La educación estética del niño pequeño HACIA UNA PEDAGOGÍA DE LA CREATIVIDAD Bertha Nun de Negro El valor formativo de la expresión y apreciación visual en el preescolar no reside en la imitación de los modelos que se le presentan a los alumnos durante las clases de artes, sino en la capacidad que se desarrolle en ellos para que puedan apreciar el arte y a partir de esto realicen producciones en las cuales repita sólo aquellas imágenes que compulsivamente penetran en su mente sin ninguna elaboración. La escuela es la encargada del acercamiento de los niños a los valores estéticos indiscutibles del arte plástico, musical, teatral, fotográfico y literario. Cuál es el valor formativo de la expresión y apreciación visual en la educación preescolar Qué coincidencias y diferencias existen entre esta lectura y la de ‘Introducción, aportes y reflexiones en torno a la educación plástica CUESTIÓN DE IMAGEN Introducción, aportes y reflexiones en torno a la educación plástica En un principio las clases de Dibujo consistían en copiar modelos impuestos por el docente con el objetivo de desarrollar habilidades motrices. Durante la infancia la educación de disciplinas artísticas debía tender a explotar ese potencial interior en beneficio del desarrollo personal del niño. No se puede pensar en una educación plástica que sólo tome en cuenta a los adultos e ignoren al niño. La educación plástica tampoco debe ser exclusiva de los niños. Hacía una pedagogía de la creatividad Proveer a los niños de informaciones técnicas, controles para darle a su obra un valor objetivo, una forma y una especie de ‘universalidad formal’ Dar exclusivamente al niño oportunidad para la expresión y la creación, el derecho de usar la palabra, la escritura, la manifestación plástica, musical, corporal, puesto que el niño es espontáneamente creador. Una pedagogía de la creatividad debe contemplar la preocupación de acercar al niño al conocimiento de los lenguajes estéticos. Educación plástica: desarrollo de un lenguaje complejo que tiene características propias y permite formas de representación simbólica. La imagen es una representación simbólica portadora de una modalidad particular de expresión y comunicación. La educación plástica contribuye a la formación, desarrollo y profundización de capacidades de los alumnos. El valor educativo de la plástica reside en lo que las artes visuales en sí aportan a la experiencia humana, a su visión del mundo, al concepto de ‘hombre’ y ‘civilización’ y, por lo tanto, a la ampliación y resignificación del campo cultural. La escuela es la encargada de transmitir a todos sus miembros los saberes que la sociedad considera valiosos. Los contenidos del aprendizaje se convierten en tales cuando existe la intención de transformarlos en objeto de conocimiento para quienes aprenden. La expresión a través de la imagen se aprende y se comprende en la interacción misma con el lenguaje visual, es decir en la producción de imágenes. El aprendizaje artístico aborda el desarrollo de las capacidades necesarias para crear formas artísticas, el desarrollo de capacidades para la percepción estética y la capacidad de comprender el arte como fenómeno cultural. Si se acercan soportes de distinto formato a los blancos y rectangulares, se estimulará la visión del color y el niño podrá obtener como consecuencia contrastes y efectos ópticos desconocidos. Las acciones exploratorias que signifiquen observar lo peculiar de un objeto y analizar su estructura, tamaño, grosor o textura serán otros tantos conocimientos que ampliarán sus referencias habituales. Las imágenes que el niño elabora con su lenguaje particular son uno de los factores que inciden compulsivamente en la en la construcción de trazados, en los estereotipos que el pequeño adopta, y se convierten en condicionante de esquemas con diversa índole. La presencia omnipresente de los medios de comunicación, los colosales avances tecnológicos, los juegos electrónicos, los teclados y las pantallas ‘habladoras’, están conformando un nuevo entorno, una nueva filosofía de vida. El aspecto más vulnerable del ser humano es su sensibilidad. Acercar al niño pequeño al universo de los valores estéticos no significa que la sola visita a museos o talleres de artistas, la contemplación de una escultura o de una obra arquitectónica, cultivarán su gusto. El niño en preescolar no copia naturalmente, repite sólo aquellas imágenes que compulsivamente penetran en su mente sin ninguna elaboración. Jugar con los niños con las formas geométricas o abstractas de una obra constructivista o concreta es ampliar la visión del mundo, a través de ‘muchas visiones’ del hombre que, hablan con formas, líneas y colores.