Twitch. El éxito de la plataforma que más crece en Internet. YouTube nació en 2005 como una plataforma de vídeos normal y corriente que llegaría a unos límites insospechados para los usuarios. Cada vez más creadores fueron surgiendo en la plataforma con el paso del tiempo. Pero, en los últimos años, las normas establecidas por YouTube, en base a una serie de leyes aprobadas en Europa, han dificultado a los youtubers sus ganancias con el contenido que aportan. Por otra parte, las normas de restricción de contenido para menores de edad, el copyright o la desmonetización de vídeos que pueden resultar ofensivos por incluir palabras malsonantes o que inciten al odio, han puesto de manifiesto el malestar generalizado de la comunidad. En 2011, los creadores de una plataforma de vídeo llamada Justin.tv se dieron cuenta de la enorme cantidad de contenidos que había en internet sobre videojuegos, y decidieron poner en marcha una nueva plataforma de vídeo en streaming llamada Twitch. Hoy empresa subsidiaria de Amazon, Twitch se ha convertido muy pronto en una de las principales fuentes de tráfico de internet en todo el mundo. Casos de éxito en Twitch. Cualquier persona que haya leído sobre Twitch o consumido cualquier tipo de streaming en la plataforma, sabe del éxito que están teniendo gente como ElRubius, AuronPlay, TheGrefg, IbaiLlanos, Cristinini y compañía. Pero el querer ganarse la vida con los videojuegos o creando contenido llega mucho más allá, hasta el punto de que cada vez más gente se quiere dedicar a esto y están consiguiendo adquirir un éxito suficiente como para poder vivir de ello. En Galicia encontramos un caso de éxito interesante. Se trata de Diego Iglesias, alias Guanyar, quien en una entrevista comenta que desde 2015, comienza a dedicarle ocho horas al día a los videojuegos y en 2018 a competir. Antes de la pandemia, hacía directos de Twitch jugando al Call of Duty para 100 personas hasta que decide ponerse a hablar delante de la cámara. Actualmente tiene alrededor de 280.000 seguidores (conseguidos en 10 meses) que le reportan, asegura él, unas diez veces un salario medio al mes, lo que le permite dedicarse en cuerpo y alma a su vocación y vivir íntegramente de ella.