See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/327630343 Desistimiento de conductas en conflicto con la ley en adolescentes: Estudio de caso en un Programa de Libertad Asistida Chapter · May 2017 CITATIONS READS 0 57 8 authors, including: Claudia Reyes Javiera Contreras Pontificia Universidad Católica de Chile Pontificia Universidad Católica de Chile 9 PUBLICATIONS 4 CITATIONS 1 PUBLICATION 0 CITATIONS SEE PROFILE SEE PROFILE Diego Ahumada Roberta Andreani Pontificia Universidad Católica de Chile Pontificia Universidad Católica de Chile 1 PUBLICATION 0 CITATIONS 1 PUBLICATION 0 CITATIONS SEE PROFILE Some of the authors of this publication are also working on these related projects: Project IRSES: Supporting and Understanding Families with Complex Needs View project All content following this page was uploaded by Claudia Reyes on 13 September 2018. The user has requested enhancement of the downloaded file. SEE PROFILE 192 UC PROPONE 2016 Desistimiento de conductas en conflicto con la ley en adolescentes: Estudio de caso en un Programa de Libertad Asistida profesor Claudia Reyes escuela de trabajo social ayudante Javiera Contreras escuela de trabajo social equipo Diego Ahumada escuela de psicología Roberta Andreani facultad de derecho Daniela Calderón escuela de trabajo social Maida Muñoz entrevistas individuales semi-estructuradas, con los que finalmente se hizo un análisis de tipo triangular. Dentro de los principales resultados que tienen un impacto en el cese de la conducta delictiva se encontró: vínculos sociales tales como familia, nuevo círculo de pares, relaciones de pareja y paternidad; características del sujeto como responsabilidad, proyección, reinserción escolar, adquisición trabajo, cese consumo de drogas; social comunitario como el entorno, redes y vínculos significativos. Finalmente, se generaron propuestas para trabajar dichos elementos tales como un modelo piloto dentro de este tipo de programas, así como la capacitación y evaluación de profesionales por parte de SENAME. escuela de trabajo social Daniela Pessoa instituto de sociología Fernando Rivas programa de college cs. sociales Karla Rost escuela de trabajo social RESUMEN La presente investigación tiene como objetivo explorar sobre los elementos que hacen desistir la conducta en conflictos con la ley, sea éste robo y/o hurto, en adolescentes chilenos que asisten a un Programa de Libertad Asistida (PLA) de la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ). Principalmente se abordaron tres áreas: familia, sujeto y social comunitaria. El diseño metodológico de dicha investigación corresponde a la Metodología Cualitativa de Paradigma Fenomenológico. Presenta un estudio de carácter exploratorio-descriptivo cuya técnica de muestra es muestreo Intencional por conveniencia. La estrategia de producción de datos se realizó a través de análisis de fichas, grupo focal y INTRODUCCIÓN El presente trabajo es un estudio de casos de un programa de la Asociación Cristiana de Jóvenes (en adelante ACJ) que tiene como objetivo conocer cuáles son los elementos que hacen desistir la conducta delictiva por parte de los adolescentes chilenos que acuden a un Programa de Libertad Asistida. Así, a partir de entrevistas realizadas con jóvenes egresados del programa grupo focal llevado a cabo con profesionales de la ACJ y análisis de fichas de la institución, se realizó un análisis triangular junto a la literatura internacional sobre criminología y desistimiento para explorar los elementos que alejan a los jóvenes de su conducta delictiva. Dado que la conducta delictiva es un fenómeno multidimensional de comprender, la presente investigación abordará dicho concepto de manera amplia. En este sentido, se considerará la definición realizada por Andrews & Bonta (1992), la cual señala que este tipo de comportamiento puede ser entendido bajo cuatro dimensiones: legal, moral, social y psicológica. CAPÍTULO 5 · POLÍTICAS DE JUSTICIA Y SEGURIDAD En primer lugar, desde la dimensión legal la conducta delictiva hace referencia a las acciones que son prohibidas por el Estado y punibles bajo la ley. Luego, a nivel moral la conducta delictiva consiste en las acciones que violan las normas de la religión y moralidad, y son creencias a ser punibles por seres espirituales supremos. En cuanto a la dimensión social la conducta delictiva se refiere a las acciones que violan las normas de costumbre y tradición, y que son punibles por la comunidad. Por último, en el área psicológica la conducta delictiva se refiere a las acciones que pueden ser gratificantes para el actor, pero que infligen dolor o pérdida en los demás. Cabe señalar que en esta investigación no se considerará la dimensión moral, pues no se observa en los jóvenes ni es trabajada por la ACJ. A raíz de la conceptualización anterior, por desistimiento se entenderá el proceso por el cual los sujetos abandonan sus actividades delictivas y viven su vida sin cometer otros delitos. Esto usualmente se logra después de un cierto período de tiempo (UNODC, 2013). Más tarde, con la implementación de la Ley 20.084 se establece en Chile un sistema de responsabilidad para los adolescentes por infracciones a la ley penal. A través de éste se busca la reinserción de los jóvenes a la sociedad a través de intervención, teniendo siempre presente y como directriz el interés superior del adolescente que se expresa en el reconocimiento y respeto de sus derechos (Ley 20.804, publicada en diciembre de 2005). Sin embargo, pese a la implementación de la ley 20.084, la población de adolescentes vigentes en el SENAME corresponde a 32.379 con Medidas Cautelares Ambulatorias (MCA), 26.413 en Programas de Libertad Asistida Especial (PLE), 19.554 en Programas de Libertad Asistida (PLA), 24.733 en Servicios en Beneficio de la Comunidad y Reparación del Daño, 15.378 en Programas de Sanción Alternativa (PSA) y 44.990 con medidas privativas de libertad (SENAME, 2015). 193 A nivel internacional existe un consenso que alude a que la actividad delictiva en jóvenes cesa luego de un período determinado que reside en algún lugar de las interfaces entre el desarrollo de la madurez personal, el cambio de vínculos sociales asociados con ciertas transiciones de la vida, y las construcciones de narrativas subjetivas individuales que los delincuentes construyen alrededor de estos eventos y cambios claves (McNeill, 2012). No obstante, no existe una generalización sobre qué eventos y/o elementos inhiben la conducta delictiva de los jóvenes en Chile. De este modo, es necesario destacar que dicho aumento de población delictiva juvenil guarda relación con el desconocimiento respecto a los elementos que favorecen el desistimiento de tal comportamiento. La falta de información en relación a dichos significantes ha dificultado su identificación en la población juvenil chilena, así también como el desconocimiento de intervenciones efectivas por parte de los profesionales del área. Con estas cifras es posible dar cuenta de la relevancia que tiene la presente investigación, que si bien es un estudio de caso particular, da la posibilidad de entregar una visión sobre cómo se desarrollan los elementos que inciden en el proceso de cese de la conducta delictiva por parte de los jóvenes que acuden a este tipo de centros, lo cual es importante a la hora de desarrollar métodos para su efectiva intervención. MARCO TEÓRICO Antedecentes Para comprender el concepto de delincuencia juvenil se debe tener en consideración tanto el historial de vida del joven como las motivaciones que inciden en su comportamiento. Para comenzar, la familia tiene un rol fundamental en la perpetuación del delito por parte de los jóvenes donde se han identificado factores estructurales como el tamaño de la familia, trabajo de las madres, orden de nacimiento de los hijos y la ausencia de uno de los progenitores (Hein, 2000; Metiffogo y Sepúlveda, 2005; Wells y Rankin, 1991). Se señala también 194 UC PROPONE 2016 que “la supervisión y el monitoreo de los padres parece ser un factor muy significativo, especialmente en el caso de los adolescentes varones” (Angenent y De Mann, 1996). Se destaca que “los niños maltratados tendrán más probabilidades de delinquir al no haber adquirido controles internos sobre comportamientos desaprobados socialmente, y los niños con amigos y/o familia delincuente tenderán a desarrollar y a justificar actitudes antisociales” (Farrington, Ohlin y Wilson, 1986; Farrington, 1992). Es por esto que se hace énfasis en señalar que padres y hermanos antisociales, así como amigos delincuentes, tendrán una gran influencia en la continuidad de esas actividades delictivas (Farrington, 1992, 1997). Otras investigaciones refutan la idea de que la violencia familiar, sea directa o indirecta, es uno de los factores principales para que el adolescente desarrolle conducta delictiva (Canales et al., 2005; Frias-Armenta et al., 2003; Reyes, 2014; Valdenegro, 2005; Vásquez, 2003). El fracaso escolar es también un factor de riesgo, culminando en repitencia o deserción a causa de la desmotivación por continuar los estudios por parte del joven (Canales et al., 2005; Mettifogo y Sepúlveda, 2005; Browning, Thornberry y Porter, 1999). En esta área se consideran también a las “dificultades de concentración; conductas agresivas o violentas, o baja inteligencia” (Farrington, 1992, 1997; Browning y Loeber, 1999). También, el barrio donde vive el joven será clave en la motivación de la conducta criminal, el tipo de vecindario en que viven los adolescentes desde su temprana infancia y el estrato socioeconómico de procedencia son buenos predictores del comportamiento antisocial (Frías-Armenta et al., 2003). Además, en este tipo de barrio se encuentra el grupo de pares, los cuales tienen conductas delictuales y una preponderante influencia en el adolescente (Canales et al., 2005; Howell, 1997; Mettifogo y Sepúlveda, 2005; Reyes, 2014). Es así como se plantea que la presencia de consumo de drogas, haber sido testigo de violencia, pobreza, educación incompleta, familias ausentes y características de personalidad de los jóvenes son factores que contribuyen a la expresión del comportamiento delictivo, indistintamente del sexo (Arnull et al, 2005; Farrington y Painter, 2004; Smith y McVie, 2003; Smith y McAra, 2004; Tuvblad, Grann y Lichtenstein, 2006). Conceptualización de Desistimiento Dentro de la literatura no existe un consenso sobre lo que se entiende por desistimiento. Laub y Sampson (2001) presentan algunas de las preguntas que surgen al momento de definirlo: ¿Puede hablarse de desistimiento luego de haberse cometido un sólo delito? Si es así, ¿Es éste distinto al desistimiento luego de la perpetración de varios delitos? ¿Luego de cuánto tiempo sin delinquir se puede decir que alguien desistió? Hasta el momento no se ha presentado una respuesta definitiva a estas preguntas, sin embargo, se ha establecido una distinción básica entre las definiciones de desistimiento: como un evento que es posible identificar con una fecha y como un proceso (Laub y Sampson, 2011). A raíz de ello, Laub y Sampson (2011) sugieren distinguir entre Término (Termination) y Desistencia (Desistance). La primera refiere al momento en que la actividad criminal cesa mientras que la segunda alude al proceso causal que sustenta el término de la actividad criminal y que por lo tanto va más allá de éste. En esta tipología la pregunta de interés sería identificar los elementos e influencias que redujeron de manera más significativa el nivel de conducta conflictiva con la ley (Mulvey et al., 2004). Loeber y LeBlanc (1990), en la línea de considerar el desistimiento como un proceso, identifican distintos elementos que componen: disminución en la frecuencia de actos delictivos, reducción en la variedad de actos delictivos, reducción de la gravedad de los actos delictivos y mantenerse en un cierto nivel de gravedad de las ofensas sin escalar más arriba. Un aspecto positivo de definir CAPÍTULO 5 · POLÍTICAS DE JUSTICIA Y SEGURIDAD el desistimiento como un cambio en los patrones de actividad delictual es que permite establecer que ha ocurrido un proceso de desistencia en la vida de la persona aún si ésta no ha alcanzado un nivel extremadamente bajo de actividad delictual. Además, esta perspectiva reconoce la posibilidad de que la persona cese de manera intermitente su actividad delictual en la medida que progresa a un cese total, mencionando que tal individuo muestra de manera repetida el fenómeno de la desistencia. De este modo, según Mulvey et al. (2004), el estándar a través del cual se establece el desistimiento dependerá de cada caso particular en vez de establecerse un estándar que se pueda aplicar de forma unánime. Proponen que este enfoque sería el más útil para investigar qué factores son útiles para reducir la conducta delictual en grupos de alto riesgo, ya que podría revelar el éxito de ciertas intervenciones que definiciones de desistimiento más estrictas no permitirían ver. Desistimiento en jóvenes En Chile existen escasos estudios en cuanto al desistimiento en jóvenes infractores de ley, a pesar de lo fundamental que es poseer literatura respecto a las circunstancias y elementos que hacen cesar este tipo de conducta. Bajo esta misma línea, existe poca información acerca de las motivaciones que llevan a que estos adolescentes salgan de ese paso (Farrington, Ohlin, y Wilson, 1986; Loeber y LeBlanc, 1990). El consenso que existe respecto a la disminución de la actividad delictiva es la edad, considerándose que mientras mayor sea ésta, más posibilidades en la conducta delictiva. La relación es que la delincuencia va aumentando entre los 8 y los 17 años de edad, momento culminante, y luego, a partir de esta edad, va disminuyendo hasta ser muy reducida a los 50 años (Farrington, como se citó en Cid y Marti, 2011). Se estima que el 85% de los sujetos que inician la carrera delictual en la niñez o en la adolescencia, desisten de la delincuencia, en promedio, a los 28 años (Blumstein, Cohen, Roth, y Visher, 1986). 195 Ahora bien, los elementos que llevan al desistimiento de la conducta delictual son variados. Existen estudios que sugieren que el desistimiento es la causa de una compleja interacción entre factores subjetivos y los factores sociales (Bottoms et al., 2004; Farrall y Bowling, 1999; LeBel et al., 2008; Maruna, 2001; Maruna, LeBel, Mitchell & Naples, 2004; Walker, Bowen y Brown, 2013). Dentro de los factores subjetivos destacan la propia motivación del individuo para dejar de delinquir. Además, la acumulación de capital humano y social durante la adolescencia tardía hace que el éxito de la transición a la edad adulta y desistimiento de la actividad antisocial sea posible (Mulvey et al., 2004). El capital humano puede ser considerado como las capacidades, habilidades y propensiones individuales que un adolescente tiene que trabajar en los desafíos de la edad adulta joven (Becker, como se citó en Mulvey et al., 2004). También, destacan cambios en su razonamiento moral, orientación hacia el futuro, el control de impulsos o la susceptibilidad a la influencia de compañeros puede mantenerse alejados de comportamiento antisocial, arriesgado y peligroso, y hacia actividades socialmente más deseables y más seguras (Gardner, 1993; Keating, 1990; Steinberg y Cauffman, 1996). Las estructuras sociales pueden contribuir a facilitar o dificultar el desistimiento delictivo de los individuos. Es por esto que el rol del capital social resulta clave para el desistimiento, pues los amigos, miembros de la familia, padres, comunidad, compañeros de trabajo, entre otros, se involucran de alguna forma con el joven pudiendo lograr un cambio significativo en la conducta delictiva, así como en su contexto y desarrollo psicosocial. Dentro de los factores sociales destaca el hecho de que “durante la adolescencia tardía, los individuos cambian en sus capacidades para interpretar y manejar situaciones sociales. Ciertas características psicosociales tales como la responsabilidad (es decir, autonomía, autosuficiencia, el sentido de identidad), punto de vista (es decir, la orientación fu- 196 UC PROPONE 2016 tura, la capacidad de considerar puntos de vista alternativos), y la templanza (es decir, capacidad de autorregulación, reactividad emocional, impulsividad) todo aumenta a lo largo de la adolescencia” (Steinberg, Chung y Little, 2004, como se citó en Mulvey et al., 2004, p. 224). Junto a ello, la transición de jóvenes a adultos produce una serie de eventos significativos que contribuyen al desistimiento delictivo. Se identifican tres grandes esferas sociales: el mercado de trabajo, la familia y la política criminal (Cid y Marti, 2011). La familia asume un rol importante en la provisión de cuidados y apoyo social en todas las etapas vitales, lo que es relevante para acompañar el desistimiento. También, el hecho de que los menores abandonen el hogar paterno y opten por la independencia los dota de mayor autonomía y menos control parental, pues muchos deben ingresar al mercado laboral. En cuanto a éste último destaca la promoción de nuevos patrones de comportamiento y el desarrollo de nuevas habilidades que van a permitirles tomar decisiones diferentes en lo que refiere a la actividad delictiva. Entonces, “parece ser que el proceso de desistimiento implica interacciones entre los cambios dinámicos en los estados psicológicos de los delincuentes, las capacidades de desarrollo y los contextos sociales” (Mulvey et al., 2004, p. 218). Hoy en día no existe una sola teoría sobre el desistimiento de la conducta criminal sino que se ha explicado desde el enfoque de varias teorías, dando cuenta de la actividad criminal desde su inicio y continuación en el tiempo (Laub y Sampson, 2001). Dentro de estas teorías está Moffitt (1993), que establece una distinción entre ofensores permanentes y limitados, donde en los primeros se explicaría su comportamiento por factores neurológicos y los segundos por una diferencia entre la maduración personal y social. Por otro lado, Gottfredson y Hirschi (Hearn, 2010) afirman que caer o no en conductas delictuales depende del autocontrol que posee el sujeto. Finalmente, Sampson y Laud (como se citó en McNeill, Farrall, Lightowler, y Maruna, 2012) explican el desistimiento por el afianzamiento de los vínculos entre el individuo y la sociedad a través de las instituciones sociales. En el último tiempo, sin embargo, se ha enfatizado la importancia de las narrativas que el mismo sujeto hace sobre su proceso de desistimiento. Este enfoque se basa en la Teoría Narrativa de la psicología, que busca aproximarse al sujeto desde su totalidad, distanciándose de teorías que explican la conducta delictual (o su desistencia) mediante factores parciales como la educación, ambiente o rasgos psicológicos (Maruna, 1997). El argumento base es que la manera en que los individuos perciben su propia historia no sólo es reflejo de su personalidad y su contexto, sino que esta autobiografía tiene el poder de influir sobre las elecciones futuras y el comportamiento de los individuos (Maruna, 1997). Maruna (1997) constató la existencia de un prototipo de historia en ex infractores. Aquellos que habían desistido atribuían su comportamiento delictual pasado a factores ambientales fuera de su control, otorgando el cambio a fuerza externas. Con ello, para desistir los sujetos necesitan desarrollar una identidad prosocial y coherente de sí mismos (McNeill, Farrall, Lightowler, y Maruna, 2012). Además, Maruna (2004) encontró que los sujetos que han desistido difieren de los que no en el modo de explicar los acontecimientos de su vida, donde los primeros atribuían causas internas y estables a los hechos negativos de su vida, y causas externas y cambiantes a los hechos positivos. Por lo tanto, entre más capaz sea el individuo de atribuir cualidades de su personalidad a los hechos positivos de su vida, mayores son las posibilidades de que no vuelva a delinquir, logrando mantener un sentimiento de control sobre su futuro y fuertes creencias internas sobre su valía personal (LeBel, Burnett, Maruna, y Bushway, 2008). CAPÍTULO 5 · POLÍTICAS DE JUSTICIA Y SEGURIDAD METODOLOGÍA Pregunta de Investigación Posterior a la revisión sobre el desistimiento en conductas delictivas surge la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuáles son los elementos que inciden en el desistimiento de las conductas en conflicto con la ley (robos y/o hurtos) en los adolescentes chilenos que asisten al Programa de Libertad Asistida (PLA) de la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ)? En base a esta interrogante, es importante conocer y comprender los diferentes antecedentes de los sujetos de estudios, permitiendo guiar de esta manera la presente investigación. OBJETIVO GENERAL Analizar los elementos que influencian el desistimiento de la conducta en conflictos con la ley (robo y/o hurto) en los adolescentes chilenos que asisten al Plan de Libertad Asistida (PLA) de la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ) para generar propuestas para programas de intervención con adolescentes que presentan conducta en conflictos con la ley. OBJETIVOS ESPECÍFICOS Indagar en las vivencias de los adolescentes que causan la deserción de su conducta en conflictos con la ley y su reinserción social. Identificar los diferentes aspectos que trabajan los profesionales del Programa en la ACJ y que influencian en el desistimiento de la conducta en conflicto con la ley por parte de los adolescentes. Describir la base teórica del Programa de Libertad Asistida de la ACJ. 197 temática a estudiar (Hernández, Fernández y Baptista, 2006). Con ello, el paradigma a trabajar será el paradigma fenomenológico, porque es el “estudio del significado esencial de los fenómenos así como por el sentido y la importancia que estos tienen (...) se orientan a la recogida de material experiencial o de la experiencia vivida” (Ayala, 2008, p. 411­-412). El tipo de estudio se definió como exploratorio-descriptivo, lo que permite, según Baptista, Fernández y Hernández (2003), entender que el estudio exploratorio examina temas de investigación poco estudiados, con poca información y con el que se tienen muchas dudas, mientras que el estudio descriptivo conforma propiedades específicas de rasgos importantes del fenómeno analizado, conociendo tendencias de un grupo o población. La técnica de muestra con la que se trabajará será la del muestreo intencional por conveniencia (Patton, 1990), porque se “cumple con consideraciones tipo práctico para obtener información en el menor tiempo posible, de acuerdo con las circunstancias concretas que rodean tanto al investigador como a los sujetos o grupos investigados” (Quintana y Montgomery, 2006, p. 59). Generar propuestas para programas de intervención con adolescentes que presentan conducta en conflictos con la ley. Los instrumentos a utilizar son: entrevista semi-estructurada, que permite disponer de un guión con los temas ordenados, logrando así una conversación de los temas más convenientes y significantes para el estudio (Corbetta, 2003); grupo focal con el que se aborda a fondo problemas de relevancia a nivel grupal (Quintana y Montgomery, 2006); análisis documental, que se puede obtener información de documentos personales, institucionales o grupales, conociendo los actores y roles a nivel socio-cultural (Sandoval, 1996). Diseño Metodológico La metodología utilizada es la metodología cualitativa, que se enfoca en la relevancia y profundización de los casos, así como la percepción de los participantes sobre la Por último, en cuanto al objeto de estudio, se entrevistó a seis jóvenes cuyos criterios de selección por parte de los investigadores fueron los siguientes: que tuvieran una asistencia en el PLA con un tiempo mínimo Analizar la información recolectada junto a antecedentes internacionales. 198 UC PROPONE 2016 de un año; que hayan asistido al PLA siendo menores de edad; que su causa de ingreso haya sido robo o hurto; y que hayan tenido un proceso positivo dentro del PLA, según los criterios de los delegados. En el grupo focal participaron cuatro profesionales del PLA: tres delegados y el jefe técnico del recinto, que trabajan de manera directa con los jóvenes. Y, sobre las fichas analizadas, éstas correspondían en un primer momento a jóvenes que hayan tenido una intervención de un año y medio, para que la recopilación de información fuese mayor al momento de dimensionar los resultados. No obstante, el número de fichas con el que contaba la organización era limitado, cumpliendo tal criterio sólo 9 fichas. Por ello se amplió el criterio a jóvenes que tuvieran una intervención una intervecioón mínima de seis meses, con lo que se logró acceder a ocho fichas más. Aunque éstas últimas diferían en su estructura con las anteriores, con ellas fue posible llegar a la saturación de información (17 fichas analizadas en total). Finalmente, el período de tiempo en que se recogieron todos los datos señalados anteriormente fue durante el mes de octubre y noviembre del año 2016. RESULTADOS A continuación, se presentan los resultados de las fichas a las que se accedieron a través de la ACJ, las cuales se dividen en un análisis en cuanto al ingreso y egreso del joven en el PLA, y sub-dividiéndose en dimensiones tales como familia, escolaridad, experiencia laboral, consumo de drogas, entre otras. Dicho método se justifica a partir de las diferencias evidentes que se pueden hacer entre el ingreso y egreso de un adolescente en el PLA, y así, verificar de qué maneras interviene el PLA en cada una de estas dimensiones. Revisión de Fichas: Antecedentes previos al ingreso del PLA En cuanto a la familia se presencia violencia psicológica, verbal y a veces física entre los familiares del sujeto y hacia el mismo; a pesar de ello no se hace referencia completa del cómo es la violencia ya que no existe esa información. Se reconoce consumo de drogas por parte de los familiares pero no se entrega información de ello, situación similar a lo que ocurre en el caso del nivel socio-económico de la familia. En antecedentes delictuales de la familia sí se presencia un historial pero no en profundidad; lo mismo ocurre con los roles de la familia pues sólo se reconoce inseguridad y temor por la normas y modos de convivencia del hogar. En escolaridad y experiencia laboral se presencia gran cantidad de información de manera confusa, mientras que en algunos casos no se registra información. Sobre repitencia no se tiene información exacta del curso en que repite pero sí se explica los motivos que los llevan a desistir como lo es el trabajo. No se registran antecedentes de violencia escolar, aunque sí hay casos en que los jóvenes participaron en hechos violentos. No hay información sobre etiquetaje escolar. Por último, no presentan motivación para permanecer estudiando ya que no visualizan su formación escolar como una herramienta para evolucionar en la vida. Sobre consumo de drogas los jóvenes consumen principalmente marihuana, iniciándose entre los 10 y los 13 años. El consumo suele ser diario y en compañía de sus pares, aunque se registran casos en que también consumen solos. Se registran casos de drogodepencia. A nivel de autopercepción no hay información sobre etiquetaje social. Los adultos responsables por el joven muestran preocupación por las conductas delictivas de éstos. Esto último en el caso de que estén informados, ya que hay casos en que los adultos son indiferentes o ausentes, a raíz de la escasa relación entre ellos y sus hijos. En general no se caracterizan por realizar actividades en conjuntos. Los jóvenes reconocen sus habilidades personales y no suelen identificarse con la imagen de delincuentes. Suelen tener planes de vida alejados del delito. En la dimensión social comunitaria se expli- CAPÍTULO 5 · POLÍTICAS DE JUSTICIA Y SEGURIDAD cita que existen pocas redes de apoyo en las que los jóvenes participen, destacándose el colegio, aunque no es analizado integralmente. Entre las personas y grupos significativos se destaca la madre, pero la influencia principal sobre el joven la ejerce el grupo de pares. Adolescentes tienen nula participación en la sociedad (junta de vecinos, organizaciones deportivas, actividades recreativas, voluntariados, beneficios municipales, entre otras) a causa de que sus actividades no se relacionan con ésta sino con los delitos. El barrio presenta actividades conflictivas tales como delincuencia y drogadicción, con episodios de violencia, pero con una escasa información en la identificación del grupo de pares en la conducta de los jóvenes. Revisión de Fichas: Antecedentes sobre el egreso del PLA En cuanto a familia los jóvenes muestran una mejora en la comunicación y mayor cercanía con sus familiares cercanos. La estructura familiar se mantuvo y los jóvenes no presentaron cambios en cuanto a su parentalidad. Los jóvenes en su mayoría no tienen hijos. Sobre escolaridad y experiencia laboral se evidencia que los jóvenes no asisten al sistema escolar tradicional sino a un sistema de exámenes libres. Aumenta su motivación para estudiar, pero no como interés principal, pues éste abarca al área laboral en los cuales se presentan poca realización de talleres y una menor entrega de certificados. Por lo general se considera el consumo de drogas como no problemático por lo que no se designa un programa. En lo casos complejos se adhiere un programa a los jóvenes, derivándolos al Centro de Rehabilitación Ágora, quienes asisten de manera interrumpida. De este modo, se aprecia una mejoría en esta sub-dimensión por parte de los adolescentes. No obstante, cabe señalar que no se les deriva a todos los jóvenes, aunque sean casos críticos. En cuanto a la autopercepción el programa lo trabaja a través de test y diagnósticos. Las 199 áreas observadas son la de responsabilización del delito y el conocimiento de las propias habilidades. Si bien en las fichas se observa que se otorga bastante relevancia al trabajo en esta área, no se dan a conocer los métodos a través de los cuales se trabaja la autopercepción del joven y las herramientas que se le entrega al joven para relacionarse con su entorno. A nivel social comunitario, es decir al contacto con instituciones a nivel municipal, regional o nacional, se alude a principalmente a diferentes instancias municipales que funcionan como la fuente de apoyo de los adolescentes, siendo el colegio el principal apoyo. Por otra parte se menciona a los consultorios y sólo en algunos casos se consideran los trabajos. En este nivel el contacto es a través de redes institucionales, las cuales coordina la ACJ o sus delegados para ayudar a los adolescentes en las áreas que se busca trabajar. Focus Group La organización dice ocupar un enfoque socioeducativo. Sobre la forma en que lo utilizan los profesionales afirman: “Yo tomo el socioeducativo, que está propuesto, por eso trabajamos con unos formatos que después lo pueden ver, son actividades que en lo personal no sirven para nada, pero tienen que estar, entonces uno puede aplicarlo a la rápida, lo hace a la rápida (...)” (Participante 1). Sin embargo, señalan que cada uno ocupa una estrategia diferente al intervenir. Existe un consenso en los elementos por los cuales los jóvenes llegan a delinquir son “múltiples los factores que inciden, no hay solamente una única causalidad” (Participante 2). En cuanto a los elementos de mayor dificultad para intervenir los profesionales identifican a la familia. Mencionan que ésta trae consigo trayectorias de vulneración de derechos, consumo de drogas y actividades ilícitas, pero coinciden que no existen intervenciones efectivas para la familia, debido a que no existen políticas o programas que las intervengan en su conjunto, y a causa de que no hay intervenciones que les permitan salir a flote en 200 UC PROPONE 2016 aspecto socioeconómico o de reparación. En este sentido, un profesional señaló que “el tema de la familia se relaciona con el tema de la exclusión, el tema de la pobreza, con el tema de la vulneración” (Participante 4). La escolaridad y experiencia laborales es uno de los elementos que el programa efectivamente interviene a través de talleres de inserción laboral y en la continuidad de estudios a través de la reinserción escolar tradicional o por inscripción de exámenes libres. Sin embargo, los profesionales coinciden en que por regla general las capacitaciones no sirven para efectos de que los jóvenes dejen de delinquir. El consumo de drogas también se considera un elemento difícil de trabajar, debido a que los programas piden a los jóvenes voluntariedad en este aspecto, es decir, depende de ellos si desean adherirse o no a un programa de rehabilitación con el que la ACJ los puede ayudar a su derivación. Sin embargo, dejar dicha decisión en manos de los jóvenes se hace complejo, pues como lo expresa uno de los profesionales, “el límite en perder la voluntad por el consumo de drogas y tener la voluntad de dejarla, es tremendo el vacío ahí” (Participante 3). Sobre autopercepción los profesionales consideran que es un aspecto que sí se puede trabajar: “la responsabilización más lo socioeducativo que nos permite ampliar su horizonte y reflexionar en torno a eso sí, eso se puede hacer” (Participante 1). No obstante, agregan que “el impacto que tenga en el chico, depende más del chico, de la familia, del entorno donde está” (Participante 1). Dentro de esta dimensión se trabaja la responsabilidad penal y las habilidades blandas. Junto al joven se busca indagar cuáles son sus potencialidades. Se cuestionan sus recursos personales, los cuales son difíciles de detectar debido a que los jóvenes son “cerrados”. Se insta además al joven a que mire críticamente sus factores de riesgo. Respecto a las proyecciones de los jóvenes, luego de haber estado un año o más en la ACJ, los profesionales deben dejar a los jóvenes “insertos en algún lugar y de ahí solitos que no venga después a venir a pedir algún tipo de ayuda, que si se da igual pero se supone que ya está encaminado” (Participante 2). Ahora, dentro de lo social comunitario, los factores que los profesionales dicen que pueden ayudar a que los jóvenes desistan está el alejarlo del ambiente delictual. En cuanto al grupo de pares señalaron: “la influencia del grupo de pares es mayor, y por lo tanto proclive al consumo de drogas y a cometer delitos ilícitos que a lo mejor son un juego inicialmente, pero después se van transformando en un medio de obtención de recursos y empieza a permanecer de acuerdo a las características propias de personalidad, a la experiencia que él tenga, si esta la escuela o no está, todo empieza a gatillar” (Participante 1). Para intervenir el grupo de pares debiese existir un trabajo a nivel comunitario, lo cual no se hace. Uno de los profesionales expresa: “quizá no nosotros, sino otros actores que hicieran el trabajo más preventivo que hoy día se carece” (Participante 1). El programa realiza actividades recreativas, y si bien estas instancias tienen buena acogida, identifican dos problemáticas al respecto. En primer lugar, las actividades no están establecidas institucionalmente, y en segundo lugar, generan aprehensión en cuanto a la interacción entre jóvenes participantes del programa y los jóvenes ajenos a éste. Un aspecto a destacar es el vínculo que forjan los profesionales con los jóvenes a través de afecto e interés, junto con un trato empático. Respecto a la reincidencia de los jóvenes luego de egresar del programa, los profesionales declaran que no es el programa quien finalmente los hace desistir, sino que son situaciones extraordinarias que marcan el fin de la trayectoria, como la muerte de un familiar/amigo. De todas formas, lo que sí hace el programa es entregar herramientas para que al momento de desistir las tengan a su alcance. CAPÍTULO 5 · POLÍTICAS DE JUSTICIA Y SEGURIDAD Entrevistas De los datos obtenidos se desprende que las familias de estos jóvenes, en general, se componen de cuatro miembros como mínimo, lo cual se mantiene tanto en la niñez como en la actualidad. Las familias de los jóvenes se componen por su núcleo familiar y familia extendida: “Siempre he vivido aquí, con mi tía, mi mamá, mi abuelo (...) con mi papá” (Entrevistado 2). Hoy ninguno de los jóvenes manifiesta mantener malas relaciones con sus padres, definiéndolas una relación: “Buena, en general buena. Me llevo súper bien, con los más chicos peleo a veces pero como cualquier hermano y con mi mamá me llevó en general bien y con mi papá igual” (Entrevistado 6). Esta relación se caracteriza por el persistente apoyo, preocupación y por una buena comunicación: “Siempre hablamos, no hay día que no hablemos. A mi papá lo veo todos los días y veo siempre a mi abuela y a mi hermano” (Entrevistado 5). En este sentido, algunos jóvenes mencionan al PLA como un apoyo en la mejora de estas relaciones, incitándolos a mantener comunicación y relación con sus padres: “Me ayudó a no faltar más el respeto aquí en la casa, porque yo era irrespetuoso, no estaba ni ahí con ni una ‘weá’ y ahora no. El programa me cambió igual, como que ya no me meto… maduré. Me hizo madurar el programa” (Entrevistado 2). Tener una pareja estable para los jóvenes se constituye como un elemento fundamental para el cese de la conducta delictiva mediante apoyo, consejos, preocupación y cariño: “No, excelente, me ayudó harto a mí también a cambiar, a preocuparme por mí, a comprarme mis cosas, a tener todo lo que no tenía antes, porque antes no tenía nada…” (Entrevistado 5). Junto a ello, la parentalidad se presenta como un cambio radical en la vida de estos jóvenes. Estos se han vuelto personas más responsables y maduras: “Sí, radicalmente que nos cambió la vida a los dos, estamos, más así, concentrados en la familia. Ya tengo mi propia familia, tengo que preocuparme de mi familia” (Entrevistado 4). 201 Respecto a la esfera social comunitaria los jóvenes señalan en la entrevista que sus amistades han cambiado en relación a su adolescencia. Estas nuevas amistades se caracterizan por ser un apoyo a través de consejos y la preocupación, las cuales son propiciadas por los amigos de familiares, ya sean hermanos, primos o tíos y/o compañeros de trabajo: “Las amistades de mi cuñado, son todas mis amistades (...). Me dicen que yo estoy bien aquí, que me tengo que portar bien, que no tengo que mandarme ‘embarrás’, porque esta oportunidad ya no la voy a tener dos veces, (...). Me apoyan, me dan consejos, que no falte a la pega, todo eso” (Entrevistado 1). En cuanto al barrio al cual pertenece el joven, éste es un sector en el que se explicita conductas conflictivas, sean estas violentas o de consumo de drogas, sin embargo, es definido en general como un sector tranquilo para ellos. De todas formas, los entrevistados sí resaltan que existen momentos en los que se presentan situaciones peligrosas, como grupos conflictivos y tráfico de drogas: “Igual conflictivo, un poco igual, porque igual en la noche andan los cabros, los pacos igual” (Entrevistado 2). Por otro lado, en escolaridad y el ámbito laboral se expresa que la mayoría de los jóvenes no terminaron sus estudios escolares, lo cual se debe a una decisión personal basada en la desmotivación y sentimiento de incapacidad, donde los padres no tuvieron mayor incidencia: “Me salí porque yo no quería estudiar más, me salí porque repetí una vez y después no estudié más” (Entrevistado 2). Los jóvenes que trabajan actualmente lo han conseguido mediante familiares/amigos/por sí mismos o de la ayuda de los delegados del programa ACJ. Se manifiestan cómodos y conformes en sus respectivos trabajos. En estos han aprendido nuevas habilidades relacionadas al rubro y han desarrollado nuevos vínculos sociales: “He aprendido como ser ayudante de carpintería, carpintero, todo eso que se refiera a la construcción” (Entrevistado 1). 202 UC PROPONE 2016 Sobre la autopercepción actual los jóvenes se definen como personas responsables, trabajadoras, controladas y menos violentas: “Un cabro responsable, preocupado, atento con mi familia y con todos mis seres queridos, preocupado de mi polola, trabajador, igual ahora me enfoqué mucho y estoy muy bueno para la pega” (Entrevistado 5). Finalmente, en lo que respecta a la orientación hacia el futuro, los jóvenes entrevistados mantienen una proyección positiva, tanto en el ámbito familiar, laboral y en lo escolar. Todo lo anterior se puede observar al momento de consultar a los jóvenes por su proyección personal en los dos y diez años: “Estudiando y trabajando, juntando harta platita (...) En otra casa, con una familia con unos dos hijos si es posible, pero yo creo que con una familia con mi polola” (Entrevistado 1). Triangulación En primera instancia, en cuanto a los vínculos sociales de los jóvenes, se alude a la familia como un componente que ayuda a cesar la conducta delictiva a causa de que ésta entrega cuidados y brinda apoyo tanto emocional como social de manera que el joven pueda abordar sus necesidades de manera legítima (Cid y Marti, 2011; Cullen y Wright, 1997; Sampson y Laub, 1993). Así, es posible evidenciar un símil que tiene con el análisis de fichas, ya que en éstas se revela que la situación actual de los jóvenes es de una mejor articulación familiar, habiendo una mejoría en la cercanía y en la comunicación. Ocurre lo mismo con las entrevistas, puesto que se responde a que existe hoy una buena relación con los padres, en el que el apoyo, preocupación y comunicación ha sido fundamental en su desistimiento. A raíz de ello, el grupo focal alude a que la familia es una temática que tiene gran incidencia en la conducta delictiva del joven, pero que el Programa no tiene una intervención directa en el desarrollo del Plan de Intervención del joven. Sobre el círculo de pares, la literatura manifiesta que el abandono o reducción de la relación con los pares que acompañaban a delinquir al joven es uno de los pasos fundamentales para el desistimiento de tal conducta, ya que de esta manera puede tener un nuevo círculo de pares, quienes brindan apoyo, consejo y promocionan una actitud prosocial (Bradshaw, 2011; Cid y Marti, 2011; Cullen y Wright, 1997; Maruna, 2001; Sampson y Laub, 1993; Warr, 1998). Es posible dar cuenta de ello en el discurso de los jóvenes durante su entrevista, puesto que estos han cambiado sus amistades, donde las nuevas ejercen apoyo, consejos, preocupación y valoración por el joven. Sin embargo, tanto en las fichas como en el grupo focal esta información se ignora y/o desconoce, pero sí se destaca que la influencia de estos es la principal para guiar su conducta delictiva, por lo que es necesario intervenir en tal entorno del joven para su futuro desistimiento. En cuanto a las relaciones de pareja y paternidad, son elementos del desistimiento de la conducta delictiva, a causa de que promulgan una idea de vida convencional con la que los jóvenes se motivan para abandonar la delincuencia, el círculo delictivo de amistades, el consumo de drogas e insertarse en el mundo laboral (Cid y Marti, 2011; Cullen y Wright, 1997; Sampson & Laub; 1993; Shover, 1985, 1996; Warr, 1998). Si bien la información sobre estos elementos y su influencia en la conducta de los jóvenes se desconoce por parte de las fichas y del grupo focal, los entrevistados aluden a que la pareja ha sido fundamental para su proceso de desistimiento gracias al apoyo, consejo, preocupación y cariño que les entregan, al igual que la paternidad que produce la principal motivación para desistir y de realizar un cambio en el estilo de vida a través de la emergencia de roles convencionales y proyecciones a futuro. En lo que concierne al sujeto, la literatura destaca características psicosociales como elementos que contribuyen al cese de la conducta delictiva. Estos son la responsabilidad (autonomía, autosuficiencia, sentido de identidad), punto de vista (orientación CAPÍTULO 5 · POLÍTICAS DE JUSTICIA Y SEGURIDAD futura, capacidad de considerar puntos de vista alternativos) y la templanza (capacidad de autorregulación, reactividad emocional, impulsividad) (Cid y Marti, 2011; Gardner, 1993; Mulvey et al., 2004; Keating, 1990; Steinberg y Cauffman, 1996; Steinberg, Chung y Little, 2004, como se citó en Mulvey et al, 2004). En este sentido los profesionales de la ACJ indican un trabajo centrado en la responsabilización penal en conjunto con las habilidades blandas y la búsqueda de potencialidades. Esto se realiza a través de test y diagnósticos, donde los jóvenes reconocen sus habilidades y no suelen identificarse con la imagen de jóvenes infractores. Lo anterior se evidencia a través del relato de los jóvenes donde estos se definen como personas responsables, trabajadoras, controladas y menos violentas. Asimismo, a través de las fichas es posible evidenciar que los jóvenes suelen tener planes de vida alejados del delito, lo cual se relaciona a lo expresado por los jóvenes en las entrevistas, donde mantienen una proyección positiva en el ámbito familiar, laboral y escolar. Por otro lado, es la acumulación de capital humano y social durante la adolescencia tardía que hace que el desistimiento de la actividad antisocial sea posible (Mulvey et al., 2004). Éste puede ser considerado como las capacidades, habilidades y propensiones individuales que un adolescente tiene que trabajar los desafíos en la edad adulta joven (Becker, como se citó en Mulvey et al, 2004; Todis, Bullis, Waintrup, Schultz, y D'Ambrosio, 2001). En relación a lo anterior, los profesionales del PLA destacan la reinserción escolar a través de la continuación de estudios por medio de exámenes libres o la incorporación a un establecimiento educacional. Sin embargo, a nivel de fichas, la información de este ámbito se presenta confusa y/o insuficiente, en aspectos tan relevantes como lo es la repitencia escolar. En contraste a lo manifestado por los profesionales del PLA, los jóvenes indican no haber terminado sus educación básica y/o media, debido a la desmotivación y el sentimiento de incapacidad, agregando 203 que la idea de reinserción es opcional. En relación a lo anterior, los sujetos que se encuentren inmersos en el mercado laboral tienen una prevalencia a desistir de la actividad delictiva, debido a el desarrollo de habilidades y establecimiento de nuevos vínculos (Bullis, Moran, Benz, Todis y Johnson, 2002; Cid y Mati, 2011). En el ámbito laboral la inserción es a través de capacitaciones laborales, las cuales los profesionales las definen como precarias e ineficaces. Ahora bien, los jóvenes que actualmente trabajan destacan haber desarrollado nuevas habilidades y vínculos sociales con sus compañeros de trabajos quienes se constituyen como una fuente de apoyo hacia el joven. Este nuevo vínculo hacia el mercado laboral ha sido gestionado, generalmente, a través de familiares y amigos. A nivel social comunitario el entorno presenta factores externos a los jóvenes con los que posiblemente pueden reforzar el desistimiento de la conducta delictual, siendo éstas redes, grupos y vínculos significativos. Dichos grupos son las amistades y la familia, aunque también se incluye la escuela, iglesia y otros grupos (Akers, 1977; Bradshaw, 2011; Cid y Marti, 2011; McNeill, Farrall, Lightowler y Maruna, 2012). En este sentido, los profesionales manifestaron que la influencia del grupo de pares es un gatillante ante el consumo de drogas y perpetración de delitos ilícitos. Señalan que una adecuada intervención al grupo de pares debe realizarse a nivel comunitario, sin embargo, el PLA no realiza este tipo de intervención. Destacan que éste debiese ser un trabajo más bien de carácter preventivo. A través de las fichas se puede evidenciar que, en general, los jóvenes carecen de redes de apoyo, debido a la baja participación ciudadana. Además, existe escasa información en la identificación e influencia del grupo de pares en la conducta de los jóvenes. A través de las entrevistas los jóvenes revelaron una transformación respecto a su grupo de pares, ya que en la actualidad mantienen vínculos con amistades prosociales, quienes se caracterizan por brindar apoyo por medio de consejos 204 UC PROPONE 2016 y preocupación. Por último, es necesario mencionar que tanto lo referido por los profesionales como lo que se presenta en las fichas evidencia que los barrios donde están insertos estos jóvenes son vulnerables, debido a la presencia de situaciones conflictivas, tales como la delincuencia, episodios de violencia y ejes de tráfico de drogas. Los jóvenes mediante los relatos complementan lo anteriormente expuesto, manifestando que dentro de los sectores se presentan situaciones peligrosas asociadas a grupos conflictivos y tráfico de drogas. Sin embargo, la mayoría define su barrio como un sector tranquilo, de lo cual se desprende una naturalización o convencionalización de la violencia por parte de ellos. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Como se dio cuenta en la revisión bibliográfica, Maruna (1977) se concentra en los factores internos de los sujeto basándose en la teoría narrativa de la psicología, distanciándose de teorías que explican el desistimiento mediante factores parciales. La manera en que lo sujetos perciben su propia historia no es tan sólo el reflejo de su personalidad y contexto, sino que además tiene el poder de influir en las elecciones futuras y el comportamiento del individuo. En este sentido, otros autores concuerdan con que dichos elementos internos tendrían un impacto en el cese de la conducta delictiva (Cid y Marti, 2011; Gardner, 1993; Keating, 1990; Steinberg y Cauffman, 1996; Steinberg, Chung y Little, 2004, como se citó en Mulvey et al, 2004). De la misma manera, elementos como la orientación hacia el futuro y la autopercepción positiva de los sujetos se hacen presentes en jóvenes que han desistido de la conducta delictual, elementos que sí son trabajados por los profesionales de la ACJ. Junto a ello, existe literatura que alude a que elementos externos tales como el apoyo familiar, la paternidad, una pareja estable (Cid y Marti, 2011; Cullen y Wright, 1997; Sampson y Laub, 1993) y aspectos como la inserción laboral y escolar (Becker, Mulvey et al, 2004; Todis, Bullis, Waintrup, Schultz, y D'Ambrosio, 2001) resultan ser significativos a la hora de que los jóvenes desistan. Finalmente, aspectos sociocomunitarios como instituciones y redes de apoyo, traducidos en pares y el barrio, resultan considerables a la hora de desistir de la actividad delictual (Akers, 1977; Bradshaw, 2011; Cid y Marti, 2011; McNeill, Farrall, Lightowler y Maruna, 2012). Sobre estos últimos elementos, cabe destacar que no son considerados por la teoría/modelo de Maruna, pese a que resultan esenciales a la hora de explicar el cese de la conducta delictiva. Que el sujeto se encuentre inmerso en un trabajo estable contribuye a la adquisición de nuevas capacidades y nuevos vínculos sociales que resultan ser un apoyo para el sujeto, lo cual contribuye a la autopercepción (Cid y Marti, 2011; Gardner, 1993; Keating, 1990; Steinberg y Cauffman, 1996; Steinberg, Chung y Little, 2004, como se citó en Mulvey et al, 2004). Dichos elementos son altamente trabajados a nivel nacional en programas que tiene como objetivo la reinserción social de jóvenes infractores de ley. Sin embargo, como lo enfatizan los profesionales de la ACJ y los jóvenes por medio de las entrevistas, la inserción al sistema escolar y las capacitaciones laborales resultan ser insuficientes y precarias. Por otra parte, los vínculos sociales como la paternidad resulta ser un elemento esencial para que el joven desista de la conducta delictual, pues ésta contribuye a la adquisición de responsabilidad, la cual se asocia al interés de un trabajo estable y a una proyección positiva donde el sueño de una familia pasa a ser fundamental. Con ello, la pareja pasa a ser un apoyo constante y positivo para el sujeto a través de un acompañamiento en la proyección del joven. La familia resulta ser significativa en el cese de la conducta delictiva, pues además de ser un apoyo para éste, resulta ser el principal agente socializador del joven, siendo el principal proveedor de contención, y apoyo CAPÍTULO 5 · POLÍTICAS DE JUSTICIA Y SEGURIDAD 205 personal y social. Es a través de la buena comunicación donde se logra lo anteriormente señalado. Sin embargo, como lo mencionan profesionales de la ACJ y como se evidencia de manera empírica a nivel nacional por medio de las programas y políticas públicas, no existen instancias que intervengan con la familia a nivel de grupo. En el caso de la ACJ, no existe correcta y persistente intervención con la familia, lo cual resulta perjudicial pues existen estudios que demuestran que las intervenciones familiares tienen resultados positivamente mayores que la intervención al joven de manera individual (Méndez y Barra, 2006; Borduin y Schaeffer, 1998). exógenos, tales como nuevas vinculaciones, entorno social como el historial del individuo, son importantes a la hora de desarrollar el proceso de desistimiento, por lo que dicha teoría no abarca de manera suficiente todo lo que implica el cese de la conducta delictiva. Finalmente, el barrio resulta ser un elemento importante en el cese de la conducta delictiva, debido a que es en este contexto donde se presentan los grupos de pares del joven y donde se desenvuelve cotidianamente (Méndez y Barra, 2006). Los jóvenes a través de las entrevistas coinciden que es en este lugar donde se ubican los pares con conductas delictivas. A la vez, los profesionales coinciden con lo postulado por los jóvenes y enfatizan en la necesidad de una intervención a nivel barrial para la articulación del joven con instituciones y grupos de comunidad significativos. Sin embargo, el PLA no cuenta con capacidad para intervenir en este ámbito. PROPUESTAS 1. Necesidad de un Modelo en los Programas A partir de los hallazgos encontrados en esta investigación se ve necesaria la construcción de un modelo explicativo de la conducta delictiva en los programas, específicamente en la ACJ, que dirija las intervenciones realizadas con adolescentes que han delinquido. A partir de los resultados y lo encontrado en la literatura se propone que el modelo debería incluir diversos elementos detallados a continuación. De esta manera, es esencial aludir a que la teoría narrativa de la psicología no maneja todos aquellos elementos que pueden incidir en el desistimiento de la conducta delictual por parte de los jóvenes. Se debe tener en consideración que el desarrollo del ciclo vital es críticamente diferente para cada etapa del desarrollo humano (Belsky, 1980; Bronfenbrenner, 1987; Erikson, 1979), por lo que hablar de desistimiento en jóvenes se hace necesario aludir a otros aspectos, aspectos que fueron formulados y explicados anteriormente. Se puede establecer, entonces, que si bien la teoría narrativa de la psicología explica y evidencia los sucesos más importantes de la percepción individual de los sujetos, es necesario enfatizar que aquellos elementos Ahora, en cuanto al desarrollo de estos elementos en el tipo particular de programa que se enfocó la presente investigación, cabe señalar que es de suma importancia poder mejorar cada uno de los aspectos mencionados, pudiendo así entregar mejoras al sistema que trata a cada uno de los adolescentes en conflicto con la ley. Es necesario configurar un plan de intervención a nivel familiar que permita a las familias un lugar que promueva la comunicación y desarrollo integral positivo de los jóvenes, ya que muchas veces el joven se encuentra en contradicción respecto de lo que se trabaja en el programa y la realidad que vive en su hogar junto con su familia. Dicha intervención permitiría armonizar este aspecto y crear objetivos comunes entre las personas significativas para el joven y el programa. En la escolaridad, proponemos mejorar la efectividad de la intervención a través de un sistema obligatorio para completar los estudios, ya sea en un sistema tradicional de enseñanza o bien a través de exámenes libres. A nivel laboral, es necesario que se lleven a cabo capacitaciones que realmente ayuden a una articulación laboral posterior, que sus 206 UC PROPONE 2016 resultados sean acreditados, siendo un aporte a la futura empleabilidad de los jóvenes, y que se orienten según sus capacidades e intereses. En relación a las actividades prosociales, la interacción de los jóvenes con grupos de pares alejados de las drogas y actividades delictuales es fundamental para que los adolescentes encuentren nuevas redes de apoyo que les permitan cambiar su estilo de vida. La institucionalización de actividades que vinculen a los jóvenes con su entorno sería una herramienta útil al momento de crear nuevas relaciones personales positivas y prosociales. Todas las intervenciones deberían además estar enfocadas según las necesidades del sector y población en el que se encuentra inserto cada joven, ya que no se puede aplicar un mismo plan para sectores que no presentan similaridad en su contexto geográfico como relacional. Estas propuestas a nivel del programa se verían reforzadas si se adoptara un plan de seguimiento post egreso que permita comprobar la efectividad de la intervención a largo plazo. De esa manera habría una retroalimentación basada en el impacto real que tiene el programa en los jóvenes que asisten a él. 2. Capacitación y Evaluación de Profesionales Para la implementación de un modelo explicativo de la conducta delictiva que guíe la intervención es necesario la capacitación de los profesionales que trabajan con los jóvenes. Éstas deberían estar destinadas a que los profesionales posean un claro manejo de las teorías y modelos de la conducta delictiva a nivel nacional e internacional, y más específicamente, un claro manejo de las teorías y el modelo en que se basa el propio programa. En el caso del programa de ACJ implicaría, principalmente, capacitar a los profesionales sobre en qué consiste el enfoque socioeducativo, cuáles son sus bases, y qué implica al momento de trabajar con los jóvenes. Las capacitaciones deben ir acompañadas de la supervisión periódicas de casos de parte de SENAME, con el fin de supervisar que los profesionales efectivamente posean el conocimiento teórico-práctico necesario, y no que la supervisión sea exclusivamente un sistema de control. Esto implicaría una mayor inyección de recursos de parte de SENAME hacia los Programas de Libertad Asistida. Los profesionales que tratan con los jóvenes debieran poder dedicar sus horas de trabajo a los jóvenes mismos y a su perfeccionamiento profesional, reduciendo las labores administrativas que no estén dirigidas a esos objetivos. Para poder lograr esto, se requiere aumentar el personal y distribuir de manera más eficiente las tareas, para que sólo las labores de carácter administrativo queden en manos de los delegados. REFLEXIONES: ACIERTOS En primer lugar, se quiere agradecer la disposición de la Asociación Cristiana de Jóvenes en la entrega de información, el interés y la constante participación por parte de sus profesionales y directivos. Su buena disposición y ayuda fue un elemento indispensable para el desarrollo de la investigación, especialmente considerando el tiempo limitado que se poseía para llevar a cabo la investigación. Como grupo investigativo se destaca que la presente investigación ha sido un proceso enriquecedor tanto desde lo académico como desde del quehacer profesional, puesto que se ha podido vincular desde los diferentes enfoques de las carreras profesionales de cada uno de los integrantes del equipo de investigación. A través del trabajo realizado, ha sido posible comprender cuáles son los factores de riesgo que inciden en la conducta delictiva y a la vez discernir en los elementos que contribuyen en el cese de esta conducta, es decir, el desistimiento. Además, el carácter interdisciplinario del grupo de investigadores permitió enriquecer y complejizar la forma en que se entendía el fenómeno a estudiar. Desde los aspectos trabajados se puede con- CAPÍTULO 5 · POLÍTICAS DE JUSTICIA Y SEGURIDAD siderar que en un primer lugar se realizó un grupo focal con profesionales del PLA, donde es importante agradecer la disposición de los profesionales para participar, pues permitieron el desarrollo sin inconvenientes de la instancia. En segundo lugar, en el caso de las entrevistas con los jóvenes egresados del PLA, ésta fue la forma de levantar información más demandante, dada la dificultad para contactarse con los jóvenes que coincidieran con el criterio que se había establecido. En este punto destacamos la ayuda de los delegados que hicieron de intermediarios entre nosotros y los jóvenes, lo que permitió que se pudiese contactar y entrevistar finalmente a seis jóvenes. En último lugar, desde lo que es la revisión de las fichas, se pudo comprobar que la ACJ tiene como fuerte el diagnóstico de la situación de los jóvenes al entrar al programa, ya que indagan numerosas variables que permiten formarse una idea acabada de la realidad de los jóvenes con los que trabajan, siendo algo que no se replica una vez que los adolescentes son parte del programa, siendo esto observado en las mismas fichas. REFLEXIONES: DESACIERTOS En cuanto a las entrevistas, se hizo difícil el contacto y coordinación con los jóvenes para lograr llevarlas a cabo, pues a pesar de que se contaba con el beneficio de que la ACJ proporcionaba los números de teléfono y/o direcciones de jóvenes que han pasado por el PLA, gran parte de estos números ya no existían o los jóvenes no se presentaban dispuestos a participar. También, dado que los jóvenes en su mayoría poseían trabajos de tiempo completo, se dificultaba la tarea de encontrar un horario en donde estuvieran disponibles para entrevistarlos. En algunos incluso hubo resistencia a participar, sin embargo, al momento de la entrevista misma, la recepción y cooperación de los jóvenes fue excepcional, por lo que se agradece su ayuda y confianza con los investigadores. Por otro lado, sobre el análisis de fichas, las dificultades se presentaron desde lo que fue el cambio de sede del PLA, pues se llevaron sólo algunas fichas hacia la nueva sede de manera View publication stats 207 que el número de fichas a la que teníamos acceso era limitado. Además, se constató que la información dentro de las fichas era muchas veces incompleta y ambigua, dificultando el levantamiento de datos. Ello hizo obstáculo en el proceso de encontrar información, ya que no había un orden o estructura común en las fichas revisadas, e incluso, antecedentes incompletos, instrumentos no aplicados, o bien descripciones genéricas que no daban cuenta de todas las circunstancias relevantes. REFLEXIONES: DESAFÍOS Finalmente, se hace una invitación a investigar sobre desistimiento del comportamiento delictivo en jóvenes a nivel nacional, ya que actualmente existe poca literatura al respecto, y si bien contamos con literatura internacional, la realidad de nuestro país no se puede asimilar por completo a la de otros países. Las circunstancias particulares del entorno en que se desenvuelven los jóvenes tienen incidencia en su comportamiento, por lo que los programas de intervención deberían recoger esos aspectos. Pues, si bien el desistimiento es un tópico que en los últimos años ha tomado cada vez más importancia, éste específicamente en jóvenes es un área sobre la cual todavía existe escasa literatura internacional y limitada literatura nacional. Dada la relevancia del desistimiento en la forma en que se enfocan los programas, se ve necesario ampliar las investigaciones sobre esta temática.