Subido por Bolivar Fabian

02.AlberchR-ArchivosUnaFuncionTransversal

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Archivos
Entender el pasado,
construir el futuro
Ramon Alberch-Fugueras
Colección El profesional de la información
Dirección: Javier Guallar y Tomàs Baiget
Diseño del libro y de la cubierta: Natàlia Serrano
Primera edición en lengua castellana: julio 2013
© Ramon Alberch-Fugueras, del texto
© Javier Guallar y Tomàs Baiget, de la edición
© Editorial UOC, de esta edición
Rambla del Poblenou 156, 08018 Barcelona
www.editorialuoc.com
Realización editorial: Sònia Poch Masfarré
Impresión:
ISBN: xxxxxxx
Depósito legal xxxxxxxxx
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño general y la cubierta, puede ser
copiada, reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio,
sea éste eléctrico, químico, mecánico, óptico, grabación, fotocopia, o cualquier otro, sin la
previa autorización escrita de los titulares del copyright.
¿A quién va dirigido este libro?
Este libro te interesa si quieres saber:
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La evolución de la función archivística a lo largo de la
historia y su incidencia en el patrimonio, la memoria
histórica, la identidad y el conocimiento.
Cómo la gestión adecuada de los documentos y
archivos deviene un factor fundamental en la consecución efectiva de los valores de accesibilidad,
transparencia, rendición de cuentas y buen gobierno.
Qué elementos deben considerarse en la implementación de un sistema de gestión documental en un
entorno electrónico.
Cómo una adecuada política archivística supone un
factor de eficiencia, eficacia, productividad y ahorro
de costes en las organizaciones.
Cómo las metodologías de la gestión de documentos
y archivos garantizan la preservación de los documentos con valores informativos, testimoniales, jurídicos e históricos.
5
Índice
¿A quién va dirigido este libro?
5
INTRODUCCIÓN11
LOS ARCHIVOS, UNA FUNCIÓN
TRANSVERSAL15
La archivística como cóctel y fusión
16
Constelación de valores
18
Entorno profundamente cambiante
20
Complementariedad legislativa
24
EL TENSO EQUILIBRIO ENTRE
ACCESIBILIDAD Y SECRETISMO
27
El archivo como espacio de poder
27
Dimensión democrática del acceso a la información
31
DEL EMPIRISMO DOCUMENTAL A LA
ARCHIVÍSTICA COMO CIENCIA
37
Técnicas de tratamiento en cambio constante
37
Evolución histórica de la archivística
47
7
GESTIÓN DE DOCUMENTOS: EFICACIA,
EFICIENCIA Y AHORRO DE COSTES
51
Ineludible evolución metodológica
51
Normas de gestión de documentos
54
Eficacia, eficiencia y ahorro de costes
56
ARCHIVOS CONTRA LA DESMEMORIA
Y LA IMPUNIDAD
63
Condiciones indispensables: accesibilidad,
desclasificación y preservación
65
Archivos y centros de memoria
68
Organizaciones para la defensa
de los derechos humanos
70
DE LA OBSESIÓN POR CONSERVAR A LA
DESTRUCCIÓN INTENCIONADA
73
Obsesión por conservar
73
Destrucción intencionada y memoricidio
74
Documentos digitales y memoria efímera
77
Memoria del mundo
81
EL PASADO ES EL FUTURO
83
Documentos que valen su peso en oro
83
El oro nazi y la expoliación a los judíos
86
8
ARCHIVOS, ¿POR UN ORDEN UNIVERSAL?
91
Imagen del archivo en la sociedad
91
Percepción de los archivos en la literatura y el cine
96
Nuevos usos del concepto archivo
98
Epílogo: Entre las certezas
y los desafíos constantes
103
BIBLIOGRAFÍA
105
9
INTRODUCCIÓN
La representación más simbólica de los archivos
tiene un componente tradicional: la imagen de Jano, el
dios romano de dos caras, considerado inicialmente el
dios de los hogares romanos y más tarde el guardián de
las entradas a las casas. Seguramente este carácter de
guardián y el hecho de que una cara mire hacia atrás y
otra hacia adelante –el don de ver al unísono el pasado
y el futuro– le permitía decidir de manera sensata sobre
el presente y este doble simbolismo le ha conferido un
espacio central en el imaginario archivístico, hasta el
punto de que la imagen del dios Jano constituye el logotipo del Consejo Internacional de Archivos, la organización internacional más relevante del sector profesional.
Este carácter bifronte de los archivos –jurídicoadministrativo e histórico- cultural– podría servir para
explicar una parte sustancial de la función archivística,
pero resultaría insuficiente para evidenciar el formidable
impulso de la profesión y la ciencia archivística en los
últimos decenios. Explicar esta creciente complejidad
de la profesión –plenamente alineada en acciones tan
impactantes para la sociedad como la implementación de
la administración electrónica, el gobierno abierto o los
derechos humanos– es el objetivo de este libro, denso
en contenidos pero escrito con voluntad divulgativa para
11
llegar a un público que necesita y utiliza los archivos pero
que frecuentemente desconoce su génesis, su valor y sus
posibilidades.
En este sentido, el contenido del libro es poco convencional y alejado de la estructura de los manuales tradicionales en la medida que, más allá de su interés para el
sector profesional, tiene la voluntad de acercarse a colectivos afines como los tecnólogos, los bibliotecarios-documentalistas, los juristas, los restauradores, los gestores
culturales, los expertos en organización y administración,
y los gerentes y directivos de las organizaciones para los
cuales la gestión ordenada y eficiente de la información
deviene un activo y un capital de las organizaciones.
El libro se estructura en ocho capítulos dedicados
a evidenciar la función transversal de los archivos y
hacer hincapié en la necesidad de adaptarse a un entorno
cambiante y en clave de complementariedad con otras
disciplinas, a presentar la tensa relación y difícil equilibrio entre la deseable accesibilidad a la información y las
políticas de secretismo y protección de datos, y también
a ensayar una caracterización de los instrumentos y las
técnicas archivísticas a partir del estudio de su evolución
histórica. También se describe ampliamente la importancia y las ventajas de la implementación de la gestión de los
documentos en un entorno crecientemente automatizado
y, por otra parte, el papel capital de los documentos en las
políticas orientadas a la recuperación de la memoria y de
los derechos humanos.
Finalmente, se reflexiona sobre la constante histórica
de proceder a la destrucción de los archivos como instrumento de impunidad al desaparecer las pruebas testimoniales de delitos y violencias, el peligro actual de pérdida
12
de la información por la obsolescencia tecnológica, y en
un capítulo titulado “El pasado es el futuro” se plantean
dos casos concretos en que documentos centenarios se
tornan decisivos para la correcta resolución de conflictos
plenamente contemporáneos. El último capítulo pone el
acento sobre un tema de notable interés: la percepción
ciudadana de los archivos y de sus profesionales y, sobre
todo, describe los nuevos usos del concepto de archivo
en el arte, la ciencia y la sociedad.
13
LOS ARCHIVOS, UNA FUNCIÓN
TRANSVERSAL
En los últimos años la archivística como ciencia ha
experimentado un cambio sustancial, cuyo impacto aún
no estamos en condiciones de valorar con precisión.
Durante decenios la archivística ha transitado de manera
aparentemente equitativa entre dos grandes fuerzas que
le conferían un gran potencial; su carácter de metodología susceptible de organizar grandes volúmenes de
documentos que permitían recuperar la memoria histórica mediante investigaciones retrospectivas y asimismo
un desarrollo intenso de la gestión documental que le
facilitaba su interrelación con los criterios de accesibilidad, transparencia, eficacia, eficiencia y rentabilidad
económica.
En paralelo, y como paisaje de fondo, se iba configurando un conjunto de elementos que poco a poco
han impactado de manera decisiva en el método y en
la utilidad de una disciplina milenaria: el acceso a la
información, la transparencia, la rendición de cuentas, el
gobierno abierto… Por primera vez en la historia de la
profesión algunos de los referentes políticos y sociales
más connotados se asocian directamente a la gestión de
los documentos y se produce una correlación positiva
entre la función de organizar, preservar y tornar accesibles los documentos con los retos que plantean las
15
agendas políticas de las organizaciones y los gobiernos
más avanzados.
Paralelamente, la profesión ha ido articulando también nuevas alianzas; ya no solo compartimos proyectos
de investigación retrospectiva con historiadores, periodistas, museólogos y restauradores, sino también con
juristas, médicos forenses o antropólogos para temas
relacionados con los derechos humanos; y también con
tecnólogos, expertos en organización y modernización
para asuntos vinculados al denominado gobierno electrónico. Actualmente, las alianzas más sólidas del sector
archivístico se están tejiendo con este último sector, por
otra parte totalmente ajeno al tradicional mundo de la
cultura con el que se había construido tradicionalmente
una relación que se había vuelto casi monopolística. En
paralelo se produce una confluencia de intereses –preservación electrónica, explotación de los contenidos– con
las profesiones englobadas bajo la denominación ciencias de la información y se atisban numerosos puntos de
encuentro con los expertos y analistas en los servicios
de inteligencia. Esta pluralidad de interlocutores ha permitido superar una visión utilitarista y restrictiva de la
profesión en la medida que se abre a otros colectivos y
ofrece todo su potencial metodológico de carácter plural
y transversal.
La archivística como cóctel y fusión
Frecuentemente se ha señalado que una de las grandezas de la profesión de archivero –la multiplicidad de
técnicas y disciplinas que debe integrar de manera armónica en su quehacer diario– supone también una indiscu-
16
tible servitud, en la medida que la ciencia archivística y,
por consiguiente, la profesión se hace difícil de explicar
de una forma simple. Para el común de los ciudadanos
es fácil entender que un médico trata enfermos y que
un arquitecto construye casas (admitiendo que ambas
profesiones tienen, naturalmente, muchas otras complejidades), pero no es tan sencillo entender qué supone que
unos profesionales organicen archivos. Su estrecha vinculación a diferentes disciplinas propicia una ciencia y un
perfil profesional rico y complejo, con unas posibilidades
de actuación y emprendimiento ilimitadas, pero, a su vez,
este mismo carácter complejo deviene una dificultad en
su inteligibilidad y proyección ciudadana.
Cuadro 1. La archivística, un cóctel
17
Una simple enumeración de estas ineludibles integraciones disciplinarias evidencia este carácter poliédrico
de la archivística y sus profesionales. Aparte de las estrictas técnicas instrumentales –clasificación, descripción,
evaluación, preservación, difusión, acceso– la archivística
debe utilizar recursos y conocimientos procedentes del
mundo de la legislación y el derecho administrativo, de
las tecnologías de la información y la comunicación, del
marketing y las estrategias comunicativas, de los procesos
y circuitos administrativos, de las técnicas de construcción de edificios, así como de prevención y seguridad, de
políticas de calidad, de acción y dinamización cultural y,
muy especialmente de la historia, que a su vez desarrolla
todo un amplio abanico de disciplinas que se engloban en
la clásica denominación de ciencias auxiliares. Sin ánimo
de exhaustividad debemos referirnos a disciplinas tan
relevantes para el trabajo de los archivos como la paleografía y la diplomática, el latín medieval, la cronología, la
sigilografía, la lingüística, la onomástica y la genealogía.
Esta suma de aportes confiere a la archivística un marcado carácter de cóctel y fusión.
Constelación de valores
La función archivística en su secuencia de captación
de los documentos, su organización metódica, su preservación segura y su accesibilidad a lo largo del tiempo
comporta la consecución de una serie de valores de notable calado social, económico y cultural.
En un primer estadio nos encontramos con los valores vinculados al patrimonio, la memoria, la identidad y
el conocimiento. Una parte limitada de los documentos
18
generados por las organizaciones se convierte en patrimonio en atención a su valor informativo e histórico,
configurando el patrimonio documental, cuya preservación permanente debe garantizarse. A su vez, este
capital de información de interés trascendente permite
la recuperación de la memoria colectiva y la memoria
histórica, en tanto que componentes de cohesión social
y del ejercicio responsable de la ciudadanía. El estudio
y difusión de estos mismos documentos con elevado
valor informativo ayudan a configurar la identidad de las
organizaciones, los pueblos y las naciones, y devienen
asimismo conocimiento.
Cuadro 2. Una constelación de valores
19
En un segundo estadio –sin menoscabo de su
incidencia en la sociedad– vemos que un uso adecuado de los documentos debe asociarse directamente
a los valores de accesibilidad, transparencia, eficacia,
eficiencia, productividad y ahorro en la gestión de las
organizaciones. Este segundo bloque de valores se vincula en buena medida a la implantación de sistemas de
gestión de documentos administrativos que permite su
tratamiento homogéneo desde su captación o creación
hasta su disposición final, es decir, la destrucción o su
conservación permanente en un servicio de archivos.
La asunción creciente de este ciclo de vida de los documentos aporta un gran valor añadido y sitúa la gestión
documental como un sistema corporativo de alto nivel
por su incidencia transversal.
Entorno profundamente cambiante
Como ya hemos señalado, este carácter poliédrico
de la archivística supone un valor, pero también un elemento crítico al estar profundamente influenciado por
factores exógenos que evolucionan de manera continua
y que requieren, en consecuencia, de una extraordinaria
capacidad de adaptación. Uno de los desafíos no es
tanto poner de manifiesto la conexión de la archivística
con los nuevos conceptos y paradigmas como gobierno abierto, rendición de cuentas, open data, libertad de
información o buen gobierno, entre otros, sino ser
capaz de integrar estas potencialidades en su quehacer
diario.
20
Cuadro 3. Entorno en estrecha interdependencia
En este sentido, cabe recordar el hecho de que
la falta de correlación entre la visibilidad y los medios
con que cuenta la profesión y el tamaño del desafío es,
probablemente, el mayor problema que enfrentamos si
queremos aportar valor a la ciudadanía. Sin pretender
llevar a cabo un análisis exhaustivo de los factores de este
entorno que influye en el proceso de “repensar” constantemente la archivística, interesa precisar el carácter e
incidencia de los más importantes.
Sin que la prelación de su presentación suponga
mayor relevancia, debemos referirnos en primera instancia al concepto de gobierno abierto, impulsado por el
21
presidente Barak Obama en el Memorandum Transparency
and Open Government (enero 2009), en que mediante la formulación de políticas activas de accesibilidad, transparencia y participación se comprometía a impulsar un gobierno abierto a todos los ciudadanos. Esta trascendente
declaración incentivó la eclosión de múltiples iniciativas
relacionadas con la voluntad de implicar a los ciudadanos
en los asuntos públicos en base a una transformación de
los canales de información, la posibilidad de controlar
la gestión política exigiendo una mayor transparencia,
la obligatoriedad de rendir cuentas y una mayor accesibilidad a los recursos informativos gubernamentales; en
definitiva, una notable revolución democrática.
En el aspecto más cotidiano, estos postulados han
cuajado en movimientos de notable calado. Uno de los
casos más emblemáticos es la denominada Alianza para
el Gobierno Abierto (AGA), que es impulsada desde
organismos de la sociedad civil y que ha adquirido un
auge extraordinario en América Latina, especialmente
en México. Se trata de una iniciativa multilateral iniciada
en setiembre del año 2011 como actividad paralela a la
Asamblea General de las Naciones Unidas y que en un
breve lapso de tiempo ha logrado sumar más de sesenta
gobiernos y organizaciones. Se trata de generar un programa de compromisos entre los gobiernos y la sociedad
civil para impulsar unos Estados que conviertan la participación, la transparencia y la rendición de cuentas en
parte fundamental de sus políticas públicas y como una
manera novedosa de establecer una relación más cómplice entre la Administración pública y la ciudadanía.
En sintonía con este movimiento, se desarrolla el
concepto de open data, es decir, datos abiertos, en tanto
22
que principio y fundamento de esta voluntad aperturista
que ha crecido con rapidez en Europa donde proliferan
numerosas iniciativas locales y estatales, con un elevado
cariz tecnológico y una indudable apuesta empresarial.
En este caso se trata de un movimiento social y político
que estimula la publicación de los datos obrantes en la
Administración para facilitar su utilización con finalidades comerciales y económicas, muy en sintonía con
el concepto RISP (reutilización de la información del
sector público) ampliamente legislado en el ámbito de
la Unión Europea. En muchos casos la información se
presenta en portales que contienen catálogos de datos
abiertos, en general con el criterio de generarlos de forma
estructurada y sin formato para que puedan ser procesados por cualquier herramienta informática y así puedan
desarrollar aplicaciones y servicios por parte de empresas,
entidades o ciudadanos.
En todo caso, gobierno abierto y datos abiertos no
son sinónimos, pero sí conceptos que entroncan en los
mismos ideales y que se interrelacionan profundamente,
en la medida que el segundo probablemente no habría
aparecido sin la irrupción del primero. En todo caso,
ambos postulados han crecido intensamente al situarse
en un marco general presidido por la asunción de las
políticas de acceso y libertad de información, la transparencia, la lucha contra la corrupción y el fomento de las
directrices encaminadas a promover la interoperabilidad
de los datos.
La incidencia de estos conceptos que hemos reseñado brevemente sobre los archivos son indiscutibles,
en la medida que su posibilidad de éxito debe vincularse
de manera ineludible a la existencia de unos documen-
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tos organizados, descritos de manera estandarizada,
preservados en su autenticidad, fiabilidad e integridad,
y accesibles con rapidez y no solo de manera presencial. Si bien en sus inicios los movimientos de gobierno
abierto y open data fueron impulsados mayoritariamente
por organizaciones gubernamentales y civiles con un
fuerte componente jurídico y tecnológico, actualmente
se están abriendo crecientemente al colectivo archivístico
al entender que sin archivos organizados no hay transparencia ni rendición de cuentas.
Complementariedad legislativa
Hasta hace poco tiempo, ha sido un hecho común
la generación de legislaciones particulares que pretendían resolver aspectos relacionados con la gestión de
los documentos y la información en un sentido amplio.
Así nos encontramos, en el ámbito internacional, con
un conjunto de leyes de archivos, leyes de protección de
datos, leyes de transparencia y libertad de información y
leyes de administración electrónica (firma digital, interoperabilidad, seguridad), formuladas de manera secuencial
y en la mayoría de países sin ningún tipo de relación
entre ellas. Se trata, pues, de legislaciones frecuentemente
desconectadas, con escasas remisiones entre ellas a pesar
de que en la mayoría de casos afectan temas plenamente
interdependientes.
Para formular una legislación en clave de rompecabezas, es decir, que al final la suma de las diferentes figuras, léase leyes, permita una imagen global y cohesionada,
es necesaria la planificación de un entramado legal consistente y estructurado, hecho que hasta el momento no
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se ha producido. Las pocas referencias “cruzadas” entre
estas leyes son puramente estéticas, cuando no auténticas
ocurrencias. Asumiendo la dificultad de armonizar leyes
producidas generalmente por órganos independientes
y con intereses a veces no coincidentes, la consecución
exitosa de la mayoría de conceptos y valores que hemos
desarrollado a lo largo de este capítulo será directamente
proporcional a la capacidad de planificar las acciones
legislativas y de facilitar su interdependencia.
25
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