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La Psicometría del Síndrome Premenstrual (PMS)
Ponencia 3as Jornadas Nacionales de Psicometría
Daniel M. Campagne, psicólogo clínico
Depto de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos,
Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid
Clínica Bella Médica, Altea
Definir el Síndrome Premenstrual
Cuando hablamos de “premenstrual”, todo el mundo sabe de qué va. Al menos, cree que
sabe de qué va. La palabra “premenstrual” tiene un significado tal vez no específico pero
sí generalizado y compartido. Cuando una mujer dice: “Estoy premenstrual”, transmite una
información que su entorno capta muy bien, aunque el contenido de esa información
pueda variar. El “Estoy premenstrual” de una mujer puede significar “Cuidado, que estoy
irritable”, mientras otra mujer querrá decir: “Trátame con cariño, estoy triste”. Otras
advierten así de un brote de energía que les manda a limpiar la casa, o que despierta la
libido a todas horas.
¿Cuál es la parte del ciclo menstrual a la que nos referimos con la palabra
“premenstrual”? Tenemos aquí una aparente incongruencia entre el nombre de esta
problemática y su contenido clínico. Los síntomas se llaman premenstruales pero en
realidad son síntomas de la fase lútea, ni siquiera limitados a la fase lútea tardía aunque
la afección premenstrual antes se llamaba “síndrome de la fase lútea tardía”. Hoy día se
reconoce que, a partir del día 13 del ciclo, pueden aparecer síntomas vinculados a la
ciclicidad ovárica y, por tanto, estamos hablando de una alteración que puede estar
presente durante más de la mitad del mes. En la práctica, sin embargo, generalmente se
observa los cambios sintomáticos en los últimos 5 a 7 días antes de la regla, con una
remisión rápida en los primeros días de ella.
Más del 90 % de las mujeres nota algún cambio físico o psíquico relacionado con la última
fase del ciclo menstrual, por lo tanto tener síntomas premenstruales es normal, aunque
tengan relevancia clínica.
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Gris: fase lútea, susceptible al PMS
Blanco: fase folicular, asintomática para el PMS
Subrayado: regla de 5  2 días
Cursiva: días especialmente susceptibles al PMS
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Figura 1: Ciclo menstrual medio de 28 días
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Distensión abdominal
Ansiedad o tensión
Dolor y tensión mamaria
Episodios de llanto
Depresión
Fatiga
Falta de energía
Ira o irritabilidad no provocadas
Dificultad para concentrarse
Cefalea
Cambios en los patrones de sed y apetito
Diferentes grados de edema en las extremidades
Disminución de la libido.
Tabla 1: Síntomas negativos más frecuentes por orden aleatorio
¿Cuándo se diagnostica el Síndrome Premenstrual?
Un síndrome es una entidad clínica imprecisa, que difícilmente se deja captar por un
instrumento psicométrico con la exactitud deseada para un diagnóstico.
Muchos autores no hacen la distinción entre la aparición normal de uno o varios
síntomas premenstruales (PS) en los días antes de la regla, y esta anormalidad que se
llama “Síndrome Premenstrual”, o PMS por sus siglas en inglés (PreMenstrual Syndrome).
Sin embargo, deben distinguirse y sólo se debe hablar de PMS cuando el cuadro clínico
cumple unos requisitos bien determinados.
El primer requisito es que los síntomas tengan una influencia negativa importante sobre la
calidad de vida de la mujer. No son pocas las que temen a estos días o esta semana
antes de que baje la regla. Hasta un 40 % de las mujeres consideran que los cambios
físicos y anímicos en la fase lútea tardía interfieren con su bienestar diario (1-3).
Los casos más graves abarcan entre un 5 y un 10% de las mujeres, que sufren síntomas
de tal impacto, que durante este tiempo – y sólo durante ello - no pueden con su vida
normal (4,5). Ellas ven afectados su capacidad de trabajo, su funcionamiento social y
familiar, su equilibrio o bienestar mental, aunque no necesariamente todos estos factores
a la vez. Una estimación prudente cifraría en 1.000.000 mujeres las afectadas en
población española.
Se han identificado más de 200 síntomas premenstruales, muchos de ellos capaces,
según su intensidad percibida, de impedir el buen funcionar de la persona. Sin embargo,
no todo es negativo en cuanto a los días premenstruales. Hay muchos síntomas positivos
que pueden predominar en un buen número de mujeres, o pueden compensar en mayor o
menor parte la presencia de síntomas molestos. De los síntomas negativos con más
influencia destacan los anímicos, como la ira o irritabilidad, la depresión y la ansiedad. De
los síntomas positivos más presentes destacan la energía rebosante, y la mejora de la
fisonomía y de las formas físicas (pechos) por la retención de agua.
Para que se pueda calificar la problemática premenstrual de una persona de “Síndrome
Premenstrual” es preciso, como segundo criterio, que se establezca de modo fehaciente
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el vínculo con el ciclo ovárico y, como tercer criterio, que se excluyan otras posibles
causas, tanto físicas como psíquicas. Los cambios cíclicos provocan variaciones en la
capacidad individual para sobrellevar una dolencia, enfermedad o trastorno. En los
momentos de bajos recursos se pueden exacerbar los problemas subyacentes. Un alto
porcentaje de las mujeres que sufren cambios anímicos fuertes en los días
premenstruales tienen un trastorno psicológico “escondido”, de modo que habrá que
efectuar las pruebas diferenciales precisas (6).
Entidades clínicas premenstruales
Síntomas premenstruales (PS): Aunque representen la normalidad, necesitan ser
identificados y, según el caso, tratados.
Normalidad:
Síntomas premenstruales
Anormalidad: Síndrome Premenstrual, con merma de la
calidad de vida por afectación física y
psicológica
Anormalidad : Trastorno Disfórico Premenstrual, con
incapacidad funcional por afectación
anímica o psicosomática
Tabla 2: Identidades clínicas de la vivencia premenstrual
El Síndrome Premenstrual (PMS): Los tres requisitos antes indicados: 1) merma
significativa del bienestar, 2) vínculo con el ciclo ovárico y 3) exclusión de otras causas,
corresponden con los criterios del Colegio de Obstetras y Ginecólogos Estadounidenses
(ACOG, 2000)(7).
Diagnóstico de PMS si la paciente informa de al menos uno de tanto los síntomas
afectivos como los somáticos durante los cinco días antes de la menstruación. Los
síntomas deben manifestarse durante al menos 2 ciclos menstruales consecutivos.
Síntomas afectivos:
depresión – ataques de ira – irritabilidad – ansiedad – confusión – retraimiento social
Síntomas somáticos:
sensibilidad mamaria – hinchazón abdominal – cefalea – edema de extremidades
Además, los síntomas deben cumplir los criterios siguientes:
- Remiten en los primeros cuatro días de la menstruación, y no reaparecen hasta al
menos el día 13 del ciclo menstrual
- Se manifiestan en la ausencia de terapia farmacológica alguna, ingestión de
hormonas, uso de drogas o alcohol
- Causan disfunción identificable en la actuación social o económica
- Ocurren de forma reproducible durante dos ciclos de registro prospectivo
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Tabla 3: Criterios PMS del ACOG
El Trastorno Disfórico Premenstrual (Premenstrual Dysphoric Disorder, o PMDD) es la
manifestación de síntomas premenstruales predominantemente anímicos, como
depresión y ansiedad, de una gravedad tal que la mujer no puede hacer sus actividades
normales durante unos cuantos días. La cuarta edición revisada del Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales, o DSM-IV-TR, de la American Psychiatric
Association (8) recoge los criterios para el diagnóstico de la entidad clínica más “psíquica”
de las tres que hemos identificado al principio. Hay que tener presente que el trastorno
disfórico premenstrual es una entidad clínica provisional, incluida en el DSM-IV con
propósitos de investigación y para llegar a determinar si es o no una alteración mental.
Además de los criterios de un vínculo establecido con el ciclo menstrual y la exclusión de
otras causas para los síntomas (criterios C y D), también incluye la presencia de 5 de los
síntomas psíquicos ó físicos enumerados bajo el criterio A, así como la interferencia con
el funcionamiento normal de la mujer a la que hace referencia el criterio B.
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Criterios de investigación para el Trastorno Disfórico Premenstrual (PMDD)
A. Cinco (o más) de los siguientes síntomas durante la mayor parte del
día de la última semana de la fase lútea de la mayoría de los ciclos
menstruales del último año, que empiezan a remitir 2 días después del
inicio de la fase folicular y que desaparecen completamente en la
semana siguiente a la menstruación, teniendo en cuenta que al menos
uno de estos síntomas debe ser alguno de los cuatro primeros:
(1) estado de ánimo deprimido, sentimientos de desesperanza e
ideas de autodesaprobación acusadas
(2) ansiedad, tensión, sensación de agobio o de estar “al límite”
(3) labilidad emocional evidente (p. ej., ataques de tristeza, llanto o
hipersensibilidad ante el rechazo)
(4) enfado, irritabilidad o aumento de conflictos interpersonales de
forma acusada y persistente
(5) pérdida de interés por las actividades cotidianas (p. ej., trabajo,
escuela, amigos, aficiones)
(6) sensación subjetiva de dificultad para concentrarse
(7) letargia, fatigabilidad fácil o falta evidente de energía
(8) cambios significativos del apetito, atracones o antojos por
determinadas comidas
(9) hipersomnia o insomnio
(10) sensación subjetiva de estar rebasada o fuera de control
(11) otros síntomas físicos como hipersensibilidad o aumento del
tamaño mamario, dolores de cabeza, molestias articulares o
musculares, sensación de hinchazón o ganancia de peso
Nota: En las mujeres fértiles la fase lútea corresponde al período de
tiempo comprendido entre la ovulación y el inicio de la hemorragia
menstrual, que da paso a la fase folicular. En las mujeres amenorreicas (p.
ej., las que han sido histerectomizadas), la determinación de las fases
lútea y folicular puede requerir la cuantificación analítica de las hormonas
reproductoras circulantes.
B. Estas alteraciones interfieren acusadamente con el trabajo, la escuela,
las actividades sociales habituales o las relaciones interpersonales (p.
ej., evitación de actividades sociales, disminución de la productividad y
eficiencia en el ámbito laboral o académico).
C. La alteración no representa una simple exacerbación de síntomas de
otro trastorno, por ejemplo, trastorno depresivo mayor, trastorno de
angustia, trastorno distímico o trastorno de la personalidad (si bien en
ocasiones el trastorno disfórico premenstrual se añade también a
cualquiera de estos trastornos).
D. Los criterios A, B y C deben ser corroborados por técnicas de
valoración diaria y prospectiva de los síntomas en al menos dos ciclos
sintomáticos consecutivos. (El diagnóstico puede establecerse
provisionalmente a la espera de dicha confirmación).
Tabla 4: Criterios PMDD del DSM-IV
5
Diferencias entre el Síndrome Premenstrual y el Trastorno Disfórico Premenstrual
Aunque el PMDD está catalogado, provisionalmente, como trastorno mental en el DSMIV, sería un error considerar al síndrome premenstrual como una versión menos grave del
trastorno disfórico premenstrual.
El diagnóstico del síndrome premenstrual difiere del anterior en dos aspectos. El
trastorno, o PMDD, puede diagnosticarse con sólo síntomas psíquicos, dada su
condición de trastorno mental provisional según el DSM-IV. El síndrome, o PMS, requiere
tanto la presencia de un síntoma anímico como de un síntoma somático, al menos
según los criterios del ACOG, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, del
2000. Esta diferencia es importante, porque subraya la parte física del PMS. Además, el
ACOG exige que el PMS se presente en ausencia de la ingesta de hormonas, con lo cual
excluye del diagnóstico a las mujeres que toman anticonceptivos orales y con ello
consiguen evitar los síntomas. El ACOG también recoge el criterio de una “disfunción
identificable en la actuación social o económica”, parecido al criterio B del DSM-IV. Sin
embargo, la realidad clínica es que el PMS no necesariamente lleva a la disfunción, pero
sí a una considerable merma de la calidad de vida (9). Pocos autores modernos siguen
defendiendo la postura de que el PMS representa una versión “light” del PMDD. Destaca
como tal el Documento de Consenso de la Sociedad Española de Ginecología y
Obstetricia (S.E.G.O.) de 2004 que mezcla definiciones y conceptos de ambas
condiciones sin prestar atención a las distinciones internacionalmente aceptados (41).
Secuencia diagnóstica para las entidades clínicas premenstruales
1) El registro de síntomas.
Para el diagnóstico de todas las manifestaciones de la vivencia premenstrual es
imprescindible que se establezca el vínculo con el ciclo ovárico mediante un registro
prospectivo, o sea, mediante la anotación de los síntomas día a día durante al menos 2
“ciclos premenstruales” completos, que suele equivaler a 2 meses y medio. No sirve un
registro a posteriori, porque se ha demostrado un error de hasta un 50% en los síntomas
que la mujer piensa haber tenido, y la realidad.
2) Descartar otras causas.
En un gran número de mujeres lo que se llama “síndrome premenstrual” no lo es. El
médico debe hacer un reconocimiento completo, así como las pruebas necesarias para
descartar otras causas para la sintomatología.
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Trastornos tiroideos u otras endocrinopatías
Migraña
Síndrome de fatiga crónica
Síndrome de intestino irritable
Cuadro epiléptico
Dismenorrea
Perimenopausia
Anemia
Endometriosis
Trastornos psiquiátricos, y la exacerbación
premenstrual de ellos
 Trastornos alimentarios como anorexia o bulimia
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Uso de anticonceptivos orales
Abuso de drogas o de alcohol
Cáncer
Lupus eritematoso sistémico
Infección
Tabla 5: Diagnósticos causales diferenciales
Historia clínica, exploración.
Descartar otras causas físicas o
psíquicas para la sintomatología

La paciente mantiene un registro
de síntomas premenstruales diarios
durante 2 ó 3 ciclos

Los síntomas se limitan
a la fase lútea
 No  Re-evaluar otras causas

Sí

Los síntomas merman la
calidad de vida de la paciente
 No  Síntomas premenstruales(PS)

Sí

Los síntomas interfieren con el
funcionamiento diario
 No  Síndrome premenstrual (PMS)

Sí

Cumple los criterios diagnósticos No Síndrome premenstrual (PMS)
para PMDD según DSM-IV

Sí

Trastorno Disfórico Premenstrual (PMDD)
Figura 2:
Algoritmo diagnóstico de Síntomas Premenstruales(PS), PMS, y PMDD
Campagne DM, Campagne G (2004)
7
Etiología del Síndrome Premenstrual
Para un diagnóstico responsable y para encauzar un tratamiento adecuado necesitamos
saber algo más del trasfondo de la cuestión. ¿Qué tipo de alteración es la premenstrual?
Durante los últimos 70 años la investigación ha propuesto muchas teorías acerca de las
causas. Empezaron por la obvia causa intuitiva, que es un supuesto desarreglo hormonal.
Pero rápidamente se incluyeron supuestos factores psicológicos que harían que una
mujer sufra donde otras en las mismas circunstancias y con los mismos niveles
hormonales no sufren. De las supuestas causas biológicas la investigación no ha podido
identificar ninguna como causa única del síndrome o del trastorno, lo cual apunta a un
problema multicausal.
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Altos niveles de estrógenos (Frank, 1931)
Bajos niveles de progesterona (Israel, 1938)
Alergia a las hormonas endógenas (Zondek, 1947)
Niveles descendentes de estrógenos (Morton, 1950)
Cambios en el cociente estrógeno/progesterona
Aumento de la actividad de la aldosterona
Aumento de la actividad de la renina-angiotensina
Aumento de la actividad suprarrenal
Caída de las endorfinas endógenas (Facchinetti et al, 1987)
Hipoglucemia subclínica
Cambios de origen central en las catecolaminas
Exceso de prostaglandinas (Craig, 1980)
Déficit de prostaglandinas (Abraham, 1983)
Deficiencias vitamínicas (Rose, 1969)
Secreción de cantidades excesivas de prolactina (Friesen y Horrobin, 1972)
Reducida actividad del sistema serotonérgico
Tabla 6: Algunas supuestas causas biológicas del PMS
Algunas teorías acerca de los supuestos factores psicológicos van muy lejos. Relacionan
el PMS con mujeres neuróticas, mujeres con trastornos afectivos, mujeres con una
personalidad anormal, propuestas todas ellas en línea con la nunca demostrada relación
entre el PMS y una anormalidad mental.
La mera inclusión del PMDD en el DSM-IV es criticada por parte de ginecólogos,
psiquiatras, neurólogos y psicólogos de renombre (10). En cuanto al PMDD también está
por demostrar que se trata de una alteración mental. Aún así, el PMS es otro cantar ya
que allí se combinan síntomas biológicos con el sufrimiento psicológico.
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Israel(1938): Por déficit de progesterona pero sólo en presencia de un factor
psicológico
Coppen y Kessel (1963): Relación con caracteres neuróticos
Coppen (1965): Trastorno afectivo de base en las mujeres con PMS
Mandell (1967): Relación del PMS con el suicidio premenstrual
Kantero (1971): Relación entre el PMS y antecedentes maternos
Takayama (1972) Se descartan factores emocionales como causa del PMS
porque también se da en mujeres con retraso mental (sic)
Keye y Trundell(1986): Modelo biopsicosocial del PMS
Levitt et al (1986): hipersensibilidad al estrés
Gannon et al (1989): Correlación con el estrés
Coughlin (1990) Correlación con trabajar fuera de casa
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Cumming et al (1994) Correlación con la personalidad anormal
Gotts, Morse & Dennerstein (1995) Calificación de las quejas premenstruales
como un síndrome idiosincrásico con bases biológica, psicológica y social
Tabla 7: Supuestos factores psicológicos del PMS
La investigación científica reciente aporta datos cada vez más concretos acerca del
funcionamiento de los diferentes subtipos de receptores hormonales en cuanto al estado
anímico además del fisiológico de la persona. Puede que las mujeres que sufren del PMS
se diferencien en cuanto al número de determinados subtipos de receptores, presentes en
determinadas estructuras neuronales, cuya presencia a su vez no necesariamente viene
determinada genéticamente sino que se desarrolla con el tiempo y las experiencias. Estos
receptores hacen que los cambios producidos por el ciclo ovárico influyen de forma
directa tanto en aspectos físicos como en aspectos anímicos de la mujer (11-13).
Tratamientos recomendados y la evidencia actual
Una reciente directiva del Colegio de Médicos de Familia de Estados Unidos, recomienda,
igual que lo hacen los ginecólogos americanos, que se estructure el tratamiento del
PMS y del PMDD en sucesivos pasos (14).
En todos los casos debe primar el tratamiento no farmacológico, además del registro
diario de síntomas que, de por sí, tiene un efecto terapéutico demostrado.
En segundo lugar se recomienda un tratamiento especifico según el tipo de síntomas, y
en tercer lugar se recomienda el uso intermitente, o sea, durante los días de la fase lútea,
de antidepresivos tipo fluoxetina o sertralina, posiblemente venlafaxina, para los
síntomas psicológicos más graves (15-17).
Queda como último recurso, en caso de que fracasaran los tratamientos mencionados, la
terapia hormonal que suprima el ciclo ovárico, o la cirugía dirigida al mismo objetivo, la
ooforectomía.
Todas las mujeres con PMS o PMDD
Tratamiento no farmacológico: educación, terapia de apoyo,
descanso, ejercicio, modificaciones de la dieta.
Registro diario de síntomas para identificar los momentos para
aplicar tratamientos y para monitorizar la reducción de
síntomas.
Tratamiento de síntomas específicamente físicos
Edema, hinchazón: espironolactona.
Cefaleas: analgésicos no-esteroides como paracetamol,
ibuprofeno o naproxeno.
Fatiga e insomnio: entrenamiento en higiene del sueño y
restricción de cafeína.
Sensibilidad mamaria: vitamina E, aceite de onagra,
espironolactona en la fase lútea o danazol.
9
Tratamiento de síntomas psicológicos
Para los síntomas de PMDD: terapia continua o intermitente
con un ISRS.
Fracaso de tratamiento
Terapia hormonal con que manipular el ciclo menstrual.
Tabla 8: Directivas para el manejo del PMS y del PMDD de Dickerson,
Mazyck y Hunter en American Family Physician (2003)
Recomendaciones con evidencia científica buena y consistente (Nivel A)
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
Mujeres con diagnóstico de PMS deben reunir los criterios diagnósticos
estandarizados y se debe confirmar la correlación de sus síntomas con el
ciclo ovárico con un calendario sintomático prospectivo
Factores de riesgo como un estrés incrementado y determinados tipos de
personalidad dificultan la diferenciación de mujeres con y sin PMS
Los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS),
especialmente fluoxetina y sertralina, han demostrado ser eficaces en el
tratamiento del PMS
La mayor parte de la evidencia científica no apoya el uso de progesterona
natural o de aceite de onagra en el tratamiento del PMS
Recomendaciones con evidencia científica limitada o inconsistente (Nivel B)
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
El uso de agonistas de la hormona liberadora de la gonadotropina (GnRH)
así como la ovariectomía quirúrgica han demostrado ser eficaces en PMS.
Sin embargo, los efectos colaterales de los agonistas GnRH y la
ooforectomía limitan su uso en la mayoría de pacientes
El tratamiento con el ansiolítico alprazolam es eficaz en algunas
pacientes. Sus efectos colaterales limitan su uso a situaciones puntuales
de corta duración
Comida y bebidas ricas en carbohidratos pueden mejorar los síntomas
anímicos y los antojos en mujeres con PMS y son una aproximación de
primera línea razonable en muchas pacientes
Los suplementos de calcio han demostrado eficacia en el tratamiento del
PMS
El magnesio, la vitamina B6 y la vitamina E tienen cierta eficacia en el
tratamiento del PMS
Los anticonceptivos orales pueden mejorar los síntomas físicos del PMS
Recomendaciones basadas mayoritariamente en el consenso y la opinión de
expertos (Nivel C)

La terapia de apoyo es central para el manejo de todas las pacientes con
PMS
 Se puede recomendar el ejercicio aeróbico a las pacientes con PMS.
 Como aproximación clínica general, los tratamientos se deben emplear en
orden ascendente de complejidad. Usando este principio, en la mayoría de
los casos, las terapias deben utilizarse en el siguiente orden:
Paso 1: Terapia de apoyo, dieta rica en carbohidratos, ejercicio aeróbico,
suplementos nutricionales (calcio, magnesio, vitamina E), espironolactona
10
Paso 2: ISRS (fluoxetina o sertralina como primera selección); para las
mujeres que no responden, considerar un ansiolítico para síntomas
específicos
Tabla 9: Directiva Ginecólogos ACOG (2000)
Evidencia positiva y relativamente consistente de beneficios notables
Terapia cognitiva (18,19)
Vitex castus (fitoterapia) (20,21)
Calcio (22,23)
Vitamina B6 (24)
Evidencia contradictoria, insuficiente o preliminar de beneficios posibles
Aceite de onagra
Gluconato de potasio
Magnesio (25)
Vitamina E
Comida o bebida rica en carbohidratos
Reducir o evitar azúcar, alcohol, cafeína, grasas (26,27)
Evidencia por su eficacia en síntomas anímicos y cuadro depresivo
Hipérico (Hierba de San Juan) (80)
Tabla 10: Tratamientos no farmacológicos según su eficacia evidenciada
El obligado registro diario de síntomas
El trámite diagnóstico de PMS o de PMDD siempre comienza por registrar de forma
prospectiva los síntomas durante al menos 2 ciclos premenstruales completos.
Hace unos 40 años Moos describió el síndrome, identificó unos 150 síntomas
relacionados, e intentó construir un registro diagnóstico (29). Su Menstrual Distress
Questionnaire, el MDQ, llegó a identificar 8 factores.
El séptimo factor, Excitación, es el único factor positivo, aunque no quiere decir que el
conjunto de síntomas positivos tenga una prevalencia pequeña o una influencia reducida.
Según Moos, hasta el 20% de las mujeres informan efectos positivos de cierta
consideración (30,31).
Sin embargo, este cuestionario del distrés menstrual o MDQ de Moos, no es un
instrumento psicométrico ágil. Consta de casi 100 síntomas y no sólo cuesta mucho
tiempo rellenarlo sino que es retrospectivo, con lo cual no cumple el requisito actual
consensuado de que el registro debe ser prospectivo.
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1. Dolor: muscular, de cabeza, de espalda, dolor en general, fatiga,
cólicos abdominales.
2. Concentración: insomnio, olvidos, confusión para pensar,
disminución del juicio para opinar, dificultad para concentrarse,
tendencia a estar distraída, accidentes (leves o graves), torpeza
en los movimientos.
3. Cambios conductuales: disminución del rendimiento laboral o
escolar, tendencia a tomar siestas o estar en la cama, tendencia a
quedarse en casa en vez de salir, evitación de actividades
sociales, disminución de la eficiencia.
4. Reacciones autónomas: mareos, desmayos, sudoración fría,
nauseas o vómitos, bochornos.
5. Retención de líquidos: aumento de peso, problemas en la piel,
dolor en las mamas, hinchazón.
6. Afecto negativo: deseos de llorar, sensación de soledad,
inquietud, impaciencia, sensación de estar tensa o estresada,
ansiedad, enojarse por cualquier cosa, cambios de humor,
depresión.
7. Excitación: tendencia a estar afectuosa, tendencia al orden,
agitación, sensación de bienestar, estallidos de energía o actividad
8. Control: sensación de estar sofocada, dolores en el pecho,
zumbidos en los oídos, taquicardia, estremecimiento u hormigueo
de manos y pies, puntos ciegos y vista borrosa.
Tabla 11: Los 8 factores del MDQ
Por ende, se diseñaron registros más breves y prospectivos, como el Daily Rating Form
de Endicott y Halbreich, de 1982, con 21 ítems en 8 páginas. Los cálculos psicométricos
indicaron que los factores se reducían a 5, el quinto incluye síntomas positivos (32,33).
Ánimo disfórico
Cambios de humor
Irritable, enfadada, impaciente
Deprimida, triste, baja de moral, sola
Ansiosa, intranquila, nerviosa
Se queda en casa, evita actividades sociales
Incomodidad física
Dolor abdominal
Dolor mamario
Libido reducido
Lumbago, dolores articulares y musculares
Hinchazón, edemas
Baja energía
Duerme más, siestas, se queda en la cama
Trabaja menos
Baja energía, cansada, floja
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Consumo
Bebidas con cafeína – café, té, refrescos
Más apetito, come más, antojos
Más alcohol, sexo, actividad
Bebe alcohol, toma medicamentos no recetados
Libido incrementado
Activa, activada, no puede estar quita
Disfruta más, es más eficaz
Cefaleas
Tabla 12: Factores e items del DAILY RATING FORM
En 1990 se diseño el COPE, que reduce el número de factores a 4 y excluye a los
síntomas positivos por considerarlos no determinantes para el diagnóstico. No todo el
mundo está de acuerdo con esto (34-36).
Factor 1
Síntomas de ánimo
Factor 2
Factor 3
Síntomas somáticos/ Síntomas apetito
cognitivos
Factor 4
Síntomas retención
líquidos
Cambios anímicos(20)
Enfado(11)
Irritabilidad(18)
Sensibilidad(21)
Llorar(14)
Ansiosa(12)
Sola(22)
Deprimida(15)
Fatiga(5)
Mareo(4)
Confusión(13)
Olvidadiza(17)
Sofocos(7)
Palpitaciones(9)
Cefalea(6)
Nausea(8)
Sensibilidad mamaria(3)
Hinchazón(10)
Edema(2)
Acne(1)
Apetito(19)
Antojos(16)
Tabla 13: Estructura factorial del COPE
(entre paréntesis el número del ítem COPE)
Más o menos del mismo tiempo es el PMS Diary, el diario premenstrual de la doctora
Thys-Jacobs, una de las investigadoras estadounidenses más conocidas. También se
limita a 4 factores y reduce el número de síntomas relevantes a 17 (37).
Factor sintomático I: Afecto negativo
Cambios de humor
Depresión-tristeza
Tensión-irritabilidad
Ansiedad-nerviosismo
Ira-agresividad-enojos
Episodios de llanto
Insomnio
Factor sintomático II: Retención de agua
Hinchazón de extremidades
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Mamas dolorosas-aumentadas
Distensión abdominal
Cefalea
Fatiga
Factor sintomático III: Antojos alimentarios
Apetito incrementado o disminuido
Antojos de dulce o salado
Factor sintomático IV: Dolor
Calambres en el abdomen inferior
Dolores y achaques generalizados
Lumbago
Tabla 14: Factores contemplados por el PMS Diary
En la hoja de registro del Diario PMS se observa que la paciente debe apuntar la
intensidad percibida de cada síntoma durante las 24 horas previas, en una escala de 4
grados de Likert, desde 0, por ausente, a 3, por severo. El cuestionario, igual que los
anteriores, no mide la disfuncionalidad, aunque según los criterios de los ginecólogos
estadounidenses y del DSM-IV, para el PMS y para el PMDD respectivamente, sería
preciso determinar el grado de disfuncionalidad.
14
PMS DIARY (DIARIO DEL PMS)
¿Tiene la regla ahora?
Sí
No
Fecha ...................................
Número de sujeto .................
Nombre .................................
VALORA LA INTENSIDAD PROMEDIA DE LA INCOMODIDAD EXPERIMENTADA
DURANTE LAS 24 HORAS PREVIAS
Síntomas menstruales/PMS
Graduación de síntomas
Ausente (0) Leve (1)
Moderado (2)
Severo(3)
Cambios de ánimo
Depresión / Tristeza
Tensión / Irritabilidad
Ansiedad / Nerviosismo
Ira / Agresividad / Arranques
Ratos de llorar
Edema de extremidades
Sensibilidad / hinchazón de mamas
Distensión abdominal
Espasmos abdomen inferior
Achaques y dolores en general
Lumbago
Cefaleas
Fatiga
Incremento o decremento apetito
Antojos de dulces o salados
Insomnio
Otros (especifica)
Figura 3: El Diario PMS (Thys-Jacobs et al, 1989)
Reproducido con autorización.
Sobre la base del peso relativo de los ítems de los cuestionarios más conocidos, del que
ninguno tiene traducción validada al español, hemos construido un cuestionario
prospectivo que mide 3 grupos holísticos de síntomas, llamémosles factores. No se trata
de factores psicométricos, sino racionales. El Perfil Premenstrual es, en realidad, un
instrumento de criba, más o menos sofisticado, sin las limitaciones clínicas que tienen los
cuestionarios tradicionales. Los factores son Ánimo negativo, Dolor e Hinchazón,
respectivamente, y su intensidad se valora con una puntuación de 0(sin síntomas) a
3(síntomas fuertes) en una escala tipo Likert. Además, se reflejan los cambios bruscos
con un círculo. Las puntuaciones identifican los síntomas premenstruales que, para que
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se consideren indicativon de PMS según el requisito del National Institute of Mental Health
de EE.UU.( NIMH), deben intensificarse al menos un 30% en la fase premenstrual (38,39).
Cada día, durante 2 meses y una semana, y a la misma hora del día, la paciente apunta
cómo se siente ese día en cuanto a los tres factores.
En cuanto el síntoma tenga ese día una intensidad que provoque la disfuncionalidad,
entendida por no poder o sólo en parte con sus tareas y actividades normales, se rodea el
valor apuntado con un círculo. De esta forma, el cuestionario cumplimentado reflejará un
perfil premenstrual que indicará los cambios físicos y anímicos así como las variaciones
en la funcionalidad diaria de la mujer durante los ciclos menstruales medidos, todo ello
imprescindible para el diagnóstico (37,40)
El Perfil Premenstrual está pendiente de validación.
PACIENTE:............................................................. DR....................................................
Nº ciclo: ........de tres. Nº historia.................... Fecha inicio........................................
Ánimo
1 1 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1 2 2 2 1 2 2 2
2
2
negativo
Dolor
3 2 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 0 1 2 2 1 2 2
Hinchazón 2 2 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 1 1 1 2 2 2 2 2 2 2 2 3 2 2
Día del ciclo 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28
X X X X X
Regla
Puntuación y Símbolos:
0 sin síntomas
Los mismos valores pero rodeados
1 síntomas leves
2 síntomas moderados
3 síntomas fuertes
con círculo (Aquí marcados
o sólo parcialmente
): No puedes con tus tareas
X días de menstruación
Figura 4: El Perfil Premenstrual
para un ciclo menstrual de 28 días, con un diagnóstico de PMDD.
(Nota: El autorregistro debe admitir ciclos de hasta 40 días)
Instrucciones para la paciente:
- Cada uno de los 3 factores que evalua este cuestionario se refiere a un conjunto de síntomas y sensaciones
más o menos relacionados. Lea el contenido de cada factor varias veces para familiarizarle con su contenido
global.
- El registro empieza por el primer día de su ciclo menstrual, que es el primer día de la regla.
- Cada día, aproximadamente a mediodía, apunte en el cuadro correspondiente la intensidad con que note el
conjunto de cada factor. Marque “0” cuando no tiene síntomas del factor, “1“ cuando tiene alguna pequeña
molestia, “2“ cuando las molestias se notan más pero puede bien con ellas y “3” cuando son fuertes y le
merman el bienestar.
- Una vez que hayas tomado buena nota de sus contenidos, no es preciso que te sigas fijando en los detalles
del contenido de cada factor: apunta la intensidad del conjunto global del factor, tal como es representado
por su nombre: “Ánimo negativo”, “Dolor”e “Hinchazón”.
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- Si algún factor se presenta con tal intensidad que imposibilita su funcionamiento habitual, es decir, que no
puede hacer sus tareas habituales adecuadamente, rodee el número marcado con un círculo para manifestar
esta merma de su funcionalidad; por ejemplo si es “3” y además incapacitante, marca
- Cumplimente el registro durante al menos 2 ciclos menstruales enteros y la semana siguiente.
Los tres factores que este cuestionario mide son:
1) Ánimo negativo o desánimo – Incluye los criterios de las categorías 1,2,3,4,5,6,7 y 10 del
Trastorno Disforico Premenstrual (PMDD) según el DSM-IV.
Comprende: ánimo notablemente deprimido, sentimientos de desesperanza o pensamientos de baja
autoestima; ansiedad marcada, tensión, sensaciones de sobre-activación o de hiper-alerta; inestabilidad
emocional marcada como sentimientos repentinos de tristeza o ganas de llorar o una sensibilidad al
rechazo incrementada; ira o irritabilidad marcada y persistente, incremento en el número de conflictos
personales; interés disminuido en las actividades usuales como el trabajo, colegio, amigos, aficiones;
sentimientos subjetivos de dificultad de concentración; disminución de la libido1, letargia, fatiga rápida o
falta de energía marcada; un sentimiento subjetivo de estar abrumada o fuera de control.
2) Dolor e incomodidad – Incluye los criterios de las categorías 8,9,11(en parte) del Trastorno
Disforico Premenstrual (PMDD) según el DSM-IV.
Comprende: cambio notable en el apetito, sobreingesta o antojos alimentarios específicos; hipersomnia
o insomnio; otros síntomas físicos como mamas sensibles o dolorosas, cefalea, dolor de estómago o de
barriga, dolor articular o muscular
3) Hinchazón / Retención de agua – Incluye los criterios de la categoría 11 (en parte) del Trastorno
Disforico Premenstrual (PMDD) según el DSM-IV.
Comprende: mamas aumentadas; sensación de distensión abdominal; edema o hinchazón de manos, pies,
piernas; incremento de peso
Instrucciones para el facultativo:
Leer con la paciente en voz alta el contenido de los tres factores y subrayar que el registro diario tiene por
objetivo reflejar el cambio global de cada factor. La paciente tiene que preguntarse: “¿Tengo más dolor que
ayer o menos?” No debe hacer un cálculo meticuloso por partes, algo como: “Me duele la barriga un poco
más pero los pechos no tanto, por otro lado tengo dolor de cabeza aunque el lumbago es menor”.
Simplemente debe preguntarse “¿Qué tal las molestias?” y apuntar la percepción total. Lo mismo para cada
uno de los tres factores.
Explicar bien la diferencia entre simplemente tener molestias y verse afectada en las tareas diarias a causa de
las mismas. Los síntomas pueden ser fuertes y mermar al bienestar, sin que la funcionalidad de la persona
quede afectada. Las mamas pueden doler y la barriga puede estar hinchada, sin que tiene que dejar de
trabajar. Se puede estar irritable o deprimida, pero cumplir con sus tareas. Pero cuando la intensidad con la
que se percibe el conjunto de los síntomas de un determinado factor empieza a dificultar o imposibilitar las
tareas habituales, la paciente debe marcarlo con un círculo de llamada de atención
, hasta que vuelva
la funcionalidad, momento en el que se apunta el número de la valoracón sin círculo de llamada de atención.
Estas explicaciones sólo serán necesarias una vez antes de empezar a cumplimentar el cuestionario, y
necesitarán entre 5 y 7 minutos de tiempo.
Resultados y diagnóstico
A. El período premenstrual puede manifestarse desde el día 13 del ciclo, aunque en la mayoría de los
casos lo hace en los 7 días antes de la regla.
1
También puede haber aumento de la libido, pero los síntomas positivos no se reflejan en el cribado.
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B. No se tienen en cuenta los valores apuntados en los 8 días del primer ciclo menstrual. Es un
período de “entrenamiento” para que la paciente se acostumbre al registro diario.
C. Una vez cumplimentado el registro durante dos meses y una semana, se suman los puntos
correspondientes a ambos períodos foliculares (del día 1 al día 13), así como los de los períodos
lúteos (desde el día 13 hasta el último día del ciclo) y se sacan las medias por día. En cuanto la media
lútea supere la media folicular en un 50% o más, se considera indicio de Síndrome Premenstrual
(PMS) o Trastorno Disfórico Premenstrual (PMDD).
D. En el caso de que la media diaria folicular sea igual o superior a 1, o que haya días de
disfuncionalidad, sería indicio de posible patología o trastorno, diferente del PMS o del PMDD, y se
requiere un diagnóstico diferencial.
E. Si en los días 21 a 28 del ciclo la puntuación media es igual o superior a 3 en ambos, se considera
indicio de PMS.
F. Una o dos marcas redondeadas en el período premenstrual son confirmación del indicio de PMS.
G. Tres o más días con marcas redondeadas en el período premenstrual son indicio de PMDD, que
habría de contrastarse con el resultado de un cuestionario validado de depresión y de ansiedad.
Conclusión
La ciclicidad ovárica de la mujer en edad reproductiva afecta a diversos parámetros
fisiológicos, hormonales y neurológicos, lo cual produce una sintomatología premenstrual
diversa sin causa única específica. Los problemas clínicos que resultan de ella pueden
mermar notablemente la calidad de vida, o bien impedir la funcionalidad de la mujer
durante un tiempo de varios días antes de la regla. Los desarreglos hormonales cíclicos
pueden ser una de sus causas, pero se han identificado otras, entre ellas una especial
sensibilidad a la retirada (parcial) de sustancias hormonales o neuroesteroides
relacionadas con los cambios cíclicos. Además, la gravedad percibida de los síntomas
depende de las habilidades psicológicas de la persona y, por tanto, de una valoración
sujetiva.
Las dos vertientes “anormales” de los cambios premenstruales son el Síndrome
Premenstrual y el Trastorno Disfórico Premenstrual. Requisito indispensable para el
primero es la presencia de síntomas biológicos y posiblemente anímicos, mientras que el
segundo requiere la presencia dominante de síntomas anímicos. El primero produce una
considerable merma de la calidad de vida, mientras el segundo ocasiona necesariamente
la disfuncionalidad durante unos cuantos días. En otros muchos aspectos pueden
compartir elementos. Es importante que se establezca y se tenga presente la distinción
clínica entre ambas “anomalías”, para evitar que se aplique, sin razón fundada, el estigma
de “trastorno mental” o “anomalía comportamental” a la mujer que padece del síndrome
premenstrual. Es imprescindible, además, que se verifique, mediante el diagnóstico
diferencial, que la sintomatología no se deba a otras causas, como podría ser la
exacerbación durante la fase premenstrual de cuadros psíquicos o físicos subyacentes. A
tal fin es de obligado uso un registro de los síntomas premenstruales durante al menos
dos ciclos completos.
Finalmente, es necesaria más investigación en cuanto a los efectos de los fármacos, la
fitoterapia, los tratamientos psicológicos y otras intervenciones de los que ya se ha
evidenciado su eficacia, con el fin de determinar un algoritmo de tratamiento clínico
multifactorial y multidisciplinario.
18
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