en las estimaciones de población derivadas de la encuesta de salud
nacional y examen de nutrición que abarcó de 2011 a
2014, la prevalencia de la hipertensión aumentará de
32 a 46 % debido a los individuos hipertensos recién
identificados como tal con los nuevos criterios. Sin
embargo, muchos de ellos pertenecen a la etapa 1 de
hipertensión y no son necesariamente candidatos a
tratamiento farmacológico.
Se sabe que el riesgo cardiovascular comienza
desde 120/80 mm Hg. No obstante, la presión arterial
alta es un proceso continuo y los puntos de corte para
clasificar y hacer un diagnóstico de hipertensión se
deben tener en cuenta. En otras palabras, en los pacientes con diabetes y presión arterial de 135/83 mm Hg
con evidencia de lesión del órgano blanco (es decir,
microalbuminuria) debe considerarse tratamiento farmacológico, además de los cambios en el estilo de
vida. Por otro lado, en los pacientes con el mismo
nivel de presión arterial pero sin evidencia de lesión
del órgano blanco y solo sobrepeso podrían ser suficientes los cambios en el peso y estilo de vida.
Impacto de los nuevos criterios en México
En México, por ejemplo, a mediados de 2017 existían
alrededor de 128 millones de personas, 65 % (76 millones)
635
Gaceta Médica de México. 2018;154
correspondía a población mayor de 20 años. La prehipertensión, también llamada presión sanguínea límite, se
consideró en el informe anterior del Octavo Joint National
Committee y se informó que su prevalencia era de aproximadamente 25 a 30 % en la población adulta.
En México, la prevalencia de prehipertensión era de
37.5 % (intervalo de confianza [IC] de 95 % = 36.0-39.0),
46.7 % correspondió a hombres (IC del 95 % = 44.1-49.4)
y 33.2 % a mujeres (IC 95 % = 31.5-5.0).9 Esta situación
es dramática debido a que 37 % de la prehipertensión
en México representa alrededor de 30.9 millones de
población adulta. Con la prevalencia estimada en 30 %
conforme al criterio de 140/90 mm Hg, alrededor de 22.8
millones corresponde al diagnóstico de hipertensión,
pero con los nuevos criterios de la AHA la población con
hipertensión será al menos del doble. En otras palabras,
necesitaremos programas de prevención y tratamiento
para alrededor de 53 millones de adultos en México.
Esta es una alerta epidemiológica real que requerirá
nuevas estrategias para enfrentar un viejo problema con
nuevos desafíos diagnóstico-terapéuticos.
Si bien el enfoque de la ACC/AHA1 busca abordar
con mayor énfasis las acciones preventivas y no farmacológicas para tratar las implicaciones de la hipertensión real en países como México, representa un
importante desafío para la salud pública. La necesidad
de establecer una posición es clara y necesaria.
Estadio 1 de los nuevos criterios en
México: ¿quiénes son candidatos a
tratamiento farmacológico?
Un aspecto relevante es que a diferencia de otros
países, la hipertensión arterial se presenta con mayor
frecuencia en sujetos menores de 54 años. Nuestras
estadísticas de pacientes portadores de diabetes, dislipidemia y obesidad hacen que la población hipertensa
se ubique en población con probabilidad más elevada
de riesgo cardiovascular. Por lo anterior, debe individualizarse cada caso y no debe considerarse que el
paciente en estadio I solo requiere tratamiento no farmacológico; por el contrario, debe intensificarse la búsqueda de daño a órgano blanco como retinopatía o
microalbuminuria o datos de hipertrofia ventricular, que
obligan a tratamiento farmacológico.
Acciones actuales en México
La transición epidemiológica de las enfermedades
en México se ha reconocido desde finales del siglo
pasado. Las encuestas nacionales de salud
636
permitieron al gobierno de nuestro país establecer
políticas de salud dirigidas específicamente a enfrentar esta nueva pandemia. A principios de este
siglo XXI surgieron programas integrados de salud
como PREVENIMSS, reconocidos como una estrategia para la prestación de servicios que tiene como
propósito general la provisión sistemática y ordenada de acciones relacionadas, tales como promoción
de la salud, vigilancia nutricional, prevención, detección y control de enfermedades y salud reproductiva, que estimulan la cultura del autocuidado. Actualmente los resultados de esta estrategia son muy
relevantes.
Sin embargo, a pesar de la mejora en la detección
oportuna de las enfermedades crónicas, el gran desafío es lograr cifras aún mayores de pacientes tratados y controlados, para evitar la generación de
complicaciones tardías como infarto del miocardio e
infarto cerebral, así como enfermedad arterial periférica, insuficiencia renal y ceguera secundaria a retinopatía hipertensiva y diabética. Los sistemas de
capacitación en línea han permitido lograr una mayor
cobertura y buscar estandarizar el conocimiento y las
acciones directas en el campo operativo.
La alerta constante acerca del control de la hipertensión, diabetes, obesidad, dislipidemia y el consumo de tabaco generó la búsqueda de alternativas
para enfrentar dos frentes al mismo tiempo: la detección oportuna y adecuada estratificación del riesgo y
aumentar la porcentaje de control de los factores de
riesgo cardiovascular a largo plazo.10 Recientemente
se publicó un fascículo especial en una revista centrado en el Consenso Nacional de la Hipertensión
Arterial en México y la situación clínica específica.11
Modelo preventivo
El Instituto Mexicano del Seguro Social ajustó su
modelo de cuidado de curativo a preventivo, para lidiar con el crecimiento de las cuatro principales
enfermedades crónicas degenerativas (diabetes, dolencias cardiovasculares, cáncer de mama y próstata), que constituyen las principales causas de la
muerte en el país.12-14 El nuevo modelo es desplegar
brigadas médicas en los lugares de trabajo y crear
nuevas clínicas en medicina especializada, con el
apoyo de una unidad de inteligencia que se enfocará
en el seguimiento mediante una placa electrónica y
datos personalizados a tiempo, para detectar los riesgos potenciales de los derechohabientes en relación
con estas enfermedades. El desarrollo de centros de
Rosas-Peralta M, et al.: Nuevos criterio ACC/AHA en hipertensión arterial sistémica
control metabólico ambulatorio con unidades de inteligencia artificial representa un gran avance en esta
institución.
2.
Futuro
3.
La prevención es una pieza angular en el cuidado
del paciente en riesgo de desarrollar una enfermedad
y para evitar complicaciones en quienes ya son portadores de la misma. No es una novedad que la hipertensión arterial sistémica constituye uno de los
principales factores de riesgo cardiovascular. Es necesario tener en cuenta que la enfermedad es continua y que si bien los riesgos comienzan a partir de
una presión arterial de 120/80 mm Hg, cada caso
debe individualizarse y estratificarse correctamente,
para establecer medidas preventivas como primer
paso. En todos los pacientes con hipertensión deben
establecerse cambios en los hábitos alimentarios y
de actividad física, a menos que estén contraindicados. En el seguimiento será necesaria la generación
de cohortes para conocer el impacto de las medidas
farmacológicas.
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