INTRODUCCIÓN AL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN Según la NDERF (Fundación para la Investigación de las Experiencias Cercanas a la Muerte) la ECM (experiencia cercana a la muerte) es una experiencia lúcida asociada con la percepción y la realización de una conciencia separada del cuerpo en un momento de muerte real o amenaza inminente de muerte. A pesar de que no existe consenso entre los investigadores acerca de la definición de las experiencias cercanas a la muerte (ECM), un estudio relativamente reciente, realizado por un médico holandés, el Dr. Van Lommel define a las ECM como “La descripción de la memoria de todas las impresiones durante un estado especial de conciencia, incluyendo elementos específicos tales como experiencias fuer del cuerpo, sentimientos placenteros, la visión de un túnel, una luz, parientes fallecidos o una revisión de la vida (Vam Lommel. 2001). Una característica del concepto moderno de las ECM es que la experiencia involucra un estado especial de conciencia”. (en: https://www.nderf.org/Spanish/dreams_nde_reality.htm). El diccionario de la Real Academia Española define “muerte” como la cesación o término de la vida. Pero determinar el momento en que este final acontece no ha sido nunca tarea fácil. Se puede hablar de muerte clínica cuando se presenta el estado de irreversibilidad vital del organismo del sujeto y la consideración de su cuerpo como cadáver. Los pulmones y, sobretodo, el corazón han sido los órganos asociados tradicionalmente con la vida y su detención la señal popular que indica el final de la mismaLos avances médicos registrados durante las décadas del 50 y del 60 del siglo XX que involucran soportes vitales; cuidados intensivos; técnicas médicas de resucitación; trasplantes de órganos etc., complicaron el diagnóstico de muerte clínica. Ante la situación creada, un comité de expertos de la Facultad de Medicina de Harvard elaboró y publicó en 1968 un documento conocido como “Informe Harvard”, en el que se proponía un nuevo criterio de muerte clínica fundamentado en los conocimientos científicos más recientes: el de muerte cerebral o encefálica, que ha sido progresiva y mayoritariamente adoptado en el mundo occidental. En 1975, Raymond A. Moody publica Life After Life (Vida Después De La Vida). En su libro el Dr Moody dejaba constancia de ciertos fenómenos cognitivos y perceptivos que muchas personas decían haber experimentado mientras se hallaban clínicamente muertas. Sin embargo, Raymond Moody, tuvo buen cuidado en no titular su libro “Vida Después de la Muerte”, pues ello hubiera implicado la resurrección de las personas entrevistadas, algo que el propio Moody se refirió a ello como Near Death Experiences (NDE), esto es : Experiencias Cercanas o Próximas a la Muerte ( ECM o EPM). El doctor Moody dio cuenta que pese a la diversidad de circunstancia que rodearon los casos de ECM y la diversidad de tipos de personas que la han sufrido, sigue en pie la notable similitud entre los relatos de las experiencias. Plantea que hay quince elementos separados y recurrentes en los relatos: -El sujeto clínicamente muerto oye lo que dicen las personas que lo rodean. -A parición de sentimientos de paz y quietud. -Audición de un ruido peculiar. -La visión de un túnel oscuro. -La experiencia fuera del cuerpo. -El encuentro con otros seres ya fallecidos. -La visión de un ser de luz. -La revisión de la propia vida. -La frontera o límite. -El regreso. -La narración de la experiencia a los demás. -Los efectos de dicha experiencia sobre la vida de las personas tras su recuperación. (Moody, 1981). Sobre la base de estos elementos Moody construyó una experiencia breve a manera de ejemplo gráfico e ideal, que incluyera todos los elementos comunes en el orden que se han producido (1981, p. 44): “UN hombre está muriendo y, cuando llega al punto de mayor dolor o agotamiento físico, oye que su doctor lo declara muerto. Comienza a escuchar un ruido desagradable, un zumbido chillón, y al mismo tiempo siente que se mueve rápidamente por un túnel largo y oscuro. A continuación, se encuentra de repente fuera de su cuerpo físico, pero todavía en el entorno inmediato, viendo su cuerpo desde fuera, como un espectador. Desde esa posición ventajosa observa un intento de resucitarlo y se encuentra en un estado de excitación nerviosa. Al rato se sosiega y se empieza a acostumbrar a su extraña condición. Se da cuenta que sigue teniendo un “cuerpo”, aunque es de diferente naturaleza y tiene unos poderes distintos a los del cuerpo físico que ha dejado atrás. Enseguida empieza a ocurrir algo, otros vienen a recibirle y ayudarle. Ve los espíritus de parientes y amigos que ya habían muerto y aparece ante él un espíritu amoroso y cordial que nunca antes había visto -un ser luminoso-. Éste ser sin utilizar el lenguaje, le pide que evalúe su vida y le ayude mostrándole una panorámica instantánea de los acontecimientos más importantes. En determinado momento se encuentre aproximándose a una especie de barrera o frontera que parece representar el límite entre la vida terrena y la otra. Descubre que debe regresar a la tierra, que el momento de su muerte no ha llegado todavía. Se resiste, pues ha empezado a acostumbrarse a las experiencias de la otra vida y no quiere regresar. Está inundado de intensos sentimientos de alegría, amor y paz. A pesar de su actitud, se reúne con su cuerpo físico y vive. Trata posteriormente de hablar con los otros, pero le resulta problemático hacerlo, ya que no encuentra palabras humanas adecuadas para describir los episodios sobrenaturales. También tropieza con las burlas de los demás, por lo que deja de hablarles. Pero la experiencia afecta profundamente a su existencia, sobre todo a sus ideas sobre la muerte y a su relación con la vida”. Moody en su libro “Vida Después de la Vida”, plantea que su estudio se basó en ciento cincuenta casos, tomando solo aquellos donde la experiencia pertenece a personas que han sido resucitadas después que sus médicos la consideraron clínicamente muertas. Las experiencias recogidas t publicadas por Moody en 1975 pronto vieron corroboradas y ampliadas por trabajos de otros investigadores que, como la Dra. Elisabeth Kûller-Ross, venía realizando estudios en ese campo o se hallaban familiarizados con él por su actividad profesional, ya que se dedicaba a los cuidados paliativos. El libro “Vida Después De La Vida” llamó la atención mundial sobre un fenómeno que resultó ser más conocido y frecuente de lo esperado, pero del que no se hablaba públicamente. Muchas personas lo conocían por haberlo experimentado en primera persona, otras de oídas y otras, finalmente, debido a la rutina diaria de su trabajo con los pacientes en centro hospitalarios. Hecho público el fenómeno, comenzaron a sucederse las hipótesis explicativas de todo tipo y, con ellas, la controversia. Entre los esfuerzos por mantener encauzado racionalmente el estudio del fenómeno de las ECM se destacan los realizados por el cardiólogo Michael Sabom, quien comenzó sus investigaciones al año de publicar Moody su obra. El Dr Sabom se sorprendió por las coincidencias que aparecían entre las experiencias que él y su asistenta Sarah Kreutziger iban recopilando por su cuenta, sumadas a las de Moody. Pero lo que realmente llamó la atención de Sabom fue el hecho de que algunos sujetos parecían recordar lo acontecido a su alrededor durante el tiempo en que, según algunos médicos que les atendían, habían experimentar cognición o percepción alguna sin actividad cerebral. Sin Embargo, Sabom recogió casos en que los detalles aprobados por los sujetos acerca de lo que se dijo o hizo a su alrededor durante el tiempo que estuvieron clínicamente muertos, eran de tal precisión que desafiaban la explicación de la ECM como fenómeno alucinatorio atribuible al estado de shock; a la falta de oxígeno; a la medicación suministrada durante las maniobras de resucitación o a los procesos fisiológicos propios de esos momentos, tal como proponían los expertos escépticos ( Rogo, 1986). El Dr.Michael Sabom, cardiólogo de la Universidad de Emory, En Georgia, emprendió un estudio junto con un asistente en marzo de 1976, ambos comenzaron a entrevistar a personas que habían muerto clínicamente. Eventualmente conversaron con cien pacientes de hospitales, quienes por muy poco habían escapado de la muerte. Descubrieron que un 60%habían experimentado una ECM clásica, correspondiente a las descriptas por Moody. Sabom y Kreuziger llegaron a la conclusión que las ECM son acontecimientos genuinos. Señalan que estos fenómenos son muy diferentes del tipo de alucinaciones causadas por convulsiones temporales; drogas; despersonalización psicológica o alucinaciones autoscópicas patológicas (verse a sí mismo). Un caso paradigmático investigado por Sabom es el de la paciente llamada Pam Reynols. Ella se sometió a una rara operación para quitarle un gigantesco aneurisma, de una arteria basilar del cerebro, que amenazaba su vida. El tamaño y la posición del aneurisma, sin embargo, impidieron una extracción sin riesgo usando técnicas neuro-quirúrgicas estándar. Ella se remitió a un doctor que había promovido un procedimiento quirúrgico novedoso y audaz, conocido como: “Paro Cardio Hipotérmico”. Esto permitió que el aneurisma de Pam fuera removido con una posibilidad razonable de éxito. Ésta operación apodada “Pausa” por los doctores que la realizan, requirió que la temperatura del cuerpo de Pam, se redujera hasta los 15 ºC ; el latido del corazón y su respiración se parasen ; su encefalograma fuese plano ( sin registro de actividad neuronal) y la sangre de su cabeza se drenara (temporalmente). En términos coloquiales, ella fue matada. Después de quitarle el aneurisma, fue restaurada a la vida. Pam participaba en un estudio de ECM de la Universidad de Atlanta (USA) realizado por el Dr. Sabom en el momento de su operación de “Pausa”. Lo notable es que ella experimentó una ECM pese a que el cerebro de Pam fuese declarado “muerto” por las tres pruebas clínicas: su electroencefalograma era plano; no había respuesta del tallo cerebral; y no tenía sangre fluyendo al cerebro. Sus observaciones notablemente detalladas desde fuera de su cuerpo, durante su cirugía, fueron más tarde verificadas como exactas. Es interesante observar que mientras estuvo en ese estado, ella experimento una ECM “más profunda” de entre todas las de los participantes del estudio de la Universidad de Atlanta. Para el Dr, Sabom toda la evidencia sugiere que estos casos señalan y apoyan la hipótesis de la separación de la conciencia del cuerpo. Sabom lo expresaba en los siguientes términos en su libro “Recuerdos de la Muerte”: “Aquellos que informaron acerca de estas experiencias no fueron traídos del mundo de los muertos sino que fueron rescatados en un punto muy cercano de la muerte. De ahí que; en el sentido más estricto del término, estas experiencias son encuentros cercanos a la muerte y no la muerte misma. Debido a que sospecho que la ECM es un reflejo de la división mente-cerebro, no puedo evitar preguntarme por qué semejante acontecimiento debería ocurrir en un punto cercano a la muerte. ¿Podría la mente que se separa de su cuerpo físico ser en esencia el “alma” que continúe existiendo después de la muerte corporal final, de acuerdo con algunas doctrinas religiosas? (Rogo, 1986, p.87-88). Un estudio similar emprendió el Dr. Kenneth Ring en la década del 90 durante un período de dos años, entrevistó a 102 pacientes que atravesaron muerte clínica, el 41% pasó por una ECM clásica. Al finalizar su investigación Ring descubrió que las ECM tenían un nivel de progresión que él clasificó en cinco elementos esenciales, a medida que uno se acerca más a la muerte “real” (mayor tiempo de muerte clínica) son más por las instancias que se atraviesa. (Rogo, 1986). La profundidad de una ECM se puede cuantificar con la escala de ECM. Un instrumento de elección múltiple de 16 items, ésta es una medida fiable y válida de la ocurrencia y profundidad de una ECM. El Dr. Fred Schonmaker cardiólogo principal de St. Luke’s Hospital estuvo interesado en las ECM desde 1961. En el año 1979 presenta a la asociación para los Estudios Cercanos a la Muerte, un informe con su investigación, que si bien no se atenía a un protocolo propio de una investigación científica. Había estudiado más de 1000 casos de muerte clínica durante su práctica, descubriendo que el 60% había atravesado por una ECM. Muchos de sus casos fueron monitoreados por numerosos instrumentos y dispositivos fisiológicos durante la ECM, entre ellos lo más llamativos incluyen 55 casos que habían mostrado una lectura llana de electroencefalograma (ausencia de actividad eléctrica en el cerebro) y una experiencia ECM. En un estudio llevado a cabo en los Países Bajos por Vun Lommel; Pim; Van Wees; Ruud; Meyers; Vincent &Elfferich e Ingrid en el año 2001 sobre ECM en sobrevivientes de un paro cardíaco sobre una muestra de 340 pacientes. Fue un estudio longitudinal donde se conoció y se entrevistó a pacientes inmediatamente después de la ECM, a los dos años después de la RCM y a los ocho años después de la ECM. A los participantes se les administraron cuestionarios para evaluar cómo sus vidas habían cambiado como resultado de las ECM. Esto fue llamado el inventario de “Cambio de la Vida”. También fueron clasificadas sus ECM como superficiales o profundas. Se utilizaron medidas cualitativas y cuantitativas para identificar las principales tendencias en la investigación; entrevistas y escalas, para llegar a conclusiones acerca de las experiencias de los participantes. Se estableció un grupo control durante el estudio, constituido por personas que fueron reanimadas pero no tenían ninguna ECM. Las conclusiones a la que arribaron con la investigación son las siguientes: -En la evaluación de la actitud social, se señaló que hubo modificaciones de sus actitudes como aceptación de los demás; se mostraron más cariñosos; adquirieron una mayor empatía; comprensión de los demás y más participación con la familia. Éstas resultados fueron aún mayores en el seguimiento de 8 años después de la ECM. Además, parece que estas personas adoptaron una orientación más espiritual en sus vidas, no tenían ningún miedo a la muerte y se interesaron más en otras cosas además de sí mismos. Estos también tendrían un efecto en la familia, pero este efecto no se ha especificado. Una vez más, estos puntajes fueron mayores en el seguimiento de 8 años, que en el de 2 años. Debido a sus experiencias en el más allá se sentían más obligados a formar parte de su familia. Este efecto resultó ser duradero en el tiempo. (Vun Lommel, Pim, Van Wees, Ruud, Meyers, Vicent & Elfferich, Ingrid, 2001). Según lo señala Roberto Burgos (2009) el 11 de septiembre de 2008 se celebró en Nueva York, bajo el auspicio de las naciones Unidas (ONU), el simposio Beyond the Mind-Body Problem: New Paradigms in the Science of Consciousness (Más allá del problema mente –cuerpo: nuevos paradigmas en la ciencia de la consciencia), con el objeto de analizar las transformaciones que los nuevos paradigmas de la neurociencia están produciendo, tanto en las investigaciones sobre la mente humana como en nuestra comprensión de la conciencia y del yo. Durante el simposio, el Dr. Sam Parnia presento formalmente el denominado The Human Consciousness Project (Proyecto Conciencia Humana) un consorcio internacional de científicos y médicos con carácter multidisciplinar creado para investigar, con las técnicas más actuales, los procesos neuronales implicados en las diferentes facetas de la conciencia humana, su naturaleza y su relación con el cerebro. El Proyecto Conciencia Humana incluye el estudio “Awareness During Resuscitation” (Conocimiento Durante la Resucitación), AWARE fue presentado como la primera investigación científica a gran escala en el mundo para el estudio de la relación mente-cerebro durante el estado estado de muerte clínica en personas con paro cardíaco. Cuenta para ello con sofisticadas técnicas, como la indicación de los niveles de oxígeno o la circulación sanguínea en el cerebro mediante Invos Cerebral Oximeter. AWARE se complementa con BRAIN-1 (Brain Resusucitation Advancement International Network-1), un estudio consistente en la realización de test fisiológicos en pacientes de paros cardíacos, así como técnicas de monitoreo del cerebro, con el fin de obtener conocimientos que posibiliten un mejor cuidado médico y psicológico de estos pacientes. El estudio AWARE está dirigido por los doctores Sam Parmia y Peter Ferwick, junto con los profesores Stephen Holgate y Robert Peveler ( Universidad de Southampton, Inglaterra), y en él participan inicialmente 25 centros médicos europeos y norteamericanos. La investigación ha venido precedida de una fase piloto de año y medio de duración en hospitales del Reino Unido previamente seleccionados. El estudio pretende arrojar luz sobre el sorprendente fenómeno de las ECM, de modo que AWARE podría tener profundas implicaciones de alcance universal sobre el modo humano de entender la muerte y el misterio de lo que nos sucede al morir. “AWARE es, en definitiva, la mayor investigación científica diseñada hasta la fecha para estudiar la mente humana durante el estado de muerte clínica por lo que, más allá de los aspectos médicos específicos involucrados, sus resultados pueden ayudarnos a comprender la mente y el misterio de lo que nos sucede durante el trance de la muerte, una cuestión reservada tradicionalmente a la reflexión filosófica y a las creencias religiosas”. (Burgos R. Aretxaga, 2009) Bruce Greyson, siguiendo la línea de Moody, elaboró un práctico criterio de demarcación de las ECM, conocido como escala de Greyson. MARCO TEÓRICO Y PLANTEO DEL PROBLEMA De los relatos de las personas que atravesaron una ECM se desprenden cuestiones que llaman la atención sobre lo percibido y vivenciado por ellas: 1. Las personas describen la experiencia como reales, incluso más reales que la propia realidad. 2. No se refieren a ellas como alucinación, sueño o imágenes oníricas. 3. Las experiencias son inefables, parecen pertenecer a un orden vivencial muy difícil de equiparar a una vivencia ordinaria de vigilia o sueño4. En las comunicaciones no hay palabras sino una comunicación que solo y tentativamente se puede entender como lecturas del pensamientos, sin ser esto lo más apropiado para describirlo. 5. Hay percepción panorámica de toda la vida de la persona y evaluación de la misma. 6. La persona puede percibir lo que sucede alrededor y en algunos casos perciben personas, hechos o situaciones que están fuera de posibilidad de percepción aunque dispusieran de plena conciencia. Como bien se señala al comienzo, la NDERF (Fundación Para La Investigación De Las Experiencias Cercanas a la Muerte) las ECM son “Una experiencia lúcida asociada con la percepción y la realización de una consciencia separada del cuerpo en un momento de muerte real o amenaza inminente de muerte”. Dados que en los casos de ECM las personas refieren algún tipo de percepción y consciencia (lo que por sí solo es llamativo, teniendo en cuenta que se producen en momentos donde los signos vitales cesan), éstas tienden considerarse en el mundo académico y científico de dos maneras posibles: por una lado, como alucinaciones debidas a múltiples causas (somáticas, psicológicas, fisiológicas etc.), por el otro como experiencias “reales” objetivas que señalan algún tipo de separación entre el alma ( psiquis, mente , cuerpo) y el cerebro (cuerpo). Por lo tanto para caracterizar dichas experiencias como una alucinación o no, debemos tener presenta varias cuestiones: ¿Cómo es pensado el proceso perceptivo en general, es decir, en el estado de vigilia normal?, ¿Qué es una alucinación?, ¿Qué otras manifestaciones patológicas de la percepción podrían considerarse?, ¿Qué podemos entender por consciencia? Karl Jaspers, desde una mirada psiquiátrica, plantea que la consciencia tiene triple estratificación: “primeramente es la interioridad de un vivenciar y como tal se haya en contradicción con la inconsciencia y lo extraconsciente. En segundo lugar es Consciencia objetiva, un saber de algo…En tercer lugar es autorreflexión, consciencia de sí mismo, que experimento en verdad en la escisión objeto-sujeto (1955,p.25). Rubin y Michael (1983) definen la consciencia como: “nuestro saber subjetivo acerca de nuestras acciones y el mundo a nuestro alrededor”, en tanto Ruch sostiene que es “un proceso de experimentar el ambiente externo e interno de manera que separan los estímulos inmediatos de las respuestas inmediatas; es decir, en cierto sentido los estímulos se procesan y comprenden como contrarios a conducir de modo directo a respuestas mecánicas” (Ruch, 1984).os, etc. Se podría pensar a la consciencia como un concepto bi-fronte, uno apunta al interior, hacia los pensamientos, sentimientos, etc. Y el otro hacia lo exterior, eventos externos, ambientales y personales. (Richard D. Gross, 1994). Gamder plantea que la consciencia “es la suma de todo lo que uno puede descubrir acerca de una experiencia propia en un momento dado” (1982. P.132140). Para Eugenio Demarchi la vigilia significa “estar despierto, alerta y ésta reacción se logra por medio de un sistema neuronal complejo, ubicado en el diencéfalo y la región pontomesencefálica” (Michiline Federico. 2003.p.363)En el mismo sentido señala que la consciencia ”implica la indemnidad de las funciones mentales superiores, a través de las cuales podemos relacionarnos con el mundo exterior, en estado de vigilia” (2003.p.363). En cuanto a la percepción, Jaspers señala las características de una percepción normal a efectos de poder diferenciarla de otras patologías o de percepciones distorsionadas, indicando que las percepciones normales son corpóreas (tienen carácter de objetividad); aparecen en el espacio objetivo exterior; tiene un diseño determinado ( aparecen completas y con todos los detalles); tiene frescura sensorial; son constantes y pueden ser retenidas fácilmente; son independiente de la voluntad; no pueden ser sustituidas arbitrariamente y no pueden ser alteradas” (1955). Respecto a las alucinaciones Jaspers escribe que “Las alucinaciones propiamente dichas son percepciones corpóreas engañosas que no han surgido de percepciones reales por Transformación sino que son enteramente nuevas” (1955,p.86) y las ilusiones son “Todas las percepciones surgidas de percepciones reales por transformación , en las que las excitaciones externas de los sentidos se combinan con elementos reproducidos en una unidad en que las excitaciones sensibles directas no son distinguibles de las reproducidas” (Jaspers,1955,p.86). Por ultimo podemos indicar como caracteriza Jaspers (1955) las pseudoalucinaciones: Carentes de corporeidad y aparecen en el espacio subjetivo interior, se presentan ante la consciencia con los detalles de una imagen sensorial; no pueden ser creados arbitrariamente y ser alterados; el sujeto está frente a ellos receptiva y pasivamente. Para Marchat F. Nestor “La percepción es la captación del medio externo por medio de los censores específicos y la identificación de la información proveniente de los mismos. Mediante la sensación, el estímulo exterior lleva por medio de los receptores del organismo la transmisión de la información hasta los centros del cerebro” (2002, p.33). “La sensopercepción necesita del exterior. NO existe si el estímulo no incide en los receptores. Son estímulos corporales, nítidos, externos a nosotros y dan la sensación de certeza. La certeza se da con claridad de la percepción” (Marchart Nestor, 2002,p.33). Según Gamder Lindzey el cerebro no puede funcionar en el vacío; requiere una entrega constante de información del mundo exterior y del resto del cuerpo. Ésta información se obtiene de los órganos de los sentidos que tienen la capacidad de responder selectivamente y analíticamente a tipos de energía del mundo: ondas luminosas; ondas sonoras; presiones; temperaturas. “La percepción es la forma en que aparece el mundo en nuestro cerebro. Es el proceso básico psicológico; sin percepción no habría memoria; aprendizaje; o pensamiento - de hecho no habría mente.” (Gamder Lindzey, 1982). La secuencia de hechos involucrados en la percepción puede resumirse en lo siguiente: Un cuerpo emite energía que estimula a un órgano sensorial, el órgano sensorial codifica la energía en un lenguaje de la actividad nerviosa, esa actividad es transportada al cerebro donde se procesa, resultando una percepción del objeto. No somos conscientes en absoluto de los procesos físicos y químicos que tiene lugar cuando nuestros órganos de los sentidos responden a la energía del mundo exterior; no somos conscientes de la transmisión de mensajes por nuestros nervios y de las formas en que el cerebro traduce éstos mensajes en percepciones. La consciencia está limitada por la percepción; realmente la consciencia es percepción y, aunque nuestra percepción tiene lugar realmente en el cerebro, las experimentemos como hechos que tienen lugar en el mundo exterior. Es decir, no vemos imágenes en el cerebro, vemos cosas en el mundo. “Un dolor de estómago se siente en el estómago no en el cerebro”. (Gamder, 1982, p.90). Dada la combinación de elementos y situaciones paradójicas durante la percepción en las ECM: A) Hay consciencia pero no vigilia. B) Muchos pacientes fueron capaces de realizar una descripción objetiva de los comportamientos del personal que lo asistía durante el momento en que se producía su “muerte clínica”, incluso con el electroencefalograma marcando “plano”, esto abre dudas respecto a un posible proceso alucinatorio (dada por la descripción objetiva y la falta de actividad eléctrica del cerebro). C) Las personas pueden ver y escuchar con consciencia sin que intervengan los puede ver con los ojos cerrados, generalmente desde una posición que no se corresponde con la ubicación de su cuerpo y el ángulo de visión correspondiente ya que muchas veces observan desde una posición elevada, como desde el techo. D) Las percepciones tienen una nitidez inusual, la persona vive la experiencia, está sumergida en ella, tiene plena consciencia, contrario a lo que se esperaría desde el punto de vista médico- biológico, es decir que tal estado (de consciencia) no debería estar presente. A partir de ello es posible preguntarse: ¿Las percepciones que ocurren en las ECM podrían ubicarse dentro de algunas de las categorías propuestas desde la psicología y la psiquiatría como alucinación; pseudoalucinación o ilusión, o bien no se corresponde con ninguna de ellas? De ser así ¿Estamos ante la presencia de un tipo de percepción nueva, donde están involucradas otras áreas, otras formas, otros procesos perceptivos novedosos y aún no contemplados?; Qué características singulares presentan las percepciones en los casos de ECM? OBJETIVOS GENERALES 1. Caracterizar que particularidades presentan las percepciones en los casos de ECM. 2. Identificar si las manifestaciones fenoménicas de las percepciones en las ECM corresponden a una alucinación o a otra categoría conocida MÉTODO Diseño mixto de triangulación concurrente con alcance descriptivo. Los participantes de la investigación estarán conformados por personas que atravesaron una ECM. Se llevaran a cabo entrevista con los participantes de la investigación, se procederá a la administración de cuestionario sociodemográfico y la escala de GREYSON de ECM.