Subido por Kely Silva Muñoz

Valuación de activos Intangibles

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Valuación de activos intangibles
Todas las empresas del mundo, pequeñas y grandes, formales e informales,
domésticas e internacionales, cuentan con activos que no son fácilmente
perceptibles, mucho menos cuantificables o medibles. Hablamos de los
activos intangibles, tales como obligaciones contractuales, listas de
clientes, aspectos innovadores dentro de la empresa, patentes y otros
tipos de elementos que representan propiedad intelectual. Pero más aún,
también en las empresas hay clientes fieles, proveedores con quienes
hemos hecho acuerdos implícitos a lo largo del tiempo, trabajadores
comprometidos, una ubicación geográfica privilegiada o el vendedor
estrella que es capaz de sacar adelante cualquier negociación con éxito
Todos estos elementos representan expresiones del valor que tiene una
compañía, pero que a diferencia de otros tipos de activos, no se les puede
asignar fácilmente un valor económico. Por tal motivo a estos activos algunos
los denominan la “riqueza escondida” dentro de las organizaciones.
El entorno competitivo de las empresas, que no se limita al mercado loca, sino
que se extiende hacia otros países, ha vuelto al conocimiento uno de los
elementos fundamentales para preservar la existencia de las empresas. Este
conocimiento es uno de los activos intangibles más importantes que pueden
desarrollar las organizaciones en virtud de su permanencia y crecimiento en el
tiempo.
Por ello es que a esta etapa de la historia de la humanidad se le identifica como
“la economía de los intangibles”, la cual se caracteriza por los siguientes
elementos:
•
El conocimiento reemplaza al trabajo y el capital como el principal
insumo en los procesos de producción y los intangibles representan una
parte muy importante del valor agregado de las empresas. Este
componente va aumentando con el paso del tiempo y ha vuelto al
sector de servicios igualmente importante que el resto de los sectores
de las economías.
•
Las leyes económicas que gobiernan a los intangibles son diferentes a
las leyes de los bienes tangibles, pues los primeros no son rivales (el uso
de uno no excluye a otro), presentan costos fijos altos (grandes
inversiones), pero costos marginales pequeños (el costo extra por
unidad es bajo), lo que implica que enfrenten economías de escala.
Incluso sus beneficios aumentan con el uso de redes, es decir, con la
interacción con otros agentes; por esa razón, protegerlos puede ser un
verdadero reto para la sociedad. Se trata de activos de alto riesgo, como
es la investigación y desarrollo, y, a menudo, los mercados para su
comercialización son inexistentes.
•
La propiedad de los intangibles debe ser manejada de forma diferente
al de los bienes materiales, pues esta se encuentra en la mente de los
empleados. Por ello las relaciones laborales se ven afectadas, así como
la forma de administrar a las organizaciones que se encuentran en esta
situación.
¿Qué
se
necesita
para
valuar
un
activo
intangible?
De manera general, es necesario que podamos tener una descripción precisa de
lo que es este activo. Es claro que aquello que no podemos definir, no es posible
medirlo, por lo tanto se convierte en el primer paso de nuestro proceso de
evaluación.
Debemos tener posibilidad de poseerlo, transferirlo y por consecuencia
protegerlo. No son entonces un intangible medible aquellos bienes cuya
propiedad sea difusa o no poseamos la capacidad de comercializarlos, pues la
valuación implica un proceso de medición del valor financiero, muchas veces,
basado
en
referentes
en
el
mercado.
Técnicas de valuación de activos intangibles
•
El método del costo. Esta técnica está basada en la pregunta siguiente: si
pierdo este activo intangible en mi empresa, ¿cuánto me costaría
reemplazarlo? Este tipo de modelos de valuación sería propia para
desarrollo de software o en el caso de la valuación de los recursos
humanos. Esta técnica a menudo puede presentar sesgos, pues el costo
no es lo mismo que el valor, más cuando los proyectos quedan fuera de
control y se encarecen exageradamente, lo que generaría una
sobrevaloración.
•
El método de precios de mercado. Un estudio de mercado de activos
similares, parecidos o relacionados puede ayudar a encontrar el
referente de precios para dicho activo intangible. Una limitación
importante para este tipo de modelos es la disponibilidad de
información, pues a menudo no existen referentes que puedan
contribuir con este proceso de valuación.
•
El método de los ingresos. Para entender mejor este método bien
podríamos hacernos la pregunta siguiente: ¿qué beneficios recibo de
este activo intangible? La valuación requiere del uso del valor presente
neto, pues se trata de identificar cuánto vale hoy una serie de beneficios
en el futuro, considerando el monto de los beneficios, el plazo para
recibirlos y el riesgo que representan. Sin duda, la tasa de descuento es
uno de los elementos más complejos de resolver bajo esta técnica, pues
debido a que no existen mercados para este tipo de transacciones no
hay referencias, por lo que deben usarse aproximaciones basadas en
modelos financieros. Este tipo de modelos bien podría aplicarse al caso
de la valuación de las regalías por derechos de autor. En este conjunto
también podría usarse la metodología de opciones reales, pues permite
modelar las decisiones que se dan a lo largo de la vida de un proyecto
de esta naturaleza.
Ejemplo de valuación de intangibles: el caso de una marca
Uno de los elementos más importantes cuando se quiere analizar el impacto
que tiene una marca es precisamente la definición de las contribuciones que
hace al negocio esta misma; por lo tanto, es una tarea por demás compleja, pues
no es claro cómo deben separarse los flujos atribuibles a este intangible.
Es claro que el valor de la marca no es el valor de la empresa, ni la diferencia
entre el valor de mercado y el contable (en ninguno de sus ajustes posibles), ni
la diferencia entre el valor de una empresa con marca y otra sin marca, pues
todas ellas son meras aproximaciones que presentan debilidades y limitaciones.
En el proceso de valoración de una marca es muy importante el destino de la
valoración, pues para los propietarios su valor seguramente será más alto que
para los competidores o para los futuros accionistas. Del mismo modo es
importante el objetivo de la valoración, pues para la venta querríamos un valor
alto,
pero
no
así
cuando
se
trata
de
pagar
regalías.
Un elemento fundamental para la valoración de las marcas comenzaría por
identificar cómo es que crean valor, lo que se llama brand value drivers o
generadores
de
valor.
Entender este proceso es fundamental para cuantificar como una marca
contribuye al negocio y así asignar correctamente su valor. Estos generadores
podrían dividirse en aquellos que impulsan un rendimiento superior, un
crecimiento
superior
y
un
nivel
de
riesgo
diferente.
Esfuerzos en esta dirección han podido llegar a resultados como los que se
presentan en el cuadro anterior, que señala a las 15 marcas más valiosas en
2013,
de
acuerdo
con
la
consultora
Millward
Brown.
En esta pequeña muestra se destaca que el sector de tecnología es el que
aparece con más frecuencia, además de que las marcas de ese sector aparecen
en los primeros lugares. Asimismo, sobresalen marcas de telecomunicaciones y
de
alimentos
y
bebidas.
Este ejercicio de valuación tomó en cuenta más de 10 mil marcas a lo largo de
30 países y se desarrolló tomando en cuenta aspectos financieros, así como
aspectos
cualitativos.
La
metodología
consistió
en
tres
etapas:
En la primera etapa se calculó el valor de la empresa y se estudió la composición
de las marcas en cada una, para identificar la tasa de prorrateo de estas, las
cuales pueden pertenecer a una empresa. Esta tasa servirá para el ejercicio de
estimación que implica la identificación del valor de la empresa, que consiste en
la estimación de los flujos futuros que tendría, bajo ciertos supuestos razonables
de
comportamiento.
La segunda etapa consiste en identificar el valor de la marca por medio de un
ejercicio de medición en los consumidores, en un ejercicio de estudio de
mercado, el cual abarcó más de dos millones de consumidores en el mundo.
Aquí lo que se identifica es la llamada contribución de la marca, que significa
cuantificar el valor de la marca en la mente de los consumidores.
La tercera etapa vincula las dos etapas anteriores, para cuantificar finalmente el
valor de la marca, una medida en dólares que, de acuerdo con los datos de las
tablas, puede superar la producción nacional en muchos países.
El ejercicio completo, sin duda, tiene un alto grado de complejidad, pero
demuestra que las posibilidades son muchas, discutibles, debatibles y sujetas a
diversas críticas. Sin embargo, siempre es mejor tener una aproximación a no
tener nada.
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