FREUD ¿CÓMO SE FORMA LA PERSONALIDAD? Para Freud, la personalidad humana surge a partir de un conflicto entre los impulsos biológicos agresivos y que tienden al placer y los límites sociales que la persona ha internalizado. Él pensaba que el resultado de los esfuerzos por resolver este conflicto básico daba como resultado la personalidad. La construcción de la personalidad viene a ser un producto: el resultado de la forma que emplea cada persona para lidiar con sus conflictos internos y las demandas del exterior. La personalidad marcará así la forma en la que cada uno se desenvuelve en lo social y se enfrenta a sus conflictos: internos y externos. Aunque existen ciertas contradicciones entre los modelos de personalidad creados por Freud, en general pueden concebirse como teorías complementarias o bien como actualizaciones y desarrollos de varios conceptos fundamentales, por ejemplo las pulsiones o los mecanismos de defensa. 1. Modelo topográfico El modelo topográfico divide la mente en tres “regiones”: la inconsciente, la preconsciente y la consciente. En cada uno de estos lugares, que deben ser entendidos de forma simbólica, encontraríamos contenidos y procesos psicológicos diferentes. 2. Modelo dinámico En este modelo Freud concibe los síntomas psicopatológicos como formaciones de compromiso que permiten una gratificación parcial de los impulsos a la vez que causan malestar, actuando como un castigo contra la conducta de la persona. De este modo la salud mental dependería en gran medida de la calidad de las defensas y de las autosanciones. 3. Modelo económico El concepto fundamental del modelo económico de la personalidad es el de “pulsión”, que se puede definir como un impulso que favorece que la persona busque un fin determinado. Estas pulsiones tienen un origen biológico (en concreto se relacionan con la tensión corporal) y su objetivo es la supresión de estados fisiológicos desagradables. 4. Modelo genético La teoría freudiana sobre la personalidad más conocida es el modelo genético, en el cual se describen las cinco fases del desarrollo psicosexual. Según esta teoría el comportamiento humano está regido en gran medida por la búsqueda de la gratificación (o descarga de la tensión) en relación a las zonas erógenas del cuerpo, cuya importancia depende de la edad. 5. Modelo estructural La teoría de personalidad de Freud fue propuesto en 1923 en el libro El Yo y el Ello. Como el modelo genético, el estructural es particularmente conocido; en este caso se destaca la separación de la mente en tres instancias que se desarrollan a lo largo de la infancia: el Ello, el Yo y el Superyó. Los conflictos entre estas darían lugar a los síntomas psicopatológicos. TEORÍA DE LA PERSONALIDAD DE FREUD: ELLO, YO Y SUPERYÓ Freud tenía la teoría de que el conflicto se centraba en 3 sistemas que interactúan entre sí: ello, yo y superyó. Dichos conceptos psicológicos abstractos le ayudaban a comprender la dinámica de la mente. El definió al Ello como una reserva de energía psíquica inconsciente que lucha todo el tiempo para satisfacer impulsos básicos de agresividad, supervivencia y reproducción. Es decir que el Ello opera según el principio del placer: si no se ve restringido por la realidad, busca gratificación inmediata. Cuando el Yo se va desarrollando, el pequeño niño aprende a enfrentarse con el mundo real. El Yo se maneja sobre el principio de realidad: busca la satisfacción del Ello pero de un modo más realista, lo que le dará placer a más largo plazo y le evitara el dolor y la destrucción. El Yo contiene pensamientos, recuerdos y juicios parcialmente conscientes.. En su teoría, Freud postuló que alrededor de los 4 o 5 años, el Yo reconoce las demandas del Superyó que está empezando a formarse y que le hace considerar lo real pero también lo ideal (es decir, cómo debe ser nuestra conducta). Esta instancia de la personalidad busca la perfección, produciendo sentimientos de orgullo (positivos) o de culpa (negativos). Si las demandas del Superyó se oponen a las del Ello, es el Yo el encargado de lidiar entre ambos. LA TEORÍA DE APRENDIZAJE DE JEAN PIAGET Jean Piaget entiende el aprendizaje como una reorganización de las estructuras cognitivas existentes en cada momento. Es decir: para él, los cambios en nuestro conocimiento, esos saltos cualitativos que nos llevan a interiorizar nuevos conocimientos a partir de nuestra experiencia, se explican por una recombinación que actúa sobre los esquemas mentales que tenemos a mano tal como nos muestra la Teoría del Aprendizaje de Piaget. Según la Teoría del Aprendizaje de Piaget, el aprendizaje es un proceso que sólo tiene sentido ante situaciones de cambio. Por eso, aprender es en parte saber adaptarse a esas novedades. Una de las ideas fundamentales para la Teoría del Aprendizaje de Piaget es el concepto de inteligencia humana como un proceso de naturaleza biológica. Jean Piaget construye, con su Teoría del Aprendizaje, un modelo que resultaría fuertemente controvertido. Así, describe la mente de los organismos humanos como el resultado de dos “funciones estables”: la organización, cuyos principios ya hemos visto, y la adaptación, que es el proceso de ajuste por el cual el conocimiento del individuo y la información que le llega del entorno se adaptan el uno al otro. A su vez, dentro de la dinámica de adaptación operan dos procesos: la asimilación y la acomodación. LA INTELIGENCIA SEGÚN JEAN PIAGET Para Piaget la inteligencia es: "la capacidad de adaptación a las situaciones nuevas. Es primero que todo comprender o inventar,". Según Piaget, el desarrollo de la inteligencia implica que hay intereses y curiosidades en el sujeto. Si el medio social es entonces rico en incitaciones, y el niño vive en una familia en la que siempre se está trabajando sobre ideas nuevas, y se plantean nuevos problemas, seguramente que se tendrá un desarrollo más avanzado; pero si, por el contrario, el medio social es extranjero a todo eso, entonces inevitablemente habrá un cierto retraso. En su teoría se muestran los diferentes períodos en los que Piaget organiza el desarrollo evolutivo de los procesos cognitivos que son la base de la Inteligencia, en ella no es tan importante el haber adquirido el estadio a una determinada edad sino la secuencia, el orden por el que se construye el conocimiento. Se acepta que el ciclo evolutivo de cada niño es peculiar con su propio ritmo de adquisiciones pero siguiendo el mismo orden. De esta forma, Piaget sostiene que, a partir de los reflejos innatos, el bebé va adquiriendo un conjunto cada vez mayor de esquemas, que progresivamente se flexibilizan y se hacen más complejos, permitiéndole mostrar una creciente habilidad en sus intercambios con el medio. ALUMNA: RUBÍ ROJO RAMÍREZ