El presente ensayo tiene como objetivo detallar aspectos relevantes del mito de la “Caverna” y el mito del “Carro alado”, alegorías platónicas que expresan la visión de este pensador filosófico acerca del conocimiento, así mismo, realizar una breve interpretación acerca de su importancia en el contexto educativo. Referente a los escritos de Platón, este plasma sus ideas o tesis en forma de alegorías o mitos, es decir, una construcción narrativa simple, que se basa en el diálogo de dos o más interlocutores; algunos de estos personajes eran ficticios, sin embargo, la mayoría eran personas reales como Sócrates, sofistas, sus hermanos y otros personajes famosos del mundo ateniense. Ahora bien, el mito de la Caverna aparece en su diálogo La República. En el texto se habla de un grupo de seres humanos que viven en el fondo de una caverna encadenados frente a una gran pared, su vista se dirige hacia ella donde se proyectan imágenes producidas de forma artificial por una hoguera y sombras; es decir, su visión del mundo y lo que existe no va más allá de lo que perciben dentro de esa caverna. Se plantea que en caso de que, si alguno llegara a escapar y descubre la luz, se cegaría del brillo, pero descubriría que el mundo que le han construido no es real y que tiene la capacidad para crear su propio mundo de luz. La caverna es el reflejo de la condición humana, un mundo visible iluminado por fuego artificial, la persona que logra escalar y ver la verdadera luz entra al mundo inteligible en donde se produce la verdad y la inteligencia. Se puede considerar que Platón habla de la libertad de pensamiento, que es necesario romper las ataduras, salir de nuestra zona de confort para tomar el camino hacia una visión real y adquirir los recursos que se tienen a disposición para crear nuestro propio conocimiento. Por otro lado, la alegoría del Carro Alado aparece en el dialogo Fedro. En el texto el griego representa su visión del alma, la compara con un carro alado que es tirado por dos caballos y conducidos por un auriga, considerando esto, se puede decir que el alma del hombre de divide en tres partes: la racional, la irascible y la concupiscible; en donde la parte racional (auriga), es enfoca en las actividades del pensamiento, lo que conduce al conocimiento; la parte irascible (caballo blanco) la cual se vincula con las pasiones nobles, como la valentía y fortaleza y por ultimo la parte concupiscible (caballo negro) referida a los deseos e instintos del hombre. El auriga, tiene serias dificultades para guiar a los caballos, que se debaten entre el bien y el mal, igual que ocurre en el alma humana. En este mito se destaca la importancia de las pasiones, ya que, si se manejan con racionalidad ayudan al hombre a llegar a su destino y verdadero conocimiento, caso contrario impediría la realización del ser. Se puede considera la formación de las personas en virtud del dominio de si mismo, cuando la razón es quien nos guía, la concupiscencia se puede tornar de forma calmada y lo irascible fuerte, la razón nos lleva a actuar con prudencia en el camino a adquirir valores y conocimiento. Desde el punto de vista educativo, se pueden considerar estos mitos como complemento para comprender la visión platónica del conocimiento, ya que en ambos textos se deja entrever que el verdadero conocimiento se encuentra en lo inteligible, en el mundo de las ideas; como seres humanos racionales siempre estamos en búsqueda de nuevos saberes y posibilidades de libertad para la obtención del mismo y la educación escolar debe servir como puente hacia la creación perspectivas propias más allá de una simple transmisión del conocimiento. Referencia bibliográfica: Gallo González, M., Medina Peña, R., & Medina de la Rosa, R. (2019). Las alegorías platónicas y la enseñanza contemporánea: metáfora en la era del conocimiento. Conrado, 15(67), 327-332. Suárez, E. V. (2007). Educación según Platón. XI Jornadas Pedagógicas de Otoño, 169.