Uno de los esquemas teóricos más citados para describir y explicar los procesos de control de la atención es, seguramente, el modelo propuesto por Norman y Shallice (1986). Los autores de este modelo tratan de dar cuenta de la conducta dirigida a metas, el control de la acción, y el afrontamiento de situaciones novedosas. El modelo consta de tres subcomponentes: (1) los esquemas de acción, (2) el planificador de competición, y (3) el sistema atencional supervisor (del inglés action schemas, contention scheduling y supervisory attentional system; SAS). En el corazón del modelo ATA reside la noción de unidad de control de esquema, o de representaciones de las respuestas. Estos conceptos designan unidades que controlan acciones sobreaprendidas específicas y que pueden corresponder tanto a movimientos explícitos, como a la activación de representaciones a largo plazo que guían la conducta voluntaria. Las unidades de control de esquema reciben entradas (inputs) procedentes de fuentes tanto internas como externas al organismo. En algunas ocasiones muchas unidades de esquema pueden ser activadas simultáneamente y es necesario un proceso de control que asegure que se selecciona la unidad apropiada. Norman y Shallice (1986) postularon dos tipos de procesos de selección o de control. En primer lugar, existe un tipo de proceso de selección que actúa de modo pasivo, y que realiza la función de activar aquel conjunto de esquemas que satisface de modo más eficaz las demandas de tareas familiares o sencillas. Los esquemas activados podrían competir entre sí, o con algún otro esquema, especialmente cuando dos unidades de control son incompatibles. Sin embargo, el modelo propone que sólo puede llevarse a cabo uno de los esquemas (o bien varios esquemas compatibles entre sí). En segundo lugar, cuando la competición de esquemas no resuelve el conflicto por sí misma, se requerirá la puesta en marcha de un segundo mecanismo de selección denominado Sistema Atencional Supervisor (SAS). Según estos autores, el SAS es esencial para asegurar la flexibilidad de la conducta, pues su función consiste en responder ante situaciones novedosas o altamente complejas donde la selección de esquemas no es suficiente para satisfacer las demandas de la tarea. Este proceso trabaja de forma más lenta y de manera consciente, alterando la probabilidad de que ciertos esquemas sean seleccionados (a través de procesos de activación/inhibición) en función de las demandas de la situación, o para priorizar unos objetivos sobre otros. A diferencia del proceso planificador de la competición, el SAS tiene acceso a las representaciones del ambiente y a las metas de la persona (Norman & Shallice, 1986). Posner y Petersen En el modelo de Posner y Petersen (1990) de la atención, recientemente actualizado (Fernández-Duque & Posner, 2001), los autores proponen la existencia de tres redes neurales anatómica y funcionalmente independientes responsables de los procesos atencionales. A pesar de su independencia anatómica y funcional, estas redes también pueden interaccionar durante la respuesta a estímulos, por lo que se considera que estas redes mantienen una relación funcional. Dos de estas redes se encontrarían anatómicamente distribuidas por el córtex cerebral anterior (i.e., la red de vigilancia y red ejecutiva). La tercera de estas redes , la red de orientación de la atención, estaría distribuída por las regiones posteriores de la corteza cerebral (Posner & Petersen, 1990). El paradigma Oddball presenta tres modalidades: 1. Se presenta al sujeto un solo estímulo objetivo y cuando aparece el estímulo objetivo el sujeto debe responder según instrucciones. CAPÍTULO I. INTRODUCCIÓN 45 2. En la segunda modalidad se presentan dos estímulos. Estos estímulos se exhiben al azar. Uno de ellos aparece con una frecuencia baja (estímulo objetivo) y el otro con una frecuencia mayor (estímulo estándar). Al sujeto se le instruye para que conteste al estímulo objetivo. 3. Por último, el paradigma Oddball puede presentar tres estímulos: estímulo estándar, estímulo distractor y estímulo objetivo. El estímulo estándar se presenta con bastante asiduidad y el estímulo distractor y estímulo objetivo con menor frecuencia. A los sujetos se les instruye para que contesten sólo al estímulo objetivo. Inhibición de retorno Es un fenómeno por el que la atención, durante un corto periodo de tiempo, evita volver "sobre sus pasos" y visitar zonas previamente exploradas. Suponemos que durante 250ms presentamos un monitor, una señal visual exógena que marca una potencial ubicación de un estímulo target, letra X. El sujeto debe presionar un botón lo más rápidamente posible cuando detecte la X. Si el tiempo que transcurre entre la presentación de la señal y la aparición del target (SOA) es superior a 300ms, se observa que el TR ante el target se incrementa en comparación con las condiciones en las que no aparece una señal previa, o con las condiciones en las que el SOA señal-target es inferior a 300ms. La lógica que subyace es que la aparición de la señal exógena capta la atención, pero dado el estímulo no se presenta de inmediato, el mecanismo atencional considera que esa región no contiene información de interés y desplaza el foco hacia otras zonas, evitando volver de forma inmediata a la explorada.