Miércoles – 17 semana T. Ordinario Ciclo B. Año I (Lev 23, 1.4-11.15-16.27.34b-37; Mt 13, 54-58) INVOCACION DEL ESPIRITU SANTO ✞ ✞ ✞ Padre, en Tus manos abandono mi vida y todo mi ser, para que me vacíes de todos los pensamientos, palabras, obras, deseos e imágenes que me separan de Ti. Calma mi sed y sacia mi hambre, lléname de Ti. Con humildad te entrego mi intención de consentir tu Presencia y acción en mí, sáname, transfórmame, hazme de nuevo. Ahora mismo anhelo y te pido a nombre de tu Hijo Jesús que me des al Espíritu Santo; pues ya dispuesta mi alma, por tu gracia y misericordia; espera la luz que abra mi mente y mi corazón para escucharte y ahí en mi meditación dejarme encontrar, sorprender, seducir, tocar, y guiar por Ti. Dime lo que quieres de mi para hacer Tu voluntad y no la mía. Dame el don de la contemplación y la gracia para ver, aceptar y perseverar sin apegos, en este camino hacia la Gloria. ✞ ✞ ✞ Señor Jesús, que tu Espíritu, nos ayude a leer las Sagradas Escrituras en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección. Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén ✞✞✞ Jesús, enséñame a gustar la infinitud del Padre. Háblame, Señor Jesús, acerca del Padre. Hazme niño para hablarme de él como los padres de la tierra conversan con sus pequeños; hazme amigo tuyo para hablarme de él como hablabas con Lázaro en la intimidad de Betania; hazme apóstol de tu palabra para decirme de él lo que conversabas con Juan; recógeme junto a tu Madre como recogiste junto a ella a los doce en el Cenáculo..., lleno de esperanza para que el Espíritu que prometiste me hable todavía de él y me enseñe a hablar de él a mis hermanos con la sencillez de la paloma y el resplandor de la llama (G. CANOVAI, Suscipe Domine). “JESÚS: MÍ AMOR, SI TE RECHAZAN YO TE RECIBO” «Nazaret. Fue Jesús a su pueblo y se puso a enseñarles en su sinagoga». « ¿De dónde le vienen a éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos?». « ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Santiago, José, Simón y Judas?». «Jesús dijo: -Un profeta sólo es despreciado en su pueblo y en su casa». 1 RITOS INICIALES ✞ ✞ ✞ Antífona de entrada Cf. Ez 34, 11. 23-24 Buscaré a mis ovejas, dice el Señor, y suscitaré un pastor que las apaciente: yo, el Señor, seré su Dios. O bien: Cf. Lc 12, 42 Este es el administrador fiel y prudente a quien el Señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas. Monición de entrada Hacemos memoria en esta celebración de san Pedro Crisólogo, obispo de Rávena y doctor de la Iglesia, que nació en Italia alrededor del año 380. En su ministerio episcopal destacó por su predicación basada en las Sagradas Escrituras y por su preocupación pastoral, que tendió a la edificación de los fieles y a su consolidación en la fe. Nos reunimos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ✞ ✞ ✞ Saludo al altar y pueblo congregado Misa de Feria o de la Memoria. Viernes de la XVII semana del Tiempo Ordinario, feria o san Pedro Crisólogo, obispo y doctor de la Iglesia, memoria libre. 30 de Julio 2021 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con nosotros. ✞ ✞ ✞ Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios) • Hoy vienes a mi encuentro, Señor. Te lo pido: entra y haz de mí lo que quieras. Enséñame aquello que quieres que aprenda; actúa el milagro de cambiar mi corazón, y hazlo semejante al tuyo. Así sea. • En este día, Buen Jesús, quiero mostrarte mi amor y mi confianza. Deseo vivir cada vez más cerca de Ti, porque nos has creado para la comunión y la amistad contigo y sé que mi corazón está sediento de Ti. Que este momento de oración me ayude a nutrirme de Ti, que eres el alimento que da la vida eterna. ✞ ✞ ✞ Introducción por el Celebrante. Jesús tampoco es bienvenido ni entre sus paisanos, en su pueblo, en su país, porque está perturbando las conciencias de la gente. Él los confronta con la retadora realidad de Dios y sus caminos. Cristo estremece a su pueblo de su seguridad en las leyes y en las prácticas exteriores. ¿Cómo se atreve Él, uno de su mismo pueblo y de su misma calle? ¿Quién se cree que es Él? Por nuestra parte ¿nos atrevemos a ser la voz del profeta que hoy necesitamos? ¿Nos atreveremos a superar la rutina, el miedo, el convencionalismo? ✞ ✞ ✞ Acto penitencial El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos nuestra indignidad, debilidad, y nuestros pecados e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios. Jesucristo, el justo, intercede y nos reconcilia con el Padre. Abramos, pues, nuestro espíritu al arrepentimiento. … Un poco de silencio… • Padre Bueno y Misericordioso, sé que me has creado para la felicidad, pero muchas veces tomo caminos equivocados que me alejan de Ti. Pero sé que tu perdón es más grande que mis pecados. Te pido que me ayudes a saber perdonar y a vivir la auténtica reconciliación que Tú me llamas a vivir. ¡Señor, ten piedad! ¡Cristo, ten piedad! ¡Señor, ten piedad! ✞ ✞ ✞ Gloria a Dios. Se canta o se recita los domingos, fuera de los tiempos de Adviento y Cuaresma, en las solemnidades y en las fiestas y en algunas peculiares celebraciones más solemnes. ✞ ✞ ✞ Oración Colecta: • Oh, Dios, que hiciste del obispo san Pedro Crisólogo un insigne predicador de tu Verbo encarnado, concédenos, por su intercesión, meditar siempre en nuestro corazón los misterios de tu salvación y manifestarlos fielmente en las obras. Por nuestro Señor Jesucristo. • Oh Dios de la alegría: Tú nos invitas a celebrar fiestas en honor de tu Nombre como momentos de intenso encuentro contigo y con la comunidad. Haz que nuestra fea y monótona existencia explote, al menos de cuando en cuando, en alegría espontánea y contagiosa por tus maravillosas obras de salvación y por la felicidad de estar juntos celebrando. Guarda una chispa de sonrisa en nuestros labios mientras caminamos perseverantes hacia la alegría y libertad total de Jesucristo nuestro Señor. 2 LITURGIA DE LA PALABRA ✞ ✞ ✞ Primera lectura: Levítico 23,1.4-11.15-16.27.34b-37 En las festividades del Señor convocaréis asamblea litúrgica. El Señor dijo a Moisés: 4 Éstas son las fiestas del Señor, las asambleas santas que convocaréis en las fechas establecidas. 5 El día catorce del mes primero, al atardecer, es la pascua del Señor. 6 Y el día quince del mismo mes es la fiesta de los panes ácimos en honor del Señor. Durante siete días comeréis pan sin levadura. 7 El primer día tendréis asamblea santa y no haréis ningún trabajo servil. 8 Durante siete días ofreceréis sacrificios en honor del Señor. El día séptimo será día de asamblea santa y no haréis en él ningún trabajo servil. 9 El Señor dijo a Moisés: 10 Di a los israelitas: Cuando hayáis entrado en la tierra que os voy a dar y seguéis la mies, llevaréis al sacerdote una gavilla de espigas como primicia de vuestra cosecha. 11 El sacerdote la ofrecerá delante del Señor con el rito de balanceo para que sea aceptada; hará el balanceo el día siguiente al sábado. 15 A partir del día siguiente al sábado, esto es, del día en que hayáis ofrecido la gavilla del balanceo, contaréis siete semanas completas. 16 Contaréis cincuenta días hasta el día siguiente al séptimo sábado y, entonces, ofreceréis al Señor una ofrenda de granos nuevos. 27 El día diez del mismo mes séptimo es el día de la expiación; tendréis asamblea santa, ayunaréis y ofreceréis sacrificios en honor del Señor. 34 El día quince de este mes séptimo se celebrará durante siete días la fiesta de las tiendas en honor del Señor. 35 El primer día habrá asamblea santa y no haréis en él ningún trabajo servil. 36 Durante siete días ofreceréis sacrificios en honor del Señor; el día octavo tendréis asamblea santa y ofreceréis sacrificios al Señor; es día de asamblea solemne; no haréis en él ningún trabajo servil. 37 Éstas son las fiestas del Señor, en las cuales convocaréis asambleas santas, para ofrecer sacrificios en honor del Señor, holocaustos con ofrendas, sacrificios de comunión y libaciones: cada una en el día prescrito. PALABRA DE DIOS. R/TE ALABAMOS, SEÑOR www.evangelizacion.org.mx Meditatio Dios, que nos ha creado, sabe de la necesidad del hombre de relacionarse con Dios y con sus hermanos. Este pasaje nos ilustra cómo, ya desde el AT, el pueblo de Israel se reunía en Asamblea Litúrgica para darle culto a Dios como comunidad. Dentro de todo lo que podríamos hoy revisar sobre este pasaje y este tema, centremos nuestra atención sobre los elementos esenciales de esta participación litúrgica. El primer elemento es que se trata de una FIESTA, es un día de alegría en la que se reúne el pueblo de Dios en su presencia; el motivo de esta fiesta es DARLE GLORIA, reconociendo con ello que es Dios, y al mismo tiempo que nosotros le amamos; es por ello UN DÍA DEDICADO AL SEÑOR, en el que no se dedica tiempo a actividades serviles (trabajar). Es un día para orar y para convivir como comunidad (diríamos como familia); finalmente, es el día de presentar nuestro trabajo, nuestro esfuerzo de la semana al Señor, simbolizado en la ofrenda que damos al estar reunidos en comunidad. Esto es precisamente nuestro Domingo, este es el sentido profundo de nuestra celebración Eucarística en la cual damos gloria al Señor, pero es también el día de la Familia, es el día del amor, es para nosotros los cristianos la fiesta de la resurrección de Cristo y por ende la fiesta de nuestra salvación. Dale sentido a tu domingo. Haz de él verdaderamente, el día del Señor. Oratio Señor, que el participar cada semana de la Pascua Dominical, me ayude a sentir que soy parte de este cuerpo, la Iglesia, cuya cabeza es Cristo. Y que el trabajo de toda la semana, esté orientado a ti, para presentarte en cada Eucaristía, los frutos de mi huerto. Actio Buscaré cada Domingo asistir con toda mi familia a la gran fiesta de nuestra salvación. www.santaclaradeestella.es • El texto considera el ciclo litúrgico de las diferentes fiestas anuales según la redacción sacerdotal, vinculada con los medios de Jerusalén y encuadrada en la «ley de santidad». Consideradas bajo esta luz, las fiestas judías aparecen como asambleas del pueblo en el lugar santo, en presencia del Dios tres veces santo, y recuerdan su sucesión durante el ciclo anual para su digna celebración. Estas fiestas tienen la finalidad de hacer salir al individuo de su autosuficiencia, para insertarlo en una vida de dimensión comunitaria: cada hombre, en efecto, pertenece al pueblo, es una expresión del mismo y, a través de él, pertenece a Dios. Los elementos constitutivos de las fiestas de Israel son, esencialmente, dos: la convocación de la santa asamblea del pueblo y el descanso del trabajo. El primero marca el ritmo de la vida del pueblo y hace revivir, especialmente en la celebración litúrgica, el recuerdo de las maravillas llevadas a cabo por Dios en la historia judía; el segundo aleja al pueblo de las cosas materiales y cotidianas y lo introduce en el tiempo fuerte de Dios, donde toma conciencia del discurrir de la vida y de su significado de salvación. Las fiestas judías, herencia cananea, siguen el ritmo agrario de las cosechas. La fiesta de la pascua es la fiesta que se celebra en honor de Dios a fin de asegurar la prosperidad de los rebaños, pero celebra todavía más la salvación que el pueblo ha conocido en su historia. El Señor, que cada año concede los frutos de la tierra y del ganado, es el mismo que ha manifestado su poder salvador para liberar a Israel. De este modo, la fiesta pascual se funde con los ácimos a fin de recordar la liberación de la esclavitud y la posesión de la tierra fértil. La fiesta de las semanas o de Pentecostés celebra la cosecha del trigo y también la entrega de la Ley por parte de Dios. La fiesta de las chozas recuerda la vendimia y el paso de Israel a través del desierto. En realidad, todas las fiestas cristianas se inspiran en las fiestas judías, aunque enriquecidas con el nuevo contenido cristiano. www.Dioscadadía.Bastin,Pinkers,Teheux El corazón está de fiesta. Levítico 23, 4-11.15-16.27.34b-37. El libro del Éxodo concluye con la construcción del Tabernáculo de la Reunión; el Levítico se propone explicar el buen uso de este tabernáculo, para que sea realmente el lugar de encuentro entre Dios y el hombre. Su última parte (caps. 17-26), llamada "Código de Santidad", detalla todo lo que el pueblo santo debe hacer para favorecer su comunión con el Dios santo. Para ello ha de observar fielmente las fiestas y años santos. Las fiestas, instituidas después del exilio, tienen orígenes muy diversos, pero persiguen un doble fin: por una parte, conservar presentes en la memoria del pueblo los favores innumerables con los que Yahvé le ha colmado; por otra, actualizarlos. Esta memoria, efectivamente, nunca es contemplación estéril, sino certeza de que Yahvé continúa haciendo en el presente lo que hizo en el pasado. Esta memoria es en el fondo una profesión de fe en la fidelidad divina. Tanto la fiesta de pascua, de origen pastoral, como la fiesta de los Ácimos, de origen agrícola, han sido relacionadas con la salida de Egipto. Estas dos fiestas se celebraban, en efecto, en primavera; y también fue en una primavera cuando Yahvé envió a Moisés ante el faraón. Las fiestas coinciden con el deseo del hombre de demostrar su fe por medio del juego comunitario y del lenguaje de los cuerpos. Los salmos acompañaban a los ritos prescritos. El salmo 80 pertenece a las alegaciones contra la ruptura de la Alianza; insiste en el aspecto de regla obligatoria que caracterizaba a las fiestas celebradas en honor del que había sacado a su pueblo de Egipto. El Señor habló así a Moisés: Estas son las festividades del Señor, las asambleas litúrgicas que convocaréis a su debido tiempo los hijos de Israel". La fe no puede vivir sin fiesta, porque el amor y la vida no pueden prescindir de ella. La fe es celebración, es gesta, "canción de gesta". ¡Ah, si pudiéramos jugar con Dios, qué maravilla! ¡Todo el mundo lo toma tan en serio que lo hacemos mortalmente aburrido! Tenemos que realizar nuestros juegos ante Dios, so pena de ver cómo se desmorona el vigor de nuestras confesiones de fe. "Convocaréis a los hijos de Israel en las festividades indicadas". La fiesta es una convocatoria: un pueblo se reunirá para conmemorar las gestas de Dios. La fe no puede vivirse sin la fiesta, pues ella es la herencia de un pueblo, no asunto de unos cuantos individuos; la revelación es alianza pactada entre Dios y los hijos liberados de la servidumbre. La fiesta es una memoria mantenida, la historia de la salvación será periódicamente renovada, un pueblo tomará de nuevo contacto con sus orígenes para comprometerse nuevamente en una aventura con Dios. "Hay profundidades en el alma humana que sólo el rito puede alcanzar"... Tendremos que reaprender a dejar cantar a nuestra fe: deberemos, sin duda, reaprender a vivir para entrar en la fiesta; deberemos, sin duda, recuperar un alma de niños para jugar delante de Dios y para, en ese juego y en esa liturgia, reinventar el mundo: la fiesta crea ya el futuro. www.fraynelson.com 1. Las Fiestas del Señor. 1.1 Recordamos seguramente que cuando Moisés se presentó ante faraón tenía encargo de decirle que los hebreos tenían que celebrar a Dios en el desierto. Como el rey egipcio no los dejó partir, finalmente el brazo poderoso del Señor arrancó a Israel de aquellas garras egipcias que tanto sabían de trabajo y tan poco de fiesta. 1.2 Porque hay que saber que hay orden de trabajar, pero también la fiesta es un mandato. El que no sabe alegrarse, el que no sabe compartir, el que no sabe agradecer, el que no sabe celebrar, ¿conocerá algo del Dios que da la vida, la libertad y la alegría? 1.3 Y es cosa curiosa, porque mucha gente, por lo menos en nuestra cultura occidental, siente que la Iglesia es una institución estorbosa, pero aun así "le perdona" que exista si demuestra que es útil en hacer algo con la escoria humana que rebrota sin cesar de nuestras ciudades y de nuestra sistema económico, que idolatra la producción y el lucro. Como quien dice: "no debiera existir la Iglesia, pero si se le puede tolerar es para que trabaje con esos que no son rentables para nuestros objetivos financieros y de mercado". En ese sentido, la Beata Madre Teresa de Calcuta es "aceptable" para nuestro mundo... 1.4 Nadie espera, entonces, que la Iglesia enseña cómo divertirse, cómo celebrar, cómo descansar. Y la Iglesia misma, a veces, ni se lo cree; ¡pero es su deber! La verdad es que sin fiesta la vida es esclavitud, el tiempo es cadena, todo pan es sueldo y toda sonrisa una compra. http://www.caminando-con-jesus.org El Levítico establece el ciclo de fiestas litúrgicas del año. Todas marcan fechas o acontecimientos significativos en los que el Señor hizo perceptible su presencia Providente. Se destaca la Pascua. Luego viene el complemento de los Ácimos, las Cosechas, el Agua. Todas son ocasiones para recordar y agradecer los beneficios del Señor. El pueblo cristiano asimiló esta tradición de Israel, conservó algunas fiestas y “cristianizó” otras festividades de los pueblos paganos que se había con vertido, para celebrar los misterios de la fe. ✞ ✞ ✞ Salmo Sal 80 R/. Aclamemos al Señor, nuestro Dios. o R/. Aclamad a Dios, nuestra fuerza. Entonemos un canto al son de las guitarras y del arpa. Que suene la trompeta en esta fiesta que conmemora nuestra alianza. R/. Aclamemos al Señor, nuestro Dios. Porque ésta es una ley en Israel, es un precepto que el Dios de Jacob estableció para su pueblo, cuando lo rescató de Egipto. R/. Aclamemos al Señor, nuestro Dios. «No tendrás otro Dios fuera de mí ni adorarás a dioses extranjeros. Pues yo, el Señor, soy el Dios tuyo, el que te sacó de Egipto, tu destierro». R/. Aclamemos al Señor, nuestro Dios. ✞ ✞ ✞ Aleluya Aleluya 1 Pe 1, 25 R. Aleluya, aleluya, aleluya. V. La palabra del Señor permanece para siempre; pues esa es la palabra del Evangelio que se os anunció. R. Aleluya, aleluya, aleluya. ✞ ✞ ✞ “Padre, dame tu bendición”: “El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que anuncies dignamente su Evangelio en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” ✞ ✞ ✞ Lectura del Santo Evangelio según: Mateo 13,54-58 ¿No es el hijo del carpintero? Entonces, ¿de dónde saca todo eso? En aquel tiempo, 54 fue Jesús a su pueblo y se puso a enseñarles en su sinagoga. La gente, admirada, decía: -¿De dónde le vienen a éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? 55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Santiago, José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas entre nosotros? ¿De dónde, pues, le viene todo esto? 57 Y los tenía escandalizados. Pero Jesús les dijo: -Un profeta sólo es despreciado en su pueblo y en su casa. 58 Y no hizo allí muchos milagros por su falta de fe. PALABRA DEL SEÑOR. R/ GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS. ✞ ✞ ✞ “Que por el Evangelio sean perdonados nuestros pecados veniales” San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 48, 1 Y si le convenía que lo admiraran por sus milagros, ¿por qué no los hizo? Porque El no hacía milagros por pura ostentación, sino para utilidad de otros. Mas no resultando ninguna utilidad, despreció lo que le era personal, a fin de no aumentar la culpabilidad de ellos. ¿Y por qué hizo algunos? Para que no dijeran: indudablemente hubiéramos creído si hubiera hecho milagros. Evangelio del día: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia”: ¿No descubrimos tal vez en nuestra propia vida un poco —o mucho— de la cerrazón de los parientes y amigos de Jesús? El Señor nos invita a examinarnos con franqueza y sin miedo. No dejemos pasar la oportunidad y hagámoslo a la luz del Evangelio y en presencia de Dios. Hoy el Señor Jesús está presente en nuestra vida de diversas maneras, siempre buscando nuestra felicidad y salvación. Tal vez está actuando por medio de personas conocidas y haciéndose presente en situaciones de las más cercanas y cotidianas. Y justamente por eso no lo vemos. ¡Rompamos las anteojeras de la rutina! Limpiemos nuestra vista con el colirio de la fe. Así podremos abrir los ojos del corazón y percibir el rostro del Señor. Así descubriremos que Él está presente en nuestra vida, hoy. Y sobre todo seremos capaces de reconocerlo y adorarlo realmente presente en la Eucaristía, de reconocerlo y acogerlo en la proclamación de su Palabra. Una vez más, y no nos cansemos nunca, exclamemos con humildad y confianza: ¡Creo, Señor, pero aumenta mi fe! Acudamos a Santa María, la Mujer de la Fe, y por su intercesión pidámosle al Señor que nos conceda una fe preciosa como la de su Madre y como la de los Apóstoles. Pongamos todo de nuestra parte para vivir coherentemente con lo que creemos. Jesús en Nazaret Por la incredulidad de las gentes de Nazaret, teniendo el privilegio de que Dios viviera allí, no pudieron recibir sus milagros en la abundancia que los hacía en otros lugares, porque es condición primordial para recibirlos: la fe. Y como conocían a Jesús, se resistían a creer que era Dios. Y entonces; ¿de dónde tenía que venir Dios?; ¿de otro planeta?… ¿Con una nave espacial y hablando otra lengua?… Dios vino para los humildes, para los que tienen fe y creen que Dios es Dios y hace imposibles y puede hacerlos, porque es sencillamente: Dios. Si Dios creó el Cielo y la Tierra, y se gozó en toda la Creación, y amando a los hijos de los hombres se hizo hombre para salvarnos, ¿tenía que ser extraterrestre o humano? Semejante es semejante, y no de otro planeta. Meditadlo bien: Dios vino al mundo para los humildes y sencillos de corazón. Algunos os complicáis la vida. P. Jesús 1 Contexto. La palabra se ilumina. www.sanJeronimo.Brown,Fitzmyer,Murphy Rechazo de Jesús en su pueblo. (13,54-58). Cf. Mc 6,1-6; Lc 4,16-30. En este punto comienza una nueva sección del evangelio. Está formada por relatos que, en su mayor parte, proceden de Mc, en los que Mateo desarrolla ciertos elementos relacionados con Pedro (14,28-31; 16,16-19; 17,24-27). De forma más explícita, comienza Jesús el camino de la cruz y predice su pasión, al tiempo que forma a sus discípulos en su seguimiento. No por casualidad comienza la sección con el relato de un rechazo. En Mc, al discurso de las parábolas sigue 4,35-5,43; Mateo ha utilizado estos materiales en 8,23-24 y 9,18-26. Tanto en Mc como en Mt, el episodio de Nazaret constituye un punto culminante del ministerio en Galilea y la repulsa de Jesús. Son significativas las revisiones y omisiones de Mateo. Jesús es llamado «el hijo del carpintero» y no «el carpintero»; es posible que Mateo deseara presentar a Jesús elevado por encima de la práctica de un oficio. Es muy extraño que ni en Mc ni en Mt se emplee el patronímico normal, que sería Jesús bar-José; ciertamente, en Mc se le llama hijo de María, designación que resulta extremadamente sugestiva. Parece que en Nazaret se sabía que Jesús no era el hijo carnal de José, con todo lo que esta designación podría implicar. 54. su sinagoga: Desde aquí en adelante, Mateo sigue estrechamente a Marcos. De nuevo cambia la frase «la» sinagoga por «su» (de ellos) sinagoga (véase comentario sobre 4,23; 10,17). 55. hijo del carpintero: Mateo cambia la frase marcana que presenta a Jesús como carpintero (o albañil) por la menos innoble «hijo del carpintero». En el Talmud se alaba a los carpinteros o ensambladores (naggár) por su conocimiento de la Torá (yYébam. 8.9b; yQidd. 4.66b). Hermanos: El término podría referirse a medio hermanos o parientes en general (cf. FGL 723-24; MNT 65-72; - Pensamiento del NT, 8 1:142). Se nombran aquí los parientes de Jesús a que en 12,46-50 se había aludido de forma genérica; es imposible identificarlos positivamente con otros personajes del NT que lleven estos mismos nombres; tampoco los manuscritos tienen lecturas uniformes de los nombres. Está claro que nunca fueron personas de relieve en la primitiva comunidad de Jerusalén. 56. La familiaridad genera desprecio. Los paisanos de Jesús no ven la presencia de Dios en él simplemente porque conocen sus orígenes y el contexto humano humilde del que también ellos forman parte. Al despreciarlo a él, se están despreciando a ellos mismos. 57. un profeta no tiene honor: El dicho puede haber sido proverbial, pero identifica a Jesus como profeta. La sentencia sobre el profeta que no recibe honor en su tierra aparece también en Jn 4,44. La nota de Mc sobre el asombro de Jesús ante la incredulidad de los nazarenos queda reducida en Mt a «por su incredulidad»; este asombro es una reacción emotiva de Jesús, del tipo que Mt habitualmente suprime. El incidente no sólo es punto culminante del ministerio en Galilea, sino que resume la repulsa de Jesús como un todo. La respuesta de los nazarenos fue: «Le conocemos; por consiguiente, no puede ser nada extraordinario». Toda la comunidad judía pudo haber dicho estrictamente lo mismo. El episodio ilustra lo expresado en 10,34-36. 58. no hizo: Mateo cambia el marcano «no pudo hacer» (que sugiere un fracaso involuntario) por «no hizo» (que implica una decisión voluntaria y libre). (Batev, R. A, «Is not This the Capenter? NTS 30 [1984] 249-58.) Donde Mc dice que Jesús no «pudo» hacer milagros, Mt dice que no «hizo»; la expresión de Mc es dura, pero concuerda con la concepción general de los evangelios acerca del milagro como respuesta a la fe. www.santaclaradeestella.es • Tras el «discurso de las parábolas» {cf. 13,1-52), Mateo nos presenta a Jesús en la sinagoga de su pueblo, en Nazaret, rechazado por sus paisanos (cf. Me 6,1-6). Éstos, desde la admiración inicial por su sabia enseñanza (v. 54), pasan a preguntarse por la predicación del «hijo del carpintero», por María, su madre, por sus hermanos y hermanas (w. 55ss), e incluso se escandalizan de él. Con las palabras «y los tenía escandalizados» (v. 57), Mateo nos introduce en el misterio de la persona de Jesús. Sus paisanos quieren comprender a Jesús partiendo únicamente del aspecto humano, como habían hecho también, en otras circunstancias, sus mismos parientes (cf. Me 3,21). Su conocimiento humano se vuelve para los naturales de Nazaret un obstáculo para penetrar en la persona de Jesús y acogerle, para creer en él como el mesías esperado: « ¿De dónde, pues, le viene todo esto?» (v. 56b). Frente a este rechazo explícito, Jesús constata la verdad del proverbio: « Un profeta sólo es despreciado en su pueblo y en su casa» (v. 57b). La suerte que le espera a cada profeta verdadero, como la de Jesús y la de todo verdadero discípulo, es la incomprensión, el desprecio, el escarnio y la persecución, llevada hasta el sacrificio de la muerte a causa de la verdad. Serán precisamente la incomprensión y la falta de fe de sus paisanos las que impedirán a Jesús hacer allí muchos milagros, porque sólo la fe permite la comprensión del misterio de su persona de mesías e hijo de Dios. www.evangeliodeMateo.GiorgioZevini Con el relato de la visita de Jesús a su tierra comienza -según la opinión común de los exégetas- una nueva sección del evangelio según Mateo, que culminará en el discurso eclesial. El evangelista omite a sabiendas el nombre de Nazaret, para dar a entender que cuanto sucede en ese momento en aquella pequeña ciudad de Galilea interesa en realidad al mundo entero. El Maestro es objeto del rechazo de sus paisanos, como será rechazado, en general, por sus hermanos, por los hombres. Los habitantes de Nazaret no niegan los hechos maravillosos que ha realizado -y que lo acreditan como enviado extraordinario de Dios-, pero se dejan escandalizar por sus humildes orígenes y concluyen que no puede ser en absoluto el Mesías glorioso esperado por Israel. Frente a un rechazo tan claro y absurdo, Jesús afirma: « Un profeta sólo es despreciado en su pueblo y en su casa» (v. 57). El episodio adquiere para Jesús un valor emblemático: su destino será ser rechazado por su pueblo, por la humanidad, que lo rechazará por lo que piensa conocer de él -es el «hijo del carpintero»-, sin saber en realidad, porque no quiere creer, de «dónde » viene y quién es verdaderamente. www.sermonwriter.com Mateo 12-13: el contexto En el capítulo 12 abunda el conflicto. Fariseos critican a Jesús por permitir a los discípulos coger espigas de trigo en un sábado (12:1-8). Cuando Jesús sana a un hombre con una mano marchitada, “consultaron contra él para destruirle” (12:14). Cuando cura a un endemoniado, le acusan de trabajar por el poder de Beelzebub (12:22-32). Jesús les llama una “generación de víboras” (12:34) y “la generación mala y adulterina” (12:39). Capítulo 12 forma los cimientos para capítulo 13, que ofrece esperanza en medio de esta maldad. Capítulo 13 comienza con la Parábola del segador (13:1-9, 18-23), que reconoce que parte de la simiente se perderá, pero promete una estupenda cosecha de la semilla que cae en buen terreno. El enfoque no está en la poca simiente que se pierde, sino en la promesa de la cosecha. La Parábola de las malas hierbas (13:24-30, 36-43) utiliza el mismo motivo agrícola, pero trata el problema de lo malo existiendo entre lo bueno en el mundo (v. 38). “Lo que la parábola misma claramente nos dice…. es que el reino debe tratar con el mal que se encuentra a su alrededor, y que Dios permite que lo malo y lo bueno coexistan hasta el final” (Gardner). La parábola guía y alienta a los discípulos. No necesitamos arrancar las malas hierbas (el mensaje de la parábola). Dios tratará con el mal durante la cosecha (el mensaje de la interpretación). Dos cortas parábolas se encuentran entre la Parábola de las malas hierbas y su interpretación. Ambas la Parábola del grano de mostaza (13:31-32) y la Parábola de la levadura (13:33) prometen grandes efectos de causas pequeñas. No debemos decepcionarnos por pequeños comienzos – no debemos perder esperanza cuando nuestros esfuerzos parecen inútiles. Tres cortas parábolas siguen la interpretación de la Parábola de las malas hierbas. La tercera de éstas es la Parábola de la red (13:47-50), la cual tiene un significado muy parecido a la Parábola de las malas hierbas. El tesoro en el campo (13:44) y La perla de gran valor (13:45) demuestran el creciente gran valor del reino del cielo. Las siete parábolas alientan a los discípulos. Tratan con la realidad de la oposición y la maldad, prometiendo que éstas no definirán el resultado final. Al final, Dios y aquéllos fieles a Dios ganarán y ganarán grande. Capítulo 13 termina con Jesús continuando a enfrentarse con oposición. Cuando se va a Nazarea, la gente de su pueblo natal le rechaza (13:54-57). 2 Reflexión. ¿Qué nos dice Dios en el Texto? La palabra me ilumina. www.sermonwriter.com No hay Reflexión. www.ocarm.org Oración inicial ¡Oh Dios!, protector de los que en ti esperan; sin ti nada es fuerte ni santo. Multiplica sobre nosotros los signos de tu misericordia, para que, bajo tu guía providente, de tal modo nos sirvamos de los bienes pasajeros que podamos adherirnos a los eternos. Por nuestro Señor. Del Evangelio según Mateo 13,54-58 Reflexión • El evangelio de hoy narra cómo fue la visita de Jesús a Nazaret, su comunidad de origen. El paso por Nazaret fue doloroso para Jesús. Lo que antes era su comunidad, ahora ha dejado de serlo. Algo cambió. Donde no hay fe, Jesús no puede hacer milagros. • Mateo 13, 53-57ª: Reacción de la gente de Nazaret ante Jesús. Siempre es bueno volver para la propia tierra. Después de una larga ausencia, Jesús también vuelve y, como de costumbre, en el día de sábado, se fue a la reunión de la comunidad. Jesús no era coordinador, pero tomo la palabra. Señal de que las personas podían participar y expresar su opinión. La gente quedó admirada, no entiende la actitud de Jesús: "¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros?” Jesús, hijo del lugar, que ellos conocían desde niño, ¿cómo es que ahora es tan diferente? La gente de Nazaret queda escandalizada y no lo acepta: “¿No es éste el hijo del carpintero?” La gente no acepta el misterio de Dios presente en un hombre común como le conocían a Jesús. Para poder hablar de Dios, tenía que ser diferente. Como se ve, no todo fue bien. Las personas que hubieran tenido que ser las primeras en aceptar la Buena Noticia, son las que se obstinan en no aceptarla. El conflicto no es con los de fuera de casa, sino también con los parientes y con la gente de Nazaret. Ellos no aceptan, porque no consiguen entender el misterio que envuelve a la persona de Jesús: “¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y ¿sus hermanas no están aquí con nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto? No lo podían entender. • Mateo 13, 57b-58: Reacción de Jesús ante la actitud de la gente de Nazaret. Jesús sabe muy bien que “nadie es profeta en su patria”. Y dice: "Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio”. De hecho, allí donde no hay aceptación, donde no hay fe, no se puede hacer nada. Los prejuicios lo impiden. Jesús mismo, aun queriendo, no puede hacer nada. Queda asombrado ante la falta de fe. • Los hermanos y las hermanas de Jesús. La expresión “hermanos de Jesús” causa mucha polémica entre católicos y protestantes. Basándose en éste y en otros textos, los protestantes dicen que Jesús tiene hermanos y hermanas y que María tiene más hijos. Los católicos dicen que María no tuvo más hijos. ¿Qué pensar de todo esto? En primer lugar, las dos posiciones, tanto de los católicos como de los protestantes, ambas tienen argumentos sacados de la Biblia y de la Tradición de sus respectivas iglesias. Por ello, no conviene reñir o discutir esta cuestión solamente con argumentos de la cabeza. Se trata de convicciones profundas, que tienen que ver con la fe y con los sentimientos de ambos. El argumento sólo de la cabeza no consigue deshacer una convicción del corazón. Irrita y aleja. Aun cuando no estoy de acuerdo con la opinión del otro, tengo que respetarla. En segundo lugar, en vez de reñir entorno a los textos, católicos y protestantes, deberíamos unirnos mucho más para luchar en defensa de la vida, creada por Dios, vida tan desfigurada por la pobreza, por la injusticia, por la falta de fe. Deberíamos recordar algunas otras frases de Jesús: “He venido para que todos tengan vida, y en abundancia” (Jn 10,10). “Que todos sean uno, para que el mundo crea que Tú me has enviado” (Jn 17,21). “¡No se lo impidan! Quien no está contra de nosotros está a favor” (Mc 10,39.40). www.santaclaradeestella.es El evangelio de hoy nos invita a reflexionar sobre la necesidad de captar la presencia de Dios en nuestra vida cotidiana. Es probable que los paisanos de Jesús estuvieran acostumbrados a encontrar a Dios en las grandes solemnidades festivas y en medio de las convocaciones de las que habla la primera lectura. En ellas, entre el incienso de las imponentes celebraciones y la sangre de los sacrificios ofrecidos en su honor, captaban la majestuosa presencia del Dios que había liberado a sus antepasados de la esclavitud de Egipto y les había guiado paso a paso, a través del desierto, en la conquista de la tierra prometida. Por otra parte, también estaban acostumbrados desde hacía años al trato familiar con «el hijo del carpintero», Jesús, a quien habían visto crecer entre ellos como uno de tantos. Conocían a su madre, a sus hermanos y hermanas. Y ahora le veían ante ellos, pronunciando en la sinagoga unos discursos que les dejaban desconcertados. No conseguían conectar la vida cotidiana de un Jesús «ordinario y común» con la manifestación de su Dios. No conseguían ir más allá de lo habitual para captar lo que no era habitual en él. Y así andaban escandalizados por su causa, sin llegar a la fe en él. Con ello perdieron la ocasión de un encuentro de salvación con Dios, un encuentro que habría podido cambiar definitivamente su vida. Esto mismo supone también un riesgo constante para nosotros: esperar encontrar a Dios sólo en circunstancias extraordinarias, en aquello que, según cierto modo de pensar, nos puede parecer que está más de acuerdo con su modo divino de ser, y no captar su presencia en la vida diaria. Sin embargo, precisamente por medio de Jesús, Dios nos ha hecho saber que manifiesta su presencia en la totalidad de la existencia, que hasta las cosas más pequeñas están penetradas por su presencia, porque él no es un Dios lejano, sino muy próximo. El desafío que brota de aquí es el de conseguir descubrirle y acogerle con gozo. Lo que en apariencia es obvio y se da por descontado, lo que pertenece a la vida de todos los días, lo que ya no llama la atención en las personas y en las cosas a las que estamos acostumbrados, es, para quien cree, como una especie de «sacramento» de la presencia benévola de Dios. La vigilancia a la que tantas veces nos invita Jesús en el Evangelio se refiere también a esto: es preciso que mantengamos los ojos bien abiertos, para no dejar escapar la dimensión divina que tienen todas las cosas. La fe las hace todas transparentes, mientras que su falta las hace todas opacas. www.Dioscadadía.Bastin,Pinkers,Teheux Mateo 13, 54-58. La enseñanza en parábolas traza la frontera que separa a los discípulos de todos aquellos que se niegan a oír la Palabra. En adelante, el que no está con Jesús está contra él; en adelante, podríamos decir, están la Iglesia y el "mundo". Mateo nos invita ahora al nacimiento de esta Iglesia, describiendo los distintos itinerarios que se ofrecen a la fe del creyente. En primer lugar, están los de fuera, los de la "patria". Más que una localización geográfica, la expresión designa una mentalidad. Sitúa a los que se cierran en sus propias ideas y rehúsan interrogarse sobre la nueva sabiduría que se desprende de la enseñanza de Jesús. El rechazo de los compatriotas de Jesús se hace así el símbolo de la oposición de los adversarios. La persona y la enseñanza de Jesús constituyen a sus ojos un escándalo en el que tropiezan y que acabará por hacerles caer. Me gusta esta afirmación de un rabino: "Hay profundidades en el alma humana que sólo el rito puede alcanzar". Hemos perdido quizá nuestra alma al perder el gusto y el sentido de la fiesta. A fuerza de medir los gestos e incrementar la palabrería, por temor a cantar y por miedo a ver, lo más profundo de nosotros mismos se entorpece. Pero si nuestras profundidades no son nunca alimentadas más que de promesas sin macana, de gestos que no llegan a realizarse, ¿quién podrá impedirles llenarse de cualquier cosa? No es con ideas con lo que se puede alcanzar esas profundidades, sino con gestos, con los sentidos, con el canto y con los silencios del cuerpo. Pues, decidme: ¿cómo podríais vivir vuestro amor sin enlazaros, cómo ibais a poder expresar vuestra alegría sin risas y sin cantos? ¿Quién puede expresar en palabras el peso de dos manos que se juntan cuando el sufrimiento engendra el silencio, o la connivencia divertida de dos miradas que se encuentran? " www.fraynelson.com 2. Despreciado en su casa. 2.1 No creían en Jesús porque le conocían. Sabían de su familia, de su pasado, de su casa. No podían admitir que algo tan grande hubiera sucedido en sus narices y que sólo ahora lo estuvieran viendo. No podían reconocer que en medio de todas esas pobrezas y privaciones, que todos compartían, se pudiera cultivar una flor de pureza y santidad como la que de pronto tienen ante sus ojos. Admitir algo así implicaba humillarse y reconocer que no todo se debía a las circunstancias. 2.2 Ortega y Gasset dijo su inmortal "yo soy yo y mis circunstancias", pero la mediocridad humana siempre intenta decir: "yo soy SÓLO mis circunstancias". Es el modo de explicar la vida en términos de destino, es la manera de endosar las propias decisiones a la época, el país, los vecinos, la salud, o lo que sea. 2.3 Jesús es más que sus circunstancias. Aquello que le rodeó no lo anegó. No se dejó aplastar por el relato que le recitaba la vida. Leyó la vida no como una sentencia sino como una poesía en la que todavía quedaba oportunidad de escribir los capítulos decisivos. Y así quiere que seamos nosotros, sus discípulos. www.elmisericordioso.me-Pildorasdefe.net Conversando con el amor Señor, solo Tú me llenas con tu amor y no me abandonas en ningún momento. Te entrego hoy mi corazón con todas las buenas emociones que soy capaz de darte, porque necesito estar cerca de Ti para encontrarle sentido a mi vida. Confío Señor en tu amor que me cobija. Amén Evangelio del día: Para ser salvos hay que elegir el camino de la humildad. Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia. Reflexión del Papa Francisco Jesús afirma que no podía hacer milagros en su Nazaret «por falta de fe»: justamente allí, donde había crecido, «no tenían fe». Precisamente, Jesús dice: "Ningún profeta es aceptado en su pueblo". En la sinagoga de Nazaret, relata el Evangelio, Jesús dice que allí no se harán milagros: aquí ustedes no aceptan al profeta porque no lo necesitan, están demasiado seguros. Las personas que Jesús tenía delante, en efecto, estaban muy seguras en su fe entre comillas, muy seguras en su observancia de los mandamientos, que no necesitaban otra salvación». Una actitud que revela el drama del cumplimiento de los mandamientos sin fe: "yo me salvo por mí mismo porque voy a la sinagoga todos los sábados, trato de cumplir los mandamientos"; y que no venga éste a decirme que son mejores que yo ese leproso y esa viuda, esos marginados. Pero la palabra de Jesús va en sentido contrario. Él dice: "Mira, si tú no te sientes en zona marginal, no tendrás salvación". Esta es la humildad, la senda de la humildad: sentirse tan marginado de tener necesidad de la salvación del Señor. Sólo Él salva; no nuestra observancia de los preceptos. Esta enseñanza de Jesús, sin embargo, no le gustó a la gente de Nazaret, tanto que se enfadaron y querían matarlo. Si queremos ser salvados, debemos elegir el camino de la humildad, de la humillación. Testimonio de ello es María, que en su cántico no dice estar contenta porque Dios miró su virginidad, su bondad, su dulzura, las muchas virtudes que ella tenía, sino que exulta porque el Señor miró la humildad de su esclava, su pequeñez. Es precisamente la humildad lo que mira el Señor. [...] La humildad cristiana no es una virtud que nos hace decir "yo no sirvo para nada" y así nos hace esconder la soberbia; en cambio, la humildad cristiana es decir la verdad: soy pecador, soy pecadora. Se trata, en esencia, sencillamente de decir la verdad; y esta es nuestra verdad. (Homilía en Santa Marta, 24 de marzo de 2014) Oración de sanación Señor, Tú conoces todos mis miedos, envíame la fuerza de tu Espíritu para salir adelante. Necesito de tu fuerza y de tu sabiduría para ser un predicador de tu amor y saber enfrentarme al rechazo por dar a conocerte Quiero darte lo mejor de mí, manteniendo la fe en medio de las pruebas. Confío en que Tú eres un Dios poderoso que me ama y me provee siempre lo necesario para mi felicidad. No tengo miedo de esperar si te tengo a Ti. Te amo y confío todos mis proyectos en tus manos. Tú, mejor que yo, sabes que hacer. Amén Propósito para hoy Cumpliré mis responsabilidades con alegría y sin quejarme en lo más mínimo. Siempre sonriendo y dispuesto a servir a los demás Frase de reflexión "Como discípulos de Cristo, no podemos dejar de preocuparnos por el bien de los más débiles". Papa Francisco www.evangelizacion.org.mx Ciertamente el lugar más difícil para que nuestro testimonio y nuestro anuncio evangélico sean aceptados es nuestro propio medio, y más aún, nuestra propia casa. Ni para el mismo Jesús fue diferente. Generalmente, la gente que vive con nosotros no es fácil de convencer. Sin embargo, es ahí donde podemos verdaderamente ser luz, ser modelo. No se trata de imponer, sino de convencer; no se trata de acusar, sino de amar. Muchas veces, vale más nuestro testimonio de amor silencioso, que muchas exhortaciones y amonestaciones, que lo único que consiguen, es dividir y generar discordia, sobre todo, en la familia, lugar que debe ser de paz y armonía. Si experimentamos problemas y no vemos cambios en nuestra propia familia o comunidad, recordemos las palabras de San Pablo: "Cree tú, y creerá tu familia". www.evangeliodeMateo.GiorgioZevini El Señor se hace continuamente presente en nuestra vida a través de las realidades más usuales y ordinarias. Su gloria puede esconderse tanto en las hojas de otoño que caen silenciosas como en la brisa que acaricia nuestro rostro o en el viento impetuoso que silba entre las casas... Todo es signo de su amor infinito. Nos corresponde a nosotros reconocerlo. Por lo general, estamos demasiado ciegos para darnos cuenta de su presencia. Esperamos las visitas de Dios como algo grandioso, fulgurante, y nos quedamos decepcionados si nuestros días discurren monótonos, sin las emociones religiosas que podríamos esperar. Jesús no fue reconocido por los suyos. Él está también ahora en medio de nosotros, se hace presente en nuestros hermanos y nos habla, pero nosotros tal vez lo esperamos en otro lugar. ¿Cómo admitir que su Palabra nos resuena hoy a través de los labios de aquella persona que tal vez nos aburre y que -sobre todo- nos somos capaces de amar y de estimar? Jesús, que vino al mundo y volvió al Padre, sigue con nosotros, huésped silencioso de nuestros tabernáculos, hecho «cosa» por amor, aun sabiendo que nosotros lo habríamos de rechazar. Hoy son nuestra incredulidad y nuestra indiferencia las que lo eliminan de nuestra vida. A veces, antes que su discreta y amable compañía, preferimos tumultuosas aventuras que nos hacen malgastar el tiempo y las energías en algo que no vale. Jesus está. Está en medio de nosotros, que somos los «suyos». ¿Seremos capaces de reconocerle y acogerle? ¿Seremos también capaces de aceptar que nos envié a nosotros sus «profetas» para que vuelvan a llamamos a la verdad, a una vida auténticamente humana y cristiana? «Vino a los suyos y los suyos no le recibieron», se dice dramáticamente en el prólogo del evangelio según Juan. El sentido de la vida depende siempre de esta elección: recibir a Jesus o rechazarle en las modalidades en que él quiere dejarse encontrar. Por desgracia, caemos fácilmente en el error de ver como más propio de nuestra dignidad no reconocerle de hecho presente en los hermanos, en los superiores, en la Iglesia, antes que desenmascarar nuestra soberbia y plegamos al amor humilde que cree en su presencia en todo y en todos. El orgullo y la necedad nos hacen cambiar la verdad por el placer de un momento, para no «hacer un papelón». Y así es como alejamos de nuevo a Jesus. Con todo, él siempre está dispuesto a entregamos, con el perdón, la posibilidad y la alegría de conocerle y de seguirle. www.catholic La herida que duele de verdad. Hoy el Evangelio tiene un tono triste. Jesús visita una ciudad, pero ellos se niegan a creer en Él. Construyeron un muro a su amor, y ni siquiera los milagros fueron posibles. Cristo se habrá retirado de ahí decepcionado. Su rostro debió estar marcado por el pesar de no ser acogido; Él, que vino a salvar al mundo entero, que vino como luz para todo hombre, se halla limitado por la libertad humana. No le dolía a Cristo sólo el hecho de ser rechazado: Él sabía que su mensaje no sería acogido por todos. No le dolía a Cristo sólo la falta de fe, pues vino también para ayudarnos a creer. Si algo le dolía de verdad a Cristo en lo profundo de su Corazón, era esto: aquellos que lo negaban eran los de “su tierra”. Sus parientes, amigos, todas las personas que habían convivido de cerca con Él durante treinta años… Ellos, su patria y su casa, no quisieron recibir a su propio profeta y Señor… «Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa.» Sólo lo pueden herir aquellos que tienen su Corazón en las manos, aquellos que ya no son simples desconocidos o siervos. ¡Los amigos, cuando hieren, hieren hasta el fondo! Cristo lo expresó muchas veces en las apariciones a Margarita María de Alacoque y a Sor Faustina Kowalska. Lo que más le duele es ser despreciado por la indiferencia o el pecado de sus amigos más cercanos. Aquellos que debían amarlo más intensamente, ¡tú y yo y todos los que nos consideramos sus amigos! Si el tono es triste, también llama a un consuelo. Al menos hoy, al menos tú, ese amigo o amiga de Cristo, le podrá ofrecer algo de amor… A Cristo eso le basta. • «Dejarse atraer y enviar por el movimiento del corazón del Padre es mantenerse en esa sana tensión de avergonzada dignidad. Dejarse atraer por el centro de su corazón, como sangre que se ha ensuciado yendo a dar vida a los miembros más lejanos, para que el Señor nos purifique y nos lave los pies; dejarse enviar llenos del oxígeno del Espíritu para llevar vida a todos los miembros, especialmente a los más alejados, frágiles y heridos». (Meditación de S.S. Francisco, 2 de junio de 2016). Diálogo con Cristo Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama. Propósito Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación. Hoy buscaré consolar a Cristo tratando con amabilidad a alguien que me resulte incómodo o desagradable. www.BibliaStraubinger 54 s. Su patria: Nazaret. Sus hermanos: cf. 12, 46 y nota. (46. La voz hermano comprende entre los judíos también a los primos y otros parientes. Los llamados hermanos de Jesús son sus primos: Santiago el Menor, Simón, Judas Tadeo y José el Justo, hijos de Cleofás o Alfeo.) 57. He aquí el gran misterio de la ceguera, obra del príncipe de este mundo que es el padre de la mentira (Jn. 8, 44) y cuyo poder es “de la tiniebla” (Lc. 22, 53). Veían lo admirable de su sabiduría y la realidad de sus milagros (v. 54) y en vez de alegrarse y seguirlo o al menos estudiarlo... se escandalizaban. Y claro está, como tenían que justificarse a sí mismos, sus parientes decían que era loco, y los grandes maestros enseñaban que estaba endemoniado (Mc. 3, 21-22). Por esto es que Él hablaba en parábolas (vv. 10-17), para que no entendieran sino los simples que se convertirían (cf. 11, 25 ss.). Los otros no habrían podido oír la verdad sin enfurecerse, como sucedió cuando entendieron la parábola de los viñadores (Mc. 12, 12 ss.). Por eso es Jesús “signo de contradicción” (Lc. 2, 34) y lo seremos también sus discípulos (Jn. 15, 20 ss.): a causa del “misterio de la iniquidad” o sea del poder diabólico (2 Ts. 2, 7 y 9) cuyo dominio sobre el hombre conocemos perfectamente por la tragedia edénica. (Véase Sb. 2, 24 y nota) y cuyo origen se nos ha revelado también, aunque muy “arcanamente”, en la rebelión de los ángeles, que algunos suponen sucedió en el momento situado entre Gn. 1, 1 y 2. Cf. nuestro estudio sobre Job y el misterio del mal, del dolor y de la muerte. http://www.ciudadredonda.org Queridos amigos y amigas: El evangelio de Mateo después del «Discurso de las parábolas» (Mt 13, 1-52), nos presenta a Jesús en la sinagoga de su tierra, en Nazaret, rechazado por sus propios paisanos. Es interesante, estamos en Nazaret. Nazaret es el lugar de la fe, porque es el lugar de María, donde por primera vez la humanidad responde plenamente a Dios: ¡que se cumpla en mí según tu palabra! Es el lugar de adhesión al plan de Dios, pero también es el lugar de la incredulidad. Jesús no puede hacer muchos milagros por la incredulidad de su gente. Cuando Jesús llega a Nazaret sus vecinos se sorprenden de dos cosas: de la sabiduría de su corazón y de la fuerza sanadora de sus manos. Esto es lo que llamada poderosamente la atención de su persona. No es un líder cualquiera. Tampoco es un intelectual con una gran formación académica. No tiene el poder sagrado de los sacerdotes del templo. No es miembro de una familia de renombre ni pertenecía a una élite de privilegio. Sin embargo, transmitía su experiencia de Dios de una forma totalmente nueva, bajo el signo del amor. En Nazaret no lo aceptan, neutralizan su presencia con una serie de preguntas, sospechas, perplejidad. Esto les impide captar la novedad asombrosa de su enseñanza y dejarse sanar por su compasión. También nosotros corremos este mismo riesgo cuando damos ya por sabido el evangelio. Y es que «a Jesús no se le puede entender desde fuera. Hay que entrar en contacto con él. Dejar que nos enseñe cosas tan decisivas como la alegría de vivir, la compasión o la voluntad de crear un mundo más justo» (Pagola). También nosotros estamos llamados a superar la desconfianza o quedarnos solo en la exterioridad. Como señaló el papa Francisco, en el Ángelus del 4 de julio de este año: «y aquí entramos precisamente en el núcleo del problema: cuando hacemos que prevalezca la comodidad de la costumbre y la dictadura de los prejuicios, es difícil abrirse a la novedad y dejarse sorprender. Nosotros controlamos, con la costumbre, con los prejuicios. Y esto puede suceder también con Dios, precisamente a nosotros creyentes, a nosotros que pensamos que conocemos a Jesús, que sabemos ya mucho sobre Él y que nos basta con repetir las cosas de siempre». Dónanos Señor la capacidad del asombro, de abrirnos a las sorpresas que traes a nuestra vida para que nuestra fe no sea una costumbre social anquilosada. ¡Señor, haz que encontremos tu presencia humilde y escondida en la vida de cada día! http://www.aqplink.com/roguemos Se escandalizaban – Mateo 13,54-58 ¡Qué tercos y duros de corazón somos a veces! ¡Qué testarudos! Nuestra necedad llega a tal extremo que por sostener nuestra idea de las cosas, por sostener nuestra posición, somos capaces de negar la realidad objetiva. ¡Increíble! Eso es lo que pasa con esta gente en el pasaje que hoy reflexionamos. Sus prejuicios son tan fuertes que resultan incapaces de reconocer a Jesucristo como el Hijo de Dios, a pesar de acreditar con palabras Su sabiduría y con milagros Su divinidad. No dan crédito a sus oídos, ni a sus ojos. Oyendo, no entienden y viendo no lo quieren creer. No nos cerremos a pensar que se trata de la actitud de aquellos, distantes a miles de kilómetros y cientos de años de nosotros. ¡No! ¡Es algo que nos incumbe directamente! ¡Nos resistimos a creer, a pesar de las evidencias! ¡No queremos aceptar lo que es evidente! Nos hemos acostumbrado tanto a banalizar todo, que vemos y oímos cosas extraordinarias y nos quedamos tan tranquilos, como si fuera pan de cada día. No hay nada que hacer, el que no quiere ver ni oír, no lo hará ni porque los muertos resuciten. Y, hoy en día, esta enfermedad es más grave aún. El Demonio lo sabe. Porque vivimos en un mundo en el que impera el relativismo, que no es otra cosa que la confusión entre la realidad y la fantasía. De tal modo han sido minados nuestros criterios, nuestros valores y principios, que andamos completamente confundidos, sin saber que es verdad y qué es mentira. Claro, el engaño es el atributo característico del Demonio. En ello es la mayor autoridad. ¿Qué puede ser mejor para el enemigo de nuestra salvación que la confusión? Todos vivimos encerrados en una burbuja conformada por mitos y creencias de lo más peculiares y estrambóticas. La irrealidad que nos ha invadido desde niños por televisión e internet nos ha hecho frágiles y presa fácil de las más ridículas ideologías. El consumismo a mellado de tal forma nuestras conciencias, nuestros espíritus que hemos llegado a creer que todo se reduce a gustos y colores y que por lo tanto, existe una “fe”, una creencia, una confesión al gusto y agrado de cada persona. Nos han hecho creer que la “fe” es una cuestión de consumo personal e individual, que, por lo tanto, mientras no lo hagamos público, ni incomodemos a los demás, podemos creer si queremos en la inmortalidad de la hormiga o en los apus, como está de moda. Nadie tiene por qué meterse en las creencias de cada uno, que pertenecen a la esfera privada y personal, lo que nos han hecho consentir como un derecho, que expresa el más profundo respeto por la dignidad de cada persona. Lo cierto es que bajo envoltorios atractivos, nombrados y reconocidos con palabras “talismán”, a las que antes se les ha imbuido de significados artificiales, se nos induce a consumir “teorías salvíficas y transcendentes”, desde la comodidad de nuestro “hogar”, al margen de la realidad concreta y objetiva. Todos tenemos derecho a ser felices y podemos serlo a condición que cerremos nuestros ojos, oídos y boca. Se trata de un asunto mental. El Nirvana está al alcance de quien esté dispuesto a interiorizarse de tal modo en sí mismo, que lo verá y alcanzará, prescindiendo de cuales sean las circunstancias. Suena a poesía, y lo es, sobre todo para quienes necesitan zombis…Individuos desconectados los unos a los otros…dormidos, perdidos en sueños fantásticos y desconectados totalmente de la realidad, de su familia y de la sociedad. Sin familias, sin comunidad, están enteramente en sus manos. Se podrá decir que exageramos y tal vez sea cierto. Esto afecta aproximadamente al 50% de las personas, en tanto la otra mitad se dedica a hacer dinero de cualquier modo, con tal que sea a raudales. Esa es la corrupción que afecta al planeta entero. Unos roban a otros. Pero no todos roban dinero, que tal vez sería lo más benigno. Se roban conciencias, espíritus, esperanzas, vendiendo quimeras que a la larga nos empobrecen como personas y nos llevan a la destrucción y a la muerte. Sin lugar a dudas, todo esto es obra del Demonio. Que ha sembrado cizaña entre nosotros. Que nos confunde y nos impide reconocer al Señor cuando nos habla con la Verdad y todo lo que nos dice queda plenamente respaldado no solo por los milagros puntuales que realiza ante los ojos de aquellas personas, sino por toda la historia de la humanidad que es un milagro desde sus inicios y que es sostenida igualmente por Su Voluntad. La Vida es un Milagro. El Sistema solar es un Milagro. La Tierra es un Milagro. Nuestras existencias son un verdadero Milagro. Toda la Creación sin la cual sería imposible sostener nuestras vidas es un Milagro. Milagro es que, llegado el tiempo y para que no nos perdamos irremisiblemente, Dios envió a Su propio Hijo, Jesucristo a salvarnos. Y Él, muriendo y Resucitando cumplió la Misión encomendada a costa de Su propia vida. Fue elevado en la cruz, por encima de todas las cabezas, para que lo veamos y viéndolo reconozcamos el Camino del amor que con Su propia vida abrió para nosotros, por Voluntad de Dios Padre y dejándonos el Espíritu Santo para que nos guie hasta la Verdad completa. Es cuestión de Fe, es cierto. Pero hemos recibido todas las señales necesarias para despertar nuestra fe. Las credenciales del Señor han sido escritas con su propia sangre. Ya si aun así no somos capaces de creer, pues tendremos que concluir en que estamos actuando como niños caprichosos e irracionales. Oración: Padre Santo, no permitas que caigamos en el engaño del Demonio, que tiene miles de formas para engatusarnos y hacernos creer que lo bueno es malo y hacer parecer bueno a lo que es aberrante y desquiciado. No nos dejes caer en la tentación. Danos perseverancia en la oración a María nuestra Madre y a Jesucristo, Tu Hijo. Que acudamos con frecuencia a la Eucaristía. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén. http://www.caminando-con-jesus.org En el evangelio se nos aconseja que no juzguemos por las apariencias. Pero muchas veces olvidamos este consejo y formulamos juicios definitivos según las primeras impresiones que llegan del exterior. Así sucedió en Nazaret. Si Jesús volviera predicaría el mismo evangelio, encontraría la misma oposición y se le harían las mismas objeciones: innovador para unos, tradicionalista para otros. 1. Al llegar a su pueblo, Jesús se puso a enseñar a la gente en la sinagoga. El Señor se vino a su tierra que era aún Nazaret. Entonces fue sábado y se puso a enseñar en la sinagoga. Por los evangelios sinópticos, sabemos que esto era frecuente en El (Lc 4:16; cf. Mc 1:39). La explicación del texto sagrado no era exclusiva de rabinos o escribas. Podía hacerlo una persona distinguida, capacitada, ofreciéndose espontáneamente a ello o siendo invitado por el jefe de la sinagoga. 2. Su doctrina y “su autoridad” hizo estallar la admiración en sus paisanos. Las enseñanzas de Cristo, era siempre sorprendente, además “su palabra iba acompañada de autoridad” (Lc 4:31), “no como los escribas” (Mc 1:22). Pero esta admiración era de “escándalo”. Sin embargo esto generalmente sucede entre los hombres y parece acentuarse en los poblados pequeños, la gente no concibe como uno de los suyos pueda ser distinto de ellos, máxime con la altura que Jesús les demostraba. Su argumento contra la fama de hombre prodigioso ya corría por la región y contra la doctrina y los hechos. Entonces ellos se preguntaban; “¿De dónde le viene a éste la sabiduría y los milagros?”. Seguramente se hacían esta pregunta porque conocían a sus padres y a sus familiares y a él mismo desde pequeño. 3. “¿Será verdad que (Jesús) es el Mesías? Pero este detalle es precisamente la clave de la solución del “escándalo” de los nazarenos, ya que Juan alude y explica el porqué de esto. Dicen los judíos: “¿Será verdad que (Jesús) es el Mesías? Pero de éste sabemos de dónde viene; más el Mesías, cuando venga, nadie sabrá de dónde viene” (Jn 7:26-27). En efecto, en la creencia de entonces estaba divulgado que del Mesías nadie sabría su origen. Por eso, la gran contradicción que tenían sus paisanos era ésta: “la sabiduría y los milagros” le acreditaban como Mesías. Era lo que le dirá un día Nicodemo (Jn 3:2). Pero, conociendo ellos a sus padres — el carpintero y María — y a sus “hermanos” y “hermanas,” al enfrentarse ellos con la creencia popular del origen desconocido del Mesías, se “escandalizaban de Él” como Mesías. Un día le dirán sus mismos “hermanos,” ante esta tremenda duda, que vaya a Jerusalén, sin duda para que la autoridad religiosa vea estas cosas y las juzgue (Jn 7:3.5). 4. “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia.” La respuesta de Cristo, es una observación de evidencia cotidiana, y que los evangelistas recogen, “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia.” Y tal era la actitud de desconfianza de los nazaretanos ante su obra, que El “se maravillaba.” Cristo sabía todas las cosas por su ciencia sobrenatural. Pero aquí usaba la psicología de su ciencia experimental. Y esta conducta de sus paisanos, que cerraban los ojos a la evidencia, era, en el plan de Dios, obstáculo a que Él se prodigase en milagros allí: “No hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente” 5. ¿No es éste el hijo del carpintero? El evangelista Mateo, nos destaca el escándalo de los paisanos de Jesús, y ellos alegaban que conocían a su familia: ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? El que se considere por los nazaretanos como “hijo del carpintero,” ignorantes ellos de la concepción virginal de Jesús, no significa sino que hablan de El cómo lo que “legalmente aparecía. Por otra parte, de esta afirmación nada se deduce sobre si vivía ya o había muerto San José. Pero después de citar a María, “su madre,” habla de “sus hermanos.” Esto plantea el problema, ya célebre, de los “hermanos” de Jesús. Algunas confesiones religiosas evangélicas, gustan mucho de interpretar a su modo este relato, y proclaman que la Virgen María tuvo más hijos. 6. Maria no tuvo más hijos después de Cristo Que María no tuvo más hijos después de Cristo, que es el “primogénito” (Lc 2:7), no solamente es dogma de fe — la perpetua virginidad de María —, sino que también es bíblicamente manifiesto. Ya es indicio de ello la escena que relata Lucas. Cuando Jesús tenía doce años, suben al templo, según costumbre, con el Niño. El cumplimiento estricto de la Ley — el bar miswah (hijo del precepto o de la Ley) — comenzaba para los varones a los trece años cumplidos. Pero los judíos acostumbraban ya a llevar a sus hijos antes al templo, lo mismo que a otras prácticas, para acostumbrarlos. Esto sugiere que, si Jesús a los doce años, antes de la obligación usual, es llevado por sus padres, según costumbre — “iban cada año” —, es que no tenía más hermanos, pues María debería haber quedado al cuidado de ellos, ya que habían de ser pequeños, y la mujer no estaba obligada a subir a Jerusalén. 7. Cristo, moribundo, encomienda a María a san Juan Otra indicación bíblica de esta perpetua virginidad de María es la escena del Calvario. Cristo, moribundo, encomienda a María a San Juan, quien “desde entonces la recibió en su casa” (Jn 19:26.27). Pero, si María hubiese tenido más hijos — esto supone también la muerte de San José —, Jesús no tenía por qué encomendar a nadie su cuidado temporal, pues por derecho correspondía a sus propios hijos. Máxime cuando bastantes años después vivía en Jerusalén “Jacobo el hermano del Señor” (Gal 1:19). 8. Cristo era el “primogénito. No deja de ser notable que, siempre que se habla de estos “hermanos del Señor,” jamás se diga que son hijos de María. Tampoco choca ver la conducta de estos “hermanos” que se portan como hermanos mayores de Cristo, pues le daban consejos (Jn 7:3) y querían reducirle a casa, pues les extrañaba su modo de conducirse (Mc 3:21). Pero estos pequeños detalles son igualmente de interés a este propósito. Ya que esto, en las costumbres de Oriente, sólo era permitido a los hermanos mayores, pero no viceversa. Pero Cristo era el “primogénito.” También a esto puede añadirse que, según el relato de la anunciación, María, entonces “desposada,” o, según otros, ya casada, tiene hecho un propósito de perpetua virginidad en el matrimonio (Lc 1:34). Pero ¿habría de ser motivo para quebrantar este propósito el haber sido hecha madre del Mesías y Madre de Dios? ¿No es éste un motivo más para mantener su “voto”? 9. “Hermanos” y “hermanas” de Cristo La razón fundamental de hablar de estos “hermanos” y “hermanas” de Cristo, que no son sino parientes y familiares, es que ni en hebreo ni en arameo hay una palabra que exprese específicamente estos grados de parentesco; éste ha de expresarse por un circunloquio o suponerse por otro capítulo Ejemplos de esto aparecen numerosos en la Biblia (Ex 2:11; Lev 10:4; 1 Par 23:21-22; 2 Par 36:4; cf. 2 Re 24:17; Jer 37:1; 2 Sam 2:26, etc.). Así, Abraham dice que él y Lot son “hermanos” ('ahím) (Gen 29:15), cuando es el mismo libro el que dice que Lot era sobrino de Abraham, hijo de una hermana (Gen 29:13; 28:2; Tob 8:7). 10. No se trata de hijos de María, Madre de Jesus Pero no sólo estas razones hacen ver que no se trata de hijos de María, sino que el mismo Evangelio da los nombres de la madre de estos “hermanos” de Jesús. Estos “hermanos” de Jesús son los siguientes: “Santiago y José, Simón y Judas” (Mt 13:55; Mc 6:3). De las “hermanas” no se dan nombres. Pues bien, son los mismos evangelistas que dan estos nombres de los “hermanos” de Jesús los que dan el nombre de la madre de ellos. Al hablar de las personas asistentes en el Calvario a la crucifixión de Cristo, donde estaba presente María la madre de Jesús (Jn 19:25), Mateo cita a “María la madre de Santiago y José” (Mt 27:56) y Mc cita igualmente a “María la madre de Santiago el Menor y de José” (Mc 15:40). Luego ni por realidad histórica ni por la perspectiva de los evangelistas, esta expresión de “hermanos” de Jesús se puede referir a hijos de María, sino a familiares o parientes. 3 Para la reflexión personal – (Haz silencio en tu interior y pregúntate:) 1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído? 2.- ¿Cómo ilumina mi vida? 3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús? 4.- ¿Qué me falta para ser más como Él? 5.- En Jesús algo cambió en su relación con la Comunidad de Nazaret. Desde que has empezado a participar en la comunidad, ¿algo ha cambiado en tu relación con la familia? ¿Por qué? 6.- La participación en la comunidad, ¿te ha ayudado a acoger y a confiar más en las personas, sobre todo en los más sencillos y pobres? 4 Oración. ¿Qué le decimos a Dios? La palabra se convierte en Oración. 1 Dios de nuestros padres y Dios de nuestra historia, tú nos convocas para festejar tu nombre y celebrar nuestra liberación. Permítenos decir una vez más "Amén" en el festín de tu amor. En él encontramos al que anunciamos hasta que venga de nuevo Jesucristo, alegría nuestra para toda la eternidad. www.Dioscadadía.Bastin,Pinkers,Teheux 2 Te pedimos, oh Señor, que nos des unos ojos para ver tu presencia y tu acción salvífica dirigida a cada uno de nosotros en las realidades más comunes y ordinarias de la vida. Captar tu presencia en ciertos momentos extraordinarios de la vida no es demasiado difícil; es algo que se impone en cierto modo por sí mismo. Lo difícil es descubrirte en «el hijo del carpintero», en aquel a quien la vida nos ha acostumbrado y ya no nos llama la atención. Es una tarea difícil, pero también muy fecunda y gozosa para quien, en la fe, se confía a tu misterio. Con tu ayuda, con el «colirio» que puedes aplicar a nuestros ojos (cf. Ap 3,18), «recuperaremos la vista» y podremos descubrirte hasta en las más pequeñas y acostumbradas cosas de la vida. Y entonces celebraremos una fiesta, como hicieron Jesús y nuestros hermanos y hermanas santos. Señor, danos un corazón sencillo y humilde que consiga captar tu paso en la brisa ligera, en el rostro de un pobre y de un niño, igual que en el cielo silencioso de una noche plena de estrellas y de tu presencia inconfundible y llena de paz. www.santaclaradeestella.es 3 Pero a mí, desdichado y malherido, tu salvación, oh Dios, me restablecerá. Celebraré con cantos el nombre de Dios, lo ensalzaré dándole gracias. (Sal 69,30-31) www.ocarm.org 4 ¡Padre nuestro! Los corazones se abren hoy más que nunca para recibirte, porque tú eres el Rey proclamado en nuestro «trono», tu tierra Nazaret, en nuestras almas; corazones afligidos, contritos y arrepentidos; sólo para que lo purifiques y colmes de tu Espíritu, con toda tu sabiduría y amor eterno, porque tú eres Profeta, y si no te han recibido tus parientes, nosotros «si» te abrimos los brazos, porque ¿a quién iremos si sólo tú tienes palabras de vida eterna? Nuestro mayor milagro es tú presencia y accionar en nuestras vidas. Y como eres el hijo del carpintero; «labóranos» trabaja en nosotros, y transfórmanos hasta ser «hombres nuevos» por tu gracia y amor. Por la Sangre preciosa de Cristo Jesús, te suplicamos Señor y Dios nuestro, quien vive eternamente a tu diestra. Amén. www.dario.res 5 Señor Jesus, tu que te has hecho hermano nuestro para presentamos al Padre como hijos redimidos y renovados por el perdón, ten piedad de nosotros, que, encerrados en el estrecho horizonte de sueños mezquinos de grandeza humana, no somos capaces de reconocerte ni nos abandonamos confiados a tu Palabra de salvación. No te canses de esperarnos y pon siempre junto a nosotros a personas que nos ayuden a caminar en la verdad y en la caridad. Tú, que eres el Amor, inflama nuestro corazón, para que, superada toda desconfianza e incredulidad, nos convirtamos en fieles discipulos tuyos, humildes e intrépidos anunciadores del Evangelio, para llevar tu paz allí donde reinen las incomprensiones, las divisiones y las guerras fratricidas. Amen. www.evangeliodeMateo.GiorgioZevini 5 Contemplación. ¿Cómo interiorizamos la palabra de Dios? La palabra en el corazón de los Padres. Dame, Señor, a conocer y entender qué es primero, si invocarte o alabarte, o si es antes conocerte que invocarte. Mas ¿quién habrá que te invoque si antes no te conoce? Porque, no conociéndote, fácilmente podrá invocar una cosa por otra. ¿Acaso, más bien, no habrá de ser invocado para ser conocido? Pero ¿y cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán si no se les predica? Ciertamente, alabarán al Señor los que le buscan, porque los que le buscan le hallan y los que le hallan le alabarán. Que yo, Señor, te busque invocándote y te invoque creyendo en ti, pues me has sido ya predicado. Invócate, Señor, mi fe, la fe que tú me diste e inspiraste por la humanidad de tu Hijo y el ministerio de tu predicador (Agustín de Hipona, Las confesiones, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 51968, pp. 73-74). www.santaclaradeestella.es No corresponde a la lectura de hoy. www.evangeliodeMateo.GiorgioZevini 6 Acción. ¿A qué me comprometo con Dios? Para custodiar y vivir la palabra. Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra: «Dichoso el que no encuentre en mí motivo de tropiezo» (Lc 7,23). Repite a menudo y vive esta Palabra: «Y se escandalizaban por su causa» (Mt 13,57). 7 Para la lectura espiritual. Caminar con la palabra. En su ambiente [Jesús] chocaba con muchas almas acostumbradas que creían conocer a Dios porque habían oído hablar mucho de él. La gran paradoja de la historia cristiana consiste en esto: cuando Dios se manifestó al pueblo que se estaba preparando desde hacía dos mil años, casi nadie le reconoció, le recibió y le siguió hasta el final. Creían desde hacía tanto tiempo que ya no creían. El hábito de creer se había ido cambiando, de una manera insensible, en el hábito de no creer. Rezaban desde hacía tanto tiempo que ya no hacían otra cosa más que recitar oraciones. Esperaban desde hacía tanto tiempo que ya estaban seguros de que nada vendría a descomponer esa costumbre de esperar que se había ido convirtiendo, poco a poco, en una costumbre de no esperar nada. Hay en esto una advertencia terrible para todos aquellos que, como nosotros, se creen familiarizados con las cosas divinas, piensan que están garantizados por su ascendencia o por su educación, se imaginan que la frecuentación de las iglesias o la práctica de los sacramentos constituyen un testimonio seguro de su pertenencia a Dios. Nadie puede poner su confianza en las estructuras religiosas [...]. Ahora bien, todo el problema consiste en saber si somos nosotros quienes servimos a estas estructuras, las conservamos, las respetamos, o si, en cambio, nos servimos de ellas de una manera activa y personal. Ninguna estructura, por muy santa que sea, puede salvar por sí misma. Las estructuras son indispensables. A buen seguro, repugna una institución sin inspiración, pero toda inspiración engendra una institución. No hay matrimonio sin amor, pero un verdadero amor crea un verdadero matrimonio. No hay Iglesia sin Espíritu vivificador, pero el Espíritu se muestra visible y activo sólo en una comunidad fraterna: «Mirad cómo se aman» (L Evely, Meditazioni sul vangelo, Asís 1975, pp. 224-226). www.santaclaradeestella.es Los hombres, por una parte, se asombran y se preguntan: ¿De dónde le vienen a éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ». Por otra, se escandalizan de él: « ¿No es éste el hijo del carpintero?». Así juzgaban a Cristo. Habrían acogido sin particulares dificultades una acción inexplicable de Dios, porque habrían comprendido palabras de sabiduría, revelaciones portentosas, milagros de Dios, legislador de la naturaleza, que rompe sus leyes; del Señor, que dispone de todo como soberano. Habrían aceptado también a un mortal que hubiera enseñado cosas grandes como hombre de Dios, aunque tuviera un origen humano común, de una familia cuyo apellido se pueda nombrar. Lo que no consiguen comprender es la unión de ambos hechos: la sabiduría y la fuerza divina, por una parte y al mismo tiempo, en la misma persona, la procedencia humana y la humana naturaleza visibles. No consiguen persuadirse de que el arco del puente sea tan poderoso que una dos orillas aparentemente imposibles de conectar. El pensamiento les sugiere: o lo divino o lo humano. Sin embargo, ésta es precisamente la naturaleza de Cristo. En él, Dios y el hombre, la eternidad y el tiempo, el cielo y la tierra, lo infinito y lo finito, la soberanía y la servidumbre, la bienaventuranza y la pasión, se han convertido en unidad. Por eso se escandalizan. También la Iglesia les ofrece los mismos motivos de escándalo. También aquí está la parte divina: en el anuncio inefable de la doctrina, en la remisión de los pecados y en la oferta de la gracia, en las imposiciones que cautivan a las conciencias. Sin embargo, contiene, al mismo tiempo, el elemento humano: la doctrina infalible se expresa en conceptos, en palabras, en definiciones humanas; se explica a través de discusiones, se anuncia por medio de hombres. La remisión de los pecados se lleva a cabo con palabras humanas de sacerdotes que son hombres. La gracia se concede por medio de ritos, palabras y signos visibles. Lo eterno se conecta con formas caducas. Aceptarían una Iglesia radiante con la magnificencia divina pero libre de todo elemento humano. Aceptarían también una Iglesia que fuera organización puramente humana, una unión de hombres con la misma fe. Sin embargo, se escandalizan de una Iglesia en la que estén conectados lo divino y lo humano. Ésta es la naturaleza de Cristo, la naturaleza de la Iglesia cristiana. No se debe remover esta piedra de escándalo. Es algo determinante. Sólo es cristiano aquel que acepta, a través de la fe, lo divino en lo humano. Quien no quiere dejar subsistir en su plenitud o lo uno o lo otro deforma el cristianismo. La componenda está excluida (R. Gutzwiller, Meditazioni su Mateo, Edizioni Paoline, Milán 1961, 256-258, passim; edición española: Meditaciones sobre san Mateo, Ediciones San Pablo, Madrid 1965). www.evangeliodeMateo.GiorgioZevini ***** www.fundacionpane.org 📕 Lectura, ¿Qué dice el texto? Jesús era para ellos un motivo de tropiezo. Entonces les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia”. Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente. 🙋 Siguiendo este texto, ¿Cuáles son las palabras o frases o actitudes que atraen tu atención, tu interés? 📗 Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto? La palabra tropiezo, aquí es sinónimo de “envidia”. Suele suceder que en nuestro entorno más cercano siempre existen las comparaciones y el que haya disputas por demostrar que uno tiene mejores dones y virtudes que otro, porque hay una convivencia frecuente; y se dan muchos “tropiezos”, no así en el entorno exterior porque no hay una convivencia frecuente, y también cuando no hay las condiciones de unidad y amor, difícilmente puede actuar el Señor y evitar que haya “tropiezos”. Dentro de mis familiares y seres queridos cercanos ¿Hay comparaciones, quienes quieren sobresalir, envidias?, ¿Reconozco los dones y virtudes de mis familiares y seres cercanos, y que cuando los reconozco con humildad y amor, no hay tropiezos?, ¿Los acepto?, ¿Me doy cuenta que cuando no hay unidad y amor difícilmente el Señor actúa o se manifiesta y hay muchos tropiezos? 🙋 Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión personal? 📘 Oración, ¿Qué le decimos a Dios? Señor, la envidia siempre se hace presente, bloquea mis buenos deseos y no me deja crecer en amor y espiritualidad, debo comprender y aceptar los dones y virtudes, los míos y de quienes me rodean, ser humilde ante quienes me superan y eso no significa que me menosprecio, al contrario es ayudar a crear unidad y amor, que el Señor actúe y se haga presente. 🙋 Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu oración personal? Cada uno pone sus intenciones. -Amén📙 Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios? “Se escandalizaban de Él“ (Repetimos) 🙋 Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto? 🏃 ⛪Acción, ¿A qué me comprometo con Dios? Primero reconozcamos bien nuestros dones y virtudes, los de nuestra familia y seres queridos, seres cercanos, quienes nos rodean, y reflexionemos y dejemos en nuestro corazón y mente, que hay otros quienes son mejores que nosotros o quizás nosotros seamos mejores que los demás, pero que la humildad siempre prevalezca para dejar que el Señor actúe. 🙋 Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la acción concreta que te invita a realizar? ********************************************************************** ✞ ✞ ✞ Profesión de Fe Solo los Domingos y Solemnidades. ✞ ✞ ✞ Intenciones (Oracion de los fieles) Nos hemos reunido aquí, hermanos, para conmemorar el misterio de nuestra redención; roguemos, por lo tanto, a Dios todopoderoso, para que todo el mundo se llene de bendiciones y de vida. - Por todos los consagrados a Dios, para que con su ayuda puedan cumplir fielmente su propósito. Roguemos al Señor. - Por la paz de los pueblos, para que, sin ninguna perturbación, puedan servirle en libertad de espíritu. Roguemos al Señor. - Por los ancianos que viven en soledad o enfermedad, para que sean confortados por nuestra fraternal caridad. Roguemos al Señor - Por nosotros, aquí congregados, para que sepamos usar de tal modo los bienes presentes, con los que Dios no deja de favorecernos, que merezcamos alcanzar los eternos. Roguemos al Señor. - Para que las celebraciones litúrgicas en la comunidad sean para nosotros fuente de alegría, en las que damos gracias y alabamos al Señor por nuestra fe y por todo el amor de Dios sobre nosotros, roguemos al Señor. - Para que los hermanos cristianos que han abandonado la asistencia habitual a la Misa dominical tomen un día conciencia de lo mucho que pierden y de lo que tanto necesitan para enriquecer su vida cristiana, roguemos al Señor. - Para que el pueblo de Dios nunca considere la eucaristía como un deber molesto, sino como una fiesta gozosa para celebrar con el Señor y con los hermanos, roguemos al Señor. Sé propicio, Señor, con tu pueblo suplicante, para que reciba con prontitud lo que te pide bajo tu inspiración. Por Jesucristo, nuestro Señor. 3 LITURGIA EUCARISTICA Sacerdote: Orad hermanos para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. Todos: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia. (→ Este es el Compendio de la Misa) ✞ ✞ ✞ Oración sobre las Ofrendas *** Se llevan al altar los dones; el pan y el vino. *** Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro. *** Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado. Mira con bondad, Señor, las ofrendas que presentamos en este santo altar en la fiesta de san Pedro Crisólogo, para que glorifiquen tu nombre y nos obtengan el perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Oh Dios de toda esperanza: En estos signos sencillos de pan y vino celebramos la fiesta del pan compartido con tu Hijo Jesucristo. Dispón nuestro corazón a perdernos a nosotros mismos en favor de los otros, como hizo Jesús, y a morir al egoísmo y al mal, para que nuestras tristezas se conviertan en alegría y podamos un día resucitar con él para ganar una felicidad desbordante que nadie nos pueda arrebatar. Te lo pedimos por el mismo Cristo nuestro Señor. a) Acción de gracias El Señor esté con vosotros. R/ Y con tu espíritu. Levantemos el corazón R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario. Prefacio común II. La salvación por Cristo En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, que por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, con tu misericordia lo redimiste, por Cristo, Señor nuestro. • Señor Jesús, gracias porque sales a mi encuentro, a saciar mi hambre de infinito. Sólo Tú eres capaz de llenar esa sed de felicidad que tengo. Ayúdame Buen Señor a ser consiente de cómo es que actúas en mi vida concreta. Que no me vuelva insensible a la acción de tu Santo Espíritu, y pueda cooperar siempre activamente con tu gracia. Amén Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones. Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria... Por él, los ángeles alaban tu gloria, te adoran las dominaciones y tiemblan las potestades, los cielos, sus virtudes y los santos serafines te celebran unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: b) Santo: con esta aclamación toda la asamblea, uniéndose a las jerarquías celestiales, canta o recita las alabanzas a Dios. Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo. c) Epíclesis Se implora el poder divino para que los dones se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada que se va a recibir en la comunión sea para salvación de quienes la reciban. Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus criaturas, ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso. Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de manera que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que nos mandó celebrar estos misterios. d) Narración de la institución y consagración. Con las palabras y gestos de Cristo, se realiza el sacrificio que él mismo instituyó en la última cena. Momento más solemne de la Misa; es la transubstanciación: pan y vino desaparecen al convertirse en el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Cristo. Dios se hace presente ante nosotros con todo su amor. ¡Bendito Jesus en el Santísimo sacramento del Altar! Porque Él mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Tomen y coman todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes". Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dando gracias te bendijo, y lo pasó a sus discípulos, diciendo: "Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Hagan esto en conmemoración mía". e) Anámnesis. La Iglesia, al cumplir este encargo que, a través de los Apóstoles, recibió de Cristo Señor, realiza el memorial del mismo Cristo, su Reactualización, recordando principalmente su bienaventurada pasión, su gloriosa resurrección y la ascensión al cielo. Éste es el sacramento de nuestra fe. R/ Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús! f) Oblación. La asamblea ofrece al Padre la víctima inmaculada, y con ella se ofrece cada uno de los participantes. Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo. Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia y reconoce en ella la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvemos tu amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu. Que Él nos transforme en ofrenda permanente, para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos: con María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y los mártires, (san N.: santo del día o patrono) y todos los santos, por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda. Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación traiga la paz y la salvación al mundo entero. Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina en la tierra: a tu servidor, el Papa N., a nuestro Obispo N., al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por ti. g) Intercesiones. Con ellas se da a entender que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la Iglesia, celeste y terrena, y que la oblación se hace por ella y por todos sus miembros, vivos y difuntos. Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia, en el domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida inmortal. Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo. A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria, por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes. Padre eterno, te ofrecemos la Preciosísima Sangre de Jesús, con todas las Misas celebradas en el mundo en éste día, por las benditas Almas del Purgatorio. Y Concédeles, Señor, el descanso eterno y brille para ellas la luz perpetua. Amén. h) Doxología final. Se expresa la glorificación de Dios y se concluye y confirma con el amen del pueblo. Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo Honor y toda Gloria por los siglos de los siglos. Amén ✞ ✞ ✞ Rito de la comunión Significa "común unión". Al acercarnos a comulgar, además de recibir a Jesús dentro de nosotros y de abrazarlo con tanto amor y alegría, nos unimos a toda la Iglesia en esa misma alegría y amor. a) Introducción al Padrenuestro Con las palabras de Jesús nuestro Señor oremos al Padre de todos para que su reino venga a cada persona de la tierra. • Oremos a nuestro Padre misericordioso nos conceda la gracia de escuchar, guardar y dar fruto, de sus enseñanzas en la sinagoga de Nazaret, por medio de la palabra de Cristo Jesús. • Unidos en el amor de Cristo, por el Espíritu Santo que hemos recibido, dirijámonos al Padre con la oración que el Señor nos enseñó: R/ Padre nuestro… b) Rito de la Paz Los fieles imploran la paz y la unidad para la iglesia y para toda la familia humana y se expresan mutuamente la caridad antes de participar de un mismo pan. Líbranos, Señor. Líbranos, Señor de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días, para que ayudados por tu misericordia, vivamos libres de pecado y protegidos de toda perturbación, y aguardando la venida gloriosa de Jesucristo, nuestra esperanza. R/. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor. Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz les dejo, mi paz les doy", no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. R/. Amén. La paz del Señor esté siempre con ustedes. R/. Y con tu espíritu. Dense fraternalmente la paz. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. R. Ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. R. Ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. R. Danos la paz. Invitación a la Comunión Éste es Jesucristo, el Señor, que nos dice: “a un profeta solo lo desprecian en su tierra y en su familia”. • Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor. R. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme. c) El gesto de la fracción del pan: Significa que nosotros, que somos muchos, en la comunión de un solo pan de vida, que es Cristo, nos hacemos un solo cuerpo (1 Co 10,17) d) Inmixión o mezcla: el celebrante deja caer una parte del pan consagrado en el cáliz. Antífona de la comunión Cf. Jn 15, 16 No sois vosotros los que me habéis elegido, dice el Señor, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. O bien: Cf. Lc 12, 36-37 Bienaventurado aquel criado, a quien el Señor, cuando venga y llame a la puerta, lo encuentre en vela. ✞ ✞ ✞ Oración después de la Comunión Alimentados por estos sacramentos te pedimos humildemente, Señor, que, a ejemplo de san Pedro Crisólogo, nos esforcemos en proclamar lo que él creyó y en poner en práctica lo que enseñó. Por Jesucristo, nuestro Señor. Señor, Dios siempre fiel: Hemos celebrado con alegría la presencia liberadora en medio de nosotros de tu Hijo Jesucristo. Acompáñanos en la vida por medio del Espíritu de tu Hijo, el Espíritu juguetón, lleno de sabiduría y fantasía, de encuentro y amor gratuitos, para que sigamos caminando dándonos la mano, creyendo en lo inesperado, haciendo realidad eso que parece imposible: instaurar el reino de justicia y amor de Jesucristo nuestro Señor. 4 RITO DE CONCLUSION Consta de saludo, bendición sacerdotal, y de la despedida, con la que se disuelve la asamblea, para que cada uno vuelva a sus honestos quehaceres alabando y bendiciendo al Señor. ✞ ✞ ✞ Despedida Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. R/ Amén. ¡Cristo, Rey nuestro! R/ ¡Venga tu Reino! Consagración a María Termina esta oración rezándole a María. Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora Abogada Nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén Oracion a San Miguel Arcángel. San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén ✞ ✞ ✞ Bendición Hermanos: ¡Qué bueno que haya todavía fiestas y celebraciones en nuestra vida!, es decir, días en los que podemos ser juguetones y libres, relajados y despreocupados, como los pájaros en el aire, porque sabemos que estamos en las manos de Dios; y porque se preocupa por nosotros. Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo ✠ y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca gozosamente para siempre. R/ Amén. Podemos ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. ✞ ✞ ✞ Abba Padre, gracias te doy por enseñarme a Cristo histórico. Y ahora, por tu gracia y Espíritu Santo concédeme fortalecer la fe, para caminar con Cristo, por Cristo y en Cristo, ya no histórico, sino Pan vivo bajado del cielo. «Tú eres Cristo, el Hijo de Dios Vivo» Mt 16, 16