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Reconsiderando el caso Eichmann El presi

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El presidente Frondizi en la encrucijada
Reconsiderando
el caso Eichmann
por Raanan Rein
En mayo de 1960, el criminal de guerra nazi Adolf Eichmann fue capturado y secuestrado por el
servicio de inteligencia israelí (Mossad). El éxito de la Operación Finale anunciada por Ben Gurion
tensó las relaciones diplomáticas entre la Argentina e Israel. La crisis logró sortearse finalmente
pese a las protestas de los grupos nacionalistas. Sin embargo sirvió para socavar aún más el ya
debilitado gobierno de Arturo Frondizi.
En su edición Nº 116 de enero de 1977, Todo es Historia publicó “El caso Eichmann”, un artículo
pionero de Mariano Reyna. Hoy, el historiador Raanan Rein revisa el caso y apela a documentos
inéditos para redefinir este asunto y plantear nuevos interrogantes.
aya donde Tolstoy y avise de inmediato que el
Dibuk fue capturado y llevado a Israel. Este
mensaje debe ser entregado entre las 14.00 y
las 14.30, hora local. Estas instrucciones fueron enviadas por Shlomo Cohen-Abarbanel, agente del Mossad
israelí, en un telegrama secreto el 23 de mayo de 1960
al representante de dicha organización en Alemania1.
“Tolstoy” era el nombre codificado de Fritz Bauer, el fiscal general del Estado de Hessen, en la República Federal de Alemania (RFA), un sobreviviente del Holocausto
que cumplió un papel clave para rastrear al criminal de
guerra nazi Adolf Eichmann en la Argentina, quien aparece mencionado en el mensaje como Dibuk, uno de los
nombres en código que usaba el Mossad en su correspondencia interna para referirse a él. Otros nombres
fueron Titus y Het Mem, iniciales de las palabras hebreas
“merece morir”.
Cohen-Abarbanel tuvo su primer encuentro con Bauer
en 1957 y en aquella ocasión obtuvo las pistas que condujeron a encontrar a Eichmann en Argentina.
Una hora y media después del envío del mensaje a
Bauer, el primer ministro de Israel, David Ben Gurion,
informó a la Knesset (Parlamento israelí) sobre la captura de Eichmann, de quien dijo que fue “responsable junto
a los jerarcas nazis de lo que dieron en llamar la solución
final de la cuestión judía, o sea el exterminio de seis
millones de judíos europeos”.
V
6/ TODOESHISTORIA Nº559
Este telegrama fue uno de los documentos que el público pudo ver en la exhibición inaugurada en febrero de
2012 en Beit Hatfutsot, en Tel Aviv, “Operación Finale:
la historia de la captura de Eichmann”. Su éxito sorprendió a muchos. Decenas de miles acudieron para ver
piezas que el Mossad mostraba por primera vez, entre las
que se incluían objetos, credenciales, documentos de
diversos tipos, fragmentos de videos y descripciones de
los modos de operar que se desarrollaron especialmente
y se aplicaron por primera vez para este operativo. El
gran número de visitantes y el eco que produjo forzaron
a los directores del museo a prolongar por varios meses
la exhibición, más allá de lo programado, hasta fines de
agosto. Esto prueba el gran interés que despierta aún,
medio siglo después, la captura de un oficial de las SS
que se convirtió en símbolo de las atrocidades cometidas por el gélido aparato burocrático que estuvo a cargo
de la ejecución de la Endlösung, la solución final de la
cuestión judía. Además, la exhibición produjo una fascinante ola de nuevos testimonios; el libro de visitantes
se llenó rápidamente con cientos de páginas diferentes
de las habituales expresiones de agradecimiento y estima; muchos de los visitantes dejaban números de teléfono y direcciones de correo electrónico para ser contactados por los organizadores, si querían tener pormenores adicionales inéditos. Algunos de ellos trajeron
recortes de periódicos, credenciales y documentos de
Una sesión del
juicio. LLevado a
cabo en Jerusalén,
Israel.
TODOESHISTORIA Nº559 /7
diversos tipos que retuvieron en sus casas durante décadas y que nadie había visto hasta entonces2.
Este artículo traza en forma concisa la captura de Eichmann y su impacto en las relaciones bilaterales entre la
Argentina e Israel, rápidamente rehabilitadas, basándose en nuevos testimonios revelados. Algunas preguntas
siguen abiertas, entre ellas si el entonces presidente
Arturo Frondizi estaba o no al tanto de los planes de
secuestrar al criminal nazi y qué alcance tuvo la participación de argentinos-judíos en este episodio3.
Su arribo a la Argentina
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, el oficial de las
SS, Adolf Eichmann, fue nombrado comandante del
Departamento para Asuntos Judíos de la Gestapo, la
policía secreta alemana. A comienzos de 1942, cuando
en la Conferencia de Wannsee se debatió “la solución
final” de la cuestión de los judíos de Europa, Eichmann
fue quien convocó a los participantes, redactó el discurso de Reinhard Heydrich y también registró las minutas
y resoluciones de la reunión. A raíz de la misma fue
designado como responsable de la ejecución de la Endlösung, lo que incluía las detenciones, deportaciones, confiscaciones del patrimonio de los judíos y su traslado a
los campos de exterminio. Al final de la contienda fue
capturado por los estadounidenses cuando utilizaba la
falsa identidad de Otto Eckmann. Logró evadirse de
aquel arresto y vivió en Alemania con el nombre de
Otto Heninger.
Ya en sus primeros días como estado soberano, obraban
en poder de los servicios de seguridad de Israel evidencias de que Eichmann estaba vivo y -aunque nunca fue
plasmada en un plan operativo concreto-, surgió la idea
de secuestrar a su esposa e hijos para ubicar su paradero.
En un documento de agosto de 1948, o sea en pleno
fragor de las batallas de la Guerra de Independencia
contra sus vecinos árabes que se rehusaban a aceptar el
establecimiento de un Estado judío en Palestina, escriben: “nos estamos ocupando de enviar una persona adecuada para entablar vínculos con su esposa; quizás con su ayuda podamos informar dónde se encuentra. En caso de no
lograr informarlo, somos del parecer que se debe secuestrar a
su esposa y sus dos hijos y ponerlos en un lugar de
resguardo”4.
Pero los desafíos que debía enfrentar el nuevo Estado
relegaron la búsqueda y localización de criminales de
guerra nazis a un lugar bajo en la escala de prioridades
nacional, hasta fines de la década de 1950.
Los tomadores de decisiones y los dirigentes de las fuerzas de seguridad no intentaron seguir el rastro de los
genocidas que hallaron refugio en diversos países tras el
colapso del III Reich. El nuevo Estado de Israel enfrentaba retos difíciles que amenazaban su seguridad y sus
líderes vivían con una constante ansiedad existencial
acerca de su destino y su futuro. Los grandes desa-fíos
económicos y sociales, que incluían la absorción e integración de una amplia ola de inmigrantes, también
requerían la máxima atención. Estas necesidades imperiosas fueron la razón de la merma de la atención que se
prestó a los criminales nazis, excepto cuando se trató de
científicos alemanes que operando desde países árabes
podían llegar a aportar al esfuerzo bélico orientado a la
aniquilación del Estado Judío. Algunos autores, como
Bascomb, incluso sostienen que “la omisión de actividades por parte del Mossad en esta causa reflejaba la falta de
interés de la sociedad israelí para enfrentarse a la cuestión
Desde Génova. Copia del documento con el que Ricardo Klement/Eichmann obtuvo el visado para la Argentina, en 1950.
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de los crímenes cometidos contra el pueblo judío”.
Rafi Eitán, comandante de la unidad que capturó a
Eichmann, lo expresó así: “En los primeros años del estado, los sabras, nativos de Israel, vacilaron entre la crítica, la
represión o la indiferencia en lo que atañe al Holocausto. La
sociedad israelí de la década de 1950 fue idealista e inflexible, dejando poco espacio para la compasión y la aceptación
en su actitud para con los sobrevivientes del Holocausto. El
foco del joven estado estaba orientado hacia el futuro, ignorando el pasado”5.
Con estos datos como antecedentes, no sorprende que
el Mossad y el Shin Bet hayan rechazado el manejo de la
captura del teniente coronel de las SS. En enero de
1952, un intercambio de cartas entre ambas organizaciones bajo el título “Asunto: Adolf Eichmann”, dice
“Transferimos a su manejo todo el material que obra en
nuestro poder sobre el asunto. Como podrán comprobar en
virtud de la correspondencia mantenida últimamente, hubo
intenciones de que nos hiciéramos cargo, pero después de
obtener algunos datos primarios comprendimos que carecemos de los medios para dedicar al tema el trato adecuado”6.
Al margen, una nota manuscrita dice: “La autoridad no
desea hacerse cargo del tema. Sírvase archivar el expediente”. En otra nota manuscrita adjunta: “No es su
función ocuparse de la captura de Eichmann”.
Eichmann, por su parte, llegó a Italia en 1950 con la
ayuda de personalidades de la Iglesia; el 14 de junio de
aquel año obtuvo un visado en el consulado argentino
en Génova, que lo habilitaba para entrar al país sudamericano, donde llegó a mediados de julio a bordo del
Giovanna C portando documentos emitidos por la Cruz
Roja Internacional, a nombre de Ricardo Klement, de
estado civil soltero. Su esposa Vera y sus hijos se junta-
ron con él dos años después. A lo largo de la década del
cincuenta aprovechó sus contactos con argentinos de
origen germánico, pero se mantuvo al margen de la
comunidad argentina-alemana. Intentó ejercer diversos
oficios, entre ellos establecer una lavandería en Olivos,
que quebró. Después entró a trabajar en una empresa
que exploraba la posibilidad de explotar recursos hídricos para producir energía eléctrica, en cuyo marco se
desplazó para trabajar un período en la provincia de
Tucumán. Su último lugar de trabajo fue en la filial
argentina de Mercedes Benz en Buenos Aires. A fines de
1959 se sentía bastante seguro, lo que se manifiesta en
su falta de empeño por ocultar su verdadera identidad.
La búsqueda del criminal de guerra nazi
Aunque los rumores de que había encontrado refugio
en América del Sur se difundieron a lo largo de los años
‘50, recién hacia fines de 1957 llegó a manos de Isser
Harel, a la sazón jefe del Mossad, información primaria
sólida sobre el paradero de Eichmann en Buenos Aires.
La fuente era Fritz Bauer, el fiscal general del Estado de
Hessen, que lo entregó al agente del Mossad Shlomo
Cohen-Abarbanel, hermano del entonces asesor jurídico
del gobierno israelí, Haim Cohen.
Bauer, de origen judío, se basó en cartas que recibió de
Luther Hermann, un jubilado que era judío por una de
sus ramas, quien en 1936 había sido encarcelado en
Dachau y emigró a la Argentina después de la “noche
de los cristales” (Kristallnacht, noviembre de 1938). Los
padres de Hermann fueron asesinados en el marco del
Holocausto. La hija de Hermann, Silvia, trabó amistad
con un muchacho llamado Nicolás o Klaus, que para
asombro de Hermann resultó ser uno de los hijos de
Fachada. Casa de la calle Garibaldi, en San Fernando, provincia de Buenos Aires en la que vivió Eichmann y su familia.
TODOESHISTORIA Nº559 /9
Eichmann. A la información que envió, adjuntó la
dirección de la familia Klement/Eichmann en Buenos
Aires. Dos agentes del Mossad salieron para verificar los
datos y llegaron a una conclusión idéntica: no es razonable que se trate del criminal de guerra nazi, particularmente debido al marcado contraste entre la conspicua vida de Eichmann en Budapest, en 1944, cuando
estuvo a cargo de la deportación de judíos húngaros en
trenes hacia Auschwitz, y la dirección de la residencia
en un suburbio miserable, incompatible con la vivienda
de un oficial nazi de jerarquía. El oficial de la policía
Efraim Hofstetter-Elrom, que entrevistó a Hermann
cuando viajó a la Argentina para participar en un Congreso de Interpol, no se llevó una buena impresión de la
fiabilidad de la fuente. En agosto de 1958, el Mossad
resolvió congelar su actividad al respecto.
En los meses siguientes, Bauer sintió gran frustración y
un creciente enojo por lo que consideraba como un fracaso de los israelíes. Efectivamente, la actividad del Mossad en estas etapas preliminares aparece como afectada
por una nada desdeñable falta de suerte y de torpeza.
Pareciera que en este caso, como en muchos otros, la
distancia entre el éxito y el fracaso era muy corta. El
Mossad tuvo dificultades para ubicar a Eichmann, incluso después de haber obtenido la información primaria
proporcionada por Luther Hermann y Fritz Bauer. La
descripción de las actividades preliminares de Yoel
Goren, Efraim Hofstetter, Efraim Ilani y Zví Aharoni en
Eichmann, oficial de la SS. Ejecutor de la “solución final”.
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sus intentos por corroborar si se trataba efectivamente
del genocida, deja la impresión de que el asunto se
manejó con cierto amateurismo y sin la sofisticación y
responsabilidad que suele desplegar la agencia israelí
para operaciones de inteligencia7. Al leer los relatos de
la captura pareciera que podía haber terminado en la
nada, como ocurrió cuando en la misma oportunidad
intentaron localizar a Josef Mengele, el “Ángel de la
Muerte” de Auschwitz, que logró escapar a tiempo a un
país vecino.
Para finales de 1959, Bauer exigió una entrevista en la
que participara también el asesor jurídico Haim Cohen.
Allí presentó la falsa identidad que utilizaba Eichmann
en la Argentina, la de Ricardo Klement, y los lugares en
los que había trabajado los últimos años8. En febrero de
1960, Aharoni, agente del Mossad, fue enviado a Buenos
Aires para verificar la información; obtuvo ayuda de
varios argentinos-judíos y ubicó la casa en la que habitaba Eichmann en el suburbio de San Fernando con su
esposa y cuatro hijos. Logró seguir sus pasos y fotografiarlo con una cámara oculta en un maletín. Las imágenes obtenidas fueron comparadas con las que tenían de
los tiempos de la Guerra y la forma de la oreja izquierda
fue revisada por dos expertos. Ambos llegaron a la conclusión que había entre las dos personas fotografiadas
diez elementos idénticos y ningún punto que fuera del
todo incompatible9. Harel elevó el informe correspondiente a David Ben Gurion, que había vuelto a ocupar
la jefatura del gobierno, y obtuvo su autorización para
capturar a Eichmann y trasladarlo a Israel para que fuera sometido a juicio.
La prueba de creatividad de los asesores juridicos
Las normas de conducta en las relaciones internacionales determinaban que Israel debía informar a las autoridades argentinas sobre la sospecha de que uno de los
inmigrantes alemanes que vivía en su territorio no era
otro que el genocida Adolf Eichmann. De hacerlo, debía
esperar entonces a que se completaran largos trámites
burocráticos para que se diera la extradición del criminal de guerra a Alemania (RFA) o a cualquiera de los
otros países que habían pedido su captura. El temor en
Jerusalén era que en caso de observarse estas formalidades, todo finalizara sin resultados tangibles o que la propia denuncia israelí provocara la “evaporación” de Eichmann antes que las autoridades comenzaran los trámites pertinentes.
Si caben las ironías en estos casos, apenas dos días
antes del secuestro fue suscrito un acuerdo de extradición entre la Argentina y el Estado de Israel; no obstante, crímenes como los cometidos por Eichmann no
podían incluirse en el marco de dicho convenio, entre
otras razones porque no se trataba de actos cometidos
en ninguno de los dos países, ni por alguno de sus ciudadanos. Además, al producirse el secuestro, el acuerdo
aún no había sido ratificado por el Congreso argentino
y tampoco podría haberse aplicado retroactivamente a
sucesos acaecidos antes de creado el Estado, en mayo
de 194810.
Cabe recordar que el temor israelí se fundaba en un
antecedente concreto: poco antes, el gobierno de la RFA
había solicitado a la justicia argentina la extradición de
Josef Mengele, a quien se puso sobre aviso y desapareció. El testimonio del entonces embajador israelí en
Buenos Aires, Arie Levavi, indica que “fue una introducción al caso Eichmann, ya que del de Mengele se aprendió
que [el asunto] no marcharía sobre las vías legales”11. En
los años cincuenta se rechazaron en la Argentina pedidos de extradición presentados por Yugoslavia, Alemania RFA, Francia, Bélgica, Checoslovaquia y Hungría
contra Ante Pávelic y otros líderes del gobierno colaboracionista de los Ustacha en Croacia; la de Jan Durcansky, ministro en el gobierno eslovaco bajo la ocupación y de otros colaboradores como Charles Lescat o
Pierre Daye12. Por lo tanto, David Ben Gurion resolvió
que el criterio moral e histórico, tal como él lo interpretaba, era primordial, por lo que autorizó a Isser
Harel a que el Mossad capturara a Eichmann, a pesar
del riesgo diplomático que ello implicaba. La decisión
fue tomada personalmente por el primer ministro, sin
que se haya llevado a cabo una reunión del gabinete o
se hubiera adoptado una resolución colectiva del
gobierno sobre esta importante cuestión13.
Más de veinte agentes del Mossad y de los servicios de
seguridad fueron reclutados para llevar a cabo la delicada misión, entre ellos Abraham Shalom, Zvi Malkin, Zvi
Aharoni, Yaakov Gat (que unos meses antes intentó ubicar a Vera, la esposa de Eichmann en Austria y entonces
supo que había desaparecido con sus tres hijos y eso
permitió suponer que se había sumado a su marido en
algún lugar), Moshe Tavor (experto en cuestiones técnicas que ya había ejecutado a varios nazis siendo soldado
en el ejército británico, cuando se sumó al grupo clandestino de vengadores Hanokmim al final de la contienda)14, Efraim Ilani, Yehudit Nessyahu, Shalom Weiss
(experto en falsificación de documentos, de quien se
contaba que logró escapar de un campo de exterminio
munido de un permiso que preparó él mismo con papel
higiénico), Yaakov Meidad (que estuvo a cargo de las
cuestiones logísticas en la Argentina) y el médico anestesista Yona Elian.
Por la sensibilidad diplomática que implicaba operar ilegalmente en un país amigo, los participantes de la operación fueron definidos como “voluntarios”. La mayor
parte de ellos eran sobrevivientes del Holocausto o
habían perdido familiares en esa hecatombe15. En instrucciones que impartiera a los participantes en Buenos
Aires, Harel les explicó la gran responsabilidad que les
cabía: por primera vez juzgarían los judíos a sus asesinos y el mundo entero, incluyendo la joven generación
israelí, podría escuchar en detalle qué había ocurrido en
el Holocausto. Era de lamentar, dijo, que al cumplir una
Dos facetas. En los años ‘50, en la provincia de Tucumán con poncho tradicional; y joven, en Alemania, con uno de sus hijos.
TODOESHISTORIA Nº559 /11
misión nacional y moral tan excelsa, debamos emplear
la fuerza y violar las leyes de un país amigo. No es algo
que hagamos con placer, pero es una obligación que no
se puede reprochar16.
Conexión local de la Operación Finale
Los miembros de la unidad encabezada por Isser
Harel, jefe del Mossad en persona, entraron a la Argentina por distintos puntos, en fechas diferentes desde el
22 de abril, por separado y con identidades falsas. En
sus equipajes llevaron elementos vitales para este tipo
de actividad: un kit para falsificar patentes de autos,
una fresadora para hacer llaves, papeles, herramientas
para la escritura y tinta para preparar documentos falsos, equipos médicos, maquillaje, disfraces. Uno de los
agentes, Yehuda Carmel, fue maquillado para semejarse
lo más posible a Eichmann y ser su sosia. Entró así a la
Argentina con el nombre de Zeev Zichroni y ese pasaporte fue el utilizado para sacar a Eichmann del país.
Al no haber otros medios para comunicarse, los agentes
mantenían reuniones a diario con Harel en diversos
cafés de la ciudad, ateniéndose a cronogramas y planes
de sitios que se determinaban cada noche. Para la operación se reclutó también a israelíes que no eran del
Mossad y que tenían vínculos especiales o alguna aptitud que las circunstancias requerían. Es el caso, por
ejemplo, de Luba Volk que se había establecido en la
Argentina por el trabajo de su marido. Durante varios
años trabajó en El Al, aunque se retiró de la compañía
aproximadamente un año antes de la captura de Eichmann. Cuando el operativo se puso en marcha fue lla-
mada nuevamente al trabajo para servir como supuesta
representante de la línea aérea en Buenos Aires, aunque
no se le informó sobre cuál era la finalidad. Después de
haberse anunciado la captura y de que los detalles trascendieran, fue objeto de seguimientos por parte de
individuos de la extrema derecha. Siguiendo la recomendación de la embajada en la Argentina, salió con
su hijo pequeño a un país limítrofe y después regresó a
Israel. Su marido liquidó los negocios que tenía en la
Argentina y se sumó a ellos después. Volk es una de las
67 personas cuyos nombres que figuran en la placa a la
entrada de la exhibición en Beit Hatfutsot.
Para sus tareas, el plantel empleó más de 10 vehículos,
algunos de ellos alquilados y otros puestos a su disposición por argentinos-judíos y siete casas refugio para
retener e investigar a Eichmann hasta que fuera trasladado a Israel. El periodista argentino Gabriel Levinas
me contó recientemente que uno de los coches que utilizó Zvi Aharoni cuando actuó para verificar la identidad de Eichmann fue el “De Soto” de su padre.
“La realidad es que el auto había sido entregado a mi tío,
Samuch Gilead (Sam), quien junto a dos conocidos más,
todos ellos vivían por ese entonces en la Argentina, habían
estado involucrados en la inteligencia previa y preparación
del secuestro. Otro del grupo se llamaba Itzjak Vardi, un
financista que vivió el resto de su vida entre Suiza e Israel.
Todos ellos tenían familia en la Argentina y se fueron uno o
dos días antes del secuestro para seguridad de sus familiares dejando lugar a otro grupo que terminó la operación”17.
Para evitar que se vinculara con el secuestro a la familia
Levinas, el padre denunció poco antes que el auto fue
El juicio en Jerusalén. El caso Eichmann atrajo la atención de los medios masivos de comunicación del mundo entero.
12/ TODOESHISTORIA Nº559
robado. Después de eso, el vehículo “apareció” abandonado y fue devuelto a su dueño. Esto no es más que un
ejemplo de varios que indican que se debe prestar más
atención a la ayuda prestada por argentinos-judíos a los
agentes del Mossad y a los diplomáticos israelíes a lo largo del camino: en el seguimiento, en ayuda logística
para el transporte, en el ocultamiento en casas seguras,
asistencia médica y en la transmisión de información
recibida de uno u otro emisario, entre otras.
Éxito de la Operación Finale
Uno de los visitantes a la exhibición en Tel Aviv
entregó a los organizadores un mensaje de correo electrónico recibido de su abuelo, Salomón Felman, que
vive en Tucumán. Felman cuenta que se habían dirigido a él unos días antes de la captura para que ayudara a
corroborar que Ricardo Klement estaba vinculado a la
empresa Capri, cuya oficina era contigua a la suya, en
el mismo edificio de Tucumán. Felman recibió una
fotografía de Eichmann y logró verificar la información
que le fue solicitada.
Sin la ayuda de muchos argentinos-judíos, escribe con
justicia Bascomb, “el pequeño servicio secreto de Israel no
habría logrado crear el amplio margen de acción que tuvo”.
Al referirse al alcance de la ayuda dada por los judíos
locales, afirma Bascomb que la red de colaboradores
“parecía infinita”.
La cancillería israelí no fue partícipe del secreto en la
planificación, aunque varios de los miembros de la
legación diplomática en Buenos Aires -incluido el agregado militar, el general de brigada Itzhak Elron- supie-
ron en las etapas finales lo que ocurría, por lo menos
parcialmente. Elron llegó a la Argentina recién en enero de 1960 después de haber ocupado un importante
cargo en el cuerpo de inteligencia israelí. Cuando Aharoni llegó para verificar que Ricardo Klement era efectivamente Eichmann, Elron le prestó ayuda; viajó con él
al barrio donde vivía el sospechoso y participó en las
observaciones. En una de las oportunidades, Elron
estuvo con su esposa Sara en un jeep cerca de la casa de
Eichmann, simulando ser una inocente pareja de
amantes, mientras esperaban que el criminal de guerra
regresara de su trabajo18.
Eichmann fue secuestrado junto a su casa el 11 de
mayo y trasladado en el asiento trasero de un Buick
que fue especialmente alquilado para tal fin. Durante
nueve días fue mantenido en un sitio seguro, una de
las siete casas que se habían alquilado en Buenos Aires
para tal efecto. Ya en la fase de planificación, se discutió en los servicios de seguridad cómo sería trasladado
el prisionero a Israel, una vez que estuviera en sus
manos. Por aquel entonces, la compañía israelí El Al no
mantenía vuelos comerciales regulares hacia América
del Sur. Por consiguiente, en Jerusalén se resolvió
enviar una delegación a los festejos del sesquicentenario de la Revolución de Mayo en un avión de la aerolínea de bandera, fletado especialmente bajo la excusa
de que estudiaría la posibilidad de operar una línea
comercial directa desde Tel Aviv a Buenos Aires19. Efectivamente, en la aeronave que llegó a la capital argentina el 19 de mayo, fue embarcado el 20 por la noche
Eichmann, poco antes del despegue de regreso hacia
Fritz Bauer, fiscal de la RFA; Robert Servatius su abogado defensor; y Gideon Hausner, procurador del Estado de Israel.
TODOESHISTORIA Nº559 /13
Tel Aviv. El 22 de mayo por la mañana aterrizó el avión
en el aeropuerto internacional de Lod, con el criminal
de guerra a bordo.
En la etapa de planificación, en el Mossad no había
seguridad de que se lograra embarcar con éxito a Eichmann en el avión. Por consiguiente, se elaboró también
un plan alternativo de traslado a bordo de un barco de
ZIM, que transportaba carne argentina de exportación a
Israel. El capitán del barco fue puesto en conocimiento
del plan y en el buque se preparó un escondite en el
que eventualmente habrían trasladado al criminal
nazi20. En uno de los documentos que he revisado dice:
“Se puede poner a disposición del operativo el barco Kedma,
que zarpará del puerto de Haifa rumbo a Eilat vía Durban
[Sudáfrica] el 28.4.1960 y otros tres barcos que navegan
entre Eilat y Durban”.
Breve crisis diplomática
El 23 de mayo de 1960, encontrándose aún en Buenos Aires la delegación israelí encabezada por Abba
Eban, informó David Ben Gurion en una sesión de la
Knesset que “Adolf Eichmann se encuentra ya detenido en
Israel y en breve será procesado aquí conforme a la Ley de
El canciller argentino, Diógenes Taboada, pidió de
inmediato una aclaración tajante al embajador Arie
Levavi: “En caso de que Eichmann haya sido capturado en
la Argentina, ello se contradice con las normas internacionales y forzará a la Argentina, pese a sus buenas relaciones
con Israel, a presentar una protesta muy severa y los resultados serán impredecibles”24. El canciller explicó que su
exigencia no debía interpretarse como una amenaza,
pero que reflejaba la seriedad del asunto. Levavi respondió que no sabía en qué país había sido apresado
Eichmann y que ignoraba si ciudadanos israelíes se
contaban entre los responsables de su captura. Tras la
conversación, Levavi recomendó a sus superiores en
Jerusalén que el gobierno israelí desmintiera las noticias según las cuales Eichmann había sido apresado en
la Argentina: “En mi opinión, hay un peligro casi tangible
de que el gobierno argentino, débil y perseguido por la oposición, esté obligado a cortar relaciones diplomáticas con
nosotros si no negamos el [que el] secuestro de Eichmann
[fue] aquí. Una negativa de este tipo equilibrará la situación y lentamente volverá la buena atmósfera de relaciones
que imperaba en el pasado. La ruptura de relaciones será
un golpe mortal para los judíos locales y cuestionará por
El 11 de mayo de 1960, Eichmann fue capturado y
tras pasar 9 días encerrado, fue trasladado a Israel
Justicia contra los Nazis y sus Colaboracionistas, 1950
– 5710”21. Si bien el primer ministro omitió el nombre
del país en el que se produjo la captura, los rumores
comenzaron a circular como reguero de pólvora. Para
impedir una complicación en los lazos con la Argentina
y al mismo tiempo obtener un logro propagandístico,
fuentes allegadas a las altas esferas del gobierno filtraron rumores según los cuales Eichmann habría sido
secuestrado en un país árabe. La situación de enfrentamiento bélico entre Israel y sus vecinos, debía crear cierta simpatía o identificación entre los árabes y los nazis,
contribuyendo así al proceso de demonización del enemigo. Pero estos esfuerzos para desviar la atención no
ayudaron. Los medios de comunicación internacionales
reprodujeron al poco tiempo la primicia publicada por
el semanario estadounidense Time de que “agentes israelíes” aprehendieron al criminal nazi en la Argentina22.
La noticia llegó a los titulares de los diarios porteños,
cada uno con su matiz. La Razón expresaba estima por
el logro profesional de los servicios de seguridad israelíes; Correo de la Tarde escribió que aunque su postura
anti nazi no podía ser cuestionada, si realmente Eichmann fue secuestrado en territorio argentino por agentes israelíes, no quedaba otra opción que adoptar alguna medida para protestar por la violación de la soberanía nacional23.
14/ TODOESHISTORIA Nº559
mucho tiempo nuestro status en toda América Latina”25.
Efectivamente, en el primer anuncio entregado al
gobierno argentino por intermedio del embajador
Levavi decía que “el gobierno de Israel no sabía, en absoluto, que Eichmann venía desde la Argentina, pues los servicios de seguridad israelíes no le informaron al respecto”.
Según dicho comunicado, recién después de recibir el
telegrama de su embajador en Buenos Aires, el gobierno solicitó los detalles a los servicios de seguridad y de
la respuesta recibida surgía que el criminal de guerra
había sido traído por un grupo de voluntarios judíos,
entre ellos algunos israelíes, que lograron ubicarlo en la
Argentina, donde vivía bajo una identidad impostada.
En cuanto supo que su verdadera identidad había sido
revelada, siempre según el comunicado, expresó su
conformidad en venir a Israel de motu proprio para ser
sometido a juicio “para que las generaciones venideras
tengan un cuadro real de los sucesos”26. La misiva israelí
contenía, además de críticas por la presencia de nazis
en la Argentina, varias contradicciones inherentes y no
era compatible con lo declarado por Ben Gurion en el
Parlamento. Era una versión dudosa, descalificada despectivamente por el embajador Levavi posteriormente
como “cuentos de la abuela”. “Cuesta creer cómo alguien
en el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí podía tener
la esperanza de que de esa manera se pondría fin al episo-
AVISO
TODOESHISTORIA Nº559 /15
Operación Finale
Los objetos son huellas, rastros tangibles que ayudan a
rearmar cómo fue la planificación y posterior realización
del secuestro y traslado del criminal de guerra nazi capturado en Buenos Aires el 11 de mayo de 1960.
La mayoría de estas fotos fueron tomadas por Elad Sarig y
forman parte del archivo del Mossad que fue expuesto en
la exhibición inaugurada en febrero de 2012 en Beit
Hatfutsot, Tel Aviv sobre la historia de la captura de
Eichmann.
Maleta con matrículas falsificadas que fueron
utilizadas en diversos vehículos.
Uno de los autos utilizados en el operativo, facilitado por la conexión
de argentinos judíos. (Gentileza Gabriel Levinas).
capturado.
anestesiar al
Jeringa para
16/ TODOESHISTORIA Nº559
Artículos personales que Eichmann/Klement
portaba consigo el 11 de mayo de 1960.
Instrumentos para falsificar documentos: un integrante
del plantel era experto en este campo.
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Telegrama codificado fechado el 23 de mayo de 1960,
para informar a Bauer sobre la captura de Eichmann.
Matricula falsificada del automóvil en el que fue secuestrado el criminal nazi y llevado a una casa refugio.
Mapa detallado en el que está localizada la casa de Eichmann y alrededores.
Primera foto tomada a Klement por el Mossad para corroborar su identidad.
TODOESHISTORIA Nº559 /17
dio”, escribió el agente del Mossad Tzvi Aharoni. Algunos años más tarde dijo Joel Barromi, que a la sazón se
desempeñaba como consejero en la embajada israelí en
Buenos Aires: “De veras, aquella carta era terrible”27.
La postura argentina
No sorprende entonces, que el comunicado no haya
sido aceptado por las autoridades argentinas, aunque
incluyó una disculpa acerca de una eventual violación
de las leyes del país por parte de los presuntos “voluntarios”28. La respuesta fue una misiva enérgica entregada
a Levavi el 8 de junio y que sorprendió a los israelíes
por su redacción. Allí se demandaba la restitución
inmediata de Eichmann, en términos de ultimátum
“antes del fin de la semana corriente” y el castigo de los
responsables por la violación de su soberanía nacional.
La parte menos digerible en Jerusalén figuraba en el 4º
inciso, en el que decía que la acción de los voluntarios
revestía “características propias de los métodos que empleó
un régimen definitivamente condenado por la conciencia
universal”29.
Aún antes de recibir esta dura misiva, Levavi propuso
que Ben Gurion transmitiera una carta personal al presidente argentino Arturo Frondizi, escrita “en lenguaje
menos formal y con estilo más elevado”, para poder despejar un poco la tensión30. Dicha propuesta fue aceptada
en Jerusalén, aunque el embajador argentino en Tel
Aviv, Rodolfo García Arias, prefirió que la carta no fuera
transmitida por él a la Cancillería en Buenos Aires, por
18/ TODOESHISTORIA Nº559
temor a que el contenido se filtrara y el objetivo de la
carta no se lograra. Por lo tanto, se pidió a Levavi que
entregara el mensaje directamente al Presidente31.
En sus memorias, Ben Gurion incluyó la carta a Frondizi, en la que escribió: “Hasta en la historia de nuestra
martirología durante siglos no hemos conocido semejante
horror, y no sólo que millones fueron asesinados, de ellos un
millón de niños pequeños, sino que fue aniquilado el centro
cultural y espiritual de nuestro pueblo, que hasta la Segunda
Guerra Mundial se encontraba en Europa”. En el párrafo
final le pedía a Frondizi que tomara en cuenta las circunstancias especiales en cuyo marco se llevó a cabo el
secuestro: “Estoy seguro, señor Presidente, que considerará
estos argumentos con toda la ponderación moral. Usted mismo ha combatido contra una dictadura y ha revelado su
enfoque sobre valores humanos, y yo espero que nos comprenda y acepte nuestra sincera expresión de pesar por el perjuicio a las leyes de su país, causado en virtud de una obligación moral interna, y que se sume a todos los amantes de
la justicia en el mundo, que ven en el enjuiciamiento de
Adolf Eichmann en Israel un acto de Suprema justicia histórica, y que las relaciones amistosas entre Israel y su país no
resulten perjudicadas”32.
Sin embargo, ello no alcanzó para solucionar la crisis.
Frondizi le respondió a Ben Gurion que comprendía los
sentimientos del pueblo judío ante los graves hechos
que se imputaban a Adolf Eichmann, pero por otra parte
insistió en su demanda de que fuera devuelto a la Argentina y que Israel solicitara que se diera curso a la extradi-
ción en el marco de los acuerdos legales existentes33.
Frondizi, tal como reconoció poco después de ser derrocado en conversación con el historiador Félix Luna, se
encontró atenazado por presiones contradictorias, “[por
un lado] las de quienes consideraban que no debía formularse ninguna reclamación porque ella implicaba proteger a
un criminal, Eichmann, y [por otro lado] las presiones de
quienes querían transformar el problema en un tema de persecución contra los judíos”34. El Presidente, de quien no
se sospechaba que mantuviera posturas hostiles hacia
los judíos, no quería la campaña antisemita que intentaban promover los nacionalistas, entre ellos los que se
encontraban en la Cancillería y comprendía también la
falta de sagacidad que hubiese significado la ruptura de
relaciones con el Estado de Israel35.
Vaivenes diplomáticos
También Ben Gurion estaba sometido a presiones
domésticas e internacionales y no deseaba arriesgar las
excelentes relaciones que su país había logrado entablar
con la Argentina hasta entonces. Al mismo tiempo, no
vacilaba ni por un momento en su convicción de que
Israel había hecho lo correcto al capturar a Eichmann y
que el hecho de que fuera juzgado en Jerusalén tenía
una enorme importancia. Tras la reunión del gabinete
del 12 de junio, el gobierno de Israel respaldó al Premier
y su negativa de devolver al criminal nazi a la Argentina. La presidencia de la Knesset y su comisión de relaciones exteriores y seguridad también manifestaron su
pleno apoyo a la postura oficial36.
Para sostener una postura rígida, Frondizi ordenó llamar
al embajador argentino en Tel Aviv para consultarlo37.
Sin embargo, ya el 11 de junio Levavi informaba a sus
superiores en Jerusalén que Mariano Wainfeld, asesor de
Frondizi de origen judío, le había informado que “el Presidente está interesado en dar por tierra con el conflicto sobre
Eichmann. Lo que él quisiera es que el episodio se eleve ante
la ONU y se pierda allí en algún archivo. Nadie tiene intenciones de que Eichmann sea devuelto… Cabe suponer que
García Arias volverá en breve a Israel. Frondizi está muy
interesado en encontrarse con Ben Gurion en París”. Otro
asesor presidencial, Adolfo Scilingo, comentó al día
siguiente a Levavi que “sería muy conveniente que los
franceses propongan ya una fórmula satisfactoria, basada
por supuesto en que Eichmann permanezca en Israel”.
La Argentina, efectivamente, elevó el asunto a la ONU,
medida que coincidía con la política exterior de la
administración de Frondizi, que enfatizaba la participación de su país en el organismo internacional y la
importancia de dirimir problemas internacionales en
ese marco. Sin embargo, su embajador allí tenía planes
propios y no permitiría que el caso se perdiera “en algún
archivo”. Mario Amadeo era militante nacionalista católico y en los años ‘30 había sido un ferviente entusiasta
del bando franquista en la Guerra Civil española y del
régimen fascista de Benito Mussolini. Fue partidario del
Eje durante la Segunda Guerra Mundial y se burlaba
también de las democracias occidentales, carentes de
Durante el Juicio
Tres momentos, tres poses del criminal de guerra nazi. Detrás de un vidrio blindado, Adolf
Eichmann compareció ante el tribunal. Tuvo traducción permanente y abogado defensor. Alegó
que había actuado por obediencia debida a sus
superiores,
Fue condenado a muerte el 15 de diciembre de
1961 y ejecutado el 31 de mayo de 1962 en la
prisión de Ramla, Israel.
TODOESHISTORIA Nº559 /19
capacidad para defenderse ante la amenaza comunista.
En aquellos años, Amadeo había adoptado la dictadura
de Franco como modelo de régimen que sabía combinar
nacionalismo con catolicismo y un baluarte de valores
culturales y religiosos del Occidente cristiano contra la
barbarie marxista38.
En un encuentro celebrado con la canciller israelí, Golda Meir, a mediados de junio, Amadeo exigió una reparación por el daño causado a la soberanía argentina.
Entre otras, elevó la propuesta de que Israel entregara a
Eichmann a la embajada argentina en Tel Aviv, considerada también territorio argentino, donde esperaría a que
algún foro internacional resolviera su destino. Meir
sugirió la posibilidad de que Eichmann fuera entregado
a la embajada “por unos pocos momentos, bajo un acuerdo
manifiesto que nos será devuelto de inmediato”, propuesta
que Amadeo rechazó como insatisfactoria39. En el mensaje que Frondizi transmitió a Abraham Darom,
mediante su asesor Wainfeld, pedía a Israel que comprendiera que “la postura intransigente de Amadeo tiene
por objetivo satisfacer a la opinión pública argentina, y que
Israel no debe referirse a ella con demasiada severidad”. Éste
fue apenas uno de los mensajes apaciguadores que recibió Israel por vías informales en el curso de la crisis. La
brecha entre estos mensajes y las declaraciones oficiales
argentinas dificultaron la toma de decisiones en Jerusalén sobre la manera de cristalizar una política que permitiera a Frondizi poner fin al episodio.
A pedido de la Argentina, el Consejo de Seguridad se
reunió en sesión de urgencia el 22 de junio. El país sud-
americano exigía que se debatiera la violación de su
soberanía y se condenara a Israel por el secuestro de
Eichmann, burlando las reglas del derecho internacional y los objetivos de la ONU, tal como se manifestaban
en sus Declaraciones y en sus Asambleas. Efectivamente, el Consejo de Seguridad condenó a Israel e instó a
que el Estado judío indemnizara adecuadamente a la
Argentina. La resolución establecía que la repetición de
casos que afectaran la soberanía de un estado miembro,
como en el caso del secuestro de Adolf Eichmann,
podría poner en peligro la paz y la seguridad internacional. La resolución adoptada incluía dos enmiendas
introducidas por los estadounidenses y que los argentinos aceptaron. En la primera se declaraba “la universal
condena a la persecución nazi a los judíos y la preocupación
de todos los gobiernos para que Eichmann sea juzgado”. La
segunda, incluía la esperanza de “que mejoren las relaciones argentino-israelíes, tradicionalmente amistosas”40.
En su discurso ante el Consejo de Seguridad, Amadeo
destacó las buenas relaciones que imperaban entre su
país e Israel y la total igualdad que la Argentina daba a
sus ciudadanos judíos. Decía que estos hechos dificultaban aún más cualquier excusa razonable para que Israel
violara la soberanía nacional, particularmente cuando
tal exceso se produjo unos pocos días después de firmado el acuerdo de extradición entre los dos estados.
Defendió el derecho de asilo que la Argentina otorgó a
los refugiados políticos, señalando que entre estos había
numerosos judíos que también habían entrado al país
con documentos falsos, aunque el gobierno resolvió
Fotos. Tomadas después de su captura, sirvieron para determinar su identidad basándose en datos como la forma de la oreja.
20/ TODOESHISTORIA Nº559
hacer la vista gorda para salvar sus vidas. El discurso del
embajador argentino provocó una airada reacción de la
canciller israelí Meir, en particular cuando estableció un
paralelo entre la entrada ilegal de inmigrantes judíos,
sobrevivientes del Holocausto, y la entrada de Eichmann. Inclusive en un debate puramente legalista, la
comparación entre Eichmann y sus víctimas le parecía
“peculiar”41.
En su alocución, Golda Meir citó el artículo que publicara el escritor Ernesto Sabato en el diario El Mundo, el
17 de junio, titulado “Soberanía para los carniceros”,
donde expresaba su aprecio por el “grupo de hombres
valerosos” que arriesgaron su vida buscando por el mundo al criminal de guerra Eichmann y que además mostraron su moderación al capturarlo y no ejecutarlo de
inmediato, entregándolo a las autoridades israelíes para
que fuera juzgado42.
La solución del conflicto
La resolución del Consejo de Seguridad fue recibida
en Israel como “un triunfo moral”. Ben Gurion, que se
encontraba de gira por Europa Occidental, afirmó en La
Haya a un corresponsal de la BBC que el aspecto más
importante de la decisión, desde su punto de vista, era
que no incluía la exigencia de que Eichmann fuera
devuelto a la Argentina43.
La enérgica posición argentina a lo largo de las distintas
etapas del conflicto diplomático no fue comprendida en
absoluto por la opinión pública israelí, provocando a
veces estupor y asombro. En contraste con Israel que
prefería las pautas de la diplomacia secreta, las autoridades argentinas daban publicidad inmediata a cada intercambio, ya sea como consecuencia de filtraciones originadas en las diferencias de opiniones internas y las presiones de personalidades vinculadas al nacionalismo, o
bien por necesidades propagandísticas. La consecuencia
de ello fue que la Argentina estaba un paso más adelante en la publicación de los acontecimientos y contribuyó a crear la impresión de que el control y la iniciativa
estaban en manos de los argentinos. Además, la centralidad del Holocausto en la conciencia nacional israelí
dificultaba para muchos el poder digerir una perspectiva diferente del caso Eichmann.
En un artículo apasionante, publicado después del debate en la ONU, el corresponsal de Haaretz en los Estados
Unidos, Amos Eilon, escribió: “Otra lección importante es
que nos empantanamos cuando nos negamos a ver a otros
tal como son, o a entender por qué piensan tal como piensan. Esta lección, que no es nueva y que ya nos causó daño
en nuestra política [con el mundo] árabe, se puso de manifiesto también esta vez. Me refiero a la falta casi absoluta de
sentir de antemano cuál sería la probable reacción de los
argentinos y a la extraña falta de sensibilidad que demostramos hacia Frondizi en las etapas tardías del conflicto… La
arraigada tradición sudamericana de brindar refugio político
es un hecho cuyo valor subestimamos. Otro factor del que
hicimos caso omiso fue el extremo celo de los latinos hacia
sus derechos soberanos”44.
La medida más dramática que adoptó el gobierno
argentino se registró el 22 de julio de 1960, cuando
En su celda. Adolf Eichmann en la prisión de Ramla, durante el juicio.
TODOESHISTORIA Nº559 /21
Cerca del final. Una de las últimas fotografías que le tomaron en la prisión antes de ser ejecutado.
22/ TODOESHISTORIA Nº559
declaró persona no grata al embajador israelí, Arie
Levavi. Esto era lo mínimo que podía hacer Frondizi
ante las presiones a las que estaba sometido, aunque
también lo máximo que estaba dispuesto a hacer.
Levavi, que en su telegrama a Jerusalén destacó que el
anuncio le fue hecho “con gran medida de urbanismo”,
se refirió años después a ello como una decisión que el
presidente argentino tomó por falta de alternativas,
intentando mantener su imagen45. Algo que se repite
constantemente en los testimonios de los diplomáticos israelíes apostados entonces en Buenos Aires es
que en los dos meses que duró la crisis no se toparon
con una atmósfera hostil, ni de enojo o de venganza
de parte de las autoridades locales. Ejemplo ilustrativo
de ello es el relato del agregado militar Elron, sobre sus
estrechos lazos con la cúpula del régimen y de las
Fuerzas Armadas argentinas incluso después del
secuestro de Eichmann. En cartas que envió al comandante del Cuerpo de Inteligencia, el general Chaim
Herzog y al jefe de Estado Mayor, el teniente general
Laskov, los días 11 y 12 de julio respectivamente, dice:
“En los primeros días después de publicado el caso Eichmann y de su relación con la Argentina hubo una abstención absoluta y evidente por parte de todos los militares de
mencionarlo y todo marchó como si nada hubiera pasado.
El tema surgió por primera vez con un espíritu favorable
por parte de los agregados de países occidentales mediante
observaciones de estilo elogioso ante mí personalmente e
incluso con la presencia de oficiales argentinos. Cuando el
asunto se agravó [con las declaraciones públicas de los
líderes], temí que se desarrollara un trato de reserva hacia
mi persona y para mi sorpresa me encontré que sucedió lo
contrario. Oficiales de alto rango manifestaron ante mí críticas a la postura de su gobierno; los agregados extranjeros
y los argentinos me rodean con frecuencia y se hacen bromas con espíritu positivo sobre el tema. En sus conversaciones y su conducta se esfuerzan para demostrarme que no
hay en esto nada personal contra mí o contra Israel. Una
parte considerable afirma que todo no es más que un juego
al que tienen que jugar pour la gallerie. Para no incomodarme, se esfuerzan especialmente en mostrarme su simpatía. El comandante en jefe del Ejército de Tierra, se dirigió
hacia mí, por ejemplo ayer en la fiesta de los franceses y
por su iniciativa me dijo que sabe que todo va a terminar
bien”46.
Los días 23 y el 25 de junio el primer consejero de la
embajada de los Estados Unidos mantuvo conversaciones con el director general y con el asesor letrado de la
Cancillería argentina, ambos oficiales aclararon que la
expulsión del embajador israelí dejaría conforme a su
país y por consiguiente garantizaba una pronta finalización de la crisis. Asimismo afirmaron que haría falta
un período para tranquilizar los ánimos, aunque el
asesor letrado estimaba que dicho lapso duraría solamente un mes47. Efectivamente, a principios de agosto
ya había escampado el horizonte tras la tormenta o,
como dijera Levavi al cabo de 35 años: la reconciliación
fue casi inmediata48. Israel envió a Buenos Aires a Shabtai Rozen, asesor letrado del Ministerio de Relaciones
Exteriores, respondiendo a una petición del gobierno
argentino49. La iniciativa de la invitación fue de Luis
María de Pablo Pardo, su par en el Palacio San Martín,
quien conoció a Rozen cuando ambos se desempeñaron
como asesores legales en la ONU.
En las charlas mantenidas con de Pablo Pardo, celebradas en un ambiente de cordialidad, le aclaró a Rozen
que el gobierno argentino había llegado a la conclusión
de que debía poner fin a la tensión entre los dos países
y poner punto final al episodio a la brevedad, para restituir las relaciones bilaterales al statu quo ante. Por lo tanto, la declaración del embajador como persona non grata fue para el gobierno argentino la forma más sencilla
y elegante de obtener el objetivo enunciado; al salir
Levavi de la escena, el episodio quedó liquidado y se
restableció el vínculo a sus cauces normales50.
El contexto de la Guerra Fría
La voluntad argentina de poner fin a la crisis se relacionaba según de Pablo Pardo con “la compleja situación
internacional que se creó en América Latina por la expansión de la Guerra Fría a dicha región”, razón por la cual
estaban interesados en reducir al mínimo los conflictos.
En el encuentro celebrado entre Rozen y Frondizi, que
también recibió al letrado israelí “con impecables modales
y hasta con simpatía”, enfatizó el Presidente que habían
decidido dar por terminado el incidente, destacando
particularmente móviles económicos relacionados con
el desarrollo del país. Ya estaba sintiendo, decía, la reserva de parte de capitalistas judíos en el mundo, que
podía llegar a arruinar sus programas de crecimiento51.
A lo largo de toda su gestión de gobierno, Frondizi mostró gran sensibilidad hacia la postura de los judíos estadounidenses. La dirigencia judeoargentina, en coordinación con la embajada de Israel en Buenos Aires, colaboró para mejorar la imagen de Frondizi en Washington
y Nueva York en vísperas de su visita oficial a comienzos de 1959.
En una entrevista celebrada años más tarde, el embajador Levavi se refirió al judaísmo estadounidense como
un factor que influyó tanto en las relaciones entre el
gobierno argentino con el Estado de Israel y también
con la comunidad judía local. En esa oportunidad
manifestó que, sin lugar a dudas, la fuerza financiera
del judaísmo mundial estaba en la conciencia de Frondizi y que Jacob Blaustein del American Jewish
Committee, era una de las personas cuya reacción temía.
Máximo Yagupsky informó al Committee que Shabtai
Rozen le había comentado su creencia de que el propósito del Committee al pedir la intermediación de Estados
Unidos en la crisis y la voluntad del Departamento de
Estado de obtener una solución rápida “fueron el factor
decisivo en la aceleración de la solución positiva definitiva…
El señor Rozen no vaciló en aclararme que de Pablo Pardo
expresó exactamente el mismo punto de vista, añadiendo
que el Presidente Frondizi no quería ninguna complicación
en sus contactos con los Estados Unidos, ni tampoco un
malentendido con ninguno de sus amigos norteamericanos”52.
Presentadas así las cosas, Rozen no tuvo inconveniente
en redactar con los oficiales del gobierno argentino un
comunicado conjunto de un párrafo -apenas 49 palabras en la versión hebrea-, emitido simultáneamente el
3 de agosto de 1960 en Buenos Aires y Jerusalén, en el
que se incluía una disculpa oficial del Estado de Israel
por los actos cometidos por algunos de sus ciudadanos,
durante los cuales se habían violado los derechos soberanos de la Argentina, al tiempo que se declaraba la
finalización del episodio y de la crisis diplomática53. En
la misma oportunidad se intercambiaron misivas secretas entre los dos gobiernos en las que se pactaba que en
el lapso de dos meses serían designados nuevos embajadores. Unos días más tarde, el Congreso argentino aprobó por amplia mayoría una resolución en la que expresaba satisfacción por haber limado las asperezas con
Israel surgidas a raíz del affaire Eichmann54.
Las críticas de los nacionalistas
Los nacionalistas argentinos, por su parte, estaban iracundos y aprovecharon la solución dada al asunto atacando al gobierno de Frondizi por no haber defendido
la dignidad nacional y porque no se dejó oír siquiera un
clamor de protesta en la República, sino que hizo “silencio, el miserable silencio”. Si se hubiera tratado de algún
tipo de ganancia material personal, escribió irónicamente el veterano nacionalista Juan Carlos Goyeneche,
seguramente los políticos corruptos se habrían apresurado en hacerse oír, pero como se trataba “solamente” del
honor de la Patria, callaron. Goyeneche, al igual que
otros nacionalistas, insinuaba que había habido cierta
medida de cooperación o, al menos, que las autoridades
habían hecho la vista gorda adrede en el manejo de la
captura de Eichmann. Ellos se oponían a toda solución
que no fuera la devolución del ex oficial de las SS y el
castigo de sus secuestradores55. También el ex canciller,
Carlos Florit, sumó su voz al coro de críticas. En un artículo en el que pretendía analizar “las razones del actual
deterioro de la política exterior argentina”, Florit presentó
la conducta de su país en el caso de Eichmann como un
detrimento al prestigio internacional de la Argentina.
La expulsión del embajador israelí, opinaba, debió
haber sido la primera acción argentina y no la última.
También censuró a la prensa que, influenciada por “la
óptica judía internacional”, había manifestado simpatía
por el secuestro y distorsionado la tradicional hospitalidad de la Argentina56.
Sea como fuere, la irritación de los nacionalistas no
podía frenar la normalización de las relaciones bilaterales. Una de las expresiones de ese reacomodamiento fue
TODOESHISTORIA Nº559 /23
la visita a la Argentina de Pinhas Sapir, ministro de
Industria y Comercio, y la firma de un nuevo acuerdo
comercial entre ambos países el 29 de noviembre de
1960. El nuevo convenio otorgaba a las partes firmantes
un trato preferencial en el comercio mutuo. Antes que
finalizara el año calendario se habían designado nuevos
embajadores en Tel Aviv y en Buenos Aires, quienes al
asumir, pudieron declarar que las relaciones habían
retornado al mismo nivel de amistad que las había
caracterizado antes de la crisis57.
La mejora de las relaciones con Israel debe verse, ante
todo, en el contexto de la firme voluntad de Frondizi de
estrechar los lazos con los Estados Unidos, tanto en el
plano político como en el económico58. Al comienzo, el
gobierno de la UCRI gozó del apoyo de las administraciones de Dwight Eisenhower y de John Kennedy, que
recibieron con beneplácito el retorno a un régimen
democrático pluralista después de tres años de dictadura
militar. Una expresión de ello fue la gira latinoamericana del vicepresidente Richard Nixon en 1958, cuyo primer objetivo era participar en la ceremonia de asunción
del mando de Frondizi, y también la gira del presidente
Eisenhower a comienzos de 1960 que incluyó a la
Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, mediante la que quiso destacar el apoyo estadounidense a los gobiernos elegidos y al progreso económico y social. Frondizi, por su
parte, abandonó varios de los lineamientos políticos
nacionalistas que habían caracterizado en el pasado a la
Argentina (y a él mismo), aceptando de buena gana
inversiones extranjeras en diversos sectores, incluyendo
el de la industria petrolífera. Efectivamente, las inversiones estadounidenses en la Argentina, como así también
la producción de hidrocarburos y el crecimiento económico nacional, mostraron durante 1960-1961 tendencias
al alza. Frondizi comprendió muy bien que lo que su país
necesitaba era capital extranjero, que en aquellos años
podía llegar únicamente desde Estados Unidos.
En 1959 Frondizi se convirtió en el primer presidente
argentino que visitó en forma oficial a la potencia del
Norte, estableciendo lazos personales con Eisenhower;
más adelante llegó a encontrarse en dos oportunidades
con Kennedy, a quien elogió en una carta pública por su
iniciativa de la “Alianza para el Progreso”.
La Revolución Cubana y la toma del poder de Fidel Castro crearon diferencias en las relaciones entre la Argentina y los Estados Unidos, ya que Frondizi consideraba
exagerada la estimación del riesgo que significaba el nuevo régimen revolucionario y temía que un enfrentamiento con Cuba agudizara las tensiones políticas existentes.
Precisamente por ello Frondizi, que comprendía lo vital
que resultaba el lazo con Washington, hizo varios gestos
públicos hacia EE.UU. Mientras defendía la soberanía
nacional de su país en el caso Eichmann, reconoció, quizás en forma exagerada, el peso político y económico de
A comienzos del siglo XXI. El caso sigue llamando la atención en los medios.
24/ TODOESHISTORIA Nº559
la comunidad judía estadounidense y en consecuencia,
no deseaba un enfrentamiento superfluo con la opinión pública de Estados Unidos por el tema del criminal de guerra nazi59.
Preguntas abiertas y por investigar
Círculos nacionalistas opuestos a la presidencia de
Arturo Frondizi sostuvieron, ya a fines de mayo de
1960, que sin lugar a dudas el secuestro de Eichmann
no pudo haber ocurrido sin cierta medida de connivencia de las autoridades60. Desde entonces se repiten los
argumentos según los cuales el presidente argentino
conocía de antemano los planes para capturar al ex oficial nazi. También lo mencionó el actual presidente del
Estado de Israel, Shimon Peres, en sus conversaciones
con el periodista David Landau sobre la personalidad
de Ben Gurion61. En una entrevista que mantuve con el
periodista Gabriel Levinas, afirmó que tres argentinosjudíos que cooperaron para ubicar a Eichmann, entre
ellos un tío suyo, habían puesto al tanto al presidente:
“Tuvieron una entrevista con el entonces presidente Arturo
Frondizi donde le contaron que estaban por detener a Eichmann y pidieron su colaboración. Frondizi muy asustado
les dijo que no esperaran ninguna ayuda de las fuerzas de
seguridad o armadas argentinas que eran muy antisemitas
y protegían a los nazis, que por el contrario si detectaban la
operación los iban a matar a todos. Les dijo que él no había
escuchado nada, que si se hacía público el motivo de la reunión o se suponía que el había autorizado lo destituían
inmediatamente. Lo único bueno es que Frondizi no dijo
una palabra a nadie y a pesar de eso, cuando se produce el
secuestro casi lo derrocan”62.
En un artículo publicado por el periodista belga Stan
Lauryssens, en la revista inglesa Areté bajo el título “The
Eichmann Diaries”, aparece este argumento en forma
más explícita. Según el mismo, surge la posibilidad que
las autoridades argentinas hayan comenzado a seguir a
Eichmann ya en 1958, por lo cual supieron “en tiempo
real” de la llegada de los agentes del Mossad a Buenos
Aires y del secuestro del criminal de guerra. O sea que,
en la dirigencia argentina, el anuncio del secuestro no
fue una sorpresa total. El belga sostiene que en el curso
de una investigación que realizó en la Argentina entre
1975 y 1977 encontró en los archivos de la Secretaría
de Informaciones del Estado (SIDE) un expediente caratulado “Operación Intercambio”. No aclara por qué no
publicó esto anteriormente, pero en su artículo cita
documentos según los cuales Frondizi fue informado
de la presencia de Eichmann en el país y dio órdenes
de no adoptar medida alguna, pero que se estrechara la
vigilancia de cada paso de criminal nazi a toda hora63.
Seguidamente, Lauryssens cita otro documento,
supuestamente redactado por un agente de la SIDE apellidado Raneri el 11 de mayo de 1960, día del secuestro,
donde dice que a las 19 horas sonó la campana que
indicaba el fin de la jornada laboral en la planta de
Mercedes Benz. Entre los últimos que salieron de la
fábrica se encontraba Ricardo Klement, quien subió a
un colectivo verde y amarillo. Sentado detrás de él, el
espía estima que no se percató que era objeto de un
seguimiento, se apeó en la misma parada de todos los
días y se encaminó hacia su domicilio. Súbitamente
tres hombres o mujeres salen de un coche negro de
gran tamaño. Era la hora del crepúsculo, por lo que
Raneri aclara que no pudo ver quiénes eran, pero sí
que introdujeron a Klement al asiento trasero y salieron a gran velocidad. Todo ello duró unos 20 segundos
y Klement no opuso resistencia alguna. En su informe
dice también que siguieron a los secuestradores hasta
una casona en la parte sur de Florencio Varela, provincia de Buenos Aires. Miembros del Mossad y ex diplomáticos israelíes con los que conversé rechazaron en
forma categórica cualquier argumento que apuntara a
la probabilidad siquiera que Frondizi haya sido puesto
en conocimiento de antemano sobre el secuestro que
se planificaba.
Los dos años transcurridos entre la captura de Eichmann en mayo de 1960 y su ejecución en junio de
1962 fueron los más duros para los judíos de la Argentina desde los pogroms de julio de 1919, conocidos
como la Semana Trágica. En dicho bienio arreció la
propaganda antisemita contra la “quinta columna
judía” (en artículos y afiches, amén de esvásticas y
lemas pintados en las paredes de edificios en barrios
con gran población judía), sin que faltara la violencia
física: vandalismo contra instituciones judías, cargas
explosivas colocadas en sinagogas y ataques brutales
contra escolares y estudiantes universitarios de origen
judío64. La sensación de seguridad personal de los judíos argentinos era frágil a comienzos de los 60 como
resultado de esta ola de antisemitismo. Al mismo tiempo, los incidentes antisemitas crearon una corriente de
solidaridad entre los judíos que se sentían sitiados y
fue el disparador de, entre otras acciones, dos iniciativas que resultaron de particular importancia para la
colectividad. En primer lugar, padres judíos se unieron
para formar la primera de una serie de escuelas privadas integrales en las que se combinaban los estudios
nacionales, con la aprobación y supervisión ministerial
pertinente, y las asignaturas complementarias de la
educación judía, en un marco en el que los alumnos
no serían vulnerables a ataques antisemitas. En segundo lugar, la ola de antisemitismo también fomentó la
organización de grupos de autodefensa65. Y finalmente. A raíz de estas expresiones violentas de antisemitismo, la emigración a Israel se convirtió en una probabilidad práctica que muchos judíos argentinos han considerado. El año 1963, como consecuencia de este antisemitismo cobijado por el caso Eichmann y las crisis
económicas que vivió la Argentina, fue el de mayor
emigración a Israel desde el establecimiento del Estado
en 194866.
TODOESHISTORIA Nº559 /25
Notas
1. Reproducido en Operation Finale: The Story
of the Capture of Eichmann, Beit Hatfutsot –
The Museum of the
Jewish People, Tel Aviv
2012, p. 76.
2. Entrevista del autor
con Avner A. del Mossad, curador de la
exposición, Tel Aviv,
agosto de 2013; Ofer
Aderet: “An Inside Look
at Israel’s Operation to
Capture Nazi Criminal
Adolf Eichmann”, in
Haaretz, 12 de abril de
2012.
3. Sobre el secuestro
de Eichmann se publicaron muchos libros. El
mejor es probablemente el de Neal Bascomb:
Hunting Eichmann.
New York, Houghton
Mifflin Harcourt, 2009.
4. Documento del 4 de
agosto de 1948, reproducido en Operation
Finale, op.cit. p. 23.
5. Operation Finale,
op.cit., p. 13.
6. Aderet, op.cit.
7. Bascomb, op.cit.,
caps. 9-10.
8. La reunión se celebró el 3 de diciembre
de 1959.
9. Registro del Dr. Arie
Naftali, 15 de abril de
1960.
10. Jewish Frontier,
julio de 1960, p. 3. Testimonio de Arie Levavi,
Sección de Documentación Oral, Instituto de
Judaísmo Contemporáneo, Universidad
Hebrea de Jerusalén,
pp. 11-12; Testimonio
de Joel Barromi, Sección de Documentación
Oral, pp. 27-29;
Haaretz, 26/4/1960,
6/5/1960 y 10/5/1960.
11. Testimonio de Levavi, pp. 7-9; Robert
Weisbrot: The Jews of
Argentina: From the
Inquisition to Peron,
Philadelphia 1979, p.
244.
12. Paul Warzawski
(comp.): Proyecto Testimonio: respuestas del
Estado Argentino ante
los pedidos de extradición de criminales de
guerra y reos del delito
contra la Humanidad
bajo el III Reich. Buenos Aires 1998.
13. Testimonio de
Levavi, p. 15; Michael
Bar-Zohar: Ben Gurion
(en hebreo), Tel Aviv
1978, Vol. 3, p. 1374.
14. Avner Abrahami:
“50 años de la captura
de Eichmann”, Haaretz (en hebreo), 7 de
mayo de 2010.
15. Una descripción
detallada de la operación puede hallarse en
los libros de los agentes del Mossad, Harel,
Aharoni y Malkin. Un
relato conciso se
encuentra en Ian
Black and Benny
Morris: Israel’s Secret
Wars: A History of
Israel’s Intelligence
Services. New York
1991, pp. 188-191;
Michael Bar-Zohar and
Nissim Mishal: Mossad: The Greatest Missions of the Israeli
Secret Service. Ecco:
New York, 2012, cap.
6.
16. Isser Harel: La
casa de la calle Garibaldi (en hebreo). Tel
Aviv 1990, p. 169.
17. Entrevista del autor
con Gabriel Levinas,
Buenos Aires, octubre
de 2013.
18. Entrevista del
autor con Itzhak Elron,
Tel Aviv, septiembre
de 2013.
19. Abba Eban: Personal Witness: Israel
rough My Eyes. New
York 1992, pp. 312-313;
Robert St. John: Eban.
New York, 1972, pp.
365-366.
20. Entrevista con
Avner citada.
21. Divrei Haknesset,
sesión 98 de la IV
Knesset, 23/5/1960, p.
22; Haaretz, 24 de
mayo de 1960. Weekly
Report by the American Embassy in Tel
Aviv, 26 de mayo de
1960. National Archives, Documents of the
Department of State,
Washington D.C.,
735.00 (w)/5-1060 [en
adelante, NA] 784A.00
(w)/5-2660.
22. En revista Time, 1°
de junio de 1960. Las
reacciones de la prensa estadounidense a la
captura, juicio y ejecución de Eichmann se
26/ TODOESHISTORIA Nº559
debaten en American
Jewish Comité: The
Eichmann Case in the
American Press, New
York 1962.
23. En La Razón y
Correo de la Tarde, 26
de mayo de 1960.
24. Levavi al Ministerio de Relaciones
Exteriores, 2 de junio
de 1960, Documents
on the Foreign Policy
of Israel, (en hebreo)
Vol. 14 (1960), Jerusalén 1997, pp. 801-2.
25. Documents on the
Foreign Policy of
Israel, p. 802.
26. Yahil a la Embajada en Buenos Aires, 3
de junio de 1960,
Documents, pp. 804805; Weekly Reports
by the American
Embassy in Buenos
Aires, 7 de junio de
1960, NA
735.00(w)/6-760, and
the American
Embassy in Tel Aviv, 9
de junio de 1960, NA
784A.00(w)/6-960;
Ben Gurion: Israel, pp.
577-578.
27. Zvi Aharoni y Wilhelm Dietl: Operation
Eichmann: The Truth
about the Pursuit,
Capture and Trial. New
York, 1997, p. 168; Testimonio de Barromi, p.
2.
28. Testimonio de
Levavi, p. 21; Haaretz,
9 y 10 de junio de
1960.
29. Weekly Report by
the American
Embassy in Buenos
Aires, 14 de junio de
1960, NA
735.00(w)/6-1460;
Ben Gurion: Israel, pp.
578-579; Documents,
pp. 841-844; Haaretz,
10 de junio de1960.
30. Levavi al Ministerio de Relaciones
Exteriores, 7 de junio
de 1960, Documents,
p. 806.
31. En The New York
Times, 11 de junio de
1960, p. 4; Haaretz, 12
de junio de 1960.
32. Ben Gurion: Israel,
pp. 579-580.
33. Yahil a la Legación
en la ONU, 16 de junio
de 1960, Documents,
p. 818; Haaretz, 19 de
junio de 1960; Weekly
Report by the American Embassy in Buenos Aires, 22 de junio
de 1960, NA
735.00(w)/6-2260.
34. Félix Luna: Diálogos con Frondizi. Buenos Aires 1963, p. 131.
35. Testimonio de
Levavi, p. 16.
36. En Haaretz, 22 de
junio de 1960.
37. En Haaretz, 10 y 13
de junio de 1960.
38. Raanan Rein:
Entre el abismo y la
salvación: el pacto
Franco-Perón. Bs. As,
Lumièsre, 2003, pp.
234-236.
39. Golda Meir al
Ministerio de Relaciones Exteriores, 14 de
junio de 1960, Documents, p. 816;
Haaretz, 16 de junio
de 1960; Centeno a la
embajada en Roma, 14
de junio de 1960,
AMREC.
40. U.S. Department
of State, Bulletin, N°
1099, 18 de julio de
1960, p. 116; Cancillería a la Embajada en
Tel Aviv, 23 de junio
de 1960, AMREC; Juan
Archibaldo Lanas: De
Chapultepec al Beagle: Política exterior
argentina, 1945-1980.
Bs. As., 1984, pp. 378381.
41. Sobre el debate
propiamente dicho,
ver The New York
Times, 19, 20 y 23 de
junio de 1960; y Haaretz, 16, 23 y 24 de
junio de 1960.
42. Golda Meir: A
Land of Our Own: An
Oral Biography. Philadelphia 1973, ch. 15.
43. Weekly Report by
the American
Embassy in Tel Aviv,
30 de junio de 1960,
NA 784A.00(w)/63060; Colombo al
MREC, 24, 26 y 27 de
junio 1969, AMREC;
Davar, 24/6/1960;
Lamerhav,
24/6/1960.
44. Amos Eilon: “La
captura de Eichmann
y su lección”, Haaretz,
1° de julio de 1960.
45. Levavi al Ministerio de Relaciones
Exteriores, 22/6/1960,
Documents, p. 831;
Testimonio de Levavi,
pp. 18, 22. Haaretz, 24
y 25 de junio, 17 de
julio y 5 de agosto
1960.
46. Elron al comandante del cuerpo de
inteligencia y al jefe de
estado mayor, 11 y 12
de julio de 1960.
47. Bernbaum to State
Department,
29/7/1960, NA
635.84A/7-2960.
48. Testimonio de
Levavi, p. 18.
49. Testimonio de
Barromi, pp. 7-8. Ver
también el telegrama
de Levavi al Ministerio
de Relaciones Exteriores, Documents, p.
823.
50. Rozen a la Ministro de Relaciones
Exteriores, 8.8.1960,
Documents, p. 833.
51. Documents, p.
838; Reid to State
Department, 2.8.1960,
NA 635.84A/8-260.
52. Testimonio de
Levavi, pp. 6-7, 18, 20;
Yagupsky to Segal,
4/8/1960, AJC Files,
Box 1.
53. Sobre la misión de
Rozen, ver el informe
que envió a la Ministro, 8/8/1960, Documents, pp. 832-840;
Haaretz, 26-29 y 31 de
julio y 1, 3-4, 25 de
agosto 1960; La
Nación, La Prensa,
Correo de la Tarde y El
Mundo, 6 de agosto
de1960.
54. Haaretz,
14/8/1960; Yagupsky
to Segal, 5/8/1960,
AJC Files, Box 1.
55. Juan Carlos Goyeneche: “Reflexiones
sobre el Caso Eichmann”, en Azul y
Blanco, 9 de agosto de
1960, reimpreso en
Ensayos, artículos,
discursos. Bs. As.
1976, pp. 522-525.
56. Carlos A. Florit:
“Causas del actual
deterioro de la política
exterior argentina”, en
Política exterior nacional. Bs. As., 1961,
especialmente pp. 5253.
57. El nuevo embajador israelí, Yosef Avidar, presentó sus cartas credenciales el 14
de diciembre de 1960;
por su parte, el embajador argentino en
Israel, Rogelio Rafael
Tristany, hizo lo mismo
una semana más tarde,
el día 21. Ver Haaretz,
8, 12 y 22 de diciembre
de 1960.
58. Sobre las relaciones argentino-estadounidenses en el período
de Frondizi, ver Carlos
Escudé y Andrés Cisneros: Historia General
de las relaciones exteriores de la República
Argentina. Bs. As.
1999, cap. 63; David
Sheinin: Argentina and
the United States: An
Alliance Contained,
Athens, GA 2006.
59. Según Levavi, en
los círculos allegados a
Frondizi había cierto
temor por la probable
reacción del judaísmo
estadounidense en
caso de adoptarse
medidas severas contra
Israel (Testimonio de
Levavi, pp. 6-7, 18).
60. Puede verse en el
boletín de la agrupación nacionalista Azul y
Blanco, 31 de mayo de
1960.
61. David Landau: Ben
Gurion de Shimon
Peres (en hebreo),
Jerusalén 2012.
62. Entrevista a G.
Levinas, citada.
63. Stan Lauryssens:
“The Eichmann
Diaries”, Areté N° 26
(2008).
64. Raanan Rein:
Argentina, Israel y los
judíos: de la partición
de Palestina al caso
Eichmann. Bs. As.
2007, cap. 7.
65. Raanan Rein e Ilan
Diner: “Miedos infundados, esperanzas
infladas, memorias
apasionadas: los grupos de autodefensa
judíos en la argentina
de los años sesenta”,
Estudios N° 26, Universidad Nacional de Córdoba, 2011: pp. 163185.
66. Sebastian Klor:
“The Aliyah from
Argentina from the State of Israel in the years
1948-1967”. Tesis doctoral inédita, Universidad de Haifa, 2012.
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