Comunicado sobre traslado de restos de Augusto Roa Bastos.

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La Fundación Roa Bastos, o la Fundición de Roa Bastos Domingo, a 29 de junio de 2014 El comunicado de la Fundación Roa Bastos no tiene desperdicio. Dicen que la Fundación no tuvo la iniciativa legal de la Ley N°4395/11, sino el Congreso paraguayo. Claro, gracias por esta lección magistral de derecho constitucional. Pero preguntamos : ¿por qué no dicen también que la Fundación fue la que pidió expresamente, a principios de este año 2014 y después de 2 años sin que se aplicara esta Ley, que se haga efectiva? La nota de la presidenta de la Comisión de Cultura del Senado, Señora Blanca Ovelar, a la Secretaría Nacional de Cultura del 2 de abril de 2014 menciona bien claro la “nota presentada por el Vicepresidente […] de la Fundación Augusto Roa Bastos en la cual solicita se dé cumplimiento a la ley N°4395/11”. Dicen que es “una tradición universal en los países democráticos y civilizados honrar a sus héroes civiles”. Claro, el ansia por la gloria y la legitimación de los que se quieren aprovechar de los muertos célebres es universal, gracias por esta lección magistral de historia y sociología. Pero preguntamos: ¿por qué no recuerdan que también es una tradición en los países democráticos que algunos se nieguen a que los muertos sirvan de caución y despojo político? O acaso se olvidaron que hace poco tuvimos el mismo debate en Francia respecto al traslado de Albert Camus al Panteón Nacional. Gracias a la acción de unos familiares de Camus se consiguió evitar que esta figura de la Cultura y de la crítica constructiva del poder fuera recuperada por unos pocos. Dicen que se traicionó ya en el 2005 a Augusto Roa Bastos, cuando se le enterró con toda pompa. En eso estamos, por una vez, totalmente de acuerdo con la Fundación. Pero no por que se le traicionó entonces, hay que seguir haciéndolo ahora. Es verdad, nosotros mismos jugamos un papel en ese entierro, un papel que nunca pedimos jugar y que nos impusieron a la bajada del avión, pues llegamos a Paraguay desde Europa cuando el acto ya había empezado un día antes en el Cabildo. Éramos jóvenes y criaturas en el 2005. Mirta, nuestra hermana mayor, fue la que cuidó de todo y, por aquel entonces, nos fiábamos de ella. Por eso no nos opusimos cuando nuestra hermana mayor quiso crear una Fundación, a pesar de nuestras dudas. Por eso no nos opusimos cuando Mirta y la Fundación empezaron a hacer lo que se les antojaba con la obra de Augusto Roa Bastos. Pero ya basta. Han ido demasiado lejos. Y no somos los únicos en pensarlo: muchos de los amigos de Augusto, que al principio confiaban también en la Fundación, terminaron por ponerla en entredicho. Como nosotros, se dieron cuenta de que, más que una Fundación, se trataba de hecho de una empresa de Fundición de la obra y memoria de Augusto Roa Bastos. Este episodio del traslado al Panteón es sólo un ejemplo más de cómo la Fundación Roa Bastos se ha convertido en una empresa de recuperación montada por unos pocos que se quieren aprovechar de la memoria de Augusto Roa Bastos. Pero este ejemplo es más grave, porque viola las voluntades de un muerto y lo separa de sus padres. Por eso reaccionamos ahora públicamente, y por eso hemos emprendido ya los trámites legales para que se derogue la Ley N°4395/11. La obra de Augusto Roa Bastos no morirá. Ya es eterna. Confiamos en los maestros que la quieran enseñar a sus alumnos, ahora y cuando nosotros ya no estemos. Confiamos en los artistas y en los ciudadanos que se quieran inspirar de ella. No confiamos en una Fundación “de charanga y pandereta”, como decía Machado, ni en los que se quieran aprovechar políticamente de Augusto Roa Bastos. Francisco Roa Bastos Silvia Roa Bastos Aliria Roa Bastos Gaspar Roa 
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