Subido por VICTOR PASTOR

MAS BIRRAS Rock al Este del Moncayo

Anuncio
MÁS BIRRAS
• VA Q U E R O S D E L O S M O N E G R O S •
M a t í as U r i b e
Desde el primer momento que escuché «Apuesta
por el Rock’n’Roll» tuve la misma sensación que
me provocó «Esto no es Hawaii» de Loquillo y
Los Intocables siete años antes. La de encontrarme ante una canción extraordinaria, mágica, una de esas canciones
que destacan entre cientos de miles. Y así lo sintieron también los
oyentes del Diario Pop de Radio
3 cuando votaron al final del
año por el Mini-Lp Al este del
Moncayo como el mejor disco del año. Porque no sólo
incluía esta maravillosa canción sino otras que también siguen siendo interpretadas por Búnbury,
Amaral y muchos grupos desde entonces. Tuve
la satisfacción de entregar a
Más Birras su premio en la
sala Rock Club de Madrid
en la fiesta de entrega de premios a Los mejores del Año
1987 donde se codearon de tú a
tú con Loquillo y Los Trogloditas,
Gabinete Caligari, Los Ronaldos
o Danza Invisible.
Vaqueros de los Monegros. Unos tipos desinhibidos y con la misma facilidad para hacer canciones de fiesta cowboy como profundas baladas. Unos
verdaderos artesanos de la melodía e incluso de la poesía, que, pese al trozo
de tarta de popularidad que saborearon a finales de los ochenta, acabaron
perdiendo su apuesta por el rock’n’roll. La culpa: el cansancio, las escasas
ventas discográficas y la devoción cada vez mayor de su líder, Mauricio Aznar, por el folclore latinoamericano. «Poco a poco me fui alejando musicalmente del grupo hasta no tener nada que ver con aquello».1
No eran nuevos en la plaza plueblerina que entonces era la Zaragoza
pop de los inicios de los ochenta. Venían de Golden Zippers, los atrevidísimos primeros espadas que saltaron a aquel ruedo palurdo y prácticamente
inexistente de la movida local. Diría que daban miedo. Los ochenta se habían abierto en la ciudad atados todavía a la resaca de los cantautores y a la
pobreza y el desangelamiento del rock. No existían tan apenas grupos, no
había salas de conciertos, ni estética pop y menos aún discos del género. Caminar por las calles de la ciudad e incluso meterse en los famosos discobares
de la zona de San Juan de la Cruz (ah, el Parrots) era meterse en el túnel del
tiempo, no en la modernidad que ya había dado sus primeros campanazos
en Madrid al socaire de la new wave británica. Más, de pronto, por la calle se
vieron circular a unos individuos con altos tupés, ­vestimentas
vaqueras, cremalleras y puntiagudas botas.
1
Diario 16, 26-v-95.
J E S Ú S O R D O VÁ S
Carátula extendida
de casete de una de las
maquetas de Más Birras.
Ilustración de portada
de Calpurnio.
Puede resultar exagerado, pero invitaban a cambiar de acera. La ciudad no
estaba preparada para sustos estéticos tan contundentes. Tras el Concurso
Municipal del 82, quedé con ellos en su cuartel general, un bar de la calle
Juan José Rivas, en la acera de enfrente de la entonces famosa discoteca
Babieca: intimidaban. Cuatro adolescentes que se bebían su estética y sus
gustos musicales a caño abierto y pateaban furibundamente contra lo viejo
pero también contra el soplo de novedad que llegaba desde Madrid. «Muerte a los modernos», me gritó para el Heraldo su líder, Mauricio Aznar. Los
cuatro hacían profesión de fe: «Esto es una forma de vida. Nosotros no nos
disfrazamos para llegar a un grupo, es desde el grupo donde saltamos a la
vida. Vives así, te peinas así, te vistes así, porque primero hay que ser rockero y después hacer rock’n’roll».2
Grabaron un single con tres canciones para el primer sello discográfico
independiente local que llevó adelante el audaz Luis Linacero, Cara 2, y a finales del 84 se cansaron y reformularon sus principios musicales y hasta casi
estéticos. Nacieron Más Birras con Miguel Mata (bajo) y Mauricio Aznar
(voz y guitarra), ambos procedentes de los Zippers más Víctor Giménez (batería) y Mariano Ballesteros (saxo). Gabriel Sopeña se colocó en la recámara:
no solo produce el primer disco sino que también hace coros, ­compone, toca
la armónica y además toma el papel de voz solista en alguna que otra canción. Un excelente amigo de trabajo y farra. Un grito de guerra hace honor
a su localismo rocanrolero: «Shakin
La Seo, tío, forever and Ebre».3
Sí, muchas ganas de agitar la ciudad, pero las posibilidades entonces
de salir de la «gusanera», que diría
Labordeta, y eso que la ciudad había
conocido en marzo del 84 una convulsa muestra de modernidad y rock
& rollo, pero mucho «desierto para
correr». Pocas expectativas de salir
adelante, de darse a conocer dentro y fuera, de empezar a vivir de
la música, que para eso enterraron
a los Zippers y profesionalizaron,
digámoslo así, sus vidas laborales.
Hasta que de nuevo reapareció
el pertinaz Luis Linacero, quien
unido al matrimonio Miguel Goyanes
e Inmma Mendoza, fundaron el sello Grabaciones Interferencias, nombre
del enrollado bar que el matrimonio regentaba en las cercanías de la avenida Goya. Y no solo inauguran el sello sino que debutan discográficamente.
Ha costado casi tres años hacerlo. En junio del 87 aparece el single «Apuesta
por el rock’n’roll» y «Oh, Ana». Y a la vez, un maxi de cuatro canciones,
entre las que se insertan de nuevo las dos del single, más «Maldita sea mi
suerte» y «Voces de tango», ésta última regrabada y perfeccionada con respecto a la que un año antes metieron en el disco recopilatorio de la revista
Menos Quince, Los chicos de provincias.
Contado así, hoy parece una nadería, pero colocando el microscopio
sobre la época, se ve nítidamente, no un gran triunfo pero sí una grata anomalía. Hasta entonces, ciñéndonos al pop y a los ochenta, en la ciudad únicamente habían grabado discos en formato grande (maxi o lp) la Curroplastic, Vam Cyborg y Vocoder. Al unísono, o un poco después, lo hicieron
Dirección Prohibida, Pedro Botero y Combays. Los Héroes del Silencio aún
estaban en el congelador. Nada especial. O sea, un panorama discográfico
de auténtico secano.
Pero allí estaban los Mas Birras dispuestos a correr todo el desierto que
fuese necesario. A la vuelta del verano de aquel 87, aparecieron con otro
nuevo registro, un minielepé de seis canciones, Al este del Moncayo, que
aunque breve daba la medida del grupo para fabricar canciones vibrantes, trotonas, con cierto deje de los sesenta en las guitarras (Shadows, por
3
El Día, 6-iv-86.
e­ jemplo), y escritas con un estilo literario depurado y melancólico, realista y
desenfadado. El disco, de aire vaquero americano, volvía a recoger «Apuesta
por el rock’n’roll» junto a dos curiosas versiones —una galopante revisión
del «Tren de medianoche», de Johnny Burnette—, una swingueante interpretación del viejo «Moliendo café» de las Hermanas Benítez, y tres temas
nuevos, entre ellos, otro de los emblemáticos del repertorio Mas Birras,
«Maldita sea mi suerte». Cerraba tan afortunada minisesión una balada con
saxo ondulante debajo de la voz de Gabriel Sopeña, el amigo del alma de
Mauricio. Aunque Los Coyotes habían explotado años antes con su breve
ración de psicobilly y Los Rebeldes se atuvieran exitosamente al clasicismo
rocanrolero, no había grupo en España que pisara el mismo terreno, que galopara al mismo trote de Mas Birras. Con la perspectiva que da el tiempo, se
puede afirmar que eran únicos. No extraña que hicieran su pequeña mella
en el pop nacional: Ordovás eligió «Apuesta por el rock’n’roll» como una de
las diez mejores canciones del 87. Ellos lo consideraban lógico «porque aquí
hay gente que toca muy bien y debería estar en primera fila»4.
Costaba vender discos locales. Y, claro, costaba aún más grabarlos. Razón por la que Mas Birras e Interferencias siguieron abonados a los soportes
más económicos de fabricación y producción. Tras el single «Tren de medianoche», publican un nuevo minielepé, Otra ronda (1988), que serpentea
por el pop marcado de «Cass (La chica más guapa de la ciudad)», el swing
de «Asesinato en Torrero», la jocosa adaptación del «Summertime Blues»
o la tórrida ranchera «Isabel». Tanto la primera como la última también se
publicaron en sendos singles.
No hay manera, sin embargo, de saltar fronteras locales. Son muy conocidos en la ciudad e incluso en Aragón, pero al tren de medianoche le
cuesta viajar fuera. Razón por la que Más Birras firma contrato con el sello
nacional Pasión, recién creado en el 89 por Paco Martín, un voluntarios
agitador de la industria discográfica que pasó de las multinacionales a la
independencia con Twins y dio a conocer a Hombres G. Con él y con el
grupo ampliado con un quinto miembro, Quino Díaz (guitarra), en octubre
del 9o, editan su primer lp en toda regla: La última traición, diez canciones
balanceándose entre el pop, el swing, el country, lo latino y las canciones
sesenteras pero con un gran hándicap, su deficiente producción y sonido,
algo imperdonable en un sello independiente aunque grande. El disco, pese
a todo, con buenas canciones como «Perla criolla» o «Hay una cruz en el
saso», ahuyentó definitivamente el viejo rock’n’roll que marcó al grupo en
sus inicios —«hemos evolucionado y por eso las canciones de los noventa
tienen otros matices»5— y se decantaba por un sonido más reposado, lo que
4
5
Heraldo, Suplemento semanal, 27-xi-87.
El Periódico, 8-ii-91.
hacía que Mauricio aconsejara imperativamente a escuchar el disco «relajadamente, con una pipa en tu biblioteca y olvidado de otras cosas pues no
da pie a la distracción ni es nada festivo. Es para escuchar en casa, no en los
bares»6. Recuerdo preguntarle en Radio Heraldo por el título de la canción
«Hay una cruz en el saso», jamás había oído aquella palabra, «saso»...
—No sé, eso son cosas de Gabriel.
La firma con Pasión se dejó notar, aunque fuese mínimamente. A los
pocos meses de editarse el disco, el grupo intervino en Rockopop, el programa musical estelar entonces de TVE, que se emitía los sábados por la
tarde, y se presentó en Madrid, en una de las mejores salas del momento, la sala Universal Club, con buena acogida de público y hasta de crítica.
«Los ­músicos son comedidos como solistas, pero participan de un concepto
rítmico brillante, bien desarrollado en terrenos más tradicionales: blues y
rock and roll fundamentalmente, aderezados con algunas gotas de tex-mex.
Mauricio Aznar es un cantante notable, y su voz potente se realza gracias a
los elevados coros del guitarrista Josu Rodríguez», escribió el crítico de El
País7, aunque, sin embargo, se quejó de que el concierto se hiciera largo por
culpa de un repertorio poco selectivo y muy extenso.
En cualquier caso, el grupo recibía su bautismo nacional. Faltaba un
nuevo disco que asentara su estilo y sus canciones, para la época —insisto— insólitas o cuando menos muy personales en el pop español. Lamenta6
7
Heraldo, x-9o.
El País, 23-iv-91.
blemente el siguiente álbum, Tierra quemada, editado en julio del 92, no lo
consiguió. Y eso que con una mejor producción y sonido, amalgamado bajo
la dirección de Tony Luz, y con la incorporación del excelente guitarrista
Josu R. García, que sustituía a Quino Díaz, mostraba una encomia­ble elasticidad sonora que iba del blues a la balada, el country, el R&B y de nuevo el
rockabilly de los viejos tiempos. Un álbum con momentos más que jugosos,
entre ellos, el divertido homenaje a Dylan —«El hombre del tambor»—, la
adhesividad a lo Byrds del single «Loreto» y la siempre pegajosa melancolía
de «Voces de tango», por tercera vez incluida en un disco de Mas Birras.
Mauricio lo definió como un álbum «más guitarrero y unificado que los anteriores» pero, pese al título, «nada ecológico»8, toda vez que a lo que hacía
alusión era a «la quemazón que tiene el protagonista de la canción por todas
esas cosas de los perjuicios de la gente»9.
Pese a las excelencias del disco, no llegó a funcionar comercialmente,
generando desesperación. La penuria económica empujó a Mauricio y Mariano a ejercer de músicos callejeros. No fueron pocas las veces que me los
topé en los porches del paseo Independencia al salir del periódico. Alguna
vez, los saludé con un gesto al pasar, pero no les interrumpía. Dolía ver
cómo un grupo cargado de hermosas canciones se veía abocado al escenario de la calle y no al de los grandes pabellones. Una de tantas e injustas barbaridades del negocio musical. En las fiestas del Pilar del 93, y entre
abundancia de lágrimas, dio su adiós definitivo10.
Lamentablemente moría una de las mejores bandas que esta tierra ha
alumbrado. Con la visión de hoy, casi un cuarto de siglo después de aquella
ruptura, y escuchando todas sus canciones, la figura de Mas Birras se agranda, obliga casi a dar un puñetazo de rabia en la mesa al comprobar lo injusta
que fue la pérdida de su apuesta por el rock’n’roll.
Arrellanado en un sillón de mi cuarto, en el verano de 2oo1, Mauricio
no quería echar la vista atrás. Se le notaba fastidiado por aquella partida
perdida, pero le podía mucho su nuevo rol de payador con Almagato y su
devoción por la música latinoamericana. Me trajo varias casetes de Peteco
Carabajal y de su familia, Los Carabajal, con quienes había estado una larga
temporada en su ciudad natal del norte de Argentina, Santiago del Estero.
Se me ocurrió preguntarle si tenía algún cd de ellos, en momentos en que
la casete ya era casi un artefacto obsoleto... Y entonces afloró el alma de un
hombre apegado al pasado y resquemado con el negocio de la industria
discográfica.
8
Heraldo, 15-v-92.
Heraldo, 7-vii-92.
10
Heraldo, 15-x-93.
9
—Bah, yo solo utilizo
casetes, no compro discos,
me los graban o los grabo
en cinta. No quiero hacerles el juego a las multinacionales.
No era, no obstante, su
mayor queja. Con lo que de
verdad se le notaba que­ma­
dísimo era con la ciudad, con
Zaragoza.
—No hay Dios que te con­trate. El ayuntamiento pasa de mí. No me hacen ni puñetero caso. Y no te cuento lo de Pirineos Sur..., joder, tendré que
ponerme un tanga senegalés y pintarme el cuerpo de negro a ver si me contratan. Un festival de «músicas del mundo»..., ¿y qué hago yo?
(Sobra sacar a colación la cantidad de adjetivos y malsanos comentarios
que vinieron a la mente cuando, meses después de su muerte, el ayuntamiento zaragozano, a la sazón en manos del PP, le hizo un gran tributo en
la sala Multiusos).
Quejoso, pero físicamente, un roble. Ya no intimidaba estéticamente,
pero sí sorprendía su aspecto físico. Sus musculosas piernas parecían a punto de reventar el pantalón vaquero... Era el efecto de la bicicleta, con la que
no resultaba difícil verlo transitar permanentemente por la ciudad, cuando
todavía no había carril bici y era un peligro sortear los coches. Lamentablemente no lo embistió un autobús o un conductor atolondrado sino la maldita heroína. Aunque me confesó que estaba «limpio de guarradas», tuvo un
repentino tropiezo en el que se le fue la mano con la hipodérmica... Murió
un par de meses después de mi último encuentro con él, en octubre de 2ooo.
Curioso arco sonoro y personal el suyo: de rockabilly a payador.
Grabaciones:
«Apuesta por el rock’n’roll» / «Oh Ana», single (87), Grabaciones Interferencias,
1k-o46.
Más Birras, Maxi (87). Grabaciones Interferencias, 2k-o49.
Al este del Moncayo, Mini elepé (87). Grabaciones Interferencias, mlp-oo1.
«Tren de medianoche» / «Al este del Moncayo», single (88), Grabaciones
Interferencias, 1k-o46.
Otra ronda, Mini elepé (88), Grabaciones Interferencias, 3z-oo2.
La última traición, lp (9o), Pasión Discos, 4p-o19.
Tierra quemada, lp (92), Pasión Discos, 513 669-1.
Mas Birras (1985-1993), doble cd (2oo2), Linte s.l.
MÁS BIRRAS
• ro c k A l es t e del M on c a y o •
J AV I E R A G U I R R E
Escucha mi nombre y guárdalo dentro del corazón
(Mauricio Aznar)
La reciente edición de Más Birras (1985-1993), grabaciones completas del
grupo zaragozano, recupera para las jóvenes generaciones una de las páginas más hermosas y entrañables de la historia del rock en Aragón. Desde
que el mítico Rocky Kan grabara sus primeros discos de rock en los lejanos
años 6o hasta los impecables trabajos de artistas como Carmen París, Bunbury y Amara. Han sido numerosos los nombres que han escrito desde la
escena rockera la historia de la música popular en Aragón1. Al repasar esa
larga historia, resulta difícil encontrar una banda más comprometida con su
tierra, una banda más «nuestra» que los Más Birras. Formados en el año 85
como continuación natural de los legendarios Golden Zippers, los Más Birras elaboraron su particular universo desde unos presupuestos que chirriaban con las modas del momento: frente a la estética frívola y descarada
de los 8o, los Birras, aparentemente ajenos a su tiempo, optaron por una
estética encarnada en la vieja cazadora de cuero y brillantina en el tupé; y
frente al proverbial desencanto postransicional de las bandas nuevaoleras,
optaron por un sincero compromiso social no exento de grandes dosis de
humor. Ajenos a las historias que hablaban de la desgana y el aburrimiento
en la ya adolescente democracia, cuando no de truculencias del más variado
registro, los Birras continuaron describiendo hermosas historias de amor,
desamor y amistad donde se daban cita mujeres fatales, ambientes urbanos, viajes sin destino y kilómetros de tierra dura e inmisericorde. En gran
medida, los Birras siguieron contando las viejas historias una y mil veces
contadas por el rock’n’roll. Estas páginas no pretenden sino reivindicar la
memoria de un gran grupo a través de una discografía repleta de buena
música y auténtica poesía.
1
Un breve e interesante acercamiento a la historia del rock en Aragón se encuentra
en Pedro Elías Domínguez y Miguel Mena, (1998), «1972-1997: veinticinco años de
pop-rock en Aragón», Rolde, 82-83, pp. 13o-141. Y mas recientemente, Miguel Mena y
Ángel Vergara (2oo2), Música pop / Música folk, primer número de la colección Órbitas, editada por el Rolde de Estudios Aragoneses y el Ayuntamiento de Zaragoza.
• A l es t e del M on c a y o •
El nuevo grupo, formado inicialmente por los miembros de Golden Zippers2 Mauricio Aznar (guitarra
y voz) y Miguel Mata (bajo) y Víctor Jiménez (batería), se dará a conocer como trío en un concierto en Zaragoza durante la Cincomarzada de 1985;
unas semanas después se unirá al grupo Mariano
Ballesteros (saxo). Desde los primeros conciertos se
hará evidente el importante cambio de intereses del
nuevo grupo con respecto a los viejos Golden Zippers: de un repertorio compuesto principalmente por versiones en inglés
de viejos rockeros como Gene Vincent, Eddie Cochran o Jerry Lee Lewis, y
rockabilly en castellano muy influido por los Crazy Cavan, los Birras pasaron a completar un repertorio propio, en castellano y musicalmente mucho
más sensible a otras influencias, fundamentalmente nuevos rockers —Stray
Cats, Rebeldes, Loquillo—, Dylan y heartland rock —Tom Petty, John Mellencamp, Bruce Springsteen—, pero también bastante sonido Southern
y Country rock americano3. Por otra parte, el grupo asumirá sin ningún
tipo de mistificación un aragonesismo reivindicativo que lo­ ­integrará en
2
Golden Zippers estuvo en activo entre
los años 1982 y 1984; los miembros fundadores fueron «Robbie» (voz y guitarra),
Mauricio Aznar (bajo) y «Mac» (batería); ya en el segundo concierto se integraron en el grupo Miguel Mata (guitarra) y «Fats» (bajo), y Mauricio pasó a
tocar la guitarra. Posteriormente
«Mac» y «Fats» dejaron el grupo, Miguel pasó a tocar el bajo y entró ManoS
lo Leal como nuevo batería. Con esa
GOLDEN ZIPPER
formación se grabó en 1983 el único
single del grupo, que contenía tres temas rockabilly: «Vivir a mi manera»,
«Quemando gasolina» y «La chica de Tennessee», En verano de ese mismo año Manolo dejó el grupo y se integraron «Máster» a la segunda guitarra y «Wili» a la batería.
En enero de 1984 «Wili» dejará el grupo y entrará Víctor Jiménez. Tras la disolución
de Golden Zippers y antes de la formación de Más Birras, Mauricio, Miguel y «Wili»
dieron un concierto único en Tardienta con el nombre de 60 Birras.
3
En más de una ocasión los Birras han recordado divertidos cómo alguno de los
seguidores más radicales de Golden Zippers asistían a los primeros conciertos del
nuevo grupo con la intención de boicotearlos; el motivo del enfado, la supuesta traición del grupo al verdadero espíritu del rock’n’roll. Por supuesto, la cosa nunca llegó
a mayores y los aguerridos rockabillis acabaron asumiendo lo inevitable.
sus letras y en su estética. Al Este Del Moncayo, grabado en los estudios
Tsunami de San Sebastián y editado por Grabaciones Interferencias, saldrá
a la calle en el año 87. La portada, sobria, monocromática y oscura, muestra al grupo en la carretera de Litago ante un desolador fondo coronado
por el Moncayo. De los seis temas que integran el mini-lp, tres describen
road movies en las que el adiós, la chica y el desamor son los protagonistas.
Duras historias, como la descrita en «Esa Chica Llamada Soledad» canción
firmada por Mauricio y Gabriel Sopeña —importante colaborador a lo largo de toda la historia del grupo—, sobre una idea original de Paco Calero
«el conseller»: «Mi hogar lo llevo en la cabina del camión / Mi carga es la
distancia y el adiós... / El adiós»... «Dios no hizo la tierra donde me pueda ubicar. / Soy sólo una sombra sin hogar... / Sin hogar»4. O la bellísima
4
Las letras de todas las canciones así como la discografía completa del grupo, información general, videos, mp3, fotografías, página Golden Zippers y divertido foro
se encuentran en la excelente página oficial del grupo wwwmasbirrascom, dirigida
por el incombustible Vicente Martí Puel «kanT» y la participación de numerosos
colaboradores.
de los Más Birras quedará plasmado en la
divertida «¡Oh Ana!», canción de Gabriel
Sopeña y J.J. Blasco no publicada en el lp
pero sí en el single y el maxi como cara B
de «Apuesta Por El Rock’n’Roll». Al Este
Del Moncayo se cerrará con la prescindible
«Moliendo Café» y con «El Siguiente Eres
Tú», tema escrito y cantado por Sopeña
que trata sobre el problema del caballo;
un problema del que, lamentablemente,
tampoco se libraría el propio grupo.
«Apuesta Por El Rock’n’Roll», también
escrita por Mauricio y Sopeña a partir
de un borrador original, «Apuesta Por
El Rock’n’Roll», escrito por Paco Calero: «Larguémonos, chica, hacia el mar.
/ No hay amanecer en esta ciudad. / No sé si nací para correr, / pero quizá
sí nací para apostar...». La terna road la completará una adaptación al castellano del viejo «Midnigth Train» de J. Burnette, otra triste canción que también nos habla de desamor y soledad: «Ahora sólo queda en el recuerdo / tu
imagen lejana en el andén»... «Triste es el silbido a medianoche, / triste es
cada amanecer / ¡Ay, amor! Bajo la lluvia estoy / ¡y es tan fría la noche en la
estación!». Pero junto a un repertorio elaborado en torno a la figura del perdedor, el grupo mostrará asimismo un lado divertido y lleno de humor; es
el caso de la irrepetible «Maldita Sea Mi Suerte», canción escrita por Mauricio en la que el grupo, entre referencias a chorizos y longanizas, tractores
y conejos, le declarará el amor a su tierra: «Los amigos en la taberna / me
dicen que el agua de mayo está al caer / pero al Este del Moncayo sólo hay
sed / y el desierto para correr. / y maldita sea mi tierra
por quererla / como si fuera mi mujer, / como nadie la podrá querer».
Una letra que nos trae a la memoria
las viejas canciones de José Antonio
Labordeta dedicadas a Aragón, pero
adaptadas a la estética aragonesista ca­chonda e irreverente del genial dibujante Alberto Calvo y de los fanzines
60 Burras: y 200 kilos de Ternasco,
todos ellos íntimamente unidos a la
historia del grupo. Ese lado ­gamberro
• O t ra ronda •
El segundo mini-lp de Más Birras, Otra Ronda,
también será producido por Grabaciones Interferencias y grabado en los estudios Tsunami
de San Sebastián. Su año de publicación, 1988.
Cuando lo comparamos con Al Este Del Moncayo, observamos que el nuevo disco presenta una
temática mucho más urbana. Otra Ronda es un
trabajo que desde la portada misma —los Birras
sentados en la barra de una conocida taberna
del casco viejo— nos invita a pensar en la vieja ciudad de Zaragoza. Referencias directas a esta ciudad las encontramos en «Asesinato En Torrero»,
tema firmado por Mauricio y Miguel donde el grupo nos ofrece una imagen muy poco atractiva del barrio de Torrero, con su canal, su cárcel, su
cementerio y su poco probable asesino a sueldo. Mucho más interesante
es la maravillosa «Cass (La Chica Más Guapa De La Ciudad)», auténtica
canción estrella del disco, escrita por Sopeña y el filósofo y poeta aragonés
de adopción José Luis Rodríguez a partir de un texto original de Bukowski5.
5
Se trata de «La chica más guapa de la ciudad», relato incluido en Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones, publicado por Anagrama, 1994 (2a, ed.).
La canción describe en tono entrañable la historia de «Cass», una
adolescente diosa que tarareaba
canciones de Dylan, reía como un
sábado y guiñaba el ojo como si
recitara poemas; una joven diosa,
¡ay!, que acabará sus días arrollada por el Chevrolet de un repartidor de Coca-Cola, «Y ahora la
lloramos todos / y enviamos violetas / a direcciones inventadas, /
todas dirigidas a Cass /... la chica más guapa de la ciudad». Una
gran canción que se convertirá
en una de las favoritas entre los
seguidores del grupo. Y si hablamos de mujeres que dejan
huella, no podemos olvidar la
divertida «Isabel», ruidosa ranchera dedicada a una atractiva
vampiresa más mala que el propio Lucifer y que,
obviando el amor de su pringado novio, acabará fugándose con un tío de
pelas a Navacerrada («¡qué guarra!»). «Isabel», será el particular homenaje
de Más Birras al grupo de origen mexicano Los Lobos. El clásico tema chico-chica-desamor en un contexto urbano todavía se reflejará en dos temas
más firmados por Mauricio y Sopeña: «Vuelta Atrás», que incide de nuevo,
¡cómo no!, en ese amor traidor que nos muestra la cara amarga de la derrota
propia y ajena: «Será la derrota quien te devolverá / y aun la voz del tiempo
que guarda tu soledad / te traerá al recuerdo que / el primer amor no vuelve
jamás». Y «No Voy A Ningún Sitio», una declaración de amor que invita a
la huida y al comienzo de una nueva vida: «No busco la tierra prometida, /
sólo busco una salida, / y yo no voy a ningún sitio, / vamos donde quieras, /
sólo espero que decidas, / y no importa el camino que elijas, / porque vamos
a tomarlo, / y vamos a sentir toda la locura, / del deseo en nuestra piel».
Tal como hicieran en el anterior trabajo, en Otra Ronda los Birras también
ofrecerán su particular homenaje a los grandes rockers; en esta ocasión se
trata de la adaptación al castellano del clásico «Summertime BIues», escrita
por el gran Eddie Cochran. Con la grabación de Otra Ronda Más Birras
pondrán término a una época para iniciar la etapa de madurez, etapa que
vendrá acompañada de importantes cambios.
• L a úl t i ma t ra i c i ó n •
La Última Traición, grabado en 199o y publicado al
año siguiente, traerá cambios importantes. En primer lugar, el grupo se convierte en quinteto con la
incorporación del gran guitarrista Quino Díaz, cantante de los únicos e irrepetibles Parkinson6 durante
su segunda etapa. Además de la destreza de Quino,
el trabajo de un gran número de colaboradores dotará al disco de una sensación de seriedad y profesionalidad hasta entonces desconocidas. Más Birras
había firmado previamente con la discográfica Pasión Cía, y en esta ocasión
el grupo no grabará en Donostia, sino que lo hará en los estudios Quarzo
de Madrid. Musicalmente el grupo ampliará sus intereses, introduciendo
sonido southern rock (la parte instrumental de «La Telaraña») y, particularmente, sonido folksinger y country rock («Hay Una Cruz En El Saso», «Besos Tan Dulces Como La Miel», «Arriba En La Montaña» y «Sin sentido»).
Los cambios introducidos en este tercer trabajo, sin embargo, no siempre
serán beneficiosos; así, «La Telaraña», canción escrita por Sopeña, quedará
destrozada por unos absurdos arreglos de viento que el grupo nunca debió
consentir. Por otro lado, tras una primera escucha queda la sensación de
que la producción del disco está dirigida a convertir al grupo en algo que de
ningún modo podía ni pretendía ser: un grupo comercial y multitudinario.
Sin embargo, las letras seguirán respetando la temática tradicional del grupo y aportando hermosas historias de amor y carretera: «Besos Tan Dulces
Como La Miel», versión en castellano de la archiconocida «Kisses Sweeter
Than Wine» nos describe la larga historia de un amor que, lejos del tópico,
no acaba en pareja feliz sino en pareja feliz rodeada de nietos como «para
parar un tren». En «La Última Traición», firmada por Mauricio, escuchamos de nuevo una historia de desamor y traición: «No me volverás a ver /
fuiste mala con mi cariño y no me queda valor / para volverte a besar donde
otros ya han besado». Y en «Nada Queda» la triste historia de un adiós: «Y
tú te vas, mi viejo amor / me quedo libre como el sol, / pero el candado del
dolor / me ha encerrado el corazón. / Y tú te vas, me quedaré sentado / en
el estanque de mi soledad, cansado / oiré caer la tarde como una canción».
Las letras de las canciones mejoran, se cuidan más y tienden a hacerse más
poéticas. «Pronto Nos Veremos» y «Sin Sentido» son dos canciones en las
que los Birras retoman la historia del caminante vagabundo que abandona
6
A pesar de sus planteamientos musicales radicalmente distintos, Parkinson siempre
fue considerada una banda hermana de Golden Zippers y Más Birras. Una excepcional banda de la que, desgraciadamente, sólo existen grabaciones caseras.
su lugar en busca de un destino y de una respuesta; un tema recurrente en
la temática del grupo y que se adapta perfectamente a su música; en «Pronto
Nos Veremos» escuchamos: «...algún camión me recoge en la comarcal 2o2 /
y los días se confunden con el ruido del motor...», «...la carretera / en donde
quiera es ya mi hogar...», «iHey! Mr. Ford, no me arrepiento de lo que soy
/ un polizón en un barco a la deriva y sin
tripulación...». Hermosas canciones firma­
das por Mauricio, quien para entonces ya
era la imagen del grupo y su líder indiscutible, tal como se pone de manifiesto en la
portada misma7. Pero sin duda, las canciones más logradas del disco son aquellas que nos hablan de la lucha de unos
pocos hombres en una tierra dura donde
la supervivencia es un reto planteado a
cada momento; dos hermosas canciones
firmadas por Mauricio en colaboración
7
En la portada aparece Mauricio sobre un
borroso fondo montañoso. Curiosamente, la
portada fue elegida por la casa de discos sin el
conocimiento del grupo. La razón esgrimida
por los responsables fue que las fotos preparadas para la portada salieron defectuosas.
con Sopeña: —«Hay Una Cruz En El Saso»— y con Sarah Sánchez —«Arriba En La Montaña»— recuerdan con emoción a los perdidos pueblos de
la montaña y a sus últimos pobladores; dos canciones que podrían hacer
referencia a cualquiera de los cientos de pueblos aragoneses desaparecidos por el abandono ante el empuje de un progreso no siempre humano ni
bienintencionado. La bellísima «Hay Una Cruz En El Saso» —versionada
posteriormente en aragonés por el grupo Mallacán— describe en primera
persona las reflexiones del último habitante que se resiste a abandonar su
tierra: «Lejos del valle y de la capital / donde la cordillera se hace azul /
donde la distancia es el monte / y al cielo se le trata de tú a tú, / donde los
pastores crearon un país / donde la justicia era un honor / esa es la tierra
donde yo nací. / Hay una cruz en el saso / donde los mastines aúllan soledad / donde cada noche enciendo fuego pa’ cenar / migas, uva y vino por
los que se han ido. / Yo maldigo la ciudad / porque todos se fueron de aquí.
/ Sólo quedábamos Germán y yo, / Germán se murió en febrero / y ahora
sólo queda mi ganado. / Ahora sólo queda el eco y yo»... «...marcado por el
viento y por el sol/mi vida es parte de esta tierra, / yo pertenezco a esa clase
de hombres / que un día marcaron su ley». Y en «Arriba En La Montaña»
escuchamos el doloroso recuerdo de aquel que dejó su tierra: «Cuando la
tarde muere, con el silencio / vuelve al pensamiento el monte / que dejaste
tan lejos / bajo el cielo de tu pueblo / en
el frío recuerdo»... «Porque arriba en la
montaña lo encontrarás / porque abajo
en el río descubrirás / que los vientos y
las aguas / no murieron con el alba»...
«...vuelve a desplegar tus alas / y a volar
contra el viento / por encima de las copas / de los álamos perdidos» «...moja
tus pies en el río y sentirás / que el cauce del olvido se estancó en la ciudad».
Hermosas canciones que nuevamente
nos traen a la memoria los mejores versos de Labordeta dedicados a aquellos
que se vieron forzados a abandonar su
tierra en busca de una vida mejor. La
Última Traición supondrá un importante progreso en la expresión musical y poética del grupo, un
progreso que se materializará en una mayor venta de discos, un mayor número de conciertos y una mayor presencia en los medios de comunicación.
La historia de Más Birras culminará con la grabación de su cuarto disco, el
titulado Tierra Quemada.
• T i erra quemada •
Tierra Quemada, grabado en Madrid para Pasión
Cía y publicado en 1992, será el cuarto y último disco del grupo. Será asimismo el trabajo que contenga los mejores temas y las mejores letras; y también
el disco con más auténtica y rotunda poesía. En mi
opinión, con Tierra Quemada los Birras firmaron el
mejor trabajo de toda su carrera, lograron expresar
la madurez artística del grupo y confirmó a Mauricio Aznar como un gran poeta. Musicalmente similar al anterior, el disco gozará sin embargo de una mayor calidad en las composiciones y contará con una producción (firmada por Tony Luz) mucho
más ajustada a las características y necesidades del grupo. Hay que subrayar
también el hecho de que, tras la marcha de Quino, el grupo contará con la
presencia del soberbio guitarrista Josu R. García, en aquella época músico
de Carmen París; guitarrista de gran experiencia y técnica impecable, Josu
aportará al disco algunos de los mejores momentos. La portada de Tierra
Quemada nos presenta un desolador paisaje entre volcánico y monegrino
arrasado por el fuego, metáfora del hombre solitario y de alma errante que
se haya en continua búsqueda empujado por su pasado. Imagen del hombre
solitario, en la contraportada aparece la expresiva imagen compuesta por
una guitarra junto a unas botas camperas. Con Tierra Quemada Más Birras
conseguirán desarrollar su verdadero sonido y su auténtica personalidad
como grupo. De los diez temas que componen el disco solamente «Más
Madera» y «Blues del Hijo De Dios» harán concesiones al proverbial buen
humor del grupo; el primero, un buen tema firmado por Mauricio y Miguel, recupera la tradición rockabilly del grupo (puro sonido Stray Cats) y
reivindica en tono de humor la huida a las montañas, lejos de la civilización
y de los problemas del corazón: «...no subas a buscarme, olvídate de mí.
/ No caeré en tus tentaciones, / no necesito volver a caer enamorado,... Y
advierte: «si asomas la cabeza dispararé». El segundo tema, «Blues Del Hijo
De Dios», es un incendiario blues a lo Albert Collins firmado por Mauricio
y Sopeña para lucimiento de Josu y Mariano, quienes bordarán una grabación inolvidable. Sin embargo, el tono general del disco es definitivamente grave, centrado en un yo sumido en un sentimiento de insatisfacción
y soledad que va más allá de la expresión de una situación concreta para
reflejar un estado del alma y una actitud existencial. Es el caso de «Quién
Ha Venido», canción que, en mi opinión, contiene la mejor letra del grupo.
El tema está firmado por Mauricio, y dice así: «He arrancado los cierres de
todas las puertas / ¿No lo has notado al entrar? / He subido al desván / y con
el silencio he estado charlando otra vez. / Al viejo piano lo encontré solo y
desafinado. / Un cuadro mirando a la pared, / el techo filtrando a la luz»...
«He venido de siempre a recordar mis propios pasos / reemprendiendo la
senda que se abrió a puro brazo. / Pregúntale al tiempo / si sabe quién cabalga por mis venas. / Escucha mi nombre y guárdalo dentro del corazón»...
«Y dime quién ha venido hoy, / quién me nombró con mi propia voz. / Y
dime cuanta es la distancia del amor. / Dime quién soy»... «Y he buscado
en la noche los latidos / del hombre encerrado en mi ser. / Y he pateado el
reflejo de la Luna / en el suelo mojado de hiel. / Hablar por hablar, / no es
más que aguantar la murga de un borracho. / Andar por andar, /sin pararse
a pensar que tu huella se borró»... «Pregúntale al tiempo / si sabe quién cabalga por mis venas. / Escucha mi nombre y guárdalo dentro del corazón»...
«Y dime quién ha venido hoy, / quién me nombró con mi propia voz. / Y
dime cuanta es la distancia del amor. / Dime quién soy». Una gran letra a la
que quizás le hubiera correspondido una música más apropiada. Esa misma
sensación de soledad es la que nos transmite «El Hombre Del Tambor», otro
gran tema escrito por Mauricio y que nos recuerda a las grandes bandas
sureñas; en esta ocasión la música y letra se adaptan perfectamente, creando
así uno de los mejores temas en la historia grupo: «Lobo solitario aullando
en la tierra sin ley, / un pregonero dando voces a las puertas del Edén. / Un
poeta vagabundo saltando de tren en tren, vino con el polvo y volando con
el viento se fue»... «¡Hey! Hombre del tambor y la harmónica, / espérame
un poco más, / pues no hay un sitio a donde nadie / quiera verme regresar... ¡Espérame! / Me marcharé antes que la dura lluvia / comience a caer
entre mis manos». Este gran tema de Más Birras será plasmado por Ángel
Gonzalvo «Corchan» y Carmen Pérez en dos interesantísimos montajes de
video —uno destinado a la página web del grupo y otro como pista para el
cd recopilatorio— que recorren en menos de cinco minutos toda la historia
del grupo, incluidos los viejos tiempos de Golden Zippers. De insatisfacción
y huida nos habla también «Carne De Tren», canción de Sopeña convertida
en un cañero tema southern que contiene la expresiva exhortación «Dónde
diablos va este tren?... ¡Llévame donde sea!» El grupo recreará también el
tema del desamor, siempre tan presente en su temática: Sopeña firmará «Loreto», sonido southern, y «Promesas rotas» («Oh, fuimos tan solo, tan solo
promesas rotas. /... promesas rotas con el sol del amanecer»), un extraño
tema cuya música cabalga entre lo celta y lo zíngaro; por su parte, Mauricio
firmará «Ya Me Voy» y la maravillosa balada «Voces De Tango», vieja y triste canción de amor publicada originalmente en el año 87 y contenida en el
primer maxi del grupo: «Temo que al amanecer vuelva a recordar que sin ti,
/ esperar es matar el fuego que por ti siento en mi pecho. / Y de mí escapa la
risa falsa en vez de empezar a llorar. / Y volver a llorar tan solo; otra vez por
ti»... «Y escucho las voces del tango / al ver todas las bazas que he perdido,
/ al seguir en la timba de amar, / en la puerta de un bar. / Atado a un querer
por ti. / Por ti». «Voces De Tango», una de las grandes canciones del grupo,
se convertirá desde el comienzo en un tema de referencia de la banda. Canciones hechas auténtica poesía y escritas por un gran poeta. Y como broche
final de Tierra Quemada, Mauricio y Sopeña firmarán «Para Llegar A Ti»,
canción única e insuperable, que no sólo cerrará el disco sino que también
pondrá fin a la historia del grupo. «Para Llegar A Ti» es, sencillamente, una
de las mejores canciones escritas por una banda española de rock; y después de cien escuchas, no es posible dejar de sentir la profunda emoción
que transmite la voz de Mauricio arropada por el grupo. No sabemos qué
hubiera sido de Más Birras si hubieran continuado como grupo; lo que sí sabemos es que con «Para Llegar A Ti» firmaron
la mejor despedida posible: «Cuando me miro
hacia adentro / me encuentro de golpe con tus
ojos mirándome. / No me importa el dolor ni
perder todo lo que amé / porque si hay que
esperar, esperaré. / Tengo una vida para llegar a ti»... «Tuve prisa por descubrir todo de
golpe, / fui mi fosa y mi rehén. / Y volvería a
empezar / si supiera cómo aprender a sentir
otra vez, / el miedo de andar mintiendo para
llegar a ti»... «Hoy me despierto en la cárcel
del alba mil veces, / cada día es un final. /
Voy ganando la fe para ser capaz de llorar. /
Al oír mi canción me entiende / que esa es la
senda para llegar a ti»... «Y me darán la espalda, / venderán mi piel, / van a acusarme
de traidor. / Para llegar a ti sería capaz / de
alianzas con la soledad».
Pasado ya casi un cuarto de siglo desde la desaparición del grupo,
«Maldita Sea Mi Suerte», «Esa Chica Llamada Soledad», «Apuesta Por El
Rock’n’Roll», «Cass», «Isabel», «Vuelta Atrás», «Arriba En La Montaña»,
«Hay Una Cruz En El Saso», «El Hombre Del Tambor», «Para Llegar A Ti»...
son canciones que ya forman parte de la mejor y más enraizada cultura de
nuestra tierra. Tras la separación de Más Birras en 1993, cada uno de sus
componentes siguió su camino en el mundo de la música; pero inevitablemente, todos los recordaremos como parte de esa gran experiencia musical
y humana que fue Más Birras. Algunos de ellos ya no están entre nosotros,
pero antes de marchar nos dejaron su trabajo, una hermosa herencia que
valió la pena conocer y que sigue muy presente gracias a la labor de Noche
de Birras, banda cover que mantiene muy viva aquella herencia. La música
de Más Birras estará siempre presente en nuestros corazones y en el corazón
de nuestra tierra.
CD 1
A L E S T E D E L M O N C AY O
Grabación: Estudios Tsunami (San Sebastián)
Sonido: Josean López Salanova
Producción: G. Sopeña, M. Aznar
Producción ejecutiva: Miguel Goyanes,
Inmaculada Mendoza, Luis Linacero
1. Maldita Sea Mi Suerte
(M. Aznar)
2. Tren De Medianoche
(Midnight Train)
(J. Burnette)
3. Esa Chica Llamada Soledad
(G. Sopeña / M. Aznar - basada en una idea
de Paco Calero «El cunseiller»)
4. Apuesta Por El Rock’n’Roll
(G. Sopeña / M. Aznar - basada en una idea
de Paco Calero «El cunseiller»)
5. Moliendo Café
(J. Manso)
6. El Siguiente Eres Tú
(M. Aznar)
bonus tracks
7. Quiero Beber
(M. Aznar)
8. Cervezas Y Cigarros
(M. Mata / M. Aznar)
9. Voces De Tango
(M. Aznar)
10. ¡Oh Ana!
(G. Sopeña / J. J. Blasco)
Mauricio Aznar (voz y guitarra), Miguel Mata (bajo),
Víctor Jiménez (batería), Mariano Ballesteros (saxo),
Gabriel Sopeña (coros, armónica), Ramón Garraus
(trompetas), Jaime López (piano).
CD 2
OTRA RONDA
Ingeniero: Josean López Salanova
Productores: Gabriel Sopeña y Mauricio Aznar
Grabado en los Estudios Tsunami
de San Sebastián en 1988.
L A U LTI M A T R A ICIÓ N
TI E R R A Q U E M A D A
Producción: Antonio Santos
Ingeniero de sonido: Ventura Rico
Grabado y mezclado en julio 199o
en Estudios Quarzo
Arreglos: Más Birras y Antonio Santos
Producción: Tony Luz
Colaborador de producción: Juan Giralt
Ingeniero de sonido: Ángel Barco
Grabado en Marzo 1992 en
Estudios Torrelaguna (Madrid)
1. La Telaraña
(G. Sopeña)
11. Quién Ha Venido
(M. Aznar / Más Birras)
12. Asesinato En Torrero
(M. Mata / M. Aznar)
2. Perla Criolla
(G. Sopeña)
12. El Hombre Del Tambor
(M. Aznar / Más Birras)
13. Beber No Cura
(Summertime Blues)
(Cochran / J. Capeheart)
3. Hay Una Cruz En El Saso
(G. Sopeña / M. Aznar)
13. Promesas Rotas
(G. Sopeña / Más Birras)
14. Vuelta Atrás
(G. Sopeña / M. Aznar)
4. Besos Dulces Como La Miel
(Kisses Sweeter Than Wine)
(P. Campbell / J. Newman)
14. Más Madera
(M. Mata / M. Aznar)
15. No Voy A Ningún Sitio
(G. Sopeña / M. Aznar)
5. Pronto Nos Veremos
(M. Aznar)
16. Isabel
(G. Sopeña)
6. La Última Traición
(M. Aznar)
bonus tracks
7. Nada Queda
(M. Aznar)
17. Una Historia Como Ésta
(Una Storia Come Questa)
(Delpetre / Canarini. Traducción: Carme Pérez)
8. Arriba En La Montaña
(S. Sánchez / M. Aznar)
11. Cass (La Chica Más Guapa
De La Ciudad)
(G. Sopeña / J. L. Rodríguez)
18. Eso De Pedir Perdón
(G. Sopeña)
Mauricio Aznar (voz y guitarra) Miguel Mata (bajo),
Víctor Jiménez (batería), Mariano Ballesteros (saxo),
Gabriel Sopeña (coros), Tito Gracia (guitarra).
Josean «Pito» Salanova, chasqueo de dedos en tema 12.
Tito Gracia, guitarra en tema 14.
Gus Sancho, piano en tema 15.
Jesús Valcarlos, acordeón en tema 16.
9. Tú No Has Cambiado
(M. Aznar)
10. Sin Sentido
(G. Sopeña / M. Aznar)
Mauricio Aznar (voz y guitarra), Miguel Mata (bajo),
Víctor Jiménez (batería), Mariano Ballesteros (saxo),
JoaquínDíaz«Quino»(guitarra),GabrielSopeña(voces).
Álvaro Asenjo, violín en tema 1.
Rafael Santos, percusión en tema 1.
Ramón Arroyo, guitarra en tema 1.
Marylin Rosillo, Carlos Rosillo, Luis Rosillo y María
José Sánchez (Los Rosillo), coros en tema 4.
Antonio Santos, guitarra eléctrica en tema 6 y guitarra
española en tema 8.
Guillermo Ariza, batería en tema 6.
Lou Pulgar Kowalsky, solo en tema 6.
Carlos Gonzalvo violín en tema 7.
15. Voces De Tango
(M. Aznar)
16. Loreto
(G. Sopeña)
17. Ya Me Voy
(M. Aznar)
18. Carne De Tren
(G. Sopeña)
19. Blues Del Hijo De Dios
(G. Sopeña / M. Aznar)
20. Para Llegar A Ti
(G. Sopeña / M. Aznar)
Mauricio Aznar (voz y guitarra) Miguel Mata (bajo),
Víctor Jiménez (batería), Mariano Ballesteros
(saxo y voces), Josu R. García (guitarra y voces),
Gabriel Sopeña (voces y armónica), Carlos Gonzalvo
(violín), Cope Gutiérrez (piano y teclados).
Tito Duarte, percusión y saxo en tema 15.
Todos los temas extraídos de las grabaciones:
Los Chicos De Provincias Somos Así
(Recopilatorio, Menos 15, 1987)
Más Birras
(Maxi-single, Grabaciones Interferencias, 1987)
Audio CD1 remasterizado en 2o16 por Javier Roldón
en Vacuum Mastering, Zaragoza.
Al Este Del Moncayo
(Grabaciones Interferencias, 1987)
Audio CD2 remasterizado en 2o16 por Juan Hidalgo
en Mastertips, Madrid.
Sangre Española
(Recopilatorio 1988)
Otra Ronda
(Grabaciones Interferencias, 1988)
La Última Traición
(Pasión Cía. Discográfica, 199o)
Tierra Quemada
(Pasión Cía. Discográfica, 1992)
Excepto: «Una historia como esta» (maqueta 1989)
y «Eso de pedir perdón», grabado en
las sesiones de Tierra Quemada.
Textos: Javier Aguirre, Matías Uribe
Fotos y Memorabilia: Archivo Luis Linacero
Diseño gráfico: Víctor Gomollón
Coordinación proyecto para Grabaciones Interferencias:
Luis Linacero
Coordinación proyecto para Universal Music:
Javier Pouso, Jose Antonio Alfonso
Coordinación proyecto para Más Birras:
Mariano Ballesteros, Miguel Mata, Víctor Jiménez
Descargar