En diferentes sistemas y perspectivas en las que el hombre puede ser visto como un ser biológico y simbólico. . . De esta forma, el lenguaje es un proceso físico y biológico de evolución genética y evolución genética, a través del cual los individuos y las especies son capaces de clasificar y visualizar el mundo del conocimiento. Su capacidad y habilidad para verse a sí mismos como un grupo con necesidades y motivos comunes. y emociones (Aitchinson, 1992; Tobón, 1997). En otras palabras, el lenguaje no es una herramienta aprendida, es una habilidad natural del desarrollo físico y fisiológico humano, arraigada en la forma en que los órganos, procesos, articulaciones y psique se adaptan a una variedad de funciones que no conocían. , pero poco a poco se hicieron posibles. Estos niveles, que se rigen por reglas, existen y pueden distinguirse en un orden estructural o simbólico según los grupos de hablantes y los territorios geográficos y políticos que ocupan.” Así, desde un punto de vista biológico, la lengua, a diferencia de la lengua, se adquiere de acuerdo a las condiciones humanas, políticas, étnicas, religiosas y geográficas que dan lugar al surgimiento de diferentes culturas, diferentes pueblos han ocupado diferentes lugares simbólicos y ceremoniales. Espacio de expansión del mundo del pensamiento y del lenguaje. Desde otro ángulo, el lenguaje es visto como un sistema de signos, lo que lleva a la aprehensión ya la aprehensión cultural. Otra de las nociones que es pertinente describir, es la de habla. El habla es la concreción de cualquier sistema lingüístico, es decir, de cualquier lengua, ya que es la que permite reconocer la manera como los individuos, pertenecientes a un mismo conglomerado social y cultural, hacen adecuaciones, realizan transformaciones o se permiten ciertos usos que los hacen singulares en su condición de hablantes de una lengua. El habla, además, tiene que ver con factores sociales, económicos, regionales, situacionales, contextuales, comunicativos e intencionales, que inciden en las prácticas que realizan los sujetos en su cotidianidad. Es el medio que usamos todos los días para establecer nuestra conexión con los demás. LN ha sido tan perfeccionado por la experiencia que puede usarse para analizar situaciones muy complejas y hacer argumentos muy precisos. El lenguaje natural tiene poder expresivo, funcionalidad y gran valor como herramienta dialéctica. Por otro lado, la sintaxis de LN se puede modelar fácilmente en un lenguaje formal, similar al que se usa en matemáticas y lógica. Este lenguaje ‘formal’ es denominado como “Conceptografía”. La importancia de esta especie de lenguaje tendría cabida tanto en el ámbito social, como también en el científico-matemático, siendo uno de los propósitos fundamentales del trabajo en cuestión. En efecto, se intentará demostrar la importancia de la formalidad lingüística propuesta por Gottlob Frege en su obra Estudios sobre semántica y su artículo Sobre sentido y referencia, etc.; para así dotar no solo a las ciencias sociales, sino también a las ciencias naturales de una herramienta imprescindible que posibilite mejoras en la elaboración de enunciados, juicios, axiomas, entre otros elementos. Asumiré una concepción de la escritura como sistema de notación que describe los fonemas del lenguaje. Como sistema de notación tiene propiedades particulares relativas al tipo de relación que establece con los fonemas del lenguaje. Tiene también propiedades compartidas con otros sistemas de notación, con la notación aritmética, la notación musical, etc. (Good man,1976). Esta concepción se opone a la consideración de la escritura como un código de transcripción, o incluso como un sistema de representación. Un sistema de notación tal como el alfabético no transcribe los fonemas sino que analiza el lenguaje para identificarlos y así poder simbolizarlos notacionalmente. Tampoco los representa porque no conserva ninguna de sus propiedades. En la escritura, por lo tanto, se hace un análisis, no una transcripción ni una representación (N. Goodman, 1976, págs. 21 y 137; Tolchinsky, 1989). El desarrollo del lenguaje oral en la etapa de educación infantil tiene máxima importancia, puesto que es el instrumento que permitirá a niños y niñas realizar un aprendizaje escolar satisfactorio, sobre el que se fundamentarán todos los conocimientos posteriores. En el marco de la reforma, la administración educativa le otorga esta importancia al considerarlo un contenido de enseñanza y determinar unos objetivos de aprendizaje. Sin embargo, no siempre el lenguaje oral ha gozado de esta consideración: durante muchos años, el lenguaje escrito ha sido el centro de atención y de preocupación máxima entre los enseñantes; el lenguaje oral no era considerado objeto de enseñanza estructurada. Bibliografía AITCHINSON, Jean. “Animales que intentan hablar. ¿Es el lenguaje algo exclusivo de los humanos?”. En El mamífero articulado. Madrid, Alianza, 1992, págs. 39-69. ALVAR, Manuel y POTTIER, Bernard. Morfología Histórica del Español. Madrid, Gredos, 1983. ARÁUS, Tito Cándido. Manual de Gramática hispanoamericana. En imprenta. Bogotá, Instituto Caro y Cuervo. BALDINGER, Kurt. La formación de los dominios lingüísticos en la Península Ibérica. Madrid, Gredos. BUXÓ, María Jesús. Antropología lingüística. Barcelona, Anthropos, 19. BYNON, Theodora. Lingüística histórica. Madrid, Gredos, 1981.