LA INTERVENCION PROFESIONAL EN TRABAJO SOCIAL Ana María Flórez Gómez Alejandra Ramírez Córdoba La intervención desde trabajos social se entiende como aquella acción que caracteriza nuestro quehacer profesional. Es una acción social, consciente, intencionada y deliberada; busca generar cambios y transformaciones en las condiciones de vida de los sujetos, familias, grupos y colectividades, incidiendo en el ejercicio pleno de sus derechos y procurando un desarrollo humano desde una perspectiva integral donde se logre articular la reflexión, argumentación y transformación. La intervención se concibe como un insumo para la construcción del conocimiento, que logre construir y fundamentar la intervención desde su saber y su saber hacer; una intervención sustentada en el conocimiento, acción y la transformación, con una mirada compleja y holística de la realidad social. Compleja en el sentido de que se requiere una intervención que aspire a un saber no dividido ni reduccionista; y holística construyendo, de-construyendo y reconstruyendo la relación sujeto-objeto. Intervención como termino viene del latín Intervenire que significa venir entre. Tiene dos significados: uno se refiere a la actuación profesional dirigida a objetivos concretos, el otro la interpreta como proceso que en un tiempo y meta contexto desarrolla el sistema constituido por los profesionales y las personas que motivan su trabajo. Desde trabajo social la intervención ha tenido otras formas de denominarse entre ellas tenemos: Tratamiento: utilizada en los inicios de trabajo social, utilizada inicialmente por Mary Richmond; se basaban en el estudio, diagnostico y tratamiento. Permitía enfrentar la situación que no permitía desarrollar la personalidad. Estaba articula con la medicina. Intervención social: término utilizado después de los 50 Interacción social: en la década de los 90 se rompe con la mirada positivista y se empieza a mirar al otro como un sujeto. Actuación social: utilizado por Olga Lucia Vélez en su libro Reconfigurando el trabajo social 2008. En la actualidad autores como rosa María Cifuentes, Teresa Matus, Rosas Pagazas y Nerya Telo han resignificado la intervención; se ha propuesto además una intervención horizontal en la que se actué para todos, se involucre a los actores y lleguemos una reflexión propia por medio de la actuación; intervenir a partir de la comprensión e interpretación de los significados sociales convirtiéndola en una practica multideterminada por las variables sociales. La intervención profesional debe analizarse desde tres elementos: Componentes: objeto, sujeto, intencionalidades, fundamentación, metodología y método. Condicionantes: políticas sociales, formación profesional, areas o sectores, contexto. Consolidantes: identidad y reconocimiento social. Componentes Objeto: es el componente inicial desde el cual se desarrolla la acción social de trabajo social; lo constituye la realidad social, los comportamientos y relaciones sociales, las problemáticas sociales en las que se establecen relaciones entre los sujetos. El objeto de intervención son las expresiones del problema social, visto como una situación inaceptable por los sujetos porque atenta o amenaza su condición humana. El objeto de intervención son las manifestaciones de la cuestión social (tensión capital-trabajo), el objeto debe delimitarse y ubicarse en un contexto; el objeto se construye desde las realidades sociales. Sujeto: son todas aquellas personas que están siendo afectadas por el objeto de intervención y que participan en una sociedad. Dependiendo la postura ideológica de cada profesional su concepción de sujeto puede variar, las nuevas visiones y tendencias del trabajo social buscan que los profesionales conciban y reconozcan en los sujetos capacidades de pensar, reflexionar, decidir y actuar. Los sujetos surgen de la red con otros sujetos que día a día comparten en el juego de las necesidadessatisfactores. Los sujetos son sociales e históricos. Intencionalidades: están conformadas por los objetivos, metas y fines con los que se aborda el objeto, se interactúa con las personas y se atienden las problemáticas. En al intervención podemos diferenciar de intencionalidades externas y de intencionalidades internas, las externas estas relacionadas con los objetivos de las políticas sociales e institucionales; las internas son las modificaciones que se buscan desde el saber y que se relacionan con la postura ética, con la fundamentación, metodología y método de cada profesional. Las intencionalidades dan dirección y sentido a la acción. Fundamentación: son los conocimientos éticos, políticos, filosóficos, teóricos, conceptuales, metodológicos y técnicos que se mezclan en la intervención. La fundamentación también es conocida como marco de referencia, saberes especializados, conceptualizaciones, enfoques, concepciones, modelos de intervención. Para fundamentar y analizar la intervención se han planteado niveles como: teórico conceptual, permite comprender fenómenos y redes de interacción con relación a los problemas, recursos y satisfactores, sujetos sociales, espacios sociales, interacciones y estructura de relaciones. Histórico político, da conocimiento sobre los componentes social, económico, cultural, ideológico y legal de la estructura en al que se realiza la intervención. Instrumental y operativo, hace referencia al proceso de intervención, procedimiento, secuencia, formas y etapas, la pertinencia de cada técnica con relación al cuerpo teórico. Metodología y método: la metodología es una estrategia general, le da estructura al proceso, regula y ordena las acciones y pautas del hacer, agrupa los métodos para conocer y actuar. El método es el conjunto de estrategias, procedimientos y técnicas que dirigen la acción con una finalidad determinada; es un camino para realizar cambios, análisis y comparaciones. Condicionantes Al hablar de condicionantes no nos referimos solo a lo que obstaculiza, también se incluyen los elementos que se deben tener en cuenta la momento de la intervención. Políticas sociales: se encuentran las políticas públicas expresadas en proyectos, programas y planes. Se ubica la relación del trabajo social con el Estado; se hace presencia en el diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas. Formación: hace referencia a las apuestas formativas de las unidades académicas; La pedagogía, la política, la ética, el énfasis y el enfoque con el cada profesional se formo. Espacio profesional: referido a lo institucional y el sector de intervención. En este punto se encuentra el trabajo interdisciplinar, diferentes miradas en torno a un mismo objeto para generar propuestas. Se dan encuentros intersectoriales (salud, vivienda, educación, cultura) e interinstitucionales( público, privado, académico) Áreas o sectores: se ubica lo publico y/o privado, ONG’s, organizaciones de base, movimientos sociales, etc. Contexto: es el entorno en el que se ubica el objeto de intervención. Se caracteriza por poseer dinámicas (económicas, políticas, sociales, culturales, ambientales) escalas (locales, nacionales, latinoamericanas, mundiales) perspectiva (situacional, histórica). Consolidantes Identidad: se construye y deconstruye constantemente, estructura una imagen social a través de la cual la sociedad ´´mira´´ y reconoce a los profesionales. Es una construcción histórica y social, se forma en la relación consigo mismo y con la identidad de los demás. Signmifica reconocernos como sujetos con un saber especializado dentro de una comunidad profesional, unos campos de acción y objetos de intervención delimitados, sentido de pertenencia y de referencia. La identidad permite abrir, consolidar y defender los espacios. Reconocimiento social: la imagen que como trabajadores sociales creamos que nos da identidad y le da especificidad a nuestras acciones, da origen a la identidad y reconocimiento por el círculo de personas que nos acompañan en el actuar profesional. Es la imagen que se proyecta de la profesión, que se desarrolla y cambia en la práctica social. En la constante búsqueda por el mejoramiento de la profesión, se han presentado autores con diversos planteamientos de acerca de la intervención, los cuales convergen en entenderla como la acción que caracteriza el quehacer profesional: Miguel Miranda Aranda: la intervención social desde sus inicios a tenido enfoques teóricos y metodológicos que a pesar de existir unas nuevos enfoques y estrategias se mantienen las visiones y acciones y se siguen implementando modelos para afrontar los problemas sociales en la dimensión individual y colectiva, estos nuevos enfoques son ecos de los anteriores. A pesar de que en sus inicios el trabajo social estaba muy de la mano de la terapia, una intervención direccionada a corto plazo, a la modificación de la conducta y a la solución de problemas, se tenía en cuenta lo social de la situación en la otra dimensión dada por la terapia a la pareja y la familia, era una intervención individual sin olvidar la colectividad. La intervención social se empieza a plantear desde nuevos enfoques debido a los cambios y la complejidad de las relaciones, de la sociedad, del mundo, una intervención multidireccional individual, familiar, colectiva de donde se desprenden las multifunciones de un trabajador social. Cuando se intenciona la intervención: puede ser educador, mediador, orientador y parte activa del proceso de cambio. En un inicio la intervención se desarrollo por la salud, por el bienestar de los seres humanos no de el lado administrativo, este trabajo social investigaba, prevenía, exploraba, diagnosticaba para que la sociedad se encontrara en un ambiente sano, vivible, sociable. Mary Richmond: La intervención debe estar fundamentada, No se puede analizar la situación sin tener una determinada preparación, una formación que permita un conocimiento como clave para el éxito de la intervención. Una intervención donde se fortalezca el ser humano, su creatividad, su sueño, su destino. Debido a este pensamiento de profesionalización la clásica Mary Richmond del trabajo social, dejar a una busco la lado las visiones asistencialistas filantrópicas que buscaban dominar al hombre para comprender su situación, intencionar su accionar, y para esto debía estar fundamentada con enfoques interpretación de la situación que le permitieran una observación e de desigualdad o del favorecimiento del ser humano. No era solo tener un buen corazón sino fundamentar esas buenas intenciones para comprender horizontalmente el sujeto dándole participación para que desde sus “necesidades” proyecte sus potencialidades y pueda desarrollar su personalidad y transformar la situación que lo agobia. Sustentaba su intervención con cimientos sociológicos, derecho, psicología, medicina. En el libro Diagnostico Social sostiene que el Trabajo Social debe enriquecerse y complejizarse aprendiendo de otras profesiones. Un trabajo social abierto, flexible, en construcción permanente. Teresa Matus: en la intervención social es necesario conocer las transformaciones de la sociedad, los cambios constantes, y los cambios acelerados por la globalización para poder que esta sea contextualizada y efectiva. Crear nuevos modelos complejos de intervención que puedan evaluar sus estrategias, para tener como resultado intervenciones competentes y solidas que promuevan la participación responsable, la autonomía de los sujetos y sus derechos. Hana Arent: los procesos de intervención social no pueden ser vistos como simples formas de operacionalizar políticas, sino como los gestores de un espacio público peculiar. En este mismo sentido, el potencial de intervenciones sociales innovadoras es una posibilidad de construir y transformar dicho espacio. Consecuentemente, si se presta atención a las formas de intervención, se está desplegando un foco que permite analizar el contenido, las características, las luces y sombras del resplandor de lo público. Rosa María Cifuentes: Intervención profesional como una práctica reflexiva, donde nuestro accionar va dirigido hacia un desarrollo humano que potencializa todos los sujetos inmersos en ella. Convertir la intervención en una reflexión sobre el propio quehacer profesional, entendiendo ese que hacer como un objeto de conocimiento. La intervención de trabajo social debe ser una intervención humana en constante proceso de consolidación, a su vez producto de interacciones, contextualizada, referida y orientada. La intervención se concibe como la acción de mediar un fenómeno, situación o problemática no resuelta, a partir de su inaceptabilidad, pues afecta la vida cotidiana de algunos individuos, bien sea de género masculino o femenino. Se realiza a partir del conocimiento sobre la problemática y diferentes realidades subjetivas construidas mediante las representaciones y compresión interna de los hechos, tanto desde perspectivas particularizantes, como desde teorías sociales que aportan a la fundamentación de procesos y resultados. La valoración de la situación social es punto de partida, a idea de que sobre ella debe ser cambiado , se asume con carácter descriptivo, desde la consideración de determinados actores sociales, en términos de insostenible, injusta y/o poco satisfactoria para quienes la viven. La intervención se refiere al actuar profesional, dirigido a un colectivo (grupo, población territorial, institución organización) o individuo, para la transformación de una situación especifica a partir de una realidad contextual, propicia el mejoramiento de la calidad de vida. Se interviene para cambiar, transformar o modificar situaciones problemáticas, para lo cual es necesario analizar cada asunto en diversas manifestaciones, relaciones y en las implicaciones que cualquier alternativa pueda ocasionar. Es necesario atender y prever riesgos, no solo desde lo empírico, también se requiere una visión conceptual en cuanto al comportamiento social del ser humano, en lo que hace referencia a las relaciones sociales, el entorno y su dimensión socio económico, político y cultural. Se interviene en las relaciones sociales y en la organización social, en política y en políticas, en economía, en procesos administrativos, en factores de orden moral y en todos aquellos aspectos que afectan la vida de los seres humanos y que se consideran insostenibles y/o poco satisfactorias para quienes la viven. La intervención está consolidada por el contexto que requiere ser explicado y comprendido, en ella juegan un papel fundamental las concepciones de valor y ética de los profesionales, desde los cuales asumen posiciones frente a categorías de bien o mal, de justo o injusto, bueno o malo, útil o inútil, y se ubican de acuerdo a los patrones culturales de los grupos y de las personas con quienes se va interactuar. En la intervención está implícita una posición ideológica: tomar alternativas obliga a un juicio de apreciaciones sobre determinada posición referida al deber ser, a la significación de realización personal y social. Dependiendo del enfoque y el método que se siga, al intervención puede ser desde un tipo integracionista, bajo el supuesto de que el sujeto es capaz de progreso, mediante esfuerzos propios y disponibilidad de posibilidades sociales para superar su problemática, que correspondería a una legitimación de la sociedad dominante, hasta una orientación de socio análisis, que busca problematizar la realidad social en que se encuentra, tomar conciencia y diseñar problemas para superarla. Es importante distinguir los tipos de intervención social: socio político adelantado en torno a objetivos societales globales relacionados con el funcionamiento del modelo de desarrollo de una sociedad, promovida por el Estado, las ONG´s o a través de la formulación y aplicación de políticas sociales, mediante procesos críticos; asistenciales, caritativa o no sociopolítica. Trabajo social en su intervención es una forma de acción social, consciente y deliberada, realizada de manera expresa; integra procedimientos operativos en un marco referencial teórico y/o empírico y en supuestos ideológicos, políticos, filosóficos. La intervención supone un proceso a partir del conocimiento que desde la problemática se posee: identifica, busca una posición de equilibrio; reconoce diversas realidades subjetivas construidas mediante las representaciones y comprensión interna de los hechos, desde perspectivas particularizantes y de teorías sociales que juegan un papel orientador en la comprensión, del proceso y de los resultados. En la actualidad la intervención profesional y la profesión en general se encuentra ante contextos sociales que implican una re-significación de la actuación profesional; entiendo la sociedad como una sociedad donde la cuestión social se agudiza, donde el concepto de Estado ha cambiado, donde la sociedad es vista solo bajo las lógicas del mercado y donde los sujetos son pensado como mercancías que se compran y venden a cualquier precio, una sociedad que actúa bajo principios neoliberalistas que reducen al ser humano a expresiones vulgares y sin sentido. Bajo estas concepciones se entiende a la intervención como campo problemático en la medida que ella se constituye en el escenario cotidiano donde se presentan las manifestaciones de la cuestión social y que atraviesan la vida cotidiana de los sujetos. La intervención en este caso es parte de las reglas establecidas por el Estado que ha dejado de ser de bienestar para convertirse en Estado neoliberal, y de otro lado es parte de un trabajo colectivo en el marco de las relaciones sociales marcadas por un carácter de asalariados. Desde esta perspectiva el trabajo social requiere analizar la cuestión social como el producto del modo de organización y funcionamiento de la sociedad capitalista, que tiene una influencia directa en la vida de los sujetos a través de los cuales se desarrolla la intervención; la intervención social debe salir de los marcos que naturalizan y simplifican los problemas sociales, asumir un carácter político donde se de fuerza a los actores que han sido acallados por los ideales neoliberalistas; en la intervención no se debe solamente actuar sobre los problemas sociales o sobre la realidad, se debe desentrañar las manifestaciones de esta cuestión y reconstruir sus manifestaciones en la relación entre sujetos y necesidades; nuestra intervención se debe dar en un contexto entendido como una estructura de clases sociales donde las relaciones entre estas clases son de lucha y de dominio. Como ya se menciono la intervención actualmente se concibe como un campo problemático, y bajo esta concepción se deben tener en cuenta la siguientes premisas:(Rozas Pagazas, 2001) La intervención se constituye a partir de la comprensión crítica e histórica de la cuestión social contemporánea, cuya particularidad se da en una expresión agravada, pero que desde sus orígenes es la relación capital-trabajo. La sociedad ha tenido una ruptura que la ha puesto al servicio del mercado, iniciado por el liberalismo y retomada por el neoliberalismo. La particularidad que adquiere la cuestión social debe ser problematizada y mediada por las condiciones socio-históricas de la sociedad, estas condiciones se manifiestan en la vida cotidiana de los sujetos y se convierten en la expresión de la relación sujeto-necesidad. La visibilidad publica de la cuestión social se fundó en el reconocimiento de las desigualdades sociales a partir de la cual se construyeron los problemas sociales vistos de manera estética y clasificatoria con un carácter transitorio; este carácter es la forma como se construyeron y entendieron los términos de la cuestión social y que a su vez definieron la importancia de los problemas sociales que el Estado debe enfrentar. El sujeto dejo de ser constructor de relaciones sociales y paso a ser consumidor, sin la mediación del Estado. La emancipación y la posibilidad de autonomía se debilitaron, sometiendo al sujeto a la lucha por la subsistencia. Se empieza a dar una relación consumidor-demanda que marco un camino peligroso para el funcionamiento de la sociedad. La comprensión de la intervención establece un conjunto de relaciones entre sujetos, instituciones y saber profesional, para tener miradas diferentes sobre la cuestión social, incluyendo una mirad política y una comprensión teórica. Se necesita direccionar la intervención hacia la comprensión de la cuestión social en el lugar de la instancia pública del Estado y la sociedad. La perspectiva teórica para la comprensión de la intervención profesional debe comprender las bases para entender la particularidad de la cuestión social como apropiación teórica de la realidad. Solo en la medida que exista una apropiación fiel de la realidad, se pueden establecer procedimientos operativos que facilitan la intervención profesional. Las herramientas operativas de la intervención serán eficientes en tanto constituyan una perspectiva teórica que comprenda el campo problemático. El profesional de trabajo social necesita incorporar instrumentos operativos; sin embargo cuando la intervención se reduce a ellos se debilita el campo disciplinar. Para terminar debemos considerar que la intervención no se debe reducir a un proceso maquinista y reduccionista, donde convirtamos al sujeto en un agente externo a ella; por el contrario la intervención debe ser un proceso conjunto entre profesional y sujetos, donde ligados a una buena teoría logremos un proceso eficaz, que perdure en el tiempo y que represente cambios significativos en la vida de los sujetos, y por ende se logre superar la situación problema. Nuestra intervención debe ser consciente y conscientizadora, donde enfrentemos la situación actual y donde con nuestras acciones contribuyamos a mejorar el desarrollo de todo la sociedad, entendiendo el desarrollo no solo en términos económicos, sino un desarrollo integral. INTERVENCION PROFESIONAL Ana María Flórez Gómez Alejandra Ramírez Córdoba Fundamentos Teóricos Metodológicos y Disciplinares de Trabajo Social II María Nubia Aristizabal UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS DEPARTAMENTO DE TRABAJO SOCIAL