LA EVALUACION DE LA CALIDAD EN LA GLOBALIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO Autor: Lic. Juana Inés Lequio INTRODUCCION El aseguramiento de la calidad en la internacionalización de la globalización del conocimiento, tal como afirma Kisilevsky, es uno de los ejes del debate de las últimas décadas. Los puntos discutidos abarcan desde la acreditación de las instituciones y la certificación de programas hasta la responsabilidad académica y social que tienen las instituciones educativas frente a la sociedad a la que pertenecen (Kisilevsky, 2000). En este trabajo comenzaremos por situar el contexto general en el cual se desarrolla la globalización a nivel mundial. Haremos un repaso de la posición y las recomendaciones de los Organismos Internacionales sobre la Educación Superior a fines del siglo XX. Luego explicitaremos a que nos referimos con relación a la globalización del conocimiento. Pasaremos después al debate sobre el concepto de aseguramiento de la calidad. Finalmente, y a modo de ejemplo, intentaremos resumir cual es la respuesta en EEUU, en Europa y en América Latina en este tema. CONTEXTO GENERAL Un nuevo paradigma tecnoproductivo se instala en el mundo a partir de la década del setenta del siglo XX. El impulso de las nuevas tecnologías, sobre todo de las tecnologías de la comunicación, y el lugar destacado que ocupa el conocimiento en el desarrollo económico abren nuevas posibilidades con relación a las formas de vida. Se plantean discusiones en cuanto a la creación, aplicación y propiedad del conocimiento. A finales de la década de los ochenta comienza a tomar fuerza la discusión sobre la idea de una nueva cosmovisión del mundo representada como una aldea global intercomunicada. Este nuevo paradigma avanza paralelamente a la aplicación mundial de políticas neoliberales. En esta configuración global los sistemas educativos formales se ven cuestionados y surge la necesidad de redefinir su estructura, objetivos y contenidos. Se comienza a debatir sobre los cambios producidos en el contexto del conocimiento y la orientación del sistema educativo hacia la adquisición de competencias tales como: aprender a aprehender, aprender a seleccionar información, aprender a trabajar cooperativamente, aprender a crear nuevas alternativas, dominar varias lenguas y conocer varias disciplinas. Las nuevas modalidades pedagógicas, como las distintas formas de educación a distancia, la utilización de los medios de comunicación y los recursos multimedia comienzan a ganar espacio en los ámbitos educativos, pero requieren para su implementación de una teoría consistente del aprendizaje que redefina el tipo de conocimiento impartido, su combinación, calidad y la forma de administración. Surgen nuevos tipos y sistemas de instituciones académicas. Esta situación pone en crisis a la profesión académica. Se les pide a los docentes que se adecuen a estas nuevas circunstancias pero se les da pocos recursos para la transición (Altabach y Davis, 2000) La universidad como institución, que tradicionalmente se ocupó de la creación del pensamiento crítico y el conocimiento científico de alto nivel necesario para la formación de una elite ilustrada, se enfrenta así con un nuevo escenario: a) se le demanda la producción de competencias instrumentales para la formación de mano de obra calificada; b), la democratización sumada a la reivindicación de igualdad de oportunidades da como resultado un proceso de masificación en sus claustros; c) se le pide que asuma criterios de eficiencia y productividad de naturaleza empresarial o de responsabilidad social en el marco de una tendencia creciente a la privatización. (Cook 2002). La demanda de formación de mano de obra calificada y las nuevas actividades que surgen del avance de la tecnología generan la necesidad de articulación entre el mundo del trabajo y de la educación como así también el estímulo de la educación permanente. DECLARACIÓN DE LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES En 1998 el Banco Mundial recomienda cuatro acciones estratégicas para el sector de la Educación Superior: promover la diversidad de las instituciones, estimular la expansión de los establecimientos privados, redefinir la función del estado y repensar las fuentes de financiación (Banco Mundial, 1998). En 1998 la UNESCO define la educación superior como un servicio público e indica que esta debe ser la base de la orientación a largo plazo. Destaca que las instituciones de enseñanza superior están obligadas a establecer diferentes objetivos para responder a una variada clientela. El documento se refiere también a la evaluación de la calidad: se considera a la calidad de la enseñanza como un concepto pluridimensional que debe comprender todas sus funciones y actividades. Reconoce como condiciones esenciales para garantizar la calidad una autoevaluación interna y un examen externo realizado con transparencia por expertos independientes en lo posible especializados en el ámbito internacional. Asume que la enseñanza superior de calidad debe estar caracterizada por su dimensión internacional lo que implica disponer de las herramientas necesarias para facilitar la movilidad de estudiantes y profesores (UNESCO, 1998). En 1999 la OMC incluye a la educación en el Acuerdo General de Servicios (GATS). En septiembre de 2001, asociaciones americanas y europeas firmaron una declaración conjunta en contra del GATS por haber incluido la educación superior como parte de los servicios, las entidades firmantes son: Association of Universities and Colleges of Canada (AUCC); American Council on Education (ACE); European University Association (EUA) y Council for Higher Education Accreditation (CHEA). Otras asociaciones, entre ellas, cabe mencionar: Global Trade Watch; National Unions of Students in Europe (ESIB), Word Trade Organization of Teacher's Trade Unions, y la Transnational Education, asumieron esa misma posición. En febrero de 2002, en América Latina, los participantes en la reunión Forum Social Mundial de Porto Alegre, criticaron el GATS y adoptaron una resolución proponiendo un pacto global que asegure la consolidación de los principios de acción aprobados en la Conferencia Mundial sobre Educación Superior promovida por UNESCO en París, en 1998. En abril de 2002, los rectores asistentes a la III Cumbre Iberoamericana de Rectores de Universidades Públicas firmaron la Carta de Porto Alegre. En ella alertan sobre las consecuencias nefastas del GATS, y piden a los gobiernos de sus respectivos países que no suscriban ningún compromiso en materia de educación superior. En Julio del 2002, COLUMBUS en asociación con la Universidad de Lima, celebró la primera reunión que se realizó en América Latina para analizar específicamente el tema del GATS y su impacto en la educación superior. En mayo de 2004, la Unión de Universidades de América Latina (UDUAL) emitió la Declaración de Boyacá (Tunja, Colombia), también se pronunciaron sobre las consecuencias negativas del GATS para las universidades latinoamericanas. (García Guadilla, 2006). LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR Desde sus inicios la ciencia se ha desarrollado con un sistema organizado en el cual los científicos y los investigadores colaboran entre sí. Esta cooperación contribuye al desarrollo del conocimiento. Pero en el contexto del mundo globalizado la internacionalización de la producción de conocimiento adquiere nuevas características. Actualmente este fenómeno, propio de la comunidad científica, se extendió a otras actividades. Las necesidades del mercado marcan que el conocimiento, convertido en el factor principal de la producción económica, debe fluir con mayor libertad. La internacionalización puede ser entendida como una forma activa de responder a la globalización del conocimiento (García Guadilla, 2003). La internacionalización en la educación superior adquiere diversas formas. Se observa la transnacionalización de la oferta de grado y de posgrado; la comercialización de la educación, que implica la discusión sobre la educación como bien público y la educación como servicio. Se advierten nuevas modalidades de enseñanza para alumnos que residen en un país diferente al que pertenece la institución que imparte la instrucción: ya sea presencial, a través de la instalación de sedes de instituciones extranjeras o a distancia mediante dictado de clases en forma virtual. La articulación de programas conjuntos entre instituciones nacionales y extranjeras con doble titulación, programas articulados y programas gemelos. La internacionalización (Garza Aguilar 2008) impone un nuevo enfoque de la educación superior convirtiéndola en un bien público internacional con la obligación de los estados de garantizar el acceso y la pertinencia de la educación en el mundo globalizado y la sociedad del conocimiento. Si bien la universidad ha sido siempre una institución internacional el impacto de las nuevas tecnologías así como la facilidad para los traslados incentivan los acuerdos referentes a estándares comunes de calidad que permitan los intercambios entre instituciones. Para su instrumentación el debate gira alrededor de la evaluación de la calidad de los sistemas educativos a través de las agencias o la confección de rankings mundiales. Sin embargo en esta cuestión subyace una discusión que adquiere otros niveles de profundidad. Por un lado el tema de los indicadores, no es trivial la metodología que se usa para su construcción, cómo se recolectan los datos, ni el uso y aplicación que se les dé. Por otro lado, y a nuestro entender más fundamental aún, es precisar que se entiende por “calidad”. DISTINTAS ACEPCIONES PARA EL TERMINO CALIDAD En este apartado tomaremos el texto de Tomáz Tadeu da Silva “El proyecto educativo de la nueva derecha y la retórica de la calidad total”. El término “calidad” es un término capaz de movilizar compromisos por su innegable deseabilidad: ¿quién va a estar en contra de una educación de calidad? Y esto es tan así que el término adquirió un estatus de sentido común, neutro, técnico, apoyado en los hechos. En principio, nos dice Tadeu da Silva, se deberá tener en cuenta que “calidad” no es un concepto nuevo en el área de la educación: hay una tradición ligada a los educadores vinculados a una teoría y una práctica crítica que caracteriza a la educación de calidad como aquella ligada a combatir las desigualdades, la dominación y las injusticias. En esta perspectiva el término se ubica en una dimensión política. La discusión de la calidad no puede quedar desligada de un cuestionamiento del currículo y de los métodos y los procesos de la evaluación. Del “qué” y del “porqué” se enseña determinadas cosas y no otras. Una discusión que se propone como anterior a la discusión de la eficiencia. (TomázTadeu da Silva, 1997) Esta dimensión se opone al concepto de calidad definido por el neoliberalismo como “Gerencia de la Calidad Total” (GCT). En este caso la educación debe ser analizada desde una visión económica, gerencial pragmática y administrativa. Es la confluencia de dos tendencias, la necesidad de incorporar mano de obra especializada y la construcción de un mercado de la educación en las que la GCT encuentra el ámbito propicio para su desarrollo. El vínculo entre la economía capitalista y la educación no es nuevo, señala da Silva, basta mencionar la masificación de la educación a fines del siglo XIX frente al avance de la revolución industrial y la necesidad de incorporar mano de obra alfabetizada a las fábricas. A este fin a principio del siglo XX la escuela adquiere una organización que refleja la modalidad de la fábrica taylorista. En igual sentido señala que así como la revolución industrial trajo consigo la necesidad de la alfabetización masiva, el capitalismo globalizado demanda un nivel superior de educación a la sociedad. ¿Por qué? Porque en el contexto de un mundo que se globaliza surge la necesidad de redefinir la estructura, objetivos y contenidos de los sistemas educativos, para generar una población que pueda interactuar con las nuevas tecnologías, interconectarse mundialmente e incorporarse al mercado de trabajo. La GCT se desarrolla en el presupuesto de una superioridad económica, política y moral de la sociedad organizada de acuerdo a los parámetros de la empresa capitalista (Tadeu da Silva, Tomaz; 1997). El problema se presenta como una cuestión exclusivamente técnica y la GCT como una herramienta neutra y adecuada. Se concibe a la calidad como una característica absoluta o como una esencia que se mide relacionada a un patrón único. La educación y la calidad educativa se conciben fuera del contexto político, histórico y social. El espacio educativo pasa a ser un mercado en donde interactúan prestadores de servicios y consumidores. Aparentemente se estimula la participación de la comunidad educativa sin embargo al estandarizar los productos por medio de regulaciones y controles para permitir la comparación y que los consumidores puedan elegir la educación de “mejor” calidad reduce las opciones. Así aparecen herramientas tales como los rankings, los incentivos y los expertos encargados de aplicar estas tecnologías. Tadeu da Silva (1997) señala: …Puede preverse que las funciones de la dirección pedagógica, la supervisión y orientación educacional, la planificación curricular, la evaluación y otras dimensiones que han caracterizado históricamente la división del trabajo docente sean poco a poco sustituidas por la gerencia de procesos, el control de la calidad, el establecimiento de criterios estandarizados de organización del trabajo pedagógico y su consecuente supervisión. (Pp.158). LOS SISTEMAS EDUCATIVOS Y EL ASEGURAMIENTO DE LA CALIDAD Así como señalamos que la cooperación entre científicos e investigadores es una actividad propia de la organización de la ciencia también podemos decir que la evaluación es una institución propia del ámbito académico y científico. Pero la evaluación externa de la calidad de las universidades es un rasgo propio del impacto de la globalización en la Educación Superior; ya sea para lograr la movilidad de los estudiantes y los docentes donde se vuelve relevante la equiparación de los programas de estudios y el aseguramiento de la calidad, como para regular la oferta que surge de la transnacionalización. Compararemos algunas de las medidas adoptadas por los sistemas educativos de EEUU, Europa y Latinoamérica En relación con el GATS la mayoría de los países no han asumido compromisos en el área de Educación Superior. La bibliografía sobre el tema reconoce a los EEUU, Nueva Zelanda y Australia como los países más entusiastas porque son exportadores de productos universitarios: carreras para estudiantes internacionales, cursos de idiomas orientados, tanto para estudiantes como para empleados y profesionales, turismo cultural por citar algunos y por lo tanto se ven beneficiados con la eliminación de barreras comerciales del mercado educativo internacional. Con respecto a los rankings mundiales, García Guadilla (2007, Principales rankings mundiales de universidades. párr.3) señala: “los rankings mundiales como iniciativas de visualización comparativa de elementos académicos en las universidades, aparecen por primera vez en el siglo XXI”. Los rankings más importantes de universidades con impacto académico son: “World University Ranking” del Instituto de Educación Superior de la Universidad Jiao Tong de Shanghai (UJTS), y “Academic Ranking of World Universities”, del Times Higher Education Supplement (THES) de Londres. Estos instrumentos han despertado interés y preocupación a la vez. Interés, por parte de los que consideran que los rankings proporcionan información rápida y fácilmente interpretable para comparar instituciones, programas y disciplinas. Preocupación, ya sea por su construcción metodológica como por su debilidad para reflejar las diferencias de los sistemas educativos y sus contextos socioeconómicos. Esta situación ha llevado a que organismos internacionales como la OCDE y la UNESCO se involucren en la búsqueda de un marco para la elaboración de rankings con transparencia, libres de intereses de poder y con metodologías coherentes (García Guadilla, 2007). Por otro lado en el Centro para el Desarrollo de la Educación Superior (CHER), Alemania, se ha desarrollado un enfoque que se postula para ser adoptado en toda Europa. Es un modelo que cede la definición de “calidad” al usuario del ranking. El usuario crea sus propias ponderaciones y rankings seleccionando un número limitado de indicadores y pidiéndole a la base de datos que le proporcione información comparativa. En cuanto a América Latina, el IESALC/UNESCO está construyendo un Mapa de la Educación Superior en América Latina y el Caribe que pretende constituirse en un sistema de información con un enfoque regional. El mapa conjuga posibilidades de análisis descriptivos, comparados y prospectivos. Será abierto permitirá un uso flexible de los datos en función de las necesidades de los usuarios. (García Guadilla, 2007). Ahora nos ocuparemos de los sistemas de aseguramiento de la calidad a través de las agencias de acreditación. La estructura de Educación Superior en Estados Unidos se basa en la idea de que la educación universitaria debe contar con un resultado pragmático y que la universidad debe contribuir al bienestar de la sociedad. Su sistema de acreditación es uno de los más antiguos del mundo, no existe la participación gubernamental, es voluntario, autoregulado y basado en pares. Proporciona evaluación interna y revisión externa, el objetivo es el mejoramiento de la calidad conjuntamente con su aseguramiento. En el proceso de acreditación participan tres niveles (Cook 2002): • el nivel estatal que otorga las licencias para el otorgamiento de grados académicos, • el nivel regional que se compone de agencias de acreditación de instituciones, es decir las asociaciones regionales de acreditación, la unidad de análisis en este caso es la institución; • y, el último nivel está formado por las agencias de acreditación especializadas o programáticas, que derivan de las corporaciones de cada profesión y tienden a reflejar sus intereses. La unidad de análisis en este caso son los programas profesionales individuales o departamentos (facultades) que cuenten con acreditación regional. Con estas características podríamos concluir que los cambios referidos más arriba no deberían haber tenido mayor impacto en este país. Sin embargo, ya en los comienzos de los ´80 se empezó a hablar en EEUU acerca de la importancia de la evaluación en términos de la medición de los resultados del aprendizaje del estudiante. La evaluación en este sentido implica un cambio básico, se intenta medir ya no aquello que se enseña sino el impacto de la experiencia educativa. Este giro se acompaña con la presión para que se genere información accesible, entendible y para que la rendición de cuentas se realice directamente a la sociedad. (Cook 2002). En los años 90`, además, se incrementa la presencia del gobierno federal a través de la introducción de un mecanismo de reconocimiento de agencias. La Unión Europea frente a estas nuevas tendencias adoptó, entre otros objetivos, una estrategia defensiva dirigida a transformar las universidades para competir en un mercado internacional. Debemos apuntar, en particular, hacia el objetivo de incrementar la competitividad del Sistema Europeo de Educación Superior. Puesto que la validez y eficacia de una civilización se puede medir a través del atractivo que tenga su cultura para otros países, necesitamos asegurarnos de que el sistema de educación superior Europeo adquiera un grado de atracción mundial igual al de nuestras extraordinarias tradiciones culturales y científicas” (Declaración de Bolonia, 1999 párr. 9) En esta estrategia se enmarca la creación del Espacio Europeo de Educación Superior que se inicia con la Declaración de La Sorbona (1998) y que se consolida con la Declaración de Bolonia (1999). Se plantea el siguiente programa para los países de la región: • Adoptar un sistema de titulaciones comprensible y comparable (mediante la introducción de un suplemento al título). • • • • • Establecer un sistema de titulaciones basado en dos niveles. La titulación del primer nivel (pertinente para el mercado de trabajo). El segundo nivel (posgrado) master y/o doctorado. Establecer un sistema común de créditos para fomentar la comparabilidad de los estudios y promover la movilidad de los estudiantes. Fomentar la movilidad. Fomentar la cooperación europea en materia de garantía de calidad Promover la dimensión europea de la educación superior. En las reuniones de Ministros Europeos de Educación, (Praga 2001, Berlin2003, Bergen2005, Londres 2007, Leuven/Louvain-la-Neuve 2009, BudapestViena 2010, se analiza la marcha y el estado de avance del proceso de reforma del sistema educativo. Consecuentemente se transforman los sistemas de evaluación y acreditación. En Praga 2001, le fue otorgada a la Red Europea de Agencias de Aseguramiento de la Calidad (ENQA) la responsabilidad del desarrollo en aseguramiento de la calidad, dentro del Proceso de Bolonia. Sin embargo, los representantes de los gobiernos nacionales insistieron que esos mecanismos de aseguramiento de la calidad y evaluación permanecieran en el nivel nacional. En la actualidad la ENQA se ha vuelto el punto de contacto central de las evaluaciones de calidad y las agencias de acreditación pero los ministros consiguieron que los mecanismos de aseguramiento de la calidad permanezcan como resortes nacionales. Sólo Dinamarca y Grecia no han establecido un sistema nacional de acreditación. Dinamarca no lo implementó porque está en contra de ella y Grecia no lo hizo porque quedó retrasada con las reformas. Los sistemas actuales de acreditación en Europa son relativamente diversos: • En algunos países las unidades de análisis son los programas: República Checa, Alemania, Hungría, Italia, Holanda, Noruega, Polonia; • en otros países es la institución de educación superior: Austria, República Checa, Noruega y Suecia; • otro ejemplo son los países donde el Estado conserva el derecho de aprobar los nuevos programas. Hay, también, países donde existe una sola agencia de acreditación a nivel nacional son los sistemas centralizados como por ejemplo España y Noruega y países donde hay varias agencias: sistemas abiertos como por ejemplo Los Países Bajos y Alemania .En algunos casos, la evaluación y la acreditación son procesos llevados a cabo por la misma agencia; mientras que en otros, la evaluación es llevada adelante por las mismas instituciones o por órganos nacionales o regionales. (Kehm, 2006) A fines de la década de los 80’ la tendencia llega a Latinoamérica después de un largo período de dictaduras militares y tienen su pico máximo en la década de 1990 en medio de políticas neoliberales. Las recomendaciones de los organismos internacionales para los países en desarrollo son: apertura de la economía, privatizaciones etc. El enfoque predominante fue más o menos el siguiente: es necesario poner en relación el sistema productivo, el gobierno y la academia para impulsar el desarrollo económico. Lo contradictorio de esta recomendación es que en la región los sistemas productivos habían sido destruidos, así como también los sistemas científicos y educativos mientras que el Estado se hallaba en retirada como consecuencia de la caída del Estado de Bienestar. Algunos países respondieron incorporando rápidamente los cambios necesarios en la legislación, otros se resistieron temiendo un deterioro de la calidad académica. Pese a los enormes problemas de la región, los sistemas de Educación Superior se han ido modificando aunque de manera desordenada: el papel del Estado se ha reducido y el mercado ha incrementado su participación, por otro lado la masificación y el aumento de la demanda trajo como consecuencia el aumento del número de instituciones dedicadas a la Educación Superior (Barreyro, 2006). Con respecto a la evaluación y a lo que Garza Aguilar llama “el movimiento por la calidad” el ritmo de su implementación es más notorio. En América Latina y el Caribe el Estado tiene un papel protagónico en las funciones de autorización y supervisión de los procesos de evaluación y acreditación, ya sea directamente o a través de las agencias que autoriza. Participan en el proceso también los Consejos de Rectores, agrupados en organizaciones que nuclean a las universidades públicas o a las privadas o en organizaciones mixtas según los países. En líneas generales el esquema de acreditación en la región se afianza como una certificación externa de instituciones y programas, de validación temporal, con estándares preestablecidos por el organismo que acredita, incluye una autoevaluación y una evaluación externa por un equipo de pares que generalmente se materializa a través de visitas a la institución. La evaluación final es un concepto emitido por el organismo de acreditación y enviado para la sanción superior a los efectos de la acreditación. Este concepto puede tratarse de un juicio por sí o por no o incluir sugerencias, recomendaciones, planes de mejoramientos presentados por la institución, como así también comentarios sobre aspectos de alta calidad o excelencia. El propósito de la acreditación es el control y la garantía de la calidad mientras que la evaluación y la autoevaluación se asocia al mejoramiento académico. Se observan dos orientaciones principales en los procesos de autoevaluación en la región: uno orientado a la autorregulación con estándares y metodología creada por la propia institución sin objetivos de certificación y otro que mantiene los objetivos de autorregulación pero que tiene como fin último la acreditación. Se rigen por estándares y metodologías creadas por los organismos encargados de la acreditación. Otra característica es la evaluación ex ante por parte de los ministerios de educación para los fines de una primera evaluación que garantice el funcionamiento de una nueva oferta educativa a través del análisis del proyecto: diseño académico, infraestructura, recursos humanos etc. Los procesos de acreditación de carreras de grado con estándares y criterios preestablecidos comienzan a desarrollarse como un paso posterior a los procesos de evaluación para el mejoramiento de la calidad. Los procesos de acreditación de posgrados tienen una amplia trayectoria en Brasil y fueron aplicados masivamente en la Argentina. La acreditación regional en Centroamérica se realiza a través del Sistema de Carreras y Posgrados Regionales y en la Agencia Centroamericana de Acreditación de Posgrado. De igual manera hay una tendencia a regular con mayor énfasis a nivel regional las carreras o programas llamadas de riesgo social: áreas de salud, ingenierías, educación etc. Esta tendencia se constata con la acreditación del Consejo Centroamericano de Acreditación y el Mercosur. Las medidas de aseguramiento de la calidad en Chile son aplicadas desde 1990. La consolidación del sistema de evaluación de calidad en México comienza en el año 1998. Cabe destacar el papel que México asume en la región en la contribución a la creación de un Espacio Común de Educación Superior entre América Latina el Caribe y la Unión Europea (ALCUE). En México y en Chile la acreditación está vinculada con el financiamiento, en particular con el sistema científico tecnológico. Los procesos tendientes a la acreditación institucional (instituciones privadas) ayudaron limitar la proliferación de nuevas instituciones universitarias y controlar los niveles de calidad en países como Argentina, Chile, Colombia y Uruguay. El Sistema de Evaluación de la Educación Superior Brasilera (SINAES) fue sancionado por ley por el gobierno de Lula da Silva en 2004. Reemplaza el que estuvo vigente desde 1995, caracterizado por la “evaluación para la regulación mercadológica” (Barreyro 2006), por un sistema que consta de tres ejes: evaluación de las instituciones, de las carreras y de los estudiantes. La evaluación es ahora concebida como un proceso de conocimiento y de investigación. CONCLUSION En este trabajo nos hemos referido a la evaluación de la calidad como un aspecto que impacta en los sistemas de Educación Superior a partir de la globalización del conocimiento. Definimos el contexto como un cambio de paradigma a nivel mundial que se ve impulsado por el desarrollo científico tecnológico, en particular por las nuevas tecnologías de la información. Advertimos como esta nueva configuración impacta en los sistemas educativos y le demanda cambios para cumplir nuevas funciones. Hicimos un recorrido por los conflictos planteados a partir de considerar la educación como un bien público o como un servicio regido por las prácticas del mercado. Justamente, una de las cuestiones que podemos concluir es que la definición de “calidad” con que encaremos la evaluación va a definir nuestra posición. También podemos señalar que estos procesos de cambios, que se desarrollaron en una etapa dominada por el neoliberalismo a nivel de economía mundial, fueron en general resistidos por la academia. Sin embargo las transformaciones son de una envergadura tal que la modificación del sistema parece irreversible. Nuestro mundo contemporáneo, también llamado sociedad del conocimiento o sociedad de la información, requiere la infraestructura necesaria para acceder al flujo de información, utilizar el conocimiento disponible y los ciudadanos que lo integran deben poseer la instrucción adecuada para interactuar en esta nueva configuración. Estas sociedades incorporan una nueva organización del tiempo y el espacio: el tiempo atemporal y el espacio virtual. Interconectan a sus actores por medio de redes que transmiten información y conocimiento, en general de manera indiferenciada. Esta necesidad de manejar el conocimiento, también, puede ser pensada como una oportunidad de incorporar más población a la educación y más educación a la población. Para terminar tomaremos una expresión de (Dias Sobrinho, 2008) donde resume los desafíos que enfrenta la educación superior brasileña que, sin embargo, nos parece puede hacerse extensiva a la Educación Superior en general: La educación Superior Brasileña enfrenta hoy el gran desafío y las enormes dificultades de afirmarse como un bien público que efectivamente contribuya a desarrollar el conocimiento y la formación humana como bienes sociales y derecho de todos; global e internacional, pero, también, radicalmente local y nacional que sirvan al desarrollo económico, pero esto como una herramienta de la humanización y no de la globalización excluyente; con justicia social, para que el necesario aumento de la productividad y del fortalecimiento de la dimensión material de las sociedades no se separe de la producción de mayor equidad, inclusión y participación social (Pp.505) BIBLIOGRAFIA • • • • • Altabach, Philip G. y Davis. (2000) Capítulo temático “Desafío Global y Respuesta Nacional. 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