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8 de marzo-comunicado macis 2021

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MAESTROS CONSTRUYENDO IDENTIDAD SINDICAL
CONMEMORAMOS, NO FELICITAMOS EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
El 8 de marzo es el resultado de varias luchas y esfuerzos que las mujeres de finales de
siglo XIX y XX dieron por el reconocimiento de los derechos y la dignidad del sexo
femenino en el mundo laboral y el escenario político, principalmente.
Inicialmente se trata de un proceso de lucha y exigencia de las mujeres del siglo XIX por
el reconocimiento de los derechos laborales ya que en las fábricas eran sometidas a
interminables horas de trabajo, pagas miserables, condiciones precarias y de desventaja
con relación a los hombres.
Posteriormente, a inicios del siglo XX, miles de obreras salen a las calles
norteamericanas. A su vez, se plantea la necesidad de establecer una fecha
conmemorativa del día de la mujer, propuesta que manifestó Clara Zetkin en la
conferencia internacional celebrada en Copenhague en el año de 1910. Hacia el año de
1911 se conmemora el día internacional de la mujer en varios países del mundo. Las
marchas y las manifestaciones en la calle, principal escenario de lucha, continúan y son
acalladas por la fuerza pública de forma represiva a través de encarcelamientos. De
toda esta represión, existe un evento que marcaría la historia del momento y podría
representar el carácter violento e inhumano de quienes no aceptan una sociedad más
justa. Se trata del incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist en Nueva York, el 28 de
febrero de 1911; suceso en el cual mueren 123 mujeres y 23 hombres. Lo anterior,
acompañado de la lucha enarbolada por la mujer trabajadora y campesina del contexto
de la revolución rusa, en 1917, abren camino a la creación de nuevas fuerzas feministas
que, finalmente, posibilitan la promulgación de las Naciones Unidas, del 8 de marzo como
Día Internacional de la Mujer.
Todo este recuento de sucesos puede parecer
trajinado y, de hecho, lo es. Sin embargo, son el
referente histórico que permite tener claridad
frente a cómo, detrás de una conmemoración
siempre encontraremos una lucha dada por
aquellos que se han atrevido a no pensar desde la
individualidad, sino desde las conquistas
colectivas.
El colectivo Maestros Construyendo Identidad
Sindical (MACIS), es un escenario integrado por
trabajadores de la educación. Hombres y mujeres unidos que desde su práctica
pedagógica y sindical reconocen la importancia de ganar en el posicionamiento de las
mujeres en diferentes espacios de participación, como también en la injerencia que
deben tener en el empoderamiento, la conquista de la libertad, la autonomía, el poder de
MAESTROS CONSTRUYENDO IDENTIDAD SINDICAL
decisión y liderazgo que identifican la lucha. Como colectivo en construcción, se enmarca
y enarbola las banderas de la lucha feminista, reconoce los esfuerzos de las maestras
en la lucha pedagógica, sindical y política. Considera que el esfuerzo de miles de
mujeres por la reivindicación de sus derechos no es exclusivo de las compañeras, por el
contrario, debe obedecer a la sinergia que se va construyendo entre hombres y mujeres
como parte del género humano, a la hora de luchar conjuntamente por una sociedad
justa socialmente e incluyente. Acción que debe pasar por el filtro de la empatía, la
unidad, el reconocimiento y concientización de las dificultades y obstáculos que
representan los machismos existentes en todos los escenarios y la imposición de un
modelo político económico que no garantiza la dignidad humana. La lucha sindical, el
movimiento pedagógico deben involucrar el enfoque de género y la superación de un
sistema que es contrario a la dignidad humana: el Patriarcado.
Mujeres y hombres docentes, deben asumir un
papel activo, dinámico y subversivo frente a la
actual situación de las compañeras docentes;
ejercer una actitud empática y sonora frente a
las dinámicas que viven a nivel laboral y por
qué no, personal y familiar. Es imperativo el
acompañamiento y respaldo de unas a otras;
pero también se debe ejercer una posición
transformadora de los paradigmas sociales que atraviesan estudiantes y madres de
familia; contribuir a través de la educación en el derribe gradual de sus propias actitudes
machistas y a veces misóginas que terminan definiendo las relaciones con los demás,
su futuro académico, laboral e incluso sentimental. La acción pedagógica, en el marco
de la libertad de cátedra, debe incorporar un discurso antipatriarcal, que promueva la
paridad. Generar procesos de formación en las relaciones sean horizontales y se borre
ese imaginario en el cual el sexo femenino es considerado inferior, incapaz y
necesariamente sumiso. El papel de los y las docentes en la transformación de
paradigmas pasa por el replanteamiento de las propias prácticas sexistas y debe
constituirse en una lucha constante. El ejercicio docente debe contribuir a la sanación de
los cuerpos y las heridas del alma de las mujeres; fomentar el poder de la resiliencia.
Esto significa trascender el ejercicio educativo y comunitario, en procura de la
transformación de las condiciones que el patriarcado nos ha impuesto. Hay mucho
trabajo por hacer y esto implica un papel activo, no pasivo ante la realidad.
Yuly Lorena Osorio
Comisión pedagógica sindical MACIS
Referente bibliográfico
https://www.ngenespanol.com/traveler/la-dolorosa-historia-detras-del-dia-internacionalde-la-mujer/
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