EL DRAMA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

Anuncio
EL DRAMA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
“Hemos venido aquí para que nos escuchen, somos miembros de varias
comunidades que estamos sufriendo por causa de los proyectos que están
imponiendo en nuestros territorios. Venimos aquí porque nadie nos escucha, pues
todas las instancias del gobierno están contra nosotros. Solamente nos queda
nuestra fe y convicción de que Dios está de nuestro lado”.
Tercer expolio contra los pueblos indígenas, opinan algunos. Siempre viene alguien
de fuera a cambiarles la vida. Vinieron los europeos, les quitaron las tierras, los
declararon súbditos y los pusieron a trabajar para ellos. Vinieron los criollos, les
quitaron las tierras, los declararon “vagos” y los pusieron a trabajar para ellos. Viene
el capital, los declara invasores y comienza a hacer negocio con su agua o con su
suelo, con su territorio, esta vez ellos sobran. Siempre los beneficiados son los que
vienen de fuera, siempre las víctimas son ellos.
El mundo cambia, el “progreso” se impone, invade. Deben estar pensando que
tenían razón, y no los que les daban consejos de sabios, cuando se oponían hace
años a que llegara la carretera porque con ella les llegarían todos los males. Y
siempre se les ha acusado de oponerse al progreso.
Sabían manejar su mundo, sabían vivir. Eran expertos y hábiles para entenderse
con el medio ambiente, con sus semejantes, con la vida. Sabían lo necesario para
vivir en paz en medio de sus necesidades y dificultades. ¡Cómo va a ser que
estamos equivocados!, acaso no hemos sabido criar a nuestros hijos?, decían a los
españoles hace cinco siglos.
Los cambios llegan, las nuevas situaciones se imponen. No queda otra que
adaptarse, pero los costos son muy altos. Se quedaron sin tierra donde sembrar…
migraron. Se dice pronto pero para alguien que se dice hijo de la tierra es romper
hasta con la visión del cosmos. Se acabó la tierra, pusieron a estudiar a un hijo,
hipotecando, vendiendo los bienes, incluida a veces la tierra. Pasaron pocos años
y ya no sirve estudiar, el hijo por el que se hicieron grandes sacrificios, no encuentra
trabajo. Dicen que en “el norte”; de nuevo préstamos para salir adelante, para
sobrevivir, para acomodarse a lo nuevo.
“Los políticos nos engañan con sus mentiras y promesas que no cumplen”. Les
decimos que estudien pero luego no encuentran trabajo, les decimos que migren a
la ciudad o a los “Estados” y los persiguen y devuelven. Por el camino algunos
pierden la vida o acaban engullidos en manos de la violencia. Les ofrecemos
beneficios en energía eléctrica, en salarios, en progreso… y no hay energía
eléctrica, se quedan sin agua sus ríos, se acaban los salarios. Reconozcamos que
hemos ido mejorando las mentiras con el paso de los siglos, pero las medias
verdades con que hoy se explican las hidroeléctricas, la caña, palma y las minas
son tan groseras y prepotentes como las de hace cinco siglos. Sí, tercer expolio.
“No queremos que hablen por nosotros, tenemos boca, cerebro para pensar, manos
para trabajar. Solamente pedimos espacios para poder hablar”. El “progreso” tiene
las leyes hechas a medida, la propaganda disimulada como información, la compra
de voluntades y necesidades. Ellos solo tienen sus convicciones, su sexto sentido,
su sabiduría ancestral.
Una sociedad que no cuida las víctimas que produce no es digna, es inhumana. Se
comerá a sí misma, tiene el virus de las termitas que le van carcomiendo los tejidos,
los nervios y los huesos.
Descargar