La parodia en la poesía satírico-burlesca de Valle y Caviedes Juan del Valle y Caviedes (1645-1697?) es según algunos críticos el mayor poeta peruano. Procedente de Andalucía llegó muy joven a Lima. Junto con su espíritu profundamente religioso mantuvo duras sátiras a la sociedad, efectuando aguda censura de clases, personajes y costumbres. Es posible que sus críticas procedan de una sincera preocupación por el mundo, fruto de su deseo de aprender y sed de conocimientos. Caviedes afirma que la razón y el hombre constituye fuente de todo conocimiento; que el intelecto es el único valor que como no proviene de los hombres no está sometido a las servidumbres de la vida y ofrece una felicidad que nadie puede negar. El título de su soneto No hay más felicidad en esta vida que el entendimiento lo define. Su obra más satírica de mayor fama es Diente del Parnaso en la que parodia y vitupera a los médicos. La totalidad de sus obras además contienen poesía religiosa y amorosa. En Diente del Parnaso Caviedes, proyecta una imagen bélica, en su lucha contra los médicos. En esta guerra, la heroína es la personificación de la Muerte, imagen ya usada desde la Edad Media, y sus “cómplices” los médicos, boticarios, malos poetas, abogados, etc. Las armas de estos guerreros son las que usa en la profesión médica. Caviedes mezcla hábilmente la enumeración de objetos quirúrgicos (jeringas, vendas, ponzoñas) y médicos con humor y sátira, es un campo semántico en el que el poeta se desenvuelve a placer. La lucha se resuelve con la huida del enfermo de sus médicos verdugos “Escapé de esta furia / la naturaleza heroica”. En Coloquio que tuvo con la Muerte, un médico exagera hasta la hipérbole la soberanía de un ejército para después transformarlo en caricatura. En A un desafío, el duelo de ridículos guerreros moderado con la aparición de la Muerte usando el clásico “deux ex machina” como una farsa en lo que satiriza que lo importante no es el juicio de Dios sino hacer morir al enfermo. Estos “héroes” los caracteriza o parodia como antihéroes “ Liseras, un corcovado/ con un cirujano tuerto/ ambos del arte, y entrambos / sin arte, por ser mal hechos, /tuvieron unas palabras/ sobre matar a una enfermo” , las armas ya hemos visto que con las del material médico, igualmente en el motivo de lucha ejerce sátira y parodia al reducirlo a “¿apostema o uñero?” Parodia la técnica de la esgrima al traspasarlo al aparato curativo en Al doctor Yáñes al que hace esgrimir doblemente la espada por afición y las recetas mortíferas. 1 Parodia de la música guerrera en Defensa de un pedo con la asociación de sonidos de pífanos, tambores trompetas cajas, etc. Toda la producción poética pertenece al final de su vida, parece que cuando su fortuna se volvió adversa y enfermó de forma dolora y grave, con el humor cambiado y amargo, es cuando empieza a versificar. Es decir, sólo se ocupó de satirizar a los médicos cuando enfermó. Según Menéndez Pidal, en la comparación de Caviedes con Quevedo, le falta la vasta concepción cómico-fantástica del mundo, el raudal inagotable de lengua que despliega Quevedo y la penetrante intención y la intensa y amarga ironía tan obvias en Quevedo. La falta de una más refinada ilustración y cultura puede ser la causa de incurrir en ordinarieces. 2