Jehová reprende a los sacerdotes Malaquías 1:6 El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? Malaquías 1:6 oh sacerdotes. El profeta se dirige primero a los sacerdotes porque ellos deberían dar ejemplo de una devoción íntegra a Dios, pero en lugar de esto eran los primeros en menospreciar su santo nombre, aunque su pregunta parece una negación implícita de su actitud malvada hacia Dios (cp. Luc_6:46»Así que, ¿por qué siguen llamándome “¡Señor, Señor!” cuando no hacen lo que digo?). 1.6ss Dios acusó a los sacerdotes de no haberlo honrado y no haber dado buenos ejemplos espirituales al pueblo. El templo había sido reconstruido en el año 516 a.C., y la adoración se llevaba a cabo allí, pero los sacerdotes no adoraban a Dios de manera adecuada. Esdras, el sacerdote, había llevado a cabo un gran avivamiento, pero en los tiempos de Malaquías, muchos años después de la muerte de Esdras, el sacerdocio estaba en decadencia. La adoración a Dios había perdido su vitalidad y se había vuelto más un negocio para los sacerdotes que una adoración sincera. Malaquías 1:6-14 Después de la afirmación positiva del amor de Dios para con su pueblo, el profeta declara su respuesta decepcionante a ese amor. La reprensión de Malaquías está dirigida a los sacerdotes que debieran haber sido modelos de la actitud apropiada hacia el Señor. Malaquías 1:7 En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable. pan inmundo. Aquí es evidente que se refiere a sacrificios animales, como lo expresa el v. Mal_1:8. Los sacerdotes ofrecían sacrificios que tenían impurezas o manchas ceremoniales 7. ofrecéis …—La respuesta de Dios al reto de ellos (v. 6): “¿en qué te hemos despreciado?” pan inmundo—es decir, sacrificios de “cojos o enfermos” (vv. 8, 13, 14; Deu_15:21). Así se dice “pan de Dios” por “los sacrificios para Dios” (Lev_21:8). te hemos amancillado—eso es, ofrecido “pan inmundo” o contaminado. mesa de Jehová—eso es, el altar (Eze_41:22), no la mesa de los panes de la proposición. Asimismo la carne del sacrificio se llama “pan.” despreciable—(vv. 12, 13.) Vosotros consentís en las ofrendas mezquinas y defectuosas por parte del pueblo sobre el altar para ganar el favor de ellos. Darío, y probablemente sus sucesores, les habían dado liberalmente víctimas para los sacrificios; sin embargo, no presentaban sino lo peor. Una religión barata, que cuesta poco, la repudia Dios, y por tanto no vale nada. Cuesta más de lo que vale, porque su valor es nada, y así en realidad resulta cara. Dios no desprecia la blanca de la viuda, pero sí desprecia la blanca del avaro. (Moore.) El culto al SEÑOR »El hijo honra a su padre y el siervo a su señor. Ahora bien, si soy padre, ¿dónde está el honor que merezco? Y si soy señor, ¿dónde está el respeto que se me debe? Yo, el SEÑOR Todopoderoso, les pregunto a ustedes, sacerdotes que desprecian mi nombre. »Y encima preguntan: “¿En qué hemos despreciado tu nombre?” Mal 1:7 »Pues en que ustedes traen a mi altar alimento mancillado. »Y todavía preguntan: “¿En qué te hemos mancillado?” »Pues en que tienen la mesa del SEÑOR como algo despreciable. Malaquías 1:6-10 (6-10) Israel no ha respondido a esa predilección. Los sacerdotes ofrecen animales defectuosos, contra todo lo dispuesto en la ley (Lev 22,15-25; 21,21; Dt 15,21). Un sacrificio así no puede agradar a Dios. 6. Volviéndose del pueblo a los sacerdotes, Jehová pregunta que siendo tan grande su amor a su pueblo, dónde estaba el amor de ellos hacia él. Si los sacerdotes, como profesan, lo tienen por su padre (Isa_63:16) y Señor, que dejen ver la realidad de su profesión por el amor y el temor reverente (Exo_20:12; Luk_6:46). Se dirige a los sacerdotes, porque ellos debieran ser los guías en cuanto a la piedad para el resto del pueblo, mientras que son en efecto los primeros en “despreciar el nombre” de Dios. ¿En qué hemos menospreciado …?—Es el mismo espíritu capcioso de complaciente insensibilidad que motivó su pregunta del v. 2: “¿En qué nos amaste?” Están ciegos así para ver el amor de Dios como su propia culpa. 1.6-8 La Ley de Dios requería que se sacrificaran animales vivos y sin defectos (veáse Lev_1:3). Pero estos sacerdotes estaban ofreciendo animales ciegos, cojos y algunos ya muertos. Dios acusó a Israel de deshonrarlo al ofrecer sacrificios imperfectos. Nuestras vidas deben ser sacrificios vivos a Dios (Rom_12:1). Si damos a Dios solo el tiempo, el dinero y la energía que nos sobran, repetiremos el mismo pecado de estos adoradores que no querían entregar nada valioso a Dios. Lo que entregamos refleja nuestra verdadera actitud hacia El. 1.7, 8 El pueblo ofrecía sacrificios impropios a Dios al: (1) pensar solo en lo que les convenía: ser lo más barato posible, (2) ser negligentes: no les importaba lo que ofrecían en sacrificio, y (3) desobedecer totalmente, ofreciendo sacrificios a su manera y no como Dios se los había ordenado. Estos métodos que utilizaban al ofrecer sacrificios mostraban su verdadera actitud hacia Dios.