Subido por Tomy Contreras

Estudio sobre vejez y envejecimiento una mirada desde el eje conceptual de Max Weber

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Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades
Maestría en Ciencias Sociales
Teoría Social
Dr. Carlos Mejía Reyes
Tomasita Contreras Silva N. Cuenta 197013
12 Mayo 2020
Estudio sobre vejez y envejecimiento una mirada desde el eje conceptual de Max Weber
El presente ensayo pretende analizar el envejecimiento y la vejez como eje de estudio desde las
ciencias sociales, pero es preciso recalcar que buscamos fundamentarlo desde el eje temático de Max
Weber, cuyas ideas parecen tener sentido en el ámbito institucional, es decir, en lugares donde las
personas de la tercera edad pretenden vivir sus últimos años de vida en compañía de personas de la
misma edad, y por otro lado como miembros muchas veces activos de la sociedad.
Otro factor que vamos a analizar es la conceptualización de la vejez y el envejecimiento, en un ámbito
multidisciplinar, debido a que hay diversos factores y maneras de comprender la vejez y de vivir el
envejecimiento, como son los factores sociales, económicos, culturales, biológicos, de salud,
psicológicos, etc., siendo así que nos permite tener un amplio panorama de análisis, que vamos a
estudiar en esta investigación en la ciudad de Pachuca Hidalgo.
En la actualidad es necesario comprender la cuestión política, que hace un llamado al cuidado de los
adultos mayores en la sociedad mexicana, que al parecer ha descuidado este sector poblacional en las
sociedades modernas, por lo que una visión desde otro punto de vista permitiría explicar y entender
como han cambiado estos roles del adulto mayor en nuestra sociedad.
Aunque Max Weber no es un estudioso en la materia sobre vejez o envejecimiento, si servirá como
eje de análisis, debido a que en sus estudios uno de los ejes importantes es partir de la historia y
orígenes de diversos temas, esto puede ayudarnos como modelo explicativo en el fenómeno de la
conceptualización de la vejez. Las investigaciones de Weber permiten fundamentar sus ideas en
diversos estudios como el Estado, el proceso de cambio religioso en sociedades modernas, la aparición
del político como vocación y su función dentro del estado moderno, es decir su evolución, entre otros
temas desarrollados en la historia.
Ahora bien, este trabajo está dividido en cuatro partes, en la cual la primera es una introducción a la
problemática del adulto mayor como punto de partida, para en un segundo momento analizar el eje
conceptual de Weber y cómo este puede ser analizado dentro de nuestro estudio de la vejez seguido
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del envejecimiento en el que se proponen teorías que lo han abordado. El tercer apartado trata
brevemente sobre la discriminación en México y como afecta a la vida de los adultos mayores, el
último apartado tratara sobre el caso del estado de Hidalgo.
Esta investigación buscará comprender el abandono de los adultos mayores, la tercera parte
relativamente ligada es el eje conceptual sobre la vejez seguido del envejecimiento, la cuarta parte es
fundamentar los rasgos característicos del abandono y como se ha visibilizado en la sociedad
mexicana a partir de la nota periodística, para así pretender abordarlo en la ciudad de Pachuca que nos
permite tener un conocimiento previo al eje temático que vamos a estudiar.
Problematización del abandono del adulto mayor
En la actualidad las sociedades modernas han cambiado sus roles familiares, en cuanto a que los
adultos mayores representan una carga familiar, económica y social, es decir, suelen tener una final
de vida más cruel por parte de sus seres queridos, esa violencia se ve reflejada en la vulnerabilidad
social, dependencia económica, violencia intrafamiliar, en torno a las nuevas formas de vida en la
sociedad, donde incluso la tecnología juega un factor importante debido a que las formas de
comunicarnos han cambiado la vida, se volvió más individualista y eso es de notarse con las nuevas
generaciones juveniles y generaciones adultas, esa facetas o cambios en la sociedad permiten entender
y comprender una crisis social, sobre él porque hemos relegado al adulto mayor a un rechazo social.
Para Rodríguez:
El problema de la vejez no es estrictamente biológico, sino que posee asimismo unas raíces
sociales y culturales, a este respecto, debe ser considerado algo que se a repetido muchas veces:
en las sociedades tradicionales y comunales, de base rural, los ancianos eran mayoritariamente
respetados; representaban la experiencia y el conocimiento; constituían autoridades naturales de
un mundo estático. (Rodríguez, 1979; 77)
Lo que explica Rodríguez es que en algún tiempo o quizás en algunas sociedades el ser viejo era y
sigue siendo un símbolo con características asignadas por la sociedad en la que se desenvuelve, lo que
en las actuales sociedades modernas son relegados por otras circunstancias como la pobreza, la mala
salud, problemas psicológicos, etc., la vida de la zona urbana puede ser más complicada que la del
ámbito rural, por el modo de vida, tipo de alimentación, padecimientos o enfermedades crónicodegenerativas, depresión u otros padecimientos psicológicos y mentales.
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Aquí lo que buscamos es la necesidad de comprender las facetas de la edad y como se viven esos
cambios, por un lado, y por otro, ver de que manera se pueden integrar como los miembros activos de
la sociedad en el siglo XXI, recordemos que algunos de ellos en la actualidad laboran en diversos
trabajos precarios, lo que los vuelve vulnerables ante prestaciones sociales como derecho a la salud,
un salario digno, etc.
Dentro de la problemática hacia el adulto mayor que hay una clara diferencia e importancia hacia los
sectores poblacionales, lo que nos permite entender y ver una desigualdad en el lugar que ocupan,
además de las clases sociales, los grupos de edades y capacidades diferentes tales como enfermedades,
en donde:
Solo cuando hay un incremento en el excedente económico la sociedad puede hacerse cargo de los
viejos, de los enfermos, de los deficientes mentales, y de los inválidos. En una sociedad donde se
presentan carencias y desigualdades tan marcadas como en México la atención que se les otorga a los
ancianos desposeídos ocupa un lugar marginal. (Bijarro y Mendiola, (S/a); 2)
Lo anterior nos permite comprender lo que veníamos argumentando, la sociedad va desplazando lo
que para ello es menos útil, pero no hablamos de objetos inservibles, sino de personas que necesitan
apoyo en lo económico, salud, psicológico y social, es decir, algunas personas a lo largo de su vida
vivieron y fueron miembros productivos de la sociedad, la cual quizá no les dio la oportunidad o les
negó el derecho a retirarse dignamente con una pensión por haber trabajado muchos años de su vida
o si tenían un empleo informal no pudieron asegurar una estabilidad económica para su retiro, a eso
le sumamos problemas de salud que hayan adquirido durante el proceso de envejecimiento.
Ahora formulamos una pregunta de interés para esta investigación ¿En qué momento decidimos
abandonar al adulto mayor? La respuesta no es sencilla, debemos comprender el ámbito familiar en
el que se desenvolvió el adulto mayor, lo que obligo a sus familiares al abandono y si se puede ver
qué clase de abandono tiene, es decir puede haber diversas características en cada caso particular otro
eje es el social si vivieron toda su vida en zonas urbanas o hubo una migración o movilidad campociudad, son aspectos que nos permitirá comprender el estudio del fenómeno.
Y para terminar este apartado es pertinente saber que características tiene el adulto mayor en
abandono, si es dependiente económico, si cuenta con pensión, si tiene problemas de salud crónicodegenerativas, si tiene problemas psicológico-mentales; este tipo de información podría ayudar a
comprender las dificultades familiares para los cuidados y atenciones de las personas de la tercera
edad y explicaría potencialmente el abandono, además si el crecimiento poblacional es cada vez más
alto en personas mayores de 60 años o es menor al de la población económicamente activa, si vive
solo(a), si es viudo(a); para así buscar otras interrogantes que nos permita explicarlo de manera
subjetiva en el ámbito de las ciencias sociales.
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Teoría de la acción social de Max Weber, propuestas conceptuales y la vejez como antecedente
histórico.
Para el sociólogo Max Weber, la teoría de la acción social, es parte fundamental de su teoría
sociológica, porque explica una propuesta interesante, distinta a lo que se trabajaban por otra parte,
los sociólogos de la escuela francesa, sus propuestas eran de carácter más analítico e interpretativo,
alejándose de las propuestas de facto. En la sociedad es posible comprender diversas acciones de los
individuos anclados en las reglas y normas no establecidas del funcionamiento social.
Weber explica la acción de la siguiente manera:
Debe entenderse una conducta humana (bien consista en hacer externo o interno ya
en un omitir o permitir) siempre que el sujeto o los sujetos de la acción enlacen a
ella un sentido subjetivo. La “acción social”, por tanto, es una acción donde el
sentido mentado por su sujeto o sujetos está referido a la conducta de otros,
orientándose por esta en su desarrollo. (Weber, 2008; 5).
Entonces la acción social será guiada por la conducta en sentido subjetivo, siendo así, la acción social
estará determinada por las circunstancias del sentido social, que se establezca por las pautas sociales
de las personas y así permita comprender la complejidad de dicha acción. Dicho esto, Esta conducta
hacia los adultos mayores son personas que por distintas circunstancias se guían por la acción racional,
la cual ya no resulta ser perceptible para miembros de su misma sociedad o mejor dicho suelen ser
ignorados dentro de su círculo familiar.
En base a la conceptualización de Weber, permite comprender que la orientación de la acción suele
ser de carácter racional, comprendiendo códigos establecidos en la sociedad, por ejemplo, si una
persona se cae y algún transeúnte cercano se acerca a ayudar hay acción social por estar orientada a
la acción de auxiliar al que se cayó, sin que este pidiera auxilio de nadie. Pero en qué sentido se
complejiza la acción social. Para ello Weber explica lo que significa una interpretación causal
definida como “Una interpretación causal de una acción concreta significa que el desarrollo externo
y el motivo han sido conocidos de un modo certero y al mismo tiempo comprendidos con sentido en
su conexión” (Weber, 2008; 11). Es pertinente explicar que la manera en que interpretemos dichos
actos en un ambiente social puede ser distintos a lo que perciben otras personas, lo que puede ser un
problema mal interpretado en la misma sociedad. Si a esto agregamos la devaluación personal, como
social, de los viejos con dependencia física afecta la esfera emocional y su mundo de relaciones,
configurando identidades que se sustentan en la falta de autonomía, por la imposibilidad de valerse
por sí mismos para realizar sus actividades básicas, y por su condición de ser dependientes de la ayuda
de otros. La percepción de ser una “carga” se constituye en una verdad que se reafirma con los
estereotipos que se construyen alrededor del hecho de ser viejo (senil, decrépito, obsoleto). Esta puede
ser una plena interpretación a la que se refiere Weber, en el que el sentir del adulto mayor tiene
significados de rechazo social.
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Las normas reguladas dentro el ambiente social es lo que nos permite entender los roles sociales que
jugamos internamente los individuos, pero que no necesariamente han sido dirigidos por un acto
racional, sino más bien una comprensión de la acción racional, En los adultos mayores también surgen
distintos tipos de significados que muchas veces deben ser comprendidos dentro de la acción social
por ejemplo algunas personas de la tercera edad pueden ser propensas no solo a enfermedades, sino a
cuestiones de interpretación como lo sería la desorientación social o la perdida de ubicación y que
ande deambulando sin rumbo por el extravió a su hogar, el estado de vulnerabilidad ante diversas
situaciones los pone en riesgo mayor a la población general, una caída o un accidente, los pone en una
situación singular de riesgo latente.
Otra de las categorías que analiza Weber son los tipos de dominación, pero a que se refiere en primer
lugar la dominación, es “la probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo determinado
para mandatos específicos (o para toda clase de mandatos)” (Weber, 2008; 170), ahora bien, de
acuerdo con esto, tiene una relación entre autoridad y sumisión; dentro de la idea de dominación
destacan tres tipos puros de dominación legitima y en el que el fundamento primario de su legitimidad
puede ser:
1. De carácter racional: que descansa en la creencia en la legalidad de ordenaciones estatuidas
y de derechos de mando de los llamados por esas ordenaciones a ejercer la autoridad (legal).
2. De carácter tradicional: que descansa en la creencia cotidiana en la santidad de las tradiciones
que rigieron desde lejanos tiempos y en la legitimidad de los señalados por esta tradición para
ejercer la autoridad (autoridad tradicional).
3. De carácter carismático: que descansa en la entrega extracotidiana a la santidad, heroísmo o
ejemplaridad de una persona y a las ordenaciones por ellas creadas o reveladas llamada
(autoridad carismática) (Weber, 2008;172).
Estos tipos de dominación pueden ser relevantes en el estudio de la vejez, sobre todo si sabemos que
la sociedad en su entorno se guía por pautas tradicionalistas, en donde no hace mucho tiempo la
jerarquía de mando familiar descansaba en la persona más longeva de la familia sea hombre o mujer,
y que en algunas sociedades tribales puede ser todavía notable, pero que en las sociedades modernas
ya no, hay un cambio donde el ser viejo es más bien un ser desplazado, sea en el ámbito laboral, social,
familiar, lo que nos permitirá explicar al abordarlo es en qué momento cambio ese rol social.
Ahora bien, que tipo de dominación permite explicar parte de la investigación que estamos realizando
en donde de acuerdo con la lectura de Weber en la dominación legal con administración
burocrática se encuentran los profesionales al servicio del Estado, dentro de una jerarquía
administrativa encontraremos profesionales al cuidado de los adultos mayores, en centros geriátricos
o casas del adulto mayor habrá “una amplia gama de personas como médicos, asistentes sociales,
psicólogos, religiosos” (Rodríguez, 1979; 84). Esta atención especializada por profesionales y
técnicos en el oficio del cuidado del adulto mayor, radica en la profesión por vocación de la cuál
Weber explica a lo largo de su obra, por un lado, pero por otro, quizá el sentido racional o por decirlo
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a la explicación weberiana descansa en el abandono, de dejar a su familiar al cuidado de profesionales
que lo atenderán y que podrá socializar con otras personas de la misma edad o por lo menos, en la
misma etapa de la vida.
Los cargos de estos profesionales pueden ser por meritocracia o experiencia en el ramo del cuidado
de la salud, los que dirigen estos centros deben tener cierta experiencia en la administración de estos
centros de cuidado, para poder conocer cuál será la función en la institución y poder gestionar lo que
les haga falta como medicamentos, alimentos o insumos de necesidad básica para los cuidados.
Las personas que están a cargo de la institución también pueden ser funcionarios, que son
estrictamente necesarios para la organización y gestión de lo que en la institución haga falta, pero
estos dentro de la dominación legal pueden adoptar formas distintas:
El que prescinda de la naturaleza típica del dirigente, se debe a circunstancias que
luego que luego se harán perfectamente comprensibles, tipos muy importantes de
dominación racional. El tipo de la administración legal y racional es susceptible de
aplicación universal, y es lo importante en la vida cotidiana. Pues para la vida
cotidiana es primariamente administración. (Weber, 2008; 175)
Los cargos de funcionarios son esenciales en instituciones para su organización y administración del
servicio tanto público como privado como mencionamos antes son designados por méritos, por
experiencia y en algunos casos si son sindicalizados por medio de votaciones al interior de la
organización que los dirija, a esto refiere Weber en las sociedades modernas, la burocracia es esencial
en su administración que antes recaía en la sociedad o la familia específicamente.
Esta administración se da gracias al saber o al conocimiento de su especialidad en los cuales médicos,
enfermeros, psicólogos y gerontólogos saben cómo responder al cuidado de un adulto mayor, porque
al ingresarlo a la casa hogar se diagnostican y deben conocen los cuidados y atenciones que se les
presenten.
Otro tipo de dominación que nos permite reflexionar es la tradicional que comprende al estudio que
realizamos una idea más micro social, en donde la figura de dominación era en algún tiempo el adulto
mayor como lo ejemplifica Polo y Martínez a través de la historia:
Los Incas, pueblo precolombino sin escritura, que alcanzó un grado de organización social muy
elevada, fue capaz de integrar a los ancianos en la sociedad asignándoles un papel concreto. Los
viejos del pueblo eran tomados a su cargo por la comunidad y los ancianos conservaron su papel
tradicional de archivos vivientes, la función de médicos y comadronas, y todos en conjunto
realizaban un trabajo útil para el grupo. (Polo y Martínez, 2001; 16-17)
Aquí encontramos la figura del viejo como parte de un grupo importante dentro de una sociedad
prehispánica organizada, con funciones dentro de la misma y jerarquía de respeto en la escala social.
En Egipto y oriente también figuraba esta idea de la vejez “Los egipcios reflexionaron sobre las
causas y problemas de la senescencia, pues un escrito del siglo XVI antes de J.C. (Papiro Ebers)
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explica cómo el corazón, fuente de la vida, es también origen del envejecimiento” (Polo y Martínez,
2001; 17). Esta otra idea recae en un recurso histórico en relación con creencias propias de la
civilización egipcia, pero documentada en el tiempo.
El otro caso que figura dentro de las civilizaciones antiguas es:
El Oriente Próximo prefirieron las explicaciones mitológicas o mágicas. En estas sociedades, la
vejez se asocia con el mundo de lo sagrado. El hecho de alcanzar la longevidad es un
acontecimiento que sólo puede conseguirse con la ayuda de los dioses, como una protección
sobrenatural. Esta ambigüedad de búsqueda de la longevidad máxima y a su vez considerar la
vejez una enfermedad a soportar, estará presente a lo largo de la historia del hombre. (Ibid.).
La idea de la vejez permite comprender otro tipo de visión (racionalidad) acerca de cómo construyen
la idea de una persona que avanza con la edad y lo que en una mitología se crea una idea que lo integra
con su sociedad hacia una figura importante.
En el mundo hebreo también se plantea otro tipo de idea anclado en las sagradas escrituras, del antiguo
testamento en la que:
Desde la época de los patriarcas hasta el periodo de los jueces, los ancianos desempeñaron un
papel fundamental y fueron considerados los jefes naturales del pueblo, con poderes religiosos
(guías del pueblo) y judiciales muy importantes. Formaban alrededor del patriarca un consejo
de sabios. Los escritos más antiguos, proverbios y salmos están llenos de alabanzas hacia los
viejos. La ley mosaica garantizaba el respeto a los ancianos y padres de edad avanzada,
considerando la longevidad como la suprema recompensa de la virtud y muestra de la bendición
divina. (Ibid.).
La dominación estamental se puede configurar en la sucesión de poder, mientras lo religioso recae
la misma visión (racional), mítica acerca de la longevidad, pero esta imagen social del anciano, está
relacionada con una asignación social dentro de un grupo con una función específica; pero a que se
refiere con estamento Weber “una sociedad se llama estamental cuando su articulación social se
realiza preferentemente según estamentos y clasista cuando su articulación se realiza
preferentemente según clases. La más próxima al “estamento” según clases es la social” (Weber,
2008; 246), esta denominación a la que refiere weber se nota en el sentido de grupo de ancianos como
parte de una edad privilegiada en funciones de una sociedad.
Ahora bien, la importancia creciente de la escritura hace que los ancianos pierdan su prestigio, son
desplazados y eso se nota en el libro de los reyes:
La progresiva desintegración de la gran familia tribal les hace perder seguridad y prestigio. Así,
el prestigio casi religioso del que gozaron los ancianos en la época de los patriarcas se irá
modificando progresivamente a partir de la época de los Reyes, donde se intensifican las
alusiones a los límites físicos y debilidades que la vejez trae consigo. (Polo y Martínez, 2001;
17).
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La decadencia de la vejez como condición en los problemas de la edad puede ser un condicionante
que permita entender esos cambios de percepción de la longevidad, otro aspecto destacable es el de la
antigua Grecia:
Los griegos persiguieron la perfección humana y la belleza. La decrepitud hace perder las
cualidades de los héroes (fuerza, juventud) por lo que era considerada peor que la propia muerte
y dentro de la categoría de las maldiciones divinas. Los dioses del Olimpo, jóvenes para toda la
eternidad han vencido a los dioses viejos y malvados, salvo algunas excepciones que se
encuentran entre algunas divinidades marinas y de los infiernos. (Polo y Martínez, 2001; 18).
La negatividad en la longevidad es propia de una cultura que busca desplazar ideas míticas y se
desarrolló con el tiempo debidos a la conquista, el heroísmo en batalla y las fuerzas militares, pero en
esa misma cultura podemos ver que la asociación de:
La vejez a la sabiduría y los antiguos héroes convertidos en venerables ancianos ocupaban
puestos de honor y eran escuchados. La mayor fuente de referencia sobre la vejez se encuentra
en la obra de Homero. Según los textos homéricos, existía una ordenación social en la que los
ancianos de las más ricas familias ocuparon puestos privilegiados, manteniendo importantes
cotas de poder. (Ibid.)
Si bien por un lado o quizás un periodo se vio afectado la imagen de la vejez, los escritos de Homero
dan otro giro resaltando la importancia e incluso en el poder, recordemos que el modo de gobierno era
aristocrático por estas épocas y quien mejor que guiarlos en la sociedad sino a través de la experiencia,
la sabiduría y sus consejos. Pero además la literatura de la época también contribuyo en la percepción
de la vejez “la literatura griega del periodo clásico identifica la vejez con el sufrimiento y la fealdad,
mostrando la visión negativa que de ella tiene la sociedad. Los autores cómicos utilizan a los viejos
como tema para ridiculizar los vicios y pasiones humanas”. (Ibid.), aunque de manera idealista o por
tener algo que decir plasma otra vez una forma negativa de asociar la vejez.
Los filósofos también tuvieron una apreciación de la vejez en el cuál Platón fue el principal defensor
de la vejez y su concepción responde a una descripción ideal. Para un hombre de vida virtuosa la vejez
es la culminación de su vida y "liberado de las pasiones juveniles podrá disfrutar de los placeres del
espíritu". (Polo y Martínez, 2001; 19), en donde su idea principal es que los ancianos deben gobernar
y legislar, otro pensador que tiene otro punto de vista es “Aristóteles, la vejez no es garantía de
sabiduría ni de capacidad política, ni su experiencia es siempre positiva. Acusa a los viejos de tener
todos los defectos y pues la decrepitud física conlleva la espiritual, los descarta del poder porque ve
en ellos a individuos disminuidos”. (Ibid.), Esto por un lado puede significar que sean los prejuicios
de la época los que le permitieran tener ese punto de vista.
En la antigua Roma, el derecho romano igual tomo en cuenta la vejez, pero desde un punto más
práctico, debido al envejecimiento de la población masculina “El tema de la vejez fue contemplado en
múltiples aspectos: político, social, psicológico, sanitario. Pero cabe destacar el aspecto
demográfico. El notable desarrollo del Derecho dio impulso a los estudios sobre la edad y
características demográficas de los ciudadanos romanos”. (Polo y Martínez, 2001; 19). Lo que
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implicaría que los estudios sobre la vejez son interdisciplinarios, e indispensables e importantes desde
las sociedades de la antigüedad. “El derecho romano concedió una gran autoridad a los ancianos en
la figura del "Pater familias" jefe absoluto, su autoridad sobre los miembros de la familia (esposa,
hijos, esclavos y mancipados) no tiene límites, tiene potestad sobre la vida y la muerte” (Ibid.), en
Roma podemos encontrar una acción directa de la importancia de la edad avanzada, pero con un
estatus y una integración social.
De alguna manera la figura de las personas longevas cambia de patrón depende del contexto cultural
al que se refiera permite verlo tanto positiva como negativamente, el contexto social y cultural es
imperante para tener una visión (racionalidad) más acertada al ser “viejo” y para concluir este apartado
se podría decir que desde la antigüedad, ha habido una preferencia por la juventud frente a la vejez, y
ésta ha sido vista como una edad triste, como una especie de enfermedad antesala de la muerte. Las
sociedades más favorables a la vejez han sido aquéllas que se apoyaban en la tradición oral y la
costumbre, en las que el viejo cumplía el papel de memoria colectiva.
Ahora bien este recuento histórico sobre la vejez nos permitió comprender como se pensaba la vejez
en distintas épocas de manera productiva, positiva y negativa, entonces hacemos el recurso de Weber
en la historia pero nos quedó la idea de dominación tradicional que en estas diversas sociedades nos
permitió observar que hay una acción imperante en la tradición y que la dominación está orientada a
la costumbre en diferentes sociedades y por otro el derecho, que como tal es ejercido en favor de este
tipo de figura social como lo es el viejo, parte esencial de la sociedad, en la cual se puede entender
que es “legitimada por considerarse válidas de antaño y ser reconocidas por la sabiduría tradicional”
(Weber, 2008; 181).
Y por otro lado si bien la gerontocracia solo es notada por la cultura Inca, como modelo de asociación
dentro de la sociedad , tuvo un rol determinante en los viejos de su cultura, fueron fundamentales en
su organización e integrados con un fuerte estatus dentro de la misma (sociedad), por otro la
dominación estamental como “aquella forma de dominación patrimonial y sus correspondientes
probabilidades, como en casos semejantes a) la de asociación o categoría de personas señaladas con
determinadas características” (Weber, 2008; 185), en las escrituras bíblicas y la sucesión de reyes se
nota esta figura según el antecedente histórico de Polo y Martínez (2001), que se expuso
anteriormente.
La vejez también puede configurarse en la Representación entendida por Weber como “la acción de
determinados miembros de la asociación (representantes) se imputa los demás o que estos deben
admitirla como legitima” (Weber, 2008; 235). Si bien el adulto mayor puede ser un representante
social, dentro de la estructura familiar en el que alguna vez llevo el mando o dirigió o dirige a la
familia como un miembro funcional o activo de la sociedad, es necesario mencionar que en la
actualidad ha sido relegado de sus funciones de mando en las modernas sociedades.
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En la actualidad, las concepciones y consideraciones que se han producido sobre la vejez a lo largo
de la historia según las culturas, porque todos estos aportes de pensadores, literatos y científicos son
los antecedentes para el desarrollo de la investigación posterior y especialmente del nacimiento de
algunas disciplinas a ello hay que agregarle que en el contexto de la vejez la racionalidad sustantiva
“este tipo de racionalidad se da a través de las civilizaciones y de la historia, allí donde existe un
sistema de valor coherente” (Ritzer, 2005; 294).
Es por ello por lo que a continuación investigaremos los diferentes significados sobre los contrastes
en las concepciones sobre el viejo y la vejez.
Las personas adultas mayores son caracterizadas como desconfiadas, inconstantes, egoístas y cínicas,
como así también asociando la vejez con la enfermedad, cuya decadencia de la persona la vulnera
frente a otros individuos sociales. La vejez, por su parte, es un término que significa haber vivido más
años que otros (Ramos, Meza, Maldonado, Ortega y Hernández, 2009), por lo tanto, es un momento
de experiencia, sabiduría y conocimiento que en el plano de lo humano significa experiencia
adquirida, mayores vivencias y desarrollos, lo cual representa una construcción social y biografía del
último momento del curso de vida humana (Poveda, 2012; Robledo, 2016). Por esta razón, la vejez
constituye un proceso heterogéneo a lo largo del cual se acumulan, entre otros factores, necesidades,
limitaciones, cambios, pérdidas, capacidades, oportunidades y fortalezas, todo depende, como lo
menciona el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE, 2006)
A estas explicaciones nos permiten entender diferentes posturas, respecto a cómo se está
racionalizando la idea de la vejez, desde aportes con características puntuales que nos permita
comprender nuestra sociedad actual. Del mismo modo cada sociedad y cultura atribuye un rol
determinado al viejo, y es este rol el que definirá al sujeto y a las diversas formas de trascurrir la vejez.
El Siglo XX, heredero de estereotipos desarrollará una imagen de las personas adultas mayores
influenciada por las ciencias, como por ejemplo la psiquiatría, psicología y los medios de
comunicación. Se refuerza la visión patológica, fijando un estereotipo de un proceso de decadencia,
deterioro, pérdida de contacto social y facultades mentales.
Bobbio (1997) en su clásica obra “De Senectute” hace una fuerte crítica a las posturas optimistas de
la vejez, considerando que éstas minimizan el drama de la enfermedad y la muerte; agrega que el
prestigio del que antes gozaban los ancianos, ha perdido peso en la actualidad, si bien considerar
pesimista esta aclaración en la obra de Bobbio no es un tanto alejada de la realidad, con la edad se
desarrollan enfermedades diversas que pueden generar dependencia de la persona y que los cuidados
pertinentes suelen ser especializados, el cuidado familiar puede estar rebasado y el adulto mayor puede
ser relegado, desplazado e ignorado por el seno familiar.
Por otra parte, algunos de los estudios psicosociales se han centrado en considerar que la definición
de vejez y el trato que la sociedad le da a estas personas están enmarcados según los estereotipos que
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existen sobre este periodo de vida, A esto “surge el fenómeno del edadismo, término referido a la
energía y los imaginarios sobre la edad, definido como la percepción negativa o estereotipada del
envejecimiento y de los viejos o como la asociación diferencial de cualidades negativas con el viejo”
(Perdue y Gurtman, 1990; citado en Cerquera y Peña, 2019; 21). El rechazo se encuentra en algunos
sectores poblacionales más jóvenes y los cuales suelen desconocer estas etapas de la vida biológica
por la que atraviesa cualquier ser humano, lo que los hace un blanco vulnerable ante posibles rechazos.
Es en estos diversos contextos sociales es que surgieron un vasto número de teorías, y son las mismas
teorías sobre el envejecimiento que harán que la imagen dada por las disciplinas, medios de
comunicación e instituciones tengan ahora un aval, un sustento científico, que producirá verdades y
subjetividades en todos los ámbitos que refieren a la vejez, el sujeto viejo, la forma de vivir su vejez,
la relación con los viejos y su rol social. (Carbajal, 2017; 7-8), es decir, cambiará su forma de
interactuar y se caracterizará de diferente manera al adulto mayor.
Por su parte, la historia marca que la cultura y la civilización, han ido generando varias disciplinas y
juicios sobre la vejez, perspectivas no unánimes portando éstas estereotipos positivos y negativos en
lo que refiere a la vejez. Lerh (1980) afirma que fueron muchos los poetas y pensadores que se
ocuparon a fondo del proceso de envejecimiento, de las que destacan.
Es así como el contexto en definitiva va entramando un concepto de vejez, que incluye a su vez nuevos
significados. Iacub,R. (2011) habla de lo necesario de la multiplicación de discursos que den cuenta
de la vejez, del envejecimiento o del viejo, y que se dé desde un lenguaje tanto, médico, demográfico,
económico, humanitario, social y también legislativo que hagan a este fenómeno visible para tanto la
sociedad como para las diferentes ramas de la ciencia.
Se desprende de esto la importancia del contexto histórico, social, económico, político ya que son
variables en la concepción de viejo. Las representaciones sociales y sus prácticas son las que
construyen al sujeto dándole un significado determinado.
En este apartado presento un panorama general sobre la concepción de la vejez en nuestros días de
acuerdo con diferentes teorías sociológicas que intentan explicar la vejez en diversas dimensiones.
Esta revisión permitirá tener una perspectiva sobre las expectativas y actitudes hacia los viejos, la
percepción de sus aportaciones para el desarrollo de las diferentes culturas, la comprensión de las
formas en las que se han atendido o no a sus necesidades y los procesos de marginalización y exclusión
de los que han sido objeto en algunas sociedades a lo largo del devenir histórico. Asimismo, me
permitirá examinar los valores predominantes y la forma en que fueron percibidos por diferentes
sociedades (experiencia, prudencia, sabiduría, respeto a la tradición, estorbo, decadencia, etc.), frente
a otras precedidas por valores de juventud (fuerza, rapidez, innovación, eficacia, productividad),
discutiendo cómo dichos valores determinaron los discursos y las prácticas en torno a ellos
(segregación, rechazo, discriminación, reconocimiento, inclusión, valoración). En suma, el propósito
es analizar cómo estos diferentes factores se mezclaron para definir el estatuto social del viejo
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La sociedad actual se caracteriza por ser moderna, tecnológica y competitiva. Este tipo de sociedad se
puede interpretar a través de la teoría de la sociedad capitalista de la escuela marxista, quien expresaba
sus críticas a aquel sistema en donde unos se hacían ricos a costa de la sobreexplotación de otros y en
donde la productividad de las personas era lo más importante, es decir, si una persona no era
productiva no encajaba en aquel tipo de sociedad.
Frente a esto cabe preguntarnos entonces ¿qué ocurre con los adultos mayores en esta sociedad tan
productiva y competitiva? ¿Cuáles son las causas que originan el abandono social al que se enfrentan
los adultos mayores en sociedades actuales? ¿Ser viejo es un problema familiar o social?
Con relación a la interrogante antes planteada, muchas veces se considera al adulto mayor como un
ser pasado de moda y hasta un estorbo, pareciera ser que no ocupan un lugar dentro la sociedad, pues
no responden a las características de exigencias de productividad y competitividad que hoy forman
parte del panorama social y económico, por lo cual muchas veces son excluidos y marginados. Sin
embargo, esta visión que se tiene con respecto a este grupo etario es bastante limitada y excluyente,
más bien debiéramos considerarlo tal y como se hacía en las civilizaciones de tiempos antiguos como
una fuente de sabiduría, de experiencia y saberes, en donde servían como consejeros y educadores.
Anteriormente, era la imagen social construida a través de la vida diaria espontanea, lo que más
condicionaba, tanto la percepción que el anciano tenia de sí mismo ,como la que los demás tenían de
él, pero al intervenir la ciencia en este ámbito , y debido a la relevancia que se le ha asignado a esta,
las imágenes o representaciones que ella ofrece sobre la vejez, actualmente, una gran influencia en la
vivencia de esta etapa de la vida, lo que espera de toda persona que se encuentra en ella ,la imagen
que el anciano debe de tener de sí mismo (Rodriguez,1994).
Comenzare a hablar sobre la perspectiva de algunos autores que tienen sobre la vejez y todo lo que
implica esta etapa.
Para Norbert Elías el análisis de la vejez es histórico “más allá de los síntomas fisiológicos en las
sociedades industrializadas, surgen otros síntomas de corte sociológico” (Elías, 2009 ;15), el cambio
de las sociedades preindustrializadas y afianzadas las familias a aldeas y pueblos con modos de vida
distintos, permite comprender cambios sociales en distintos ámbitos de zonas urbanas y grandes urbes.
Otro rasgo característico responde con “el desplazamiento hacia las ciudades, en donde la
institucionalización de la salud de los viejos adquiere protección estatal, pero pierden calidez en la
convivencia” (Elías, 2009; 16), fenómeno cada vez más común en sociedades actuales, que comienza
a recluir y excluir al adulto mayor a un confinamiento en la última etapa de su vida cuando se cree
que ya no es útil.
Mientras para los “Abjasios el concepto de viejo, hablan de gente de larga vida” (Barash, 1994; 191),
lo que genera una importancia positiva, la edad es un logro que se respeta y da orgullo en esa sociedad,
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permite comprender que la educación de la población joven es de respeto hacia sus mayores por tener
mayor experiencia y sabiduría.
Una manera de concluir esta temática es que las evidencias cuestionan que la vejez sólo sea el conjunto
de características negativas que señalamos al comienzo de este trabajo. Osorio explica “eso no es la
vejez, eso se llama “viejismo” El viejismo es un conjunto de estereotipos negativos en torno a la vejez
que se traduce en actos discriminatorios hacia quienes envejecen, simplemente por la edad que tienen”
(Osorio, 2017: 4). En tanto que podemos decir que existen diversas variedades de envejecer,
previniendo cuestiones económicas, salud que nos permitan tener una mejor calidad de vida en ese
futuro próximo.
En la actualidad no existe una teoría única referente a la vejez o al envejecimiento y la vulnerabilidad
que sufren en esta etapa, sin embargo, están presentes diversas teorías que vienen a dar repuestas a los
distintos aspectos de este fenómeno social que referiremos en el siguiente apartado.
El envejecimiento
El envejecimiento es una etapa de la vida que puede ser productiva o bastante penosa, depende
también de la actitud personal y como se viva esta; pero debemos mencionar que existen teorías
explicativas del envejecimiento a continuación mencionaremos algunas características en el proceso
de envejecimiento surge en la biología, cambios inevitables en el tiempo, González explica tres teorías
sobre el proceso el envejecer:
1).- Teoría del daño oxidativo: propuesta por el químico Denham Hartman, la cual propone que
el envejecimiento produce radicales libres, especies químicas que se producen en las células
como consecuencia del metabolismo. 2).- Teoría de los telómeros: esta teoría explica que “los
telómeros son secuencias repetitivas de DNA o ADN que se encuentran en los extremos de los
cromosomas, y que no contienen información genética, descubierta por Elizabeth Blackburn
junto a Carol Greider y Jack Szostak recibieran el Premio Nobel en Medicina en el año 2009.
3).- Teoría genética: Esta teoría sugiere que existiría un subconjunto de genes cuya finalidad
sería regular el proceso de envejecimiento en un organismo “Otra evidencia que sustenta la
teoría genética del envejecimiento es la aparición de dos patologías en humanos: el síndrome de
Werner y el síndrome de Hutchinson-Gilford. Ambas enfermedades, conocidas como progeria,
muestran un envejecimiento acelerado, que ocurre en la edad adulta en el primer caso (con
expectativas de vida de 47 años) y durante la niñez en el segundo caso (con expectativas de vida
de 13 años)” (Citado en González, 2-3; 2017).
A ello hay que sumar que las investigaciones en el ámbito biológico buscan encontrar causas que
mejoren la calidad de vida de las personas, cuyas recomendaciones son en base a la baja en el consumo
de alimentos altos en calorías, hacer ejercicio, pueden ser los principales cambios a nivel celular,
mientras que los hábitos y las conductas son las primordiales causas que permiten tener un
mejoramiento en la salud.
Cabe mencionar que dentro del proceso biológico es notable “el envejecimiento es un proceso
diferencial, multidimensional y complejo que se refiere a cambios permanentes en el transcurrir de
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la vida que depende de factores biológicos y ambientales” (Dulcey, et. al., 2013; 176). Estos pueden
afectar o favorecer el ámbito de vida de las personas en su bienestar.
Otro aporte menciona que “el envejecimiento, no involucra solo cambios físicos sino también el
cambio social en los roles de la gente y su interacción con otros” (Galindo, 96; 2011). Esa interacción
suele cambiar la manera en que se percibe a otros, debido a normas morales establecidas en la
sociedad, de las que surgen diferentes maneras de pensar, sentir y actuar, frente a esta población.
Por otra parte, el envejecimiento tiene aspectos sociales, que merecen ser mencionados “El
envejecimiento en sí no es un problema; lo que sí podría resultar problemático es su acelerado
aumento e intensidad. El vivir cada vez más años -la longevidad- es una característica importante de
nuestra época” (Osorio, 2017; 2). La calidad de vida va cambiando conforme la proyección elevada
de adultos mayores crece y si los índices de natalidad bajan, descompensaran el ámbito social, lo que
en un futuro próximo puede representar un problema social en cuidados, salud, económicos entre
otros.
De acuerdo con Osorio:
En el año 1950, la esperanza de vida a nivel mundial era de tan sólo 48 años y en la actualidad
este número se eleva por sobre los 76 años. En términos biográficos, viviremos un futuro cada
vez más extenso. La vejez, así entendida, no será sólo sinónimo de experiencia pasada, sino
también vivencia presente y proyección futura (Osorio, 2017; 2).
Existen otros ejes explicativos en el envejecimiento, que contempla niveles de satisfacción de vida
con los asociados a la felicidad, como la llamada “Paradoja del envejecimiento”, con buenos niveles
de satisfacción en una etapa en la que experimentan, más dificultades y más pérdidas.
Contradictorio o no, a este proceso se le llamo “paradoja del envejecimiento o paradoja de la
felicidad” (Thumala, 2017; 4), permite comprender que las personas se adecuan a esas nuevas
expectativas de vida, dejando de lado menor importancia a las relaciones sociales,
El proceso de envejecer lleva consigo ciertos ámbitos en relación con la salud física como
discapacidad y dependencia, aunque lo que se cree no es la realidad, debido a la autonomía de estas
personas en el aspecto económico, si llegan a experimentar precariedad laboral y violencia emocional.
Existen otras teorías y campos de estudio en relación con el envejecimiento a continuación se
mencionarán las más relevantes que pueden ser de mayor utilidad en esta investigación.
Teoría de la Desvinculación, el Desapego, la Desafiliación
La teoría "disengagement theory" abordada por Cummings & Henry (1961) explica el proceso de
envejecimiento en base en los cambios en las relaciones que producen entre los individuos y la
sociedad de forma comprehensiva, explicita y multidisciplinaria. Se basó en el estudio longitudinal
de la ciudad de Kansas sobre la vida adulta donde se destacó la disminución de contactos sociales que
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ocurren con la vejez. Esta concepción supone que existe en la persona adulta mayor un retiro gradual
y natural de los contactos sociales, considerándose un proceso lógico y universal de adaptación a las
nuevas circunstancias vitales y a sus mermas capacidades sensorio-motrices. Este proceso se
consideraba deseable y normal en el sujeto. Además de significar un ahorro de energía que permite
evitar los conflictos con el entorno y una preparación para la muerte.
Se puede distinguir tres factores en dicha desvinculación. El primero y uno de los más importantes,
es la pérdida de roles al cambiar la posición del individuo en la sociedad, por ejemplo, en la jubilación.
El segundo de orden más psicológico es definido por la cercanía de la muerte y de un futuro limitado,
la toma de conciencia de esta situación llevará el viejo a centrarse en sí mismo. El tercer factor se basa
en la evolución biológica del adulto mayor, quien asume que la pérdida de las capacidades sensoriomotrices no permitirá mantener el mismo nivel de actividad.
A decir de Lehr & Thomae (1965) ellos mencionan que se produce una adaptación tanto a nivel
individual como social, permitiendo un recambio generacional a nivel socioeconómico visto como
productivo y funcional para la sociedad, es así como se da el retiro de las personas mayores de algunos
papeles y roles en la sociedad.
La teoría de la actividad
Maddox (1968), surge en oposición a la teoría del desapego, el autor alude que las personas adultas
mayores que no tienen actividades o pierden roles sociales (como por ejemplo la jubilación) deben
mantenerse siempre en actividad evitando de este modo el estado de alienación e inadaptación. Esto
se puede visualizar en la actualidad, donde las personas adultas mayores se encuentran en una suerte
de activismo, realizando ciertas actividades que los mantienen en utilidad física y emocional.
La teoría de la desconexión
Cumming (1960) y, posteriormente, Cumming y Henry (1961), desarrollan la teoría de la desconexión
a partir de la reflexión sobre cómo el avance de la edad impacta en los patrones de interacción,
actitudes, creencias y la orientación general de la vida. Esta teoría postula que conforme las personas
entran en la última fase de la vida, cuando mayor es la cercanía que se supone de la muerte, mayor es
el distanciamiento entre los ancianos, sus hijos y su medio.
Lo que permite comprender desapego y cambios en la interacción humana, tanto en la comprensión
de los jóvenes hacia adultos mayores, como de ellos a su entorno inmediato y familiares cercanos.
Teoría de los roles
Rodriguez (1994) afirma que la teoría de la actividad se deriva de la teoría de los roles, formulada por
burgués (1960), según la cual los roles que representamos a lo largo de nuestra vida nos definen tanto
social como personalmente. En la vejez lo característico es una pérdida de roles, por lo que la persona
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que se encuentra en esta etapa de la vida experimenta un decremento de normas y expectativas,
convirtiéndose progresivamente en una persona inútil, junto con la estigmatización que podemos crear
social y mentalmente hacia la población adulta mayor.
Teoría de la Modernización
Desarrollada por Donald Cowgill y Lowel Holmes en 1972 fue considerada como una de las primeras
propuestas teóricas de gran alcance para el estudio de la vejez. Los autores sostienen que el avance
del proceso de industrialización conlleva una pérdida del estatus para los ancianos, es por ello que
analizan el impacto de los procesos de modernización en sociedades tradicionales a partir de datos
sobre catorce sociedades, siete industrializadas y siete tradicionales. Su punto de partida es el grado
de modernización como variable independiente de su hipótesis, a partir de los indicadores de nivel de
desarrollo tecnológico, urbanización, de cambio social, y de aculturación u occidentalización, de las
que dependerán las diferencias en la experiencia de envejecimiento entre sociedades muy diversas.
Planteamiento que nos permite analizar a distintas sociedades y comparar calidad de vida, ingresos
económicos, formas de socialización e interacción de adultos mayores en su entorno social, etc.
Teoría de la subcultura
Arnold Rose en el año 1964 de acuerdo a su libro “Las personas mayores y su mundo social” menciona
un marco teórico para la investigación en gerontología social, atendiendo a los 12 cambios que
atraviesan las personas mayores en los Estados Unidos. Concibe que los adultos mayores están en un
proceso histórico de cambio de una categoría de edad hacia un grupo, a partir de su constitución como
subcultura.
Teoría del curso de vida
El enfoque teórico metodológico del curso de vida analiza cómo diversas fuerzas sociales moldean
el desarrollo de los cursos de vida individuales y colectivos, y permite abordar el estudio de la
vinculación entre las vidas individuales y el cambio social (Blanco y Pacheco, 2003) esto puede
centrarse en estudios de caso y reforzar la investigación a partir del análisis de población que se
pretende entrevistar.
Teoría de la competencia social
Los autores Kuypers & Bengston (1973) basándose en el interaccionismo simbólico describen el
movimiento circular que existe cuando las personas adultas mayores tienen una concepción negativa
de sí mismos la cual es creada y reforzada debido a la imagen que les devuelve su entorno. Dicha
concepción se acentúa debido a los problemas de salud que atraviesan las personas en la vejez,
reforzando la imagen negativa de sí mismos. Los autores sugieren que se puede descomponer esta
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espiral desarrollando grupos de apoyo, que surgen con relación al entorno que se desenvuelven los
adultos mayores (como actividades en centros recreativos).
Teoría del Intercambio Social
El autor Dowd (1975) abordó la teoría relacionando el intercambio y la vejez, apunta a que las
personas participan del intercambio social en la media que puedan sacar provecho de éste. Alude que
las personas adultas mayores al tener menos recursos para ofrecer las personas de otra generación no
participan en un intercambio con éstos. En consecuencia, el adulto mayor disminuye su participación
en intercambio social, sólo lo hacen aquellos que tienen mejores recursos que ofrecer y que les
permitan desarrollar interacciones con otros grupos (citado por Morales, 2016).
Ricardo Iacub (2001) alude a la necesidad de trabajar desde la contingencia, resultando imperante
especificar los criterios a emplear, destacando qué representación de vejez rige en ese contexto, qué
sujetos estaría produciendo y sobre todo desde qué tipo de representación disciplinaria se va a
intervenir. Convirtiendo a estos criterios en determinantes, así definirá los modos en que la vejez será
identificada, tratada y valorada, lo cual implicará a su vez el tipo de acercamiento y relacionamiento
con ésta.
Hoy el olvido, el aislamiento, la pobreza, el maltrato, la omisión de atención y cuidados de la persona
adulta mayor son algunos de los problemas instaurados en las sociedades; podríamos afirmar que el
adulto mayor vive estas experiencias muchas veces por el simple hecho de haber pasado el umbral de
una edad, que su propia sociedad ha determinado para “Ellos”, para “Nosotros”.
Para concluir este apartado es pertinente dejar en claro que la vejez y el envejecimiento tienen distintos
matices, por un lado, la vejez esta asociada a la edad y a la manera de como construimos esa idea de
viejismo que denota un rechazo, desprecio hacia las personas adultas mayores además de verlos como
seres dependientes, socialmente aislado y en diversos ámbitos no integrados
Y el envejecimiento está asociada a la etapa de cambios biológicos, la edad, pero sobre todo al sentir
y actuar de la persona, en las que algunas veces siguen siendo productivas en el ámbito laboral, aunque
no de la misma manera en la que solía trabajar.
Las diversas teorías antes mencionadas dan cuenta de la importancia y el estudio del fenómeno,
explicando los posibles escenarios en los que se puede abordar como los cuidados, las relaciones
sociales, perdida de roles, comprensión emocional, entre otros factores.
Si bien los diversos ejes explicativos sobre las concepciones de la vejez, el envejecimiento y sus
teorías de vinculación al análisis del fenómeno, permitirá acercarnos de una manera más apropiada al
estudio de la población adulta mayor en México.
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Discriminación del adulto mayor en México
En México la discriminación es un fenómeno social que merece especial atención y en el caso de la
problemática que enfrentan las mujeres y hombres a partir de los 60 años la hace aún más apremiante
si recordamos que en nuestro país, según estimaciones del (Conapo), actualmente tenemos una
población de cerca de 10 millones de personas mayores de 60 años.
Esta condición de desigualdad, que afecta la vida individual, familiar y social, y que convierte a las
personas y colectivos, en grupos marginales a los cuales no les es permitido el ejercicio de sus
derechos humanos y libertades, la conocemos como discriminación.
Hablar sobre este fenómeno es hablar de actitudes, conductas individuales y prácticas sociales e
institucionales que implican la discriminación que podemos entender como “una conducta
culturalmente fundada, sistemática y socialmente extendida, de desprecio contra una persona o grupo
de personas sobre la base de un prejuicio negativo o un estigma relacionado con una desventaja
inmerecida, y que tiene por efecto (intencional o no) dañar sus derechos y libertades fundamentales”
(Rodríguez, 2007; 19).
En el caso de las personas adultas mayores, la discriminación se da en diversos ámbitos, uno de ellos
lo es la familia, espacio que en un primer momento pareciera inmune dadas las relaciones de
fraternidad, cariño, solidaridad que se supone existen al interior de ella. En la vida cotidiana, sin
embargo, se enfrentan a diversas situaciones de desventaja como son: graves dificultades económicas,
limitaciones en el acceso a los servicios de salud, ausencia de servicios sociales, carencias en vivienda
y condiciones de vida, exclusión de la cultura y educación, escasa participación en la vida social y
política y trato inadecuado incluso en su círculo más cercano como la familia.
La exclusión en muchos de los casos deriva de representaciones subjetivas que se construyen haciendo
referencia a personas o a la pertenencia de éstas a colectivos sociales específicos y que conocemos
como estigmas.
El estigma es la primera de estas formas motrices de la discriminación (…) En realidad, el
estigma sólo tiene significado porque se inscribe en un orden simbólico donde quien posee el
atributo estigmatizado ya ha sido rechazado de antemano. Por ejemplo, la estigmatización de
las conductas femeninas como actos de debilidad y de escasa racionalidad depende de una
percepción previa, y un juicio negativo previamente construido que pende sobre toda mujer, sea
cual sea su realidad concreta. En este sentido, el proceso de estigmatización es posible porque
existe con anterioridad en la sociedad un conjunto de prejuicios que ponen en desventaja,
primero de manera simbólica y luego práctica, a los grupos sociales específicos. socialmente
extendida, de las mujeres como seres inferiores e indignos de trato equitativo. (Goffman, 2008)
La persona adulta mayor se enfrenta a la estigmatización, ya que en la mayoría de los casos se le
define con atributos negativos, lo cual se comprende en la creencia colectiva de que la vejez es
enfermedad y decadencia general. Esta condición de injusticia y desigualdad de oportunidades,
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derivada de la estigmatización de que son objeto, se desprende en la generalidad de las personas como
situaciones “normales”, incluso para los mismos individuos de este grupo poblacional.
En el aspecto psicológico se pueden destacar diversas características dentro del lugar de aplicación de
estudio que contribuyen al sentir del adulto mayor en sí mismo, destacan cinco características que a
continuación mostramos:
- Constructividad: Actividad, autoconfianza, actitudes realistas, lucha contra el deterioro físico e
intelectual.
- Dependencia: pasividad aislamiento y fantasías.
- Defensividad: ocultación de la edad, rechazo de la actividad reflexiva y la obsesión por tener algo
que hacer, sea lo que fuere
- Hostilidad: mezcla de sentimientos de furia y admiración con respecto a la juventud, miedo en
general y falsas imágenes embellecidas del mundo y de uno mismo.
- Odio hacia uno mismo: pesimismo, depresión, aceptación de la muerte como alivio y la exageración
de los propios defectos (Tomado de Rodríguez, 1979; 90).
Estas características nos permitirán hacer un análisis en la forma como el adulto mayor lleva su
idealización de la vida como piensa, actúa o siente, de manera que estas categorías permitirán
profundizar en el estudio del adulto mayor.
El caso del estado de Hidalgo.
Estudios estiman que “la población Hidalguense en el año 2010, había 22 adultos mayores por cada
100 jóvenes, 24 en 2013 y para el año 2030 se estima que habrán aproximadamente 44 adultos
mayores por cada 100 jóvenes” (Conapo, 2014, 40), situación que preocupa al compararse a nivel
nacional, ubica a Hidalgo en el lugar 14 en el proceso de envejecimiento poblacional del país, aunque
en un rango medio permite comprender la gravedad en una población que tendrá que incrementar
seguridad social, adecuación de espacios geriátricos y demandara atención y cuidados específicos a
su población vieja.
Si sumamos que quizás en la actualidad no tenga los espacios adecuados para una población que
envejezca hoy en día podemos cuestionar ¿qué papel juega el adulto mayor en la sociedad?, Aunque
tanto el volumen, como la composición por grupos de edad de una población se encuentra determinada
por el número de nacimientos, muertes o cambios de residencia de la población, es decir, aquellos
procesos demográficos que se conocen como fecundidad, mortalidad y migración, en general, el
envejecimiento demográfico es resultado de la reducción de la fecundidad y la mejora generalizada
de la longevidad o de la denominada esperanza de vida.
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La dependencia en población adulta mayor puede parecer preocupante en el ámbito social y más
complejo en el entorno urbano, problemas de accesibilidad en su hábitat o movilidad en el ámbito
urbano, puede ser el reto inmediato, a futuro pueden ser la adecuación en la atención del sector salud,
frente a los problemas de una población sin cuidados de prevención.
Conclusión
A manera de conclusión en los diferentes términos utilizados desde un punto de vista social para
nombrar la etapa de la vida que nos ocupa (anciano, viejo, tercera edad, envejecimiento, entre otros),
no son expresiones opuestas, sino en realidad complementarias y explicables en función del punto de
vista que se adopte a la hora de explicar la misma. Y la verdad es que a veces se trata, desde un punto
de vista terminológico, sólo de pequeños matices; pero que implican una visión de la realidad muy
diferente en la que el adulto mayor es propenso a diversos problemas.
Por otro lado, la conceptualización weberiana permite acercarnos de manera subjetiva y comprender
de alguna manera como abordar la temática de la vejez cuya idea en la interpretación y la acción
social, nos permite tener un buen eje para adentrarnos y entender cómo se dan esas relaciones sociales
que nos permitan descubrir algunas de las posibles causas del abandono del adulto mayor.
La idea de envejecer es por tanto más un constructo explicativo de las diferentes maneras de abordarlo
Para revertir el fenómeno discriminatorio es necesario hacer sentir en todos los ámbitos que la acción
educadora de la no discriminación es una necesidad indispensable. De igual forma resulta de total
importancia el integrar en nuestra vida cotidiana el respeto a la diversidad, la igualdad de
oportunidades y de trato como principio; que todos los sectores sociales impulsando el respeto al
diferente ya que de no hacerlo así la sociedad pagará más temprano que tarde los costos que ello
implica.
En la actualidad se busca proteger al adulto mayor, a pesar de los cambios sociales, en esta era de
pandemias, que ha causado una percepción en los ámbitos de salud, debido a su vulnerabilidad en
salud, el posible contagio y colapso de instituciones de médicas, se busca concientizar a la sociedad
hacia este sector de la población.
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