Elodie Grizard-estudiante LAGLOBE Asignatura Integración Latinoamericana Ensayo-16 nov 2021 Tema: Integración monetaria: teoría y praxis. ¿Cuáles son los principales beneficios y costes de un proceso de integración monetaria para los países que participan en el mismo? En este breve ensayo, intento responder a la siguiente pregunta: ¿Cuáles son los principales beneficios y costes de un proceso de integración monetaria para los países que participan en el mismo? Un proceso de integración monetaria puede dividirse en tres etapas. La última etapa corresponde a la fase más avanzada de la integración monetaria. Al definir este proceso, se explicarán sus ventajas e inconvenientes. Las tres etapas son: un sistema regional de pagos, una zona de estabilidad cambiaria y, por último, la adopción de una moneda única en la zona en cuestión. Este proceso de integración implica una mayor cooperación entre los distintos bancos centrales de la zona en cuestión, así como una mayor coordinación de las políticas monetarias y cambiarias. El primer paso en este proceso de integración es, por tanto, el establecimiento de un sistema de pagos regional. Esto significa que los países de la zona utilizan su propia moneda, diferente del dólar, por ejemplo. Este sistema incluye dos componentes: la compensación multilateral de pagos y los créditos de estabilización. Expliquemos primero qué es la compensación multilateral de pagos. Se trata de la utilización de monedas nacionales para el comercio intrarregional, no de divisas. De hecho, el acceso a las monedas en una zona puede ser limitado e irregular. En una zona con un sistema de pagos regional, los bancos centrales establecen acuerdos entre ellos, y existen cámaras de compensación. La función de una cámara de compensación es asegurar las transacciones financieras interponiéndose entre un vendedor y un comprador. Es un mecanismo que permite a los bancos o instituciones financieras garantizar la liquidación de importes y la transacción de valores entre las dos partes de una operación. El segundo componente del sistema de pagos regionales son los créditos de estabilización, instrumentos financieros que también forman parte de la segunda fase del proceso de integración monetaria, que se detalla en el siguiente apartado. Estos créditos de estabilización se establecen mediante acuerdos entre los bancos centrales de la zona en cuestión. Su objetivo es evitar que los países de la zona adopten medidas restrictivas para el comercio intrarregional en caso de déficit en la balanza de pagos. El déficit de la balanza de pagos es una situación en la que las importaciones de la zona son mayores que las exportaciones. Los créditos de estabilización complementan la ayuda financiera del FMI (Fondo Monetario Internacional). Su objetivo es facilitar los ajustes macroeconómicos necesarios para hacer frente a los desequilibrios de la balanza de pagos. Cuando hay un desequilibrio en la balanza de pagos, el banco central tiene varias opciones. Puede pedir dólares al FMI (un préstamo de último recurso), devaluar su moneda o imponer restricciones comerciales y cambiarias. La devaluación de la moneda no es positiva para la integración regional, ya que puede crear tensiones comerciales entre los socios de una zona de integración. De hecho, la devaluación de la moneda de un país hace que sus productos sean más baratos, lo que crea tensiones comerciales. En cuanto a la aplicación de restricciones comerciales, ésta restringe las importaciones de los países socios de la zona de integración. Para evitar la devaluación de la moneda o la aplicación de restricciones comerciales y cambiarias, existen los créditos de estabilización. Complementan la ayuda financiera del FMI y tienen por objeto facilitar los ajustes macroeconómicos necesarios para hacer frente a los desequilibrios de la balanza de pagos. El segundo paso en un proyecto de integración monetaria en una zona es el establecimiento de una zona de estabilidad cambiaria. Esto significa que se establece un tipo de cambio estable entre las monedas. Es un sistema de bandas de fluctuación de los tipos de cambio, en relación con una moneda de referencia. La aplicación de estas bandas de estabilidad cambiaria tiene ventajas e inconvenientes. En primer lugar, expongamos las ventajas. Es un mecanismo de coordinación eficaz frente a las perturbaciones externas. Los países de la zona de integración monetaria tienen que aprender a tomar decisiones sobre el tipo de cambio y las políticas monetarias conjuntamente. Otra ventaja es que genera más credibilidad. Por ejemplo, en el caso del control de la inflación. Por último, este mecanismo genera disciplina en el control de precios. Las bandas de estabilidad cambiaria también tienen desventajas. Pueden crear problemas de adaptación. Esto ocurre cuando los países participantes experimentan perturbaciones asimétricas. Los países no pueden entonces hacer un uso nacional y diferenciado de las políticas monetarias y cambiarias. Esto puede hacer que el ajuste sea más costoso, por ejemplo en términos de desempleo. La última desventaja es que un país concreto tiene que establecer las normas de la política monetaria. Estas reglas pueden establecerse de forma cooperativa, pero normalmente las establece el país hegemónico. Los intereses de este país hegemónico no se corresponden necesariamente con los de otros países participantes en el área de integración. El paso más avanzado en la creación de una zona de integración monetaria es el establecimiento de una moneda única en todos los países de la zona. Esto implica una importante cooperación entre los distintos bancos centrales de la zona, incluida la creación de un banco central común. En el caso de la Unión Europea, se trata del Banco Central Europeo (BCE). Las políticas monetarias y cambiarias son entonces comunes. La adopción de una moneda única tiene ventajas y desventajas. En cuanto a las ventajas, aporta estabilidad macroeconómica, elimina los costes de transacción y permite la transparencia de los precios, que son fácilmente comparables al estar expresados en la misma moneda. Además, la adopción de una moneda única elimina los riesgos de cambio. Con respecto a las desventajas, la unión monetaria significa renunciar a parte de la soberanía nacional. De hecho, los gobiernos nacionales tienen que renunciar al control de dos políticas económicas clave. Estas dos políticas son la monetaria y la cambiaria. La política monetaria regula la cantidad de dinero en circulación y modifica los tipos de interés. Por poner un ejemplo, si un gobierno se enfrenta a un problema económico como una desaceleración de la productividad, ese mismo gobierno no puede tocar los tipos de interés ni devaluar su moneda. Este poder está reservado al banco central común a la zona de integración monetaria. Sin embargo, existen mecanismos alternativos que los gobiernos individuales de una zona de integración pueden utilizar para hacer frente a una reducción de la productividad en su país. Estos mecanismos son alternativos a los ajustes del tipo de cambio y a las políticas monetarias. La primera opción es la movilidad del factor trabajo de la producción. La movilidad laboral permite que la mano de obra se desplace a lugares de la zona donde hay empleo. Una segunda opción es el ajuste salarial. Un aumento de los salarios contribuye a aumentar la productividad y, a la inversa, una disminución de los salarios conduce a un descenso de la productividad. Aumentar o disminuir los salarios permite entonces influir en la productividad. Por último, existen mecanismos fiscales para compensar la pérdida de competitividad, como el uso de fondos públicos que facilitan los ajustes y compensan la pérdida. El establecimiento de una zona monetaria óptima requiere que se cumplan varios criterios. Estos criterios son cuatro. El primero, el criterio McKinnon, requiere un alto nivel de comercio intrarregional. El segundo, el criterio de Mundell, exige una gran movilidad de los factores de producción: el capital y el trabajo. El criterio de Kenen exige que los países miembros sean similares para minimizar la posibilidad de que se produzcan perturbaciones asimétricas. Por último, para lograr una zona monetaria óptima, el poder fiscal debe estar centralizado, de modo que sea posible una transferencia de fondos públicos para compensar los problemas causados por las perturbaciones externas. El grado de cumplimiento de estos criterios afecta al funcionamiento de la zona monetaria. Por ejemplo, en Estados Unidos, la mano de obra (el factor de producción “trabajo”) es mucho más móvil que en Europa, donde las diferencias lingüísticas son un obstáculo importante. En conclusión, el proceso de integración monetaria se desarrolla en varias etapas, con distintos grados de sofisticación. Cada etapa tiene ventajas y desventajas para el área de integración. Por lo tanto, a la hora de establecer un proyecto de este tipo, es necesario evaluar el peso de estas ventajas y desventajas, con el fin de obtener los resultados más positivos posibles. Bibliografía: -Curso del profesor Fernando Rueda-Junquera, 2021 - Juan Tugores Ques, Economi ́a internacional, globalización e integración regional, 2006, capítulo 7.