Tiza en mano Nº 17 Las mujeres en la Gran Inmigración (1880-1930) www.ademys.org.ar [email protected] Ademys - CTA Solís 823 Te: 43815400 Tiza en mano Nº 17 Las mujeres en la Gran Inmigración (1880-1930) Secuencia para 6to grado La historia y el modo de entenderla tienen causas y consecuencias políticas. Contar un hecho a partir de determinada perspectiva o de otra influye en el modo de entender el mundo y de actuar sobre él. No es lo mismo pensar en una historia de próceres inmaculados que son los grandes artífices de la historia que pensarla a través de la lucha de los pueblos por mejorar sus condiciones de vida. En ese sentido, las mujeres han sido ninguneadas y olvidadas en la Historia. No es casual que en una sociedad machista y patriarcal esto suceda: se las borra de la historia y por ende del presente. Salvo algunas excepciones, las mujeres han quedado relegadas al rol doméstico o de meras acompañantes de “los verdaderos protagonistas de la Historia”: los hombres. Es por eso que desde Ademys nos propusimos comenzar una serie de publicaciones de secuencias didácticas en las que se trabaje la Historia a partir del lugar que las mujeres ocuparon en ella. Los invitamos a llevar estas actividades a las aulas y modificar lo que consideren pertinente para adaptarlas a cada grupo de trabajo, sabiendo que nuestro aporte es sólo un disparador y no una receta. 2 Las mujeres en la Gran Inmigración (1880-1930) En los libros de Historia suelen aparecer como protagonistas de la historia los hombres. En esta secuencia les proponemos leer un relato ficticio acerca de la vida de una mujer inmigrante que podría haber vivido en Argentina a principios del siglo XX. Así, podrán empezar a conocer algunos hechos históricos de esos tiempos y el rol que tuvieron las mujeres. La historia de Francesca El 15 de septiembre de 1902, Francesca desembarcó junto a su madre y su hermano en el puerto de Buenos Aires después de un viaje en barco que había durado más de un mes. Francesca tenía catorce años y la esperanza de dejar atrás una vida marcada por el hambre y la pobreza que había conocido en Italia. Su padre, Vittorio, había venido unos años antes porque se había enterado que aquí podía obtener fácilmente una parcela de tierra para trabajar. Sin embargo, al llegar, nada le resultó sencillo: no pudo conseguir las tierras de las que le habían hablado y terminó trabajando en Buenos Aires. Consiguió trabajo en el puerto y juntó el dinero necesario para traer al resto de su familia a la Argentina. Así, al igual que otras 3.500.000 personas que llegaron a la Argentina entre 1870 y 1914, Francesca y su familia decidieron probar suerte en este país. Una vez que llegaron a la Ciudad de Buenos Aires, se instalaron en la pieza de un conventillo del barrio de San Telmo. Era una habitación muy pequeña en la que era necesario tener siempre todo ordenado para que se pudiera para dormir, cocinar o comer, según el momento del día. Mientras su hermano y su padre trabajaban en el puerto, cargando y descargando lo que llegaba en los barcos, Francesca se dedicaba a asistir a su madre con la cocina y a hacer algunos arreglos de costura para ayudar a la economía familiar. Al poco tiempo de llegar, Francesca ya conocía a la mayor parte de los vecinos. Una tarde, mientras hacía la cola para bañarse en uno de los pocos baños que tenía el conventillo, empezó a hablar con Carmen, una señora española que le contó que era anarquista y que, junto a otras personas, luchaba por los derechos de los trabajadores y en contra de la explotación de las personas. Las ideas de Carmen le parecieron a Francesca un poco raras pero interesantes. Por eso, aceptó acompañarla a ver una obra de teatro anarquista en el Sindicato de Carreros. Con el tiempo, Francesca empezó a ir cada vez más seguido a las reuniones que se realizaban en el sindicato. Allí, además de discutir cómo hacer para luchar por lo que creía justo, aprendió a leer y a escribir en español junto a otros inmigrantes italianos, turcos y polacos que, como ella, eran analfabetos. La vida en Argentina era muy distinta a cómo la habían imaginado Francesca y su familia cuando se fueron de Italia. El dinero que ganaban el padre y el hermano apenas alcanzaba para pagar el alquiler de la pieza del conventillo, que aumentaba mes a mes. La comida se compraba, sobre todo, con lo que Francesca y su madre podían aportar con los arreglos de ropa. Una tarde de 1907, en el Sindicato de Carreros, Francesca escuchó que los inquilinos de distintos conventillos habían empezado a organizarse para protestar por los alquileres y las condiciones de las viviendas. Un inmigrante ruso, también anarquista, contó que pensaban atrincherarse y no pagar el alquiler si no recibían un 30% de descuento, mejoras edilicias y sanitarias. Francesca decidió entonces hacer una reunión de vecinos en el patio del conventillo donde ella vivía. Les contó que muchos inquilinos estaban protestando y propuso sumarse. El acuerdo fue total. Francesca y otras mujeres se organizaron para ir a distintos conventillos para sumar adeptos a la protesta. Así, se empezaron a organizar cada vez más inquilinos y comenzó una huelga muy importante que llegó a unir a más de 2.000 conventillos en distintas ciudades del país. Un día, mientras Francesca se estaba bañando, escuchó gritos y ruidos de disparos. Cuando salió, vio a una gran cantidad de policías forcejeando con las mujeres del conventillo. Intentaban sacarlas a la calle, pero las señoras resistían a escobazo limpio. Algunas empezaron a hervir agua para tirarles a los policías. Francesca se les sumó y algunos chicos también. Luego de una hora de baldazos y escobazos, los policías decidieron retirarse. Mujeres y niños festejaron levantando las escobas por los aires. Unos días más tarde, Francesca y su madre participaron junto a miles de inquilinos de una marcha para reclamar por los alquileres. Cada mujer iba con una escoba, que se había transformado en el símbolo de la huelga. Francesca estaba emocionada por la cantidad de gente que se sumaba a la movilización: cada vez que pasaban por un conventillo, las personas que allí vivían se incluían en la marcha. Se abrazaban y 3 aplaudían. Y eran cada vez más. La protesta fue brutalmente reprimida por la policía. Ese día Francesca fue detenida y, unos meses más tarde, expulsada del país. La misma suerte corrieron otras mujeres del conventillo como Judith, su amiga polaca y la rumana Lonela. La Ley de Residencia sancionada por el presidente Roca en 1902 permitía expulsar inmigrantes acusados de alterar el orden público. Y se aplicaba con rigor. Francesca no tuvo otra opción que la de volver a su Italia natal, donde nada ni nadie la esperaba. 1. Hagan una lista de aspectos sobre la época que pueden conocer a partir de la lectura de este texto. 2. Anoten por lo menos cinco preguntas sobre la época que les surjan a partir de la lectura. Primera parte: La llegada de los inmigrantes 1. En la Historia de Francesca se mencionan inmigrantes provenientes de distintos países. Relean el relato y señalen qué orígenes aparecen. 2. Analicen estas tablas con datos de los censos de 1869, 1895 y 1914 y respondan. Años de los censos Argentinos Extranjeros Total Proporción de extranjeros por 1000 en el total de habitantes 1869 1.526.734 210.292 2.737.026 121 1895 2.950.384 1.004.527 3.954.911 254 1914 5.545.710 2.357.952 7.903.662 298 Nacionalidad de los inmigrantes de ultramar (pasajeros de 2ª y 3ª clase) llegados en los años 1857 a 1914 Italianos ................................................... 2.283.882 Españoles ................................................ 1.472.579 Franceses ................................................ 214.198 Rusos ...................................................... 160.672 Otomanos ................................................ 136.079 Austro-húngaros ..................................... 87.108 Alemanes ................................................. 62.006 Ingleses ................................................... 55.055 Suizos ...................................................... 33.057 Portugueses ............................................. 26.394 Belgas ...................................................... 22.960 Griegos .................................................... 12.223 Dinamarqueses ....................................... 8.813 Holandeses ............................................. 7.548 Norteamericanos ..................................... 6.447 Rumanos ................................................. 4.016 Montenegrinos ........................................ 3.910 Búlgaros .................................................. 3.851 Suecos ..................................................... 1.822 Servios .................................................... 984 Noruegos ................................................. 454 Otras naciones ......................................... 61.665 Total .................................................... 4 4.665.72 3. ¿Qué conclusiones pueden obtener observando la tabla? Presten atención a: - La cantidad de inmigrantes y la cantidad total de habitantes que había en cada año. - Los países de donde provienen mayor cantidad de inmigrantes Lean este texto para conocer los motivos que llevaron a las personas a migrar y cómo fue la experiencia de viajar a la Argentina. Los inmigrantes Entre 1880 y 1916, llegaron a la Argentina cerca de 3.500.000 de inmigrantes europeos. La mayor parte vino con el objetivo de emplearse en las actividades agrícolas y con la esperanza de llegar a tener su propia tierra. Durante los primeros tiempos, muchos lograron cumplir con este objetivo. Sin embargo, en los años siguientes, conseguir una parcela de tierra no resultó sencillo y por eso, mientras que algunos se quedaron a trabajar como peones en las chacras y en las estancias, la mayoría fue a buscar trabajo a las ciudades. Los inmigrantes trabajaron como obreros en los puertos, en los frigoríficos, en la construcción de edificios, en el tendido de vías férreas, en los talleres o en fábricas. Sus salarios eran bajísimos: más de la mitad de los obreros de Buenos Aires ganaba menos de lo necesario para la subsistencia de una familia. Las jornadas de trabajo duraban hasta 16 horas. Las historias de los inmigrantes fueron tantas como personas llegaron al puerto de Buenos Aires. Sin embargo, es posible identificar algunos rasgos típicos en el viaje de los miles y miles que llegaron a la Argentina. Diferentes personas, distintas nacionalidades, unieron sus historias en un itinerario común. Podría tratarse de jóvenes de España o Italia sin trabajo; o de judíos del Imperio Ruso, cansados de las persecuciones por parte de su gobierno. Fatigados por los problemas económicos o de ser perseguidos, cientos de europeos tomaban la decisión de buscar un futuro mejor cruzando al otro lado del Océano Pacífico. Atraídos por la propaganda de “hacerse la América”-con la promesa de volverse ricos en una nación ubicada al sur de este continente-, compraban un pasaje barato en la tercera clase en un barco de vapor, y así, comenzaban su historia de migrantes. Luego de un viaje que, generalmente, se hacía en muy malas condiciones, llegaban al puerto de Buenos Aires. A pocos pasos del puerto, pasaban en el Hotel de Inmigrantes sólo cinco días, donde regularizaban su situación mientras intentaban conseguir trabajo y alojamiento. Posiblemente, algún compatriota o conocido, que había llegado antes que él, los ayudaba. Los inmigrantes, solían buscar dos objetivos bien distintos. Unos llegaban para trabajar un tiempo, juntar dinero gracias a los sueldos altos que se pagaban en comparación con Europa, y luego regresar a su país de origen. Otros llegaban con la intención de radicarse definitivamente para iniciar una nueva vida. Estos últimos, habitualmente, venían solos y trabajaban hasta ahorrar lo suficiente para pagar el pasaje de su familia. Además, las cartas que mandaban a los parientes y amigos en Europa también solían convencer a muchos de ellos de iniciar también la aventura de migrar. Los primeros años del inmigrante eran siempre muy duros. Sólo con el tiempo, algunos pudieron disponer de un modesto capital para instalar su propio taller, su comercio o su pequeña explotación rural. Otros trabajaron toda su vida sin lograr grandes mejoras en su posición. Muchos menos fueron los que amasaron grandes fortunas. 1. En el texto, subrayen - Con rojo la información que ayuda a entender por qué muchas personas decidieron migrar a Argentina. - Con azul la información sobre las condiciones en las que viajaban. - Con verde la información acerca de cómo eran los primeros días de los inmigrantes en el país. 2. Para conocer más sobre el viaje de los inmigrantes desde Europa hasta América, vean el video que muesta fragmentos de la serie de ficción Vientos de agua en goo.gl/uZuHhA. Mientras lo ven, tomen nota de la información sobre las condiciones en las que viajaban los inmigrantes. 5 Lean este texto para conocer cómo eran las viviendas en donde habitaban la mayoría de los inmigrantes que se quedaron en las ciudades. Los conventillos La llegada masiva de inmigrantes a la Argentina produjo un importante crecimiento de la población del país. En las ciudades-puerto, como Buenos Aires y Rosario, donde se localizó gran parte de los recién llegados, el aumento de la población fue vertiginoso. La cantidad de habitantes de la ciudad de Buenos Aires –incluidas las actuales localidades de Avellaneda y Lanús– creció de 330.000 personas en 1880, a 660.000 en 1895 y a 2.000.000 en 1914. ¿Cómo y dónde se alojó esa creciente población? No existían por entonces programas de vivienda pública y los inmigrantes no tenían recursos suficientes para comprar una casa o un terreno donde edificarla. La mayor parte de los recién llegados, entonces, se convirtieron en inquilinos, es decir, que alquilaban el lugar donde vivir: hacia 1904 el 70% de la población total de la ciudad de Buenos Aires era inquilina. En respuesta a esta necesidad de vivienda de los nuevos habitantes, nacieron los conventillos o casas de inquilinato. Los primeros conventillos se establecieron en las antiguas casonas del centro de la ciudad, especialmente de la zona sur (abandonadas a partir de la epidemia de fiebre amarilla de 1871); cuyos dueños se fueron trasladando hacia el norte, donde construyeron sus nuevas residencias. Cada cuarto de esas grandes casonas desalojadas, en ocasiones muy deterioradas, se transformó en una vivienda independiente y se ofreció en alquiler. Por ello, en cada conventillo vivían muchísimas personas. Por ejemplo, el conventillo de Piedras 1268, llegó a albergar a 500 personas en 104 piezas. Con el tiempo comenzaron a construirse edificios especialmente destinados a albergar inmigrantes, por ejemplo, los inquilinatos de La Boca, construidos de madera y cinc para alojar a la población que debía vivir en las cercanías del puerto por razones laborales. Como estas construcciones se realizaban exclusivamente con la finalidad de obtener la renta por sus habitaciones, los materiales empleados y el tipo de construcción eran de muy mala calidad. En general, los conventillos tenían un patio central alrededor del cual se levantaba una doble fila de habitaciones en la planta baja y en uno o dos pisos superiores. En cada habitación, que carecía de ventanas, vivía una familia. Los baños eran escasos, tanto el inodoro como la pileta eran comunes. Había, en los barrios de Once y La Boca, un baño cada diez cuartos aproximadamente (según las estadísticas de 1919). Las canillas para proveerse de agua también eran escasas. El agua potable provenía de pozos y no había cloacas. En algunos conventillos había cocinas comunes, pero lo más frecuente era que se cocinara en los cuartos. En cada habitación había un calentador a alcohol o aceite que se colocaba en la puerta para que los olores fueran al patio. Si la pieza estaba en la galería superior, se lo ubicaba en el pasillo. También se destinaban a la cocina los rincones del patio. 1. a. Subrayen en el texto las características que tenían los conventillos. b. Anoten qué problemas podrían generar estas características. 2. Inventen un breve diálogo que podrían tener dos inmigrantes que vivían en el conventillo de Piedras 1268. Incluyan en el diálogo los problemas que anotaron en la actividad 1. Actividad de cierre de la primera parte Teniendo en cuenta la información que subrayaron en los textos y las notas que tomaron sobre el video, escriban una carta como si fueran un inmigrante que ha llegado a la Argentina y contaran a su familia: - Cómo fue el viaje en barco. - Cómo fueron sus primeros días en el país. - Cómo era la vida en el conventillo. 6 Segunda parte: La Argentina en la época de la Gran Inmigración Lean el siguiente texto para empezar a entender por qué tantos inmigrantes vinieron a la Argentina entre 1870 y 1914. Un país agroexportador Durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera parte del siglo XX, los gobernantes de la época y un grupo de familias ricas y propietarias de grandes extensiones de tierra organizaron la economía de nuestro país en función de las demandas de materia prima y alimentos que tenían los países industrializados. La economía argentina en el mundo Como consecuencia del rápido crecimiento de las nuevas industrias, en Inglaterra primero y en otros países europeos más tarde, los gobernantes y los hombres de negocios de esos países pensaron que era conveniente comprar alimentos y materias primas en el exterior. Fue por esto que, durante las últimas décadas del siglo XIX, crecieron constantemente las compras de cereales, carnes, frutas tropicales y productos tales como lana, cobre y caucho a distintos países de América Latina, entre ellos la Argentina. En las ciudades europeas, los alimentos provenientes de América eran consumidos por la población. Y las materias primas eran usadas para elaborar productos manufacturados. Por ejemplo, la lana que los comerciantes ingleses compraban a los productores argentinos era usada como materia prima en las fábricas textiles de Inglaterra. En esta nueva organización del comercio internacional, la economía argentina se fue especializando en la producción de cereales y de carne para la exportación. En consecuencia, el país fue un fuerte importador de productos manufacturados industriales. Fue así que partir de 1853, los grupos dirigentes se propusieron como objetivo de gobierno que la Argentina avanzara en lo que ellos consideraban “el camino del progreso”. Creían que para lograr esa meta era necesario poblar el territorio y al mismo tiempo desarrollar la agricultura. Nuestro país tenía enormes extensiones de tierra (muchas de las cuales se les habían arrebatado recientemente a los pueblos originarios) que era necesario poblar y trabajar, con el objetivo de poder obtener materias primas y alimentos para vender en el exterior. 1. Entre todos, expliquen qué significan las palabras que aparecen en este cuadro: Argentina - Exportaba materia prima - Importaba productos manufacturados Inglaterra - Importaba materia prima - Exportaba productos manufacturados 2. Expliquen por qué el título de este texto es “Un país agroexportador”. 3. Expliquen qué relación hay entre la economía del país y la llegada de inmigrantes. 7 Algunas medidas para promover la inmigración Las actividades económicas impulsadas requerían de muchos trabajadores, más de los que había en el país. Para disponer de la mano de obra que necesitaban, los gobernantes promovieron la inmigración europea, es decir, tomaron diferentes medidas que, con distinto peso, contribuyeron a que muchos europeos, que se iban de sus países porque no tenían trabajo, eligieran la Argentina como lugar de destino. A continuación les presentamos algunas de estas medidas.1 1. La Constitución Nacional de 1853 El artículo 25 dice que “el Estado fomentará la inmigración europea” y que no se pondrán restricciones a la entrada de extranjeros que vengan al país a trabajar. El artículo 20 les asegura a los extranjeros el goce de los derechos civiles del ciudadano: pueden trabajar, poseer tierras y hacer con ellas lo que deseen, navegar los ríos y costas, ejercer libremente su religión, hacer su testamento y casarse según las leyes. 2. “En la década de 1850, el gobierno de la Confederación Argentina (bajo la presidencia de Urquiza) impulsó la creación de colonias agrícolas habitadas por inmigrantes de una misma nacionalidad. Los colonos recibían una parcela de tierra en propiedad. De este modo se formaron los pueblos de Esperanza y San Carlos, en Santa Fe, y Colonia San José, en Entre Ríos.” 3. En 1876 se promulgó la denominada Ley Avellaneda que estableció que los inmigrantes: “Tenían derecho a ser alojados y mantenidos por el Estado argentino durante cinco días después de su llegada. Para ese fin se destinó un edificio conocido como Hotel de Inmigrantes, cercano al puerto de Buenos Aires. Podían viajar gratis hasta el lugar donde pensaban radicarse.” 4. “Entre 1880 y 1890 arribaron al país más de 1.000.000 de extranjeros, de los cuales aproximadamente se establecieron alrededor de 850.000. Sin embargo, hacia fines de la década, la inmigración no bastaba para satisfacer la demanda de brazos para las cosechas. Entre 1888 y 1890, el Estado invirtió unos cinco millones de pesos oro para pagar los pasajes de más de 130.000 personas.” 5. “El gobierno argentino organizó en el exterior una campaña publicitaria que presentaba a la Argentina como un lugar donde era posible encontrar trabajo y donde, incluso, existía la posibilidad de ser propietario de una parcela de tierra.” “La campaña fue un éxito: entre 1880 y 1890 llegaron a este país, que tenía menos de dos millones de habitantes, un millón de inmigrantes y 650.000 se radicaron definitivamente en él.” 1. Expliquen por qué cada una de estas medidas favoreció la inmigración (es decir, cómo influyó en que las personas tomaran la decisión de migrar). 2. Usando la información que anotaron en la actividad anterior escriban un breve texto en donde se explique por qué la situación en Argentina contribuyó a que muchos europeos decidieran migrar a este país. 3. Lean este texto y expliquen por qué se puede afirmar que no todas las medidas de la época favorecían a los inmigrantes. La Ley de Residencia Los inmigrantes que vinieron al país atraídos por la idea de que en Argentina tendrían un buen futuro, se encontraron con pésimas condiciones de vida: los trabajos y las viviendas no eran lo que esperaban. Frente a estas condiciones, los inmigrantes comenzaron a organizarse para luchar. Pero en 1902 se sancionó la Ley de Residencia que permitía al gobierno expulsar a cualquier extranjero “cuya conducta comprometa la seguridad nacional o perturbe el orden público”, quien tenía tres días para salir del país. 1. Estas medidas y la actividad fueron tomadas del cuadernillo “La República Argentina desde su conformación hasta las primeras décadas del siglo XX” elaborado por el Programa de Grado de Aceleración del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. 8 Vuelvan a leer el último párrafo de la historia de Francesca. a. ¿Por qué dice “Francesca no tenía otra opción que la de volver a su Italia natal”? b. La Ley de residencia servía para atemorizar a muchos inmigrantes que, como Francesca, luchaban por mejores condiciones de vida. ¿Por qué creen que el mismo gobierno que promovía la inmigración sancionó una ley que permitía expulsarlos? Actividad de cierre de la segunda parte Relean las respuestas que escribieron en la Segunda parte: La argentina en la época de la Gran inmigración y escriban un texto en donde se explique: - Cuál era el modelo económico del país. - Por qué se necesitaba que ingresaran inmigrantes al país. - Qué políticas se llevaron a cabo para fomentar la inmigración. Tercera parte: Las mujeres en la época de la Gran Inmigración Lean este texto para saber cómo era ser mujer en la época de la Gran Inmigración Las mujeres a fines del siglo XIX y principios del siglo XX Según las leyes de la época, las mujeres tenían los mismos derechos que los niños: una mujer mayor de 18 años soltera estaba bajo la tutela de su padre o de su hermano, y una casada, de su marido. Necesitaban el permiso del varón para trabajar, comerciar o para estudiar. Se encontraban así en una situación de “potestad del hombre”. Además, se consideraba que las mujeres eran biológicamente inferiores a los varones. Mientras que los hombres poseían inteligencia y racionalidad que les permitía tomar decisiones, administrar los bienes, gobernar, escribir las leyes y hacerlas cumplir, se creía que las mujeres guiaban sus actos por los sentimientos y las pasiones. Por eso, las mujeres tenían la tarea “natural” de ser madres y ocuparse de la casa y de la familia. Cuando para las familias más humildes resultó necesario que las mujeres comenzaran a trabajar fuera de sus hogares, éstas no ocuparon un lugar igualitario al de los hombres: su salario era inferior aunque realizaran la misma tarea. En la mayoría de los casos, las mujeres trabajaron en el comercio, en el servicio doméstico y en la industria. Si bien en estos años aparecen las primeras mujeres con título universitario, esto era el privilegio de unas pocas. Las mujeres de clase alta –y algunas de clase media ascendente-, ganaron terreno en el espacio público, aunque lo hicieron fundamentalmente desde el ámbito académico. Se trataba, en general, de mujeres que buscaban la paridad con los varones en el campo profesional; y también en lo laboral, aunque para éstas el trabajo no era una necesidad económica sino una forma de realización individual. Según la Constitución Nacional de 1853 las mujeres no eran consideradas ciudadanas. En 1912, llega la celebrada ley de sufragio “universal” y obligatorio. El artículo 1 de la Ley Sáenz Peña, como se la llama, dice que “son electores nacionales los ciudadanos nativos y los naturalizados desde los diez y ocho años cumplidos de edad, siempre que estén inscriptos unos y otros en el padrón electoral.” El padrón era el mismo listado del servicio militar y en el momento del sufragio, los votantes debían presentar la libreta de enrolamiento, documento que sólo poseían los varones. Entre todos, expliquen estas frases - Según las leyes de la época, las mujeres tenían los mismos derechos que los niños. - Se consideraba que las mujeres eran biológicamente inferiores a los varones. - Si bien en estos años aparecen las primeras mujeres con título universitario, esto era el privilegio de unas pocas. 9 Las luchas de las mujeres A pesar de ser consideradas incapacitadas para la participación en los espacios públicos, hubo mujeres que participaron de diferentes luchas sociales y políticas. Las acciones que encararon las mujeres, no fue igual para todas. Existieron diferentes posturas ideológicas sobre las causas, los objetivos y las formas de dar la pelea. Mujeres socialistas Algunas mujeres se vincularon al Partido Socialista. Este partido buscaba la igualdad de derechos civiles y políticos a través de reformas, es decir, buscaban modificar las leyes para lograr esta paridad. La estrategia fundamental era a través del voto. Los socialistas confiaban en la participación electoral: creían que se podría lograr una sociedad más justa si los trabajadores llegaban al poder mediante las elecciones. Pensaban que ocupando cargos en el gobierno, podrían realizar reformas progresivas para ir acabando de a poco con las grandes desigualdades. Sumaban en sus filas a los sectores medio y medio-alto. Le daban importancia a que las mujeres puedan acceder a la universidad y al voto. Las mujeres socialistas escribían en el periódico La Vanguardia y abrían círculos culturales. Mujeres anarquistas Otras mujeres, en cambio, se vincularon a agrupaciones anarquistas. Los anarquistas se diferenciaban de los socialistas porque opinaban que participar de las elecciones sólo servía para engañar a los trabajadores, haciéndolos creer que se podían conseguir conquistas desde el gobierno. Los anarquistas no creían que ningún gobierno pudiese acabar con las desigualdades sociales. Pensaban que para terminar con la injusticia, había que acabar con las diferencias entre las clases sociales. Creían que la forma de organización debía ser desde abajo hacia arriba: los barrios, las fábricas, los sindicatos. Privilegiaban la huelga como método de lucha, por lo cual fueron muchas veces brutalmente reprimidos y perseguidos. Hasta 1930 los anarquistas dirigieron la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) que representaba a miles de trabajadores. Muchos trabajadores inmigrantes que no podían votar simpatizaron con este movimiento. Muchas mujeres se volcaron al anarquismo porque creían que el problema no estaba en las leyes, sino en las ideas que se tenían respecto a las diferencias entre varones y mujeres en la sociedad. Su lucha por acabar con las diferencias entre hombres y mujeres y con las injusticias sociales era en las calles protestando, opinando, acusando, y también lo fue a través de la difusión de sus ideas en La voz de la mujer, periódico escrito por mujeres y para mujeres. 1. Los socialistas y los anarquistas querían terminar con las desigualdades entre las clases sociales. ¿Qué creían unos y otros que deberían hacer para lograrlo? 2. ¿Por qué creen que Francesca se vinculó con los anarquistas? ¿Qué ideas le habrán llamado la atención? ¿Por qué? 10 Dos mujeres, dos historias A continuación presentamos los relatos de dos mujeres que vivieron y lucharon en Argentina a principios del S. XX Julieta Lanteri (Italia, 1873 – Argentina, 1932) Fue una de las pocas mujeres a la que se le dio el permiso de ingreso a la Facultad de Medicina, la primera en votar en Sudamérica y en presentarse como candidata a diputada y concejal, opacando a muchos políticos de entonces. Organizó, junto a otras mujeres, el Congreso Femenino Internacional, que mostró al mundo la organización feminista y las propuestas para modificar las situaciones de inferioridad que vivían las mujeres argentinas y del mundo. Juana Rouco Buela (España, 1889 – Argentina, 1968) Intervino en decenas de huelgas y luchas sociales. Era muy buena oradora y tenía una fuerte capacidad organizativa. Participó activamente en la Huelga de Inquilinos contra el alza de alquileres. Por su participación en esta huelga, el gobierno le aplicó la Ley de Residencia para expulsarla del país. Junto a un grupo de mujeres fundó el Centro de Estudios Sociales Femeninos y creó el periódico anarquista “Nuestra Tribuna”, dirigido y escrito por y para mujeres. 1. ¿Qué aspectos de las luchas de socialistas y anarquistas aparecen mencionados en los relatos de la vida de estas mujeres? 2. Vuelvan a leer el texto “Ser mujer a fines del siglo XIX y principios del siglo XX”. ¿Qué aspectos de la vida de Julieta Lanteri y Juana Rouco Buela no corresponden a lo que se esperaba de las mujeres en esa época? 3. Para saber más sobre la vida de Julieta Lanteri, pueden ver el video “Bio.ar Julieta Lantieri” que aparece en el siguiente link: goo.gl/a2o2bX Una huelga encabezada por mujeres Como leyeron en la Historia de Francesca, en 1907 comenzó una huelga de los inquilinos de los conventillos. Lean este texto para saber más sobre lo que sucedió. La huelga de las escobas En 1907, los inquilinos de distintos conventillos de la Ciudad de Buenos Aires comenzaron una huelga reclamando a los propietarios que mejoraran las condiciones de las construcciones, bajaran el precio de los alquileres y eliminaran los tres meses de depósito que les cobraban. Los ocupantes de los conventillos decidieron atrincherarse en sus viviendas y no pagar el alquiler hasta obtener lo que reclamaban. La huelga, que se extendió rápidamente a otras ciudades del país como Rosario, finalmente fracasó: los participantes fueron reprimidos, se produjeron desalojos y las condiciones de vida en los conventillos no se modificaron. A continuación aparecen tres fotografías que fueron tomadas durante la Huelga de las Escobas. Con la información que aparece en la Historia de Francesca y en el texto anterior, escriban un epígrafe para cada una de estas imágenes. 11 Actividad de cierre de la tercera parte Escriban un volante como si fuesen una mujer inmigrante que participa de la Huelga de las Escobas y busca que otros inquilinos se sumen a la huelga. Expliquen por qué motivos se realiza la huelga: en qué condiciones viven los habitantes de los conventillos, qué reclaman, por qué piden que se sume más gente y todo lo que consideren necesario. 12