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El expolio arqueológico Actual (MIGUEL GELADO SÁNCHEZ)

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EL EXPOLIO ARQUEOLÓGICO ACTUAL
Miguel Gelado Sánchez
EL EXPOLIO ARQUEOLÓGICO
MIGUEL GELADO SÁNCHEZ
ÍNDICE
·Introducción…………………………….…………………..…….……….………..Pág 2
·El expolio …………...……………………………………..…………………….…Pág 3
•
•
En el mundo……………………………………………………………………... 3
En España……………………………………………………………………… ..4
·Tipología del expolio arqueológico...……………………………………………….Pág 6
·Normativas y herramientas para evitar el expolio……..………..………………..…Pag 8
·Conclusión………………………………………………………………………….Pag 9
·Bibliografía………………………………………….…………….………………Pag 11
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EL EXPOLIO ARQUEOLÓGICO
MIGUEL GELADO SÁNCHEZ
INTRODUCCIÓN
Antes de comenzar el tema en cuestión hay que tener en cuenta lo que es el expolio
arqueológico, hay diferentes maneras de realizarlo, pero todas convergen en que buscan
adquirir Patrimonio Arqueológico sin un permiso por parte de las autoridades del lugar
en cuestión, y que buscan con ello el coleccionismo de las piezas o realizar su venta
posterior. Se podría definir como “toda acción u omisión que ponga en peligro de pérdida
o destrucción de todos o algunos de los valores de los bienes que integran el Patrimonio
Histórico o perturbe el cumplimiento de su función social”.
El expolio es una realidad existente constantemente desde el inicio del
asentamiento por parte de los seres humanos; la reutilización de elementos utilizados
anteriormente ha sido constante, ya que permite obtener materiales ya fabricados que se
pueden continuar utilizando en vez de su nueva extracción y fabricación, como es el caso
de la reutilización de sillares en algún edificio que ya no se encuentra en uso para la
construcción de muros de una nueva construcción, o la refundición de metales como es
el caso de una antigua tubería de plomo romana que ya no se utilizaba para realizar un
nuevo objeto. Pero hay que saber distinguir en el tiempo, ya que antiguamente el expolio
era constante debido al desconocimiento o desinterés de las personas, se puede ver todo
esto en pueblos situados cerca de yacimientos arqueológicos, que en los muros de las
casas se pueden encontrar piezas arquitectónicas pertenecientes al yacimiento en
cuestión, un ejemplo se puede ver en el pueblo de Duratón asociado al yacimiento
Romano de Los Mercados (Segovia), que en muchas ocasiones cuando se va a remodelar
una casa aparecen piezas pertenecientes al yacimiento en cuestión.
Pero hoy en día el conocimiento de todas las cuestiones relacionadas con el
Patrimonio no excusa a nadie de llevar a cabo el expolio, este se encuentra protegido por
diversas organizaciones, algunas de carácter nacional y otras internacionales. Y se
encuentra regulado buscando de esta manera la máxima protección de los objetos y
estructuras que en estos lugares aparecen.
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EL EXPOLIO ARQUEOLÓGICO
MIGUEL GELADO SÁNCHEZ
EL EXPOLIO
Antes de comenzar a tratar el tema hay que tener claro que el Patrimonio no es de
propiedad privada, sino pública por lo que son bienes que corresponden a un conjunto de
personas, y al realizarse el expolio y su posterior venta a privados sin registrarlo, esta
pieza es desconocida y podríamos decir hasta cierto punto que robada al pueblo sin poder
este disfrutar de dicho bien.
El expolio tiene diferentes problemas, por un lado, que gran parte de los materiales
se quedan en manos de privados por la venta ilegal de los mismos y no se llegan a conocer,
por otro lado, encontramos que al realizarse estas prácticas por parte de privados la
metodología arqueológica no es la correcta y por ende se pierde información del objeto1
como puede ser su cronología ya que el expoliador busca únicamente la pieza,
despreciando la ciencia arqueológica ya que no es su principal punto de interés. Pero el
mayor problema es que estas practicas no se realizan únicamente en lugares como puede
ser un campo o un monte, sino que en algunas ocasiones se aventuran a entrar en
yacimientos arqueológicos para la sustracción de objetos.
A nivel internacional encontramos organismos para la protección, como la
Unesco. Esta organización ha sido la encargada a nivel mundial de realizar convenciones
y recomendaciones para la búsqueda del cuidado del Patrimonio, de hecho, esta surge tras
las dos Guerras Mundiales y los problemas que acarreo con respecto a la pérdida del
patrimonio en Europa. De esta se debe destacar la convención de Paris el 14 de noviembre
de 1970, ya que busca acabar con el expolio de bienes culturales 2. También existe un
instrumento jurídico-privado que es la Unidroit que aparece en Roma el 24 de junio de
1995, busca la colaboración entre el ámbito público y el privado para tomar decisiones
jurídicas sobre estos problemas. Y a diferencia de la Guardia Civil en España
encontramos la Interpol como el organismo policial que se encarga de la protección de
todos estos bienes culturales, estudiando las piezas expoliadas y buscando su
recuperación mediante la publicación de aquellos objetos que han sido expoliados
buscando evitar el tráfico ilícito de bienes a nivel internacional3.
TERREROS ANDRÉU, C. “El expolio de Patrimonio Cultural: problemas de conceptualización jurídica”,
e-rph, 14 (2014) p. 61. Esto se da al removerse la tierra en la que se encuentra y debido a ello los materiales
cerámicos o numismáticos que nos podrían dar la cronología se pierden.
2
Fue la primera medida eficaz para la protección del patrimonio cultural en tiempos de paz, buscando
reprimir el extendido expolio. Ibíd., pp. 88-89.
3
Ibíd., p. 90.
1
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Encontramos por ejemplo como en Sudamérica es muy común la existencia del
expolio, ya que los originarios de allí ven los diferentes artefactos precolombinos como
un regalo de sus ancestros para la mejora de su vida, siendo estos posteriormente vendidos
para acrecentar su economía4, son los anticuarios los que fomentan esto, explotando a los
expoliadores y engañándoles con respecto al valor de las piezas. Hay que tener en cuenta
que a pesar de la declaración del expolio de bienes como ilegal, entidades como museos
del primer mundo siguieron comprando artefactos precolombinos posteriormente a
algunas nuevas legislaciones, por lo que estas fomentarían este movimiento. Encontramos
expoliadores a tiempo parcial, como medida de mejorar su economía, ya que en estos
lugares hay gran pobreza, y otros que se dedican a ello por completo. Esto se da con tal
importancia debido a que los sistemas estatales y de protección del patrimonio en estos
países no tienen gran fuerza, favoreciendo así el expolio5. David Matsuda nos expone que
hay una conciencia predeterminada para el expolio, donde los trabajadores se sienten
explotados y necesitan el dinero que les da esta práctica para vivir, algo que también nos
expone Suzain Thomas tratándolos como “saqueadores de subsistencia”6, mientras que
los arqueólogos buscan mantener su alto estatus. Pero debería ser el estado el que de los
permisos de excavación, y se debe mejorar la condición económica de los trabajadores
para evitar expolio, además se debe buscar sancionar a aquellos coleccionistas para evitar
la continua perdida de patrimonio. Esta forma que acabamos de comentar no se puede
entender solamente en Latinoamérica, sino en todos los países no pertenecientes al
“primer mundo”.
A continuación, buscaré exponer un ejemplo del primer mundo; encontramos que
en España a partir de 2010 a comenzado a aumentar el expolio arqueológico, eso sí, se
debe tener en cuenta que las cifras deben ser mayores a las que nosotros conocemos, ya
que estas últimas son las que han sido claras o se ha encontrado al expoliador en la
práctica en cuestión, mucho patrimonio expoliado habrá desaparecido sin dejar rastro.
Ante esto se ha empezado a actuar buscando una mayor protección del Patrimonio y de
4
MATSUDA, D., The Ethics of Archaeology, Subsistence Digging, and Artifact Looting in Latin America:
Point, Muted Counterpoint” International Journal of Cultural Property, 7-1 (1998) p. 88. Encontramos la
existencia de un continuo conflicto, ya que por un lado encontramos que los nativos dicen que son una
herencia propia mientras que el estado defiende que es un bien público que debe pertenecer a toda la nación
correspondiente.
5
Ibíd., p. 92.
6
THOMAS, S., “The Future of Studying Hobbyist Metal detecting in Europe: A Call for a Transnational
Approach” Open Archaeology, 2 (2016), p. 143.
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la información que nos puede ofrecer el mismo, como es el caso de la Guardia Civil en
España.
En este ejemplo, la Guardia Civil se encuentra coordinada según la Comunidad
Autónoma a la que pertenece, protegiendo el patrimonio que se encuentra en esta zona y
si además tiene mar, proteger las costas de este. Empezaría a cobrar mayor importancia a
partir de 1997. Vemos como buscan investigar diferentes delitos con respecto al
patrimonio Arqueológico, pero es de gran interés la “Operación Tertis”; en ella vemos
como buscan desarticular la red de expoliadores y se difiere entre los componentes de
esta organización, apareciendo varios niveles, en las que están, los piteros que son
aquellos que van al yacimiento a expoliar causando daños para su posterior venta; los
intermediarios que compran los objetos a los piteros para su posterior puesta en venta a
coleccionistas; y por último estos coleccionistas que compran los objetos expoliados
sabiendo el valor histórico y la procedencia de los mismos por lo que no se les puede
eximir de culpa7. Además, se nos cuenta su modus operandi, destacando que se reunían e
iban a buscar objetos a los yacimientos, que luego se escondían en un coche y los
detectores de metales se ponían en otro, buscando así burlar a la Guardia Civil. Llegaron
a incautarse 300.000 bienes arqueológicos de todo tipo y de diferentes culturas, Ibera,
Romana, visigoda y árabe, muchos de los cuales eran de gran valor económico8. Estos
posteriormente se vendían en diferentes lugares de España.
Al margen de esto, vemos como en España se ha buscado desde la Constitución
de 1978 garantizar, conservar y promover el enriquecimiento del patrimonio histórico,
cultural y artístico de España9. Por lo que ya desde este momento comienza una lucha por
parte del estado contra el expolio, para ello esto se delega en las Comunidades
Autónomas, estas crean leyes propias a partir de lo establecido por el estado para proteger
el patrimonio, se crean planes especiales para la protección de zonas con patrimonio e
incluso se busca cada vez más el promover el patrimonio al pueblo para que este se
conozca.
MORALES BRAVO DE LAGUNA, J., “La Guardia Civil y la lucha contra el expolio arqueológico”,
CPAG, 25 (2015) p. 43. Hay que tener en cuenta que si no hay demanda de un producto este no se pone a
la venta, ya que es una cadena económica y un factor no puede existir sin el complementario.
8
En el ejemplo ofrecido vemos como se encuentran objetos que llegaban a tener un valor cercano a 40.000
euros, además se encontraron diferentes tipos de detectores. Ibíd., p. 44
9
TERREROS ANDRÉU, C. “El expolio de Patrimonio Cultural…”, p. 77.
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Con respecto al comercio de los artefactos expoliados trataré las figuras
anteriormente comentadas del intermediario y el comprador/coleccionista; pero no
debemos olvidarnos de que una persona puede tener estos dos roles además del de
saqueador. Encontramos que el comercio de los materiales tiene una fuerte importancia
en internet, habiendo páginas para esto, luego hay grandes subastas donde se exponen los
objetos de cierta importancia, estos dos casos que acabo de exponer en muchos casos son
ilícitos y de forma clandestina que busca grandes compradores, mientras que también se
dan reuniones entre aficionados para el intercambio de objetos buscando completar su
colección privada.
TIPOLOGÍA DEL EXPOLIO ARQUEOLÓGICO
Un tema que está ganando gran fuerza en las últimas décadas es la detección de
metales, mientras que para unos es una acción delictiva, otros la defienden porque gracias
a ella se puede obtener cierta información que de otro modo no se hubiera hallado nunca
como paisajes con presencia de materiales históricos10. El problema de este grupo no es
solo que se trate de aficionados que no conozcan la metodología arqueológica
perdiéndose en algunos casos información como he comentado anteriormente, sino que
muchos de ellos al detectar sustraen los materiales o los venden posteriormente buscando
lucrarse por ello, aun así, me parece que no debemos englobar a todos los que se “dedican”
a esto, ya que muchos de ellos son aficionados y lo toman como hobby y en caso de
realizar un descubrimiento de importancia notifican a las autoridades que se encarguen
de esto (la Guardia Civil en España) o a museos, estos no tienen ánimo de lucro. Suzain
Thomas hace una distinción de estos11:
•
Saqueador: Son personas que forman parte de una red de tráfico criminal. Roban
lugares culturales como museos, sitios arqueológicos protegidos. Y su motivación
principal es financiera. El ejemplo de la “Operación Tertis” es claro de esta
THOMAS, S., “The Future of Studying Hobbyist Metal detecting in Europe…” p. 142. Gracias a esto
posteriormente se realizan mapas en los que se exponen los diferentes lugares en los que ha habido hallazgos
y se puede prevenir la posible destrucción de un yacimiento
11
Ibíd., p. 143.
10
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situación, donde se busca el expolio de materiales arqueológicos para su posterior
puesta en venta por interés de lucro.
•
Excavador de subsistencia: Individuos que saquean sitios arqueológicos o robo de
lugares culturales por pobreza, ya que lo consideran su herencia cultural. Tienen
interés económico. Un ejemplo claro es cuando se decidió la realización del
embalse de Cernadilla (Zamora), finalizado en 1969 quedando el pueblo de
Sandín bajo el agua, teniendo que moverse a una zona superior, tras ello los
lugareños decidieron utilizar las piedras de la antigua iglesia Románica que iba a
quedar sepultada bajo el agua para la construcción de las nuevas viviendas.
•
Cazador oportunista de artefactos: La venta de artefactos no es su principal interés,
pero pueden comerciar con ellos de vez en cuando, en ocasiones cometen delitos,
al hacer excavaciones no autorizadas o al no informar tras un hallazgo
significativo.
•
Cazador de artefactos aficionado: Personas que no tienen un interés económico,
no suelen vender los artefactos que hallan, no infringen la ley y no toleran el
saqueo o comercio ilícito de objetos, cuando hacen un hallazgo de un objeto de
importancia lo notifican a las autoridades pertinentes12.
Desde mi punto de vista a esta clasificación me parece acertado sumarle otros aspectos
que están relacionados con el expolio cultural, pudiendo así realizar una diferenciación
más clara.
•
Expolio por la Guerra13: Este se ha dado constantemente a lo largo del tiempo,
como se puede observar con los Romanos tras la conquista de “Grecia”
adquiriendo gran cantidad de obras de arte, o como se ve en España durante la
Guerra de la independencia, arrebatando Francia obras de arte que pertenecían a
España.
•
Expoliadores pasivos14: Aquellos que compran los objetos, como son los
coleccionistas, que, a pesar de no llevar a cabo la propia acción expoliadora,
participan en su continua acción.
12
En este punto me parece acertado destacar el canal de YouTube Detección Metálica, donde podemos ver
que aquel que lo dirige es un aficionado que realiza la detección por Hobby y que tiene acuerdos con museos
y contacto constante con la Guardia Civil.
13
TERREROS ANDRÉU, C. “El expolio de Patrimonio Cultural: problemas de conceptualización
jurídica”, e-rph, 14 (2014) p. 71.
14
Ibid., p. 92.
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Expoliadores subacuáticos: Javier Morales nos habla de esto, distinguiendo dos
tipos de expolio en el agua, realizado o bien por aficionados o turistas en las
costas, o bien encontramos organización en este ámbito con intervenciones en alta
mar, con un gran equipo técnico.15
A mi parecer de esta manera podemos conocer de mejor manera el tipo de personas
que se dedican a la detección de manera que no podamos juzgar a todos por lo mismo, ya
que no es así.
NORMATIVA Y HERRAMIENTAS PARA EVITAR EL EXPOLIO
En España se considera legal el comercio de objetos arqueológicos que hayan sido
obtenidos antes de la promulgación de la Ley de Patrimonio Histórico de 1985, a partir
de esa fecha los descubrimientos son de dominio público; hay excepciones como aquellos
que proceden de colecciones legales o que se ha adquirido en el extranjero pero estos
deben de tener sus documentos de importación; y aquellos que se hayan adquirido en el
territorio nacional pero conociéndose sus últimas facturas.16 La Guardia Civil en los
aeropuertos se encarga de que no se de la salida de patrimonio cultural de España, ni la
entrada de Patrimonio cultural que provenga de diferentes partes del planeta, se ve mucho
el intento de entrada de patrimonio que procede de sitios arqueológicos de África y
Sudamérica.
Se ha buscado acabar con el expolio en las diferentes convenciones que se fueron
dando en la 2ª mitad del siglo XX, vemos como en la de Nueva Delhi del 56 se busca
acabar con las excavaciones clandestinas y se deben declara los artefactos descubiertos,
si no se hace se aplicaran sanciones y se confiscarán los objetos, algo que se ratificaría en
la de Londres del 69 y Lausana del 90; y sería con la convención de Malta del 92 que se
busca la colaboración internacional, buscando acabar con el desplazamiento ilegal de
bienes así como intercambio de información acerca de excavaciones ilícitas entre los
diferentes países miembros. Con respecto al comercio ilegal se buscaría que los museos
pusieran en cuestión todo artefacto de procedencia dudosa, y que además se publicara lo
MORALES BRAVO DE LAGUNA, J., “La Guardia Civil …” p. 37
Conociendo así que su origen es correcto y no ha sido expoliado ni comprado de forma ilegal. Ibíd., p.
35.
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descubierto rápidamente para su estudio más rápido, además en la convención de Londres
del 69 se buscaría llevar a cabo una labor educativa, de información y cooperación para
mejorar esto; en la convención de Malta del 92 se incide en el tema de que todos los
Museos deben conocer el origen de la pieza en cuestión y no aceptar las piezas si son
sospechosas17.
En España son las fuerzas del estado las que se encargan de controlar esto (Como
he comentado anteriormente), las que más actúan son principalmente el Seprona y la
Guardia Civil, aunque en algunos casos también participan otros cuerpos e incluso los
propietarios de las fincas. Se denuncia al infractor, aunque muchas de ellas al no conocer
quien ha sido el infractor no se llega a nada, pero en caso de hallar al infractor realizando
el saqueo se le cachea para buscar objetos arqueológicos, llegando a intervenirle el
material para ello. Dependiendo de lo que estén realizando y de qué manera sean las
infracciones se llegará a multas de mayor o menor valor. Luego se puede alegar en caso
de no estar de acuerdo con la infracción, y muchas de estas tratan acerca de la negación
de búsqueda de objetos arqueológicos18.
CONCLUSIÓN
Llegado a este punto y analizando lo desarrollado durante el ensayo, a mi parecer
la práctica del expolio se encuentra muy extendida y da grandes problemas al mundo
científico que busca conocer la cultura pasada, vemos como los estados y las diferentes
organizaciones buscan cada vez mejorar más los sistemas para acabar con esta práctica,
aunque a mi parecer es de gran complicación, como se ve en España hay mucho terreno
y muchos yacimientos arqueológicos y el completo control de los mismos es muy
complicado, a mi parecer el estado debería no dejarlo únicamente en manos de la Guardia
QUEROL, Mª.A. y MARTÍNEZ DÍAZ, B., “El patrimonio arqueológico y la normativa internacional”,
Complutum Extra, 6-2 (1996), p.303
18
YÁÑEZ, A. y RODRÍGUEZ TEMIÑO, I., “Los procedimientos sancionadores por uso no autorizado de
detectores de metales. Reflexiones sobre una práctica imperfecta” en El expoliar se va a acabar, Uso de
detectores de metales y arqueología: sanciones administrativas y penales, Ana Yañez e Ignacio Rodríguez
(ed.), Valencia, Tirant lo Blanch, 2019. p.319. Aun así, se ponen excusas que no son creíbles y para
confirmar el pago de la sanción se les retira el material que utilizan y solo se les devuelve en caso de pagar
la multa.
17
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Civil y el Seprona, ya que es muy complicado en zonas de difícil acceso que se encuentren
a los saqueadores, por lo que el estado debería garantizar su protección mediante un
vigilante por yacimiento consiguiendo prevenir el expolio. Eso sí con respecto al expolio
en zonas en las que no hay yacimientos registrados la complicación es mucho mayor, y
evitar esta práctica es casi imposible.
Un punto que ha llamado mi interés es con respecto a las sanciones, ya que al
imponer la multa se promete devolver el material utilizado para el expolio como seguro
para que esta sea pagada, y a mi parecer que sea pagada es una cuestión de poca
importancia, ya que al devolverle el material puede volver a su antiguo oficio de manera
que no se habría solucionado nada.
Otro aspecto de interés que me gustaría tratar es el de los detectores aficionados
que cumplen con la normativa, que a pesar de que algunos autores los expongan como
delincuentes, a mi parecer pueden causar más beneficio que pérdidas, ya que gracias a
ellos en algunos casos se pueden llegar a conocer zonas u objetos que de otra manera no
hubieran sido descubiertos para su posterior estudio. Eso sí me parece que para regular
esto de una mejor manera se debería dar una licencia para la realización de esta práctica,
así como pedir un permiso para la detección a la Guardia Civil o al organismo que se
encarga de ello. De esta forma a mi parecer el control sería mayor y aquel que no tuviera
la licencia automáticamente estaría cometiendo una acción ilegal.
La siguiente cuestión es con respecto al comentado anteriormente como expolio
de subsistencia, el estado podría tomar parte para evitarlo, mejorando los sueldos de los
trabajadores y garantizando de esta forma y mediante controles que no se extraiga ningún
tipo de material de los yacimientos Arqueológicos.
Por último, destacar que si se siguen cumpliendo las medidas y se continúa
buscando mejoras para evitar todos estos problemas se podría llegar a un punto en el que
el expolio sea casi nulo, por lo menos en el “primer mundo” que tiene recursos para
llevarlo a cabo.
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BIBLIOGRAFÍA
MATSUDA, D., The Ethics of Archaeology, Subsistence Digging, and Artifact Looting
in Latin America: Point, Muted Counterpoint” International Journal of Cultural
Property, 7-1 (1998) pp. 87-97.
MORALES BRAVO DE LAGUNA, J., “La Guardia Civil y la lucha contra el expolio
arqueológico”, CPAG, 25 (2015) pp. 31-48.
RODRÍGUEZ TERMIÑO, I., “Assessing Damage to Archaeological Heritage in
Criminal and Administrative Proceeding” Heritage, 2, (2019), pp. 408-434
TERREROS ANDRÉU, C. “El expolio de Patrimonio Cultural: problemas de
conceptualización jurídica”, e-rph, 14 (2014) pp. 60-97
THOMAS, S., “The Future of Studying Hobbyist Metal detecting in Europe: A Call for
a Transnational Approach” Open Archaeology, 2 (2016), pp. 140-149.
QUEROL, Mª.A., y MARTÍNEZ DÍAZ, B., “El patrimonio arqueológico y la normativa
internacional”, Complutum Extra, 6-2 (1996), pp. 295-306.
YÁÑEZ, A. y RODRÍGUEZ TEMIÑO, I., “Los procedimientos sancionadores por uso
no autorizado de detectores de metales. Reflexiones sobre una práctica
imperfecta” en El expoliar se va a acabar, Uso de detectores de metales y
arqueología: sanciones administrativas y penales, Ana Yañez e Ignacio
Rodríguez (ed.), Valencia, Tirant lo Blanch, 2019. pp. 281-334.
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