Mariana Giménez Karen Peralta Ileana Salinas Carmen Colorado 3ro 3ra (Asunción, 1917 - 2005) Narrador y poeta paraguayo, sin duda el escritor de su país más importante del siglo XX y uno de los grandes novelistas de la literatura hispanoamericana. Pasó su niñez en el pueblo de Iturbe, lugar que le sirvió de inspiración para muchas de sus creaciones. En 1932 se escapó de su casa para alistarse en el ejército durante la guerra del Chaco. Esos años, durante los que permaneció en la retaguardia, fueron cruciales al proporcionarle anécdotas y vivencias que alimentarían su literatura. Las dictaduras no sólo dejaron profundas huellas en la vida social paraguaya, también marcaron heridas en la cultura y sus referentes. Augusto Roa bastos probó el amargo sorbo del exilio en 1947 y 1982. Sus obras son un espejo del dolor de ese desarraigo Roa bastos partió al exilio por primera vez en 1947, se asentó en Buenos Aires, expulsado por la violencia de la guerra civil y el régimen autoritario del General Higinio Morínigo (1940-1948). En la desconocida -en aquel entonces- Argentina, empezó a florecer su primer compendio de cuentos Los primeros años de su exilio fueron los más difíciles y fue en ese tiempo en el que concibió “el trueno entre las hojas” (1953) su primer libro de cuentos cuyas páginas fueron escritas entre 1947 y 1952, en una tierra tan desconocida como el dolor de vivir lejos del Paraguay Ya arraigado a su extraña condición de exiliado, se asomó al reconocimiento internacional con la publicación en 1960 de su primera novela “Hijo de Hombre", considerada como una de las obras más influyentes y fundamentales de Latinoamérica. Esta obra lo hace merecedor del primer premio del prestigioso concurso de novelas de la editorial Losada, el más importante de la época en castellano. 14 años después de esta magistral obra, siempre en las arenas del exilio, publicaba “Yo el supremo", calificada como su Obra maestra, novela histórica que trascendía las fronteras y se ganaba un respetado espacio en el subgénero de dictadores Tras una estadía en Francia, Augusto Roa Bastos regresa en 1982 al Paraguay, durante la dictadura de Alfredo Stroessner, A quién había criticado en sus colaboración para el diario Clarín de Argentina, cuando cayó decepcionado por su tiránico gobierno El 30 de abril de ese año Roa iba a inscribir en el registro civil a su hijo de 9 meses nacido en Francia. 4 agentes de la investigación de delitos de la policía lo buscaron en la casa de su hermana Emilia. Lo encontraron y le dieron la infame noticia: Era expulsado del Paraguay Fue llevado bajo fuerte custodia hasta la vecina ciudad de Clorinda. Fue abandonado a su suerte, pero esta vez el miedo y la soledad eran compartidos, junto a él su esposa y su pequeño hijo también habían sido desterrados Roa bastos fue deportado sin mediar orden judicial alguna, sin justificación más que el temor de un frágil régimen que fundamenta va su fuerza con el miedo y la violencia. Una eminente figura de reconocimiento internacional y con visión crítica hacia la dictadura de su país era peligroso para Alfredo Stroessner •Premio British Council (Gran Bretaña) 1948 •Premio Concurso Internacional Novela Editorial Losada con “Hijo de hombre”, 1959 •Premio Honor Sociedad Argentina Escritores, 1961 •Insignia Orden Francesa Artes y Letras, 1985 •Premio Fundación Pablo Iglesias España, 1986 •Premio de las Letras Memorial de América Latina (Brasil), 1988 •Premio Miguel de Cervantes (España), 1989 •Hijo predilecto de Asunción, 1994 •Premio Nacional de Literatura (Paraguay) con Madame Sui, 1995 •Caballero Legión Honor Francia, 1999 •Comendador Orden argentina Libertador San Martín, 2003 •Insignia Orden Cubana José Martí, 2003 •Medalla paraguaya Honor Presidencial Centenario Pablo Neruda, 2004 •Premio Konex Mercosur (Buenos Aires, Argentina), 2005 La obra de Augusto Roa Bastos, Yo el supremo nos habla principalmente sobre lo que fue la dictadura de José Gaspar Rodríguez de Francia en el siglo XIX, esta dictadura permaneció por 26 años, en las cuales tuvieron que sufrir los habitantes de este país todos estos años que estuvo al mando del gobierno. Esta obra la podemos relacionar con el gobierno actual, ya que como cuenta en el libro también existen injusticias actualmente, ya que la corrupción abarca una gran parte del gobierno del país. Contravida narra las vicisitudes de un preso que tras siete años de cárcel sobrevive en una fuga al asesinato de varios de sus compañeros. Reinicia entonces una nueva vida, con otra identidad, y toma el tren que le llevará a su pueblo de origen. Entre el sueño y la pesadilla, el protagonista rememorará pasajes de su niñez, la ayuda de su madre con los primeros escritos, los castigos de su padre y, sobre todo, al maestro Gaspar Cristaldo, hombre de alma mágica, fundador de la misteriosa aldea de Manorá, el lugar para la muerte donde nadie muere. Augusto Roa Bastos nos transmite en Contravida todo el carácter del Paraguay: una tierra de pasión y penitencia, con una historia aterradora. Y, al mismo tiempo, el lector siente el desaforado embrujo de su geografía, y aprende que el sufrimiento humano es lección de grandeza y esperanza de remisión. Este libro sirve como referencia de la estructura humana frente al destino y la naturaleza ¿De qué trata? Hijo de hombre, de Augusto Roa Bastos, es una pintura de la realidad social paraguaya de la primera mitad del siglo XX. En Itapé, un pueblo de Paraguay, vive el viejo Macarlo, quien posee una memoria prodigiosa y el don de contar historias. De todas las historias que cuenta Macarlo, la de Gaspar Mora, fabricante de instrumentos musicales, es la predilecta. Gaspar Mora tallo un Cristo. Sus admiradores adoraban la imagen, en tanto sus detractores, entre ellos el cura, la rechazaban. Pero ante la posibilidad de un enfrentamiento entre ambos bandos adversarios, la Iglesia finalmente bendice la imagen. Macarlo, quien hasta entonces había cuidado de ella, pierde ese encargo, dado que el Cristo tallado pasa a manos de la Iglesia. Al poco tiempo Macarlo muere leproso en el abandono, mientras el pueblo de Itapé despierta a la modernidad, representado por la construcción de las vías del ferrocarril. Con Itapé, pueblo de ficción, Augusto Roa Bastos refleja en chico las características del país en grande; y a su vez es la réplica exacta de algunos pueblos latinoamericanos que desconocen el progreso y lo que es vivir dignamente. La fragmentación que sufre el hombre ante situaciones irremediables provoca en su personalidad un quiebre interior, al debatirse entre la conciencia racional y el inconsciente que puja por dejar atrás tal dolor. Esta fragmentación hace que se dificulte el camino a seguir y se convierta en un atajo sin salida. Al poco tiempo Macarlo muere leproso en el abandono, mientras el pueblo de Itapé despierta a la modernidad, representado por la construcción de las vías del ferrocarril. Un día llega un forastero a otro pueblo de Paraguay, Sapukai, quien no habla con nadie y pronto saben quién es: un ex oficial ruso, exiliado de su patria luego de la caída del zar. El forastero salva la vida de una joven y su padre le da como agradecimiento una talla de san Ignacio, uno de los santos patronos del Paraguay. Tiempo después la imagen se rompe y el extranjero, ahora llamado doctor, encuentra en su interior varias monedas de oro. A partir de entonces comienza a cobrar sus servicios con estatuillas, que las decapita para buscar las monedas en su interior. Un día desaparece y los habitantes del pueblo encuentran las estatuillas decapitadas en su casa, llamándolo el hereje a partir de entonces. Con estas dos historias aparentemente sin relación, Augusto Roa Bastos, nos muestra parte de la historia de Paraguay, en particular los intentos anexionistas que sufrió esta fértil y prometedora tierra. Hijo de hombre refleja el permanente estado de convulsión política en que vivía Paraguay en aquellos tiempos, con revoluciones fallidas que terminaban en sanguinarias persecuciones y asesinatos. Además, queda plasmada la injusticia social reinante y la Guerra del Chaco (19321935) como telón de fondo, que marcaría profundamente a la sociedad paraguaya de mediados y finales del siglo pasado. Esta obra hace reflejo de las injusticias sociales que aún existen en la actualidad, muchas veces las personas comenten injusticias por culpa de los prejuicios